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8/17/2019 Num011_007 http://slidepdf.com/reader/full/num011007 1/6 Harold Raley Pidiendo un Ortega desde dentro Con motivo del centenario de Ortega no estaría tal vez fuera de lugar reiterar algunas de las cavilaciones con que el gran filósofo español empieza su estupendo ensayo, de encabezamiento parecido a éste, sobre Goethe,  precisamente sobre el centenario del genial alemn! "orque no sé e#acta$ mente qué hacer con las fechas %&&'$%(&'! )o parece fcil asociarlas* es como si fueran signos de épocas radicalmente escindidas! +dems, creo que nos preocupa demasiado nuestro %(&' para que podamos evocar aquel otro &' tan cercano y tan remoto a la vez! l mundo ya no es para cente$ narios, y si evocamos fechas con ese motivo lo hacemos- con alguna contra$ riedad, que revela quiz nuestra poca lealtad al pasado! n siglos ms nor$ males .lo cual quiere decir que éste es de signo opuesto. las épocas anteriores gozan de una segunda e#istencia, encapsuladas en las posterio$ res! +sí, por e/emplo, el siglo #vm perdura en el #i#! n los gestos e ideas decimonónicos vislumbramos restos e inacabamientos del siglo #vm! "ero el nuestro, el ##, tiene el cariz de algo insólito! s tal su novedad que parece e#cluir todo lo anterior! 0i la historia, en épocas ms tradicio$ nales, tiene mucho que decirnos en sentido aleccionador, hoy día queda ms o menos desprestigiada y es de signo negativo! 1o histórico se confunde con lo meramente vie/o y, en la mayoría de los casos, incluso los decisivos, se nos anto/a que la historia es un mundo caduco lleno de antiguallas y curiosidades de valor cuestionable y en todo caso prescindibles! 0on tantos los peligros y amenazas que hostigan nuestro &' que no parece admitir comparaciones históricas! "or eso queda sin e#plicaciones suficientes, lo cual no significa que sea ine#plicable! )o sabe adecuarse a su propia historia* duda de su futuro* y la bomba nuclear puede acabar con todas las fechas humanas cualquier día de estos que vamos viviendo! 2odo ello se sabe harto bien! l mundo pide soluciones, como se suele decir, lo cual significa simplemente que va buscando no sé qué clase de salvación! Cuenta y Razón, n!3 %% 4ayo$5unio %(&'

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Harold Raley

Pidiendo un Ortegadesde dentro

Con motivo del centenario de Ortega no estaría tal vez fuera de lugar reiterar algunas de las cavilaciones con que el gran filósofo español empieza

su estupendo ensayo, de encabezamiento parecido a éste, sobre Goethe, precisamente sobre el centenario del genial alemn! "orque no sé e#acta$mente qué hacer con las fechas %&&'$%(&'! )o parece fcil asociarlas* escomo si fueran signos de épocas radicalmente escindidas! +dems, creoque nos preocupa demasiado nuestro %(&' para que podamos evocar aquelotro &' tan cercano y tan remoto a la vez! l mundo ya no es para cente$narios, y si evocamos fechas con ese motivo lo hacemos- con alguna contra$riedad, que revela quiz nuestra poca lealtad al pasado! n siglos ms nor$males .lo cual quiere decir que éste es de signo opuesto. las épocasanteriores gozan de una segunda e#istencia, encapsuladas en las posterio$res! +sí, por e/emplo, el siglo #vm perdura en el #i#! n los gestos eideas decimonónicos vislumbramos restos e inacabamientos del siglo #vm!"ero el nuestro, el ##, tiene el cariz de algo insólito! s tal su novedadque parece e#cluir todo lo anterior! 0i la historia, en épocas ms tradicio$nales, tiene mucho que decirnos en sentido aleccionador, hoy día quedams o menos desprestigiada y es de signo negativo! 1o histórico se confundecon lo meramente vie/o y, en la mayoría de los casos, incluso los decisivos,se nos anto/a que la historia es un mundo caduco lleno de antiguallas ycuriosidades de valor cuestionable y en todo caso prescindibles! 0on tantoslos peligros y amenazas que hostigan nuestro &' que no parece admitir comparaciones históricas! "or eso queda sin e#plicaciones suficientes, lo cualno significa que sea ine#plicable! )o sabe adecuarse a su propia historia*duda de su futuro* y la bomba nuclear puede acabar con todas las fechashumanas cualquier día de estos que vamos viviendo! 2odo ello se sabeharto bien! l mundo pide soluciones, como se suele decir, lo cual significa

simplemente que va buscando no sé qué clase de salvación!

Cuenta y Razón, n!3 %%4ayo$5unio %(&'

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"ero creo que necesita algo previo6 un planteamiento adecuado de losverdaderos problemas! "orque la verdad es que sin saber e#actamente loque tenemos que solucionar no podemos orientarnos, de modo que anda$mos despistados! 7gnoramos nuestra situación* no sabemos dónde estamos!n varios sentidos, el mundo de %(&' nos es ms a/eno que el de %&&'!s que hoy faltan puntos de referencia! Con las fechas citadas recordamos,

como nos incumbe, al gran Ortega! 2odo esto a modo de introducción altema, porque mi motivo no es precisamente evocar al Ortega de las fechasde su centenario! )o pretendo e#plicar a los lectores españoles lo que fueOrtega, me/or dicho, quién fue Ortega, como él gustaba de decir! "ido yesbozo a otro Ortega, un Ortega nuestro que sepa decirnos cules sonnuestros problemas y realidades y cómo afrontarlos! "ido, pues, un Ortegadesde dentro! 89entro de qué:, me preguntarn! 9entro de esta realidaden que, para bien o para mal, nos ha tocado vivir! )ecesitamos nosotros,los otros americanos que no hablamos su idioma y apenas conocemos alOrtega español, un Ortega nuestro, un Ortega americano! ; 8por qué Or$tega y no un <eidegger, un =ussell, quizs un 0artre: "or razones muysencillas y ta#ativas6 >Ortega era la ms sensible antena cultural de nuestromundo hispnico incitada por la ms vida curiosidad intelectual que

e#istía en la cultura de Occidente?!%! 0uscribo la opinión de 4arrero* Ortegano sólo es el filósofo ms grfico en su modo de pensar, sino el que msvisión tiene del mundo! 9e ahí su actualidad con respecto a muchos pro$

 blemas de nuestro %(&'! )o en balde le llama 5ulin 4arías filósofo de lasegunda mitad del siglo ##!

 )o debemos pasar por alto un hecho cuyo significado a@n est por pon$derar! 9urante siglos lo español ha sido para otros países de Occidente unmotivo folAlórico, una realidad pintoresca! n muchos sectores de las va$rias sociedades occidentales sigue vigente esa noción de los españoles! <aymuchos Bcasi siempre los que no han leído a Ortega que descartan susaportaciones, calificndolas de curiosidades! "ero hay otros, y son cada vezms, que se dan cuenta de que spaña se ha incorporado de nuevo a la

cultura occidental* y no significa tal reintegración la imitación superficialde lo que han hecho otros, sino que trae consigo un adelanto asombroso,sobre todo en arte y filosofía* sobre todo en filosofía!

0in embargo, Ortega no nos basta! 9udo que los americanos encontre$mos en el Ortega español lo que nos urge hallar para poder vivir con cierta

 plenitud! )i los problemas cuyo planteamiento resulta ineludible ni lassoluciones imprescindibles se encuentran en las obras de Ortega! "ara nos$otros, Ortega ni es problema ni solución* pero puede ser algo a@n msimportante tal vez6 una fuente de sugerencias, un mundo de virtualidades,un dechado de claridad mental! l Ortega que voy pidiendo puede propor$

% 9omingo 4arrero, >Crítica de la ciencia y concepto de la filosofía en Ortega?,  La

 Horre, año 7D, n@ms! %E$%F, /ulio$diciembre %(EF, pg! &E!

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clonarnos la luz con la cual resulta ms fcil iniciar la b@squeda que nosimpone nuestro destino!

2engo que confesar que ya no me estimula gran cosa el Ortega de losestudiosos de su pensamiento! n las dos generaciones transcurridas des$

 pués de su muerte, en %(EE, se han publicado innumerables estudios sobreOrtega! <oy día es punto menos que increíble lo que se sabe de Ortega

en determinados círculos, y la bibliografía orteguiana de que dispone elestudioso de %(&' es de una minuciosidad incomparablemente superior ala de hace veinte o treinta años! )o sólo se han publicado ms artículos ylibros, sino me/ores .siempre con contadas e#cepciones, desde luego.!

0in embargo, veo con no sé qué trepidación esta proliferación de la te$mtica orteguiana! 2engo cierto temor de que Ortega se convierta en tópi$co, ya que con demasiada frecuencia se estudia lo que ya no se lee! fecti$vamente, en su con/unto las obras sobre Ortega e#hiben ciertas tendenciashacía un escolasticismo orteguiano* nos ofrecen un Ortega inactual, un pre$te#to ms de investigación académica!

 )o es éste el Ortega que realmente me interesa y que me parece nece$sario en %(&'! 2ampoco es el que pido, porque repito que esto que voy

escribiendo es una petición, un anhelo! "ido un Ortega, sólo que otro!8Cul: "ermítaseme una e#plicación!

<e dicho que Ortega significa para nosotros un mundo de virtualida$des! Ortega no es, ni puede ser, una solución concreta y definitiva a nues$tro dilema porque el mundo ha cambiado o por lo menos han cambiadoen él muchas cosas! )o sé si es ms lícito definir las cosas por su presen$cia o por su ausencia! 0ólo sé que, en el caso nuestro, ese Ortega que voy

 pidiendo brilla por su ausencia! 0e siente su falta! 0e le perfila por el huecode su realidad! )o e#iste, pues, pero debe e#istir!

1a realidad americana es enorme, inquieta y avasalladora! 5ulin 4aríasha dicho acertadamente que los stados Hnidos son la proa del mundo oc$cidental, y esto quiere decir de pronto que es una realidad importante, im$

 portantísima* la clave, si se quiere, para los que realmente pretenden saber lo que es el Occidente en el siglo ##! )o quiero decir con esto que todaslas realidades actuales que aparentan ser americanas lo sean! )o! s queaquí asumen su forma ms típica e intensa! "ueden ser fenómenos ms omenos mundiales Bdicen que hasta en "olonia los /óvenes se visten de  jeans

 y escuchan con embeleso típico la m@sica rock), pero son fenómenos mati$zados por lo americano! )o se trata desde luego de ideologías! <ace tiempoque estoy casi convencido de que en materia de dogmatismos ideológicossomos poco menos que ineptos!

+ mi modo de ver, es que, a diferencia de 9on Iui/ote, no >sabemos!quiénes somos?! 0i la realidad americana resulta deslumbrante y molestatanto a nuestros amigos como a nuestros enemigos, algo insólito sin antece$dentes históricos, creo que lo es ms para nosotros mismos! 9esde luego

6no faltan ideas e interpretaciones del gigantesco fenómeno americano!

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+ falta de verdades pululan nociones! Contamos con centenares de sabioscon sendos libros que pretenden descrifrar el gran enredo americano! 1afantasmagoría estadística y tecnológica nos ofrece mil y una imgenes denuestra vida colectiva! +fanados por conocer el fondo esquivo de nuestrasociedad, los americanos absorbemos infinitas concepciones de lo que hemoshecho! Con efímeros entusiasmos que desaparecen sin de/ar huellas, vemos

 pasar el incesante trfico de fórmulas e hipótesis! ; resulta que hasta lafecha no hemos encontrado la interpretación adecuada de lo que somos!0i Ortega, desesperado, puede preguntar6 >9ios mío, 8qué es spaña:?,tanto ms nos urge saber 8qué son los stados Hnidos: Divimos en la in$certidumbre que hostiga nuestras instituciones y amenaza desmoronar mu$chas cosas valiosas de difícil sustitución! 9iría Ortega tal vez que somosnufragos, pero no se muere de naufragio si se encuentra a tiempo el mediode salvación!

l americano no sabe quién es! 0ólo se da cuenta de que es distinto delos otros* y se avergJenza de sus peculiaridades, negando de un modo re$

 pugnante los valores de su cultura .los casos son frecuentes. o vana $glorindose de su >americanismo?, convirtiéndose en el llamado >americanofeo?!

8Cómo e#plicar este hueco filosófico en que queremos que infiltre al$g@n Ortega americano: 1o ms probable es que no se pueda dar ningunae#plicación adecuada, aunque sí algunos comentarios al respecto! Creo queel intelectual americano tiende a no tomarse demasiado en serio, y, lo quees quiz ms grave, no espera realmente que los otros lo tomen en serio!4s le interesa fabricar novedades que descubrir verdades, olvidndose talvez de que lo nuevo que no cuenta con otro mérito que su novedad prontose convierte en algo que ni es nuevo ni es nada! + mi /uicio, lo que le faltaa la intelectualidad americana son tres cosas6 % responsabilidad, ya que, adiferencia de Ortega o 4arías, por e/emplo, el americano dedicado a temasintelectuales en la mayoría de los casos no se siente responsable de nadafuera de un estudio específico! Krente a una indiferencia p@blica casi absolu $

ta, e#cepto en contados casos, el pensador americano se entrega a caprichosy cabriolas intelectuales, de los que no tiene que dar cuenta* por esole falta, en @ltima instancia, esa disciplina, la @nica verdadera de la vidahumana, que proviene del contacto ineludible con las cosas, con la realidad,con los verdaderos problemas que, por abstractos que sean, son los de lavida concreta y personal del hombre* ' por no sé qué misterio cultural,el intelectual americano cree que para pensar bien tiene que escribir malen un casi$inglés, y, por consecuencia, que la realidad viene asociada con lotorpe, lo feo y lo pesado! Creo que ese Ortega soñado podría encontrar laraíz de muchas torpezas y groserías de nuestra sociedad en esa mínimametafísica! ;o me atrevo a decir que nuestra aversión a la elegancia inte$lectual va a la par con la actual degeneración del idioma inglés en +mérica!

l americano sigue siendo bondadoso y enérgico! =estos de una antigua

fe le sirven de puntos de referencia cada vez ms desdibu/ados! "ero el

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 bombardeo incesante de falsedades y monstruosidades intelectuales le hade/ado embobecido! +penas sabe distinguir entre realidades y apariencias ycasi nunca Ba no ser por pura intuición entre voces y ecos, como quería4achado! ; no hay duda de que se han infiltrado en medio de tal incerti$dumbre colectiva muchas cosas repugnantes, sucias e inmundas! 9e ahíquiz la tolerancia americana para con la criminalidad en sus formas ms

llamativas y amenazadoras! )ecesitamos, pues, no un tópico ms, no unas novedades ms, porque

nos sobran novedades y tópicos, sino alguien de molde orteguiano que nosdiga clara y elegantemente que esto es tal cosa y eso no, que nos enseñea distinguir, a elegir Bde ahí, a ser >elegantes?! )os hace falta ese Ortegaque sepa de naufragios y de verdades que son formas .quiz las @nicas. de salvación! "orque de esto se trata, de la salvación!

 )o hay platitud ms gastada aquende el atlntico que la del mundo queva cambiando a ritmo vertiginoso! "ero 8es cierto esto: Dertiginoso, sinlugar a dudas, pero quiz a modo de un carrusel que gira sin llevarnos aninguna parte! "uede que la desesperación que, nufragos, e#perimentamossea precisamente por la falta de cambios radicales! <ace decenios que, con

rea/ustes grandes o pequeños, el mundo sigue padeciendo sus consabidosconflictos y tensiones, y lo que sigue igual siempre empeora al menguar lafe y la tolerancia!

"uede que éste sea el mundo rebelde que vislumbra Ortega en  Larebelión de las masas: un mundo en que los pensadores ya no piensan deverdad, en que los dóciles no lo son, un mundo, en fin, en que no se ela $

 bora ning@n futuro! <ace muy pocos años, el  slogan o lema de los /óvenesrebeldes era  No! BL+horaM! "uede que sin una visión inteligente y res$

 ponsable de un futuro posible Bporque hay varios que no lo son por repug $nantes e inhumanos, ese  No! se eternice! Creo que uno de los motivosde nuestro malestar colectivo es que sentimos caduco nuestro presente, sinque por eso aparezca nada me/or! +nhelamos el futuro, y no viene! s pro$

 bable que tarde en manifestarse ese futuro porque no lo hemos ideado de

manera suficiente! )o hemos tenido a ese Ortega que ordene nuestra rea$lidad caótica y la encamine hacia un futuro lógico y viable .sobre todoviable, porque estamos hartos de esquemas y paradigmas del futuro msaptos para autómatas que para hombres y mu/eres.!

"or tales motivos pido un Ortega desde dentro de esta realidad en que pretendo vivir! O, a falta de él, porque como Ortega dudo que haya dos,orteguistas que lo sean de verdad, es decir, verdaderos discípulos de sumodo de pensar! "ermanecer dentro de la problemtica de Ortega, la quecorresponde a otros problemas, es convertirlo en tópico tan clsico comoinerte! "ara mí, mucho ms vale hacer lo que sugiere el mismo Ortega6>)o hay ms que una manera de salvar al clsico6 usando de él sin mira$miento para nuestra propia salvación .es decir, prescindiendo de su clasi$

cismo, trayéndolo hasta nosotros, contemporaneizndolo, inyectndole pulso

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nuevo con la sangre de nuestras venas, cuyos ingredientes son nuestras pa$siones!!! y nuestros problemas.! n vez de hacernos centenarios en elcentenario, intentar la resurrección del clsico re$sumergiéndolo en la e#is$tencia? !

"orque también se trata de salvar a Ortega!

<! =!N

 "bras com#letas, 7D, pg! %(!

N "rofesor de la Hniversidad de <ouston! +utor de los libros "rtega, $ilóso$o de la uni%dad euro#ea y La &isión res#onsable: la $iloso$'a de (ulin *ar'as+