Ciudad, Ciudadanía y Democracia II
[ARTICULOS]La ciudad contemporánea Ismael García RodríguezLaura Mendoza Kaplan
El derecho a la ciudadEder E. ValderrábanoDaniel R. Martí Capitanachi
Hacia una ciudad futuraJorge Torres Serrano
El derecho a una ciudad sustentableJésica FrancoRamón Segura
Plaza GomilaJorge Ochoa Higueras
Dos ensayos de modernidad habitacionalFernando N. Winfield Reyes Naerobi Soledad Diaz Ordaz MontañezAndrea Galindo Guerra
La participación social en MéxicoLilly Areli Sánchez Correa
El diseño del espacio público Karen Nahir Carmona Ramírez
La importancia de construir con materiales localesAdalberto Flores Aguilar / Bertha Lilia Salazar Martínez
Consecuencias del abandono del espacio públicoCatyan Leal Hernández
El diseño del paisaje urbanoJasmín Martínez Galicia
Estrategias para el manejo del espacio públicoErika del Carmen Mota García
Vivienda transformableLidia Itzel Hernández Vázquez / Luis A. Vázquez Honorato
Refugios temporalesOlivia Hernández Bonilla
Globalización e identidadAngel Ruiz Santos
[RESEÑA]Reflexiones para la arquitectura desde una geografía itine-rante, de Fernando N. Winfield ReyesIleana Miranda Zacarias
DOCEJulio -Diciembre 2014
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Contenido
La ciudad contemporánea.Ismael García RodríguezLaura Mendoza Kaplan
El derecho a la ciudad.Eder E. ValderrábanoDaniel R. Martí Capitanachi
Hacia una ciudad futura.Jorge Torres Serrano
El derecho a una ciudad sustentable.Jésica FrancoRamón Segura
Plaza GomilaJorge Ochoa Higueras
Dos ensayos de modernidad habitacional Fernando N. Winfield Reyes Naerobi Soledad Diaz Ordaz MontañezAndrea Galindo Guerra
La participación social en México.Lilly Areli Sánchez Correa
El diseño del espacio público.Karen Nahir Carmona Ramírez
La importancia de construir con materiales locales.Adalberto Flores Aguilar Bertha Lilia Salazar Martínez
Consecuencias del abandono del espacio público.Catyan Leal Hernández
El diseño del paisaje urbano. .Jasmín Martínez Galicia
Estrategias para el manejo del espacio público.Erika del Carmen Mota García
Vivienda transformable.Lidia Itzel Hernández Vázquez.Luis A. Vázquez Honorato
Refugios temporales.Olivia Hernández Bonilla
Globalización e identidad.Angel Ruiz Santos
Reseña al libro Reflexiones para la arquitectura desde una geografía itinerante, de Fernando N. Winfield Reyes. Ileana Miranda Zacarias
DirectorioREVISTA RUA
RUA, año 6, número 12, Julio- Diciembre 2014.RUA es una publicación semestral editada por Dr. Arq.Daniel Rolando Martí Capitanachi. Diego Leño No. 12,Centro Histórico, C.P. 91000, Xalapa, Ver.
Editor responsable: Dr. Arq. Daniel Rolando MartíCapitanachi. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No.04-2009-070213393100-102. ISSN 2007-3992. Licitud deTítulo y Licitud de Contenido No. 14800, ambos otorgadospor la Comisión Calificadora de Publicaciones y RevistasIlustradas de la Secretaría de Gobernación. PermisoSEPOMEX No. No aplica.
Impresa por Imprenta Reproducciones GráficasAvanzadas. Av. 17 Poniente 1516-C, Col. Jardines deSantiago. C.P.72580 Teléfono 01 (222) 240 41 90. Fax296 70 58, Puebla, Puebla. Este número se terminó deimprimir en el mes de octubre de 2013, con un tiraje de 700ejemplares.
Las opiniones expresadas por los autores nonecesariamente reflejan la postura del editor de lapublicación.
Queda estrictamente prohibida la reproducción total oparcial de los contenidos e imágenes de la publicación sinprevia autorización del Instituto Nacional del Derecho deAutor.
Comité EditorialDr. Arq. Daniel R. Martí CapitanachiDr. Arq. Mauricio Hernández Bonilla Dr. Arq. Gustavo Bureau RoquetDr. Arq. Fernando N. Winfield ReyesMtra. Arq. Ana María Moreno Ortega
Consejo EditorialDr. Arq. Roberto Goycoolea Prado Universidad de Alcalá de Henares, EspañaDra. Arq. Margarita de Luxán G. Universidad Politécnica de Madrid, EspañaDra. Elvira Maycotte Pansza Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, MéxicoDra. Arq. Martha Chávez Anguiano Universidad de Colima, MéxicoDra. Arq. María Teresa Pérez Bourzac Universidad de Guadalajara, MéxicoDra. Beatriz Eugenia Rodríguez Villafuerte Universidad Veracruzana, MéxicoDr. Arq. Ricardo Pérez Elorriaga Universidad Veracruzana, México
Panel de árbitros externos:Mtra. Arq. Harmida Rubio GutiérrezDr. Arq. Iván San Martín CórdovaDr. Daniel González Romero Coordinador de este número:Mtra. Arq. Ana María Moreno Diseño editorial:Arq. Jéssica Donagi Pérez AguilarArq. José David López Sánchez
Diseño de portada y contraportada:Arq. Jéssica Donagi Pérez AguilarArq. José David López Sánchez
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[ 2 ] RUA 12 ∙ Julio-Diciembre. 2014
La ciudad: una visión paradójica entre modernidad/posmodernidad
Posteriormente a la Revolución Industrial (siglos XVII-XIX), quizá la etapa de mayor incidencia sobre la ciudad haya sido el Movimiento Moderno, también conocido como la Modernidad, (principios de siglo XX-inicios de la Segunda Guerra Mundial), movimiento que encuentra en La Carta de Atenas probablemente su más representativo manifiesto.
La Modernidad trajo consigo una serie de ideales de lo que la ciudad debía ser, entre los que resaltan la creencia de que gran parte de las soluciones a
los problemas complejos de la ciudad podían ser resueltos exclusivamente a través de un plan de ordenamiento territorial, o de zonificar a la urbe con base en únicamente cuatro actividades del hombre: habitación, esparcimiento, trabajo y circulación.
Destaca por su importancia para efectos del presente artículo, aquella visión homogénea y universalista que se tenía acerca de los habitantes de la ciudad, en donde todos eran vistos como una masa uniforme cuyos problemas pretendían ser resueltos con base en una solución universal que aplicara perfectamente para todos ellos, olvidando así que dentro de una misma sociedad existen grandes
particularidades entre los individuos que la integran como lo son sus etnias, religiones, ideologías y géneros, entre algunas otras características más.
Al respecto, Josep Maria Montaner (2011), quizá uno de los más destacados críticos contemporáneos de la arquitectura menciona:
“Las cuestiones del movimiento moderno en concreto y de la modernidad en general que han quedado superadas con la visión idealizada de un progreso sin límites y la posibilidad de explotar unos recursos de la naturaleza supuestamente inagotables; y una visión única, eurocéntrica y monolítica que, a pesar de
La ciudad contemporánea: una mirada desde el géneroIsmael García Rodríguez/Laura Mendoza Kaplan
Fig. 1 Vista de la Ciudad de México desde el Monumento a la Revolución.Fuente: Fotografía de Ismael García Rodríguez.
RUA 12∙ Julio-Diciembre 2014[ 7 ]
[ artículo ]
Expansión urbana: abandono del espacio público y desigual-dad social en las ciudades con-temporáneas
El crecimiento económico que se ha presentado en todas las ciudades del mundo, en los siglos XX y XXI, ha sido el principal determinante para la celeridad en el incremento poblacional y territorial de las urbes (Rojas, et al., 2004).
El incremento poblacional ha permitido, hasta cierto punto, que el espacio edifi-cado en las ciudades siga en expansión, con la integración de fraccionamientos residenciales, centros comerciales, zo-nas industriales y barrios informales. La construcción de estos nuevos complejos ha propiciado que las ciudades se ex-pandan físicamente a un ritmo que pue-de llegar a ser dos o tres veces superior al incremento de su población, lo que genera una reducción de la densidad demográfica (ONU, 2012).
La expansión de las ciudades en el te-rritorio proyecta grandes retos para su gestión y sostenibilidad. Los problemas generados por esta dispersión de la mancha urbana traen consigo grandes
problemas sociales tales como desigual-dad, inequidad y pobreza en las oportu-nidades generadas dentro de ellas.
Pese a los avances económicos, el de-sarrollo de más y mejores tecnologías y las iniciativas para combatir la pobreza dentro de las urbes, no ha habido mejo-ras considerables en materia de equidad dado que son ciudades duales, divididas o segregadas en su estructura espacial y social (Rubalcava & Schteingart, 2012).
La situación de pobreza e inequidad es más evidente aún en las ciudades de los países en vías de desarrollo, ya que la re-lación entre la urbanización globalizada y la ciudad tradicional es casi inexistente, lo cual provoca desigualdad, exclusión económica y cultural local (García Can-clini, 2000).
Existe además una inclinación por crear barrios, fraccionamientos o condominios cerrados, construcciones periurbanas1 que generan zonas monofuncionales y privadas. Son patrones o modelos encaminados a una ganancia económica
1 El área periurbana de acuerdo a la ONU, en su libro “Ciudades 2012”, es la que se encuentra en las periferias de las ciudades, donde se localizan principalmente construcciones de tipo residencial, cuya finalidad es la de alojar a la mayoría de la población que radican en ellas
de corto plazo y que proceden de un enfoque individualista por parte de la economía, en el que lo privado prevalece sobre lo público y las desigualdades sociales incrementan, dada la segregación2 espacial que se presentan con estos modelos.
A este fenómeno se le conoce como suburbanización, y es uno de los facto-res que contribuyen en gran medida al deterioro del espacio público, lo que ocasiona en la mayoría de los casos, el abandono de los espacios sociales y por consecuente al abandono de los mismos (Remedi, 2000).
Podemos incluir también que el cre-cimiento de la mancha urbana en las ciudades ha ido generando la consoli-dación de ciertas áreas dentro las urbes, como lo son sus centros históricos y pe-ricentros urbanos, los cuales, pese a que se encuentran densamente ocupados presentan muchas de sus edificaciones y equipamientos en estado de abandono o subutilizados, siendo algunos de ellos espacios públicos (Rojas, et al., 2004).
2 Entendemos como segregación “el grado de proximidad espacial de las familias que pertenecen a un mismo grupo social y su distancia con otros grupos (étnicos, raciales o socioeconómicos)” (Rubalcava & Schteingart, 2012).
El derecho a la ciudad a través de la recuperación del espacio públicoEl caso del Programa de Rescate de Espacios Públicos en MéxicoEder E. Valderrábano C. / Daniel R. Martí C.
Fig. 6 http://ixrevivalxi.deviantart.com/art/City-sketch-399244534
RUA 12∙ Julio-Diciembre 2014[ 13 ]
[ artículo ]
Hacia una ciudad futura. Julio Alberto Torres Serrano
Una visión del presente y futuro urbano.
¿Dónde vivimos?, ¿Cómo vivimos?, ¿Cuá-les son nuestros ambientes “naturales” al habitar?, de acuerdo al censo del INEGI 2010 el 77.8% de la población nacional viven en zonas urbanas, nuestros am-bientes “naturales” son ahora las calles y avenidas, la vivienda horizontal o verti-cal, los centros comerciales, el transpor-te público o particular. También nos son habituales las transacciones económicas o de datos que se suscitan en gran volu-men a través de internet, el espacio pú-blico y las diversas manifestaciones so-ciales; todo ello ha transformado nuestro concepto de lo “natural”. Ahora, lo que nos es natural, sucede en las ciudades.
Bajo esta premisa, surge la necesidad de abordar el problema urbano desde diver-sas perspectivas. Es claro que la ciudad contemporánea se enfrenta a infinidad de problemáticas que son abordadas por diversos especialistas. El diseño, la planeación o reorganización de una ciu-dad no puede verse como la actividad de un perfil profesional exclusivo, es por su naturaleza, multidisciplinaria. Por tal mo-tivo, es de vital importancia generar un espacio de análisis con un tema común, pero abordado desde diversas miradas.
Las ciudades son las grandes receptoras y aglutinadoras de flujos humanos, es in-evitable dejar de pensar en las múltiples relaciones sociales que involucra una
comunidad de miles de habitantes y, en las muchas virtudes y patologías urbanas debidas a los modos en que la población interactúa. Por ejemplo, el solo hecho de hacer mención de la palabra ambulan-taje, nos produce infinidad de imágenes que evocan la conglomeración, la inva-sión del espacio público que imposibilita el libre tránsito, y por supuesto, los pre-cios accesibles y la piratería, esta última actividad, vinculada con el desempleo, las actividades delictivas y un largo etcé-tera.
La ciudad también es receptora social de minorías, por mencionar algunos ejemplos, pensemos en los indígenas, que en la mayor de las veces terminan como indigentes al verse truncada su esperanza de empleo y al ser vulnerables por su condición social de casi parias,
con la desventaja de poseer otro idioma e idiosincrasia, muchas veces analfabe-tas y abandonados a su suerte, aunque también, en el mejor de los casos, nos acercan a su herencia cultural comercia-ble, como lo son sus tejidos, artesanías, o folclor.
Otras minorías que reciben las ciudades son los refugiados extranjeros, quienes al verse amenazados en su país de origen emigran a otros y terminan mezclándose y enriqueciendo nuestro mosaico cultu-ral, tal es el caso, por citar alguna de es-tas masivas migraciones positivas al país, la de los españoles, quienes durante la guerra civil española huyeron de su país y fueron recibidos por el entonces pre-sidente de México Lázaro Cárdenas. Las características de estos migrantes fueron diversas e incluían intelectuales y profe-
Fig. 12 http://blog.deltoroantunez.com/2012/05/tianjin-china-se-suma-las-ciudades.html
RUA 12∙ Julio-Diciembre 2014[ 19 ]
[ artículo ]
El actual crecimiento desordenado de las
ciudades ha provocado, en muchos de los
casos, la inestabilidad ambiental, social y
económica de las mismas. Debido a esto,
se ha intentado en las últimas décadas
reorientar el concepto de hacer ciudad. Sin
embargo, vemos que no es suficiente y nos
seguimos preguntando cómo mejorar las
condiciones de vida en las ciudades.
En 1968, Henri Lefebvre consideró la posi-
bilidad de que la ciudad se construyera con
un objetivo común y de manera colectiva.
Así nació el concepto de derecho a la ciu-
dad.
En El derecho a la ciudad, Lefebvre enuncia
por vez primera la noción de lo urbano, lo
que [lo] convierte en el primer pensador crí-
tico significativo que trató la urbanización
funcionalista atendiendo directamente a su
dimensión política. De esta crítica se pueden
extraer dos implicaciones: por un lado “la
crisis de la ciudad amenaza a la sociedad en
su conjunto”, y por otro “la toma democráti-
ca de la ciudad permite un modo de superar
la crisis de la sociedad capitalista”. (Costes,
2011:90)
La dinámica económica de la sociedad ca-
pitalista que domina hoy en día nuestras
ciudades, se ha apropiado de los espacios
tanto en sus aspectos sociológicos, como
culturales y ambientales. La mayor parte
del espacio urbano se ha privatizado, y
el espacio público cada vez tiene menor
cabida y calidad. Asimismo, son varios
los autores que se adhieren a este enfo-
que: Jane Jacobs (1961), Richard Sennett
(1970), David Harvey (1973), Saskia Sassen
(1991), Manuel Castells (1999), Edward
Soja (2000), Jordi Borja (2003), Zygmunt
Bauman (2001), entre otros.
Es importante aquí destacar el concepto
de ciudad global que ha instituido la so-
cióloga Saskia Sassen, con el propósito de
entender la necesidad del cambio en el
proceso multidisciplinario de proyección,
construcción y revisión de la ciudad.
[…] la ciudad global tiene dos funciones
productivas: una, justamente, la de facilitar,
manejar, parte de lo que llamamos «la eco-
nomía global», la cual no existe simplemente
en los mercados electrónicos sino que nace
en esas urbes. Esa red de 40 ciudades globa-
les que surge en los 90 cumple la función de
expandir la economía global. No responde
a una decisión de los jefes urbanos de esas
ciudades. La segunda función es política en
dos sentidos: desestabiliza viejas políticas de
clase y genera nuevas modalidades políticas
(Sassen, 2012).
Del mismo modo, la Carta Mundial del De-
recho a la Ciudad (2000) apoya esta causa,
dando además un significado social pode-
roso. En ella se describe el objetivo de re-
cuperar la ciudad para hacerla más partici-
pativa, incluyente, equitativa, democrática
y sustentable. Entonces, vale decir que una
de las funciones del derecho a la ciudad
es la política, ya que promueve la partici-
pación ciudadana con el objetivo de cons-
truir, transformar y fortalecer la ciudad.
Igualmente, las estrategias de participa-
ción deben beneficiar a todos lo involucra-
dos, originar una visión y misión que sean
compartidas por todos los involucrados.
Así, desde un enfoque más social, se po-
drían incluso establecer las pautas para
que el derecho a la ciudad se cumpliera
a partir de iniciativas sustentables, y así
definir los principios para el crecimiento
sustentable de la ciudad. A continuación
se detallan algunas medidas establecidas
en diferentes ciudades que han favorecido
a la sustentabilidad en pequeña y gran es-
cala:
El derecho a una ciudad sustentable.Jesica Franco / Ramón Segura
Fig. 18 Render. http://www.everydayrealestate.com.ar/negocios/internacional/tglt-presento-nuevo-proyecto-foster-partners
[ 22 ] RUA 12 ∙ Julio-Diciembre. 2014
[ artículo ]
Introducción Actualmente todos los gobiernos tienden a mejorar la política de sus partidos políticos, olvidándose de lo mas importante: el futuro crecimento demografico y urbano de todas las ciudades, especialmente latinoamericanas. La problemática es cada vez mas grande, ya que no se aplica un plan regulador de crecimento en algunas urbes ocasionando con ello que la problemática cada día sea más grave y latente. Con base en lo anterior, en este ensayo se analizará concretamente la problemática de la ciudad de Xalapa, en donde el tráfico es cada día más caótico ante el problema vial.
Los rincones típicos que caracterizaron a la ciudad de Xalapa en siglo XIX dejaron asentado un pasaje de la historia arquitectónica en la ciudad.El recuperar estos espacios históricos generará un detonante turístico para la capital. En el presente proyecto se hace una propuesta para reactivar la imagen original de los rincones típicos, así como la originalidad de cada uno, ya que las autoridades los han tenido en el olvido y abandono. Al reavivar la arquitectura de los monumentos historicos, se fomentará la cultura característica de esta ciudad y la conviencia familar.
Historia En cuanto a los hidrantes y a las fuentes que se encontraban estratégicamente instalados en diversos rumbos de
Xalapa, prosiguieron dando servicio público hasta cerca de los años 40, que existían para el mismo fin. Una de las fuentes famosas fue la de Gomila que se localizaba al final de lo que hoy es la calle de Zaragoza y principio de Hidalgo ya que ésta surtía a todo el vecindario que la rodeaba.
No se sabe con exactitud de donde proviene el nombre de Gomila, pero su origen es español, aunque en esa época era costumbre nombrar las calles o puntos de reunión con el nombre de alguna persona que fuera muy conocida en la zona y se atribuye a esta costumbre el nombre, el barrio y la calle se llamaban popularmente Gomila, seguramente porque allí vivió un señor de apellido Gomila, pues era común que el apellido del dueño de un tendajón o propietario de una tortillería diera el nombre a su calle precisamente por su popularidad; ésta fue tan famosa que popularmente la llamaron con el mismo nombre el barrio donde estaba ubicada.
Independientemente de su función principal que fue el abastecimiento de agua, esta fuente era un punto de reunión para los habitantes, sitio que era ocupado para el esparcimiento tanto de adultos como para los niños que salían a jugar en la plazoleta.
Ubicación La plazoleta de Gomila se ubica al final de la calle que hoy conocemos como Zaragoza y el principio de la calle de Miguel Hidalgo, zona centro.
Estructura EspacialEn el siglo XIX en esta plazoleta se encontraba circunscrita una fuente de aproximadamente 4.00 mts de diámetro hecha a base mampostería de recubierta de cal y arena y usaban como adhesivo la baba de nopal; ella contaba con sus respectivos accesos a los cuatro puntos cardinales. Estos hipoteticamente eran de aproximadamente de 1.50mts , y tenía a su alrededor un pasillo que circundaban a la fuente de aproximadamente 1.50mts de ancho.
Plaza Gomila Jorge Ochoa Higueras
Fig. 23 Plaza Gomilla. Xalapa antiguo. Fig. 24 Imagen proporcionada por el Autor
RUA 12∙ Julio-Diciembre 2014[ 25 ]
[ artículo ]
A la memoria de Luis Guillermo Rivadeneyra Falcó(Orizaba, 1920 - Xalapa, 2012)
Amplia y diversa es la producción arquitec-
tónica de Luis Guillermo Rivadeneyra Falcó,
sin duda uno de los arquitectos emblemá-
ticos de la modernidad mexicana. Recono-
cido por sus aportaciones a la arquitectura
escolar y por sus interesantes soluciones
creativas en géneros de edificios para co-
mercio, oficinas, industria o transporte, en-
tre otros, la singularidad experimental de su
arquitectura habitacional merece también
un atento análisis.
Sus sobresalientes capacidades de origina-
lidad, adaptación a contextos y programas
arquitectónicos diversos, así como el rigu-
roso aprovechamiento tecnológico y de
materiales seleccionados, son señas de una
expresión regional con los que en síntesis
enriqueció el ensayo y producción de las
ideas modernas en nuestro país (Winfield
Reyes, 2009).
Dos proyectos de la década de los años 1940
ilustran su interés por dar cualidades excep-
cionales a la vivienda unifamiliar, partiendo
de una singular integración del conjunto de
espacios a las condiciones irrepetibles de
cada sitio, tanto en la Residencia en San Án-
gel de la Ciudad de México como en la Casa
de La Loma en Xalapa.
Residencia en San Ángel, Ciu-dad de MéxicoPublicada en el Número 16 (Agosto de 1944)
de la Revista Arquitectura/México
En un terreno extenso se toma la decisión
de emplazar la construcción hacia su extre-
mo oeste. A las consideraciones funcionales
y climáticas, debe agregarse cierta voluntad
de una estética compositiva de gran dina-
mismo, donde se desafían los convenciona-
lismos de la simetría.
La breve descripción publicada que acom-
paña varias fotografías y dibujos indica que:
Obedece la planta a la idea de disponer el
mayor espacio de terreno libre y a la vez
provocar que tenga vida interior: privacía.
Recámaras y parte social rodean a una terra-
za, aquellas tienen vista al Oriente; Estancia
y Estudio al Sur; Servicios independientes al
Norte; todas las dependencias ven al jardín
y tienen comunicación a él.
La fachada es de líneas sencillas, de impor-
tancia secundaria.
El tabique y piedra, de San Bartolo Tenayuca,
se dejaron aparentes al exterior, así como,
en las chimeneas en interior, de la misma
piedra.
Luis G. Rivadeneyra:Dos ensayos de modernidad habitacionalFernando N. Winfield Reyes/Nairobi Soledad Díaz Ordaz Montañez/Andrea Galindo Guerra
Fig. 27 Imagen Proporcionada por el Autor
[ 28 ] RUA 12 ∙ Julio-Diciembre. 2014
[ artículo ]
La participación social en la evolución de las directrices del desarrollo urbano en México.Lilly Areli Sánchez Correa.
A través de más de tres décadas de planeación urbana en México, la participación de la ciudadanía ha estado presente en los documentos rectores del desarrollo de las ciudades, desde la generalidad de su mención en sus inicios -no obstante con suficiente sustento en razón del interés público y beneficio social en que se fundamenta la legislación- hasta los tiempos recientes en que se plantean modalidades ejecutivas y de mayor aplicación, tratando de que la ciudadanía ejerza sus derechos sobre la ciudad.
Los documentos reguladores del desarrollo urbano en el presente siglo reconocen la inoperatividad que la inserción de la ciudadanía ha mostrado en los procesos de planeación.
Enuncian los Ejecutivos Federales en los últimos sexenios concluidos: “Con anterioridad se ha incluido la participación ciudadana y sin embargo, dicho proceso se ha dado de manera
aislada y esporádica” (PNDU 2001-2006: 56).
En el siguiente periodo presidencial se lee: El reto actual es impulsar la participación ciudadana que aún está muy acotada en materia de planeación urbana (PNDU 2009-2012:56)
Por su parte, la ciudadanía manifiesta un distanciamiento entre lo que dispone el Estado y sus aspiraciones o requerimientos, algunas veces con desconocimiento del marco normativo y mayoritariamente con falta de credibilidad hacia las políticas urbanas.
Una crítica importante de mencionar se genera a través de observar como las consultas públicas para la aprobación de programas de desarrollo urbano convocan a cámaras, asociaciones y colegios, las cuales, en la mayoría de los casos, permiten contar con el soporte ciudadano para la realización de proyectos que previamente
estaban programados, sin propiciar un seguimiento de las acciones dado que esta agrupación de organizaciones se diluye de manera rápida. La participación a menor escala en unidades barriales quizás tengan mejor respuesta, sin embargo su ámbito de actuación es reducido y no permite visualizar el contexto amplio de la planeación de una ciudad. (Ward,2004)
Conocer la normativa en materia de participación social podría apoyar a que la ciudadanía sustentara propuestas fundamentadas para ejercer sus derechos sobre las disposiciones en el desarrollo urbano y elevara su escala de interés mas allá del entorno inmediato, como efectiva actuante en la formulación y seguimiento del cumplimiento de los documentos rectores, así como en la vigilancia y denuncia por la falta de observancia a los mismos.
Fig. 31 Taller participativo, Fuente: http://co-creating-cultures.com/
RUA 12∙ Julio-Diciembre 2014[ 33 ]
El diseño del espacio público a través de la percepción del ciudadanoKaren Nahir Carmona Ramírez
Introducción
En la actualidad, uno de los principales temas en el discurso de la arquitectura y el urbanismo radica en una creciente necesidad de generar espacios públicos que tengan un diseño urbano-arquitectónico de calidad. Es decir, se busca que estos espacios sean atractivos para sus usuarios y que beneficien el buen funcionamiento de las ciudades.
Como realidad presente en la mayoría de las ciudades contemporáneas, la planificación y el diseño del espacio público han dejado a un lado las necesidades del hombre y han dado prioridad a otras exigencias de tipo económico, político y técnico. Es por ello que los arquitectos y urbanistas debemos encontrar en el hombre, en sus necesidades y aspiraciones, la medida y
guía de nuestros proyectos, centrando los problemas del diseño urbano en el respeto por todo lo humano.
De aquí la importancia de establecer que mediante el análisis de los efectos que los espacios públicos provocan en sus usuarios en un nivel físico, psicológico y de comportamiento social a través de la percepción, es posible lograr un mejor y renovado diseño de los mismos. Por eso, el espacio público debe ser interpretado como el lugar donde se crean conductas y sentimientos de acuerdo con las experiencias sensoriales, memorias e idealizaciones de quien los percibe (Villena, M., 2012: 1-15).
Dicha interpretación del espacio puede leerse desde dos principales enfoques. El primero, reconociendo el lenguaje formal del espacio público conformado
por un conjunto de elementos de dise-ño espacial y como transformador de la percepción de quien lo vive. El segundo enfoque se refiere a entender cómo el usuario se apropia de aquellos espacios con los que se siente identificado e in-ciden en su historia personal (Rubio, H., 2009).
De esta forma comprendemos que el ser humano se comporta en el espa-cio público en función de la imagen perceptiva que forma de él. Es por ello que debemos trabajar a partir de la comprensión de estas percepciones y aplicarlas al diseño urbano-arquitec-tónico, en el sentido de que la relación hombre−medioambiente construido se manifiesta en tres ámbitos: físico, psico-lógico y social. . El primero entendido como el sitio donde se habita y el usua-rio toma mediante procesos sensoriales estímulos del medio físico; el psicológico,
Fig. 35 Render del Borde Parque UrbanoJUAN XXIII, Fuente: http://www.studio-medida.
RUA 12∙ Julio-Diciembre 2014[ 37 ]
[ artículo ]
Introducción Cuando el hombre empezó a utilizar los materiales de la naturaleza para convivir con ella seguramente pensaba en el planeta como un lugar adecuado para habitar y crear su refugio. Así fue que comenzamos a utilizar los materiales naturales para crear guaridas de paso —lo que más adelante serían moradas más estables—.
Conocemos la historia de las grandes civilizaciones de la humanidad, así como su dominio de los diversos materiales locales en la construcción de sus ciudades. La influencia de la tierra en las diversas edificaciones de muchas tribus africanas, los monumentos de piedra del Stonehenge, e incluso la confiabilidad en el bambú dentro del imponente
Taj Mahal, ejemplifican este tipo de construcciones. Así a través de miles de años, los materiales proporcionados por la naturaleza satisfacieron las necesidades de las diversas culturas y escenarios geográficos.
Pero a mitad del siglo XVIII surge la Revolución industrial, la cual detona la transformación tecnológica e instituye el capital económico sobre el capital social. Este fomento dado a los procesos mecánicos, significa, en el campo de la arquitectura, el declive de la construcción en comunidad de las ciudades y la aparición de arquitecturas universales.
La divergencia se encuentra en el abandono de culturas y materiales
constructivos antes que el refuerzo de los mismos. Así en esta nueva y creciente “arquitectura formal”, se dio mayor lugar a las modificaciones en las técnicas constructivas, dejando fuera del proceso a los habitantes y su cultura.
Si bien los materiales de construcción siguen avanzando velozmente, continuamos construyendo basados en la idea de trasladar la materia prima desde su origen hacia otros lugares —muchos distantes— para su transformación, y para luego su eventual retraslado y utilización. Del mismo modo implantamos el reemplazo y deshecho de estos materiales en un lapso de tiempo programado de vida útil.
La importancia de construir con materiales locales en la Arquitectura del siglo XXIAdalberto Flores Aguilar / Bertha Lilia Salazar Martínez
Fig. 39 Xochicalco. Fuente: elmiradorimpaciente.blogspot
[ 40 ] RUA 12 ∙ Julio-Diciembre. 2014
[ artículo ]
La importancia de un espacio público reside en su potencial de generar rela-ciones sociales entre los miembros de una comunidad y lograr la sana interac-ción de la sociedad. Al ser un espacio que por sus características pretende ser concurrido, genera una mayor sensa-ción de seguridad entre sus miembros. Sin embargo, existen casos donde el es-pacio público deja de ser atractivo para sus usuarios y no cumple con los propó-sitos mencionados anteriormente. Las causas pueden ser varias: su mala ubi-cación, una infraestructura deficiente, o que simplemente su diseño no genere en los usuarios una verdadera identifi-cación y apropiación del lugar.
Antes de seguir planteando esta pro-blemática, es importante detenernos en algunas definiciones que nos pro-porcionen una mejor comprensión de la misma y de sus variables. Varios au-tores hablan sobre el “espacio público” y se han dado a la tarea intentar definirlo. Jordi Borja (1997) es un geógrafo urba-nista español que se ha dedicado por varios años al análisis e investigación de las ciudades.
Según este especialista: El espacio pú-blico es un concepto jurídico: un espa-cio sometido a una regulación espe-cífica por parte de la Administración pública, propietaria o que posee la fa-cultad de dominio del suelo y que ga-rantiza su accesibilidad a todos y fija las condiciones de su utilización y de insta-lación de actividades.
El espacio público moderno proviene de la separación formal (legal) entre la propiedad privada urbana (expresada en el catastro y vinculada normalmen-te al derecho de edificar) y la propiedad pública (o dominio público por subro-gación normativa o por adquisición de derecho mediante cesión) que nor-malmente supone reservar este suelo libre de construcciones (excepto equi-pamientos colectivos y servicios públi-cos) y cuyo destino son usos sociales característicos de la vida urbana (espar-cimiento, actos colectivos, movilidad, actividades culturales y a veces comer-ciales, referentes simbólicos monumen-tales, etc.).
Dentro de una comunidad, el espacio público es el lugar idóneo para el desa-rrollo de la convivencia comunitaria, un sitio de encuentros y relaciones socia-les, e incluso de diversas actividades de ocio. En los barrios “humildes” (bajo cier-tas condiciones de pobreza), por ejem-plo, el espacio público puede impactar positivamente y ayudar a combatir los problemas de inseguridad a partir de la participación de toda la comunidad en el cuidado de estos espacios.
El abandono del espacio público y sus consecuencias
Hoy en día, los lazos que deberían exis-tir y fomentarse en una comunidad se han ido perdiendo. Y una de las grandes causas de esta pérdida de interacción es la lamentable condición en la que se encuentran los espacios públicos. La inseguridad, la falta de recursos para su mantenimiento, las condiciones so-ciales de ausencia de tiempo para la recreación y el descanso, o la magnitud de la ciudad que propicia la ausencia del ser humano de su hábitat residen-cial son varias de las causas del deterioro
Las consecuencias del abandono del espacio público Catyan Leal Hernández
Fig. 41 Fábrica de San Bruno, Fuente: http://valvulamagazine.
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[ artículo ]
Introducción
Es innegable que el sistema capitalista que nos rige actualmente nos obliga a desarrollarnos dentro de una estructu-ra social que se encuentra dividida en grupos, cuyos niveles están determi-nados principalmente por parámetros económicos, lo cual da lugar a las clases sociales. A su vez, las ciudades donde vivimos son el reflejo de esta estratifi-cación social, la cual lleva implícita la desigualdad.
Asimismo, a medida que las ciudades se conforman, los habitantes van afectan-do y reconfigurando el paisaje natural existente, creando una combinación de elementos naturales, artificiales y culturales que después dan lugar a un paisaje urbano lleno de diversidad, con-trastes y antagonismos.
La finalidad de exponer aquí la contras-tación de los paisajes como producto de una sociedad con un sistema des-igual, consiste en proponer el diseño
de paisaje urbano como un medio que sirva de impulso para el desarrollo de los asentamientos humanos. Se hace énfasis en aquellos emplazamientos que habían quedado en el rezago so-cial, pero que con el tiempo a pesar de haber logrado una mejoría en el ámbito urbano, han quedado atrapados en el estereotipo de colonias pobres y en la marginalidad por su origen informal.
Basta como muestra de lo anterior señalar la aparición de nuevos asenta-mientos irregulares en nuestro país du-rante la década de los noventa, a raíz de importantes cambios socioeconómicos a nivel mundial y nacional que dieron pauta a importantes cambios territoria-les en la configuración de las ciudades.
En este contexto, las ciudades se hi-cieron más extensas y la desigualdad se volvió más marcada. Esto debido a que las instancias gubernamentales de nuestro país, las cuales deberían ser las primeras en brindarnos recursos para procurar el bienestar social, se vieron
enfrentadas ante retos de gran magni-tud y acelerado crecimiento.
Dichos retos no pudieron asumirse, ya que la infraestructura existente no era capaz de proveer servicios básicos a la población que lo requería. De esta ma-nera, los asentamientos que se habían originado en ese momento, quedaron en el rezago social durante décadas.
Es verdad que hoy en día la mayoría de esos asentamientos cuenta ya con la in-fraestructura necesaria para su subsis-tencia, pero la planeación urbana ejerci-da por las instancias gubernamentales se ha desvirtuado, dando prioridad a la provisión de servicios de agua potable, alcantarillado y electricidad; como si és-tos fueran los únicos entes necesarios para el desarrollo del hombre y dismi-nuir el rezago social.
El diseño del paisaje urbano como impulsor de la estratificación socialJasmín Martínez Galicia
Fig. 49 Render, Fuente http://arquiblog.uniandes.edu.co/
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La importancia del espacio público
A lo largo de la historia, el espacio públi-
co ha representado el escenario princi-
pal de la vida en las ciudades. Su esen-
cia radica en ser un lugar de encuentro,
intercambio y comunicación, donde se
enriquecen las prácticas sociales, y don-
de se motiva la participación ciudadana
en asuntos de interés colectivo. El es-
pacio público actúa como un represen-
tante de la interacción social, donde los
habitantes se observan como sociedad
y cultura. Por esto, es importante reco-
nocer que a través de las plazas, parques
y calles se hacen evidentes los aciertos
y problemas a los que se enfrenta una
ciudad.
A pesar de su importancia, hoy en día
es cada vez más confuso y complejo
entender el significado y el valor del
espacio público debido a que la ciu-
dad contemporánea ha ido cambiando
y con ello se han presentado nuevos
desafíos. Desafíos que se manifiestan a
través del acelerado crecimiento de las
poblaciones, la falta de planificación y
control adecuados, la evidente invasión
del automóvil en las calles, o la falta de
áreas verdes y espacios óptimos para el
tránsito peatonal. Además el desarrollo
de la era digital y la globalización impli-
ca nuevas formas de tiempo y espacio, y
la concepción de una cultura individua-
lista que busca el éxito y satisfacción in-
dividual sobre cualquier otro propósito
colectivo.
Borja menciona que “el espacio público
define la calidad de la ciudad, porque
indica la calidad de vida de la gente y
la calidad de la ciudadanía de sus habi-
tantes” (2003: p 13). Pero, ¿cómo pode-
mos destacar la calidad de una ciudad
en la que los actuales desafíos juegan
el papel principal en las formas y estilos
de vida de sus habitantes? Es necesario
reflexionar sobre cómo estas tenden-
cias impactan en la vida cotidiana de
la ciudad y como es necesario adoptar
nuevas estrategias para enfrentar estos
desafíos y resaltar el rol del ser humano
en el espacio público.
Por lo tanto, es de vital importancia defi-
nir las estrategias y mecanismos para la
protección y manejo del espacio público
actual, y así cambiar la percepción que
el usuario tiene de este espacio, garanti-
zar su calidad, buen estado, uso adecua-
do y sano aprovechamiento. Debemos
conceptualizar el espacio público como
elemento para el desarrollo sustentable
de la ciudad, y fomentar la participación
ciudadana para construir una responsa-
bilidad conjunta.
Estrategias para el manejo del espacio público en la ciudad contemporánea Erika del Carmen Mota García
Fig. 51 Fuente: Imagen proporcionada por el autor
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Introducción
En la actualidad, el hombre se proyecta en una
sociedad que prefiere lo práctico, lo alterno y
multifuncional de los espacios arquitectónicos.
Se trata de un personalizar intuitivo que se re-
laciona con los cambios en las necesidades del
usuario, lo cual da lugar a una transformación
constante en su hábitat. Entonces, plantear una
estrategia de flexibilidad en el diseño tipológi-
co de la vivienda, que permita la adaptación de
este espacio a las necesidades que en ese mo-
mento demanda el usuario, nos lleva a un nuevo
concepto arquitectónico que en la actualidad
responde a estas exigencias: la vivienda trans-
formable.
El requisito de transformación surge entonces
como un proceso, en el cual el espacio arquitec-
tónico se va adaptando a diferentes configura-
ciones espaciales a lo largo del tiempo de su vida
útil. Actualmente el habitáculo de las personas
no solo es utilizado como espacio de descanso,
convivencia y servicios. El hecho de que la so-
ciedad se proyecte como una sociedad del co-
nocimiento con “[…] cambios en el ámbito de
planificación de la educación y formación, en el
ámbito de la organización y del trabajo” (Krüger,
2007), genera más responsabilidades laborales.
Y esto nos lleva a la generación de espacios mul-
tifuncionales donde se combinan el hábitat y el
trabajo.
Por otro lado, dichas transformaciones sociales
han dado como resultado un proceso de trans-
formación en los modelos de familias. Según
el Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(INEGI), el número de habitantes por vivienda en
México ha ido disminuyendo en los últimos 60
años. Es decir, se ha convertido en un modelo de
familia reducido.
Hoy en día el que proyecta se enfrenta a la ne-
cesidad de las personas de combinar diversas
actividades con el hábitat. Debido a esto es im-
portante generar viviendas transformables con
espacios multifuncionales, que puedan adap-
tarse a las necesidades concretas del usuario ac-
tual. Debe ser nuestro objetivo principal generar
espacios arquitectónicos en base a los requeri-
mientos de un usuario que se desarrolla en con-
junto con las nuevas tecnologías de la informa-
ción y que a su vez representa el establecimiento
de una nueva forma de vida que viene a modifi-
car las actividades dentro de la estructura social.
Así, frente a esta sociedad en constante movi-
miento, el que proyecta debe considerar la apli-
cación de un sistema constructivo transformable
para así poder generar espacios adaptables. En
la actualidad es importante la generación de es-
pacios versátiles, pues mientras mayores sean las
posibilidades de transformación de la vivienda,
mayor será la posibilidad de satisfacer dichas ne-
cesidades.
El habitante frente a su hábitat
Pero, ¿a qué llamamos hábitat? Según el DRAE 1,
hábitat es un término que hace referencia al “lu-
gar de condiciones apropiadas para que viva un
organismo, especie o comunidad animal o vege-
tal”. Entonces podemos decir que la vivienda es
el hábitat creado por el hombre, quien la trans-
forma a partir de aspectos estéticos, morfológi-
cos, climáticos y culturales. Así pues, en un pro-
ceso evolutivo, se trata de una personalización
intuitiva relacionada con los procesos de vida al
que se enfrenta en ese momento el usuario.
Desde tiempos ancestrales, el hombre buscó la
manera de crear un espacio donde satisfacer dos
de sus más esenciales necesidades: cobijo y pro-
tección. Con el paso del tiempo y la evolución de
las técnicas de sobrevivencia, el hábitat artificial
que había creado, fue mejorado, reinventado y
adecuado a cada una de las exigencias que en-
frentaba.
1 Diccionario de la Real Academia Española.
Vivienda transformable: espacios que se adaptan al usuarioLidia Itzel Hernández Vázquez / Luis A. Vázquez Honorato
Fig. 55 Proyecto La casa transformable con Sistemas Hawa (1º Premio en Concurso) - Guido Aybar Maino y Lisandro Villanueva. whttp://www.arquimaster.com.ar/galeria/obra296.htm#sthash.fbVeG00a.dpuf
[ 54 ] RUA 12 ∙ Julio-Diciembre. 2014
Introducción
Los desastres naturales han sido siempre
enemigos de la población. El hombre desde
épocas antiguas ha buscado soluciones a la
necesidad de refugio; los materiales que uti-
lizó al ser nómada, eran pieles de animales
y ramas de los árboles, materiales flexibles
y que tenían a la mano para crear su hogar.
Por eso es de suma importancia estudiar y
comprender los problemas que existen se-
gún la habitabilidad de una zona de inunda-
ción. Fenómenos naturales como las lluvias
frecuentes, huracanes o desbordes de ríos,
provocan graves daños a las comunida-
des. Este tipo de catástrofes, llegan incluso
a despojar al hombre de su hogar, de sus
pertenencias. Las condiciones en las que las
inundaciones dejan una vivienda hacen que
esta deje de ser habitable, ya sea temporal o
definitivamente, esto dependiendo del gra-
do de afectación de la zona.
Así la habitabilidad de muchas comunida-
des se ve hoy en día afectada, al grado que
las personas que residen allí tienen la nece-
sidad de dejar su vivienda de manera tem-
poral, esperando que en determinado tiem-
po puedan regresar (esto cuando los daños
a la estructura hayan sido mínimos) y que la
vivienda se encuentre libre de agua y hume-
dad. Sin embargo, cuando las afectaciones
son de pérdida total se requiere de un plazo
más largo para la recuperación o reconstruc-
ción de la edificación. En cualquiera de los
dos casos generalmente, la organización de
protección civil inmediatamente distribuye
a los damnificados en edificios públicos que
se transforman en refugios temporales.
En este contexto, se entiende como un re-
fugio, aquella edificación que funge como
espacio físico en el cual se da alojamiento
y resguardo a personas damnificadas en el
caso de inundaciones o cualquier otro de-
sastre natural. Por ello es necesario marcar
la importancia de poder construir un refugio
temporal que tenga como función primor-
dial ser una opción inmediata para los dam-
nificados, donde a partir de la utilización de
materiales flexibles se logre un sistema es-
tructural flexible y transformable, creando
así un recurso de uso específico. La creación
de este tipo de refugios flexibles puede ser
una solución inmediata a los problemas de
habitabilidad en zonas de inundación.
Edificio público como albergue temporal
En un caso de inundación en cualquier parte
del mundo, el objetivo principal de las orga-
nizaciones encargadas de los problemas en
caso de desastre es de atender a los afecta-
dos y buscarles un refugio inmediato para
salvaguardarlos y protegerlos. Una de estas
organizaciones en México es Protección Ci-
vil, esta se encarga de trasladar y establecer
a los damnificados en lugares más seguros.
Olivia Hernández Bonilla
Fig. 58 Fotografía de Tlacotalpan, Veracruz. por Félix Márquez. http://www.nuestramirada.org/photo/inundacion-tlacotalpan-8
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Introducción
Si bien el concepto de “cosmopolitismo” sur-
ge durante la Iluminación (s. XVI), podemos
datar el proceso de globalización hacia fina-
les del siglo XVIII con el inicio de la revolu-
ción industrial; cuando los avances tecnoló-
gicos abren las oportunidades de conectar
el mundo. En este contexto la invención de
la máquina de vapor entrelaza países acor-
tando las distancias y reduciendo los tiem-
pos, lo cual ha permitido un intercambio
cultural a gran escala.
Luego, en el siglo XIX, comienza el auge de
los medios de comunicación. Este fenóme-
no se extiende por todo el mundo, y así las
fronteras se rompen y empieza a generarse
una sociedad globalizada, pero ¿qué se en-
tiende por una sociedad globalizada? Puede
definirse como una sociedad homogénea,
poco diversa y anticultural, donde las tradi-
ciones y costumbres nativas deben adaptar-
se o se arriesgan a desaparecer.
Entonces se entiende por cosmopolitiza-
ción aquel proceso globalizante donde, en
este caso, la ciudad cambia su morfología
para adaptarse a factores externos, arries-
gando su cultura para dar preferencia a
ideologías extranjeras, aceptando así el ini-
cio de una nueva etapa colonizadora. La fal-
ta de identidad que caracteriza a la ciudad
cosmopolita contemporánea es una de las
consecuencias del creciente fenómeno glo-
balizante.
La globalización, como actualmente se pre-
senta (en una atmósfera capitalista), es un
factor negativo que alimenta la pérdida de
la identidad urbana, ya que busca una so-
ciedad homogénea, anticultural y, en conse-
cuencia, poco diversa. Además la velocidad
del proceso de globalización no permite
una correcta asimilación / adaptación por
parte de la sociedad. Por eso es importante
marcar la diferencia entre sociedad global y
sociedad globalizada.
Lo global y lo globalizante
Aquí entran en conflicto dos conceptos, que
si bien se complementan, no son sinónimos
y que representan maneras de apreciar a la
ciudad contemporánea desde un punto de
vista crítico conforme al tema de interés.
El primero es “la ciudad global”; el cual nos
transmite una sensación de pluralidad en
lugar de una homogeneidad; nos proyec-
ta un discurso de aceptación, tolerancia y
respeto, es decir, un razonamiento entre lo
local y lo mundial (Gausa, 2001). Por ejem-
plo tenemos la propuesta de 2001, “Pueblos
Mágicos” de la Secretaria de Turismo y los
gobiernos estatales, la cual busca un impul-
so de la industria turística a través de las ca-
racterísticas tradicionales y culturales de las
áreas elegidas (SECTUR, 2014). Esta iniciativa
promueve el respeto por las localidades que
ampara y a su vez las promueve para que los
demás conozcan acerca de ellas.
El segundo concepto es el de “ciudad globa-
lizada”, que nos recuerda una fusión cultu-
ral, una unificación dentro de una sociedad
mundial que, garantiza homogeneidad e
igualdad y posibilita el desarrollo de la acti-
vidad productiva (Guallart, 2001).
Es precisamente este segundo concepto el
que provoca un decaimiento de la persona-
lidad de la ciudad. La velocidad y sobretodo,
la intensidad con la que se está dando el
proceso globalizante en algunas ciudades,
Globalización e identidad: La ciudad en crisisÁngel Ruíz Santos
Fig. 62 l Taxco Guerrerro (Pueblo Mágico )ttp://www.gq.com.mx/bon-vivant/viajes/galerias/pueblos-magicos-de-mexi-co/1453/
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Reflexiones para la arquitectura desde una geografía itinerante: del viaje como inspiración literaria y teóricaIliana Miranda Zacarías
Parece pertinente comenzar hablando
del trabajo de Fernando N. Winfield Reyes
como investigador y como autor, porque sus
publicaciones que anteceden a Reflexiones
para la arquitectura desde una geografía
itinerante (libro editado por la Facultad de
Arquitectura de la Universidad Veracruzana en
2012) nos brindan un marco de referencia de
aquello que puede esperarse de este último
texto.
En el ámbito académico, y concretamente en
el campo de la arquitectura y el urbanismo,
Winfield Reyes colaboró en 2005 con Miriam
Remess Pérez para el libro Julio Sánchez Juárez
y Lechuga: hechos que motivan al pensamiento
(editado por la Facultad de Arquitectura de
la Universidad Veracruzana); en 2007 publicó
Historia, teoría y práctica del urbanismo
(texto editado por la Universidad Veracruzana,
reeditado en 2010); en 2012 coordinó
Arquitectura y Modernidad en Veracruz 1925-
2000: Expresiones e interpretaciones locales
(título en el que colaboraron varios profesores
de la Facultad de Arquitectura Xalapa, entidad
editora con la anuencia de la Universidad
Veracruzana). Debe destacarse que sus
trabajos de investigación, tanto el de su tesis
de maestría titulada: Housing interventions:
towards an integration of the traditional fabric
of the city (Oxford Brookes University, 1993),
como la de doctorado: La vivienda estatal
planificada en México: 1925-1988. Evaluación
de los conjuntos habitacionales emblemáticos
desde sus propuestas de ordenamiento urbano
(Universidad Politécnica de Madrid, 2001),
obtuvieron reconocimientos en las Bienales
de Arquitectura Mexicana de 1994 y 2000 de
la Federación de Colegios de Arquitectos de la
República Mexicana, respectivamente.
Fernando N. Winfield Reyes forma parte de
Sistema Nacional de Investigadores desde
2003 y ha publicado más de 50 artículos y
textos especializados editados en México,
Chile, Ecuador, España, Inglaterra, Suecia
y Sudáfrica, lo que deja bastante claro que
además de ser un arquitecto y un destacado
académico, es un viajero.
Sin embargo Winfield Reyes no ha escrito
solamente textos académicos sobre
arquitectura y urbanismo: ha escrito también
cuento, fragmento de novela y poesía, y
ha obtenido distintos premios de creación
literaria; en este ámbito ha publicado con la
Editora del Gobierno del Estado de Veracruz:
Encuentros y Desencuentros (1988); Historias
del mar sin tiempo (2003); y De obsesiones y
retornos (2007). sobre este último título vale
la pena mencionar que es una serie de relatos
donde se alude al viaje “como el perpetuo
camino en busca del sentido de la vida y del
mundo…”.
De modo que este nuevo libro Reflexiones para
la arquitectura desde una geografía itinerante,
es desde luego un libro de arquitectura, pero,
además, tiene dos características que conviene
apuntar. Por una parte, refleja esa vocación
literaria de Winfield Reyes, y por otro lado, de
alguna manera se inscribe en la tradición del
“cuaderno de viaje” del arquitecto, ya que,
además de los artículos de investigación en
los que se hace una reflexión sobre la historia
y tendencias actuales de la arquitectura y
el urbanismo, recoge imágenes –imágenes
visuales e imágenes literarias– de lugares tan
diversos como México, Venezuela, Francia,
Alemania, Inglaterra, Rusia, China o Japón.
No es que el autor haya estado realmente
en todas estas geografías, pero su interés y
su pasión por las referencias culturales es
material de creación e investigación.
Para el arquitecto, comenta María Elia
Gutiérrez, Profesora de la Universidad de
Alicante, el viaje es una necesidad básica no
sólo para dirimir un conocimiento de causa de
aquello que se quiere estudiar, sino también
para conocerse a sí mismo, y para poder dar
“acuse de recibido” de la arquitectura de
calidad que descubre, conoce y reconoce.
Fig. 65 Portada del libro “ Reflexiones para la arquitectura desde una geografia itinerante. Imagen proporcionada por el autor
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