Significado del mantra e iconografía de Tara Verde

Mantra: Oṃ Tāre Tuttāre Ture Soha (sánscr.) La última palabra suele ser pronunciada Svāhā por los tibetanos; la v tiene un sonido suave cercano a la u. El mantra es una especie de llamado a Tara para que interceda, destruya los obstáculos y agilice nuestra iluminación. Se utilizan variaciones del nombre "Tara" como devotas peticiones para provocar su dulzura compasiva. Om representa el sonido cósmico primordial, el estado de iluminación esencial de todas las cosas; Tāre representa la liberación del sufrimiento mundano; Tuttāre representa la liberación espiritual individual; Ture representa la liberación espiritual universal; Saha es una afirmación, similar a "que así sea", y significa la idea de que la iluminación se arraige en mí. Traducción del Mantra de Tara Verde al castellano: ¡Om! ¡Oh Tara! ¡Te lo ruego, Tara! ¡Oh rápida! ¡Salve! Otra transliteración: Me postro ante la Libertadora, Madre de todos los Victoriosos.

Se dice que su mantra es especialmente efectivo cuando se utiliza visualizando a otra persona, es decir, imaginando que Tara acude a beneficiar a otra persona que sufre dificultades. Podemos entonces recurrir a Tara como una grácil y expedita emisaria de nuestros deseos bondadosos y compasivos hacia los demás. Tara Verde tiene la característica de liberar de los ocho obstáculos u oscurecimientos que tienen su contraparte de protección material sobre ciertos peligros: orgullo (representado con un león), ignorancia (elefantes salvajes), odio o enojo (fuego), envidia (serpientes), visión incorrecta (ladrones), avaricia (esclavitud), deseo y apego (inundaciones) y dudas delusorias (espíritus malignos o demonios). Se dice que es tuttare el término que protege de estos ocho daños externos e internos. Beneficios de cantar el Mantra de Tara verde : El canto diario de este mantra beneficia alentándonos a recibir y dar energía amorosa. Eleva el nivel de conciencia, abre el chacra del corazón (Anahata), también elimina el miedo, la enfermedad y la ansiedad trae paz mental y prosperidad. Aún así, el principal atributo de este mantra es la ayuda que recibimos para superar situaciones desagradables. Según los lamas tibetanos, si cantamos el Mantra de Tara Verde con intenciones puras y positivas, puede ayudarnos a cumplir nuestros deseos. Conectarse con la Diosa Tara todos los días aumentará el amor y la compasión que le da a los demás y, a su vez, traerá una abundancia de bendiciones y amor a nuestra vida. Además, este potente mantra se puede cantar para eliminar obstáculos y preocupaciones. La Diosa Tara trabaja rápidamente para ayudarnos. Conectarse con la Diosa Tara es una práctica que lleva tiempo, a través de su sadhana, y conduce a una experiencia personal esclarecedora. Si uno practica durante mucho tiempo con un corazón sincero y verdadera devoción, puede suceder que se le llenen los ojos de lágrimas.

Iconografía Tara Verde es especialmente reconocida por remover los obstáculos. Se le representa en una postura en la que está lista para actuar, temeraria, sentada en el estado meditativo pero con una pierna fuera de su trono, mostrando su decisiva dinámica. Es por ello que se dice que su principal cualidad "es una extraordinaria resolución compasiva para beneficiar a los seres sensibles removiendo las causas que los llevan al miedo o a la ansiedad". Tara Verde está sentada sobre un disco lunar blanco. Su coloración verde simboliza la función activa del ser plenamente iluminado. La luna descansa sobre un loto. La luna representa su tranquilidad. El loto representa el estar libre de cualquier contaminación, al igual que el loto se eleva del barro del pantano, pero la flor misma es pura y sin mancha.

En su mano derecha, la Diosa sosteniendo un loto azul, a la altura del pecho. Esta mano, que sostiene el loto azul, también está en el mudra de enseñanza. El loto azul es una flor que florece solo por la noche, lo que conlleva la idea de que la diosa Tara ofrece la mayor protección durante los momentos de mayor oscuridad y miedo. La mano izquierda se levanta, nuevamente con la palma hacia afuera, y agarra el loto uptala. Este es el Abhaya Mudra, que es el gesto de refugio y valentía, que disipa el miedo y otorga bienaventuranza y protección divina. Su pierna izquierda está retraída en la postura del loto, lo que significa su dominio de la Perspicacia y el desapego de las cinco impurezas emocionales. Su pierna derecha está frente a su cuerpo, algo doblada, con el pie sobre una flor de loto. Esta posición significa su capacidad para entrar en acción, para actuar rápidamente para la protección compasiva de todos los seres sintientes. Origen de Tara: Cubierta de misterio, revelada en esplendor, la Gran Diosa fue adorada durante milenios. Las esculturas encontradas en cuevas prehistóricas que datan de hace 30.000 años han demostrado que Tara ha sido adorada desde la antigüedad.

Antes de que el budismo adoptara a la diosa, el hinduismo la adoraba como una manifestación de la diosa Parvati, que es una de las muchas formas de Shakti, la fuerza femenina incognoscible pero vivificante. El principio femenino no fue venerado en el budismo hasta el siglo IV d.C., y la diosa Tara probablemente fue adoptada por el budismo alrededor del siglo VI d.C. En el Tíbet del siglo VII, se creía que la Diosa estaba encarnada en cada mujer piadosa. Se vinculó principalmente con dos esposas históricas del primer rey budista del Tíbet, Songtsen Gampo (m. 649). Se decía que su esposa de la China imperial era una encarnación de la Diosa Tara Blanca, mientras que la esposa nepalí del rey era

una encarnación de la Diosa Tara Verde.

El nombre Tara (se pronuncia taaraa, ya que en sánscrito tiene dos vocales largas Tārā) tiene un campo semántico muy amplio. Por una parte la palabra "tara" significa estrella y también la pupila del ojo; por otro lado proviene de la raíz verbal para cruzar o nadar. De aquí que se diga que Tara es quien ayuda a cruzar las aguas de la ilusión, del sufrimiento o del samsara hacia la orilla de la liberación; y, como una estrella, orienta en la navegación espiritual. Asimismo está ligada con Venus, tanto como diosa madre como en su aspecto de lucero de la tarde. Se manifiesta como 21 diferentes Taras, entre ellas las más populares son Tara Verde, Tara Roja y Tara Blanca (todas ellas deidades tántricas de la prácticas del vajrayana en las que el practicante se visualiza como Tara y va construyendo un cuerpo imaginal de luz). Se le asocia con Prajnaparamita, la Perfección de la Sabiduría en el budismo mahayana, la cual en ocasiones es personificada como una deidad femenina y la cual da nombre a una serie de Sutras (textos revelados por el Buda) que habrían sido descubiertos por Nagarjuna. Arya Tara (la venerable Tara) es enormemente querida entre los budistas, pues presenta una especie de revolución feminista y un tanto ecuménica en el seno del budismo. Según una leyenda Tara era la princesa Yeshe Dawa (jnana chandra en sánscrito; Princesa Luna Sabiduría) en un sistema antiguo donde residía el Buda del Sonido del Tambor; alcanzó ahí el estado de bodhisattva en el que podía elegir cómo reencarnar y eligió reencarnar siempre como mujer (algo que constituye una rareza, si bien los budas no son hombres ni mujeres, su género y forma es sólo método para enseñar). Así Tara por eones ha tomado la forma femenina para ayudar e inspirar a los individuos que viven la ignorancia del samsara a que encuentren el camino a la iluminación. Otra historia señala que Tara Verde es la emanación de Avalokiteshavara, el Buda de la Compasión. Cuando Avalokiteshvara se encontraba en una alta montaña, se asomó hacia los océanos del samsara y observó el incesante tormento de los seres. De su más pura compasión se derramaron dos lagrimas. De su ojo derecho cayó una lagrima que fue Bhrikuti, quien fue luego reabsorbido por Avalokiteshvara y más tarde reencarnaría como la princesa Tritsun. De su ojo izquierdo cayo otra lagrima, la cual se convirtió en Tara, quien al nacer hizo un llamado a todos los practicantes del Dharma y se ofreció a interceder por su sufrimiento, como una fiel compañera de todos los que toman el camino del bodhisattva. Tara hizo el siguiente pacto: “Hay muchos seres que desean la Iluminación en el cuerpo de un hombre, pero nadie quiere ayudar a los seres sintientes en un cuerpo femenino.

¡Así que, hasta que Samsara esté vacío, Ayudaré a los seres sintientes Permaneciendo en el cuerpo de una mujer!"

El significado de la palabra "Tara". Etimológicamente, la palabra Tara significa "salvador" o "liberador", y se deriva de la raíz sánscrita "tri", que se refiere al cruce (sobre algo), como: cruzar un río, un mar o una montaña o para superar cualquier situación difícil. Por tanto, podemos decir que siempre se invoca a la gran diosa Tara cuando nos enfrentamos a situaciones peligrosas, a veces al límite o cuando debemos decidirnos a favor de una de las otras posibilidades que tenemos disponibles (por ejemplo, cuando estamos en una encrucijada y no estamos seguros de en qué dirección debemos ir más lejos, o cuándo tenemos que decidir un destino entre varias opciones, etc.). Por otro lado, Tara representa el conocimiento que salva. Entonces, el significado profundo de la diosa como Salvadora es que ella les da a los discípulos que la merecen una sabiduría divina ilimitada, que los libera de las cadenas del sufrimiento samsárico. Otro significado de la palabra Tara es el de "estrella", en el sentido de que este Gran Poder Cósmico es una estrella de nuestra frenética aspiración a Dios. Por lo tanto, ella es tanto la que nos inspira como nuestra guía en el complicado camino de la perfección espiritual. Fuentes: - Editorial de Insight State - Sandra Nieto / Harmonia.la