ASSOCIACIO D'ONCOL OGIA CONDILOMAS ACUMINADOS
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ASSOCIACIO D'ONCOLOGIA
CONDILOMAS ACUMINADOS (Papova Virus)
JosÉ ANTONIO SARRÓ PALAU
Vegetaciones venéreas 1 Verrugas venéreas 1 Papilomas 1 Crestas de Gallo - «Crétes de coq»
Dichas proliferaciones y vegetaciones deben incluirse en el capítulo de los tumores benignos.
Los condilomas acuminados, más etiológicamente definidos como vegetaciones venéreas, son elevaciones papilomatosos blandos que ocupan preferentemente los órganos genitales . En el varón, asientan sobre la zona balano-prepucial, sobre la corona del glande, el frenillo y alguna vez en el meato anterior, adentrándose la masa proliferante en estadios más avanzados o selectivos de uretri tis crónicas. Puede llegar a invadir o p roliferar a distancias contiguas, asentándose esporádicamente sobre porciones cutáneas en el forro del pene, pubis y los pliegues anogenitales.
En la mujer, residen en los labios mucosos, y a su no solución, pueden invadir labios mayores en zonas cutaneomucosas, aun en áreas cu taneovellosas.
También debemos admitir el área perianal, región no expuesta en múltiples tratados médicos clásicos, pero evidentemente existentes y aun advertidos en las últimas comunicaciones de la O.M.S., dada la difusión de todas las enfermedades venéreas en ámbito mundial.
Se puede aceptar la existencia de dichas proliferaciones en regiones de la boca, describiendo GAY PRIETO asentamientos excepcionales en el cuello y cuero cabelludo.
Clínicamente se describen los condilomas acuminados como lesiones excrecentes, no hiperqueratósicas, asentadas inicialmente sobre zonas húmedas de las mucosas y sus proximidades. Comienzan por una elevación de un grano de mijo, rosado, en superficie lisa, que rápidamente crece, pudiendo formar tumoraciones alargadas, filiforme alguna, a modo de cresta de gallo, o grandes masas granulosas pediculadas que recuerdan la forma de coliflor . En un principio permanecen dis-
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cretas, aisladas, durante meses alguna vez, siendo micropápulas apenas visibles, que no motivan la atención del paciente, no debiendo confund irse con las hiperplasias banales en las papilas de la corona del glande. La duración de incubación es imprecisa, entre 11 días a 6 semanas. Pero estadísticamente se ha llegado a constatar hasta 8 meses de la posible inoculación contagiosa.
Frc. 1
Los condilomas ya constituidos no presentan confusión clínica para diagnóstico: vegetaciones que recuerdan una mora, blandos, irregulares, indoloros, húmedos en asentamiento sobre mucosas, alguna vez macerados según la antigüedad y tamaño, teniendo tendencia a prolirerar rápidamente, pudiendo llegar a ocupar zonas no mucosas, que sobre la piel adquieren aspecto más o menos pigmentado, algo queratósíco, llegando a- confundirse con verrugas seborreicas, o Neus Papilomatosos.
Si no son tratados -contagiosos y autoinoculables-, crecen, proliferan y se multiplican, precisando tratamiento, sin contar que puedan desaparecen sin intervenir. Es oportuno contar con las recidivas ince-
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santes, a pesar de sus destrucciones reiteradas, o la reinfección «pingpong», con otra persona contagiada, portadora y causa de sucesivas reinfecciones.
En el hombre, asentadas sobre el surco balanoprepucial, escogen personas con fimosis, favoreciendo la suciedad biológica la maceración de la región. Tanto en el varón como en la mujer, acompañados de blenorragia, no deben confundirse las maceraciones y exudados de esta afección con algunos condilomas múltiples y proliferantes a dicha enfermedad concomitante. En mujeres embarazadas poco cuidadosas forman proliferaciones húmedas, malolientes, de coloración rosada y aun grisácea, que pueden llegar a propagarse de los grandes labios a pliegues inguinales, vagina e incluso al útero.
FlG. 2
Habitualmente se descarta la degeneración epitelimatosa. Unicaroente en personas de edad avanzada se debe biopsiar para dictaminar posible transformación maligna de este tumor, hasta entonces completamente benigno.
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Las vermgosidades, asentadas más frecuentemente sobre el glande y el prepucio, son las vegetaciones venéreas o condilomas acuminados, de los que nos ocupamos en la presente revisión. Pero debemos asegurarnos, en distintos problemas de diferentes etiología y pronóstico, cómo pueden enumerarse: las placas mucosas vegetantes, enfermedad de Bowen, enfermedad de Paget, eritroplasia de Queyrat y los carcinomas espinocelulares, problemas ante cuya menor duda debemos certificarlo con el dictamen patológico, definitivo, para la adecuada posición terapéutica.
FIG . .3
ETIOLOGÍA (Papova Virus).- En las enfermedades cutaneomucosas por virus, se debe incluir a las verrugas y los condilomas. Enfermedad de fácil diagnóstico clínico y bien diferenciada en un principio, por ser enfermedad infecciosa, en las que no era posible reconocer un agente causal en investigación bacteriológica, se clasifican actualmente por el agente productor, logrado por técnicas de identificación de virus. Las características de los virus, en carencia de metabolismo propio o desconocido, y su dependencia de elementos vivos celulares, hacen que deba referirse su identificación a características morfológicas, cada día
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más precisas con el microscopio electrónico. Posibilidades de su cultivo en animales y tejidos, ya a las reacciones inmunitarias determinadas por alguno de ellos. Morfología, biología e inmunidad, nos facilitaran identificaciones. En las verrugas y condilomas conocemos su forma, pero no se ha encontrado regularmente su cultivo ni la provocación o demostración de alguna actividad inmunitaria constante. En la actualidad se deben admitir clasificaciones muy diversas de los virus según la propiedad o cualidad, que sirviera de base a las mismas distinciones: morfología, actividad de ensayo experimental, cultivos y actividad seralógica. En las formas dermatológicas observadas en clínica podemos clasificarlas en varios grupos, considerando sucesivamente el grupo de herpes, el de la viruela y el de la verruga y condilomas, que hoy exponemos.
FIG. 4
En los virus cabe distinguir un núcleo constituido por DNA o RNA, rodeado de una proteína formadora de una corteza (capside), de la que pueden surgir prolongaciones (capsomeras). La disposición del núcleo y corteza adopta formas distintas, hexagonal en sus contornos, icosahedral (como los virus del grupo herpes), en espiral o helicoidal
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(como los virus de la influenza y sarampión) o complejas como frag
mentos tubulares que rodean un núcleo, como los de la vacuna. Las verrugas y los condilomas están producidos por un virus que
se demuestra en las mismas, no inoculable a los animales ni en la
corialantoides. Su transmisión por contagio está bien establecida, aun
cuando se requieren condiciones no bien precisadas. Los cuerpos de
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inclusión son intracelulares, en los que forman parte partículas redon
deadas (virus exagonal), regularmente agrupados en racimos y de un
tamaño de 52 mm., localizadas en las capas superiores de la epidermis.
Su centro es Feulgen positiva (DNA). El virus de verrugas y condilo
mas es idéntico. La tasa de anticuerpos es baja, más alta en la fase de
curación espontánea.
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HISTOLOGÍA. - La capa córnea está ligeramente engrosada, formada casi exclusivamente por células paraqueratósicas, habiendo papildmatosis y acentuada acantosis, con engrosamiento y alargamiento de crestas interpapilares, ramificándose éstas en tal grado que pueden resultar el cuadro de una hiperqueratosis seudoepiteliomatosa. Se pueden encontrar una cantidad considerable de figuras mitósicas. Se descarta el epiteliomatosa espinocelular porque las células epidérmicas se encuentran ordenadas y sobre todo porque el límite entre epidermis y ]a dermis es limpio. Algunas veces, ante duda fundamental entre diagnóstico de espinocelular o condiloma, se ha obligado a repetidas biopsias (MACHACEK y WEAKLEY). La lesión característica más importante para definir diagnóstico, existiendo habitualmente, es la marcada vacuolización de muchas células epidérmicas, especialmente en la mitad superior de la epidermis engorsada . Dichas células epidérmicas vaculoadas son mayores que las demás células de la epidermis, teniendo un citoplasma muy claro, y en su centro un núcleo fuertemente hipercromático, redondo u oval. Núcleo parecido al que se observa en la capa córnea paraqueratósica de las verrugas vulgares. Las papilas son alargadas y tortuosas, teniendo, tanto éstas como la dermis superior, numerosos capilares y linfáticos dilatados, además de un infiltrado inflamatorio crónico denso.
TRATAMIENTO. - Para la expos1cton terapéutica he procurado adquirir información antigua, hallando una de hace 300 años, sobria y alguna vez justa y aun de palpitante actualidad. En el Crisol de Cirugía, de Geró1úmo Fabrizio Acquapendente, catedrático de Anatomía y profesor de Cirugía en Padua, nos delega en su obra traducida al castellano en 17 de mayo de 1673:
«DE LA CARNE QUE CRECE EN LA GLANDE, Y PREPUCIO, QUE VULGARMENTE SE LLAMA HIGO
»Suelen fuera desto muchas vezes, por aver tenido demasiado uso con mugeres, hazerse en el prepucio, y en la glande, una carnosidad, o por mejor dezir, unas carnes bumedas y blandas, que parecen berrugas, vulgarmente llamados higos : y pienso tienen este nombre porque se parecen a los higos bueltos azia afuera. Estos con su contagio, y humedad virulenta ofenden las partes vezinas, y se apoderan dellas multiplicandose con gran facilidad. Su curación se haze con medicamentos, ligaduras, tixeras, causticos fuertes, y cauterios. Quando son benignos, y no muy antiguos, se quitan con medicamentos. Y son de dos especies: Unos ponen aquella carne blanca, y muerta, estando antes colorada y viva, haciendola degenerar con la propiedad de su substancia; de lo cual podeis colegir, que viene a ser como un secreto
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la curación, y no es mas, que poner encima polvos de sabina; y taro
bien este secreto es bueno para las carnosidades que se hacen en la
vía, con la cual, se consumen y se deshacen. Bien pudiera yo aguardar
esto para mi como secreto, pero nl quiero, ni nunca he querido tener
cosa guardada, porque estoy ocupado en enseñar a otros. El segundo
medicamento corrosivo es el que consume las excrecencias de la carne,
como el Mysi, Sory, Chalcitide y Melanthetia, y otros semejantes. El
segundo modo de curar se haze con ligaduras, porque quando estas
carnosidades, o higos tienen el píe angosto, se atan con lino, o con
hebra de seda delgada, y en dos dias se muere. El tercer modo es de
algunos, que lo quitan con mas pron titud cortandolo con unas tixeras
por el pie. Y con ello es menester advertir, que donde toca aquella
sangre c:ontagiosa y mala, suele ordinariamente hazer otros nuevos
higos, por lo cual luego al punto se ha de lavar la parte, donde huviere
caído, con vino blanco . El quarto modo se haze con los cauterios de
fuego, o con los medicamentos causticos. Si quisieramos usar de los
causticos, se ha de tener mucho cuidado, con lo que no caiga el caustico
en otra parte, y queme la parte sana, lo qual se escusara poniendolo el
ciruxano por su mano. Suele ser muy bueno para esto, untados con
azeite de azufre, o de vitriolo. Pero los hierros ardiendo son mas
seguros porque esta en nuestra mano el obrar mas, o menos según qui
sieramos .»
Pasados 302 años, podemos apoyar el criterio de tener que destruir
las vegetaciones lo más precozmente posible a su conocimiento, y se
guir eliminando cualquier recidiva que pueda aparecer. Las medicacio
nes generales (antivíricas) no han dado ninguna respuesta apreciable,
la autosugestión tampoco, a la inversa de lo que ocurre con algunas
verrugas. El método más rápido, radical y seguro, es la electrocoagulación.
Si el número de elementos a eliminar no es muy numeroso, bajo anes
tesia local puede procederse a corte en la base de los elementos pedicu
lados proliferantes, seguido de electrocoagulación, fulguración, mono o
bipolar, según el área ulcerada, escogiendo preferentemente la acción
monopolar por ser innecesaria la causticidad en profundidad, y obtenien
do con dicho proceder más rápida reconstrucción abundamiento de ma
sas proliferantes a eliminar o localizaciones exquisitamente sensibles,
se aconseja que las intervenciones descritas se practiquen bajo aneste
sia general. En contra, con pequeños elementos dispersos, se puede
proceder a simple electrocoagulación fina, sin anestesia.
En grandes masas plano proliferantes se han empleado toques con
azote liquido o nieve carbónica con fuerte apoyo, en intento de aplanar,
antes de la destrucción completa por electrocoagulación o podofilino,
posteriormente.
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Por consejos paramédicos se han utilizado las aplicaciones de productos caústicos (ácido nítrico, crómico, tricloracético, nitrato de plata, permanganato potásico en solución concentrada o en polvo), todos ellos ineficaces frente a la enfermedad a tratar y siempre con riesgos de irritación e infecciones, persistiendo la papilomatosis.
El tratamiento con podofilino es el escogido por algunas escuelas, tintura de benjuí o alcohol al 20 %, aplicándose cada 5-6 días, cuidando de hacerlo únicamente sobre las lesiones proliferantes a tratar que mejor pueden protegerse, rodeándolas individualmente con una muralla de cold-creem fresco. El procedimiento es lento.
La diabetes es una contraindicación para dicho proceder y se han descrito algunos casos de accidentes neurológicos (polineuritis, ataxia, coma). Degos, en terapéuticas empleadas sobre amplias zonas . Por su acción citolítica, se ha empleado también la colchicina.
Dermatología Oncológica: Dr. J. A. SARRÓ PALAU, en el Servicio Oncología y Medicina Nuclear. Hospital de
la Santa Cruz y San Pablo: Prof. A. SuBÍAS