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Page 1: Investigacíon del TDAH

UNIVERSIDAD DE MONTEMORELOS

TDAH

Alumna:

Yalixha Odili Madrid Amaya

Número de Cuenta:

1090366

Materia:

Psicología del Adolescente.

Maestra:

Oscar Alberto Everardo.

Semestre:

2do

Lugar y Fecha:

Ciudad Universitaria 14 Marzo del 2011

¿Qué es el TDAH?

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Trastorno por déficit de atención con

hiperactividad.

Es un transtorno de conducta, de origen neurológico

que no siempre evoluciona favorablemente.

Se presenta en el cinco a diez por cierto de los niños y

el tres por seis por ciento en los adultos.

Los problemas básicos de quien tiene TDAH, es decir

el déficit de atención, la hiperactividad o la

impulsividad, interfieren en grado variable en el

aprendizaje escolar y en las relaciones con sus compañeros de colegio,

familiares y amigos.

Los estudios advierten que el 25% de de los niños hiperactivos incurren en

actos delictivos, abusan de la droga y el alcohol y tienen serios problemas de

personalidad durante la vida adulta.

Hace aproximadamente unos ciento cuarenta y ocho años, Hoffman comunico

el caso de un niño, cuya conducta se caracterizaba por la inquietud motora.

Desde entonces hasta el día de hoy, la hiperactividad ha recibido una gran

variedad de nombres. Disfunción cerebral menor, lesión cerebral mínima,

disfunción cerebral mínima, síndrome del niño hiperactivo, reacción

hipercinética de la infancia y síndrome hipercinético.

En la actualidad, estudios sobre hiperactividad han proliferado, llegando a

conocerse mejor tanto los orígenes de este transtorno como su evolución y

tratamiento.

- El transtorno principal en los niños es el déficit de atención, y no el

exceso de actividad motora. De hecho es fácil encontrar a bastantes

niños con dificultad de atención y sin hiperactividad motora.

- El exceso de actividad motora con el tiempo desaparece, mientras que

el déficit de atención habitualmente persiste.

Características del TDAH No tiene un comportamiento extravagante, extraño o inusual durante la

infancia. Las conductas que manifiesta el niño hiperactivo son

conflictivas sólo para la frecuencia con que se presenta, su excesiva

intensidad y la inoportunidad del momento en que se sucede.

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Estos niños tienes más dificultades para controlar su conducta cuando

están con otros niños que cuando están solos. Esto se debe a sus

dificultades para mantener la atención y la gran facilidad que tiene para

distraerse. Cuando está solo, sin apenas quererlo, el niño se convierte

en el centro de atención de la situación siéndole más fácil prestar

atención y estando para ello más motivado.

No todos los niños hiperactivos manifiestan todas las características que

a continuación se describe. Sin embargo, las dificultades de atención, la

impulsividad y la hiperactividad (que son rasgos comunes a todos los

niños hiperactivos) no suelen faltar aunque se manifiestan con un grado

de severidad muy diferente en cada niño.

- Tienen problemas para concentrarse durante largos periodos en una

tarea.

- Se distraen con facilidad.

- Tienen problemas para seguir las directrices que se les sugieren.

- No termina lo que empiezan.

- Actúan antes de pensar

- Necesitan más supervisión que otros niños

- Son disruptivos en clases.

- No son capaces en los juegos de esperar su turno.

- Pasan de una actividad a otra sin terminar ninguna

- Los síntomas comienzan a manifestarse antes de los siete años.

- Pierden las cosas.

- contestan a las preguntas antes de haber terminado de formularlas.

- Pelean por cualquier cosa

- No miden el peligro de lo que hacen

- Son inoportunos cuando están en grupo.

- Se olvidan de lo que tienen que hacer.

- Hablan excesivamente

- Son desordenados y desorganizados.

Estos son los rasgos más característicos del niño hiperactivo, no todos los

niños hiperactivos manifiestan estos rasgos descritos en su conjunto.

Caso de u niño con Hiperactividad:

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Rocío acaba de cumplir 5 años, aunque por su baja estatura no aparenta más

de cuatro años. Asiste diariamente al colegio y curso el segundo años escolar.

Rocío es la mayor de tres hermanos, todas niñas y con una diferencia de edad,

entre ellas, de año y medio. La relación con sus hermanas.es buena, pero las

tiene toralmente dominadas y no permite que hagan nada sin su

consentimiento. En los juegos, no es muy cuidadosa y siempre termina

destrozando sus juguetes y los de sus hermanas.

En casa, Rocío es demasiado independiente y siempre trata de salirse con la

suya. Los padres la describen como una niña inquieta, activa, nerviosa,

habladora, desordenada, mimosa y desobediente. Rocío es una niña difícil para

comer, sus padres han decidido que coma en la mesa con ellos. Para ello, le

han puesto un cojín en la silla, de tal modo que alcance bien los cubiertos y las

servilletas. Cuando sus padres se enfadan, entonces tira algo al suelo, y antes

de que estos puedan levantarse para recogerlo, da un salto y ya está de nuevo

en pie.

Los padres de Rocío nunca encuentran el momento oportuno para acostarla.

Por tarde que sea, Rocío no quiere irse a la cama y, una vez que se le acuesta,

se levanta varias veces con cualquier excusa. Por las mañanas se despierta al

amanecer y corre a la cama de sus padres para jugar.

En el colegio, su rendimiento es bueno pero su maestra se queja porque se

levanta continuamente de la silla, interrumpiendo el trabajo de las compañeras

más cercanas. El pretexto es siempre el mismo: sacar algún objeto de su

bolsillo para cambiarlo por otro o, simplemente, mostrárselo a sus compañeras,

ir por el material para trabajar, antes que la profesora haya explicado qué hay

que tomar y quién lo hará, etc.

El hecho de que se levanta de su pupitre enfurece a la maestra, porque Rocío

no llega bien a la silla y para sentarse de nuevo necesita los dos brazos, con

los que toma fuerza para dar un salto y subir hasta la silla. Una vez arrodillada

a está apoya las nalgas y con unos cuantos balanceos consigue situarse

adecuadamente para continuar su trabajo. Cuando Rocío se levanta y se sienta

tantas veces que ha terminado por pasar la tarde encerrada en un armario,

como castigo.

Diagnostico del TDAH:

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¿Cuando se sabe que un hijo tiene TDAH?

El diagnostico debe ser efectuado por un profesional médico que tenga

experiencia en el tema: neurológico o psiquiatra.

Los criterios diagnósticos más aceptados actualmente son los del Manual

Diagnóstico y Estadístico, cuarta revisión de la Asociación Psiquiátrica

Americana (DSM IV). Deben estar presentes por lo menos seis de los nueve

criterios de Desatención o por lo menos seis de los nueve criterios de

Hiperactividad-Impulsividad.

Es necesario que algunos de estos criterios hayan estado presentes antes de

los siete años y que se presenten en más de un ambiente.

Puede sospecharse que un niño tiene déficit de atención cuando: no atiende

como es debido en la casa o en el colegio, necesita que se le repitan las

órdenes o instrucciones, tiene dificultad para organizar sus actividades, a la

menor dificultad abandona lo que está haciendo, extravía prendas u objetos, se

distrae con cualquier estímulo, es descuidado en sus actividades diarias. 

Puede sospecharse que el niño tiene hiperactividad e impulsividad cuando: se

mueve continuamente en el asiento, se levanta de él innecesariamente, está en

constante actividad, necesita que se le sugiera qué hacer en sus ratos de ocio,

habla excesivamente en la casa y en el colegio, tiene dificultad para esperar su

turno, precipita respuestas, interrumpe las conversaciones de quienes lo

rodean. 

Con respecto al diagnóstico del TDAH en adultos, existe un cuestionario

elaborado por Adler, Kessler y Spencer —auspiciado por la Organización

Mundial de la Salud— que ayuda al profesional tratante. Este cuestionario es

una adaptación de los criterios del DSM IV para el adulto, que le asigna a cada

criterio un puntaje que va de 0 a 4; si el puntaje de Desatención o de

Hiperactividad-Impulsividad totaliza por lo menos 24 puntos, existe evidencia

contundente de que el trastorno está presente. Este diagnóstico presupone que

al adulto se le haya diagnosticado TDAH en la niñez o que exista suficiente

información (proporcionada por la madre, de preferencia) para hacer el

diagnóstico retrospectivamente.

TRATAMIENTO DEL TDAH

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Tratamiento medicamentoso

 

Es la modalidad terapéutica más efectiva. Si el paciente no tiene patología comórbida y existe un excelente manejo en la casa, puede ser la única terapia necesaria. Tratamiento medicamentoso del TDAH 

Terapia conductual

 

Esta es la terapia psicológica de mayor utilidad en el TDAH, especialmente cuando hay trastornos de conducta asociados. Aún cuando no se haga una terapia conductual formal, los principios de modificación de conducta forman parte de las buenas reglas de crianza y del manejo adecuado en salón de clase.Terapia conductual y el tratamiento del TDAH

Coaching para el TDAH 

 

El Coaching para el TDAH se inició hace más de una década en los EEUU y ha logrado tal aceptación que en los últimos tiempos se le está empezando a considerar como la tercera pata del trípode terapéutico de este trastorno. Ayuda a organizar la vida personal, académica y profesional de las personas con TDAH. Coaching para niños, adolescentes y adultos con TDAH

Terapia de aprendizaje y clases de nivelación

 

Son importantes cuando el TDAH afecta significativamente el aprendizaje escolar, a pesar del tratamiento medicamentoso y del apoyo que recibe el niño, en casa. Las clases de nivelación deben considerarse especialmente cuando el control de las tareas escolares por parte de la madre daña seriamente la relación madre-hijo.

¿Terapia de aprendizaje o tutorías?

Psicoterapia de orientación psicoanalítica 

  Es de utilidad cuando existe un problema importante de

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autoestima, cuando existen problemas emocionales (ansiedad, depresión) o de sociabilidad; también cuando hay problemas importantes en el hogar, como en el caso de desavenencia importante entre los padres o de ausencia de uno de ellos.Psicoterapia psicoanalítica y TDAH 

El tratamiento depende de cada caso individual.

El tratamiento farmacológico más utilizado son los estimulantes, que sirven

para ayudar a que el niño pueda concentrarse mejor, y los sedantes en el caso

de que el niño muestre rasgos psicóticos.

El tratamiento psicoterapéutico está destinado a mejorar el ambiente familiar y

escolar, favoreciendo una mejor integración del niño a la vez, que se le aplican

técnicas de modificación de conducta.

El tratamiento cognitivo se basa en el planteamiento de la realización de tareas,

donde el niño aprende a planificar sus actos y mejora su lenguaje interno. A

partir de los 7 años, el lenguaje interno asume un papel de autorregulación, que

estos niños no tienen tan desarrollado. Para la realización de cualquier tarea se

le enseña a valorar primero todas las posibilidades de la misma, a concentrarse

y a comprobar los resultados parciales y globales una vez finalizada.

¿Qué hacer en casos de hiperactividad en adolescentes?1. Es muy importante que toméis conciencia y le hagáis tomar conciencia a él

de cuál es su problema. Explicadle bien en qué consiste para que realice que el

TDAH, Puede causarle problemas en la escuela o en el Instituto a nivel de

rendimiento.

Puede producirle sentimiento de inferioridad si se le compara continuamente

con los otros compañeros de su edad y bajarle la autoestima.

Puede hacer que pierda el control de algunas situaciones y llevarle a decir

cosas o realizar actos cuyas consecuencias pueden ser perjudiciales.

2. A partir de aquí vuestro apoyo y comprensión serán fundamentales.

Deberéis ayudarle a poner en marcha estrategias que sean capaces de evitar o

atenuar los problemas típicos que le acarree este trastorno en la vida diaria.

Animarle a que se marque objetivos concretos y cortos.

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Felicitarle cuando obtenga algún éxito como acabar un trabajo, entregar todos

los ejercicios del día, etc.

Enseñarle a pensar por sí solo y tranquilamente en las consecuencias de sus

actos, sobre todo cuando dude de la conveniencia de estos.

Insistir, aunque sin asfixiarle, en que utilice la agenda de forma sistemática.

Inculcarle que no debe confundir el que le llamen la atención con una "bronca",

que debe aprovechar las buenas intenciones de los demás cuando le adviertan

las cosas y valorar su paciencia.

Evitar que se desespere cuando alguna cosa no le salga bien.

Animarle a volver a intentarlo y por qué no, pedir ayuda.

Tratar de que cuente con alguien a quien le tenga confianza para hablar de sus

dudas o preocupaciones - un amigo, un hermano, el médico especialista.

Inculcarle el hábito de estructurar sus actividades diarias con una rutina o con

la ayuda de un horario semanal.

Apoyarle y animarle a que se acepte tal como es.

Según Still, estos niños son especialmente problemáticos, poseen un espíritu

destructivo, son insensibles a los castigos, inquietos y nerviosos. También son

niños difíciles de educar, ya que pocas veces pueden mantener durante mucho

tiempo la atención puesta en algo, con lo que suelen tener problemas de

rendimiento escolar a pesar de tener un cociente intelectual normal. Son muy

impulsivos y desobedientes, no suelen hacer lo que sus padres o maestros les

indican, o incluso hacen lo contrario de lo que se les dice. Son muy tercos y

obstinados, a la vez que tienen un umbral muy bajo de tolerancia a las

frustraciones, con lo que insisten mucho hasta lograr lo que desean. Esto unido

a sus estados de ánimos bruscos e intensos y a su temperamento impulsivo y

fácilmente excitable, hace que creen frecuentes tensiones en casa o en el

colegio. En general, son niños incapaces de estarse quietos en los momentos

que es necesario que lo estén. Un niño, que se mueva mucho a la hora del

recreo y en momentos de juego, es normal. A estos niños, lo que les ocurre es

que no se están quietos en clase o en otras tareas concretas.

Los indicadores de hiperactividad según la edad del niño

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- De 0 a 2 años. Descargas clónicas durante el sueño, problemas en el ritmo

del sueño y durante la comida, períodos cortos de sueño y despertar

sobresaltado, resistencia a los cuidados habituales, reactividad elevada a los

estímulos auditivos e irritabilidad. 

- De 2 a 3 años. Inmadurez en el lenguaje expresivo, actividad motora

excesiva, escasa conciencia de peligro y propensión a sufrir numerosos

accidentes.

- De 4 a 5 años. Problemas de adaptación social, desobediencia y dificultades

en el seguimiento de normas.

 

- A partir de 6 años. Impulsividad, déficit de atención, fracaso escolar,

comportamientos antisociales y problemas de adaptación social.

Causas de la hiperactividad infantilLa hiperactividad infantil es bastante frecuente. Se calcula que afecta

aproximadamente a un 3 por ciento de los niños menores de siete años y es

más común en niños que en niñas (se da en 4 niños por cada niña). En el año

1914, el doctor Tredgold argumentó que las causas se deben a una disfunción

cerebral mínima, una encefalitis letárgica en la cual queda afectada el área del

comportamiento, de ahí la consecuente hipercinesia compensatoria;

explosividad en la actividad voluntaria, impulsividad orgánica e incapacidad de

estarse quietos. Posteriormente, en 1937, C. Bradley descubre los efectos

terapéuticos de las anfetaminas en los niños hiperactivos. Basándose en la

teoría anterior, les administraba medicaciones estimulantes del cerebro (como

la benzedrina), observándose una notable mejoría de los síntomas.

Consecuencias en la familia con un niño hiperactivoLos padres suelen definir a un hijo hiperactivo como inmaduro, maleducado y

gamberro. Sus comportamientos generan conflictos en la familia,

desaprobación y rechazo. Son irritantes y frustrantes en

cuanto al éxito educativo de los padres, y algunos niños

tienden al aislamiento social.

Este trastorno ya se detecta antes de los 7 años y unos

tienen síntomas más graves que otros. Una cosa que hay

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que tener en cuenta, es que si los padres riñen exageradamente al niño

hiperactivo, pueden estar fomentando un déficit de autoestima por su parte

(sobre todo si lo critican por todo lo que hace) y realimentan el trastorno, ya que

el pequeño acabará por no esforzarse por portarse bien, pues verá que

siempre acaban regañándole haga lo que haga.

Existen casos en que el coeficiente intelectual de algunos niños “prodigio” es

tan elevado, que desde la primera etapa en que manifiestan su desarrollo de

inquietudes, se rehúsan a ser manipulados por sus mayores, no obstante

que se les trate de explicar con lujo de detalles, el, o los por qués de las cosas,

ellos quieren hacer siempre su santa voluntad, y si encuentran

impedimentos a su paso, los arrollan con facilidad y hasta con bastante éxito,

recurriendo a las mil y una maravillas de berrinches infantiles, gritos y llantos

para tomar el protagonismo y apoderarse de la situación, otros suelen estrellar

contra la pared, pisos y techos sus pertenencias, e incluso algunos otros, hasta

se tiran al suelo orinándose de coraje, en medio de un mar de pataleos y

manotazos, hasta lograr ser el centro de atención de la familia.

El niño hiperactivo, siempre por naturaleza será un inconforme de primer

nivel, siempre estará en contra de todo y de todos

aquellos que no estén de acuerdo con su estilo propio de

expresión y manifestación. Es creativo e intuitivo a morir,

parece que se las sabe de todas… todas y no sería difícil

que él quisiese o pretendiese tomar el mando, la

supremacía y las riendas de autoridad en casa.

Los niños hiperactivos no piden: ordenan y exigen las cosas, requieren

siempre ser atendidos en el acto, so pena de recibir una sarta de insultos

altaneros y cargados de prepotencia, que vampiresa las energías de la pobre

madre o el padre, que tienen que soportar pacientemente todas las patanerías

de su hermoso querubín.

Un niño hiperactivo, se caracteriza por el liderazgo, siempre quiere ser el primero en todo, y no permite que nadie le quite o le arrebate su trono, es un

destructor, y un egoísta en exageración, un verdadero rey del desorden y

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nunca pone atención a lo que se le explica, ni a lo que se le pide, y suele

aburrirse o enfadarse de las pequeñas tareas que se le asignan, etc.

¿Qué hacer para ayudar en la educación y formación de un hijo hiperactivo?1.- En primer lugar, ponerse a la altura de sus circunstancias,

2.- Entender sus inquietudes,

3.- Saber escucharlo,

4.- Conocer su forma de pensar y de sentir,

5.- Compartir sus cosas, juegos y confidencias,

6.- Saber qué es lo que realmente el niño busca o quiere lograr y apoyarlo en

sus logros.

7.- No coartarle su crecimiento ni su desarrollo,

8.- Respetar sus ideas y gustos propios.

9.- Organizarle su tiempo para estudios, diversiones y juegos.

Pero sobre todo y lo más importante es enseñarle que tiene una mamá y un

papá que lo adoran y que por su propio bien, también tiene que aprender él a

respetarlos y hacerse respetar.

TRASTORNOS ASOCIADOS A LA HIPERACTIVIDAD Además, aproximadamente, el 40% de los niños con este trastorno tienen

dificultades en el aprendizaje, lo que motiva, si no es tratado adecuadamente,

el abandono de los estudios en la adolescencia. Y casi el 50% de estos niños

tienen asociada alguna alteración psiquiátrica, sobretodo problemas de

ansiedad, con rabietas y miedos o depresión y baja autoestima, en un 20% de

los casos, también trastorno de oposición en un 25% y todo tipo de trastornos

de conducta.

La baja autoestima, está presente al menos en un 25%. Presentan también

mayor riesgo de presentar conductas antisociales en la adolescencia,

especialmente si se da en familias de riesgo (abuso de drogas, alcoholismo,

violencia).

Aunque la sintomatología mejora notablemente con la edad, los síntomas

pueden persistir en la edad adulta, hasta en un 40 a 60% de los casos.

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Pautas escolares para un niño con TDHAEl profesor deberá:

-Ser un profesor que comprenda y asimile el trastorno del niño, que se informe

sobre él.

-Sentarle en el lugar adecuado, lejos de estímulos, enfrente de él, entre niños

tranquilos.

-Darle órdenes simples y breves. Establecer contacto visual con el niño.

-Darle encargos una vez que haya realizado el anterior, no dejar que deje las

cosas a medio hacer.

-No se le puede exigir todo a la vez, se debe desmenuzar la conducta a

modificar en pequeños pasos y reforzar cada uno de ellos: si comienza por

acabar las tareas, se le felicita para conseguirlo, luego que lo intente con buena

letra y se valorará, más tarde que el contenido sea también correcto. Pedirle

todo a la vez, le desmotivará porque no puede realizarlo.

-Alternar el trabajo de pupitre con otras actividades que le permitan levantarse

y moverse un poco.

-Enseñarle y obligarle a mantener el orden en su mesa.

-Hacer concesiones especiales, darle más tiempo en los exámenes, indicarle

---cuando se está equivocando por un descuido, o facilitarles un examen oral

de vez en cuando para que descanse de la escritura, etc.

-Darle ánimos continuamente, una palmada en el hombro, una sonrisa ante

cualquier esfuerzo que presenta, por pequeño que sea. Premiar las conductas

positivas es imprescindible, haber atendido, levantar la mano en clase, intentar

buena letra, o contestar sin equivocarse son conductas a reforzar en el niño

hiperactivo, dicho refuerzo puede ser con privilegios de clase ( borrar la pizarra,

repartir el material, hacer recados, lo que además le permite moverse que es lo

que necesita), o bien dedicarle una atención especial, reconocimiento o halago

público: comentarios positivos en alto, o en privado a otro profesor para que lo

oiga el niño, notas para casa destacando aspectos positivos, una felicitación de

la clase, un trabajo en el corcho, etc.

-Evitar humillarle o contestarle en los mismos términos. Evitar insistir siempre

sobre todo lo que hace mal.

-Tener entrevistas frecuentes con los padres para seguir su evolución.

Pautas terapeuta para un niño con TDHA

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El terapeuta deberá:

Orientar a los padres acerca del trastorno que padece su hijo.

Darles pautas de conducta y actuación con su hijo.

Reeducar las dificultades de aprendizaje asociadas (dislexias, falta de

memoria, digrafías, etc.)

Entrenarle en la resolución de problemas.

Entrenarle en habilidades sociales puesto que suele presentar problemas con

los demás.

Entrenarle en técnicas de relajación.

En general estos niños solo necesitan que seamos conscientes de sus

dificultades, de sus limitaciones, que sepamos, ya que el déficit de atención con

hiperactividad es una entidad propia, con la sintomatología que acabamos de

describir y, sobre la que aún, se están publicando continuos estudios, puesto

que aún nos queda mucho por descubrir acerca de sus bases biológicas, la

influencia del entorno y las posibilidades terapéuticas, pero creo que lo

fundamental es que se reconozca el síndrome como tal.

Las familias que suelen estar desorientadas al principio, deben observar sin

alarmismos innecesarios el comportamiento de su hijo, si les preocupa

realmente, y realizar un diagnóstico precoz que facilitará el tratamiento

posterior. Para ello, existe una asociación de reciente creación que puede

orientar y poner en contacto a las distintas familias que de esta forma se

sienten más comprendidas y escuchadas y desde luego, menos solas.

Según el DSM IV existen varios subtipos de TDAHSegún predomine la desatención o la hiperactividad:

-Tipo predominantemente COMBINADO: Cumple los criterios de atención y de hiperactividad.-Tipo predominantemente HIPERACTIVO: Cumple los criterios de

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hiperactividad pero no llega a los necesarios de falta de atención.- Tipo predominantemente DE ATENCIÓN: Cumple al menos seis de los criterios de déficit de atención, pero no los de hiperactividad.

El más común es el combinado y, en las niñas, parece predominar el de

inatención.

En los tipos combinados, la hiperactividad e impulsividad hacen que, con

bastante frecuencia, sufran accidentes, puesto que no son capaces de calibrar

los peligros de sus acciones. (Cruzar en rojo, patinar en terrenos no

adecuados, lanzarse con la bici por una cuesta muy empinada, etc.)

Esta falta de atención y exceso de actividad suelen producir también problemas

graves en el aprendizaje, aunque su capacidad intelectual sea normal o

superior, y precisamente ese fracaso escolar, suele ser el principal motivo por

el que acuden a consulta.

Síntomas de dificultades de aprendizaje:-Variabilidad: Son niños que tienen amplias variaciones en sus respuestas,

son los típicos niños de los que se dice “puede hacerlo porque ayer realizó

perfectamente esa tarea, cuando hoy es un desastre”.

Retraso psicomotor, que varía desde la simple torpeza motriz hasta dispraxias

importantes, es decir problemas en las nociones de su esquema corporal, del

tiempo y del espacio. Dificultades que se agudizan cuando tiene que realizar

algo con ritmo.

Trastorno del lenguaje de tipo expresivo: con vocabulario limitado y

dificultades a la hora de expresarse. Problemas en el área de lectura. Dislexia.

Dificultades en la grafía, en la escritura: digrafía y disortografía, porque existe

una deficiente coordinación entre lo que ve y el movimiento manual, es decir,

suelen presentar incoordinación viso motriz. Su escritura es torpe, con

tachones, desordenada, su ortografía con múltiples faltas y confusiones.

Es evidente que, con todos estos trastornos, son niños que también presentan

problemas emocionales. No es raro que tengan un comportamiento social

indiscreto, sin freno, y molesto. Este descontrol, casi constante, genera

desconfianza e irritación en padres y maestros, así como rechazo de los

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hermanos y compañeros lo que hace que pueda ser un niño aislado. 

Síntomas personales:Emotividad muy variable: cambian frecuentemente de humor, pueden pasar

de la risa al llanto con cierta facilidad. Son explosivos, de rabietas constantes.

Acentuados sentimientos de frustración, baja tolerancia ante los problemas.

Insiste una y otra vez en que se realicen sus peticiones.

Problemas de relación con los compañeros. Desadaptación social.

Problemas de ansiedad, agresividad, oposición, disconformidad.

Algunos de ellos presentan enuresis (pis nocturno).

No todos los niños tienen todas las alteraciones, se puede comprender

perfectamente que sean niños que suelen ser el punto central de las

discusiones familiares, puesto que son niños que “desquician“ fácilmente y no

siempre se sabe cómo tratarlos, por lo que se producen constantes

enfrentamientos en la familia.

La falta de atención que pone en tareas que requieren un esfuerzo suele

interpretarse como pereza y además en ocasiones podemos encontrarnos con

niños que tienen el trastorno, pero que son capaces de estar sin síntomas en

una situación nueva, cuando existe mucho control, o ante actividades muy

interesantes (como los videojuegos), lo que hace que sus padres piensen que

el comportamiento anómalo es voluntario, “que para lo que le interesa sí que se

fija” y esto complica aún más el problema. Estos padres no saben que existe

una importante deficiencia del autocontrol, que tiene base neurobiológica, como

ya hemos visto anteriormente.

Como ya hemos dicho, en la población infantil aproximadamente cinco de cada

cien niños presentan este trastorno, aunque desgraciadamente la mayoría no

son diagnosticados, y por ello se les trata como niños torpes, maleducados,

consentidos, o simplemente caracteriales. Se les clasifica como niños con

problemas de conducta, cuando en realidad son niños que necesitan un

tratamiento especial y, sobretodo y principalmente, un diagnóstico adecuado

que arroje a padres y profesores una luz para que estos niños se sientan

menos culpables de su falta de control.

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Bibliografía:

Armstrong, T.: Síndrome de déficit de atención con o sin hiperactividad.

Estrategias en el aula. Paidós: Barcelona.

Ávila, C, y Polaino, A. (2002). Niños hiperactivos. Alfaomega: México

Ávila de Encio, C. Cómo vivir con un niño hiperactivo. Narcea: Madrid.

García Pérez, y M, Rubén, el niño Hiperactivo. ALBOR-COHS. Madrid

Lozano, C. (2005). Vivir con un niño hiperactivo: Manual de ayuda. La

Esfera de los Libros: Madrid.