Martini, C. M. - La alegría del Evangelio

download Martini, C. M. - La alegría del Evangelio

of 88

Transcript of Martini, C. M. - La alegría del Evangelio

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    1/88

    CARLO MARA MARTINI

    La alegra

    del EvangelioMEDITACIONES PARA LOS JVENES

    ndice

    Prlogo

    Primera Parte:HACED LO QUE L OS DIGA (Jn 2,5)

    Curso de Ejercicios Espirituales

    Introduccin: La prctica de la lectio divina

    La lectio divinaRelacin con la memoria, el entendimiento y la voluntadLa contemplacin evanglicaLa dimensin universal del conocimiento

    Carcter especfico de la oracin cristiana

    1. La alegra del Evangelio

    Por qu estos Ejercicios?El relato de Can

    Los personajesLos smbolosLos valoresConclusin

    2. No tienen vino

    Una cierta vergenza del EvangelioVivir la alegra del EvangelioPreguntas para la meditacin

    3. Manifest su gloria

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    2/88

    La alegra de la cruzLa gloria de DiosLa manifestacin de la gloria en CanEl sendero de la paz

    4. Haced lo que El os diga

    De dnde nacen las palabras de Maria?Las palabras de Mara nos interpelan

    5. La Virgen misionera

    El itinerario recorrido

    La primera raz de la Iglesia misioneraUna Iglesia que prepara el caminoUna Iglesia que sabe comprometer

    El buen vino por si solo se recomienda

    Segunda Parte:LOS SALTOS CUALITATIVOS

    EN EL CAMINO EDUCATIVO CRISTIANO

    Escuela de la Palabra sobre el evangelio segn Marcos

    1. Estar con Jess

    El salto que Jess hace dar: Lectura de Mc 3,13-21Enamorarse de Jess. Puntos para la meditacinPreguntas para la oracin personal

    2. Superar el miedo y fiarse de Jess

    El miedo a fiarse: Lectura de Mc 4,35-41Hacia la meditacin y la contemplacin

    3. Afrontar la contestacin

    IntroduccinLa reaccin de Jess ante las criticas: Mc 6,1-11Preguntas para la meditacin y la contemplacin

    4. Afrontar y acoger el discurso de la cruz

    El salto cualitativo: el camino de la cruz: Mc 8,27-33Puntos para la meditacin: el discurso cristiano fundamental

    Iniciacin al silencio contemplativo

    5. Y confirmaba la palabra

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    3/88

    Lectura de Marcos 16,9-20Las tres aparicionesEl mandato de Jess y los signos del creyenteY confirmaba la palabraConclusin sobre el camino recorrido

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    4/88

    Prlogo

    En este libro se han recogido dos ciclos de meditaciones sobre laPalabra de Dios, dirigidas por el cardenal Carlo Maria Martini, arzobispode Miln, a los jvenes de la Iglesia ambrosiana, dentro del marco delprograma pastoral diocesano Dios educa a su pueblo.

    El primer ciclo est formado por los Ejercicios espirituales vespertinosque propuso en la cuaresma de 1988 del 21 al 25 de marzo en lacatedral, recordando el centenario de la muerte de san Juan Bosco ycomo preparacin para la III Jornada mundial de la Juventud, celebradaen todas las Iglesias locales el 27 de marzo, domingo de Ramos.

    El ttulo de los Ejercicios, Haced lo que El os diga, repite el delMensaje del Papa a los jvenes de todo el mundo. El santo padredeseaba que, escuchando las palabras pronunciadas por la Virgen en lasbodas de Can, se profundizase en el misterio de Mara paracomprender qu significa concretamente creer en el amor de Dios y vivirde ese amor.

    Siguiendo la invitacin del Papa, las meditaciones dirigidas por elarzobispo en estos Ejercicios son una iniciacin a la contemplacin del

    misterio de Jess, Seor de nuestra vida y de la historia, y del misterio deMaria.

    El segundo ciclo recoge las meditaciones del arzobispo en algunas de lasreuniones mensuales de la Escuela de la Palabra, que se celebran,desde hace algunos aos, para los jvenes de la dicesis en las diversaszonas pastorales.

    Siguiendo las indicaciones prcticas sugeridas en la 3.8 parte de la cartapastoral Dios educa a su pueblo, las Escuelas de la Palabra se

    proponan leer, en el evangelio segn Marcos, los pasajes que msdestacan los momentos dificiles de ruptura, de crisis de crecimiento, quellevan consigo las etapas de la conversin, a la luz del itinerario queJess hace seguir a los apstoles para educarlos en la fe en El y en sumisterio. De ah el ttulo de este ciclo: Los saltos cualitativos en elcamino educativo cristiano.

    La alegra del Evangelio resume bien, segn creo, el mensaje de todaslas meditaciones del cardenal. Hemos podido percibir esta alegria delEvangelio en sus palabras, que nacan del corazn, como una

    comunicacin de su experiencia de fe y de vida pastoral, llegando alcorazn de sus oyentes. Los jvenes se sintieron conocidos einterpretados en sus preguntas a veces sin expresar, en su fragilidad, en

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    5/88

    sus dificultades, en sus dudas; se sintieron comprendidos y ayudados.

    Creo que ser interesante subrayar al menos dos insistencias delarzobispo. Son otras tantas apelaciones a cada uno de nosotros

    jvenes y adultos, hombres y mujeres, laicos y sacerdotes que nodebemos dejar en el olvido. Tenemos que concretarlas en la reflexin y

    verificarlas a partir de nuestra experiencia concreta personal y decomunidad o grupo.

    1. La primera insistencia. Al comienzo de los Ejercicios, el cardenalsubraya que todos necesitamos un mayor arraigo contemplativo, quenecesitamos hacer sitio al Espritu Santo dentro de nosotros, paracrecer en la fe evanglica y para construir la comunidad. En efecto, la

    contemplacin est en el origen de toda verdadera opcin de vida y deaccin cristiana; todo lo que podemos atestiguar de la realidad divina alos dems hombres, nuestros hermanos, nos viene de la contemplacin;

    y sta nace de la acogida de la Palabra de Dios que nos pone encontacto con Jess, Palabra viva. Por tanto, hay que comprometerse

    seriamente en la reflexin meditada y amorosa de las Escrituras, en lalectio divina vivida en el marco de la Iglesia, de su tradicin viva, de sumagisterio. La lectio divina no es un lujo, porque es el ejercicio, o elinstrumento, mediante el cual el cristiano aprende a conocer la Biblia y aconfrontar, de modo realista, su existencia con la Palabra de Dios.

    Esta invitacin indica, a nuestro juicio, una preocupacin. Sin ese arraigocontemplativo, las comunidades cristianas corren el riesgo de estarfuertemente organizadas, programadas, potenciadas para ser eficaces,pero fcilmente propensas a caer en rencillas, en autojustificaciones, eninterminables discusiones.

    2. La segunda insistencia del cardenal se refiere a la alegra delEvangelio. Ya haba aludido varias veces a ello, al afirmar que la alegriadel Evangelio es ese no s qu que impregna toda la vida delbautizado, ese equilibrio de todas las cosas, que coincide con laespiritualidad de Mara. Lo ha recordado tambin recientemente el Papa,en su discurso a la curia romana en la Navidad de 1987, afirmando lanecesidad que tiene la Iglesia de conjugar siempre el principio petrinocon el principio mariano.

    Aqu, sin embargo, advertimos el afn del arzobispo por hacernoscomprender que la alegra del Evangelio tiene su ms alta revelacin enla cruz yse convierte en alegra de la cruz, que es la suprema expresindel amor del Padre, en Jess, por el hombre. El cardenal insiste en eltema de la cruz, con el punzante temor de que se quiera vivir el

    cristianismo prescindiendo de esa realidad.

    Pero la Iglesia es emanacin del corazn de Cristo que se rompe en lamuerte. Y el Espritu Santo introduce incesantemente al bautizado en elcorazn de ese misterio. Mientras no hayamos hecho nuestra esta

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    6/88

    verdad y no hayamos acogido y asumido el discurso de la cruz ennuestra vida, nuestras comunidades no conseguirn explotar endinamismo de caridad.

    Las insistencias que hemos sealado no impiden al arzobispo manifestar,junto con la firmeza de su pensamiento, un constante y sereno optimismo

    con respecto a la Iglesia y a los hombres, mientras que en sus palabras yen sus oraciones se transparenta una profunda y delicada devocin aMara, la Virgen de la acogida y de la alegra, la Madre de la educacinen la fe, la imagen de la Iglesia en camino.

    Estamos seguros de que este pequeo libro, que sale justamente atiempo para constituir la lectura de este verano, podr servir de

    vademecum a muchos jvenes deseosos de crecer en la madurez dela fe, a muchos educadores y a todos aquellos fieles que desean llegar auna vida cristiana coherente, comprometindose a dar testimonio de

    actitud evanglica segn las enseanzas de la Iglesia.

    No poda el arzobispo Martini darnos un regalo ms hermoso en este aomariano y en este bienio pastoral sobre la educacin, convirtindose, unavez ms, en pastor solcito y gua seguro en el camino de nuestra Iglesia

    a travs de su ejemplo y su magisterio.

    FRANCO AGNESI,consiliario diocesano de los Jvenesde Accin Catlica

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    7/88

    1 Parte

    "HACED LO QUE L OS DIGA"(Jn 2, 5)

    Curso de Ejercicios Espirituales

    Introduccin

    LA PRACTICA DE LA LECTIO DIVINA

    En la carta pastoral a la dicesis para el bienio 1987-1989, con el ttuloDios educa a su pueblo, escrib que el Espritu Santo el que habl porlos profetas e inspir la Escritura nos sigue hablando hoy a nosotros.Y aad que la educacin en la escucha del Maestro interior tiene quepasar por el ejercicio de la meditacin orante sobre la Palabra de Dios,por la prctica de la lectio divina.

    Me gustaria ahora, como introduccin, exponer el mtodo de la lectiodivina que propuse en los Ejercicios a los jvenes para leer el relato deCan del evangelio de Juan. Luego intentar captar sus relaciones con elmtodo clsico de oracin que utiliza la triple frmula: memoria,

    entendimiento, voluntad.

    La lectio divina es un acercamiento gradual al texto bblico y se remontaal antiguo mtodo de los Padres, que a su vez son herederos del usorabnico.

    La subdivisin clsica en memoria, entendimiento y voluntad es muyantigua y la desarroll especialmente san Agustn en lo que respecta altema de la memoria. Ms tarde esta trada pas a ser sinnimo de unproceso meditativo sobre la Escritura o sobre una verdad de fe.

    Recordar tambin, brevemente, el mtodo de la contemplacinevanglica)), trmino que se emplea ordinariamente para indicar el modode meditar una pgina del evangelio; tenemos un ejemplo significativo enel librito de Los Ejercicios Espirituales de Ignacio de Loyola, que a partirde la Segunda Semana habla de contemplacin, ya que el trabajo delentendimiento va dejando sitio, prevalentemente, a la implicacinexistencial y orante en la escena evanglica.

    Todo esto nos resultar til para comprender mejor cul es lacaracterstica especfica de la oracin cristiana.

    La lectio divina

    El mtodo patrstico de la lectio divina es simplicsimo y se lo recomiendo

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    8/88

    siempre a los jvenes para entrar en la oracin. Fundamentalmentecomprende tres grandes pasos o momentos sucesivos:

    La lectio consiste en leer y releer la pgina de la Escritura, poniendo

    de relieve sus elementos fundamentales. Para ello aconsejo leer con lapluma en la mano, subrayando las palabras que me impresionan o bien

    marcando con signos grficos los verbos, las acciones, los sujetos, lossentimientos expresados o la palabra clave.

    De esta forma se estimula nuestra atencin y se ponen en movimiento lainteligencia, la fantasa y la sensibilidad, haciendo que un trozo,considerado quiz como archiconocido, se nos muestre como nuevo.Despus de llevar muchos aos leyendo el evangelio, me sucede, por

    ejemplo, que, al volver sobre l, siempre descubro cosas nuevas,precisamente mediante el mtodo de la lectio.

    Este primer trabajo puede ocupar bastante tiempo si estamos abiertos alEspritu: se coloca el relato leido en el contexto ms amplio, bien sea delos trozos prximos a l, bien del conjunto de un libro, bien de toda laBiblia, para comprender qu es lo que quiere decir.

    La meditatio es la reflexin sobre los valores perennes del texto.Mientras que en la lectio asumo las coordenadas histricas, geogrficasy hasta culturales del pasaje, ahora se plantea la pregunta: Qu medice a m? Qu mensaje, referido al aqu y ahora, propone este pasajecon la autoridad que le da el ser Palabra del Dios vivo? De qu modome provocan los valores permanentes que subyacen a las acciones, laspalabras, los temas...?

    La contemplatio resulta dificil de expresar y de explicar. Se trata dedemorarse con amor en el texto; ms an, de pasar del texto y de sumensaje a la contemplacin de Aquel que habla a travs de cada pginade la Biblia: Jess, Hijo del Padre, dador del Espritu.

    La contemplatio es adoracin, alabanza, silencio ante Aquel que es el

    objeto ltimo de mi oracin, el Cristo Seor vencedor de la muerte,revelador del Padre, mediador absoluto de la salvacin, dador de laalegra del Evangelio.

    En la prctica, los tres momentos no son rigurosamente distintos, pero lasubdivisin es til para los que necesitan comenzar o reanudar estaprctica. Nuestra oracin es como un hilo que va enlazando nuestrasjornadas una tras otra, y puede suceder que, sobre un mismo texto de laEscritura, un da nos detengamos especialmente en la meditatio,mientras que al da siguiente pasamos en seguida a la contemplatio.

    Sin embargo, esta triple distincin slo expresa bastante

    rudimentariamente el dinamismo de la lectio divina, que en algn otrolibro he explicado en toda su amplitud. Una amplitud que, de hecho,

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    9/88

    prev ocho pasos progresivos: lectio, meditatio, oratio, contemplatio,consolatio, discretio, deliberatio, actio.

    Creo que ser oportuno una breve alusin a cada uno de ellos:

    La oratio es la primera plegaria que nace de la meditacin: Seor!

    iHazme comprender qu valores permanentes de este texto me faltan!Hazme comprender cul es tu mensaje para mi vida!

    Y en un momento determinado, esta plegaria se concentra en adoraciny en contemplacin del misterio de Jess, del Rostro de Dios. La oratiopuede expresarse tambin en peticin de perdn y de luz o enofrecimiento.

    La consolatio es muy importante para nuestro camino de oracin, ysan Ignacio de Loyola habla muchas veces de ella en su libro de los

    Ejercicios Espirituales. Sin este elemento la oracin pierde sal, gusto. Laconsolatio es el gozo de orar, es el sentir ntimamente el gusto de Dios,de las cosas de Cristo. Es un don que ordinariamente se produce en elmbito de la lectio divina, aunque evidentemente el Espritu Santo eslibre de concederlo cuando quiera.

    Slo de la consolatio brotan las opciones valientes de pobreza, castidad,obediencia, fidelidad, perdn, porque es el lugar y la atmsfera propia delas grandes opciones interiores. Lo que no viene de este don del Espritudura poco, y fcilmente es fruto de un moralismo que nos imponemos a

    nosotros mismos.

    La discretio manifiesta con mayor claridad an la vitalidad de laconsolatio. En efecto, mediante el gusto del Evangelio, mediante unaespecie de olfato espiritual para las cosas de Cristo, nos hacemossensibles a todo lo que es evanglico y a lo que no lo es. Se trata, portanto, de un discernimiento importante, porque no estamos llamados tanslo a observar los mandamientos en general, sino a seguir a Jesucristo.Y el seguimiento no conlleva una evidencia inmediata en las opciones de

    cada dia si no hemos entrado, por as decirlo, en la mente de Jess, si nohemos saboreado su pobreza, su cruz, la humildad de su nacimiento, superdn.

    Esta capacidad de discernir en las emociones ordinarias y en losmovimientos del corazn la marca evanglica es un don tan grande quesan Pablo lo peda para todos los fieles: Que recibis abundancia desensibilidad pse aisthsei, en griego para que podis distinguirsiempre lo mejor, lo que agrada a Dios y lo que es perfecto)) (cf. Flp 1,9-10; Rom 12.2).

    Hoy la Iglesia tiene una enorme necesidad de la discretio, ya que sus

    opciones decisivas no se refieren tanto al bien o al mal (no matar, norobar), sino a lo que es mejorpara el camino de la Iglesia, para el mundo,

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    10/88

    para el bien de la gente, para los jvenes, para los nios.

    La deliberatio es un paso sucesivo. De la experiencia interior de laconsolacin o de la desolacin aprendemos a discernir y, a continuacin,

    a decidirsegn Dios.

    Si analizamos atentamente las opciones vocacionales, nos damos cuentade que siguen, aunque sea insconscientemente, este proceso. Lavocacin es, efectivamente, una decisin tomada a partir de lo que Diosha hecho sentir y de la experiencia que de ello se ha tenido segn loscnones evanglicos.

    Tambin la deliberatio, como la discretio, se cultiva de manera especialmediante el dinamismo de la lectio divina.

    Finalmente, la actio es el fruto maduro de todo el camino. Por eso la

    lectio yla actio, la lectura bblica y la accin, no son ni mucho menos dosvas paralelas.

    iNo leemos la Escritura para conseguir la fuerza que nos permita realizarlo que hemos decidido! Ms bien leemos y meditamos para que broten

    las debidas decisiones y para que la fuerza de consolacin del Espritunos ayude a ponerlas en prctica.

    No se trata, como muchas veces pensamos, de orar ms para obrarmejor, sino de orar ms para comprender lo que debo hacer y para poder

    hacerlo a partir de una opcin interior.

    Relacin con la memoria, el entendimiento y la voluntad

    Examinando los trminos de la metodologa patrstica de la lectio divina,vemos que guardan una perfecta correspondencia con los trminosagustinianos de memoria, entendimiento y voluntad.

    En efecto, la memoria consiste en recordar, en el caso de lameditacin bblica, un trozo de la Escritura o un episodio o un versculode un salmo.

    Se habla de memoria, y no de lectio, por el simple motivo de que en otros

    tiempos no abundaban los libros y, una vez escuchado un texto, habaque recordarlo. El trabajo de memorizacin, entre otras cosas, pone encontacto con la multiplicidad del texto en sus mil ramificaciones. Aspues, la verdadera memoria, rectamente entendida, no slo reflexionasobre los elementos bsicos de la pgina bblica, sino que recuerda otras

    relacionadas con ella. Pues bien, para quien conoce la Biblia y almenos un poco deberan conocerla todos los cristianos no hay palabraque no est relacionada con otras. Reflexionamos sobre los hechos,

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    11/88

    sobre las palabras de Jess, sobre las pginas de los profetas, sobre losversculos de un salmo, ensanchando con la memoria la exploracin detodas sus afinidades.

    Para hacerlo, hoy utilizamos las concordancias. En realidad, se trata deun verdadero ejercicio de memoria, y es otro modo de expresar el

    momento de la lectio; si queris, se trata de dar vueltas a losacontecimientos con el corazn, como lo hacia Maria.

    El trmino memoria nos invita a comprender mejor que lectio significa noslo recordar otros hechos bblicos parecidos al pasaje que estamosleyendo, sino adems recordar otros hechos de la vida.

    El entendimiento corresponde a la meditatio; se trata de intentarcomprender el sentido de los acontecimientos. No basta con la memoria;se necesita la comprensin. No entendis, no comprendis todava?

    dice Jess... Y no os acordis, cuando repart los cinco panes entrecinco mil personas, cuntas cestas llenas de trozos sobraron?... Nocomprendis todava? (Mc 8,17-21).

    Jess invita a recordar, invita a tener memoria, a la lectio, yluego invita atener la inteligencia de los hechos, a comprender su significado.

    La voluntad designa todo lo que en el hombre es don de s mismo,amor y, por tanto, tambin la oracin como expresin de afecto, deimpulso, de deseo. La voluntad es, en otro mdulo cultural, la oratio y la

    contemplado, con lo que de ellas se sigue.

    Por consiguiente, el mtodo clsico de la oracin es una forma distinta deconsiderar el dinamismo de la lectio divina, considerndola menos comolectio yms como hechos objetivos y dichos que se recuerdan.

    La contemplacin evanglica

    La contemplacin evanglica, de la que habla san Ignacio de Loyola en

    la Segunda Semana de los Ejercicios Espirituales, es simplemente unresumen de cuanto hemos dicho sobre el mtodo patrstico y sobre lasubdivisin clsica, con una mayor insistencia en el aspecto oracin-contemplacin que surge a medida que avanza la capacidad y el caminode la oracin.

    Poco a poco, pasan rpidamente las preguntas de la lectio y de lameditatio, casi de corrida, mientras que crece la exigencia de estar ante

    el misterio, alabando y adorando, de saborear la presencia de Cristo.

    Ignacio habla de ver, oir, tocar, gustar y oler, dejndoseenvolver en la contemplacin incluso con los sentidos espirituales (cf.Ejercicios Espirituales, nn. 122-125).

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    12/88

    El dinamismo universal del conocimiento

    Una ltima indicacin. Los mtodos de la oracin que hemos

    considerado se corresponden entre si, porque representan el dinamismouniversal del conocimiento.

    En efecto, el hombre parte de la experiencia, de la toma de contacto conlas cosas; y la lectio, como la memoria, es experiencia de Cristo quefundamenta y contiene todas las realidades.

    Luego, en el camino del conocimiento humano, nace de la experiencia laintuicin o la hiptesis interpretativa, la comprensin de los datosacumulados; es el momento de la meditatio, del entendimiento.

    El acto cognoscitivo tiende, pues, a desembocar en una opcin, en un

    compromiso del corazn, en una entrega; es la contemplatio, la voluntad,con todo lo que de ella se deriva.

    Me parece interesante subrayar que la oracin no hace ms quereproducir, en la dinmica de las relaciones con la Palabra de Dios, la

    dinmica de fondo del obrar humano.

    Carcter especifico de la oracin cristiana

    Naturalmente, el Espritu gua nuestra oracin de maneras distintas, ycada cual tiene que buscar la suya; tiene que buscar, sobre todo, lamanera que mejor corresponda a lo que est viviendo.

    La rica terminologa patrstica y clsica subraya, sin embargo, unaexperiencia fundamental comn a todos los siglos cristianos y tiene unascaractersticas bastante precisas.

    Por eso no podemos confundirla con la meditacin hind, budista otrascendental; ni debemos confundirla con los variados mtodos de

    oracin que hoy se nos proponen, ya que en su base est la lectio o lamemoria, o sea, el hecho de Cristo.

    Nuestra oracin es oracin cristiana, porque parte de Cristo.

    En algunos momentos podr alcanzar formas casi atemticas: Cristoresucitado est presente sin que yo tenga que contemplarlo con los ojosde la fantasa. Pero fundamentalmente y lo subrayo la meditacin

    cristiana est movida por el Espritu y est siempre vinculada aJesucristo; ms an, es participacin de la oracin de Jess al Padre.

    Aqu se plantea el problema tan interesante de las relaciones entre laoracin, por as llamarla, crstica yla de las otras religiones.

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    13/88

    Existen, sin duda, formas de oracin autnticas, de las que podemosaprender; pero es muy dificil comprenderlas mientras no se hayarecorrido un camino serio y profundo de oracin cristiana, mientras no sehaya descubierto la perla preciosa que es el misterio de Jess.

    En cambio, quienquiera que (mediante el ejercicio asiduo y, sobre todo,

    la gracia del Seor pues no en vano la oracin es don) hayarealizado esta experiencia, podr captar cuanto hay de justo y deverdadero en la oracin de otras religiones.

    A quien tiene, se le dar; pero al que no tiene, hasta lo que tiene se lequitar (Lc 19,26). A quien tiene el verdadero sentido de la oracincrstica, se le dar comprender las otras formas de oracin; a quien no lo

    tenga, se le quitar incluso ese poco de oracin que tiene, porque loconfundir con una especie de tranquilidad interior que transforma tanescasamente la vida que existe el peligro de que no sea ms que culto a

    los propios dolos, culto a s mismo.

    Recuerdo a un viejo monje budista, de ms de ochenta aos, que medeca, durante una visita que hice a un monasterio de Hong-Kong:Nosotros buscamos la nada; el objetivo de nuestra vida es la nada.

    Qu quera decir? Es la suya verdadera oracin? Y, si lo es, qurelacin tiene con la nuestra?

    Si conocemos con claridad el dinamismo activo de la oracin cristiana,

    puede ser importante, como Iglesia, establecer el valor de la meditacinsin objeto, el significado del encuentro con la nada.

    La oracin crstica es entrega, actio, es estar crucificados con Cristo,entregados a los ms pobres.

    Cuando estamos privados de la luz de Cristo, las formas de oracin de

    las otras religiones, por muy bellas que sean, son peligrosas y corren elriesgo de convertirse en autojustificacin mental, en encastillamiento enlas propias opciones, en autolegitimacin. Y no hay nada tan terrible en

    el camino asctico o en el camino, entre comillas, espiritual como elrepliegue en la satisfaccin de uno mismo.

    Pienso aqu en las personas que rezan, que rezan mucho y que, sinembargo, se las arreglan para hacer siempre lo que quieren y para

    legitimar sus propias opiniones, sin entrar nunca en un clima de Iglesia yde verdad. Quiz no se las ha ayudado a ejercitarse de veras en la lectiodivina y a pasar, de la experiencia de la reflexin meditativa, a lacontemplacin y a sus sucesivas etapas que, por el poder del EsprituSanto, transforman la Palabra de Dios en vida vivida, en accinevanglica.

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    14/88

    1La alegra del Evangelio

    Por qu estos Ejercicios?

    Saludo cordialmente a todos los presentes y a los que, a travs de laradio, me estn escuchando en las diversas iglesias de la dicesis. Es ungran don del Seor, a la vez que un compromiso para los que estamosaqu, el vivir una comunin de oracin aunque estemos fsicamentedistantes.

    Son tres, fundamentalmente, los motivos que me han impulsado aproponeros cinco tardes seguidas de reflexin y meditacin:

    1. En primer lugar, el centenario de san Juan Bosco, el amigo de losjvenes. Al principio se pens en traer a esta catedral los restos mortalesdel santo, como para escuchar su mensaje reunidos en torno a sucuerpo.

    De todas formas, don Bosco est espiritualmente presente,especialmente con su mensaje de alegra: Laetari et bene facere:

    estad alegres y haced el bien. Pidamos al Seor, por su intercesin, eldon de acoger este mensaje de alegra que el santo supo llevar de formatan eficaz a tantos jvenes de su tiempo y que sigue llevando hoy a todoel mundo.

    2. El segundo motivo es la preparacin para la Jornada mundial de laJuventud, que se celebrar el prximo domingo y que anticiparemos enla vigilia del sbado con la Traditio Symboli.

    Queremos unirnos a las intenciones del Papa; por eso el ttulo de los

    Ejercicios repite la invitacin que l propuso para la Jornada de laJuventud: Haced lo que El os diga (Jn 2,5).

    Esta expresin, como sabis, est tomada del episodio de Can que nosnarra el evangelista Juan. En este relato, Mara acta para la alegra delos convidados, para la alegra de los esposos, para la laeegra de lagente; y Jess acta para la alegra de los hombres.

    As pues, nuestros Ejercicios tendrn como tema fundamental lapregunta que nos planteamos ya en esta primera meditacin, pero que

    recogeremos las otras tardes: Qu le falta a mi alegra? Y quaumento de alegra quiere darme el Seor para la vida a que me hadestinado?

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    15/88

    La pregunta tendr que brotar de nuestro corazn. Mi alegra se veperturbada por muchos problemas personales, por muchosacontecimientos sociales pienso en el hecho tan triste de Belfast, dedos soldados linchados por la gente, por ejemplo, por problemas de lacomunidad.

    Seor! Cmo quieres infundirnos tu fuerza, tu gracia, para quesirvamos a la alegra y a la paz de los hombres?

    3. El tercer motivo por el que os ped la asistencia a estos Ejercicios esmi conviccin profunda de que todos necesitamos un mayor arraigocontemplativo. Tenemos necesidad de entrar ms en nosotros mismos,de escuchar en el corazn la Palabra de Dios, de revisar con valenta las

    heridas interiores que perturban nuestra alegra y de exponerlas a lamedicina de la Palabra del Seor. Tenemos necesidad de hacer sitio alEspritu Santo dentro de nosotros, para un obrar ms constante, ms

    perseverante, para ser constructores de paz, para superar nuestrasinquietudes y las de nuestras comunidades, las rencillas, los temores, los

    prejuicios.

    Hoy, en este momento particular de la Iglesia, tenemos necesidad, sin

    duda, de un mayor arraigo contemplativo.

    Se habla con frecuencia de la fragilidad actual de los jvenes; peroqueremos confesar que todos, jvenes y menos jvenes, somos frgiles,y lo somos tanto ms cuanto menos arraigados estamos en la fe. Yestamos poco arraigados en la fe porque no perseveramossuficientemente en la escucha silenciosa de la Palabra.

    As pues, qu nos pide el Seor a cada uno en estas tardes? Me pareceque nos pide, sobre todo, cuatro actitudes:

    El silencio, que tendr su culminacin en los diez minutos de silencioque seguirn a mi exposicin de la Palabra. Procurad vivirlos como elmomento ms precioso y rico de toda la sesin. No ser un tiempo vaco

    si nace del asombro y del respeto ante la venida del Espritu Santo quequiere invadir nuestro corazn.

    La escucha de la Palabra de Dios proclamada en el evangelio; laescucha de mis reflexiones sobre el texto y del pensamiento final de donBosco. (Cada tarde, un padre salesiano conclua la reunin actualizando para el da de hoyuna enseanza de san Juan Bosco).

    La perseverancia contra el cansancio, ya que el ejercicio quequeremos hacer es fatigoso y requiere una victoria sobre nosotrosmismos, aun a pesar del fro, el sueo, la inquietud, el nerviosismo y la

    ansiedad.

    Finalmente, el Seor nos pide que recemos a partir de la Palabra

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    16/88

    escuchada, que hablemos con El y con Maria, nuestra Madre, que nosdirijamos al Padre hablndole de nosotros, de la sociedad en quevivimos, de nuestra poca alegra, de lo que nos falta, de lo que nosgustara tener...

    El relato de Can

    El evangelista Juan tiene una habilidad especial para concentrar en unaspocas lineas un montn de smbolos y de significados, resumiendo en unsolo texto la substancia de todos los dems. Desde este punto de vista,si aprendemos a penetrar en un solo episodio, podremos penetrar entodo el resto del cuarto evangelio y de la historia de la salvacin.

    Empecemos a releer, muy sencillamente, el episodio de Can que habisescuchado, a fin de comprenderlo en su globalidad, como si nos

    pusiramos en lo alto de un monte para contemplar un panorama.

    Ante todo, hemos de considerar que el relato es mucho ms amplio de loque cabra esperar. Si lo hubiese referido Marcos, por ejemplo, se habralimitado a decir lo siguiente: Estando Jess en un banquete de bodas,sucedi que escaseaba el vino, y Jess transform en vino el agua queall haba, y todos bebieron hasta hartarse. Estas pocas palabras sonsuficientes para dar el meollo del episodio.

    Pero, si Juan prefiri detenerse en tantos detalles concretos, como

    veremos, significa que nos quiere decir muchas ms cosas que la simplenarracin de un hecho. Por tanto, conviene profundizar en la lectura paraponer de manifiesto las intenciones del evangelista.

    Preguntmonos, entonces, quines son los personajes que actan;cules son los smbolos que Juan pone de relieve; cules los valores queevoca.

    El texto dice:

    Tres das despus se celebraba una boda en Can de Galilea y estabaall la madre de Jess. Fue invitado tambin a la boda Jess con susdiscpulos. Y, como faltara vino, le dice a Jess su madre: `No tienenvino'. Jess le responde: `Qu tengo yo contigo, mujer? Todava no hallegado mi hora'. Dice su madre a los sirvientes: `Haced lo que l os diga'.

    Haba all seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de losjudos, de dos o tres medidas cada una. Les dice Jess: `Llenad lastinajas de agua'. Y las llenaron hasta arriba. `Sacadlo ahora, les dice, yllevadlo al maestresala'. Ellos lo llevaron. Cuando el maestresala prob elagua convertida en vino, como ignoraba de dnde era (los sirvientes, losque haban sacado el agua, si que lo saban), llama el maestresala al

    novio y le dice: `Todo el mundo sirve primero el vino bueno y, cuando yaestn bebidos, el inferior. Pero t has guardado el vino bueno hasta

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    17/88

    ahora'. As, en Can de Galilea, dio comienzo Jess a sus seales. Ymanifest su gloria, y creyeron en l sus discpulos. Despus baj aCafarnan con su madre y los hermanos, pero no se quedaron allmuchos das (Jn 2,1-12).

    Los personajes

    La madre de Jess es el primer personaje que se menciona. No sedice su nombre en todo el evangelio de Juan.

    En nuestro texto se habla varias veces de ella: la madre de Jess estabaen las bodas; al faltar el vino, la madre se lo indica al Hijo; luego Jessinterpela a su madre con el nombre de mujer y, a pesar de surespuesta, la madre dice a los sirvientes que hagan lo que El Ies diga.

    Al final del episodio se menciona de nuevo a la madre, que baj conJess y los dems a Cafarnan.

    El relato de Can est, ante todo, bajo el signo de la madre de Jess. ElPapa lo comenta ampliamente en la encclica Redemptoris Mater, que ha

    dirigido a toda la Iglesia para el Ao Mariano.

    Maria es llamada por Jess mujer; ese mismo ttulo volver a aparecer

    en el evangelio de Juan solamente en el momento de la cruz, es decir,cuando Jess le presenta al evangelista dicindole: Mujer, he ah a tu

    hijo (Jn 19,26). Esto significa que Can tiene que leerse en relacin conel episodio de la cruz, y que en este episodio de las bodas se nosanuncia veladamente el misterio de la Redencin.

    El segundo personaje destacado es Jess; invitado a la boda, llegacon sus discpulos, escucha a la madre que le invita a poner remedio, leresponde primero con unas palabras que suenan como un rechazo;

    luego da rdenes por dos veces a los sirvientes.

    Su presencia vuelve a recordarse al final del episodio: As dio comienzo

    Jess a sus seales y manifest su gloria. Es un pasaje cristolgicomuy importante: aqu Jess manifiesta su gloria.

    Recordis cmo, en el prlogo, el evangelista Juan resume todo elmisterio de la encarnacin en la expresin: Hemos visto su gloria (Jn1,14). Por tanto, subrayar que Jess la manifiesta en Can sugiere unmisterio grande.

    El tercer personaje est representado por una categora de personas:los discpulos, que son invitados a la boda, presencian el hecho y

    creyeron en Jess. Evidentemente, es un momento muy importantetambin para el camino de los discpulos.

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    18/88

    Los discpulos no son los Doce, como se nos ocurrira pensar a primeravista. En este momento del evangelio de Juan son solamente los dosprimeros discpulos (el propio evangelista Juan y Andrs) que habanseguido al Seor por invitacin de Juan Bautista, y luego Simn, con elque ya se haba encontrado Jess, Felipe y Natanael.

    Cinco hombres que, tmidamente, le acompaan y que al principio no sedan mucha cuenta de lo que acontece, pero despus sienten unestremecimiento y a sus ojos se revela la gloria de Jess.

    Los sirvientes son tambin personajes destacados: tienen la valentade creer en la palabra de Maria; tienen la valenta de. ejecutar, sinplantearse muchos problemas, las rdenes de Jess, y de esta forma se

    convierten en los que saben lo que ha pasado. Son de las poqusimaspersonas que comprenden el hecho.

    El maestresala es otro personaje del relato. Representa un papel algomezquino, ya que no cae en la cuenta de que falta el vino, y luego, alencontrarse frente a la novedad, no sabe cmo explicarla e inventa unaocurrencia graciosa para reprochar al esposo.

    El maestresala no se da cuenta de que ha habido una manifestacin deDios. Representa al hombre rodeado por algo superior a l, pero quecree poder dominar la situacin, siendo as que en realidad se queda almargen.

    El esposo es el ltimo personaje del relato; es una figura apenasesbozada, evanescente, que permanece en el fondo de la escena.Beneficiario de un gran don del poder divino, no cae en la cuenta de ello.

    Una serie de personas muy diversas: Mara, Jess, los apstoles, lossirvientes, el maestresala, el esposo y, naturalmente, la gente. Hombresy mujeres, con sus capacidades e incapacidades, con sus problemas,con sus preocupaciones cotidianas, pueblan este episodio. Podemosdecir que es una pequea multitud sorprendida en un momento tpico de

    la vida cotidiana la fiesta, la alegra, el banquete y que aprovechaJess para su intervencin de amor y de alegria.

    Los smbolos

    El pasaje es tambin rico en smbolos: indicaciones de tiempo y desituaciones que, a la luz de toda la Escritura, asumen un significado derealidades ms altas.

    Los esponsales son esa realidad humana en la que se lee el misterio

    de Cristo y de la Iglesia. Como sabemos por la Escritura, son el smbolode la alianza, del amor de Dios con el hombre.

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    19/88

    Tres das despus es la frase con que comienza el relato. Para elNuevo Testamento tiene un sentido muy concreto: en efecto, el tercer daes el de la Resurreccin. Con esta mencin misteriosa, Juan nos lleva altema determinante, decisivo: la Pascua de Jess. Es interesante elversculo que sigue inmediatamente al episodio, porque dice: Seacercaba la Pascua de los judos, y Jess subi a Jerusaln (Jn 2,13).

    No es posible dejar de leer nuestro pasaje a la luz de la Pascua.

    Ms an. El captulo primero del evangelio de Juan est plagado deindicaciones cronolgicas: al da siguiente (Jn 1,26) Juan Bautista ve

    venir a Jess; al da siguiente (Jn 1,35) Juan Bautista se encontrabacon dos de sus discpulos; al da siguiente (Jn 1,43) Jess parti paraGalilea. Sumando todos estos das, comprobamos que el evangelista haconstruido el arco llammoslo as de la primera semana delministerio de Jess, que culmina en la manifestacin de Can. Perotambin la ltima semana del ministerio de Jess culminar en lamanifestacin definitiva del Seor, del vino nuevo, de la alegria nupcial,de la humanidad renovada; es decir, culminar en la Resurreccin.

    En Can tenemos, por as decirlo, el primer sntoma de que Jess havenido a renovar la alegria del hombre, enturbiada por las dificultades ycontratiempos cotidianos.

    Todava no ha llegado mi hora es otra mencin cronolgica rica ensmbolos.

    Desde el principio, Jess nos invita a mirar hacia su hora, aquella en laque, sabiendo que haba llegado la hora de pasar de este mundo alPadre..., se levanta de la mesa, se quita el manto y, tomando una toalla,se la ci... y se puso a lavar los pies de los discpulos (cf. Jn 13,1-5).

    El milagro de Can anticipa la hora definitiva de la muerte de Jess, desu resurreccin, de su manifestacin a la humanidad.

    El vino es un elemento simblico muy importante para la Escritura.

    Est en el centro del episodio: primero, porque falta; luego, porque seconstata su falta; ms tarde, porque se intenta remediar dicha falta; y,finalmente, porque la falta es suplida por la abundancia.

    El vino, como meditaremos maana por la tarde, es una imagen bblicafundamental: T has dado a mi corazn ms alegria que cuandoabundan el trigo y el vino nuevo, canta el salmista (Sal 4,8). El vino es elsmbolo de la alegra de Dios, del entusiasmo, de una vitalidadexuberante. Por tanto, el vino es lo que se opone a la tristeza, a lamonotona cotidiana, a la repetitividad, al aburrimiento. Es el salto alegredel hombre que abandona las precauciones, los temores, los reparos, lasreservas, y se lanza...

    Es un tema simblico fundamental para comprender el significado del

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    20/88

    relato.

    Las seis tinajas de piedra son descritas cuidadosamente por Juan.Tinajas de piedra vacas, incapaces de dar lo que deberan dar; deberan

    contener aceite o vino para el banquete; pero, al estar vacas,constituyen una realidad pesada, molesta, un estorbo. Son smbolo de

    una religiosidad seca, vaca, sin contenido, formalista, de una religiosidadque Jess viene a transformar.

    As, el agua vertida con abundancia en las tinajas, capaz deconvertirse en una realidad nueva, es smbolo de la riqueza y laabundancia de la vida del Espritu, evocada precisamente en el agua queuna fuente inagotable derrama sobre la tierra.

    Como veis, son muchos los signos y los smbolos de esta pgina deCan que recuerdan otras pginas de la Escritura y que convierten el

    relato en una verdadera mina de enseanzas para quien lo medita conamor, en un condensado de los misterios divinos.

    Los valores

    Especialmente en la ltima parte del relato, el evangelista Juan subrayaexpresamente algunos valores:

    l Jess dio comienzo a sus seales,

    l Jess manifest su gloria,

    l Creyeron en El sus discpulos.

    Como ya hemos recordado, las seales o milagros, la gloria, la fe, laPascua, son los valores de gran significado teolgico que estnpresentes en nuestro episodio.

    Os invito a meditar, durante unos minutos de silencio, en todo lo que

    hemos dicho, dejando que empiecen a entrar en vosotros todos lospersonajes, las situaciones, los smbolos...

    En efecto, meditar bblicamente significa masticar bien el texto hasta queconsigamos saborearlo en toda su profundidad y sentir que el EsprituSanto de Dios que nos presenta en Jess la fuerza de su accinhistrica est en nosotros.

    Conclusin

    Hemos visto as las diversas realidades de las personas que nos hapresentado el evangelista. Se nos ha presentado la humanidad, no slo

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    21/88

    en sus situaciones personales, sino tambin en las colectivas; los grupos(sirvientes, discpulos) y las grandes instituciones que la componen. Lasinstituciones naturales el matrimonio, la fiesta, el banquete y lasinstituciones religiosas: una religiosidad seca, vaca, petrificada, gris,incapaz de saciar al hombre, y una religiosidad nueva, trada por Jess:la atencin de Maria, las ganas de hacer el bien a los dems, la

    capacidad de llenar de alegra el corazn del hombre.

    -Concdenos, Seor, contemplar la riqueza de tu revelacin en estassencillas palabras del evangelista. Concdenos dejarnos invitar a las

    bodas de tu Palabra, para que podamos gustar abundantemente el vinodel Espritu y llenarnos de la revelacin, de la riqueza de las Escrituras,con la que quieres alimentarnos todos los das de esta semana.Concdenos penetrar en algunos momentos fundamentales y en algunasenseanzas decisivas de este pasaje evanglico, que es como unasntesis de tu misterio de amor, de redencin, de gracia, de atencin alhombre, de ofrecimiento de alegra a tu Iglesia.

    Intentad plantearos, con paz y serenidad, las dos preguntas que hicimosal principio:

    Seor, qu le falta a mi alegra?; qu turba mi alegria?; qu le faltaa nuestra alegra, como grupo, como Iglesia, como sociedad?

    Seor, qu aumento de alegra quieres darnos?; qu alegra tienesreservada para m, para hacerme participar de esta fiesta, para sacarmede mis apuros y de mi aridez, de mi religiosidad quiz un tanto cansina,fatigosa, estancada, de la religiosidad de nuestro grupo que gira un pocoen torno a s misma, de nuestra pesantez de Iglesia?

    Seor! Creo en Ti, espero en Ti, cuento contigo, porque T, a travs dela escucha de tu Palabra evanglica, nos quieres llenar del vino nuevo detu Espritu.

    Y t, Mara, causa de nuestra alegra, aydanos a entrar en esta Palabra

    y a prepararnos a meditar las enseanzas y exigencias que contienepara cada uno de nosotros".

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    22/88

    2No tienen vino

    Seor, queremos ponernos a la escucha de tu Palabra, fuenteinagotable de vida; a la escucha de Mara, que nos dice: No tienen vino!

    Concdenos, Mara, que comprendamos lo que quieres sugerirnos,porque sabemos que t pronunciaste esa palabra en una situacindeterminada y que nos la repites a nosotros en el hoy de nuestraIglesia.

    En su mensaje para la Jornada mundial de la Juventud, quecelebraremos el prximo Domingo de Ramos, Juan Pablo II escribe que

    Mara expres, en las palabras pronunciadas en Can, el secreto msprofundo de su vida.

    Por consiguiente, es muy importante para nosotros conocer tambin a laVirgen a travs de su afirmacin llena de preocupacin: No tienen vino.

    Ya hemos visto cmo el texto de san Juan que estamos meditando es

    una fuente profunda en la que podemos distinguir tres niveles distintos:primero, el nivel de los sucesos que se narran, es decir, el de laspersonas, los grupos, las situaciones, los smbolos que nos presenta el

    evangelista en la realidad histrica del episodio. Est luego el nivel de laprofeca eclesial: Juan y la Iglesia primitiva reflexionaron sobre el texto,sintindolo como profeca sobre la Iglesia. Y el tercer nivel es el de la

    profeca csmica, en el sentido de que este trozo es profeca sobre elmundo, sobre la historia considerada desde la perspectiva del Dios quesalva.

    Esta tarde deseamos comprender qu significa la falta de vino a nivel denuestra experiencia de Iglesia y de sociedad. El versculo del Salmo: "Thas dado a mi corazn ms alegra que cuando abundan el trigo y el vino

    nuevo" (Sal 4,8), habla de la alegra del trigo, que es la alegra de todaslas realidades, necesarias para sobrevivir. Todava podemos hoy

    comprender esto si miramos a algunos pases del tercero y del cuartomundo, sobre todo a los paises sometidos a la sequa y a las grandescalamidades naturales; en Bangladesh, que visit hace algunassemanas, podemos llamarlo la alegra del arroz)), que es el alimentobase de la regin. Cuando la estacin es buena y se cosecha cierta

    cantidad de arroz, la alegra de la gente es enorme, ya que el espectrodel hambre desaparece para algunos meses, a no ser que sobrevengaun aluvin o un tifn. As pues, para aquellas poblaciones significa queAl les ha asegurado el puado diario de arroz, y estalla la alegra.

    Pero en qu consiste la alegra del vino? Es algo todava mayor; no

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    23/88

    solamente la alegra de sobrevivir, sino la alegra de la fiesta, de laamistad, del banquete, de las bodas, del amor, de la vida nueva, de lavictoria.

    La alegra del vino es seal del entusiasmo, de la sencillez, de la agilidadinterior; es smbolo de la superacin de las inhibiciones, de los temores

    que impiden la comunicacin mutua. En la Biblia, como por otra parte enla historia de las culturas, el vino es smbolo de la vida que se desborda,que se expande libremente, que se expresa.

    En cambio, la falta de vino, en la simbologia cultural y bblica, es todo loque cierra, lo que endurece, lo que crea sospechas, tristeza,susceptibilidad, irritabilidad, malhumor, pesimismo, crtica corrosiva,

    envidia.

    Una cierta vergenza del Evangelio

    En la Carta a los Romanos (1,16) san Pablo se expresa en estostrminos: No me avergenzo del Evangelio, que es una fuerza de Diospara la salvacin. Son palabras que pueden ayudarnos a comprender laapurada afirmacin de Mara: No tienen vino.

    Preguntemos, pues, al apstol: Qu motivo podras tener paraavengonzarte del Evangelio? Por qu dices: No me avergenzo, envez de decir: Estoy orgulloso del Evangelio; doy la vida por el

    Evangelio? Qu es esa vergenza del Evangelio que alejasdecididamente de ti? Quiz con tu negacin nos quieres dar a entenderque nosotros podramos avergonzarnos? Qu significa hoyavergonzarse del Evangelio?

    Creo que debera aplicarse no slo al renegar de Jess, como le ocurria Pedro, sino tambin a ciertas formas sutiles de vergenza que a vecesse dan en nuestra existencia contempornea, incluso de Iglesia.

    Pienso concretamente en tres situaciones:

    1. La primera se refiere al llamado dilogo. Pablo VI, en su primeraencclica, Ecclesiam suam, escrita en 1964, despus de un ao depontificado, es decir, despus de una larga meditacin, habl de formamaravillosa del dilogo, e introdujo en la Iglesia este tema, que el

    Concilio recogi convirtindolo desde entonces en un tema clsico.

    Sabemos cules son las condiciones del dilogo: que se aprecie el

    parecer del otro, que se considere que hay algo bueno en las posicionesde cada uno, que se acepte como posible no slo enriquecer a los

    dems, sino tambin ser enriquecido por ellos.

    Sin embargo, qu puede nacer del ejercicio del dilogo hecho en

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    24/88

    condiciones no del todo correctas? Puede nacer una especie deincertidumbre sobre las propias opiniones, una falta de seguridad en smismo, porque, si el otro tiene razn, quiz yo est equivocado.Embarcndome en el dilogo, puedo llegar a perder mi identidad, aconfundirla, a mezclarla. De ese modo puede ocurrir que yo sientavergenza del Evangelio.

    Recuerdo que en una conferencia de prensa, hace algunas semanas,con representantes de las Iglesias cristianas europeas (ortodoxas,protestantes y catlicas), reunidos en Miln, una periodista nos habl de

    una experiencia que haba tenido en un encuentro ecumnico. Deca,entre otras cosas: eran todos tan amables, de tal manera intentabantodos decir lo que poda agradar a los dems, que al final ya no se sabaexactamente cul era la posicin de cada uno.

    Este es el riesgo del dilogo: en un momento determinado, sin quererlo,

    me encuentro avergonzndome un poco del Evangelio, de mi certeza, demi conviccin profunda, e intento aunque slo sea tcticamente

    prescindir de l.

    2. La segunda situacin se refiere a la valoracin de las otras religiones.

    En todas las religiones hay valores, y el Concilio lo afirm vigorosamenteen la declaracin Nostra Aetate sobre las relaciones con las religiones nocristianas. Es verdad que todas las religiones pueden ayudar a loshombres a buscar a Dios. Pero puede plantearse de nuevo el problemade la timidez en el anuncio. A veces he odo a los misioneros plantearsela pregunta: si esas personas tienen sus valores religiosos, por qu voya perturbarlas? Quiz pueda ayudarlas a comprenderse mejor, pero conqu derecho proclamo el Evangelio, si tienen ya los instrumentos de lasalvacin, aunque sean imperfectos?

    Por subrayar unilateralmente importantes y valiossimas conclusiones delConcilio, se puede llegar a una especie de vergenza del Evangelio.

    3. La tercera situacin, anloga a la anterior, viene determinada por laatencin a los grandes valores humanos.

    Con toda justicia, la Constitucin conciliar Gaudium et Spes reconoceque pueden darse en todas partes fragmentos de valores cristianos,incluso en sistemas de pensamiento muy alejados del cristianismo.

    Pero en el deseo de encontrarlos corremos el peligro de relativizarnuestra fe y de no saber ya muy bien lo que significa anunciar elEvangelio.

    De ah la tristeza, la incertidumbre, la timidez en el anuncio, la confusinde ideas Verdaderos retos a nuestra conciencia contempornea!.

    De ah la falta de alegra: falta el vino del Evangelio, porque ha sidoaguado, silenciado, puesto entre parntesis.

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    25/88

    El reto es de tal categora que entran ganas de renunciar al dilogo, deno aceptar los valores de las otras religiones, de exorcizar todo valorhumano existente fuera del cristianismo, por miedo a perder ese tesorotan precioso que es la alegra del Evangelio.

    No podemos negar que en nuestra poca la falta del vino del Evangelio

    se nota abiertamente; nunca se ha hablado tanto de evangelizacin y, almismo tiempo, nunca ha habido tan poco coraje para evangelizar. Entrenosotros, en el mismo mundo misionero, se advierte el cansancio queprovocan estos razonamientos, estos interrogantes: Qu es hoy la

    misin? Qu sentido tiene hoy misionar?

    Ved cmo adquiere entonces significado la frase de Mara: No tienen

    vino, les falta la alegra del Evangelio. No tienen vino o estn a punto deagotarlo. Cuando en un banquete llega a faltar algo, enseguida hayalguien que corre a buscarlo a otra mesa; la gente se irrita, se pone

    nerviosa, se enfada, y al final se dan cuenta de que, en realidad, a todosles falta algo. Entonces empiezan a decir: Quin es el culpable? Quin

    ha organizado esta fiesta o esta excursin y cmo no ha preparadosuficiente para todos? Por qu hemos malgastado lo que tenamos yahora no tenemos lo que necesitamos?

    Surgen discusiones parecidas a las del relato de las vrgenes necias y lasvrgenes prudentes: al llegar el esposo, nos preguntamos quin ha sidotan poco previsor que ha dejado que falte el vino de la alegra delEvangelio.

    Acusamos entonces a ciertas teoras, a ciertas teologas que han creadoesa situacin de falta de alegra, de entusiasmo, de coraje. Buscamos alculpable y hacemos un proceso a la historia; nos preguntamos quin ha

    escondido el vino, quin lo ha desperdiciado, quin ha dejado caer pordistraccin alguna botella al llevarlo a la despensa, quin ha actuadoindebidamente.

    La fuerza incisiva de las palabras de Mara, Pobrecillos, no tienenvino!, fotografa con toda exactitud nuestra situacin contempornea.

    Vivir la alegra del Evangelio

    Mara, T que diste alegra abundante a la familia de Can, da tambina nuestra familia el vino del Evangelio y, sobre todo, haznos comprenderen qu consiste esta abundancia de alegra.

    Hay dos parbolas muy tiles en este sentido: El Reino de los cielos essemejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo unhombre, lo vuelve a esconder y, por la alegra que le da, va, vende todo

    lo que tiene y compra el campo aquel. Tambin es semejante el Reino delos cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y que al

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    26/88

    encontraruna de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra (Mt13, 44-46).

    La alegra del Evangelio es como la alegra de aquel que, habiendo

    encontrado un tesoro, se vuelve loco de alegra, vuelve a casa y vendetodos sus bienes, incluso los malvende, para poder comprar el campo en

    cuestin. Los vecinos piensan que se ha vuelto loco, sospechan quequiz est siendo chantajeado por alguien y necesita dinero, o que talvez lo haya perdido todo en una casa de juego. Pero aquel hombre sabemuy bien adnde quiere llegar, y no le importa lo que digan de l. No le

    impresionan las palabras ni los juicios de los dems, porque sabe que eltesoro que ha encontrado vale ms que todo cuanto tena.

    Tambin el mercader que ha encontrado la perla preciosa lo vende todo,y la gente piensa que quiere cambiar de oficio o que no est en suscabales. Pero l sabe que, cuando tenga la perla preciosa, tendr un

    bien mucho mayor que todas las dems perlas juntas y que, si quiere,podr incluso volver a comprarlas todas.

    La alegra del Evangelio es propia de aquel que, habiendo encontrado laplenitud de la vida, se ve libre, sin ataduras, desenvuelto, sin temores, sin

    trabas. Ahora bien, creis, acaso, que quien ha encontrado la perlapreciosa va a ponerse a despreciar todas las dems?

    iNi mucho menos! El que ha encontrado la perla preciosa se hace capazde colocar todas las dems en una escala justa de valores, derelativizarlas, de juzgarlas en relacin con la perla ms hermosa. Y lohace con extrema simplicidad, porque, al tener como piedra decomparacin la perla preciosa, sabe comprender mejor el valor de todaslas dems.

    El que ha encontrado el tesoro no desprecia lo dems, no teme entrar entratos con los que tienen otros tesoros, puesto que l est ahora encondiciones de atribuir a cada cosa su valor exacto.

    Tambin resulta a propsito aquella palabra evanglica: A quien tienese le dar; pero al que no tiene, incluso lo que tiene se le quitar (Lc19,26). A quien tiene la alegra del Evangelio, a quien tiene la perlapreciosa, el tesoro, se le conceder el discernimiento de todos los otrosvalores, de los valores de las otras religiones, de los valores humanosexistentes fuera del cristianismo; se le dar la capacidad de dialogar sin

    timidez, sin tristeza, sin reticencias, incluso con alegra, precisamenteporque conocer el valor de todas las dems cosas. Al que tiene laalegra del Evangelio se le dar la intuicin del sentido de la verdad quepuede haber en otras religiones.

    Por el contrario, al que no tenga se le quitar aun lo poco que tenga. Alque posee poca alegra del Evangelio se le ir de las manos la capacidadde dilogo y se obstinar en la defensa a ultranza de lo poco que posee,

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    27/88

    se cerrar dentro de si mismo, entrar en liza con los dems por temor aperder lo poco que tiene. Este es nuestro drama, el drama de nuestrasociedad. La poca alegra del Evangelio es causa de mezquindad y detristeza en todos los terrenos de la vida eclesistica y social, producecorazones encogidos y es causa de absurdas discusiones sobreautnticas nimiedades.

    Es la Virgen la que nos dice: si no tenis la alegra del Evangelio,moriris en vuestra tristeza.

    Mara, t que haces el diagnstico de nuestra sociedad y de lo que aveces nos aflige como cristianos, advirtiendo desconsolada a tu Hijo: `Notienen vino', concdenos abrir nuestros corazones a la verdadera alegra

    del Evangelio. Concdenos, Madre, comprender lo que vale de verdad,ya que la alegra del Evangelio es, precisamente, del Evangelio, no unaalegra cualquiera, sino la que viene de la acogida sin lmites de la

    iniciativa divina de amor por nosotros, en Jess crucificado.

    El que busca la alegra en seguridades humanas, en ideologas o enextravagancias no puede encontrar esta alegra. La alegra del Evangelioes Jess crucificado, que llena nuestra vida, perdonando nuestros

    pecados, dndonos la seal de su amor infinito, llenndonos noche y dade su profunda alegra.

    La alegra de Can es Maria, que invade nuestro corazn con su ternura,con su bondad, con su compasin, con su misericordia.

    Cuando nos falta agilidad, cuando estamos asustados, cuando somosperezosos, recelosos, agobiados por el futuro de la Iglesia y de nuestracomunidad, significa que no tenemos la alegra del Evangelio, sino slouna sombra, cierto eco lejano, intelectual, abstracto, del Evangelio.Porque subraya san Pablo el Evangelio no es doctrina, teora, sinofuerza de Dios para la salvacin de todo el que cree. Acoger elEvangelio es acoger su fuerza.

    As pues, Maria nos invitar a acoger la fuerza del Evangelio, aexaminarnos sobre la alegra, a aspirar a ella; nos invita a confiar enCristo crucificado que quiere llenarnos de su alegra.

    Preguntas para la meditacin

    Para concluir, me gustara proponer algunas reflexiones prcticas para eltiempo de silencio que, como he dicho, es la perla de toda nuestraactividad. Aunque nos resulte fatigoso, estoy seguro de queexperimentaremos un gran beneficio para nuestra vida. Preparmonospara eso con las siguientes preguntas:

    1. Tengo dentro de m la alegria del Evangelio? He probado de veras

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    28/88

    alguna vez esta alegra? Qu es y cmo se manifiesta en m? Cmoes una alegra que supera a todas las dems y no reniega de ellas, sinoque las valora, las comprende, las acoge, las juzga, las reordena?

    Concdeme, Seor, la alegra del Evangelio, porque no hay tesoro mayorque ella, no hay nada que se le pueda comparar, y vale la pena venderlo

    todo para alcanzarla.

    2. Qu paso hacia adelante tengo que dar para abrirme a la alegra delEvangelio, para saborear ese poco o ese mucho que ya tengo?

    Porque la alegra del Evangelio no es slo como una perla; es verdadque Jess la compara con ella, pero tambin la compara con el agua quebrota a borbotones y que, por tanto, no es algo que pueda conservarseen el frigorfico. La alegra del Evangelio o acta o desaparece; odespunta como un retoo o se marchita. A menudo se nos da, pero

    nosotros no la secundamos enseguida, no damos los pequeos pasosque nos sugiere, y entonces desaparece del corazn.

    Qu paso quiero dar, Seor, para hacer sitio a esta alegra?

    El primer paso es el que estamos dando en estos Ejercicios, mediante elsacrificio, la voluntad y la perseverancia con que los hacemos. Seor, tedamos todo esto con alegra. Gracias, Seor, por habernos llamado ahacer este gesto.

    Pensemos luego, en nuestro corazn, en algn otro paso que tengamosque dar: pensmoslo ahora, no maana. Porque los pasos se dan, antetodo, en el corazn y, si esta tarde tomamos una decisin, la alegracomenzar ya ahora a florecer.

    Me permito haceros una sugerencia. Todos vivimos en nuestro entornoen casa, en la escuela, en el trabajo, con los compaeros, con las

    personas que deberan ser nuestros amigos tal o cual situacin demalestar. Una situacin que nos pesa, una persona que no acabamos deaceptar, un hecho que nos disgusta. Pongmonos delante de esa

    situacin diciendo: Seor, te doy gracias porque, a travs de esasituacin que me resulta un tanto hostil, incmoda o difcil, T me dasuna ocasin providencial para vivir el Evangelio de la amistad, delperdn, de la resignacin, del sacrificio, de la renuncia, de la paz.

    Si damos este paso, si tomamos la decisin de orar de esta manera,atraeremos sobre nosotros la alegra del Evangelio, y la alegra delCrucificado invadir nuestra vida.

    Mara! Abre nuestro corazn para que no seamos sordos a esta

    palabra tuya: No tienen vino! Abre nuestro corazn para que nosdejemos amonestar por ti como merecemos, y podamos de este modoobtener el don de la reconciliacin y de la alegra que Jess prepara para

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    29/88

    nosotros.

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    30/88

    3Manifest su gloria

    Esta tarde vamos a contemplar el misterio de la cruz a partir de laspalabras que se encuentran al final del relato de Can: As, en Can deGalilea, dio Jess comienzo a sus seales. Y manifest su gloria ycreyeron en l sus discpulos (Jn 2,11).

    Mara, que estuvo al pie de la cruz del Seor, nos obtenga la gracia deconocer el corazn de este misterio y comprender cmo Jess manifestsu gloria con el milagro del agua transformada en vino.

    En efecto, al leer este trozo, observamos a primera vista una ciertadesproporcin entre ese pequeo hecho domstico, conocido solamentepor unas pocas personas, y la interpretacin del evangelista que afirma:Manifest su gloria.

    La alegra de la cruz

    Ayer tarde intentamos explicar la palabra de Mara: No tienen vino. La

    Virgen decamos lanza este grito de alarma, indicndonos que elvino es la alegra del Evangelio y que nos falta con excesiva frecuencia.Falta en muchos bautizados que viven arrastrndose pesadamente,renqueando bajo el peso de la vida, con ms amarguras quesatisfacciones.

    Falta la alegra en la gestin eclesistica ordinaria del culto y de lapastoral, y nuestras asambleas y comunidades denuncian a veces esaescasez de alegra. Falta tambin la alegra en no pocos grupos yrealidades, como me ha escrito uno de vosotros despus de la reflexin

    de ayer: Falta en nosotros, los cristianos de un Occidente en tantosaspectos cansado, dbil y desilusionado, la locura del enamorado, laalegra del justo. Aumenta as la sospecha, resucita la caza de brujas, semultiplican palabras y reuniones, mientras disminuyen la pasin y elcompromiso)).

    La Virgen sabe todo esto y est cerca de nosotros.

    Sin embargo, de una conversacin que hoy he tenido me ha quedado laduda de que quiz no todos los que han seguido la meditacin en

    particular los que la han seguido por radio, fuera de la atmsfera deoracin que estamos viviendo han comprendido de veras lo que

    significa la alegra del Evangelio. No es la alegra de leer las palabras de

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    31/88

    la Escritura, aun cuando al leerlas podamos experimentar cierta alegra.

    La alegra del Evangelio, que Pablo define como fuerza de Dios para lasalvacin de todos los creyentes (Rom 1,16), es la alegra de saber que

    Dios se me comunica. Porque T, Dios mo, me amas a pesar de todo;porque amas a esta humanidad; porque la redimes; porque nos amas

    dndonos a tu Hijo; porque no nos abandonas; porque eres para m unPadre y te comunicas conmigo en una ininterrumpida cascada degracias.

    La alegra del Evangelio es la alegra por la buena noticia de que Diosama a los pecadores, a los desesperados, a los dispersos, a losextraviados, y nos vuelve a conducir a su intimidad. Y esta alegra del

    Evangelio, misteriosamente, tiene su culmen en la cruz.

    No es casual el que esta tarde contemplemos la cruz mirando tambin la

    reliquia ante la cual rezaron san Carlos Borromeo y todos nuestrospadres en la fe.

    La buena noticia de que Dios se comunica conmigo con amor indefectibley misericordioso tiene su culmen en la cruz.

    Naturalmente, pueden pasar muchos aos antes de que, en el caminocristiano, se comprenda de verdad la relacin que existe entre elEvangelio y la cruz, aunque lo proclamemos desde el comienzo de lavida de fe. El propio Apstol comenz la predicacin afirmando la cruz,

    pero necesit aos de experiencia y desilusiones para llegar a la intuicinexistencial de su carcter central.

    Tambin para nosotros pueden transcurrir muchos aos de vida cristiana,y hasta de vida sacerdotal o religiosa, antes de vernos realmenteiluminados sobre ese carcter central del misterio de la cruz, sobre laidentidad entre la cruz y la gloria.

    Al meditar las palabras de Juan: Manifest su gloria, pidmosle aMara que nos disponga a recibir este don.

    La gloria de Dios

    La afirmacin del evangelista como he dicho nos sorprende, porquenos parece desproporcionada en relacin a la modestia del suceso, que,por otra parte, no recuerdan los Sinpticos, por lo que podemos suponerque el hecho pas un tanto desapercibido para la tradicin.

    Pero nos sorpendemos ms an cuando, al proseguir la lectura del

    cuarto evangelio, nos damos cuenta de que en el captulo 7 Juan indica:Todava Jess no haba sido glorificado (Jn 7,39). Slo a partir delcaptulo 12 se empieza a hablar de la glorificacin de Jess: Ha llegado

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    32/88

    la hora dice el Seor de que sea glorificado el Hijo del hombre)) (Jn12,23); y despus del lavatorio de los pies, cuando se anuncia la traicinde Judas, y ste sale del cenculo para realizar su delito, Jess exclama:Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre)) (Jn 13,31). Finalmente, enla ltima oracin durante la cena, Jess reza diciendo: Padre, glorifica atu Hijo (Jn 17,1).

    As pues, esta gloria de Jess se manifest al final de su vida: en latraicin, en la muerte, en la cruz. As lo entiende el mismo prlogo delevangelio de Juan: El Verbo se hizo carne y puso su tienda entre

    nosotros se vino a vivir con nosotros, en nuestras pobres tiendas decampaa, para hacerse accesible, y hemos visto su gloria, gloria querecibe del Padre como Hijo nico, lleno de gracia y de verdad (Jn 1, 14).

    Juan vio esta gloria en el momento en que Jess, clavado en la cruz,despus de haber gustado el vinagre, dijo: "Todo est cumplido"; en el

    momento en que uno de los soldados le traspas el corazn con la lanzay sali de l sangre y agua (cf. 19,30-37).

    Solamente podemos comprender la manifestacin de la gloria de Jessen Can a partir de la contemplacin del crucificado traspasado, a partir

    de su muerte dolorosa en la cruz.

    La gloria, de la que tantas veces habla la Escritura, es el esplendor deDios, el desbordamiento de su poder, la riqueza, la bondad, la ternura deDios, que invade la historia. Esto es la gloria: el esplendor divino queinvade la historia y se hace visible.

    En el Antiguo Testamento, la gloria divina es percibida por el hombre engrandiosas manifestaciones de la naturaleza: pensemos en los truenos,los relmpagos, la tempestad, el terremoto y el fuego del Sina.

    Cmo es posible que la plenitud desbordante de Dios se hayaconcentrado toda ella en Jess y en su cruz? En qu sentido su muertese manifiesta como gloria? Por qu llamamos gloria al fluir de la

    sangre y el agua del costado de Jess despus del ltimo golpe con quese ensaan en su cuerpo torturado? No es, ms bien, una ignominia,una crueldad, una injusticia o, todo lo ms, el silencio de Dios sobre lahistoria?

    Nosotros comprenderemos el misterio de la gloria del Seor partiendo delepisodio de Can y releyendo todo el evangelio como una sucesin depequeos signos de la gran gloria de Dios en el Calvario.

    La manifestacin de la gloria en Can

    En Can, Jess, gratuitamente, multiplica el vino para alegra de loshombres. Y poco despus cura al paraltico, multiplica los panes, cura a

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    33/88

    un enfermo, devuelve la vista al ciego de nacimiento, resucita a Lzaro.

    As pues, la gloria de Dios consiste en que el hombre viva, en que nomuera, en que goce, en que no sufra ni est triste. La gloria de Dios es la

    alegra del hombre. Dios es Aquel que se compromete hasta el fondo pornuestra alegra; es el que se entrega por completo para rescatarnos de

    nuestra tristeza, el que toma sobre s nuestros dolores, el que carga conellos, el que no pone lmites a la manifestacin de su amor por nosotros,por cada uno de nosotros.

    Por eso podemos intuir algo del misterio de la gloria contemplando aJess que muere en la cruz. El momento culminante de la gloria de Dios,el momento en que su gloria se revela de manera luminosa, insuperable,

    es cuando Jess acepta voluntariamente la muerte por amor al hombre,para comunicarle el Espritu, para salvarlo del pecado, para devolverle lavida y la paz. Ahora ya no podemos dudar de que Dios nos ama hasta el

    fin. La cruz es el signo supremo de la ternura de Dios y, por tanto, de sugloria.

    Concdenos, Seor, comprender que precisamente en la cruz, en laderrota, en la humillacin, se manifiesta tu gloria de amor gratuito al

    hombre, se manifiesta tu naturaleza ms ntima. Porque T eres el quese da sin lmites, y tu entrega no se muestra en el trueno, en el viento, enla tempestad, en la victoria sobre los enemigos. Se insina ya en lacuracin de la enfermedad, en el vino de Can y en el paraltico quevuelve a caminar. Pero, sobre todo, aparece cuando T, Seor, lo dastodo hasta el fondo, cuando no tienes ya nada que no hayas dado por m.

    Esta es tu gloria, aunque no logremos expresarla con palabrasadecuadas.

    La gloria de Dios se manifiesta en toda la actividad de Jess como dadorde vida, pero alcanza su mxima expresin en la cruz.

    Can es el primer anuncio; efectivamente, all se percibe la atencin del

    Seor por el hombre, su ternura, su acogida benigna de la invitacin deMara, aun cuando no haba llegado todava la hora de la cruz.

    Can es manifestacin de la gloria, porque es amor de Dios al hombre.

    La gloria de Dios se manifiesta en las cosas grandes, aunque no sean

    deslumbrantes a los ojos del mundo, evidenciando un supervit de amory de gratuidad. Un superavit increble, insuperable, de amor y degratuidad, que consiste en su saber perderlo todo por nosotros, en susaber perdonarlo todo en el momento de la muerte de su Hijo en la cruz.

    La gloria de Dios se manifiesta tambin en las cosas pequeas, en loshechos cotidianos, en Can. Es la misma gloria la que aparece en la cruzy la que vive el momento cotidiano de entrega gratuita.

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    34/88

    Por eso cada uno de nuestros pequeos gestos de gratuidad manifiestala gloria del Seor. Y lo mismo que t, Jess, al manifestar tu gloria enCan obtuviste que los discpulos creyeran en ti, as tambin nosotrosnos hacemos crebles cada vez que manifestamos con alegra tu gloriaen actos de entrega gratuita y autntica.

    En nuestro modo de orar esta tarde, en nuestro modo de saludar a unapersona y estrecharle la mano, en nuestro modo de interesarnos por otroy de prestarle atencin, de no pasar distradamente frente a lasnecesidades de los hermanos, manifestamos la gloria de Dios.

    Poco a poco nos haremos capaces de manifestarla en pruebasparticulares, en momentos graves de nuestra existencia, porque ya

    desde el principio, en las cosas pequeas de cada da, hemosescuchado, como Jess, la sugerencia de Mara.

    El sendero de la paz

    Para concluir, me gustara sacar una ltima consecuencia de lameditacin sobre Jess que en Can manifiesta su gloria. Esta gloria semanifiesta hoy de una manera especial, en nuestra sociedad eficacista,predicando la paz.

    El reconocimiento de la gloria de Jess en la cruz, acogido en el corazndel hombre, produce realmente una prctica de no violencia activa y

    generosa que trae al mundo la victoria de la cruz. La no violenciacristiana evanglica es una traduccin de la gloria de la cruz en mediodel eficacismo y la tensin producida por el miedo en nuestra sociedad.

    Seor, T nos llamas a dejarnos educar por la gloria de la cruz, a travsde los pequeos gestos de Can, para que reeduquemos a una sociedadenferma de tensiones, de agresividad y de guerra, mediante ladescontaminacin y la desinfeccin que los gestos de paz, de noviolencia, producen en la vida cotidiana.

    Cada renuncia a la agresividad, al deseo de venganza, a lasusceptibilidad exasperada, a la honrilla vana, es quitarle hierro a laviolencia, es una victoria de la cruz de Jess, es educar seria yprogresivamente a la humanidad para la gloria de la paz.

    Mara, reina de la paz, purifica nuestros corazones de todas lasagresividades que los ofuscan y concdenos que realicemos cada dagestos de perdn".

    Y en el momento de silencio, que ser a la vez tiempo de adoracin de la

    cruz, oremos diciendo:

    Seor, haz que comprendamos el misterio de tu alegra, de tu gloria y

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    35/88

    de tu cruz. Haz que pueda comprender cunto hay en m de agresividad,de resistencia a los otros, de desconfianza, de miedo. Lbrame, Seor,depura en m todo cuanto me enfrenta a los dems y hazme caminar porel sendero de tu paz.

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    36/88

    4.Haced lo que El os diga

    He recibido la carta de una joven que participa en estos Ejercicios y queme ha sealado un paralelismo entre su experiencia de oracin y el

    atletismo que practica. Es un escrito muy sabroso; os voy a citar algunaslneas para que os animis a vivir bien nuestro itinerario:

    El comienzo del atletismo. Alguien me dijo que debera ponerme ahacer deporte. No es que tuviera especiales cualidades, pero podraservirme de ayuda en el futuro. Tambin me dijo alguien que la oracines una experiencia maravillosa, que podra ayudarme a crecer.

    Los primeros pasos. Cuando empec a hacer deporte, fue bastante duro.El cuerpo no siempre responda a lo que le peda; pareca que no meaportaba nada; slo algn dolor muscular. Cuando empec a haceroracin, tambin fue duro: el orar me resultaba fatigoso. Me cansaba

    fsicamente estar all concentrndome, guardando silencio, recogiendomis pensamientos en Dios. Pareca tiempo perdido; me pareca que noreciba nada.

    Despus de cierto tiempo, tras un perodo de entrenamiento, el cuerpo

    empieza a reaccionar, se cansa menos, consigue ponerse mejor enmovimiento, resistir el cansancio. Las exigencias de antes parecen ahorafciles. Quizs es posible aumentar un poco ms el esfuerzo. La oracin:

    despus de cierto tiempo ya no cansa estar all, sentada, encontrndotecontigo misma, dialogando con Dios. Ahora sientes que alguien habladentro de ti, consigues estar ms rato; el tiempo pasa aprisa; parecepoco lo que ya tienes.

    Me detengo aqu, deseando que al final de nuestros Ejercicios osparezca que el tiempo pasa deprisa, incluso en los momentos de silencio,

    y que en todo caso cada uno de nosotros tenga la constancia deperseverar en el ejercicio del espritu, lo mismo que tenemos laconstancia y el afn de perseverar en los ejercicios corporales, aunqueresulte fatigoso.

    Vamos a reflexionar ahora en aquellas palabras de Mara que figurancomo titulo en el Mensaje del Papa para la Jornada mundial de laJuventud: Haced lo que El os diga (Jn 2,5).

    Ayer por la tarde intent mostrar que la gloria de Jess que se manifest

    en Can es la que brilla en la cruz, y que de ella se derivanconsecuencias decisivas sobre el sentido de la vida y de las pequeascosas de cada da, sobre el modo de situarnos en la sociedad. Me

    hubiera gustado detenerme ms despacio sobre el vino de nuestra

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    37/88

    alegra, que derrama en los corazones el amor de Jess crucificado porel hombre, amor que brilla soberanamente en la cruz. Paradjicamente,la alegra del hombre nace de la cruz de Jess y, al contemplar alCrucificado, se nos ofrece la alegra del Evangelio, la alegra de sentirnosamados de Dios.

    Me doy cuenta de que no he logrado expresar todo el montn depensamientos que me bullan por dentro. Esta tarde volveremos sobre eltema desde otro punto de vista; en concreto, desde las palabras tansencillas que dirigi la Virgen a los sirvientes del banquete de Can.

    De dnde nacen las palabras de Mara?

    El Papa escribe: 'Haced lo que El os diga '. Con estas palabras expresMaria, sobre todo, el secreto profundo de su misma vida. Tras de estaspalabras est toda ella (cf. Mensaje para la III Jornada mundial de laJuventud, n. 2).

    En qu sentido, Mara, expresaste el secreto ms profundo de tu vida

    en esta invitacin a los sirvientes de Can?

    De qu profundidad de experiencia brotan tus palabras? Recordamosque una frase parecida a la tuya aparece en el libro del Gnesis, cuandolos egipcios, al encontrarse sin comida debido a la caresta que sufran,se dirigen al Faran, que les responde: Id a Jos; haced lo que l osdiga (Gen 41,55). Son, pues, palabras que tienen ya toda una historiade providencia en tiempos especialmente difciles y duros.

    1. En Mara nacen, ante todo, de una situacin de prueba. No habla apartir de un momento de entusiasmo, de euforia, sino de un momento dedolor, aunque encubierto.

    Porque Mara, mientras presenta la invitacin con toda tranquilidad,esconde un sufrimiento anlogo al sufrimiento de la mujer siro-fenicia de

    que nos habla el evangelio segn Mateo. Jess se haba dirigido hacia laregin de Tiro y Sidn, y la mujer, natural de aquel pas, pidi a Jess lacuracin de su hija. El Seor, despus de que los discpulos le pidieranque la atendiese, respondi: No he sido enviado ms que a las ovejasperdidas de la casa de Israel. En este momento la pobre madre le dijo:

    Tambin los perrillos se alimentan de las migajas que caen de la mesade sus amos (cf. Mt 15,21-28). La mujer haba experimentado,ciertamente, una sensacin de malestar, de sufrimiento; se haba sentidorechazada. Pero, a pesar de ello, haba tenido una enorme confianza enJess. Tambin el centurin haba acudido a Jess para suplicarle que

    curase al siervo gravemente enfermo, y Jess le respondi con unaspalabras que podemos leer de forma interrogativa: Acaso voy a ir yo atu casa?, hacindole ver que un judio no entraba en casa de un pagano.Pero el hombre tuvo coraje para decir: Yo no soy digno de que vengas a

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    38/88

    mi casa; pero di tan slo una palabra y mi siervo quedar sano (cf. Mt8,5-13).

    Otra situacin nos recuerda tambin la de Maria. Se trata del episodio del

    funcionario real; Jess haba ido de nuevo a Can de Galilea, y elfuncionario, que tenia un hijo enfermo, le apremia para que vaya a

    curarlo. Jess le dice: ((Si no veis signos y prodigios, no creis. Elhombre, dolorido, insiste: Seor, baja antes de que mi nio muera (Jn4,46-54).

    Pues bien, Maria haba escuchado esta respuesta de su hijo: Qutengo yo contigo, mujer? Todava no ha llegado mi hora (Jn 2,4). Losexegetas interpretan de diversas maneras estas palabras de Jess, las

    cuales, sin embargo, en ningn caso reflejan una aceptacin entusiastade la propuesta de la madre, y sta podra haberse echado atrs.Muchas veces nosotros, en ocasiones semejantes, nos sentimos

    despechados y decidimos lavarnos las manos y dejar que las cosassigan su curso. Pero Mara sabe que se trata de una prueba: la prueba

    de la fe.

    Ella no se siente despechada ni se disgusta, sino que persevera y dice a

    Jess: A pesar de las apariencias, yo me fio plenamente de ti, hijo mo, einvito a los dems a que te obedezcan sin vacilar.

    As pues, sus palabras manifiestan la superacin de una situacin deprueba, de silencio de Dios.

    En la encclica Redemptoris Mater el Papa indica varias veces que laVirgen se vio probada en su fe.

    2. En segundo lugar, la invitacin a los sirvientes nace de una inclinacinprofunda del corazn de Mara. Sus palabras traducen el s primordialde la Anunciacin. Tras de estas palabras est toda ella. Su vida fuerealmente un gran `s' al Seor, un `s lleno de alegra y de confianza.Mara, llena de gracia, Virgen Inmaculada, vivi toda su vida en una

    apertura total a Dios, incluso en los momentos ms difciles, quealcanzaron su apogeo en la cima del monte Calvario, a los pies de lacruz. No retira nunca su `s' (cf. Mensaje del Papa para la TerceraJornada mundial de la Juventud, n. 2).

    Aqu, en Can, el si de Mara se traduce con la frase: Estad tambinvosotros dispuestos a hacer lo que El os pida, todo lo que Dios os diga,ya que el hombre encuentra su verdadero bien en hacer la voluntad deDios.

    3. Pero la Virgen no sabe lo que Jess piensa decir a los sirvientes; nosabe si realizar un milagro o si les mandar a comprar vino; no sabe

    nada. En efecto, en el texto griego la palabra suena de forma muyindeterminada: Haced cualquier cosa que os diga; Dios no abandona a

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    39/88

    sus hijos que se encuentran en apuros, aunque se trate de un apuro depoca monta.

    En el corazn de Mara que pronuncia estas palabras anida la certeza de

    que hay que fiarse de Dios, habita la gran esperanza que no engaa,porque Jess es la solucin de las situaciones aparentemente cerradas

    de la historia.

    As pues, tambin de la esperanza nace la invitacin de Mara a lossirvientes.

    4. Finalmente, la frase Haced lo que El os diga nace de un espritumuy prctico. Maria no pide a los sirvientes que consideren atentamenteel problema, que busquen las causas y que traten de averiguar quintiene la culpa de que falte vino, sino que dice simplemente: Haced,obrad.

    Ella sabe que no son los que dicen: Seor, Seor, sino los que hacenla voluntad de Dios, los que entrarn en el reino de los cielos; el queescucha las palabras y las pone en prctica se parece a un hombreprudente que construye su casa sobre piedra (cf. Mt 7,21-27).

    Maria sabe muy bien que son bienaventurados los que escuchan lapalabra de Dios y la guardan (Lc 11,28), no los que la estudian odiscuten de ella en mesas redondas: Hacedlo que El os diga.

    Las palabras de Mara nos interpelan

    Ahora propongo que retomemos los cuatro motivos profundos de dondenacen las palabras de la Virgen, a modo de meditacin (el segundoescaln de la lectio divina), es decir, ponindonos en lugar de Maria ypreguntndonos: Vivimos nosotros esta actitud? Nos habramos

    expresado en su situacin del mismo modo que se expres ella?

    1. La prueba del silencio de Dios. Ante todo, nos preguntamos si somos

    capaces de superar la prueba de una aparente negativa de Jess.Vivimos a veces momentos en que advertirmos el silencio de Dios, enque parece que no nos responde, o nos responde negndonos lo que lehabamos pedido. Qu sentimientos nos asaltan en tales situaciones?

    Nace en nosotros la tristeza y la desconfianza en Dios. No slo a nivelpersonal, sino tambin a nivel social: las amarguras, las injusticias, lascrueldades de la situacin social de la humanidad pienso, por ejemplo,

    en las que describe la ltima encclica del Papa, Sollicitudo reisocialisllevan a muchos hombres a la conclusin de que Dios no existe, o

    de que ha abandonado al mundo.

    Esta prueba del silencio de Dios roe el espritu moderno y lo hace

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    40/88

    suspicaz: Querr Dios de veras nuestro bien?

    Se trata de una tentacin muy sutil del hombre contemporneo, que nosabe reconocer la prueba de la fe, que se atrinchera en el silencio de

    Dios como si fuera definitivo.

    Qu distinta es el alma de Maria, que supera la prueba inmediatamente,sabiendo que Dios no engaa, que tiene el corazn ms grande que elsuyo!

    Qu distinta es el alma bblica, tal como se expresa, por ejemplo, en ellibro de las Lamentaciones de Jeremas, que he reledo precisamente enestos das, porque me parece rico en indicaciones respecto de algunosde los grandes sufrimientos de la Iglesia y de la sociedad! LasLamentaciones contienen frases muy fuertes, que a primera vista suenancomo blasfemias y recuerdan las protestas de Job: Ha quebrado mis

    dientes con guijarros, me ha revolcado en la ceniza. Mi alma est alejadade la paz, he olvidado la dicha. Dije: Han fenecido mi vigor y laesperanza que venan de Yahvh! (Lam 3,16-18).

    De este modo, el hombre se siente perdido frente al silencio de Dios,como cantamos en el salmo 66: T nos probaste, oh Dios, nos purgastecomo se purga la plata; nos prendiste en la red, pusiste carga ennuestros lomos; dejaste que un cualquiera a nuestra cabeza cabalgara,por el fuego y el agua atravesamos (vv. 10-12).

    Pero el libro de las Lamentaciones contina: Esto (estas pruebas, estashumillaciones, esta soledad) lo dar vueltas en mi corazn: quierorecobrar la esperanza. Que el amor de Yahvh no se ha acabado, ni seha agotado su ternura; cada maana se renuevan: grande es sufidelidad!... Bueno es Yahvh para el que en El espera, para el alma quele busca. Bueno es esperar en silencio la salvacin de Yahvh (Lam3,21-23.25-26).

    Preguntmonos: mi reaccin ante la prueba, ante el silencio de Dios,

    ante el cielo cerrado sobre mi, se asemeja a la reaccin de Mara o a lareaccin del hombre bblico?

    2. La actitud del corazn humano. Hemos dicho que la frase Haced loque El os diga nace de una inclinacin profunda del corazn de Maria ahacer lo que Dios quiere, con la conviccin de que en eso consiste elbien del hombre.

    En realidad, el hombre contempraneo como, por lo dems el hombrede siempre cuando est encadenado a su propia mundanidad tiene laactitud espontnea totalmente opuesta: yo s dnde est mi bien, miganancia, mi provecho; el tiempo es mo, el vientre es mo; mi bien no es

    lo que Dios quiere de m.

  • 7/30/2019 Martini, C. M. - La alegra del Evangelio

    41/88

    El hombre cree, incluso, que puede comprar su bien: Te pago y eresmo!

    El s de Mara es, por tanto, un programa revolucionario: Hgase en

    m segn tu palabra; tu bien es el mo; mi bien es el tuyo. Ella

    respondi con todo su `s' humano, femenino, y su respuesta de feinclua una perfecta cooperacin con la gracia de Dios que previene ysocorre y una perfecta disponibilidad a la accin del EsprituSanto (Redemptoris Mater, n. 13, citada en el Mensaje para la TerceraJornada mundial de la Juventud).

    Intentemos, en el tiempo de silencio que tendremos dentro de poco,ponernos en sintona con la palabra de Maria diciendo: Seor, T eresmi proyecto.

    Y preguntmonos: Qu suscitan en m estas palabras? Quiz me denmiedo, porque no acabo de fiarme hasta el fondo del Seor.

    Pero el miedo es natural, porque estas palabras slo puedo decirlas porla gracia, por don de Dios. Es un don suyo el que pueda confiar en El; y,

    sin embargo, slo as me encontrar a mi mismo. Porque la expresinT, Seor, eres mi proyecto; hgase en m segn tu voluntad!representa la conviccin de que el bien es querido por Dios, de que Diosno puede querer ms que mi bien.

    En qu consiste, por otra parte, el pecado original? En pensar que talvez Dios no quiera nuestro bien, que quiz nos manda cosas que no sontiles para nosotros.

    T eres mi proyecto es exactamente todo lo contrario de la duda. Ysa es la palabra de Jess en la cruz. El recibe sobre sus hombros elrbol de la cruz para cumplir el mandato de Dios, abrazando hasta el