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1 GLOSARIO REGIONAL SOBRE EDUCACIÓN INTEGRAL DE LA SEXUALIDAD, VIH Y SIDA PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Centro Nacional de Prevención y Control del VIH/SIDA, Secretaría de Salud, México Director General: José Antonio Izazola Licea Director de Prevención y Participación Ciudadana: Carlos García de León Asesor de la Dirección General: Héctor Sucilla Mesa de Educación Sexual del Comité de Prevención del Consejo Nacional para la Prevención del VIH/SIDA, CONASIDA Comité Técnico Coordinador del Glosario: José Ángel Aguilar Gil, Beatriz Mayén Hernández y David Barrios Martínez Comité Técnico Latinoamericano: Argentina: Silvia Franco y Cristina Friedman; Brasil: Francisco Cabral, Mauro Cherobim, Margarita Díaz, Marcos Nascimento y Oswaldo M. Rodrígues; Cuba: Mariela Castro; Costa Rica: Dina Krauskopf; Chile, Claudia Diddes; Ecuador: María de los Ángeles Núñez y Rodolfo Rodríguez; Guatemala: José Roberto Luna; México: Esther Corona y Xabier Lizarraga; Perú: María Ragúz y Angela Sebastiani; Uruguay: Stella Cerruti y Silvana Darré Corrección de estilo: Guillermina Herrera México, D.F., octubre 10 de 2009

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Centro Nacional de Prevención y Control del VIH/SIDA,

Secretaría de Salud, México

Director General: José Antonio Izazola Licea

Director de Prevención y Participación Ciudadana: Carlos García de León

Asesor de la Dirección General: Héctor Sucilla Mesa de Educación Sexual del Comité de Prevención del

Consejo Nacional para la Prevención del VIH/SIDA, CONASIDA

Comité Técnico Coordinador del Glosario: José Ángel Aguilar Gil, Beatriz Mayén Hernández y

David Barrios Martínez

Comité Técnico Latinoamericano:

Argentina: Silvia Franco y Cristina Friedman; Brasil: Francisco Cabral, Mauro Cherobim, Margarita Díaz, Marcos Nascimento y

Oswaldo M. Rodrígues; Cuba: Mariela Castro;

Costa Rica: Dina Krauskopf; Chile, Claudia Diddes;

Ecuador: María de los Ángeles Núñez y Rodolfo Rodríguez; Guatemala: José Roberto Luna; México: Esther Corona y

Xabier Lizarraga; Perú: María Ragúz y Angela Sebastiani; Uruguay:

Stella Cerruti y Silvana Darré

Corrección de estilo: Guillermina Herrera

México, D.F., octubre 10 de 2009

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Contenidos

Informe del Comité Técnico Coordinador del Glosario

Regional sobre Educación Integral de la Sexualidad,

VIH y Sida en América Latina y el Caribe

Abstinencia sexual

Abuso sexual

Acoso sexual

Adolescencia

Andropausia

Atención primaria de la salud

Autoconocimiento

Autocuidado

Bisexual

Ciclo menstrual

Ciudadanía sexual

Climaterio

Condón

Confidencialidad

Consejería

Consentimiento informado

Convención

Cunnilingus

Declaración

Derechos de la infancia

Derechos humanos

Derechos reproductivos

Derechos sexuales

Discriminación

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Disfunciones sexuales

Diversidad sexual

Educación integral en sexualidad

Educación para la salud

Embarazo

Empoderamiento

Enfoque o perspectiva de género

Epidemia

Erección

Erotismo

Esperma o semen

Espermatozoides

Estado laico

Estado serológico

Estigma

Ética

Evidencia científica

Factores de riesgo

Familias

Felación (felatio) o sexo oral

Género

Habilidades para la vida

Heterosexual

Hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres

Homofobia

Homosexual

Identidad de género

Incesto

Infecciones oportunistas

Infecciones de transmisión sexual

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Interrupción voluntaria del embarazo

Juventud

Lesbiana

Machismo

Maltrato infantil

Masculinidad

Masturbación

Métodos anticonceptivos

Misoginia

Órganos sexuales

Orgasmo

Orientación sexual

Óvulo

Papanicolaou

Pederastia

Pene

Placer

Planificación familiar

Poligamia

Pornografía

Prácticas de riesgo

Pubertad

Relación sexual y coito

Respuesta sexual humana

Riesgo y vulnerabilidad

Salud pública

Salud reproductiva

Salud sexual

Seroprevalencia

Sexo

5

Sexualidad

SIDA / Sida

Sistema inmunológico

Terapia antirretroviral

Toma de decisiones informadas

Trabajador/a sexual

Transgenérica (persona)

Transexual

Travestista

Usuario o consumidor de drogas inyectables

Vida erótica protegida

Violencia

Virginidad

Virus de inmunodeficiencia humana

Virus del papiloma humano

Vulva

Zonas erógenas

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INFORME DEL COMITÉ TÉCNICO COORDINADOR DEL

GLOSARIO SOBRE EDUCACIÓN INTEGRAL DE

LA SEXUALIDAD, VIH Y SIDA PARA

AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

Antecedentes

En el año 1988, el Gobierno de México crea el Consejo Nacional de SIDA

(CONASIDA), compuesto por diversas instancias gubernamentales y

organismos de la sociedad civil, con el fin de dar una respuesta al

problema de salud pública que estaba ocasionando la epidemia del virus

de inmunodeficiencia humana (VIH) y el síndrome de inmunodeficiencia

adquirida (SIDA). El Consejo, para lograr una respuesta integral a la

epidemia en México, creó Comités específicos para áreas determinadas.

De ahí surge el Comité de Prevención del Centro Nacional de SIDA

(CENSIDA).

En el 2005, se visibilizan casos de discriminación a niños y niñas con

VIH o afectados por el virus en algunas escuelas primarias. A la

gravedad del asunto reacciona el Comité de Prevención, y propone al

Consejo crear la Mesa de Trabajo de Educación Sexual, con el

objetivo de abatir la discriminación y promover la educación sexual.

La Mesa inició sus funciones con los integrantes del Comité y acordó

hacer extensiva la invitación a otros representantes de la sociedad civil

que tuvieran como objetivo el estudio y promoción de la educación

sexual, así como convocar para esa tarea a otras instancias

gubernamentales, en especial a la Secretaría de Educación Pública.

La Mesa está integrada por un grupo multisectorial y multidisciplinario

compuesto por instituciones de Gobierno Federal, organizaciones civiles

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nacionales e internacionales. En la actualidad, la conforman

representantes de: la Secretaría de Salud (CENSIDA y Dirección de

Promoción de la Salud); Secretaría de Educación Pública

(Subsecretaría de Educación Básica, Subsecretaría de Educación

Superior, Unidad de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas,

Instituto Mexicano de la Juventud), organizaciones descentralizadas:

Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), Consejo

Nacional de Población (CONAPO); organizaciones de la sociedad civil

(Red Democracia y Sexualidad, Afluentes S.C., Fundación Mexicana para

la Planeación Familiar, A.C., Federación Nacional de Asociaciones de

Padres de Familia A.C., Católicas por el Derecho a Decidir, Coalición de

Jóvenes por la Salud Sexual, Red por los Derechos de la Infancia en

México, Asociación Mexicana de Educación Sexual A.C.), y organismos

internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la

Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Fondo de Población de

las Naciones Unidas (UNFPA).

La Mesa ha realizado entre otras acciones:

1. Campaña Nacional de Educación Sexual

2. Participación en talleres consultivos de EDUSIDA-UNESCO

3. Plan Estratégico de Acción 2007-2010

4. Propuesta argumentativa a la Declaración Prevenir con Educación

5. Presentación en modalidad de cartel en la XVII Conferencia

Internacional de VIH/Sida en México, 2008

6. Definición de la misión y los principios de la Mesa

7. Catálogo de fichas institucionales de los integrantes de la Mesa

8. Catálogo de materiales en educación integral de la sexualidad (en

proceso)

9. Elaboración del Glosario en Educación Integral de la Sexualidad.

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Justificación

El Glosario en Educación Integral de la Sexualidad tiene su origen en los

grupos de trabajo durante el Taller de Marco Lógico (marzo, 2008). En

ese entonces se propuso elaborar un portafolio de información sobre

educación sexual para abogacía; parte de él era un glosario de términos

que buscaría unificar criterios y líneas argumentativas para sensibilizar

a autoridades educativas y de salud acerca de los beneficios de la

educación sexual.

La Mesa definió trabajar a partir de comisiones. El primer paso para la

elaboración del glosario fue una lluvia ideas sobre términos clave;

posteriormente se propuso identificar lo que organismos y agencias

internacionales, instituciones, y organizaciones de la sociedad civil

hubieran preparado; se consideraron los materiales de: Federación

Internacional para la Planeación Familiar, Consejo Nacional de

Población, Instituto Mexicano de la Juventud, Comisión Nacional de

Derechos Humanos, Comisión de Derechos Humanos del Distrito

Federal, Consejo Nacional contra la Discriminación. En esta primera

etapa se seleccionaron 200 conceptos.

Los integrantes de la Mesa se dieron a la tarea de desarrollar los

anteriores conceptos; pero, ante la complejidad de la tarea se propuso

reorientar el trabajo a partir de los siguientes criterios técnicos:

1. Sintetizar la experiencia en el campo de la educación sexual y de

la salud sexual y reproductiva (SSR) en los últimos 20 años y en el

marco de la declaración ministerial “Prevenir con educación”.

2. Dirigir el glosario a prestadores de servicios de salud y maestros.

3. Sustentarlo en fuentes documentales reconocidas, con credibilidad

y basadas en la evidencia científica.

4. Orientar las líneas temáticas hacia: derechos humanos, género,

valores en un marco ético, enfoque preventivo.

5. Disponer de un producto final que sea el aporte mexicano para la

mesa regional de América Latina y el Caribe.

9

El desarrollo de los conceptos fue asumido por los integrantes de la

Mesa de Educación Sexual y se depuró para reducirla a 90 términos.

En la medida que el glosario sería un material educativo y de difusión se

acordaron los siguientes criterios:

a) Iniciar con la definición de cada concepto.

b) Identificar pautas que contribuyeran a la reflexión de cada uno.

c) Realizar breves recomendaciones didácticas para favorecer la

apropiación de los conceptos en las escuelas y los centros de

salud.

d) Incluir fuentes bibliográficas confiables.

Los integrantes de la Mesa desarrollaron y discutieron los distintos

conceptos, buscado consensos en cuanto a contenidos y abordaje. La

intención fue lograr una primera aproximación de términos médicos e

igualmente de orden social, cultural, político y psicológico.

Propuesta del CENSIDA para la validación del glosario con

especialistas de América Latina y el Caribe

El Glosario en Educación Integral de la Sexualidad en la versión para

México despertó el interés de las autoridades del CENSIDA, toda vez que

se enmarca dentro de la Declaración Ministerial Prevenir con Educación,

y es un material propositivo para su consulta con las y los especialistas

de América Latina y el Caribe.

Las autoridades deL CENSIDA gestionaron con el Institut de Recherche

pour le Développement, Proyecto EUROsociAL SALUD, el financiamiento

para la consulta regional del glosario en América Latina. Para ello se

definió la contratación de un grupo de consultores poseedores de amplia

experiencia en el tema de educación sexual. El equipo de trabajo quedó

conformado por: Dr. José Ángel Aguilar Gil, Mtra, Beatriz Mayén

Hernández, Dr. David Barrios Martínez y Lic. Guillermina Herrera en la

corrección de estilo.

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Una vez integrado, el Comité técnico coordinador, se reunió con el

Asesor de la Dirección del CENSIDA, Mtro. Héctor Sucilla, para definir el

encuadre de la consultoría que formalizó las siguientes actividades.

Primera Reunión de Comité Técnico Coordinador

En esa ocasión (julio 17, 2009), se definió la ruta crítica 2009 (Anexo 1)

y la propuesta inicial de expertos para la consulta del glosario.

Se acordó que el perfil de los especialistas a consultar fuese que

tuvieran amplia experiencia y reconocimiento a nivel nacional e

internacional en los diversos temas. La lista final de expertos quedó

integrada por 38 especialistas de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia,

Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos,

Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú,

República Dominicana y Venezuela (Anexo 2). Además de la

comunicación informal que realizó el Comité Técnico del Glosario, las

autoridades de CENSIDA hicieron llegar la invitación formal a los

especialistas (Anexo 3).

Consulta inicial del glosario

El proceso de consulta del glosario consistió en el envío a cada

especialista del paquete de consulta (Anexo 4) que incluía:

o Glosario México de Educación Integral de la Sexualidad

o Declaración Ministerial Prevenir con Educación

o Criterios de análisis del glosario

o Guía de sistematización de comentarios por cada experto

Los criterios que orientaron la consulta del glosario fueron:

Pertinencia. Si el concepto era relevante, adecuado y oportuno en

el marco de la Declaración Ministerial Prevenir con educación

2008.

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Calidad. Si la estructura de la argumentación mostraba las ideas y

las valoraciones a partir de estudios con una base científica y

académica que incluyeran aspectos médicos, psicológicos y

socioculturales de acuerdo con el término descrito.

Desarrollo. Si el concepto abarcaba el desarrollo de los siguientes

componentes: definición, comentarios, recomendaciones

didácticas y fuentes.

Lenguaje adecuado a las/os lectores. Si el lenguaje era claro,

puntual, acorde al público al que iba dirigido.

Enfoque pedagógico. Si se observaban las recomendaciones

didácticas y éstas promovían reflexión, crítica, respeto, no

discriminación y equidad entre los géneros.

Generalización. Si los contenidos podían ser aplicados a otros

contextos o grupos de profesionales de la educación y la salud en

América Latina.

Devolución de resultados por especialistas

Una vez que los especialistas aceptaron participar en la consulta, se les

solicitó devolver los comentarios 15 días después; finalmente, algunos

de ellos solicitaron se ampliara el período de revisión hasta el 31 de

agosto.

Al recibirse las respuestas, se procedió a sistematizar los resultados,

encontrándose los siguientes productos:

2.1 Comentarios directos de 19 especialistas. Lista de expertos, guías

y textos. (Anexo 5)

2.2 Matriz global de comentarios. Los consultores se dieron a la tarea

de concentrar la totalidad de los comentarios de 19 de los

especialistas. (Anexo 6) De los 38 invitados a quienes se invitó

inicialmente, los citados antes se comprometieron y cumplieron

con la actividad solicitada. Desafortunadamente, algunos países

no quedaron representados por razones como: no localización del

experto; cargas de trabajo que impidieron la colaboración, y otros.

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No obstante, es pertinente señalar que de los once expertos que

no participaron, la mayoría manifestó su entusiasmo por la

elaboración del documento y reiteró su apoyo a esta iniciativa.

2.3 Ponderación de contenidos. Esta fue una actividad de especial

relevancia para los consultores ya que implicó un minucioso

análisis de la información recabada para seleccionar las

aportaciones que se integrarían al glosario. (Anexo 7)

Integración de contenidos al Glosario Regional.

El compendio e inclusión de los materiales fue la actividad sustancial de

los consultores, en la medida que se buscó recuperar los comentarios

centrales de los especialistas. La respuesta del grupo de expertos fue

muy favorable en la medida que el glosario les resulta aplicable y útil

para los diferentes países de América Latina y el Caribe. Sin embargo,

hubo también recomendaciones específicas para dotar al glosario de un

enfoque regional.

Durante el proceso de integración de resultados, se fueron elaborando

diversas aproximaciones hasta llegar al borrador 1, que fue canalizado a

la correctora de estilo. Con posterioridad a esta versión se realizaron

diez más. (Anexo 8)

El producto final de toda esta tarea fue el documento intitulado

Glosario Regional sobre Educación Integral de la Sexualidad, VIH

y Sida para América Latina y el Caribe, integrado por 101 conceptos.

Al compendio terminológico inicial se agregaron los siguientes términos:

andropausia, ciclo menstrual, climaterio, ciudadanía sexual, evidencia

científica, felación, interrupción voluntaria del embarazo, órganos

sexuales, placer, riesgo y vulnerabilidad, toma de decisiones, vida

erótica protegida, virginidad, vulva.

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Confiamos en que el presente Glosario signifique un aporte para

concretar el conocimiento y aplicación de la

Declaración Ministerial Educar para Prevenir

y que redunde beneficiosamente en la educación y

salud sexual de las y los niños y jóvenes de nuestra región.

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Abstinencia sexual

La abstinencia sexual se refiere a la ausencia de relaciones sexuales

como un acto voluntario para el cual se precisa de una alta motivación y

autocontrol. Habla también de los periodos de abstinencia de quienes ya han tenido una vida sexual activa y por algún motivo han decido dejar

de tenerla por un tiempo o de modo permanente.

El origen histórico de la promoción de la abstinencia se vincula con la pretensión de legitimar la sexualidad puramente reproductiva en

detrimento del derecho al placer y la existencia de la diversidad sexual.

Los programas educativos que se basan en la promoción de la abstinencia sexual tienen una vasto pasado en Estados Unidos; fueron

impulsados en los años ochenta durante la presidencia de Ronald

Reagan, y con mayor ímpetu durante el gobierno de George Bush, con

el argumento de que se evitaban los embarazos y la propagación del

virus de inmunodeficiencia humana, VIH, y las infecciones de transmisión sexual, O ITS, entre la población joven. Programas de este tipo se han

aplicado también entre la población adulta; sus principios se basan en

promover el ABC (abstinence, be faithful, use a condom, que significan:

abstinencia, fidelidad y uso del condón).

Los programas de abstinencia de Estados Unidos y otros países han sido

evaluados por el Dr. Douglas Kirby, analista de ETR Associates, quien ha

documentado su nula efectividad para modificar los comportamientos sexuales para postergar las relaciones coitales hasta el matrimonio.

El personal de salud y los docentes deberán promover programas de

educación integral de la sexualidad, teniendo en cuenta los resultados

de las investigaciones, que reportan que los programas de abstinencia no funcionan. Los que sí han demostrado su efectividad son aquellos

que informan en un marco de derechos humanos, y que brindan

información sobre las diferentes opciones anticonceptivas en ejercicio de

la autonomía, el autocuidado en materia de salud y la toma de decisiones apoyada en el consentimiento informado.

Bibliografía

FAMILY HEALTH INTERNATIONAL: www.fhi.org/sp/Topics/Abstinente.htm.

FINGER, WILLIAM R. “La educación sexual ayuda a preparar a jóvenes”,

en: Network en Español, Vol. 20, No. 3, 2000.

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KIRBY, DOUGLAS. Programas de educación sexual y educación en VIH para

jóvenes: impacto y características de los programas efectivos. ETR

Associates. Ponencia presentada en la Universidad Pedagógica

Nacional. México, 2007. TRENHOLM, CHRISTOPHER, BARBARA DEVANEY et al. Targeting youth at young

ages may not be sufficient impacts of four abstinence education

programs. Title V, Section 510 Abstinence Education Programs,

Final report, April 2007. Disponible en: www.mathematica-mpr.com

Abuso sexual

El abuso sexual es una de las formas de violencia y maltrato que puede ocurrir entre un adulto y una persona menor de edad. Para

identificarlo, es posible acudir a dos criterios comunes: el carácter

coercitivo y la asimetría de edad.

Los distintos modos de clasificar el abuso sexual –una de las formas más

severas del maltrato infantil- abarcan:

- la edad de la víctima y del agresor; por lo regular, el agresor es

significativamente mayor que la víctima, que puede incluso ser un menor de edad;

- las actuaciones que el agresor articula para someter a la víctima;

- el uso del poder del agresor y

- las conductas sexuales que tienen lugar entre ambos.

El abuso sexual abarca un amplio rango de comportamientos que

pueden o no involucrar la penetración sexual. Entre los actos que no

involucran el coito cabe mencionar los comentarios de índole sexual, el exhibicionismo y la masturbación, el vouyerismo, mostrar material

pornográfico, o realizar intercambios visuales y verbales a través de

internet y de la telefonía celular. Los actos que incluyen el contacto

corporal pueden ser el tocamiento de genitales u otras partes del

cuerpo, la penetración vaginal o rectal con objetos y el intercambio sexual mediante engaños.

Un documento preparado en México, el Informe Nacional sobre Violencia

y Salud 2006, señala que en el país no existe un registro confiable de los casos de maltrato infantil atendidos por los sectores de educación,

salud, asistencia social y justicia. En consecuencia, los casos notificados

se limitan a los graves en extremo, quedando un número importante

invisibilizado por no haber sido registrado.

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En Uruguay, el abuso sexual a infantes se considera una forma de

violencia hacia niñas y niños, formando parte del ámbito relativo al

maltrato físico, psicológico o por negligencia.

El personal de salud y los docentes deben incorporar este tema

enfatizando su interés público y sustrayéndolo del ámbito privado en el

que comúnmente transcurre; deberán, igualmente, contrarrestar las

falsas creencias, tales como considerar que el abuso sexual sólo ocurre a las niñas, y que los agresores suelen ser personas desconocidas o que

padecen alguna enfermedad mental. Es importante saber cómo, y

asegurar, que los adultos salvaguarden y protejan la integridad del

menor, tal y como lo establece la Convención sobre los Derechos del Niño.

Bibliografía

AZAOLA, ELENA. “Maltrato, abuso y negligencia contra menores de edad”,

en: Informe Nacional sobre Violencia y Salud 2006, capítulo II,

Secretaría de Salud. México, D.F., 2006.

Convención sobre los Derechos del Niño. Disponible en:

http://www2.ohchr.org/spanish/law/crc.htm FINKELHOR, DAVID. Abuso sexual al menor. Causas, consecuencias y

tratamiento psicosexual. Pax-México. México, 1980.

GONZÁLEZ SERRATOS, RUTH. “Síndromes clínicos relacionados con violencia

y victimización”, en: Arango de Montis, Ivan, Sexualidad humana. Manual Moderno. México, 2008.

POSEY, JULIE. They call me Kendra. A crimefighter’s personal story and

battle against online pedophiles. Prostar Publications Inc.

Annapolis, 2002. VAN DIJK, SYLVIA, L. BOTELLO et al. Manual para la acción. Prevención de

abuso sexual en niñas y niños. Una perspectiva con un enfoque de

derechos. Editorial FAI Save the Children, México. México, D.F.,

2007.

Acoso sexual

Una amplia definición del acoso sexual lo caracteriza como insinuaciones

sexuales indeseables, o un comportamiento verbal o físico de índole sexual que persigue la finalidad o surte el efecto de interferir sin razón

alguna en el rendimiento laboral de una persona, o bien de crear para

un ambiente de trabajo intimidante, hostil, injurioso u ofensivo. Los

casos de acoso sexual pueden incluir:

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- insultos, observaciones, bromas e insinuaciones de carácter

sexual o comentarios inapropiados sobre la forma de vestir, el

físico, la edad o la situación familiar de una persona; - contacto físico innecesario y no deseado, como tocamientos,

caricias, pellizcos o violencia;

- observaciones molestas y otras formas de hostigamiento verbal;

- miradas lascivas y gestos que aluden a la sexualidad; - invitaciones comprometedoras;

- solicitudes de favores sexuales;

- persistencia en actitudes invasoras, a veces con la apariencia de

una actitud amorosa.

El delito de acoso sexual fue reconocido como un problema social a

mediados de los años setenta, y detectado por las feministas que

obtuvieron reconocimiento legal sobre la problemática que generaba el acoso sexual al contribuir a la inequidad en las oportunidades de empleo

y trabajo. El término fue acuñado en la Universidad Cornell en 1974.

El acoso sexual es considerado como una violación de los derechos

humanos y una forma de discriminación ilegal; es, igualmente, una forma de abuso sexual y psicológico, en un rango que va de

transgresiones leves a abusos serios. De hecho, algunos psicólogos

opinan que el acoso sexual severo o crónico puede tener los mismos

efectos psicológicos en las víctimas que la violación o la agresión sexual. La reacción violenta y las represalias por denunciar el acoso sexual

pueden agravar más los efectos.

En los lugares de trabajo, el acoso sexual es ofensivo para la dignidad y la integridad personal de quienes ahí se desempeñan, y debe ser

prevenido. Cuando a pesar de todos los esfuerzos se produce, debe ser

castigado y su víctimas protegidas. El acoso fuera del lugar de trabajo

está considerado, asimismo, otra forma de acoso sexual.

En pocos países de la región de América Latina existen ya legislaciones

para penalizar el acoso sexual. Sin embargo, en los países donde no

existen, se deben crear leyes relativas a la protección de la dignidad de

la mujer y del hombre en el trabajo y los espacios públicos, en los que se recomiende adoptar las medidas necesarias para fomentar la

conciencia de que la conducta de naturaleza sexual u otros

comportamientos basados en el sexo afectan la dignidad de la mujer y

del hombre, incluida la conducta de superiores y compañeros o cualquier persona.

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El personal de salud y los docentes deberán sensibilizarse y

capacitarse sobre este tema como parte de la violencia de género, con

el fin de desactivar la naturalización de esta práctica violatoria de los

cuerpos de las personas, considerando que el acoso sexual se ha convertido en una práctica tan común que se ha ido “normalizando” o

volviendo banal como una forma socialmente asumida de violencia.

Referencias

CÁMARA DE DIPUTADOS DEL H. CONGRESO DE LA UNIÓN. Ley General de Acceso

a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Cámara de Diputados

del H. Congreso de la Unión. Última reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el 20 de enero de 2009, México. Disponible

en:

http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LGAMVLV.pdf

CATÓLICAS POR EL DERECHO A DECIDIR, et al. Diagnóstico y evaluación de la situación de violencia de género en comunidades rurales e

indígenas de Oaxaca, Chiapas y Tabasco. Resumen ejecutivo de

los hallazgos de Tabasco. Católicas por el Derecho a Decidir;

Equidad de Género, Ciudadanía, Trabajo y Familia; Grupo de

Información en Reproducción Elegida; Ipas. México, 2009. Ley contra el Acoso Sexual. Montevideo, Uruguay, agosto, 2009.

OFICINA INTERNACIONAL DEL TRABAJO. ABC de los derechos de las

trabajadoras y la igualdad de género. OIT. Disponible en:

www.ilo.org/public/spanish OLAMENDI TORRES, PATRICIA. Delitos contra las mujeres, análisis de la

clasificación mexicana de delitos. UNIFEM. México, 2007.

Adolescencia

Es la etapa de la vida que va de los 10 a los 19 años de edad, de

acuerdo con la Organización Mundial de la Salud; se caracteriza por

cambios físicos, psicológicos y socioculturales que implican un proceso de transformaciones marcadas por la búsqueda de la identidad y un

proyecto de vida propios, de acuerdo con el contexto sociocultural en el

que se vive. De ahí que el estudio de la adolescencia pueda realizarse

desde diferentes perspectivas.

Los aspectos biológicos de esta etapa, mejor conocidos en su conjunto

como pubertad, se expresan en cambios anatómicos y fisiológicos

relacionados con el funcionamiento de las hormonas masculinas y

femeninas; en cambios corporales de estatura y peso; en el surgimiento

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de bigote y de vello en axilas y pubis; en el crecimiento de los genitales

y en la presencia de la menstruación y la eyaculación.

El aspecto psicológico se explica desde diversas teorías, tales como la búsqueda de identidad, el duelo por el cuerpo infantil y formas de

relaciones infantiles, el desarrollo del pensamiento formal, el proceso de

simbiosis y separación, y el proceso intrapsíquico (ello-yo-super yo).

Durante la adolescencia se produce el tránsito del seno familiar hacia la

sociedad más amplia. Se hace necesario dejar atrás modalidades de

ajuste propias de la niñez y responder al impulso de aumentar las

identificaciones que permitirán responder durante la vida juvenil. Es fundamental la exploración de capacidades personales y la construcción

de cosmovisiones en la búsqueda de la autonomía, el reconocimiento

identitario, la valoración grupal y el posicionamiento social.

Desde el punto de vista sociocultural, esta etapa se dará de acuerdo con

el lugar y tiempo, la cultura, el estrato socioeconómico y el género; se

es un período de aplazamiento y de preparación para la vida adulta. Se

considera que esta etapa tiene metas propias; se adquieren derechos y

responsabilidades, y se toman decisiones que inciden en la construcción del futuro. Algunos autores proponen hablar de adolescencias, en plural,

para tomar en cuenta los diversos contextos, como son los de la región

de América Latina.

Establecer patrones de conducta sexual responsable, placentera y

saludable durante la adolescencia es más fácil que modificar los

patrones de conductas de riesgo más adelante; por esa razón es que se

propone que las estrategias de prevención y promoción de la salud orgánica y el bienestar emocional se inicien desde edades tempranas

anteriores a la adolescencia. La educación es una oportunidad para

suministrar herramientas a los adolescentes y jóvenes, despejar dudas y

creencias falsas acerca de la sexualidad a través de un lenguaje claro y

sencillo, y promoviendo los derechos sexuales juveniles.

El personal de salud y los docentes debe conocer las características

básicas de la adolescencia con el fin de comprender la conducta de

varones y muchachas durante esta etapa, así como sus necesidades de información y educación, al igual que las de atención en los servicios de

salud.

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Bibliografía

ABERASTURY, ARMINDA et al. La adolescencia normal. Editorial Paidós.

Buenos Aires, Argentina 1988. DULANTO GUTIÉRREZ, ENRIQUE. Conceptos básicos para prevenir conductas

de riesgo en adolescentes. UNICEF y Desarrollo Integral de la

Familia, DIF. México, 2001.

KRAUSKOPF, DINA. Estado del arte de los programas de prevención de la violencia en ámbitos escolares. Organización Panamericana de la

Salud, Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo.

Organización Panamericana de la Salud, Washington, 2006.

Disponible en: www.paho.org/spanish/ad/fch/cea/arte.violencia.pdf __________. “Procesos psicológicos centrales en el adolescente”, en:

Hablemos de sexualidad: Lecturas. Aguilar, José Ángel y Beatriz

Mayén, compiladores. CONAPO y MEXFAM, México, 1996.

Andropausia

Palabra que procede del griego andrós (hombre) y paûsis (conclusión). Algunos criterios médicos sustentan la idea de la existencia de este

síndrome (conjunto de manifestaciones clínicas) en varones cuyo declive

hormonal o reducción de testosterona determina fatiga, disminución de

energía, pérdida de masa muscular y fortaleza ósea, descenso del deseo sexual, disfunción eréctil, irritabilidad y otros síntomas. En cambio, otras

consideraciones clínicas postulan que la andropausia no es una condición

a la que se le pueda asignar el carácter de universal y generalizador,

pues aunque algunos varones mayores de 50 años llegan a presentar estas manifestaciones, en otros ello no ocurre. Vale la pena mencionar

que en ninguno de los casos la función reproductiva se ve perjudicada;

como se sabe, hay hombres de la tercera edad que mantienen intacta su

potencialidad fecundante.

Los niveles de testosterona total inferiores a 200 nanogramos por

decilitro revelan deficiencia hormonal; cifras mayores a 400 se

consideran normales. Sin embargo, el médico debe asegurarse de que

existan síntomas compatibles y de calcular los niveles de testosterona activa o biodisponible, que suele ser distinta a la total. Hay varones que

tienen cifras normales y manifiestan síntomas, así como hombres cuyas

cifras son bajas y no muestra manifestación clínica alguna. Se calcula

que al rebasar los 50 años de edad, el 10 por ciento de los hombres ha reducido considerablemente sus niveles, y que más allá de los 70, más

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de la mitad tienen déficit de testosterona. No obstante, como ya se

mencionó, las molestias no son patentes en todos.

Algunos profesionales de la salud expresan reservas acerca del

tratamiento con testosterona para varones diagnosticados con

andropausia, en virtud del riesgo de enfermedades cerebro vasculares e

infartos, mayor crecimiento prostático e incluso cáncer de esta glándula, o que en el sueño haya periodos de apnea o falta de respiración.

El personal de salud y los docentes deberán fomentar la atención a

la salud de los varones de edad mediana y la tercera edad. Asimismo, abordarán el tema de la andropausia como uno sujeto todavía a

discusión por parte de la comunidad médica, que no suele afectar la

función reproductiva y no necesariamente equivale al climaterio

femenino.

Bibliografía

ALARCO VON PERFALL, CLAUDIO. Diccionario práctico para el conocimiento sexual. Ediciones 29. Barcelona, 1992.

REINISCH, JUNE Y RUTH BEASLEY. Nuevo informe Kinsey sobre sexo. Paidós.

Barcelona, 1992

Atención primaria de la salud

Es una estrategia de salud pública para facilitar el acceso de las

personas a la salud. Se basa en la prevención primaria de riesgos y

vulnerabilidades y en su atención oportuna (o prevención secundaria), mediante el uso de tecnologías apropiadas, la eliminación de barreras de

acceso y en dar prioridad al derecho de participación de la comunidad en

todas las etapas del proceso, según se definió en la Conferencia

Internacional sobre Atención Primaria de Salud Alma-Ata (1978).

La atención primaria de la salud tiene como objetivo mejorar la salud de

las poblaciones desfavorecidas y la población general. Los componentes

que la integran son: educación, prevención y promoción de la salud. Se encarga de mejorar la calidad de vida analizando los riesgos o

previniendo situaciones a las que se puede enfrentar la población;

igualmente, instrumenta acciones para promover estilos de vida

saludables y acciones comunitarias para prevenir enfermedades a través de campañas de vacunación y para el uso correcto del condón, la

prevención del cáncer cervicouterino y de mama, la prevención y

22

atención al virus de inmunodeficiencia humana o VIH, el tabaquismo, la

salud bucal, las adicciones y demás.

La atención de la salud es un derecho fundamental de las personas que está formalizado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos;

en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y

Culturales; la Convención Americana de los Derechos Humanos; el Pacto

de San José; la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, o CEDAW, y el Protocolo de San

Salvador. Es una garantía que deberán otorgar los Estados para brindar

servicios de atención sanitaria que favorezcan el bienestar de las

personas en las diferentes etapas de vida, sin excepción de sexo, edad, condición social, orientación sexual, raza y demás. Los infantes habrán

de recibir atención prioritaria a su salud.

La salud es un bien público que deberá garantizarse a todos los individuos sujetos a la jurisdicción de un Estado.

La promoción de la salud a partir de la Conferencia de Ottawa se

entiende como un proceso político de carácter multidimensional, que

permite a las personas adquirir mayor control de los determinantes sociales de la salud. Se encarga de mejorar la calidad de vida analizando

los riesgos o previniendo situaciones a las que se puede enfrentar la

población; igualmente, instrumenta acciones para promover estilos de

vida saludables y acciones comunitarias para prevenir enfermedades a través de campañas de vacunación y para el uso correcto del condón, la

prevención del cáncer cervicouterino y de mama, la prevención y

atención al virus de inmunodeficiencia humana o VIH, el tabaquismo, la

salud bucal, las adicciones y demás.

Una promoción de la salud que fomente la participación efectiva deberá:

- diseñar una política de salud en la que se incorpore al ámbito

legislativo y se tomen medidas fiscales y tributarias; igualmente, deberán considerarse cambios organizacionales;

- construir ambientes favorables; es decir, contribuirá a la creación

de una sociedad saludable a través de la generación de

condiciones de vida y de trabajo que sean gratificantes, agradables, seguras y estimulantes;

- reforzar la acción comunitaria a través de la participación efectiva

de la comunidad en sus prioridades, en la toma de decisiones y la

estrategia de salud; - desarrollar aptitudes personales y sociales para brindar

información y educación en salud, y para perfeccionar las

23

aptitudes para la vida y aprender a enfrentar enfermedades y

lesiones;

- reorientar los servicios de salud de tal forma que se trascienda la

mera responsabilidad de ofrecer servicios médicos y clínicos; - brindar una orientación que sea sensible a las necesidades

culturales de las personas y las respete;

- irrumpir en el futuro promoviendo el cuidado personal y

asegurando que la sociedad ofrezca a todos sus miembros la posibilidad de gozar de un buen estado de salud.

La educación para la salud forma parte de la promoción de la salud, la

cual otorga al individuo poder, autonomía y empoderamiento para la toma de decisiones relacionadas con su bienestar personal, familiar y

social.

El personal de salud y los docentes deberán reflexionar acerca del espacio escolar como una instancia clave para impulsar acciones

preventivas para el cuidado de la salud y evitar enfermedades, así como

la posibilidad de definir estrategias para que los adolescentes acudan a

los servicios de salud.

Bibliografía

Atención primaria de la salud. Informe de la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud Alma–Ata, URSS, 6-12 de

septiembre de 1978. Organización Mundial de la Salud. Ginebra,

1978.

Carta de Ottawa para la Promoción de la Salud. Organización

Panamericana de la Salud. Conferencia Internacional sobre la Promoción de la Salud: Hacia un Nuevo Concepto de Salud

Pública. Ontario, Canadá, 1986.

Celebrando el 25 Aniversario de la Declaración de Alma Ata y Atención

Primaria de Salud. Alma-Ata. Salud para Todos. Disponible en: http://www.paho.org/spanish/dd/pin/alma_folleto.pdf

FRANCO, SILVIA. Participación juvenil en la educación sexual en el ámbito

educativo. CODICEN-ANEP. Montevideo, Uruguay, 2008.

FRIDMAN, CRISTINA TANIA. Una lectura crítica de los documentos de Declaración de Alma Ata, Carta de Ottawa: Declaración de

Edimburgo, Declaración de Uruguay, Declaración de Santa Fé de

Bogotá, Declaración de Yakarta y Declaración de Granada. Buenos

Aires, S/F.

… Para promover la salud en el municipio 2. Lecturas Básicas. Secretaría de Salud. Pro Salute Novi Mundi, México s/f.

24

Autoconocimiento

El autoconocimiento es el proceso de reflexión mediante el cual las

personas reconocen sus cualidades, características, actitudes y

potencialidades. Permite establecer relaciones positivas con otras personas y procurar la propia salud e integridad.

El autoconocimiento corporal es la comprensión y dedicación de una

cuidadosa atención a lo que el cuerpo puede decir a cada quien respecto de su salud y bienestar; alude al conocimiento del propio cuerpo, al

reconocimiento de las funciones básicas, a las secreciones que son

normales, a las emociones y sentimientos, y a la distinción de aquello

que es agradable y placentero de lo que no lo es. Al hacerlo, cada persona logra asumirse en dignidad y con el derecho, entre otros, a

ejercer y disfrutar libremente su sexualidad. Cabe señalar que el auto-

conocimiento debe favorecerse desde los primeros años de vida para

que el niño o la niña reconozcan sus cualidades, aprendan a relacionar

el conocimiento de sí mismos con sus afectos y reconozcan aquellas situaciones que pueden limitar su desarrollo y en las que sería necesario

empeñarse.

El personal de salud y los docentes deben valorar las características individuales y propiciar la realización de actividades que promuevan el

conocimiento personal, eliminando temores, prejuicios y mitos acerca

del cuerpo y su reconocimiento; además, deberán recomendar visitas a

los servicios de salud ante cualquier alteración detectada.

Bibliografía

AGUILAR, JOSÉ A., y cols. Juntos planeamos el futuro. Hablemos de la

autoconciencia de la salud sexual y reproductiva. MEXFAM. México, D.F., 1998.

MANGRULKAR, LEENA, CHERYL VINCE et al. Enfoque de habilidades para la

vida para un desarrollo saludable de niños y adolescentes.

Organización Panamericana de la Salud. Washington, 2001. MANTILLA, LEONARDO. Habilidades para la vida. Una propuesta educativa

para convivir mejor. Edición Fe y Alegría. Bogotá, Colombia, 2002.

25

Autocuidado ___________________________________________________

El término se refiere al conocimiento para poner en práctica el cuidado propio y al desarrollo de las habilidades necesarias para alcanzarlo;

tiene que ver con el reconocimiento de las condiciones físicas y

emocionales.

En el campo de la salud sexual, el autocuidado se relaciona con la

preservación de la salud y la prevención de enfermedades, incluyendo

las infecciones de transmisión sexual (ITS), la violencia y los embarazos

no planeados.

El autocuidado del cuerpo se puede realizar a través del auto-

conocimiento, la higiene personal –incluida la de la ropa interior-, la

observación, el autoexamen de genitales y mamas, y de visitas médicas.

El autocuidado tiene elementos culturales, sociales y económicos; por

eso es que varía de una persona a otra –mujer u hombre, niña o niño,

adolescente o adulto.

Es importante tener presente que el autocuidado permite a las personas

tomar decisiones respecto de la atención a su salud y el ejercicio y

disfrute de su sexualidad.

El personal de salud y los docentes deben fomentar conductas positivas de autocuidado, modificar ideas erróneas acerca de la

sexualidad, y promover medidas preventivas que reduzcan al mínimo las

situaciones de riesgo y fortalezcan las habilidades de las y los

adolescentes para tomar decisiones adecuadas que preserven su salud.

Bibliografía

AGUILAR, JOSÉ A. y cols. Juntos planeamos el futuro. Hablemos de la autoconciencia de la salud sexual y reproductiva. MEXFAM.

México, D.F., 1998.

MANGRULKAR, LEENA, CHERYL VINCE et al. Enfoque de habilidades para la

vida para un desarrollo saludable de niños y adolescentes. Organización Panamericana de la Salud. Washington, 2001.

ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD. Renovación para la atención

primaria en la salud en las Américas. Documento oficial. Borrador

para la discusión. Julio, 2005.

SANZ, FINA. Psicoerotismo femenino y masculino. Kairós. Barcelona, 2003.

26

Bisexual

La persona bisexual es aquélla que es atraída de forma sexual,

emocional y afectiva por personas tanto de su propio sexo como del

otro. La bisexualidad puede expresarse como atracción afectiva o contacto físico sexual en tres diferentes formas: i) simultánea, que es

cuando se experimenta atracción emocional o erótica al mismo tiempo al

menos con un hombre y una mujer; ii) concurrente, cuando se tienen

relaciones con hombres y mujeres en un mismo periodo; iii) serial, cuando se tienen parejas hombre o parejas mujer alternativamente,

siendo posible la existencia de la monogamia y pudiendo la persona dar

la impresión de llevar una vida heterosexual u homosexual en cada una

de sus fases.

Al respecto, existen puntos de vista diversos que, desafortunadamente,

coinciden en cuanto a la escasa aceptación de una persona bisexual por

la sociedad en su conjunto, ya que para heterosexuales y homosexuales

puede tratarse de una postura de incongruencia o indefinición, de un conflicto de identidad o de una forma de encubrir que en realidad se es

homosexual.

El tema presenta numerosos matices. Por ejemplo, cómo viven su bisexualidad los hombres y cómo lo hacen las mujeres; cómo es que

personas que mantienen prácticas bisexuales declaran que lo hacen por

curiosidad, por motivos económicos (prostitución), porque se ven

forzadas a hacerlo (en las prisiones, los internados y otros sitios), y cómo la bisexualidad puede darse por motivos culturales, como cuando

se practican rituales de iniciación o de tradiciones.

El personal de salud y los docentes habrán de reconocer y divulgar

que una sola relación sexual no define la orientación sexual; que la atracción, los sentimientos, las emociones y los deseos érotico-sexuales

constantes y en el transcurso del tiempo son los que constituyen el

criterio para definir a una persona como bisexual. Otro aspecto

importante es que en la actualidad, las y los adolescentes se dan la oportunidad de explorar más el ejercicio de la sexualidad; por ello,

pueden presentar conductas sexuales diversas, incluyendo la

bisexualidad, sin que ese hecho defina su orientación sexual. También

deberán estar conscientes y transmitir que toda persona, sin importar su orientación sexual, merece respeto en su dignidad, integridad y

derechos.

27

Bibliografía

CAREAGA, GLORIA y SALVADOR CRUZ, coordinadores. Sexualidades diversas.

Aproximaciones para su análisis. Programa Universitario de Estudios de Género. México, 2004.

CÓRDOBA, DAVID, JAVIER SÁEZ Y PACO VIDARTE, editores. Teoría Queer.

Políticas Bolleras, Maricas, Trans, Mestizas. Eagles. Madrid, 2005.

GARBER, MARJORIE. Vice Versa. Bisexuality and the Eroticism of Everyday Life. Simon & Schuster. Nueva York, 1995.

HILL, IVAN, editor. The bisexual spouse. Different dimensions in human

sexuality. Barlina Books Inc. McLean, VA, 1987.

IZAZOLA LICEA, JOSÉ ANTONIO. “La bisexualidad”, en: CONAPO, Antología de la Sexualidad Humana, Vol. 1. CONAPO y Miguel Ángel Porrúa,

México, D.F., 1994.

MORGAN MALLOL, MARÍA ISABEL, HÉCTOR CARRIZO BARRERA y ADRIANA S. GARCÍA

FLORES. Hablemos de sexualidad en la escuela secundaria. Contenidos básicos. CONAPO. México, D.F., 2005.

Ciclo menstrual

Periodo comprendido entre dos menstruaciones, durante el cual tiene

lugar la ovulación y la producción de hormonas que preparan la matriz. Tiene una duración de entre 26 y 34 días. Comienza el primer día del

sangrado y termina el día anterior al siguiente sangrado.

La menstruación es la descarga periódica de tejido endometrial y de sangre cuando la mujer no se ha embarazado. La menstruación inicia en

la pubertad –entre los 11 y12 años- y termina con la menopausia –

alrededor de los 50 años- cuando cesa la actividad de los ovarios; con

ello termina la etapa reproductiva, aunque no la vida sexual y productiva.

Al periodo entre la primera menstruación y la menopausia se le

denomina edad reproductiva o de riesgo reproductivo, pues si se realiza actividad sexual sin protección existe la posibilidad de un embarazo.

Esta etapa dura alrededor de 40 años.

La fertilidad es la capacidad de hombres y mujeres de procrear. Las

mujeres son fértiles sólo durante ciertos días del ciclo menstrual, cuando el ovario libera al óvulo; los hombres, por su parte, tienen capacidad de

fecundar si sus testículos producen espermatozoides suficientes y

capacitados, hecho que puede acontecer incluso en edades avanzadas.

28

Bibliografía

BITTAR, E. y BRITAR N. Reproductive Endocrinology and Biology. JAI Press, Greenwich, CT, 1998.

GRIFFIN, JAMES E. y SERGIO OJEDA. Textbook of Endocrine Physiology.

Oxford University Press. New York, 1996.

GUYTON, ARTHUR y JOHN E. HALL. Tratado de Fisiología Médica. Mc Graw Hill, 10ª. edición. México, 2001.

MCCARY, JAMES LESLIE y STEPHEN P. MC CARY. Sexualidad humana. Editorial

Manual Moderno, México, 2004.

Ciudadanía sexual

La base de la ciudadanía sexual es que las personas sean sujetas de

derecho, es decir, que vivan en el seno de un Estado que respete y

proteja sus derechos humanos y, por lo tanto, sus derechos sexuales y reproductivos, asumiendo la responsabilidad de hacer cumplir tales

derechos.

La ciudadanía sexual implica derechos y responsabilidades. Es una práctica cotidiana en la que mujeres y hombres participan en un afán

por transformar a su sociedad. Al ejercer la ciudadanía, se vuelve

posible erradicar discriminación y la exclusión de los grupos sociales.

Este enfoque de ciudadanía está centrado en las personas como poseedoras de dignidad, condición que garantiza la universalidad de los

derechos.

Un elemento importante es la participación ciudadana, en la que todos,

hombres y mujeres, pueden hacer escuchar su voz en torno a las políticas y programas que afectan sus vidas. Sin ir más lejos, es el

principio básico de las democracias. Aplicando este principio a la

sexualidad, la ciudadanía sexual será, entonces, tener voz y voto en las

políticas y programas que afectan el ejercicio autónomo de la sexualidad y la salud sexual.

La capacidad de las personas para participar y tomar decisiones

individuales y colectivas en su comunidad es un aspecto fundamental de la ciudadanía.

Como es evidente, la mayoría de las y los jóvenes ejercen poco su

ciudadanía en general, y mucho menos su ciudadanía sexual. Además

29

de no poder votar, en general no se ven involucrados en el diseño de los

programas de sus colegios y universidades, ni en programas diseñados

para beneficiarles. El ejercicio de su sexualidad suele estar prohibido y

se ejerce en la clandestinidad. Sin embargo, cada vez se reconoce más ampliamente la necesidad de otorgar a las y los jóvenes sus derechos

como ciudadanos.

Participar en el ejercicio de la ciudadanía es promover la extensión de los derechos humanos, en especial de los derechos sexuales y

reproductivos, para el reconocimiento de nuestras libertades, nuestra

dignidad humana y calidad de vida sin distinción de raza, etnia, religión,

orientación sexual, edad o género.

El personal de salud y los docentes deberán estar al tanto del

enfoque de la ciudadanía sexual, que es muy relevante en la educación

integral de la sexualidad; por ello, será sumamente importante allegarse información acerca de los derechos humanos internacionales y de las

políticas, leyes y estructuras nacionales; comprender que la cultura es

dinámica; conocer la disponibilidad de servicios y recursos y la forma de

tener acceso a ellos; y estar al tanto del tema de la defensa y

promoción de los derechos sexuales juveniles.

Bibliografía

IPPF. Marco de la IPPF para la educación integral en sexualidad. IPPF/RHO. Londres, 2008.

MEJÍA, MARÍA CONSUELO, JOSÉ A. AGUILAR et al. Tu futuro en libertad: por

una sexualidad y salud reproductiva con responsabilidad, Gobierno

del Distrito Federal. México, D.F., 2008. CÁCERES, CARLO TIMOTHY FRASCA et al. Ciudadanía sexual en América

Latina: abriendo el debate. Disponible en:

http://www.ciudadaniasexual.org/publicaciones/PDF.htm

Climaterio

Es la etapa de transición del proceso de vida femenina donde se transita

de una etapa reproductiva a una no reproductiva. Da inicio a los 40 años, en promedio, y termina en la senectud. Las manifestaciones

propias de esta etapa empiezan antes de la menopausia o última

menstruación y prosiguen después de ella.

30

El climaterio suele coincidir con momentos de reflexión alrededor de la

vida, la familia, la trascendencia y los logros alcanzados.

Se asocia a una disminución de las hormonas sexuales, particularmente

los estrógenos. Como se trata de una reducción paulatina y no de un fin repentino, los ciclos menstruales se tornan progresivamente irregulares

antes de que se presente la menopausia.

Durante el climaterio, muchas mujeres experimentan uno o varios dd los síntomas siguientes: ráfagas de calor conocidas como “bochornos”,

nerviosismo, insomnio, depresión, desgano emocional, dolor de cabeza,

disminución de la fuerza muscular, reducción de la lubricación vaginal y

disminución del deseo sexual.

En aquellos casos debidamente evaluados por el profesional de la salud,

puede ser recomendable la terapia de reemplazo hormonal, la cual, a su

vez, tendrá que ser permanentemente vigilada para evitar efectos secundarios indeseables. Está ampliamente demostrado, por ejemplo,

que la causa hormonal puede desencadenar cánceres de mama y de

útero. También es cierto que algunas mujeres no requieren terapia

sustitutiva de estrógenos, pues los síntomas no se presentan o son

transitorios después de algunos meses; en ellas, sólo se recomiendan medidas locales como pudieran ser la aplicación vaginal de geles con o

sin estrógenos.

El personal de salud y los docentes habrán de abordar el tema subrayando la atención oportuna de cualquier síntoma y enfatizar el

derecho al placer, afirmando que el climaterio no supone la reducción o

cancelación de la vida erótica, aunque hayan cesado los ciclos

reproductivos.

Bibliografía

ALARCO VON PERFALL, CLAUDIO. Diccionario práctico para el conocimiento

sexual. Ediciones 29. Barcelona, 1992. AYALA, AQUILES. Medicina de la reproducción humana. Grupo Azabache,

México, 1995.

REINISCH, JUNE y RUTH BEASLEY. Nuevo informe Kinsey sobre sexo. Paidós.

Barcelona, 1992. UNIVERSIDAD DE HARVARD, ESCUELA DE MEDICINA.

health.harvard.edu/newsweek

31

Condón

Método basado en la utilización de un dispositivo de látex que

representa una barrera para prevenir embarazos e infecciones de

transmisión sexual. Existen condones masculinos y femeninos. Los primeros son fundas de látex que se colocan sobre el pene erecto

proporcionando una barrera que evita el contacto directo con los fluidos

de la pareja durante las relaciones sexuales.

Los condones femeninos, por su parte, son bolsas de poliuretano que se

colocan dentro de la vagina con el mismo objetivo.

El uso correcto y consistente tanto del condón masculino como del femenino ofrece una protección de más de 90 por ciento. La

probabilidad de falla del condón se atribuye a un manejo inadecuado: a

que se le usa cuando ha expirado la fecha de su vigencia, a que se

agregan indebidamente lubricantes a base de aceite, a que durante su

manipulación se rompe, o a que el empaque se ha deteriorado y, por ende, el producto puede esta dañado.

Aunque la efectividad del condón de látex ha sido comprobada y

reconocida por autoridades sanitarias de todo el mundo, la resistencia a su uso persiste, argumentándose razones como la pérdida de

sensibilidad –que puede solucionarse si el condón se lubrica con

fórmulas a base de agua. Algunos varones reportan un retraso en la

eyaculación con el uso del condón, lo cual en algunas circunstancias puede contribuir a mejorar su bienestar sexual.

La resistencia al uso del condón se atribuye más bien a factores

psicológicos y culturales, dado que se le considera una barrera; pero

además, está el factor de la inequidad de género en la que el hombre determina si usa o no condón mientras la mujer no puede decidir aún

sobre su autocuidado. Afortunadamente, las mujeres jóvenes exigen

cada vez con más frecuencia la utilización del condón.

Por otro lado, pruebas diversas han comprobado que en el látex usado

para la fabricación de condones no existe poro alguno, aun si se le estira

a su máximo, por lo que no pueden atravesarlo agentes biológicos como

virus o bacterias.

El personal de salud y los docentes deberán proporcionar a los

jóvenes información completa sobre el uso del condón femenino y del

masculino, y mostrar en su explicación condones reales. Deberán,

32

asimismo, subrayar la importancia de su empleo para prevenir

infecciones transmisibles sexualmente y embarazos no planificados, y

desmitificar las creencias falsas que se tienen sobre su uso.

Bibliografía

InfoSIDA. Glosario de VIH/SIDA, 6ª edición, diciembre, 2008. Disponible

en: www.aidinfo.nih.gov/contentsfiles/spanishglosary_sp.pdf. PROCURADURÍA DE DEFENSA DEL CONSUMIDOR, PROFECO. Estudio de calidad de

condones. Profeco. México, D.F., 2000.

SECRETARÍA DE SALUD. Manual para Capacitadores en el Manejo

Sindromático de las Infecciones de Transmisión Sexual, 2ª. edición. Family Health Internacional, Implementing AIDS

Prevention and Care Projet, USAID. México, D.F., 2004.

__________. Norma Oficial Mexicana NOM-01-SSA1-1993 que establece

las especificaciones sanitarias de los condones de hule látex. Secretaría de Salud. México, 1994.

Confidencialidad

Es la absoluta protección de la información personal y los asuntos

tratados en una consulta, sesión médica o de consejería dentro de un

marco ético. La confidencialidad enfatiza el derecho a la privacidad, que

es un concepto tanto jurídico como ético. Desde el punto de vista

jurídico, hace referencia a la protección legal que se le concede a un individuo con el fin de controlar tanto el acceso a su información

personal como el uso que de ella haga.

La ética profesional exige reserva y discreción frente a la información que se recibe en el ejercicio de la labor profesional. Si no ocurriera así,

esto es, si ocurriera una falta de confidencialidad, se puede causar daño

grave a la persona en virtud de que se violan sus derechos y se afecta al

mismo tiempo la salud pública, en virtud de que se quebranta la confianza en los individuos que forman parte de los sistemas de salud y,

por lo tanto, en el sistema mismo; al suceder así, se impide que los

usuarios se acerquen a solicitar los servicios y que proporcionen

información veraz, favoreciendo que se mantengan ocultos problemas que bien pueden ser del ámbito de la salud pública.

Cuando la consejería, el diagnóstico o el tratamiento de un/a paciente o

usuario/a involucra a otras personas u organizaciones que no son

propiamente personal de salud, el requisito de confidencialidad se

33

amplía a todos los individuos involucrados en dicho proceso, incluyendo

al personal educativo, administrativo o de limpieza.

En lo relativo a una prueba del VIH, implica que los datos obtenidos conciernen sola y exclusivamente a la persona que se somete a ella, y

que no podrán ser difundidos ni utilizados sin su autorización expresa.

Para asegurar que la persona conoce su derecho a la confidencialidad, la

detección se debe ajustar al criterio del consentimiento informado o CI.

En el caso de la confidencialidad con adolescentes, es fundamental que

ésta se reafirme a partir de una alianza de trabajo con ellos, lo que

contribuirá a que se sientan seguros y puedan comunicar de la mejor manera posible su situación o problema. Cualquier indiscreción o

comentario que genere en ellos desconfianza limitará la ayuda que

reciban y los colocará en situación de riesgo para el cuidado de su vida

sexual y reproductiva.

El personal de salud y los docentes deberán tener absoluto cuidado

al manejar la información confidencial que sea de su conocimiento, y

evitar un uso inapropiado de ella, tanto si ocurre de manera voluntaria

como involuntaria, en el ambiente escolar o el de la salud.

Bibliografía

ANTELA, ANTONIO. Manual de capacitación en el manejo integral de personas adultas que viven con el VIH/Sida para equipos de

atención primaria y comunitarios en Latinoamérica y el Caribe.

Organización Panamericana de la Salud. Washington, 2004.

EDELWICH, JERRY y ARCHIE BRODSKY. Sexual Dilemmas for the Helping Professional. Brunner Mazel. New York, 1991.

LIFSHITZ, ALBERTO. Los senderos del trabajo clínico. Alfil. México, 2006.

ONUSIDA. Confidencialidad y seguridad en la información. Disponible

en: http://www.unaids.org/es/KnowledgeCentre/HIVData/Confidentiality/

Consejería

La consejería es un proceso cuyo objetivo es resolver dudas e inquietudes, apoyar en la toma de decisiones y/o favorecer la adopción

de conductas que prevengan enfermedades y mantengan la salud.

Para lograr una buena consejería se requiere de un espacio físico

adecuado, lo mismo que de suficiente privacidad para garantizar el manejo confidencial de la información. Estas condiciones contribuirán a

34

crear un clima de confianza para que la o el usuario tenga la posibilidad

de externar todas sus inquietudes en un marco de respeto por sus

derechos. Serán cruciales para el éxito de la consejería una escucha

activa por parte del consejero y un trato respetuoso, cálido y empático.

La consejería en salud sexual y reproductiva suele abordar temas como

el embarazo no planeado, las relaciones sexuales, las infecciones de

transmisión sexual, los métodos anticonceptivos, la violencia sexual y varios otros. En cuanto a las pruebas voluntarias para detectar el VIH, es

determinante fomentar que las personas se realicen la prueba y apoyar

la devolución de resultados dando contención al consultante. Cabe

señalar que la consejería con un enfoque preventivo será parte de una intervención cultural en la que idealmente deben estar presentes las

creencias, los sentidos subjetivos y las prácticas del consultante.

La consejería favorecerá las capacidades y recursos propios de la o el usuario para permitirle elaborar un plan de prevención realista y

coherente con su estilo de vida y con la posibilidad de asumirse como

sujeto de su salud. Este proceso puede convertirse en una estrategia

crucial para la atención de la salud pública.

En el caso de la consejería con adolescentes, es recomendable lograr y

mantener su confianza, brindarles información clara en función de sus

circunstancias personales, respetar sus valores y creencias y promover

su autonomía. Si la o el adolescente llega acompañada/o de su padre o madre, se deberá aclarar al adulto el carácter privado de la sesión y las

condiciones bajo las cuales será posible compartir información, siempre

con el acuerdo de la o el adolescente.

El personal de salud y los docentes deberán promover un clima de

calidez y confianza para lograr que la consejería sea exitosa.

Bibliografía

ANTELA, ANTONIO. Manual de capacitación en el manejo integral de

personas adultas que viven con el VIH/Sida para equipos de

atención primaria y comunitarios en Latinoamérica y el Caribe.

Organización Panamericana de la Salud. Washington, D.C., 2004. BELLAK, LEOPOLD y LEONARD SMALL. Psicoterapia breve y de emergencia.

Traducción de Mauricio González de la Garza y Bárbara

Amunategui. Revisión técnica de Santiago Ramírez. Editorial Pax-

México, México, 1988. CASAS, L., CLAUDIA DIDES et al. Confidencialidad de la información y

consentimiento informado en salud sexual y reproductiva.

35

Corporación de Salud y Políticas Sociales, CORSAPS. Santiago,

Chile, 2002.

EDELWICH, JERRY y ARCHIE BRODSKYU. Sexual Dilemmas for the Helping

Professional. Brunner Mazel. New York, 1991. LIFSHITZ, ALBERTO. Los senderos del trabajo clínico. Alfil. México, 2006.

ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD Y ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA

SALUD. Guía para la Consejería y Pruebas de VIH/Sida en los

Programas de Control de Tuberculosis. Programa Regional de Control de Tuberculosis. Washington, 2006.

Consentimiento informado (CI)

Se refiere a la toma de una decisión con pleno conocimiento y de forma voluntaria, libre, autónoma y responsable, dada por un individuo capaz,

que habiendo recibido la información necesaria, completa, veraz y

oportuna, la ha comprendido y ha tomado una decisión sin que medien

coerción, influencias o intimidación para aceptar o rechazar su participación en un estudio o tratamiento médico relacionado con la

salud sexual y/o reproductiva.

En el marco de la misma salud sexual y reproductiva, el derecho al consentimiento informado, o cI, forma parte del conjunto de derechos

humanos fundamentales que incluyen el acceso a la información para

decidir el número de hijos, el uso o no de un método anticonceptivo, el

derecho a disfrutar de una vida sexual sin riesgos para la salud, y el

derecho a ser objeto de tratamientos farmacológicos o procedimientos quirúrgicos.

El CI se ha impulsado en acuerdos y recomendaciones de conferencias

internacionales ratificadas por distintos países de la región de América Latina y el Caribe, tales como la CEDAW (1979), la Conferencia

Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD, El Cairo, 1994) y

la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, 1995), entre otras.

Su propósito es asegurar que los prestadores de servicios médicos favorezcan y respeten las decisiones de usuarias y usuarios quienes, a

su vez, tienen derecho a obtener información actualizada y completa

sobre su diagnóstico, tratamiento y pronóstico, en términos que puedan

esperarse razonablemente comprensibles. Es derecho de las/os usuarios solicitar al prestador de servicios la información necesaria para otorgar o

negar su conformidad, antes de que se inicie cualquier prueba,

tratamiento médico, uso o aplicación quirúrgica.

36

El proceso del cI incluye la verificación por parte del proveedor de que la

o el usuario ha comprendido sus explicaciones y que sus dudas han sido

resueltas. A su vez, el usuario debe consentir de manera libre y sin

coerción tomando en cuenta sus necesidades y preferencias, o bien disentir si lo juzga conveniente. En algunos casos, se requiere la firma

de un documento de autorización, lo que no sustituye los pasos del

proceso previamente descrito.

El personal de salud y los docentes deberán brindar la información y

propiciar que los usuarios ejerzan su derecho a elegir entre las

diferentes opciones para preservar su salud.

Bibliografía

BRENES, VICTOR, ALICIA MESA et al. El derecho al consentimiento

informado: un ejercicio en construcción. Leyes, casos y procedimientos de queja en los servicios de planificación familiar

en México. Documento de Trabajo, No. 22, Population

Council/INOPAL III, Afluentes S.C., México, 1998.

CASAS, L., CLAUDIA DIDES et al. Confidencialidad de la información y

consentimiento informado en salud sexual y reproductiva. Corporación de Salud y Políticas Sociales, CORSAPS. Santiago,

Chile. 2002.

CENTRO DE ESTUDIOS DE POBLACIÓN, CENEP. Recomendaciones para la

atención integral de la salud de los adolescentes con énfasis en la salud sexual y reproductiva. Serie OPS/FNUAP, No. 2.

Organización Panamericana de la Salud. Buenos Aires, Argentina,

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DIDES, CLAUDIA et al. Guía de habilidades para el consentimiento informado y confidencialidad de la información en salud sexual y

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WORLD HEALTH ORGANIZATION. Rapid HIV Test. Guidelines for use in HIV

Testing and Counseling Services in Resource – Constrained

Settings. 2004.

37

Convención

Con este término se designan los acuerdos multilaterales en los que

participan un gran número de países, generalmente bajo el auspicio de organismos internacionales. Desde la perspectiva de los derechos

humanos, las convenciones se clasifican en: i) generales, cuando tratan

aspectos que competen al ámbito mundial o regional, como por ejemplo,

la Convención Americana de los Derechos Humanos; ii) específicas, cuando se refieren a la protección de los derechos humanos en

particular, como es el caso de la Convención Internacional sobre la

Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, y iii) de

protección de grupos, las cuales buscan salvaguardar a quienes están en

situaciones vulnerables; es el caso de la Convención de los Derechos del Niño y la Convención Iberoamericana de los Derechos de Jóvenes.

El término convención es también sinónimo de pacto o tratado.

Los tratados o convenciones internacionales son adoptados en foros

internacionales por consenso de los Estados parte, quedando abiertos

para ser suscritos por otros países. En sí mismo, este hecho pone de

manifiesto la intención de las naciones de sumarse a ellos y comprometerse a seguir los pasos para su ratificación.

El personal de salud y los docentes deberán comprender la

importancia de conocer el significado de las convenciones, tratados y

pactos, con el fin de exigir a los gobiernos su cumplimiento.

Bibliografía

ANAYA, ALEJANDRO, coordinador, JUAN CARLOS ARJONA et al. Glosario para el Programa de Derechos Humanos. Universidad Iberoamericana de

la Ciudad de México y Comisión de Derechos Humanos del Distrito

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en Latinoamérica y el Caribe. 1 agosto, 2008. Secretaria de Salud,

Secretaria de Educación Pública, Secretaria de Relaciones

Exteriores. México D.F. Disponible en: www.censida.salud.gob.mx.

38

Cunnilingus

Es la práctica de estimular el clítoris y la vagina por medio de los labios

y la lengua como parte del juego sexual; esta acción, practicada por dos

o más personas, favorece la lubricación vaginal; a algunas mujeres les produce gran placer que se les estimule el clítoris directamente con la

boca. Es un acto que despierta el deseo y confirma a la mujer su

aceptación por parte de la pareja.

Para aquellas personas que tienen actitudes conservadoras, esta

práctica puede llegar a parecerles incómoda por mostrarse

complacientes para propiciar el placer de la mujer.

Es importante tener en cuenta que el contacto con los genitales puede

permitir la transmisión de infecciones de transmisión sexual. Para evitar

que esto ocurra, el sexo oral puede realizarse con un método de barrera

como el egga-pack o con un dique de plástico que impida el contacto

directo de la boca con los genitales.

Resulta básico tener presente que el cunnilingus debe existir de mutuo

acuerdo entre las personas que lo practican, siendo otra forma de

experimentar nuevas sensaciones para alcanzar el placer.

El personal de salud y los docentes deberán tener conocimientos

sobre esta práctica, la forma como se le llama en el lenguaje popular, y

asumir que las personas la practican y disfrutan. Un punto importante es recomendar el uso constante de medidas de prevención para evitar

contagios.

Bibliografía

CROOKS, ROBERT Y KARLA BAUR. Nuestra sexualidad. Thomson. México,

2008.

GREGERSEN, EDGAR. Costumbres sexuales. Folio. Barcelona, 1988.

LASKARIS, GEORGE. Atlas de enfermedades orales. Elsevier España 2005. LOVE, BRENDA. Enciclopedia de las prácticas sexuales. Serres. Barcelona,

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Barcelona, 1999. URBIOLA, OSCAR. Gran enciclopedia del sexo. Historia ilustrada de las

prácticas sexuales. RBA Libros. Barcelona, 2006.

39

Declaración

Instrumento internacional que, a diferencia de un tratado, no genera

obligación jurídica sino moral; por ello, los Estados pueden o no incluir sus contenidos en el marco jurídico interno que los rige. Algunas

declaraciones pueden tener la intención de crear obligaciones para la

elaboración de un tratado a futuro, o bien constituirse en obligatoriedad

a través de la costumbre internacional. Los contenidos orientadores de las declaraciones son de suma importancia para determinar el sentido

internacional de los derechos humanos.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada en 1948,

es una clara muestra de cómo pueden condensarse las aspiraciones del “ideal común” de todos los pueblos y naciones. La obligatoriedad de este

instrumento, sin embargo, se debate entre dos posturas: la de quienes

consideran que tiene carácter obligatorio por parte de los Estados

miembros por ser práctica internacional de derechos y libertades, y la de aquéllos que sostienen que es vinculante exclusivamente en los casos en

que se protejan los derechos humanos que bajo ninguna circunstancia

pueden ser derogados.

Los encuentros internacionales como la IV Conferencia Mundial de la

Mujer (Beijing, 1995) y la CIPD (El Cairo, 1994), han contribuido de

manera sustancial a impulsar en todo el mundo políticas de género,

educación sexual, salud reproductiva y programas de adolescentes. A

partir de esas iniciativas se han integrado criterios como seguimiento a los convenios o pactos.

Sin duda, la Declaración Ministerial Prevenir con Educación es una

plataforma para poner en marcha y fortalecer estrategias intersectoriales de educación integral en sexualidad y la promoción de la

salud sexual. Tiene obligatoriedad moral por parte de los países que la

han suscrito. Algunos de los instrumentos internacionales en que se

fundamenta esta declaratoria son: la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Declaración de Salud Sexual y Reproductiva del

Milenio 2001, la Declaración de Compromisos en la Lucha contra el VIH-

Sida (UNGASS, 2001), el Pacto de los Derechos Civiles y Políticos, el

Pacto de Derechos Económicos y Sociales y otros.

El personal de salud y los docentes deberán buscar maneras para

difundir el contenido de la Declaración Ministerial Prevenir con Educación

y sensibilizar a las autoridades, estudiantes y público en general acerca

de los beneficios de la misma.

40

Bibliografía

ANAYA, ALEJANDRO, coordinador, JUAN CARLOS ARJONA et al. Glosario para el

Programa de Derechos Humanos, Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México y Comisión de Derechos Humanos del Distrito

Federal, México, D.F., 2005.

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Derechos Sexuales de Adolescentes. Afluentes, A.C. y Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, México, D.F., 2006.

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en Latinoamérica y el Caribe. 1 agosto, 2008. Secretaria de Salud,

Secretaria de Educación Pública, Secretaria de Relaciones Exteriores. México D.F. Disponible en: www.censida.salud.gob.mx.

Derechos de la infancia

Los derechos de la infancia son un conjunto de garantías, facultades y

libertades que posee cualquier persona menor de 18 años de edad, sin importar la raza, color de piel, sexo, idioma, creencias religiosas,

opinión política, nacionalidad, situación económica o impedimento físico.

La Convención sobre los Derechos del Niño, (CDN) es uno de los

documentos más importantes que existen sobre los derechos de la

infancia; establece que todos los niños y niñas tienen derecho a no ser discriminados, a desarrollarse plenamente, y a participar y ser

escuchados, especialmente cuando se tomen decisiones que les afecten.

Por nuestra parte, debemos tomar en cuenta que toda decisión que se

tome debe dar prioridad a su desarrollo y bienestar.

La CDN no es un documento estático: en el año 2000 se adoptaron dos

acuerdos más llamados “Protocolos facultativos”, los cuales refuerzan la protección de la infancia en situaciones específicas; la primera sobre la

participación de los niños en los conflictos armados, y la segunda sobre

la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de los niños en

la pornografía.

Los países de la región de América Latina y el Caribe adoptaron la CDN

en 1990, y los dos protocolos en el año 2002, un hecho importante porque al hacerlo así aceptan la responsabilidad de crear y garantizar

las condiciones necesarias para que niños y niñas ejerzan y disfruten

sus derechos. La situación de la infancia en América Latina enfrenta

grandes desafíos: tan solo en 2006, murieron 308 millones de niñas y niños antes de cumplir los cinco años; aproximadamente el 42 por

41

ciento de los decesos ocurrieron en el primer mes de vida, a causa de

bajo peso al nacimiento, asfixia o septicemias.

La promulgación de leyes de la niñez en América Latina ocurre en la

década de los noventa en Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica,

Honduras, Nicaragua y Panamá. A partir del año 2000, se presentan iniciativas en Argentina, Guatemala, México, Paraguay, Perú, República

Dominicana y Venezuela. Es preciso considerar que si existen leyes en

los países que vayan en contra de los derechos de la infancia

establecidos en la CDN, es responsabilidad de las autoridades modificar esas leyes y crear nuevos medios para proteger los derechos de niñas y

niños. Cabe señalar que Chile fue el primer país en establecer, en 1979,

Servicio Nacional de Menores en Chile y el texto de Ley Orgánica.

Todos podemos contribuir responsablemente conociendo y respetando los derechos de niños y niñas, practicando una comunicación más

abierta, cambiando las relaciones de poder por las de colaboración,

apoyándolos e impulsándonos a participar, sobre todo en la toma de

decisiones que les afectan.

Bibliografía

GAITÁN MUÑOZ, LOURDES. El espacio social de la infancia. Los niños en el Estado de Bienestar. Comunidad de Madrid Instituto Madrileño del

Menor y la Familia. España, 1998.

ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS. Convención sobre los Derechos del

Niño, CDN. 1989. Disponible en: www.unicef.es/derechos/docs/CND_06.pdf

TROTTER, DUNCAN, coordinador. Haciendo lo correcto por los niños. Una

guía sobre programación de derechos del niño para profesionales.

Save the Children Suecia, Programa Regional para América Latina

y el Caribe, 2008. UNICEF. Estado de la Infancia en América Latina y el Caribe 2008.

UNICEF, Nueva York.

Derechos humanos

Son todas aquellas facultades y libertades fundamentales inherentes a

los seres humanos por el sólo hecho de serlo, y cuyo efectivo ejercicio

es indispensable para favorecer el desarrollo integral de las personas. Expresan el compromiso de garantizar que todos los individuos puedan

disfrutar de los bienes y libertades necesarios para vivir dignamente.

42

La defensa de los derechos humanos ha sido una muy extensa página

de la historia del mundo. Los derechos humanos son materia de

exigibilidad para la dignidad de las personas; se fundamentan en valores tales como la igualdad, la seguridad, la vida, la libertad, el desarrollo y

la paz, entre otros.

Los derechos humanos se caracterizan por ser universales, en la medida que se establecen para todas las personas, sin excepción. Buscan

impulsar una ética universal a partir del consenso de principios y valores

en un marco plural de culturas, creencias y sistemas sociales y

económicos.

Son también inalienables, dado que nadie puede renunciar a ellos ni es

posible que persona alguna despoje de ellos a otra.

Son indivisibles, en virtud de que todos los derechos son igualmente

necesarios para el desarrollo de una vida digna. Ningún derecho se

privilegia sobre otro para su ejercicio.

Y son históricos, por cuanto han resultado de movimientos sociales, conflictos internacionales y transformaciones geopolíticas, tecnológicas y

culturales. Los derechos humanos se han concretado a lo largo de la

historia y en contextos y condiciones especificas.

En el ámbito de los derechos humanos se identifican tres generaciones

reconocidas por el derecho internacional: i) derechos civiles y políticos,

ii) derechos económicos, sociales y culturales, y iii)) derechos de los

pueblos.

Los Estados tienen la obligación de respetar, proteger y hacer cumplir

estos derechos, y de garantizar las condiciones para su ejercicio. A

pesar de ello, son innumerables las personas y los grupos que hoy en

día se enfrentan a la amenaza contra el ejercicio de sus derechos humanos, de donde se vuelve indispensable que el Estado garantice su

cumplimiento y que la sociedad civil organizada impulse acciones de

monitoreo y seguimiento de tales acciones.

El personal de salud y los docentes deberán favorecer la reflexión

acerca de los derechos humanos, incluyendo los derechos sexuales y

reproductivos, destacar su dimensión y valorar y promover entre sus

alumnos y clientes conductas y prácticas cotidianas en las que se vea reflejado su pleno ejercicio.

43

Bibliografía

COMISIÓN NACIONAL DE DERECHOS HUMANOS. Manual de derechos humanos.

Consejos elementales y consejos prácticos. CNDH y Cadenas Humanas, A.C. México, 2003.

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OFICINA DEL ALTO COMISIONADO DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LOS DERECHOS

HUMANOS EN MÉXICO. Diagnóstico sobre la situación de los derechos

humanos en México. México, D.F., 2006.

Derechos reproductivos

Son los derechos básicos de todas las parejas e individuos a decidir libre y responsablemente el número de hijos/as, el espaciamiento entre los

nacimientos, a disponer de la información y los medios para que ello

ocurra y a alcanzar el nivel más elevado de salud sexual y salud

reproductiva. Abarca también su derecho a adoptar decisiones relativas a la reproducción sin sufrir discriminación, coacciones ni violencia.

Los derechos reproductivos están vinculados con la salud sexual y

pertenecen a los que se han denominado "derechos humanos de

segunda generación", que son específicamente derechos sociales y económicos. Éstos contemplan la posibilidad de los hombres y las

mujeres de mejorar sus condiciones de vida dentro de la sociedad, en lo

económico y en lo cultural.

Los derechos reproductivos abarcan principalmente el derecho a la

autodeterminación reproductiva y a adoptar decisiones relativas a la

reproducción sin sufrir discriminación, coacciones ni violencia, de

conformidad con lo establecido en los documentos de derechos humanos nacionales e internacionales (de la Organizaciones de Naciones Unidas y

otros tratados).

Los derechos reproductivos son una garantía individual; es obligación del Estado, a través de las instituciones públicas de salud, que mujeres

y hombres decidan libremente cuántos hijas/os tener y cuándo y que,

sea cual fuere su decisión, el gobierno está obligado a proteger la salud

y bienestar de las personas, particularmente de la mujer adolescente,

44

joven o adulta en todos los aspectos ligados a la procreación, incluyendo

la interrupción voluntaria del embarazo y/o aborto legal.

Docentes y personal de salud deberán promover acciones y campañas en las escuelas y los centros de salud que favorezcan el

conocimiento de los derechos reproductivos y el acceso a servicios de

calidad.

Bibliografía

CENTER FOR REPRODUCTIVE RIGHTS: http://www.reproductiverights.org

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SECRETARÍA DE SALUD. Programa de Acción de Salud Reproductiva 2007-

2012.

Derechos sexuales

El término se refiere a los derechos humanos relacionados con la vida

sexual, incluida la salud sexual y reproductiva, y la toma de decisiones libre y responsable, sin coerción, discriminación ni violencia. Implica una

visión más amplia al favorecer relaciones igualitarias entre hombres y

mujeres, el respecto a las relaciones sexuales y la reproducción, la

integridad de las personas, el consentimiento recíproco y la voluntad para asumir la responsabilidad del comportamiento sexual.

La Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (1994)

ha sido hasta ahora la más importante plataforma para sustentar la construcción de los derechos sexuales, al afirmar que la salud sexual

comprende “… el disfrute de la sexualidad, el desarrollo de la vida y de

las relaciones personales, y no meramente el asesoramiento y la

atención en material de reproducción y de enfermedades de transmisión

sexual” (CIPD, párrafo 7.2). Un año después, la IV Conferencia Mundial

45

de la Mujer (Beijing, 1995) reconoció el derecho a ejercer la vida sexual

en condiciones libres de discriminación, coerción y violencia. En 2001,

las Directrices internacionales sobre el VIH/Sida y los derechos humanos

(2006), destacan la protección a los derechos de las personas con VIH/sida para proporcionarles servicios de prevención, información y

atención, y el fortalecimiento al combate contra la discriminación hacia

las poblaciones de mayor riesgo, el respeto a la vida privada, la

confidencialidad y la ética en la investigación sobre seres humanos.

Hablar acerca de los derechos sexuales es relativamente reciente, sobre

todo en el ámbito de las Naciones Unidas, dado que ha sido un concepto

polémico por la oposición de los grupos fundamentalistas. Los derechos sexuales son una construcción histórica en la que ha sido decisiva la

participación de los movimientos feminista, al igual que lésbico, gay,

bisexual, travestista, transgenérico, transexual e intersexual (LGBTTTI)

y los movimientos y redes juveniles.

Los derechos sexuales buscan el reconocimiento de las personas para

que puedan tomar decisiones sobre su integridad corporal y actividad

sexual, y asimismo la igualdad y respeto a la diversidad cultural y

sexual. El avance se centra en no subordinar la sexualidad a la reproducción, en posicionar a niñas, niños, adolescentes, mujeres y

hombres como sujetos con derechos a acceder a la educación sexual, a

servicios de salud, a información científica y a la no discriminación por

edad, sexo y orientación sexual.

En América Latina ha habido esfuerzos por impulsar los derechos de los

adolescentes, cuya conquista representa todavía un reto en nuestros

días. En Uruguay, el Programa Nacional de Educación Sexual aborda desde el año 2006 el tema del acceso de niños y adolescentes a la

educación de la sexualidad y la titularidad de sus derechos sexuales y

reproductivos. En el mismo país se viene realizando en 2009, la

campaña Las decisiones sobre tu cuerpo, tu salud y tu vida te

pertenecen. Son tus derechos, hacélos valer, que tiene como objetivo impulsar la reflexión sobre la agenda de la salud y los derechos sexuales

y reproductivos.

En el caso de Perú, la organización civil INPARES propone 14 derechos sexuales desde la perspectiva de los jóvenes. Se citan algunos a

continuación.

Derecho a decidir de forma libre sobre mi cuerpo y mi sexualidad. Somos libres de tomar decisiones sobre nuestra imagen física e

46

identidad sexual, sin que esto signifique que seamos juzgados,

discriminados o excluidos.

Derecho a ejercer y disfrutar plenamente mi vida sexual. Somos libres

de expresar nuestra sexualidad como mejor nos haga sentir, sin que nadie se aproveche, trate de explotarnos o abusar de

nosotros.

Derecho a manifestar públicamente mis afectos. Somos libres de

expresar nuestra afectividad en los espacios públicos y privados, si temor a ser reprendidos, cuestionados, discriminados o excluidos.

Derecho a decidir con quién compartir mi vida y mi sexualidad. Somos

libres a elegir con quién y de qué forma queremos vivir, libres de

toda imposición y coacción. Derecho a usar anticoncepción de emergencia. Somos libres de elegir

esta opción de forma informada como cualquier avance científico

que asegure nuestra salud sexual reproductiva y que facilite la

apropiación del cuerpo. Derecho al respeto de mi intimidad y mi vida privada. Somos libres de

hacer todo aquello que nos haga sentir bien, solos, solas o

acompañados, sin interferencia de ningún juicio ajeno a nosotros.

Derecho al orgasmo. Somos libres de buscar la satisfacción máxima con

nuestras relaciones sexuales, libres de cualquier creencia, mandato social o condición física.

Derecho a la participación de las políticas públicas sobre sexualidad.

Somos libres de intervenir en cualquier espacio público cuyas

decisiones influyan de forma parcial o colectiva a cualquier aspecto de nuestra sexualidad

En México, las organizaciones civiles, las redes y los grupos de jóvenes

progresistas se han empeñado en un importante esfuerzo por lograr la incorporación de los derechos sexuales en las políticas públicas dirigidas

a adolescentes, jóvenes, niñas y niños. Uno de tales esfuerzos, de los

más importantes, es la campaña “Hagamos un hechos nuestros

derechos” y la emisión de la Cartilla de los Derechos Sexuales y

Reproductivos de los Jóvenes, impulsada por organizaciones de la sociedad civil con el aval de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Algunos de los derechos propuestos en esta cartilla son semejantes a los

citados por INPARES; otros son complementarios.

Derecho a la educación sexual. La educación sexual es necesaria para el

bienestar físico, mental y social, y para el desarrollo humano; de

ahí su importancia para las y los jóvenes. Tengo derecho a una

educación sexual sin prejuicios que fomente la toma de decisiones libre e informada, la cultura de respeto a la dignidad humana, la

igualdad de oportunidades y la equidad.

47

Derecho a la libertad reproductiva. Las decisiones sobre mi vida

reproductividad forman parte del ejercicio y goce de mi

sexualidad. Como mujer u hombre joven tengo derecho a decidir

de acuerdo con mis deseos y necesidades, tener o no hijos, cuántos, cuándo y con quién. El Estado debe respetar y apoyar

mis decisiones sobre mi vida reproductiva, brindándome la

información y los servicios de salud que requiero, haciendo

efectivo mi derecho a la confidencialidad. Derecho a la igualdad de oportunidades y a la equidad. Las mujeres y

los hombres jóvenes, aunque diferentes, somos iguales ante la

ley. Como joven, tengo derecho a un trato digno y equitativo y a

gozar de las mismas oportunidades de desarrollo personal integral. Nadie, bajo ninguna circunstancia, debe limitar,

condicionar o restringir el pleno goce de todos mis derechos

individuales, colectivos y sociales.

Derecho a los servicios de salud sexual y a la salud reproductiva. La salud es el estado de bienestar físico, mental y social de las

personas. Tengo derecho a recibir los servicios de salud sexual

gratuitos, oportunos, confidenciales y de calidad. El personal de

los servicios de salud pública no debe negarme información o

atención bajo ninguna condición y éstas no deben ser sometidas a ningún prejuicio.

Por otro lado, la Asociación Mundial de Salud Sexual, en el Congreso

Mundial de Valencia de 1997, dio a conocer su Declaración de Derechos Sexuales, que fue aprobada dos años más tarde en el Congreso Mundial

de Sexología que se llevó a cabo en Hong Kong, China. En dicho

pronunciamiento se destacan los siguientes derechos:

Derecho a la libertad sexual. Comprende la posibilidad de la plena

expresión del potencial sexual de los individuos. Excluye toda

forma de coerción, explotación y abusos sexuales.

Derecho a la equidad sexual. Se refiere a la oposición a todas las formas

de discriminación, independientemente del sexo, género, orientación sexual, edad, raza, clase social, religión, limitación

física y emocional.

Derecho a la libre asociación sexual. Significa la posibilidad de contraer

o no matrimonio, de divorciarse y de establecer otros tipos de asociaciones sexuales responsables.

El personal de salud y los docentes deberán informar a sus clientes y

alumnos acerca de los derechos sexuales y favorecer su difusión mediante foros y eventos con la población, para contribuir a visibilizar

48

tanto los derechos como los procedimientos necesarios para denunciar

su violación.

Bibliografía

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PAN AMERICAN HEALTH ORGANIZATION. Promotion of Sexual Health. Recommendations for Action. Guatemala, 2000.

Discriminación

En su acepción más común, se refiere al trato inferior que recibe una

persona o colectividad por motivos raciales, políticos, religiosos y otros.

Es, entonces, la negación, exclusión, restricción por motivos de raza, género, edad, religión, posición política, orientación sexual, económica o

social, que tenga por objeto anular o menoscabar el ejercicio de los

derechos humanos y las libertades fundamentales de cualquier persona

o grupo.

La discriminación es un acto ilegítimo, en la medida en que reproduce

una percepción desvalorizada de las personas a través de acciones y

hechos que degradan al otro. Pone de manifiesto una distinción injusta, sin motivo y arbitraria. Las formas en que la discriminación se

manifiesta pueden ser sumamente heterogéneas, a través de actitudes

y conductas individuales, o de prácticas sociales e institucionales que en

forma intencionada dan un trato de inferioridad, inmerecido y arbitrario

a personas o grupos sociales que consideran que tienen poco valor. Se consideran como actitudes discriminatorias la homofobia, la xenofobia y

el antisemitismo en cualquiera de sus manifestaciones.

49

Citamos el caso de México, entre otros países de la región, donde el

artículo 1 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos fue

reformulado en el año 2001 para prohibir todo tipo de discriminación.

Esta problemática se hace presente en otros países de la región de América Latina, como es el caso de la discriminación por género hacia la

mujer en Chile y Ecuador y la discriminación por orientación sexual en el

caso de Honduras.

El personal de salud y los docentes deberán estar atentos para

favorecer en las y los adolescentes el derecho a la información, conocer

el marco legal de cada país e identificar el procedimiento a seguir ante

situaciones de discriminación para su tratamiento cuando sean denunciadas.

Bibliografía

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Textos del Caracol 5. Consejo Nacional para Prevenir la

Discriminación. México, 2008. Documento inédito.

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GUTIÉRREZ JOSÉ L. Educación. Formación Cívica y Ética. Ediciones Cal y

Arena. México, 2007.

Disfunciones sexuales

Las disfunciones sexuales se conocen también como disfunciones

eróticas. Son síndromes recurrentes que afectan de manera negativa y persistente la vida erótica de hombres y mujeres.

Para su evaluación clínica se emplea el modelo conocido como curva de

la respuesta sexual humana, o RSH. Este modelo fue originalmente propuesto por Masters y Johnson (1966) y consistía de cuatro fases:

excitación, meseta, orgasmo y resolución. Posteriormente, Helen Kaplan

(1974) planteó una RSH bifásica (vasocongestión y mioclonia) que con el

paso del tiempo (1979) transformó en trifásica: deseo, excitación y orgasmo. En la actualidad se emplea una RSH de seis fases: deseo,

excitación, meseta, orgasmo, resolución y período refractario. Los

terapeutas sexuales siguen considerando útil la curva trifásica de Kaplan

porque la mayoría de las disfunciones eróticas son clasificables bajo ese

50

modelo. Son ejemplos la inhibición del deseo, la disfunción eréctil y la

anorgasmia.

Las disfunciones pueden ser primarias cuando siempre han existido, secundarias si aparecen después de un periodo de desempeño sexual

adecuado, y situacionales cuando sólo se manifiestan bajo determinadas

circunstancias. Sus determinantes pueden encontrarse en una variedad

de niveles de la naturaleza humana, desde la constitución biológica, hasta la naturaleza psicológica y el ambiente social y cultural ante el

erotismo.

Experimentar una disfunción sexual es una situación que genera miedo e incertidumbre en la persona; muchas veces, la influencia de factores

culturales hace que se padezcan en silencio, pues al estar relacionadas

con la vida íntima y privada no se busca ayuda adecuada para conocer

la causa de la disfunción y posibilitar un tratamiento. A menudo deterioran la autoimagen y la autoestima de las personas e impiden el

desarrollo de una vida erótica plena.

El personal salud y los docentes deberán promover la búsqueda de

orientación y atención profesional sexológica, médica o psicológica, así como la comunicación en pareja como factores importantes para el

ejercicio sano y responsable de la sexualidad.

Bibliografía

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__________ y M. J. DÍAZ. PAC PSIQUIATRÍA-1 Manejo clínico de la

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Diversidad sexual

Al hablar de diversidad sexual nos referimos a la pluralidad de prácticas

y creencias que determinan la expresión sexual de las personas en sus culturas; a las diferentes formas de amar, de relacionarse sexualmente

y a las manifestaciones del género tales como: heterosexualidad,

homosexualidad masculina, lesbiandad, bisexualidad, transexualidad,

transgeneridad, intersexualidad, travestismo y otras. Esta diversidad se refiere a los aspectos erótico-amorosos de nuestras vivencias, que van

mucho más allá de la genitalidad.

La diversidad sexual asegura un continuum de conductas, donde un elemento no tiene un valor más fundamental que cualquier otro; por

contraste, en otros sistemas lo piramidal transgrede la verticalidad de lo

bueno y lo malo.

Para entender este concepto es necesario revisar el que de la sexualidad tenemos. Esto quiere decir que si consideramos a la sexualidad como un

proceso sociocultural, capaz de ser modificado en función del contexto,

la diversidad, entonces, se expresará en el tiempo a partir de las formas

de relación y de los valores y significados prevalecientes en un momento y contexto particular. En nuestras sociedades, la heterosexualidad ha

sido construida como una norma, existiendo todavía problemas para

aceptar otras formas de expresión de la sexualidad.

El concepto de diversidad sexual es también político, en virtud de que

cuestiona el orden sexual y de género que predomina, condensando la

aspiración de una sociedad hacia la no discriminación y la garantía de la

equidad para las diferentes variantes de la existencia sexual, de género

52

y erótica. Implica también el reconocimiento del significado y relación

con el cuerpo desde las tradiciones y valoraciones culturales y religiosas.

Puede afirmarse que la diversidad sexual no podrá comprenderse si no

se contempla la diversidad cultural.

El personal de salud y los docentes, habrán revisar, y en su caso

modificar, actitudes fóbicas; realizar acciones para promover la no

discriminación y sí la inclusión de las distintas orientaciones sexuales, y fomentar un ambiente de respeto hacia la diversidad en cualquiera de

sus ámbitos.

Bibliografía

ALTMAN, DENNIS. Sexo global. Océano. México, 2006.

CÓRDOBA, DAVID, JAVIER SAEZ y PACO VIDARTE, editores. Teoría Queer.

Polìticas Bolleras, Maricas, Trans, Mestizas. Eagles. Madrid, 2005. NÚÑEZ, GUILLERMO. “Diversidad sexual y amorosa”, en: Antología de

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WEEKS, JEFFREY. El malestar de la sexualidad. Significados, mitos y

realidades modernas. Talasa. Madrid, 1993.

Educación integral en sexualidad

La educación integral en sexualidad busca un enfoque holístico basado

en el marco de los derechos humanos. Reconoce que la información en sí misma es importante, si bien insuficiente, por lo que trata de vincular

los conocimientos, las aptitudes esenciales para la vida, el desarrollo de

actividades, y actitudes y valores positivos para el ejercicio de una

sexualidad física y emocionalmente placentera, pero también responsable, sea que se refiera a una persona o a una colectividad. Este

proceso implica conocimientos, actitudes y habilidades que requieren

aprendizajes significativos en los educandos, a partir no sólo de los

elementos cognoscitivos, sino también y sobre todo de la construcción de ideas y la expresión de sentimientos.

Desde este marco, todas las personas son seres sexuados que

construyen su sexualidad de forma subjetiva, a partir de sus cuerpos,

53

viéndose influidos por factores sociales, culturales, económicos y

políticos.

Los principales canales que ponen en marcha el proceso de enseñanza-aprendizaje de la educación integral en sexualidad son la familia, la

escuela, los amigos, las instituciones de salud y de desarrollo social, los

medios de comunicación, las iglesias y el Estado.

La educación integral en sexualidad considera la promoción de los

derechos sexuales, la ciudadanía sexual, el impulso a la equidad entre

hombre y mujeres, el fomento a la salud sexual, la responsabilidad ante

la reproducción, el placer, el respeto a la diversidad, la eliminación de toda forma de violencia, e igualmente la necesidad de evitar la

discriminación, el abuso sexual y las actitudes racistas y sexistas.

La educación integral en sexualidad debe basarse en la evidencia científica, en el marco de los derechos humanos y en el respeto a los

valores de una sociedad democrática y pluralista en cuyo seno se

desarrollan las familias y las comunidades, a fin de generar el respeto a

las diferencias, el rechazo a cualquier forma de discriminación y la

promoción de la toma de decisiones responsables e informadas acerca de la sexualidad.

Esta educación es una responsabilidad común que atañe a las familias,

las escuelas, los profesionales, las organizaciones religiosas, las instituciones de salud y los medios de comunicación, entre otros.

El derecho a la educación sexual es parte de un derecho humano más

amplio: el derecho a la educación, tal y como se expresa en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que confiere a toda

persona la posibilidad de recibir instrucción básica. Así también, este

derecho está plasmado en los resolutivos de la Conferencia Internacional

sobre la Población y el Desarrollo, cuyo Programa de Acción señala que

la educación sexual se deberá impartir en las escuelas, la comunidad, la familia y en la educación no formal. Enfatiza la necesidad de desarrollar

programas preventivos que promuevan el respeto entre los sexos, una

conducta sexual responsable y otros.

El Estado está obligado a garantizar el derecho a la educación integral

en sexualidad, según lo establece la Declaración Ministerial Prevenir con

Educación signada por los representantes de las áreas de salud y

educación de los gobiernos de 33 países de América Latina y el Caribe.

54

El personal de salud y los docentes, con base en la Declaración

mencionada, estarán obligados a poner en marcha acciones que

promuevan la educación integral en sexualidad en sus espacios de

incidencia y proponer, asimismo, actividades de formación profesional en torno a dicho tema.

Bibliografía

BARRIOS MARTÍNEZ, DAVID. Educación sexual y crítica a la tecnología educativa. Someshi. México, 2003. Documento inédito.

CERRUTI, STELLA. La educación sexual en el contexto de la salud integral

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IPPF. Marco de la IPPF para la educación integral de la sexualidad,

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Primera Reunión de Ministros de Salud y Educación para Detener el VIH en Latinoamérica y el Caribe. 1 agosto, 2008. Secretaria de Salud,

Secretaria de Educación Pública, Secretaria de Relaciones

Exteriores. México D.F. Disponible en: www.censida.salud.gob.mx

SIECUS, Desarrollo de pautas para la educación integral en sexualidad.

Disponible en: www.siecus.org/pubs/guidelines/guideintl.pdf

Educación para la salud

La Organización Mundial de la Salud señala que “la educación para la salud aborda no solamente la transmisión de información, sino también

el fomento a la motivación, las habilidades personales y la autoestima,

necesarias para adoptar medidas destinadas a mejorar la salud. La

educación para la salud incluye no sólo la información relativa a las condiciones sociales, económicas y ambientales subyacentes que

influyen en la salud, sino también la que se refiere a los factores de

riesgo y comportamientos de riesgo, además del uso del sistema de

asistencia sanitaria. Es decir, la educación para la salud supone comunicación de información y desarrollo de habilidades personales que

demuestren la viabilidad política y las posibilidades organizativas de

diversas formas de actuación dirigidas a lograr cambios sociales,

económicos y ambientales que favorezcan la salud.” (OMS 1998:13,14)

La educación para la salud es un componente de la promoción de la

salud. Su eje es proporcionar información a las personas para que se

apropien del conocimiento y lo puedan utilizar de una manera asertiva

55

en un problema específico de salud. Se subraya la prevención y se

concentra en los procesos de aprendizaje que lleven a fortalecer la

autonomía.

La escuela es un espacio propicio para construir la cultura de la

prevención, en la medida que permite influir sobre el comportamiento

en los estilos de vida de niños y niñas.

La estrategia denominada “Escuela y salud” tienen como eje rector la

creación de una nueva cultura a través del desarrollo de competencias

para modificar los determinantes que influyen sobre la salud individual,

familiar y colectiva, el acceso a servicios de prevención, la construcción de entornos favorables a la salud y la participación social en estrategias

que mejoren las condiciones de salud en el espacio escolar. Las

estrategias deberán impulsar la corresponsabilidad entre distintos

actores: maestros, directivos, padres y madres de familia, así como autoridades federales y estatales, en la medida que contribuyan a

responder y resolver las necesidades de la comunidad educativa.

El personal de salud y los docentes deberán fomentar que las

clínicas, hospitales y escuelas sean un espacio que promueva el cumplimiento de los derechos de niñas, niños y adolescentes para ser

respetados, cuidar su salud, alimentarse lo mejor posible y tener una

salud mental adecuada.

Bibliografía

DE LEÓN, GILDA, MARTHA LIRIO et al. Manual para el maestro del Programa

Escuela y Salud. Desarrollando competencias para una nueva cultura de la salud. Contenidos y estrategias didácticas para

docentes. Primera edición, México, D.F., 2008.

ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD. Promoción de la Salud. Glosario.

Ginebra, 1998.

SECRETARÍA DE SALUD. SUBSECRETARÍA DE PREVENCIÓN Y PROMOCIÓN DE LA SALUD. Programa de Acción Específico 2007-2012. Escuela y salud.

México, D.F., 2008.

Embarazo

Se denomina embarazo, gestación o gravidez al proceso biológico que

transcurre entre la implantación del óvulo fecundado (zigoto) en la

matriz y la expulsión del producto de dicha gestación. Este proceso

56

termina en el momento del parto y el puerperio, o en el caso de que

ocurra un aborto.

Comprende todos los procesos fisiológicos, metabólicos e incluso morfológicos que experimenta el cuerpo de la mujer y que favorecen el

crecimiento de la matriz para proteger, nutrir y permitir el desarrollo del

feto; entre estos cambios se encuentran la interrupción de los ciclos

menstruales y el aumento de tamaño de las mamas en preparación para la lactancia. El embarazo, sin embargo, puede también poner en riesgo

la salud y la vida de la mujer, particularmente de las adolescentes, que

tienen mayores probabilidades de experimentar embarazos de alto

riesgo.

La falta de educación sexual, de prevención, de uso de métodos

anticonceptivos modernos y el inicio temprano de la vida sexual en

mujeres adolescentes, pueden dar como consecuencia un embarazo precoz o temprano, que puede ser no planeado o no deseado.

El embarazo humano dura aproximadamente 40 semanas contadas a

partir del primer día de la última menstruación, o 38 desde la

implantación (aproximadamente nueve meses). El primer trimestre es el momento de mayor riesgo de aborto espontáneo. El inicio del tercer

trimestre se considera el punto de viabilidad del feto; aquél a partir del

cual puede sobrevivir fuera de la matriz sin soporte médico. En la

especie humana, las gestaciones suelen ser únicas, aunque pueden producirse embarazos múltiples (gemelares).

El puerperio normal es el proceso que se inicia al término de la

expulsión del recién nacido, el saco gestacional y la placenta, y finaliza cuando los órganos genitales maternos (reproductivos) regresan a su

estado normal. Su duración aproximada es de seis semanas o 42 días.

El embarazo no planeado es aquél que se presenta sin haberse

premeditado, como consecuencia de una relación coital no protegida, un accidente anticonceptivo o el uso inadecuado de un método

anticonceptivo.

El embarazo no deseado es el que ocurre en un momento poco propicio o se presenta en una mujer que ya no quiere reproducirse.

El personal de salud y los docentes deberán promover la educación

sexual, la educación para la salud y la prevención de los embarazos no deseados o no planeados a través del uso consistente de los métodos

anticonceptivos modernos.

57

Bibliografía

ALLER, JUAN Y GUSTAVO PAGÉS, editores. Obstetricia Moderna. McGraw Hill.

3ª. edición. México. BEREK I. ADAMS, PAULA. Ginecología de Novak. McGraw Hill e

Interamericana. 13ª. edición, México, 2003

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México, 1994. MCARY, JAMES LESLIE Y STEPHEN P. MCARY et al. Sexualidad humana. El

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de atención. 1ª edición. México. 2001 WORLD HEALTH ORGANIZATION. Standards for Maternal and Neonatal Care

developed by the Department of Making Pregnancy Safer, WHO,

2002.

Empoderamiento

Es la capacidad de las personas de alcanzar su pleno potencial dentro de

la sociedad y de configurar su propio estilo de vida en función de sus

aspiraciones. El proceso implica cambiar las relaciones de poder

existentes y las fuerzas que marginan a la mujer y a otros sectores

desfavorecidos de la sociedad. Significa dar poder o conceder a alguien el ejercicio del poder.

El empoderamiento de las mujeres es un proceso mediante el cual ellas

transitan de una situación de opresión dada –que puede ser de desigualdad, discriminación, explotación o exclusión- a un estadio de

conciencia, autodeterminación y autonomía, mismo que se manifiesta en

el ejercicio del poder democrático que emana del goce pleno de sus

derechos y libertades.

58

Aparece como una estrategia cuyo objetivo es avanzar hacia el cambio

de vida de las mujeres y generar un proceso de transformación de las

estructuras sociales y políticas, particularmente en los imaginarios

sociales sobre la relación de la mujer con el poder. Como práctica para el feminismo implica una alteración radical de los procesos que

reproducen la posición subordinada de las mujeres como género. Como

concepto de la teoría y práctica del feminismo tiene un enorme potencial

para ser utilizado en la planificación del desarrollo, de manera que se garantice que las necesidades de las mujeres sean abordadas. Para ello,

el concepto tiene que definirse con precisión tanto en los términos que

constituyen el poder como en las especificidades del proceso. Sólo así

representará un concepto útil como herramienta de análisis y para la planificación.

Los personal de salud y los docentes deberán ser sensibles para

reconocer que cuando respetan las necesidades de información y la toma de decisiones de las y los usuarios de los servicios sanitarios

estarán contribuyendo a su empoderamiento. En el caso de los

docentes, deberán promover en las/os estudiantes habilidades para el

ejercicio ciudadano, dándoles a conocer sus derechos y generando el

dialogo en las aulas.

Bibliografía

CAZÉS, DANIEL. La perspectiva de género. UNAM, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades,

Consejo Nacional de Población e Instituto Nacional de las Mujeres.

México, 2005.

GARCÍA, EVANGELINA. Políticas de Igualdad, Equidad y Gender Mainstreaming ¿De qué estamos hablando? Marco Conceptual.

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). San

Salvador, 2008.

Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia,

Artículo 5, inciso X. Diario Oficial de la Federación, México, febrero, 2007.

Enfoque o perspectiva de género

Se trata de una visión científica, analítica y política sobre las mujeres y

los hombres. Propone eliminar las causas que dan origen a la opresión

de género, como son la desigualdad, la injusticia y la jerarquización de

las personas basada en el género. Promueve la igualdad entre los

59

géneros a través de la equidad, el avance y el bienestar de las mujeres;

la igualdad de derechos y las mismas oportunidades para acceder a los

recursos económicos y a la representación política y social en los

ámbitos de toma de decisiones. En tal sentido, resulta indispensable dar nuevos significados a los conceptos tradicionales de feminidad y

masculinidad, renovar la vieja masculinidad patriarcal y transformar

equitativamente los vínculos inter-genéricos para avanzar, juntos, hacia

la equidad en la diferencia.

El enfoque o perspectiva de género significa incluir el concepto de

género en las acciones desarrolladas tanto en el ámbito práctico de las

políticas públicas como en el campo teórico de la producción de conocimiento, analizando las condiciones desiguales de repercusión y

apropiación por parte de varones y mujeres dadas las diferencias y

jerarquías de género. Aplicar el enfoque de género implica tener

presente la condición de subordinación y exclusión de las mujeres con el objetivo de realizar acciones que garanticen su visibilidad y

emancipación.

El personal de salud y los docentes deberán impulsar la

incorporación de la perspectiva de género a través de estrategias diversas; por ejemplo: i) incorporando información sobre estos temas

en la/s asignatura/s ó áreas de trabajo, o mediante el análisis de textos

al observar cuáles son los estereotipos de hombres y mujeres que se

están destacando; ii) aplicando un instrumento observación para conocer cómo se establecen las relaciones entre docentes y alumnos

que reproducen roles y prácticas discriminatorias, para modificar las

relaciones entre pares y la autoridad educativa o de salud; iii)

elaborando un diagnóstico dentro de la escuela ó el centro de salud, que aborde las relaciones de género considerando como variables las

relaciones horizontales alumno-alumno, maestro-alumno, alumno-

maestro, maestro-maestro, institución-alumno, así como entre el

personal de la escuela y las familias de los alumnos.

Los resultados de un diagnóstico como el que se propone permitirían

instrumentar estrategias de trabajo conjunto y participativo: i)

promoviendo la conformación de redes virtuales de docentes y personal

de salud para organizar acciones orientadas a la sensibilización y captación de otros colegas y de la comunidad en general; ii)

organizando actividades como conferencias, pláticas, seminarios o a

través de concursos de trabajos, ensayos, artículos, trabajo

comunitarios y otras acciones que se consideren pertinentes.

60

Bibliografía

LAMAS, MARTA. Cuerpo: diferencia sexual y género. Taurus. México, 2005.

MÓDENA, MARÍA EUGENIA y ZUANILDA MENDOZA. Géneros y generaciones. Population Council y Edamex. México, 2001.

PEREDA ALFONSO, ALICIA. Programa Género y Equidad. FLACCSO, Santiago

de Chile, 2008.

Epidemia

El término se refiere a una enfermedad, infección o similar, que se

propaga amplia y rápidamente por un territorio afectando a gran número de personas. La definición de una epidemia es subjetiva y

depende en gran parte de lo que es “previsible”. Cuando la propagación

de una enfermedad o infección queda restringida a un sitio se le

denomina brote; pero si su alcance es más general, por ejemplo un país, se le considera una epidemia; por añadidura, si su alcance es

mundial el término a usar es pandemia. Ejemplo de esto puede ser la

epidemia del VIH que se describe cada vez más como pandemia.

Los estudios epidemiológicos nos permiten conocer los comportamientos

y tendencias que puede mostrar una enfermedad o infección. En el caso

del VIH podemos saber, por ejemplo, cuántas nuevas infecciones se

presentan, en qué regiones del mundo existen mayor o menor número

de casos, y su frecuencia. Tales datos sirven para diseñar políticas y estrategias que permitan de una forma más eficaz prevenir nuevas

infecciones y atender las ya existentes.

Desde 1998, ONUSIDA, que es la agencia de las Naciones Unidas que promueve la acción mundial contra el sida, viene publicando con

periodicidad anual el informe Situación de la epidemia del sida. En su

edición de 2007, el informe plantea que las tendencias mundiales y

regionales sugieren que la epidemia ha formado dos patrones generales: i) epidemias generalizadas, que se presentan en la población general de

muchos países de África subsahariana y ii) epidemias concentradas, que

ocurren en el resto del mundo y donde los casos del VIH se concentran

principalmente en poblaciones específicas, como son las de los hombres que tienen sexo con hombres, trabajadoras/es del sexo y sus parejas

sexuales, y usuarias/os de drogas inyectables. El informe ofrece

también, entre otros datos, los referentes a las estimaciones más

recientes y su costo en vidas humanas.

61

El comportamiento de la epidemia tiene características propias en cada

región, y conocerlas será de gran utilidad para diseñar estrategias según

las necesidades reales de cada una de ellas, a fin de aprovechar mejor

los recursos.

El personal de salud y los docentes tendrán como uno de sus

objetivos básicos promover acciones preventivas y, en la medida de sus

posibilidades, frenar los avances de la epidemia del modo más eficaz a su alcance.

Bibliografía

ONUSIDA. Orientaciones terminológicas del ONUSIDA, 2007. Disponible

en:

http://data.unaids.org/pub/Manual/2007/jc1336-

terminologyguide_es.pdf ONUSIDA. Situación de la epidemia mundial de sida. 2008. Disponible

en:

www.unaids.org/es/KnowledgeCentre/HIVData/GlobalReport/2008

/2008_Global_report.asp

Erección

Incremento transitorio e involuntario de la firmeza y longitud del pene,

provocado por la acumulación de sangre en los cuerpos cavernosos y en

el cuerpo esponjoso, lo que facilita la penetración vaginal o anal.

La erección es parte de la fase de excitación de la respuesta sexual

humana ante estímulos físicos o psicológicos provocados por los juegos

sexuales, los sueños o la masturbación, si bien una erección puede ocurrir en respuesta a mecanismos fisiológicos reflejos que no

necesariamente incluyen la excitación sexual. En ocasiones, los varones

experimentan erecciones nocturnas llegando incluso a eyacular; este

hecho se conoce como polución nocturna.

La frecuencia de las erecciones varía según la edad, la actividad sexual

y el estado emocional de la persona; juega un rol primordial en la vida

sexual de los varones. Entre los factores que pueden llegar a inhibir la

erección y, por ende, influir en el desempeño sexual masculino se pueden mencionar los sentimientos de miedo, ira, culpa, ansiedad,

enojo o vergüenza, además de la calidad o dificultad del vínculo de

pareja que se establezca. El proceso fisiológico de la erección se ve

62

afectado también, de forma negativa, por complicaciones de

padecimientos orgánicos tales como diabetes mellitus, hipertensión

arterial, trastornos en lípidos, depresión y complicaciones de cirugía

prostática, entre otros.

Cuando se habla de erección, es común que se le asocie con una

reacción masculina; sin embargo, desde la sexología se habla también

de la erección femenina, que se presenta al agrandarse y endurecerse el clítoris como producto de la excitación sexual que acompaña las

sensaciones placenteras.

El personal de salud y los docentes, deberán propiciar la reflexión acerca de las falsas creencias en torno a la erección (tamaño del pene,

alimentos afrodisiacos y otros), y cómo es que ellas influyen sobre la

sexualidad y la actividad sexual de las personas.

Bibliografía

BARRIOS MARTÍNEZ, DAVID. La molécula que revoluciona la sexualidad. Ed.

Alfil. México, 2007.

DRAKE, RICHARD L. et al. Gray anatomía para estudiantes. Ed. Elsevier, España, 2005.

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Ed. Morata. 1982.

RUBIO EUSEBIO Y M. J. DÍAZ . (1997) PAC PSIQUIATRÍA-1 Manejo clínico de la problemática sexual. A3. Intersistemas. México 1997.

Erotismo

Es la potencialidad humana de generar y compartir una especial forma

de placer: la que emana del deseo, la excitación y el orgasmo. Incluye los fenómenos sensoriales, subjetivos, cognitivos e ideológicos que lo

conforman y circundan.

El erotismo es una construcción permanente, resultado de procesos complejos en los que intervienen las relaciones interpersonales

moldeadas culturalmente, tanto como las experiencias sensoriales que

activan la respuesta genital y corporal. Sus orígenes son la estimulación

de las zonas erógenas y las fantasías sexuales, y está regido por el

principio del placer; su expresión primordial ocurre a través del lenguaje del cuerpo, aunque también es posible verbalizarlo. El erotismo

transcurre en el escenario de la representación, ya que se refiere a las

63

construcciones mentales y a las simbolizaciones; por todo ello, es una

característica eminentemente humana.

Toda expresión erótica se vincula fuertemente a la biografía de la persona, en especial a sus relaciones tempranas; puede afirmarse que

la capacidad para el placer erótico se genera en el contacto cuerpo a

cuerpo con la madre que ocurre al iniciar la vida; tiene relación,

asimismo, con las actitudes de los padres hacia los genitales, hacia la masculinidad y la feminidad, y hacia los aspectos reproductivos que

serán una forma de transmitir la aceptación o el rechazo, la comodidad

o el disgusto. El erotismo se vive de manera diferente en cada etapa de

la vida, y dependiendo de las necesidades afectivas, cada persona configurará su forma de relación con los demás.

Al ser un tema íntimo eminentemente, pero de gran interés para todos

los seres humanos, se le debe abordar de manera natural y abierta, considerando también la subjetividad de sus expresiones.

El personal de salud y los docentes deberán abordar las diversas

formas de manifestación del erotismo y analizar aquellos textos,

fotografías y pinturas que lo presenten como parte de la naturaleza humana.

Bibliografía

ARNOTT, STEPHEN. Sexo. Manual del usuario. Editorial Vergara. Barcelona,

2003.

BARRIOS MARTÍNEZ, DAVID. En las alas del placer. Cómo aumentar nuestro

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naturaleza humana y los mecanismos del placer. Paidós. México,

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relación amorosa. Ediciones Libertarias/Prodhufi. Lerida, España, 1996.

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Miguel Ángel Porrúa, México, 1994.

SANZ, FINA. Psicoerotismo femenino y masculino. Kairos. Barcelona, 2003.

64

Esperma o semen

Líquido viscoso y blanquecino producido por las glándulas sexuales

masculinas. Está compuesto en más de 90 por ciento de líquido seminal

y menos de 10 por ciento de espermatozoides. En una eyaculación, el volumen promedio de semen que se expulsa es de 3 a 5 mililitros, con

un contenido aproximado de entre 100 y 300 millones de

espermatozoides.

La producción del semen comienza en la pubertad y dura toda la vida

del varón. Entre otros elementos, contiene fructuosa, potasio, sodio,

calcio y zinc, por lo que llega a tener un sabor agridulce o afrutado.

La expulsión del semen puede ir acompañada o no del orgasmo,

dependiendo de las condiciones y circunstancias de la persona y en las

que suceda el acto sexual o la masturbación.

El semen puede contener al VIH, al igual que el líquido pre-eyaculatorio, lo que vuelve conveniente el uso del condón.

El personal de salud y los docentes, deberán informar a sus

pacientes y alumnos que el semen, además de espermatozoides, puede contener el virus del VIH, de donde surge la necesidad de usar el condón

en todos y cada uno los encuentros sexuales, como una medida de

prevención para evitar embarazos y el contagio de las infecciones de

transmisión sexual, incluyendo el VIH/sida.

Bibliografía

AGUILAR, JOSÉ ÁNGEL. “Pubertad y reproducción”, en: Hablemos de

Sexualidad. Lecturas, Aguilar, José y Beatriz Mayén, compiladores. Consejo Nacional de Población, Fundación Mexicana para la

Planificación Familiar. Tercera edición, México, 1997.

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SHIBLEY HYDE, JANET Y JOHN DELAMATER. Sexualidad humana. McGraw Hill.

México, 2006.

65

Espermatozoides

Son las células germinales del macho (biológico) producidas por los

testículos. Capaces de una gran movilidad, poseen cabeza, cuello y cola.

Su producción se inicia en la pubertad y termina con la muerte.

Los espermatozoides conservan su capacidad de ingresar al óvulo por un

período de 24 a 72 horas. Aunque los espermatozoides que ingresan a la

vagina después de una sola eyaculación pueden llegar a ser hasta 100 millones o más, son unos cuantos miles los que llegan a las tubas

uterinas (trompas de Falopio), y unos 200 los que se aproximan al

óvulo. De ellos, y mediante un complejo proceso, sólo uno accede a su

interior y se fusiona con su núcleo. Se produce entonces una impermeabilidad tal que es imposible que otro espermatozoide pueda

penetrar. A la unión del espermatozoide con el óvulo se le llama

fecundación.

El recorrido del espermatozoide inicia en los tubos seminíferos, pasando por el epidídimo, los conductos deferentes, la próstata, las vesículas

seminales y la uretra; es expulsado en el líquido seminal durante la

eyaculación, a través del meato urinario.

Los espermatozoides que no logran fecundar son absorbidos por el

organismo.

El personal de salud y los docentes deben conocer las características del espermatozoide y su trayecto, y considerar que una penetración sin

protección puede resultar en un embarazo no planificado. El semen

puede contener también el virus de inmunodeficiencia humana o VIH.

Bibliografía

AYALA, AQUILES. Medicina de la reproducción humana. Grupo Azabache.

México, 2006.

CROOKS, ROBERT y KARLA BAUER. Nuestra sexualidad. Thomson. México, 2008.

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Profesionales que Trabajan con Jóvenes, Mexfam. México, 1999. SHIBLEY HYDE, JANET y JOHN DELAMATER. Sexualidad humana. McGraw Hill.

México, 2006.

66

Estado laico

Estado de derecho democrático que tiene como fundamento los

principios de la libertad y la igualdad; por lo mismo, no responde ni está

al servicio de una doctrina religiosa o filosófica en particular, pero sí al del interés de todos manifestado en la voluntad popular y el respeto a

los derechos humanos.

El Estado laico garantiza las libertades de cada persona en todos los

aspectos de la vida cultural, política, social y religiosa. Representa la mayor garantía para la libertad y la defensa de los derechos humanos, y

es una protección a la libertad de conciencia de las personas.

El Estado laico tiene una estrecha vinculación con la educación laica, la cual garantiza a los sujetos un marco de opciones amplias para elegir su

fe sin un canon fijo de preceptos religiosos que los condicionen, por lo

que ni la enseñanza religiosa ni la práctica de cualquier culto deben

incorporarse a la enseñanza pública. En el ámbito de lo privado, nada impide la existencia de centros de enseñanza que brinden educación

dentro de los criterios de una religión determinada, lo cual colabora al

pluralismo dentro de la sociedad; pero en el caso de la educación que

imparte el Estado, éste debe ser capaz de articular de modo integrador a todos los sectores sociales, sin privilegiar a ninguno en particular. La

educación pública y laica debe ser un espacio de diálogo entre personas

diferentes que se reconocen como iguales en cuanto a sus derechos, ya

que colabora decisivamente para establecerlas pautas elementales para

la convivencia democrática.

El personal de salud y los docentes deben tener muy claro que como

profesionales deben respetar el Estado laico y clarificar su significado a

las personas a las que ofrecen servicios educativos o de salud De lo contrario, se podría correr el riesgo de generar ideas fundamentalistas al

promover una visión única, lo cual anula las libertades y genera la

discriminación.

Bibliografía

BLANCARTE, ROBERTO. El Estado Laico, Nostra Ediciones. 2008, México.

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2008.

Estado serológico

El término define el estado de una persona en función del resultado de

una prueba de detección de anticuerpos específicos practicada en su

organismo, lo cual pudiera indicar la presencia de un agente causal de cierta enfermedad.

Un resultado positivo indica que se han encontrado los anticuerpos

específicos de algún padecimiento; se le conoce como seropositivo. Si el resultado es negativo, es signo de que no se encontraron los

anticuerpos buscados; se le conoce como seronegativo.

En su origen, estas pruebas se realizaban en el suero de la sangre; de ahí los términos serológico, seropositivo y seronegativo. En la

actualidad, sabemos que algunas de tales pruebas, como las del VIH, se

pueden hacer en saliva.

Estos exámenes se practican de manera específica para los diferentes tipos de agentes, como el VIH, hepatitis, herpes y otros, por lo que al

momento de informar un resultado se deberá ser específico; por

ejemplo: seropositivo para VIH, seropositivo para hepatitis C y demás.

Debe aclararse que el estado seropositivo para el VIH en especial sólo

acusa la presencia del virus, pero no indica, de modo alguno, el grado

de avance de la enfermedad; de ahí que un resultado seropositivo al VIH

no implique, necesariamente, que la persona esté padeciendo sida.

El personal de salud y los docentes deberán empeñarse en que las

y los jóvenes usen correctamente el término para evitar calificar a una

persona como seropositiva como si fuera un padecimiento, en vez de señalar que tuvo un resultado seropositivo a la prueba realizada.

68

Bibliografía

InfoSIDA. Glosario de VIH/SIDA, 6ª edición, diciembre, 2008. Disponible

en www.aidinfo.nih.gov/contentsfiles/spanishglosary_sp.pdf. ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD. Terminología relacionada con el

VIH. Actualización 2006 de la OPS. E.U.A., 2006

Estigma

El estigma se refiere a la identificación que un grupo social crea sobre

una persona o grupo de personas a partir de un rasgo físico, conductual

o social que se percibe como diferente del grupo de pertenencia y por el que es descalificado. Los estudios destacan que el estigma ha pasado de

ser una marca física a una marca simbólica cuyo potencial de

desprestigio y marginación es indudable.

Erving Goffman, sociólogo y creador de una teoría social sobre la

relación estigma-salud a partir de estudios en hospitales psiquiátricos,

enfatiza la importancia de analizar el estigma en términos de las

relaciones sociales en las que está presente el poder y no sólo los atributos de las personas.

Otros autores señalan que para que el estigma sea posible deben

coincidir elementos para etiquetar, estereotipar, separar, perder estatus

y discriminar en una situación de poder. Mencionan cuatro componentes del estigma en el que las personas: i) identifican y etiquetan las

diferencias humanas, ii) relacionan las creencias culturales dominantes

con las características indeseables o estereotipos negativos, iii)

etiquetan a las/os estigmatizados para distinguirlas/os entre “ellas/os” y “nosotras/os”, y iv) etiquetan a quienes experimentan una pérdida de

estatus y discriminación que lleva a una condición de inequidad. La

estigmatización es contingente al acceso al poder económico, social y

político que permite la identificación de lo diferente y ejercer prácticas discriminatorias.

Al llegar la década de los sesenta, Goffman desarrolla la teoría social

estigma-salud. Los primeros estudios relacionaron el estigma con la salud mental; en los años sesenta surgen trabajos acerca de estigma y

enfermedades infecciosas como la lepra; en los ochenta, el estigma se

asocia al cáncer; en los noventa, aparecen estudios sobre estigma y

tuberculosis; y a finales de esa década y hasta el presente se produce

69

una amplia gama de estudios sobre la relación estigma, sida y

discriminación.

La movilización política y social surgida a partir de la aparición del sida ha dirigido esfuerzos para contrarrestar el estigma y la discriminación

hacia las personas que viven con VIH/sida, en la medida que atentan

contra los derechos humanos de las personas y ponen en riesgo el

acceso a los servicios médicos, educativos y legales. Organismos internacionales como el ONUSIDA y el Fondo de Población de las

Naciones Unidas, impulsan estrategias globales para disminuir los

efectos de la discriminación hacia las personas que viven con el VIH/sida;

un ejemplo de este esfuerzo es la Declaratoria Ministerial Prevenir con Educación, firmada en México en 2008.

El personal de salud y los docentes deberán reflexionar con sus

pacientes y alumnos acerca de las actitudes discriminatorias ocasionadas a partir del estigma hacia las personas con VIH/sida, y sobre

una situación tan actual como la influenza tipo A H1N1, compartiendo

experiencias y aprendizajes.

Bibliografía

CASTRO, ARACHU y PAUL FARMER. “El estigma del sida y su evolución social:

una visión desde Haití”, en: Revista de Antropología Social, No.

14, Universidad Complutense de Madrid. España, 2005. CENTRO DE ESTUDIOS PARA LA PREVENCIÓN DEL SIDA (CAPS), INSTITUTO DE

INVESTIGACIONES SOBRE SIDA (ARI), UNIVERSIDAD DE CALIFORNIA EN SAN

FRANCISCO. ¿Cuál es el efecto del estigma en el tratamiento y

prevención del VIH? Mayo, 2006. Disponible en: www.cdcnpin.org y www.caps.ucsf.edu

GOFFMAN, ERVING. Estigma. La identidad deteriorada. Amorrortu. Buenos

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GUTIÉRREZ, JOSÉ L. Educación. Formación cívica y ética. Ediciones Cal y

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http://data.unaids.org/pub/Report/2009/20090112_jc1521_stigm

atisation_es.pdf

__________. Situación general del estigma y la discriminación relacionados con el VIH/SIDA. Hoja informativa. ONUSIDA. 2002

70

Ética

Es la rama de la filosofía que se dedica a estudiar las morales. La moral

se refiere a las costumbres y normas que regulan la vida en las sociedades. El término moral proviene del latín mor o mores, costumbre

o costumbres, y valora si una conducta es permitida o prohibida.

La ética es una reflexión crítica y racional sobre la moralidad en una comunidad y tiempo determinados. La palabra ética proviene del griego

ethos, que significa modo de ser o carácter. Los sistemas morales se

modifican en el transcurso de la historia, y por ello tienen siempre una

vigencia acotada a un tiempo y lugar histórico específicos. De ahí que el

objetivo de la ética sea valorar las acciones humanas; pero comprendiendo antes el contexto de las situaciones específicas en que

ocurren. Por ello, la ética es la evaluación crítica y racional de normas,

valores, juicios y acciones propias de las moralidades sociales. No es

ámbito de la ética emitir juicios de valor acerca de las prácticas morales de otras sociedades; sin embargo, sí puede explicar la razón de ser de

esa diversidad de morales. La ética no crea la moral.

La ética permite a las personas tomar distancia de los códigos morales e identificar los supuestos sobre los cuales se justifican creencias

religiosas, costumbres sociales milenarias, acuerdos sociales y demás.

Por ello, se vuelve fundamental que las/os jóvenes se conviertan en

sujetos éticos; es decir, que cuestionen las reglas morales para que

puedan actuar de forma responsable y autónoma en su vida convirtiéndose en autoridades morales al momento de tomar decisiones.

El objetivo de la ética es desarrollar los mejores comportamientos

posibles para contribuir al bienestar y la felicidad de las personas. La ética ayuda a preguntarnos por qué consideramos válidos unos

comportamientos y no otros, generando principios generales o

universales que tratan de ir más allá del juicio moral.

Uno de los principales elementos a considerar desde la perspectiva de la

ética es la libertad de conciencia, la cual no puede ser regulada por el

Estado; por el contrario, es su función garantizarla para que los

miembros de la sociedad actúen de acuerdo con pensamientos y creencias distintas.

El abordaje de los temas relativos a la salud sexual y reproductiva

tendrá presente distintas posturas, sobre todo cuando se trata de

asuntos como la masturbación, la homosexualidad, la anticoncepción de

71

emergencia, la interrupción legal del embarazo. Cada persona deberá

reflexionar acerca de sus convicciones personales y tener presente que

lo más importante es que los servicios de salud y educativos garanticen

los derechos sexuales y reproductivos de las personas sin importar su edad.

El personal de salud y los docentes, por desempeñar un rol

formativo, deberán reflexionar sobre cómo la ética permite hacer uso de la libertad de conciencia y promover que las personas logren ser su

propia autoridad moral.

Bibliografía

BUBER, MARTIN. Sanación y encuentro. Colección Persona. Fundación

Emmanuel Mounier. Madrid, 2005.

EDELWICH, JERRY y ARCHIE BRODSKY. Sexual dilemmas for the helping professional. Brunner Mazel, Nueva York, 1991.

FIGUEROA, JUAN GUILLERMO. Ética, religión y reproducción: apuntes para

una discusión. Católicas por el Derecho a Decidir. México, 2002.

GARCÍA, AIDE et al. Aborto: aspectos sociales, éticos y religiosos.

Invitación al debate. Observatorio Eclesial. México, 2008. SÁNCHEZ VÁZQUEZ, ADOLFO. Ética. Crítica. España, 2005.

Evidencia científica

La evidencia científica es una relación que nace a raíz de un dato extraído de la realidad que está conectado con alguna hipótesis dentro

de los límites de cierta teoría; se puede decir que es consecuencia de

una serie de relaciones entre hechos dados en la realidad y procesos

basados en teorías científicas.

La construcción de evidencia requiere de procedimientos concretos y

detallados con rigurosidad científica que permita, así, nombrarle

evidencia científica. El proceso para su construcción tiene diversas etapas.

- Identificar evidencia: es un paso preparatorio a la clasificación

de la evidencia; trata de buscar referentes bibliográficos

relevantes con rigor científico y con la menor presencia de sesgos. También pueden existir consultas a expertos para

sustentar los datos recabados. Es importante señalar que esta

72

etapa permite descartar documentos que no tengan relevancia

entre los cuales podemos enumerar:

o estudios con diseños poco adecuados; o material comercial;

o folletos divulgativos;

o artículos, comentarios y editoriales que interpretan los

resultados de lo publicado, y o experiencias individuales salvo que formen parte de un

estudio bien diseñado.

- Revisión y medición de la evidencia: en esta etapa se revisarán los datos recabados para después seleccionar los de mejor

nivel. La revisión será mediante un proceso sistemático, que

incluye las siguientes fases:

o selección de estudios relevantes: antes de disponer de los

estudios completos se lleva a cabo una preselección a través

de los siguientes pasos: lectura de títulos, lectura de los

resúmenes, examen de los resúmenes en función de los

objetivos establecidos y revisión de documento completo. Para esta selección es recomendable que dos personas

hagan la revisión individualmente;

o evaluación de la calidad de los estudios: una vez que los

estudios se han seleccionado, procede evaluar su calidad y validez. La evaluación se realiza mediante una planilla de

lectura crítica que consta de preguntas específicas acerca del

diseño y resultados del estudio.

o Síntesis de resultados: - obtención de datos y tabla de evidencia: los resultados

de la evaluación se incluirán en una tabla de evidencia

que permitan identificar las similitudes y diferencias entre

los estudios revisados;

- niveles de evidencia: a los estudios que reúnen un nivel de calidad y validez se les asigna un nivel de evidencia

que será útil para que el equipo elaborador y los usuarios

finales conozcan el tipo de estudios en que se baso la

“evidencia científica” elaborada. o Medición de la evidencia: al realizar la evaluación de la

calidad, a los artículos se les asigna “++” “+” ó “-“. Los

estudios incluidos en “-“, no suelen usarse para sentar

evidencias científicas.

73

- Elaboración de recomendaciones: todo el material previo sirve

de base para elaborar las recomendaciones. Tal elaboración se

produce a partir de la interpretación de pruebas científicas

disponibles y se deriva de un método de consenso que inevitablemente involucra valores de juicio por parte del grupo

que elabora.

Diferentes factores contribuyen al proceso de elaboración de las recomendaciones:

o naturaleza de la evidencia (susceptibilidad del sesgo),

o aplicabilidad de la evidencia a la población de interés, o costos,

o características del sistema de salud,

o creencias y valores de grupo que confeccione las

recomendaciones.

Es importante considerar que toda evidencia científica debe ser el

primer criterio que todo profesional debe tener en cuenta para la toma

de decisiones.

El personal de salud y los docentes deberán estar conscientes de

que la educación integral de la sexualidad basa sus argumentos en la

evidencia científica y no en opiniones, artículos, o propuestas

individuales; siendo así, procurarán contar siempre con la evidencia en su trabajo cotidiano.

Referencias

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2006. Disponible en: http://plato.stanford.edu/entries/evidence/

POPPER, K. La lógica de la investigación científica. Tecnos. Madrid, 1980.

Factores de riesgo

Todas aquellas condiciones físicas, psicológicas y sociales que

incrementan de modo significativo las posibilidades de que un individuo

incurra en una práctica insegura se conocen como factores de riesgo, y pueden presentarse en tres ámbitos: individual, familiar y social.

74

Se consideran factores de riesgo la edad y el género, una baja

autoestima, limitada percepción de riesgo, niveles elevados de angustia,

depresión o de actitudes impulsivas, sensación de invulnerabilidad, baja

resistencia a presiones del grupo o grupos de pertenencia, aceptación disminuida o franco rechazo del grupo de pares, problemas de

aprendizaje, dificultades, rebeldía y resistencia a la autoridad,

necesidad evidente de autonomía, pasividad, exposición crónica a

condiciones de presión y estrés, y falta de sentido de vida positivo presente y de proyecto a futuro.

En contrapartida, es importante reforzar las habilidades para la vida y

los factores de protección, entendidos éstos como las variables individuales que disminuyen la probabilidad de involucrarse en

conductas de riesgo, al fomentar la resiliencia y el autocuidado.

Entre los factores de protección cabe señalar:

- una educación sexual temprana (retraso de inicio de la vida sexual

y uso de métodos anticonceptivos);

- un proyecto y sentido de vida,

- apoyo al empoderamiento, la autonomía, la toma de decisiones y la solución de problemas (desarrollo de métodos eficaces para

encararlos);

- autoconcepto y autoestima positivos;

- asertividad; - promoción de estilos de vida saludables;

- promoción y desarrollo del autocuidado;

- desarrollo de destrezas sociales tales como habilidades de

comunicación y manejo de sentimientos; - fomento al establecimiento de redes de apoyo;

- manejo adecuado del tiempo libre;

- manejo saludable del estrés;

- clarificación de variables.

El personal de salud y los docentes deberán conocer, discutir y

analizar los factores de riesgo y los factores de protección para

preservar la salud sexual.

Bibliografía

Acercándonos. El VIH/SIDA en América latina y el Caribe. Mitos,

realidades, respuestas. Visión mundial. Visión Mundial Internacional. San José Costa Rica, 2006.

75

AYALA, ADRIÁN, JAVIER BASÁN et al. “Factores de riesgo de transmisión

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(CENEP) Buenos Aires, Argentina. Serie OPS/ FNUAP No.2. Organización Panamericana de la Salud.

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2003. SECRETARIA DE SALUD. CENTRO NACIONAL PARA LA PREVENCIÓN Y EL CONTROL DEL

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SECRETARÍA DE SALUD DEL GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL. Programa de VIH

de la Ciudad de México. Secretaría de salud. Gobierno del Distrito

Federal. México, 2005.

Familias

Se trata de un espacio de vinculación y afecto donde se transmite la

experiencia vital, los valores y las creencias y lazos amorosos a partir de

su propio ciclo y dinámica.

El concepto designa al grupo de convivencia, seguridad, protección y

afecto de las personas que ha sido producto de las transformaciones

históricas y culturales de las sociedades.

No se puede hablar genéricamente de la familia como unidad única, sino

de distintas formas de composición familiar en las que están presentes

transformaciones de género, demográficas, culturales, religiosas, ideológicas y generacionales, así como avances tecnológicos, entre

otros aspectos.

Hablar de las familias en lugar de la familia, coloca al tema en la emergencia del debate, en donde están presentes posturas que definen

modelos rebasados, tales como la familia nuclear, en la que el rol de la

mujer se subordina a ser esposa y madre, y el del hombre como único

proveedor económico. Otras posturas reconocen a las familias con

composiciones diversas y se ven influidas por las transformaciones y

76

condiciones sociales de la pobreza, la inequidad, la falta de libertad y los

retos que enfrentan en un contexto de crisis económica y violencia

generalizada, y en las que se buscan formas de relación más

democráticas.

El Programa de Acción de la Conferencia Internacional de Población y

Desarrollo (1994) señala la necesidad de ofrecer protección y apoyo a

los diferentes tipos de familias, particularmente a las que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad, para brindarles igualdad de

oportunidades, en especial para las mujeres, niñas y niños.

La Declaratoria de la Ciudad de México. Familias en el Siglo XXI, producto del seminario internacional realizado en este 2009 en El

Colegio de México en colaboración con diversas organizaciones de la

sociedad civil, destaca la importancia de construir un nuevo pacto social

que surja de un diálogo amplio, incluyente y respetuoso que reconozca la heterogeneidad de la sociedad mexicana y de las familias que la

integran, para impulsar políticas públicas, legislación, sistemas de

protección social y procuración de justicia hacia esas familias y sus

integrantes. Es prioritario impulsar un nuevo derecho de las familias

más allá de la consanguinidad, que preserve los derechos y la dignidad de cada uno de sus integrantes, al igual que relaciones equitativas y

justas en su seno.

El personal de salud y los docentes deberán promover la realización de foros y el intercambio de experiencias en donde los pacientes y las y

los estudiantes, niñas y niños y adolescentes reconozcan a sus familias

como valiosas, y se busque promover la libertad de expresión, el

respeto al cuerpo y la no discriminación por edad, sexo, orientación sexual en apego a los derechos humanos.

Bibliografía

ALIANZA NACIONAL POR EL DERECHO A DECIDIR. “Familias: creciente pluralidad y aspiración democrática”. Las hojas de Andar, No. 12. México,

noviembre, 2006.

BRUCKNER, PASCAL, MIGUEL REQUENA et al. Nuevos amores. Nuevas familias.

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siglo XXI. México, D.F., 2009.

TROYA, ESTELA. De qué está hecho el amor. Organizaciones de la pareja

occidental entre el siglo XX y el siglo XXI. Editorial Lumen, Buenos Aires, 2000.

77

Felación o sexo oral

Es la práctica del sexo oral acariciando el pene con la boca; el contacto

incluye los labios, la cavidad oral, la lengua, el paladar y, en ocasiones, las encías y los dientes. La felación incluye estímulos como los besos, la

succión y el lengüeteo. Debe tenerse presente que el intercambio de

fluidos corporales no es, en caso alguno, una práctica sexual segura; en

razón de ello, es altamente recomendable la protección mediante el uso del condón de látex o la cobertura con material plástico del tipo del

egga-pack.

El personal de salud y los docentes deberán tener conocimiento acerca de estas prácticas, la forma como se les conoce en el lenguaje

popular y asumir que las personas las practican y disfrutan. Es muy

importante la recomendación de acudir siempre a medidas de

prevención para evitar contagios.

Bibliografía

CROOKS, ROBERT Y KARLA BAUR. Nuestra sexualidad. Thomson. México,

2008. GREGERSEN, EDGAR. Costumbres sexuales. Folio. Barcelona, 1988

LOVE, BRENDA. Enciclopedia de prácticas sexuales. Serres. Barcelona,

1994.

URBIOLA, OSCAR. Gran enciclopedia del sexo. Historia ilustrada de las prácticas sexuales. RBA Libros. Barcelona, 2006.

Género

El género es una categoría de análisis que hace referencia a la

interrelación que existe entre las personas en tanto individuos de

distinto sexo. Evidencia cómo la construcción sociocultural de las

relaciones entre hombres y mujeres obliga a las personas a asumir ciertas actitudes y determinados comportamientos.

La categoría de género permite entender que la dinámica entre hombres

y mujeres está socio históricamente construida y posibilita que sea

modificada. Otros autores amplían el concepto señalando que el género abarca hipótesis, interpretaciones y conocimientos relativos al sexo.

78

La disciplina que primero utilizó la categoría de género para establecer

la diferencia con sexo fue la psicología médica. John Money la refirió en

1955; años más tarde, fue empleada por Robert Stoller en sus estudios sobre trastornos de la identidad sexual. Los trabajos de Stoller destacan

que la identidad y el comportamiento de género no dependen del sexo

biológico sino de las experiencias vividas desde el nacimiento, así como

de los ritos y costumbres atribuidos a cierto género.

Desde la perspectiva psicológica, el género es una categoría en la que

se articulan tres instancias básicas: i) la asignación de género, que

ocurre al momento del nacimiento y a partir de la experiencia externa de los genitales; ii) la identidad de género, que se establece entre los

dos y tres años de edad aproximadamente, cuando el niño adquiere el

lenguaje; precede al reconocimiento de las diferencias anatómicas entre

los sexos. Desde su experiencia vital, el infante se sabe y asume como pertenecientes al masculino si es niño, y al femenino si es niña; iii) el

papel de género, que se forma a partir del conjunto de normas y

prescripciones que dicta la sociedad y la cultura respecto del

comportamiento femenino y el masculino. Existen diferencias en la

expresión del rol según la cultura, clase social, grupo étnico y nivel generacional de las personas.

La historiadora Joan W. Scott destaca que el género es un elemento

constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen los sexos, y que el género es una forma primaria de

relaciones significantes de poder. Para Scott, el género se compone de

cuatro elementos interrelacionados: i) los símbolos culturales, que se

refieren a las representaciones culturales que evocan representaciones múltiples de lo femenino o masculino en un contexto determinado; ii)

los conceptos normativos, que se expresan a través de lo que las

doctrinas religiosas, educativas, científicas, legales y políticas asignan a

los significados del varón y la mujer; iii) las nociones políticas e

institucionales, que amplían la visión del género no sólo a las relaciones de parentesco, sino que toman en cuenta las relaciones económicas y el

mercado laboral, las políticas educativas y el sufragio universal, y iv) la

identidad subjetiva, que indaga cómo es que las identidades genéricas

se construyen esencialmente en su mundo interior para llevarlas a asumirse en un contexto femenino o masculino.

El personal de salud y los docentes deberán analizar las

consecuencias de la construcción social del sexo-género en los sistemas educativo y de salud, así como en la vida cotidiana escolar, con el

79

propósito de promover acciones que lleven a transformar prácticas que

permitan relaciones armónicas entre los géneros.

Bibliografía

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género. San José de Costa Rica, 1996.

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Lamas Marta, compiladora. UNAM, PUEG, México, 1996.

STOLLER, ROBERT. Sex and Gender: On the Develompent of Masculinity

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TORRES, ROSA MARÍA. “Reformas educativas, docentes y organizaciones docentes en América Latina y el Caribe”, en: Los docentes

protagonistas del cambio educativo. CAB/Editorial Magisterio

Nacional. Bogotá, 2000.

Habilidades para la vida

El concepto se refiere al conjunto de destrezas, actitudes y

conocimientos que hombres y mujeres poseen y que, al conjugarse,

contribuyen a encontrar soluciones a los problemas a los que todo ser humano se enfrenta en su vida cotidiana. Están vinculadas al

desempeño autónomo y flexible, al conocimiento aplicado y aplicable, al

conocimiento en acción, y al conocimiento que resulta de saber hacer y

saber explicar lo que se hace. Las habilidades abarcan tres esferas que se interconectan: las habilidades sociales o interpersonales, las

cognitivas y las referentes al manejo de las emociones.

Recientemente, algunos programas educativos de la región vienen empleando el enfoque por competencias, que propone superar la

enseñanza meramente informativa por el impulso al desarrollo de

herramientas que permitan a los estudiantes la capacidad de actuar libre

80

y responsablemente potenciando su desarrollo personal de manera que

puedan contribuir a la construcción de una sociedad plural y equitativa.

Para trabajar desde este enfoque, se recomienda identificar situaciones concretas en las que tales competencias se pongan en práctica, e

igualmente realizar ejercicios de reflexión y sensibilización que

posibiliten el desarrollo de estas habilidades, a fin de alcanzar una

mejora en su calidad de vida.

El personal de salud y los docentes deberán incluir en el trabajo de

aula tareas que permitan promover habilidades tales como la toma

decisiones, la asertividad, la autoestima y la negociación. El personal de salud puede contribuir igualmente al desarrollo de habilidades para la

vida cada vez que brinda servicios amigables e integrales a las y los

jóvenes, guiándolos en el proceso de aprendizaje para el autocuidado de

la salud.

Bibliografía

FERNÁNDEZ CÁCERES, CARMEN et al. Habilidades para la vida. Guía práctica

para educar en valores. Secretaría de Educación Pública, 36ª. impresión. México, 2008.

GUTIÉRREZ ESPÍNDOLA, JOSÉ LUIS. Educación. Formación Cívica y Ética.

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2006. MANGRULKAR, LEENA, CHERYL VINCE et al. Enfoque de habilidades para la

vida para un desarrollo saludable de niños y adolescentes. OPS,

Washington, D.C., 2001.

Heterosexual

Es la persona cuya orientación sexual es hacia las personas del otro

género. La expresión heterosexual del erotismo tiene tres características

principales: i) es una forma que implica la inclusión de “otro”; ii) esa o

ese otro es de un sexo distinto; iii) esto provoca una respuesta psicofisiológica característica.

81

La heterosexualidad está ligada ideológicamente a numerosos aspectos

de la vida social, tales como la formación de una familia o la adopción

de hijos; es por eso que en la mayoría de las culturas esta expresión es

reconocida solamente como legítima para la reproducción de la sociedad.

Debe establecerse que ésta no es la única forma de expresión de la

sexualidad humana; debiéndose incluso hablar de heterosexualidades, pues la forma de manifestarla varía de una persona a otra y de un

contexto a otro. Tampoco se puede privilegiar una visión dicotómica; es

decir, que exista un extremo donde se ubiquen los heterosexuales y otro

donde lo hagan los homosexuales. En este aspecto específico, una aportación importante es la escala de Kinsey, la cual especifica que el

comportamiento sexual tiene siete graduaciones entre uno y otro

extremo. No obstante, una de las críticas recurrentes al trabajo de este

gran investigador, es que con el continuum que propuso, lo que en realidad fue objeto de sus estudios fue el comportamiento sexual y no

necesariamente la atracción.

El personal de salud y los docentes deberán procurar un

acercamiento a los conceptos referentes a la orientación sexual desde el marco del respeto a la diversidad. Aunque existan más personas que se

definen a sí mismas como heterosexuales, eso no es razón para

considerar que la diferencia cae en lo reprobable, anormal o insano. Es

importante desmitificar los estereotipos y enfatizar que la percepción de las sociedades actuales respecto de las orientaciones sexuales de sus

integrantes está cambiando.

Bibliografía

INSTITUTO NACIONAL DE LAS MUJERES. Glosario. Disponible en: http://cedoc.inmujeres.gob.mx/documentos_download/100904.pdf

MORGAN MALLOL, MARÍA ISABEL, HÉCTOR CARRIZO BARRERA et al. Hablemos de sexualidad en la escuela secundaria. Contenidos básicos. Conapo.

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erotismo”, en: Conapo, Antología de la Sexualidad Humana, Vol.

1, Conapo-Miguel Ángel Porrúa. México, 1994.

82

Hombres que mantienen relaciones sexuales con

hombres (HSH)

El término es utilizado en la actualidad por la Organización Mundial de la

Salud (OMS) para definir a aquellos hombres que por cualquier razón tienen relaciones sexuales con otros hombres. Se incluye tanto a los

homosexuales como a los que tienen relaciones sexuales ocasionales

con otros hombres; es el caso de quienes se enfrentan a situaciones que

los obligan a pasar largas temporadas en compañía masculina

exclusivamente y privados de su libertad, de aquéllos que trabajan en plataformas petroleras o se desempeñan en misiones militares, y otros

casos.

La identidad sexual es distinta del comportamiento sexual. Muchos hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres no se

consideran homosexuales; esto es, no se asumen con una orientación

sexual diferente a la heterosexual. Y aunque un comportamiento sexual

tal entre varones representa apenas una pequeña parte del conjunto de HSH, puede revestir una gran importancia desde el punto de vista de la

epidemia del VIH/sida.

El término HSH se usa en epidemiología para incluir a todos aquellos

hombres que alguna vez han tenido una relación sexual con otro/s hombre/s, y para poner en marcha campañas educativas y de

prevención dirigidas especialmente a dicho grupo.

El personal de salud y los docentes deberán estar conscientes y enfatizar la importancia de este término, en consideración al hecho de

que muchos hombres no se asumen como homosexuales, a pesar de

haber tenido relaciones sexuales con otros varones, por distintas

circunstancias, lo que da por resultado la práctica de conductas de alto riesgo no asumidas.

Bibliografía

MEDINA, EDGARDO JAVIER Y JOSÉ TORO. No más en el tintero. Editorial Apla.

México, 2006.

NUÑEZ NORIEGA, GUILLERMO. Sexo entre varones. 2ª. edición. El Colegio de

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El Colegio de México. México, D.F., 1998.

Homofobia

El término denota el odio, desprecio e intolerancia hacia conductas que se sospecha revelan la homosexualidad; en general, se manifiesta con

insultos, discriminación, agresiones físicas e incluso asesinatos. La

homofobia puede expresarse, igualmente, contra niñas, niños, jóvenes,

mujeres y hombres adultos cuyos comportamientos no se ajustan a lo que comúnmente se conoce como femenino o masculino. Afecta de

forma directamente a las personas cuyas orientaciones sexuales son

distintas a las que practican los individuos heterosexuales; se asocia

principalmente con el rechazo a los homosexuales y las lesbianas

(lesbofobia).

Una persona homofóbica puede llegar a sentir temor, enojo, odio,

angustia o impotencia cuando observa en los hombres actitudes o

conductas que se consideran femeninas, o bien actitudes consideradas masculinas en las mujeres. Tales sentimientos pueden manifestarse a

los homosexuales o lesbianas mediante burlas, agresión verbal o física

y llegar incluso al asesinato.

La homofobia es un fenómeno sociocultural arraigado en prácticas

misóginas y machistas que pueden ser violatorias de los derechos

humanos. En sí misma, la homofobia es un problema más social que

individual, y más cultural que de hechos particulares. La homofobia

compromete la vida civilizada y la atención a problemas de salud, y motiva prácticas represivas, intolerantes, discriminatorias o violentas.

La homofobia sólo se puede combatir de manera eficaz si se le inserta

en el contexto más amplio de las actitudes y conductas de desprecio que muchas personas le deparan a todo aquello que por ser diferente les

resulta incomprensible y amenazante.

A partir del año 2007, se ha venido promoviendo la realización de una jornada contra la homofobia los días 17 de mayo, dado que fue

precisamente ese día, en el año 1990, que la Organización Mundial de la

Salud suprimió la homosexualidad de su lista de enfermedades

84

mentales. En la actualidad lo que se considera patológico, y en muchas

sociedades un delito, es la homofobia.

El personal de salud y los docentes, deberán explorar maneras para plantear acciones que hagan visible la diversidad que existe en nuestra

sociedad en cuanto a gustos, manifestaciones, ideologías, prácticas

culturales, lenguas y, en particular, respecto de la diversidad de

orientaciones sexuales, para hacer posible la reflexión y el cambio de comportamientos negativos hacia las personas con orientaciones

distintas a la heterosexual. Además, será importante que promuevan la

lucha contra la homofobia y la discriminación.

Bibliografía

CONSEJO NACIONAL PARA PREVENIR LA DISCRIMINACIÓN. Encuesta Nacional

sobre Discriminación en México. México, D.F., 2005. COYLE, ADRIAN Y CELIA KITZINGER, editores. Lesbian and Gay Psychology.

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Nacional de Boética. México, D.F., 2007.

Homosexual

Una persona homosexual es la que se relaciona erótica, afectiva y/o

emocionalmente con personas de su mismo sexo. La homosexualidad es

una condición humana que se da en todas las sociedades y grupos

humanos; esta orientación, como ocurre con otras, suele descubrirse y /o aceptarse al llegar a la adolescencia o mucho antes. Las personas

homosexuales pueden elegir expresar o no expresar abiertamente esta

orientación; a este hecho se le conoce coloquialmente como “salir del

closet”.

85

Los orígenes de la homosexualidad han dado lugar a innumerables

hipótesis, que la han abordado desde la perspectiva de la genética y la

psicología. Sin embargo, lo cierto es que hasta nuestros días se ignora

cuál es la causa que da origen a las distintas orientaciones sexuales.

Lo que sí debe recordarse es que el marco de los derechos humanos es

el idóneo para entender y garantizar los de todas las personas,

independientemente de su orientación sexual.

En 1990, la homosexualidad fue eliminada por la OMS de su clasificación

internacional de enfermedades.

En la actualidad, la Asociación Psiquiátrica Americana ha determinado

que no existe evidencia suficiente para hacer terapias de conversión de

la homo a la heterosexualidad.

El personal de salud y los docentes deberán propiciar la reflexión

sobre la diversidad sexual, promover los derechos de las personas a

expresar su orientación sexual y eliminar mitos y prejuicios sobre la

homosexualidad.

Bibliografía

AMUCHÁSTEGUI, ANA. “La construcción social de la heterosexualidad y la

homosexualidad: elementos para una reflexión política”. Ponencia presentada en el Foro sobre diversidad sexual y derechos

humanos, mesa “Diversidad sexual, educación y cultura”.

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CASTAÑEDA, MARINA. La experiencia homosexual. Editorial Paidós, México, D.F., 2006.

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Negative Health Outcomes in White and Latino Lesbian, Gay and

Bisexual Young Adults”, en: Pediatrics, Vol. 123, No. 1, January

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conversion therapy. The Haworth Medical Press. Binghamton, N.Y.

2001.

86

Identidad de género

La identidad de género es central a la identidad de una persona. Alude a

la convicción personal y subjetiva de pertenecer al género masculino, al

femenino o a una combinación de ambos, en una sociedad y un momento dados.

Esta identidad determina de qué manera las personas experimentan su

género y contribuyen al sentido de identidad, singularidad y pertenencia.

La identidad de género se conforma al ocurrir el nacimiento, y aun

antes, de conformidad con los órganos sexuales que cada individuo posee. Se integra entre el año y medio y los tres años de edad, a partir

de la construcción de género presente en cada cultura o sociedad, y es

el resultado de factores biológicos, psíquicos y culturales.

Es inmodificable desde etapas muy tempranas del desarrollo y no siempre coincide con el sexo.

Cuando un niño se asume perteneciente al grupo masculino y una niña

al femenino, su identidad es el filtro por el que atraviesan y se estructuran todas sus experiencias vitales.

El género de pertenencia propicia la identificación en prácticamente

todas las manifestaciones, sentimientos o actitudes masculinas o femeninas, a través de los comportamientos, los juegos, el lenguaje, las

tareas, el arreglo personal y demás.

El personal de salud y los docentes deberán promover la reflexión

acerca de la construcción social y cultural de lo masculino y lo femenino.

Bibliografía

BARRIOS MARTÍNEZ, DAVID y MARIA ANTONIETA GARCÍA RAMOS. Transexualidad. La paradoja del cambio. Editorial Alfil. México, 2008.

LAMAS, MARTA. Cuerpo, diferencia y género. Editorial Taurus. México,

D.F., 2002.

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NATERAS, ALFREDO, y cols. “Jóvenes, culturas e identidades urbanas”, en:

Masculinidad y juventud. La identidad genérica y sus conflictos.

Editorial Porrúa. México, D.F. 2002.

Incesto

En algunas culturas, el incesto es un delito que se refiere a la cópula entre parientes consanguíneos, ascendientes con descendientes o entre

hermanos, con el conocimiento de quienes la practican.

La consideración del incesto como delito tiene diversos argumentos;

algunos van desde la preocupación de que las relaciones incestuosas puedan procrear hijos con problemas genéticos, hasta los que tienen

que ver con un rechazo social hacia esa conducta.

Independientemente de tales argumentos, hoy en día existen criterios que han sido tomados en cuenta para incrementar las penas a los

delitos de violación o abuso sexual, y tienen que ver con el respeto a la

integridad y a la libertad sexual de quienes conforman la familia, así

como con el uso de poder que el ascendiente pueda tener sobre la víctima del núcleo familiar, ya que se presume el uso de la fuerza moral

como medio para obligar a un relación sexual; por ello, la línea divisoria

entre incesto y violación estará siempre cuestionada por la forma como

“se otorga el consentimiento”.

En México, los códigos penales de algunos estados –como Chiapas y

Zacatecas-, mencionan específicamente la edad de los descendientes,

siendo en Zacatecas menor de 12 años.

El personal de salud y los docentes deben ser sensibles a esta

problemática para que tengan posibilidades de generar en sus alumnos

signos de alerta que lleven a denunciar los delitos de este tipo, e

igualmente para y fomentar el empoderamiento que permita poner límites a los padres, tutores, u otros familiares cuando intenten

violentar la integridad física de sus parientes consanguíneos.

Referencias

OBSERVATORIO CIUDADANO NACIONAL DEL FEMINICIDIO. Una Mirada al

Feminicidio en México 2007-2008, Observatorio Ciudadano

Nacional del Feminicidio. México, 2009.

88

OLAMENDI TORRES, PATRICIA. Delitos contra las mujeres. Análisis de la

clasificación mexicana de delitos. UNIFEM. México, 2007.

Infecciones oportunistas

Las infecciones oportunistas son un grupo de enfermedades causadas

por microorganismos o gérmenes que están presentes en el organismo

humano o el ambiente; pueden convivir en el cuerpo humano sin llegar a causar, necesariamente, una enfermedad. Ingresan al cuerpo por

contacto casual, a través del aire que respiramos, de lo que ingerimos, a

través del contacto sexual o porque nacimos con ellos. Cuando el

sistema inmunológico no está en condiciones óptimas, los microorganismos o gérmenes aprovechan la oportunidad para causar un

padecimiento.

Cuando el sistema inmunológico se vulnera por el VIH o por el uso de

medicamentos, estos gérmenes pueden dar lugar a problemas de salud.

Existen alrededor de 25 enfermedades oportunistas y síntomas que

pueden apoyar un diagnóstico del síndrome de inmunodeficiencia

adquirida, o sida; pueden mencionarse entre ellas las complicaciones del sistema respiratorio, hepatitis, herpes simple, inflamación pélvica,

neuropatía periférica, problemas ginecológicos, sinusitis.

Las infecciones oportunistas son causadas por grupos de agentes infecciosos como bacterias, hongos, parásitos o protozoos, virus y

enfermedades como los cánceres; pueden tener su origen en:

- la reactivación de una infección latente adquirida previamente,

siendo ésta la causa más frecuente (M. Tuberculosis, T. Gondii, P. Carinii y virus del grupo Herpes);

- una infección exógena adquirida por vía digestiva (Isospora Belli y

Criptosporidium) o por vía respiratoria (Criptococosis);

- un sobrecrecimiento de microorganismos que se alimentan de la piel y las mucosas. (Las Candidiasis oral, esofágica y vaginal son

las exponentes más características de este mecanismo).

A menudo, algunas de las infecciones oportunistas se relacionan con los hábitos de ciertos individuos con el VIH: las endocarditis con los que

consumen drogas parenterales; la tuberculosis con los internados en

prisiones y la infección por Citomegalovirus con los homosexuales. Es

común que el área geográfica de residencia de la persona, o la localidad

89

a donde haya viajado puedan influir sobre el padecimiento. La única

enfermedad oportunista contagiosa conocida que se asocia con la

infección por el virus de inmunodeficiencia humana es la tuberculosis.

El personal de salud y los docentes, deben estar al tanto de que

existen estas infecciones, a fin de promover el autocuidado de las

personas, su canalización a los servicios de salud –en particularmente

las y los adolescentes con enfermedades crónicas y quienes son portadores del VIH/sida.

Bibliografía

ANTELA, ANTONIO. Manual de capacitación en el manejo integral de

personas adultas que viven con el VIH/Sida para equipos de

atención primaria y comunitarios en Latinoamérica y el Caribe.

Organización Panamericana de la Salud, Washington, D.C., 2004. AQUILA, SILVIA, ADELINA BRASELLI et al. Pautas para la prevención de

infecciones oportunistas en personas con VIH o Sida en América

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Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, Programa

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SECRETARÍA DE SALUD. Norma Oficial Mexicana NOM-010-SSA2-1993 para

la prevención y control de la infección por virus de la

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prevención y control de las infecciones de transmisión sexual.

SECRETARÍA DE SALUD Y CENTRO NACIONAL PARA LA PREVENCIÓN Y CONTROL DEL

VIH/SIDA, CENSIDA. Manual para Capacitadores en el Manejo Sindromático de las Infecciones de Transmisión Sexual, ITS. 2ª.

edición. México, 2004.

VIH/Sida en Chile. Infecciones oportunistas. Disponible en: http://www.vihsida.cl/paginas/infecciones/infecciones_oportunistas.html

Infecciones de transmisión sexual (ITS)

La característica común y principal de estas infecciones es su forma de

transmisión, mediante el contacto sexual directo, sin protección, y el intercambio de los fluidos corporales con una persona que ya padece

alguna de tales infecciones.

90

Debe resaltarse, sin embargo, que estas infecciones pueden también

transmitirse por vía sanguínea, a través de una transfusión de sangre o

de una madre a su hijo.

Las ITS son causadas por agentes biológicos tales como hongos,

bacterias, virus y parásitos. Se clasifican según sus manifestaciones en:

i) ulcerativas, como la sífilis y el herpes; ii) secretoras, como la

gonorrea; iii) proliferativas, como los condilomas; y iv) sistémicas, como la hepatitis y la infección por el VIH.

Los síntomas y signos generales que indican la presencia de una ITS

pueden ser variados y de distinta intensidad; entre ellos es posible mencionar las úlceras y/o verrugas en los genitales, el ano o la boca;

ardor y/o dolor al orinar, o necesidad de orinar frecuentemente;

comezón y/o inflamación en la zona de los genitales o sus alrededores;

garganta roja o inflamada, y síntomas de gripe incluyendo fiebre, escalofrío y malestar general; molestias al momento de la relación

sexual, y en las mujeres sangrado vaginal fuera del periodo menstrual.

Algunas de las infecciones de transmisión sexual suelen ser

asintomáticas en sus fases tempranas. La falta de una atención oportuna puede complicar su desarrollo y tener consecuencias como la

infertilidad o incluso llevar a la muerte.

Es importante recordar que la única manera de evitar una ITS es con una vida erótica protegida sin intercambio de fluidos orgánicos, con la

abstinencia y, por supuesto, usando el condón masculino y el femenino.

El personal de salud y los docentes deberán informar claramente a las y los jóvenes que ante la sospecha de haber contraído una infección

de transmisión sexual, o ante la presencia de uno o varios de los

síntomas o signos mencionados, deberán acudir al médico y evitar

automedicarse o emplear remedios caseros, pues ello pudiera acarrear

complicaciones.

Bibliografia

CASANOVA, GERARDO, FEDERICO ORTIZ et al. Infecciones de transmisión sexual. Alfil. México, 2004.

ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD. Temas de salud. Enfermedades de

transmisión sexual. Disponible en:

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Sindromático de las Infecciones de Transmisión Sexual, 2ª edición.

91

Family Health Internacional, Implementing AIDS Prevention and

Care Project, USAID. México, 2004.

Interrupción voluntaria del embarazo (IVE)

La interrupción voluntaria del embarazo o aborto voluntario es el

proceso mediante el cual una mujer decide interrumpir un proceso de

gestación apoyada por un prestador o prestadora de servicios,

independientemente de si el procedimiento es legal o no. En algunos países de América Latina y el Caribe, las leyes establecen el derecho de

las mujeres a interrumpir su embarazo bajo ciertas circunstancias. La

legislación más avanzada de la región es la de la ciudad de México, que

establece el derecho de las mujeres a la interrupción legal del embarazo, o ILE, siempre que ellas así lo decidan, hasta la semana 12 de

la gestación, así como la obligación de los servicios de salud públicos de

garantizar la prestación del servicio de forma gratuita a las mujeres que

acudan a solicitar este servicio en la propia capital mexicana, y específicamente en los servicios de salud del gobierno local.

La Organización Mundial de la Salud define el aborto como: “la

interrupción del embarazo antes de que el feto pueda llevar una vida

extrauterina. Se denomina aborto espontáneo aquél en el que la interrupción del embarazo no es voluntaria, mientras que el aborto

provocado es el que se debe a una interferencia deliberada”. “Se

entiende por aborto provocado el resultante de maniobras practicadas

deliberadamente con ánimo de interrumpir un embarazo; todos los demás abortos se consideran espontáneos aún cuando en ellos

intervengan causas externas tales como traumatismos o enfermedades

transmisibles.”

Por otra parte, el aborto inseguro es una práctica que continúa poniendo

en riesgo la vida de las mujeres en América Latina y el Caribe debido a

sus restricciones legales. Se encuentra penado por las leyes de casi

todos los países de la región, con excepción de Cuba, Guyana y Puerto Rico. Está penalizado totalmente en Chile, El Salvador, Nicaragua y

República Dominicana. Algunos países permiten el aborto para salvar la

vida de las mujeres; ocurre así en Antigua y Barbuda, Dominica,

Guatemala, Haití, Honduras, Panamá, Paraguay, República Dominicana,

Surinam y Venezuela. En otros países, como Argentina y Brasil, se permite por circunstancias tales como peligro para la salud de la mujer,

violación o incesto y/o malformaciones genéticas graves. Además, en

Colombia la Corte Constitucional despenalizó en 2006 el aborto en tres

92

circunstancias: cuando la continuación del embarazo represente un

peligro para la vida o la salud de la mujer; cuando exista una grave

malformación del feto que haga inviable su vida, y cuando el embarazo

sea por una violación, inseminación artificial o transferencia de óvulo fecundado no consentida o incesto.

La IVE, ILE o aborto voluntario (provocado) ha sido una de las banderas

de lucha más importantes del movimiento feminista latinoamericano, que ha enmarcado el derecho a la interrupción del embarazo en la

defensa de la maternidad voluntaria y de los derechos reproductivos

como derechos humanos. Después de la IV Conferencia Internacional de

Población y Desarrollo (El Cairo, 1994) y la V Conferencia Mundial de las Mujeres (Beijing, 1995), en donde los gobiernos del mundo alcanzaron

diversos acuerdos que incluyen la implementación efectiva de las leyes

que permiten el aborto, así como la revisión de las leyes que lo

penalizan, las organizaciones feministas han fortalecido su trabajo y sus campañas dirigidas a incrementar el acceso de las mujeres a servicios

de aborto legal y seguro, a través del trabajo de defensa y gestión, de la

promoción y apoyo de leyes más liberales y de la información y

educación pública.

Las organizaciones de América Latina y el Caribe defensoras de los

derechos reproductivos de la mujer y la maternidad voluntaria pusieron

en marcha desde 1990 la Campaña 28 de Septiembre por la

Despenalización del Aborto, fortaleciendo la toma de decisiones, el uso de la libertad de conciencia, y el ejercicio de su autonomía y autoridad

moral. La consigna es “las mujeres deciden, la sociedad respeta, el

Estado garantiza”, a la que se añadió recientemente “y las Iglesias no

intervienen”.

Bibliografía

MEJÍA, MARÍA CONSUELO. “Un dilema ético en el tema del aborto”, en

Elementos para un análisis ético de la reproducción. Juan Guillermo Figueroa, PUEG/PUIS/UNAM. Porrúa, México, 2001.

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informe de un grupo científico de la OMS. OMS. Ginebra, 1970.

__________. Complicaciones del aborto: directrices técnicas y gestoriales de prevención y tratamiento. OMS. Ginebra, 1995.

93

Juventud

Para el diseño de políticas públicas y programas, el término se entiende

como el rango de edad que se encuentra entre los 15 y 24 años. En los países de Iberoamérica, como se sabe, este rango se amplía; algunos,

como Colombia, lo inician a los 12 años; y otros, como México, España y

Portugal lo terminan a los 29. Para la Organización Mundial de la Salud,

la juventud se desarrolla entre los 15 y los 24 años 11 meses. Las categorías de las OMS, si bien presentan una superposición étarea en la

medida que la adolescencia va de los 10 a 19 años, en quinquenio entre

15 y 19 años cae en ambas denominaciones. En este sentido, la

juventud engloba a la adolescencia, aunque la adolescencia no engloba

a la juventud.

El término juventud existe en Europa Occidental desde el siglo XVI; sin

embargo, como categoría social surge hasta fines del siglo XVIII,

mientras que lo que ahora conocemos como juventud aparece al finalizar el siglo XX. De acuerdo con el historiador Sven Moch, la

sociedad asume a la juventud como una fase específica de la vida

durante la cual le son impuestas ciertas demandas y tareas que definen

a una persona como joven. Se trata de un concepto que puede ser

estudiado desde distintas perspectivas.

La antropóloga Maritza Arteaga destaca que la juventud puede ser

estudiada a partir de dos enfoques: i) la construcción sociocultural de lo

juvenil desde las formas institucionales a través de las cuales se impulsan y desarrollan normas de conducta, valores, espacios, roles e

imágenes para definir la juventud, y donde los escenarios en los que se

construyen estas representaciones son la familia, la escuela, el trabajo,

las instituciones religiosas, los partidos políticos y los medios de comunicación, entre otros; ii) la construcción juvenil de la cultura a

partir del estudio de los territorios y espacios de sociabilidad juvenil –

tales como el barrio, los lugares de diversión, la calle, la música y

demás-, que les permiten interactuar y encontrarse con sus pares,

identificarse con determinados comportamientos y valores, y desarrollar identidades en el marco de proyectos culturales.

La atención a los y las jóvenes queda subsumida en las propuestas bajo

la categoría de adultos. De este modo, según lo señala Krauskopf, las particularidades de este grupo tienden a diluirse en políticas sociales,

económicas, de salud y laborales dirigidas a la población adulta, sin

distingo alguno. Por ello, los gobiernos deberán fortalecer las garantías y

94

protección del sujeto juvenil, dirigiendo programas sociales acordes a

sus necesidades e intereses.

Los estudios sobre la juventud han abordado igualmente la relación con los comportamientos y prácticas sexuales, de donde es posible saber

que las nuevas generaciones optan por conductas y prácticas más

seguras, buscan tener acceso a la información y reconocen las distintas

orientaciones sexuales.

Es recomendable que los programas educativos dirigidos a jóvenes,

incluyendo los programas de educación sexual, tomen en cuenta la

heterogeneidad de situaciones que ellos mismos viven en función de la edad, sexo, origen social, etnia, región de pertenencia y escolaridad, así

como las formas diferenciadas de vivir el periodo juvenil y la infinidad de

identidades que las y los jóvenes asumen en función de variables

culturales.

Bibliografía

INSTITUTO MEXICANO DE LA JUVENTUD. Manual de Elementos Pedagógicos

para la Educación Sexual. IMJ, Departamento de Sexualidad. México, D.F., 2006.

KRAUSKOPF, DINA. “La construcción de las políticas de juventud en

Centroamérica”, en: Políticas Públicas de la Juventud en América

Latina. Políticas Nacionales. Oscar Dávila editor. CIDPA ediciones. Santiago de Chile, 2003.

PÉREZ, JOSÉ y ARTEAGA MARITZA, coordinadores. Historia de los jóvenes en

México. Su presencia en el siglo XX. SEP, Instituto Mexicano de la

Juventud, Archivo General de la Nación. Colección de Jóvenes No. 16. México, 2004.

UNESCO. Educación para el siglo XXI. Consulta del viernes 29 de marzo

de 2009: www.unesco.org.

Lesbiana

La mujer lesbiana posee una orientación sexual que le hace sentirse

atraída sexualmente por otra mujer pudiendo establecer con ella un vínculo de amor, afecto y cariño. Dicha elección, descubierta en algún

momento de la vida, puede ser expresada o no por la mujer, en función

de las condiciones personales y del entorno social.

95

La antropóloga Ángela Alfarache afirma que para casi todas las lesbianas

sus familias son muy importantes núcleos de afecto, apoyo y relaciones.

La mayoría de las personas que son discriminadas por alguna condición

de raza, etnia, lengua o religión cuentan con el apoyo familiar, porque en muchas ocasiones el motivo de la discriminación es compartido por

ese mismo núcleo. Pero con las mujeres lesbianas o con los varones

homosexuales no ocurre así; por el contrario, las lesbianas son de las

pocas personas, que en un mismo núcleo familiar no comparten el paradigma dominante de la heterosexualidad.

Entre los principales miedos a los que las mujeres lesbianas se

enfrentan está el miedo a ser descubiertas; y no tanto que se sepa su condición, sino ser reconocidas como tales por sus familias; ser

descubiertas y que la identidad lésbica totalice su identidad como

mujeres para pasar a ser, en vez de hijas, hermanas, tías o sobrinas, las

lesbianas de la familia. Esta situación se presenta en el seno de numerosas familias y círculos de amistades sin que la gente pueda

comprender siempre qué es eso de la lesbofobia. Entonces, el eje

identitario de ser lesbiana se convierte en el eje totalizador de la

persona, lo que pone que evidencia la dificultad de ver integralmente a

las mujeres con sus defectos y virtudes.

La mayoría de las culturas han considerado a las lesbianas inexistentes

y las han marginado. Pero a partir de la década de los sesenta,

representantes del movimiento feminista han venido luchando por el reconocimiento a los derechos de las mujeres.

El personal de salud y los docentes deberán tener una actitud

positiva y no discriminatoria hacia la lesbiandad. Este personal deberá informarse y comprender lo que el concepto significa, y también

fomentar el respeto a las diferentes orientaciones sexuales y la

diversidad sexual, incluyendo la posibilidad de que existen familias con

madres lesbianas o padres homosexuales.

Bibliografía

ALFARACHE, ÁNGELA. “Lesbofobia y homofobia en las familias”. Ponencia

presentada en la Mesa V: Ética y valores en las relaciones familiares del seminario Familias en el siglo XXI. Realidades

diversas y políticas públicas. El Colegio de México, México, 2009.

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96

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Colección Prácticas Óptimas del ONUSIDA, 2003.

GONZÁLEZ DE ALBA, LUIS. La orientación sexual. Paidós, México, 2003.

Machismo

El machismo se refiere al conjunto de creencias, actitudes, conductas y

prácticas que promueven que la mujer sea devaluada, discriminada y

violentada. Es la expresión de la magnificación de lo masculino en

menoscabo de la condición e integridad de la mujer a través de

expresiones que exaltan la virilidad, la violencia, la sexualidad y el alcoholismo en los hombres.

El machismo refleja problemáticas sociales y culturales en las que están

presentes los estereotipos de género así como la estigmatización y desvalorización hacia lo femenino. En la base de esta visión se hace

presente la superioridad del poder masculino, no sólo respecto de la

mujer sino también en relación con las niñas, niños, adolescentes y

hombres que se consideran débiles o con modales femeninos.

Algunos estudios destacan que el machismo es producto del mestizaje y

de la transculturación y trato que los españoles daban a las mujeres;

aunque en el mundo prehispánico la mujer era considerada también un

ser inferior. El psicoanalista Santiago Ramírez destaca que la mujer ha sido “…objeto de conquista y posesión violenta y sádica; su intimidad es

profundamente violentada y herida…”; añade: “…el machismo mexicano

no es en el fondo sino la inseguridad de la propia masculinidad, el

barroquismo de la virilidad, el alejamiento de la difusa paternidad introyectada”.

El machismo no es un problema exclusivo de América Latina; en otras

partes del mundo asume formas semejantes o ligeramente diferentes. El punto en común entre un continente y otro es que existe una asociación

entre el machismo y la violencia, según lo señala Otto Klineberg. Esta

vinculación pone de manifiesto no sólo la violencia hacia la mujer, sino

que la hace extensiva a miembros de la familia dependientes como niñas, niños, adolescentes y ancianos. Cabe señalar que el machismo no

es sólo muestra de la exhibición o simulación del poder, sino que

demuestra, en el fondo, la falta de poderío y destreza para tratar a las

mujeres, y especialmente a aquéllas con las que se forma pareja.

97

El machismo es un problema de vastas dimensiones. En países de

América Latina se impulsan campañas para reducir la violencia contra

las mujeres, como es el caso de la Red Chilena contra la Violencia

Doméstica y Sexual, que lo hace bajo el lema Cuidado, ¡el machismo mata!, realizada en 2007, y la de México, intitulada El que golpea a una

golpea a todas, que impulsó en el 2005 el Instituto Nacional de las

Mujeres, con imágenes de mujeres comunicadoras y líderes de opinión.

También en México se realizó en el 2008 la campaña De hombre a hombre, pongamos el ejemplo, en donde líderes invitaban a reducir la

violencia hacia la mujer.

El personal de salud y los docentes deberán sensibilizar a sus clientes y alumnos acerca del gran compromiso que todos debemos

asumir para erradicar la violencia contra las mujeres, e impulsar

programas educativos en el marco de los derechos humanos que

favorezcan relaciones más dignas, respetuosas y armónicas entre los géneros.

Bibliografía

BOURDIEU, PIERRE. La dominación masculina. Anagrama. Barcelona, 2007. CASTAÑEDA, MARINA. El machismo invisible. Grijalbo. México, 2002.

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Red de Revistas Científicas de Latinoamérica y el Caribe, España y

Portugal.

Maltrato infantil

El maltrato infantil es un tipo de violencia que puede ser ejercida física o

psicológicamente mediante insultos, sacudidas, humillaciones, pellizcos,

98

patadas, quemaduras, abandono o discriminación; implica un trato

negligente o cualquier otra forma de violencia que cause daño a la

salud, a la sobrevivencia o la dignidad del niño o la niña.

Otra forma de someter a los menores a situaciones de violencia es

cuando son testigos de maltrato hacia terceros, dado que las

consecuencias que sufren son similares a las que experimentan quienes

viven la violencia en forma directa.

La mayor parte de los actos violentos contra niños y niñas los cometen

personas que los conocen y en quienes confían: progenitores, familiares,

novios o novias, parejas, compañeros de escuela y maestros, por mencionar algunos. El maltrato infantil no se limita al hogar; puede

existir también en otros lugares, como las escuelas, los entornos

educativos, internados o en las prisiones.

El maltrato afecta la salud física y el desarrollo infantil, de donde surge

la necesidad de avanzar en su detección, prevención y tratamiento. Las

consecuencias del maltrato varían según la naturaleza y gravedad de la

violencia ejercida, si bien las repercusiones a corto y largo plazo para los

niños y niñas pueden llegar a ser irreversibles.

El derecho de la infancia a ser protegida contra los malos tratos está

establecido en el artículo 19 de la Convención sobre los Derechos del

Niño, que todos, familiares, autoridades y personas responsables de su cuidado estamos obligados a asegurar.

Algunas consecuencias del maltrato infantil son una violencia física

evidente y ciertas actitudes como vergüenza, culpabilidad, enojo, tristeza, angustia, apatía, incomprensión, miedo a las personas y otras.

Es necesaria la reflexión sobre la aceptación que existe en la mayoría de

las sociedades hacia el maltrato infantil. Argumentos como “las letras

con sangre entran” disfrazan como disciplina lo que en realidad es violencia y generan intimidación o la idea de que por tratarse del hijo/a

propio/a nadie más tiene responsabilidad sobre él o ella. Una forma de

terminar con las relaciones de violencia es escuchando la opinión de

niños y niñas, lo que implica un acercamiento y la sensibilización hacia las necesidades y preocupaciones de su propio presente.

El personal de salud y los docentes deben ser sensibles a la

gravedad de esta problemática. Para contribuir a solucionarla, buscarán allegarse información y herramientas adecuadas que les permitan

identificar los signos de alerta que lleven a denunciar este delito.

99

Bibliografía

AZAOLA, ELENA et al. La infancia como mercancía sexual. Siglo XXI Editores y Ciesas. Primera edición. México, 2003.

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en: Informe Nacional sobre Violencia y Salud. Secretaría de Salud.

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en: www.derechosinfancia.org.mx

PINHEIRO, SÉRGIO PAULO. Informe Mundial sobre la Violencia contra los

Niños y Niñas. ONU. Suiza, 2006.

Masculinidad

El término alude a los atributos, valores y comportamientos que

caracterizan el ser hombre; tales características se ven acotadas por el contexto, lo cual quiere decir que cada sociedad o grupo social asigna

sus características a lo masculino, dependiendo de la época, la

educación, la cultura, la situación económica, las relaciones familiares y

la influencia de los grupos de pertenencia.

Existe lo que se conoce como modelo de masculinidad tradicional, que

reconoce en los hombres fortaleza, seguridad, competencia e

invulnerabilidad, características todas que les negarían cualquier

posibilidad de manifestar sentimientos, emociones y temores, por estar tales expresiones socialmente apegadas a lo femenino.

Es así como surgen lugares comunes como que los hombres no lloran;

ultimo vieja; los hombres deben ser feos, fuertes y formales; los hombres no se rinden; los hombres nunca tiene miedo, y otras.

En el modelo de masculinidad tradicional existen tres elementos

importantes: i) el poder, que tiene un rasgo central: ser hombre se equipara con manifestar poder y control sobre los demás; ii) la violencia

–física, psicológica y/o sexual-, que aunada al poder buscará someter a

otros para que acaten sus órdenes; iii) la sexualidad, centrada

precisamente en el desempeño sexual y que contemplaría hombres con una vida sexual muy activa, reducida a la genitalidad –esto es, a la

erección y la penetración-, dejando de lado cualquier otro tipo de

manifestación: caricias, besos, palabras. Esta construcción de la

masculinidad contribuye a la experiencia de mayores riesgos en la vida

100

sexual y reproductiva con la pareja o parejas, e igualmente a serias

limitaciones en el desarrollo del comportamiento paternal. La cultura

tradicional lleva también a las mujeres a demandar este modelo de

masculinidad, que es protector y proveedor.

Si bien el modelo de masculinidad tradicional puede generalizarse a

todos los hombres, es importante considerar que cada varón tiene la

posibilidad de modificar esas características, dado que existen múltiples y diversas maneras de vivir la masculinidad. Recordemos que estos

patrones se conforman según el contexto social y cultural. De este

modo, los hombres tendrán siempre la posibilidad de construir su propia

masculinidad, trascendiendo los roles de género rígidos y estereotipados. Por ello, muchos autores proponen usar el término en

plural: masculinidades.

El personal de salud y los docentes promoverán la reflexión en torno a la construcción de “ser hombre”, identificarán los términos

masculinidad y masculinidades y, asimismo, los elementos primordiales

de la masculinidad tradicional, sus efectos sobre la vida de los varones y

en sus relaciones con los otros, así como la discusión y análisis sobre la

diferentes formas de ser hombre.

Bibliografía

AMUCHASTEGUI, ANA E IVONNE SZASZ, coordinadoras. Sucede que me canso de ser hombre… Relatos y reflexiones sobre hombres y

masculinidades en México. El Colegio de México. México, 2007.

BARRIOS MARTÍNEZ, DAVID. Resignificar lo masculino. Guía de

supervivencia para varones del siglo XXI. Vila Editores. México, 2003.

BELL, DONALD. Ser varón: la paradoja de la masculinidad, Editorial

Tusquets. Barcelona, 1987.

KAUFMAN, MICHAEL. Hombres, poder, placer y cambio, CIPAF. Santo

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presentada en el encuentro “Los varones frene a la salud sexual y

reproductiva”. Mimeo. México, 1989.

LARA, MARÍA ASUNCIÓN. “Masculinidad y femineidad”, en: CONAPO, Antología de la sexualidad humana, Tomo I, CONAPO/FNUAP,

México, D.F., 1994.

101

Masturbación

La masturbación es el estímulo manual de distintas partes del cuerpo,

de su totalidad o de los órganos sexuales externos, o su frote con algún

objeto, con la intención de experimentar placer, independientemente de si se alcanza o no el orgasmo. Se le puede acompañar de fantasías

sexuales que potencian el deseo y la excitación sexual. La masturbación

es una práctica sana y saludable, sea que la experimenten hombres o

mujeres, en cualquier edad. Es probable que durante la pubertad y la adolescencia la práctica de la masturbación se incremente entre ellos,

en la búsqueda de conocer su cuerpo y experimentar situaciones de

ensayo propias del despertar sexual. Puede realizarse individualmente,

en cuyo caso se circunscribe al ámbito del autoerotismo; también puede

realizarse en pareja.

El personal de salud y los docentes deben enfatizar que la masturbación es un acto libre, consciente y voluntario, que no causa

daños físicos ni psicológicos y que puede ayudar a fortalecer el

conocimiento del propio cuerpo. Será necesario, asimismo, recordar la

necesidad de buenas prácticas higiénicas (recortarse las uñas y lavarse

las manos), y cuidar de la privacidad al momento de practicarla.

Bibliografía

ESCALANTE, SIMÓN. Aprende a vivir sin complicaciones tu vida sexual, Consejo Estatal de Población Campeche, México, s/f.

KATCHADOURIAN, HERANT A. Las bases de la sexualidad humana, 3ª

reimpresión, Cía. Editorial Continental, México, 1983.

URBIOLA, ÓSCAR. Gran enciclopedia del sexo. Historia ilustrada de las

prácticas sexuales. Ed. Integral. Barcelona, 2006.

Métodos anticonceptivos

Las sustancias, dispositivos o procedimientos que se utilizan para impedir la capacidad reproductiva de un individuo o una pareja en forma

temporal o permanente se conocen como métodos anticonceptivos.

Existen métodos anticonceptivos temporales y permanentes.

102

Métodos temporales

- Hormonales: orales, inyectables, implantes subdérmicos, anillos

vaginales, antigestágenos. - Intrauterinos: no medicados (inertes), medicados (activos),

hormonales.

- Barrera: condón masculino y femenino, espermicidas locales:

óvulos, jaleas y espumas, diafragma, esponjas vaginales. - Naturales: abstinencia periódica, coito interrumpido, ritmo o

calendario, temperatura basal, moco cervical (Billings).

- Amenorrea y lactancia (MELA).

Métodos permanentes

- Oclusión tubaria bilateral (OTB) o salpingoclasia en la mujer.

- Vasectomía en el hombre.

Anticoncepción de emergencia, anticoncepción post-coital, pastilla

de anticoncepción de emergencia (PAE), píldora del día siguiente

- Se trata de un método anticonceptivo moderno que tiene indicaciones específicas para su uso post-coital ocasional, en caso

de relaciones sexuales no protegidas, fallas anticonceptivas o de

relaciones sexuales forzadas (violación). La anticoncepción de

emergencia (AE) es efectiva dentro de los primeros cinco días o 120 horas después del coito no protegido, con una clara relación

inversa entre tiempo de ingesta y la efectividad anticonceptiva. Es

un método capaz de prevenir el embarazo, pero nunca de

interrumpirlo; es decir, no posee propiedades abortivas.

El personal de salud y los docentes deben aprovechar las

oportunidades de intervención con las personas para difundir el

conocimiento o reforzar el uso de los métodos anticonceptivos

modernos, enfatizar el proceso de toma de decisiones informadas, y favorecer la doble protección, que ayuda a evitar la adquisición de

infecciones de transmisión sexual.

Bibliografía

AGUILAR, JOSÉ A. Y BEATRIZ MAYÉN. La salud sexual y reproductiva en la

adolescencia: Un derecho a conquistar. UNFPA, Pathfinder

International y Schering Mexicana. Primera edición. México, 2001.

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CENTRO NACIONAL DE EQUIDAD DE GÉNERO Y SALUD REPRODUCTIVA, SECRETARÍA

DE SALUD. DIsponible en: http://www.generoysaludreproductiva.salud.gob.mx/paginas/mision.html

IPAS. Actualización clínica basada en la evidencia No.1: Anticoncepción

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en: http://www.ipas.org/Publications/asset_upload_file65_3253.pdf

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OMS/Johns Hopkins/USAID. E.U.A, 2007.

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VILLANUEVA, ROCÍO. La anticoncepción oral de emergencia: el debate legal en América Latina. Instituto Interamericano de Derechos

Humanos. San José, Costa Rica, 2008.

Misoginia

Se designa así a la conjugación de temor, rechazo y odio hacia las

mujeres. Hace referencia a todas las formas en que asigna sutil o

visiblemente lo que se considera negativo y nocivo. La misoginia tiene

como fin interiorizar en las mujeres lo que se relaciona con la convicción masculina universal, es decir, que ser hombre es lo mejor que puede

sucederle a las personas. Algunos autores describen que en la

construcción masculina la consigna es: “no ser como las mujeres”.

En el fondo de esta concepción subyace la voluntad política en la que

todo lo que no sea atributo de los hombres debe ser inferiorizado,

deslegitimado, encubierto, estigmatizado, ridiculizado y si resulta

conveniente, condenado y suprimido. En sí misma, la misoginia es violenta (Cazés, 2005).

Las expresiones más burdas y frecuentes de la misoginia son las que

proclaman y difunden todos los defectos, pecados y lacras que se

atribuyen a todas las mujeres por el hecho de serlo. Estas expresiones validan que se sentencie a todas las mujeres como si fueran un solo ser

104

(Amorós, 2001), porque ninguna posee todas las virtudes que deberían

tener solo por el hecho de ser mujeres.

A manera de hipótesis, Nelson Minello destaca que: i) el modelo actual de la misoginia se origina en los siglos XVIII y XIX con el desarrollo del

capitalismo, que impone una individualización a partir del género, lo cual

implica la oposición a la feminidad y se institucionaliza en el Estado

moderno; ii) en el mundo occidental coexisten formas de misoginia que se relacionan con los diferentes órdenes del género de las distintas

épocas y regiones; iii) uno de los componentes más importantes de la

misoginia es una relación de poder y control; iv) la misoginia es una

categoría en construcción que exige realizar investigación de campo para conocer con mayor precisión qué les significa a hombres y a

mujeres; v) la misoginia puede coexistir con otras características

masculinas de apoyo a la mujer, entre otras circunstancias, porque los

hombres “querámoslo o no en lo individual, somos estructuralmente misóginos”.

El personal de salud y los docentes reflexionarán acerca de sus

propias actitudes, cuando asuman comportamientos sexistas y

descalificadores hacia las mujeres. Es recomendable sensibilizarse para no reproducir estas prácticas con usuarios y alumnos, sino manejarse a

través del respeto y la equidad.

Bibliografía

AMORÓS, CELIA. “El discurso de la igualdad en el pensamiento de Poulain

de la Barré”, en Historia de la teoría feminista. Universidad

Computense. Dirección General de la Mujer. Madrid, 1994. __________. Feminismo, igualdad y diferencia. UNAM. México, 2001.

CABALLÉ, ANNA. Una breve historia de la misoginia. Antología y crítica.

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CAZÉS, DANIEL y FERNANDO HUERTA, Coordinadores. Hombres ante la

misoginia: miradas críticas. Serie Diversidad Feminista. Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de

la UNAM. México, 2005.

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Feminista. Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en

Ciencias y Humanidades de la UNAM. México, 2005.

MINELLO, NELSON. De la misoginia y otras dominaciones en Hombres ante la misoginia: miradas críticas. Cázes Daniel, Huerta Fernando,

coordinadores. Serie Diversidad Feminista. Centro de

105

Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de

la UNAM. México, 2005.

Órganos sexuales

De modo tradicional, esta expresión alude a los órganos pélvicos

externos; en los hombres: pene, testículos y bolsa escrotal; y en las

mujeres la vulva, que incluye al monte de Venus, los labios mayores y

menores, el introito vaginal y el clítoris. En esta concepción no se consideran los órganos pélvicos internos de las mujeres, como el útero,

las tubas uterinas y los ovarios; ni los de ellos: próstata, vesículas

seminales, epidídimo y conductos eyaculatorios.

Hay quienes al referirse a estas estructuras anatómicas emplean el

término genitales; pero esta denominación se refiere estrictamente a la

función reproductiva, que es una más de las que tienen dichos órganos.

En sexología, las visiones contemporáneas prefieren renunciar a los

reduccionismos y ampliar el concepto de órganos sexuales. En efecto, la

vivencia erótica de los seres humanos no es algo circunscrito a sus

órganos pélvicos; podríamos hablar de experiencias totales en el deseo,

la excitación y el orgasmo. De ahí que resulte común en el lenguaje sexológico afirmar que el órgano sexual más grande es la piel, y el más

importante el cerebro. De esta forma, el ser humano es visto como

poseedor de una integralidad sexual y erótica que va más allá de

elementos anatómicos aislados. Así, los órganos sexuales no son sólo los que están en la pelvis, sino también el cerebro, la piel, las mamas,

los pezones y cada uno de los órganos de los sentidos.

El personal de salud y los docentes deberán ampliar el concepto de órganos sexuales y aprovechar el tema para enfatizar que el acceso al

placer erótico forma parte de los derechos sexuales y es fuente de

salud.

Bibliografia

ARNOTT, STEPHEN. Sexo. Manual del usuario. Ed. Vergara. Barcelona,

2003.

KOMISARUK, BARRY, CARLOS BEYER-FLORES et al. La ciencia del orgasmo. La naturaleza humana y los mecanismos del placer. Paidós. México,

2008.

106

Orgasmo

Es la fase de la respuesta sexual humana en la que ocurren una serie de

contracciones involuntarias en la zona pélvica y en el resto del cuerpo,

que liberan de forma súbita la tensión sexual acumulada en las fases anteriores, lo cual genera una sensación intensa de placer. Esta

sensación, sin embargo, puede variar de acuerdo con la experiencia

individual. Puede durar entre tres y diez segundos, y en el caso de los

hombres estar acompañada de la eyaculación. No obstante, debe aclararse que orgasmo y eyaculación no son lo mismo. En las mujeres

puede presentarse aumento en las secreciones vaginales.

Al orgasmo se puede llegar a través de la masturbación, las caricias enfocadas en zonas erógenas o por la relación coital, aunque haber

iniciado alguna de estas prácticas no implica, necesariamente, que se

deba llegar al orgasmo para experimentar el placer. Tampoco implica,

en el caso de la relación coital, que ambos miembros de la pareja deban

experimentarlo al mismo tiempo. Los componentes subjetivos, emocionales o culturales tienen un papel muy importante e influyen

directamente sobre la intensidad con la que se siente el orgasmo y si se

alcanza o no; esto puede generar diferencias en la experiencia de

hombres y mujeres.

Con relación a este tema, existen muchos otros aspectos a considerar,

sobre todo aquellos que son investigados desde la experiencia subjetiva,

tales como la capacidad multiorgásmica en hombres y en mujeres, la eyaculación femenina, y los tipos de orgasmo que pueden

experimentarse dependiendo de la zona específica en que se concentre

la estimulación –como son el punto G en las mujeres y la estimulación

prostática en los hombres.

El personal de salud y los docentes deben procurar resaltar la

diversidad de experiencias que acompañan al orgasmo, y ayudar a

erradicar creencias erróneas que pudieran llegar a interferir en la

relación sexual al causar angustia o preocupación. Es conveniente que señalen también que para una vida sexual plena es necesario conocer el

propio cuerpo y establecer una adecuada comunicación con la pareja.

Bibliografía

BANCROFT, JOHN. Human sexuality and its problems. Second edition

Churchill Livingstone, 1989.

107

CORONA, ESTHER. ¡Hablemos de salud sexual! Manual para Profesionales

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2008.

NUÑEZ, MARIA DE LOS ÁNGELES. Hacia una sexualidad integral. Documento no publicado.

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Erotismo Humano”, en: CONAPO, Antología de la Sexualidad

Humana, Vol. 1, CONAPO-Miguel Ángel Porrúa, México, 1994.

Orientación sexual

La orientación sexual es la organización específica de la atracción

erótico-afectiva hacia otra persona; se puede manifestar en forma de deseos, sentimientos, prácticas e identificación sexuales, y evidenciarse

hacia personas del mismo o de diferente sexo. Aunque la ciencia fáctica

no ha dilucidado con precisión el origen de la hetero, homo y

bisexualidad, ha puesto de manifiesto que la orientación sexual no se elige.

La orientación sexual tiene tres componentes: atracción, preferencia y

elección sexual. El primero de ellos es qué me atrae, el segundo qué prefiero como pareja y el tercero la elección real de la pareja.

Las orientaciones sexuales pueden ser de tres tipos: la homosexualidad,

que es la atracción por el mismo sexo; la bisexualidad, que es la

atracción por ambos sexos, y la heterosexualidad, que es la atracción por el sexo opuesto.

En ocasiones, el término preferencia sexual se utiliza como sinónimo de

orientación sexual. Al respecto, el sexólogo mexicano Xabier Lizárraga postula que es mejor usar el concepto preferencia; sin embargo, otros

sexólogos de América Latina opinan que dicho término ha generado

confusión porque habitualmente se le da una connotación volitiva, de

elección, cuando toda la evidencia científica señala lo contrario.

Las personas con una orientación sexual distinta a la heterosexual se

enfrentan a menudo con la discriminación, la violencia, la tortura, el

encarcelamiento e incluso la muerte. De ahí la importancia de

108

comprender que toda persona debe poder disfrutar de los derechos

humanos consagrados en la Declaración Universal de los Derechos

Humanos.

El personal de salud y los docentes propiciarán la reflexión sobre las

distintas maneras de expresar los afectos, las emociones, el erotismo y

el amor. Será oportuno comentar las orientaciones erótico-afectivas que

existen entre los seres humanos, y promover los derechos humanos como herramienta para garantizar el respeto a la diversidad de

expresiones erótico–afectivas.

Bibliografía

CASTAÑEDA, MARINA. La experiencia homosexual. Editorial Paidós. México,

D.F., 2006.

HERNÁNDEZ, JUAN J. “Variantes sexuales: un acercamiento a las manifestaciones no heterosexuales de la sexualidad”, en:

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RUBIO, EUSEBIO y ALMA ALDANA. “La expresión homosexual del erotismo”,

en: Antología de la sexualidad humana. Vol. I, Miguel Ángel

Porrúa/ CONAPO. México, D.F., 1994.

Óvulo

Los óvulos son las células germinales situadas en los ovarios del aparato

sexual femenino en forma de folículos; se desarrollan desde el embrión y su producción cesa con la menopausia. En cada mujer existen

alrededor de 400 mil folículos. Previo al nacimiento, el cerebro, las

glándulas endócrinas y los órganos sexuales internos experimentan una

especie de programación que conduce a la maduración y al inicio de la liberación de óvulos susceptibles de ser fecundados durante la pubertad.

La liberación de un óvulo se conoce como ovulación y se produce

aproximadamente a la mitad del tiempo que transcurre entre el primer

día de una menstruación y el primero de la siguiente. Se calcula que el

109

tiempo en el que cada óvulo está disponible para la ovulación oscila

entre seis y 24 horas; por lo tanto, en cada ciclo reproductivo de un

mes, sólo existe un óvulo disponible para la fecundación durante un día

o unas horas.

Cuando el óvulo deja el ovario viaja a través de la tuba uterina o trompa

de Falopio hasta llegar a la matriz. Si el óvulo es fecundado, después de

diversas divisiones celulares se implanta en el endometrio o capa interna del útero o matriz, a partir del sexto día después de la fusión del

espermatozoide y el óvulo; es así como se inicia el embarazo. Si la

fecundación no ocurre, el óvulo no fecundado degenera y se reabsorbe a

través de los tejidos del organismo. Se suceden entonces modificaciones hormonales, sobre todo su descenso severo, lo cual produce la

menstruación, que es la salida del cuerpo de una capa de tejidos que

son parte del endometrio en el cual el huevo o cigoto no quedó

implantado.

El personal de salud y los docentes deberán explorar y difundir, a

través de imágenes o dibujos, el trayecto que sigue el óvulo una vez

liberado, para advertir de la probabilidad de un embarazo si se tienen

relaciones sexuales durante la ovulación.

Bibliografía

AGUILAR, JOSÉ A. “Pubertad y reproducción”, en: Hablemos de Sexualidad. Lecturas. Aguilar, José A. y Beatriz Mayén,

compiladores. Consejo Nacional de Población, Fundación Mexicana

para la Planificación Familiar. Tercera edición, México, 1997.

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BASSO, MICHAEL J. La Guía Esencial sobre Sexualidad Adolescente: Un

Manual Indispensable para los Adolescentes y Padres de Hoy.

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MOORE, KEITH. Embriología clínica. Mc Graw-Hill. México, 2000. REINISCH, JUNE y RUTH BEASLEY. Nuevo informe Kinsey sobre sexo. Paidós.

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RODRIGUEZ, RODOLFO. Sexualidad humana. Guayaquil, Ecuador, 2003.

SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA, SEP. Sexualidad infantil y juvenil. Nociones introductorias para maestras y maestros de educación

básica. SEP, México, 2000.

110

Papanicolaou

La prueba del Papanicolaou llamada también Pap o Frotis de Pap es un

estudio que se realiza en las células del cuello del útero para detectar

anomalías que pueden surgir a causa de un cáncer cervicouterino o antes de que éste se presente, a fin de iniciar un tratamiento oportuno.

El Papanicolaou y el examen pélvico forman parte del cuidado integral

de la mujer. El examen pélvico, que ayuda a detectar anomalías en el cérvix, consiste en palpar el útero, la vagina, los ovarios, las trompas de

Falopio, la vejiga y el recto con la finalidad de encontrar alguna

anomalía de forma o tamaño.

Las mujeres deben someterse a una prueba de Papanicolaou al menos

cada tres años. La primera se deberá hacer tres años después de haber

empezado a tener relaciones sexuales, pero antes de cumplir 21 años de

edad. Este estudio lo puede realizar personal capacitado, ya sea en un

consultorio médico o en un hospital.

Las mujeres deberán hacerse esta prueba cuando no estén

menstruando; el mejor momento es entre los 10 y 20 días después del

inicio del último período menstrual. Es recomendable que dos días antes de realizarse la prueba de Papanicolaou la mujer no se realice

ningún lavado vaginal ni use medicamentos vaginales, espumas, cremas

o gelatinas espermicidas (excepto cuando sea indicado por el médico),

pues tales productos podrían lavar u ocultar las células anormales. La mujer no deberá tampoco tener relaciones sexuales uno o dos días

antes de practicarse esta prueba, ya que ello pudiera dar origen a

resultados poco claros. Después de realizarse el Papanicolaou, la mujer

puede retomar sus actividades cotidianas.

La mayoría de los cánceres invasores del cérvix son prevenibles si la mujer se practica el Papanicolaou con regularidad. Además, si se detecta a tiempo, el cáncer de cuello uterino, al igual que otros tipos de

cáncer, puede ser tratado con mayor éxito.

El personal de salud y los docentes deben fomentar la prevención y

el cuidado a la salud y la determinación temprana del cáncer

cervicouterino. La escuela es un espacio adecuado para proporcionar a

los alumnos y alumnas elementos para su desarrollo integral y que puedan adquirir un estilo de vida saludable.

111

Personal médico o técnico calificado puede realizar la prueba del

Papanicolaou en las condiciones de respeto y privacidad que se

requieren. En el sector salud la prueba es gratuita.

Bibliografía

ALLER, JUAN Y GUSTAVO PAGÉS, editores. Obstetricia Moderna. McGraw Hill.

3ª. edición. México. INSTITUTO NACIONAL DE SALUD PÚBLICA. Importancia de la prueba del

Papanicolaou en la detección oportuna de cáncer. Disponible en:

http://www.insp.mx/Portal/cuidados_salud

CENTERS FOR DISEASE CONTROL. Cáncer de cuello uterino. División de Prevención y Control del Cáncer, Centro Nacional para la

Prevención de Enfermedades Crónicas y de Prevención de la

Salud. CDC en español. Disponible en:

http://www.cdc.gov/spanish/cancer/cervical

Pederastia

Es el delito en el cual una persona, en virtud del poder que ejerce o aprovechándose de la relación o la situación jerárquica o intrínseca de

poder que tiene sobre una persona menor de 18 años, ejecuta o le

obliga, induce o convence a realizar un acto de naturaleza sexual, con o

sin consentimiento del menor y en perjuicio de su sano desarrollo físico,

psicoemocional o psicosexual, derivado de su parentesco por afinidad o consanguinidad, independiente del grado, o que ejerza la patria

potestad, tutela, cuartela, guarda o custodia, derivada de su relación

docente, religiosa, laboral, médica, domestica o de cualquier otra índole

que implique confianza, subordinación o superioridad, y que se haya aprovechado de dicha posición, investidura o cargo, público o privado,

sea de carácter remunerado o voluntario.

Por sus raíces históricas y tomando en cuenta que en su origen este concepto aludía simplemente a la relación de un hombre adulto con uno

más joven –sin la carga peyorativa que en la actualidad tiene-, el

especialista brasileño Mauro Cherobim ha propuesto que este vocablo

sea revisado y, si procede, resignificado.

Aunque la mayoría de los pederastas son varones, existen también

mujeres con un tipo de preferencia tal. Algunos pederastas manifiestan

interés en víctimas femeninas o masculinas; otros no tienen preferencia

de sexo. Hay quienes restringen esta preferencia sexual a la fantasía y

112

la realizan a través de la pornografía infantil, con lo que ocurre un tipo

de abuso indirecto. Otros lo realizan directamente a través de ver,

mostrar o hablar sobre el cuerpo o acerca de material pornográfico;

otros, finalmente, lo realizan por tocamiento, penetración u otros.

El personal de salud y los docentes deben ser sensibles a esta

problemática para que puedan generar en sus pacientes y alumnos

signos de alerta que lleven a denunciar este tipo de delito, y fomentar el empoderamiento que permita poner límites a las personas que intentan

violentar la integridad física de menores.

Bibliografía

AZAOLA, ELENA et al. La infancia como mercancía sexual. Siglo XXI

Editores y Ciesas. 1. edición. México, 2003.

__________. “Maltrato, abuso y negligencia contra menores de edad”, en: Informe Nacional sobre Violencia y Salud. Secretaría de Salud.

Primera edición. México, 2006.

CÁMARA DE DIPUTADOS DEL H. CONGRESO DE LA UNIÓN. Iniciativa para el delito

de pederastia y reformas adicionales al Código Penal Federal,

México, 2008. SANTIAGO, PABLO. Alicia en el lado oscuro. La pedofilia desde la antigua

Grecia hasta la era internet. Imagine Ediciones. Madrid, 2004.

Pene

Es un órgano cilíndrico compuesto por dos cuerpos cavernosos y uno

esponjoso, con tejido eréctil, que contiene espacios vasculares que al

recibir estímulos sexuales produce la erección; lo integran: la raíz, el

cuerpo y el glande.

El glande es una continuación del cuerpo esponjoso; en su porción terminal se encuentra el meato uretral, que es la abertura externa de la

uretra; la corona, y en particular el frenillo, representan una fuente de

placer sexual y de excitación cuando se les estimula de manera

adecuada. El glande puede estar cubierto de piel, llamada prepucio, que

puede ser eliminada mediante la circuncisión.

A la hormona masculina, llamada testosterona se debe el crecimiento del pene, que habitualmente alcanza su tamaño máximo entre los 11 y

los 14 años. En un hombre saludable y normal, el tamaño del pene lo

determinan factores genéticos.

113

En los adultos, hay distintas medidas en longitud y diámetro del pene. Se manifiesta un aumento de volumen merced a la erección originada

por el llenado de sangre de los cuerpos cavernosos. Es común que en

estado de erección un pene más pequeño alcance un tamaño semejante al que obtiene un pene que es mayor en estado de flacidez; esto es,

existe una tendencia general a la estandarización en el tamaño.

El personal de salud y los docentes deben brindar información

adecuada y científica a fin de combatir las falsas creencias sobre el tamaño del pene, su eficacia y la consideración de este órgano como

elemento de poder masculino. Igualmente, deberán hacer énfasis en la

importancia de la higiene del pene para evitar enfermedades y preservar

la salud sexual.

Bibliografía

BERGMAN RONALD A. Histología. McGraw–Hill Interamericana. 1ª. edición en español. México, D.F., 1998.

COHEN, JOSEPH. El libro del pene. Konemann. Colonia, Alemania, 2000.

CHAPELA, LUZ MARÍA. Hablemos de sexualidad en familia. Consejo Nacional

de Población y Fundación Mexicana para la Planeación Familiar,

A.C. 1ª. edición, México, D.F., 2000. MCARY, JAMES LESLIE y STEPHEN P. MCARY et al. Sexualidad humana. El

Manual Moderno. México, D.F., 1980.

RODRIGUEZ, RODOLFO. Sexualidad humana. Guayaquil, Ecuador, 2003.

Placer

El placer es sinónimo de goce, disfrute y satisfacción. El placer tiene que

ver con la interacción de la parte subjetiva de la persona, con el

funcionamiento de los cinco sentidos, con el entorno y con la presencia de otra/s persona/s que se constituyen en estímulos eficaces.

En el ámbito de la sexualidad, las sensaciones de gran bienestar se

asocian con el placer erótico: aquel que procede al deseo, la excitación y el orgasmo. En la actualidad, se considera que el placer general, tanto

como el específicamente erótico, son una fuente de salud orgánica y

emocional. Las evidencias científicas indican que el placer contribuye al

buen funcionamiento del aparato cardiovascular y del sistema inmunológico, además de que mejora el talante o estado de ánimo.

114

Bibliografía

BARRIOS MARTÍNEZ, DAVID. En las alas del placer. Cómo aumentar nuestro

goce sexual. Pax-México. México, 2005. SANZ, FINA. Psicoerotismo femenino y masculino. Kairós, Barcelona,

2003.

Planificación familiar

Es el derecho de toda persona a decidir de manera libre, responsable e

informada el número y espaciamiento de sus hijos, y a obtener la

información especializada y los servicios idóneos. Se le conoce también

como regulación informada de la fertilidad.

Algunos países consagran este derecho en documentos oficiales y

jurídicos.

Tradicionalmente, al aludir al concepto de planificación familiar se le cita como si fuera sinónimo de proyecto reproductivo, de control de la

natalidad o de anticoncepción; pero esto no es así.

El proyecto reproductivo se refiere a todas las acciones dirigidas al disfrute de la función erótica sexual, ejerciendo control voluntario y

responsable sobre la función reproductiva, sea que sirva o no a un plan

específico de construcción de la vida familiar. El proyecto reproductivo

previene el embarazo precoz y no planeado o no deseado, el aborto de riesgo, las complicaciones del embarazo y el parto prematuro.

El control de la natalidad se relaciona con la implantación de políticas

públicas dirigidas a ejercer control sobre el crecimiento racional de la

población a fin de favorecer el desarrollo y el bienestar social. El hecho de que una sociedad regule sus índices de natalidad no significa,

necesariamente, que se construyan y estructuren mejores personas o

familias, ni que se ejercite una paternidad y una maternidad

responsables y exitosas.

En cuanto al término anticoncepción, ha tenido una connotación

negativa, dado que se le asocia con una postura contraria al embarazo.

Por tal motivo, parecería ser más conveniente referirse a métodos para regular la fecundidad o a proyecto reproductivo, en vez de métodos

anticonceptivos.

115

En el caso de las parejas que viven en uniones estables, la planificación

familiar hace referencia al proceso de toma de decisiones que una

pareja hace respecto al tipo de familia que desea conformar, al número

de hijos y al proyecto de vida familiar que desea construir. Sin embargo, a pesar de las disposiciones jurídicas y sanitarias, lo cierto es que

existen grupos sociales que no tienen acceso a los métodos para regular

la fecundidad.

La proporción de mujeres expuestas a un embarazo y que no emplean

ningún método anticonceptivo, a pesar de su deseo de limitar o espaciar

sus nacimientos, se define como necesidad insatisfecha.

En la actualidad, el término planificación familiar ha sido sustituido por

el de salud reproductiva, incluso lo abarca el de derechos sexuales y

reproductivos.

El personal de salud y los docentes deberán estar conscientes de los

cambios en las preferencias reproductivas y acerca de la planificación

familiar como un valor en la vida de las personas, particularmente de las

y los adolescentes y jóvenes, para favorecer la toma de decisiones

conscientes.

Bibliografía

ALTMAN, DENISS. Sexo global. Del nuevo desorden amoroso a la mundialización de los apetitos. Océano. México, 2006.

POTTS, MALCOM y ROGER SHORTH. Historia de la sexualidad desde Adán y

Eva. Cambridge University Press. Madrid, 2001.

Poligamia

Con este nombre se designa al matrimonio o unión consensual plural, de

la cual existen dos variedades: la poliandria, que es la forma de

matrimonio que admite la unión de una mujer con dos o más hombres, y la poliginia, que consiente la unión de un varón con más de una

mujer. Las principales culturas de oriente y occidente han sido siempre

más tolerantes con la poliginia que con la poliandria, siendo esta última

mucho menos frecuente.

En las sociedades que permiten esta práctica se reserva a grupos

selectos de hombres de linaje o condición socioeconómica elevada. En

las sociedades contemporáneas, se ha abierto un debate en fecha

116

reciente acerca de la regulación que debe tener en ellas la poliginia. Las

legislaciones de los países occidentales la prohíben desde el momento

en que la bigamia (contraer matrimonio civil habiendo un matrimonio

vigente anterior) está penalizada en los ordenamientos jurídicos; sin embargo, ello no significa que no se reconozcan como válidos los

matrimonios plurales que son lícitos en otros países.

En México, existen antecedentes de esta práctica en las sociedades prehispánicas. En algunas de ellas, el matrimonio representaba para los

nobles un medio para arreglar alianzas políticas, incrementar la

descendencia y el honor del linaje; incluso llegaban a realizarse por

cuestiones económicas, aprovechando los servicios que cada mujer prestaba en la casa. Durante la época colonial, la intervención de la

Iglesia católica hizo que el matrimonio se impusiera como única forma

válida de unión; se prohibió la poligamia, que fue severamente

castigada, más entre las mujeres que entre los hombres. La poliginia, sin embargo, continúo dándose en algunos grupos indígenas, en virtud

de que se relacionaba con sus formas de vida y tradiciones.

En la actualidad, esta situación se estudia desde perspectivas diversas.

Los indicios de que existe un número significativo de varones que tienen más de una mujer lo proporcionan los censos, que informan que más

mujeres que hombres declaran estar casadas o en unión libre. Para lo

anterior hay dos explicaciones como mínimo; por un lado, están los

hombres que viven en unión libre y se declaran solteros o en unión legal si participan de una unión de este tipo además de una unión libre,

declarando así una de ellas solamente.

Por otro lado, son muchas las mujeres que deciden declararse como casadas si es que tienen hijos y viven en unión libre. En ello influye la

moral sexual imperante, que es represiva con las mujeres y permisiva

con los hombres, en el sentido de que la mujer debe ser fiel a una única

relación, mientras que el hombre puede llegar a tener a dos o más

mujeres y a los hijos de ellas conviviendo en un solo núcleo familiar, o bien en un mismo pueblo sólo que en diferentes barrios o distintas

ciudades.

El personal de salud y los docentes deberán tener en cuenta la diversidad de formas de vida y culturas de nuestros países. El análisis

puede realizarse desde las diferencias que hay en la situación de los

hombres y las mujeres que viven este tipo de unión.

117

Bibliografía

FLAQUER, LLUÍS. El destino de la familia. Ariel. España, 1998.

GONZÁLEZ, SOLEDAD. “Novias pedidas, novias robadas, polígamos y madres solteras. Un estudio de caso en el México rural, 1930-

1990”, en: López Barajas, María de la Paz, compiladora, Hogares,

familias: desigualdad, conflicto, redes solidarias y parentales,

Sociedad Mexicana de Demografía, México, 1996. PIZZIGONI, CATERINA, “’Para que le sirva de castigo y al pueblo de

ejemplo’. El pecado de la poligamia y la mujer indígena en el Valle

de Toluca (siglo XVIII)”, en: Gonzalbo, Pilar y Berta Ares,

coordinadoras, Las mujeres en la construcción de las sociedades iberoamericanas, El Colegio de México y Consejo Superior de

Investigaciones Científicas, México, 2004.

Pornografía

El concepto alude al material sexualmente explícito y, más

específicamente, a la comercialización de diferentes expresiones del

erotismo.

En diferentes países y circunstancias, la pornografía ha sido legalmente

tipificada como delito cuando se obliga a una persona a realizar actos

sexuales reales o actuados, y se le exhibe por medios tales como los

electrónicos, fotografías, anuncios impresos, videos y otros. Conviene enfatizar que la pornografía per se no es delictuosa.

La pornografía distorsiona la sensualidad y el erotismo, aunque también

es empleada por los sexólogos para tratar ciertos problemas

relacionados con disfunciones sexuales.

La pornografía infantil, por su parte, es la exhibición en medios

electrónicos, videos, fotografías, revistas, folletos y otros, de niños,

niñas o adolescentes teniendo relaciones sexuales reales o actuadas, o exhibiendo sus genitales.

Se le considera también como una forma de explotación sexual y

violencia hacia los niños, que puede estar relacionada con situaciones de expulsión del hogar, pobreza, discriminación o relaciones desiguales de

poder; en resumen, con situaciones en donde a los niños y niñas se les

considera objetos de intercambio comercial y no como seres humanos

poseedores de derechos.

118

La responsabilidad de garantizar y proteger estos derechos es de todos,

incluyendo a los padres y tutores, las autoridades, las instituciones

públicas y privadas, los ministerios públicos, los legisladores y toda persona responsable del cuidado y la protección de niños, niñas y

adolescentes.

El personal de salud y los docentes deben mantenerse alertas para detectar a los niños, niñas y adolescentes que han sido víctimas de

pornografía infantil, para que recurran a las autoridades y fomentar así

una cultura de denuncia que evite que situaciones tales continúen. En

cuanto a la exposición de los adolescentes a la pornografía, será necesario analizar y cuestionar el tema conjuntamente con ellos, el

negocio que representa y las distorsiones que puede causar sobre la

sexualidad.

Bibliografía

La pornografía. Informe Longford. Grijalbo. Barcelona, 1975.

Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño

relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía, 2000.

Prácticas de riesgo

Son todas aquellas actividades relacionadas con la salud sexual y

reproductiva que alteran el equilibrio físico y mental de las mujeres y los

hombres, particularmente de las y los adolescentes y jóvenes, poniendo

en peligro su integridad física, mental y emocional, y produciendo consecuencias indeseables que en algunos casos pueden llegar a

producir la muerte.

Las consecuencias indeseables de las prácticas de riesgo son el embarazo no planeado y/o no deseado, la maternidad temprana y sus

peligros para la salud, el aborto inseguro y/o clandestino (en

condiciones de riesgo) y las ITS, incluido el VIH/sida.

Entre las prácticas de riesgo cabe mencionar:

- las relaciones sexuales precoces y sin doble protección, entendida

esta última como el uso simultáneo de un método anticonceptivo

moderno y eficaz para prevenir un embarazo y el uso del condón

119

(masculino o femenino), junto con barreras especiales para evitar

las ITS y el VIH/sida; las situaciones que impliquen violencia en la

relación de noviazgo y pareja; y el consumo de alcohol y otras

drogas durante las relaciones sexuales o en los lugares de encuentro de grupos de adolescentes y jóvenes;

- las conductas depresivas o suicidas asociadas con relaciones

afectivas disfuncionales;

- el intercambio de agujas para el uso de sustancias inyectables prohibidas y otros objetos, entre ellos los juguetes sexuales.

El personal de salud y los docentes deberán propiciar que los

programas educativos y de salud incluyan de manera enfática las conductas de riesgo y las formas para prevenir estas conductas.

Bibliografía

EGREMY, GUILLERMO. “El virus de inmunodeficiencia humana, VIH, y sida”,

en Educación sexual en la escuela y género en educación. Vol. I.

Subsecretaría de Educación Superior para Profesionales de la

Educación. México, D.F., 2008.

NAVA, ALMA ARACELI, HÉCTOR ÁVILA et al. “Prácticas de riesgo para infecciones de transmisión sexual en un grupo de mujeres

embarazadas y sus parejas”, en: Perinatología Reproducción

Humana, Vol. 18, No. 2. México, 2004.

Pubertad

La pubertad es una etapa que se ubica entre la infancia y la edad

adulta. Se trata de un periodo en el que se presentan cambios físicos

diversos y profundos, en varones y mujeres, con un impacto en los ámbitos emocionales y de las relaciones con la familia, los amigos y los

profesores y compañeros de escuela.

Los cambios físicos se hacen evidentes en diferentes partes del cuerpo –las cuerdas vocales y la laringe, por ejemplo, lo cual se manifiesta en un

tono de voz que en los hombres se vuelve más grave siendo más

notorio que en las mujeres, si bien en ellas se muestra con un timbre de

voz nuevo. Los cambios en las formas corporales de los varones se traducen en el ensanchamiento de los hombros y el fortalecimiento de la

masa muscular; el pene y el escroto se hacen más grandes y adquieren

una tonalidad más oscura.

120

En las mujeres, las caderas se ensanchan y se aprecia un crecimiento de

las mamas; de igual forma, se producen cambios en la pigmentación y

tamaño de los labios vaginales y del clítoris.

En varones y muchachas, el vello se hace notorio en el pubis y las

axilas; pero en ellos puede cubrir otras partes del cuerpo, como la cara

o las piernas. En este periodo inicia la producción de sudor y ocurren

cambios en el cabello y la piel presentándose, en algunos casos, acné.

Estos cambios producen en el hombre la eyaculación y en la mujer la

menstruación, situaciones que anuncian, respectivamente, la producción

de espermatozoides y óvulos, y que marcan el inicio de la capacidad reproductiva.

El personal de salud y los docentes deben generar un clima de

confianza en cuyo seno las y los adolescentes puedan expresar su sentir e inquietudes respecto de los cambios que están suscitándose en

ellas/os. Es también crucial que el personal sanitario y docente facilite

comprensión de lo que sucede en la pubertad, y clarificar que es

un proceso por el cual todas las personas transitan y forma parte de

la construcción como seres humanos.

Bibliografía

MEJÍA SOTO, GUILLERMINA. Higiene de la Pubertad. Editorial EDAMEX. México, D.F., 2000.

NUÑEZ, MARIA DE LOS ANGELES. Hacia una sexualidad integral. Documento

no publicado.

ULLOA AGUIRRE, ALFREDO, LAURA DÍAZ CUETO et al. “La pubertad” en: Antología de la Sexualidad Humana, Tomo II, Editorial Porrúa y

CONAPO. México, D.F., 1994,

Relación sexual y coito

El concepto define los comportamientos que realizan dos o más

personas de distinto sexo o del mismo, con la finalidad de expresar

amor o cariño mutuo y experimentar placer. Puede consistir en el

tocamiento de diversas zonas del cuerpo, la estimulación manual de los genitales, la expresión de palabras o frases, gestos y otras expresiones

corporales que busquen generar, mantener y aumentar la excitación

sexual que en algún momento pueden llevar a la cópula o coito.

121

Coito, del latín coitus, significa juntarse, ir juntos. Se refiere a la

introducción del pene erecto en la vagina o el ano, para que el hombre,

la mujer o ambos, realicen una serie de movimientos rítmicos en los que

el pene se retira y avanza dentro de la cavidad buscando con ello la estimulación de las zonas más sensibles en ambas personas,

provocando el aumento de la tensión muscular y la excitación que, de

continuar, puede desencadenar el orgasmo.

A menudo, el placer que se logra experimentar durante la relación

sexual depende de la existencia de una comunicación eficaz entre las

personas que participan, y también de un clima de confianza entre

ambas. Es importante considerar que esto ocurra y que la relación sexual sea consensuada; es decir, las personas que participan deben

desear realizarla sin ningún tipo de presión o manipulación externa.

Lo cierto es que toda relación sexual debe ser consentida e incluso planeada, para que sea una relación sexual segura: aquella en la que

quienes participan toman precauciones para que la sangre, el semen, el

líquido pre-eyaculatorio y los fluidos vaginales no entren en contacto

con las mucosas o la sangre de la otra persona. Con este fin, es

altamente recomendable el uso del condón masculino o femenino principalmente.

El personal de salud y los docentes deberán considerar un enfoque

preventivo y no coercitivo, evitando los juicios de valor y respetando el derecho de toda persona a informarse, decidir sobre su vida sexual y

obtener los recursos necesarios para llevar a la práctica sus decisiones.

Bibliografía

ÁLVAREZ GAYOU, JUAN LUIS. La condición sexual del mexicano. Relaciones

humanas y sexología. Grijalbo. México, 1984.

MASTERS, WILLIAM H., VIRGINIA E. JOHNSON et al. La sexualidad humana.

Tomo 2. Grijalbo. España, 1987.

Respuesta sexual humana (RSH)

La serie de procesos fisiológicos y fenómenos de carácter subjetivo y emocional que ocurren en el individuo a partir de estímulos sexuales

efectivos con la potencialidad de desencadenar un orgasmo es conocida

como respuesta sexual humana, o RSH. Hombres y mujeres coinciden en

las mismas fases que fueron descritas en forma sistemática por primera

122

vez en 1966 por Masters y Johnson: excitación, meseta, orgasmo y

resolución. Para realizar este modelo –que puede ser representado de

forma gráfica a través de curvas que indican la intensidad de los

fenómenos descritos- los autores se basaron en la observación de las modificaciones anatómicas o fisiológicas que ocurrían en el organismo.

Consideraron que existen algunas diferencias entre las curvas de

respuesta sexual de hombres y mujeres, la más importante de las

cuales es el periodo refractario que sucede al hombre después del orgasmo, y que abarca un lapso en el que los estímulos sexuales dejan

de ser efectivos y los cambios en la tensión sexual dejan de ser

evidentes, hasta que termina la fase de resolución. En la mujer, en

cambio, esta situación no se presenta, lo que puede permitirle iniciar una nueva respuesta orgásmica ininterrumpida; a esta condición se le

llama capacidad multiorgásmica.

Otro modelo de la respuesta sexual humana es el que plantea Helen S. Kaplan, quien lo desarrolló entre 1974 y 1979 a partir de tres fases:

deseo, excitación y orgasmo.

En la actualidad, numerosos terapeutas sexuales de uno y otro género

emplean en su práctica clínica el modelo sextafásico de la RSH: deseo, excitación, meseta, orgasmo, resolución y período refractario, en virtud

de las bondades que ofrece para el diagnóstico y tratamiento de las

disfunciones sexuales.

La forma en que hombres y mujeres viven la RSH en general, y la de

cada individuo en particular, está condicionada por todos los eventos

biológicos de tipo cardiovascular, neurológico y hormonal, pero además

por estímulos relacionados con aspectos psicológicos y sociales. Esto hace que la experiencia sea eminentemente subjetiva y se de en

múltiples variaciones e incluso disfunciones. La complejidad de este

proceso hace evidente que hay todavía muchas preguntas por resolver.

El personal de salud y los docentes deberán informar a las y los adolescentes sobre la importancia de conocer los cambios que cada

persona experimenta, y la importancia de los sentimientos y la cultura

como parte fundamental que permea las actitudes y experiencias en

torno a la respuesta sexual humana. El conocimiento sobre este tema permite una aproximación al cuerpo y a la comprensión de sus procesos

para hacer posible una vivencia plena de la sexualidad.

123

Bibliografía

BARRIOS MARTÍNEZ, DAVID. En las alas del placer. Cómo aumentar nuestro

goce sexual. Pax-México. México, 2005. CORONA, ESTHER. ¡Hablemos de salud sexual! Manual para Profesionales

de Atención Primaria de la Salud. Información, herramientas

educativas y recursos. Organización Panamericana de la Salud.

México, 2000. RUBIO, EUSEBIO y SARA A. REVUELTA ZÚÑIGA. “Fisiología del erotismo

humano” en: CONAPO, Antología de la Sexualidad Humana, Vol. 1,

CONAPO-Miguel Ángel Porrúa, México, 1994.

Riesgo y vulnerabilidad

El riesgo, para los fines que nos ocupan, se define como la probabilidad

de que una persona se infecte con el VIH. Algunos comportamientos crean, aumentan y perpetúan el riesgo. Los ejemplos incluyen tener

relaciones sexuales sin protección con una pareja cuyo estatus de VIH es

desconocido, parejas sexuales múltiples sin sexo protegido e inyectarse

drogas con jeringas o agujas contaminadas.

La vulnerabilidad resulta de un número de factores que están fuera del

control del individuo y que reducen su propia capacidad y la de la

comunidad para evitar el riesgo del virus citado. Estos factores pueden

incluir: i) falta del conocimiento y de las destrezas requeridas para protegerse y proteger a otros; ii) factores relacionados con la calidad y

cobertura de los servicios (falta de acceso a servicios debido a la

distancia, los costos y otros factores), y iii) factores sociales como

violaciones a los derechos humanos, o normas sociales y culturales. Tales normas pueden incluir prácticas, creencias y leyes que

estigmatizan y debilitan a ciertas poblaciones, limitando su habilidad

para acceder o utilizar la prevención del VIH, el tratamiento, cuidado y

los servicios de apoyo. Estos factores, solos o combinados, pueden crear o empeorar la vulnerabilidad individual y colectiva al VIH.

Las poblaciones clave son aquéllas en las que convergen riesgos y

vulnerabilidad al virus. Es posible limitar las epidemias del VIH si se concentran los esfuerzos de prevención en esas mismas poblaciones. El

concepto de poblaciones clave reconoce también que ellas mismas

pueden jugar un papel esencial en la respuesta al VIH; tales poblaciones

varían en función de los lugares y dependiendo del contexto y la

naturaleza de la epidemia local; pero en la mayoría de los lugares

124

incluyen a hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH), a

trabajadoras/es sexuales y sus clientes, y a usuarias/os de drogas

inyectables.

El personal de salud y los docentes deberán ser sensibles a la

vulnerabilidad y los factores que la provocan, así como la forma de

combatirla.

Bibliografía

HERNÁNDEZ, DANIEL, GABRIELA SÁNCHEZ et al. “Del riesgo a la

vulnerabilidad. Bases metodológicas para comprender la relación entre violencia sexual e infección por VIH/ITS en migrantes

clandestinos”. Salud Mental, Vol. 28, No. 5. México, 2005.

NAVA, ALMA ARACELI, HÉCTOR ÁVILA et al. “Prácticas de riesgo para

infecciones de transmisión sexual en un grupo de mujeres embarazadas y sus parejas”, en: Perinatología Reproducción

Humana, Vol. 18, No. 2. México, 2004.

Salud pública

Es la ciencia dedicada a prevenir la enfermedad, promover la salud y

prolongar la vida de la población, mediante esfuerzos organizados con

pequeños grupos, comunidades o países enteros o a nivel mundial.

Identifica problemas de salud y gestiona la intervención del Estado para lograr el bienestar de la población, estudiando y aplicando el

conocimiento de la ciencia, la sociedad, la economía y la política.

Podemos entender como salud pública aquellas iniciativas que

responden a situaciones de salud que afectan a la población en general y que trascienden el ámbito de lo privado.

Desde sus inicios, la salud pública ha sido considerada una ciencia social

que para desarrollarse adecuadamente requiere de la colaboración activa de un conjunto de disciplinas.

Entre sus funciones esenciales están:

- monitorear la situación de la salud;

- proteger el ambiente;

- promover la salud;

- prevenir, vigilar y controlar las enfermedades transmisibles;

- legislar y regular la salud pública;

125

- administrar la salud pública y

- atender a las poblaciones vulnerables y de alto riesgo.

Es responsabilidad del Estado garantizar la salud pública y regular las acciones que conlleven un impacto en ella. Con ese fin, establecerá

acciones reguladoras de la vida privada que puedan repercutir sobre la

salud pública, como sucede con la vigilancia epidemiológica, siguiendo

los principios de confidencialidad y consentimiento informado.

Podemos entender como salud pública aquellas iniciativas que

responden a situaciones de salud que afectan a la población en general

y que trascienden el ámbito de lo privado.

El personal de salud y los docentes deberán enfatizar la

responsabilidad de los gobiernos de cada país para garantizar que las y

los adolescentes tengan acceso a servicios de salud de calidad para cuidar su salud sexual y reproductiva.

Bibliografía

LÓPEZ CERVANTES, MALAQUIAS Y RODRÍGUEZ JOSÉ. “Acerca de las funciones esenciales de la salud pública”, en: Revista Salud Pública México.

Vol. 40, No.6, noviembre 1998.

OROZCO JULIO. Evaluación de la aplicación de las políticas públicas de la

salud en el Distrito de Cartagena de Indias. USAID, Casals & Associates, Fundación ProCartagena, Cartagena de Indias 2006.

Salud reproductiva

La salud reproductiva debe entenderse como el estado general de

bienestar físico, mental y social, en todos los aspectos relacionados con

el sistema reproductor, sus funciones y sus procesos; es decir, la

capacidad de los individuos y las parejas de disfrutar de una vida sexual y reproductiva satisfactoria, saludable y sin riesgos, con la absoluta

libertad de decidir de manera responsable y bien informada sobre el

número y espaciamiento de los hijos.

La salud reproductiva está directamente relacionada con la calidad de vida, la sexualidad y la familia. Representa el ejercicio de la sexualidad

responsable y sin riesgos, el bienestar de la madre, del niño en gestación, de los infantes y de los adolescentes, y se extiende más allá

del periodo reproductivo. Tiene que ver con las relaciones inter-

126

personales, con percepciones y con valores; su cuidado evita

enfermedades, abuso, embarazos no planeados y la muerte

prematura. Pocas decisiones son más importantes en la vida que

seleccionar con quién formamos una pareja, elegir cuándo y cuántos

hijos tener y cómo mantener la salud y gozar la sexualidad.

Fue en la IV Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo

(1994), cuando se introdujo por primera vez el concepto de salud

reproductiva, que ha permitido superar el enfoque demográfico de las

anteriores políticas mundiales de población; representó la plataforma para resaltar la importancia y el compromiso para la calidad de los

servicios de salud sexual y reproductiva.

El término es relativamente nuevo; se entrelaza y relaciona con otros

conceptos, como el de los derechos sexuales, brindando importancia a la

sexualidad y, de esta manera, ampliando el horizonte hacia la atención

de la salud sexual y reproductiva.

El personal de salud y los docentes deberán ser sensibles a la importancia de preservar la salud reproductiva a favor de la salud de

mujeres y hombres. Además, promoverán las ventajas de que existan

políticas públicas mundiales a favor de la salud reproductiva.

Bibliografía

LERNER, SUSANA, e IVONNE SZAESZ, coordinadoras. Salud reproductiva y

condiciones de vida en México. El Colegio de México y Afluentes

S.C. México, 2009.

SECRETARÍA DE SALUD. Programa de Acción: Salud Reproductiva, SSA, México, Informe sobre la Conferencia Internacional de Población y

Desarrollo. ONU, El Cairo, 1994.

__________. El derecho a la libre decisión. La planificación familiar en el

contexto de la salud reproductiva. SSA, México, 1998. PAN AMERICAN HEALTH ORGANIZATION. Promotion of Sexual Health.

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POPULATION REFERENCE BUREAU. Cómo mejorar la salud reproductiva de los países en desarrollo. National Academy Press, Washington, 1997.

ZÚÑIGA, ELENA Y BEATRIZ ZUBIETA et al, coordinadoras. Serie Cuadernos de

Salud Reproductiva. CONAPO México, 2000.

127

Salud sexual

Se refiere al estado de bienestar físico, mental y social en todos los

aspectos relacionados con la sexualidad. Alude no sólo a la ausencia de síntomas, enfermedad o disfunción, sino a la auténtica homeostasis de

los factores orgánicos, afectivos y sociales del ser humano sexual.

Requiere de un acercamiento positivo y respetuoso a la sexualidad y las

relaciones sexuales placenteras y seguras, libres de coerción, discriminación y violencia. Para alcanzar y mantener la salud sexual, los

derechos sexuales de todas las personas deben ser protegidos,

respetados y garantizados.

La salud sexual es un derecho humano esencial para el bienestar individual, interpersonal y social, que requiere del acceso a la educación

sexual integral a lo largo de todas las etapas de la vida, desde la niñez

hasta la vejez, garantizando el acceso a información científica, el

fomento a la equidad de género, la prevención y atención de problemas y enfermedades sexuales, así como el respeto a la decisión libre y

responsable de tener o no hijos, su número y el momento de tenerlos.

Las iniciativas enfocadas a mejorar la salud sexual y reproductiva, al unirse con aquellas orientadas a dar respuesta a la problemática que

plantea el VIH, se convierten en enormes oportunidades para la

prevención y tratamiento de infecciones de transmisión sexual

incluyendo la del virus citado, y para prestar servicios de planificación

familiar previniendo embarazos no deseados y favoreciendo embarazos y partos en condiciones adecuadas.

En la CIPD de 1994, 179 gobiernos se comprometieron a lograr el acceso

universal a los servicios de salud reproductiva. De tal Conferencia surgió el consenso mundial que considera que los derechos sexuales y

reproductivos son fundamentales para los derechos humanos, el

desarrollo sostenible, la igualdad entre mujeres y hombres y el

empoderamiento de las mujeres.

El personal de salud y los docentes deberán discutir en grupos de

trabajo las ventajas y los obstáculos a los que se enfrentan las y los

jóvenes para acceder a servicios de salud sexual y plantear recomendaciones para mejorarlos.

128

Bibliografía

ONUSIDA. Salud Sexual y Reproductiva. Disponible en: http://www.unaids.org/es/PolicyAndPractice/SexualAndReproductiveHealth/default.a

Aspectos de la investigación sobre la salud sexual y reproductiva en

países con ingresos bajos e intermedios. Foro Mundial para la Investigación sobre la Salud y Organización Mundial de la Salud,

2007.

PAN AMERICAN HEALTH ORGANIZATION, WORLD HEALTH ORGANIZATION.

Promotion of Sexual Health. Recommendations for Action, Pan

American Health Organization, Guatemala, 2000.

Seroprevalencia

El número o proporción de personas de una población dada que han

tenido resultados positivos en las pruebas serológicas de detección de

una infección particular se le conoce como seroprevalencia. En el caso

del VIH, muestra la proporción de individuos a quienes el virus está

afectando en una población y un momento determinados.

A diferencia del término prevalencia, la seroprevalencia nos especifica

que existen pruebas serológicas que avalan la información.

Cuando utilizamos los términos seropositivo o seronegativo nos

referimos al resultado de la prueba de detección de anticuerpos que

busca identificar algún agente infeccioso como el VIH. El estado

seronegativo significa que la persona no tiene anticuerpos detectables, no está infectada por el agente o no ha tenido la oportunidad de

producir anticuerpos contra una infección temprana. La condición de

seropositiva significa que la persona tiene anticuerpos detectables y está

infectada por el agente. El término, sin embargo, no es el adecuado

para referirse a una persona que vive con VIH.

La incidencia y la prevalencia son términos estrechamente relacionados.

La primera se refiere, normalmente, al número de personas que han

adquirido la infección durante el año anterior. Mientras tanto, la prevalencia es como una fotografía: hace referencia al número de

infecciones en un momento particular. En estudios observacionales

específicos y en ensayos de prevención, el término tasa de incidencia se

utiliza para describir la incidencia por cien personas-año de observación.

129

El personal de salud y los docentes invitarán a sus pacientes y

estudiantes a revisar las estadísticas actuales acerca de la incidencia del

VIH/sida en la población adolescente en países de América Latina y el

Caribe.

Bibliografía

InfoSIDA. Glosario de VIH/SIDA, 6ª edición, diciembre, 2008. Disponible en www.aidinfo.nih.gov/contentsfiles/spanishglosary_sp.pdf.

Sexo

Características del ser humano que lo diferencia como hombre, mujer o

perteneciente a algún estado intersexual. Las dimensiones o niveles del

sexo son: genético, cromosómico, gonadal, hormonal, de órganos

internos y externos pélvicos, de caracteres sexuales secundarios y

cerebral.

Los órganos sexuales y las funciones que caracterizan al sexo

representan el núcleo del componente biológico de la sexualidad, siendo

parte esencial del sexo, el cual tiene dos brotes de actividad fundamentales: el primero, en la etapa prenatal –alrededor de la octava

semana después de la gestación-, cuando por acción de los cromosomas

las glándulas sexuales se empiezan a desarrollar hacia ovarios o

testículos hasta completar el aparato sexual. De tal manera, en el momento del nacimiento y por la simple observación de los genitales

externos se asigna al recién nacido un sexo: masculino o femenino, que

algunos autores han llamado sexo de asignación o asignación social de

sexo. El aprendizaje de género, o aprender a comportarse como hombre o mujer de acuerdo con lo que la sociedad considera adecuado para

cada uno, se inicia justamente a partir de este momento. El segundo

brote de actividad biológica ocurre en la pubertad, cuando por acción de

las hormonas sexuales aparece la diferenciación biológica definitiva

entre hombres y mujeres con la aparición de los caracteres sexuales secundarios y la capacidad de la reproducción.

La palabra sexo entraña muchos significados en el habla común, en su

mayoría erróneos o descontextualizados: por ejemplo, se le utiliza como sinónimo de género o de relación sexual; su significado se

confunde con el de sexualidad, y en los medios masivos suele ser una

garantía de atención y a la vez, irónicamente, de censura.

130

El personal de salud y los docentes deberán clarificar el verdadero

significado de este término, con el propósito de utilizarlo

adecuadamente.

Bibliografía

GONZÁLEZ DE ALBA, LUIS. Niño o niña. Las diferencias sexuales. Ediciones

Cal y Arena. México, 2006. KATCHADDOURIAN, HERANT, compilador. La sexualidad humana. Un estudio

comparativo de su evolución. Fondo de Cultura Económica.

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woman. Little, Brown and Company. Boston, 1975. MORGAN, MARÍA ISABEL et al. Hablemos de sexualidad en la escuela

secundaria. Contenidos básicos, CONAPO, México, 2005.

Sexualidad

La sexualidad es una dimensión fundamental del ser humano. Basada en

el sexo, incluye al género, las identidades sexual y genérica, la

orientación sexual, el erotismo, la orientación afectiva, el amor y la

reproducción. Es el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos y socio-culturales e históricos.

Desde el punto de vista histórico y social, la sexualidad es un saber que

conforma las maneras en que pensamos y entendemos el cuerpo. La sexualidad se refiere a “un conjunto de reglas y normas, en parte

tradicionales, en parte nuevas y a un conjunto de cambios en la manera

en que los individuos se ven llevados a dar sentido y valor a su

conducta, a sus deberes, a sus placeres, a sus sentimientos y sensaciones, a sus sueños”. Michael Foucault lo refiere al conjunto de

significados dados al cuerpo y a ciertas prácticas, tomando en cuenta

una historia que tiene complejas raíces en el pasado cristiano y pre-

cristiano, y que alcanzó una unidad conceptual hasta después de la modernidad.

En efecto, en todas las sociedades el instinto sexual se enfrenta a un

complicado y sutil sistema de prohibiciones, reglas y valores,

costumbres que van más allá de las necesidades biológicas y que

131

enmarcan a la sexualidad como una construcción cultural. Para el

historiador inglés Jeffrey Weeks, seguidor de los trabajos de Foucault, la

historia de la sexualidad no es la historia de un tema determinado, sino

la de un tema en constante cambio y recreación. Por ello, señala Weeks, la sexualidad se evapora entre las manos, es un gesto o una sombra, es

la historia de nuestras preocupaciones cambiantes acerca de cómo

deberíamos vivir y cómo deberíamos disfrutar o negar nuestro cuerpo.

Desde una visión que se desprende de la biomedicina y que ha resultado

útil para la comprensión y enseñanza del concepto, Eusebio Rubio

afirma que la sexualidad es resultado de la integración de cuatro

potencialidades humanas que dan origen a los cuatro holones sexuales: la reproducción, el género, el erotismo y la vinculación afectiva.

La reproducción se refiere al potencial para trascender la vida y apoyar

el crecimiento de los otros; no se limita al hecho biológico de poder embarazar o embarazarse, sino que incluye las responsabilidades que

encierra la maternidad y la paternidad, a madres y padres por adopción,

y a quienes se ocupan del crecimiento de otros sin ser madres ni padres

biológicos.

El género son las ideas que cada sociedad construye sobre lo femenino y

lo masculino.

El erotismo se refiere al potencial que permite experimentar el deseo y el placer sexual.

La vinculación afectiva se refiere a los sentimientos y emociones

vinculados a las prácticas sexuales, al deseo y a la atracción sexual, al amor y al desamor.

La idea de integración es central en este modelo; cada elemento no

puede ser correctamente representado si se considera aisladamente,

porque su actuar depende de los otros elementos del sistema. Además de los holones o potencialidades sexuales, en la compleja organización

social de la sexualidad Weeks destaca la influencia del los sistemas

familiares, de la organización económica, de la reglamentación social y

de las intervenciones políticas.

Bibliografía

FOUCAULT, MICHAEL. Historia de la sexualidad 2: el uso de los placeres. Siglo XXI, Madrid, 1998.

132

GIRALDO NEIRA, OCTAVIO. Explorando las sexualidades humanas. OGN

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comparativo de su evolución. Fondo de Cultura Económica. México, 1984.

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Nexos Sociedad Ciencia y Literatura, S.A. de C.V. México, 2008.

RUBIO, EUSEBIO. “Sobre la sexualidad humana: los cuatro holones

sexuales”, en Antología de Lecturas sobre sexualidad humana. Red Democracia y Sexualidad, México, s/f.

WEEKS, JEFFREY. Sexualidad. Paidós, PUEG, UNAM; México, 1998.

SIDA / Sida

El síndrome de inmunodeficiencia adquirida, o sida, representa la fase

avanzada de la infección por el virus de inmunodeficiencia humana, o

VIH, y se presenta al disminuir la capacidad de respuesta del sistema

inmunológico a causa de dicho virus, lo que provoca que la persona afectada sea susceptible a contraer enfermedades oportunistas que son

las que suelen causar la muerte.

Los primeros casos de sida se notificaron en 1981 Los Ángeles, California, en Estados Unidos; a partir de entonces se han extendido al

grado de convertirse en una pandemia.

El tiempo promedio para que una persona con VIH desarrolle el sida

depende de factores como la edad, el estado físico general y, sobre todo, de la recepción o no de un tratamiento integral oportuno.

El diagnóstico del sida se debe hacer en base a parámetros establecidos

como son el conteo de células CD4, la carga viral y las manifestaciones del paciente en determinado momento, mismas que varían en función

del estilo de vida personal, la edad, el estado físico general y el apego al

tratamiento.

En la actualidad, existen los antirretrovirales, que son medicamentos

muy efectivos que no solamente prolongan la vida de las y los

pacientes, sino que aunados a cuidados adecuados pueden mejorar la

133

calidad de vida del paciente. El sida se considera una enfermedad

crónica, pero no mortal.

Es muy importante tener claro la diferencia entre VIH y sida.

VIH es el virus de inmunodeficiencia humana, agente causal de la

enfermedad.

Infección por el VIH es “la enfermedad”, la cual puede cursar como

asintomática durante periodos prolongados que incluso pueden durar

años.

Sida es, como ya se mencionó, la fase avanzada de la infección por el

VIH, cuando suelen presentarse evidencias clínicas de la enfermedad.

El personal de salud y los docentes deberán tener claro tanto las formas de transmisión del VIH y como aquéllas por las que no se

propaga. Igualmente, deberán ser capaces de despejar dudas para

evitar el estigma y la discriminación.

Bibliografía

InfoSIDA. Glosario de VIH/SIDA, 6ª edición, diciembre, 2008. Disponible

en www.aidinfo.nih.gov/contentsfiles/spanishglosary_sp.pdf.

AMIGOS CONTRA EL SIDA. SIDA hoy. Amigos contra el SIDA. México, D.F., 2000

ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD. Terminología relacionada con el

VIH. Actualización 2006 de la OPS. E.U.A., 2006

Sistema inmunológico

Es el conjunto de células y órganos que protegen al organismo de los

microorganismos que puedan causarle infecciones o enfermedades. El

sistema inmunológico incluye al timo, el bazo, los ganglios linfáticos, los linfocitos B y T y las células presentadoras de antígenos.

Cuando el sistema inmunológico carece de las defensas adecuadas para

hacer frente a infecciones o enfermedades se determina que existe una

inmunodeficiencia.

El sistema inmunológico puede deteriorase a raíz del uso de algunos

medicamentos, tales como la quimioterapia, o a causa de algunos tipos

134

de virus, como el de la inmunodeficiencia humana, que lo deterioran

permitiendo que ciertos microorganismos generen las enfermedades

llamadas oportunistas, que en un organismo sano casi nunca

aparecerían. El deterioro progresivo del sistema inmunológico a causa de la replicación del VIH y la reducción de las células de defensa, llevan

al desarrollo del denominado síndrome de inmunodeficiencia adquirida o

sida.

Los cuidados en el estado anímico de las personas, el descanso y la

alimentación adecuada, aunados al uso adecuado y consistente de

medicamentos antirretrovirales, hacen más lenta la reproducción del

virus y permiten mejorar considerablemente la calidad de vida de las personas afectadas por él. Sin embargo, es importante mencionar que

los medicamentos no eliminan, hasta ahora, la infección por el VIH, por

lo que, al paso del tiempo, el sistema inmunológico puede llegar a

perder por completo su capacidad de defenderse ante una infección.

El personal de salud y los docentes deben informar a las personas

de todas las medidas preventivas y nutricionales que puedan impedir un

daño al sistema inmunológico.

Bibliografía

InfoSIDA. Glosario de VIH/SIDA, 6ª edición, diciembre, 2008. Disponible

en www.aidinfo.nih.gov/contentsfiles/spanishglosary_sp.pdf. Orientaciones Terminológicas del ONUSIDA, 2007. Disponible en:

http://data.unaids.org/pub/Manual/2007/jc1336-

terminologyguide_es.pdf

Terapia antirretroviral

Este es el nombre dado al régimen terapéutico recomendado por los

principales especialistas para tratar las infecciones causadas por

“retrovirus”. En el caso específico de la terapia antirretroviral para el

VIH, es el régimen terapéutico específico para el tratamiento de la infección por dicho virus, para suspender directamente la replicación

viral e impedir el avance de la enfermedad. El régimen más común del

tratamiento consta de tres o más medicamentos distintos; por ejemplo,

dos inhibidores de la transcriptasa reversa análogos de los nucleósidos y

un inhibidor de la proteasa; dos inhibidores de la transcriptasa reversa análogos de los nucleósidos, y un inhibidor de la transcriptasa reversa

no análogo de los nucleósidos, o bien otras combinaciones. Se ha

135

demostrado que estos regímenes terapéuticos, si se administran con

oportunidad, reducen la concentración del virus de tal forma que es

imposible detectarlo en la sangre del paciente (reducen la carga viral).

Existen otros tipos de terapias antirretrovirales para el VIH que se

pueden aplicar dependiendo de cada caso; por ejemplo, la llamada

“terapia de rescate”, es el tratamiento para personas con este virus y

cuyo régimen antirretroviral ha fracasado por lo menos dos veces, habiendo tenido una amplia exposición previa a antirretrovirales; otro

tipo de tratamiento es el de “sostén”, o “profilaxis secundaria”, que evita

las complicaciones en una infección controlada.

Merece resaltarse que cualquier terapia antirretroviral se planea de

manera individual para cada paciente, basándose en las características

específicas de su caso, como son su carga viral, conteo de células CD4,

y los síntomas que presenta.

El personal de salud y los docentes deberá señalar que los

tratamientos antirretrovirales serán prescritos exclusivamente por el

médico especialista y que ello ocurrirá de acuerdo a la particularidad de

cada caso; esto quiere decir que para cada paciente hay un tratamiento específico; del mismo modo, deberá recordarse que el sida es

considerada una enfermedad crónica y no mortal.

Bibliografía

InfoSIDA. Glosario de VIH/SIDA, 6ª edición, diciembre, 2008. Disponible

en www.aidinfo.nih.gov/contentsfiles/spanishglosary_sp.pdf.

Toma de decisiones informadas

La toma de decisiones informadas está ligada a una adecuada

autoestima, un proceso que se inicia en la infancia y se aprende en el

núcleo familiar. Durante la adolescencia, es natural que existan dudas

sobre las decisiones a tomar; por eso, es importante que cada decisión se

analice y reflexione una y otra vez hasta que la persona esté segura de las ventajas y desventajas de las opciones a su alcance.

En la etapa de la adolescencia, la toma de decisiones se torna complicada

cuando se trata de determinaciones que se toman en el presente pero afectan la vida futura, como es el caso del inicio de la vida sexual, la vida

136

laboral, la edad del matrimonio, un embarazo, la elección de un

anticonceptivo y otras.

Aunque para la toma de decisiones no es posible “aplicar recetas”, es importante considerar algunos elementos que pueden propiciar

habilidades para tomar mejores decisiones.

- La información. Se debe procurar disponer de la información más amplia posible sobre el aspecto sobre el cual se va a decidir.

- Las presiones sociales. Es importante analizar las influencias que

ejercen la familia, los amigos y lo medios masivos, analizando en

profundidad los valores y deseos propios, lo que permitirá distinguir entre lo que quiere y siente la persona, y lo que el

medio que la circunda le presiona a hacer.

- Las situaciones que se viven. Analizar las situaciones ayuda a no

tomar decisiones impulsivas. Es preciso reflexionar sobre los riesgos que representan las situaciones que se están

experimentando para anticipar de este modo las consecuencias.

- La experiencia personal. Los errores y aciertos de las decisiones

tomadas previamente son determinantes para tomar nuevas

decisiones.

Si bien es cierto que cada decisión tomada tendrá ventajas y desventajas,

lo importante es asumir de forma responsable el resultado de cada

determinación.

El personal de salud y los docentes deberá propiciar que tanto sus

consultantes como sus alumnos tomen decisiones personales informadas

en cuanto a su salud sexual y reproductiva.

Bibliografía

AGUILAR, JOSÉ ANGEL, LUIS BOTELLO LONNGI et al. Juntos planeamos el

futuro. Hablemos de la autoconciencia de la salud sexual y reproductiva. Fundación Mexicana para la Planeación Familiar, A.C.

México, D.F., 1998.

MEJÍA, MARÍA CONSUELO et al. Tu futuro en libertad. Por una sexualidad y

salud reproductiva con responsabilidad, Gobierno del Distrito Federal. México, D.F., 2008.

137

Trabajador/a sexual

Son aquellas/os mujeres y hombres que mediante pago en dinero o

especie establecen una relación sexual con cualquier persona, conocida

o no. El término remplaza al de prostituta/o que hasta hace pocos años se

utilizaba, y que era estigmatizante y discriminatorio, aunque algunos

grupos no aceptan el nuevo término y reivindican que la prostitución sea

reconocida como profesión.

En su mayoría, las y los trabajadores sexuales se dedican a esta

actividad por razones económicas, para comprar droga o por estar

sometidas/os a los llamados tratantes de blancas.

El trabajo sexual de las mujeres es casi exclusivamente heterosexual –

el hombre le paga a la mujer-, mientras que el trabajo sexual masculino

es exclusivamente homosexual –el hombre paga a otro hombre.

El trabajo sexual se considera “la profesión más antigua del mundo”.

Algunas culturas incluso lo aceptan como una forma de ganarse la vida;

otras en cambio, como las judeo cristianas, lo consideran un pecado;

para otras más es motivo de persecución policial.

El personal de salud y los docentes deberán promover un lenguaje

que no de origen al estigma y que sí reconozca que muchas de las

personas que se dedican al trabajo sexual lo hacen para percibir ingresos, pudiendo incluso llegar a ser una profesión.

Bibliografía

MADRID ROMERO, ELVIRA y JAIME MONTEJO. “Fuerza de Tarea para la Prevención del VIH/SIDA y otras ITS”, en: Trabajo Sexual,

CENSIDA, México, 2004.

MASTERS, WILLIAM H., VIRGINA E. JOHNSON y ROBERT KOLODNY. La sexualidad

humana, Grijalbo, EUA, 1997. ONUSIDA. Trabajo sexual y VIH/SIDA. Colección Prácticas Óptimas del

ONUSIDA, 2003.

138

Transgenérica (persona) El orden de este tema y los dos siguientes no obedece estrictamente al alfabeto; se decidió la alteración para una mejor comprensión de los lectores.

El concepto alude a las personas que se trasladan o transitan de un

género –masculino o femenino- al otro. Aunque en sexología clínica la

palabra tiene implicaciones más específicas, es común que el término

transgeneridad se utilice para abarcar a tres poblaciones que realizan movimientos de representación genérica: las personas travestistas, las

transgenéricas y las transexuales.

No es recomendable el uso de la palabra transgénero, dado que es una mala traducción del vocablo inglés transgender, que no debe emplearse

en español como sustantivo, sino como adjetivo. El sustantivo relativo a

la condición es transgeneridad.

La condición transgenérica es independiente de la orientación o

preferencia sexual; se presenta tanto en hombres como en mujeres.

El concepto sexológico se refiere a la persona que modifica permanentemente su rol genérico, lo que casi siempre incluye aspectos

de la vestimenta y los cosméticos, sin que se busque, necesariamente,

la modificación de las características biológicas sexuales. Una persona

transgenérica podrá efectuarse cambios quirúrgicos, pero éstos no

incluirán sus órganos pélvicos.

Las personas transgenéricas pueden transitar de hombre a mujer, o de

mujer a hombre, sin importar la preferencia o la orientación sexual. La

persona asume los elementos del género opuesto, entendiendo el género como un producto de la identidad social.

Las personas transgénericas visten y se comportan como el género

opuesto. Además, muchas tratan de asemejarse aun más a través de cambios en su fisonomía, mediante terapias hormonales o de ciertas

operaciones estéticas, tales como la implantación de senos en el caso de

hombre a mujer. Las personas transgenéricas no siempre aspiran a

realizarse una operación de reasignación sexo-genérica, aunque en

muchos casos es un paso previo para que ello ocurra. Las personas transexuales sí son transgenéricas, aunque no en todos los casos se

cumple la situación contraria.

En algunas ocasiones, y por cuestiones económicas, las personas transgenéricas al carecer de posibilidades para someterse a esas

139

terapias u operaciones estéticas, se inyectan aceites, lo cual supone un

grave riesgo para su salud, tanto por los productos mismos como por el

hecho de compartir las agujas, lo que supone un riesgo de adquirir el

VIH.

En el caso de las personas transgenéricas con VIH, es importante

destacar que la terapia hormonal puede resultar en reacciones frente a

ciertos medicamentos antirretrovirales, por lo que debe llevarse a cabo siempre bajo prescripción y vigilancia médica.

Las personas transgenéricas, así como las travestís y las transexuales,

suelen padecer estigma y discriminación. Para evitar que ello ocurra, debemos recordar que se trata de personas que sienten diferencias de

asignación e identificación con su género, pero que no se trata de

personas que sufran trastornos psicológicos o psiquiátricos. El tema es

más bien una cuestión identitaria que no se relaciona con la orientación ni la preferencia sexual.

El personal de salud y los docentes deberán promover el respeto y la

comprensión hacia estas personas, su trato desde el marco de los

derechos humanos y el respeto a su diversidad.

Bibliografia disponible al final de la sección sobre “Travetista”.

Transexual

Es la persona que experimenta una discordancia entre su cuerpo, su

identidad de género y la identidad asignada al nacer. Puede transitar de

mujer a hombre o de hombre a mujer. La orientación sexual puede ser

homosexual, bisexual o heterosexual.

Una descripción clásica de la persona transexual, que es un lugar común

pero que no deja de ser cierta, es quien ve atrapada en un cuerpo que

no le corresponde. La persona transexual busca modificar su anatomía para acercarla lo más posible a la del otro sexo incorporándole sus

características sexuales, que pueden ser secundarias: senos y caderas

en la mujer transexual (hombre a mujer), o vello facial y musculatura

en el hombre transexual (mujer a hombre). Las características primarias se refieren a la reconstrucción genital.

Las modificaciones anatómicas suelen realizarse a través de procesos

hormonales o quirúrgicos, o de ambos.

140

La persona transexual comparte con la transgénerica la necesidad de

vivir y desarrollarse con las características sociales del género que no

corresponde a su sexo. La diferencia entre ambas es la modificación del cuerpo, la morfología, los procesos metabólicos y las cirugías a las que

se someten las personas transexuales.

Al igual que las personas transgenéricas, ciertos comportamientos que buscan modificar la imagen pueden resultar en riesgos para la salud si

no se realizan bajo prescripción y vigilancia médica.

El personal de salud y los docentes deberán promover el respeto y la comprensión hacia esas personas, así como su trato desde el marco de

los derechos humanos y el respeto a la diversidad sexual.

Bibliografia disponible al final de la sección sobre “Travestista”.

Travestista

Sinónimo de travesti, se refiere a la persona que modifica

temporalmente su expresión de género sin experimentar discordancia entre su cuerpo y su identidad o el deseo de vivir permanentemente con

el género representado.

Esa modificación puede ser de hombre a mujer o de mujer a hombre, y es independiente de la preferencia u orientación sexual.

Una persona travestista gusta de vestir con ropas del sexo opuesto por

razones lúdicas como las Drag Queen; con fines sexuales porque les

causa excitación; como una forma de exploración y expresión del lado femenino o masculino, y otras. Lo importante a destacar es que la

persona no siente la necesidad de ir más allá de esa exploración; es

decir, se siente conforme con su sexo de nacimiento y no busca

someterse a terapia hormonal alguna o a una reasignación sexo-genérica.

El personal de salud y los docentes deberán promover el respeto y la

comprensión hacia esas personas, así como su trato desde el marco de los derechos humanos y el respeto a la diversidad sexual.

141

Bibliografía

BARRIOS MARTÍNEZ, DAVID y MARIA ANTONIETA GARCÍA RAMOS. Transexualidad,

la paradoja del cambio. Alfil. México, 2008. BECERRA-FERNÁNDEZ, ANTONIO. Transexualidad. La búsqueda de una

identidad. Díaz de Santos. Madrid, 2003.

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INSTITUTO NACIONAL DE SALUD PÚBLICA, INSP. “SIDA: Aspectos de Salud Pública. Manual. México, 2006.

GIBERTI, EVA. “Transgéneros: síntesis y aperturas”, en Maffia, Diana,

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Feminaria Editora, Buenos Aires, 2003. HIRSCHFELD M. "The Transvestites. The Erotic Drive to Cross Dress", en:

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Group. New York, London, 2006.

LEV, ARLENE ISTAR. Transgender emergence. Therapeutic guidelines for working with gender-variant people and their families. The

Haworth Clinical Practice Press. Binghamton, N.Y., 2004.

NIETO PIÑEROBA, JOSÉ ANTONIO. Transexualidad, intersexualidad y dualidad

de género. Ediciones Bellaterra. Barcelona, 2008

Usuario o consumidor de drogas inyectables (UDI)

Estos términos se emplean para referirse a la persona que se inyecta

drogas por vía subcutánea, intramuscular o intravenosa.

El uso de agujas o jeringuillas utilizadas previamente por otra persona representa un serio riesgo de contagio del VIH o del virus de la hepatitis,

que pueden dejar sus restos en tales implementos y que al emplearse

por otro usuario o consumidor puede introducir cualquiera de tales virus

directamente al torrente sanguíneo.

El uso de drogas se convierte en un factor de riesgo para la salud y la vida, pues al encontrarse la persona en un estado alterado de

conciencia, puede tomar riesgos que en un estado consciente

posiblemente no tomaría.

El riesgo que corren los usuarios de drogas está vinculado también con

su condición social y jurídica, ya que el consumo de tales sustancias es

ilegal en muchos países y a menudo se castiga con la cárcel.

142

Las personas que se inyectan drogas por vía intravenosa enfrentan un

gran estigma por parte de la sociedad en general, tanto como del

personal de salud lo que agrava su marginación. Esto puede llegar a

significar falta de acceso a servicios relacionados con la salud sexual, y especialmente con el VIH, o que las mismas personas no puedan o no se

atrevan a solicitarlos por miedo a ser recriminados.

El personal de salud y los docentes deben saber que la investigación y la experiencia confirman que la epidemia del VIH entre los usuarios de

drogas inyectables puede prevenirse, estabilizarse e incluso revertirse si

se acude a programas integrales de actividades de atención y

prevención del virus, prestando atención, al mismo tiempo, al respeto de sus derechos humanos.

Bibliografía

ONUSIDA. Orientaciones Terminológicas del ONUSIDA, 2007. Disponible

en: http://data.unaids.org/pub/Manual/2007/jc1336-

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Prácticas Óptimas. Comunicación del ONUSIDA presentada en el Período Extraordinario de Sesiones de la Asamblea General de

Naciones Unidas sobre Drogas. Disponible en:

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SECRETARÍA DE SALUD. Manual para la prevención del VIH/SIDA en usuarios de Drogas Inyectadas. Secretaria de Salud. México, 2006.

Vida erótica protegida (VEP)

La VEP es el conjunto de medidas que impiden los embarazos no

deseados y el contagio de las infecciones de transmisión sexual durante

las prácticas eróticas. La vide erótica protegida incluye el llamado sexo

más seguro con el uso del condón masculino y el femenino, las caricias eróticas que excluyen la penetración y los procedimientos que favorecen

el placer sin el intercambio de fluidos corporales.

El personal de salud y los docentes harán énfasis en las medidas

que promueven la prevención de riesgos y el cuidado de la salud sexual y reproductiva.

143

Bibliografía

BARRIOS MARTINEZ, DAVID. En las alas del placer. Como aumentar nuestro

goce sexual. Pax-Mexico. Mexico, 2005. __________. Resignificar lo masculino. Guía de supervivencia para

varones del siglo XXI. Vila Editores. México, 2003.

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riesgto sexual del VIH/SIDA en adolescentes urbanos de diferentes estratos socioeconómicos. IMSS, UIESSA. Guadalajara, Jalisco,

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__________, CARLOS JESÚS CONDE y ALBERTO VILLASEÑOR, editores. ITS y

VIH/SIDA en adolescentes y adultos jóvenes. Gobierno de Jalisco, Coesida, INSP, IMSS y UIESSA. Guadalajara, Jalisco, 2006.

Violencia

El uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como

amenaza contra uno mismo, otra persona, un grupo o una comunidad,

que cause o tenga muchas posibilidades de causar lesiones, muerte,

daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones es violencia.

Son varias las definiciones de la violencia relacionada con la temática de

sexualidad y género.

La violencia sexual es todo acto con connotaciones sexuales que tienda a invadir, agredir y dañar el cuerpo y la vida emocional de una persona

sin su consentimiento y/o en desventaja emocional, física o laboral. Las

formas de violencia sexual se manifiestan en actos que incluyen desde

conductas que no implican sometimiento físico –como el acoso y el hostigamiento verbal-, hasta diversas prácticas sexuales no consentidas,

tales como caricias, besos y otras formas de contacto genital y corporal,

incluidas las relaciones sexuales.

La violencia basada en género es cualquier acto que resulte, o que es

probable que resulte, en daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico

para las personas que no cumplen con las normas de género

establecidas por la sociedad, incluyendo las amenazas de tales actos, la coerción o la privación arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la

vida pública o privada.

La violencia contra las mujeres es cualquier acto que resulte, o que es

probable que resulte, en daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico

144

para las mujeres, incluyendo las amenazas de tales actos, la coerción o

la privación arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública

o privada.

La violencia feminicida es la forma extrema de la violencia de género

contra las mujeres, producto de la violación de sus derechos humanos,

en los ámbitos público y privado; la conforma el conjunto de conductas

misóginas que pueden conllevar impunidad social y del Estado, pudiendo culminar en homicidio y otras formas de muerte violenta de mujeres.

Frente a la violencia feminicida, los gobiernos de los diversos países de

América Latina y el Caribe deberán: i) resarcir el daño observando los parámetros establecidos en el derecho internacional y los derechos

humanos, y considerar como reparación el derecho a la justicia pronta,

expedita e imparcial; la rehabilitación; la satisfacción, que incluye La

aceptación del Estado de su responsabilidad ante el daño causado y su compromiso de repararlo; ii) realizar investigación y sancionar los actos

de autoridades omisas o negligentes que condujeron a la violación de los

derechos humanos de las víctimas a la impunidad; iii) diseñar e

instrumentar políticas públicas que eviten la comisión de delitos contra

las mujeres, y iv) verificar los hechos y asegurar la divulgación de la verdad.

El personal de salud y los docentes deberán realizar acciones

directas para sensibilizar a la población acerca de la importancia de contrarrestar la violencia no solo contra las mujeres sino también la que

se ejerce contra niñas, niños, adolescentes y ancianos.

Bibliografía

INSTITUTO MEXICANO DE LA JUVENTUD, IMJ. Encuesta Nacional de Violencia en

las Relaciones de noviazgo (ENVINOV). México, 2007.

Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

Diario Oficial de la Federación Nación, publicada el 1 de febrero de 2007. México.

Virginidad

Convencionalmente se entiende la virginidad como la situación de una

persona que no ha tenido relaciones sexuales con penetración; es decir,

que no ha efectuado el coito.

145

En América Latina y el Caribe, personas de ambos géneros continúan

asociando el hecho de perder la virginidad con la reducción del valor de

las mujeres. Lo anterior implica una situación absurda e injusta: se

desvaloriza a la persona y se cosifica su cuerpo, considerando buena mujer a quien no ha tenido relaciones sexuales anteriores a su actual

vínculo de pareja, aceptando implícitamente que quien ya las tuvo dejó

de ser buena y confiable, su cuerpo ya no es puro y por ende está a la

disposición de cualquiera. En cambio, en el hombre, la condición de no ser virgen se considera como de masculinidad hegemónica, lo que le

garantiza estatus y poder social.

Las razones para que esto ocurra están vinculadas históricamente con aspectos socioeconómicos tales como que en el pasado remoto, luego

de la instauración de la propiedad privada, se requería garantizar la

monogamia femenina y asegurarse de que el primogénito era de un

hombre en particular, para que, en aras de la tradición del mayorazgo, ese varón pudiera heredarle al primogénito los bienes materiales.

Todavía en la actualidad, subsisten estas ideas disfrazadas con

elementos de honor y moralidad que tienden, cada vez menos, a

apuntalar la hegemonía machista.

Algunos autores plantean que la virginidad no es una condición

anatómica identificable, pues es imposible, de hecho, certificar que

alguien haya tenido o no relaciones sexuales con penetración, además

de que no es posible dotar de valor a una persona por la real o supuesta integridad de un reborde membranoso, un simple vestigio embrionario

(no siempre existente) conocido como himen.

El personal de salud y los docentes habrán de desmitificar el término, subrayando en todo momento que el valor de las mujeres y los

hombres no se relaciona con el hecho de haber tenido o no relaciones

sexuales.

Bibliografía

CHÁVEZ LANZ, OSCAR. Disertación sobre la virginidad. México, 2000.

Documento no publicado.

FERNÁNDEZ DE CASTRO, CHIMO. La otra historia de la sexualidad. Ediciones

Roca. Barcelona, 1990. VIEYRA RAMÍREZ, I. y OSCAR CHÁVEZ LANZ. Encuesta a más de 350 mujeres

sobre el sangrado en la primera relación coital. México, 2004.

Documento no publicado

146

Virus de inmunodeficiencia humana (VIH)

El virus de la inmunodeficiencia humana, o VIH, es el causante del

síndrome de inmunodeficiencia adquirida, o sida. Se han identificado dos

tipos: el VIH-1 y el VIH-2. El primero es causa la mayoría de las infecciones por este virus en todo el mundo, mientras que el segundo

está presente sobre todo en África Occidental.

El VIH pertenece a la familia de los retrovirus, que tienen como característica común que su material genético es el ácido ribonucleico o

ARN El VIH introduce su ARN en el ácido desoxirribonucleico, o ADN, de

la célula huésped, impidiéndole al mismo tiempo cumplir con sus

funciones naturales.

El virus de inmunodeficiencia humana sólo puede ingresar al torrente

sanguíneo, si se conjugan tres condiciones: i) que el virus este presente

–lo que no podemos saber a simple vista pero que debemos considerar

siempre; ii) que exista un fluido que lo transporte –como sangre, semen, líquido pre-eyaculatorio, fluidos vaginales y leche materna; iii)

que el fluido entre en contacto directo con un punto de entrada –como

sólo pueden ser las mucosas (ojos, boca, ano, pene o vagina) o una

herida en el cuerpo.

Por lo tanto, de presentarse las tres condiciones antes descritas, la

transmisión del virus puede ocurrir por vía sanguínea, por transfusión o

al compartir jeringas u objetos punzo cortantes que hayan estado en contacto con fluidos infectados; por tener relaciones sexuales orales,

vaginales o anales, sin protección; o por transmisión materno infantil

(TMI), de la madre a su hijo, durante el embarazo, el parto o la

lactancia.

El personal de salud y los docentes deben mantenerse informados

de las formas de transmisión y de las condiciones necesarias para que

una práctica se considere de riesgo para contraer el VIH. Igualmente, es

necesario que den a conocer las formas de protección que existen para cada una de las vías mencionadas y su eficacia en la prevención de la

infección por este virus.

Bibliografía

CENTRO DE CONTROL DE ENFERMEDADES DE ATLANTA, CDC. Información básica

sobre VIH/SIDA. Disponible en:

http://www.cdc.gov/hiv/spanish/topics/basic/index.htm

147

InfoSIDA. Glosario de VIH/SIDA, 6ª edición, diciembre, 2008. Disponible

en www.aidinfo.nih.gov/contentsfiles/spanishglosary_sp.pdf.

Virus del papiloma humano (VPH)

Este virus produce una infección que se transmite a través del contacto

sexual; pertenece a un grupo mayor de los cuales se han identificado

más de 100 tipos, la mayoría benignos. Los del tipo 16 y 18, sin embargo, son los causantes del cáncer cérvico-uterino. El virus del

papiloma humano produce infecciones cutáneas y afecta también las

mucosas del tracto oral (boca y garganta), respiratorio y anogenital. Es

altamente recomendable la realización de pruebas de diagnóstico que permitan identificar el virus, como pueden ser el Papanicolaou y la

colposcopía. En la actualidad, existen diversos tratamientos con los que

es posible controlar el virus.

El personal de salud y los docentes deben capacitarse acerca de las implicaciones y riesgos que represente para las mujeres este virus, y

sobre la responsabilidad de los hombres en su transmisión. De ahí la

importancia de fomentar una cultura de la prevención que incluya una

educación sexual integral que permita tomar decisiones libres, responsables e informadas.

Bibliografía

CASANOVA, GERARDO, FEDERICO ORTIZ y JESÚS REYNA. Infecciones de

transmisión sexual. Alfil. México, 2004.

CENTERS FOR DISEASE CONTROL. Cáncer de cuello uterino. División de

Prevención y Control del Cáncer, Centro Nacional para la

Prevención de Enfermedades Crónicas y de Prevención de la Salud. CDC en español. Disponible en:

http://www.cdc.gov/spanish/cancer/cervical

FERNÁNDEZ SANDÍ, MAURO y JORGE GILBERTO SOTO PÉREZ. Guía sobre el virus

del papiloma humano, Demac, México, 2008. INSTITUTO NACIONAL DE SALUD PÚBLICA. Importancia de la prueba del

Papanicolaou en la detección oportuna de cáncer. Disponible en:

http://www.insp.mx/Portal/cuidados_salud

SHIBLEY HYDE, JANET y JOHN DELAMATER. Sexualidad humana. McGraw Hill. México, 2006.

148

Vulva

Nombre colectivo que se da a los órganos sexuales externos de la

mujer. Incluyen el monte de Venus, los labios mayores y menores, el

clítoris y la entrada de la vagina o vestíbulo.

El monte de Venus está compuesto por tejido graso que se encuentra

por debajo de la piel sobre el pubis; esta zona está cubierta por vello

ensortijado y áspero. La región alberga ciertas terminaciones nerviosas que al ser estimuladas por el peso, presión o condiciones similares,

puede provocar excitación sexual. Desde este promontorio parten dos

pliegues longitudinales de piel que tienen pelos, los cuales corren

lateralmente y forman los bordes externos de la vulva.

Los labios mayores son los dos pliegues de piel ya descritos que rodean

a la hendidura vulvar. Sus bordes internos contienen folículos sebáceos

y glándulas sudoríparas; carecen de pelo.

Los labios menores –muy vasculzarizados, muy inervados y con

abundantes glándulas sebáceas- son también dos pliegues

longitudinales localizados al interior de los labios mayores. Estos

pequeños labios constituyen los bordes laterales e inferiores del vestíbulo; se fusionan en la cima para formar el prepucio y rodear al

clítoris.

El clítoris es una pequeña estructura cilíndrica eréctil situada encima del vestíbulo y en el borde inferior del pubis. Contiene dos cuerpos

cavernosos (estructuras esponjosas y eréctiles). Con la estimulación de

estos cuerpos pueden ingurgitarse con sangre y volverse eréctiles.

Habitualmente, el clítoris mide menos de 2,5 cm. Pero al ser estimulado

sexualmente puede agrandarse considerablemente hasta doblar su tamaño en estado fláccido, aumentando en especial el diámetro de su

diáfisis.

EI vestíbulo es la región como hendidura rodeada por los labios menores. Alberga la abertura de la vagina y de la uretra. Esta zona es

igualmente rica en terminaciones nerviosas y vasos sanguíneos, y

responde muy intensamente a una estimulación adecuada. EI meato

uretral está situado a la mitad de la distancia entre el clítoris y la vagina; siendo la abertura del conducto uretral permite la salida de la

orina de la vejiga al exterior. Las glándulas vestibulares mayores, o

glándulas de Bartholin, se localizan a cada lado del orificio vaginal.

149

El personal de salud y los docentes deberán conocer y difundir las

características de la vulva a fin de que sus clientes y alumnos conozcan

la importancia erótica de esta zona y el placer que genera como fuente

de salud emocional y orgánica, así como promover en las mujeres el autocuidado y auto-conocimiento de su cuerpo.

Bibliografía

KATCHADOURIAN, H.A. y LUNDE, D.T. Las bases de la sexualidad humana.

Compañía Editorial Continental. México, 1979.

Zonas erógenas

Partes del cuerpo más sensibles a la estimulación erótica que varían de

persona a persona, ya que son producto de relacionar subjetivamente

las sensaciones placenteras con las experiencias. En la delimitación de estas zonas están presentes también aspectos sociales y culturales

relativos a la forma de concebir el cuerpo masculino y femenino. Se dice

que la zona erógena más importante es la piel.

Por mucho tiempo se pensó que la estimulación sexual se concentraba

en los genitales, debido a la gran cantidad de terminaciones nerviosas

con que cuentan. Ejemplos de este tipo de zonas en los hombres son el

glande, el pene y el perineo; en la mujer está la vulva, particularmente el clítoris. Sin embargo, existen otras partes del cuerpo que son

sensibles a los estímulos.

El personal de salud y los docentes se deberán informar a las

personas sobre la importancia de reconocer su cuerpo con naturalidad, saber cuáles partes son más sensibles y dar a conocer a la pareja qué le

es placentero y qué no, a fin de mejorar la comunicación, dando así un

valor positivo a la sexualidad.

Bibliografía

BARRIOS MARTÍNEZ, DAVID. En las alas del placer. Pax-México. México,

2005. CORONA, ESTHER. ¡Hablemos de salud sexual! Manual para Profesionales

de Atención Primaria de la Salud. Información, herramientas

educativas y recursos. Organización Panamericana de la Salud,

México, 2000.

150

KOMISARUK, BARRY, CARLOS BEYER-FLORES y BEVERLY WHIPPLE. La ciencia del

orgasmo. La naturaleza humana y los mecanismos del placer.

Paidós. México, 2008.