VIAJE DEL PAPA FRANCISCO A POLONIA PARA LA JORNADA …...a lo largo de su dilatada historia, con la...

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VIAJE DEL PAPA FRANCISCO A POLONIA VIAJE DEL PAPA FRANCISCO A POLONIA PARA LA JORNADA MUNDIAL PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD DE LA JUVENTUD CRACOVIA 27 A 31 DE JULIO DE 2016 CRACOVIA 27 A 31 DE JULIO DE 2016

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  • VIAJE DEL PAPA FRANCISCO A POLONIAVIAJE DEL PAPA FRANCISCO A POLONIAPARA LA JORNADA MUNDIAL PARA LA JORNADA MUNDIAL

    DE LA JUVENTUDDE LA JUVENTUDCRACOVIA 27 A 31 DE JULIO DE 2016CRACOVIA 27 A 31 DE JULIO DE 2016

  • 1. ENCUENTRO CON LAS AUTORIDADES, 1. ENCUENTRO CON LAS AUTORIDADES, LA SOCIEDAD CIVIL Y EL CUERPO DIPLOMÁTICOLA SOCIEDAD CIVIL Y EL CUERPO DIPLOMÁTICO

    CRACOVIA, PATIO DE HONOR DEL CASTILLO DE WAWELCRACOVIA, PATIO DE HONOR DEL CASTILLO DE WAWEL27 DE JULIO DE 201627 DE JULIO DE 2016

    Señor Presidente,Distinguidas autoridades,Miembros del Cuerpo Diplomático,Rectores Magníficos,Señoras y señores:

    Saludo con deferencia al Señor Presidente y le agradezco lagenerosa acogida y sus amables palabras. Me es grato saludar a losdistinguidos miembros del Gobierno y del Parlamento, a los

  • Rectores universitarios, a las autoridades regionales y municipales,así como a los miembros del Cuerpo Diplomático y demásautoridades presentes. Es la primera vez que visito la Europacentro-oriental y me alegra comenzar por Polonia, que ha tenidoentre sus hijos al inolvidable san Juan Pablo II, creador y promotorde las Jornadas Mundiales de la Juventud. A él le gustaba hablarde una Europa que respira con dos pulmones: el sueño de un nuevohumanismo europeo está animado por el aliento creativo yarmonioso de estos dos pulmones y por la civilización común quetiene sus raíces más sólidas en el cristianismo.

    El pueblo polaco se caracteriza por la memoria. Siempre me haimpresionado el agudo sentido de la historia del Papa Juan PabloII. Cuando hablaba de los pueblos, partía de su historia pararesaltar sus tesoros de humanidad y espiritualidad. La concienciade identidad, libre de complejos de superioridad, es esencial paraorganizar una comunidad nacional basada en su patrimoniohumano, social, político, económico y religioso, para inspirar a lasociedad y la cultura, manteniéndolas fiel a la tradición y, almismo tiempo, abiertas a la renovación y al futuro. En estaperspectiva, han celebrado recientemente el 1050 aniversario delBautismo de Polonia. Ha sido ciertamente un momento intenso deunidad nacional, confirmando cómo la concordia, aun en ladiversidad de opiniones, es el camino seguro para lograr el biencomún de todo el pueblo polaco.

    También la cooperación fructífera en el ámbito internacional y laconsideración recíproca maduran mediante la toma de concienciay el respeto de la identidad propia y de los demás. No puede haberdiálogo si cada uno no parte de su propia identidad. En la vidacotidiana de cada persona, como en la de cada sociedad, hay, sinembargo, dos tipos de memoria: la buena y la mala, la positiva yla negativa. La memoria buena es la que nos muestra la Biblia enel Magnificat, el cántico de María que alaba al Señor y su obra desalvación. En cambio, la memoria negativa es la que fijaobsesivamente la atención de la mente y del corazón en el mal,sobre todo el cometido por otros. Al mirar vuestra historiareciente, doy gracias a Dios porque habéis sabido hacer prevalecer

  • la memoria buena: por ejemplo, celebrando los 50 años del perdónofrecido y recibido recíprocamente entre el episcopado polaco y elalemán tras la Segunda Guerra Mundial. La iniciativa, que implicóinicialmente a las comunidades eclesiales, desencadenó tambiénun proceso social, político, cultural y religioso irreversible,cambiando la historia de las relaciones entre los dos pueblos. Eneste sentido, recordemos también la Declaración conjunta entre laIglesia Católica en Polonia y la ortodoxa de Moscú: un gesto quedio inicio a un proceso de acercamiento y hermandad, no sóloentre las dos Iglesias, sino también entre los dos pueblos.

    La noble nación polaca muestra así cómo se puede hacer crecer lamemoria buena y dejar de lado la mala. Para esto se requiere unafirme esperanza y confianza en Aquel que guía los destinos de lospueblos, abre las puertas cerradas, convierte las dificultades enoportunidades y crea nuevos escenarios allí donde parecíaimposible. Lo atestiguan precisamente las vicisitudes históricas dePolonia: después de la tormenta y de la oscuridad, vuestro pueblo,recobrada ya su dignidad, ha podido cantar, como los israelitas alregresar de Babilonia: «Nos parecía soñar: [...] Nuestra boca sellenaba de risas, la lengua de cantares» (Sal 126,1-2). El serconscientes del camino recorrido, y la alegría por las metaslogradas, dan fuerza y serenidad para afrontar los retos delmomento, que requieren el valor de la verdad y un constantecompromiso ético, para que los procesos decisionales y operativos,así como las relaciones humanas, sean siempre respetuosos de ladignidad de la persona. Todas las actividades están implicadas: laeconomía, la relación con el medio ambiente y el modo mismo degestionar el complejo fenómeno de la emigración.

    Esto último requiere un suplemento de sabiduría y misericordiapara superar los temores y hacer el mayor bien posible. Se han deidentificar las causas de la emigración en Polonia, dandofacilidades a los que desean regresar. Al mismo tiempo, hace faltadisponibilidad para acoger a los que huyen de las guerras y delhambre; solidaridad con los que están privados de sus derechosfundamentales, incluido el de profesar libremente y con seguridadla propia fe. También se deben solicitar colaboraciones y sinergias

  • internacionales para encontrar soluciones a los conflictos y lasguerras, que obligan a muchas personas a abandonar sus hogares ysu patria. Se trata, pues, de hacer todo lo posible por aliviar sussufrimientos, sin cansarse de trabajar con inteligencia ycontinuidad por la justicia y la paz, dando testimonio con loshechos de los valores humanos y cristianos.

    A la luz de su historia milenaria, invito a la nación polaca a mirarcon esperanza hacia el futuro y a las cuestiones que ha deafrontar. Esta actitud favorece un clima de respeto entre todos loscomponentes de la sociedad, y un diálogo constructivo entre lasdiferentes posiciones; además, crea mejores condiciones para uncrecimiento civil, económico e incluso demográfico, fomentandola confianza de ofrecer una buena vida a sus hijos. En efecto, ellosno sólo deberán afrontar problemas, sino que disfrutarán de labelleza de la creación, del bien que podamos hacer y difundir, dela esperanza que sepamos infundirles. De este modo, serán aúnmás eficaces las políticas sociales en favor de la familia, el primery fundamental núcleo de la sociedad, para apoyar a las másdébiles y las más pobres, y ayudarlas en la acogida responsable dela vida. La vida siempre ha de ser acogida y protegida —ambascosas juntas: acogida y protegida— desde la concepción hasta lamuerte natural, y todos estamos llamados a respetarla y cuidarla.Por otro lado, es responsabilidad del Estado, de la Iglesia y de lasociedad acompañar y ayudar concretamente quienquiera que seencuentre en situación de grave dificultad, para que nunca sientaa un hijo como una carga, sino como un don, y no se abandone alas personas más vulnerables y más pobres.

    Señor Presidente, la nación polaca puede contar, como ha ocurridoa lo largo de su dilatada historia, con la colaboración de la IglesiaCatólica, para que, a la luz de los principios cristianos que haninspirado y forjado la historia y la identidad de Polonia, sepaavanzar en su camino en las nuevas condiciones históricas, fiel asus mejores tradiciones y llenos de confianza y esperanza, inclusoen los momentos más difíciles.

    Le renuevo mi agradecimiento y expreso, a usted y a todos los

  • presentes, mis mejores deseos de un sereno y provechoso servicioal bien común.

    Que Nuestra Señora de Częstochowa bendiga y proteja a Polonia.

  • 2. ENCUENTRO CON LOS OBISPOS DE POLACOS2. ENCUENTRO CON LOS OBISPOS DE POLACOSCatedral de CracoviaCatedral de Cracovia

    Miércoles 27 de julio de 2016Miércoles 27 de julio de 2016

    PAPA FRANCISCO:

    Antes de comenzar el diálogo con las preguntas que habéispreparado, quisiera cumplir una obra de misericordia con todosvosotros, y sugerir otra. Sé que en estos días, con la Jornada de laJuventud, muchos habéis estado muy ocupados y no habéis podidoasistir a las exequias del querido Mons. Zimowski. Dar sepultura alos difuntos es una obra de caridad, y quisiera que ahora, todosjuntos, rezáramos una oración por Mons. Zygmund Zimowski, y queesta sea una verdadera manifestación de caridad fraterna: darsepultura a un hermano que ha muerto. Pater noster… Ave Maria…Gloria Patri… Requiem aeternam…

    Y después, quisiera sugerir otra obra de misericordia. Sé que estáispreocupados por esto: nuestro querido cardenal Macharski, queestá muy enfermo... Al menos acercarse, porque creo que no sepuede entrar donde se encuentra, en estado de inconsciencia,pero al menos acercarse a la clínica, al hospital, y tocar el murocomo diciendo: «Hermano, estoy contigo». Visitar a los enfermos

  • es otra obra de misericordia, Yo también iré. Gracias. Y, ahora, alguno de vosotros ha preparado las preguntas, almenos, las han hecho llegar. Estoy a vuestra disposición.

    MONS. MAREK JĘDRASZEWSKI:

    Santo Padre, parece que los fieles de la Iglesia católica, y engeneral todos los cristianos en Europa occidental, se vanencontrando cada vez más en minoría en el ámbito de una culturacontemporánea ateo-liberal. En Polonia asistimos a unaconfrontación profunda, a una lucha enorme entre la fe en Dios,por un lado y, por el otro, un pensamiento y unos estilos de vidacomo si Dios no existiera. Según usted, Santo Padre, ¿quéactuaciones pastorales debería emprender la Iglesia católica ennuestro país para que el pueblo polaco permanezca fiel a su yamás que milenaria tradición cristiana? Gracias.

    PAPA FRANCISCO:

    Excelencia, ¿usted es obispo de...?

    MONS. MAREK JĘDRASZEWSKI:

    De Łodź, donde ha comenzado el camino de santa Faustina,porque precisamente allí ha oído la llamada de Cristo para ir aVarsovia y hacerse monja, justamente en Łodź. La historia de suvida comenzó en mi ciudad.

    PAPA FRANCISCO:

    Usted es un privilegiado.

    Es verdad, la descristianización, la secularización del mundomoderno es fuerte. Muy fuerte. Pero alguno dice: Sí, es fuerte,pero se ven fenómenos de religiosidad, como si el sentido religiosose despertara. Y esto puede ser también un peligro. Creo quenosotros, en este mundo tan secularizado, corremos también otropeligro, el de la espiritualización gnóstica: esta secularización nos

  • da la posibilidad de hacer crecer una vida espiritual un pocognóstica. Recordemos que ha sido la primera herejía de la Iglesia:El apóstol san Juan ataca a los gnósticos ―y ¡con qué fuerza! enlos que hay una espiritualidad subjetiva, sin Cristo. El problemamás grave, para mí, de esta secularización es la descristianización:quitar a Cristo, quitar al Hijo. Yo rezo, escucho… y nada más. Estoes gnosticismo. Hay otra herejía también de moda en estemomento, pero la dejo de lado porque su pregunta, Excelencia, vaen esta dirección. Existe también un pelagianismo, pero esta ladejamos a parte, para hablar sobre ella en otro momento.Encontrar a Dios sin Cristo: un Dios sin Cristo, un pueblo sinIglesia. ¿Por qué? Porque la Iglesia es la madre, es aquella que teda la vida, y Cristo es el hermano mayor, el Hijo del Padre, quehace referencia al Padre, que es quien te revela el nombre delPadre. Una Iglesia huérfana: el gnosticismo de hoy, puesto que esprecisamente una descristianización, sin Cristo, nos lleva a unaIglesia, mejor dicho, a unos cristianos, a un pueblo huérfano. Y nodebemos hacer sentir esto a nuestro pueblo.

    ¿Qué os aconsejaría yo? Me viene a la mente ―pero creo que es lapráctica del Evangelio, donde está precisamente la enseñanza delSeñor― la cercanía. Hoy, nosotros siervos del Señor ―obispos,sacerdotes, consagrados, laicos convencidos―, debemos sercercanos al Pueblo de Dios. Sin cercanía hay solamente palabra sincarne. Pensemos ―a mí me gusta pensar esto― a los dos pilares delEvangelio. ¿Cuáles son los dos pilares del Evangelio? LasBienaventuranzas, y también Mateo 25, el «protocolo» con el cualtodos nosotros seremos juzgados. Concreción. Cercanía. Tocar. Lasobras de misericordia, bien sean corporales o espirituales. «Perousted dice estas cosas porque está de moda hablar de lamisericordia este año…». No. Es el Evangelio. El Evangelio, obrasde misericordia. Está aquel herético, o ateo samaritano que seconmueve y hace lo que debe hacer, incluso arriesgando su dinero.Tocar. Está Jesús que estaba siempre con la gente, o con el Padre.O en oración solo con el Padre, o entre la gente, allí, con losdiscípulos. Cercanía. Tocar. Es la vida de Jesús… cuando él seconmovió a las puertas de la ciudad de Naín (cf. Lc 7,11-17), seconmovió, fue y tocó el ataúd diciendo: «No llores…». Cercanía. Y

  • la cercanía es tocar la carne sufriente de Cristo. Y la Iglesia, lagloria de la Iglesia, son los mártires, ciertamente, pero sontambién muchos hombres y mujeres que han dejado todo y hanpasado sus vidas en los hospitales, en las escuelas, con los niños,con los enfermos… Recuerdo que, en Centroáfrica, una religiosa,tenía 83/84 años, delgada, buena, con una niña… vino asaludarme: «Yo no soy de aquí, soy de la otra parte del río, delCongo, pero cada vez, una vez a la semana, vengo aquí a comprar,porque los precios son más convenientes». Me dijo la edad: 83/84años. «Estoy aquí desde hace 23 años: soy enfermera obstétrica,he ayudado a nacer dos o tres mil niños…» ―«Ah… ¿y viene aquísola»? ―«Sí, sí, venimos en canoa…». ¡Con 83 años! Con la canoatardaba una hora y llegaba. Esta mujer ―y como ella tantas otras―han dejado su país ―es italiana, de Brescia― han dejado su paíspara tocar la carne de Cristo. Si nosotros vamos a estos países demisión, a la Amazonia, a América Latina, en los cementeriosencontraremos las tumbas de tantos hombres y mujeres religiososmuertos jóvenes, porque no tenían los anticuerpos para lasenfermedades de aquella tierra, y morían jóvenes. Las obras demisericordia: tocar, enseñar, consolar, «perder el tiempo». Perderel tiempo. Me ha gustado mucho, una vez, un señor que fue aconfesarse y estaba en una situación que no podía recibir laabsolución. Fue con un poco de miedo, porque había sidorechazado algunas veces: «No, no,… vete». El sacerdote loescuchó, le explicó la situación y le dijo: «Pero tú, tú reza. Dios teama. Yo te daré la bendición, pero tú regresa, ¿me lo prometes?».Este sacerdote, «perdía el tiempo» para atraer este hombre a lossacramentos. Esto se llama cercanía. Y hablando con los obisposde cercanía, yo creo que debo hablar de la cercanía másimportante: cercanía con los sacerdotes. El obispo debe estarsiempre disponible para sus sacerdotes. Cuando estaba enArgentina escuché de los sacerdotes… ―muchas, muchas veces,cuando iba a darles ejercicios, a mí me gustaba dar ejercicios―, yles decía: «Habla con tu obispo sobre esto…» ―«Pero no, yo lo hellamado, la secretaria me dice: no, está muy, muy ocupado, perote recibirá en tres meses». Este sacerdote se siente huérfano, sinpadre, sin cercanía, y comienza a venirse abajo. Un obispo que veen el folio de las llamadas, por la tarde, cuando vuelve, la llamada

  • de un sacerdote, esa tarde o al día siguiente debe llamarleinmediatamente. «Sí, estoy ocupado, ¿pero es urgente?» ―«No,no, pero pongámonos de acuerdo…». Que el sacerdote sienta quetiene un padre. Si nosotros retiramos la paternidad a lossacerdotes, no podemos pedirles que sean padres. Así el sentidode la paternidad de Dios se aleja. La obra del Hijo es tocar lasmiserias humanas: espirituales y corporales. La cercanía. La obradel Padre: ser padre, ser obispo-padre.

    Después, los jóvenes, porque se debe hablar de los jóvenes enestos días. Los jóvenes son «aburridos» porque vienen a decirsiempre las mismas cosas, o decir «yo lo pienso así…», o también«la Iglesia debería…», y se necesita paciencia con los jóvenes.Cuando yo era un muchacho, conocí algunos sacerdotes: era en untiempo en el que el confesionario era más frecuentado que ahora,pasaban horas escuchando, o los recibían en el despachoparroquial, para escuchar las mismas cosas… pero con paciencia. Ydespués, llevar a los jóvenes al campo, a la montaña… Pero pensaden san Juan Pablo II, ¿qué hacía él con los universitarios? Sí,enseñaba, pero después se iba con ellos a la montaña. Cercanía.Los escuchaba. Estaba con los jóvenes…

    Y una última cosa quisiera subrayar, porque creo que el Señor melo pide: los abuelos. Vosotros, que habéis sufrido el comunismo, elateísmo, lo sabéis: han sido los abuelos, las abuelas quienes hansalvado y transmitido la fe. Los abuelos tienen la memoria de unpueblo, tienen la memoria de la fe, la memoria de la Iglesia. Nodescartéis a los abuelos. En esta cultura del descarte, queprecisamente está descristianizada, se descarta lo que no sirve, loque no funciona. No, los abuelos son la memoria del pueblo, son lamemoria de la fe. Y poner en relación a los jóvenes con losabuelos: también esto es cercanía. Ser cercanos y crear cercanía.Respondería así a esta pregunta. No existen recetas, pero tenemosque bajar a la realidad. Si esperamos que suene la llamada o quellamen a la puerta… No. Debemos salir a buscar, como el pastorque va a buscar a los descarriados. No sé, me viene esto.Simplemente.

  • MONS. SŁAWOJ LESZEK GŁÓDŹ (ARZOBISPO DE GDANSK):

    Querido Papa Francisco, nos sentimos especialmente agradecidosde que el Papa Francisco haya profundizado la enseñanza sobre lamisericordia que san Juan Pablo II inició aquí en Cracovia. Todossabemos que vivimos en un mundo dominado por la injusticia: losmás ricos se hacen aún más ricos, y los pobres, más pobres; hayterrorismo, hay una ética y una moralidad liberales, sin Dios… Mipregunta es: ¿Cómo aplicar la enseñanza sobre la misericordia y,sobre todo, a quién? El Santo Padre ha promovido una medicinaque se llama «misericordina», que he adquirido: gracias porhaberla promovido…

    PAPA FRANCISCO:

    ...Pero ahora viene la «misericordina plus»: es más fuerte.

    MONS. SŁAWOJ LESZEK GŁÓDŹ:

    Sí, gracias por ese «plus». Nosotros tenemos el programa «plus»,promovido también por el gobierno en favor de las familiasnumerosas. Este «plus» está de moda, ¿para quién y sobre todo,cómo? ¿Quién tendría que ser en primer lugar objeto de nuestraenseñanza sobre la misericordia? Gracias.

    PAPA FRANCISCO:

    Gracias. Esto de la misericordia no es algo que se me hayaocurrido a mí. Es un proceso. Si nos fijamos, ya el beato Pablo VIse refirió a la misericordia. Luego, san Juan Pablo II ha sido elgigante de la misericordia con la Encíclica Dives in misericordia, lacanonización de santa Faustina y, después, la octava de Pascua;murió la vigilia de ese día. Es un proceso que lleva años en laIglesia. Se ve que el Señor pedía un despertar en la Iglesia de esaactitud de misericordia entre los fieles. Él es el Misericordioso quetodo perdona. Me llama mucho la atención un capitel medievalque se encuentra en la Basílica de santa María Magdalena deVézelay, en Francia, dónde inicia el Camino de Santiago. En ese

  • capitel está, en una parte, Judas ahorcado, con los ojos abiertos yla lengua fuera; y, en la otra, el Buen Pastor que lo lleva consigo.Y, si nos fijamos con atención, vemos en el rostro del Buen Pastorque sus labios están tristes en una parte, mientras que en la otra,sonríen. La misericordia es un misterio, es un misterio. Es elmisterio de Dios. Me hicieron una entrevista, de la que despuéssalió un libro titulado El nombre de Dios es misericordia, pero esuna expresión periodística; creo que se podría decir que Dios es elPadre misericordioso. Al menos, Jesús nos lo muestra así en elEvangelio. Castiga para convertir. Y luego, están las parábolas dela misericordia y el modo en que él quiso salvarnos… Cuando llególa plenitud de los tiempos, hizo que el Hijo naciera de una mujer:nos salva con la carne, no a partir del miedo, sino de la carne. Eneste proceso de la Iglesia recibimos muchas gracias.

    Y usted ve este mundo enfermo de injusticia, de falta de amor, decorrupción. Esto es verdad, es verdad. Hoy, en el avión, hablandode ese sacerdote octogenario que fue asesinado en Francia,señalaba cómo desde hace tiempo estoy diciendo que el mundoestá en guerra, que estamos viviendo la tercera guerra mundial atrozos. Pensemos en Nigeria... Ideologías sí, pero, ¿cuál es laideología de hoy, la que está justo en el centro y es madre de lascorrupciones, de las guerras? La idolatría del dinero. El hombre yla mujer ya no están en la cima de la creación, allí se ha puesto elídolo dinero; todo se compra y se vende por dinero. En el centro,el dinero. Se explota a la gente. ¿Y la trata de personas hoy? Hasido siempre así, la crueldad. Hablé de este sentimiento a un Jefede gobierno, y me dijo: «La crueldad ha existido siempre. Elproblema es que ahora la vemos en televisión, se ha acercado anuestra vida». Pero es siempre esa crueldad. Matar por dinero.Explotar a la gente, exprimir la creación. Un Jefe de gobiernoafricano, elegido hace poco, me dijo en una audiencia conmigo:«Lo primero que hice en el gobierno fue reforestar el país, quehabía sido deforestado y arrasado». No cuidamos la creación. Y esosignifica más pobres, más corrupción. Y qué decir cuando el 80%―más o menos, mirad bien las estadísticas, y si no es el 80, será el82 o el 78― de las riquezas está en manos del 20% de la gente.«Padre no hable así, que usted es comunista». No, no, son

  • estadísticas. Y ¿quién paga eso? Lo paga la gente, el Pueblo deDios: las muchachas explotadas, los jóvenes sin trabajo. En Italia,de los 25 años para abajo, el 40% no tiene trabajo; en España, el50%; en Croacia, el 47%. ¿Y por qué? Porque hay una economíalíquida, que favorece la corrupción. Me comentaba escandalizadoun buen católico, que había ido donde un amigo empresario que ledijo: «Te voy a enseñar cómo gano veinte mil dólares sin movermede mi casa». Con el ordenador, desde California, compró no sé quécosa, y se la vendió a China. En veinte minutos, en menos deveinte minutos, había ganado esos veinte mil dólares. Todo eslíquido. Los jóvenes no tienen la cultura del trabajo, porque notienen trabajo. La tierra está muerta porque ha sido explotada sinsabiduría. Y así vamos. ¿Por qué se sobrecalienta el mundo? Porquetenemos que ganar. La ganancia. «Hemos caído en la idolatría deldinero». Me lo dijo un Embajador cuando vino a presentar lasCredenciales. Es una idolatría.

    La Divina Misericordia es el testimonio, el testimonio de muchagente, de muchos hombres y mujeres, laicos, jóvenes, que seponen manos a la obra. En Italia, por ejemplo, el cooperativismo.Sí, hay algunos que se pasan de listos; pero se hace siempre elbien, se hacen cosas buenas. Luego, las instituciones para curar alos enfermos, organizaciones fuertes y dinámicas. Ir por esecamino, trabajar para que la dignidad humana crezca. Pero escierto lo que usted dice. Vivimos un analfabetismo religioso, hastael punto de que en algunos santuarios del mundo las cosas seconfunden: se va para rezar, hay tiendas donde se compranartículos de piedad, rosarios, y algunas venden objetos desuperstición, porque se busca la salvación en la superstición, en elanalfabetismo religioso, en ese relativismo que confunde una cosacon otra. Y es ahí donde se necesita la catequesis, la catequesis devida. Catequesis que no consiste sólo en dar nociones, sino enacompañar en el camino. Acompañar es una de las actitudes másimportantes. Acompañar el crecimiento de la fe. Es un trabajogrande, y los jóvenes esperan esto. Los jóvenes lo esperan. «Sí,pero si yo comienzo a hablar, se aburren». Entonces, ponles unatarea. Diles que durante sus vacaciones vayan 15 días a ayudar aconstruir casas sencillas para los pobres, o a hacer cualquier otra

  • cosa. Que comiencen a sentirse útiles. Y deja caer ahí la semillade Dios. Lentamente. Sólo con palabras, la cosa no funciona. Elanalfabetismo religioso actual hemos de afrontarlo con treslenguajes, con tres lenguas: la lengua de la mente, la lengua delcorazón y la lengua de las manos. Las tres de modo armónico.

    No sé… estoy hablando demasiado. Son ideas que les doy. Ustedes,con su prudencia, sabrán qué hacer. Pero siempre con una Iglesiaen salida. Una vez me atreví a decir que en el Apocalipsis estáaquel versículo que dice «Estoy de pie a la puerta y llamo» (3,20);el Señor llama a la puerta, pero me pregunto cuántas veces llamaél a la puerta, pero desde dentro, para que le abramos y puedasalir con nosotros a llevar el Evangelio afuera. No encerrados, sinoafuera. Salir, salir. Gracias.

    MONS. LESZEK LESKKIEWICZ (OBISPO AUXILIAR DE TARNÓW):

    Santo Padre, nuestra labor pastoral se basa sobre todo en elmodelo tradicional de comunidad parroquial, configurada por lavida sacramental. Un modelo que aquí sigue dando frutos. Sinembargo, nos damos cuenta de que también aquí, entre nosotros,las condiciones y las circunstancias de la vida cotidiana cambianrápidamente y exigen de la Iglesia nuevas formas pastorales. LosPastores y los fieles se parecen un poco a aquellos discípulos que,escuchando, hacen muchas cosas, pero que no siempre sabenaprovechar el dinamismo misionero interior y exterior de lascomunidades eclesiales. Santo Padre, usted, en la Evangeliigaudium, habla de discípulos misioneros que llevan conentusiasmo la Buena Noticia al mundo de hoy. ¿En qué nos anima?¿En qué nos anima para que podamos construir de manerafructífera, fecunda, gozosa y con dinamismo misionero lacomunidad de la Iglesia en nuestro mundo?

    PAPA FRANCISCO:

    Gracias. Quisiera subrayar una cosa: la parroquia es siempreválida. La parroquia debe permanecer: es una estructura que nodebemos tirar por la borda. La parroquia es precisamente la casa

  • del Pueblo de Dios, esa donde vive. El problema está en cómo laoriento. Hay parroquias con secretarias parroquiales que parecen«discípulas de satanás», que espantan a la gente. Parroquias conlas puertas cerradas. Pero hay también parroquias con las puertasabiertas, parroquias donde, cuando viene alguien a preguntar, sedice: «Sí, sí…, se acomode. ¿Cuál es el problema?». Y se escuchacon paciencia, porque cuidar del Pueblo de Dios es fatigoso, esfatigoso. Un buen profesor universitario, un jesuita que conocí enBuenos Aires, cuando se jubiló pidió al Provincial ir como párroco aun barrio para realizar esta otra experiencia. Una vez a la semanavenía a la Facultad —dependía de esa comunidad— y un día medice: «Di a tu profesor de eclesiología que en su tratado faltan dostesis» —¿cuáles?— «La primera: el Pueblo santo de Dios esesencialmente fatigoso. Y la segunda: el Pueblo santo de Dios,ontológicamente, hace lo que le parece mejor. Y esto cansa». Hoy,ser párroco es fatigoso: llevar adelante una parroquia es cansado,en este mundo de hoy con tantos problemas. El Señor nos hallamado para que nos cansemos un poquito, para trabajar y nopara descansar. La parroquia cansa cuando está bien planteada. Larenovación de la parroquia es una de las cosas que los obisposdeben vigilar siempre: ¿Cómo funciona esta parroquia? ¿Qué haces?¿Cómo va la catequesis? ¿Cómo la enseñas? ¿Está abierta? Y asímuchas cosas. Pienso en una parroquia en Buenos Aires; cuando losnovios llegaban: «Nosotros quisiéramos casarnos aquí». «Sí, —decíala secretaria—, estos son los precios». Esto no funciona, así unaparroquia no funciona. ¿Cómo se acogen a las personas? ¿Cómo selas escucha? ¿Hay alguien siempre en el confesionario? En lasparroquias —no las de barrios pequeños, sino las que están en elcentro, en las grandes avenidas—, si hay un confesionario con laluz encendida, la gente va siempre. Siempre. Una parroquiaacogedora. Nosotros, obispos, debemos preguntar esto a lossacerdotes: «¿Cómo va tu parroquia? Y tú, ¿sales? ¿Visitas a losencarcelados, a los enfermos, a las ancianas? Y ¿qué haces con losniños? ¿Cómo los haces jugar y cómo llevas adelante el oratorio? Esuna de las grandes instituciones parroquiales, al menos en Italia.El oratorio: allí los jóvenes juegan y se habla con ellos, se da unpoco de catequesis. Regresan a casa cansados, contentos y conuna semilla buena. La parroquia es importante. Alguien dice que la

  • parroquia ya no sirve, porque hoy es la hora de los movimientos.Esto no es verdad. Los movimientos ayudan, pero los movimientosno deben ser una alternativa a la parroquia: deben ayudar en laparroquia, llevar adelante la parroquia, como existe laCongregación Mariana, la Acción Católica y tantas realidades.¿Buscar la novedad y cambiar la estructura parroquial? Lo que osdigo podrá parecer quizás una herejía, pero es como lo vivo: creoque sea una cosa análoga a la estructura episcopal, es diferente,pero análoga. La parroquia no se toca: debe permanecer como unpuesto de creatividad, de referencia, de maternidad y todas esascosas. Y actuar en ella esa capacidad inventiva; cuando unaparroquia va adelante así se realiza lo que —a propósito de losdiscípulos misioneros— llamo «parroquia en salida». Por ejemplo,pienso en una parroquia —un ejemplo bonito que después ha sidoimitado por muchos— en un país que no había la costumbre debautizar a los niños, porque no se tenía dinero; pero ante la fiestapatronal, se inician los preparativos 3 o 4 meses antes, con lavisita a las casas y allí se comprueba cuántos niños no estánbautizados. Se prepara a las familias y uno de los actos de la fiestapatronal es el bautizo de 30-40 niños que, de otro modo, habríanquedado sin bautizar. Inventar cosas semejantes. La gente no secasa por la Iglesia. Estoy pensando en una reunión de sacerdotes;uno se levantó y dijo: «¿Has pensado porqué? Dio muchas razonesque nosotros compartimos: la cultura actual, y así sucesivamente.Pero hay un buen grupo de gente que no se casa porque hoycasarse cuesta. Cuesta. Cuesta por todo, la fiesta… Es un actosocial. Y este párroco, que era muy ingenioso, dijo: «Quién quieracasarse, yo lo espero». Porque en Argentina hay dos matrimonios:se debe ir siempre al civil y allí se hace el matrimonio civil, ydespués si se quiere se va al templo de tu religión para casarte.Alguno —muchos— no vienen para casarse porque no tienen dineropara hacer una fiesta grande. Pero los sacerdotes que tienen unpoco de ingenio, dicen: «No, no. Yo te espero». En ese día, en elcivil se casa a las 11:00-12:00-13:00-14:00: ese día no echo lasiesta. Después del matrimonio civil vienen a la iglesia, se casan yvan en paz. Inventar, buscar, salir, buscar a la gente, ponerse enlas dificultades de la gente. Pero una parroquia-oficina hoy nofunciona. La gente no es disciplinada. Vosotros tenéis un pueblo

  • disciplinado, y esta es una gracia de Dios. Pero en general no esdisciplinada. Pienso en mi tierra: la gente, si no vas a buscarla, sino te acercas, no viene. Esto es el discípulo misionero, laparroquia en salida. Salir para buscar, como ha hecho Dios, que haenviado a su Hijo para buscarnos.

    No sé si es una respuesta simplista, pero no tengo otra. No soy unpastoralista iluminado, digo lo que me viene.

    MONS. KRZYSZTOF ZADARKO (OBISPO AUXILIAR DE KOSZALIN-KOŁOBRZEG):

    Santo Padre, uno de los problemas más angustiosos que afronta laEuropa de hoy es la cuestión de los refugiados. ¿Cómo podemosayudarlos, dado que son muy numerosos? Y ¿qué podemos hacerpara superar el miedo de una invasión o agresión, que paraliza atoda la sociedad?

    PAPA FRANCISCO:

    Gracias. El problema de los refugiados. No en todos los tiempos losrefugiados eran como hoy. Decimos emigrantes y refugiados, losconsideramos conjuntamente. Mi papá es un emigrante. Yo decíaal Presidente [de Polonia] que, en la empresa donde él trabajaba,había muchos emigrantes polacos, en la postguerra, cuando yo eraniño y conocí a muchos. Mi tierra es una tierra de emigrantes,todos. Allí no había problemas; eran ciertamente otros tiempos.Hoy, ¿por qué hay tanta emigración? No hablo de la emigración dela propia patria hacia el extranjero: esta es por falta de trabajo.Está claro que van a buscar trabajo fuera. Esto es un problema decasa, que también vosotros tenéis un poco. Hablo de los quevienen a nosotros: huyen de guerras, del hambre. El problema estáallí. Y ¿por qué el problema está allí? Porque en esa tierra hay unaexplotación de la gente, hay una explotación de la tierra, hay unaexplotación para ganar más dinero. Hablando con economistasmundiales, que ven este problema, dicen: debemos invertir enesos países; haciendo inversiones tendrán trabajo y no tendránnecesidad de emigrar. Pero también hay guerras. La guerra de las

  • tribus, algunas guerras ideológicas o algunas guerras artificiales,preparadas por los traficantes de armas, que viven de esto: te danlas armas a ti, que estás contra aquellos; y a aquellos que estáncontra ti. Así viven ellos. La corrupción es verdaderamente elorigen de la emigración. ¿Qué hacer? Creo que cada país debe vercómo y cuándo: no todos los países son iguales; no todos los paísestienen las mismas posibilidades. Pero sí tienen la posibilidad de sergenerosos. Generosos como cristianos. No podemos invertir allí,pero para los que vienen… ¿Cuántos y cómo? No se puede dar unarespuesta universal, porque la acogida depende de la situación decada País y también de la cultura. Pero ciertamente se puedenhacer muchas cosas. Por ejemplo la oración: una vez por semana,la oración ante el Santísimo Sacramento con una oración paraquienes llaman a la puerta de Europa y no logran entrar. Algunos lologran, pero otros no. Después entra uno y emprende un caminoque genera miedo. Hay países que han sabido integrar bien a losemigrantes desde hace años. Han sabido integrarlos bien. En otros,desgraciadamente, se han formado como guetos. Se debe hacertoda una reforma, a nivel mundial, sobre este compromiso, sobrela acogida. De todos modos, es un aspecto relativo: absoluto es elcorazón abierto para acoger. Esto es lo absoluto. Con la oración, laintercesión, hacer lo que puedo. Relativo es el modo cómo lopuedo hacer: no todos lo pueden hacer de la misma manera. Peroel problema es mundial. La explotación de la creación, y laexplotación de las personas. Estamos viviendo un momento deaniquilación del hombre como imagen de Dios.

    Quisiera concluir aquí con este aspecto, porque detrás de esto hayideologías. En Europa, América, América Latina, África, en algunospaíses de Asia, hay verdaderas colonizaciones ideológicas. Y unade estas —lo digo claramente con «nombre y apellido»— es elgender. Hoy a los niños —a los niños— en la escuela se enseña esto:que cada uno puede elegir el sexo. ¿Por qué enseñan esto? Porquelos libros son los de las personas y de las instituciones que dan eldinero. Son las colonizaciones ideológicas, sostenidas también porpaíses muy influyentes. Y esto es terrible. Hablando con PapaBenedicto, que está bien y tiene un pensamiento claro, me decía:«Santidad, esta es la época del pecado contra Dios creador». Es

  • inteligente. Dios ha creado al hombre y a la mujer; Dios ha creadoal mundo así, así, y nosotros estamos haciendo lo contrario. Diosnos dio un estado «inculto» para que nosotros lo transformáramosen cultura; y después, con esta cultura, hacemos cosas que nosdevuelven al estado «inculto». Lo que ha dicho el Papa Benedictotenemos que pensarlo: «Es la época del pecado contra Dioscreador». Esto nos ayudará.

    Pero tú, Krzysztof, me dirás: «¿Qué tiene que ver esto con losemigrantes?». Está un poco en el contexto. Sobre los emigrantesdiré: el problema está allí, en su tierra. Pero, ¿cómo los acogemos?Cada uno debe ver cómo. Pero todos podemos tener el corazónabierto y pensar en hacer una hora en las parroquias, una hora a lasemana, de adoración y de oración por los emigrantes. La oraciónmueve montañas.

    Estas eran las cuatro preguntas. No sé. Perdonadme si he habladomucho, pero la sangre italiana me traiciona.

    Muchas gracias por la acogida y esperemos que estos días nosllenen de alegría: de alegría, de gran alegría. Y rezamos a laVirgen, que es Madre y que nos lleva siempre de la mano.

    Salve Regina…

    Y no olvidar: los abuelos son la memoria de un pueblo.

  • 3. CONEXIÓN AUDIOVISUAL3. CONEXIÓN AUDIOVISUALCON LOS JÓVENES ITALIANOS CON LOS JÓVENES ITALIANOS QUE PARTICIPAN EN LA JMJ QUE PARTICIPAN EN LA JMJ

    REUNIDOS EN EL SANTUARIO SAN JUAN PABLO IIREUNIDOS EN EL SANTUARIO SAN JUAN PABLO IIMiércoles 27 De Julio De 2016Miércoles 27 De Julio De 2016

    PRESENTADOR:

    Buenas noches, Santidad. Sobre todo, gracias por haberencontrado tiempo –recién llegado a Cracovia– para conectarsecon nosotros. No ha querido renunciar a estar aquí con nosotros,esta noche. Gracias, Santo Padre. Aquí están los jóvenes que, ennombre de los 90.000 italianos presentes en Cracovia quierenhacerle algunas preguntas. Aquí están estos jóvenes, adelante.

    CHICA JOVEN:

    Después del accidente ferroviario del 12 de julio, tenemos miedode subir al tren. Yo, diariamente, tomo el tren para ir a launiversidad, y ese día no iba a bordo de pura casualidad.Diariamente me siento en el primer vagón y allí veía y saludaba aLuciano, uno de los maquinistas que desgraciadamente ha perdidola vida en el accidente. Nosotros, en esos trenes, nos sentimoscomo en casa; pero ahora tenemos miedo. Quisiera preguntarle:¿cómo podemos volver a la normalidad? ¿Cómo podemos vencereste miedo y continuar, volver a ser felices también sobre esos

  • trenes que son nuestros trenes, nuestra segunda casa?

    PAPA FRANCISCO:

    Lo que te ha ocurrido es una herida; algunos, en el accidente,sufrieron heridas en su cuerpo, y tú has sido herida en tu ánimo,en tu corazón, y esa herida se llama miedo. Y cuando tú sientesesto, sientes la herida de un shock. Tú has sufrido un shock, untrauma que no te deja estar bien, que te hace daño. Pero estetrauma te da también la oportunidad de superarte a ti misma, deir más allá. Y como sucede siempre en la vida, cuando nosotrosresultamos heridos, quedan las marcas o las cicatrices. La vidaestá llena de cicatrices, la vida está llena de cicatrices, llena. Ycon esto, siempre vendrá el recuerdo de Luciano, de aquel otro,del otro… que ya no están porque faltan desde el accidente. Y tú,cada día que tomes el tren, sentirás las huellas –digamos así- deesa herida, de aquella cicatriz, de lo que te hace sufrir. Y tú eresjoven, pero la vida está llena de estas cosas… Y la sabiduría,aprender a ser un hombre sabio, una mujer sabia, es precisamenteesto: salir adelante con las cosas bellas y con las cosas feas de lavida. Hay cosas que no tienen salida, y hay cosas que sonpreciosas. Pero también sucede lo contrario: ¿cuántos jóvenescomo vosotros no son capaces de sacar adelante su propia vida conla alegría de las cosas bellas, y prefieren dejarse llevar, caer bajoel dominio de la droga, o dejarse vencer por la vida? Al final, lapartida es así: o tú vences o te vence, ¡la vida! ¡Vence tú la vida,es mejor! Y esto hazlo con valentía, también con dolor. Y cuandohaya alegría, hazlo con alegría, porque la alegría te saca adelantey te salva de una enfermedad horrible: la de convertirte enneurótica. ¡Por favor, no, esto no!

    CHICA JOVEN 2:

    Querido Papa Francisco: me llamo Andrea, tengo 15 años y vengode Bérgamo. Llegué a Italia cuando tenía 9 años, o sea, hace casiseis años. Los compañeros de clase empezaron a reírse de mí, yaque era una recién llegada, con palabras bastante ofensivas. Alprincipio no comprendía bien el italiano, no entendía las palabras,

  • así que lo dejaba estar. Después, una vez que empecé aentenderles, me sentí realmente mal, pero no respondía: noquería rebajarme a su nivel. Así pasé muchos años, hasta el finalde la escuela secundaria, cuando rebasaron el límite con todo tipode mensajes ofensivos en las redes sociales, que me hicieronsentir una inútil y tomé la decisión de acabar con todo, porquepara mí en aquel momento yo no servía para nada y me sentíamarginada por todos en mi pueblo. Así que decidí acabar con todoe intenté suicidarme. No lo conseguí, así que me llevaron alhospital. Y allí comprendí que no era yo la enferma, que no era yola que necesitaba curarme, que no me merecía estar allí en elhospital encerrada. Eran ellos quienes se habían equivocado, ellosquienes necesitaban curarse, no yo. Así que me puse de pie ydecidí no abandonar porque no valía la pena, porque yo podía serfuerte. Y, de hecho, ahora estoy bien y soy fuerte de verdad. Ytambién puedo, en parte, darme las gracias a mí misma porhaberme tratado así de mal; porque ahora soy fuerte, un pocogracias a ellos, porque me han metido en esa situación. Me hehecho fuerte porque he creído en mí misma, en mis padres, y apesar de todo he creído que podía conseguirlo; de hecho, lo heconseguido. Y estoy aquí. Y estoy orgullosa de estar aquí.

    Yo quisiera preguntarle: dado que de alguna manera les heperdonado un poco, porque no quiero odiar a nadie, un poco les heperdonado, pero de todas formas sigo sintiéndome algo mal…quisiera preguntarle: ¿cómo hago para perdonar a estas personas?¿Cómo hago para perdonarles por todo lo que me han hecho?

    PAPA FRANCISCO:

    Gracias por tu testimonio. Tú hablas de un problema muy comúnentre los niños y entre los que no son niños: la crueldad. Pero miraque también los niños son crueles, a veces, y tienen esa capacidadde herirte donde más daño te pueden hacer: de herirte en elcorazón, de herirte en la dignidad, de herirte también en lanacionalidad, como es tu caso, ¿no? No entendías bien el italiano yte gastaban bromas con el idioma, con las palabras… La crueldades un comportamiento humano que está en la base de todas las

  • guerras, de todas. La crueldad que no deja crecer al otro, lacrueldad que asesina al otro, la crueldad que asesina también elbuen nombre de otra persona. Cuando una persona habla mal deotra, esto es cruel: es cruel porque destruye la fama de lapersona. Pero, sabes, a mí me gusta decir una cosa cuando hablode esta crueldad de la lengua: la maledicencia es un tipoterrorismo; es el terrorismo de la maledicencia. La crueldad de lalengua, o esa que tú has sentido, es como lanzar una bomba quete destruye a ti o destruye a otros, y el que la lanza no sedestruye. Esto es terrorismo, y es algo que debemos vencer. ¿Cómose vence esto? Tú has elegido el camino adecuado: el silencio, lapaciencia, y has terminado con esa palabra tan bonita: el perdón.Pero perdonar no es fácil, porque uno puede decir: “Sí, yo perdonopero no olvido”. Y siempre llevarás contigo esta crueldad, esteterrorismo de las palabras feas, de las palabras que hieren y queintentan echarte de la comunidad. Hay una palabra en italiano queyo no conocía, y cuando vine por primera vez a Italia, la aprendí:“extracomunitari”, que se dice de las personas de otros países quevienen a vivir con nosotros. Pero esta crueldad es lo que hace quetú, que eres de otro país, te conviertas en un “extra-comunitario”:te echan de la comunidad, no te acogen. Es algo contra lo quedebemos luchar tanto. ¡Tú has sido valiente! Has sido muy valienteen esto. Pero hace falta luchar contra el terrorismo de la lengua,contra este terrorismo de la maledicencia, de los insultos, deexpulsar a la gente con insultos o diciéndoles cosas que les hacendaño en el corazón. ¿Se puede perdonar totalmente? Es una graciaque debemos pedir al Señor. Nosotros, por nosotros mismos, nopodemos: hacemos el esfuerzo, tú lo has hecho; pero es una graciaque te da el Señor, el perdón, perdonar al enemigo, perdonar alque te ha herido, al que te ha hecho daño. Cuando Jesús en elEvangelio nos dice: “Al que te golpee en una mejilla, preséntaletambién la otra”, quiere decir esto: dejar en las manos del Señoresta sabiduría del perdón, que es una gracia. Pero a nosotros nostoca poner todo de nuestra parte para perdonar. Gracias por tutestimonio. Y hay también otro comportamiento que combate esteterrorismo de la lengua, las maledicencias, los insultos y demás: esel comportamiento de la mansedumbre. Estar callado, tratar biena los demás, no responder con otra cosa mala. Como Jesús: Jesús

  • era manso de corazón. La mansedumbre. Y nosotros vivimos en unmundo donde a un insulto se responde con otro, es lo habitual.Nos insultamos el uno al otro, y nos falta la mansedumbre. Pedir lagracia de la mansedumbre, la mansedumbre del corazón. Y esa estambién la gracia que abre el camino al perdón. Te agradezco tutestimonio.

    CHICO JOVEN:

    Querido Papa: Somos tres chicos y un sacerdote de los 350veroneses que venían a la JMJ pero tuvieron que interrumpir suviaje en Munich el viernes pasado después del atentado del quefuimos testigos porque estábamos todos allí cuando pasó. Nosdijeron que teníamos que volver a Italia; nos vimos obligados aregresar porque queríamos continuar nuestro viaje, pero no nos lopermitieron. Afortunadamente, de vuelta a casa, se nos dio laoportunidad de volver aquí y nos alegramos mucho; nos dio muchaesperanza. Después de todo lo que ha sucedido, después delmiedo, nos hemos preguntado - y queremos preguntarle: ¿Quépodemos hacer los jóvenes para vivir y difundir la paz en estemundo tan lleno de odio?

    PAPA FRANCISCO:

    Has dicho dos palabras claves para entender todo: paz y odio. Lapaz construye puentes, el odio es el constructor de los muros. Enla vida tienes que elegir: o construyes puentes o construyes muros.Los muros dividen y el odio crece: cuando hay división, el odiocrece. Los puentes unen, y cuando hay puentes el odio se vaporque puedo escuchar al otro, hablar con el otro. Me gustapensar y decir que tenemos en nuestras manos, en la posibilidadde cada día, la capacidad de hacer un puente humano. Cuando dasla mano a un amigo, a una persona, haces un puente humano.Haces un puente. En cambio, cuando golpeas a otro, cuandoinsultas a otro, construyes un muro. El odio crece siempre con losmuros. A veces, pasa que quieres hacer un puente y te quedas conla mano tendida porque de la otra parte no la agarran: son lashumillaciones que tenemos que sufrir en la vida por hacer algo

  • bueno. Pero siempre hay que construir puentes. Y tu has llegadoaquí: te pararon y te mandaron a casa. Después apostaste por elpuente y por volver de nuevo: esta es la actitud que hay que tenersiempre. ¿Hay una dificultad que me impide algo? Regreso y voyhacia adelante, volver atrás y seguir adelante. Esto es lo quetenemos que hacer para construir puentes. No dejarse caer alsuelo, no ir por la vida así: : "Bueno, no puedo ...". No, siemprehay que buscar la manera de hacer puentes. Vosotros que estáisallí: ¡Haced puentes con las manos, todos vosotros! Agarraos de lamano…Así. Quiero ver tantos puentes humanos ... Así, así:Levantad las manos muy altas. Así es. Este es el programa de vida:hacer puentes, puentes humanos. Gracias.

    PRESENTADOR:

    Santo Padre, gracias, porque esta noche nos ha hecho un regaloextraordinario Gracias, Santo Padre. Gracias de verdad.

    PAPA FRANCISCO:

    Gracias a vosotros y que el Señor os bendiga. ¡Rezad por mí!

  • 4. SALUDO DEL SANTO PADRE A LOS FIELES 4. SALUDO DEL SANTO PADRE A LOS FIELES DESDE LA VENTANA DEL ARZOBISPADODESDE LA VENTANA DEL ARZOBISPADO

    Arzobispado de CracoviaArzobispado de CracoviaMiércoles 27 de julio de 2016Miércoles 27 de julio de 2016

    Os saludo, os saludo cordialmente!

    Os veo con mucho entusiasmo y mucha alegría. Pero ahora deberíadecir una cosa que nos entristecerá el corazón. Permanezcamos ensilencio. Es una cosa referida a uno de vosotros. Maciej […] teníapoco más de 22 años. Había estudiado diseño gráfico y habíadejado su trabajo para ser voluntario de la JMJ. En efecto, todoslos dibujos de las banderas, las imágenes de los santos patronos,del equipo del peregrino, y demás, que adornan la ciudad sonsuyos. Precisamente en este trabajo ha encontrado su fe.

    En noviembre se le diagnosticó un cáncer. Los médicos no pudieronhacer nada, ni siquiera con la amputación de una pierna. ¡Élquería llegar vivo a la visita del Papa! Tenía un puesto reservadoen el tranvía en el cual viajará el Papa. Pero murió el 2 de julio.La gente está muy afectada: él ha hecho un gran bien a todos.

    Ahora, todos en silencio, pensemos en este compañero de camino,

  • que ha trabajado tanto por esta Jornada; y todos nosotros, ensilencio, desde el corazón recemos. Que cada uno rece desde sucorazón. Él está presente entre nosotros.

    [Oración en silencio]

    Alguno de vosotros puede pensar: «este Papa nos estropea latarde». Pero es la verdad, y nosotros debemos acostumbrarnos alas cosas buenas y a las cosas malas. La vida es así, queridosjóvenes. Pero hay una cosa de la cual nosotros no podemos dudar:la fe de este chico, de este amigo nuestro, que ha trabajado tantopara esta JMJ, le ha llevado al cielo, y él está con Jesús en estemomento, ¡mirándonos a todos nosotros! Y ¡esta es una gracia! ¡Unaplauso a nuestro compañero!

    Nosotros también le encontraremos un día: «¡Ah, eras tú!¡Encantado de conocerte!». Es así. Porque la vida es así: hoyestamos aquí, mañana estaremos allá. El problema es elegir elcamino adecuado, como lo ha elegido él.

    Demos gracias al Señor porque nos da estos ejemplos de coraje, dejóvenes valientes que nos ayudan a seguir adelante en la vida. Y¡no tengáis miedo, no tengáis miedo! Dios es grande, Dios esbueno y todos nosotros tenemos algo bueno dentro.

    Ahora me retiro. Mañana nos veremos, nos volveremos a ver.Vosotros, cumplid vuestro deber, que es hacer lío toda la noche...Ymostrar vuestra alegría cristiana, la alegría que el Señor os da porser una comunidad que sigue a Jesús.

    Y ahora os doy la bendición. Y como hemos aprendido de niñosantes de irnos, saludamos a mamá. Recemos todos a la Virgen,cada uno en su propio idioma. Ave, o María...

    [Bendición]

    ¡Buenas noches!¡Buenas noches! Y rezad por mí.

  • 5. SANTA MISA CON OCASIÓN DEL 1050° ANIVERSARIO5. SANTA MISA CON OCASIÓN DEL 1050° ANIVERSARIODEL BAUTISMO DE LA POLONIADEL BAUTISMO DE LA POLONIA

    HOMILÍA DEL SANTO PADREHOMILÍA DEL SANTO PADREÁrea del Santuario - CzęstochowaÁrea del Santuario - Częstochowa

    Jueves 28 de julio de 2016Jueves 28 de julio de 2016

    Las lecturas de esta liturgia muestran un hilo divino, que pasa porla historia humana y teje la historia de la salvación.

    El apóstol Pablo nos habla del gran diseño de Dios: «Cuando llególa plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer»(Ga 4,4). Sin embargo, la historia nos dice que cuando llegó esta«plenitud del tiempo», cuando Dios se hizo hombre, la humanidadno estaba tan bien preparada, y ni siquiera había un período deestabilidad y de paz: no había una «edad de oro». Por lo tanto, laescena de este mundo no ha merecido la venida de Dios, más bien,«los suyos no lo recibieron» (Jn 1,11). La plenitud del tiempo hasido un don de gracia: Dios ha llenado nuestro tiempo con laabundancia de su misericordia, por puro amor —¡por puro amor!—ha inaugurado la plenitud del tiempo.

    Sorprende sobre todo cómo se realiza la venida de Dios en la

  • historia: «nacido de mujer». Ningún ingreso triunfal, ningunamanifestación grandiosa del Omnipotente: él no se muestra comoun sol deslumbrante, sino que entra en el mundo en el modo mássencillo, como un niño dado a luz por su madre, con ese estilo quenos habla la Escritura: como la lluvia cae sobre la tierra (cf. Is55,10), como la más pequeña de las semillas que brota y crece (cf.Mc 4,31-32). Así, contrariamente a lo que cabría esperar y quizásdesearíamos, el Reino de Dios, ahora como entonces, «no vienecon ostentación» (Lc 17,20), sino en la pequeñez, en la humildad.

    El Evangelio de hoy retoma este hilo divino que atraviesadelicadamente la historia: desde la plenitud del tiempo pasamos al«tercer día» del ministerio de Jesús (cf. Jn 2,1) y al anuncio del«ahora» de la salvación (cf. v. 4). El tiempo se contrae, y lamanifestación de Dios acontece siempre en la pequeñez. Asísucede en «el primero de los signos cumplidos por Jesús» (v. 11) enCaná de Galilea. No ha sido un gesto asombroso realizado ante lamultitud, ni siquiera una intervención que resuelve una cuestiónpolítica apremiante, como el sometimiento del pueblo al dominioromano. Se produce más bien un milagro sencillo en un pequeñopueblo, que alegra las nupcias de una joven familia, totalmenteanónima. Sin embargo, el agua trasformada en vino en la fiesta dela boda es un gran signo, porque nos revela el rostro esponsaliciode Dios, de un Dios que se sienta a la mesa con nosotros, quesueña y establece comunión con nosotros. Nos dice que el Señorno mantiene las distancias, sino que es cercano y concreto, queestá en medio de nosotros y cuida de nosotros, sin decidir pornosotros y sin ocuparse de cuestiones de poder. Prefiere instalarseen lo pequeño, al contrario del hombre, que tiende a querer algocada vez más grande. Ser atraídos por el poder, por la grandeza ypor la visibilidad es algo trágicamente humano, y es una grantentación que busca infiltrarse por doquier; en cambio, donarse alos demás, cancelando distancias, viviendo en la pequeñez ycolmando concretamente la cotidianidad, esto es exquisitamentedivino.

    Dios nos salva haciéndose pequeño, cercano y concreto. Ante todo,Dios se hace pequeño. El Señor, «manso y humilde de corazón» (Mt

  • 11,29), prefiere a los pequeños, a los que se ha revelado el Reinode Dios (Mt 11,25); estos son grandes ante sus ojos, y a ellos dirigesu mirada (cf. Is 66,2). Los prefiere porque se oponen a la«soberbia de la vida», que procede del mundo (cf. 1 Jn 2,16). Lospequeños hablan su mismo idioma: el amor humilde que hacelibres. Por eso llama a personas sencillas y disponibles para ser susportavoces, y les confía la revelación de su nombre y los secretosde su corazón. Pensemos en tantos hijos e hijas de vuestro pueblo:en los mártires, que han hecho resplandecer la fuerza inerme delEvangelio; en las personas sencillas y también extraordinarias quehan sabido dar testimonio del amor del Señor en medio de grandespruebas; en los anunciadores mansos y fuertes de la misericordia,como san Juan Pablo II y santa Faustina. A través de estos«canales» de su amor, el Señor ha hecho llegar dones inestimablesa toda la Iglesia y a toda la humanidad. Y es significativo que esteaniversario del Bautismo de vuestro pueblo coincida precisamentecon el Jubileo de la Misericordia.

    Además, Dios es cercano, su Reino está cerca (cf. Mc 1,15): elSeñor no desea que lo teman como a un soberano poderoso ydistante, no quiere quedarse en un trono en el cielo o en los librosde historia, sino que quiere sumirse en nuestros avatares de cadadía para caminar con nosotros. Pensando en el don de un milenioabundante de fe, es bello sobre todo agradecer a Dios, que hacaminado con vuestro pueblo, llevándolo de la mano, como unpapá con su niño, y acompañándolo en tantas situaciones. Es loque siempre estamos llamados a hacer, también como Iglesia:escuchar, comprometernos y hacernos cercanos, compartiendo lasalegrías y las fatigas de la gente, de manera que se transmita elEvangelio de la manera más coherente y que produce mayor fruto:por irradiación positiva, a través de la transparencia de vida.

    Por último, Dios es concreto. De las Lecturas de hoy se desprendeque todo es concreto en el actuar de Dios: la Sabiduría divina«obra como artífice» y «juega» con el mundo (cf. Pr 8,30); elVerbo se hace carne, nace de una madre, nace bajo la ley (cf. Ga4,4), tiene amigos y participa en una fiesta: el eterno se comunicapasando el tiempo con personas y en situaciones concretas.

  • También vuestra historia, impregnada de Evangelio, cruz yfidelidad a la Iglesia, ha visto el contagio positivo de una fegenuina, trasmitida de familia en familia, de padre a hijo, y sobretodo de las madres y de las abuelas, a quienes hay mucho queagradecer. De modo particular, habéis podido experimentar encarne propia la ternura concreta y providente de la Madre detodos, a quien he venido aquí a venerar como peregrino, y a quienhemos saludado en el Salmo como «honor de nuestro pueblo» (Jdt15,9).

    Aquí reunidos, volvemos los ojos a ella. En María encontramos laplena correlación con el Señor: al hilo divino se entrelaza así en lahistoria un «hilo mariano». Si hay alguna gloria humana, algúnmérito nuestro en la plenitud del tiempo, es ella: es ella eseespacio, preservado del mal, en el cual Dios se ha reflejado; esella la escala que Dios ha recorrido para bajar hasta nosotros yhacerse cercano y concreto; es ella el signo más claro de laplenitud de los tiempos.

    En la vida de María admiramos esa pequeñez amada por Dios, que«ha mirado la sencillez de su esclava» y «enaltece a los humildes»(Lc 1,48.52). Él se complació tanto de María, que se dejó tejer lacarne por ella, de modo que la Virgen se convirtió en Madre deDios, como proclama un himno muy antiguo, que cantáis desdehace siglos. Que ella os siga indicando la vía a vosotros, que demodo ininterrumpido os dirigís a ella, viniendo a esta capitalespiritual del país, y os ayude a tejer en la vida la trama humilde ysencilla del Evangelio.

    En Caná, como aquí en Jasna Góra, María nos ofrece su cercanía, ynos ayuda a descubrir lo que falta a la plenitud de la vida. Ahoracomo entonces, lo hace con cuidado de Madre, con la presencia yel buen consejo; enseñándonos a evitar decisionismos ymurmuraciones en nuestras comunidades. Como Madre de familia,nos quiere proteger a todos juntos, a todos juntos. En su camino,vuestro pueblo ha superado en la unidad muchos momentos duros.Que la Madre, firme al pie de la cruz y perseverante en la oracióncon los discípulos en espera del Espíritu Santo, infunda el deseo de

  • ir más allá de los errores y las heridas del pasado, y de crearcomunión con todos, sin ceder jamás a la tentación de aislarse eimponerse.

    La Virgen demostró en Caná mucha concreción: es una Madre quetoma en serio los problemas e interviene, que sabe detectar losmomentos difíciles y solventarlos con discreción, eficacia ydeterminación. No es dueña ni protagonista, sino Madre y sierva.Pidamos la gracia de hacer nuestra su sencillez, su fantasía enservir al necesitado, la belleza de dar la vida por los demás, sinpreferencias ni distinciones. Que ella, causa de nuestra alegría,que lleva la paz en medio de la abundancia del pecado y de lossobresaltos de la historia, nos alcance la sobreabundancia delEspíritu, para ser siervos buenos y fieles.

    Que, por su intercesión, la plenitud del tiempo nos renuevetambién a nosotros. De poco sirve el paso entre el antes y eldespués de Cristo, si permanece sólo como una fecha en los analesde la historia. Que pueda cumplirse, para todos y para cada uno,un paso interior, una Pascua del corazón hacia el estilo divinoencarnado por María: obrar en la pequeñez y acompañar de cerca,con corazón sencillo y abierto.

  • 6. CEREMONIA DE ACOGIDA DE LOS JÓVENES6. CEREMONIA DE ACOGIDA DE LOS JÓVENESDISCURSO DEL SANTO PADREDISCURSO DEL SANTO PADRE

    Parque Jordan, en Błonia, CracoviaParque Jordan, en Błonia, CracoviaJueves 28 de julio de 2016Jueves 28 de julio de 2016

    Queridos jóvenes, muy buenas tardes.

    Finalmente nos encontramos. Gracias por esta calurosabienvenida. Gracias al Cardenal Dziwisz, a los Obispos, sacerdotes,religiosos, seminaristas, laicos y a todos aquellos que losacompañan. Gracias a los que han hecho posible que hoy estemosaquí, que se han esforzado para que pudiéramos celebrar la fe.Hoy nosotros, todos juntos, estamos celebrando la fe.

    En esta, su tierra natal, quisiera agradecer especialmente a sanJuan Pablo II [aplauso] «Fuerte, fuerte» que soñó e impulsó‒ ‒estos encuentros. Desde el cielo nos está acompañando viendo atantos jóvenes pertenecientes a pueblos, culturas, lenguas tandiferentes con un sólo motivo: celebrar a Jesús, que está vivo enmedio de nosotros. ¿Lo han entendido? Celebrar a Jesús, que estávivo en medio de nosotros. Y decir que está vivo es querer renovarnuestras ganas de seguirlo, nuestras ganas de vivir con pasión el

  • seguimiento de Jesús. ¡Qué mejor oportunidad para renovar laamistad con Jesús que afianzando la amistad entre ustedes! ¡Quémejor manera de afianzar nuestra amistad con Jesús quecompartirla con los demás! ¡Qué mejor manera de vivir la alegríadel Evangelio que queriendo «contagiar» su Buena Noticia entantas situaciones dolorosas y difíciles!

    Y Jesús es quien nos ha convocado a esta 31 Jornada Mundial de laJuventud; es Jesús quien nos dice: «Felices los misericordiosos,porque encontrarán misericordia» (Mt 5,7). Felices aquellos quesaben perdonar, que saben tener un corazón compasivo, que sabendar lo mejor a los demás; lo mejor, no lo que sobra: lo mejor.

    Queridos jóvenes, en estos días Polonia, esta noble tierra, se vistede fiesta; en estos días Polonia quiere ser el rostro siempre jovende la Misericordia. Desde esta tierras, con ustedes y tambiénunidos a tantos jóvenes que hoy no pueden estar aquí, pero quenos acompañan a través de los diversos medios de comunicación,todos juntos vamos a hacer de esta jornada una auténtica fiestaJubilar, en este Jubileo de la Misericordia.

    En los años que llevo como Obispo he aprendido una cosa he‒aprendido muchas, pero una quiero decirla ahora : no hay nada‒más hermoso que contemplar las ganas, la entrega, la pasión y laenergía con que muchos jóvenes viven la vida. Esto es hermoso, y,¿de dónde viene esta belleza? Cuando Jesús toca el corazón de unjoven, de una joven, este es capaz de actos verdaderamentegrandiosos. Es estimulante escucharlos, compartir sus sueños, susinterrogantes y sus ganas de rebelarse contra todos aquellos quedicen que las cosas no pueden cambiar. Esos a los que yo llamo los«quietistas»: «Nada puede cambiar». No, los jóvenes tienen lafuerza de oponerse a estos. Pero, posiblemente, algunos no estánseguros de esto… Yo les hago una pregunta, ustedes me respondan:–«Las cosas, ¿se pueden cambiar?» –«Sí» [responden los jóvenes].–«No se oye», –«Sí» [repiten]. Es un regalo del cielo poder verlos amuchos de ustedes que, con sus cuestionamientos, buscan hacerque las cosas sean diferentes. Es lindo, y me conforta el corazón,verlos tan revoltosos. La Iglesia hoy los mira diría más: el mundo‒

  • hoy los mira y quiere aprender de ustedes, para renovar su‒confianza en que la Misericordia del Padre tiene rostro siemprejoven y no deja de invitarnos a ser parte de su Reino, que es unReino de alegría, es un Reino siempre de felicidad, es un Reino quesiempre nos lleva adelante, es un Reino capaz de darnos la fuerzade cambiar las cosas. Yo me he olvidado, les repito la pregunta:«Las cosas, ¿se pueden cambiar?» «Sí» [responden]. De acuerdo.‒ ‒

    Conociendo la pasión que ustedes le ponen a la misión, me animoa repetir: la misericordia siempre tiene rostro joven. Porque uncorazón misericordioso se anima a salir de su comodidad; uncorazón misericordioso sabe ir al encuentro de los demás, lograabrazar a todos. Un corazón misericordioso sabe ser refugio paralos que nunca tuvieron casa o la han perdido, sabe construir hogary familia para aquellos que han tenido que emigrar, sabe deternura y compasión. Un corazón misericordioso, sabe compartir elpan con el que tiene hambre, un corazón misericordioso se abrepara recibir al prófugo y al emigrante. Decir misericordia junto austedes, es decir oportunidad, es decir mañana, es decircompromiso, es decir confianza, es decir apertura, hospitalidad,compasión, es decir sueños. Pero ustedes, ¿son capaces de soñar?«Sí». Y cuando el corazón es abierto y capaz de soñar, hay‒

    espacio para la misericordia, hay espacio para acariciar a los quesufren, hay espacio para ponerse junto aquellos que no tienen pazen el corazón y les falta lo necesario para vivir, o no tiene la cosamás hermosa: La fe. Misericordia. Digamos juntos esta palabra:«M isericordia». Todos: «M isericordia», otra vez: «M isericordia»,‒ ‒otra vez para que el mundo nos oiga: «M isericordia».‒

    También quiero confesarles otra cosa que aprendí en estos años.No quiero ofender a nadie, pero me genera dolor encontrar ajóvenes que parecen haberse «jubilado» antes de tiempo. Esto mehace sufrir. Jóvenes que parece que se hayan jubilado con 23, 24,25 años. Esto me produce dolor. Me preocupa ver a jóvenes que«tiraron la toalla» antes de empezar el partido. Que se han«rendido» sin haber comenzado a jugar. Me produce dolor el ver ajóvenes que caminan con rostros tristes, como si su vida novaliera. Son jóvenes esencialmentes aburridos... y aburridores.

  • Que aburren a los demás, y esto me produce dolor. Es difícil, y asu vez cuestionador, por otro lado, ver a jóvenes que dejan la vidabuscando el «vértigo», o esa sensación de sentirse vivos porcaminos oscuros, que al final terminan «pagando»…y pagandocaro. Piensen en tantos jóvenes, que ustedes conocen, queeligieron este camino. Cuestiona ver cómo hay jóvenes quepierden hermosos años de su vida y sus energías corriendo detrásde vendedores de falsas ilusiones en mi tierra natal diríamos‒«vendedores de humo» , que les roban lo mejor de ustedes‒mismos. Y esto me hace sufrir. Yo estoy seguro de que hoy, entreustedes, no hay ninguno de esos, pero quiero decirles: Existen losjóvenes jubilados, jóvenes que tiran la toalla antes del partido,hay jóvenes que entran en el vértigo con las falsas ilusiones yterminan en la nada.

    Por eso, queridos amigos, nos hemos reunidos para ayudarnos unosa otros porque no queremos dejarnos robar lo mejor de nosotrosmismos, no queremos permitir que nos roben las energías, que nosroben la alegría, que nos roben los sueños, con falsas ilusiones.

    Queridos amigos, les pregunto: ¿Quieren para sus vidas ese vértigoalienante o quieren sentir esa fuerza que los haga sentirse vivos,plenos? ¿Vértigo alienante o fuerza de la gracia? «¿Qué quieren?:‒¿Vértigo alienante o fuerza de plenitud?». «Fuerza de plenitud». ‒

    ‒«No se oye bien». «Fuerza de plenitud». Para ser plenos, para‒tener vida renovada, hay una respuesta; hay una respuesta que nose vende ni se compra, una respuesta que no es una cosa, que noes un objeto, es una persona, se llama Jesucristo. Les pregunto:Jesucristo, ¿se puede comparar? «No». Jesucristo, ¿se vende en‒las tiendas? «No». Jesucristo es un don, un regalo del Padre, el‒don de nuestro Padre. ¿Quién es Jesucristo? Todos: «Jesucristo‒ ‒es un don». Todos: «Es un don». Es el regalo del Padre.‒ ‒ ‒

    Jesucristo es quien sabe darle verdadera pasión a la vida,Jesucristo es quien nos mueve a no conformarnos con poco y noslleva a dar lo mejor de nosotros mismos; es Jesucristo quien noscuestiona, nos invita y nos ayuda a levantarnos cada vez que nos

  • damos por vencidos. Es Jesucristo quien nos impulsa a levantar lamirada y a soñar alto. «Pero padre me puede decir alguno es tan‒ ‒difícil soñar alto, es tan difícil subir, estar siempre subiendo.Padre, yo soy débil, yo caigo, yo me esfuerzo pero muchas vecesme vengo abajo». Los alpinos, cuando suben una montaña, cantanuna canción muy bonita, que dice así: «En el arte de subir, lo queimporta no es no caer, sino no quedarse caído». Si tú eres débil, situ caes, mira un poco en alto y verás la mano tendida de Jesúsque te dice: «levántate, ven conmigo». «¿Y si lo hago otra vez?»‒ ‒También. «¿Y si lo hago otra vez?» También. Pedro preguntó‒ ‒ ‒

    una vez al Señor: «Señor, ¿Cuántas veces?» «Setenta veces siete».‒La mano de Jesús está siempre tendida para levantarnos, cuandonosotros caemos. ¿Lo han entendido?: «Sí».‒

    En el Evangelio hemos escuchado que Jesús, mientras se dirige aJerusalén, se detiene en una casa la de M arta, M aría y Lázaro‒ ‒que lo acoge. De camino, entra en su casa para estar con ellos; lasdos mujeres reciben al que saben que es capaz de conmoverse.Las múltiples ocupaciones nos hacen ser como Marta: activos,dispersos, constantemente yendo de acá para allá…; pero tambiénsolemos ser como María: ante un buen paisaje, o un video que nosmanda un amigo al móvil, nos quedamos pensativos, en escucha.En estos días de la Jornada, Jesús quiere entrar en nuestra casa:en tu casa, en mi casa, en el corazón de cada uno de nosotros;Jesús verá nuestras preocupaciones, nuestro andar acelerado,como lo hizo con Marta… y esperará que lo escuchemos comoMaría; que, en medio del trajinar, nos animemos a entregarnos aél. Que sean días para Jesús, dedicados a escucharnos, a recibirloen aquellos con quienes comparto la casa, la calle, el club o elcolegio.

    Y quien acoge a Jesús, aprende a amar como Jesús. Entonces élnos pregunta si queremos una vida plena. Y yo en su nombre lespregunto: ustedes, ¿ustedes quieren una vida plena? Empiezadesde este momento por dejarte conmover. Porque la felicidadgermina y aflora en la misericordia: esa es su respuesta, esa es suinvitación, su desafío, su aventura: la misericordia. Lamisericordia tiene siempre rostro joven; como el de María de

  • Betania sentada a los pies de Jesús como discípula, que secomplace en escucharlo porque sabe que ahí está la paz. Como elde María de Nazareth, lanzada con su «sí» a la aventura de lamisericordia, y que será llamada feliz por todas las generaciones,llamada por todos nosotros «la Madre de la Misericordia».Invoquémosla todos juntos. Todos: María, Madre de la Misericordia.Entonces, todos juntos, le pedimos al Señor cada uno repita en‒silencio en su corazón : Señor lánzanos a la aventura de la‒misericordia. Lánzanos a la aventura de construir puentes yderribar muros (cercos y alambradas), lánzanos a la aventura desocorrer al pobre, al que se siente solo y abandonado, al que ya nole encuentra sentido a su vida. Lánzanos a acompañar a aquellosque no te conocen y a decirles lentamente y con mucho respeto tuNombre, el porqué de mi fe. Impúlsanos a la escucha, como Maríade Betania, de quienes no comprendemos, de los que vienen deotras culturas, otros pueblos, incluso de aquellos a los quetememos porque creemos que pueden hacernos daño. Haznosvolver nuestro rostro, como María de Nazareth con Isabel, quevolvamos nuestras miradas a nuestros ancianos, a nuestrosabuelos, para aprender de su sabiduría. Yo les pregunto: «¿Hablan‒ustedes con sus abuelos?» «Sí». «Así, así...» Busquen a sus‒ ‒abuelos, ellos tienen la sabiduría de la vida y les dirán cosas queconmoverán su corazón.

    Aquí estamos, Señor. Envíanos a compartir tu Amor Misericordioso.Queremos recibirte en esta Jornada Mundial de la Juventud,queremos confirmar que la vida es plena cuando se la vive desdela misericordia, y que esa es la mejor parte, es la parte más dulce,es la parte que nunca nos será quitada. Amén.

  • 7. SALUDO DEL SANTO PADRE A LOS FIELES 7. SALUDO DEL SANTO PADRE A LOS FIELES DESDE LA VENTANA DEL ARZOBISPADODESDE LA VENTANA DEL ARZOBISPADOCracovia, Jueves 28 de julio de 2016Cracovia, Jueves 28 de julio de 2016

    [Saludo en polaco]

    Me dicen que hay muchos de ustedes que entienden el castellano.Así que voy a hablar en castellano. También me dicen que hoy hayun buen grupo acá, en esta plaza, de recién casados y jóvenesesposos. Yo, cuando encuentro a uno que se casa, a un joven quese casa, a una chica que se casa, les digo: “¡Estos son los quetienen coraje!” Porque no es fácil formar una familia. No es fácilcomprometer la vida para siempre. Hay que tener coraje. Y losfelicito, porque ustedes tienen coraje.

    A veces me preguntan cómo hacer para que la familia vayasiempre adelante y supere las dificultades. Yo les sugiero quepractiquen siempre tres palabras, tres palabras que expresan tresactitudes [ahí están llegando nuevos recién casados] Tres palabrasque los pueden ayudar a vivir la vida de matrimonio, porque en lavida de matrimonio hay dificultades: el matrimonio es algo tanlindo tan hermoso, que tenemos que cuidarlo, porque es para

  • siempre. Y las tres palabras son “permiso, gracias, perdón”.Permiso. Permiso: siempre preguntar al cónyuge (la mujer almarido, el marido a la mujer) “¿qué te parece?.. ¿te parece quehagamos esto?... Nunca atropellar. Permiso.

    La segunda palabra: ser agradecidos. Cuántas veces el marido letiene que decir a la mujer “gracias”. Y cuántas veces la esposa letiene que decir al marido “gracias”. Agradecerse mutuamente.Porque el sacramento del matrimonio se lo confieren los esposos,el uno al otro. Y esta relación sacramental se mantiene con estesentimiento de gratitud. “Gracias”.

    Y la tercera palabra es “perdón”, que es una palabra muy difícilde pronunciar. En el matrimonio, siempre –o el marido o la mujer–siempre tiene alguna equivocación. Saber reconocerla y pedirdisculpas, pedir perdón, hace mucho bien. Hay jóvenes familias,recién casados, muchos de ustedes están recién casados, otrosestán por casarse. Recuerden estas tres palabras, que ayudarántanto a la vida matrimonial: permiso, gracias, perdón.Repitámoslas juntos: permiso, gracias, perdón. ¡Más fuerte, todos!Permiso..., gracias..., perdón....

    Bueno, todo esto es muy lindo, es muy lindo decirlo en la vidamatrimonial. Pero siempre hay en la vida matrimonial problemas odiscusiones. Es habitual y sucede que el esposo o la esposadiscutan, alcen la voz, se peleen. Y a veces vuelen los platos. Perono se asusten cuando sucede esto. Les doy un consejo: nuncaterminen el día sin hacer la paz.

    ¿Y saben por qué? Porque la guerra fría al día siguiente es muypeligrosa. ¿Y cómo tengo que hacer, padre, para hacer la paz?,puede preguntar alguno de ustedes.

    No hacen falta discursos. Basta un gesto. Y se acabó. Está hecha lapaz.

    Cuando hay amor, un gesto arregla todo.

  • Los invito antes de recibir la bendición a rezar por todas lasfamilias aquí presentes: por los recién casados, por los que estáncasados desde hace tiempo y por los que se van a casar.

    Recemos juntos un avemaría, cada uno en su lengua.

    AVE MARÍA…

    BENDICIÓN

    Y recen por mí. Recen por mí. Buena noche y buen descanso.

  • 8. VISITA A AUSCHWITZ-BIRKENAU8. VISITA A AUSCHWITZ-BIRKENAUViernes 29 de Julio de 2016Viernes 29 de Julio de 2016

  • MURO DE LA MUERTEMURO DE LA MUERTE

    CELDA DONDE MURIÓ DE HAMBRE SAN MAXIMILIANO KOLBECELDA DONDE MURIÓ DE HAMBRE SAN MAXIMILIANO KOLBE

  • 9. VISITA AL HOSPITAL PEDIÁTRICO DE PROKOCIM9. VISITA AL HOSPITAL PEDIÁTRICO DE PROKOCIMCRACOVIA, CRACOVIA,

    Viernes 29 DE Julio de 216Viernes 29 DE Julio de 216

    Queridos hermanos y hermanas:

    No podía faltar, en esta mi visita a Cracovia, el encuentro con lospequeños ingresados en este hospital. Los saludo a todos yagradezco de corazón al Primer Ministro por las amables palabrasque me ha dirigido.

    Me gustaría poder estar un poco cerca de cada niño enfermo,junto a su cama, abrazarlos uno a uno, escuchar también por unmomento a cada uno de vosotros y juntos guardar silencio ante laspreguntas para las que no existen respuestas inmediatas. Y rezar.

    El Evangelio nos muestra en repetidas ocasiones al Señor Jesús queencuentra a enfermos, los acoge, y también que va con gusto aencontrarlos. Él siempre se fija en ellos, los mira como una madremira al hijo que no está bien, siente vibrar dentro de ella la

  • compasión.

    Cómo quisiera que, como cristianos, fuésemos capaces de estar allado de los enfermos como Jesús, con el silencio, con una caricia,con la oración. Nuestra sociedad, por desgracia, está contaminadapor la cultura del «descarte», que es lo contrario de la cultura dela acogida.

    Y las víctimas de la cultura del descarte son precisamente laspersonas más débiles, más frágiles; esto es una crueldad. Sinembargo es hermoso ver que, en este hospital, los más pequeños ynecesitados son acogidos y cuidados. Gracias por este signo deamor que nos ofrecen. Esto es el signo de la verdaderacivilización, humana y cristiana: poner en el centro de la atenciónsocial y política las personas más desfavorecidas.

    A veces, las familias se encuentran solas para hacerse cargo deellos. ¿Qué hacer? Desde este lugar, donde se ve el amor concreto,diría: multipliquemos las obras de la cultura de la acogida, obrasanimadas por el amor cristiano, el amor a Jesús crucificado, a lacarne de Cristo. Servir con amor y ternura a las personas quenecesitan ayuda nos hace crecer a todos en humanidad; y nos abreel camino a la vida eterna: quien practica las obras demisericordia, no tiene miedo de la muerte.

    Animo a todos los que han hecho de la invitación evangélica a«visitar a los enfermos» una opción personal de vida: médicos,enfermeros, todos los trabajadores de la salud, así como loscapellanes y voluntarios. Que el Señor los ayude a realizar bienvuestro trabajo, en este como en cualquier otro hospital delmundo. No quisiera olvidar aquí el trabajo de las religiosas,muchas religiosas que dan la vida en los hospitales. Y losrecompense dándoles paz interior y un corazón siempre capaz deternura.

    Gracias a todos por este encuentro. Los llevo conmigo en el afectoy la oración. Y también vosotros, por favor, no se olviden de rezarpor mí.

  • 10. VÍA CRUCIS CON LOS JÓVENES10. VÍA CRUCIS CON LOS JÓVENES

    Parque Jordan de Blonia, CracoviaParque Jordan de Blonia, CracoviaViernes 29 de julio de 2016Viernes 29 de julio de 2016

    «Tuve hambre y me disteis de comer,tuve sed y me disteis de beber,fui forastero y me hospedasteis,estuve desnudo y me vestisteis,enfermo y me visitasteis,en la cárcel y vinisteis a verme» (Mt 25,35-36).

    Estas palabras de Jesús responden a la pregunta que a menudoresuena en nuestra mente y en nuestro corazón: «¿Dónde estáDios?». ¿Dónde está Dios, si en el mundo existe el mal, si hay genteque pasa hambre o sed, que no tienen hogar, que huyen, quebuscan refugio? ¿Dónde está Dios cuando las personas inocentesmueren a causa de la violencia, el terrorismo, las guerras? ¿Dóndeestá Dios, cuando enfermedades terribles rompen los lazos de lavida y el afecto? ¿O cuando los niños son explotados, humillados, ytambién sufren graves patologías? ¿Dónde está Dios, ante lainquietud de los que dudan y de los que tienen el alma afligida?Hay preguntas para las cuales no hay respuesta humana. Sólo

  • podemos mirar a Jesús, y preguntarle a él. Y la respuesta de Jesúses esta: «Dios está en ellos», Jesús está en ellos, sufre en ellos,profundamente identificado con cada uno. Él está tan unido aellos, que forma casi como «un solo cuerpo».

    Jesús mismo eligió identificarse con estos hermanos y hermanasque sufren por el dolor y la angustia, aceptando recorrer la víadolorosa que lleva al calvario. Él, muriendo en la cruz, se entregóen las manos del Padre y, con amor de oblativo, cargó consigo lasheridas físicas, morales y espirituales de toda la humanidad.Abrazando el madero de la cruz, Jesús abrazó la desnudez y elhambre, la sed y la soledad, el dolor y la muerte de los hombres ymujeres de todos los tiempos. En esta tarde, Jesús —y nosotroscon él— abraza con especial amor a nuestros hermanos sirios, quehuyeron de la guerra. Los saludamos y acogemos con amorfraternal y simpatía.

    Recorriendo la Via Crucis de Jesús, hemos descubierto de nuevo laimportancia de configurarnos con él mediante las 14 obras demisericordia. Ellas nos ayudan a abrirnos a la misericordia de Dios,a pedir la gracia de comprender que sin la misericordia no sepuede hacer nada, sin la misericordia yo, tú, todos nosotros, nopodemos hacer nada. Veamos primero las siete obras demisericordia corporales: dar de comer al hambriento; dar de beberal sediento; vestir al desnudo; acoger al forastero; asistir alenfermo; visitar a los presos; enterrar a los muertos. Gratis lohemos recibido, gratis lo hemos de dar. Estamos llamados a servira Jesús crucificado en toda persona marginada, a tocar su carnebendita en quien está excluido, tiene hambre o sed, está desnudo,preso, enfermo, desempleado, perseguido, refugiado, emigrante.Allí encontramos a nuestro Dios, allí tocamos al Señor. Jesúsmismo nos lo ha dicho, explicando el «protocolo» por el cualseremos juzgados: cada vez que hagamos esto con el más pequeñode nuestros hermanos, lo hacemos con él (cf. Mt 25,31-46).

    Después de las obras de misericordia corporales vienen lasespirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que nosabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las

  • ofensas, soportar con paciencia a las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y por los difuntos. Nuestra credibilidad comocristianos depende del modo en que acogemos a los marginadosque están heridos en el cuerpo y al pecador herido en el alma.Nuestra credibilidad como cristianos depende del modo en queacogemos a los marginados que están heridos en el cuerpo y alpecador herido en el alma. No en las ideas, allí.

    Hoy la humanidad necesita hombres y mujeres, y en especialjóvenes como vosotros, que no quieran vivir sus vidas «a medias»,jóvenes dispuestos a entregar sus vidas para servir generosamentea los hermanos más pobres y débiles, a semejanza de Cristo, quese entregó completamente por nuestra salvación. Ante el mal, elsufrimiento, el pecado, la única respuesta posible para el discípulode Jesús es el don de sí mismo, incluso de la vida, a imitación deCristo; es la actitud de servicio. Si uno, que se dice cristiano, novive para servir, no sirve para vivir. Con su vida reniega deJesucristo.

    En esta tarde, queridos jóvenes, el Señor os invita de nuevo a queseáis protagonistas de vuestro servicio; quiere hacer de vosotrosuna respuesta concreta a las necesidades y sufrimientos de lahumanidad; quiere que seáis un signo de su amor misericordiosopara nuestra época. Para cumplir esta misión, él os señala la víadel compromiso personal y del sacrificio de sí mismo: es la vía dela cruz. La vía de la cruz es la vía de la felicidad de seguir a Cristohasta el final, en las circunstancias a menudo dramáticas de lavida cotidiana; es la vía que no teme el fracaso, el aislamiento ola soledad, porque colma el corazón del hombre de la plenitud deCristo. La vía de la cruz es la vía de la vida y del estilo de Dios,que Jesús manda recorrer a través también de los senderos de unasociedad a veces dividida, injusta y corrupta.

    La vía de la cruz no es una costumbre sadomasoquista; la vía de lacruz es la única que vence el pecado, el mal y la muerte, porquedesemboca en la luz radiante de la resurrección de Cristo,abriendo el horizonte a una vida nueva y plena. Es la vía de laesperanza y del futuro. Quien la recorre con generosidad y fe, da

  • esperanza al futuro y a la humanidad.

    Queridos jóvenes, en aquel Viernes Santo muchos discípulosregresaron a sus casas tristes, otros prefirieron ir al campo paraolvidar un poco la cruz. Me pregunto —pero contestad cada uno devosotros en silencio, en vuestro corazón, en el propio corazón—:¿Cómo deseáis regresar esta noche a vuestras casas, a vuestrosalojamientos, a vuestras tiendas? ¿Cómo deseáis volver esta nochea encontraros con vosotros mismos? El mundo nos mira.Corresponde a cada uno de vosotros responder al desafío de estapregunta.

  • 11. SALUDO DEL SANTO PADRE A LOS FIELES11. SALUDO DEL SANTO PADRE A LOS FIELESDESDE EL BALCÓN DEL ARZOBISPADO DE CRACOVIADESDE EL BALCÓN DEL ARZOBISPADO DE CRACOVIA

    Viernes 29 de Julio de 2016Viernes 29 de Julio de 2016

    Hoy ha sido un día especial. Una jornada de dolor, el viernes en elque recordamos la muerte de Jesús y con los jóvenes hemosterminado la jornada con la oración del Vía Crucis. Hemos rezadoel Vía Crucis. El dolor y la muerte de Jesús por todos nosotros.

    Hemos estado unidos a Jesús sufriente, pero no solo sufriente hace2 mil años sino también sufriente hoy, tanta gente que sufre: losenfermos, los que están en guerra, los sin techo, los que tienenhambre, los que tienen dudas en la vida, que no sienten lafelicidad, o que se sienten con el peso del propio pecado.

    En la tarde fui al hospital de los niñs, ahí también Jesús sufre entantos niños enfermos y siempre me viene esa pregunta ¿Por quésufren los niños? Es un misterio, no hay respuesta para estapregunta.

    En la mañana también otro dolor: fui a Auschwitz – Birkenau, arecordar el dolor de hace tantos años. ¡Cuánto dolor, cuántacrueldad! ¿Pero es posible que nosotros los hombres creados asemejanza de Dios, seamos capaces de hacer estas cosas? Lascosas se han hecho… yo no quiero amargarles, pero debo decirlesla verdad.

  • La crueldad no ha terminado en Auschwitz-Birkenau. Hoy, hoy, hoyse tortura a la gente, tantos prisioneros