1 El caso del acoso

20
Marcos 8:16-21 Y discutían entre sí, diciendo: Es porque no trajimos pan. Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Qué discutís, porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón? ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís?¿Y no recordáis? Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Doce. Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Siete. Y les dijo: ¿Cómo aún no entendéis? Años atrás, al leer esta Escritura, me llamó la atención el reproche que Jesús les hizo a sus discípulos. Hubo otras ocasiones en que Jesús les manifestó reproche por su incredulidad y dureza de corazón, por ejemplo cuando resucitó y las mujeres fueron a darles las buenas nuevas, pero esta vez, podemos ver que Jesús les hizo varios reproches. Les dijo que no entendían, ni comprendido; que tenían endurecido el corazón; que no tenían visión, ni oído espiritual; y que tenían amnesia espiritual. Había visto ya, en ese momento, dos milagros de multiplicación de panes y peces, sin embargo sus deducciones y comentarios estaban limitados a lo natural, olvidando la sobrenaturalidad de lo que Jesús había hecho delante de sus ojos. Por mucho tiempo, al leer este pasaje, me quedaba hasta lo consideraba solo hasta el verso 21. Pero en este año comencé a mirarlo de una forma diferente. De igual modo, me sucedió con el Salmo 23, del cual, el Señor me hizo ver que contenía doce declaraciones, comparables a la cantidad de meses del año, y que nos permitían proclamar a Dios como nuestro pastor en cada mes del año. De la misma forma, me hizo ver este pasaje desde otro punto de vista más profundo. Comencé a considerar estos dos milagros de multiplicación, observando las cantidades de panes y peces que fueron multiplicadas, las personas que fueron alimentadas, y lo que sobró, estableciendo comparaciones. Estos milagros de doble provisión tienen la particularidad involucrar elementos del reino vegetal y animal (panes y peces), para hacer un milagro. También vemos que es el

description

biblia

Transcript of 1 El caso del acoso

Page 1: 1 El caso del acoso

Marcos 8:16-21 Y discutían entre sí, diciendo: Es porque no trajimos pan.    Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Qué discutís, porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón? ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís?¿Y no recordáis? Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Doce. Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Siete.    Y les dijo: ¿Cómo aún no entendéis?

Años atrás, al leer esta Escritura, me llamó la atención el reproche que Jesús les hizo a sus discípulos. Hubo otras ocasiones en que Jesús les manifestó reproche por su incredulidad y dureza de corazón, por ejemplo cuando resucitó y las mujeres fueron a darles las buenas nuevas, pero esta vez, podemos ver que Jesús les hizo varios reproches.  Les dijo que no entendían, ni comprendido; que tenían endurecido el corazón; que no tenían visión, ni oído espiritual; y que tenían amnesia espiritual.

Había visto ya, en ese momento, dos milagros de multiplicación de panes y peces, sin embargo sus deducciones y comentarios estaban limitados a lo natural, olvidando la sobrenaturalidad de lo que Jesús había hecho delante de sus ojos.

Por mucho tiempo, al leer este pasaje, me quedaba hasta lo consideraba solo hasta el verso 21.  Pero en este año comencé a mirarlo de una forma diferente.  De igual modo, me sucedió con el Salmo 23, del cual, el Señor me hizo ver que contenía doce declaraciones, comparables a la cantidad de meses del año, y que nos permitían proclamar a Dios como nuestro pastor en cada mes del año. 

De la misma forma, me hizo ver este pasaje desde otro punto de vista más profundo.  Comencé a considerar estos dos milagros de multiplicación, observando las cantidades de panes y peces que fueron multiplicadas, las personas que fueron alimentadas, y lo que sobró, estableciendo comparaciones.

Estos milagros de doble provisión tienen la particularidad involucrar elementos del reino vegetal y animal (panes y peces), para hacer un milagro.  También vemos que es el único mencionado en los cuatro evangelios.  También que fue el milagro menos comprendido por los discípulos, y más reprochado por Jesús.

Hoy más que nunca doy gracias a Dios por nuestros países en los cuales podemos adorar a Dios con libertad. Aprendí algo de mi madre que he visto en la Biblia y que le llamo ejemplos dobles.  La Biblia nos presenta a Abel vs.  Caín; David vs. Saúl; y muchos más.   En este mensaje, basaremos nuestra enseñanza en la comparación de dos milagros.   Este estudio nos llevará a preguntarnos con cuál de ellos nos identificamos, en qué condición nos encontramos.

Juan 6:1-7  Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias.    Y le seguía gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos.    Entonces subió Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos.    Y estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos.  Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos?  Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer.    Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco.

Page 2: 1 El caso del acoso

En este capítulo se narra que el Señor tuvo compasión y desafió a Felipe a que les diera de comer, pero su respuesta fue que doscientos denarios no alcanzarían para dar de comer a esa multitud.  Felipe hizo su cálculo, pero se enfocó negativamente.

Juan 6:-9 Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo:    Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos?

Andrés dijo luego que había un muchachito con 5 panes y dos pececillos.  Este niño era pobre, a juzgar por lo que llevaba.  Estos pececillos eran desechados por los pescadores, algo similar al rebusco dejado para que lo recogieran los pobres. Eran recogidos y preparados de forma similar a como se prepara el arenque hoy día.   De igual modo, los cinco panes eran de cebada, y la cebada era el alimento de los pobres y hasta de los animales.  Y uno se pregunta, con lo que comen los jovencitos, ¿por qué ese muchachito no se había comido los panes y peces y aún los guardándolos en su lonchera? De la misma manera, hay gente que Dios las está procesando, y están guardando algo valioso.

SEGUNDO MILAGRO

En el primer milagro lo seguían por las señales que había hecho. Su primer público solo buscaba señales, y así hay muchos hoy.  A la Palabra le siguen las señales, pero hay quienes solo buscan las señales, y pueden ser engañados, porque hasta el enemigo puede hacer señales.  De este primer milagro debemos reflexionar en la motivación de las personas, porque una cosa es seguir a Jesús, pero ¿cuál es la motivación por la cual lo hacemos? Hay quieres solo buscan los beneficios.

Veamos ahora el grupo de seguidores en el segundo milagro.

 

Marcos 8:1-2 En aquellos días, como había una gran multitud, y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos, y les dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer;

Estos tenían tres días con Jesús.  Este gente tenían una motivación diferente, no era y a por las señales sino que lo seguían a Él.

Hoy vemos muchos que buscan las añadiduras y no el reino de Dios y su justicia. Si  hay un reino hay un rey.

El que busca solo a Jesús, solo se quedará con el beneficio del día.

Juan 6:5 PRIMER MILAGRO

 

Marcos 8:3 y si los enviare en ayunas a sus casas, se desmayarán en el camino, pues algunos de ellos han venido de lejos.

Page 3: 1 El caso del acoso

Dios miraba que esta gente había caminado distancia, que venían de lejos porque tenían necesidad del Señor, busca gente que lo busquemos a Él. Estas gentes ya tenían tres días detrás de Él, esto se nota que no era emoción sino convicción.

Dios busca gente con pasión y convicción, gente que sepa que a los tres días Él resucita, y que está vivo. Es muy probable que este grupo ya no tuviera reserva de alimentos, porque habían pasado ya tres días. Jesús notó que ellos persistían en seguirlo y buscarlo, a pesar de que no tuvieran ya alimento.  Representan aquellas personas que tienen un hambre espiritual extraordinaria, y por lo tanto soportan el hambre física, y no les importaba la distancia a recorrer para estar cerca de Él. 

¿Con cuál de los dos grupos te identificas?

El carácter de Jesús formado en la gente que lo busca, que no seamos dirigidos por lo que dirige a la multitud, sino que persistamos buscando a  Jesús.

Marcos 8:4 Sus discípulos le respondieron: ¿De dónde podrá alguien saciar de pan a éstos aquí en el desierto?

Ellos llevaban sus siete panes.  Se les había olvidado que Jesús ya había hecho un milagro similar antes.  Ahora como era en el desierto.

EN EL PRIMER MILAGRO

 

En el primer milagro Felipe indicó que ni doscientos denarios bastarían para alimentar la multitud.  Pero ahora, en el segundo  milagro, ya no fue solo Felipe que expresó una opinión de incredulidad, sino todos. Ellos no valoraban, no se daban cuenta de que entre ellos estaba aquel que sí podía multiplicar. Se habían olvidado de lo que Jesús había hecho ya, en medio de ellos.

Mar 8:5  El les preguntó: ¿Cuántos panes tenéis? Ellos dijeron: Siete.

A ellos no les importaban los demás porque tenían su necesidad propia cubierta, incluso más adelante veremos que apareció otro pan, pero que parecía que lo tenían escondido. En el primer milagro fueron 5 panes y dos pececillos proporcionados por un muchacho, mas ahora eran los discípulos los que proporcionaban siete panes y unos peces; ahora ya no especifica cuántos peces.

Mar 8:6  Entonces mandó a la multitud que se recostase en tierra; y tomando los siete panes, habiendo dado gracias, los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y los pusieron delante de la multitud.

La multitud del segundo  milagro tuvo que recostarse en la tierra. Un desierto, árido, seco, donde no creía nada, pero en el primer milagro, ¿dónde lo hicieron? Los del primer milagro, se recostaron sobre la yerba.  No es lo mismo recostarse en grama que en tierra. Lo que quiere mostrar el E.S. es que los seguían por milagros y señales, y hasta había ciertas condiciones mínimas, pero en el segundo milagro todo fue más

Page 4: 1 El caso del acoso

difícil, pero a ellos no les importó. Cuando hay una pasión uno no pregunta qué le darán, sino que actúa movido por ella.

En el segundo milagro, no les importó que fuera tierra o desierto, lo siguieron por tres días. Y ya se les estaba acabando la comida.

Mar 8:7-9  Tenían también unos pocos pececillos; y los bendijo, y mandó que también los pusiesen delante. Y comieron, y se saciaron; y recogieron de los pedazos que habían sobrado, siete canastas. Eran los que comieron, como cuatro mil; y los despidió.  

Juan 6:13-14  Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido.  Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo.

Qué pasó con los cinco mil que comieron?

Viendo la señal dijeron: “Este es el profeta”…. Estaban pensando que sería profeta porque se recordaron de  Moisés, que oró y vino maná del desierto; ahora este le traía el pan hecho y hasta con peces, les convenía. Su motivación era satisfacer su vientre, sus necesidades. No reconocían el Señorío de Jesús.

Mar 8:10  Y luego entrando en la barca con sus discípulos, vino a la región de Dalmanuta.

Ahí termina el relato.

Jesús entendió que la gente quería hacerle rey.  Pero no era reconocerlo o hacerlo rey de sus vidas, sino de la provisión de sus bienes.

Juan 6:25-26 Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá?    Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.

El primer grupo lo siguió por las señales, por el pan que habían recibido. Pero el segundo, por lo que Él era.  A los primeros les dijo que no pusieran el énfasis a lo material, sino en Él; al poner a Jesús en primer lugar, todo lo demás sería provisto por añadidura.

PARTE PRINCIPAL

Marcos 8:13-14  Y dejándolos, volvió a entrar en la barca, y se fue a la otra ribera. Habían olvidado de traer pan, y no tenían sino un pan consigo en la barca.    Y él les mandó, diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos (hipocresía), y de la levadura de Herodes (grandeza).  Y discutían entre sí, diciendo: Es porque no trajimos pan.  Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Qué discutís, porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón?  ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis? Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Doce.

Page 5: 1 El caso del acoso

 

Mar 8:20-21  Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Siete.   Y les dijo: ¿Cómo aún no entendéis?

Un ciego sanado en Betsaida

Mar 8:22-26  Vino luego a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase. Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo. El, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan.  Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos. Y lo envió a su casa, diciendo: No entres en la aldea, ni lo digas a nadie en la aldea.

En la barca llevaban un solo pan, pero se les había olvidado lo que Jesús había hecho. En el primer milagro repartieron cinco panes entre cinco mil personas y sobraron 12 cestas llenas.  En el segundo siente entre cuatro mil y sobraron 7 canastas, sin embargo ellos aún no entendían.  ¿Con este único pan, cómo lo hubiera podido multiplicar el Señor?

En esta ocasión vamos a concluir este largo estudio del Capítulo 6 del Evangelio según San Marcos, comenzando por el versículo 30, donde vemos la multiplicación de los panes y los peces, este conocido milagro del Señor Jesucristo. Hemos atravesado una cantidad muy grande de enseñanzas bíblicas profundas y hoy estamos concluyendo viendo el milagro mismo.

La multitud está hambrienta, ha pasado el día, se acerca la noche, los discípulos le dicen a nuestro Señor Jesucristo: “Señor, despídelos ya, tienen que irse y comprarse comida”. El Señor sorprende a los discípulos diciendo: “Denle ustedes de comer.” Los discípulos se horrorizan diciendo: “cómo es posible que nosotros les demos de comer a una multitud tan grande?”

El Señor los envía entre la multitud y descubren los discípulos que tienen 5 panes y 2 peces, mínimo, ridículamente poco para darle de comer a una multitud tan grande, pero dice la Palabra que entonces el Señor toma esos panes y les dice a los discípulos en el versículo 39: “y les mandó que hiciesen recostar a todos por grupos sobre la hierba verde. Y se recostaron por grupos de ciento en ciento, y de cincuenta en cincuenta. Entonces tomó los 5 panes y los 2 peces y levantando los ojos al cielo bendijo y partió los panes y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante. Y repartió los dos peces entre todos, y comieron todos y se saciaron y recogieron de los pedazos doce cestas llenas y de lo que sobró de los peces. Y los que comieron fueron 5000 hombres sin contar las mujeres y los niños.”

Qué maravilloso pasaje, qué maravillosa conclusión a este relato que iniciamos hace un tiempo atrás. El Señor toma los panes y los peces y le dice a los discípulos, dividan a la

Page 6: 1 El caso del acoso

multitud de cien en cien y después de cincuenta y cincuenta, en grupos. Yo me imagino que los discípulos mientras llevaban a cabo la tarea que el Señor les había encomendado estarían enojados y se sentían inseguros porque pensaban: “Qué locura, para qué estamos nosotros dividiendo a toda esta gente en grupos si lo que hay son 5 panes y dos peces.” Temían hacer el ridículo. Temían quizás la ira de la multitud cuando la multitud descubriera que no había suficiente comida para todos ellos.

Yo creo que el Señor los puso a hacer esto antes de obrar el milagro porque El quería fortalecer su fe. Sabes que muchas veces habrá situaciones en nuestra vida en que la necesidad será tan grande y los recursos tan pequeños que la tendencia nuestra será simplemente a lamentarnos y quedarnos inactivos y congelarnos de temor, sin hacer nada, y dejar que el problema continúe. Pero muchas veces Dios quiere que nos lancemos por fe, que demos un paso pequeño y que entonces veamos al Señor comenzar a obrar y abrir el mar delante de nosotros.

Si nosotros nos ponemos a esperar que las condiciones sean propicias nunca oraríamos. Muchas veces se requiere que comencemos por fe a tocar puertas y a hacer gestos en el Señor y buscar una solución. No nos debemos congelar jamás por las limitaciones de la vida. No nos obsesionemos tanto con los problemas y la magnitud de los problemas que nos sentemos en una esquina a estrujarnos las manos y a lamentarnos de nuestras malas condiciones. Dios quiere que nosotros nos lancemos en el nombre de Jesús a hacer algo, a buscar una solución, que seamos gente activa, dinámica, emprendedora, que no nos dejemos abrumar por los problemas sino que en el nombre de Jesús nos lancemos creyendo que en el proceso de esforzarnos el Señor va a traer la solución. Por eso el Señor Jesucristo nos dice que el no nos ha dado espíritu de cobardía sino de poder, de amor y de dominio propio.

Tenemos poder en Cristo Jesús. El apóstol Pablo dice: “Todo lo puedo en Cristo, que me fortalece”. Por más seria que sea la situación, por más grave que sea la situación, por más abrumador que parezca el problema Dios quiere que tu te lances en el nombre del Señor a conquistar un gigante, a destruir el problema que te aqueja. En el nombre de Jesús emprende el problema, emprende la solución y el Señor te va a dar la respuesta.

Yo pienso en el pasaje de David y Goliat: Goliat era un tremendo gigante, un hombre que medía casi 8 pies de altura, un guerrero, experimentado. Ningún guerrero de Israel se atrevía a confrontar a este gigante filisteo, pero un jovencito pequeño, sin ningún entrenamiento militar creyó en el poder de Dios y se atrevió a confrontar al gigante, y con una meran honda y una piedra lanzada en el poder de Dios, en el nombre de Dios, golpeó al gigante en la frente y derribó a ese poderoso guerrero. Y esa idea de un jovencito pequeño derribando a un gigante es un símbolo del poder que hay en todo creyente para derribar cualquier problema que se pueda presentar en su vida. En Cristo Jesús somos más que vencedores, pero no podemos mirar tanto al problema como al Cristo poderoso que está sobre el problema.

Dios le dijo a Josué, otro personaje de la Biblia: “Mira que te mando que te esfuerzes y seas valiente. No temas ni desmayes porque yo estaré contigo a dónde quiera que tu vayas”. Si nosotros pudiéramos siempre tener esa postura de fe, de no dejarnos vencer por la magnitud de los problemas sino que en el nombre de Jesús digamos: “Yo venceré, yo saldré adelante, yo tendré la victoria, no con mi poder sino con el poder de Dios dentro de mi. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”

Page 7: 1 El caso del acoso

Antes dice el apóstol Pablo: “En todas estas cosas somos más que vencedores.” Pero se necesita esa postura de fe, esa postura de suficiencia en Dios. Cristo envió a los discípulos y les dijo, dividan a la multitud, crean, ya planifiquen porque el milagro va a venir. Y entonces dice la Biblia que cuando ya la multitud había sido dividida en grupos, el Señor tomó los 5 panes y los dos peces, dice que alzó los ojos al cielo, bendijo y partió los panes los dio a sus discípulos para que los pusiesen delante y repartió los dos peces entre todos, y comieron todos y se saciaron.

Qué maravillosa imagen cuando nosotros obramos en el poder de Dios. Porque el que hace el milagro no eres tu, el milagro lo hace Cristo. Cuando tu obedeces y tu sigues las instrucciones de la Palabra y tu obras conforme a los principios del Reino de Dios, entonces Dios puede obrar a tu favor. El Señor Jesucristo tomó los 5 panes y los dos peces y usando el poder de Dios y encomendando su necesidad al Padre, recibió autoridad y poder y multiplicó. Un milagro creativo, creó comida para 5000 hombres y sabe Dios para cuántas mujeres y niños.

Y así, mi hermano, Cristo quiere que tu emprendas los problemas y las limitaciones de la vida. Dios quiere usarte como un instrumento de su gracia. Mucha gente solo tiene suficiente energía para sus propios problemas y ni aún para eso, pero Dios quiere que tu tengas suficiente fuerza y poder en tu vida, para que tu no solamente bendigas a tu familia y te bendigas a ti mismo y resuelvas tu problema sino que tu también tengas fuerza para bendecir a los demás. Todo está en que tu obres en el poder y la sabiduría de Cristo Jesús. El es capaz de multiplicar panes y peces y de hacer cosas grandes y poderosas. Si tu tan solo crees en El, te apegas a El, usas su poder y pones tu fe en la gracia que sale de El. El es suficiente, no solamente para darle de comer a una multitud, sino para que sobren panes y peces. Dice que sobraron cantidad, dice que recogieron de los pedazos doce cestas llenas y de lo que sobró de los peces, no solamente hubo suficiente para la multitud sino que quedó comida de sobra. Cuando Dios hace un milagro lo hace perfecto, lo hace sobre-abundante.

Dios es poderoso para llenar cualquier necesidad en tu vida y para hacerte el instrumento de su gracia. Oh! Que Dios nos ayude a tener esa fe en Cristo poderoso. Que Dios te bendiga!

CAPÍTULO 14: EL CONTEXTO

Capítulo 13 termina con el rechazo de Jesús en Nazarea. Capítulo 14 empieza con la historia de la decapitación de Juan Bautista a manos de Herodes Antipas. En 14:1-2, Herodes oye de Jesús y concluye que él es Juan Bautista resucitado. Aunque que no amenaza con matar a Jesús, como hizo con Juan, esa posibilidad existe en estos versículos. 14:3-12 es un recuerdo que cuenta la historia de la fiesta de cumpleaños de Herodes – del complot de Herodías – la danza de la hija – la promesa de Herodes – y la cabeza de Juan en un plato.

¡Qué contraste entre el banquete de Herodes y la comida que Jesús provee para los cinco mil! La fiesta de Herodes se caracteriza por su opulencia – la comida de Jesús, en

Page 8: 1 El caso del acoso

cambio, se caracteriza por el pan, la comida más básica. La fiesta de Herodes se caracteriza por odio – la comida de Jesús, en vez, por compasión. La fiesta de Herodes termina en muerte – la comida de Jesús sostiene vida. El contraste no podía ser más intencionado o completo.

VERSÍCULOS 13-21: LA ALIMENTACIÓN DE LOS CINCO MIL

Este milagro es el único documentado en los cuatro Evangelios (véase Marcos 6:35-44, Lucas 9:12-17; y Juan 6:1-14), un hecho que habla volúmenes de la importancia de la temprana iglesia. La alimentación de los cuatro mil está documentado en Mateo 15:32-39 y Marcos 8:1-10. Los seis relatos “parecen ser una variación de la misma tradición” (Johnson, 429).

Estas alimentaciones recuerdan al milagro de Eliseo en 2 Reyes 4:42-44). En esa historia, Eliseo solo tenía veinte panes de cebado para alimentar a cien personas. Cuando mandó a su criado distribuir el pan, el criado protestó, “¿Cómo he de poner esto delante de cien hombres?” Eliseo repitió su mandato, prometiendo, “Comerán y sobrará.” El criado distribuyó el pan; la gente comió – y sobró, tal como había prometido. La unión entre las dos historias es aún más fuerte con la mención de los panes de cebado en Juan 6:9. Vale la pena anotar que ambos Eliseo y Jesús incluyeron a otros (el criado de Eliseo y los discípulos de Jesús) para cumplir sus milagros.

Estas alimentaciones también recuerdan al maná en el desierto (Exod. 16; Num. 11). Como Moisés, Jesús ha cruzado el agua hacia el desierto. Como Moisés, está rodeado de gente hambrienta. “Claramente, Mateo pretende crear paralelos entre Jesús y Moisés, pero, sobrepasándole a Moisés como el que trae una nueva época” (Pfatteicher, 79-80). En el Evangelio de Juan, Jesús hace esta conexión aún más explícita cuando se refiere al maná en su discurso del Pan del cielo después de la alimentación de los cinco mil (Juan 6:31, 49).

La alimentación de los cinco mil es una historia de compasión. Jesús vio a la muchedumbre, sintió compasión por ellos, y sanó aquéllos que estaban enfermos (v. 4). También es una historia eucarística. “Éste es su significado principal en el Cuarto Evangelio, pero es evidente en los Sinópticos también” (Craddock, 391).

Page 9: 1 El caso del acoso

VERSÍCULOS 13-14: JESÚS SINTIÓ COMPASIÓN DE ELLOS

13Y oyéndolo Jesús, se apartó de allí en un barco á un lugar desierto, apartado: y cuando las gentes lo oyeron, le siguieron á pie de las ciudades. 14Y saliendo Jesús, vio un gran gentío, y tuvo compasión de ellos, y sanó á los que de ellos había enfermos.

Mateo no explica la razón por la que Jesús se aparta.

• Puede ser temor. Herodes pensaba que Jesús era Juan Bautista resucitado y dijo, “por eso virtudes obran en él” (14:1-2). Por lo tanto, Herodes podía concluir que también era necesario matarle a Jesús. La palabra “apartar” (griego: anechoresen) ocurre cinco veces en los capítulos anteriores, cada vez como una respuesta al peligro. Los Reyes Magos se apartaron por otro camino (2:12). José se apartó a Egipto (2:14). José se apartó a Galilea (2:22). Jesús se apartó cuando Juan fue arrestado (4:12), y cuando los fariseos conspiraron para matarle (12:14) (Van Harn, 82-83). Sin embargo, mientras que Jesús tenga razón de temer, no le vemos actuar con temor y no existe razón para creer que temor es lo que le motiva aquí. Uno no debe temer confrontaciones violentas. Prudencia no es cobardía.

• Puede ser cuestión de tiempo. En otra ocasión, Jesús escogió no ir a Jerusalén porque “mi tiempo aun no es cumplido” (Juan 7:8). Jesús vino a morir, pero existe una hora para morir y todavía no es la hora para Jesús.

• Puede ser lamentación por la muerte de Juan. Juan era su pariente y más que un pariente. Había venido para prepararle el camino a Jesús y, pidiéndoselo Jesús, le había bautizado. Era un buen amigo, un colega de confianza, y un miembro de la familia. Aunque Jesús pueda poner la muerte de Juan en un contexto más grande, el recuerdo de Herodes de la muerte de Juan seguro que le hace lamentar. Si puede sentir compasión por la muchedumbre (v. 4), también puede lamentar la muerte de su amigo. La mención poco favorable de Jesús por parte de Herodes sigue los pasos del rechazo de Jesús en Nazarea (13:54-58) – una situación negativa que acentúa otra. Seguramente, Jesús necesita tiempo solo – tiempo para lamentar – tiempo para sanar – tiempo para prepararse.

Page 10: 1 El caso del acoso

¡Qué frustración necesitar tiempo solo y serlo negado! Jesús tiene buenos motivos para estar enfadado con la muchedumbre por interrumpir su soledad. En vez, siente compasión por ellos y sana a sus enfermos (griego: arrostous – miserables).

VERSÍCULOS 15-17: NO TENEMOS NADA

15Y cuando fué la tarde del día, se llegaron á él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y el tiempo es ya pasado: despide las gentes, para que se vayan por las aldeas, y compren para sí de comer. 16Y Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse: dadles vosotros de comer. 17Y ellos dijeron: No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces.

Igual que Jesús sintió compasión por la muchedumbre en v. 4, los discípulos sienten compasión en v. 5. Seguro que ellos tienen hambre también, y pueden imaginar la miseria que espera a la gente a no ser que alguien tome acción. Su acercamiento a Jesús es un tanto inusual. No se dirigen a Jesús como Señor, sino que explican lo obvio, “El lugar es desierto, y el tiempo es ya pasado” – y proponen una orden “despide las gentes.” Dan por hecho que Jesús está tan involucrado en su ministerio que no se da cuenta de que está anocheciendo. Sienten la responsabilidad de recordarle de la realidad – y que él actúe de una manera sensible.

Los discípulos se preocupan por la muchedumbre, pero también se preocupan por Jesús. Una multitud pronto se puede convertir en una muchedumbre agitada si no se maneja con cuidado. Aunque las cosas no estén tan mal, la buena voluntad que Jesús ha generado entre la gente desaparecerá si tienen que marcharse hambrientos. Los discípulos también se preocupan por si mismos. En una crisis, Jesús les pedirá hacer algo – y ellos no se pueden imaginar qué es lo que puedan hacer.

Cuando Jesús dice, “dadles vosotros de comer,” la palabra “vosotros,” es enfático en griego. “Cristo no alimentó a la multitud sin el instrumento humano. El pan no bajó del cielo como maná, sino por obra y caridad de una mano humana” (Buttrick, 431). La obediencia de los discípulos para este milagro era tan importante como nuestra obediencia para el reino hoy. Cristo toma nuestra contribución, por modesta que sea, y la hace suficiente.

“Jesús a menudo toma lo que le traemos y lo multiplica... Cuando Moisés insistió que él necesitaba una señal para llevar con él, Dios le pidió lo que ya tenía en la mano y lo transformó (Ex 4:1-3), hasta que usando solamente una vara de pastor para partir el mar (Ex 14:16). Cuando una viuda necesitaba ayuda monetaria, Eliseo le preguntó qué era lo que tenía en casa; ella respondió que solo tenía una pequeña cantidad de aceite, entonces, él la mandó a buscar tarros prestados en los que echar el aceite y después lo multiplicó hasta que todos los tarros estuvieron llenos (2 Reyes 4:1-7). Aunque Dios creó el universo de la nada, él normalmente toma las cosas ordinarias de nuestras vidas y las transforma en su honor” (Keener, 254).

“Dadles vosotros de comer” continúa siendo un reto para cristianos hoy. Vivimos en un mundo lleno de gente hambrienta y rezamos para que Jesús haga algo. El responde, “Dadles vosotros de comer.” La iglesia a menudo cumple con el reto, proveyendo comida, ropa, alojamiento, y cuidado médico para gente en las zonas remotas del mundo.

Page 11: 1 El caso del acoso

Los discípulos responden, “No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces.” No enfatizan lo que tienen, en vez, enfatizan lo que no tienen. No ven posibilidades, sino problemas. Su estimación es perfecta. Los discípulos tienen cinco panes y dos peces – siete cosas – suficiente para una familia – pero la multitud se extiende hasta el horizonte. No solo han estimado la cantidad de comida correctamente, pero también aciertan en su estimación de Jesús. El, obviamente necesita alguien que le confronte – para devolverle los sentidos – para que vuelva a la realidad. “Despide las gentes, para que se vayan por las aldeas, y compren para sí de comer.” Actúa ahora, antes de que la situación se ponga fea. ¡Termina el día en una nota positiva, Jesús! ¡Termínalo ahora!

“La duda de los discípulos en la habilidad de Jesús... les trae peligrosamente cerca del pecado de la generación del desierto (quien preguntó) ‘¿Puede Dios preparar una mesa en el desierto?’” (Bruner, 531).

Siempre nos sentimos tentados a creer, como hicieron los discípulos, que no tenemos nada que ofrecer al enfrentarnos con necesidades abrumadoras. Millones de personas están hambrientas, y solo podemos ofrecer una caja pequeña de comida enlatada. Millones de personas están infectadas con el SIDA, y no tenemos más que ofrecer sino unos cuantos dólares. Millones de personas pierden sus casas y la manera de ganarse la vida a la guerra o a un desastre natural, y no tenemos más que ofrecer excepto oraciones y unas cuantas mantas.

En tales situaciones estamos dispuestos, o a la desesperación o a diferir al Gobierno grande – que es, en la mente de mucha gente hoy, el verdadero Poder más alto. La iglesia es pobre, pero el Congreso tiene mucho – quizá podamos cumplir nuestra obligación convenciendo a políticos que hagan algo. Hay un problema práctico con este método. Burócratas y tiranos absorben mucho del gobierno. En muchos casos, poca ayuda llega a poca gente. Otro problema es teológico. ¿En quién creemos de verdad? ¿Dónde creemos que se encuentra el poder verdadero?

VERSÍCULOS 18-21: Y COMIERON TODOS, Y SE HARTARON

18Y él les dijo: Traédmelos acá. 19Y mandando á las gentes recostarse sobre la hierba, tomando los cinco panes y los dos peces, alzando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes á los discípulos, y los discípulos á las gentes. 20Y comieron todos, y se hartaron; y alzaron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas. 21Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin las mujeres y los niños.

“Traédmelos acá.” En manos de los discípulos, cinco panes y dos peces no es mucho, pero hay otras manos aquí – las manos de Jesús. Si Jesús puede tocar a un leproso y sanarlo, quizá él pueda hacer algo con esta mísera cantidad de comida. Los discípulos han sumado cinco mas dos y han llegado a siete. Deben aprender a contar hasta ocho. Deben incluir a Jesús en la ecuación (Bruner, 528).

Estas palabras son importantes para la iglesia hoy. La mayoría de iglesias lucha por mantener sus puertas abiertas y sus cuentas pagadas. ¿Cómo podemos hacer algo significante para aliviar el hambre mundial – o el SIDA – o los otros numerosos problemas horribles que existen? Decimos, “Solo tenemos siete dólares.” Jesús dice, “Traédmelos acá.” Nosotros también debemos aprender a contar a ocho.

Page 12: 1 El caso del acoso

“Tomando los cinco panes y los dos peces, alzando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes á los discípulos, y los discípulos á las gentes” (v. 19). Jesús toma acción cuando los discípulos le traen los cinco panes y dos peces. Hace más que compartir el dolor de la muchedumbre – les alimenta. Primero, les pide que se sienten en la hierba. Después levanta los ojos al cielo y bendice y parte los panes. Después, reparte los panes (pero no los peces) entre los discípulos. Hasta este punto, no hay indicación de que un milagro ha tomado lugar.

Cuando Jesús da las gracias por el pan y lo parte para ser distribuido, está haciendo lo que un hombre judío típicamente haría para su familia al comenzar la comida.

Los discípulos reparten el pan, y “todos comieron y se hartaron” (v. 20). Ésta es la primera indicación de que ha ocurrido algo especial. “La declaración del milagro verdaderamente se encuentra...en la observación que...‘todos comieron y se hartaron.’ El último verbo (xortazein) implica estar verdaderamente saciado; ya ha sido usado con asociaciones claramente escatológicas en 5:6. El milagro en este sentido anticipa la edad mesiánica en la que los hambrientos han de ser alimentados (cf. Lucas 1:53; 6:21). Bendición mesiánica también parece ser la intención en la abundancia de comida” (Hagner).

“Alzaron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas” (v. 20). “Las doce cestas de comida que sobró, como los mismos doce discípulos, seguramente simbolizan las doce tribus de Israel, sugiriendo provisiones para toda Israel” (Gardner). En el milagro de maná, no se permitía guardar sobras pero Jesús, más grande que Moisés, hace que los discípulos reúnan doce cestas de comida después de quedar todos saciados.

No hay mención de maravilla por parte de la muchedumbre. Quizá no están enterados de que ha tomado lugar un milagro. Ni tampoco hay mención de maravilla por parte de los discípulos – no saben que Jesús, de alguna manera, ha multiplicado la poca comida que le habían traído.

La característica eucarística de la fiesta es evidente en los verbos. Jesús tomó, bendijo, partió y dio. “Sorprendentemente, solo son los panes (y no los peces) que son específicamente repartidos a los discípulos para distribuir (14:19). La posición arreglada de la gente, la oración de invocación y bendición, el acto litúrgico de partir el pan, el paralelo inmediato a la muerte de Juan Bautista – todas estas acciones son pistas inequívocas que señalan a la celebración de la Última Cena del Señor” (Brueggemann, 433).

Boring (p. 324) sigue los paralelos entre el relato de Mateo de La alimentación de los cinco mil y su relato de la Última cena del Señor en capítulo 26. Estos paralelos son imponentes:

14:15 “cuando fué la tarde del día”

26:20 “como fué la tarde del día”

14:19 “recostarse” (griego: anaklithenai)

26:20 “se sentó á la mesa” (griego: anekeito de la misma raíz que anaklithenai)

Page 13: 1 El caso del acoso

14:19 “Tomando los cinco panes”

26:26 “tomó Jesús el pan”

14:19 “bendijo”

26:26 “y bendijo, y lo partió, y dio á sus discípulos”

14:19 “partió y dio los panes á los discípulos”

26:26 “y lo partió, y dio á sus discípulos”

14:20 “comieron”

26:26 “comed”

14:20 “todos”

26:27 “todos”

El motivo eucarístico continúa hasta después haber servido la comida. Los discípulos no solo distribuyen el pan, sino que también coleccionan las sobras después de la comida. Algunos eruditos tratan esto como buena administración de las preciosas sobras, pero tiene más sentido si pensamos de ello como un gesto respetuoso (anticipatorio) de preocupación por el cuerpo roto de Jesús.

Esta historia nos deja preguntando qué pasó de verdad. Se han propuesto varias interpretaciones:

• Éste es un milagro de abundancia. Jesús tomó una pequeña cantidad de comida y la multiplicó muchas veces con el poder de Dios.

• Los paralelos con la alimentación de Israel por el maná en el desierto son importantes. “Tradición judía había llegado a creer que el Mesías repetiría este milagro de abundancia de comida en una escala aún más grande... De nuevo, vemos pruebas que Jesús está creando un nuevo Israel de aquéllos que le siguen y presagiando el banquete mesiánico (como también en 22:1-13; 26:29). Por lo tanto, él debe ser el Mesías” (Blomberg).

• Algunos eruditos creen que el tono eucarístico de la historia sugiere que ésta es una comida eucarística, con solo porciones simbólicas de comida. Sin embargo, es difícil reconciliar esto con el comentario “y comieron todos y se hartaron,” que parece enfatizar la abundancia de comida.

• Algunos eruditos anotan el compromiso del niño en Juan 6:9, y proponen que este gesto de generosidad inspiró a otros a compartir comida que habían traído – resultando en abundancia para todos. Mirándolo de esta manera, la comida siempre estuvo ahí, y lo único que se necesitó fue una chispa para iniciar la generosidad necesaria. Es una idea atractiva en el sentido que afirma el poder de compartir. Sin embargo, hay varios problemas con esta interpretación. Primero, el niño solo se menciona en uno de los

Page 14: 1 El caso del acoso

cuatro Evangelios. Si su gesto fuese importante para comprender esta historia, seguro que los Sinópticos le incluirían en sus relatos. Segundo, esta interpretación parece motivada por una incomodidad con lo supernatural. Si explicamos lo supernatural en la Biblia hasta que ya no exista, no nos quedaría mucho. Tercero, el relato de Mateo claramente enfatiza el gran número de personas, la necesidad de grandes cantidades de comida, y el gran milagro que cumple con esa necesidad.

Hare dice que la segunda y tercera interpretación “apenas hacen justicia a la historia en los Evangelios, que pretenden relatar un evento supernatural” (Hare, 165). Las verdaderas preguntas son: ¿Qué pensamos de los milagros? - ¿Qué pensamos de Dios? ¿Creemos que Dios interviene en nuestro mundo? Si es así, ¿hay alguna razón para creer que Jesús no proveyera cantidades masivas de comida para alimentar esta muchedumbre? Si Dios no interviene, ¿queda la resurrección inválida igual que quedan los milagros? Si es así, ¿qué nos queda como núcleo de nuestra fe?

Fuera lo que fuera, ¡fue verdaderamente asombroso! Aún antes, la historia ya establece que existe una crisis inminente para la cual los discípulos no tienen solución. Al desarrollarse la historia, la maravilla crece. Solo hay cinco panes y dos peces, pero “todos comieron y se hartaron.” ¡Asombroso! No nos podemos imaginar como fueron saciados – excepto por la gracia de Dios. Y después vemos que los discípulos reunieron doce cestas de sobras – más de lo que tenían al empezar. ¡Asombroso! Y después vemos que había cinco mil hombres, una muchedumbre verdaderamente grande. ¡Asombroso! Y después vemos que también había mujeres y niños. ¡Asombroso! Quizá el título de esta historia debe ser La alimentación de los diez mil – o hasta que La alimentación de los veinte mil.