CECILIA - trt1.jus.br

52
1 PEPE MENDOZA CECILIA FICCIÓN Y DERECHO UBA 2019 1/52

Transcript of CECILIA - trt1.jus.br

Page 1: CECILIA - trt1.jus.br

1

PEPE MENDOZA

CECILIA

FICCIÓN Y DERECHO

UBA

2019

1/52

Page 2: CECILIA - trt1.jus.br

2

"CECILIA"— Fotografía del periódico "O Globo", Río de Janeiro, Brasil —

2/52

Page 3: CECILIA - trt1.jus.br

3

Para

MARIA ALEJANDRA MAURICIO

— Jueza en Mendoza, Argentina —;

PABLO BUOMPADRE

—Presidente de la Asociación de Empleados y Abogados de los Derechos de los Animales

(AFADA)—;

SANTIAGO RAUEK

—Abogado —

y

PEDRO YNTERIAN

— Fundador y benefactor del Santuario de Grandes Primates de Sorocaba (São Paulo,

Brasil) —,

por un puñado de cosas que no cabrían aquí.

3/52

Page 4: CECILIA - trt1.jus.br

4

ADVERTENCIA

Esta es una obra de ficción. Sólo se mantuvieron los nombres de la jueza MARÍA ALEJANDRA MAURICIO y de la chimpancé CECILIA. Los demás son personajes

inventados. Aunque fue magnífica la actuación del Dr. PABLO BUOMPADRE, presidente de la ASOCIACIÓN DE FUNCIONARIOS Y ABOGADOS POR LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES (AFADA), y

del Dr. SANTIAGO RAUEK, abogado en la causa, ninguno de los dos es citado en el texto para permitir la construcción de la trama. Los embates jurídicos entre la jueza y la Fiscalía

Pública de Mendoza no existieron. Se construyeron con extractos de los fundamentos de la sentencia dictada en el Habeas Corpus nº P-72.254/2015, del 3 de noviembre de 2016.

El texto íntegro de dicha sentencia está disponible en: https://portalseer.ufba.br/index.php/RBDA / article / view / 20374/12959

Todos los puntos de vista y afirmaciones que no están en la sentencia de la Dra. MARÍA ALEJANDRA MAURICIO son de responsabilidad del autor.

La chimpancé CECILIA, liberada del cautiverio en el zoológico de Mendoza a través del Habeas Corpus nº P-72.254 / 2015, fue el primer animal a quien un

Tribunal reconoció derechos como persona no humana. Vive, actualmente, en compañía de otros cincuenta individuos de su espécie en el SANTUARIO PARA GRANDES SÍMIOS DE

SOROCABA, SÃO PAULO, Brasil, creado y promovido por PEDRO YNTERIAN. El Santuario no permite la visita pública ni hace experimentos científicos con ningún tipo de animal.

El pueblo brasileño se siente honrado por la confianza depositada en él por todos los involucrados en este proceso y reafirma el compromiso de restituir a

CECILIA a la Nación argentina como un pedazo que es de su riqueza ambiental tan pronto sea comprobado que allí tendrá condiciones de vivir con dignidad de acuerdo con su

condición de persona no humana.

4/52

Page 5: CECILIA - trt1.jus.br

5

CECILIA

https://www.youtu be.com/watch?v=IqxMGNOm4pk

"Salgo a caminarpor la cintura cósmica del sur.

Piso en la regiónmás vegetal del viento y de la luz.

Siento al caminartoda la piel de América en mi piel

y anda en mi sangre un ríoque libera en mi voz

su caudal.Sol de Alto Perú,

rostro Bolivia, estaño y soledad;un verde Brasil besa a mi Chile,

cobre y mineral.Subo desde el sur

hacia la entraña América y total,pura raíz de un grito

destinado a crecery a estallar.

Todas las voces, todas.Todas las manos, todas.

Toda la sangre puedeser canción en el viento.¡Canta conmigo, canta,

¡hermano americano!¡Libera tu esperanza

con un grito en la voz!— MERCEDES SOSA, "Canción con todos"—

(Compositores: ARMANDO TEJADA GÓMEZ y CESAR ISELLA).

5/52

Page 6: CECILIA - trt1.jus.br

6

MENDOZA, 3 DE NOVIEMBRE DE 2016.

"Hasta que hayas amado un animal, una parte de tu alma permanecerá dormida”.

— ANATOLE FRANCE —(citado por la Jueza MARÍA ALEJANDRA MAURICIO en el Habeas Corpus nº P-72.254/15).

s temprano todavía. Mendoza duerme. Aquí y allá se ven luces tenues en los

balcones de las casas, reacio a despertar el día. Uno u otro trabajador

madrugador camina encogido, llevando las manos en los bolsillos de las

chaquetas para engañar al frío, soltando por la boca pequeñas nubes de humo como

chimeneas de locomotoras apresuradas rasgando los rieles de una carretera imaginaria. A lo

lejos, un perro extraviado ladra por nada, tal vez asustado, tal vez molesto con la presencia

de la luna que insiste en estirar la noche, quién sabe simplemente celebrando la espléndida

aventura de despertar vivo y con salud. Una brisa helada soplada desde el Aconcagua

invade el umbral de las puertas, escurre por las grietas de las casas e invita a las personas a

atizar el fuego en las chimeneas, dejando para más adelante la lucha por el pan. Quien

podía, cerraba las cortinas, se enrollaba en las batas calientes de alpaca tejida en los telares

de las villas al pie de los Andes de cumbres blancas y amenazantes y aprovechaba la

calentura de la leña. Como hacía todos los días desde que fue promocionada al Tercer

Juzgado de Garantías, la Dra. MARÍA ALEJANDRA se despertó a las seis de la mañana. Mientras

hervía el agua para la yerba mate, lavaba la calabaza y la bombilla que fueron de su padre.

Colocó en el tocadiscos de la sala de pocos muebles un disco de Mercedes Sosa, bien bajito

para no despertar a Javier y Pilar, dos piedras preciosas que el destino había puesto en su

camino en la mina de oro de sus treinta y pocos años. Después, fue a bañarse. Las sesiones

sólo comenzaban a las nueve, pero ALEJANDRA le gustaba llegar muy temprano a su oficina

para releer los autos de los procesos agendados para el día, hacer un arreglo u otro en la

redacción de los expedientes, juntar alguna jurisprudencia más actual o reflexionar sobre la

justicia de su decisión. Y, por fin, aconsejarse con Dios en los cinco minutos que

antecedían al momento en que la secretaria de audiencias golpeaba educadamente a la

puerta para decir "Doctora, está en la hora".

E

6/52

Page 7: CECILIA - trt1.jus.br

7

El coche pasaría por su casa dentro de cinco o diez minutos, pero hoy,

excepcionalmente, tenía que pasar un poco más temprano porque tendrían que desviarse

un poco del camino tantas veces recorrido para recoger a CONSTANZA VILLALBA, su

compañera en el Tercer Juzgado. Con un delicado pincel de pelos de nutria, se desvaneció el

rubor de los pómulos del rostro hasta que se tornó casi imperceptible en la piel rosada, un

poco más enrojecida que de costumbre por el soplo helado que venía del Aconcagua. Se

miró en el espejo, percibió que los años de judicatura habían cobrado un precio alto. Ya no

tenía la exuberancia de la juventud. ¿En qué lugar del camino había perdido aquel sabor de

fruta madura? "Eh, ALEJANDRA - se dijo a sí misma -:" El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejas.

Ya no tenemos el mismo reflejo de ayer”. Cepilló lentamente los cabellos, delineó el contorno de

sus labios con un lápiz discreto, sólo para reforzar el carmín de los labios. Poco a poco fue

enmarcando ese rostro hermoso que hacía a los abogados torcer el cuello cuando transitaba

por los corredores del juzgado. En la ceja izquierda todavía se veía una pequeña cicatriz,

herencia de los tiempos en que corría distraída con Ezequiel, el hermano mayor, por las

plantaciones de uva de la bodega de su abuelo. Canturreaba bajito aquella dulce música

andina que le traía de vuelta la dureza de la infancia entre inocentes jornadas de pesca en el

riachuelo helado a los pies de la cordillera, la estufa de leña y la nostalgia loca de Santiago,

el padre, que los matones de Juan Carlos Onganía llevaron hacia los brazos de Dios en una

noche lluviosa.

Nunca más fue visto.

El conductor llegó a las siete y, como de costumbre, aguardó fuera del coche

fumando un cigarrillo y tiritando de frío. Cuando ella cerró la puerta de la casa y forzó la

manija para ver si los hijos estaban realmente seguros, el conductor dio una última tragada,

se apresuró a aplastar con los pies la colilla de cigarrillo y le abrió la puerta del coche con

un efusivo "¡Buenos días, Excelencia¡ Que la señora tenga un día bendecido!". ALEJANDRA agradeció

con una sonrisa tímida, de esquina de boca, y entró en el coche. Recostó la cabeza en el

vidrio de la ventana y empezó a empañarlo a propósito con el aliento caliente de la yerba

mate que insistía en dejarle en la boca un sabor dulzón. Seguían por la calle Mariano

Moreno y, en cierto punto, pidió al conductor que doblase a la derecha, en la calle Pascual

Segura. Se pararon frente a un parque de recreo triste y descuidado, decorada con

columpios de niño ya gastados y con la pintura descolorida por tanto uso y tanto tiempo.

Sacó el celular de la bolsa, marcó, alguien atendió del otro lado. Dijo: "¿Estas lista?". Y

luego CONSTANZA apareció en la puerta del edificio. Descendió rápidamente la escalera que

daba a la calle y se dirigió hacia el coche con una carpeta de papeles debajo del brazo.

7/52

Page 8: CECILIA - trt1.jus.br

8

"¡Buenos días! ¡Buenos días!", dijo, pero sólo el conductor le respondió. Alejandra se arrinconó

aún más junto a la ventana del coche, juntó unos papeles para dar más espacio en el banco

a la amiga y continuó absorta, mirando sin ver la vida de la ciudad pasar del otro lado del

vidrio. Siguió por la calle San Martín hasta casi la esquina con Colón. CONSTANZA aún

intentó iniciar una conversación, romper la incomodidad de aquel momento, pero,

sintiendo que la amiga sólo estaba presente de cuerpo, y no de espíritu, calló y abrió su

laptop. Pasó el resto del viaje revisando los e-mails de la noche anterior. Pararon frente al

tribunal. Bajaron, tomaron el ascensor privado y en el tercer piso del Ala Norte, donde

cada una tenía su búnker, ALEJANDRA se volvió hacia la amiga, y dijo:

— Escucha, CONSTANZA. Creo que la mejor solución es la misma de la que hablamos

anoche por teléfono. Después de todo, es una vida que está en juego.

— Estoy de acuerdo contigo, ALEJANDRA. Ya dije que voto a favor. Pero tú

conoces a Facundo. Se va a lanzar sobre nosotros, se va a reír, burlar y hacer bromas con

aquella cara de sabiondo que siempre pone cuando quiere discrepar de las tesis de los

jueces y no tiene ni siquiera medio argumento que lo respalde. Aquel cabrón vive en un

mundo solo de él, en una burbuja donde sólo él entra porque se juzga el único con

cualidades.

— Olvídate de ese sujeto, CONSTANZA. Ponte en el lugar de la víctima. Es la forma más

importante de saber si una decisión es buena.

— Estoy totalmente de acuerdo, ALEJANDRA. Eso es lo que siempre digo a mis

alumnos. Pero el Ministerio Público toma muy en serio ese argumento de que es el "fiscal

de la ley". Cuando Facundo se pone la toga, se juzga el profeta Isaías preparando las almas

de Mendoza para la llegada de El Mesías.

— Paciencia, CONSTANZA. Paciencia. En cualquier caso, yo, por lo menos, tengo un

consuelo: por la noche, coloco mi cabeza en la almohada y duermo como una niña.

— Él también, ALEJANDRA. Ese es el problema.

8/52

Page 9: CECILIA - trt1.jus.br

9

EL TERCER JUZGADO

"La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la forma en que sus animales son tratados."

—MAHATMA GANDHI—(citado por la Jueza MARÍA ALEJANDRA MAURICIO en el Habeas Corpus n° P-72.254 15).

ecuerdo como si fuera hoy. A las nueve en punto, el pregonero del Tercer Juzgado

presionó afuera el timbre de la sala pidiendo silencio. Había en el entorno un

bullicio insoportable. Comprensible, es cierto, pero aún así innecesario. El

auditorio estaba apiñado de gente. Estudiantes, abogados, representantes de ONGs,

observadores internacionales, profesores, científicos, miembros de la prensa local y

extranjera, curiosos, eclesiásticos. Mendoza entera estaba allí reunida en aquella habitación

a aquella hora de la mañana. El Fiscal de Estado Luis Facundo Martínez Sánchez ya estaba

en su escritorio al lado derecho de la mesa de audiencias hace más de media hora, fingiendo

leer algo de gran importancia y disfrutando de un pedazo de fama que no le pertenecía,

pero su presencia pasaba desapercibida. Uno a uno los jueces fueron llegando y tomando

asiento, acomodándose en las sillas de espaldar alto, ajustando los micrófonos, disponiendo

el papeleo según el orden que les pareciera más adecuado. ALEJANDRA fue la última en

entrar. Tenía la mirada serena y el alma ligera. Los presentes se levantaron, en señal respeto

a la Corte, pero ALEJANDRA, con una sonrisa simpática y acogedora, hizo señal con la mano

para que se sentaran. Cuando todos se acomodaron en las sillas, con la excepción de un

puñado de gente de pie por los pasillos laterales de la sala, la magistrada dio buen día a

todos y pidió que Dios los bendiga para que, al final, sólo la justicia prevaleciera. Preguntó

a los colegas y al Fiscal de Estado si tenían alguna objeción al acta de la sesión anterior.

Como nadie levantó ninguna obgeción, la declaró aprobada. Con un leve gesto de cabeza,

pidió al alguacil que iniciara la sesión del día.

R

El pregonero dijo:

— Procedimiento nº P-72.254/15.Habeas Corpus. Procesada/Demandante:

CECILIA; Demandada: CIUDAD DE MENDOZA, aquí representada por el erudito Promotor

Público Dr. Luis Facundo Martínez Sánchez.

ALEJANDRA retomó la conducción de los trabajos. Pero antes de que abriera

espacio para la sustentación de las partes, el dr. Facundo intervino: 9/52

Page 10: CECILIA - trt1.jus.br

10

— Por el orden, Excelencia. La ciudad de Mendoza trajo a los autos dos

cuestiones procesales que aún no se han decidido, cuyo contenido el Ministerio Público

reitera ahora. La primera es: esta acción debe ser francamente extinta porque carece de su

elemento más importante: la existencia de una persona humana en uno de sus polos.

Vuestra Excelencia obviamente no desconoce que la acción de Habeas Corpus tiene como

derecho natural a las personas humanas y no para animales, que, para nuestra Ley, son

cosas, como está indicado en el art. 227 del Código Civil. Por otro lado, no hay una

detención "desautorizada" de la procesada, como está dicho en la petición inicial, y el

derecho de ir y venir es prerrogativa de los seres humanos. No hay, pues, acto ilegal alguno

que justifique el manejo de esta acción. Es elemental en la doctrina que si no hay capacidad

procesal, no hay capacidad jurídica y la acción debe ser extinguida. Es lo que la Ciudad de

Mendoza reitera en esta oportunidad.

— En mi opinión, Dr. Facundo — ALEJANDRA le respondió de manera

didáctica —, no es posible sostener jurídicamente que el acto de enjaular a un ser vivo

contra su voluntad sea legítimo. Es ilegítima toda obra humana que no cumpla su

propósito.

El dr. Facundo replicó:

— Discrepo, respetuosamente, Excelencia. No se puede acusar de ilegítimo el

acto jurídico de 1897 que creó el zoológico de Mendoza. CECILIA fue incorporada al

zoológico en la forma de la ley entonces vigente.

Sin abandonar, ALEJANDRA dijo:

— Gracias por su intervención, Dr. Facundo —. Debo respetar el principio de

la congruencia. Una situación de hecho fue traída a este tribunal pidiendo que, por las

manos de la Justicia, se hiciera cesar una agresión. A mí, como jueza, me cabe calificar

jurídicamente la pretensión y los hechos probados en la causa, tanto más que, como se verá

al final, no adoptaré ninguna imputación penal, de modo que no se trata de aplicar el

principio "nullum crimen, nulla pena ".

— Como Fiscal de la ley, Excelencia, me corresponde verificar si los hechos

traídos por las partes pueden ser vinculados en las acciones existentes en un extenso menú

jurídico, y me parece que la pretensión aquí deducida no cabe en la acción propuesta.

— Como jueza de la causa, Dr. Facundo, me corresponde a mí decidir si usted

tiene o no razón. A pesar de sus buenas razones, entiendo que el caso, tal como se

propone, implica la protección de un bien o valor colectivo. Considero, también, que, por

las razones particulares y procesales que la causa ofrece, no sólo estoy autorizada también

10/52

Page 11: CECILIA - trt1.jus.br

11

estoy obligada a resolver la cuestión de fondo. Desde 1944 la Constitución Nacional

reconoce expresamente una nueva categoría de derecho: los derechos colectivos, aludiendo,

entre otros, al derecho del ambiente. CECILIA integra la fauna silvestre de nuestro país y que,

por tanto, está comprendida en el alcance de la ley nacional 22.421 de protección de la

fauna silvestre, a la que se adhirió nuestra Provincia mediante la ley 4602. Adelantémonos a

recordar que el art.3 de la ley 22.421 dispone que para los fines de la ley se entiende por

"fauna silvestre" a los animales "bravíos o salvajes que viven bajo control del hombre, en

cautiverio o semi cautiverio". Pues, bien, el art. 1 ° de la ley declara "de interés público" la

protección y conservación de la fauna silvestre. Por las particularidades que la causa ofrece,

considero que no sólo estoy autorizada, sino obligada a resolver la cuestión de fondo.

El dr. Luis Facundo volvió a interpelarla:

— Como sea, Excelencia, pero tenemos una cuestión de orden que debemos

decidir antes de cualquier otra consideración de mérito. Se trata de un habeas corpus, y

usted sabe que esta ley no protege a los animales. Sirve exclusivamente a la persona

humana. La ley está direccionada a la persona humana.

La dra. ALEJANDRA respiró hondo y pensó:

— Conozco las leyes de este país, dr. Facundo. Lo que debemos responder es

simple: ¿el animal, por casualidad, no es un actor involuntario en el teatro del derecho

humano?

Y a esa pregunta incómoda, ella misma responde:

—Los zoológicos son escenarios donde, por dinero, los grandes simios son

expuestos a la visita de los seres humanos. Los grandes monos nacidos en libertad son

capturados y vendidos por grandes sumas de dinero. ¿Querían eso? ¡Obviamente, no! Por

lo tanto, son objetos involuntarios del derecho. Es decir: actores involuntarios en el teatro

del derecho humano. Un teatro de absurdos, yo diría. Reconocerlos como sujetos de

derecho es la mejor forma de incluirlos y protegerlos como seres que piensan y sienten, y

no como simples cosas.

— Una buena tesis, Excelencia. Pero, no más que eso. No resuelve nada — el

dr. Facundo remató la intervención —. Creo no ser superfluo recordar que, como

magistrada, usted. sólo aplica las leyes existentes en el país. No las escribe. Su decisión es

claramente contradictoria al espíritu de las leyes que juró respetar.

ALEJANDRA sonrió, y respondió:

— Es una buena tesis, Excelencia. Nada más. Pero no resuelve nada. No veo

donde mi decisión contrariaría la legislación que manda proteger el patrimonio cultural y

11/52

Page 12: CECILIA - trt1.jus.br

12

natural del país. Pienso que, ante las condiciones de cárcel en que CECILIA vive en el

zoológico de Mendoza, lo mejor es autorizar su remoción a otro país, donde pueda vivir

con más dignidad.

— Sigo pensando que no hay legitimación para la causa y que la acción es

inapropiada, Excelencia — dijo el Fiscal de Estado.

— Los hechos denunciados exigen posición enérgica y rápida, dr. Facundo. No

hay tiempo para grandes discusiones doctrinales. Toda acción que cause daño a un valor

colectivo debe cesar lo más rápidamente posible. La Corte Suprema de Buenos Aires ya

dijo que la prevención ambiental tiene una importancia superior a la que se otorga a otros

ambientes porque la agresión al medio ambiente provoca lesión irreversible que alcanza

obviamente la calidad de vida de los seres humanos y de todos los demás seres vivos.

Hacemos parte de un solo ecosistema.

— Será una decisión nula, Excelencia, porque será emitida en una causa

imposible — le respondió Facundo.

Y, como para enfriar el ímpetu del Fiscal, ALEJANDRA remarcó:

— Adelanto que decidiré en el sentido de autorizar el traslado de CECILIA a un

destino mejor, fuera de nuestro país.

Era todo lo que Facundo quería oír. Él respondió:

—Es decir: Usted. prefiere entregar un animal que pertenece a nuestra riqueza

ambiental a los cuidados de extranjeros, sin ninguna garantía de que estará mejor allí que

aquí.

ALEJANDRA refutó al Fiscal:

— El lazo espiritual que vincula a una comunidad con sus animales no

depende de la proximidad física, sino de la intensidad con que esa relación de amor y

cuidado es vivida. CECILIA no dejará de ser integrante de nuestro patrimonio ambiental sólo

porque estará lejos. Estoy convencida de que si la comunidad de Mendoza es consciente de

los motivos que me llevaron a decidir así, quedará satisfecha en saber que, actuando

colectivamente como sociedad, pudimos dar a CECILIA la vida que merece. Si se asegura su

bienestar, no será CECILIA quien estará en deuda con nosotros, pero nosotros estamos en

deuda con ella por habernos dado la oportunidad de crecer y de sentirnos un poco más

humanos.

En cada momento más impaciente, Facundo replicó:

— A pesar de sus buenos propósitos, Excelencia, insisto que la acción es

inapropiada y debe ser extinguida.

12/52

Page 13: CECILIA - trt1.jus.br

13

ALEJANDRA contraatacó:

— La legitimación debe ser reconocida en virtud de la aplicación directa o

analógica, según el caso, de variadas normas de fondo y procesales, como se verá.

Con una sonrisa irónica, Facundo refutó:

— OK, Excelencia. Aceptamos como premisa inicial de los debates que haya

legitimación activa, sin embargo continúo pensando que no hay. Queda la cuestión de lo

impropio de la acción.

ALEJANDRA, en aquel momento, aunque a punto de estallar por dentro, estiró la

cuerda para ver hasta donde Facundo pretendía provocarla:

— Usted tiene toda la razón. A expuesto sucintamente los principios

inspiradores de la acción de habeas corpus, debemos resolver si la vía elegida es correcta.

Pienso que sí. En las causas en que está en juego el derecho colectivo a la preservación del

patrimonio natural y cultural, cualquiera que se sienta perjudicado puede actuar, en su

nombre o en nombre del otro. El juez actúa para "proteger efectivamente el interés

general".

Sin convencerse, Facundo disparó:

— Lo siento si la incomodo con cuestiones académicas, señora Jueza —

ironizó Facundo —, pero me parece que esas cuestiones que usted. "considera" tan

importantes pueden ser dejadas para después, para el mérito. Por ahora, sólo tenemos que

decidir si la acción es propia.

— Como bien lo dijo, dr. Facundo — le respondió ALEJANDRA — esas

cuestiones son académicas. No es posible posponer o negar una decisión de mérito que

resuelva el conflicto y contribuya a restaurar la armonía social entre sus protagonistas. A

pesar de los avances, el hombre no se preocupa por los animales en el escenario natural en

que transcurre la sociedad humana. Los operadores del derecho tampoco se preguntan si

los animales están sujetos a los derechos. Para mí, el habeas corpus es el medio constitucional

idóneo para proteger la libertad de ir y venir de CECILIA. Esta garantía está prevista en el

artículo 18 de la Constitución Nacional.

13/52

Page 14: CECILIA - trt1.jus.br

14

ECILIAC

"El hombre sólo será noble cuando se apiade de todas las criaturas vivientes."

—BUDA —(citado por la Jueza MARÍA ALEJANDRA MAURICIO en el Habeas Corpus nº P-72.254 / 15).

Resueltas todas las cuestiones del Fiscal de Estado, ALEJANDRA se volvió a la tribuna:

— Concedo la palabra a la procesada CECILIA¿Está presente?

Pero antes de que la procesada se acercara a la tribuna, Facundo volvió a la

carga:

— ¡Con su venia, Excelencia! El Ministerio Público tiene objeción al hecho de

que la propia procesada se defienda en los autos. No hay previsión legal para esta

providencia que usted sugiere, a menos que la procesada sea también abogada.

—¿Y qué sugiere, doctor Facundo?

— Le sugiero que usted. se limite a cumplir la ley — le respondió el Fiscal,

bruscamente.

— Estoy de acuerdo. Concuerdo plenamente. Y ya que en eso estamos de

acuerdo, es decir, de que debo cumplir la ley, y considerando que la Constitución y las leyes

de este país me mandan hacer justicia, pues para eso el Estado me paga, no veo otra forma

de hacerlo, que oyendo a los dos lados, porque usted. así lo sabe, que toda verdad, así como

las monedas que lleva en el bolsillo, tiene dos lados.

— Es decir — dijo Facundo —: ahora usted. está transformando monos en

personas…

El auditorio esbozó una sonrisa sin gracia. ALEJANDRA miró fríamente a los ojos

del Promotor, y dijo:

— Crea, dr. Facundo: aunque yo tuviera ese poder, jamás haría una cosa de

ellas porque conozco bien el corazón de los humanos y puedo asegurar que sería una

ofensa imperdonable para con los animales.

Los estudiantes se deshicieron en una carcajada. ALEJANDRA prosiguió:

— Usted. parte de una premisa equivocada. La persona — incluso el ser

humano — no nace por obra y gracia del derecho o porque el Estado así lo decide. El ser

humano es persona, sujeto de derecho, porque es de carne y hueso, nace, sufre y muere,

bebe y juega y duerme y piensa y desea. Los animales y, específicamente, los grandes

simios, son también de carne y hueso: nacen, sufren, beben, juegan, duermen, tienen

14/52

Page 15: CECILIA - trt1.jus.br

15

capacidad de abstracción, desean, son gregarios, etc. En esta acción, no se quiere igualar a

los seres que sienten a seres humanos, como tampoco se quiere elevar a la categoría de

personas todos los animales o flora o fauna existentes, sino sólo reconocer que primates

son personas no humanas, sujetos de derechos no humanos y que tienen un catálogo de

derechos fundamentales que debe ser objeto de estudio y clasificación por los órganos

estatales competentes, tarea que extrapola el ámbito jurisdiccional. Los animales tienen

derechos fundamentales y una legislación que los protege en la situación en que se

encuentran, de acuerdo con el grado evolutivo que la ciencia ha determinado que pueden

alcanzar.

— Es una cuestión de punto de vista, Excelencia — murmuró el Fiscal.

— Estoy de acuerdo, dr. Facundo. Pero, ¿qué es el derecho sino una cuestión

de puntos de vista? ¿Sólo el ser humano puede ser considerado persona y por eso ser sujeto

de derecho? ¿El hombre es el único que tiene capacidad de derecho? Los hombres y los

animales son todos de la misma especie. La diferencia es que los hombres tienen capacidad

política. No es correcto clasificar animales como cosas. Es de la naturaleza de las cosas ser

objetos inanimados. Los expertos son unánimes en reconocer la proximidad genética entre

chimpancés y hombres y añaden que también los chimpancés tienen capacidad de

raciocinio, inteligencia, conciencia de sí mismos, diversidad de culturas, juegos mentales,

formas de disputa, uso y fabricación de herramientas para la obtención de alimentos, o para

resolver problemas de la vida cotidiana, capacidad de abstracción, habilidad para

comunicarse por símbolos, conciencia para expresar emociones tales como alegría,

frustraciones, deseos o engaños, organización coordinada para luchas y emboscadas de

caza, habilidades meta cognitivas, status moral, psíquico y físico, cultura propia y

sentimientos de afecto.

El dr. Facundo miró fríamente a la jueza, pero esta vez se mantuvo

irónicamente en silencio.

—¿En dónde está la procesada CECILIA? — ALEJANDRA preguntó en el vacío. Ya

que su defensor no se presentó, ¿acaso desea sostener sus razones a la tribuna?

Los presentes se miraban unos a otros, buscando unos a los ojos de los demás

quién sería la procesada que insistía en no presentarse al tribunal. En eso, tirada por el

cuello por una gruesa cadena por un funcionario del Zoológico de Mendoza, y caminando

con dificultad, CECILIA, una chimpancé de treinta años de edad, flaca, visiblemente

debilitada por malos tratos, asomó al tribunal. El auditorio se inquietó, se voltearon en las

15/52

Page 16: CECILIA - trt1.jus.br

16

sillas, amenazaron con reír. No creía en lo que veía. Impasible, la jueza ALEJANDRA se dirigió

al funcionario del zoológico:

— ¿Por qué el señor conduce a CECILIA con una cadena, señor funcionario?

— Porque recibí órdenes, señora — le respondió.

— Comprendo. ¿Si yo mandase que usted salte de cabeza desde lo alto de esta

sala hasta la calzada de la avenida San Martín, usted saltaría?

— Ciertamente no, doctora.

—¿Y por qué no, si le di ese orden?

—Porque no me parece razonable, doctora.

— Es justo — dijo —. Debo entonces suponer que es posible hacer un filtro

entre lo que es razonable y lo que es irrazonable antes de cumplir una orden. ¿Estoy segura,

señor empleado?

El funcionario se escondió en el silencio. ALEJANDRA retomó la conversación:

—¿Hace cuánto tiempo usted trata con ese animal, señor funcionario?

—Hace casi diez años, Excelencia.

— ¿Y, en esos casi diez años, alguna vez ese animal se comportó de modo cruel,

imprevisible, violento, irrespetuoso, ingrato o peligroso?

— Que me recuerde, no, Excelencia. Es un animal extremadamente dócil,

aunque triste y sin voluntad de vivir.

— ¿Y le parece razonable que un animal extremadamente dócil viva

encadenado de esa manera, señor funcionario?

— Para ser sincero, no, Excelencia.

— Entonces, si el animal no ofrece peligro y es extremadamente dócil, la orden

de encadenarlo no me parece razonable. ¿Está de acuerdo conmigo?

— Vistas las cosas por ese ángulo, Excelencia, estoy de acuerdo. La orden no

es razonable.

— Entonces, ya que usted no va a saltar de aquí, aunque yo lo ordene, porque

eso no le parece razonable, y si no le parece razonable la orden que usted recibió de

encadenarla, usted podría, por favor, liberarla de esos grilletes?

Al ver que cayó en su propia emboscada, y de mala voluntad, el funcionario del

zoológico sacó de la cintura una sarta de llaves y abrió la arandela cadena que prendía del

cuello de CECILIA.

La Dra. ALEJANDRA le pidió que se sentase y luego se dirigió a CECILIA:

16/52

Page 17: CECILIA - trt1.jus.br

17

— Muy bien, CECILIA. Ahora estamos en paridad de condiciones. Al menos

momentáneamente, estamos libres de los grilletes que alguien, basado en alguna ley que no

conozco, mandó que nos pusieran para aprisionar nuestra alma. Es así también con la

especie que la Ciencia llama "humana", y hay esposas sin hierros que son mucho peores

que esa. Le doy la palabra por el tiempo que necesite.

El dr. Facundo, completamente enardecido, se levantó, hizo caer el micrófono

de la base sobre la mesa, y, casi a gritos, bramó:

— Blasfemia, Excelencia. ¡La blasfemia máxima! Lo que estamos viendo aquí

es la más completa locura. ¿Dónde piensa que está? ¿En un zoológico? ¿En un circo de

horrores? ¿En un espectáculo de Broadway? ¿En qué mundo usted piensa que vive?

Como si fuera de piedra, la dra. ALEJANDRA le respondió:

— En primer lugar, dr. Facundo, cálmese. Usted está a punto de tener un

infarto y no quiero ser acusada de haber cómplice de su muerte. Le va a hacer mucha falta a

este tribunal, si eso sucede.

El auditorio estalló en carcajadas.

La dra. ALEJANDRA continuó:

— Respondiendo, objetivamente, a sus preguntas, pienso que estoy ejerciendo

exactamente el cargo para el que me presenté en un concurso riguroso. Y también pienso

que vivo en un mundo desigual, injusto y lleno de defectos, y no en esa burbuja perfecta

donde usted habita y que transforma cada día en su feudo particular. Y ahora, dr. Facundo,

si al erudito Ministerio Público no le importa, voy a dar la palabra a la procesada.

Se volvió hacia la tribuna, abrió una sonrisa amplia, y dijo:

— Somos todo oídos, CECILIA. Cuéntame qué distancias tuvieron tus pies que

recorrer para traerte hasta aquí.

Y, para el asombro de todos, CECILIA habló:

— Señora Presidenta, señores jueces, culto doctor Luis Facundo, señores

presentes. En el Preámbulo de la Constitución de esta Nación argentina se dice lo siguiente:

“Invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia; ordenamos, decretamos

y establecemos esta Constitución, para la Nación Argentina”. Si Dios es la fuente de toda

razón y de toda justicia, quiero creer que todo lo que está escrito en nuestra Constitución es

fruto de la voluntad de él y nada se ha hecho sin su consentimiento porque lo que está allí

es justo y razonable.

El artículo 15 de dicha Constitución dice lo siguiente:

17/52

Page 18: CECILIA - trt1.jus.br

18

"En la Nación Argentina no hay esclavos: los pocos que hoy existen son libres

a partir del juramento de esta Constitución; la ley especial especificará las indemnizaciones

a las que dará lugar esta declaración. Todo contrato de compra y venta de personas es

delito de los cuales serán responsabilizados todos los que lo celebren y el escribano o

funcionario que lo autorice. Los esclavos que de alguna manera se introduzcan serán

declarados libres sólo por el hecho de pisar el territorio de esta República”.

“Es de la voluntad de Dios, concluyo, que todos los que viven en suelo

argentino sean libres, y todos los que estén en contra de esa voluntad sean castigados,

especialmente aquellos que compran y venden personas. Cualquiera que sea la condición

anterior del extranjero que aquí llegue, basta poner el pie en este suelo para que su mayor

bien le sea inmediatamente devuelto o asegurado: su libertad. Digo más. El artículo 16 de

esta Carta promete: "La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre ni de

nacimiento; no hay foro privilegiado ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales

ante la ley”.

“Si se dice que "todos sus habitantes son iguales ante la ley", es de la voluntad

de Dios que ningún ser vivo que habite el sagrado suelo argentino es más que el otro.

Observen, señores, que la Constitución argentina no hace ninguna diferencia entre

personas humanas y no humanas. Allí está dicho que aquí en este suelo porteño no hay

esclavos, y cualquiera que pise estas tierras, de los Andes al mar, se convierte

automáticamente en libre. La Carta Magna — nuestra Carta Magna — dice que no hay

privilegios de sangre o de nacimiento ni títulos de nobleza o foro privilegiado. En el origen,

por lo tanto, la sangre que corre en mis venas es del mismo color y de la misma

consistencia de la sangre que corría en las venas de los que escribieron nuestra Constitución

y corre ahora en las venas de cada uno de nosotros aquí presente, incluso y especialmente

en las venas del incansable dr. Promotor Facundo. No importa si uno es pobre y el otro

rico; no importa si uno es heredero del baronato y otro trabaja en las fábricas, en la cosecha

de la uva, en el ordeño de las ovejas a los pies del Aconcagua. Todos son iguales. Dios

quiso, y la Constitución quiere, que donde haya vida en suelo argentino haya igualdad y

libertad. Hace mucho, mis padres, de los cuales tengo poco recuerdo, fueron cazados y

vendidos como cosas. En el zoo de Mendoza soy una cosa exótica, curiosa, divertida, en

quien los niños juegan para la risa de los adultos. Si se preguntan por qué lo hicieron, dirán

que lo hicieron porque alguien mandó hacer y si alguien mandó hacer era porque estaba

autorizado a hacerlo. Pues bien, señores: ¿quién autoriza a la autoridad? ¿Qué orden

nómica es la que autoriza a un animal humano a prender como esclavo a un animal no

18/52

Page 19: CECILIA - trt1.jus.br

19

humano y confinarlo en una jaula para que sirva de bobo de la corte en la visita pública de

una mañana de domingo?”.

El dr. Facundo se irritaba visiblemente, balanceaba negativamente la cabeza y

amenazaba con dejar la sesión. Incomodada, CECILIA interrumpió la ayuda, a la que

ALEJANDRA, percibiendo su desasosiego, dijo:

— Continúe, CECILIA. Continúe. Estábamos en el punto en que usted nos

explicaba el art. 16 de nuestra Constitución. Continúe por favor. Y CECILIA continuó:

— Excelencia, nací en la cárcel. No sé qué es nadar en un río, balancearse en

un árbol de verdad, comer una fruta al pie de árbol. No conocí a mis hermanos, no sé si

están bien y si son felices. Todo esto me fue negado por un crimen que nunca cometí. Peor

que eso: esa sentencia me fue dada por alguien que no está investido de la autoridad de

castigar. El art. 18 de la Constitución, que tanto elogiamos cuanto que no respetamos, dice

que "Ningún habitante de la Nación puede ser castigado sin juicio previo fundado en ley

anterior al hecho del proceso, ni juzgado por tribunales de excepción y excluidos de la

acción de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa. Nadie está obligado a

probar contra sí mismo; ni será arrestado sino por orden escrita de autoridad competente.

La defensa judicial de la persona y de los derechos es inviolable. Son abolidos para siempre

la pena de muerte por causas políticas, toda clase de tortura y azotes. Las prisiones

argentinas serán sanas y limpias, para seguridad, y no para castigo de los prisioneros; toda

pena que con el pretexto de seguridad pase de lo necesario será de la responsabilidad del

juez que la autorice".

“Nada de eso me ha sido garantizado hasta ahora. Perdí a mis compañeros de

cárcel y vivo en la soledad. CHARLY, mi amigo, murió en julio de 2014. Dicen que víctima de

un paro cardíaco. ¿De verdad? XUXA murió en enero de 2015. Dicen que de causas

naturales. ¿De verdad? Mi vida ha sido de completa soledad y eso me ha llevado a la

depresión y me puede llevar a la locura. Mi celda, lo que llaman "casa", es un cubículo

inmundo. No hay pajas para dormir, no hay objetos con los que pueda ejercitarme, la

comida es de pésima calidad y pobre de nutrientes. No hay un bebedero propio y mi cama

es de cemento duro, sin manta. En el verano, la temperatura interna sube a 40°; en el

invierno, desciende a 0°. La lluvia y la nieve son frecuentes.

— Muy bien, CECILIA. Por favor, complete su razonamiento. Su tiempo se está

agotando:

— Gracias, Excelencia. Concluyo diciendo que es imprescindible resaltar que

la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, elaborada en 1977 por la

19/52

Page 20: CECILIA - trt1.jus.br

20

UNESCO y aprobada por la Organización de las Naciones Unidas, reconoce a los animales

derechos y, específicamente en su art. 4, establece que todo animal que pertenece a una

especie salvaje tiene derecho a vivir libre en su propio ambiente natural terrestre, aéreo o

acuático, y a reproducirse. Toda privación de libertad, incluso para fines educativos, es

contraria a este derecho. De este modo, en el ámbito internacional, se reconoce

expresamente que los grandes simios, entre otras especies, tienen el derecho de vivir en

libertad. El hecho de que nos ocupamos aquí es que en el Zoológico de Mendoza vivo en

una jaula de pequeñas dimensiones, impropias para un primate de mi tamaño, donde el sol

da en apenas pocas horas del día durante el invierno y hace calor extremo durante el

verano. Este Tribunal realizó una inspección de sorpresa al zoológico de Mendoza y pudo

comprobar que me encontraba en un rincón porque únicamente allí solía haber sol. El

bebedero de la jaula estaba vacío y yo sólo contaba con algunas bolas y neumáticos de

coche para jugar. En las paredes de cemento de mi jaula había algunos dibujos rústicos

imitando árboles y arbustos para que yo tuviera la ilusión de vivir en mi hábitat. Y eso se

daba no porque el personal del zoológico no tuviera cuidado, sino porque no hay dinero.

La vida de un primate es casi imposible allí. ¿Una jaula, por mayor que sea, es un lugar

adecuado para vivir? Muchas gracias".

20/52

Page 21: CECILIA - trt1.jus.br

21

¡ T TOMA TU CUERPO!

"Podemos juzgar el corazón de una persona por la forma en que trata a los animales"

—IMMANUEL KANT—(citado por la Jueza MARÍA ALEJANDRA MAURICIO en el Habeas Corpus nº P-72.254 / 15).

S e hizo un silencio profundo en toda la sala. Esta vez, ni siquiera el fiscal Facundo dijo

nada. La dra. ALEJANDRA reflexionaba, cabizbaja, sobre todo lo que acababa de oír, la cabeza

pesadamente reposada en las manos cruzadas sobre la frente. Recogiéndose de largas

distancias a las que sus reflexiones la llevaron, ALEJANDRA rompió el silencio, y dijo:

— ¿Los animales son sujetos de derecho? Sí. Pienso que sí. El chimpancé no es

una cosa, no es un objeto del que se dispone como se dispone de un coche, de una nevera,

de un apartamento. No pueden ser expuestos como obra de arte hecha por el hombre. Los

grandes simios son sujetos de derechos y titulares de derechos inherentes a su condición de

ser que siente. Esta afirmación puede parecer contraria al derecho positivo vigente, que los

define como "cosas", pero es una cuestión de pura apariencia, expuesta por alguna parte de

la doctrina que no se da cuenta de la clara incoherencia de nuestro ordenamiento jurídico

que, por un lado, afirma que los animales son cosas, para luego protegerlos contra maltrato,

incluso en el aspecto penal. Crear leyes para prohibir malos tratos es lo mismo que admitir

que los animales son seres sensibles. Este sufrimiento debe ser evitado. Quien lo infringe

debe ser castigado. En mi opinión, CECILIA, lo más correcto sería hacer cesar para siempre

todo tipo de cautiverio para exposición o entretenimiento, ya que los animales son sujetos

de derechos no humanos y, como tales, poseen el derecho inalienable de vivir en su hábitat,

a nacer en libertad y de conservarla. No basta, sin embargo, prohibir malos tratos. La

desidia humana en el estudio de los derechos no humanos de los grandes simios no es más

que una verdadera demostración de indignidad. Debemos cuidar de su preservación y de su

ecosistema porque de eso depende nuestra propia supervivencia, ya que compartimos con

los grandes simios entre el 94 y el 99% del mismo ADN. Somos iguales en nuestras

diferencias y habitamos el mismo ecosistema.

Y concluyó:

—Entiendo suficientemente claros los criterios por los que este Tribunal

considera a los grandes simios sujetos de derechos no humanos.

Dicho esto,

Decido: 21/52

Page 22: CECILIA - trt1.jus.br

22

1º — Juzgar procedente la acción de Habeas Corpus.

2º — Declarar a la chimpancé CECILIA, actualmente alojada en el zoológico

de la Provincia de Mendoza, sujeto de derechos no humanos.

3º — Autorizar la reubicación de CECILIA para el Santuario de Sorocaba,

en Brasil, lo que deberá hacerse antes del inicio del otoño.

4º — Pedir a los concejales de Mendoza que den a las autoridades medios

para que cesen el encarcelamiento indigno de animales en aquel zoológico, especialmente

elefantes africanos y asiáticos, leones, tigres y osos pardos, entre otros, y de todas aquellas

especies exóticas que no pertenecen al ámbito geográfico y climático de nuestra

comunidad.

5º — Recordar las siguientes reflexiones:

— "Podemos juzgar el corazón de una persona por la forma en que trata a los animales."

(IMMANUEL KANT);

— "Hasta que haya amado a un animal, una parte de tu alma permanecerá dormida."

(ANATOLE FRANCE);

—"Un hombre sólo será noble cuando se apiade de todas las criaturas vivas." (BUDA);

—"La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la forma en que

sus animales son tratados." (GANDHI).

Cumplase

Notifiquese

Registrese

Se volvió hacia CECILIA, y dijo:

— CECILIA, ¡toma tu cuerpo! Sostén con cariño en tus manos tu vida y tu

libertad. Son tus derechos. Nunca te alejes de ellos ni permitas que nadie los toque sin tu

permiso. Te pertenecen a ti y a nadie más. Tú estás libre. Sé feliz. Declaro concluida la

sesión.

Los jueces empezaron lentamente a retirarse.

Uno a uno los presentes también fueron dejando la sala en medio de un

conmovedor bullicio. Los estudiantes discutían tesis, los doctores se enfrentaban en

profundas querellas académicas. Ninguno de los presentes era más el mismo. Dejaban el

Tercer Juzgado mejores que cuando llegaron. CECILIA aún se quedó en silencio en el púlpito

por algún tiempo, inquieta, mirando recelosa aquel ambiente tan hostil. "Dar a cada uno lo

suyo" — pensó — no es sinónimo de Justicia. Es la mayor prueba de que algo está mal en

ese mundo humano, demasiado humano, pues si es suyo, no debería existir quien lo

22/52

Page 23: CECILIA - trt1.jus.br

23

tomara, ni debería ser necesario que alguien por encima de él lo devuelva. A Cesar lo que es

de César.

Al ver que CECILIA permanecía en el púlpito, ALEJANDRA la tranquilizó:

— Acabó, CECILIA. Estás libre ahora. Puedes irte cuando quieras.

— Lo sé, Excelencia. Yo se. Es que la palabra "libertad" es tan dulce que

quiero saborearla letra por letra: L-I-B-E-R-T-A-D. Es, al mismo tiempo, tan frágil como

un raro cristal, y tengo miedo de que se rompa al salir de aquí. Por eso quise quedarme un

poco más.

Luego salió.

Notó sobre la primera fila de sillas la cadena que hasta hace muy poco traía en

el cuello. La cogió, la miró detenidamente, le sentía el peso, el frío del acero y el cuidado

con que los hombres construyen cosas para matar, arrestar, humillar. La arrojó con

desprecio en la lata de basura y luego tomó el camino de la calle.

Nunca más fue vista.

PEPE MENDOZA

23/52

Page 24: CECILIA - trt1.jus.br

24

CECÍLIA

FICCIÓN Y DERECHO

UBA

2019

24/52

Page 25: CECILIA - trt1.jus.br

25

“CECÍLIA”— Fotografia do Jornal “O Globo”, Rio de Janeiro, Brasil —

25/52

Page 26: CECILIA - trt1.jus.br

26

Para MARIA ALEJANDRA MAURÍCIO

— Juíza em Mendoza, Argentina—PABLO BUOMPADRE

— Presidente da Associação dos Funcionários e Advogados dos Direitos dos Animais (AFADA) —

SANTIAGO RAUEK

—Advogado—e

PEDRO YNTERIAN

— Fundador e mantenedor do Santuário de Grandes Primatas de Sorocaba (São Paulo, Brasil) —,

por um punhado de coisas que não caberiam aqui.

ADVERTÊNCIA

26/52

Page 27: CECILIA - trt1.jus.br

27

Esta é uma obra de ficção. Apenas os nomes da juíza MARIA ALEJANDRA MAURÍCIO e da chimpanzé CECÍLIA foram mantidos. Os demais são personagens inventados.

Embora tenha sido magnífica a atuação do Dr. PABLO BUOMPADRE, presidente da ASSOCIACIÓN DE FUNCIONARIOS Y ABOGADOS POR LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES (AFADA), e do Dr. SANTIAGO RAUEK, advogado na causa, nenhum dos dois é citado no texto para permitir a construção do enredo.

Os embates jurídicos entre a juíza e a Promotoria Pública de Mendoza não existiram. Foram construídos com trechos dos fundamentos da sentença proferida no Habeas Corpus nº P-72.254/2015, em 3 de novembro de 2016. O texto integral dessa sentença está disponível em: https://portalseer.ufba.br/index.php/RBDA/article/view/20374/12959

Todos os pontos de vista e afirmações que não estão na sentença da dra. MARIA ALEJANDRA MAURÍCIO são de responsabilidade do autor.

A chimpanzé CECÍLIA, libertada do cativeiro no zoo de Mendoza por meio do Habeas Corpus nº P-72.254/2015, foi o primeiro animal a quem um Tribunal reconheceu direitos como pessoa não humana. Vive, atualmente, em companhia de outros cinquenta indivíduos de sua espécie no SANTUÁRIO PARA GRANDES SÍMIOS DE SOROCABA, São Paulo, Brasil, criado e mantido por PEDRO YNTERIAN. O Santuário não permite visitação pública nem faz experimentos científicos com qualquer tipo de animal.

O povo brasileiro sente-se honrado pela confiança nele depositada por todos os envolvidos neste processo e reafirma o compromisso de restituir CECILIA à Nação argentina como um pedaço que é da sua riqueza ambiental tão logo fique comprovado que ali terá condições de viver com dignidade de acordo com a sua condição de pessoa não humana.

CECÍLIA

27/52

Page 28: CECILIA - trt1.jus.br

28

https://www.youtube .com/watch?v=IqxMGNOm4pk

“Saio a caminharpela cintura cósmica do sul.

Piso na região mais vegetal do vento e da luz.

Sinto ao caminhar toda a pele da América em minha pele

e anda no meu sangue um rio que libera na minha voz

o seu caudal.Sol do Alto Perú,

rosto Bolívia, estanho e solidão; um verde Brasil beija o meu Chile,

cobre e mineral.Subo do sul

até as entranhas da América e total,pura raiz de um grito

destinado a crescere a se espalhar.

Todas as vozes, todas.Todas as mãos, todas.

Todo o sangue pode ser canção ao vento.

¡Canta comigo, canta,irmão americano!

¡Libera sua esperançacom um grito na voz!”

— MERCEDES SOSA, “Canción con Todos”. ⸺(Compositores: ARMANDO TEJADA GÓMEZ y CESAR ISELLA)

MENDOZA, 3 DE NOVEMBRO DE 2016.

28/52

Page 29: CECILIA - trt1.jus.br

29

“Até que tenhas amado um animal, uma parte de tua alma permanecerá adormecida.”

— ANATOLE FRANCE ⸺(citado pela Juíza MARIA ALEJANDRA MAURÍCIO no Habeas Corpus nº P-72.254/15)

cedo ainda. Mendoza dorme. Aqui e ali veem-se luzes morrediças

nas varandas das casas, relutando em acordar o dia. Um ou outro

trabalhador madrugueiro caminha encolhido levando as mãos nos

bolsos dos casacos para enganar o frio, soltando pela boca

pequenas nuvens de fumaça como chaminés de locomotivas apressadas

rasgando os trilhos de uma estrada imaginária. Ao longe, um cachorro vadio

ladra por nada, talvez assustado, talvez incomodado com a presença da lua

que teima em esticar a noite, quem sabe simplesmente celebrando a

esplêndida aventura de acordar vivo e com saúde. Uma brisa gelada soprada

do Aconcágua invade a soleira das portas, escorre pelas frestas das casas e

convida as pessoas a atiçarem o fogo nas lareiras, deixando para mais tarde a

luta pelo pão. Quem podia, fechava as cortinas, se enrolava nos roupões

quentes de alpaca tecida nos teares das vilas no sopé dos Andes de cumes

brancos e ameaçadores e aproveitava a quentura da lenha.

É

Como fazia todos os dias desde que fora alçada ao Terceiro Juizado

de Garantias, a dra. MARIA ALEJANDRA acordou às seis da manhã. Enquanto

fervia a água para a yerba mate, lavava a calabaza e a bombilla que foram de seu

pai. Botou na vitrola da sala de poucos móveis um disco de Mercedes Sosa,

bem baixinho para não acordar Javier e Pilar, duas pedras preciosas que o

Destino pusera em seu caminho no garimpo dos seus trinta e poucos anos.

Depois, foi banhar-se.

As sessões só começavam às nove, mas ALEJANDRA gostava de

chegar bem cedo ao gabinete para reler os autos dos processos pautados para

29/52

Page 30: CECILIA - trt1.jus.br

30

o dia, fazer um conserto ou outro na redação dos julgados, ajuntar alguma

jurisprudência mais atual ou refletir sobre a justiça da sua decisão. E, por fim,

aconselhar-se com Deus nos cinco minutos que antecediam o momento em

que a secretária de audiências batia educadamente à porta para dizer

“Doutora, está na hora”.

O coche passaria por sua casa dentro de cinco ou dez minutos, mas

hoje, excepcionalmente, tinha de passar um pouco mais cedo porque teriam

de desviar-se dois ou três palmos de um caminho tantas vezes percorrido para

dar carona a CONSTANZA VILLALBA, sua colega no Terceiro Juizado. Com um

delicado pincel de pelos de lontra esmaeceu o blush das maçãs do rosto até

torná-lo quase imperceptível na pele rosada, um pouco mais corada que de

costume por conta do sopro gelado que vinha do Aconcágua. Mirou-se no

espelho, percebeu que os anos de judicatura tinham cobrado um preço alto. Já

não tinha o viço da mocidade. ¿Em que lugar do caminho perdera aquele

sabor de fruta madura? “É, ALEJANDRA — disse para si mesma —: “El tiempo

pasa, nos vamos poniendo viejos. Yo el amor no lo reflejo como ayer”.

Escovou demoradamente os cabelos, delineou o contorno dos lábios com um

baton discreto, apenas para reforçar o carmim dos lábios. Pouco a pouco foi

emoldurando aquele rosto bonito que fazia os advogados torcerem o pescoço

quando transitava pelos corredores do fórum. Na sobrancelha esquerda ainda

se via uma pequena cicatriz, herança dos tempos em que corria distraída com

Ezequiel, o irmão mais velho, pelas plantações de uva da bodega de seu avô.

Cantarolava baixinho aquela doce música andina que lhe trazia de volta a

dureza da infância entre inocentes pescarias no riacho gelado aos pés da

cordilheira, o fogão de lenha e a saudade doída de Santiago, o pai, que os

capangas de Juan Carlos Onganía levaram para os braços de Deus numa noite

chuvosa.

Nunca mais foi visto.

30/52

Page 31: CECILIA - trt1.jus.br

31

O motorista chegou às sete e, como de costume, aguardou fora do

carro fumando um cigarro e tiritando de frio. Quando ela trancou a porta da

casa e forçou a maçaneta para ver se os filhos estavam realmente seguros, o

motorista deu uma última tragada, apressou-se em esmagar com os pés a

guimba de cigarro e abriu-lhe o coche com um efusivo “¡Buenos dias,

Excelência. Que a senhora tenha um dia abençoado!”. Alejandra agradeceu

com um sorriso tímido, de canto de boca, e entrou no carro. Encostou a

cabeça no vidro da janela e começou a embaçá-lo de propósito com o hálito

quente da yerba mate que teimava em deixar na boca um sabor adocicado.

Seguiram pela Mariano Moreno e, em certo ponto, pediu ao condutor que

dobrasse à direita, na Pascual Segura. Pararam defronte a uma pracinha triste e

descuidada, decorada com balanços de criança já gastos na pintura desbotada

de tanto uso e tanto tempo. Tirou o celular da bolsa, discou, alguém atendeu

do outro lado. Disse: “Pronta?”. E logo CONSTANZA apareceu na porta do

prédio. Desceu rapidamente a escadinha que dava para a rua e se dirigiu para o

coche com uma papelada debaixo do braço. “¡Buenos dias! ¡Buenos dias!”,

disse, mas apenas o motorista respondeu-lhe. ALEJANDRA espremeu-se ainda

mais junto à janela do carro, ajuntou uns papéis para dar mais espaço no

banco à amiga e continuou absorta, olhando sem ver a vida da cidade passar

do outro lado do vidro. Seguiram pela San Martín até quase esquina com a

Colón. CONSTANZA ainda tentou puxar um dedo de conversa, quebrar o

desconforto daquele momento, mas, sentindo que a amiga só estava presente

de corpo, e não de espírito, calou-se e abriu seu laptop. Gastou o resto da

viagem verificando os e-mails da noite anterior. Pararam defronte o tribunal.

Desceram, tomaram o elevador privativo e, no 3º Piso da Ala Norte, onde

cada uma tinha o seu bunker, ALEJANDRA virou-se para a amiga, e disse:

⸺ Escute, CONSTANZA. Acho que a melhor solução é mesmo aquela

sobre qual falamos ontem à noite, por telefone. Afinal, é uma vida que está

em jogo.

31/52

Page 32: CECILIA - trt1.jus.br

32

⸺Voto com você, ALEJANDRA. Já disse que voto. Mas você conhece

o Facundo. Vai cair de pau em cima da gente, rir, zombar, fazer piadinhas

com aquela cara de paisagem que sempre faz quando quer discordar das teses

dos juízes e não tem sequer meio argumento que preste. Aquele cabrón vive

num mundo só dele, numa bolha onde só ele entra porque se julga o único

com qualidades.

⸺ Esqueça aquele sujeitinho, CONSTANZA. Ponha-se no lugar da

vítima. É a forma mais primária de saber se uma decisão é boa.

⸺ Concordo plenamente, ALEJANDRA. É isso o que digo sempre aos

meus alunos. Mas o Ministério Público leva muito a sério esse mantra de que

é o “fiscal da lei”. Quando o Facundo põe a toga, julga-se o profeta Isaías

preparando as almas de Mendoza para a chegada d’O Messias.

⸺ ¡Paciência, CONSTANZA. Paciência! Seja como for, eu, pelo menos,

tenho um consolo: à noite, boto a minha cabeça no travesseiro e durmo como

uma criança.

⸺ Ele também, ALEJANDRA. Esse é o problema.

O TERCEIRO JUIZADO

“A grandeza de uma nação e seu progresso moral podem ser julgados pela forma como seus animais são tratados.”

32/52

Page 33: CECILIA - trt1.jus.br

33

— MAHATMA GANDHI⸺(citado pela Juíza MARIA ALEJANDRA MAURÍCIO no Habeas Corpus nº P-72.254/15)

embro-me como se fosse hoje. Às nove em ponto, o pregoeiro do

Terceiro Juizado premiu afoitamente a campainha da sala pedindo

silêncio. Havia em tudo um bulício insuportável. Compreensível, é

certo, mas ainda assim desnecessário. O auditório estava apinhado de gente.

Estudantes, advogados, representantes de ONGs, observadores

internacionais, professores, cientistas, membros da imprensa local e

estrangeira, curiosos, eclesiásticos. Mendoza inteira estava ali espremida

naquela sala àquela hora da manhã. O Fiscal de Estado Luis Facundo

Martinez Sanchez já estava na sua escrivaninha ao lado direito da mesa de

audiêncas há mais de meia hora, fingindo ler alguma coisa de grande

importância e desfrutando de um pedaço de fama que não lhe pertencia, mas

que a sua incógnita presença mentia que sim. Um a um os juízes foram

chegando e tomando assento, ajeitando-se nas cadeiras de espaldar alto,

ajustando os microfones, dispondo a papelada segundo a ordem que lhes

parecia mais adequada. ALEJANDRA foi a última a entrar. Tinha o olhar sereno e

a alma leve. Os presentes levantaram-se, em respeito à Corte, mas ALEJANDRA,

com um sorriso simpático e acolhedor, fez sinal com a mão para que se

sentassem. Quando todos se acomodaram nas cadeiras, com exceção de um

punhado de gente em pé pelos corredores laterais da sala, a magistrada deu

bom dia a todos e pediu que Deus os abençoasse para que, ao final, apenas a

justiça prevalecesse. Perguntou aos colegas e ao Fiscal de Estado se tinham

alguma objeção à ata da sessão anterior. Como ninguém levantou qualquer

óbice, declarou-a aprovada. Com um leve aceno de cabeça, pediu ao meirinho

que iniciasse o pregão do dia.

L

O pregoeiro disse:

33/52

Page 34: CECILIA - trt1.jus.br

34

— PROCESSO nº P-72.254/15. Habeas Corpus. Paciente/ impetrante:

CECÍLIA; Impetrada: Cidade de Mendoza, aqui representada pelo douto Promotor

Público Dr. Luis Facundo Martinez Sanchez.

ALEJANDRA retomou a condução dos trabalhos. Mas, antes mesmo

que abrisse espaço para a sustentação das partes, o dr. Facundo interveio:

— ¡Pela ordem, Excelência. A cidade de Mendoza trouxe aos autos

duas questões processuais que ainda não foram decididas, cujo teor o

Ministério Público reitera agora. A primeira é: esta ação deve ser liminarmente

extinta porque carece do seu elemento mais importante: a existência de uma

pessoa humana num dos seus polos. V. Exª obviamente não desconhece que o

habeas corpus tem como endereço natural as pessoas humanas, e não os

animais, que, para a nossa lei, são coisas, como está no art.227 do Código Civil.

Por outro lado, não há uma detenção “desautorizada” da paciente, como está

dito na petição inicial, e o direito de ir e vir é prerrogativa dos seres humanos.

Não há, portanto, ato ilegal algum que justifique o manejo desta ação. É

elementar na doutrina que se não há capacidade processual, não há capacidade

jurídica e a ação deve ser extinta. É o que a Cidade de Mendoza reitera nesta

oportunidade.

⸺ Em minha opinião, Dr. Facundo ⸺ ALEJANDRA respondeu-lhe de

modo didático ⸺, não é possível sustentar juridicamente que o ato de enjaular

um ser vivo contra a sua vontade seja legítimo. É ilegítima toda obra humana

que não cumpra a sua finalidade.

O dr.Facundo rebateu:

— Divirjo, respeitosamente, Excelência. Não se pode acusar de

ilegítimo o ato jurídico de 1897 que criou o zoológico de Mendoza. CECÍLIA foi

incorporada ao zoológico na forma da lei então vigente.

Sem se abater, ALEJANDRA disse:

— Obrigada por sua intervenção, Dr. Facundo. —Devo respeitar o

principio da congruência. Uma situação de fato foi trazida a este tribunal

34/52

Page 35: CECILIA - trt1.jus.br

35

pedindo que, pelas mãos da Justiça, se fizesse cessar uma agressão. A mim,

como juíza, cabe qualificar juridicamente a pretensão e os fatos provados na

causa, tanto mais que, como se verá ao final, não adotarei nenhuma imputação

penal, de modo que não se trata de aplicar o princípio “nullum crimen, nulla

pena”.

— Como fiscal da lei, Excelência, cabe a mim verificar se os fatos

trazidos pelas partes podem ser veiculados nas ações existentes num extenso

cardápio jurídico, e me parece que a pretensão aqui deduzida não cabe na ação

proposta.

— Como juíza da causa, Dr. Facundo, cabe a mim dizer se V.Exa.

tem ou não razão. A despeito de suas boas razões, Dr. Facundo, entendo que

o caso, tal como proposto, envolve a proteção de um bem ou valor coletivo.

Considero, também, que, pelas razões particulares e processuais que a causa

oferece, não só estou autorizada como obrigada a resolver a questão de fundo.

Desde 1944 a Constituição Nacional reconhece expressamente uma nova

categoria de direito: os direitos coletivos, aludindo, entre outros, ao direito ao

ambiente. CECÍLIA integra la fauna silvestre de nuestro país y que, por tanto,

está comprendida en el alcance de la ley nacional 22.421 de protección de la

fauna silvestre, a la que adhirió nuestra Provincia mediante la ley 4602.

Adelantémonos a recordar que el art. 3° de la ley 22.421 dispone que a los

fines de la ley se entiende por “fauna silvestre” a los animales “bravíos o

salvajes que viven bajo control del hombre, en cautividad o semicautividad”.

Pues, bien, el art. 1° de la ley declara “de interés público” la protección y

conservación de la fauna silvestre. Pelas particularidades que a causa oferece,

considero que não só estou autorizada, mas obrigada a resolver a questão de

fundo.

O dr. Luis Facundo voltou a interpelá-la:

— Que seja, Excelência, mas temos uma questão de ordem que

devemos decidir antes de qualquer outra consideração de mérito. Trata-se de

35/52

Page 36: CECILIA - trt1.jus.br

36

um habeas corpus, e V.Exa.sabe que essa lei não protege animais. Serve,

exclusivamente, à pessoa humana. A pessoa humana é o endereço dessa lei.

A dra. ALEJANDRA respirou fundo, e ponderou:

— Conheço as leis deste país, dr. Facundo. O que devemos

responder é simples: ¿o animal, por acaso, não é um ator involuntário no

teatro do direito humano?

E a essa pergunta incômoda, ela mesma responde:

— Os zoológicos são palcos onde, por dinheiro, os grandes símios

são expostos à visitação dos seres humanos. Os grandes macacos nascidos em

liberdade são capturados e vendidos por grandes quantias de dinheiro.

¿Queriam isso? ¡Obviamente, não! Logo, são objetos involuntários do direito.

Ou seja: atores involuntários no teatro do direito humano. Um teatro de

absurdos, eu diria. Reconhecê-los como sujeitos de direito é a melhor forma

de incluí-los e protegê-los como seres que pensam e sentem, e não como

simples coisas.

— Uma boa tese, Excelência. Mas, não mais que isso. Não resolve

coisa alguma — o dr. Facundo rematou a intervenção—.Creio não ser supérfluo

lembrar que, como magistrada, V.Exa. apenas aplica as leis existentes no país.

Não as escreve. Sua decisão é claramente contraditória ao espírito das leis que

jurou respeitar.

ALEJANDRA sorriu, e respondeu:

— É uma boa tese, Excelência. Nada além disso. Mas não resolve

coisa alguma. Não vejo onde minha decisão contrariaria a legislação que

manda proteger o patrimônio cultural e natural do país. Penso que, diante das

condições de cárcere em que CECÍLIA vive no zoológico de Mendoza, o melhor

é autorizar sua remoção para outro país, onde possa viver com mais

dignidade.

— Continuo pensando que não há legitimação para a causa e que a

ação é imprópria, Excelência — disse o Fiscal de Estado.

36/52

Page 37: CECILIA - trt1.jus.br

37

— Os fatos denunciados exigem posição enérgica e rápida, dr.

Facundo. Não há tempo para grandes discussões doutrinárias. Toda ação que

cause dano a um valor coletivo deve cessar o mais rapidamente possível. A

Suprema Corte de Buenos Aires já disse que a prevenção ambiental tem

importância superior à que se outorga a outros ambientes porque a agressão

ao meio ambiente provoca lesão irreversível que atinge, obviamente, a

qualidade de vida dos seres humanos e de todos os demais seres vivos.

Fazemos parte de um só ecossistema.

— Será uma decisão nula, Excelência, porque proferida numa causa

impossível — respondeu-lhe Facundo.

E, como que para esfriar o ímpeto do Fiscal, ALEJANDRA remarcou:

― Adianto que decidirei no sentido de autorizar o traslado de

CECÍLIA para um destino melhor, fora do nosso país.

Era tudo o que Facundo queria ouvir. Retrucou:

— Ou seja: V.Exa. prefere entregar um animal que pertence à nossa

riqueza ambiental aos cuidados de estrangeiros, sem nenhuma garantia de que

estará melhor lá do que aqui...

ALEJANDRA rebateu o Fiscal:

— O laço espiritual que vincula uma comunidade aos seus animais

não depende da proximidade física, mas da intensidade com que essa relação

de amor e cuidado é vivida. CECILIA não deixará de ser integrante do nosso

patrimônio ambiental só porque estará longe. Estou convencida de que se a

comunidade de Mendoza estiver ciente dos motivos que me levaram a assim

decidir, ficará satisfeita em saber que, atuando coletivamente como sociedade,

pudemos dar a CECÍLIA a vida que merece. Se lhe assegurarmos seu bem-estar,

não será CECÍLIA quem estará em débito conosco, mas nós é que estaremos em

débito para com ela por nos ter dado a oportunidade de crescer e de nos

sentirmos um pouco mais humanos.

A cada momento mais impaciente, Facundo replicou:

37/52

Page 38: CECILIA - trt1.jus.br

38

— Apesar de seus bons propósitos, Excelência, insisto que a ação é

imprópria e deve ser extinta.

ALEJANDRA contra-atacou:

— A legitimação deve ser-lhe reconhecida em virtude da aplicação

direta ou analógica, segundo o caso, de variadas normas de fundo e

processuais, como será visto.

Com um sorriso irônico, Facundo registrou:

— OK, Exa. Aceitemos como premissa inicial dos debates que haja

legitimação ativa, embora eu continue pensando que não há. Resta a questão

da impropriedade da ação.

ALEJANDRA, naquele momento, embora a ponto de explodir por

dentro, esticou a corda para ver até onde Facundo pretendia provocá-la:

— V.Exa. tem toda razão. Expostos sucintamente os princípios

inspiradores da ação de Habeas Corpus, devemos resolver se a via eleita é

correta. Penso que sim. Nas causas em que está em jogo o direito coletivo à

preservação do patrimônio natural e cultural, qualquer um que se sinta

prejudicado pode agir, em seu nome ou em nome do outro. O juiz atua para

“proteger efetivamente o interesse geral”.

Inconvencido, Facundo disparou:

— Desculpe-me se a incomodo com questões acadêmicas, Sra.

Juíza — ironizou Facundo —, mas me parece que essas questões que V.Exa.

reputa “tão importantes” podem ser deixadas para depois, para o mérito. Por

ora, temos apenas de decidir se a ação é própria.

— Como bem o disse, dr. Facundo — respondeu-lhe ALEJANDRA —,

essas suas questões são acadêmicas. Não é possível adiar ou negar uma

decisão de mérito que resolva o conflito e contribua para restaurar a harmonia

social entre seus protagonistas. Não obstante os avanços, o homem não se

preocupa com os animais no cenário natural em que transcorre a sociedade

humana. Os operadores do Direito também não se perguntam se os animais

38/52

Page 39: CECILIA - trt1.jus.br

39

são sujeitos de direitos. Para mim, o habeas corpus é o meio constitucional

idôneo para proteger a liberdade de ir e vir de CECÍLIA. Esta garantia encontra-

se prevista no art.18 da Constituição Nacional.

CECÍLIA

C“O homem só será nobre quando se apiedar de todas as criaturas viventes.”

— BUDA ⸺

39/52

Page 40: CECILIA - trt1.jus.br

40

(citado pela Juíza MARIA ALEJANDRA MAURÍCIO no Habeas Corpus nº P-72.254/15)

espondidas todas as questões do Fiscal de Estado, ALEJANDRA tornou a

virar-se para a tribuna: R— Concedo a palavra à paciente CECÍLIA¿ Está presente?

Mas, antes que a paciente assomasse à tribuna, Facundo voltou à

carga:

— ¡Data venia, Excelência! O Ministério Público tem objeção ao

fato de que a própria paciente se defenda nos autos. Não há previsão legal

para essa providência que V.Exa. alvitra, a menos que a paciente seja também

advogada.

— ¿E o que V.Exa. sugere, doutor Facundo?

— Sugiro que V.Exa. se limite a cumprir a lei — respondeu-lhe o

Fiscal, rispidamente.

— Concordo, Excelência. Concordo plenamente. E já que nisso

estamos de acordo, isto é, de que devo cumprir a lei, e considerando que a

Constituição e as leis deste país me mandam fazer justiça, pois é para isso que

o Estado me paga, não vejo outra forma de fazê-lo senão ouvindo os dois

lados porque V.Exa. bem o sabe que toda verdade, assim como as moedas

que carrega no bolso, tem dois lados.

— Ou seja — disse Facundo —: agora V.Exa. está transformando

macacos em gente...

O auditório esboçou um sorriso sem graça. ALEJANDRA olhou

friamente nos olhos do Promotor, e disse:

⸺ Creia-me, dr. Facundo: mesmo que eu tivesse esse poder jamais

faria uma coisa dessas porque conheço bem o coração dos humanos e posso

lhe afiançar que seria uma ofensa imperdoável para com os animais.

Os estudantes se desmancharam numa gostosa gargalhada.

ALEJANDRA prosseguiu: 40/52

Page 41: CECILIA - trt1.jus.br

41

⸺ V.Exa. parte de uma premissa equivocada. A pessoa ⸺ inclusive

o ser humano ⸺ não nasce por obra e graça do direito ou porque o Estado

assim o decide. O ser humano é pessoa, sujeito de direito, porque é de carne e

osso, nasce, sofre e morre, bebe e joga e dorme e pensa e deseja. A maioria

dos animais e, especificamente, os grandes símios, é também de carne e osso:

nascem, sofrem, bebem, jogam, dormem, têm capacidade de abstração,

desejam, são gregários, etc. Nesta ação, não se quer igualar os seres que

sentem a seres humanos, como tampouco se quer elevar à categoria de

pessoas todos os animais ou flora ou fauna existentes, mas apenas reconhecer

que primatas são pessoas não humanas, sujeitos de direitos não humanos e

que possuem um catálogo de direitos fundamentais que deve ser objeto de

estudo e classificação pelos órgãos estatais competentes, tarefa que extrapola o

âmbito jurisdicional. Os animais têm direitos fundamentais e uma legislação

que os protege na situação em que se encontram, de acordo com o grau

evolutivo que a ciência determinou que podem alcançar.

⸺ É uma questão de ponto de vista, Excelência ⸺ resmungou o Fiscal.

⸺ Concordo, dr. Facundo. ¿Mas, o que é o Direito senão uma

questão de pontos de vista? ¿Apenas o ser humano pode ser considerado

pessoa e por isso ser sujeito de direito? ¿O homem é o único que possui

capacidade de direito? Homens e animais são todos da mesma espécie. A

diferença é que os homens têm capacidade política. Não é correto classificar

animais como coisas. É da natureza das coisas serem objetos inanimados. Os

especialistas são unânimes em reconhecer a proximidade genética entre

chimpanzés e homens e acrescentam que também os chimpanzés têm

capacidade de raciocínio, inteligência, consciência de si mesmos, diversidade

de culturas, jogos mentais, formas de disputa, uso e fabricação de ferramentas

para obtenção de alimentos ou para resolver problemas da vida cotidiana,

capacidade de abstração, habilidade para comunicar-se por símbolos,

consciência para expressar emoções tais como alegria, frustrações, desejos ou

41/52

Page 42: CECILIA - trt1.jus.br

42

enganos, organização coordenada para lutas e emboscadas de caça, habilidades

metacognitivas, status moral, psíquico e físico, cultura própria e sentimentos de

afeto.

O dr. Facundo olhou friamente para a juíza, mas, desta vez,

manteve-se ironicamente em silêncio.

—¿Onde está a paciente CECÍLIA? — Alejandra perguntou no vazio. Já

que seu defensor não se apresentou, ¿por acaso deseja sustentar as suas razões

da tribuna?

Os presentes entreolharam-se, procurando uns nos olhos dos

outros quem seria a paciente que teimava em não se apresentar à tribuna.

Nisso, puxada pelo pescoço por uma grossa corrente pelo

funcionário do Zoológico de Mendoza, e caminhando com dificuldade,

CECÍLIA, uma chimpanzé de trinta anos de idade, magra, visivelmente

enfraquecida por maus-tratos, assomou à tribuna. O auditório inquietou-se,

revirou nas cadeiras, ameaçou rir. Não acreditava no que via.

Impassível, a juíza ALEJANDRA dirigiu-se ao funcionário do

zoológico:

— ¿Por que o senhor prende CECÍLIA numa corrente, senhor

funcionário?

— Porque recebi ordens, senhora — respondeu-lhe.

— Compreendo. ¿Se eu mandar que o senhor pule de cabeça do

alto desta sala até a calçada da avenida San Martín, o senhor pulará?

— Certamente não, doutora.

— ¿E por que não, se eu lhe dei essa ordem?

— Porque não me parece razoável, doutora.

— É justo — disse —. Devo então supor que é possível fazer um

filtro entre o que é razoável e o que é irrazoável antes de cumprir uma ordem.

¿Estou certa, senhor funcionário?

42/52

Page 43: CECILIA - trt1.jus.br

43

O funcionário escondeu-se no silêncio. ALEJANDRA retomou a

conversa:

—¿Há quanto tempo o senhor lida com esse animal, senhor

funcionário?

— Há quase dez anos, Excelência.

—¿E, nesses quase dez anos, alguma vez esse animal comportou-se

de modo cruel, imprevisível, violento, desrespeitoso, ingrato ou perigoso?

— Que me lembre, não, Excelência. É um animal extremamente

dócil, embora triste e sem vontade de viver.

—¿E lhe parece razoável que um animal extremamente dócil viva

acorrentado desse jeito, senhor funcionário?

— Para ser sincero, não, Excelência.

— Então, se o animal não oferece perigo e é extremamente dócil, a

ordem de acorrentá-lo não me parece razoável. ¿Concorda comigo?

— Vistas as coisas por esse ângulo, Excelência, concordo. A ordem

não é razoável.

— ¿Então, já que o senhor não vai pular daqui, mesmo que eu

mande, porque isso não lhe parece razoável, e se não lhe parece razoável a

ordem que o senhor recebeu de acorrentá-la, o senhor poderia, por favor,

livrá-la desses grilhões?

Pego na sua própria emboscada, e de má-vontade, o funcionário do

zoológico tirou da cintura um molho de chaves e destrancou a anilha que

prendia a corrente ao pescoço de CECÍLIA.

A Dra. ALEJANDRA pediu-lhe que se sentasse e, em seguida, dirigiu-se

a CECÍLIA:

— Muito bem, CECÍLIA. Agora estamos em paridade de armas. Pelo

menos momentaneamente, estamos livres das algemas que alguém, baseado

em alguma lei que não conheço, mandou que nos colocassem para aprisionar

a nossa alma. É assim também com a espécie que a Ciência chama “humana”,

43/52

Page 44: CECILIA - trt1.jus.br

44

e há algemas sem ferros que são muito piores que essa. Dou-lhe a palavra pelo

tempo que precisar.

O dr. Facundo, completamente ensandecido, levantou-se,

desplugou o microfone da base sobre a mesa, e, quase aos gritos, esbravejou:

— ¡Data venia, Excelência. Data maxima venia! O que estamos

vendo aqui é a mais completa insanidade. ¿Onde V.Exa. pensa que está?

¿Num zoológico? ¿Num circo de horrores? ¿Num espetáculo da Broadway?

¿Em que mundo V.Exa. pensa que vive?

Como se fosse de pedra, a dra. ALEJANDRA respondeu-lhe:

— Em primeiro lugar, dr. Facundo, contenha-se. O Sr. está prestes

a ter um infarto e eu não quero ser acusada de ter concorrido para a sua

morte.V.Exa. vai fazer muita falta a este tribunal, caso isso aconteça.

O auditório caiu na gargalhada.

A dra. ALEJANDRA continuou:

— Respondendo, objetivamente, às suas perguntas, eu penso que

estou exercendo exatamente o cargo para o qual prestei um concurso

rigorosíssimo. E também penso que vivo num mundo desigual, injusto e cheio

de defeitos, e não nessa bolha perfeita onde V.Exa. habita e que transforma

todo dia num feudo particular. E agora, dr. Facundo, se o douto Ministério

Público não se importar, vou dar a palavra à paciente.

Virou-se para a tribuna, abriu um sorriso largo, e disse:

— Somos todos ouvidos, CECÍLIA. Conte-me que distâncias os seus

pés tiveram de pisar para trazê-la até aqui.

E, para o espanto de todos, CECÍLIA falou:

— Senhora Presidente, senhores juízes, culto doutor Luis Facundo,

senhores presentes. No Preâmbulo da Constituição desta Nação argentina está

dito o seguinte:

— “Invocando a proteção de Deus, fonte de toda razão e justiça; ordenamos,

decretamos e estabelecemos esta Constituição, para a Nação Argentina.”

44/52

Page 45: CECILIA - trt1.jus.br

45

Se Deus é a fonte de toda razão e de toda justiça, quero crer que

tudo o que está escrito na nossa Constituição é fruto da vontade d’Ele e nada

tenha sido feito sem o seu consentimento porque o que está ali é justo e

razoável.

O artigo 15 dessa mesma Constituição diz o seguinte:

—“Na Nação Argentina não há escravos: os poucos que hoje existem são

livres a partir do juramento desta Constituição; lei especial especificará as

indenizações a que esta declaração dará lugar. Todo contrato de compra e venda

de pessoas é crime dos quais serão responsabilizados todos os que o celebrarem e

o escrivão ou funcionário que o autorizar. Os escravos que de alguma maneira

forem introduzidos serão declarados livres apenas pelo fato de pisarem o

território desta República”.

É da vontade de Deus, concluo, que todos os que vivem em solo

argentino sejam livres, e todos os que contrariarem essa vontade sejam

punidos, especialmente aqueles que compram e vendem pessoas. Qualquer

que seja a condição anterior do estrangeiro que aqui chegue, basta pôr o pé

neste solo para que o seu maior bem lhe seja imediatamente devolvido ou

assegurado: a sua liberdade.

Digo mais. O art.16 dessa Carta promete:

—“A Nação Argentina não admite prerrogativas de sangue nem de

nascimento; não há foro privilegiado nem títulos de nobreza. Todos os seus

habitantes são iguais perante a lei”.

Se está dito que “todos os seus habitantes são iguais perante a lei”, é da

vontade de Deus que nenhum ser vivo que habite o sagrado chão argentino

seja mais igual que o outro. Notem, Senhores, que a Constituição argentina

não faz nenhuma diferença entre pessoas humanas e não humanas. Ali está dito

que aqui neste chão portenho não há escravos, e qualquer um que pise estas

terras, dos Andes ao mar, torna-se automaticamente livre. A Carta Magna — a

nossa Carta Magna — diz que não há privilégios de sangue ou de nascimento

45/52

Page 46: CECILIA - trt1.jus.br

46

nem títulos de nobreza ou foro privilegiado. Na origem, portanto, o sangue

que corre em minhas veias é da mesma cor e da mesma consistência do

sangue que corria nas veias dos que escreveram a nossa Constituição e corre

agora nas veias de cada um de nós aqui presente, inclusive e especialmente nas

veias do incansável dr. Promotor Facundo. Não importa se um é pobre e o

outro rico; não importa se um é herdeiro do baronato e outro trabalha nas

fábricas, na colheita da uva, na ordenha das ovelhas aos pés do Aconcágua.

Todos são iguais. Deus quis, e a Constituição quer, que onde houver vida em

solo argentino haja igualdade e liberdade. Há muito, meus pais, dos quais

tenho pouca lembrança, foram caçados e vendidos como coisas. No zoo de

Mendoza sou uma coisa exótica, curiosa, engraçada, em quem as crianças

jogam restos para o riso dos adultos. Se perguntarem por que fizeram isso,

dirão que o fizeram porque alguém mandou fazer e se alguém mandou fazer

era porque estava autorizado a fazê-lo. Pois bem, senhores: ¿quem autoriza a

autoridade? ¿Que ordem nômica é essa que autoriza um animal humano

prender como escravo um animal não humano e confiná-lo numa jaula para

que sirva de bobo da corte na visitação pública de uma manhã de domingo?

O dr. Facundo se irritava visivelmente, balançava negativamente a

cabeça e ameaçava deixar a sessão. Incomodada, “CECÍLIA” interrompeu a

sustentação, ao que ALEJANDRA, percebendo o seu desassossego, disse:

— Continue, CECÍLIA. Continue. Estávamos no ponto em que você

nos explicava o art. 16 da nossa Constituição. Continue, por favor.

E CECÍLIA continuou:

— Excelência, nasci no cárcere. Não sei o que é nadar num rio,

balançar numa árvore de verdade, comer uma fruta no pé. Não conheci meus

irmãos, não sei se estão bem e se são felizes. Tudo isso me foi negado por um

crime que nunca cometi. Pior que isso: essa sentença me foi dada por alguém

que não está investido da autoridade de punir. O art. 18 da Constituição, que

tanto elogiamos quanto desrespeitamos, diz que

46/52

Page 47: CECILIA - trt1.jus.br

47

“Nenhum habitante da Nação pode ser punido sem julgamento prévio fundado

em lei anterior ao fato do processo, nem julgado por tribunais de exceção e

excluídos da ação dos juízes designados pela lei antes do fato da causa.

Ninguém é obrigado a provar contra si mesmo; nem será preso senão por ordem

escrita de autoridade competente. A defesa judicial da pessoa e dos direitos é

inviolável. São abolidos para sempre a pena de morte por causas políticas, toda

espécie de tortura e açoites. As prisões argentinas serão sadias e limpas, para

segurança, e não para castigo dos prisoneiros; toda pena que a pretexto de

segurança passe do necessário será da responsabilidade do juiz que a

autorizar”.

Nada disso me foi garantido até agora. Perdi meus companheiros

de cárcere e vivo na solidão. CHARLY, meu amigo, morreu em julho de 2014.

Dizem que vítima de uma parada cardíaca. ¿Será mesmo? XUXA morreu em

janeiro de 2015. Dizem que de causas naturais. ¿Será mesmo? Minha vida tem

sido de completa solidão e isso me levou à depressão e pode me levar à

loucura. Minha cela, aquilo que chamam de “casa”, é um cubículo imundo.

Não há palhas para dormir, não há objetos com os quais possa me exercitar, a

comida é de péssima qualidade e pobre de nutrientes. Não há um bebedouro

próprio e minha cama é de cimento duro, sem cobertor. No verão, a

temparetura interna sobe a 40°; no inverno, desce a 0°. A chuva e a neve são

frequentes.

— Muito bem, CECÍLIA. Por favor, conclua o seu raciocínio. Seu

tempo está se esgotando:

— Obrigada, Excelência. Concluo dizendo que é imprescindível

ressaltar que a Declaração Universal dos Direitos dos Animais, elaborada em

1977 pela UNESCO e aprovada pela Organização das Nações Unidas,

reconhece aos animais direitos e, especificamente no seu art. 4º, prevê que:

“Todo animal pertencente a uma espécie selvagem tem direito de viver livre em

seu próprio ambiente natural terrestre, aéreo ou aquático, e a reproduzir-se.

47/52

Page 48: CECILIA - trt1.jus.br

48

Toda privação de liberdade, inclusive para fins educativos, é contrária a este

direito.”

Deste modo, no âmbito internacional, reconhece-se expressamente

que os grandes símios, entre outras espécies, têm o direito de viver em

liberdade. O fato de que nos ocupamos aqui é que no Zoológico de Mendoza

vivo em uma jaula de pequenas dimensões, impróprias para um primata do

meu tamanho, onde o sol bate em apenas poucas horas do dia durante o

inverno e faz calor extremo durante o verão. Este Tribunal realizou inspeção

de surpresa ao zoo de Mendoza e pôde comprovar que eu me encontrava

num cantinho porque unicamente ali batia sol. O bebedouro da jaula estava

vazio e eu contava apenas com algumas bolas e pneus de carro para brincar.

Nas paredes de cimento de minha jaula havia alguns desenhos rústicos

imitando árvores e arbustos para que eu tivesse a ilusão de viver no meu

habitat. E isso se dava não porque o pessoal do zoo não tivesse cuidado, mas

porque não há dinheiro. A vida de um primata é quase impossível ali. ¿Uma

jaula, por maior que seja, é um lugar adequado para se viver? Muito obrigada”.

¡TOMA O TEU CORPO!

“Podemos julgar o coração de uma pessoa pela forma como trata os animais”

— IMMANUEL KANT— (citado pela Juíza MARIA ALEJANDRA MAURÍCIO no Habeas Corpus nº P-72.254/15) F

48/52

Page 49: CECILIA - trt1.jus.br

49

ez-se um silêncio profundo em toda a sala.

Desta vez, nem mesmo o promotor Facundo disse coisa alguma. A

dra. ALEJANDRA refletia, cabisbaixa, sobre tudo o que acabara de ouvir, a

cabeça pesadamente repousada nas mãos cruzadas sobre a testa. Recobrando-

se de umas lonjuras a que as suas reflexões a levaram, ALEJANDRA quebrou o

silêncio, e disse:

⸺ ¿Animais são sujeitos de direito? Sim. Penso que sim. O

chimpanzé não é uma coisa, não é um objeto do qual se dispõe como se

dispõe de um carro, de uma geladeira, de um apartamento. Não podem ser

expostos como obra de arte feita pelo homem. Os grandes símios são sujeitos

de direitos e titulares de direitos inerentes à sua condição de ser que sente.

Esta afirmação pode parecer contrária ao direito positivo vigente, que os

define como “coisas”, mas é uma questão de pura aparência, exposta por

alguma parte da doutrina que não se dá conta da clara incoerência do nosso

ordenamento jurídico que, por um lado, afirma que os animais são coisas, para

logo em seguida protegê-los contra maus-tratos, inclusive no aspecto penal.

Criar leis para proibir maus-tratos é o mesmo que admitir que animais são

seres sensíveis. Esse sofrimento deve ser evitado. Quem o inflige deve ser

punido. Na minha opinião, CECÍLIA, o mais correto seria fazer cessar para

sempre todo tipo de cativeiro para exposição ou entretenimento, já que

animais são sujeitos de direitos não humanos e, como tais, possuem o direito

inalienável de viver em seu habitat, a nascer em liberdade e de conservá-la.

Não basta, porém, proibir maus-tratos. A desídia humana no estudo dos

direitos não humanos dos grandes símios não é mais do que uma verdadeira

demonstração de indignidade. Devemos cuidar de sua preservação e do seu

ecossistema porque disso depende a nossa própria sobrevivência, já que

dividimos com os grandes símios entre 94 e 99% do mesmo DNA. Somos

iguais nas nossas diferenças e habitamos o mesmo ecossistema.

E concluiu:

49/52

Page 50: CECILIA - trt1.jus.br

50

⸺ Entendo suficientemente claros os critérios pelos quais este

Tribunal considera os grandes símios sujeitos de direitos não humanos.

Dito isto,

Decido:

I — Julgar procedente a ação de Habeas Corpus.

II — Declarar a chimpanzé CECÍLIA, atualmente alojada

no zoológico da Província de Mendoza, sujeito de direitos não humanos.

III — Autorizar a remoção de CECÍLIA para o Santuário de

Sorocaba, no Brasil, o que deverá ser feito antes do início do outono.

IV — Pedir aos vereadores de Mendoza que deem às

autoridades meios para que cessem o encarceramento indigno de animais

naquele zoo, notadamente elefantes africanos e asiáticos, leões, tigres e ursos

pardos, entre outros, e de todas aquelas espécies exóticas que não pertencem

ao âmbito geográfico e climático de nossa comunidade.

V — Recordar as seguintes reflexões:

• “Podemos julgar o coração de uma pessoa pela forma como ela trata os

animais.”

— IMMANUEL KANT—

• “Até que você tenha amado um animal, uma parte da tua alma

permanecerá adormecida.”

—ANATOLE FRANCE—

• “Um homem só será nobre quando se apiedar de todas as criaturas vivas.”

— BUDA—

• “A grandeza de uma nação e seu progresso moral podem ser julgados pela

forma como seus animais são tratados.”

— GANDHI—

CUMPRA-SE

NOTIFIQUE-SE

REGISTRE-SE

Virou-se para CECÍLIA, e disse: 50/52

Page 51: CECILIA - trt1.jus.br

51

― CECÍLIA, ¡toma o teu corpo! Segure com carinho em suas mãos

sua vida e sua liberdade. São seus direitos. Nunca se afaste deles nem permita

que ninguém os toque sem a sua permissão. Pertencem a você e a ninguém

mais. Você está livre. Seja feliz. Declaro encerrada a sessão.

Os juízes começaram lentamente a se retirar.

Um a um os presentes também foram deixando a sala em meio a

um comovido burburinho. Os estudantes discutiam teses, os doutores

punham-se em profundas querelas acadêmicas. Nenhum dos presentes era

mais o mesmo. Deixavam o Terceiro Juizado melhores do que quando

chegaram. CECÍLIA ainda ficou em silêncio no púlpito por algum tempo,

inquieta, olhando ressabiada aquele ambiente tão hostil. “Dar a cada um o

seu” ⸺ pensou ⸺ não é sinônimo de Justiça. É a maior prova de que algo está

errado nesse mundo humano, demasiadamente humano, pois se é seu, não

deveria existir quem o tomasse, nem deveria ser preciso que alguém acima

dele o devolvesse. A Cesar o que é de César.

Vendo que CECÍLIA permanecia no púlpito, Alejandra sossegou-a:

⸺ Acabou, CECÍLIA. Está livre agora. Pode ir quando quiser.

⸺ Eu sei, Excelência. Eu sei. É que a palavra “liberdade” é tão doce

que eu quero saboreá-la letra por letra: L-I-B-E-R-D-A-D-E. É, ao mesmo

tempo, tão frágil como um cristal raro, e tenho medo que se quebre ao sair

daqui. Por isso eu quis ficar ou pouquinho mais.

Depois, saiu.

Notou sobre a primeira fila de cadeiras a corrente que até há bem

pouco trazia no pescoço. Pegou-a, olhou-a detidamente, sentiu-lhe o peso, o

frio do aço e o cuidado com que os homens constroem coisas de matar,

prender, humilhar. Jogou-a com desprezo na lata de lixo e depois tomou o

caminho da rua.

Nunca mais foi vista.

51/52

Page 52: CECILIA - trt1.jus.br

52

52/52