Post on 22-Jan-2021
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 1
MAGDALENA PROFUNDO - EL BANCO, UN CANTO AL RÍO: JOSÉ BENITO BARROS, UNA
PEDAGOGÍA PARA LA CULTURA Y LA MEMORIA
ÁLVARO ALEJANDRO LEIVA MUÑOZ
FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN
LICENCIATURA EN HUMANIDADES Y LENGUA CASTELLANA
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
2019
BOGOTA D.C
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 2
MAGDALENA PROFUNDO - EL BANCO, UN CANTO AL RÍO: JOSÉ BENITO BARROS, UNA
PEDAGOGÍA PARA LA CULTURA Y LA MEMORIA
ÁLVARO ALEJANDRO LEIVA MUÑOZ
DIRECTORA:
SANDRA LUZ CASTRO
ÁLVARO ALEJANDRO LEIVA MUÑOZ
FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN
LICENCIATURA EN HUMANIDADES Y LENGUA CASTELLANA
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
2019
BOGOTA D.C
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 3
Agradecimientos
Quiero manifestar mi total agradecimiento a todos los habitantes del El Banco Magdalena, al
compositor José Benito Barros Palomino y por supuesto al hermoso y poderoso Río
Magdalena, quienes me acercaron a este lugar tan maravilloso en la geografía colombina.
Además, a los maestros, profesores, artistas y poetas que directa o indirectamente ayudaron a
elaborar este trabajo, cuyas perspectivas, preocupaciones y consejos me pusieron y llevaron a
transitar esta senda. Ahora veo y comprendo la inmensidad de todo cuanto existe.
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 4
Dedicatoria
Este trabajo va dedicado a Carmen Muñoz Espinosa, Giovanni Leiva Delgado y Violeta
Leiva Ospina. Por entender que mi escritura es lo mismo que mi vida. Por dejarme ser lo que
soy desde mi infinito mundo de palabras y oraciones enmarañadas. Porque como decía mi
amigo Juancho manejando un moto-taxi en El Banco: "En este lugar el que no es cantor es
poeta, y el que no es cantor o poeta, es pescador, que es lo mismo que ser poeta".
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 5
"La piragua, una cumbia que tiene esa combinación de las etnias que conforman
nuestra raza cósmica (…) pues al combinarlos se siente la esencia de aquello que es
anfibio”
Orlando Fals Borda.
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 6
Tabla de contenido
Introducción
“Magdalena profundo – El Banco, un canto al Rio: José Benito Barros, una pedagogía para la
cultura y la memoria”
1. Presentación del trabajo………………………………………………………..7
2. Pregunta problema para la creación de la crónica…………………………….. 9
3. Planteamiento del problema……………………………………………………9
4. Objetivo general………………………………………………………………..10
5. Objetivo específico…………………………………………………………….10
6. Justificación…………………………………………………………………….11
7. Una contextualización del territorio……………………………………………13
8. El medio natural del camino hacia la crónica: "lo que se hereda no se hurta"…18
i. Vivencia y empatía con las poéticas del contexto……………………………...20
ii. Descripción de la experiencia: el encuentro con el otro………………………..22
iii. Proceso de creación……………………………………………………………..28
iv. Socialización…………………………………………………………………….29
9. Crónica: “Magdalena profundo – El Banco, un canto al Rio: José Benito Barros, una
pedagogía para la cultura y la memoria” ………………………………………...33
10. Conclusiones……………………………………………………………………..43
11. Anexos…………………………………………………………………………...47
12. Bibliografía……………………………………………………………………….49
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 7
INTRODUCCIÓN
1. Presentación del trabajo
El siguiente documento tiene como propósito exponer el desarrollo y la construcción de la
crónica titulada: “Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros,
una pedagogía para la cultura y la memoria” con el fin de preservar, difundir y dar valor a
todas aquellas voces que han sido silenciadas por el paso hacia la modernidad.
Es por esto que, para tal finalidad se creó una crónica desde las experiencias y
representaciones culturales e identitarias de este municipio ubicado al norte del Caribe
colombiano; en donde el Río Magdalena, las voces de los pescadores, artistas, artesanos,
docentes, niños, jóvenes, adultos mayores y por supuesto la música de José Benito Barros,
harán parte fundamental de este recorrido polifónico.
Si bien las expediciones celebradas por intrépidos personajes del romanticismo en el siglo
XIX tenían como justificación el descubrimiento y relato de tantos y desconocidos lugares en
el mundo, emprenderlas y narrarlas en pleno siglo XXI donde a través de la tecnología
creemos saberlo todo, pareciera un contrasentido, un despropósito. Pero redescubrir hoy
nuestra tierra, encuentra su razón y se hace indispensable cuando reflexionamos sobre los
acontecimientos de los últimos doscientos años, en la que muchas de las voces de los
habitantes de municipios alejados de las grandes metrópolis, han sido ignoradas, calladas,
violentadas por los gobiernos de turno o por los múltiples conflictos armados que se han
vivido, así como por la prensa y ciertos textos que dicen hablar “de historia”, ¿qué historia?
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 8
Por otra parte, Martyn Hammersley1 y su libro “Etnografía: métodos de investigación”
permitirá el diseño y enfoque en la fase etnográfica para la elaboración de la crónica. Dicho
trabajo etnográfico se basa en el método naturalista cualitativo de corte o enfoque
hermenéutico, cuyo fin consiste en interpretar las relaciones de comunicación presentes en las
interacciones de los habitantes de El Banco Magdalena: con el Río, las tradiciones y la
música de esta parte de la región. Buscando así, elementos vivos que ayuden a la recolección
de las distintas voces para la creación de esta crónica, haciendo mención a dos fuentes
principales que facilitarán la construcción de dicha narración; la memoria escrita y la
tradición oral y que aporten al fortalecimiento y la difusión de la riqueza cultural de todo un
mundo, en el Caribe continental.
Foto 1. Escultura en homenaje a José Baros Palomino, Muelle fluvial de la candelaria.
[Fotografía de Álvaro Alejandro Leiva Muñoz]. (Banco Magdalena.2019).
1 Sociólogo británico cuyas publicaciones principales cubren la metodología de investigación social, recolección
de datos y la filosofía en el capo de las ciencias sociales y humanas.
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 9
2. Pregunta problema para la creación de la crónica
¿Cuál es el sentido del Río Magdalena y el folklore de José Benito Barros en El Banco
Magdalena y su impacto en el desarrollo para el aporte y el reconocimiento de las diferentes
voces silenciadas por la modernidad, en miras de la construcción hacia una pedagogía para la
cultura y la memoria?
3. Planteamiento del problema
La modernidad imagino y pareciera haber diseñado las realidades sociales y las voces de sus
habitantes a su imagen y semejanza, desde los términos ideológicos y la colonización del
pensamiento a partir del “descubrimiento” tecnológico entre otros, se tiene el imaginario de
que el resto de la humanidad no tiene nada que decir, nada que contar, que aquellos
individuos que se encuentran en las periferias alejados de las grandes ciudades, son
simplemente una cifra más dentro de una geografía, pero esto no es así, en dichos lugares se
gestan importantes y genuinas representaciones culturales e intelectuales que tiene la
capacidad de proponer, aportar y debatir frente a las diferentes problemáticas. En las cuales el
Estado-nación o la historia que nos cuentan no debería limitar su participación por su color de
piel o por una tradición determinada, por el contrario, son aquellas voces las que nutren
inagotablemente los saberes de la humanidad, y es deber de todos nosotros respaldar y
contribuir a esta difusión.
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 10
4. Objetivo general
Elaborar una crónica que desde la creación y la interpretación de la experiencia musical,
social, poética y literaria, permita narrar y actualizar todas aquellas voces que han sido
silenciadas por los afanes de la modernidad, con el fin de acercar y dar valor a dichas
narraciones dentro y fuera de la escuela, pero que también generen un puente de compresión
y actualización a todas aquellas personas que decidan acercarse y viajar desde las letras a este
mágico municipio,
El Banco Magdalena.
5. Objetivos específicos
• Implementar la crónica como herramienta pedagógica para la construcción y
reivindicación de las diferentes voces que han sido silenciadas.
• Aportar un documento que ayude a reconocer la importancia de desplazarnos desde
las grandes ciudades y desarrollar trabajos en lugares periféricos.
• Generar una aproximación-compresión sobre El Banco Magdalena a lugares como lo
son el centro del país.
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 11
6. Justificación
La intención de dicho trabajo es desarrollar y aportar a la construcción de una pedagogía para
la cultura y la memoria, permitiendo así la narración y el reconocimiento de cada uno de los
detalles desarrollados a lo largo de la historia en esta parte de la región Caribe, (“Magdalena
profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la
cultura y la memoria”) acotando así a Walter Benjamin en su Tesis III sobre el concepto de
historia en el que afirma lo siguiente: “El cronista que narra los acontecimientos, sin
distinción entre los grandes y los pequeños , tiene en cuenta, al hacerlo, la siguiente verdad:
de todo lo que sucedió alguna vez, nada debe considerarse perdido para la Historia. Y sólo a
la humanidad redimida pertenece plenamente su pasado. Esto significa que sólo ella en cada
uno de sus momentos puede citar su pasado. Cada uno de los instantes que ha vivido se
convierte en una cita en la orden del día, y ese día es justamente el último” (Benjamin, 1939
- 1940,p.45).
Para tal efecto, Walter Benjamin marca así un compromiso en el acto mismo de registrar la
historia; el historiador o cronista no debe responder para plegarse a una verdad parcial, pues
todos los acontecimientos pasados son significativos para el presente. Con esta postura se
afirma la idea de redención de la tesis anterior, pues todo hecho pasado exige una respuesta
del presente, ser contada y representada de alguna manera.
Es de esta forma como el Río Magdalena, las tradiciones y el folklore popular de la región
caribe, han aportado y construido una memoria divergente a partir de su relación con la
modernidad y la modernización en el contexto nacional. Estos sujetos populares, a pesar de
todo el desconocimiento y la exclusión en la historia por parte de una clase dominante que
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 12
intentó construir un Estado-nación a partir de unas ideas totalmente ajenas a su idiosincrasia,
logran negociar con ella y pueden nombrarse y expresarse críticamente mediante el folklore y
el contexto. Por tal razón, la importancia de crear y llevar mediante la pedagogía un
documento vivo que recree y cuente desde diferentes ámbitos educativos y culturales el otro
lado de la historia.
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 13
7. Una contextualización del territorio
El Banco Magdalena fue fundado en el año de 1680 por José Domingo Ortiz, personaje
proveniente de San Martin de Loba, (un municipio ubicado en el departamento de Bolívar),
época en que datan los primeros vestigios sobre el origen del nombre del municipio y según
referencias de Miguel Chajin investigador colombiano, estaría ligado al líder Africano
Benkos Biohó2, El Banco se encuentra ubicado en el extremo meridional en el departamento
del Magdalena, en una zona denominada “Depresión Monposina”3 (ver anexo 1.) Limita al
norte con los municipios de Guamal (Magdalena) y Chimichagua (Cesar), al occidente con el
Brazo de Mompóx y el municipio de Hatillo de Loba (Bolívar); al oriente con el municipio de
Tamalameque (Cesar) siendo parte cada uno de estos del Caribe continental en medio de la
confluencia de los Ríos Magdalena y Cesar (ver anexo 2 y 3.) Ríos que marcan la
cotidianidad de los días en cada uno de sus habitantes y en los que se condensan y narran
historias de un gran valor pedagógico, cultural y de memoria histórica para la región dentro y
fuera del país; una de las fuentes de empleo que se desarrolla en este municipio en la
actualidad es la extracción de arena, sin duda uno de los oficios más importantes a lo largo
del Magdalena. Cientos de familias viven de este recurso que el Río entrega en sus orillas, en
tiempos de sequía o también en el fondo de su cauce. Los habitantes de El Banco y de las
riberas aledañas han aprendido con ingenio y de manera recursiva, todo un sistema para sacar
la arena: palas y canoas areneras de grandes superficies, coladeras y sobre todo sistemas de
organización del trabajo en equipo han permitido a partir de esta actividad sobrevivir al
2 Para 1680 los negros libertos procedentes de las minas de Loba llegan hasta el entonces poblado de Santiago
de Sonpallon, o Barbudo, o Tamalameque, habitado por los indios Pocabuy y Malibues. Allí, actuando como
grupo mayoritario por la falta de hombres indios asesinados por el acoso español, los negros bautizaron dicho
sitio como El Banco en honor a su caudillo Benkos Biohó y a la virgen de la Candelaria. (Chajin,1998,p17,
Magdalena).
3 La Depresión Momposina está ubicada al norte del país, es una llanura de inundación, en el departamento del
Magdalena, Bolívar, Sucre, Córdoba y Antioquia. Tiene aproximadamente tres y medio millones de hectáreas de
zonas inundables. A esta zona llegan los ríos Magdalena, Cauca y San Jorge e inundan durante 8 meses del año
esta parte del país.
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 14
embate de los tiempos, en el que cada vez se hace más difícil la actividad pesquera, debido a
la grave contaminación que afronta hoy el Río Magdalena. Afianzando así su importancia en
el desarrollo de los pueblos, las civilizaciones y las diversas culturas alrededor de estos Ríos,
los cuales dispensan identidad, dones y riquezas, convirtiéndose en testigos vivos de este
relato. Por tal razón se considerará que dicho papel dentro de la crónica lo jugará el Río
Magdalena, quien hermanado con el Cauca, ha sido eje de desarrollo milenario por las
diferentes culturas que habitaron este territorio, pero también un afluente económico
importante para el país, siendo este un recurso natural forjador de la dinámica nacional,
afianzándose como eje de desarrollo notable desde el punto de vista geográfico-espacial,
ambiental, cultural, social, económico, demográfico, urbano e histórico.
También hay que destacar como los habitantes antiguos conocían dicho elemento tan etéreo
y sublime (el Río Magdalena) de diferentes maneras, por ejemplo: Huacayo, o “Río de las
tumbas”; Yuma, cuyo significado es “Río amigo”, o “Río del país amigo y de las montañas”,
así era nombrado en el Magdalena medio , desde la Dorada Caldas hasta El Banco
Magdalena, según cuenta Veruschka Barros Palomino4, hija del maestro José Barros
Palomino. Fue entonces que hasta el 1 de abril de 1501 se le da el nombre de la Magdalena o
Río Magdalena luego de la llegada de colonizadores como Rodrigo de Bastidas y Pedro
Heredia quienes a sangre y fuego le impusieron el nombre al Río en honor a Santa María
Magdalena.
A su vez, tradiciones artesanales como los Totumos de San Eduardo5, serán relatos vivos y de
los más representativos en El Banco Magdalena, en el cual se le otorga forma, brillo, sentido
4 Directora y precursora del Festival Nacional de la Cumbia, el cual se realiza cada año en el viejo puerto de El
Banco Magdalena. 5 Es una tradición artesanal que se realiza en el municipio del El Banco Magdalena, el cual consiste en hacer
utensilios de cocina con el fruto del árbol del totumo: cucharas, cucharones, tasas, platos, pero también es
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 15
y voces al fruto del árbol del totumo y que serán llevados al folklore de la mano de
compositores como José Benito Barros y transmitidos en las aulas de clase en las diferentes
escuelas del municipio. La expresión popular que mejor condesaría este relato es: "lo que se
hereda no se hurta" es así como: el Río, las tradiciones y el folklore, se vuelven herramientas
vitales para la pedagogía y la memoria en esta parte del país.
Cabe señalar además, como el compositor José Barros Palomino y el panorama de las
distintas concentraciones musicales de carácter popular en el Caribe colombiano, son una
representación de las distintas voces de la cultura anfibia6 característica creada y mencionada
por el maestro Fals Borda7 en sus tomos sobre la Historia Doble de la Costa y donde se dan
cita entre letras, cajas, guacharacas y acordeones, la configuración de un sinnúmero de
archivos de memoria de carácter poético, literario, social, histórico, cultural y político. Pero
también donde se ponen en escena relaciones entre el sujeto y la modernidad (frontera entre
lo moderno y lo otro) , vinculadas con la nación y la memoria en un escenario de hegemonías
en las que el sujeto interactúa con la modernidad desde sus propias dinámicas, tanto así que,
los compositores y quienes participan en este ritual folklórico, elaboran elementos que los
representan simbólicamente, como la danza, la pintura, la literatura y por supuesto la música,
pero en las que en la mayoría de veces, este sujeto social no es tenido en cuenta en la
construcción del Estado- nación, de esta manera se ratifica la importancia de reivindicar
dichas voces silenciadas y transmitirlas dentro y fuera de las aulas de clase, es decir en cada
rincón del territorio, siendo la praxis de cada una de estas tradiciones el mejor homenaje y la
mejor manera de empoderamiento y redención a cada una de estas, considerando dichas
utilizado para hacer los marcos de las ventanas de algunas de las viviendas de este lugar, dicha tradición es
trasmitida por algunos docentes en sus clases de artística. 6 El encuentro de una cultura en el caribe seco, donde sus habitantes transitan entre el Río y lo terrestre (Fals
Borda, historia doble de la costa, vol. 1,1979). 7 Sociólogo colombiano nacido en la ciudad de Barranquilla. Considerado el padre de la sociología en
Colombia.
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 16
narrativas como un vehículo para contar todas aquellas realidades y formas de habitar el
mundo que suelen ser desmeritadas.
Foto 2. Juana López Rangel - Sabedora Banqueña bajando frutos del árbol de totumo
[Fotografía de Álvaro Alejandro Leiva Muñoz]. (Banco Magdalena.2019).
Foto 3. Juana López Rangel - Sabedora Banqueña trabajando el fruto del totumo
[Fotografía de Álvaro Alejandro Leiva Muñoz]. (Banco Magdalena.2019).
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 17
Foto 4. Estudiantes de la Institución Educativa Lorencita Villegas de Santos, en un intercambio de saberes musicales
realizado en la Biblioteca Pública Municipal Víctor S. Lara
[Imagen extraída de un video filmado por Álvaro Alejandro Leiva Muñoz]. (Banco Magdalena.2019).
Foto 5. Monumento en homenaje a la cumbia y a las tradiciones y la cultura Banqueña, creada en el año de 2011
[Fotografía de por Álvaro Alejandro Leiva Muñoz]. (Banco Magdalena.2019).
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 18
8. El medio natural del camino hacia la crónica: "lo que se hereda no se hurta"
El camino en la elaboración de la crónica “Magdalena profundo – El Banco, un canto al
Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria” se transitó bajo un
enfoque interpretativo, cuyo propósito fue identificar y comprender para después narrar, las
distintas relaciones e interacciones que conservan todas aquellas voces que se encontraron en
el camino, dicho pilar fundamental se centró en los significados que evidencian los relatos de
la comunidad Banqueña como referentes conceptuales, (pescadores, artesanos, académicos,
estudiantes, compositores, entre otros) estableciendo desde allí, la búsqueda de relatos
propios en relación a la identidad y la memoria histórica, las cuales emergen de los propios
actores sociales.
De esta manera, el enfoque epistémico de dicha creación, se realizó a través de la
interpretación de las relaciones sociales encontradas en cada una de las vivencias y los relatos
de los habitantes del El Banco Magdalena, y en la cual, a partir de los referentes conceptuales
propuestos, es posible reconocer diferentes relaciones poéticas e intersubjetivas.
Dicho enfoque de estudio se articula con la propuesta de Walter Benjamin en su tesis número
III, sobre el concepto de historia: “el cronista que narra los acontecimientos, sin distinción
entre los grandes y los pequeños, tiene en cuenta, al hacerlo, la siguiente verdad: de todo lo
que sucedió alguna vez, nada debe considerarse perdido para la Historia” (Benjamín, 1939 -
1940,p.45). Es decir, se precisa contar la historia desde una comunicación para el cambio
social y de manera específica con los conceptos del mundo de la vida, esfera pública y
participación ciudadana. Con esta apuesta se asume que la crónica: “Magdalena profundo –
El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la
memoria” no concibe la realidad social desde elementos y características regulares y
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 19
homogéneas, sino justamente a partir de sus múltiples formas y dimensiones de expresar,
narrar y significar.
Así pues, el proceso de estudio y recolección de narraciones no se realizó de manera lineal, es
decir, no se tuvo en cuenta un “guion” específico, sino por el contrario se llevó con
naturalidad y empatía dentro del territorio. Pero también ante los aspectos de creación fueron
muy útiles la elaboración de fichas a través del uso del programa de análisis de información
de orden cualitativo, algunas entrevistas espontaneas con los habitantes, las colchas de
retazos y diferentes herramientas tecnológicas de tipo audiovisual, dado que cada uno de
estos instrumentos cumplieron la función de notas recolectoras del registro de información
obtenida. La relación de varias de estas fichas, entrevistas, material audiovisual y fotográfico
en algunas ocasiones redundaron en la construcción del análisis global de la investigación y
la creación de la crónica, pero en la gran mayoría de veces, se encontraron elementos
distintos de un enorme valor en la construcción de la misma.
A continuación, se esboza el desarrollo del proceso metodológico de este trabajo, diseñado a
través de cuatro etapas:
i. i. Vivencia y empatía con las poéticas del contexto
ii. ii. Descripción de la experiencia: el encuentro con el otro
iii. iii. Proceso de creación
iv. iv. Socialización
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 20
i. Vivencia y empatía con las poéticas del contexto
En este lugar
el que no es cantor
es poeta,
y el que no es cantor
o poeta,
es pescador,
que es lo mismo que ser poeta.
Uno de los mayores retos en la creación de la crónica y el desarrollo investigativo de la
misma, fue el abordaje poético de los textos cantados y su contexto, por ejemplo, un habitante
de El Banco Magdalena me comentaba que uno de los planes preferidos cuando viaja a
Chimichagua era hablar con Guillermo Cubillos, es decir, ir a visitar su tumba, algo que yo
no podía comprender en su momento, pero que fui entendiendo con el correr de aquella
charla. Efectivamente cuando él visitaba su tumba, sentía una enorme emoción, como si el
difunto hubiera sido alguien muy cercano. Es algo así como si la música nos permitiera hallar
esos familiares que no precisamente son por vía sanguínea sino más bien nos llegan a través
del sentimiento. En ese preciso momento recordé la canción "Violencia", “oigo un llanto que
atraviesa el espacio para llegar a Dios/ es el llanto de las niños que sufren, que lloran de
dolor/ es el llanto de las mujeres que tiemblan con desesperación/es el llanto, es el llanto de
Dios/ violencia, maldita violencia, porque te empeñas en teñir de sangre la tierra de Dios” un
poemaso musical del maestro José Benito Barros Palomino, en el que claramente recordamos
que Colombia es una sucesión de esplendores y desastres, un país donde las mutaciones son
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 21
traumáticas. Cada trasformación va dejando a su paso muchos damnificados que luego no
encuentran posibilidades de resarcimiento. El consuelo que les queda, a veces, es convertirse
en memoria en la vida de otros. Así pueden hacerse oír, incluso, después de muertos. En la
voz de los abuelos se vuelven cuento; en la de los junglares canto, algo así pienso, es lo que
podía llegar a sentir él mientras me hablaba de Guillermo Cubillos, por eso es también tan
maravillosa la canción "La Piragua" la cual al escucharla nos muestra al Río Magdalena y nos
lo pone de frente para que nos contemplemos en él, ahora mismo siento más bonitas y más
vividas las canciones del maestro Barros, porque le ponemos rostro a cada letra. Entonces
vemos al minero trabajando en una mina en San Martín de Loba, vemos al pescador que a
pesar de no tener más fortuna que su atarraya, conversa con la Luna, vemos las pilanderas
haciendo la bebida de maíz y panela, vemos las calles de Tamalameque donde cada noche
aparece una llorona loca.
Pues bien, la poética en El Banco Magdalena está cargada de Río, de las aguas pardas
encrespadas por el paso del jonson o de una chalupa cargada de arena de Río o peces de
bigotes pronunciados, de un Sol a más de 39 grados centígrados a la sombra, entre la una y
las cuatro de la tarde el Sol es violento y la temperatura se torna inclemente. A diferencia de
otros lugares que conozco, en donde las calles son desoladas durante esas horas del día por la
fuerza del Sol, en El Banco Magdalena siempre hay personas fuera de las casas. El vendedor
de queso y pescado se coloca un trapo húmedo en la frente, el vendedor de peto, (una especie
de colada hecha a base de maíz, leche y queso costeño) le suelta los botones a su camisa. Por
eso en El Banco la vida fluye al aire libre, rara vez el costeño es solitario y casi siempre habla
en voz alta y en primera persona, alegría vital y espiritual, la extroversión, la irreverencia y el
descomplique del costeño se exalta en su peculiar forma de hablar.
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 22
ii. Descripción de la experiencia: el encuentro con el otro
Los recursos históricos que se tejen a continuación tendrán como destino en este trabajo de
creación e interpretación manifestar una aproximación a partir de los relatos brindados y la
experiencia de encuentro con el otro en el municipio de El Banco Magdalena,
fundamentalmente a través de las perspectivas de sus habitantes nativos recurriendo a la
visión de los niños, jóvenes y adultos mayores. Para lograr tal propósito se contactaron de
forma espontánea y sin guiones a varios actores sociales, entre ellos: Omar Espinosa,
Pescador de la región; Efraín Corredor Martínez, Artista representativo de la región y ex
director de la Inspección Fluvial del Banco Magdalena; Veruschka Barros Palomino, quien
dirige la fundación cultural que lleva el mismo nombre de su padre, José Benito Barros
Palomino (y que fue creada por él mismo en el año de 1969) precursora del Festival
Nacional de La Cumbia; Liliana Mejía Ballesteros, Docente Investigadora y gestora cultural
del municipio, además de las voces de los niños y jóvenes que participaron durante el trabajo
etnográfico y en la creación de las diferentes colchas de retazos.
El hecho de que El Banco Magdalena sea un territorio especial para el Caribe colombiano,
(para Colombia en general y el mundo) no es nada impensado. Ello obedece a la cantidad de
hazañas que hicieron Banqueños y Banqueñas durante y después de la época de esclavitud y
que dieron como resultado la identidad, y varias manifestaciones culturales que se han
logrado mantener desde la época de la colonia hasta nuestros días, gracias a la lucha que
libraron tanto los antiguos como sus actuales pobladores.
Un punto de referencia para los Banqueños se remonta a la llegada de los colonizadores
españoles y portugueses por el Río Magdalena. Los Banqueños narran que a medida que
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 23
fueron llegando muchas de las cosas materiales que existían en el municipio escasearon
(saqueos de recursos importantes) y con ello la esclavitud de los indios Chimilas8 quienes
habitaban la región que hoy ocupa el Banco Magdalena.
Ellos empezaron a saquear muchas de las riquezas naturales que existían por aquella
época, y que eran traídas de las minas de San Martín de Loba y llevadas después a
Europa, pero una vez que esas riquezas naturales empiezan a escasear someten a los
Chimilas de forma inhumana, acompañados de enfermedades sexuales traídas por el
europeo acaban con gran parte de esa comunidad de manera muy rápida. (Omar
Espinosa, Pescador de la región, 2019)
Es así como el maestro Barros por su paso por Barranca y San Martín de Loba, hace esta
canción en donde el oro se le apareció en forma de esta letra aún vigentes en nuestra
actualidad:
“Qué será lo que busca el minero,
en la oscuridad de la mina.
La muerte rápida o lenta,
o su esperanza perdida.
Acaso busca ilusiones y solo encuentra quimeras”
(Barros,1932, Canción)
8 Los Chimilas o también llamados por si mismos como Ette Ennaka, son un pueblo indígena en los Andes del
noreste de Colombia. Su idioma Chimila es parte de la familia de idiomas Chibcha; se estima que hay alrededor
de 1000 oradores tras cifras suministradas desde el año 1998 (Blog, Etnias del Mundo).
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 24
De esta manera muchos de los Chimilas enferman y fallecen, y eso produce una falta de
mano de obra indígena no solo en el municipio sino en toda América, y se ocasiona en los
colonizadores la necesidad de buscar la forma de reemplazar la mano de obra, Veruschka
barros cuenta lo siguiente:
Comienzan a secuestrar hombres y mujeres de diferentes lugares de áfrica para
traerlos a América, más que por las condiciones físicas, era por su alto conocimiento
en labores de trabajo fuerte, es así como nuestro mágico Río Magdalena fue la forma
de traerlos hasta aquí. (Veruschka Barros Palomino, Directora y precursora del
Festival Nacional de La Cumbia,2019)
En relación con esta representación, uno de los Artistas del municipio; Efraín Corredor
Martínez quien no es nativo de El Banco Magdalena sino de Bogotá D.C, aunque pareciera
más Banqueño que tomar Kola Román a la orilla del Río Magdalena debido a que lleva más
de 40 años viviendo allí y que por razones de la vida termino en El Banco, aprendió a
construir las piraguas revisando documentos y grabados antiguos, debido a que ese tipo de
botes por razones de la modernidad ya no pueden ser observadas navegando por los Río
Magdalena y Cesar pues ese tipo de embarcaciones indígenas ya no se ven en los Ríos sino
en los libros, él cuenta que la piragua tuvo su apogeo a mediados del siglo XVI. En aquella
época se le conocía con el nombre de champán, la cual era impulsada por algunos Bogas9 y
remos, también asegura que América y mucho menos el municipio pudo ser descubierta por
nadie, dado que no se descubre lo que desde siempre ha existido.
9 Navegantes principalmente esclavizados por los españoles que pasaban sus vidas en embarcaciones que
recorrían diferentes lugares de la América.
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 25
Foto 6. Efraín Corredor Martínez en su taller de piraguas
[Fotografía de Álvaro Alejandro Leiva Muñoz]. (Banco Magdalena.2019).
Mire joven, América todo el tiempo ha existido, entonces siempre lo hemos observado
desde la mirada que ha sido un “descubrimiento” inoportuno de los europeos aquí,
subyugando de forma barbárica a todo el que se le atravesara por estas tierras, los
primeros que habitaron este territorio fueron los amerindios y en momentos
determinantes de su colonización, esa mano de obra indígena empezó a faltar y estos
señores optan por ir al continente africano a capturar negros y negras para traerlos
aquí a América y someterlos. (Efraín Corredor Martínez, Artista de la región y ex
director de la Inspección Fluvial del Banco Magdalena,2019)
Ahora bien, pensar al Río Magdalena y al folklore de José Benito Barros como un proceso
pedagógico para la reivindicación de todas esas voces silenciadas, lleva también a pensarse
los diferentes procesos de comunicación y participación de niños y jóvenes en El Banco
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 26
Magdalena, es de esta forma como Veruschka Barros Palomino en compañía de algunos
docentes como Liliana Mejía Ballesteros, realizan convocatorias en todas y cada una de las
instituciones del municipio en relación a la danza, la música, el teatro, la literatura, incluso se
han realizado múltiples eventos de este tipo en el viejo puerto, en que a la mirada de propios
y visitantes, se han llevado a cabo uno de los festivales más importantes en el país como lo
es el "Festival Nacional de La Cumbia".
Es así como la apuesta por llevar la memoria y la identidad a partir del folklore de su padre y
el Río Magdalena a los niños y jóvenes ha sido fundamental para la realización de este
evento, debido a que los recursos y el apoyo del gobierno nacional han sido muy mínimas, en
comparación a los recursos que se les invierten a otras festividades en el territorio nacional,
afirmado la idea de que dichas voces no representa para el gobierno un aporte importante en
la construcción del Estado-nación.
Para el Banqueño hay una fuerza mítica que los atrae, especies de encantos que llevan a
concebir el folklore de José Benito Barros y de otros compositores de la región como un
elemento sagrado que los acompaña en sus actividades cotidianas y al Río Magdalena como
el lugar donde se afianzan creencias populares como la Mojana10 (la misma que se lleva a los
que se portan mal) un personaje mítico que es representado en la canción "La Llorona Loca"
de José Barros, entre otros relatos, A propósito del Río Magdalena es poderoso asentar que se
encuentra fraccionado simbólicamente en tres partes: la parte del sur es el lugar donde los
hombres se bañan semidesnudos; en el fragmento central es la zona mixta, y por último, la
parte femenina que se encuentra hacia el norte, en donde mujeres se bañan y lavan la ropa. A
esta parte femenina también se le conoce como “La Prensa”, porque es allí donde se cuentan
10 La Mojana es una leyenda de la cultura Caribe colombiana, ella cuida de numerosos animales domésticos en
su casa y se baña con una totuma de oro. Si encuentra a un niño que se baña en sus dominios, lo captura y lo
lleva a su morada; para evitar esto los padres atan a sus hijos a cuerdas tanto del cuello como de la cintura.
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 27
todo lo que sucede en el municipio. La música y el Río Magdalena son lugares de ritual y de
intimidad, pero de una “intimidad” colectiva, donde transitan, se hablan, discuten, e
informan, sobre mucho de los tópicos que comprende la vida cotidiana de los Banqueños.
Foto 7. Taller de piraguas del Artista Efraín Corredor- Diario del Artesano
[Fotografías de Álvaro Alejandro Leiva Muñoz]. (Banco Magdalena.2019).
Foto 8. El Artista narrando
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 28
iii. Proceso de creación
En el marco del proceso de creación de la crónica se entablo un dialogo desde el Río
Magdalena, sus paisajes, la música de José Benito Barros y las diferentes voces de algunos de
los habitantes de este municipio, todo esto a través de formas propias de comunicación, desde
sus lugares y sus matices culturales.
Es así como las propuestas culturales y de identidad de algunos de los niños, jóvenes y
adultos mayores del municipio, ayudaron a construirla no desde un esquema cerrado y
conservador, sino más bien, a partir de su origen caribeño y cimarrón, en el que se evidencio
un fuerte sentido de pertenencia a su lugar. De allí la preocupación por recuperar a través de
procesos de comunicación como la elaboración de esta crónica y de los valores inculcados
desde la pedagogía, la posibilidad de difundir, valorar y dar reconocimiento a esas voces
culturales dentro y fuera de la región, y es gracias al aporte que realizan diferentes proyectos
de comunicación cultural, que El Banco no solo es más visible, sino que en él se están
construyendo nuevos procesos de participación, algunas veces para recuperar, otras para
preservar y fortalecer.
De esta forma, el Banco también intenta reconstruir su historia y su memoria, a partir de sus
territorios, de sus lugares, de sus espacios, es decir, desde sus propuestas locales. Con El
Banco Magdalena de hoy es posible imaginarse lo que el antropólogo colombiano Arturo
Escobar (2005) propone bajo la expresión “más allá del tercer mundo” (p.24), donde se
presentan dinámicas sociales que no son del todo excluidas, en las que se lucha por no olvidar
ni dejarse borrar sus tradiciones culturales. Al respecto también fueron muy importantes las
consideraciones teóricas de Jesús Martín Barbero y toda su apuesta por pensar una
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 29
comunicación desde lo híbrido, lo mezclado y lo emergente, a partir de las mediaciones
culturales, las relaciones sociales, lo local y lo propio, una comunicación y pedagogía que
parte de lo cultural y, por tanto, no sólo del conocimiento sino del reconocimiento de nuestra
raza cósmica y de las voces que lo habitan.
iv. Socialización
Para hablar y reconocer: las colchas de retazos y la importancia de la socialización
dentro de la crónica
A través de las colchas de retazos una metodología de la memoria que consiste en identificar
y obtener, de manera organizada, elementos importantes que reposan en los imaginarios
colectivos o mundos simbólicos de los grupos11, para reconstruir a partir de ellos, un dialogo
que permita ser compartido desde lo individual un relato colectivo. En este contexto, lo
colectivo se va construyendo y negociando en la acumulación y reconocimiento de los relatos
y narrativas, en los modos en que estos pueden plasmarse a través de cada retazo y
posteriormente en cada colcha construida, y en la manera en que se va creando una especie de
dialogo colectivo de acuerdos y desacuerdos, momento que también se convierte en una
exposición de las apuestas interpretativas de los niños, jóvenes y adultos mayores acerca de
sus historias.
Dicha herramienta pedagógica fue implementada a los estudiantes del grado 3-4-5 del
Colegio Lorencita Villegas de Santos en el municipio del El Banco Magdalena y a algunos
jóvenes y adultos mayores a los cuales se les dio cita en la Biblioteca Pública Municipal
Víctor S. Lara, para realizar dicha actividad.
11 Cadavid Bringe, Amparo (2007): Manejo y análisis de las colchas de retazos, Bogotá, Doc.
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 30
Para las colchas, cada participante trabajó individualmente y tuvo aproximadamente 30
minutos para desarrollar su dibujo. Acto seguido se solicitó una socialización de todos los
dibujos por parte de los niños, jóvenes y adultos mayores participantes, sin límite inicial de
tiempo en la intervención de cada uno y asumiendo la posibilidad de discutir, interlocutar y
escuchar lo que cualquier otro integrante del grupo pudiera proponer.
Los procesos de colchas de retazos son productores de cohesión, creación, interpretación,
memoria y fortalecimiento de la identidad, desde un proceso empoderado de estas
metodologías, los mismos actores sociales podrían continuar con el desarrollo y aplicación de
este tipo de procesos en las instituciones educativas del municipio y en la comunidad en
general, dado que son metodologías basadas en la propia experiencia.
Durante esta etapa de la recolección de información, la comunidad hizo parte activa,
ofreciendo datos a través de los diálogos y dinámicas desarrolladas con la implementación de
la técnica de la colcha de retazos. En este caso la recolección de los datos se asumió desde el
punto de vista de quien habita el territorio, en este caso, los niños, jóvenes y adultos mayores
que se pusieron en diálogo a lo largo del desarrollo de la aplicación de la técnica y la
elaboración de la crónica.
Logrado esto, fue posible a través del taller de colcha de retazos que los actores sociales
pudieran ser capaces de asociar algunos conceptos como identidad, memoria, historia,
cultura, con algunas experiencias en relación al Río Magdalena, su barrio, las tradiciones y la
música de José Benito Barros, es por esta razón que los niños, jóvenes y adultos mayores
habitantes del El Banco Magdalena fueron asumidos en la creación de la crónica como reales
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 31
protagonistas con sus versiones y visiones alternativas, siempre construidas a partir de
procesos comunicativos en base al respeto y el reconocimiento de la voz del otro.
Es importante aclarar que yo como creador de dicho documento de creación e interpretación
asumí el desarrollo de cada uno de los talleres y cumplí las funciones de moderador de cada
una de las socializaciones por parte de los actores sociales.
Ahora bien, en el marco general está la socialización como parte de la creación e interpreta
para la crónica, los talleres se asumieron como dinámicas colectivas y participativas que
buscaron siempre una mirada natural de su identidad Banqueña por parte de ellos, elemento
fundamental al momento de entablar relaciones y conversaciones, pero sobretodo herramienta
fundamental de la pedagogía. En otras palabras, los talleres se implementaron en la creación
como estrategia para la constitución de un recuerdo colectivo sobre los procesos de
participación y de memoria asociados al Río Magdalena, las tradiciones y la música de José
Benito Barros.
Dicha herramienta, es una metodología inspirada en el trabajo del Centro de Historia Oral de
Boston. El método es el de la imagen mnemónica, es decir, la imagen como puente entre las
emociones evocadas y el conocimiento consciente como camino certero para recordar lo
vivido. Cada participante trabaja en la elaboración de una imagen hecha de papel y pegada
sobre una base cuadrada. La clave de la construcción de la imagen es la de evocar el recuerdo
como una pintura: colores, texturas, símbolos, convenciones, señales. Cada participante
cuenta la historia que acompaña su imagen, ya sea a otro participante con el que dialoga o al
grupo en general, y ubica su cuadro en cualquier lugar dentro de la matriz base en la colcha
de retazos. La colcha de retazos como conjunto contiene tanto el cuadro individual que evoca
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 32
una historia y que constituye una unidad total. Al final se tiene un producto colectivo que
ofrece múltiples entradas, puntos de vista y efectos de memoria (Riaño,2000, p.166).
Es así como, de esta técnica se resalta su carácter participativo, coherente con la metodología
que se propone en este trabajo, siendo la colcha de retazos productor de cohesión, memoria y
fortalecimiento de la identidad de los individuos; razón por la cual algunos líderes de la
comunidad que participaron en dicho taller, manifestaron su interés en integrarlas a sus
procesos de fortalecimiento de la memoria en El Banco Magdalena.
Foto 9. Estudiantes del grado 3 del Colegio Lorencita Villegas de Santos
[Fotografías de Álvaro Alejandro Leiva Muñoz]. (Banco Magdalena.2019).
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 33
9. Crónica: “Magdalena profundo – El Banco, un canto al Rio: José Benito Barros,
una pedagogía para la cultura y la memoria”
A los compositores digo ahora, no les pedimos fidelidad documental sino que nos
maravillen. Que sean capaces de escribir versos de esos que, según proponía León
Tolstói, puedan ser reconocidos de inmediato como la taquigrafía de una profunda
emoción.
Salimos a las cuatro de la mañana de Chimichagua en busca de El Banco viejo puerto, y
ahora mismo nos encontramos navegando en límites entre el Cesar y el Magdalena, el
conductor del jonson, don Freddy Vega, cuenta que estamos a un poco menos de una hora
para llegar, tiempo preciso para contemplar imágenes maravillosas, y sí, es en momentos
como estos en que pienso que uno no tiene los años que ha vivido, sino los años que faltan
por vivir.
Foto 10. El Pescador en sus labores diarias
[Fotografía de Álvaro Alejandro Leiva Muñoz]. (Banco Magdalena.2019).
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 34
Vimos un grupo de garzas morenas y de garzas blancas, vimos cómo aclaraba el día, vimos a
lo lejos la fachada de un antiguo hotel, que según comentarios populares en el municipio,
nunca fue terminado porque hacía parte de los bienes incautados a Pablo Escobar, vimos
también de esquina a esquina el muelle de El Banco, vimos el punto exacto en que se
encuentran los Ríos Magdalena y Cesar, indudablemente el vínculo que tienen los habitantes
de El Banco Magdalena con la naturaleza, con el Rio se hace evidente, cómo no tenerlo sí
hace parte de la cultura anfibia.
De esta manera las diversas palabras del Río, las de su literatura, se entrelazan con la vida
cotidiana, con las varias facetas de su oralidad en la que caben las leyendas, la nostalgia, y la
afluencia de un montón de voces que expresa y transforma a los que tienen contacto con ella.
-¿Falta mucho?, pregunto (uno siempre con los afanes del que viene de la ciudad, pienso)
- No joda primo, ya prontico llegamos, mientras tanto disfrute del paisaje (y se reacomoda la
gorra mientras sonríe)
-¿Hay entre ustedes alguien que haya conocido al maestro José Barros en persona?, consulto
a quienes van conmigo en la chalupa.
-Es para una crónica que estoy escribiendo.
Ninguno de los pescadores con los que viajo lo conoció en persona, pero todos han oído
hablar de él.
-Vea usted primo, calidad de junglar, ¡lo más bello de la música en Colombia!
-¡Del Banco para el mundo entero!, escriba eso que le digo, pero escríbalo para que no se le
pase.
Nosotros estamos orgullosos de que Benito fuera Banqueño, José Barros fue el compositor
más grande de América Latina. Si no me cree a mí, créale a García Márquez: él también decía
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 35
eso. A propósito, el maestro José Benito Barros Palomino residió en Bogotá y frecuentaba un
cafetín llamado la Sultana, lugar reconocido entre los bohemios poetas de la ciudad, pasaba
horas enteras jugando al dominó y tomando café oscuro mientras hablaba de sus
composiciones, dicen también que en ese lugar fue su primer encuentro con Gabriel García
Márquez, cuando ninguno de los dos era tan reconocido, vea usted las vueltas que da la vida.
Llegamos a El Banco Magdalena y nos dirigimos inmediatamente al Colegio Lorencita
Villegas de Santos y sus múltiples sedes educativas, distribuidas en diferentes sectores de la
población, dicho lugar se convierte en un espacio donde los jóvenes Banqueños pueden
perfilarse laboralmente una vez se forman como licenciados en diferentes áreas. De allí que la
institución educativa también se convierte en un lugar de anclaje que impide que algunos de
estos jóvenes abandonen el territorio y se desplacen a vivir a otro lugar. Es por este hecho que
gran parte de los profesionales Banqueños son licenciados en alguna área del conocimiento,
seguramente con la convicción de poder ejercer en las instituciones educativas de dicho lugar.
Pues vincularse laboralmente dentro del municipio significa tener la posibilidad de
permanecer en él y no abandonar a sus familias. Ante esto, el colegio se convierte en un lugar
de resistencia para la permanencia y a través de esta para la preservación de muchas de sus
tradiciones.
Es importante mencionar también que el primer colectivo de comunicación radial en el
municipio del El Banco Magdalena nació dentro de las instalaciones del Colegio Lorencita
Villegas de Santos, y surgió a través de la narración de mitos y leyendas que hacían parte del
lugar, los cuales eran amenizados con algunas de las canciones del maestro José Benito
Barros y acompañado de algunos grupos de millo de la región. Se denominó: La Voz del
Banco, así pues, la importancia del enfoque cultural y laboral que da el colegio, además que
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 36
muchos de los jóvenes con los que se tuvo la oportunidad de conversar, son licenciados en
algún campo del conocimiento o están preparándose para docentes, aseverando así la
importancia de la pedagogía para la preservación de memoria y cultura en esta parte del país.
-En ese tiempo yo vivía con mucho miedo, por todo lo que sucedía en inmediaciones con el
río Magdalena, muertos y todo eso, ya sabe hermano, los paras y el ejército, pero quería
permanecer en mi Banco y me hice la meta de estar aquí. Y gracias a todo esto, cuando
termine el bachillerato, al año siguiente me contrataron como profesor de primaria, y gracias
a Dios, a los tres años de ser contratado me dieron mi nombramiento, y por eso yo siento que
yo nací en el lugar adecuado, en el momento y en el espacio que me correspondía., me cuenta
un Joven de la región.
Además, a través de esta institución se han producido cambios sociales asociados a procesos
de comunicación que se llevan a cabo en el interior del mismo. Y que de la mano de
organizaciones culturales como festicumbia: Fundación José Benito Barros, representada por
Veruschka Barros hija del compositor, la pedagogía, el folklore, la danza, el canto y el teatro,
terminan integrando a los habitantes de los diferentes sectores del municipio. Es de esta
forma como el colegio y el folklore de José Benito Barros se convierte en un lugar para
entrelazar a la comunidad.
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 37
Foto 10. Institución Educativa Lorencita Villegas de Santos
[Fotografía de Álvaro Alejandro Leiva Muñoz]. (Banco Magdalena.2019).
Foto 11. Institución Educativa Lorencita Villegas de Santos
[Fotografía de Álvaro Alejandro Leiva Muñoz]. (Banco Magdalena.2019).
Durante cada conversación que se fue dando con algunos habitantes del municipio, (el
folklor, la música y las artesanías) se lograban encontrar constantes referencias a los arboles
los caminos, a los mangos, al monte, a la tierra, entre otros. A la noción de naturaleza se
encuentran articuladas nociones como la identidad, la fuerza, el empoderamiento y la
subsistencia. Con el río Magdalena aparece el elemento de lo propio, de lo nuestro: “nuestros
árboles”, “nuestro municipio”, “nuestro río”, “nuestra libertad”. La naturaleza tiene una
directa relación con su historia, la de ayer la de hoy, y probablemente la del futuro. Todo lo
que se cuenta en El Banco Magdalena se hace posible por las condiciones que se dan al vivir
alrededor de un río, quien ha brindado a sus habitantes por derecho, lo que el gobierno
nacional se ha negado a reconocerles.
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 38
Foto 12. Actual Plaza Rojas
[Fotografía de Álvaro Alejandro Leiva Muñoz]. (Banco Magdalena.2019).
Al caminar con los habitantes, los análisis sobre el río Magdalena y la naturaleza hacen que
los relatos se transporten al nacimiento del municipio. Por un momento parece que la
naturaleza del pueblo se congelara y que nada hubiese cambiado desde entonces. Sin
embargo, los mas jóvenes son muy analíticos con la relación: naturaleza - desarrollo. Por
ejemplo, una de las plazas centrales, llamada Plaza Rojas, en honor a Rojas Pinilla, fue
pavimentada durante el año 2010 y muchos de los jóvenes no estuvieron de acuerdo. Dicen
que se ve más “bonita y moderna”, pero que ya no es la de ellos, sin embargo, los jóvenes
dicen que afortunadamente estarán ellos y los más viejos para guardar memoria de cómo era
la plaza antes de que la pavimentarán, y que por eso mismo aun cantan al ritmo del folklore
de José Benito Barros y de otros compositores y poetas de la región a la orilla del río
Magdalena mientras pescan, como una forma de archivo y de memoria espiritual.
A pesar de los cambios que la idea de “progreso” basada en el cemento produce en el
municipio, el entorno natural del Banco Magdalena es casi el mismo; como los árboles que
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 39
nos rodean, dicen los Banqueños, “allí vamos a estar como amigos y como juntos, aunque
seamos de diferentes partes, siempre vamos a estar unidos como estos árboles, sin importar
de donde somos” Ahora bien, los mismos árboles, y más específicamente los que producen
mangos, se convierten en punto de origen de historias, simbolizan la posibilidad de estar
juntos y son una alternativa de alimentación.
La naturaleza reúne y reencuentra a los habitantes del municipio, específicamente el Río
Magdalena, el cual no es únicamente una fuente de agua para los Banqueños, también es un
espacio de encuentro, donde se cuentan historias y todo lo importante que pueda llegar a
suceder en el municipio. No es utilizado simplemente como el lugar de pesca, es aprovechado
como el “periódico del municipio”. Se convierte así, en fuente cultural para sus pobladores.
Los jóvenes Banqueños, por ejemplo, le cantan a este espacio cada que lo visitan:
“(El pescador),
habla con la luna.
(El pescador),
habla con la playa,
no tiene fortuna,
solo su atarraya”
(Barros,1954, Canción)
La cual narra según me cuentan, no únicamente la historia de un pescador del Banco, sino
que además nos habla de que el Río se está perdiendo. En este sentido, el Rio Magdalena que
bordea todo el municipio del Banco, se convierte en un referente cultural de la población y de
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 40
nuestro país. Según los mismos jóvenes Banqueños y según menciona Gabriel García
Márquez en un fragmento de su libro; “El amor en los tiempos del cólera”:
La cual narra según me cuentan, no únicamente la historia de un pescador del Banco, sino
que además nos habla de que el Río se está perdiendo. En este sentido, el Rio Magdalena que
bordea todo el municipio del Banco, se convierte en un referente cultural de la población y de
nuestro país. Según los mismos jóvenes Banqueños y según menciona Gabriel García
Márquez en un fragmento de su libro, El amor en los tiempos del cólera “Navegaban muy
despacio por un río sin orillas que se dispersaba entre playones áridos hasta el horizonte. Pero
al contrario de las aguas turbias de la desembocadura, aquellas eran lentas y diáfanas, y
tenían un resplandor de metal bajo el sol despiadado. Fermina Daza tuvo la impresión de que
era un delta poblado de islas de arena.
- Es lo poco que nos va quedando del río -le dijo el capitán.
Florentino Ariza, en efecto, estaba sorprendido de los cambios, y lo estaría más al día
siguiente, cuando la navegación se hizo más difícil, y se dio cuenta de que el río padre de la
Magdalena, uno de los grandes del mundo, era solo una ilusión de la memoria. El capitán
Samaritano les explicó cómo la deforestación irracional había acabado con el río en cincuenta
años: las calderas de los buques habían devorado la selva enmarañada de árboles colosales
que Florentino Ariza sintió como una opresión en su primer viaje. Fermina Daza no vería los
animales de sus sueños: los cazadores de pieles de las tenerías de Nueva Orleans habían
exterminado los caimanes que se hacían los muertos con las fauces abiertas durante horas y
horas en los barrancos de la orilla para sorprender a las mariposas, los loros con sus
algarabías y los micos con sus gritos de locos se habían ido muriendo a medida que se les
acababan las frondas, los manatíes de grandes tetas de madres que amamantaban a sus crías y
lloraban con voces de mujer desolada en los playones eran una especie extinguida por las
balas blindadas de los cazadores de placer” (Márquez,1986,p.450).
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 41
Un habitante de El Banco Magdalena me comentaba que uno de los planes preferidos cuando
viaja a Chimichagua era hablar con Guillermo Cubillos, es decir, ir a visitar su tumba, algo
que yo no podía comprender en su momento, pero que fui entendiendo con el correr de
aquella charla. Efectivamente cuando él visitaba su tumba, sentía una enorme emoción, como
si el difunto hubiera sido alguien muy cercano. Es algo así como si la música nos permitiera
hallar esos familiares que no precisamente son por vía sanguínea sino más bien nos llegan a
través del sentimiento. En ese preciso momento recordé la canción "Violencia", “oigo un
llanto que atraviesa el espacio para llegar a Dios/ es el llanto de las niños que sufren, que
lloran de dolor/ es el llanto de las mujeres que tiemblan con desesperación/es el llanto, es el
llanto de Dios/ violencia, maldita violencia, porque te empeñas en teñir de sangre la tierra de
Dios” un poemaso musical del maestro José Benito Barros Palomino, en el que claramente
recordamos que Colombia es una sucesión de esplendores y desastres, un país donde las
mutaciones son traumáticas. Cada trasformación va dejando a su paso muchos damnificados
que luego no encuentran posibilidades de resarcimiento. El consuelo que les queda, a veces,
es convertirse en memoria en la vida de otros. Así pueden hacerse oír, incluso, después de
muertos. En la voz de los abuelos se vuelven cuento; en la de los junglares canto, algo así
pienso, es lo que podía llegar a sentir él mientras me hablaba de Guillermo Cubillos, por eso
es también tan maravillosa la canción "La Piragua" la cual al escucharla nos muestra al Río
Magdalena y nos lo pone de frente para que nos contemplemos en él, ahora mismo siento más
bonitas y más vividas las canciones del maestro Barros, porque le ponemos rostro a cada
letra. Entonces vemos al minero trabajando en una mina en San Martín de Loba, vemos al
pescador que a pesar de no tener más fortuna que su atarraya, conversa con la Luna, vemos
las pilanderas haciendo la bebida de maíz y panela, vemos las calles de Tamalameque donde
cada noche aparece una llorona loca.
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 42
Pues bien, la poética en El Banco Magdalena está cargada de Río, de las aguas pardas
encrespadas por el paso del jonson o de una chalupa cargada de arena de Río o peces de
bigotes pronunciados, de un Sol a más de 39 grados centígrados a la sombra, entre la una y
las cuatro de la tarde el Sol es violento y la temperatura se torna inclemente. A diferencia de
otros lugares que conozco, en donde las calles son desoladas durante esas horas del día por la
fuerza del Sol, en El Banco Magdalena siempre hay personas fuera de las casas. El vendedor
de queso y pescado se coloca un trapo húmedo en la frente, el vendedor de peto, (una especie
de colada hecha a base de maíz, leche y queso costeño) le suelta los botones a su camisa. Por
eso en El Banco la vida fluye al aire libre, rara vez el costeño es solitario y casi siempre habla
en voz alta y en primera persona, alegría vital y espiritual, la extroversión, la irreverencia y el
descomplique del costeño se exalta en su peculiar forma de hablar.
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 43
Conclusiones
La creación de la crónica tuvo como punto de partida las distintas experiencias de
participación de niños, jóvenes y adultos mayores en el municipio del Banco Magdalena, y
dentro de estas, la investigación y creación de la crónica delimitó su preocupación por las
dinámicas de comunicación, desde una mirada pedagógica en relación a la preservación de la
cultura y la memoria en la cotidianidad de cada uno de los actores sociales. Para ello, se
diseñaron técnicas de recolección cualitativas para determinar de qué manera los habitantes
de dicho municipio narran el mundo, y cómo a través de los procesos de participación se
establecen procesos concretos en relación a la memoria, la identidad y la cultura. En esta
perspectiva, el informe identifica los cambios sociales que estas formas de comunicar han
traído consigo al municipio.
La forma como se configuró el análisis y la creación de la crónica, no siempre estimó
necesario establecer cruces y relaciones permanentes entre la teoría planteada y la
información recogida en el campo. Si bien este tipo de análisis se utiliza en el informe y en el
desarrollo de la crónica, también fue necesario dejar fluir las narraciones de los actores
sociales abordados, es decir, plasmar de manera libre las observaciones y los análisis que
fueron emergiendo desde los mismos actores sociales. Una aproximación a esta pretensión se
presenta en los resultados plasmado a lo largo de este trabajo.
Ahora bien, el aporte de los resultados presentados apuntó a identificar, desde la teoría
fundada, las propuestas narrativas de los actores sociales y como toda esta información entra
en diálogo, generando un documento investigativo, experiencial y pedagógico, que aporte a la
participación, liderazgo, memoria, cultura y transformación del territorio.
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 44
De esta forma, se tuvo siempre la pretensión de utilizar un modo de preguntar, de plantear
cuestiones que valoraran el conocimiento del sujeto, y que parten del conocimiento y de la
experiencia del mismo. Aquí se identificó en los actores sociales un permanente diálogo de
saberes, sobre todo con el conocimiento popular y ancestral, representado en el río
Magdalena, las artesanías y el folklore no únicamente de José Benito Barros, sino de los
diferentes compositores, artistas y poetas del municipio. Además de los antiguos, lo urbano y
lo moderno. El Banco Magdalena es un municipio cargado de historias, pero la mayoría de
las veces, únicamente adquieren sentido en la medida en que siempre están en un lugar, en
una parte específica del territorio, y que son vividas dentro del mismo. De aquí es posible
concluir lo siguiente:
● Existe una capacidad de interpretar y de vincular la historia y la experiencia a una
forma de ver el mundo, a un ser y estar, es decir, a un modo de conocer y comunicar
el mundo.
● La idea de historia, cultura e identidad, mencionado a lo largo del documento y
extraídos de los testimonios de cada uno de los actores sociales involucrados en esta
experiencia, dan cuenta de la dimensión de estar enraizados a un territorio. El Banco
Magdalena es un lugar bastante raizal, en el sentido en que es únicamente allí donde
se construye su cultura, cargada siempre de expresiones comunicativas que emergen
entre otros muchos aspectos del cuerpo (danza), el canto (folklore), la naturaleza (río
Magdalena), sus creencias y costumbres. Son una raíz en el territorio del caribe
colombiano, territorio que está permeado profundamente en la población a través de
las narraciones, sentidos e historias que nacen en él, en sus calles, en sus instituciones
educativas, en sus plazas, en sus esquinas, y en cada rincón de este maravilloso lugar.
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 45
A medida que el proceso etnográfico y de creación avanzó, la información se agrupó con
propósitos analíticos, y el docente cronista-investigador se ubicó dentro de ella como un actor
involucrado en el proceso de organización e interpretación del mismo. los actores se ponen en
escena, lo que hace casi imposible obtener plena naturalidad, aunque así se pretendió con los
procesos de vivencia (trabajo bibliográfico, musical y de campo). Los niños, jóvenes y
adultos mayores también se ponen en escena, se muestran, se ponen en acción ante el
visitante, el turista, el docente cronista investigador. Pero esa puesta en escena estuvo siempre
desbordada y colmada de narraciones cargadas de riquezas humanas que ayudaron
inmensamente al proceso interpretativo y de narración, es así como gran parte del ejercicio
consistió en hacer una búsqueda de las formas de nombrar el mundo por parte de los
habitantes de El Banco Magdalena.
Encontrarlas fue toda una marcha que estuvo siempre durante la recolección e interpretación
de las notas. Ejemplo de ello sucedió cuando un pescador de la región menciona lo siguiente:
“Ellos empezaron a saquear muchas de las riquezas naturales que existían por aquella época,
y que eran traídas de las minas de San Martín de Loba y llevadas después a Europa, pero una
vez que esas riquezas naturales empiezan a escasear someten a los Chimilas de forma
inhumana”. Esta expresión está cargada de interpretaciones por parte de este habitante del
municipio; la forma en cómo este actor social nombra al mundo en este caso incluye el uso
del pronombre “ellos”, así como la carga de sentido que, para el contexto de nuestro
territorio, Colombia, tiene la palabra “saquear”.
De esta forma, el desarrollo estuvo totalmente articulado en busca siempre de las miradas
interpretativas de los actores sociales y del docente cronista- investigador, poniéndolas en
diálogo, fue así como la importancia de nunca estar aislado de la interpretación social frente a
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 46
determinados hechos, logran darle sentido y vida al presente trabajo pedagógico en el
reconocimiento cultural y de la memoria histórica. En este sentido, el ser niño, joven y adulto
mayor banqueño se constituye y se conecta a un territorio a partir de sus relaciones de
comunicación y sus vinculaciones con la naturaleza y el folklore del territorio. En el contexto
social referenciado, la naturaleza, las artesanías y el folklore, van ligadas de la mano, y se
encuentran vivas en la cotidianidad de cada uno de ellos y de ellas, tal como están vivos los
seres humanos que constituyen un tejido social, y a su vez están representadas
simbólicamente en cada una de sus formas de ver el mundo.
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 47
Anexos
Figura 1.
Depresión Monposina
[Fotografía satelital tomada por Google Maps]. (Depresión Monposina.2019).
Figura 2.
El Banco Magdalena
[Fotografía satelital tomada por Google Maps]. (El Banco Magdalena.2019).
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 48
Figura 3.
El Banco Magdalena
[Fotografía satelital tomada por Google Maps]. (El Banco Magdalena.2019).
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 49
Bibliografía
Benjamin,W.(2012). Aviso de incendio: Concepto de Historia (pp-62-85) Buenos Aires,
Argentina: Fondo de Cultura Económica.
Cabarcas, A.,y Morillo, M.(2010). De Alicia adorada a Carito: Música de acordeón del caribe
colombiano y narración de una modernidad discursiva: La memoria de un juglar. (pp-173-
195) Cartagena, Colombia: Universidad de Cartagena.
Franch, J.(1990). Nueva Revista Colombiana de Folklore: Número 9, El folklore como
antropología (pp-17-25) Bogotá D.C, Colombia: Universidad Nacional de Colombia.
Hammersley, M.(2001).Etnografía: métodos de investigación: Registrar y organizar
información- métodos cualitativos (pp-193-205) Barcelona, España: Paidós Ibérica.
Kahn,J.(1975). El concepto de cultura: Textos fundamentales (pp-11-25) Barcelona, España:
Anagrama Editores.
Márquez, G. (1986). El amor en los tiempos del cólera (pp-450-451) Bogotá D.C, Colombia:
Oveja Negra.
Mena, L.(1998). Filosofía de la cultura: Estructura y mecanismo de la cultura (pp-53-62)
Madrid, España: Fondo de Cultura Económica España.
Navarro, L.(2017).Comunicación, territorio y resistencia: El trabajo de campo (pp-102-125)
Barranquilla, Colombia: Universidad del Norte.
Peña, G.(1998). Filosofía de la cultura: Articulación y desarticulación de la cultura (pp-161-
173) Madrid, España: Fondo de Cultura Económica España.
Reale, M.(1998). Filosofía de la cultura: El concepto de la cultura, sistemas fundamentales
(pp-37-45) Madrid, España: Fondo de Cultura Económica España.
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 50
Strauss, A.,y Corbin,J.(1998). Bases de la investigación Cualitativa. Técnicas y
procedimientos para desarrollar la teoría fundamentada: Codificación abierta. (pp-112-133)
Madrid, España: Ediciones: Red española de Filosofía.
Strauss, L.(1983). La mirada distante ( pp-34-56) Ciudad de México, México: Teoría y
Ensayo Editores.
Tylor,E.(1977). Cultura Primitiva: Los orígenes de la cultura (pp-52-79) Madrid, España:
Ayuso Editores.
Valencia, J.(1992).Nueva Revista Colombiana de Folklore: Número 12, Oralidad y Escritura
(pp-163-182) Bogotá D.C, Colombia: Universidad Nacional de Colombia.
Zea, L.(1998).Filosofía de la cultura: Cultura occidental y culturas marginales (pp-197-210)
Madrid, España: Fondo de Cultura Económica España.
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 51
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 52
Magdalena profundo – El Banco, un canto al Río: José Benito Barros, una pedagogía para la cultura y la memoria 53