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1 Instituto de Evangelismo Laico de la Florida (FIEL) 2015 - Año 2 Clase 1 (Primer Trimestre) Interpretación Bíblica Clase # 1: Análisis del pensamiento bíblico”. ¡Ahora entiendo! Como entender e interpretar las Sagradas Escrituras: Interpretando las Escrituras acorde a las Escrituras - el enfoque Adventista. I. Revelación – Inspiración – Iluminación 1. La doctrina de revelación – inspiración es fundamental para todo el proyecto de la interpretación bíblica. De acuerdo con el registro bíblico Dios mismo y Su voluntad ha revelado en específicas declaraciones de verdad a sus profetas (Heb. 1: 1). A través de la inspiración del Espíritu, Él ha permitido a sus profetas comunicar la revelación divina como la Palabra de Dios confiable y autoritaria (2 Tim 3:15, 16; 2 Ped. 1:19 - 21). El mismo Espíritu que ha inspirado a los profetas se ha prometido para iluminar las mentes de aque- llos que tratan de comprender el significado de la revelación divina (Juan 14:26; 1 Cor. 2:10 - 14). 2. Definición de revelación. En referencia al acto de revelarse a Sí mismo y Su voluntad y propósito para la familia humana de Dios, estas palabras adquieren una nueva profundi- dad de significado. La esencia de la revelación divina se puede resumir diciendo que Dios se revela en palabras y actos, a través de muchos canales diferentes, pero más plena- mente en la persona de Jesucristo. La explícita intención de Dios es que a través de su revelación seres humanos pueden llegar a conocerlo y entrar en una relación salvadora, que dará lugar a la comunión eterna con Él (Juan 17: 3). 1. Los cristianos sostienen que Dios ha dado tal revelación, que “Él nos hizo conocer el misterio de su voluntad conforme al buen propósito que de antemano estableció en Cristo, (Efe. 1:9, 10). (NVI). Esta revelación se refiere a menudo como la revelación especial en contraste con la revelación general. Mientras que la revelación general es universal, accesible a todos los seres humanos en todas partes, la revelación especial se dirige a seres humanos específicos y no es inmediatamente accesible a todos. Mientras que a través de la revelación general de Dios se conoce como Creador, Sus- tentador y Señor del universo, en la revelación especial se revela de una manera per- sonal para redimir a la humanidad del pecado y reconciliar al mundo consigo mismo. El centro y la sustancia de la revelación especial es la persona de Jesucristo, Dios en carne humana (1 Tim. 3:16; Juan 1:14, 18). 3. Definición de inspiración. Las palabras "inspiración" e "inspirados" no aparecen como tales en los idiomas originales de la Biblia. que se derivan del latín y aparecieron en la traducción de la Vulgata de 2 Tim. 3:16 y 2 Ped. 1:21. Su significado básico es "inspirar". Así, mientras que la palabra "inspiración" no es una traducción exacta de la palabra griega que se usa en la Biblia para describir el proceso por el cual la Escritura viene a la mente humana, puede ser utilizada adecuadamente para representar un proceso en el que el Espíritu Santo obra en las mentes humanas seleccionadas, para moverlos a proclamar los mensajes recibidos de Dios. "Inspiración" se refiere a la obra del Espíritu Santo en estos

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Instituto de Evangelismo Laico de la Florida (FIEL) 2015 - Año 2 Clase 1 (Primer Trimestre)

Interpretación Bíblica

Clase # 1: “Análisis del pensamiento bíblico”.

¡Ahora entiendo! Como entender e interpretar las Sagradas Escrituras:

Interpretando las Escrituras acorde a las Escrituras - el enfoque Adventista.

I. Revelación – Inspiración – Iluminación

1. La doctrina de revelación – inspiración es fundamental para todo el proyecto de la interpretación bíblica. De acuerdo con el registro bíblico Dios mismo y Su voluntad ha revelado en específicas declaraciones de verdad a sus profetas (Heb. 1: 1). A través de la inspiración del Espíritu, Él ha permitido a sus profetas comunicar la revelación divina como la Palabra de Dios confiable y autoritaria (2 Tim 3:15, 16; 2 Ped. 1:19 - 21). El mismo Espíritu que ha inspirado a los profetas se ha prometido para iluminar las mentes de aque-llos que tratan de comprender el significado de la revelación divina (Juan 14:26; 1 Cor. 2:10 - 14).

2. Definición de revelación. En referencia al acto de revelarse a Sí mismo y Su voluntad y propósito para la familia humana de Dios, estas palabras adquieren una nueva profundi-dad de significado. La esencia de la revelación divina se puede resumir diciendo que Dios se revela en palabras y actos, a través de muchos canales diferentes, pero más plena-mente en la persona de Jesucristo. La explícita intención de Dios es que a través de su revelación seres humanos pueden llegar a conocerlo y entrar en una relación salvadora, que dará lugar a la comunión eterna con Él (Juan 17: 3).

1. Los cristianos sostienen que Dios ha dado tal revelación, que “Él nos hizo conocer el misterio de su voluntad conforme al buen propósito que de antemano estableció en Cristo, (Efe. 1:9, 10). (NVI). Esta revelación se refiere a menudo como la revelación especial en contraste con la revelación general. Mientras que la revelación general es universal, accesible a todos los seres humanos en todas partes, la revelación especial se dirige a seres humanos específicos y no es inmediatamente accesible a todos. Mientras que a través de la revelación general de Dios se conoce como Creador, Sus-tentador y Señor del universo, en la revelación especial se revela de una manera per-sonal para redimir a la humanidad del pecado y reconciliar al mundo consigo mismo. El centro y la sustancia de la revelación especial es la persona de Jesucristo, Dios en carne humana (1 Tim. 3:16; Juan 1:14, 18).

3. Definición de inspiración. Las palabras "inspiración" e "inspirados" no aparecen como tales en los idiomas originales de la Biblia. que se derivan del latín y aparecieron en la traducción de la Vulgata de 2 Tim. 3:16 y 2 Ped. 1:21. Su significado básico es "inspirar". Así, mientras que la palabra "inspiración" no es una traducción exacta de la palabra griega que se usa en la Biblia para describir el proceso por el cual la Escritura viene a la mente humana, puede ser utilizada adecuadamente para representar un proceso en el que el Espíritu Santo obra en las mentes humanas seleccionadas, para moverlos a proclamar los mensajes recibidos de Dios. "Inspiración" se refiere a la obra del Espíritu Santo en estos

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mensajeros o profetas, ya sea que hablaran o escribían. Debido a que estas personas eran "inspiradas" o "movidas por el Espíritu Santo" (2 Ped. 1:21), sus declaraciones y escritos pueden ser considerados inspirados también (2 Tim. 3:16). Si bien la palabra "inspiración" se centra principalmente en la actividad del Espíritu Santo, un estudio cuidadoso de los datos bíblicos deja claro que tanto la actividad humana y divina están involucrados en el proceso por el cual las Escrituras llegaron a ser escritas.

4. Definición de iluminación. Los maestros y predicadores que edifican al pueblo de Dios al exponer Su Palabra tienen el don de exhortación (Rom. 12: 8) o el don de enseñar (1 Cor 12:28.). A medida que el maestro y predicador de la Palabra preparan los mensajes, el Espíritu Santo ilumina su comprensión. Esta experiencia es la iluminación, no el don de la profecía. A medida que se entregan los mensajes, la autoridad de cada mensaje se basa en el pasaje bíblico inspirado de cual se ha obtenido, no en nada poseído intrínsecamente por el maestro o predicador, ni en su experiencia de la iluminación. Intérpretes de la Biblia deben pedir al Espíritu, que inspiró la Palabra, que ilumine, forme, y modifique sus enten-dimientos previos de acuerdo con la Palabra, y para mantener sus entendimientos fieles a la Palabra.

II. Pautas y principios para la interpretación de las Escrituras.

1. Debemos ir a la Escritura misma para descubrir la doctrina de la Escritura y, en particular, para aprender la enseñanza de la Escritura sobre la hermenéutica como base para la cons-trucción de una teología que es hermenéuticamente fiel a la Escritura.

2. 2 Tim. 2:15 “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”. (RVR1995); “… interpreta rectamente la palabra de verdad”. (NVI); “…que maneja con precisión la palabra de verdad”. (LBLA); “… que expone bien la palabra de verdad”. (NRV2000).

3. Pablo le dice a Timoteo que él tiene que manejar bien la palabra de verdad; Gr. orthoto-mēo, para cortar una línea recta, para guiar la palabra de verdad a lo largo de una línea recta.

4. Pablo expone el pecado de los falsos ministros que abusan la palabra de Dios: 2 Cor. 2:17: “pues no somos como muchos que se benefician falsificando la palabra de Dios,…” (RVR1995); “… de los que trafican con la palabra de Dios”. (NVI); “… que comercian (o corrompen) con la palabra de Dios, (LBLA), (NRV2000). Gr. kapēleuō, ser vendedor am-bulante, adulterar la… .

5. Hermenéutica general es ese conjunto de reglas empleadas en todos los materiales que necesitan de interpretación. Es ese conjunto de reglas empleadas en todos los materiales que se destacan en necesidad de interpretación, cuando algo impide su comprensión es-pontánea.

1. Se dice que la palabra hermenéutica tienen su origen en el nombre de Hermes, el dios griego que servía como mensajero de los dioses, transmitiendo e interpretando sus co-municaciones a sus afortunados, o con frecuencia desafortunados destinatarios.

6. Existe una brecha entre el intérprete y los materiales para ser interpretados y reglas de-ben ser establecidas para cerrar esta brecha.

1. Brecha histórica: el intérprete y el material están separados por el tiempo.

2. Brecha cultural: la cultura es diferente de la del texto.

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3. Brecha lingüística: el texto es usualmente en otro idioma.

4. Brecha geológica: el texto se origina en otro país.

5. Brecha biológica: el texto se origina en otra flora y fauna.

6. Brecha filosófica: una actitud diferente hacia la vida y el universo.

7. Hermenéutica bíblica es el estudio de esos principios que pertenecen a la interpretación de las Sagradas Escrituras. Se le considera ciencia porque tiene reglas que pueden clasifi-carse en un sistema ordenado. Se le considera arte porque su comunicación es flexible y, por lo tanto, pudiera distorsionarse el verdadero sentido de una comunicación si se apli-can las reglas de manera rígida y mecánica. 1

1. La necesidad de una interpretación de la Escritura surge a causa de la mente humana finita en contraste con el Dios infinito que se revela. Los seres humanos finitos no pue-den por sí mismos comprender la mente del Infinito (Job 11:7 – 9; isa. 55:8, 9; Eccl. 3:11; Rom. 11:33, 34) y por el oscurecimiento de la mente humana por el pecado (Rom. 1:21; Efe. 4:18; Juan 9:39 – 41). La necesidad para el proceso de interpretación es obligatorio aún más por nuestra separación en el tiempo, la distancia, el idioma y la cultura de los escritos en las Escrituras. El estudio de los principios y procedimientos básicos para fiel y exactamente interpretar la Escritura se llama hermenéutica bíblica. Debido al pro-blema de la comprensión humana, Dios ha provisto en las Escrituras las claves para ex-plicar su significado, y al Espíritu Santo que guiará a la verdad bíblica (Juan 16:13). Des-pués de su resurrección, en el camino a Emaús, Jesús mismo "les declaraba [Gr. diermēneuō (palabra compuesta = dia + hermēneuō] {explicó, (NVI) (LBLA)} en todas las Escrituras lo que de él decían” Luc. 24:27. (RVR1995).

2. La tarea de esta disciplina es entender lo que los escritores humanos y el autor divino de la Escritura intentaron o planearon comunicar y también la forma de comunicar y aplicar el mensaje bíblico a la humanidad moderna. El objetivo final de interpretar la Escritura es hacer la aplicación práctica de cada pasaje a la vida personal. El intérprete debe tratar de entender cómo cada pasaje se aplica personalmente. A partir de los da-tos bíblicos podemos deducir tres tareas principales de la hermenéutica bíblica: (1) en-tender lo que los escritores humanos de la Escritura pretendían transmitir a sus oyentes o lectores (ver Hech. 2:25 - 31); (2) para comprender lo que el autor divino tiene la intención de comunicar a través de las palabras de la Escritura, que no siempre han sido plenamente comprendidas por el escritor humano o sus contemporáneos (1 Ped. 1:10 - 12); y (3) para aprender cómo comunicar y aplicar tanto la forma como el contenido del mensaje bíblico a los seres humanos de hoy (ver Mat. 5:17 - 48;. 1 Ped. 1:15, 16).

III. Principios fundamentales para la interpretación bíblica.

1. Por la Biblia y la Biblia sola (Sola Scriptura). Sólo la Biblia es la norma final de la verdad, la fuente primaria y absoluta de la autoridad, el último tribunal de apelación, en todas las áreas de la doctrina y la práctica. Isaías 8:20: “¡A la ley y al testimonio! Si no dicen (hablan) conforme a esto, es porque no les ha amanecido”. (RVR1995), (NRV2000). Las dos pala-

bras hebreas tōrāh (ley) y tecudah (testimonio) señalan a los dos centros de autoridad en

1 Bernard Ramm, Protestant biblical Interpretation [Interpretación bíblica protestante], 3a. ed. rev. (Grand Rapids: Baker, 1970), p. 1. Citado por Henry A. Vikler, Hermenéutica. Principios y procedimientos de interpretación bíblica. (Miami: Editorial Vida, 1994), p. 13.

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los días de Isaías: el Pentateuco (la Torah o la ley de Moisés) y el testimonio de los profetas a la voluntad de Dios previamente revelada en la Torah. Jesús resumió las dos divisiones de las Escrituras del AT cuando se refirió a “la ley y los profetas” (Mat. 5:17; 11:13; 22:40). El NT añade la revelación autoritativa de Jesús y Sus testigos apostólicos (Efe. 2:20; 3:5). El principio de sola Scriptura implica dos corolarios o consecuencias naturales que resul-tan en la primacía de las Escrituras y la suficiencia de las Escrituras:

1. La primacía de las Escrituras.

1. No buscar consejos de los médiums espiritistas (Isa. 8:19)

2. No seguir la tradición. (Mat. 15:3, 6: Col. 2:8)

3. No seguir la filosofía humana (Col. 2:8)

4. Rechazar la “falsamente llamada ciencia”, (Gr. gnōsis) (1 Tim. 6:20); esta ha llegado a estar depravada después del pecado (Gén. 3:17 – 18; Rom. 8:20 – 21). Debidamente entendida la ciencia esta en harmonía con la revelación escrita de Dios en las Escrituras. (Sal. 19:1 – 6 [la revelación de Dios en la naturaleza] y vv. 7 – 11 [revelación del Señor en las Escrituras]. La ciencia tiene que estar subordinada a, e interpretada por la autoridad final de la Escritura (Rom. 1:20 – 23; 2:14 – 16; 3:1 – 2).

5. Las facultades mentales y emocionales también han llegado a estar depravadas desde la caída; pero aun antes de la caída ni la razón humana o la experiencia po-dría confiarse seguramente separadas de la Palabra superior de Dios. Aquí es que Eva cayó confiando su propia razón y emociones sobre la Palabra de Dios (Gén. 3:1 – 6). El hombre más sabio en la historia dijo: “Hay camino que al hombre le parece derecho, pero es camino que lleva a la muerte”. (Proverbios 14:12) (RVR1995).

2. La suficiencia de las Escrituras.

1. La Biblia permanece y esta sola como el guía infalible a la verdad

a. Le hace sabio para la salvación (2 Tim. 3:15)

b. Es la norma por la cual toda doctrina y experiencia debe ser probada (2 Tim 3:16 – 17; Sal. 119:105; Prov 30:5, 6; Isa 8:20; Juan 17:17; Hech. 17:11; 2 Tes. 3:14; Heb 4:12). Por lo tanto la Escritura proporciona el marco, la perspectiva divina, los principios fundamentales, por cada rama de conocimiento y expe-riencia. Todo el conocimiento y la experiencia adicional, o revelación, deben construirse y seguir siendo fiel al fundamento todo suficiente de la Escritura, no solo como suficiencia material (que contiene todas las verdades necesa-rias para la salvación), sino también la suficiencia formal (la Biblia sola es su-ficiente en claridad sin necesitar fuentes externas para interpretarla).

2. La totalidad de la Escritura (Tota Scriptura). El propio testimonio de la Escritura es claro: 2 Tim. 3:16 – 17. Toda Escritura, no solo una parte, es inspirada por Dios. Incluye:

1. Todo el AT, las Escrituras canónicas de la iglesia apostólica. (Luc. 24:17, 32, 44 – 45; Rom. 1:2; 3:2: 2 Ped. 1:21; etc.).

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2. Pablo incluye también los escritos sagrados del NT; el usa la palabra “escritura” (Gr. graphē, “escritura”) en 1 Tim. 5:18, donde introduce dos citas, con la frase “pues la Escritura dice”, una del AT, Deut. 25:4 y la otra de las palabras de Jesús en Luc. 10:7 (Mat. 10:10); el usa la palabra simultáneamente y sinónimamente para referirse a es-critos sagrados y autoritativos, inspirados.

3. Varios pasajes de los Evangelios afirman su veracidad y autoridad al mismo nivel que las Escrituras del AT: Juan 1:1 – 3 en paralelo con Gén. 1:1; Juan 14:26; 16:13; 19:35; 21:24; Luc. 1:2 – 4. Mateo 1 en paralelo Gén. 5; Mat. 23:34.

4. El uso de Pedro del término "Escrituras" para los escritos de Pablo apoya esta conclu-sión (2 Pedro 3:15, 16). Mediante la comparación de las cartas de Pablo a las "otras Escrituras," Pedro implica que la correspondencia de Pablo es parte de la Escritura.

5. El NT es el testimonio apostólico a Jesús y a Su cumplimiento de los tipos y las profecías del AT. Jesús prometió a los doce apóstoles enviar al Espíritu Santo para traer a su me-moria las cosas que había dicho (Juan 14:26). Pablo afirma que "el misterio de Cristo" fue "revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu" (Efe. 3: 4 – 5). Los após-toles tenían una posición única, irrepetible en la historia (Efe. 2:20), como testimonio de un contacto directo con la humanidad de Cristo (Luc. 1: 2; Gál. 1: 11 – 17; 2 Ped. 1:16; 1 Juan 1: 1 – 4).

6. Pablo también fue llamado a ser un apóstol (ver Rom 1: 1; 1 Cor. 1: 1, y las salutaciones en las otras epístolas paulinas), y señala que sus escritos se dan bajo la dirección del Espíritu Santo y tiene plena autoridad apostólica (1 Cor. 7:40; 12:13; 14:37; 2 Cor 3: 5 – 6; 4:13; Gál. 1: 11 – 12; 1 Tes. 5:27; 2 Tes. 3: 6 – 15).

7. Así, el NT incorpora el testimonio de los apóstoles, ya sea directamente, o indirecta-mente a través de sus asociados cercanos Marcos, Lucas, Santiago y Judas (ver Luc. 1:1 – 3; Hech. 12:12, 25; 15:37; 16:11; Col 4:10, 14; 2 Tim 4:11; Flm 24).

El principio de tota Scriptura involucra varios asuntos relacionados o corolarios:

1. Tota Scriptura y el canon. Los adventistas se unen a otros protestantes en afirmar que la canonización de ambos Antiguo y Nuevo Testamento no es un producto de los organismos humanos, sino del Espíritu Santo, y que los libros canónicos contienen cualidades internas auto-identificadoras y auto validantes que fueron reconocidas como tales por la comunidad de la fe.

a. La palabra española “canon” proviene del término griego [kanōn] que sig-nifica ‘caña’, ‘vara de medir’ o hasta ‘barra de cortina’, vocablo que a su vez está relacionado con el sustantivo hebreo qāneh ‘caña, barra’ (1 Rey. 14:15; Job 40:21). En un sentido secundario, un canon es un conjunto de textos que “ha sido medido” y que ha sido tenido por digno de ser incluido en una colección de textos con autoridad vinculante para una comunidad religiosa. Texto canónico es aquel al que se le reconoce autoridad en una comunidad religiosa dada y al que se le considera «inspirado» por Dios (2 Tim. 3:16). El término kanōn era perfectamente conocido y de uso frecuente en el griego helenístico. El mundo antiguo estaba lleno de cánones (o modelos o reglamentos) que guiaban los diferentes aspectos de la actividad humana. Pablo utiliza el término en el sentido de una medida de la conducta cristiana que puede verificarse (Gál. 6:16). El término kanōn aparece tres veces más en el NT (2 Cor. 10:13, 15, 16). A partir de mediados del siglo IV

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kanōn se usó también para la compilación de escritos sagrados tanto del AT como del NT. Se le atribuye a Eusebio la iniciativa de emplear el término con referencia a la colección de las Escrituras cristianas.

b. Los adventistas, junto con otros protestantes, aceptan sólo los 39 libros de la Bi-blia hebrea, y no los llamados libros deuterocanónicos de la Apócrifa. Estos libros, a pesar de contener información histórica útil, no fueron escritos por profetas inspirados, pero llegaron después del cierre del período profético del A T (ca. 400 a. C.). Jesús mismo reconoció el tripartito canon hebreo (Lucas 24:44), que se re-afirmó después en el Concilio de Jamnia (ca. 90 dC).

c. Relativo al NT, el testimonio apostólico inherente en todos estos escritos - todos escritos por un apóstol inspirado o discípulo directo de un apóstol que fue testigo ocular inspirado - y por lo tanto el canon del NT fue cerrado para el final del pri-mer siglo, cuando el último documento apostólico inspirado había sido escrito.

d. La Iglesia "llegó a reconocer, aceptar y confirmar la calidad de auto-autenticación de ciertos documentos que se impusieron a sí mismos como tales en la Iglesia." 2 En suma, la Iglesia no determinó el canon, pero lo descubrió, no regulaba el ca-non, pero lo reconoció; la Iglesia no es la madre del canon, pero la hija de la Ca-non, no su magistrado, pero su ministro, no su juez, pero su testigo, no su dueño, sino el servidor. 3

2. Inseparable unión de lo divino y lo humano. Toda la Escritura, tanto AT y NT, es de origen divino. Es "inspirada por Dios", literalmente "Dios sopló" (Gr. theopneustos “respirada por Dios”) (2 Tim. 3:16). La imagen aquí es la del divino "viento" o Espíritu que viene sobre el profeta, por lo que la Escritura es un producto del aliento creador divino. Por lo tanto, es totalmente autoritaria: útil para enseñar, reprender, corregir, para instruir en justicia. Toda la Escritura es la unión indivisible, indistinguible de lo divino y lo humano. Un pasaje bíblico clave que aclara la naturaleza divina de la Escri-tura en relación con las dimensiones humanas de los escritores bíblicos es 2 Ped. 1: 19 – 21. El v. 21: “Porque la profecía no ha tenido su origen en la voluntad [thelēma] humana, sino que los profetas hablaron de parte de Dios, impulsados [pherō] por el Espíritu Santo”. (NVI).

a. Varios puntos relacionados se desarrollan en estos versículos. El v. 19 subraya la confiabilidad de las Escrituras; el v. 20 aprendemos por qué esto es así, el profeta no entromete su propia interpretación. El v.. 21 elabora sobre este punto: la pro-fecía no viene por la thelēma - la iniciativa, el impulso, la voluntad - del agente humano; los profetas no se comunican por su cuenta. Más bien, los escritores de la Biblia eran profetas que hablaron siendo inspirados, transportados a lo largo, incluso impulsados [pherō] por el Espíritu Santo.

b. Este pasaje petrino deja claro que las Escrituras no vinieron directamente del cielo, sino que Dios utilizó los instrumentos humanos.

2 Bruce M. Metzger, The Canon of the New Testament: Its Origin, Development, and Significance [El Canon del Nuevo Testamento: Su Origen, Desarrollo y su significado] (Oxford: Clarendon Press, 1987), 287. 3 Adaptado de Norman L. Geisler and Ralph E. MacKenzie, Roman Catholics and Evangelicals: Agreements and Dif-ferences [Católicos y evangélicos: Acuerdos y diferencias] (Grand Rapids, MI: Baker, 1995), 173.

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c. Una mirada inductiva a los escritos bíblicos confirma que el Espíritu Santo no abrevió la libertad de los escritores bíblicos, no reprimió sus personalidades úni-cas, no destruyó su individualidad. Sus escritos a veces participan de la investiga-ción humana (Luc. 1: 1-3); a veces dieron sus propias experiencias (Moisés en el Deuteronomio, Lucas en los Hechos, los salmistas); que presentan diferencias de estilo (contraste Isaías y Ezequiel, Juan y Pablo); que ofrecen diferentes perspec-tivas sobre la misma verdad o evento (por ejemplo, los cuatro Evangelios).

d. A través de todo este pensamiento-inspiración, el Espíritu Santo está llevando a los escritores bíblicos, guiando sus mentes en la selección de que hablar y escribir, de tal forma que lo que ellos presentan no es simplemente su propia interpreta-ción, pero la palabra totalmente fiable de Dios, la palabra profética más segura. El Espíritu Santo imbuyó instrumentos humanos con la verdad divina en pensa-mientos y así les ayudó a escribir (1 Corintios 2: 10-13).

e. El principio de tota Scriptura se refuerza al comparar la Palabra de Dios escrita y encarnada (Heb. 4:12; Apoc. 19:13). Al igual que Jesús, el Verbo de Dios encar-nado era plenamente Dios y plenamente hombre (Juan 1: 1-3,14), así que la pa-labra escrita es una unión inseparable de lo humano y lo divino. Así como la hu-manidad de Jesús era sin pecado, así tambien las Sagradas Escrituras, aunque viene a través de instrumentos humanos, es totalmente confiable.

3. La Biblia es equivalente a, no solo contiene la Palabra de Dios. El testimonio de la Escritura es abrumadora. En el Antiguo Testamento hay cerca de 1.600 ocurrencias de cuatro palabras hebreas (en cuatro frases diferentes, con ligeras variaciones) que indican explícitamente que Dios ha hablado:

a. (1) "la expresión [ne<um] de Jehová", algunos 361 veces; (2) "Así dice [<āmar] del Señor", algunos 423 veces; (3) "Y habló Dios [dibber], algunos 422 veces, y (4) la “palabra [dābār] del Señor", algunos 394 veces. En numerosas ocasiones se regis-tran la equivalencia entre el mensaje del profeta y el mensaje divino: el profeta habla en nombre de Dios (Éxo. 7: 1,2; cf. Éx. 4: 15,16), Dios pone sus palabras en la boca del profeta (Deut 18: 18; Jer 1: 9), la mano del Señor es fuerte sobre el profeta (Isa. 8:11; Jer. 15:17; Ezequiel 1: 3; 3:22; 37: 1), o la palabra del Señor viene a él (Ose. 1: 1; Joel 1: 1; Miq 1: 1; etc.). Jeremías (cap. 25) reprende a su audiencia por no escuchar a los profetas (v. 4), que se equipara a no escuchar al Señor (v. 7), y además se equipara con "sus palabras" (v. 8). ¡Los profetas del An-tiguo Testamento estaban seguros de que su mensaje era el mensaje de Dios!

b. Numerosas veces en el Nuevo Testamento "está escrito" es equivalente a "Dios dice". Por ejemplo, en Heb. 1:5 – 13, siete citas del AT que son habladas por Dios, pero los pasajes del AT citados no siempre específicamente adscriben la declara-ción directamente a Dios (ver Sal. 104: 4; 45: 6-7; 102: 25-27). Una vez más Rom 9:17 y Gál. 3: 8 (cita Éxo. 9:16 y Gén 22:18 respectivamente) revelan una identifi-cación estricta entre la Escritura y la Palabra de Dios: los pasajes del NT introdu-cen las citas con "La Escritura dice," mientras que el AT pasajes tienen a Dios como el orador. Las Escrituras del AT en su conjunto son vistos como los "oráculos de Dios" (Rom. 3: 2).

3. La analogía o armonía de la Escritura (analogia Scripturae). Dado que toda la Escritura es inspirada por el mismo Espíritu, y todo ella es la Palabra de Dios, por lo tanto, existe una unidad y armonía fundamental entre sus diferentes partes. Las diversas partes de las

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Escrituras del AT son considerados por los escritores del NT como armoniosas y de auto-ridad divina iguales. Los escritores del NT pueden así apoyar su punto citando varias fuen-tes del AT como de un peso igual y armonioso. En Rom. 3: 10 – 18 tenemos citas bíblicas de Ecle. (7:20), Salmos (14: 2, 3; 5:10; 140:4; 10:7; 36:2), e Isaías (59:7, 8). La Escritura es considerada como un todo inseparable y coherente. Los principales temas del AT son asu-midos por los escritores del NT y desarrollados más ampliamente. El principio de la "ana-logía de la Escritura" tiene tres aspectos principales: (a) la Escritura es su Expositor propio; (b) la coherencia de la Escritura; y (c) la claridad de la Escritura.

1. La Escritura es su Expositor propio. Debido a que existe una unidad subyacente entre las diversas partes de la Escritura, una porción de la Escritura interpreta otro, convir-tiéndose en la clave para la comprensión de pasajes relacionados. Jesús demostró este principio en el camino a Emaús (Luc. 24:27). Más tarde esa noche en el aposento alto, señaló: Luc. 24:44 – 45. Pablo expresa este mismo principio en 1 Cor. 2:13.

2. La consistencia de las Escrituras. Jesús declaró sucintamente este aspecto de la analo-gía de la Escritura: “…la Escritura no puede ser quebrantada”. (Juan 10:35). Ya que la Escritura tiene un solo autor divino, las distintas partes de la Escritura son coherentes entre sí. Por lo tanto la Escritura no puede contrastarse con la Escritura. Todas las doc-trinas de la Biblia serán coherentes entre sí, y las interpretaciones de pasajes individua-les armonizarán con la totalidad de lo que la Escritura enseña sobre un tema determi-nado.

3. La claridad de la Escritura. El testimonio bíblico anima a los lectores a estudiar la Biblia por sí mismos con el fin de entender el mensaje de Dios para ellos. (Deut 30:11 – 14; Luc. 1:3, 4; Juan 20:30 – 31; Hech. 17:11; Rom 10:17; Apoc. 1:3). La implicación es que el significado de la Escritura es clara y directa, capaz de ser captada por el estudiante diligente. Una aplicación práctica final de este principio de claridad es reconocer la cre-ciente espiral de la comprensión como un pasaje ilumina a otro.

4. Cosas espirituales discernidas espiritualmente. (Spiritalia spiritaliter examinatur). A me-nudo se supone que la intención original del escritor de la Biblia puede determinarse me-diante la aplicación rigurosa de los principios hermenéuticos y herramientas exegéticas, al margen de cualquier tipo de asistencia espiritual sobrenatural. Sin embargo, los datos de las Escrituras lleva a una conclusión diferente. Observamos en particular, 1 Cor. 2:11, 14.

1. El papel del Espíritu Santo. Puesto que la Biblia no es en última instancia el producto de la mente del escritor humano sino de la mente de Dios revelado a través del Espíritu (1 Cor 2: 12 – 13), no es posible separar "lo que significaba" al escritor humano --Para ser estudiado sin la ayuda del Espíritu Santo, de "lo que significa" - para ser aplicada por la ayuda del Espíritu. Tanto el significado original y su presente aplicación involucra los pensamientos de Dios, que según Pablo sólo puede ser comprendida adecuadamente si tenemos la ayuda del Espíritu de Dios. (Juan 6:45; 16:13; 1 Cor. 2:13 – 14; 2 Cor. 3:14 – 18).

2. La vida espiritual del Intérprete. El Espíritu no sólo ilumina la mente, sino que también debe haber transformado el corazón del intérprete. El enfoque del intérprete debe ser el que se prescribe en La Escritura, una actitud de consentimiento o disposición de se-guir lo que dice La Escritura, si él / ella ha de entender el significado de La Escritura.

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(Juan 7:17). Tiene que haber diligente, ferviente oración para la comprensión, siguiendo el ejemplo de David: (Sal. 119:33; ver vv. 34 – 40; Prov. 2:3 – 7).

IV. Pasos de interpretación bíblica que se derivan de La Escritura. Consideremos ahora las di-rectrices interpretativas básicas emergentes de la propia hermenéutica los escritores de la Biblia.

1. Texto y Traducción. La Biblia misma pone de relieve la necesidad vital de preservar las palabras de la Sagrada Escritura (ver Deut. 4: 2; 12:32; Prov. 30:5, 6; Apoc. 22:18, 19; comparar con Deut. 31:9 – 13, 26). Los principios de estudio textual deben ser cuidado-samente controladas desde dentro de las Escrituras. Las Escrituras también dan numero-sos ejemplos de la necesidad de una traducción fiel de las palabras de la Escritura en el idioma de destino (Neh. 8:8; Mat. 1:23; Mar. 5:41; 15:22, 34; Juan 1:42; 9:7; Hech. 9:36; 13:8; Heb. 7: 2). La traducción de Escrituras debe permanecer lo más fiel posible a la forma y contenido del original.

2. Contexto histórico / Preguntas de Introducción. El Antiguo Testamento es en gran parte un libro de historia. Los relatos de la Creación, Caída, Diluvio, Patriarcas, surgimiento de Israel, Éxodo, conquista de Canaán, Jueces, Reyes y Profetas de la Monarquía unida y di-vidida, el exilio, el retorno, la reconstrucción del Templo-todas las personas, eventos e instituciones del AT se presentan como historia sencilla y directa. Los profetas posteriores del AT, Jesús, y los escritores del NT se refieren continuamente de nuevo a los relatos anteriores de AT, interpretando éstas como históricamente confiables descripciones de Dios en su interrelación de espacio-tiempo con su pueblo. El contexto histórico de los relatos bíblicos es aceptado por su valor nominal como verdadero, y no hay por lo tanto ningún intento de reconstruir la historia de una manera diferente a la presentada en el registro bíblico. Los escritores del NT, en su interpretación del AT, muestran un conoci-miento muy claro con la corriente general y detalles específicos de la historia del AT. (dis-curso de Esteban, Hech. 7; discusión de Pablo del éxodo en 1 Cor. 10). Los argumentos tipológicos de los escritores del NT asume la veracidad histórica de las personas, eventos e instituciones que eran tipos; de hecho, toda la fuerza de su argumento tipológico de-pendía de la historicidad de estas realidades históricas.

1. La mención se hace a menudo de varias preguntas de introducción, y estas preguntas a veces se convierten en cruciales para el argumento del autor bíblico. En cada caso, la declaración literal del texto se acepta como la representación precisa de la autoría, la cronología y el entorno del texto. La autoría davídica del Salmo 110 (como se indica en la inscripción del salmo) es crucial para el remache final de Jesús, un argumento incon-testable respecto a Su Mesianismo (Mat. 22: 41 – 46). Autoría davídica del Salmo 16 es también crucial a Pedro en su sermón de Pentecostés de convencer a los judíos de la resurrección predicha del Mesías (Hech. 2: 25 – 35).

2. El contexto socio-cultural (Sitz im Leben) de la justificación por la fe de Abraham en el relato del Génesis es muy importante en el argumento de Pablo a los Romanos, para mostrar que era antes de que Abraham hubiera sido circuncidado que esto había suce-dido (Rom. 4: 1-12). Por lo tanto por precepto y ejemplo las Escrituras subrayan la im-portancia de interpretar el material bíblico en su sentido literal, histórico, incluyendo los detalles de la cronología, geografía e intervenciones divinas milagrosos en la histo-ria.

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3. El contexto literario / análisis. Para los escritores bíblicos el contexto literario de las Es-crituras no fue menos importante que el contexto histórico. La Escritura no es sólo un libro de historia, sino una obra de arte literaria. El estudio reciente está dando cada vez más atención a las características y convenciones literarias de la Escritura. Una de las pri-meras tareas en la interpretación de un pasaje dado en su contexto literario inmediato es determinar los límites del pasaje, en términos de los párrafos, estrofas; los escritores de la Biblia a menudo proporcionan indicadores de límites del pasaje y en su interpretación de Escrituras anterior muestran conciencia de las unidades discretas de la Escritura. En el libro del Génesis, por ejemplo, el libro se divide claramente en diez secciones, cada una identificada por la frase "las generaciones [toledôth] de. . . ". En los Salmos, junto con los sobrescritos introduciendo salmos individuales, varios salmos contienen (a) estrofas que dividen naturalmente las secciones del salmo (Sal. 42:5, 11; 43:5); o (b) la palabra “selah” (71 veces en los Salmos, ej. 46:3, 7, 11); o (c) un acróstico (Salmo 119 con cada ocho versos sucesivos comenzando con la siguiente letra del alfabeto hebreo).

1. Los escritores de la Biblia identifican repetidamente sus materiales escritos en térmi-nos de géneros específicos o tipos literarios. Unos cuantos ejemplos incluyen: "historia" o "recuento" (en hebreo toledôth. Gen 2: 4, además de 12 veces más a lo largo de Gé-nesis), material legal (Éxo. 21: 1; Deut. 4:44, 45; y en todo el Pentateuco), la toma de pacto y renovación (ej. todo el libro de Deuteronomio; ver Deut. 29:1, 14, 15), adivinan-zas (Jue. 14: 10 – 18), crónicas judiciales (por ejemplo, 1 Reyes 9:1), salmos (con varias subdivisiones de tipos de salmos, que se indican en los sobrescritos) o canciones (Cant. 1: 1), proverbios (por ejemplo, Prov. 1: 1; 10: 1; 25: 1), oráculos proféticos o "cargas" (en hebreo massā, Nah. 1:1; Hab. 1:1; Mal. 1:1). Visiones (por ejemplo, Dan 8:1, 2; Abd. 1), demanda de pacto Hb. rîb, (ej. Isa 3:13; Ose. 4: 1; Miq. 6:1), la lamentación (Hb. qîn āh. Eze. 27:32; Amós 5:1; Lamentaciones), evangelios (ej., Mar. 1:1), parábolas (ej., Mar. 4:2), "figuras" (Gr. paraoimia; Juan 10:6; 16:25), epístolas (ej., Rom. 16:22; 1 Cor. 5:9; 2 Ped. 3:1, 16; incluyendo las paulinas, de Pedro, Juan, Santiago y Judas), y apoca-líptico (el apokalypsis o Apocalipsis de Juan; Apoc. 1: 1). Cada uno de estos géneros tiene características especiales que surgen de un estudio cuidadoso, y estas caracterís-ticas son a menudo significativa en la interpretación del mensaje que se transmite a través del tipo literario particular. Forma literaria y la interpretación del contenido van de la mano.

2. En representación más general de género literario, los materiales bíblicos se separan en la poesía y la prosa. Las secciones poéticas de la Escritura (alrededor del 40% del AT) se caracterizan especialmente por diversas clases de paralelismo ("rima del pensa-miento ") y en menor medida por metros y versos (o estrofas). La prosa puede ser de diversos tipos, tales como la narrativa, jurídica y material de culto. Escritores de la Biblia han estructurado su material por dispositivos tales como paralelismo que combina (ver el libro de Jonás), paralelismo inverso (o quiasmo, ej., los libros de Levítico y Apocalip-sis), inclusión o "construcción envolvente" (ej., Sal. 8:1, 9; 103:1, 22), acróstico (Sal. 9, 10, 25, 34, 37, 111, 112, 119, 145), qinah (métrica 3 + 2, ej., el libro de Lamentaciones), y los componentes de tratados de soberanía o protectorado (ej., el libro de Deuterono-mio).

4. Análisis Sintáctico / Gramatical / Semántico. La interpretación del NT del AT, propor-ciona evidencia de la participación en el análisis de las formas gramaticales y las relaciones sintácticas, con atención al significado de varias palabras en su contexto, con el fin de

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llegar al significado sencillo, directo del pasaje siendo interpretado. Un ejemplo clásico de la sensibilidad gramatical por parte de los escritores del NT está en la interpretación de Pablo de la palabra "simiente" en Gál. 3. Citando Gén. 12:7; 22:17 – 18 y 24:7, Pablo reconoce (Gál. 3:16) que la forma singular de "simiente" se reduce en significado a la "Si-miente" –el único Mesías, mientras que unos pocos versículos posteriores (Gál. 3:29) él señala correctamente el aspecto plural colectivo de este mismo término en su contexto más amplio.

1. Hay numerosos ejemplos en la Escritura donde los escritores del NT son cuidadosos para representar fielmente el significado de las palabras cruciales en el pasaje original del AT. (Ej., la selección de Mat. 1:22 – 23 de la LXX parthenos "virgen" para representar mejor el Hb. almāh de Isa. 7:14; y el uso de Cristo de la palabra "dioses" en Juan 10:34, citando Sal. 82:6.

5. Contexto Teológico / Análisis. Los escritores bíblicos proporcionan evidencia abundante sobre la necesidad de determinar el mensaje teológico de un pasaje como parte de la empresa hermenéutica. Jesús pone al descubierto las profundas implicaciones teológicas del Decálogo en su Sermón del Monte (Mat. 5:17 – 28). El Concilio de Jerusalén establece la importación teológica de Amós 9:11, 12 que los gentiles no tienen que convertirse en Judíos con el fin de convertirse en cristianos (Hech. 15:13 – 21). Pablo capta la esencia teológica del pecado en varios pasajes del AT (Rom. 3: 8 – 20) y de la justificación por la fe en su exposición de Gén. 15:6 y Sal. 32:1, 2 (Rom. 4). El sermón de Pedro en Pentecostés (Hech. 2) delinea la teología de la escatología inaugurada encontrada en Joel 2, y su pri-mera epístola explora las dimensiones teológicas de la obra expiatoria del Mesías como se establece en Isaías 53 (1 Ped. 2: 21-25).

1. Los mensajes teológicos de los escritores del NT presuponen, construyen sobre, y están en continuidad con los grandes temas teológicos del AT como Dios, hombre, la creación – caída, pecado pacto, sábado, ley, promesa, remanente salvación, santuario, y escato-logía.

2. Los escritores del NT también ponen sus análisis teológicos de pasajes específicos den-tro del contexto más amplio del "gran tema central" múltiple o meta-narrativa de la Escritura como se establece en la apertura y cierre de las páginas de la Biblia (Gén. 1-3; Apoc. 20-22): la creación y el diseño original divino para este mundo, el carácter de Dios, el aumento del conflicto moral cósmico (el conflicto de los siglos o la gran contro-versia) en el entorno del santuario, el plan de redención-restauración centrada en Cristo y su obra expiatoria, y la juicio escatológico y fin del pecado en el clímax de la historia. Elena G. White elabora este tema teológico tomado de las Escrituras.

6. El significado más profundo de La Escritura. En su exploración del significado "profundo" de la Escritura, en particular en lo que respecta al cumplimiento tipológico de las personas del Antiguo Testamento, eventos e instituciones, los escritores del NT siguen siendo fieles a las Escrituras del AT, que ya han indicado cuales personas, acontecimientos e institucio-nes Dios ha diseñado divinamente para servir como prefiguraciones de Jesucristo y las realidades del Evangelio traídos por Él. Los escritores del NT simplemente anuncian el cumplimiento antitípico de lo que ya se había indicado verbalmente por los profetas del AT. Los escritores del NT no dan una lista exhaustiva de los tipos del Antiguo Testamento, pero muestran el procedimiento hermenéutico, controlado por los indicadores del AT, de

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identificar los tipos bíblicos. Por otra parte, los escritores del NT proporcionan una subes-tructura teológica (histórico-salvífica) para interpretar el cumplimiento escatológico de los tipos del Antiguo Testamento.

1. Sobre la base de una clara comprensión teológica del reino teocrático de Israel y las profecías del reino en el contexto de las bendiciones y maldiciones del pacto, el NT re-vela un cumplimiento de tres etapas de los tipos del Antiguo Testamento y las profecías del reino – 1) en Cristo, 2) en la Iglesia, y 3) en la apocalíptica de la conclusión de la historia de la salvación. Cada etapa tiene una modalidad diferente de cumplimiento, basada en la naturaleza de la presencia y el reinado de Cristo. Así, los escritores del NT han elaborado unas hermenéuticas sólidas, sensatas y profundas para la interpretación de los tipos y las profecías del reino del AT, edificadas sobre controles sólidos derivados de las Escrituras del AT.

2. Todas las promesas de Dios tienen su sí y amén en Cristo (2 Cor. 1:20), y todos los tipos del AT encuentran su cumplimiento básico en Él; y si somos parte espiritual del cuerpo de Cristo, nosotros por lo tanto compartimos en el cumplimiento de esas promesas pro-féticas y tipológicas, y sin embargo, esperamos compartir en su cumplimiento final lite-ral, glorioso, apocalíptico.

7. Aplicación Contemporánea. Para los escritores bíblicos del NT, la aplicación contemporá-nea surge naturalmente de su interpretación teológica de pasajes del AT. Acabamos de ver cómo la aplicación de los tipos y las profecías del reino del AT surge de la comprensión de la realización de tres etapas en la historia de salvación. Estos principios hermenéuticos básicos relacionados con el cumplimiento de las profecías centradas en Israel en el NT proporcionan un enfoque Cristo-céntrico que protege contra el dispensacionalismo y el literalismo. Los escritores bíblicos insisten en que el mensaje de la Escritura no es cultu-ralmente limitado, aplicable sólo para un pueblo y de un cierto tiempo, pero permanente y universalmente aplicable. Pedro, citando Isa. 40: 6-8, dice enérgicamente, (ver 1 Ped. 1:23 – 25).

1. La mayor parte de la instrucción ética en los evangelios y epístolas del NT puede ser visto como la aplicación práctica homilética de pasajes del AT: por ejemplo, el Sermón del Monte (Mat. 5:17 – 32) aplicando los principios del Decálogo; la aplicación de San-tiago de los principios de Levítico 19 en toda su epístola; y la instrucción ética de Pedro cimentada en "Sed santos, porque yo soy santo" (1 Ped. 1:16; citando Lev 11:44, 45; 19:2; 20:7).

2. Por supuesto, es cierto que algunas partes del AT, en particular del leyes rituales cere-moniales / santuario y de la aplicación de las leyes civiles / teocráticos de Israel, ya no son obligatorias para los cristianos. Los escritores del NT no lo hacen de manera arbi-traria (por un enfoque de casos a la Escritura) deciden qué leyes siguen siendo perti-nentes, pero consistentemente reconocen el criterios dentro del AT mismo que indican cuales leyes son obligatorias universalmente.

3. El principio general, entonces, articulado e ilustrado por los escritores del NT en su aplicación homilética de la Escritura, es asumir la relevancia transcultural y transtem-poral de la instrucción bíblica a menos que la misma Escritura nos de criterios limitando esta relevancia. El objetivo final de la interpretación de la Escritura es hacer la aplicación práctica de cada pasaje a la vida individual. Cristo y los apóstoles del NT en varias oca-siones les hicieron entender el mensaje del evangelio contenido en las Escrituras con el

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fin de llevar a los oyentes o lectores a la salvación y a una relación cada vez más estrecha con Dios.

4. En el Éxodo Dios articuló un principio en el que cada generación sucesiva de israelitas debería considerar que él / ella personalmente salió de Egipto (Éxo. 12:26, 27; 13:8, 9), y este principio de la personalización se repitió muchas veces, tanto al Israel del AT (Deut. 5: 2 – 4; 6:20, 21; Jos. 24:6 – 8) y al Israel espiritual (Gál. 3:29; Apoc. 15:1, 2; 2 Cor. 5:14, 15, 21; Rom. 6:3 – 6; Efe. 1:20; 2:6; Heb. 4: 3, 16; 6:19; 7: 9, 10; 10:19, 20; 12:22 – 24). La Escritura en última instancia debe ser leída y aceptada como si yo soy el participante en los poderosos actos salvíficos de Dios: “¡Yo estoy ahí!" - Como si los mensajes de Dios se dirigen personalmente a mí. Son la Palabra de Dios viva y activa a mi alma.

Bibliografía.

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George W. Reid, ed. Handbook of Seventh-day Adventist Theology. (Commentary Reference Series, vol-ume 12) [Manual de la teología adventista del séptimo día. Serie comentario de referencia, volumen 12] Hagerstown, MD: Review and Herald® Publishing Association, 2000.

Henry A. Vikler, Hermenéutica. Principios y procedimientos de interpretación bíblica. Miami: Editorial Vida, 1994.

Bernard L. Ramm and others, Hermeneutics (Practical theology series) [Hermenéutica (Serie de Teología práctica)] Grand Rapids, MI: Baker Book House, 1971, 6th print. 1980.

Richard M. Davidson, “Interpreting Scripture According to the Scriptures: Toward an Understanding of Seventh-day Adventist Hermeneutics” (presented at Geneva, 20-21 May 2003) [Interpretación de la Es-critura Según las Escrituras: Hacia una comprensión de la Hermenéutica Adventista del Séptimo Día, presentada en Ginebra, 20 – 21 de mayo, 2003] Biblical Research Institute of the General Conference of Seventh-day Adventists® https://adventistbiblicalresearch.org/sites/default/files/pdf/interp%20scrip-ture%20davidson.pdf

Versiones de la Biblia:

Reina-Valera 1995 (RVR1995) Copyright © 1995 by United Bible Societies

Nueva Reina Valera 2000 (NRV2000) Santa Biblia, Copyright © 1990, 2000 by Sociedad Bíblica Emanuel

Nueva Versión Internacional (NVI) La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1999 by Biblica, Inc.®

La Biblia de las Américas (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation

Preparado y traducido de las fuentes originales por el Pr. Daniel Amich, MA, Pastor distrital en la Asocia-

ción de la Florida de los Adventistas del séptimo día. Para uso didáctico, no comercial. © 2015 (enero 8).

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Una comparación de los dos principales métodos hermenéuticos modernos

Método histórico – crítico Método histórico – bíblico

A. Definición: El intento de verificar la veracidad y enten-

der el significado de los datos bíblicos sobre la base de los

principios y procedimientos de la ciencia histórica secular.

A. Definición: El intento de comprender el significado de

los datos bíblicos por medio de consideraciones metodoló-

gicas que surgen de la Escritura sola.

B. Objetivo: Para llegar al significado correcto de la Es-

critura, que es la intención del autor humano como lo en-

tendieran sus contemporáneos.

B. Objetivo: Para llegar al significado correcto de la Es-

critura, que es lo que Dios quiere comunicar, si es o no es

totalmente conocida por el autor humano o sus contempo-

ráneos (1 Ped. 10 – 12)

C. Presuposiciones básicas: C. Presuposiciones básicas:

1. Norma secular: Los principios y procedimientos

de la ciencia histórica secular constituyen la

norma externa y el método adecuado para evaluar

la veracidad e interpretar el significado de los da-

tos bíblicos.

1. Sola Scriptura: La autoridad y la unidad de la Es-

critura son tales que la Escritura es la norma final

con respecto al contenido y el método de interpre-

tación. (Isa. 8:20)

2. Principio del criticismo: (duda metodológica): la

autonomía del investigador humano para interro-

gar y evaluar por su cuenta, aparte de las declara-

ciones específicas del texto bíblico

2. La Biblia es la autoridad final y no se presta al

principio de la crítica: datos bíblicos son acepta-

dos por su valor nominal y no son sometido a una

norma externa para determinar la veracidad, sufi-

ciencia, validez, la inteligibilidad, etc. (Isa. 66:2)

3. Principio de analogía: experiencia presente es el

criterio de evaluación de la probabilidad de even-

tos bíblicos que han ocurrido, ya que todos los

eventos son en principio similar.

3. Suspensión de los principios persuasivos de analo-

gía para permitir la actividad única de Dios tal

como se describe en las Escrituras y en el proceso

de la formación de la Escritura.

4. Principio de correlación (o causalidad): un sis-

tema cerrado de causas y efectos, sin espacio para

la intervención sobrenatural de Dios en la historia.

4. Suspensión del principio de correlación (o causa

natural y efecto) para permitir la intervención di-

vina en la historia, como se describe en las Escri-

turas. (Heb. 1: 1-2)

5. La falta de unidad de la Escritura, ya que su pre-

dicción involucró muchos autores o redactores hu-

manos; La Escritura, por tanto, no se puede com-

parar con la Escritura ("textos de prueba") para

llegar a una enseñanza bíblica unificada.

5. Unidad de la Escritura, ya los muchos autores hu-

manos se supervisaban por un autor divino; Por lo

tanto, la Escritura se puede comparar con las Es-

crituras para llegar a la doctrina bíblica. (Luc.

24:27; 1 Cor. 2:13).

6. "Tiempo acondicionado" o "culturalmente con-

dicionado" es la naturaleza de la Escritura; el con-

texto histórico es responsable de la producción de

la Escritura.

6. Naturaleza intemporal o eterna de la Escritura:

Dios habla por medio del profeta a una cultura es-

pecífica, sin embargo, el mensaje trasciende ante-

cedentes culturales como verdad eterna. (Juan

10:35).

7. Los elementos humanos y divinos de la Escritura

debe ser diferenciado y separado: la Biblia con-

tiene, pero no es igual a la Palabra de Dios.

7. Los elementos divinos y humanos en la Escritura

no pueden ser distinguidos o separados: la Biblia

equivale a la Palabra de Dios. (2 Tim. 3:16, 17)

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D. Procedimientos básicos de la hermenéutica: D. Procedimientos básicos de la hermenéutica:

1. Crítica Literaria (o de origen de las fuentes): El intento de reconstruir hipotéticamente y enten-der el proceso de desarrollo literario que lleva a la forma actual del texto, basada en la suposición de que las fuentes son un producto del entorno de la vida de la comunidad que las produjo (a me-nudo en oposición a las declaraciones de las Es-crituras específicas sobre el origen y la naturaleza de las fuentes.)

1. Análisis literario: El examen de las características literarias de los materiales bíblicos en su forma canónica, aceptando como una unidad esas uni-dades de la Escritura que se presentan como ta-les, y aceptando por su valor nominal las declara-ciones bíblicas específicas con respecto a los orí-genes y la naturaleza de los materiales bíblicos.

2. Crítica de Forma: El intento de proporcionar una reconstrucción conjetural del proceso del desa-rrollo pre-literario (oral) detrás de las diversas formas literarias, basado en el supuesto de que el material bíblico tiene una pre-historia oral como la literatura folclórica o popular convencional y como literatura folclórica surge sobre la base de las tradiciones que se forman de acuerdo a las le-yes inherentes en el desarrollo de las tradiciones folclóricas o populares.

2. Análisis de forma: Un intento de describir y clasi-ficar los distintos tipos de literatura que se en-cuentra en (la forma canónica de la Escritura), aceptando a su valor nominal el entorno de la vida para cada forma como lo indican los datos bíblicos.

3. Crítica de Redacción: El intento de descubrir y describir el entorno de la vida, las motivaciones, sociológicas y teológicas que determinaron la base sobre la que el redactor seleccionó, modi-ficó, reconstruyó, editó, alteró o agregó a los ma-teriales tradicionales con el fin de hacerles decir lo que era apropiado dentro de su nuevo entorno de la vida de acuerdo a las nuevas preocupacio-nes teológicas; supone que cada redactor tiene una teología y un entorno de la vida único que di-fiere de (y puede contradecir) sus fuentes y otros redactores.

3. Análisis teológico de los libros bíblicos: Un estu-dio del énfasis teológico particular de cada escri-tor de la Biblia (de acuerdo con su propia menta-lidad y la capacidad de entender), visto en el con-texto más amplio de la unidad de toda la Escri-tura, que permite que la Biblia sea su propio in-térprete y los diversos énfasis teológicos estén en armonía unos con otros.

4. Historia de la Tradición: El intento de trazar la historia pre composicional de las tradiciones de una etapa a otra como se transmite de boca en boca, de generación en generación a la forma fi-nal por escrito; basado en la suposición de que cada generación interpretativamente remodela el material.

4. Análisis Diacrónico (temático): El intento de tra-zar el desarrollo de diversos temas y motivos cro-nológicamente (a través de la Biblia en su forma canónica); basado en la posición bíblica de que Dios da mayor revelación (progresiva) a las gene-raciones posteriores, la cual, sin embargo, está en plena armonía con toda la revelación anterior.

5. Crítica del Canon: El intento de reconstruir el en-torno de la de vida (fuerzas sociológicas y teológi-cas) en la sinagoga y la iglesia primitiva que de-terminaron la presente forma y contenido del ca-non bíblico; asume que las fuerzas humanas ex-plican el proceso de canonización.

5. Historia del canon: Examen del proceso de cano-nización de las Escrituras, asumiendo de que los criterios para la canonicidad son inherentes a los materiales bíblicos como inspirados por Dios, y que el Espíritu Santo guio a las comunidades ju-días y cristianas a reconocer estos libros canóni-cos los cuales conservan el testimonio de los pro-fetas del AT y los apóstoles del NT.