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LITERATURA DIGITAL La Red de Universidades Lectoras y el emprendimiento en cultura y educación JUAN MARÍA VARGAS PREMIO NACIONAL DE FOMENTO DE LA LECTURA SUPLEMENTO CULTURAL DE DIARIO CÓRDOBA DIRECTOR: FRANCISCO LUIS CÓRDOBA BERJILLOS COORDINADOR DEL SUPLEMENTO: FRANCISCO ANTONIO CARRASCO AÑO XXVII. NÚMERO 1196 SÁBADO, 23 DE NOVIEMBRE DEL 2013

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LITERATURADIGITALLa Red de Universidades Lectoras y el emprendimiento en cultura y educación

JUAN

MAR

ÍAVA

RGAS

P R E M I O N A C I O N A L D E F O M E N T O D E L A L E C T U R A

S U P L E M E N T O C U L T U R A L D E D I A R I O C Ó R D O B A

D I R E C T O R : F R A N C I S C O L U I S C Ó R D O B A B E R J I L L O S

C O O R D I N A D O R D E L S U P L E M E N T O : F R A N C I S C O A N T O N I O C A R R A S C O

A Ñ O X X V I I . N Ú M E R O 1 1 9 6

S Á B A D O , 2 3 D E N O V I E M B R E D E L 2 0 1 3

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☛ CUADROS

ArtecontemporáneoJuana Castro

DIARIO CÓRDOBACuadernos del Sur

Sábado, 23 de noviembre del 2013

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Agenda

‘ H o m e ,

bumpy ho-

m e ’ e s e l

título de la

exposición

de Marisa

Vadillo que

puede verse en la Facultad de

Filosofía y Letras de Córdoba,

en Galerías del Cardenal Sala-

zar. Las dulces casitas instala-

das sobre tablas de planchar

supuran un charquito color

rosa chicle, indicio de incógni-

tas relaciones interiores; en las

fotografías fosforecen apari-

ciones trasmutadas en objetos

de deseo y consumo; o la cara

dual de la “maternidad”, entre

el sueño de Ícaro y la ley de la

gravedad. En “menú del día”

una hilera de bocadillos con

su relleno íntimo evoca la ba-

nalización de ese otro consu-

mo de la prostitución; y en

“arquetipos” los estropajos de

cocina muestran su doble faz.

Cada bodegón y cada instala-

ción remiten a esa inestabili-

dad acechante, indefinida de

lo cotidiano, donde conviven

lo usual normativo con la

crueldad escondida de los

cuentos de hadas.

Cuando Ignacio Ramonetdice que, “desde Fidel Cas-tro, no había surgido un

líder tan arrolladoramente popu-lista” como Hugo Chávez, es deltodo cierto, aunque he de decirque me he permitido la licenciade introducir la coletilla de popu-lista por mi cuenta, ya que Ramo-net en ningún momento se habíareferido al general venezolano enesos términos. Pero, si teníamosalguna duda, después de leer susconversaciones recogidas en HugoChávez. Mi primera vida, no cabeduda alguna de que, aparte deser un líder creado a sí mismo,fue ese general en su laberintoque tan bien reflejara en su no-vela Gabriel García Márquez al na-rrar los últimos días de SimonBolívar. Militar antes que diri-gente, pronto se dio cuenta deque el devenir de América Latinaestaba en manos de los hombresy las mujeres que la poblaban. Yasí nació lo que dio en llamar la“Revolución bolivariana”. Estasconversaciones con Ignacio Ra-monet probablemente habráque leerlas con la perspectiva deltiempo para entender el convul-so tiempo de un continente quese resiste a ser el “burdel yan-qui”. Vuelven los Gal. No, no memalinterpreten, vuelven en for-ma de libro. José Amedo, posible-mente uno de los inspectores depolicía que más portadas acapa-ran en los años ochenta, y nogracias precisamente a sus éxi-tos policiales, ha sido, es y seráesa persona estigmatizada porhaber coordinado los GAL, porhaber dado vida a una de laspáginas mas lamentables de la

reciente historia de España, quecoincide con el ascenso al poderde Felipe González. Condenadopor sus diferentes actividades,eufemismo que encierra secues-tros, asesinatos, etc, a más decien años de cárcel, ahora, trein-ta años después de aquella leja-na “Acta fundacional de los Gal”,Amedo vuelve a la primera pági-na de la opinión pública con ellibro Cal viva, dispuesto a contaraquello que no pudo (o no quiso)hacer en los sucesivos sumariosen los que se vio involucrado. Re-cordaremos los años del plomo,las muertes de Lasa y Zabala, elsecuestro de Segundo Marey, ynos desvelará los diferentes Or-ganigramas de los Gal (el Gal ver-de y el Gal Civil) así como la car-ta que le enviara en 1994 al en-tonces Ministro del Interior yJusticia José Alberto Belloch, de-tallando el esquema organizati-vo de la organización y “ponien-do nombre a la famosa X”. Unaparte de nuestra historia quecreíamos olvidada, de las cloacas

del poder, que vuelven de nuevoa demostrar cuán frágil fue y esla reciente democracia española.Leyendo Perdidos, la última obrade Cristina Martín Jiménez,quien pasa por ser una de quie-nes primero presentaron “en so-ciedad” el misterioso Club Bil-derberg, me encontré con unafrase atribuida al Premio Nobelde la Paz Nicholas Murray Butlerque de alguna forma resume to-do su libro: “El mundo se divideen tres categorías de personas:un número muy pequeño queproduce los acontecimientos, ungrupo un poco más grande queasegura su ejecución y vigilacómo acontecen, y por fin, unaamplia mayoría que no sabenunca lo que ha ocurrido en rea-lidad”. Y eso es lo que nos estásucediendo a quienes pertenece-mos a la tercera categoría. Por-que intuimos que la crisis globaleconómica no es circunstancial,que ha sido provocada, que esculpa de los mercados, pero ¿quéhay detrás de los mercados?

CloacasdelaactualidadLibros sobre Chávez, los GAL y los amos del mundoLuis García

L o s l i b r o selectrónicoshan modifi-cado los sis-t e m a s d eproducción,distribucióny venta, a lavez que loshábitos de

lectura asentados durantecientos de años. Los e-reader, elIpad, Google, Apple, Amazon...están cambiando nuestra for-ma de procesar la informa-ción. En esta obra se traza unpanorama de estos cambios.

Metáfora dela existenciapuede consi-derarse lanueva entre-ga poéticade María Ro-sal, en estarecopilaciónantológica

editada por Arcibel. Resuenanecos clásicos junto a una visiónagridulce, lúdica y subversiva,mezclada con un lenguaje queva desde el juego de palabras yla pirueta coloquial a la refle-xión profunda.

¿ C ó m o e sque habla-m o s d e l ac o n d i c i ó nhumana, dela humananaturaleza,del ser hu-m a n o o n -tológico... y

no somos capaces de hablardel ser humano producido porel capitalismo? Este libro esuna tentativa de traducir ellenguaje marxista a la coyun-tura actual con el fin de trans-formarla.

Esta obra delos profeso-res AmandoLópez Valeroy EduardoE n c a b oFernández,editada enSíntesis, ofre-ce una pers-

pectiva crítico-comunicativa dela enseñanza de la lengua y laliteratura y desarrolla los con-ceptos clave que todo docentee investigador debe conocerpara poder ejercer de modo óp-timo su labor.

En esta obrase identificany describenpatrones delos distintostipos de mi-tos asociadosa las aguas, apartir del usocrítico de di-

versos paradigmas e instru-mentos de análisis, desde elanálisis folklórico a la ecocríti-ca, en pos de elucidar constan-tes culturales propias de lapenínsula que rebasan límitesétnicos, políticos o lingüísticos.

‘La revolución del libro electróni-co’. Autor: José Antonio Cordón. Edi-ta: UOC. Barcelona, 2013

‘Al este del andén’. Autora: MaríaRosal. Edita: Arcibel. Sevilla, 2013.

‘De qué hablamos cuando hablamosde marxismo’. Autor: Juan Carlos Ro-dríguez. Edita: Akal. Madrid, 2013.

‘Fundamentos didácticos de la len-gua y la literatura’. Autores: A. Lópezy E. Encabo. Edita: Síntesis.

‘Memoria y mitos del agua en lapenínsula Ibérica’. Autores: E. Martosy A. Martos. Edita: Marcial Pons.

☛ ENSAYO ☛ POESÍA ☛ ENSAYO ☛ ENSAYO ☛ ENSAYO

☛ LA TRASTIENDA ☛ MAR ABIERTO

Vuelve VioletaFrancisco Gálvez

C o r r í a e l

o t o ñ o d e

1997 cuan-

do en La Po-

sada del Po-

tro, enton-

ces todavía

Delegación de Cultura del

Ayuntamiento de Córdoba, se

fallaba el V Premio de Poesía

Ciudad de Córdoba Ricardo

Molina, recayendo en Violeta

C. Rangel con su libro La pose-

sión del humo. El libro fue reci-

bido con sorpresa, esa es la

palabra, y en sus primeros

días con cierta y ferviente

atención momentánea, luego

al cajón nacional del olvido,

como tantos libros fuera de

los caminos trazados. Sin em-

bargo, no fue así fuera de

nuestras fronteras, traducido

a varios idiomas. Hoy, die-

ciséis años después, vuelve

reeditado de la mano de la

editorial Baile del Sol, restitu-

yendo un libro que debería

permanecer no en las listas

de los más vendidos, sino en

el panorama de la poesía es-

pañola más estable. Violeta C.

Rangel nació en Sevilla en

1968, pero la mayor parte de

su vida transcurre en el Born

barcelonés. Lean de nuevo.

2 CUADERNOSDELSUR

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Doctor en Filología, Eloy Martos esprofesor titular de Didáctica de laLengua en la Universidad de Ex-

tremadura. Desarrolla líneas de investiga-ción en lectura, nuevas tecnologías, didác-tica de la lengua y la literatura, mitología yfolklore, y es autor de numerosas publica-ciones. Ponente y organizador de cursos yeventos a nivel nacional e internacional, esfundador y coordinador de la Red Interna-cional de Universidades Lectoras, que agru-pa a 45 universidades de diez países, y diri-ge el grupo de investigación GIAL.

–¿Podría describirnos las principales líneasde actuación de la Red de UniversidadesLectoras (RIU)?–La Red surgió con una prioridad: promo-ver la lectura y la escritura en la comuni-dad universitaria. Esto se traduce en for-mación, investigación, eventos, publicacio-nes... Además de todos estos frentes, rápi-damente vimos que carece de sentido dis-tinguir “intramuros” y “extramuros” de la

universidad. Nuestro trabajo, partiendode la universidad, tiene que proyectarsehacia la comunidad del entorno. Tampocotenía sentido hacer una red sumativa defilólogos, pedagogos y bibliotecarios. El re-to era trabajar de forma transversal, yapostar por la innovación, porque la Uni-versidad parece siempre haber estado a“espaldas” de muchas prácticas culturales.–Tania Rösing, de la Universidad de PassoFundo, siempre habla de “los locos” por lalectura. ¿Qué supone para un “loco” por lalectura dirigir la Red Internacional de Uni-versidades Lectoras?–La verdad es que cuando yo oigo hablarde emprendedores, me doy cuenta de quetodo el proyecto RIU es y sigue siendo unproyecto de emprendimiento. Surgió poruna “intuición” que tuvimos las entoncestres universidades fundadoras –Extrema-dura, Sevilla y Alicante– y ha ido progre-sando explorando sus fortalezas y tratandode paliar sus debilidades. Cuando hablasde “loco”, hablas de una persona convenci-da, que sienta pasión por la lectura y quesencillamente sepa que una plataformatan inmensa como es la universidad puede

utilizarse para mejorar las prácticas de lec-tura, en general, no ya como forma de su-perar unos créditos o de articular unartículo o una investigación científico. Ésaes toda la locura que Tania Rösing y otroscolegas de la Red compartimos.–¿Cómo es la experiencia de trabajar en uncontexto en el que convergen distintos sis-temas educativos, distintas culturas y dis-tintas lenguas, dado el carácter internacio-nal de sus integrantes?–Es fantástico, porque se va diluyendo lolocal, lo regional, incluso el interés prefe-rente de la política de lectura de un país. Aello ha obedecido un poco el diccionariode nuevas formas de lectura y lectura queacabamos de publicar con la editorial San-tillana.–Desde aquel simposio celebrado en Bada-joz en 2006 han pasado doce años. ¿Cuálha sido la clave para que el proyecto inicialde Universidades Lectoras se haya converti-do en la Red que es hoy?–La Red de Universidades Lectoras nacióprecisamente en ese simposio en 2006,que hicimos en la antigua plaza de torosde Badajoz, convertida en palacio de con-gresos de Badajoz, porque era un lugar em-

blemático; mataron a mucha gente en laGuerra Civil y nosotros queríamos hacerun congreso glosando el final de la novelaFarenheit 451, queríamos que la gente leye-ra paseando y conversando en torno a esegran cilindro. Mil personas haciendo estoera una praxis concreta de que se lee tam-bién con el cuerpo o en compañía, al mar-gen de las convenciones. Años después, ycon la crisis que algunos países estamosatravesando, yo estoy orgulloso de que esemismo espíritu lo estemos manteniendo.–Hablar de universidades lectoras podríaresultar para algunos una expresión re-dundante, ¿por qué surge esta necesidaden el contexto actual de la Educación Su-perior?–Universidad y lectura parecen como unplaneta y un satélite cuyas órbitas se ale-jan, si hemos de creer al reciente informede la OCDE que viene a decir que las com-petencias en lectura de universitarios es-pañoles son equiparables a los de un ba-chiller en Japón. Pocas universidades,agobiadas seguramente por muchos otrosproblemas, se toman en serio los déficitsde lectura y escritura de sus alumnos, ymenos están de verdad articulando pro-

gramas coherentes y globales para toda lacomunidad universitaria.–Aunque sabemos que el principal motorde la Red es el factor humano, el apoyoinstitucional siempre es importante. ¿Enqué medida está afectando la crisiseconómica actual?–La Universidad, pública o privada, esuna institución y nada de lo que hemosido tratando de hacer hubiera sido posi-ble sin este marco. Yo tengo que agrade-cer el respaldo que he tenido de la Univer-sidad de Extremadura, de hecho en lagénesis de esta Red nos ayudó mucho elactual rector de la UEX, el profesor Segun-do Píriz. Lo mismo podría decir de la UAL,de la UCA, de la USAL, de la UPF, en fin,no quiero citar nombres por no olvidar anadie. Tampoco creo en el determinismode los factores económicos. Es un proble-ma de mentalidad: a mí me gusta hablarmenos de competencias lectoras, en senti-do técnico, y más de la pasión de leer, deesa biblioteca sin muros que es ya el mun-do. Morin lo expresa estupendamentecuando denuncia la dicotomía ciencias/le-tras y apuesta por el pensamiento com-plejo y por la literatura como fuente desaber, no sólo de disfrute.–La Red cuenta con su propia revista deinvestigación, la revista Álabe, así comosupone un gran apoyo para otras publica-ciones. ¿Cuál es su papel en este sentido?–En el mundo actual universitario el ór-gano de expresión es la revista científica yuna Red como la nuestra no podía carecerde ello. Sobre esta base, el equipo de laUAL coordinado por la profesora MarCampos ha hecho un trabajo espléndido.No sólo porque haya logrado escala enesos parámetros de valoración de las re-vistas científicas, sino porque, lejos deconvertirse en una revista local o sólo demiembros de la Red, Álabe está hoy comoreferencia en la mente de muchos investi-gadores y personas interesadas por la lec-tura.–¿Ante la era digital, están en lo ciertoquienes piensan que el fin del libro estácerca?–Si te fijas bien, nosotros nunca nos he-mos postulado como una Red orientadahacia el libro o la literatura, aunque mu-chos de nosotros es esto lo que hacemosen nuestras universidades. Un proyectoinclusivo y abierto tiene que focalizarseen la lectura, y desde ese punto de vista,la evoluciones desde el manuscrito o elcódice a las modernas formas que llevanincluso a la “edición en la nube” se pue-den ver de una forma más integradora oecléctica. Sigue habiendo la misma nece-sidad (Morin): un mediador con criterios,al menos si estamos ante lectores preca-rios o en construcción, que por cierto noson los niños o adolescentes, yo creo quesomos todos.

ELOY MARTOS ES FUNDADOR Y COORDINADOR GENERAL DE LA

RED INTERNACIONAL DE UNIVERSIDADES LECTORAS, QUE AGRU-

PA A 45 UNIVERSIDADES DE DIEZ PAÍSES

“Pocasuniversidadessetomanenseriolosdéficitsdelectura”

“Carece de sentido distinguir

intramuros y extramuros de

la universidad. Nuestro tra-

bajo, partiendo de la univer-

sidad, tiene que proyectarse

hacia la comunidad”

Mª. Carmen Quiles Cabrera

Eloy Martos.

DIARIO CÓRDOBA

Sábado, 23 de noviembre del 2013

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Entrevista

Cuadernos del Sur

3 CUADERNOSDELSUR

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CYAN MAGENTA AMARILLO NEGRO(COLOR) - Pub: SUPLEMENTOS Doc: 10095G Red: 100% Ed: Primera EDICION Cb: 00 Enviado por: Juan Jesus Moral Luque Filmacion: 0 - Dia: 22/11/2013 - Hora: 19:20

☛ NUEVAS FORMAS DE LECTURA

Los librosyelecosistemadigitalLoscambiosy la renovacióncontinua,paradigmasdelnuevomodelo

José Antonio Cordón García

En agosto de 2013 Ewan Morrisonpublicaba un artículo en el que elautor vislumbraba el universo di-

gital desde la atalaya del año 2043, alque se había trasladado como antes hi-ciera su precursor ilustrado Luis Sebas-tien Mercier. Desde la misma, observabauna serie de fenómenos que sirven paracaracterizar, desde un punto de vistaparódico, algunas de las característicasde la lectura digital y sus derivacionessociológicas, empresariales y culturales.Autores, editores, bibliotecas y lectoreshabían cambiado en sus definicionescanónicas y en sus prácticas de creación,producción y consumo. Los autoreshabían devenido en franquicias, en lasque sus obras eran utilizadas para confi-gurar un universo híbrido en el quecualquier tipo de remezcla, combina-ción o secuela estaba propiciada por unsistema de versiones múltiples. Los siste-mas de creación algorítmica propiciadospor programas altamente desarrolladospermitían, por otra parte, el desarrollode títulos de cualquier naturaleza y esti-lo, según el gusto de los lectores. La con-centración editorial había alcanzado sumáxima expresión, de tal manera quemuy pocas empresas dominaban el mer-cado de contenidos digitales, y todas laspropuestas culturales habían sufridouna vampirización por parte de un siste-ma canibalizado por las empresas de al-ta tecnología.Lo interesante de este ejercicio prospec-

tivo no es tanto el dibujo un tanto apo-calíptico e infundado, que es habitual enlos momentos de disrupciones tec-nológicas, terreno abonado para Casan-dras y agoreros, sino el panorama de unsistema en el que se van desdibujandoconceptos y fenómenos que estaban am-pliamente asentados en el modeloanalógico, la articulación de un nuevosistema en el que la transición, el cam-bio y la renovación permanente se eri-gen en paradigmas de las prácticas decreación y consumo digital.La revolución digital representa una

modificación de todos los elementosque, parcialmente, habían sufrido algúntipo de transformación en momentoshistóricos precedentes: de los soportesde la escritura, de la técnica de repro-ducción y diseminación, y de las mane-ras de leer. Tal sincronía resulta inéditaen la historia de la humanidad. Aunqueel cambio más significativo es el de laaparición de las mediaciones, o de las in-termediaciones tecnológicas. Junto almuro del código aparece ahora el del

cristal necesario para acceder al código,y el de todo el resto de los códigos con-textuales que es preciso interpretar parapoder acceder correctamente al mensa-je. Un mensaje que se complejiza por laintervención de elementos dinámicos,de hipervínculos, de puertas de entraday salida al contenido que lo van refres-cando, transformando y modificando,dotándolo de una significación única pa-ra cada lector.La singularidad de la interpretación ya

era una constante en el contextoanalógico, pero en el digital se normali-za por las posibilidades de carácter tec-nológico que este le otorga. Si en el libroconvencional era el contexto, el bagajecultural el que determinaba en gran me-dida los matices interpretativos, en el di-gital a esta condición se le adhieren lossistemas de tránsito a través del espejode la máquina y de sus posibilidades.Nunca como hasta ahora el medio es elmensaje, pues este deja de ser una co-

rriente continua y controlada para con-vertirse en un piélago de afluentes.La comunicación digital tiene un carác-

ter holístico, implica a todos los senti-dos. El proceso se rompe con la apari-ción del documento, el emisor se separadel receptor para facilitar la comunica-ción en la distancia y en el tiempo. Conlos documentos manuscritos se conser-vaba, en cierto modo, la impronta delautor, en la medida en que seguíanmanteniendo un carácter distintivo, ca-da uno obedecía a las características ycircunstancias del momento.Cada copia,aunque fuera de manera indeleble, eradistinta de todo el resto, aunque hubierasalido de una misma mano. Con la im-prenta el proceso se serializa y la desper-sonalización adquiere su máxima inten-sidad, los únicos signos distintivos obe-decen al diseño y a las marcas editoria-les.El discurso, su estructura, sus tipo-logías las fija el editor. Durante 500 añoshemos asistido a un distanciamiento deautor–lector, a una separación de emi-sor–receptor–documento, y a una seriali-

zación de los contenidos, marcados porlas decisiones del editor que fijaba la for-ma del discurso.Con las nuevas tecnologías los elemen-

tos del proceso comunicativo se reagru-pan incorporándose de nuevo a este des-de un punto de vista total (imagen–soni-do–texto–interactividad) o parcial (soni-do o imagen), y además se incorporan to-dos los elementos de personalizaciónque habían desaparecido con la impren-ta, rompiéndose de esta manera el or-den de los discursos, el de la razones y elde las propiedades que habían singulari-zado la época impresa.En todo este proceso subyacen los pro-

cesos de visibilidad, extimidad y sociabi-lidad que caracterizan a las nuevas prác-ticas de lectura, que rompen igualmentecon el carácter hermético y ensimisma-do que había adquirido esta, excepto pa-ra círculos reducidos de lectores. Por suparte visibilidad y accesibilidad están es-trechamente relacionadas con el concep-to de apertura, que ya hubiera pergeña-do Umberto Eco, en un ensayo premoni-torio articulando prácticas lectoras com-pletamente diferenciadas. Frente al con-cepto de lectura cerrada, acabada, con-cluida en los límites que circunscribe lafisicidad de un libro impreso, surgennuevas nociones de lectura que dan fede prácticas vinculadas con los nuevosmedios y que resitúan, tangencialmen-te, las nociones de borrador y obra. El li-bro como objeto impreso reviste la im-pronta indeleble de la intervención edi-torial, que le confiere su realidad formaly conceptual, pero también legal através del contrato de edición. El libro sedistingue fácilmente de cualquier otroproducto impreso, por su singularidadestética y simbólica, por sus elementosreferenciales y por su imagen inscrita enel inconsciente colectivo que lo percibecomo tal. El editor le proporciona a laobra su forma material, inscribiéndolaen los sistemas de explotación que la co-locarán en una escala de legibilidadpróxima al lector y al autor.La digitalización constituye una ruptu-

ra de este universo, permite la multipli-cación del discurso, la diseminación in-discriminada, su explotación multiplica-da, su fragmentación y deconstrucción,y en algunos casos, su pérdida de identi-dad total o parcial. La digitalización in-troduce una diferencia de naturalezacon respecto a las obras impresas, no so-lo de grado, tanto en la producción co-mo en la distribución y explotación delas obras. El libro electrónico deviene ensistema, un sistema abierto, versátil y enconstante evolución.

Si el acto de la publicación supone laoperación fundacional en la vida de unaobra y, para el caso de los documentosimpresos, está perfectamente estableci-da, cuando trabajamos en el seno de lasredes electrónicas el acto primigenioque da origen a un documento escapa,en muchas ocasiones, a cualquier tipode control, existiendo la posibilidad deconstantes cambios que dificultan su fi-liación.Existe una suerte de crecimiento

biológico del documento que, en mu-chos casos, va incorporando comenta-rios, añadidos, correcciones, modifica-ciones sumarias, que lo transforman enuna especie de palimpsesto digital, en el

DIARIO CÓRDOBACuadernos del Sur

Sábado, 23 de noviembre del 2013

4

Ensayo

“Nunca como hasta ahora

el medio es el mensaje,

pues este deja de ser una

corriente continua y con-

trolada para convertirse en

un piélago de afluentes”

Los jóvenes españoles hanincorporado los hábitos del nuevosistema digital a su vida cotidiana.

4 CUADERNOSDELSUR

que la última versión acumula y refun-de las anteriores que pueden haber desa-parecido. El libro como una suerte de pa-limpsesto digital susceptible de una per-manente renovación, de un crecimientoininterrumpido, de una contemporanei-dad constante.Y es en todo este entramado donde la

lectura digital cobra nuevos significadosy modalidades. El internauta deviene enmobinauta, impulsado por una lecturaque se plasma, cada vez con más fre-cuencia, en dispositivos móviles, una lec-tura conectada, hipervinculada, social ycolaborativa. El lector interpreta y parti-cipa del contenido ubicándolo en uncontexto diferente, viralizándolo a

través de redes sociales generales o espe-cializadas, empleando para ello aplica-ciones de lectura social como Readmill,DotDotDot, Openmargin, Hipothes.is,etc., que integran las posibilidades de co-laboración, anotación y etiquetado en elpropio sistema lector. Los contenidos ad-quieren una nueva dimensión en el ám-bito digital, desde el momento en queson sometidos a audiencias que puedencrecer exponencialmente, favoreciendosistemas de recomendación y copartici-pación diferente.El libro se convierte en un territorio do-

cumental nuevo, en un lugar de encuen-tro de lectores y autores, donde los meta-datos, los algoritmos de búsqueda y los

sistemas de descubrimiento se erigen enplataformas de un nuevo ecosistemaque tiene al lector como elemento cen-tral del mismo. La importancia se des-plaza del objeto al contenido, y aunqueautores como Chartier, Laufer, McKen-zie y otros estudiosos de la sociología delos textos demostraran que las formastambién producen sentido, este se va de-bilitando en beneficio de un contenidomultiforme, ideado para un lector ubica-do en un sistema tecnológico itinerantey permanentemente renovado, un lectorubicuo para el que la tecnología es cadavez más transparente y los conceptosque le afectan son los de accesibilidad,interoperaliblidad y sociabilidad.

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Sábado, 23 de noviembre del 2013

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Ensayo

Cuadernos del Sur

5 CUADERNOSDELSUR

El ‘Diccionario de nuevas formas de lectu-ra y escritura’ trata de abordar los nuevosfenómenos de lectura y escritura en rela-ción a los modernos paradigmas científi-cos de las humanidades, las ciencias so-ciales, las tecnologías de la información yla comunicación, la biología y la ecología,etc. Esta visión holística de los procesosde lectura y escritura es fundamental pa-ra entender los cambios en procesos, yconcuerda con la filosofía de la Red Inter-nacional de Universidades Lectoras quetrabaja de forma transversal y multidisci-plinar estas temáticas.

Este diccionario quiere recuperar losconceptos de polifonía y dialogismo deBajtin, para entender la pluralidad demanifestaciones a que estamos asistien-do y al juego dialógico entre las distintasconcepciones, tecnologías y sectores oámbitos implicados, desde los creadoresa los profesores, desde las industrias oempresas culturales a la biblioteca o lasociedad de la información. Roger Char-tier ha analizado magistralmente estasmutaciones que van desde la cultura im-presa, con el concepto de libro y de ca-non de lecturas –que acotaba de formaprecisa los soportes, géneros y usos deltexto escrito– a la cultura electrónica, queha supuesto una revolución profunda detodas estas prácticas.

El texto electrónico o la lectura/escrituraelectrónica no son sólo nuevas literacíasque corresponden a nuevos alfabetis-mos: suponen mutaciones trascendenta-les en lo relativo a las prácticas de lectura,escritura y aprendizaje, como afirma J.A.Cordón, pues fomentan formas como lalectura fragmentaria o la lectura social,conectada, que se corresponde con la vi-sión de Internet como una inteligencia omente colectiva. Los textos, su uso, supercepción, es lo que cambia, pues ya noestamos sólo ante un texto acabado, li-neal, sino ante un texto que se lee y se es-cribe de distintas formas, como le sucedea un hipertexto o, en el caso de la literatu-ra y los media, las sagas y series. Tambiénla percepción de un autor único se va ha-ciendo borrosa. Son cambios que tienenque ver con un nuevo tiempo en lo cultu-ral con la globalización y la posmoderni-dad como nuevas mentalidades; en lotecnológico, con la sucesión de nuevosdispositivos de lectura, y en lo económi-co, con el surgimiento de nuevos mode-los de negocio y la crisis del mercado dellibro en cuanto a su cadena tradicionalde producción-distribución-consumo. Elcambio de paradigma viene sin duda re-presentado de forma emblemática porInternet, concebido como un “océano deinformación” que desborda fronteras,lenguas o culturas. Si entendemos la ideade “océano”, “fluido” o “líquido” no co-

mo una figura me-tafórica de adorno si-no como una analogíaque trata de aproxi-marnos a la realidaddel fenómeno, enton-ces entenderemosmejor la dimensión deestos cambios.

‘Diccionario denuevas formas...’Mar Campos-Fígares

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☛ NUEVAS FORMAS DE LECTURA

Los librosyelecosistemadigitalLoscambiosy la renovacióncontinua,paradigmasdelnuevomodelo

José Antonio Cordón García

En agosto de 2013 Ewan Morrisonpublicaba un artículo en el que elautor vislumbraba el universo di-

gital desde la atalaya del año 2043, alque se había trasladado como antes hi-ciera su precursor ilustrado Luis Sebas-tien Mercier. Desde la misma, observabauna serie de fenómenos que sirven paracaracterizar, desde un punto de vistaparódico, algunas de las característicasde la lectura digital y sus derivacionessociológicas, empresariales y culturales.Autores, editores, bibliotecas y lectoreshabían cambiado en sus definicionescanónicas y en sus prácticas de creación,producción y consumo. Los autoreshabían devenido en franquicias, en lasque sus obras eran utilizadas para confi-gurar un universo híbrido en el quecualquier tipo de remezcla, combina-ción o secuela estaba propiciada por unsistema de versiones múltiples. Los siste-mas de creación algorítmica propiciadospor programas altamente desarrolladospermitían, por otra parte, el desarrollode títulos de cualquier naturaleza y esti-lo, según el gusto de los lectores. La con-centración editorial había alcanzado sumáxima expresión, de tal manera quemuy pocas empresas dominaban el mer-cado de contenidos digitales, y todas laspropuestas culturales habían sufridouna vampirización por parte de un siste-ma canibalizado por las empresas de al-ta tecnología.Lo interesante de este ejercicio prospec-

tivo no es tanto el dibujo un tanto apo-calíptico e infundado, que es habitual enlos momentos de disrupciones tec-nológicas, terreno abonado para Casan-dras y agoreros, sino el panorama de unsistema en el que se van desdibujandoconceptos y fenómenos que estaban am-pliamente asentados en el modeloanalógico, la articulación de un nuevosistema en el que la transición, el cam-bio y la renovación permanente se eri-gen en paradigmas de las prácticas decreación y consumo digital.La revolución digital representa una

modificación de todos los elementosque, parcialmente, habían sufrido algúntipo de transformación en momentoshistóricos precedentes: de los soportesde la escritura, de la técnica de repro-ducción y diseminación, y de las mane-ras de leer. Tal sincronía resulta inéditaen la historia de la humanidad. Aunqueel cambio más significativo es el de laaparición de las mediaciones, o de las in-termediaciones tecnológicas. Junto almuro del código aparece ahora el del

cristal necesario para acceder al código,y el de todo el resto de los códigos con-textuales que es preciso interpretar parapoder acceder correctamente al mensa-je. Un mensaje que se complejiza por laintervención de elementos dinámicos,de hipervínculos, de puertas de entraday salida al contenido que lo van refres-cando, transformando y modificando,dotándolo de una significación única pa-ra cada lector.La singularidad de la interpretación ya

era una constante en el contextoanalógico, pero en el digital se normali-za por las posibilidades de carácter tec-nológico que este le otorga. Si en el libroconvencional era el contexto, el bagajecultural el que determinaba en gran me-dida los matices interpretativos, en el di-gital a esta condición se le adhieren lossistemas de tránsito a través del espejode la máquina y de sus posibilidades.Nunca como hasta ahora el medio es elmensaje, pues este deja de ser una co-

rriente continua y controlada para con-vertirse en un piélago de afluentes.La comunicación digital tiene un carác-

ter holístico, implica a todos los senti-dos. El proceso se rompe con la apari-ción del documento, el emisor se separadel receptor para facilitar la comunica-ción en la distancia y en el tiempo. Conlos documentos manuscritos se conser-vaba, en cierto modo, la impronta delautor, en la medida en que seguíanmanteniendo un carácter distintivo, ca-da uno obedecía a las características ycircunstancias del momento.Cada copia,aunque fuera de manera indeleble, eradistinta de todo el resto, aunque hubierasalido de una misma mano. Con la im-prenta el proceso se serializa y la desper-sonalización adquiere su máxima inten-sidad, los únicos signos distintivos obe-decen al diseño y a las marcas editoria-les.El discurso, su estructura, sus tipo-logías las fija el editor. Durante 500 añoshemos asistido a un distanciamiento deautor–lector, a una separación de emi-sor–receptor–documento, y a una seriali-

zación de los contenidos, marcados porlas decisiones del editor que fijaba la for-ma del discurso.Con las nuevas tecnologías los elemen-

tos del proceso comunicativo se reagru-pan incorporándose de nuevo a este des-de un punto de vista total (imagen–soni-do–texto–interactividad) o parcial (soni-do o imagen), y además se incorporan to-dos los elementos de personalizaciónque habían desaparecido con la impren-ta, rompiéndose de esta manera el or-den de los discursos, el de la razones y elde las propiedades que habían singulari-zado la época impresa.En todo este proceso subyacen los pro-

cesos de visibilidad, extimidad y sociabi-lidad que caracterizan a las nuevas prác-ticas de lectura, que rompen igualmentecon el carácter hermético y ensimisma-do que había adquirido esta, excepto pa-ra círculos reducidos de lectores. Por suparte visibilidad y accesibilidad están es-trechamente relacionadas con el concep-to de apertura, que ya hubiera pergeña-do Umberto Eco, en un ensayo premoni-torio articulando prácticas lectoras com-pletamente diferenciadas. Frente al con-cepto de lectura cerrada, acabada, con-cluida en los límites que circunscribe lafisicidad de un libro impreso, surgennuevas nociones de lectura que dan fede prácticas vinculadas con los nuevosmedios y que resitúan, tangencialmen-te, las nociones de borrador y obra. El li-bro como objeto impreso reviste la im-pronta indeleble de la intervención edi-torial, que le confiere su realidad formaly conceptual, pero también legal através del contrato de edición. El libro sedistingue fácilmente de cualquier otroproducto impreso, por su singularidadestética y simbólica, por sus elementosreferenciales y por su imagen inscrita enel inconsciente colectivo que lo percibecomo tal. El editor le proporciona a laobra su forma material, inscribiéndolaen los sistemas de explotación que la co-locarán en una escala de legibilidadpróxima al lector y al autor.La digitalización constituye una ruptu-

ra de este universo, permite la multipli-cación del discurso, la diseminación in-discriminada, su explotación multiplica-da, su fragmentación y deconstrucción,y en algunos casos, su pérdida de identi-dad total o parcial. La digitalización in-troduce una diferencia de naturalezacon respecto a las obras impresas, no so-lo de grado, tanto en la producción co-mo en la distribución y explotación delas obras. El libro electrónico deviene ensistema, un sistema abierto, versátil y enconstante evolución.

Si el acto de la publicación supone laoperación fundacional en la vida de unaobra y, para el caso de los documentosimpresos, está perfectamente estableci-da, cuando trabajamos en el seno de lasredes electrónicas el acto primigenioque da origen a un documento escapa,en muchas ocasiones, a cualquier tipode control, existiendo la posibilidad deconstantes cambios que dificultan su fi-liación.Existe una suerte de crecimiento

biológico del documento que, en mu-chos casos, va incorporando comenta-rios, añadidos, correcciones, modifica-ciones sumarias, que lo transforman enuna especie de palimpsesto digital, en el

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Ensayo

“Nunca como hasta ahora

el medio es el mensaje,

pues este deja de ser una

corriente continua y con-

trolada para convertirse en

un piélago de afluentes”

Los jóvenes españoles hanincorporado los hábitos del nuevosistema digital a su vida cotidiana.

4 CUADERNOSDELSUR

que la última versión acumula y refun-de las anteriores que pueden haber desa-parecido. El libro como una suerte de pa-limpsesto digital susceptible de una per-manente renovación, de un crecimientoininterrumpido, de una contemporanei-dad constante.Y es en todo este entramado donde la

lectura digital cobra nuevos significadosy modalidades. El internauta deviene enmobinauta, impulsado por una lecturaque se plasma, cada vez con más fre-cuencia, en dispositivos móviles, una lec-tura conectada, hipervinculada, social ycolaborativa. El lector interpreta y parti-cipa del contenido ubicándolo en uncontexto diferente, viralizándolo a

través de redes sociales generales o espe-cializadas, empleando para ello aplica-ciones de lectura social como Readmill,DotDotDot, Openmargin, Hipothes.is,etc., que integran las posibilidades de co-laboración, anotación y etiquetado en elpropio sistema lector. Los contenidos ad-quieren una nueva dimensión en el ám-bito digital, desde el momento en queson sometidos a audiencias que puedencrecer exponencialmente, favoreciendosistemas de recomendación y copartici-pación diferente.El libro se convierte en un territorio do-

cumental nuevo, en un lugar de encuen-tro de lectores y autores, donde los meta-datos, los algoritmos de búsqueda y los

sistemas de descubrimiento se erigen enplataformas de un nuevo ecosistemaque tiene al lector como elemento cen-tral del mismo. La importancia se des-plaza del objeto al contenido, y aunqueautores como Chartier, Laufer, McKen-zie y otros estudiosos de la sociología delos textos demostraran que las formastambién producen sentido, este se va de-bilitando en beneficio de un contenidomultiforme, ideado para un lector ubica-do en un sistema tecnológico itinerantey permanentemente renovado, un lectorubicuo para el que la tecnología es cadavez más transparente y los conceptosque le afectan son los de accesibilidad,interoperaliblidad y sociabilidad.

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Sábado, 23 de noviembre del 2013

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Ensayo

Cuadernos del Sur

5 CUADERNOSDELSUR

El ‘Diccionario de nuevas formas de lectu-ra y escritura’ trata de abordar los nuevosfenómenos de lectura y escritura en rela-ción a los modernos paradigmas científi-cos de las humanidades, las ciencias so-ciales, las tecnologías de la información yla comunicación, la biología y la ecología,etc. Esta visión holística de los procesosde lectura y escritura es fundamental pa-ra entender los cambios en procesos, yconcuerda con la filosofía de la Red Inter-nacional de Universidades Lectoras quetrabaja de forma transversal y multidisci-plinar estas temáticas.

Este diccionario quiere recuperar losconceptos de polifonía y dialogismo deBajtin, para entender la pluralidad demanifestaciones a que estamos asistien-do y al juego dialógico entre las distintasconcepciones, tecnologías y sectores oámbitos implicados, desde los creadoresa los profesores, desde las industrias oempresas culturales a la biblioteca o lasociedad de la información. Roger Char-tier ha analizado magistralmente estasmutaciones que van desde la cultura im-presa, con el concepto de libro y de ca-non de lecturas –que acotaba de formaprecisa los soportes, géneros y usos deltexto escrito– a la cultura electrónica, queha supuesto una revolución profunda detodas estas prácticas.

El texto electrónico o la lectura/escrituraelectrónica no son sólo nuevas literacíasque corresponden a nuevos alfabetis-mos: suponen mutaciones trascendenta-les en lo relativo a las prácticas de lectura,escritura y aprendizaje, como afirma J.A.Cordón, pues fomentan formas como lalectura fragmentaria o la lectura social,conectada, que se corresponde con la vi-sión de Internet como una inteligencia omente colectiva. Los textos, su uso, supercepción, es lo que cambia, pues ya noestamos sólo ante un texto acabado, li-neal, sino ante un texto que se lee y se es-cribe de distintas formas, como le sucedea un hipertexto o, en el caso de la literatu-ra y los media, las sagas y series. Tambiénla percepción de un autor único se va ha-ciendo borrosa. Son cambios que tienenque ver con un nuevo tiempo en lo cultu-ral con la globalización y la posmoderni-dad como nuevas mentalidades; en lotecnológico, con la sucesión de nuevosdispositivos de lectura, y en lo económi-co, con el surgimiento de nuevos mode-los de negocio y la crisis del mercado dellibro en cuanto a su cadena tradicionalde producción-distribución-consumo. Elcambio de paradigma viene sin duda re-presentado de forma emblemática porInternet, concebido como un “océano deinformación” que desborda fronteras,lenguas o culturas. Si entendemos la ideade “océano”, “fluido” o “líquido” no co-

mo una figura me-tafórica de adorno si-no como una analogíaque trata de aproxi-marnos a la realidaddel fenómeno, enton-ces entenderemosmejor la dimensión deestos cambios.

‘Diccionario denuevas formas...’Mar Campos-Fígares

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Suele decirse que se trata de ungénero importado del mundo an-glosajón, pero la novela de cam-

pus se ha venido cultivando en nuestropaís cada vez con más frecuencia. En losúltimos dos o tres años, sin ir más lejos,encontramos títulos como Un momentode descanso, de Antonio Orejudo, Natura-leza casi muerta, de Carme Riera, El tem-blor del héroe, de Álvaro Pombo, o En me-dio del invierno, de Saúl Fernández.Pero, ¿qué es una novela de campus?

Grosso modo podría decirse que es unanarración que tiene lugar en un am-biente universitario (en el campus de laUniversidad). La circunstancia de queen el mundo anglosajón esté muchomás generalizado el hecho de que losestudiantes y el profesorado residan enlas universidades les hace más proclivesal género narrativo del que hablamos,porque allí la Universidad absorbe y ca-racteriza por entero a unas vidas quetranscurren, día y noche, dentro de losmárgenes que denominamos campusuniversitario.Si hay un autor que se caracteriza por

el cultivo de este género, ése sería Da-vid Lodge. Es tal su magisterio en estetipo de novelas que, en muchas ocasio-nes, cuando se trata de definir el géne-ro de la narrativa de campus lo que sehace es describir el tipo de novela queescribe David Lodge. Novelas como Inter-cambios, o El mundo es un pañuelo, han si-do traducidas a multitud de idiomas yno hay académico de nuestro tiempocon un mínimo de amplitud culturalque no las haya leído (y reído), gustosa-mente.En las novelas de Lodge el humor es

esencial. Ello se debe a que la Universi-dad es un mundo cerrado sobre sí mis-mo en el que la mezcla de inteligenciay el egotismo genera, muy frecuente-mente, escenas grotescas e hilarantesque encuentran fructífera acogida en elgénero de la novela.En todo caso, resulta importante re-

señar que este género ha llegado mu-cho más allá de los parámetros habitua-les de las novelas de David Lodge. Ruidode Fondo, de Don DeLillo, La mancha hu-

mana, de Philip Roth, Desgracia, de J. M.Coetzee, o la recientemente traducidacon gran éxito al castellano, Stoner, deJohn Williams, constituyen cuatro bue-nas muestras de cómo la novela decampus puede tener característicasmuy distintas a las genuinamente plan-teadas en la narrativa de Lodge, y mo-verse en el ámbito de la tragedia, deldrama, o de la Bildungsroman con un al-cance poderoso y enormemente suge-rente.

Si tuviéramos que concretar algunosaspectos de su potencial atractivo diría-mos que la novela de campus concedeal escritor la posibilidad de escribir his-torias recreadas en un ambiente concaracterísticas muy definidas que re-sultará familiar a la mayoría de los lec-tores: el campus universitario. Sin em-bargo, la diversidad absolutamenteinabarcable de los campus universita-rios permitirá también al escritor unasposibilidades creativas enormementeextensas. A ello se suma otra opciónque ofrece el género: la de plantearcuestiones teóricas de fondo fácilmen-te insertables en la trama.En relación con esto último, la idonei-

dad de este género para introducir enla narración cuestiones teóricas (sin te-ner que caer en los defectos de la abiga-rrada y aburrida novela de tesis), expli-ca que fuera éste un género que volvie-ra a cultivarse en España por los auto-res de la nueva narrativa española quese constituye después de la Transición,y que comienza a encontrar su lugareditorial en los años ochenta. Novelascomo Todas las almas, de Javier Marías,o El inquilino, de Javier Cercas (quienvolvería de nuevo al género con El vien-tre de la ballena), constituyeron en aque-llos tiempos un aldabonazo en la puer-ta de la narrativa en castellano.En este contexto, la iniciativa de la

Red Internacional de UniversidadesLectoras y la editorial Renacimiento dedar cobijo a la novela de campus me-diante el establecimiento de una colec-ción y un premio internacional de na-rrativa (que lleva ya dos títulos en suhaber), resulta una idea más que acer-tada que agradecerán y mucho los lec-tores en España.

José María Pérez Collados

David Lodge, durante una visita a Barcelona.

☛ GÉNERO NARRATIVO EN AUGE

La novela de campusLos autores españoles empiezan a interesarse por la temática de la vida universitaria

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Sábado, 23 de noviembre del 2013

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Libros

6 CUADERNOSDELSUR

‘El tren de cristal’. Autor: José María Pérez Collados. Edita: Rena-cimiento. Sevilla, 2011.Con la novela El tren de cristal, de José María Pérez Co-

llados, la editorial Renacimiento y la Red Internacionalde Universidades Lectoras iniciaron el proyecto de pro-mocionar en España el género de la novela de campus.El éxito de la iniciativa y del libro han sido notables. Lanovela ha merecido comentarios en los más diversossemanales culturales y diarios (también aquí, en Cua-dernos del Sur, fue comentada por Francisco Onieva).En El tren de cristal, un joven investigador madrileño,Luis González Jardiel, inicia un viaje académico delque no puede regresar. Cada vez que lo intenta algo su-cede (el avión se avería y no despega, o debe desviarsepara aterrizar en otro país distinto de España...). Esta esla situación inicial de la novela, o pacto de lectura quese propone al lector. A partir de ahí, la novela narra lavida de este joven investigador, y se van deshilvanan-do, poco a poco, las secretas razones de esa metafóricaimposibilidad de regresar.Se trata de una novela que es no solo una novela de

campus, sino también una novela de viajes, y una no-

vela iniciática en la medida en que Luis, su protagonis-ta, deberá resolver los problemas interiores que le im-piden volver. De esta manera, el lector conocerá, pocoa poco, el misterio de Luis, su verdadera vida, sus secre-tos, su tragedia.De la novela ha dicho Antonio Orejudo: “el riesgo

principal que corren muchas primeras novelas es el deincluir materiales heterogéneos y gratuitos, querer de-cirlo todo en unas cuantas páginas. Sin embargo, PérezCollados sortea con habilidad este peligro y consiguearmar una novela compleja, emocionante y literaria-mente arriesgada”.

‘Química del odio’. Autor: Ignacio Díaz. Edita: Renacimiento. Se-villa, 2013.Con la novela Química del odio, el valenciano Ignacio

Díaz ganó el I Premio Internacional de Narrativa Nove-la de Campus convocado por la Red de UniversidadesLectoras y la Universidad de Girona.En una playa, un hombre contempla a una mujer con

su hijo. El cuerpo de ella, bronceado, joven y excitante.Su imagen jugando con un niño, con su hijo. Estos dosaspectos de una misma realidad impresionan al hom-bre que los contempla, no podrá desligarse fácilmente

de esa imagen que actúa sobre él casi como un recuer-do. Quizás lo sea.Sobre esa imagen inicial, Ignacio Díaz construye una

atmósfera agobiante, sin salida. Es la vida del protago-nista de la novela, un solitario profesor de astronomíaque no logra construir una vida de pareja. Las mujeresque le atraen, como Irene, una joven becaria de investi-gación, no lo miran como él quisiera ser mirado. Soloven al profesor que dirigirá su tesis doctoral, su carreraacadémica. Él quisiera mucho más, pero existe una ba-rrera que no es capaz de saber franquear. Y sigue solo,sumido en sus ensoñaciones. Solo.A veces sí ha sido capaz de traspasar esa barrera con

una mujer. Pero ha sido con prostitutas. O en algúnviaje académico a América Latina. Allí sí fue capaz. Pe-ro no quiso darle continuidad al sexo compartido conaquellas estudiantes que sí le miraban, sí, pero de aba-jo arriba. Miraban al prestigioso profesor europeo. ¿So-

metidas?Química del odio es

la historia de una so-ledad. Una soledadque atraviesa laspáginas del libro ynos concita a pensarhasta qué punto no-sotros también esta-mos solos.

Colección en la editorial RenacimientoCuadernos del Sur

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El espectáculo de la lectura, la pa-sión y la fuerza son las directricesque han movido la Jornada Nacio-

nal de Literatura organizada por la Uni-versidad de Passo Fundo en Brasil. Alfrente de un evento complejo, poliédri-co y multidisciplinar se halla una profe-sora apasionada por difundir los valo-res de la lectura en la sociedad y en cu-yo empeño lleva más de treinta años. EsTânia Rösing, una persona que cree enlo que hace y lo transmite. Lo transmitea su equipo de la Universidad de PassoFundo y a otras instituciones locales ygubernamentales que prestan su apo-yo, al igual que las casas comerciales,para celebrar la gran fiesta de la litera-tura. Allí hemos estado, en la segundamitad de agosto, un grupo de profeso-res y profesoras de la Red de Universida-des Lectoras, coordinada por el profesorde la Universidad de Extremadura EloyMartos.Uno de los programas centrales de las

jornadas era el 12 Seminario internacionalde Pesquisa em leitura e Patrimônio Cultural.En él hemos participado los represen-tantes de las universidades españolas,junto con los de las universidades por-tuguesas (Natividade Pires y Paulo Cos-ta). Las conferencias han versado sobrePatrimônio cultural e pós-modernidade, acargo de Eloy Martos (Universidad deExtremadura) y María Rosal (Universi-dad de Córdoba). Sobre Patrimônio cultu-ral e novas produções artísticas disertaronIsabel Morales (Universidad de Cádiz) yMartina López (Argentina). En represen-tación de la Universidad de Salamanca,el profesor José A. Cordón pronuncióuna conferencia sobre A leitura e os jo-vens, trânsitos culturais y José Mª Pérez Co-llados (Universidad de Girona) se refirióa Leitura e patrimônio: ações e iniciativas,junto con Verónica Peñafiel (Ecuador).

El marco de las jornadas de Passo Fun-do sirvió también para celebrar el ple-nario de la Red de Universidades Lecto-ras, que acoge ya a más de cuarenta detodo el mundo y que continúa recibien-

do peticiones de admisión y colabora-ción. Contó con la presencia y el apoyode Joquim Puigvert, vicerrector de laUniversidad de Girona, anterior sededel Plenario de la Red.

Es difícil explicar la grandiosidad delos actos que con motivo de las jorna-das se organizan, por un equipo dirigi-do con fuerza y pasión por TâniaRösing, profesora de la Universidad dePasso Fundo e investigadora del Con-selho Nacional de Pesquisa del Ministe-rio de Ciencia y Tecnología. La jornadacumplía este agosto 30 años, desde suprimera celebración. Con carácter bia-nual incorpora actos de enorme impor-tancia y afluencia dirigidos a la infan-cia. Impresiona ver tantos autobuses ytantos niños y niñas bajo aquellas car-pas en las que el calor de la lectura escapaz de hacer olvidar incluso el fríoinvernal que esos días se impuso al surde Brasil.Es Passo Fundo Capital Estadual de Li-

teratura desde 1997 y las Jornadas Lite-rarias han sido declaradas PatrimonioHistórico de Río Grande do Sul, en2005. Considerada uno de los mayoresforos de América Latina en torno a lalectura, donde participan también re-presentantes de otros continentes, reci-bió en 2006 el título de Capital Nacio-nal de Literatura.Los títulos y los reconocimientos son

importantes, pero lo que de verdad de-ja sorprendidos, impresionados, a losespectadores es el grandioso cosmoscon el que la Universidad de Passo Fun-do recibe a la lectura. La literatura estáviva en las jornadas y en las jornadinhas,en toda la ciudad: en sus libros, en susespectáculos, en las más diversas activi-dades (encuentros con autores, música,gastronomía, concursos, talleres), perosobre todo está viva gracias al impulsode las personas que creen en ello y ahíestá la labor permanente, la fuerza deTânia Rösing, a la que lleva muchosaños sumándose la Red de Universida-des Lectoras y a la que este año nos he-mos sumando desde la Universidad deCórdoba.

María Rosal

La profesora Tânia Rösing.

☛ REUNIÓN EN BRASIL

JornadasinternacionalesdelecturaLa Red de Universidades lectoras y la Universidad de Córdoba, en Passo Fundo

Del Álabe que conocemos hasta hoy me gusta to-do. Y para evitar otorgarme méritos que nome corresponden diré que puedo empezar con

este aserto porque la revista es, sobre todo, fruto deltrabajo constante y tenaz de Mar Campos y María delCarmen Quiles.Creo que la universidad actual necesitaba una revista

de lectura y escritura que abordara estos ámbitos des-de una perspectiva interdisciplinar y dando en ella ca-bida a especialistas o lectores que construyeran relatossobre su relación con la lectura a lo largo de sus vidas.Y Álabe lo ha conseguido desde el primer número. Enella, tienen cabida las experiencias lectoras del mundode la creación, sea este el de una novelista excelente ycomprometida como Almudena Grandes, o el de unapluma brillante y mordaz como la de Manuel Vicent.Asimismo, ha acogido en sus páginas a algunos de los

cantautores que han contribuido a forjar un imagina-

rio colectivo tan atractivo como el perfilado por JoanManuel Serrat o María del Mar Bonet. A todos ellos,personas que han alcanzado la excelencia en sus mun-dos, les debe la revista su calidad y su atractivo. Y, en-tre los mismos, merece una atención especial el profe-sor Rodríguez Gómez, catedrático de la Universidad deGranada y maestro de sucesivas generaciones de profe-sores universitarios desde que empezara su ya larga ydilatada carrera académica en los años 70. Él ha abor-dado como nadie la complejidad de la lectura, especial-mente de la lectura literaria, y ha construido uno delos corpus teóricos más interesantes y de mayor caladode entre los existentes en la universidad española.Desde luego, la revista tiene que dar cabida en el futu-

ro tanto a futbolistas, los héroes de la juventud de hoy,que nos cuenten su relación con la lectura, como a pin-tores que han sabido crear universos propios en suscuadros.También somos deudores de los centros que sobre lec-

tura existen en las universidades españolas, y, entre

ellos, nos ha valido como espejo el CEPLI de Cuenca,conducido con maestría por el profesor Cerrillo. O deprofesores que han estado prestos a colaborar y aseso-rar a la revista en cuanto hemos necesitado de ellos, tales el caso del catedrático de la Universidad de MurciaAmando López Valero o del director de la Red de Uni-versidades Lectoras, el profesor Martos Núñez, artíficede una red a la que ya se han sumado más de cuarentauniversidades de Europa y América.Finalmente, hemos de concluir especificando que es-

ta tarea colectiva sólo era posible realizarla con éxitosi contábamos con los mejores especialistas, tal sería elcaso de Chartier, estén estos en la universidad en la

que estén; y si, además, teníamos anuestro alcance los medios técnicosque la Red y la Universidad de Al-mería han puesto a nuestra disposi-ción. A todos ellos, les estamos muyagradecidos.

‘Álabe’. Directores: Mar Campos F. Fígares yGabriel Núñez Ruiz. Editan: Red de Universi-dades Lectoras y Universidad de Almería.

Sobre ‘Álabe’Gabriel Núñez

DIARIO CÓRDOBA

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7

Universidad

Cuadernos del Sur

7 CUADERNOSDELSUR

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CUADERNOSDEL SUR

Muere Fuentepiña en-

tre la desgana y el des-

crédito. Mientras los

políticos se empeñan

en colgarse medallas y

en ilustrar el año de

Platero con logotipos

absurdos e innecesa-

rios que se presentan

e n M a d r i d , J u a n

Ramón Jiménez pierde

Fuentepiña. Y con el poeta de Moguer

también se pierde en la humanidad.

El Ayuntamiento de Moguer, La Diputa-

ción de Huelva, La Junta de Andalucía, la

Fundación Zenobia-Juan Ramón y la pro-

pietaria de la finca deben sentarse con

urgencia. Es algo necesario que requiere

un entendimiento. Fuentepiña arde a

manos de ocupas y vacía un contenido

inexistente por la inutilidad de los igno-

rantes. ¿Para qué sirve la política en la

Cultura? Solo para elevar a pulso sinies-

tro unos intereses que el ciudadano no

acepta y la historia de nuestra literatura

ve agonizar. No queremos medallas, pre-

cisamos de medidas y de ejecución en

los actos reales, nunca efímeros ni parti-

distas. Fuentepiña debe salvarse.

Los políticos involucrados en el caso tie-

nen que reflexionar. Olvídense de los vo-

tos por un momento. No pierdan el afec-

to a Juan Ramón Jiménez y a Platero,

tengan en cuenta Fuentepiña y pongan

en manos sabias su salvación. Si la políti-

ca no entiende de poesía y se utiliza tan

solo para validar aquello que nunca será

considerado como necesidad, ¿qué hace

un político hablando de Juan Ramón?

El dinero no lo es todo aunque pese. Pe-

ro más solidez presentan los cimientos

que forjaron Fuentepiña en el pasado e

hicieron de ella el lugar y el destino del

burro Platero, junto al árbol centenario

Juan Ramón enterró su obra universal.

Con el dinero que han gastado en pre-

sentar un logotipo del año de Platero y

todo lo que ello lleva consigo, se hubiera

salvado Fuentepiña. Siéntense, por favor.

Y háganlo ahora, que mañana es tarde.

Y, por favor, después, dejen de hablar

de Juan Ramón con la boca grande.

No puedo negar que existe unprejuicio entre los críticosrespecto a los libros que ven-

den millones de ejemplares. Me refie-ro a los críticos que pueden opinar so-bre lo que quieran y que no están so-metidos al dictado de las editoriales yde los grupos de comunicación a losque estas pertenecen. Esos son loscríticos a sueldo que suelen escribiren suplementos y en secciones de li-bros que todos conocemos. Los críti-cos no mediatizados suelen preferirtítulos de culto y también buscan nue-vos valores en este ingente mar del pa-pel impreso o del libro electrónico.Me llega Chocolat, de Joanne Harris,

publicado por la editorial Duomo.Como sucede en la propaganda delas portadas se recoge una frase delLiterary Review, se trata de una pre-gunta: “¿Es este el mejor libro jamásescrito?” Respondo sin duda, no, deninguna manera, pero es una novelaexcelente, estupenda, que merece serleída con atención.Lo primero que tengo que destacar

es lo cuidado del plan textual, lo me-ditado de la estructura. No estamosante una novela experimental; alcontrario, es un texto en la tradiciónrealista de la narrativa más frecuen-tada a lo largo del tiempo, con cum-bres casi insuperables en el siglo XIX.Este tipo de texto es el que sigue gus-tando más, el que es mejor recibidopor los lectores de todo el mundo.Una mujer misteriosa llega a un

pueblo muy pequeño, muy tradicio-nal, con su plaza y su iglesia, con unavida serena, aburrida, claro está, conla rutina prevista en cada instante.Llega con su hija y monta una tiendade chocolate. Esa sustancia tan sabro-sa, tan afrodisíaca, tan mala para losdiabéticos, con un perfume especiales el referente inmediato. Cualquieraque conozca la cultura francesa, sabede su devoción por el chocolate. Enrealidad, es una devoción de religiónuniversal pero los franceses la en-vuelven en formas muy atractivas, se-ductoras, como sucede con la len-cería más fina.La primera reacción que produce

un establecimiento tan sofisticado enla pequeña comunidad es la sorpresa, seguida por la cu-riosidad. Poco a poco van entrando en ese paraíso de latentación. Otra cualidad del libro es la excelente docu-mentación que ofrece. El universo del chocolate se des-pliega ante los ojos del lector. La sustancia, presentadaen sus múltiples formas, tiene un claro valor simbólico.Para el párroco el chocolate es pecado. Se trata de un

personaje atormentado, que mantiene monólogos conun cura anciano que vegeta en la cama de un hospital yque le sirve para confirmar sus propias opiniones y pararecordar hechos del pasado que arrastra sin superarlos:un incendio y la visión de su madre en frenesí sexualcon el cura mantenido de manera artificial.La mujer misteriosa que, a su vez, tiene recuerdos desa-

gradables, permanece toda la novela en la penumbra desus recuerdos y en la luz de sus acciones, llenas de frater-nidad hacia los demás, de sincera compasión, de liber-tad y tolerancia. Aquí se encuentra la clave, la oposición

entre estos dos personajes que se van a enfren-tar. Una constelación de tipos humanos muybien seleccionados rodea a los dos protagonis-tas. Un anciano muy tímido que adora a su pe-rro enfermo; una anciana rica, inconformista,diabética, que se enfrenta a su hija, ejemplode todos los convencionalismos. Ella vive cercadel río, en el barrio incorrecto. Al río llegan lasbarcazas de los gitanos, un peligro tremendopara los guardianes de la moral que no pa-rarán hasta agredirlos; una pobre mujer quesufre la violencia de su marido, una bestia; lahija de la protagonista, que es rechazada en la

escuela porque no es católica. Las peripecias de todos secruzan con el chocolate como fondo. La sicología de ca-da uno está bien establecida y ofrece el toque más huma-no, más cervantino de la narración.La protagonista viajó por muchos lugares con su ma-

dre, especial importancia tienen los recuerdos de NuevaYork, contrapunto al pueblo. Tenía cáncer pero murióen un accidente. Era un poco bruja y huía, siempre huíade aquel hombre, que se reencarna en el párroco. Laautora domina perfectamente el ritmo de los hechos y laprosa alcanza, en ocasiones, tonos de lirismo.La presencia de la tienda, verdadero espacio de libertad,

favorece la liberación de los personajes oprimidos y rea-firma la de aquellos que la tienen y que la quieren man-tener a toda costa. Un festival de chocolate será el moti-vo del enfrentamiento final. No, no se preocupe el lector,no voy a desvelar el secreto. Un consejo, con unas choco-latinas al lado, el placer de la lectura aumenta mucho.

L A S G U A R D A S

Fuentepiña agoniza

Javier Sánchez Menéndez

Buencacaoparaelchocolate‘Chocolat’, de Joanne Harris, un texto de la mejor tradición realista

Antonio Garrido

“La autora

domina el

ritmo y la

prosa alcanza

a veces tonos

líricos”

8 CUADERNOSDELSUR