Sabe que es del espíritu miramez juan nunes maia
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¿SABE QUE ES DEL ESPÍRITU? Miramez/Juan Nunes Maia
Libro: Filosofía Espirita; tomo XVII
El alma sabe más o menos que genero de muerte aguardará a su
jornada en la carne, porque esto fue antes elegido, siempre que su
destino no sea cambiado por la Providencia Divina.
Todo cambia conforme la ley; solamente Dios y Sus Leyes son
inmutables.
Tenemos como un libro dentro de nosotros, en el que debemos
escribir y que estamos escribiendo con nuestras vidas.
Si combinamos determinado tipo de vida en la Tierra, somos
inspirados por ese registro, para que podamos vivirla. Los
recuerdos que se suceden en nuestra mente vienen con más o
menos claridad, eso de acuerdo con la elevación del alma.
Hay espíritus que recuerdan minuciosamente el tipo de vida que
eligieron. Ese será más culpable, si se desviase de sus objetivos.
Cada ser humano tiene una misión que cumplir en la faz de la
Tierra.
Puede la fatalidad ser una verdad en una vida, y en otra no.
Depende mucho de los cambios emprendidos por el alma en su
jornada evolutiva.
Todo cambia por fuera con las mutaciones por dentro. Las
religiones del mundo, las filosofías de vida surgieron en la Tierra
como misericordia de Dios visando a las criaturas, sobre esas
verdades que la Doctrina Espirita sabiamente anuncia, no en tanto,
esos movimientos espirituales se olvidaron de los Cielos para vivir
casi tan solamente bajo la inspiración de la Tierra.
Más Dios no se preocupa con eso; por el contrario, El ya sabía de
esos desvíos morales en lo que se refiere a la vida espiritual y Su
bondad y paciencia esperan que todos esos movimientos pasen a
reclamar reparación.
En la hora cierta, los benefactores de la Espiritualidad superior se
aproximan a esos pastores, inspirándolos a servir de ejemplo para
sus rebaños. Con el tiempo, todos los movimientos espiritualistas
volverán a unirse en un solo ideal, el del bien y de la verdad, para
que el amor sea el clima de luz encaminado para la felicidad de las
almas con deseos de tener la conciencia tranquila.
Todo espíritu recibe la intuición divina de que camina para la paz,
que existe Dios y Jesús la espera. No existe ninguno de los hijos que,
dentro de sí, no reconozca a su propio Padre.
Seamos todos de la Fuente Divina y procuremos dentro de nosotros
el perfume de Dios que transcienda donde quiera que pasemos.
Cuanto más el alma se encuentra en el primitivismo, más las
fuerzas de la naturaleza salvaje las dominan, más se cumple el
fatalismo. Después que se enciende la luz en los corazones de las
almas, ellas pasan a liberarse de todas las agresiones externas,
viendo en plena luz de Dios. Veamos lo que nos dice Santiago, en el
capítulo uno, versículo 20: Porque la ira del hombre no produce la
justicia de Dios.
El hombre desviado de las leyes naturales del Señor no puede ser
libre; él está cautivo a sus propias inferioridades. Tiene ahí la
fatalidad de sus propias elecciones, no en tanto, el Espíritu que ya
reconoce en el amor la ley más alta, ese es libre, en la libertad
espiritual y cambia los acontecimientos con los cambios internos,
que son innumerables en todos los momentos.
Los hechos muestran que muchas personas muestran tener, por
templo, el fuego. Es la intuición alentándolas, más, como no
despiertan para la luz del Espíritu y no hacen nada para descargar
el peso de su fardo en este sentido, aunque luchando para liberarse
de morir de ese modo, acaban sucumbiendo por él. No en tanto, no
existe el fatalismo para todos.
Los que descargan su karma en el proceso de la vida, con todo el
amor que la luz requiere, obtienen el cambio de su destino, que se
hace por la bondad del Creador y algunas veces sufren simples
quemaduras, teniendo su pruebas aliviadas por el bien que
hicieron a los otros, por caridad.
La vida es una donación divina y quien da recibe, esa es la ley de la
justicia.
Libro: Filosofía Espírita – Volumen XVII
Miramez / Juan Nunes Maia.