Realidad unversitaria zzzzzzzzzzzzzzzzz
Transcript of Realidad unversitaria zzzzzzzzzzzzzzzzz
UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS
Facultad de derecho y ciencia politica
Alumna :
gallardo mendoza elena
asignatura:
metodologia de la investigacion
tema:
la universidad peruana
Cajamarca-junio 2011
Realidad universitaria
Realidad universitaria
La universidad peruana
La universidad es el lugar donde el hombre aprende a pensar y a vivir. Es el lugar donde el pensamiento
se vuelve crítico y permite al hombre decidir consciente, libre y cabalmente. Es el lugar donde
se forma al hombre auténtico. De esta manera, el ser de la Universidad se encuentra
estrechamente vinculado con el ser del hombre, con su formación integral y con su misión en la
sociedad. Es por ello que el humanismo se constituye en función esencial de la universidad.
Pero se trata del humanismo que lleva a pensar al hombre en su ser físico, psíquico,
intelectual, moral y afectivo, al hombre en su totalidad. No se trata de un humanismo que se
oriente a la enseñanza de las humanidades, sino de un humanismo como forma de ser, de un
humanismo que rescata, promueve y crea valores. En este sentido, la universidad es
esencialmente humanista. Pensar en el ser de la universidad no es un reto sólo para la razón o
para la ciencia, sino principalmente para la vida, pues es la universidad, universidad para la
vida y no sólo para el conocimiento. No se puede confundir a la universidad con un lugar donde
el estudiante se convierta en depósito de conocimientos.
La universidad es la institución generadora de pensamiento propio, transformador y con
proyección en orden de la vida social. Es la universidad el espejo del pensamiento libre.
Además, si consideramos que uno de los objetivos fundamentales de la universidad es
resguardar, promover y ejercer el humanismo, como formación integral, entonces su función
trasciende la formación profesional y adquiere una dimensión de servicio social. Este ejercicio
de la universidad debe trascender el campo de lo académico, pedagógico y científico,
promoviendo el despertar de la imaginación creadora, como parte integral de la formación
activa.
EL PROBLEMA UNIVERSITARIO PERUANO.
Las Universidades en el Perú, actualmente se rigen por la Ley No. 23733, que fue promulgada
el 9 de Diciembre de 1983 bajo el Gobierno constitucional del Arquitecto Fernando Belaúnde
Terry. Basada en la Constitución Política de 1979, está dividida en 17 capítulos, 103 artículos,
17 disposiciones transitorias y dos disposiciones finales. Los efectos más saltantes de esta
norma son:
La autonomía inherente a las Universidades se ejerce de conformidad con la Constitución y las
leyes de la República e implica los derechos siguientes:
a. Aprobar su propio estatuto y gobernarse de acuerdo con el;
b. Organizar su sistema académico, económico y administrativo.
c. Administrar sus bienes y rentas, elaborar su presupuesto y aplicar sus fondos con la
responsabilidad que impone la ley.
La violación de la autonomía universitaria es sancionable conforme a ley.
La participación estudiantil se da en los diferentes órganos de gobierno: Asamblea
Universitaria, Consejo Universitario y Consejo de Facultad. Lo que generó el llamado "facilismo
académico": rebaja de las tasas educativas, carné universitario, auto seguro, certificados de
notas, comedores universitarios gratuitos, permanencia indefinida de los repitentes en los
claustros universitarios, etc.". A partir de 1991 empieza a notarse un desencanto con relación a
la participación estudiantil. Los beneficiados por el facilismo académico tuvieron que enfrentar
un mercado de trabajo altamente competitivo. No estaban preparados para asumir un rol en la
modernización de la economía y administración. Los alumnos ya no reclamaban participación.
Ahora se preocupaban por los desafíos de la "calidad total" para insertarse con éxito en el
mundo del trabajo.
En el Perú, la participación de los estudiantes surgió para controlar a los profesores y hacerlos
cumplir su misión, pero el hecho de que estos profesores pertenecieran a un sector privilegiado
cuyo status empezaba a ser cuestionado por los grupos sociales emergentes a los cuales
pertenecían los alumnos, tiñó el idealismo inicial con consideraciones políticas. A esto
contribuyeron las organizaciones partidarias nacidas al caer Augusto B. Leguía. Los alumnos
aprenden a organizarse, a ejercer presión política para promover sus intereses dejando de lado
las inquietudes académicas y asumiendo un rol de franca oposición.(). Sin embargo, el
movimiento de la Reforma Universitaria logró plasmar en la realidad dos aspectos
fundamentales:
a. La democratización de la enseñanza superior, lo que generó la apertura de la universidad
a sectores sociales más amplios, lo cual fue perseguido mediante:
La implantación de la libre asistencia a clases, en beneficio de los estudiantes que trabajan;
La gratuidad de la enseñanza superior;
La asistencia social a los estudiantes.
b) La renovación académica, que en mayor o menor grado contribuyeron a:
La selección de los docentes a través de los concursos públicos.
La fijación de mandatos a término, con plazos fijos, para el ejercicio de la docencia, sólo
renovables en la medida en que su ejercicio hubiera demostrado competencia y dedicación
a las funciones universitarias.
La libertad en el ejercicio de la docencia, incluyendo la implantación de cátedras libres,
autorizadas a dictar cursos paralelos a los de los docentes con nombramiento, de esa
manera permitiendo en principio el acceso a la docencia de todas las personas capacitadas,
sin distinciones ideológicas o de otra índole, y dando a los estudiantes la oportunidad de
escoger entre los distintos cursos ofrecidos.
LA TRAGEDIA DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA PARA LAS UNIVERSIDADES
Durante los 30 últimos años del siglo XX, el Estado nunca antes había atentado tan organizada
y cruelmente contra la universidad y la capacitación y especialización de profesionales en
investigación científica. La ley general de educación 19326, del año 1973, dictada por el
gobierno del General Velasco Alvarado, estableció los estudios de Postgrado escolarizados en
el tercer nivel de educación superior. Así mismo, a la universidad se le otorgó la facultad de
elaborar su Estatuto mediante la Asamblea Estatutaria Nacional. Como se sabe, el Estatuto
rechazó los Estudios Generales e introdujo la Facultad de Nuevo Tipo, razón por la cual la
dictadura nunca lo aprobó y más bien dicho documento terminó en el tacho de basura.
De este modo, durante un promedio de 22 años, hasta aproximadamente el año 1995, los
estudios de Postgrado que generan segundas especialidades, maestrías y doctorados
desaparecieron, la universidad no pudo implementarlos. Ahora, el país padece éstas graves
consecuencias al carecer del número, suficiente de profesionales de alto nivel que requiere la
sociedad en su conjunto. Deliberadamente varios gobiernos dejaron de implementar una
política estratégica de generación de cuadros. Los Estudios Generates que desde 1973 fueron
rechazados a nivel nacional por la universidad pública y privada de entonces, ahora son
implementados subrepticiamente en casi todas las universidades privadas de reciente creación
y lo mismo siguen haciendo en universidades públicas que fueron intervenidas, al margen de la
ley.
Por si esto fuera poco, la dictadura fuji-montesinista y sus aliados, eliminaron en la universidad
la tesis de graduación para bachiller, ahora, se les sigue otorgando automáticamente. Así se
trunca no solamente la posibilidad de investigar sino que han desaparecido los cursos que
permiten preparar al alumno para este fin. No conformes con este atentado y desnaturalizando
la evaluación que exige el nivel superior de estudios, se autoriza a la universidad, previo pago
de sumas onerosas, la dación de licenciaturas a cambio de un simulacro de "cursos de
actualización". En esta forma, virtualmente se ha liquidado, la posibilidad de realizar
investigaciones y se incrementa. El camino a la intensificación de la mediocridad. La
universidad, en este contexto, forma al profesional peruano.
El Estado eliminó, desde 1973 hasta 1995, los estudios de segundas especialidades, maestrías
y doctorados y, desde 1990 hasta la fecha, otorga bachilleratos automáticos y licenciaturas sin
tesis, destruye así sistemáticamente la investigación que es la tarea más importante de la
universidad. Que el estudiante no pueda investigar no es su gran culpa, el drama es que no
existen suficientes profesores investigadores capacitados para enseñar, una buena parte reina
en la mediocridad.
El drama se agudiza al constatar -mediante diversas encuestas realizadas a nivel nacional-,
que el método que utilizan las universidades e instituciones que hacen investigación en
ciencias humanas, sociales y aplicadas, es únicamente el método positivo y apenas orillan las
investigaciones cuantitativas y no cualitativas. Este método que se supone debe ser de dominio
pleno por quienes enseñan, es también desconocido o conocido a medias y, peor por quienes
aprenden. Esta es una de las causas del síndrome TMT "todo menos tesis" que ya tiene e
ignora el estudiante de pregrado y padece el estudiante de postgrado, y lamentablemente "en
la tierra de los ciegos, el tuerto es rey". A esto se agrega que muchas Escuelas de Postgrado
en el país reciben a alumnos con total desconocimiento de los elementos básicos y
fundamentales de las abstracciones teórico-epistemológicas y el manejo de las metodologías y
las técnicas que les permita realizar investigaciones exitosas y que sirvan realmente al aparato
productivo y cultural de la sociedad.
A estos males se agrega, la pérfida intervención de la dictadura en diversas universidades
públicas con el objetivo de despedir profesores de gran prestigio y así generar capital humano
para las recientes universidades privadas, porque eran concientes que el país adolece de
suficientes docentes calificados para este nivel de enseñanza. El despido, en unos casos, se
hizo bajo presión y chantaje, y en otros, en complicidad. Con autoridades corruptas. Eliminaron
cursos de gran valor para la investigación científica e implementaron currículos obsoletos del
siglo XVIII. Generaron el currículo oculto que tiene como norte la "teoría del caos" en donde
prima el llamado apoliticismo y la desideologización. Siguen enseñando el culto a la ciencia por
la ciencia, la teoría por la teoría, sin ninguna aplicación práctica. Crearon un aparato
administrativo burocrático-policiaco que hasta. Ahora supervive, logrando que prevalezca la
línea de control trazada por la dictadura, sobre la función académica científica que es el pilar
central del quehacer de la universidad. Este control dictatorial, en el actual gobierno
democrático, subsiste intacto en las universidades que ayer fueron intervenidas.
A la distorsión planificada por el Estado contra los fines y objetivos de la universidad, se suma,
hasta ahora, la desaparición del Instituto Nacional de Planificación, con el objetivo, de promover
la falaz idea de que el mercado se encarga de planificar todo, así la universidad fue aislada de
la sociedad, con una mínima relación.
Universidad Estado Sociedad. Ahora se sigue maltratando al docente universitario que recibe
un magro salario que permanece congelado, desde hace más de doce años. En muchas
universidades, públicas y privadas, más del 50% de docentes siguen contratados a pesar de
tener vínculo laboral de muchos años, se les niegan el derecho a investigar y a realizar
proyección social. No es ninguna exageración afirmar que el profesional dedicado a la
universidad financia la educación superior.
Este drama de la universidad, ayer fue adecuadamente manipulado por la dictadura a través de
los medios masivos de comunicación, ahora, lo mismo hacen los llamados gobiernos
democráticos de muchas universidades, el caos y la mediocridad reinante en la universidad no
es culpa del Estado y sus aliados, sino de maestros y alumnos "politizados" y encima "malos".
Si se analiza con cuidado la historia de la universidad en el Perú, ésta desde su origen se
encarga de capacitar toda clase de profesionales para la sociedad y desde luego para el
aparato productivo. Sin embargo, la empresa, cuya propiedad nacional y extranjera es ahora
casi íntegramente de empresarios privados, nunca ha apoyado a la universidad ni con un solo
centavo a lo largo de la historia de la República. Así se constata la mediocridad histórica de una
burguesía nacional o de los llamados criollos, que sólo quieren vivir de intermediarios del
capital extranjero o subvencionado por el Estado. Esta clase no tiene ningún gesto de
patriotismo para generar una industria nacional poderosa porque esto significaría defender el
alto nivel científico académico de la universidad, y están contra ella. Esta es la razón de su
fracaso como clase social, a esto se debe la desaparición sistemática de la industria nacional
en tiempos de la globalización. Día a día son engullidos por el capital transnacional.
Por otro lado
Siempre se ha reconocido a las universidades como espacios de debate y de diversidad de
pensamiento, pero ¿existe en ellas el debate con diversidad de pensamiento?
Si observamos bien, cada corriente de pensamiento tiende a abrir sus propios espacios,
buscar sus simpatizantes, y por esto, en algunas ocasiones va perdiendo el contacto con otras
posiciones y el intercambio de ideas opuestas, o distintas, que en muchísimos casos, es
totalmente útil para el crecimiento integral del ser humano.
Un punto de encuentro y debate entre las ideas es importante para todo recinto universitario, lo
nutre, lo renueva. Sin embargo, no nos podemos permitir enfrascarnos en un debate político
nacional, ese ha sido un grave error. Debemos discutir el tema universitario a la par de la
política nacional, porque también forma parte de nuestra cotidianidad y porque tenemos el
compromiso de aportar nuestras ideas en el desarrollo y evolución del sistema universitario y
su modelo educativo, su estructura académica, el perfil del profesional egresado, etc. ¿Están
estos aspectos en concordancia con lo que la sociedad (no el mercado) necesita, con lo que
está exigiendo?
Desde el punto de vista de la comunidad estudiantil universitaria también caben interrogantes
sobre las que vale la pena reflexionar: ¿La calidad de enseñanza en las universidades es la
correcta o debería aumentar? ¿Es el sistema administrativo actual el más conveniente cuando
de tomar decisiones a favor del estudiantado se trata? ¿Permite realmente conseguir
reivindicaciones estudiantiles de manera eficiente? Incluso podríamos ir más allá y
preguntarnos si ¿la comunidad estudiantil de las universidades tiene un verdadero poder de
decisión en los temas que le atañen con el sistema que rige actualmente en las universidades?
Si bien es cierto que somos “la generación de relevo”, “el futuro del país”, entre muchos otros
adjetivos que recibe la población estudiantil, no es posible que tengamos un discurso
compuesto, casi en su totalidad, por la situación nacional y se deje a un lado nuestra realidad
directa o más cercana que es la Universidad. Al final, es el lugar donde, durante 5 ó 6 años en
promedio, pasamos buena parte de nuestro día a día, donde aprendemos, enseñamos y
crecemos. Merece mucho más esfuerzo, análisis, reflexión y acción de nuestra parte.
Actualmente somos la nueva generación de relevo, pero en nuestras manos está el garantizar
que las que nos sucedan estén capacitadas, incluso más que la nuestra, y con mayor calidad,
para encargarse de un país que se caracteriza por siempre querer salir adelante, por crecer,
por evolucionar.
Por tanto para Mejorar la calidad de vida es aspiración humana. No es posible mantener en
pleno siglo XXI, una estructura de remuneraciones, como el que existe en la Universidad
Pública por más de 20 años, y que es clamor nacional encontrarle soluciones inteligentes.
2. Como queda demostrado, en todo este tiempo pasado, ningún gobierno de turno se ha
preocupado por encontrarle solución. Por consiguiente, nos corresponde a los Docentes
Universitarios, aplicando con justicia social nuestra autonomía administrativa, optimizar el uso
de los recursos con que cuentan las Universidades Públicas para auto generar nuestros
propios ingresos para atender al normal financiamiento de los futuros ingresos propuestos en
este trabajo.
3. De las tres alternativas de solución planteadas:
a. Decisión Transitoria interna del Claustro Universitario.
b. Decisión Integral interna del Claustro Universitario
c. Decisión política del Poder Legislativo
Consideramos, después de analizar los Proyectos de Ley a discutirse en el Parlamento, y del
análisis realista de una reestructuración integral de las Universidades, es viable, y fácil de
implementar la propuesta de solución transitoria que consistiría en formar Comités de
Coordinación Inter Facultades por sectores, de las Unidades de Post-Grado, de los Centros de
Extensión Universitaria y Proyección Social y de los Centros de Producción de la Universidad
Nacionales del país, para hacerlas más eficientes y rentables en la generación de fondos
propios.
4. Sin embargo, en el largo plazo, la Universidad Pública debe optar por simplificar su
administración mediante la fusión por absorción de las diferentes Facultades como se plantea
en la Tabla No. 05 de las páginas 11 y 12 de este trabajo de investigación.
5. Finalmente, corresponde al Congreso Nacional de Docentes Universitarios de las Facultades
de Ciencias Contables y Financieras del Perú, cerrar filas porque las ideas planteadas en el
este trabajo de investigación se lleven a la práctica en todas las Universidades Públicas de
nuestro país.