JoachimHirsch

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REVISTA DE SOCIOLOGIA E POLTICA N 24: 165-175 JUN. 2005

RESUMO

Rev. Sociol. Polt., Curitiba, 24, p. 165-175, jun. 2005

Joachim Hirsch

QU SIGNIFICA ESTADO?REFLEXIONES ACERCA DE LA TEORA

DEL ESTADO CAPITALISTA1

Recebido em 15 de maio de 2005Aprovado em 18 de junho de 2005

ARTIGOS

O presente artigo prope uma teoria abstrata do Estado capitalista, sem se referir a nenhuma formaohistrica em particular, no que se convencionou chamar teoria derivacionista do Estado. Considera-se

aqui o Estado como uma formao scio-poltica especfica da sociedade capitalista, responsvel pela

manuteno e pelas condies de reproduo do capital. A base social do capitalismo a separao

(contraditria) entre o capital e o trabalho; para realizar essa separao, o capitalismo mantm, por meio

do Estado, uma separao entre a sociedade e a economia, de modo que seja possvel aos capitalistasexpropriar a fora de trabalho dos trabalhadores (e a riqueza da resultante) sem exercer ela mesma a fora

(a violncia) necessria para tanto. Essa separao o que funda, contraditoriamente, as relaes

necessrias ao projeto burgus de liberdade e igualdade cidads. Em termos tericos e histricos, no se

subordina a poltica economia, como se o Estado fosse mera e simplesmente uma superestrutura do

capital; alm disso, outras contradies sociais no so criadas pelo capitalismo (entre gneros ou raas,

por exemplo), mas o Estado capitalista impe condies especficas a elas, conformando-as.

PALAVRAS-CHAVE:Estado; capitalismo; teoria; classe dominante; expropriao da fora de trabalho.

Cuando se trata de las condiciones de una po-ltica democrtica, primero es necesario acordar

qu se entiende en realidad por Estado y qurelacin existe entre el Estado moderno y la de-mocracia poltica. Si pensamos en los partidos,gobiernos y parlamentos, las direccionesimpositivas, los tribunales, las fuerzas armadas yla polica, entonces, a primera vista parece evi-dente qu es el Estado. Pero en realidad no esas. En primer lugar se debe constatar que nosiempre existieron estados en el sentidocontemporneo. No toda dominacin poltica seconfigura en forma de estados separados de lasociedad. La estructura que denominamos Es-

tado surgi recin con la sociedad burguesa ca-pitalista y representa una de sus caractersticasestructurales fundamentales. Por eso es que porlo menos es impreciso, si no confusionista, hablar

de un Estado antiguo, medieval o feudal.Condiciones feudales, por ejemplo, se caracterizan

por el hecho de que la dominacin poltica yeconmica coinciden en gran medida, no dan-do lugar a la conformacin de un aparato polticoseparado de las relaciones sociales inmediatas desubordinacin y dependencia. No slo la meraexistencia de relaciones de dominacin y poder nitampoco tareas y funciones especficasconstituyen el Estado, sino la forma social, en lacual aquellas relaciones se expresan y estas tareasse realizan (HOLLOWAY 1991, p. 235). Del Es-tado como forma de dominacin se puede hablarprincipalmente recin cuando se conforma un

aparato de poder autnomo y centralizado, sepa-rado de la sociedad y la economa, y con esto sediferencian poltica y economa como esfe-ras funcionales de la sociedad. La sociedad capi-talista se caracteriza por sostenerse materialmen-te y desarrollase en base a la produccin privada,el trabajo asalariado y el intercambio demercancas. Obtiene su coherencia y dinmica dela apropiacin privada, mediatizada por el merca-do y el intercambio del plusvalor producido, es

1 Este artigo integra o livro El Estado nacional decompetencia. Estado, democracia y poltica en el capitalis-

mo global (Ciudad de Mxico: Universidad AutnomaMetropolitana, 2001).


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QU SIGNIFICA ESTADO?

decir, del proceso de revalorizacin del capital.Impulsado por la coercin de maximizar laganancia, la acumulacin del capital determina demanera esencial las estructuras y los desarrollossociales, la modificacin de las situacionessociales, las condiciones de y la divisin del trabajo,la forma del progreso tecnolgico etctera. Peroesto significa que los seres humanos estnsometidos a interrelaciones, a las cuales ni puedenelegir libremente ni modificar sin ms mediante laaccin individual directa. Ellos son en primer tr-mino trabajadores(as) asalariados(as),empresarios(as), campesinos(as) o comerciantes.Estas ubicaciones dentro de la estructura socialcondicionan de manera decisiva las posibilidadesindividuales de configurar y actuar. Mientras lasociedad capitalista de mercado est caracteriza-da tanto por la relacin generalizada decompetencia entre los diferentes propietarios demercanca como as tambin por los antagonis-mos entre las clases y grupos sociales, lacomunidad poltica no se establece de maneradirecta, conciente o mediante acuerdos inmediatos.Por el contrario, son los conflictos, disputas yluchas su caracterstica principal. Esto imposibilitaque sus miembros estn en condiciones de arri-bar a decisiones libres, concientes y planificadasrespecto a s mismos, sus relaciones mtuas y sudesarrollo comn. El caracter social de los seres

humanos se exterioriza en cambio en formassociales separadas de ellos. En la teora materia-lista de la sociedad se denominanformas socialesa los objetos externos y ajenos al ser humano, enlos que se manifiesta su interrelacin social demanera desfigurada y no reconocible de inmediatoy slo a travs de los cuales es posible lasociabilidad en las condiciones econmicasimperantes. Las relaciones sociales de los sereshumanos deben adoptar la forma de relacionescosificadas, es decir la propia existencia social seconfronta a los seres humanos como cosa, como

fetiche difcilmente aprehensible, que oculta loque lo origina y alienta.

Las dos formas sociales bsicas, en las que seobjetiva la interrelacin social en el capitalismo,son el valor, que se expresa en el dinero, y lafor-ma poltica, que se expresa en la existencia de unEstado separado de la sociedad. En la forma delvalor y precio de las mercancas producidas semanifiesta el carcter social de los trabajos parti-culares, que se realizan segn una divisin detrabajo, pero independientes entre s y por eso ini-

cialmente no coordinados. Su importancia socialse expresa en la vendibilidad de los respectivosproductos. Mediante el valor o precio de lasmercancas se comparan los trabajos individuales;aqu se decide si el trabajo singular es necesario yrequerido desde la totalidad econmica. El dineroes la forma social, en la cual se expresa lacomparabilidad y la interrelacin social de mltiplestrabajos particulares; a esta interrelacin seconfrontan al mismo tiempo los seres humanoscomo relaciones compulsivas y violentasexgenas. Esto se demuestra ya en el hecho deque sin trabajo asalariado no se obtiene dinero nitampoco la satisfaccin de necesidades y que, porotra parte, depende del dinero o ms preciso delas expectativas de ganancia de los empresarios,si se ofrecen puestos de trabajo y se pagan salarios.No es la utilidad de los valores de uso generados,sino la vendibilidad de las mercancasproducidas, es decir en ltima instancia larentabilidad del capital invertido lo que determinaqu se produce.

La sociedad capitalista se caracteriza por lapersistencia con la que sigue desarrollando elcarcter social real del trabajo, la interrelacin fi-nalmente mundial y el ensamblado de innumerablestrabajos parciales. Con esto, al mismo tiempo, seest tornando imposible configurar las condiciones

sociales de manera inmediata, a travs del accionarconciente y colectivo de los seres humanos. Quintrabaja qu y para quin depende por lo pronto deintrincados movimientos internacionales de dineroy capital. La condicin gregaria de los seres hu-manos se carga a sus espaldas como una relacincoercitiva, marcada por un proceso de circulacinmonetaria y valorizacin del capital, que en esenciase caracteriza por sus crisis. Pero lo peculiar de laforma de la relacin social del trabajo bajo lascondiciones de la economa mercantil capitalistarige tambin la comunidad poltica: en una sociedad

basada en una divisin natural de trabajo,acuada por la competencia y confrontacin declases, tampoco en esto ella puede realizarse demanera inmediata, a travs de un libre acuerdoentre todos, sino que debe adoptar una forma igual-mente cosificada y objetivada. Esto es el Estadoburgus-capitalista que se presenta ante losindividuos sociales igualmente como relacin co-ercitiva externa y ajena.

Si ahora abordamos con mayor detenimientola forma de lo poltico bajo las condiciones de lasocializacin capitalista, por lo pronto no se trata


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de explicar cmo se originan Estados, cmoaparecen concretamente, qu hacen no hacen.Ms bien primero debe fundamentarsepor qulacomunidad poltica adopta en realidad una formaseparada de la economa y la sociedad y quconsecuencias tiene esto para las instituciones yprocesos sociales y polticos. Este paso tericomuchas veces es denominado derivacin del Es-tado y ha sido mal interpretado en su importanciay alcance: el objetivo no es la explicacin de de-terminadas instituciones, procesos y desarrollospolticos, sino el anlisis de las caractersticasestructurales bsicas de la sociedad capitalista, quesin duda tienen suma importancia para los patronesvigentes de percepcin y las posibilidades deaccin. Se trata entonces de las posibilidades ypresiones del accionar, que obedecen a las relaci-ones materiales de produccin y acuan lasinstituciones polticas y los procesos polticos dela sociedad burguesa. No se trata de explicar losaparatos estatales concretos o los sistemas polti-cos particulares; si no se comprenden lasinterrelaciones estructurales de la sociedad, quese encuentran detrs y los determinan, sondifcilmente comprensibles (v. HIRSCH, 1974;BLANKE, 1975; HOLLOWAY & PICCIOTTO,1978; HOLLOWAY, 1991).

La cuestin, de la que se trata, fue formulada

de manera concisa, en los aos 1920, por elprofesor sovitico de Derecho Pblico, EugenioPaschukanis. Por qu la dominacin de claseno sigue siendo lo que es, es decir, el sometimientoefectivo de una parte de la poblacin por la otra?Por qu adquiere la forma de una dominacinoficial estatal lo que es lo mismo por qu elaparato coercitivo estatal no ha sido creado comoaparato privado de la clase dominante, sino que sesepara de ella, adquiriendo la forma de un aparatoannimo del poder pblico separado de lasociedad? (PASCHUKANIS, 1970, p. 119).

La respuesta se encuentra en las peculiarida-des de la modalidad capitalista de socializacin.Esta se caracteriza por la separacin de losproductores inmediatos (obreros y obreras) de losmedios de produccin, por la produccin priva-da, el trabajo asalariado y el intercambio demercancas. Esto implica que la explotacin deltrabajo vivo o la apropiacin del plusproducto notiene lugar mediante el uso directo de la fuerza,sino a travs de un intercambio de mercancas enapariencia equivalente, incluyendo la mercancafuerza de trabajo. El intercambio de mercancas

sin impedimentos (el mercado libre), lacompetencia y la libertad de los asalariados/aspara vender su fuerza de trabajo slo son conce-didas cuando la clase econmicamente dominan-te desiste del uso individual de los instrumentoscoercitivos directos en el trfico econmicoinmediato, es decir, cuando las luchas competiti-vas no se dirimen con las armas y la fuerza detrabajo no se recluta en forma compulsiva. Slocuando estas condiciones estn dadas puede unasociedad capitalista consolidarse, sostenerse ydesarrollarse. Por lo tanto, las condiciones capi-talistas slo pueden entonces conformarse enplenitud si la coaccin fsica experimenta unainstitucionalizacin independiente de todas lasclases sociales, inclusive de la dominante en tr-minos econmicos precisamente, en la formadel Estado. Esto no significa de ninguna maneraque la violencia desaparezca de la sociedad: alcontrario, sigue actuando por lo menos de modosilencioso, por ejemplo, obligando a los sereshumanos a la venta voluntaria de su fuerza detrabajo y, precisamente por haber sido concentra-do en el aparato burocrtico estatal, se torna mscontundente y eficaz como nunca antes lo fueraen la historia.

Esta concentracin de la fuerza coercitiva enuna forma separada de todos los individuos y clases

sociales constituye la separacin entre economay poltica, entre Estado y sociedad, carac-terstica del capitalismo. Por eso acierta MaxWeber al afirmar que el Estado moderno se ca-racteriza principalmente no por sus actividades,sino ante todo por su monopolio de legtimaviolencia fsica (WEBER, 1974, p. 1 042). Estopor supuesto no significa que fuera del Estado nose ejerza la violencia, sino slo que el Estado seimpone normalmente como ltima instancia coer-citiva, al castigar por ejemplo el delito. Se observaentonces que el monopolio estatal de la violencia,

al cual hoy se le suele adjudicar la cualidad de unlogro civilizatorio altamente positivo, en primerlugar no es otra cosa que una especfica formahistrica de las relaciones sociales de explotaciny opresin. El modo, sin embargo, en que se ejercela violencia y en que se llevan a cabo las luchassociales ha sido significativamente modificado,racionalizado, tornado previsible y as en ciertomodo seguramente tambin civilizado.

Esta secuencia argumentativa constituye algoas como el ncleo de la derivacin materialistadel Estado. Resta recalcar que con esto de ninguna


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manera se define al Estado como simple expresino funcin dependiente de la economa, como lohacen las teoras simplistas de base ysuperestructura. Mas bien, la peculiaridad delmodo de socializacin capitalista consiste en laseparacin y vinculacin simultnea de la polticay la economa. La economa no antecede a la po-ltica ni terica ni histricamente. El Estado noes una superestructura, que podra ser explicadaen referencia a la base econmica. Como el valor,el dinero etctera, que representan una forma his-trica especfica de relaciones sociales(HOLLOWAY, 1991, p. 229). La forma econmicay poltica caracterizan la manera en la que lasociedad capitalista obtiene su capacidad decohesin, sustentabilidad y desarrollo a pesar desus contradicciones antagnicas y a travs de ellas.Importante es ahora destacar, que esta forma po-ltica implica ms que la independizacin de lafuerza coercitiva fsica frente a los individuos,grupos y clases sociales. El Estado no slo es elaparato coercitivo, sino que, al estar aparentementepor encima de la competencia y las luchas sociales,simultaneamente se expresa en l la comunicidadpoltica de la sociedad aunque de una maneracosificada y objetivada. El Estado es laconfiguracin, ilusoria y de igual modo real, queadopta la comunidad poltica bajo las condicionessociales dominantes.

No slo las interrelacines econmicas de lasociedad, marcada por la competencia y antago-nismos de clase, sino tambin las polticas semanifiestan en una instancia separada de ella,presentndosle tambin como externa: lo que a lasociedad le es comn, aparece como apartado deella (comparar con MARX, 1970, p. 203).

Ahora es posible sealar con mayor precisinlo que significa forma, contradiccin yregulacin en las condiciones capitalistas desocializacin. La conexin de la reproduccin

material, cohesionada por la forma del valor(dinero, capital) y la ley del valor (mercado), es como ha demostrado Marx en El capital produccin y realizacin de plusvalor y, como tal,caracterizada por sus crisis. Y esto en un doblesentido: el proceso de acumulacin de capital, quea su vez es lucha de clases, lucha por la producciny apropiacin del plusvalor, est permanentemen-te sometido a la posibilidad de estancamientos ycolapsos. Al mismo tiempo se basa en condicionessociales y requisitos naturales, los cuales no escapaz de producir ni de mantener, sino que inclu-

so tendencialmente destruye. Se trata no slo detradiciones culturales, pautas de valores y relaci-ones sociales que no han adquirido la forma demercancas, sino tambin de formas bsicas de lareproduccin material como la produccin desubsistencia agraria y artesanal o formastradicionales del trabajo domstico. Sin ellos noseran posibles ni la existencia de las fuerzas detrabajo ni la permanencia y la cohesin de lasociedad. Asimismo las condiciones naturales dela produccin, que a cada capital le parecen comofuerza productiva gratuita, deben ser protegi-das y conservadas tanto ms contra la dinmicade la revaloracin del capital, cuanto ms sta seimpone a escala mundial.

Ya este contexto excluye una reproduccin de

la sociedad, determinada slo por la formaeconmica, regulada por la ley del valor (es decir,conforme al mercado). Como simple economade mercado, el capitalismo no est en condicionesde existir. Sus contradicciones internas imponenuna actividad orientada hacia la existencia materi-al, el ordenamiento y la permanencia de la sociedady que se desarrolla desde afuera del procesoinmediato de la revaloracin. Esta slo puederealizarse de la nica manera en la cual es exclusi-vamente posible la comunicidad poltica en lasociedad capitalista: mediante el Estado. Merca-

do y Estado entonces no slo se oponen, sinoque estn relacionadas entre s de maneraindisoluble. El Estado tiene que intervenir en elaccionar del mercado y con esto siempre tiende,en ltima instancia, a suprimirlo. Al mismo tiempo,sigue dependiendo fundamentalmente de que elproceso de revaloracin capitalista regulado a tra-vs del mercado persista.

Tanto la forma poltica de la sociedad capita-lista como la econmica se caracterizan porcomplejas contradicciones. La singularizacindel Estado, la separacin de poltica y economa,

si bien es indispensable para que la sociedad capi-talista se mantenga, pero no lo garantiza deantemano. Poltica y economa no conformanuna interrelacin funcional que se autoregula sinfisuras. La singularizacin del Estado, laseparacin del Estado y la sociedad se produceen luchas polticas y sociales y resulta cuestionadaconstantemente por ellas, cuando se establecen,por ejemplo, estrechos entrelazamientos entre elEstado y grupos de capitales en particular y, lasactividades estatales estn dirigidas por susintereses privados. Las clases econmicamente


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dominantes tienden por principio a unareprivatizacin de la violencia coercitiva fsica,cuando en tiempos de crecientes conflictossociales no pueden seguir asegurando sudominacin a travs del aparato estatal. Pero alargo plazo semejantes evoluciones ponen en dudala persistencia de una sociedad capitalista.

Dado que la forma poltica y, con ella el Esta-do, slo pueden mantenerse cuando lareproduccin material de la sociedad estgarantizada en general, la separacin entre Esta-do y sociedad no puede ser absoluta, sino quese sustenta en relaciones recprocas en forma deintervenciones del Estado e influencias de lasociedad sobre el Estado. El Estado en su formasocial especfica slo es capaz de mantenerse en

la medida en que siga siendo garantizada lareproduccin econmica como proceso derevalorizacin del capital.

En este sentido es el inters del Estado en smismo (o ms preciso: el inters propio de susfuncionarios burocrticos y polticos) lo que loconvierte en garante de las relaciones deproduccin capitalistas, en gran parteindependiente de influencias directas (ver respectoa estas frmula: OFFE, 1975). El Estado es por lotanto siempre Estado intervencionista, pero sinque pueda fundirse realmente con la sociedad.

Estado y sociedad no slo estn separados,sino al mismo tiempo ligados, y esta separacin-ligazn se produce a travs de permanentesconflictos sociales.

Estado y sociedad forman as una unidadcontradictoria, en la cual a ambas esferas lescorresponde una autonoma relativa(POULANTZAS, 1978). Una contradiccin fun-damental de la forma poltica consiste en que enella se expresa el conjunto de la socializacin ca-pitalista como la unidad de la socializacin a tra-vs de las clases y el mercado. La explotacin dela fuerza de trabajo para la produccin de plusvalorest vinculada a la competencia entre los capitalesy a la existencia de asalariados(as) como libressujetos de mercado y ciudadanos libres. Laexistencia como sujeto de derecho, la libertadciudadana y la igualdad entonces no son, deninguna manera, una ilusin ideolgica, sino quetienen una base material en el contexto de lasocializacin capitalista. Simultneamente los as-pectos de libertad e igualdad quedan encuadradosen las relaciones estructurales de desigualdad so-

cial y de clases, en las que encuentran sus lmites.Los hombres y mujeres entonces pertenecen aclases y son al mismo tiempo ciudadanos(as) ypartes contractuales, formalmente libres e igua-les. Precisamente esa contradiccin promueve losconflictos sociales, a travs de los cuales la for-ma del Estado se impone y mantiene. No en lti-mo trmino son las instituciones y losprocedimientos liberal democrticos, es decir elsistema poltico de la sociedad burguesa, los quegarantizan que la singularizacin del Estado puedaser mantenida tambin frente a los intereses e in-fluencias de poderosos capitales y grupos decapitales. Al mismo tiempo es estasingularizacin la separacin formal del Estadode las clases y grupos sociales, la que en unasociedad individualizada de mercado posibilita enrealidad la democracia poltica, basada en lalibertad e igualdad de todos(as) los(las)ciudadanos(as). En la separacin de la polticay economa, del Estado y la sociedad oscilaentonces la contradiccin entre dominacineconmica, explotacin y situacin de clase poruna parte y, libertad, igualdad y autodeterminacinde todas personas por la otra (ver BLANKE, 1975;WILLIAMS, 1988). En el Estado como expresinde la forma poltica capitalista se manifiesta por lotanto no slo el poder de clase independizado, sinotambin la igualdad, independencia y libertad for-

mal de los individuos en el mercado. El momentoreal de libertad e igualdad, contenido en el modode socializacin capitalista, fundamenta el carcterpotencialmente burgus-democrtico del Estadocapitalista y explica la relacin histrica entre ca-pitalismo y democracia poltica. Pero sta seencuentra siempre en contraposicin a la relacinde clases y explotacin que se expresa en estaforma y precisamente esto establece lacontradiccin de la constitucin burguesa de-nominada as por Marx (1969).

Recordemos: en la sociedad capitalista el Es-tado no es ni el instrumento creado concientementede la clase dominante ni la encarnacin de unavoluntad popular democrtica, ni tampoco unsujeto que acta con autonoma. Es ms bien unarelacin social entre individuos, grupos y clases,la compactacin material de una relacin defuerzas sociales (POULANTZAS, 1978). Estarelacin, en el sistema de las instituciones,organizaciones y aparatos polticos, adquiere unaconfiguracin concreta, acuada por propiosmecanismos burocrticos y polticos. El Estado


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tiene una propia densidad y resistencia y no sereduce a una correlacin de fuerzas. Unamodificacin en la correlacin de fuerzas entrelas clases tiene siempre por cierto tambin efectosal interior del Estado, pero esa modificacin no setransmite de manera directa e inmediata. Se adap-ta a la materialidad de los diversos aparatos y, secristaliza en el Estado slo en forma refractada ydiferenciada, adecundose a los aparatos(POULANTZAS, 1978, p. 21; ver tambinJESSOP, 1985, p. 75). El Estado refleja en suestructura organizativa concreta relaciones defuerzas sociales, pero simultneamente tambinlas moldea y estabiliza. El hecho de que el Estadosea un entramado de relaciones sociales y de clasescontradictorias se expresa en la diversidadde suscomponentes. No es una unidad organizativa cer-rada, sino que se disgrega permanentemente eninstancias relativamente autnomas que compitenentre s, hasta se combaten con frecuencia, y quecada una establece sus propias relaciones socialesy de clase, sea como punto de apoyo de clases osectores de clases (por ejemplo el caso del BancoCentral o del Ministerio de Hacienda en relacin algran capital financiero), sea en forma de agenciasque se remiten a las clases dominadas (p. ej. a loscampesinos en forma del Ministerio de Agricultu-ra a los asalariados en la forma del Ministerio deTrabajo de las Oficinas de Asistencia Social) y

que integran los intereses de ellas en los mecanis-mos estatales de decisin segn reglas y formasde procesamiento propias. Los distintos aparatosestatales representan relaciones con todas lasclases y todos los grupos, pero lo hacen de maneraaltamente diferenciada, selectiva en cuanto a laefectividad de imponer intereses. Los vnculos delos aparatos estatales con las clases y grupossociales no son estables, sino que puedendesplazarse acorde a la modificacin de lacorrelacin de fuerzas y las situaciones socialesen conflicto. Esto presupone una considerable

capacidad de adaptacin por parte del aparato es-tatal respecto a las modificaciones de lascontradicciones y conflictos sociales, pero, almismo tiempo, cuestiona permanentemente suunidad relativa y su capacidad de garantizar todoel proceso de la produccin y el desarrollo social.Garantizar la unidad relativa del aparato polticomediante el liderazgo poltico es por esto unproblema fundamental y permanente de laconsolidacin de la dominacin. Pues el Estadoes, inclusive en su forma parlamentaria-democr-tica, Estado de clases. Pero no es instrumen-

to de una clase. Su singularizacin y suautonoma relativa frente a las fuerzas sociales enlucha hacen posible que se convierta en mbito demediacin de las conciliaciones y equilibriossociales sin los que ninguna sociedad capitalistapodra perdurar: es recin dentro de y a travs desu aparato donde puede conformarse algo ascomo una poltica comn de las clases y fraccionesde clases dominantes, pero que al mismo tiemporivalizan y se combaten entre s; esta polticacomn al mismo tiempo presta el marcoinstitucional para una pacificacin tanto represivacomo ideolgica y material de las clases domina-das y explotadas. Sin esto la dominacin burgue-sa de clases como unidad de coersin y consen-so (Gramsci) no tendra base ni tampococontinuidad. Un ejemplo al respecto: cuandoalgunos partidos arrancan a los empresariosconcesiones sociales en la forma de una legislacinestatal a fin de mejorar sus posibilidadeselectorales, el resultado de eso es tanto una deter-minada poltica conciliadora del capital como astambin una determinada forma de integracin ypacificacin de la clase obrera. Si los partidosadoptan una poltica de este tipo, depende demanera decisiva de las correlaciones de fuerzassociales, o sea, p. ej., del grado de organizacin ycombatividad poltica de los asalariados. Cuandoestas relaciones de fuerzas se desplazan, cuando,

digamos en una situacin de crisis econmica, elcapital ve afectada su ganancia en una medidacrtica por las concesiones sociales y losasalariados estn debilitados polticamente por ladesocupacin, entonces se modifica todo elespacio y contenido de la poltica estatal.

Hasta ah partimos de la presuncinsimplificadora de que en la sociedad capitalistaexistira slo un conflicto social bsico, el que seda entre trabajo asalariado y capital. Enrealidad existe toda una serie de otras

contradicciones sociales en las relaciones dedominacin, explotacin y subordinacin: talescomo sexuales o de gnero, religiosas, culturales,regionales. Estas no pueden ser derivadassimplemente de la relacin capitalista de clases, nitampoco desapareceran con ella. De hecho setrata en la mayor parte de contradicciones msantiguas que la sociedad capitalista misma. Estorige tambin para la relacin social con lanaturaleza, que como relacin de dominacin yexplotacin se remonta a una poca anterior, lejosdel advenimiento de la sociedad burguesa


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constituyendo a su vez una base de su origen.

La razn para hacer de la forma capitalista desocializacin el punto de partida de un anlisis delEstado radica por lo tanto no en que estas

contraposiciones representaran contradiccionessecundarias insignificantes o hasta subordinadas.Al contrario: la relacin con la naturaleza y la deintergnero, la opresin sexual o racista sonentrelazadas de modo inseparable con la relacincapitalista, sin las cuales sta ni siquiera podraexistir. Sin embargo es decisivo que la forma ca-pitalista de socializacin como interrelacin mate-rial de la reproduccin es determinante en el sen-tido de que ella acua las estructuras e institucionessociales, en las cuales se expresan y entrelazantodos aquellos antagonismos sociales. Esto rige,

como se demostrar, tanto para la conformacinconcreta del racismo como para la opresin degnero. Es imposible entender al nacionalismo yel racismo moderno sin comprender el Estadocapitalista. La situacin de las mujeres bajo lascondiciones feudal-patriarcales es diferente a lasque se dan bajo las burgus-capitalistas, aunquesu discriminacin se mantenga a travs de lahistoria. El surgimiento de la sociedad capitalista,del trabajo asalariado, de la libertad ciudadana, lademocracia y el Estado han originado un patriar-cado capitalista, en el cual se modificaron no slo

los contenidos y mecanismos de la opresin, sinotambin las condiciones de la liberacin (compa-rar, p. ej., con BEER, 1990). Precisamente ladivisin capitalista entre Estado y sociedad hagenerado la contraposicin entre lo pblico ylo privado, que hoy est considerada con razncomo uno de los mecanismos decisivos para laopresin de gnero; mientras que la aspiracin ala libertad e igualdad ciudadana forma una baseesencial para luchar contra esa opresin.

Esto significa por cierto, que la relacin entresociedad y Estado no solo es determinada por

el proceso capitalista de revaloracin, sino quetambin estrechamente ligada a l, por las relacio-nes sexuales, tnicas, nacionalistas y racistas deopresin y explotacin. El Estado burgus esentonces siempre y simultneamente un Estadocapitalista, racista y patriarcal y las relacionessociales que l expresa y regula, mediante suaparato, comprenden todas estas contradicciones.Disponiendo del monopolio de la violencia, elEstado puede y debe intervenir continuamente y,en funcin estabilizadora, en el proceso de lareproduccin social, pero sin poder cambiar las

estructuras esenciales de ste, que son lapropiedad privada de los medios de produccin,pero tambin las relaciones con la naturaleza yentre los gneros las cuales ms bien constituyensu fundamento. Sus intervenciones deben estarorientadas a conservar las estructurassocioeconmicas fundamentales o adaptarlas acondiciones modificadas. Esto presupone contarnecesariamente con amplios mrgenes de accinrespecto a la poltica concreta frente a lascorrelaciones de fuerzas sociales que se modificanconstantemente. La actuacin del Estado nuncaes el mero resultado del accionar estratgico deactores singulares p. ej. de partidos, grupos deintereses, movimientos sociales o tambin delcapital , sino que se genera desde la dinmica delas relaciones sociales y de clases, que encuentransu expresin en el conjunto del aparato poltico.Pero si el Estado no puede existir ni actuar, cuandoel proceso de revaloracin capitalista estapeligrando, las relaciones, conflictos yconciliaciones sociales deben ser equilibrados enel sistema poltico de manera tal que resultencompatibles con aquel proceso. Esto se puedeejemplificar con una simple interrelacin: el Esta-do capitalista es en gran medida Estado impositivo.Los recursos financieros con los que cuentaprovienen del proceso de la produccin capitalis-ta. Cuando ste entra en crisis, le sigue al pi la

crisis financiera del Estado, que limita susposibilidades de accin. La factibilidad deimplementacin de medidas social-estatales estpor lo tanto bsicamente ligada a la condicin deque el proceso de la revaloracin del capital nosea seriamente afectado. Si se las aplica, debenser compatibles con l. O como lo simplifica elarguto seductor de los polticos: No debes matarla vaca que quieres ordear.

Si no se logra equilibrar las relaciones de fuerzay los conflictos sociales, entonces entra en crisis

el sistema. Las luchas y disputas que se generandentro del aparato estatal estn por consiguientesujetas a condicionamientos y coaccionesestructurales, sin que por ello determinen ya suresultado. El modo del accionar estatal, sus fun-ciones y polticas concretas dependen delcorrespondiente Estado del proceso deacumulacin y de las relaciones de fuerzas socialesen el contexto del mercado mundial. Est sujetoentonces a importantes modificaciones histricas.

Estas contradicciones de la forma poltica seexpresan, no en ltima instancia, en el sistema


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poltico representativo (partidos, parlamento,elecciones) como expresin institucional de lamediacin entre Estado y sociedad. Lasociedad a primera vista aparece como pueblo,como la suma de abstractos propietarios(as) demercancas y ciudadanos(as), singularizados, yeso es lo que fundamenta la norma del sufragiouniversal e igualitario y la vigencia del principio dedecisin por mayora. En este plano lasingularizacin del Estado se manifiesta en quelos obstculos institucionales del proceso deformacin de la voluntad poltica impiden unimpacto directo de la voluntad popular en elproceso resolutivo estatal. De esto forman parte,el sistema representativo, el libre mandato de losdiputados, el monopolio de los partidos que resul-ta de lo anterior y los conflictos entre los partidosdentro y afuera del gobierno, que se manifiestaen que los bloques parlamentarios, influenciadospor las coacciones de la lgica del sistema,suelen preocuparse slo de manera limitada por lavoluntad de los electores o las resoluciones decongresos partidarios. Parte de aquellos obstcu-los son tambin la divisin de poderes, es decir,la separacin del poder Legislativo de la accinadministrativa (dominio de la burocracia), lasfacultades limitadas de aqul para controlar e in-fluenciar el poder Ejecutivo y, finalmente, larestriccin que experimenta el principio de mayora

a travs de los derechos fundamentales, en parti-cular el derecho a la propiedad privada. La demo-cracia poltica de la sociedad capitalista nopuedeser democracia de base o dominacin directadel pueblo, sino que se reduce a lacoparticipacin de ste en formas sumamenterestringidas y sujeta a reglas de procedimientoextremadamente estrictas.

A travs de la posibilidad de que los (las)ciudadanos(as) se asocien en forma de partidos,organizaciones de intereses sectoriales y

movimientos se enfrentan al aparato estatal gru-pos sociales con propio poder y capacidad deregulacin. La forma de socializacin capitalista,como unidad de la socializacin a travs del mer-cado y de las clases, permite la organizacin deintereses y asociaciones polticas, las cualesatraviesan las estructuras de clase y expresan otrosantagonismos y contradicciones sociales, talescomo religiosos, regionales, culturales o de gnero.La organizacin directa de intereses de clase esimposible no slo por que las ubicacioneseconmicas de clase son sumamente dispares y

se les superponen mltiples diferencias polticas,sociales y culturales, sino por que todaorganizacin poltica en primera lnea no se remitea condiciones objetivas de clase, sino aciudadanos(as) e individuos de mercado, que estnaislados entre s y compitiendo, pero que siempreestn surcados por una muliplicidad dedeterminaciones y pertenencias, econmicas,sexuales, religiosas o culturales. Sin embargo lasorganizaciones polticas-sociales estn inhibidasde independizarse por completo de las estructurasde clase existentes. Los partidos que pretendentrascender las clases cuentan, como es sabido,con afiliados, simpatizantes y votantes de muydistintas procedencias sociales. El contexto declase de los movimientos sociales influyegeneralmente de manera considerable en su per-fil. El inters de clase, al que se remiten, puedesin embargo chocar con otros intereses, tales comoreligiosos o de gnero. A veces, aunque no contanta frecuencia, se establecen tambin coalicionesque trascienden las organizaciones, por ejemplola de las mujeres de partidos.

Si ya con esto se evita que intereses de clasetengan un impacto directo en la poltica estatal, esreforzado adems por el hecho de que las mismasorganizaciones de intereses econmico-polticostanto ms tienen incorporada la contradiccin en-

tre Estado y sociedad, cuanto ms crecen ennmero e importancia. Su burocratizacin generauna cierta proximidad de sus cpulas con laadministracin estatal y la oposicin estructuralentre base y conduccin de ninguna maneraslo atraviesa los partidos, sino tambin lasfederaciones empresariales, sindicatos o iglesias.En general es preciso destacar que lasorganizaciones de intereses sectoriales que paracumplir con sus fines apelan al Estado, no puedenescapar de la forma poltica coercitiva, es decir,de la separacin entre Estado y sociedad y de

la plantilla del proceso de revalorizacin del capi-tal. Los sindicatos, por ejemplo, estn obligados atener tanto ms en cuenta las condiciones delcrecimiento capitalista, la rentabilidad del capitaly la conservacin de estructuras de la sociedadburguesa-capitalista cuanto ms influencia tienen.El conflicto entre conduccin y afiliados, que sur-ge con frecuencia, es por lo tanto un problema defondo. Las federaciones de mujeres oficialmentereconocidas tienden a defender la familia comofundamento del Estado, aunque sta conforma elsustento esencial de la discriminacin de gnero.


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Los sindicatos, como otras organizaciones yagrupaciones reivindicativas, representan interesesy son a la vez organismos de control, dominaciny disciplinamiento; en este sentido, entoncessiempre tambin aparatos cuasi estatales.

En sntesis, todo esto tiene como consecuenciaque la poltica de partidos, federaciones y hastamovimientos sociales sea determinada en un altogrado por la lgica del Estado, , ms precisa-mente: por los mecanismos arraigados en la for-ma poltica del capitalismo. Esto rige an mscuanto ms poderosos e importantes sean para eldesarrollo de la sociedad. Entonces, lascontradicciones, propias de la determinacin ge-neral de la forma de lo poltico, tambin se expresanal interiorde cada organizacin e institucin del

sistema poltico. De ah resultan conflictos per-manentes dentro de y entre las organizaciones: porejemplo, cuando una presin incontrolable desdela base empuja a los sindicatos a un conflicto conel gobierno y los partidos cuando los afiliadosrenuncian por que las dirigencias sindicaleseludieron la confrontacin. As resulta totalmenteequivocado suponer que polticamente existe unasimple contraposicin entre el Estado comoaparato del poder y una sociedad civil comoesfera de libertad y democracia, como se suelesostener sobre todo en las recientes discusiones

acerca de una teora de la democracia. La formapoltica acua al Estado y la sociedad de igualmodo. Ambos conforman una unidadcontradictoria y entrelazada.

La concepcin de Poulantzas acerca del Esta-do como punto de cristalizacin de la relacin declases con propia materialidad institucional(POULANTZAS, 1978, p. 121) puede ser aclara-da as. La contradictoria separacin-unin delEstado y la sociedad significa que el Estadoest formalmente separado de los grupos y clasessociales y al mismo tiempo vinculado a ellos,

estableciendo interrelaciones.Las antinomias sociales y econmicas estn

por consiguiente insertadas en el aparato mismodel sistema poltico y encuentran su expresin enlas instituciones del poder: en la forma de conflictosentre distintos aparatos estatales, decontradicciones entre burocracia y clientela, comocompetencia entre grupos de intereses y los parti-dos. Es decir, la forma poltica transforma losantagonismos sociales y relaciones de clases en lacontraposicin entre pueblo y Estado, en

conflictos burocrticos, en la competencia de par-tidos y federaciones. Pero con esto se modificatambin lo que aparece como el inters de lasociedad, que de esa forma sociopoltica adoptaun contenido.

Las distintas partes del sistema poltico, inclu-sive del aparato administrativo del Estado,representan diferentes relaciones con las clasessociales, sin hacerlas aparecer como relacionesde clase. Es as por que desde siempre las clasesse caracterizan por muy diversas situaciones con-cretas, condicionamientos del ambiente,determinaciones culturales y de gnero, lo que creaconstelaciones de conciencia y de intereses di-vergentes que atraviesan las condiciones objeti-vas. Sin embargo, el antagonismo de clases se

expresa siempre aunque en forma deformada,yuxtapuesta y desplazada en los conflictos ycontradicciones al interior del aparato poltico.

La sociedad capitalista se caracteriza por per-manentes crisis y conflictos, que sacuden confrecuencia al sistema existente del aparato polti-co e imponen su reformacin peridica. Slo atravs de estos procesos de crisis y reorganizacinpueden mantenerse la singularizacin y laautonoma relativa del Estado. La razn de queesto ocurra inclusive en profundas crisiseconmicas y ante crecientes conflictos sociales

se encuentra en el hecho de que en primer lugartambin la protesta social y hasta una oposicinradical quedan encuadradas en las instituciones ymecanismos polticos existentes como la polticade federaciones y partidos, elecciones etctera; yque la vida material, el trabajo, el ingreso y laseguridad de la gente depende de que, sobre todo,el proceso productivo contine. Las estructurasexistentes de la sociedad tienen por lo tanto unefecto muy contundente y configurante en elcomportamiento an y precisamente cuando semanifiesta abiertamente su carcter crtico.

Resumiendo: la forma poltica del capitalismono debe ser confundida con el aparato concretodel Estado, puesto que ste es slo unaexteriorizacin institucional de las estructurassociales subyacentes. Las determinaciones capi-talistas en cuanto a la forma econmica comopoltica de manifestarse atraviesan todos losmbitos de la sociedad, marcando entonces tantolas burocracias estatales como el sistema de par-tidos, los grupos de intereses y los medios decomunicacin, las instituciones econmicas, hastala familia. Todo el complejo del Estado y la


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sociedad civil conforma as un sistema deinstituciones interdependientes y a la vezcontradictorias. Estado y sociedad civil no sonesferas que se contraponen simplemente, sino queforman una unidad condicionada por suscontradiccciones.

As la forma poltica concretadainstitucionalmente en el aparato estatal dependede la forma del dinero y capital y, al mismo tiempo,representa una contradiccin respecto a esta lti-ma. El dinero requiere de la garanta mediante elaparato coercitivo estatal, por lo tanto debe sercontrolado y regulado por el Estado. Pero no escreado por el Estado, sino que se genera en laestructura y dinmica del proceso de larevalorizacin del capital. Esto pone lmites cla-

ros a la poltica monetaria del Estado. Si no selogra la estabilizacin monetaria y si por ejemplotienen lugar procesos inflacionarios, entonces alargo plazo est en peligro la forma misma deldinero. Esta separacin relativa entre poltica yeconoma, Estado y sociedad significa quela sociedad capitalista no puede disponer de un

centro regulador, que abarque y controle a la

sociedad en su conjunto. Ms bien existe unapluralidad de instituciones, organizaciones yagrupaciones, relativamente independientes entres y, en parte combatindose, interrelacionadas y

entrelazadas, en la accin por coaccionesestructurales, pero no por una estrategia polticaacordada. Sin embargo es esto lo que confiere ala sociedad capitalista no slo una dinmica enor-me, sino tambin una especial ductilidad ante to-das las crisis y catstrofes. Simultneamenteconstituye la condicin para la relativa libertad in-dividual que permite en comparacin con otrasformaciones sociales histricas. El proceso deacumulacin del capital slo puede sostenerse atravs de permanentes crisis econmicasy polti-cas. Su dinmica conduce a la permanente

transformacin de los modos de trabajo y consu-mo, la tecnologa, las estructuras sociales y lasrelaciones de clases en sntesis, a latransformacin constante de la configuracin his-trica concreta de lo que se llama capitalismo.Esto debido a el hecho de que el Estado no es otracosa que la compactacin institucional decorrelaciones sociales de fuerza, conlleva necesaria

y permanentemente a nuevas crisis institucionalesy procesos de reorganizacin en el sistema polti-co. Las modificaciones del mismo son impulsadaspor luchas sociales y polticas y, por lo tanto, enprincipio acaecen en forma de crisis. No son pla-nificadas, ni presuponen el consenso general. Laaccin de los individuos y grupos involucrados,aunque est sujeta a determinadas coaccionesestructurales y formas sociales, sin embargo, noes previsible de manera absoluta. Esto contradecirala forma dominante de socializacin, ya que stase caracteriza por la produccin privada, unadivisin espontnea del trabajo, la competencia yel intercambio de mercancas. Pero cuando elaccionar de la sociedad rompe con las formaseconmicas y polticas fundamentales, resultacuestionada la existencia de la sociedad capitalis-ta.

La accin revolucionaria en rigor se distin-gue entonces, menos por los objetivos materialesespecficos, ni por la radicalidad de lasreivindicaciones materiales, sino por que se en-frenta concientemente a las formas sociales capi-

talistas y las quiebra trascendindolas. Cuandoestas determinaciones de la forma en ltimainstancia la separacin de la poltica y laeconoma, del Estado y la sociedad as comosus exteriorizaciones institucionales , son supri-

midas, entonces la permanencia del sistema capi-talista y la posibilidad de la regulacin de sus anta-gonismos y conflictos estn seriamentecuestionadas. La superacin revolucionaria de lasociedad capitalista est entonces estrechamentevinculada a la superacin prctica de su formapoltica. Precisamente esto ha sido obviado enmuchas teoras revolucionarias. Al mismo tiempolos movimientos y procesos revolucionariosdeben desarrollarse siempre a partir de las formase instituciones polticas dadas y de sus propiascontradicciones. Adems se enfrentan a la

dificultad de confrontar no slo con el conjuntode las instituciones existentes desde la familiahasta el Estado, sino de atacar todo el sistema dela regulacin social, que garantiza la vida materialen una sociedad altamente compleja. Ambos as-pectos sealan la problemtica esencial de todapoltica, en el capitalismo, que pretenda transfor-mar el sistema.

Joachim Hirsch ([email protected]) Professor da Universidade de Frankfurt (Alemanha).


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