Sembradores del Evangelio de la Vocación

1Sembradores del Evangelio de la Vocación

Redacción: Subcomisión Interamericana de Hermanos

Diseño: Oficina de Comunicaciones Maristas - América CentralIlustraciones: Mauricio Negro

© Conferencia Interamericana de Provinciales Maristas - 2014


Presentación

La pastoral vocacional compromete el presente y el futuro de la vitali-dad del carisma. Nos conecta con la esencia misma de nuestra vocación. ¿Para qué hemos sido fundados? ¿Qué respuestas concretas estamos lla-madas a dar? ¿Cómo ser significativos evangélicamente en el entorno donde nos encontramos, desde nuestras opciones de vida? La pastoral vocacional es misterio de encuentro, de contagio, de acompañamiento, interpelación y provocación a través de la manera como vivimos nuestra entrega gratuita, los dones que hemos recibido de Dios.

El texto que tienen en sus manos es fruto del esfuerzo de muchos her-manos comprometidos con la pastoral vocacional. En él se recogen al-gunas orientaciones que nos permitan a hermanos y laicos vislumbrar el camino a seguir en este nuevo amanecer de la vida marista en América.

Agradezco al hermano Carlos Vélez Cacho y a la Subcomisión Intera-mericana de Hermanos, quienes generosamente han puesto sus energías para hacer realidad el resultado final de este texto. Ponemos nuestra fe en que Dios, siempre fiel, suscite nuevas vocaciones a la vida marista. Qué María nuestra Buena Madre, nos guíe en la mejor manera de ser instrumentos suyos para suscitar seguidores al estilo de San Marcelino Champagnat.

Hno. Libardo Garzón D.Conferencia Interamericana de Provinciales


La esencia del Evangelio es llamada –vocación- al seguimiento y a invo-lucrar la vida entera en el proyecto del Reino. Los maristas en América, hermanos y laicos-as, deseamos vivir el reencuentro y el encanto con la propia vocación, para testimoniarla con radicalidad, apertura y gozo en la Iglesia y en el mundo de hoy, reivindicando el espíritu de audacia de L´Hermitage.

Agradecidos por este don, laicos y hermanos, nos comprometemos en favorecer una cultura vocacional al servicio de todas las vocaciones desde comunidades cristianas arraigadas firmemente en el Evangelio, y por eso significativas y creíbles. Con alegría y espíritu fraterno acom-pañamos a quienes en este compartir vida y misión, se sienten anima-dos a considerar la vocación religiosa o laical marista como una opción para sus vidas, siguiendo a Jesús como María al estilo de san Marcelino Champagnat. Queremos ser sembradores de esta buena noticia.

Este sencillo documento es fruto de la preocupación del Instituto, y en particular, de los Provinciales Maristas de América, quienes constituye-ron la Subcomisión de Hermanos, dentro de la Comisión de Espiritua-lidad, Hermanos y Laicos. Esta subcomisión recibió la encomienda de crear principios y orientaciones para la pastoral o animación vocacional a partir de los nuevos desafíos de la Vida Religiosa en América. Este equipo estudió todos los proyectos de las provincias junto con las res-puestas según instrumento oportunamente enviado a las mismas. Re-cogió también las llamadas provenientes de los documentos de la Iglesia y del Instituto e interpretó lo reflexionado a la luz del Evangelio y de las múltiples realidades de nuestros interlocutores.

A través de un proceso que quiso ser participativo desde el comienzo, una primera redacción se envió a todas las unidades administrativas, a sus equipos y coordinaciones de pastoral vocacional y de formación,

Introducción


con el fin de recoger sus comentarios y sugerencias. La bondad, así como el reto de esta dinámica asumida como opción, radica en que conduce a “orientaciones” –no a directrices ni mucho menos a soluciones, que tienen que ser consideradas e interpretadas desde cada contexto dada su diversidad. Se ha recorrido un buen trecho pero aún queda mucho corazón y mucha energía por entregar. La misma Conferencia Intera-mericana de Provinciales (CIAP) ha previsto ocasiones, a nivel de regio-nes y de todo el Continente, para continuar profundizando en este texto y su aplicación en un futuro inmediato.

Estas Orientaciones, dirigidas a todos y todas los maristas de Norte, Centro y Sur América, cubren las áreas de identidad, contexto, media-ciones y expectativas, y pueden leerse como un gran párrafo compues-to por cuatro ideas esenciales, que les corresponden:

La pastoral vocacional en que creemos…atenta a la situación de sus diversos interlocutores o destinatarios…

nos pone, como María, en camino hacia una nueva tierra que facilite el nacimiento de una nueva época para el carisma marista en América…

para promover los nuevos maristas de Champagnat hoy…


NOTAS


La pastoral vocacional en que creemos...

…Es acción de la comunidad cristiana, que animada por el Espíritu Santo, y según la práctica de Jesús, con-tribuye a que el Reino sea acogido y crezca en las circunstancias concretas de quienes están discerniendo su proyecto de vida en la Iglesia y en el mundo.

…Parte de la comunidad, sujeto que convoca en nombre del Señor Jesús; que provoca y acompaña (hace camino con, privilegiando las experiencias compartidas), favoreciendo la maduración de una respuesta concreta mediante el diálogo per-sonal, profundo y determinante con Aquel que llama por diversas mediaciones.

…Sirve al Evangelio promoviendo la vida desde procesos integrales (toda la persona) e integradores (todas las personas), y confía hoy en estos procesos y en las relaciones edu-cativo-evangelizadoras que generan.

…Se compromete con el discernimiento de todas las vocaciones y ministerios en la Iglesia, y se alegra cuando los procesos de algunas de estas personas desembocan integrán-dose en la comunidad que les ha acompañado, sea como hermanos o como laicos o laicas maristas.

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…Es sensible como María, para descubrir las necesidades de sus interlocutores, y tiene un corazón sin fronteras como el de Champagnat, para interpretar la realidad e invitar al compromiso con la causa del Evangelio y su opción por los empo-brecidos.

…Pone más esfuerzo en compartir un caris-ma que en anunciar un Instituto, porque al compartir experiencias de fraternidad, espiritualidad y servicio se da un “contagio” que mueve de la curiosidad inicial a la identificación y de esta a la op-ción. Ese contagio surge tanto desde espacios maristas “formales o tradicionales” (escuelas, obras, universidades, campos de trabajo, centros vocacionales, comunidades de referencia…) como de otros ámbitos donde nos hacemos presentes (parroquias, vicarías, dióce-sis, escuelas públicas…).

…Se sustenta en pedagogías e itinerarios per-tinentes para las personas con las que nos relacionamos. Atentos a la realidad concreta de los interlocutores, en medio de ella, desea ser signo del profundo amor de Dios por el ser humano y a la vez ser capaz de descubrir el rostro de Jesús presente en ellos.

…Tiene a la persona por artífice de su exis-tencia, y a la comunidad cristiana local como referencia del segui-miento de Cristo. En esta tarea todos nos sentimos corresponsables.

…Asume el “estilo” de Dios con sus amigos -reconocible en su Palabra: cercanía, paciencia, diálogo, relación, donación...-, y las respuestas de los mismos en su peregrinación de la fe. Más que héroes inalcanzables, son testigos del amor de Dios y

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Identidad


Identidad

de la sensibilidad con su pueblo. Por eso nuestra pastoral vocacio-nal es acogedora, participativa, fraterna y evangélica.

...Promueve una cultura vocacional, me-diante el descubrimiento de aquellos valores que la posibilitan y fomentando otros todavía en germen hasta afectar la mentalidad, sensibilidad y práctica en la lógica del Evangelio: escuchar y res-ponder a la llamada a dar la vida gratuitamente.

...Concientiza en una cultura de la vida que también es sensibilidad y compromiso con el planeta y la defensa del medio ambiente.

...Está llamada a redefinirse continuamente, a profundizar en su significatividad y credibilidad en cada momento de la historia, debido a los contextos variados y cambiantes en los que nos movemos.

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NOTAS

Contexto


Atenta a la situación de sus diversos protagonistas que...

…Viven realidades socioculturales y religio-sas bien concretas, las cuales acogemos desde el principio de la En-carnación: Dios se revela en cada una de ellas y en ellas deseamos ser mediación oportuna del Evangelio de la Vocación.

…Anhelan otro mundo posible con contras-tes menos marcados entre ricos y pobres. Se muestran sensibles a realidades de exclusión y marginación social, lo que lleva a muchos a colaborar en proyectos solidarios, aunque algunos sin haber descubierto todavía que el desarrollo y progreso de algunos se da a costa del empobrecimiento de muchos.

…Viven circunstancias familiares muy diver-sas, no necesariamente las tradicionalmente consideradas.

…Son más o menos conscientes de las heri-das que cargan y cargamos. De aquí la necesidad de acompañar y ser acompañados, para que haya mayor consistencia entre los valores proclamados y los encarnados.

…Sienten la libertad como algo imprescin-dible, aunque a veces esto lleve a conceptos de autorrealización al margen de los demás e indiferencia por las estructuras que pro- mueven cambios estructurales.

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…Son capaces de adaptare a situaciones cambiantes, la tolerancia y el pluralismo son valores de muchos, sin por esto ocultar el riesgo del relativismo o de actuar por con-veniencia, o la dificultad para tomar compromisos a largo plazo.

…Valoran lo positivo de la vida, la alegría, la convivencia; les amenaza el hedonismo y el consumismo, la super-ficialidad y la falta de interioridad.

…Conectan inmediatamente con el mundo afectivo dejando, a veces, de lado lo racional.

…Muchos tienen acceso a tecnologías de la información, a grandes fuentes de información y de espacios de relación y expresión personales. El mensaje va definitivamente amarrado al lenguaje, y hay muchas “voces” que reclaman su a-tención a favor o en contra de la acción evangelizadora.

…Viven el presente como espacio de cons-trucción de la personalidad; otros, sin embargo, lo viven como único horizonte, desconectado del pasado y sin proyecto de futuro.

…Tienen experiencias sinceras (algunos) de búsqueda espiritual y de comunidad cristiana llenas, a veces, de sentido y de compromiso. Otras experiencias estan envueltas en situaciones ambiguas o incongruentes. La búsqueda de sentido re-ligioso y ético tiene que vérselas con estas situaciones.

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Contexto


…Participan de diferentes espacios de actua-ción marista: universidades, colegios, obras sociales, movimientos juveniles, centros de juventud, comunidades insertas (mixtas o ampliadas), etc., o de otros contextos.

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NOTAS

Contexto


Mediaciones

Nos pone, como María, en camino hacia una nueva tierra que facilite el nacimiento de una nueva época para el carisma marista en América cuando…

…Somos apasionados en el anuncio de Jesús y su Evangelio y en la vivencia de nuestra relación personal y co-munitaria con él, lo cual nos lleva a promover “un nuevo modo de ser Hermanos”, con comunidades abiertas a la acogida.

…Todos, Hermanos y Laicos en distintos grados, nos sentimos comprometidos en la promoción y acompa-ñamiento vocacional por la presencia significativa y la capacidad de escucha.

… Optamos por la cultura vocacional, que se traduce en pedagogías y estrategias conscientes y arraigadas en la dimensión vocacional de todo proceso evangelizador (desde todos los sectores pastorales, según la especificidad de cada uno), con un sentido fuerte de “ser Iglesia”.

…Hacemos de la PV-AV una decidida opción provincial, asumiendo las implicaciones con realismo y audacia mediante la creación de equipos de animadores de PV (hermanos y laicos-as) al servicio de todas las vocaciones y particularmente la de los Maristas de Champagnat; en conexión con organismos eclesiales e intercongregacionales; cualificando los procesos de

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Contexto


Mediaciones

acompañamiento (de los jóvenes y de los Hermanos); perseve-rando en el acompañamiento personal y grupal, desde diversas plataformas, de forma procesual, sistemática y con instrumentos adecuados, y compartiendo recursos.

…Somos valientes para invitar al joven, o a la joven, a arriesgarse en la búsqueda de nuevos caminos de reali-zación personal y de servicio, en los que quizá no habían pensado porque creen en la pedagogía del “contagio” (de la vida, de la espe-ranza, de lo que nos sostiene, de nuestra vocación…).

…Integramos espiritualidad, comunidad y solidaridad desde experiencias significativas.

…Desarrollamos guías y programas para acompañar también a los adultos en sus procesos de discernimien-to vocacional.

…Garantizamos la formación de los anima-dores vocacionales a nivel local, provincial, regional y continental, en vista a la construcción de una cultura vocacional y marista.

… Utilizamos de forma sistémica, procesual y crítica las redes y los medios sociales para ampliar nuestro ser-vicio vocacional.

… Transformamos nuestras comunidades en nuevos “nazarets” donde se vive la sencillez, la humildad, el perdón, el compromiso, la fiesta desde el Evangelio y la solidaridad con el sostenimiento de este mundo, nuestra gran casa.

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NOTAS

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MediacionesExpectativas

Para promover los nuevos Maristas de Champagnat hoy que…

…Creen en la experiencia de un Dios Padre y Madre que ama incondicionalmente a todas las personas, que desea su felicidad, y se expresa como bondad, belleza y verdad en la creación.

… Creen que por Jesucristo, Dios nos ha revelado su rostro misericordioso y el proyecto liberador del Reino, y por la acción de su Espíritu acompaña y hace desarrollar los do-nes y carismas en cada persona y vocación.

…Creen en la persona humana, llamada a la vida por Dios y artífice de su propio proyecto de realización y feli-cidad en corresponsabilidad con sus hermanos y hermanas desde la libertad y la diversidad.

…Creen que desde el misterio de la Encar-nación, la historia de la salvación pasa hoy a través de la historia personal y colectiva, y desde allí Dios nos habla y nos invita a ser anunciadores y signos de su Reino. Nuestras tierras son el lugar sagrado donde Dios se nos manifiesta. Nuestro carisma debe ad-quirir más significativamente el rostro de estos pueblos.

…Creen en una Iglesia discípula misionera, pueblo de Dios, comunidad de comunidades, en la que todos esta-mos llamados a acoger el Reino, manifestado en los signos de los

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Contexto



tiempos, y a dar testimonio del Evangelio desde la diversidad de vocaciones y carismas.

…Creen en la presencia de María, guía y compañera, con quien caminamos hacia nuevas tierras.

…Creen que el sueño de Marcelino Cham-pagnat, su actualidad y su riqueza, nos impulsa a dar a conocer y hacer amar a Jesucristo, educando a los niños y jóvenes, espe-cialmente los más débiles y pobres. Y también en la vocación de “hermano”, como don de Dios para vivir y expresar el seguimiento de Cristo casto, pobre y obediente, desde la fraternidad, la compa-sión, la misericordia y la esperanza.

…Creen en la urgencia de buscar nuevos modos de ser marista, más en sintonía con la radicalidad del Evan-gelio y con las llamadas de la Iglesia y de nuestro mundo, como ser discípulos misioneros y profetas, siempre en camino. El precio de lo nuevo seguramente pasa por el desprendimiento, el desaco-modo, el movimiento y la conversión.

...Creen que ser hermanos y hermanas su-pone para nosotros ser profetas de comunión, desde la intercul-turalidad e internacionalidad y la conciencia de ser hijos e hijas de un mismo Padre.

…Creen en la vocación marista de hermanos y laicos/as y en la misión, espiritualidad y formación compartidas.

…Creen en los derechos de todos los niños

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y jóvenes, para lograr la plenitud y trascendencia en todas las di-mensiones de la vida.

…Creen en dar pasos significativos en la con-creción de lo que significa “una nueva relación hermanos y laicos”.

…Creen en vivir con pasión nuestra entrega a los niños y jóvenes, especialmente a aquellos en situación de vul-nerabilidad y exclusión.

…Creen en la comunidad como ambiente de familia en el que crecemos y ayudamos a crecer como personas en relación, en el que encontramos y ofrecemos apoyo, cariño frater-no, tiempo compartido en gratuidad.

…Creen en procesos educativo-evangeliza-dores dinámicos, innovadores, inclusivos, integrales, como me-dios más idóneos para promover la persona y como el mejor ser-vicio a nuestros pueblos.

...Creen que, juntos, podemos hacer de las presencias y estructuras, actuales y futuras, espacios para un nue-vo comienzo desde la interioridad, la fraternidad y el sentido mi-sionero.

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