Sector Informal y Politicas Publicas America Latina

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Documento referente al sector de la informalidad en la economía de América Latina y las Políticas Públicas en América Latina.

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    SOPLA

    Sector Informal yPolticas Pblicas en

    Amrica Latina

    AUTORE S

    Adriana Fontes

    Andrs Huard

    Carlos Ospino Hernndez

    Cinthya Pastor Vargas

    Cynthia Gonzlez

    Eduardo Rodrguez-Oreggia

    Erick Ventura

    Italia Pineda

    Joaqun Das

    Jos Lus Evia

    Juan E. Muoz Gir

    Juan Luis Bour

    Marcela Perticara

    Marcelo Neri

    Mario Napolen Pacheco

    Miguel Ricaurte

    Nuria Susmel

    Pablo Celhay

    Pablo Guerra

    Paola Roldn Vsquez

    Sal Roberto Quispe

    Sebastin Oleas

    Toms Pez

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    3 PPrreeffaacciiooOlaf Jacob

    5 IInnttrroodduucccciinnMarcela Perticara y Joana Fontoura

    9 AArrggeennttiinnaaJuan Luis Bour y Nuria Susmel

    22 BBoolliivviiaaJos Lus Evia y Mario NapolenPacheco Con la colaboracin de Sal Roberto Quispe

    34 BBrraassiillMarcelo Neri y Adriana Fontes

    47 CChhiilleeMarcela Perticara y Pablo Celhay

    59 CCoolloommbbiiaaCarlos Ospino Hernndez y Paola Roldn Vsquez

    68 CCoossttaa RRiiccaaJuan E. Muoz Gir

    78 EEccuuaaddoorrSebastin Oleas y Miguel Ricaurte

    87 GGuuaatteemmaallaaErick Ventura, Andrs Huard yItalia Pineda

    96 MMxxiiccooEduardo Rodrguez-Oreggia

    104 PPaarraagguuaayyCynthia Gonzlez

    113 PPeerrCinthya Pastor Vargas

    123 UUrruugguuaayyJoaqun Das y Pablo Guerra

    134 VVeenneezzuueellaaToms Pez

    Sumario clique nos ttulos para acessar os artigos

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    La informalidad es un fenmeno pre-sente en toda Amrica Latina. Sus ra-ces se remontan a la poca de la colo-nia. Hasta el da de hoy, la informalidad formaparte de la cotidianidad en la mayora de lospases de la regin, influyendo en la vida detodos quienes vivimos en ella y no slo se daen procesos econmicos como la produccinde bienes, la prestacin de servicios o en elsector laboral. En muchas ocasiones, las rela-ciones personales, los acuerdos entre litigan-tes o la planeacin de actividades sociales, co-merciales o culturales se dan en un marco deinformalidad, sin el necesario compromisoformal de las partes para garantizar la obten-cin de los objetivos pactados. A pesar de tra-tarse de un fenmeno antiguo e intrnseca-mente ligado a la forma de vida de loslatinoamericanos, recin en la segunda dca-da de los aos 80 empieza a ser estudiado condetenimiento. Uno de los primeros estudiossobre la informalidad fue publicado en el ao1986 por el economista peruano Hernando deSoto. El otro sendero. La revolucin infor-

    mal fue uno de los primeros trabajos queabord de manera profunda las caractersti-cas y peculiaridades del sector de la vivienda,el comercio y el transporte informal, as comolos costos que representan para los actoreseconmicos el hecho de ser informales. Elotro sendero se convirti en un referente so-bre el tema de la informalidad y no ha perdidovigencia para el anlisis de la informalidaden todos sus aspectos hasta el da de hoy.

    El Sector Informal y Polticas Pblicas enAmrica Latina no pretende analizar el fen-meno de la informalidad en su totalidad o des-de una perspectiva sociolgica. El lector queespere una respuesta al por qu de la informa-lidad generalizada en la cotidianidad de lavida en Amrica Latina no encontrar proba-blemente una respuesta satisfactoria. El pre-sente trabajo tiene como fin analizar especfi-camente el fenmeno de la informalidad en elmbito laboral en Latinoamrica. El objetivoprincipal es desarrollar detenidamente el fe-nmeno de la informalidad laboral en 13 pa-ses de la regin, detectar las causas del mismo

    Prefacio

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    La Fundacin Konrad Adenauer desea agra-decer a la Universidad Alberto Hurtado en San-tiago de Chile, especialmente al Decano de laFacultad de Economa y Negocios, Dr. Jorge Rodrguez Grossi, as como a la Profesora Mar-cela Perticara quien asumi la coordinacinacadmica de la presente publicacin. Asimis-

    mo, mi ms cordial agradecimiento a nuestrascolegas en la oficina de SOPLA en Ro de Janei-ro, Joana Fontoura y Clarisa Dudenhoeffer, porsus invalorables aportes e incondicional apoyoen el desarrollo del presente proyecto.

    Ro de Janeiro, mayo del 2010.

    Olaf Jacob

    Director del Programa SOPLA de la Fundacin Konrad Adenauer

    as como las caractersticas principales del fe-nmeno y proponer polticas pblicas realis-tas y aplicables. El principal aporte de los estu-dios presentados en el libro radica justamenteen el planteamiento de propuestas focalizadasen disminuir el problema de la informalidadlaboral, tomando en cuenta las particularida-des de cada pas analizado. Un resultado delpresente estudio apunta al hecho que el pro-blema de la informalidad en el sector laboralno es homogneo en toda Amrica Latina, sinoque la informalidad en cada pas cuenta concaractersticas muy particulares. No es posi-ble comparar el fenmeno de informalidad la-boral de Guatemala con la situacin en Uru-guay o Chile. Sin embargo, existen rasgossimilares que caracterizan al fenmeno de lainformalidad del sector laboral en toda la re-gin. Por lo tanto, la presente publicacin pre-tende llegar a diferentes grupos de lectores: alos economistas, juristas, socilogos o polit-logos interesados en el tema de la informali-dad del sector laboral en Amrica Latina; a loslectores conocedores de la temtica de algnpas especfico de la regin y naturalmente alos polticos comprometidos con el tema e in-teresados en implementar polticas pblicaseficientes para abordar el tema de la informa-lidad laboral en su pas.

    El presente libro forma parte de una seriede estudios del Programa Regional de Polti-cas Sociales en Amrica Latina SOPLA de laFundacin Konrad Adenauer cuyo principalobjetivo desde su inicio en el ao 2007 es elplanteamiento de propuestas de polticas p-blicas relacionadas a los grandes problemassociales que aquejan a la regin. Para este fin,la Fundacin Konrad Adenauer convoc a 13institutos acadmicos de diferentes pases deLatinoamrica para formar una red de estu-dios orientada a analizar diferentes mbitos

    de las polticas pblicas y sociales en la re-gin. El primer volumen de la serie tituladoCrecimiento y Progreso Social en AmricaLatina aborda el tema de la relacin entrecrecimiento macroeconmico y su probableincidencia en la reduccin de la desigualdaden la regin. El segundo tomo, Eficiencia delGasto Pblico en Amrica Latina analiza elnivel de eficiencia con el cul la inversin p-blica es destinada a resolver los problemasbsicos de la poblacin ms necesitada, mien-tras que el tercer libro de la serie, Migraciny Polticas Sociales en Amrica Latina desa-rrolla la problemtica de la emigracin de mi-llones de latinoamericanos y cmo sta reper-cute en la realidad de cada pas, proponiendoformas de abordar los problemas en los pasesde origen del migrante que disminuyan losprocesos emigratorios en la regin.

    Para la Fundacin Konrad Adenauer, la pu-blicacin de los estudios sobre polticas so-ciales forman parte de una serie de activida-des destinadas a incentivar la aplicacin depolticas pblicas orientadas a abordar losprincipales retos econmicos y sociales de laregin: la lucha contra la pobreza y contra laprofunda desigualdad que aqueja las socieda-des latinoamericanas. Asimismo, pretendecontribuir a la implementacin de polticassociales que enfaticen la necesidad de apoyariniciativas cuyo objetivo sea lograr un avancecon respecto a mejorar las oportunidades dedesarrollo a nivel personal, profesional, eco-nmico y social de los latinoamericanos. Eneste sentido, el programa regional SOPLA tra-baja conjuntamente con las representacionesde la Fundacin Konrad Adenauer en los pa-ses de la regin, desarrollando conjuntamen-te actividades de capacitacin e informacinpara as brindar un aporte al desarrollo de lospases de Amrica Latina.

  • 5Hacia comienzos de los aos 80, la ma-yora de los pases latinoamericanoscompartan una coyuntura de fuertesregulaciones laborales y crisis inflacionarias re-currentes, aunque diferan en sus indicadoressocioeconmicos bsicos. Durante las dcadasde los 80 y 90 en varios pases (Argentina, Bra-sil, Colombia, entre otros) se implementaronuna serie de polticas de estabilizacin y refor-mas que buscaban poner fin a las crisis inflacio-narias recurrentes y adecuar la estructura eco-nmica de estos pases a la nueva realidadmacroeconmica global. Algunas de estas refor-mas apuntaban directamente a modificar deter-minadas instituciones laborales, otras estabanrelacionadas con apertura comercial, reglas depoltica fiscal ms restrictivas y saneamientodel sector pblico. En particular, en el mbito la-boral se busc introducir mayor flexibilidad,

    cambiando formas de contratacin y reduciendolos impuestos sobre la nmina salarial. An apesar de estas reformas, la tasa de informalidadaument en los pases en Amrica Latina duran-te los aos 90, generando preocupacin en losgobiernos por investigar y frenar este fenmeno(PERRY et al., 2007)1.

    Hay fundamentalmente dos teoras quebuscan explicar la existencia de informalidad.Segn la concepcin tradicional, llamada teo-ra de exclusin, el crecimiento y tamao delsector informal en pases en desarrollos sedebe a que ciertos tipos de trabajadores (en ge-neral de baja calificacin) son desplazados ha-cia trabajos sin proteccin y de baja productivi-dad, constituyndose sta en su nicaalternativa de empleo (Fields, 1975; Mazumdar,1976)2. Bajo este enfoque los trabajadores en elsector informal son altamente vulnerables, al

    1 PERRY, G. et al. La informalidad: escape y exclusin. Washington D.C.: Banco Mundial, 2007.

    2 FIELDS, G. Rural-urban migration, urban unemployment and underemployment, and job search activity inLDCs. Journal of Development Economics, 1975, 2(1), pp. 165-87; MAZUMDAR, D. The urban informal sector.World Development, 1976, 4(8), pp. 655-79.

    Introduccin

    Marcela Perticara | Joana Fontoura

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    El libro contiene captulos para trece pasesde la regin: Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Co-lombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Mxi-co, Paraguay, Per, Uruguay y Venezuela. Estegrupo de pases es muy heterogneo en lo querespecta al fenmeno de la informalidad. El obje-tivo final de cada captulo es proponer polticasconcretas para reducir el sector laboral informalen cada pas, mejorar la calidad de los empleos yel acceso de proteccin social de los trabajado-res. A continuacin resaltamos las principalesconclusiones y propuestas de poltica que ema-nan de estos estudios.

    1. Informalidad en Amrica Latina.Algunos hechos estilizados

    En el grupo de pases estudiados las ma-yores tasas de informalidad se regis-tran en Paraguay (84%), Guatemala(77%) y Per (70%), mientras que en Chile latasa de informalidad es inferior al 40%, inde-pendientemente de la definicin utilizada. Al-gunos pases (como Uruguay, Colombia, Guate-mala, Per, Chile, Paraguay y Argentina)reportan una leve o moderada reduccin en latasa de informalidad en el perodo 1998-2008.En Venezuela la tasa de informalidad crece enforma sostenida a lo largo de los aos 80 y 90,para recin comenzar con una tendencia des-cendente a partir del ao 2004.

    En los distintos captulos se reportan los si-guientes hechos estilizados:

    1.1 Concentracin de trabajadoresinformales

    En todos los pases los trabajadores informa-les se concentran en empresas unipersonales ymicroempresas y tienen menores niveles de edu-cacin. En particular en los captulos de Uru-guay y Colombia se reporta que los trabajadores

    informales se concentran en sectores de menordesarrollo tecnolgico. En el captulo de Vene-zuela se destaca que el fenmeno de la informa-lidad en este pas es netamente urbano.

    1.2 Niveles salariales de los trabajadores informales versus trabajadores formales

    Los salarios promedio son ms bajos paraaquellos trabajadores que se ocupan como asa-lariados informales, mientras que los trabaja-dores independientes (patrones o autoemplea-dos) tienen unos ingresos laborales promediomuy parecidos a los asalariados formales. Enparticular en Paraguay se reporta que los ingre-sos de los trabajadores informales apenas si su-peran el salario mnimo. En Chile, los trabajado-res independientes informales tienen un nivelde ingreso similar al de los trabajadores forma-les y mucho mayor (casi el doble) a los asalaria-dos informales.

    1.3 Altas tasas de pobreza entre trabajadores informales

    Los captulos de Brasil, Chile y Guatemaladan cuenta de este fenmeno. En particular enGuatemala, la tasa de pobreza entre los trabaja-dores informales es del 54% versus 21% en lostrabajadores formales.

    1.4 Movilidad entre sector formal e informal

    Tanto en Mxico como en Brasil se reportaalta movilidad entre el sector formal e informal,lo que podra estar evidenciando un bajo costode moverse. Para Chile, las tasas de permanen-cia entre sectores son ms altas (cercanas al90%), an cuando han tendido a reducirse en lasltimas dcadas, lo que es reflejo de una mayorrotacin entre empleos y mayor vulnerabilidad.Tambin en este pas, el movimiento ms comn

    no tener acceso a la seguridad social, tener altaincertidumbre en sus ingresos y no estar cu-biertos durante su vejez. Literatura ms recien-te (MALONEY, 2004; PACKAR, 2007; PERRY etal., 2007)3 pone en duda la existencia de un sec-tor informal y otro formal como la manifesta-cin del dualismo del mercado laboral. Segnla teora del escape, ciertos grupos de trabaja-dores optan voluntariamente por salir del sec-tor formal, que les impone altos costos de regu-lacin y les da un menor grado de flexibilidad.Perry et al. (2007)4 sostienen que los factoresde exclusin son muy importantes en AmricaLatina, pero que hay un cierto porcentaje de lainformalidad que se corresponde ms con unateora de escape. La informalidad as puede seruna puerta de entrada al mercado laboral, enparticular para individuos de bajas calificacio-nes o jvenes.

    Consecuentemente con estas distintas teor-as sobre la informalidad, existe tambin unaamplia gama de definiciones de qu es lo queconstituye una actividad informal y cmo pode-mos medir el tamao de este sector5.

    DDeeffiinniicciinn pprroodduuccttiivvaa:: Un individuo es con-siderado un trabajador informal si pertenece aalguna de las siguientes categoras: (i) trabaja-dor independiente no calificado, (ii) asalariadoen una firma privada pequea, (iii) trabajador

    sin remuneracin. En general, esta definicin seutiliza mucho en pases en los que no hay regis-tro sobre acceso a sistema previsional o tenen-cia de contrato de trabajo.

    DDeeffiinniicciinn lleeggaall:: en esa definicin se consi-dera un trabajador informal si su relacin labo-ral no est sujeta a los estndares de la legisla-cin laboral, impuestos, proteccin social oderechos a ciertos beneficios laborales (vacacio-nes, permisos por enfermedad, indemnizacio-nes por despido, etc.). En este sentido depen-diendo de la disponibilidad de datos usualmentese usan variables como tenencia de un contra-to o afiliacin al sistema de salud y/o previsinpara clasificar a los trabajadores como formaleso informales.

    La factibilidad y conveniencia de aplicar es-tas definiciones en los distintos pases de esteestudio difiere de acuerdo a la disponibilidad dedatos y a factores institucionales que hacenms plausible tomar una u otra medida de in-formalidad o bien una combinacin de ambas6.En este libro, teniendo en cuenta estas especifi-cados, se presentan informes para los distintospases que dan cuenta de la extensin y gnesisdel fenmeno de la informalidad en cada econo-ma y proponen polticas concretas para reducireste fenmeno.

    3 MALONEY, W. Informality revisited. World Development, 2004, 32(7), pp. 1159-78; PACKARD, T. Do workersin Chile choose informal employment? A dynamic analysis of sector choice, The World Bank, 2007; PERRY,et al. (2007).

    4 Op. cit.

    5 Un detalle de la gnesis de estas definiciones y su operacionalizacin puede encontrarse en: GASPARINI, L.y TORNAROLLI, L. Labor Informality in Latin America and the Caribbean: Patterns and Trends from Hou-sehold Survey Microdata. La Plata: CEDLAS, 2007 (Documento de Trabajo, 43 p); HENLEY, A., et al. On Defi-ning and Measuring the Informal Sector. Washington D.C.: World Bank, 2006. (Working Paper 3866); POR-TES, A. y HALLER, W. La economa informal, Santiago: CEPAL, 2004. (Series Polticas Sociales, 55 p.).

    6 A partir del ao 2002 la OIT propone combinar estas dos definiciones y considerar como informales a todos lostrabajadores que lo sean de acuerdo a alguna de estas dos definiciones. Ver TOKMAN, V. Insercin laboral,mer-cados de trabajo y proteccin social. Santiago: CEPAL, 2006. (Coleccin Documentos de Proyectos, 72 p.)

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    desde el sector informal es ms hacia el sectorformal que hacia el empleo independiente, sien-do este un camino ms comn para individuoscon 40-60 aos y con bajo nivel educativo.

    1.5 Potenciales causas de la informalidad

    En los distintos captulos se han aducido di-versas causas de la informalidad, entre las quese encuentran: La alta informalidad es producto de una ex-

    cesiva regulacin, servicios pblicos defi-cientes, falta de fiscalizacin, lo que agudizala brecha en costos laborales entre el sectorformal e informal (Guatemala, Mxico, Co-lombia, Per, Paraguay).

    La legislacin y reglamentos estn pocoadaptados a la realidad de las micro y peque-as empresas. La complejidad de los trmi-tes y la falta de ventanillas nicas sern unatraba importante para la formalizacin delas mismas. Esto fue enfatizado en los docu-mentos para Costa Rica, Paraguay y Chile.

    Hay una cierta cultura de la informalidad(Chile, Costa Rica y Ecuador), a la par quemuchos pequeos y micro empresarios semantienen en la informalidad por desconoci-miento de los trmites y procedimientos deregistro y cotizacin.

    En el documento para Bolivia se enfatiza quemuchos trabajadores piensan que el sectorinformal le brinda un formato de insercinlaboral adecuada a sus necesidades y habili-dades. Son los jvenes y mujeres los que enpromedio estn ms satisfechos con podertrabajar en el sector informal, el que les damayor flexibilidad para dedicarse a otras ac-tividades.

    En el captulo para Venezuela se investigalas razones para trabajar en el sector infor-mal. Si bien el 27% de los encuestados decla-ra haberse iniciado en el sector informal porque le gusta ser su propio jefe, el 44% decla-ra que se inicio como informal por que no en-contraba trabajo o porque lo despidieron.

    2. Propuestas de polticas para reducir la informalidad y aumentar la cobertura deproteccin social

    Ala hora de disear polticas pblicascada gobierno debe atender a un temafundamental: quines son los informa-les en el pas y por qu razones estos grupos nose insertan en el sector formal. Como ya se enfa-tizara en la seccin anterior, en los distintos tra-bajos se esgrime como fuente de la informalidada las excesivas regulaciones, falta de fiscaliza-cin, necesidad de ciertos grupos de contar conesquemas ms flexibles de trabajo, entre otros.Est presente en la mayora de los documentosla necesidad de adecuar algunas normas paraacomodar las regulaciones a contextos particu-lares, como el de las micro y pequeas empresasy el empleo independiente, la necesidad de moni-torear en forma permanente la situacin de lostrabajadores informales y la urgencia de mejorarla calidad de la educacin e instrumentar meca-nismos de capacitacin como una manera de ata-car una causa estructural del fenmeno de la in-formalidad7. A continuacin se describe algunasde estas propuestas con un mayor nivel de detalle.

    Cada una de estas propuestas involucra po-tenciales riesgos, que tienen que ver fundamen-talmente con dos aspectos. Primero, el crear si-

    7 Estos dos aspectos son destacados en el captulo de Venezuela.

    tuaciones especiales (desregulaciones) median-te la introduccin de regmenes especiales ocontratos atpicos puede ser el camino para faci-litar la creacin de empleo registrado, pero nonecesariamente estos empleos son mejoresque los empleos informales a menos que ciertosderechos fundamentales sean preservados (pisomnimo). Segundo, el tener mltiples regmenespuede potencialmente llevar a legalizar la seg-mentacin en el mercado laboral en un sector al-tamente protegido (contratos indefinidos en em-presas grandes) y diversos subsectores conmenores niveles de proteccin (contratos atpi-cos, empleo en micro empresas), que sern dif-ciles de administrar y fiscalizar. Este ltimo as-pecto es enfatizado en el documento deArgentina, pas que tiene una larga trayectoriaen la introduccin de regmenes de excepcin ala ley de contrato de trabajo.

    Algunas de las propuestas sugeridas en estelibro son:

    2.1 Adopcin de esquemas de monotributos para profesionales y microempresarios

    Esta propuesta est presente en los captulosde Uruguay, Argentina, Costa Rica y Venezuela.En el captulo de Argentina se enfatiza la necesi-dad de disear polticas permanentes y evitar eloportunismo poltico de cambiar las reglas deljuego una vez que se ha conseguido la formaliza-cin de una proporcin importante de los inde-pendientes.

    2.2 Reduccin de la brecha de costosentre contratos informales y formales

    En tres informes, Colombia, Chile y Brasil seenfatiza la necesidad de hacer ms atractiva lacontratacin de asalariados formales, en oposi-cin a usar regmenes especiales (trabajos a bo-leta u honorarios) o simplemente acudir al em-

    pleo informal. Los captulos de Chile, Venezuelay Uruguay tambin incluyen propuestas coneste mismo propsito.

    2.3 Necesidad de contar con mejor fiscalizacin

    Se sugiere incrementar la presencia del Esta-do en los procesos de vigilancia respecto al cum-plimiento de la legislacin laboral. El Estadodebe tambin velar por incrementar los benefi-cios que resulten de formalizarse (Guatemala,Ecuador, Brasil y Paraguay).

    2.4 Introduccin de incentivostributarios y simplificacin deprocedimientos en el mbito de la micro y pequea empresa

    Es necesario simplificar procedimientos ygenerar incentivos para la formalizacin. Lasimplificacin de procedimientos puede venirde la mano de introducir esquemas de monotri-butos (como lo propone Uruguay) o a travs de laintroduccin de ventanillas nicas de trmites osimplificacin de procedimientos. Los captulosde Chile, Costa Rica, Ecuador, Brasil, Venezuela,Guatemala, Per y Paraguay contemplan polti-cas con este mismo objetivo.

    2.5 Desarrollar formas de contratacinsuficientemente flexibles

    Esta propuesta est presente en el documen-to para Bolivia, en el sentido de formalizar el tra-bajo en ciertos sectores de actividad a travs dela introduccin de contratos alternativos a loscontratos indefinidos. Y en este sentido valenlas observaciones realizadas anteriormente conrespecto a que empleo registrado no es necesa-riamente sinnimo de buen empleo. Con todo,en este mismo espritu el documento para Chilepropone crear mecanismos para fomentar el tra-bajo asalariado formal a tiempo parcial en traba-

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    jadores tradicionalmente secundarios como j-venes y mujeres.

    2.6 Fortalecimiento de lasorganizaciones que representancolectivos en el sector informal

    Esta propuesta, presente en el documento deVenezuela, sugiere la necesidad de intensificarcampaas de informacin y capacitacin en sec-tores tradicionalmente informales.

    2.7 Mejorar la calidad de la educacin y capacitacin

    Los captulos de Costa Rica, Guatemala, Ve-nezuela y Per tienen propuestas de poltica aeste respecto.

    3. A modo de conclusin

    El fenmeno de la informalidad en Amri-ca Latina genera preocupacin en losgobiernos y en la ciudadana. Se entien-de que la globalizacin y creciente apertura delas economas de Amrica Latina genera necesi-dades en algunos sectores de contar con formasde contratacin y regulaciones laborales msflexibles. Pero la cota a la flexibilidad tiene queser el establecimiento de un piso mnimo de de-rechos inalienables.

    Los pases representados en este libro (Ar-gentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, CostaRica, Ecuador, Guatemala, Mxico, Paraguay,Per, Uruguay y Venezuela) son muy heterog-neos entre s en lo que respecta a sus niveles deinformalidad. Chile es por lejos el pas con mejo-res indicadores, con una tasa de informalidadapenas superior al 35%. En el otro extremo estnParaguay, Guatemala y Per, con tasas de infor-malidad superiores al 70%. En la mayora de lospases, la tasa de informalidad ha permanecidoestable o ha cado levemente durante la ltimadcada. Ciertamente un denominador comn entodos los pases es el hecho de que la informali-dad tiende a ser mayor en micro y pequeas em-presas, entre trabajadores de bajo nivel educati-vo y en algunos sectores de actividad, como elsector agrcola y el comercio.

    De igual manera, las frmulas para enfren-tar el problema de la informalidad son tan hete-rogneas como lo son las mismas causas de lainformalidad. No existe una receta mgica y ni-ca. Por tal motivo, presentamos captulos indivi-duales para cada pas, donde se destaca el perfilparticular de los trabajadores informales, las po-tenciales causas de la existencia de informali-dad y polticas concretas para mejorar la inser-cin formal de trabajadores y mejorar la calidadde los empleos.

    Marcela Perticara Ph.D. en economa de Texas A&M University (2002) y Licenciada en Economa de la Universidad Na-

    cional de Crdoba (1995). Desde el ao 2002 es Profesor Adjunto de la Universidad Alberto Hurtado,

    Chile; y Professorial Lecturer in Economics de Georgetown University, USA. Desde el ao 2008 tam-

    bin se desempea como Directora de Investigaciones y Publicaciones de la Universidad Alberto Hur-

    tado. Ha trabajado como consultora en proyectos para diversos organismos del Gobierno de Chile y

    organismos internacionales (CEPAL y Banco Interamericano de Desarrollo). Sus temas de inters son

    economa laboral, educacin, y polticas sociales.

  • 1. La dinmica reciente delmercado laboral argentino

    1.1 La dinmica agregada

    Durante la dcada de 1980 la relacin em-pleo/PBI haba sido dbil y dominada por cam-bios de precios relativos. De hecho la ocupa-cin total creci sostenidamente a una tasamedia de 1.7% anual a pesar de que el PBI cayen cinco de los diez aos, y al cabo de la dcadael producto total se encontraba 5.3% por debajode su nivel inicial. El derrumbe de la producti-vidad media del trabajo poco ms de 21% , es-taba probablemente asociado a la muy alta in-flacin que permita ajustar a la baja en formarpida los costos laborales en trminos reales,y al deterioro macroeconmico con contrac-cin de la inversin.

    Desde la estabilizacin econmica a comien-zos de los 90, en cambio, el empleo total sigui

    las variaciones del PBI, aproximndose a lo es-perado: crecimiento acelerado de la ocupacin ala salida de las recesiones, con una elasticidadde arco1 empleo/PBI () mayor que 0.5, para con-verger a elasticidades ms bajas ( < 0.25) haciael final del ciclo. Esto es, por cada punto porcen-tual de incremento del producto, el empleo pasde crecer 0.5% a comienzos de la dcada a me-nos del 0.25% hacia el final de los aos 90. Entrminos prcticos, reducir 1 punto la tasa de de-sempleo requerira que el PBI creciera al dobleque a comienzos de la dcada. En los 90 la elas-ticidad se aproxim sin embargo muy rpido acero en el auge, consistentemente con un fuertecambio de precios relativos (aumento del preciodel trabajo respecto del precio del capital). En elciclo ms reciente (valle 2001/2, pico 2008), res-pecto a la elasticidad (an descartando el em-pleo por planes oficiales, que fue transitoria-mente significativo) se observ un ciclo deascenso y descenso similar en , que creci has-

    1 La elasticidad mide la variacin porcentual en el empleo ante una variacin de 1% en el PBI. Cuanto mayorla elasticidad, mayor es la respuesta del empleo a la variacin del Producto.

    Argentina

    Juan Luis Bour | Nuria Susmel

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    ta 0.85 en 2004 y declin a 0.25 recientemente.El aumento se dio en el contexto de una pronun-ciada cada real de salarios y costos laborales, unsalto en el costo del capital (default sobre la deu-da), y exceso de oferta calificada de mano deobra. La elasticidad declin a menos de 0.5 en2007 (reversin en el costo laboral real, reduc-cin en la brecha de producto y en el stock de de-socupados ms calificados) y desde el cuarto tri-mestre de ese ao se mantuvo en torno de 0.25.

    La normalidad de las ltimas dos dcadas en trminos de una elasticidad media cercana a0.25, frente a una elasticidad negativa en la d-cada anterior , encierra diferencias apreciablescuando se desagregan los cambios del empleoen trminos de categoras ocupacionales, de-manda sectorial pblico o privado, entre secto-res de actividad , y la formalidad de las relacio-nes laborales.

    El cuadro adjunto prescinde de cambios sec-toriales, para centrarse en las variaciones delempleo segn categoras (asalariados vs autno-

    mos), empleo pblico vs privado, y formalidad vsinformalidad laboral en dos expansiones(1991/98, 2003/8) y la recesin 1999/2002.

    Se destacan varias cuestiones: el empleo p-blico se contrajo casi 11% en la primera expan-sin (los 90) mientras creci 31% en la segundarecuperacin (2002/8), el empleo autnomo sefren a lo largo de ambas dcadas (aument laproporcin de asalariados), la demanda de asala-riados formales fue siempre muy voltil, y crecila formalidad en particular entre los asalaria-dos en la dcada actual.

    El ciclo del empleo pblico cay 31 mil pues-tos por ao en la primera recuperacin, creci 111mil puestos anuales en la ltima puede habertenido algn impacto sobre el desempleo en am-bas dcadas, y seguramente afect la tasa de in-formalidad (asalariada y total), dado que la for-malidad es significativamente mayor en el grupode asalariados pblicos. No se volver sobre esteaspecto en lo que resta del trabajo, concentrandoel anlisis sobre la demanda de empleo privado.

    El empleo autnomo creci en los 80 hastallegar a representar 31% del empleo total a co-mienzos de los 90; desde all declin a poco me-nos del 24% en los ltimos dos aos. Esto impli-ca que, en trminos absolutos, la poblacinautnoma ocupada creci slo 3.5% entre co-mienzos de los 90 y la actualidad. En su lugar,el empleo asalariado privado (sumando forma-les e informales) mostr alta elasticidad al ci-clo: creci 39% entre 1990 y 1998, se contrajo4% hasta 2002, y creci 27% hasta el ao 2008.Pero en general la volatilidad del empleo asala-riado privado formal fue ms elevada que la delos asalariados informales, lo que plantea la hi-ptesis de una mayor flexibilidad de los ingre-sos de estos ltimos tanto en perodos de altacomo de baja inflacin frente a shocks de de-manda. Es decir que, frente a una cada de la de-manda, los salarios de los asalariados informa-les que no cuentan con proteccin legal ajustan ms que los de los asalariados forma-les, lo que favorece una menor cada de la ocu-pacin. En el caso de los trabajadores formales,

    las rigideces nominales derivadas de la legisla-cin general y los convenios colectivos ponen l-mites a la flexibilidad salarial real, por lo quelas empresas optan por ajustar el empleo asala-riado formal durante las recesiones.

    1.2 El descenso de la informalidad en los 2000

    El hecho diferencial que sin embargo desta-ca en estas ltimas dos dcadas, es el cambio enla formalidad de las contrataciones laborales,tanto para autnomos como para asalariados.Luego de un pronunciado ascenso de la infor-malidad en los 80 y parte de los 90, los ltimosaos marcan un cambio de tendencia. Entre losautnomos, el total de informales luego de ex-pandirse 25% en los 80 prcticamente se esta-biliz a comienzos de los90 y hasta la actuali-dad. Su nmero se estima actualmente en 2.5millones frente a un total de 3.6 millones de au-tnomos. Entre los asalariados en cambio, se re-gistr un fuerte crecimiento en el nmero y pro-

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    Var % PBIVar % Empleo Total

    Elasticidad Empleo Total/PBIElasticidad empleo sin planes

    Reversin a la media

    Grfico 1. Variaciones del Empleo y PBI, y elasticidad

    Cuadro 1

    Variacin en porcentaje entre puntas

    EMPLEO TOTAL EMPLEO ASALARIADO AUTNOMOSTOTAL FORMAL PRIVADO PBLICO INFORMAL TOTAL FORMAL INFORMAL

    1990/98 17,1% 23,2% 19,7% -10,7% 60,5% 3,4% 7,1% 2,2%

    1998/2002 -1,5% -2,1% -20,0% 3,5% 9,9% 0,0% 1,0% -0,3%

    2002/2008 21,0% 28,2% 70,4% 30,8% 0,9% 2,7% 20,5% -3,6%

    Variacin en miles de puestos netos -promedio anual

    EMPLEO TOTAL EMPLEO ASALARIADO AUTNOMOSTOTAL FORMAL PRIVADO PBLICO INFORMAL TOTAL FORMAL INFORMAL

    1990/98 229 215 66 -31 180 14 7 7

    1998/2002 -48 -48 -161 18 94 0 2 -2

    2002/2008 434 419 302 111 6 16 31 -15

    Fuente: FIEL.

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    ilegalmente. Para Beige (1990) el sector infor-mal abarca las acciones de los agentes econ-micos que no adhieren a las normas institucio-nales establecidas o a los que se niega suproteccin. Castells y Portes (1989) incluyentodas las actividades generadoras de ingresosno reguladas por el Estado en entornos socialesen que s estn reguladas actividades similares.Finalmente, la OIT define informalidad comouna unidad econmica, empresa o negocio, iden-tificada como un conjunto de unidades de pro-duccin de bienes o provisin de servicios quefuncionan en una escala pequea, con una orga-nizacin no sofisticada y poca divisin entre tra-bajo y capital, y donde las relaciones laborales (sihay alguna) no estn cubiertas por contratos for-males que otorgan garantas y derechos.

    Debido a que las actividades informales seocultan para no ser detectadas es difcil obtenerestimaciones sobre su magnitud, a pesar de locual se aplican diferentes metodologas para lo-grar su aproximacin. Portes y Haller (2004) es-tablecen diferentes enfoques. El enfoque delmercado de trabajo analiza la informalidad des-de el punto de vista de trabajadores que no es-tn cubiertos por el esquema de pensiones (yasean trabajadores asalariados o independientes,cuentapropistas, profesionales o empresarios).El enfoque de las pequeas empresas est msen lnea con la definicin de la OIT de informa-lidad, esto es, trabajadores en microempresas(menos de 5 empleados), empleadas domsticaso servicios personales y cuentapropistas. El en-foque del consumo de los hogares est en lneacon el concepto de evasin, en tanto que se defi-ne informalidad como el ingreso no declarado(que surge entre la diferencia de los gastos y losingresos declarados). Finalmente, el enfoque delas discrepancias macroeconmicas hace hin-capi en variables macroeconmicas asociadascon la informalidad. Por su parte, los mtodos

    de cuantificacin pueden clasificarse en mto-dos directos (una medicin directa con el traba-jador o el empresario basado en resultados deencuestas y entrevistas directas) y mtodos in-directos, donde se infiere el valor agregado ge-nerado por las actividades informales a travsde variables macro relacionadas con la produc-cin de estas actividades.

    2.1 Incentivos a la informalidad

    Se reconocen dos perspectivas, no contradic-torias, para explicar la evolucin de la informali-dad laboral. La primera es el concepto de exclu-sin segn el cual los individuos que sedesempean en el mercado informal han sidoexcluidos del mercado formal y por lo tanto delos beneficios otorgados por el Estado. Entre losmotivos de esta exclusin se mencionan: a)segmentacin del mercado laboral (que impideque los trabajadores dejen su estado de inerciaen la informalidad y se empleen en el sector for-mal que ofrece beneficios estipulados por el Es-tado), b) reglamentaciones complejas que impi-den que las empresas pequeas crucen lafrontera hacia la formalidad y prosperen; y c)empresas que operan parcialmente en la infor-malidad a fin de reducir costos frente a cargasfiscales y regulaciones excesivas. Una segundaperspectiva es la de escape (HIRSCHMAN,1977), donde los agentes empresas y personas eligen racionalmente ser formales dependiendodel valor que asignen a los beneficios netos deque asignan a la formalidad. Dentro de esta lti-ma perspectiva, la capacidad fiscalizadora delEstado y la calidad de los servicios brindadostienen una gran incidencia en esta eleccin.

    Estos enfoques se basan en la capacidad deelegir de los agentes econmicos. En el primerolos agentes son excluidos, mientras que en otrose autoexcluyen. En la realidad los agentes pro-

    porcin de informales durante los 90 (73% delcrecimiento del empleo asalariado fue infor-mal), a lo que sigui un cambio abrupto en la d-cada actual, durante la cual prcticamente todoel incremento del empleo asalariado fue concontrato formal. De hecho el total de asalaria-dos informales urbanos habra cado desde 4.9millones en 2004 a poco menos de 4.2 millonesen la actualidad.

    Estos cambios en la composicin del empleojunto con modificaciones de la demanda secto-rial, dieron lugar a un ciclo bien definido de as-censo y descenso en la tasa media de informali-dad. La tasa agregada incluyendo asalariados yautnomos pas de 46% a fines de la dcada delos 80 a un mximo de 56% en la salida de la cri-sis del 2002, para volver al 45% en el ltimo aodisponible (2008). La tasa de informalidad entreasalariados era de 32% a fines de los 80, toc unmximo de 49.4% en 2003, para declinar a 37%en 2008.

    El objeto del captulo es determinar los facto-res que explican esta evolucin en forma de U in-vertida de las tasas de informalidad, total y asa-lariada, procurando evaluar el impacto de laspolticas pblicas. No se trata por lo tanto deaproximar el tamao de la economa informal,sino los cambios observados en la proporcin deocupados formales e informales, y las razonesde dichos cambios. El objetivo es evaluar polti-cas que podran permitir una ms rpida forma-lizacin del mercado laboral.

    A tal efecto es necesario controlar por otrosfactores que puedan haber contribuido a expli-car esta dinmica, particularmente entre la po-blacin asalariada en el sector privado. De allque el trabajo procede en etapas, evaluando enprimer lugar cuestiones metodolgicas y de me-dicin que permitan determinar que el proble-ma que se quiere presentar es robusto. En efec-to, existe ms de una medicin posible del

    concepto de informalidad, segn la aproxima-cin u objetivo que persiga la medicin. De allque la primera cuestin enfoca la informalidaddesde distintas aproximaciones, tanto entreasalariados como entre autnomos, para deter-minar la eventual discrepancia en la magnituddel fenmeno por analizar. Por otro lado, lasmediciones tienen en cuenta los cambios meto-dolgicos desde 2003 en la principal fuente dedatos, la encuesta de hogares (EPH), y la intro-duccin masiva a fines de los 90 y en la crisisde 2002 de programas pblicos de empleo. En elpunto 3 se plantea el anlisis de determinarcmo se compone la poblacin informal, y qucambios se observaron en la ltima dcada. Elpunto 4 evala distintos programas para redu-cir la informalidad, mientras que en el 5 se pro-curan determinar las causas de la evolucin ob-servada. Finalmente los puntos 6 y 7 presentanlas recomendaciones de poltica y las principa-les conclusiones del estudio.

    2. Mediciones de informalidad

    La informalidad ha sido definida de dife-rentes maneras y cuantificada de dife-rentes formas. Portes y Haller (2004) de-finen la economa informal como toda accin delos agentes econmicos que permanece al mar-gen de las normas institucionales establecidas.Por su parte Schneider y Enste (2000) dividen laeconoma no registrada en el sector domstico,el sector informal, el sector irregular y el sectorcriminal. Litan (1988) distingue tres categoras:i) economa informal: las actividades econmi-cas que buscan fines lcitos pero operan al mar-gen de la ley, ii) economa subterrnea: las acti-vidades econmicas que utilizan medios ilcitospara la obtencin de fines tambin ilcitos, y iii)microempresas: negocios pequeos que persi-guen fines lcitos pero que pueden operar legal o

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    De all que el descuento de aportes para pen-siones implica la cobertura de todos los restan-tes tems (pagos de asignaciones, cobertura deindemnizacin por despido, etc.) de la seguridadsocial. Sin embargo esta pregunta que se formu-la a los asalariados, no incluye a los autnomos.Si bien recientemente las ltimas encuestas hancomenzado a indagar acerca de si el autnomorealiza o no aportes a la seguridad social, la pre-gunta no est procesada ni aparece codificadaen la base, por lo que el enfoque laboral de la in-formalidad no puede aproximarse por mtodosdirectos para los autnomos, sino a travs de da-tos de registro del sistema de pensiones.

    Otro enfoque alternativo es el de definir in-formalidad a partir del tamao de empresa, loque puede realizarse con la EPH tanto para au-tnomos como para asalariados. Para esta apro-ximacin se consideran autnomos formales alos ocupados que declaren ser cuentapropistaso patrones, en establecimientos de ms de 10empleados, que cuenten con un nivel educativouniversitario completo o profesionales, y que nosean personal profesional del poder legislativo,judicial, directivos de empresas pblicas, insti-tuciones sociales, ni personal con calificacintcnica u operativa de las fuerzas armadas o deseguridad. El resto de los autnomos se consi-deran informales.

    Los niveles de informalidad varan en mayoro menor medida con estas diversas definiciones.Para el ltimo ao disponible (2007) cualquierade las dos mediciones la legal o el enfoque depequea empresa proporciona una mayor tasade informalidad para los autnomos que paralos asalariados. En los autnomos la medicinlegal se realiza por va indirecta con los regis-tros del sistema de pensiones. El nivel de infor-malidad autnoma en una u otra medicin es si-milar y del orden de 70%. La diferencia es demenos de 2 puntos porcentuales, aunque ello no

    siempre fue as en los ltimos aos. Entre los au-tnomos en efecto, el enfoque de pequeas em-presas muestra un comportamiento bastante es-table (grfico 4), con una cada entre puntas de1998 a 2008 de poco menos de 5 puntos porcen-tuales, mientras que la definicin legal muestrauna U invertida muy pronunciada, sin cambioentre puntas.

    En el caso de los asalariados, para el ao2007 la informalidad asalariada pura (aqullaque no incluye a los ocupados en programas deempleo) se ubica entre 36,6% y 39,7% dependien-

    bablemente siempre tienen algn grado de liber-tad para elegir. En trminos econmicos esta de-cisin se basa en los costos y beneficios espera-dos de la formalidad. Entre los costos, el primeroque se reconoce son los impuestos y los costosde cumplir con las regulaciones. Por el lado delos beneficios se encuentran los bienes y servi-cios a los que quienes se desempean en el sec-tor formal pueden acceder, que incluyen los be-neficios de la seguridad social, acceso al crdito,el beneficio de ejercer sus derechos tal como lasleyes lo determinan (rule of law), etc. En el casode los trabajadores, la opcin puede ser una de-cisin conjunta del hogar; si los beneficios de untrabajador formal alcanzan al resto del grupo fa-miliar (como el seguro mdico), y las contribu-ciones del trabajador adicional no pueden adi-cionarse para obtener una prestacin mejor esprobable que el trabajador adicional tenga me-nos incentivos a ser formal.

    Los costos y beneficios de la formalidad sonafectados por el Estado no slo porque ste fijalas reglas de juego sino porque conjuntamente suaccionar genera incentivos a favor y en contra dela informalidad. En este sentido, si el estado ter-mina otorgando pensiones an a aquellas perso-nas que no han contribuido, o el beneficio otorga-do no est en lnea con la contribucin realizada,los incentivos a aportar se diluyen; en la medidaque los beneficios de la seguridad no compensenlos aportes o puedan ser igualmente obtenidos como por ejemplo si existen amplias moratoriasque hacen que habiendo aportado o no al sistemade pensiones se perciban los beneficios, del siste-ma previsional esto incentiva la informalidad.

    2.2 Argentina. Medicin de lainformalidad en diferentes enfoques

    La literatura en general incluye como infor-mal al trabajo por cuenta propia ya que es la for-

    ma ms sencilla de evadir las regulaciones labo-rales. Tal como ms arriba se indic, el porcenta-je de autnomos cay en la ltima dcada, ya seaque se utilice fuente EPH (INDEC) o fuente Cuen-tas Nacionales (INDEC). Sin embargo, a diferen-cia de otros pases de Amrica Latina, en la Ar-gentina el empleo por cuenta propia estuvoincluido desde hace dcadas en el sistema depensiones, por lo que tanto autnomos comoasalariados han tenido obligacin de aportar alsistema de seguridad social.

    Se puede en principio aplicar el enfoque delmercado laboral para determinar la porcin detrabajadores que son formales es decir, ocupa-dos con cobertura previsional y por esa va es-timar la informalidad laboral por mtodos di-rectos con las EPHs y/o con mtodosindirectos a travs de registros. La EPH de IN-DEC pregunta a los asalariados ocupados si elempleador realiza o no los descuentos corres-pondientes a la seguridad social, lo que indicaque el trabajador es un trabajador formal. EnArgentina las contribuciones se abonan en for-ma conjunta a la Administracin Federal de In-gresos Pblicos (AFIP) que posteriormente re-distribuye lo recaudado entre los diferentesinstitutos de la seguridad social.

    70%72%74%76%78%80%82%84%86%

    1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007Def. Legal (met. Indirecto)Def. Pequiea Empresa (met. Directo)

    Grfico 2. Tasa de InformalidadAutnomos

    0%10%20%30%40%50%60%70%80%90%

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    Definicin Legal Definicin Productiva

    Grfico 3. Informalidad DiferentesMedidas Ao 2007

    35%

    40%

    45%

    50%

    55%

    60%

    65%

    1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008

    Urbanos (Def. Legal-Met. Directo)

    Urbanos Puros (Def. Legal-Met. Directo)

    Totales Puros (Def. Legal-Met. Indirecto)

    Urbanos (Def. Peq. Empresa-Met. Directo)

    Grfico 4. Tasa de InformalidadAsalariada

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    clo de informalidad decreciente). Las tasas deinformalidad asalariada pura eran de 42.4% y40.4% respectivamente.

    Se estim una ecuacin que relaciona lacondicin de formal del trabajador asalariadocon elementos que integran su capital humano,ms algn factor que aproxima la productivi-dad (en este caso tamao del establecimientodonde est ocupado), adems de incluirse varia-bles que indican el sector de actividad en el cualse desempea. Los resultados se encuentran engeneral de acuerdo con lo esperado3. La proba-bilidad de ser informal es menor para los hom-bres que para las mujeres, mientras que el nivelde educacin y la edad, a medida que aumentan,reducen la probabilidad de ser informal. Encuanto al estado civil, la existencia de cnyugedisminuye la probabilidad de ser informal, entanto que la presencia de cnyuge que trabajaen el sector informal aumenta la probabilidadde ser informal. Este es un resultado en contrade lo esperado: a priori la presuncin era que laexistencia en el hogar de un individuo que per-cibe prestaciones de la seguridad social podrahacer menos necesario un trabajo formal, yaque este individuo estara de todos modos cu-bierto por eventos de salud actuales y en la ve-jez (la obra social cubre al ncleo familiar), yen alguna medida existira en la familia una co-bertura por vejez. Sin embargo, las estimacio-nes muestran un comportamiento inverso, mos-trando un efecto imitacin probablementeasociado al capital humano de los integrantesde la pareja.

    La variable jefe que define la posicin deljefe del hogar, muestra para el conjunto un signopositivo, es decir que los jefes de hogar tienenmenor probabilidad de ser informales, o sea

    tienden a desempearse ms en el sector formaldel mercado laboral. Del mismo modo, la fertili-dad (mujeres con hijos menores de seis aos)disminuye la probabilidad de pertenecer al mer-cado formal, probablemente porque un empleoinformal se asocia a un mayor grado de flexibili-dad de tiempo.

    Respecto al tamao de la empresa proxy dela productividad el resultado es el esperado: amedida que la empresa aumenta de tamao au-menta la probabilidad de ser formal. Esto es asporque las empresas ms grandes estn ms ex-puestas a controles por parte de las autoridadesy adems porque pueden capturar mejor los be-neficios de la formalidad. Las variables sectoria-les definen la probabilidad de ser ms o menosformal respecto a la dummy sectorial omitida,que en este caso fue el empleo en el sector prima-rio de la economa.

    En resumen, no toda la poblacin tiene lasmismas posibilidades de desempearse en elsector formal. De acuerdo con las estimaciones,son los varones, los trabajadores con mayor ca-pital humano, ya sea por mayor nivel educativo opor mayor edad, la cual de alguna forma repre-senta la experiencia del individuo en el trabajo,quienes poseen mayor probabilidad de encon-trarse en la formalidad.

    Informalidad por Sector de ActividadEconmica

    En el caso de trabajo asalariado se cuentacon informacin desagregada por sector de acti-vidad, cmputo que se basa en el enfoque demercado de trabajo. Los sectores en los cuales lainformalidad es mayor son Agricultura y Pesca(bsicamente en el subsector Agropecuario,dado que en el sector de la Pesca la informalidad

    do de la medicin (EPH o registros), mientrasque la medicin total (que considera informalesa los ocupados con programas de empleo) se ubi-ca en 40,5%. En la definicin de pequeas em-presas, la tasa de informalidad asalariada esms de 10 puntos porcentuales superior.

    En cuanto a la evolucin de la informalidadasalariada en las distintas mediciones, se ob-serva que todas las mediciones legales dan unaumento hasta el ao 2004 y una cada poste-rior. La medicin por empresa pequea, en cam-bio, se mantiene estable. En el caso de la infor-malidad asalariada es posible tambin teneruna perspectiva de ms largo plazo para com-prender la relevancia del fenmeno de la cadade la informalidad en los ltimos aos, para locual se vuelve a la definicin legal (mtodo di-recto, EPH), ya utilizada en los primeros grfi-cos del captulo.

    Con base en la informacin de 1980, resultauna clara tendencia de largo plazo de aumentode la tasa de informalidad hasta mediados de lapresente dcada, y una reduccin ulterior. Elpico de 2002/3 se encuentra probablemente so-breestimado ya que se incluye como informalesa los ocupados a travs de programas de empleo(la EPH los caracteriza como ocupados sin des-cuento jubilatorio, an cuando en muchos ca-sos en los que no trabajan, se caracterizan me-jor como desocupados con subsidio que comoocupados informales). Descontando los ocupa-dos bajo programas de empleo la informalidadpresenta el mismo aumento y posterior cadapero en forma mucho ms moderada. La impor-tancia que fue adquiriendo en los ltimos 30aos el sector informal ha sido tal que duranteel perodo 1980/2002 toda la creacin neta depuestos de trabajo se origin como empleo no

    registrado. Desde all se verifica un notoriocambio: el empleo informal se mantuvo prcti-camente estable y todo el crecimiento neto delempleo asalariado fue formal. En el balance en-tre 1980 y el presente, el empleo total urbanocreci 64% y el empleo asalariado lo hizo en75%. Ms de la mitad (55%) del total de los em-pleos asalariados creados en ese perodo fuerontrabajadores no registrados.

    3. Quines son los informales?

    Ya sea por exclusin o por escape, los in-dividuos al margen de la formalidad noson los mismos, en el sentido que pre-sentan diferentes caractersticas. Para evaluarquines tienen mayor probabilidad de desempe-arse en el mercado formal de trabajo se desa-rrolla en este punto un anlisis con un modeloprobit,2 se discute luego la incidencia de sectorde actividad y tamao en la probabilidad de en-contrar empleo informal, y se finaliza con unanlisis de las diferencias salariales entre for-males e informales.

    En primer lugar se estima un modelo probitdonde la variable dependiente es una dummyque toma valor 1 si el individuo trabaja de ma-nera informal si al individuo no le realizanaportes al sistema de jubilacin , y cero encaso contrario. Las estimaciones se restringie-ron al empleo puro, es decir que no se incluyenlos ocupados bajo planes pblicos de empleo.La fuente de informacin es la Encuesta Per-manente de Hogares (EPH) del INDEC. Dado elcambio de tendencia en la informalidad legal,se realiz una estimacin para mayo del ao2000 (tendencia creciente en la informalidad)y otra para el primer trimestre del ao 2007 (ci-

    3 Informacin ms detallada se encuentra a disposicin, solicitndola a [email protected]. Una ver-sin del presente documento fue publicada en mayo 2010 en la serie de Documentos de Trabajo de FIEL.

    2 El modelo probit estima la probabilidad de ocurrencia de un evento dado el valor de las variables asociadasal mismo. En este caso se estima la probabilidad de que un individuo sea informal.

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    ronda el 17%) y Construccin (57,6%), mientrasque la menor tasa se encuentra en Electricidad,Gas y Agua (poco menos del 10%).

    Los datos registrales de Cuentas Nacionalesreferidos al empleo total (definicin legal)muestran un ciclo levemente creciente entre1994 y el ao 2000, un ciclo ligeramente decre-ciente hasta el 2002, nuevamente creciente has-ta el 2004, y a partir de all un nuevo ciclo contendencia decreciente. Este comportamiento,con diferente intensidad, se replica para la ma-yora de los sectores econmicos. Entre el 2003(ao en que se inicia el proceso de crecimientodel empleo formal) y 2007 (ltimo ao para elcual se cuenta con esta informacin), la tasa deinformalidad total cay en esta medicin 4.3puntos porcentuales.

    La desagregacin sectorial muestra que aexcepcin del caso de Electricidad, Gas y Agua

    que incluye a menos del 1% del empleo total latasa de informalidad se contrajo en todos lossectores. Los sectores con mayores reduccionesfueron Construccin y Agricultura y Pesca,mientras que la menor cada se registr en Mi-nas y Canteras (y el aumento en Electricidad,Gas y Agua). La cada de la informalidad fue,pues, un fenmeno generalizado a todos los sec-tores de la actividad econmica. El cambio decomposicin en el empleo slo explicara 0.14puntos de cada de la tasa de informalidad. Sinembargo, los sectores que ms contribuyeron alcrecimiento del empleo formal no son aquelloscon ms cada en la tasa de informalidad.

    Si bien el empleo formal asalariado4 crecipara todos los sectores, el que ms contribuyfue Servicios Sociales, Personales y Comunalesque concentr 33% del aumento del empleo for-mal. Este sector incluye el empleo en el sector

    pblico, los sectores de enseanza y salud msformales , y otros servicios entre ellos serviciodomstico, con un rgimen especial simplifica-do y con reduccin de costos. Otro 16% del au-mento del empleo asalariado formal correspon-di a Intermediacin Financiera, ActividadesInmobiliarias, Empresariales y de Alquiler, sec-tor cuyo grado de formalidad es mayor que elpromedio de la economa. Finalmente otro 17%del incremento del empleo asalariado formal co-rrespondi a un sector altamente informal,como el de Comercio y Hoteles bsicamente Co-mercio , para el cual el empleo asalariado for-mal creci ms de 50%.

    Informalidad por TamaoLa informalidad asalariada en la definicin

    legal es ms alta en las empresas pequeas. Losltimos datos de la EPH (primer trimestre delao 2007) muestran que el 65% del empleo asa-lariado informal estaba en empresas de menosde 25 ocupados, en tanto que 18% estaba en em-presas de 26 a 100 ocupados, y 17% en las msgrandes, lo que significa que lo que sucede enlas empresas pequeas en materia de empleotiene un impacto decisivo para el promedio dela economa. En las empresas pequeas del sec-tor privado (hasta 25 ocupados) la tasa de infor-malidad triplica la del siguiente grupo (de 26 a

    100 ocupados) y es casi 7 veces ms elevada quela de las empresas grandes. Los cambios en alagregado estn dominados por la cada en latasa en empresas pequeas, y en menor medidaen las ms grandes, mientras que el segmentointermedio se mueve con el ciclo sin cambiosentre puntas.

    Brecha SalarialGanan ms los formales? Es habitual medir

    el premio salarial por trabajar en el sector for-mal de la economa, en trminos de la diferen-cia de ingresos entre formales e informales. Lasestadsticas confirman en general que los sala-rios de trabajadores formales son, en promedio,ms elevados que los de los informales. Deacuerdo con los datos de Cuentas Nacionales,en el ao 2007 el salario total en el sector infor-mal representaba slo el 26% del salario prome-dio en el sector formal, y la relacin se fue dete-riorando en los ltimos 15 aos. Esta medida desalario total sin embargo no tiene en cuenta ladiferencia en el nmero de horas trabajadas encada sector; dado que el promedio de horas tra-bajadas por los informales es menor, se tiende amagnificar las diferencias. Controlando por ho-ras trabajadas, es decir considerando el salariohorario en ambos sectores, la brecha salarial essustancialmente ms baja: en 2007 el salariohorario de los trabajadores informales repre-sentaba el 60% del salario promedio de los tra-bajadores formales.

    Ntese que en los 90 cuando la informalidadlaboral creca, la brecha salarial se ampliaba,mientras que en la presente dcada en que elempleo registrado crece fuertemente la brechase mantiene estancada. Sin embargo, la compa-racin de salarios promedio esconde diferenciasapreciables entre los individuos que componencada grupo. Tal como se destac, los ocupados encada sector presentan caractersticas observa-

    4 Los datos sectoriales provienen de las cuentas nacionales, y difieren ligeramente de los de la EPH, pero lainformacin cualitativa es similar. En trminos absolutos, segn cuentas nacionales, el empleo asalariadototal creci en 1.77 millones de formales y en 230 mil informales.

    Cuadro 2. Tasas de informalidad por sector

    1998 2002 2004 2006 2007 DIF 2007/98

    Agro + Pesca 69,0% 69,9% 66,3% 61,9% 60,0% (9,1)

    Minas y Canteras 39,2% 36,1% 33,8% 33,4% 32,4% (6,8)

    Manufacturas 31,4% 32,9% 34,0% 31,9% 30,5% (0,9)

    Electricidad, Gasy Agua 12,3% 8,6% 11,2% 9,4% 9,7% (2,6)

    Construccin 63,8% 71,5% 67,9% 61,1% 57,6% (6,2)

    Comercio+Hoteles 48,2% 48,3% 51,2% 46,9% 45,5% (2,7)

    Transporte, Almac y Comunicaciones 51,3% 53,5% 52,2% 46,3% 48,2% (3,1)

    Intermed. Financ, Inm, Emp y Alq. 20,6% 20,9% 22,2% 19,4% 17,7% (2,9)

    Serv. Soc. y de Salud + Otras Activ. 33,3% 32,2% 33,3% 31,5% 29,5% (3,8)

    Total 40,7% 40,2% 41,2% 38,1% 36,5% (4,3)

    Fuente: FIEL en base a INDEC.

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    15%

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    Grfico 5. Tasa de Informalidad por Tamao

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    bles bien diferentes, y esto hace necesario con-trolar por tales diferencias.

    Con este objetivo, se presentan a continua-cin tres estimaciones diferentes utilizando elmtodo de matching propuesto5 por opo(2004), como alternativa a la tradicional estima-cin de diferenciales salariales a travs de ecua-ciones de Mincer. Los resultados obtenidos a tra-vs de este ltimo mtodo estn expuestos adiferentes crticas economtricas: a) estimar laecuacin de salarios en forma lineal asume queesta es una aproximacin razonable del procesogenerador de los datos, por lo que los resultadosdependern de la correcta especificacin de laforma funcional; b) al estimar una nica funcinde salarios para toda la muestra se supone que ladistribucin de caractersticas de los trabajado-res de ambos sectores es similar. Un problemaadicional relacionado con este punto, es que losindividuos tienden a auto seleccionarse en unsector u otro en base a caractersticas observa-bles e inobservables.

    opo propone una metodologa alternativa:para cada individuo se genera su equivalentesinttico perteneciente al otro sector de la eco-noma. Por ejemplo, para un trabajador del sec-tor informal, se buscan todos aquellos indivi-duos de iguales caractersticas (sexo, edad,educacin, etc.) que trabajen en el sector formalde la economa; en base a stos se crea un indi-viduo sinttico cuyo salario (construido como elpromedio de los casos comparables es el sala-rio imputado contrafctico que este trabajadorobtendra en caso de pasarse al sector formal dela economa. Con estos datos, se calcula la dife-rencia de ambos salarios horarios. El mecanis-mo evita el problema de la especificacin de la

    funcin de salarios y se obtienen resultadoscuya validez no est afectada por problemas deseleccin muestral en base a caractersticas ob-servables, debido a que las comparaciones se re-alizan entre individuos con idnticas caracte-rsticas. De esta forma, comparando individuoscon iguales caractersticas, se puede ver si el di-ferencial de salarios sectores se mantiene, o silas diferencias observadas en los salarios se de-ben en realidad a que los individuos en cadasector poseen atributos distintos, que los llevana auto seleccionarse y emplearse en un sectoren particular.

    La brecha salarial se mide como la diferen-cia en los valores esperados del salario horario(w) condicional a un vector de caractersticaspersonales y a la pertenencia a un sector de laeconoma: = E[w/formales] E[w/informales].Esta diferencia puede dividirse en cuatro com-ponentes, cuya estimacin individual permitedeterminar porqu los estudios suelen obtenerestimaciones con sesgos positivos del premio ala formalidad. FF:: es la parte de la brecha que se explica por

    las diferencias existentes entre dos gruposde trabajadores formales: los que puedencompararse con individuos en el sector infor-mal y los que no.

    XX:: es la parte de la brecha salarial que pue-de explicarse por diferencias en la distribu-cin de caractersticas entre los trabajadoresformales e informales.

    II:: es la parte de la brecha que se explica porlas diferencias existentes entre dos gruposde trabajadores informales: los que puedencompararse con individuos en el sector infor-mal y los que no.

    00:: es la parte inexplicada, es decir aque-lla que no puede ser atribuida a diferenciasen las caractersticas de los individuos.Esta parte se asocia al premio salarial a laformalidad, aunque tambin podra estarrepresentando la existencia de caractersti-cas inobservables en uno u otro grupo detrabajadores.

    En el caso que todos los individuos tuvieranun match en el otro sector, F y I seran cero,y todo el diferencial sera explicado por diferen-cias en la distribucin de las caractersticas ocon el premio salarial.

    Las variables utilizadas para el matching delos individuos entre sectores fueron: gnero,edad, rama de actividad, tamao del estableci-miento en que se desempea, nivel educativo al-canzado y experiencia laboral. La fuente de da-tos es la EPH para el perodo 1999 a 2001 en elGran Buenos Aires (Ciudad de Buenos Aires yPartidos del Conurbano). Los datos utilizadoscorresponden a aquellos individuos de entre 18y 65 aos de edad que se declaran como ocupa-dos asalariados con ingresos no nulos en suocupacin principal. Se utiliz slo la ReginMetropolitana (en lugar de utilizar la totalidad

    del pas) para obviar diferencias salariales re-gionales. La eleccin del perodo de tiempo(1999-2001) se debe a que entre 1999 y 2001 laeconoma argentina estuvo estancada, sin cam-bios apreciables en la productividad y con muypocos cambios en salarios nominales y reales,lo que permite la agregacin de ondas. Esto noafecta los resultados que se buscan aqu, en tan-to las diferencias a analizar son estructurales,ms que coyunturales.

    Los resultados de las estimaciones mues-tran la descomposicin de la brecha en el sala-rio horario entre informales y formales. Antesde incluir controles, la brecha es del 48.6%, loque aqu se denomina brecha bruta. En el pri-mer modelo se procede al matching de trabaja-dores en base a 3 variables: gnero, edad y edu-cacin. Diferencias de composicin en estastres variables explican el 76.6% de la brechabruta. Luego de comparar trabajadores en am-bos sectores que son idnticos en estas tres ca-ractersticas la brecha en el salario horario des-ciende a 11.4%.

    En el modelo 2, a las tres variables anterio-res se le agrega el Sector de Actividad donde sedesempea la persona. Por lo que si se compa-ran trabajadores del mismo sexo, edad, nivel

    5 Este mtodo busca individuos comparables (con las mismas caractersticas en las variables relevantes)en dos grupos que se establecen (en este caso trabajadores formales e informales) y compara los salarios deambos individuos de modo que la diferencia salarial pueda ser atribuida a la pertenencia al grupo y no a lascaractersticas individuales (que se supone son las mismas).

    Cuadro 3. Diferencias en el Salario Horario por Sector (en parntesis el porcentaje de la brecha bruta explicado por cada factor)

    Variables utilizadas Brecha Bruta Total () F I X 0 (Brecha no Explicada) Ec I Gnero, Edad y Educacin 48,60% 2,20% 0,1% 34,90% 11,40%

    (100,00%) (4,60%) (0,20%) (71,80%) (23,40%)

    Ec II Gnero, Edad, Educacin y Sector de Actividad 48,60% 19,90% 0,70% 20,10% 7,90%(100,00%) (41,00%) (1,40%) (41,30%) (16,30%)

    Ec III Gnero, Edad, Educacin, Sector de Actividad 48,60% 29,30% -0,9% 18,80% 1,50%y Tamao del establecimiento (100,00%) (60,30%) (-1,90%) (38,60%) (3,00%)

    Fuente: FIEL en base a EPH (INDEC).

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    4. Las polticas pblicas para formalizar

    Durante la ltima dcada se implemen-taron en Argentina diversas medidascon el objeto de favorecer la formaliza-cin del empleo. A fines de 1999 la Ley de Refor-ma Tributaria (25239) impuls la formalizacinde dos sectores con elevada proporcin de traba-jo en negro, como ser los trabajadores autno-mos y el personal de servicio domstico. Ademsse tomaron diferentes acciones para simplificarla registracin de los trabajadores e incremen-tar el control.

    Respecto del primer grupo, se modific el R-gimen Simplificado para Pequeos Contribu-yentes o de Monotributo sancionado un ao an-tes, incorporando en el rgimen el pago condestino al sistema de jubilaciones y pensiones ya la obra social. El Rgimen de Monotributo con-siste en un pago de suma fija que vara segnel nivel de ingreso bruto anual del agente quereemplaza el pago de los impuestos de IngresosBrutos y Ganancias, eliminando el requisitopara el contribuyente de presentar las respecti-vas liquidaciones de impuestos. Existen 13 cate-goras de monotributistas en funcin de la fac-turacin anual, la superficie afectada a la

    actividad y el consumo de energa, en alguna delas cuales debe estar inscripto el contribuyente.Con la reforma de 1999, para quienes no estnobligados por otro rgimen laboral a cotizar enel sistema previsional y de salud, se establecenmontos fijos que cubren estas obligaciones, ade-ms de la opcin de adherir a los miembros delgrupo familiar a la obra social. El resto de los au-tnomos que no pueden incorporarse al rgimende monotributo (por el tipo de actividad o su ele-vado nivel de ingresos), permanecen como aut-nomos. En suma, el monotributo reemplaz atravs de un rgimen unificado y simple los pa-gos por impuesto a las ganancias, ingresos bru-tos y seguridad social, y se ampli la coberturade seguridad social.

    Antes de la implementacin del Monotribu-to, todo trabajador por cuenta propia, indepen-dientemente de su nivel de ingreso, deba inscri-birse en el rgimen de autnomos que, ademsde ser ms oneroso que, implica la presentacinperidica de liquidaciones impositivas, lo queelevaba los costos de la formalidad. Si bien elnuevo rgimen mejoraba los incentivos tributa-rios, es probable que tambin hayan sido decisi-vos a la hora de decidir la formalidad la posibili-dad de incorporarse al rgimen jubilatorio y,principalmente, al rgimen de obra social. Desdela implementacin del sistema, el nmero decuentapropistas (autnomos y monotributistas)que aportan a la seguridad social creci 39%.

    Respecto al servicio domstico, se estable-ci un rgimen simplificado que no requiere re-gistro previo del empleador ni del trabajador,sino simplemente el pago por parte del emplea-dor y del trabajador (el monto se abona conjun-tamente) de una suma en relacin con las horasde trabajo en el hogar. A travs de este sistemael trabajador obtiene cobertura de salud conun pago adicional lo puede extender al grupo fa-miliar y est comprendido dentro del rgimen

    educativo y que trabajan en el mismo sector,sus salarios horario promedio difieren en tanslo 7.9%. Finalmente, en el modelo 3 se agregael tamao del establecimiento. Las diferenciasen salario horario promedio entre trabajadoresinformales y formales del mismo sexo, edad, ni-vel educativo, que trabajan en el mismo sector yen empresas de tamao similar, se reduce a slo1.5%. Al igual que lo sucedido en el modelo 2, lainclusin de esta variable genera mayor hetero-geneidad entre los trabajadores formales queentre los informales.

    De las estimaciones puede observarse que: a)la mayor parte de la brecha salarial bruta puedeser explicada por diferencias en las caractersti-cas de los individuos en cada sector en todaslas estimaciones esto explica ms del 76% de labrecha , y b) a medida que se incluyen ms va-riables de control y por lo tanto los individuoscomparables son ms parecidos (en trminos desu oferta o de la demanda que enfrentan), la bre-cha no explicada ( 0) es cada vez menor.

    Como puede verse, el premio salarial en laestimacin ms precisa aqu realizada se redu-ce a 1.5% del salario horario, valor sustancial-mente menor al que se encuentra cuando se es-tima este diferencial de salarios por losmecanismos tradicionales. Se sigue obteniendoun premio a la formalidad, pero de una dimen-sin mucho menor.

    Este resultado requiere tomar en cuenta almenos dos correcciones adicionales. Por un ladolos trabajadores en relacin de dependencia de-pendiendo de su nivel salarial estn sujetos alpago de impuesto a las ganancias, lo que reduceel salario neto y por lo tanto el premio salarialdel formal, aunque es menos probable que untrabajador asalariado de altos ingresos no seaformal. Por otra parte los trabajadores formalesgozan de las prestaciones de la seguridad social(Obra Social, derecho a jubilacin, derecho a

    subsidio por desempleo, etc.) que deberan su-marse al salario neto, lo que aumentara el dife-rencial salarial.

    En ambos casos cunto recibe y aporta de-pende de diferentes circunstancias: el nivel sala-rial, la composicin familiar, etc. Individuos ca-sados con hijos y salarios bajos reciben mayoresprestaciones de la seguridad social (a travs delas asignaciones familiares) que quienes tienensalarios ms altos (que estn excluidos de estaprestacin) o son solteros, quienes ya cuentancon una cobertura de salud recibirn (o utiliza-rn menos) menores beneficios, as como quie-nes no esperan mantenerse durante muchotiempo en el mercado de trabajo local, que no ac-cederan al beneficio de la jubilacin. Todo estohace que para algn grupo de individuos existaun premio a la formalidad de magnitud conside-rable, mientras que para otros el premio puedeser menor, e incluso negativo.

    Tambin se analiz la relacin entre el ingre-so de un trabajador como autnomo o como asa-lariado. Dado que una forma de excluirse (o estarexcluido) de la formalidad es el trabajo no asala-riado, se calcul la brecha salarial entre ambosgrupos de trabajadores asalariados versus au-tnomos siguiendo la metodologa de contro-les utilizada para trabajadores asalariados. Elresultado es por dems interesante, tomando in-dividuos de idnticas caractersticas observa-bles (sexo, edad, nivel de educacin y que se de-sempean en el mismo sector de la economa).En efecto, el salario horario de bolsillo es 18,6%ms alto entre los no asalariados, y la diferenciano explicada por caractersticas distintas entreindividuos llega a 25%. Ello implica un ingresomayor controlando por otros factores para losautnomos, indicio de que el trabajo autnomotiene una componente significativa de eleccin,ms que de exclusin, al menos en el plano de losingresos netos.

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    1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008Autnomos Monotributistas

    Grfico 6. Cuenta Propistas FormalesTotal. Diciembre de Cada ao

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    Si bien no hay informacin, se presume queel blanqueo de 2001 tuvo escaso impacto ya quecoincidi con el inicio de la crisis institucionalque deriv en una fuerte recesin. De acuerdocon informacin oficial, el esquema de blan-queo y promocin de 2009 habra inducido laformalizacin de 330 mil trabajadores asalaria-dos, lo que equivale a casi un 6% de los cotizan-tes asalariados a la seguridad social a mediadosdel 2009.

    Desde el ao 2000 se introdujeron diferentescambios en las normas, tendientes a simplificarla registracin de nuevos trabajadores. Desdeese ao las diferentes inscripciones que el em-pleador deba realizar al contratar un nuevo tra-bajador fueron resumidas en una sola (que se de-nomin Alta Temprana), la cual puederealizarse, adems, por medio de la Web. La re-gistracin debe realizarse con anterioridad alinicio de la relacin laboral. Adems de ello, sehabilit la consulta por parte del trabajador,tambin a travs de la web, de que sus aporteshubieran sido realizados por el empleador, loque debera favorecer un mejor control por partede los trabajadores.

    5. Por qu cay la informalidad?

    El anlisis hasta aqu realizado permiteformular algunas conclusiones prelimi-nares. En el caso de los trabajadores au-tnomos, la cada de la informalidad est asocia-da a la instauracin del rgimen del monotributoque mejor en forma sustancial los incentivos alreducir los costos de cumplimiento e incremen-tar los beneficios. An as, la tasa de informali-dad autnoma se mantiene en niveles muy ele-vados (no inferior al 70%).

    La cada de la informalidad asalariada se ex-plica en parte por la respuesta a cambios en losincentivos a contratar trabajadores formales, y

    en parte a cambios en otras dimensiones. Entreestas ltimas se destacan el salto del empleo p-blico en la dcada actual respecto de la cada ob-servada en los 90, y la formalizacin del perso-nal domstico a travs de un nuevo rgimensimplificado y con incentivos tributarios. Delaumento en 2,45 millones de asalariados forma-les, unos 850 mil se imputan a estos cambios.Ello an deja margen para un crecimiento de 1.6millones de asalariados formales en el sectorprivado, es decir un crecimiento de 62% en seisaos. Otros factores que explican una fraccindel aumento son:

    a) Los cambios entre sectores en el perodo desde los menos a los ms formales que ex-plicaran alrededor del 0,6% del incrementode asalariados formales puros (es decir, netode planes oficiales).

    b) El aumento en el empleo en la construccin,con una importante disminucin en la tasade informalidad sectorial, y que represent11% del incremento del empleo asalariadoformal. El aumento en la obra pblica parecehaber jugado un rol importante, ya que la re-alizacin de obras pblicas implica necesa-riamente la contratacin de empleo formal.La obra pblica pas de representar menosdel 30% del PBI en construccin a ms del47% en el 2007, en un contexto de crecimien-to del producto sectorial.

    c) En el sector agropecuario la tasa de informa-lidad cay fuertemente (-8.3 puntos). Se tratadel nico sector (aparte de servicio domsti-co) en el cual el empleo informal cay en tr-minos absolutos, probablemente por la apli-cacin de nuevas tecnologas de produccinagropecuaria, en particular las vinculadas ala produccin agrcola en gran escala (pooles

    previsional. A fin de incentivar el registro delpersonal domstico, el empleador puede dedu-cir el monto abonado de la base del Impuesto alas Ganancias. El rgimen de servicio domsti-co tuvo una aceptacin muy grande: mientrasque en 1999 ao de implementacin del rgi-men slo aportaban unos 25 mil trabajadoresdomsticos, en el ao 2008 el nmero de apor-tantes alcanzaba a 213 mil.

    Empleo en pequeas empresas y blanqueos

    A fin de promover la creacin de empleo, enel ao 2004, la ley 25877 introdujo una reduc-cin de aportes patronales para las pequeasempresas (Pymes). De acuerdo con esta norma-tiva vigente hasta fines de 2008, se estableciuna reduccin de aportes patronales de 1/3 paralos nuevos trabajadores y de 2/3 si los nuevostrabajadores eran perceptores de planes de em-pleo (Jefes y Jefas). Las empresas nuevas califi-caban para la aplicacin de la reduccin a todoel personal. La duracin de la reduccin se esta-bleci en 12 meses. Esta normativa, en principioestablecida para el personal contratado duranteel ao 2004, fue prorrogndose hasta el ao2008, momento en que el rgimen se sustituy

    por un nuevo esquema (Ley 26476) que estable-ci una reduccin del 50% durante el primerao de la relacin laboral y del 25% durante elsegundo ao para las nuevas relaciones labora-les (ya sean nuevas o blanqueadas), pero a dife-rencia del sistema anterior, la rebaja es inde-pendiente del tamao de la empresa. Como lasnormas fijan un empleo base (en empresasnuevas la base es cero, en las ya existentes, es elempleo en un ao previo), se tiene una reduc-cin de la carga laboral para incrementos netosen la dotacin.

    Otras medidas orientadas a la cada de la in-formalidad fueron los blanqueos de personalasalariado. En la ltima dcada se realizarondos blanqueos de personal: en el ao 2001 y en elcorriente ao 2009. El decreto 1582 de diciem-bre de 2001 estableci un plazo de 60 das parala registracin de relaciones laborales o diferen-cias salariales, eximiendo a quienes se acogie-ran del pago de las contribuciones a la seguridadsocial, as como a las multas y sanciones. Elblanqueo estaba dirigido a Pymes definidas se-gn su monto de facturacin.

    A fines del 2008, y con periodo de vigenciadurante el ao 2009, la ley 26476 estableci unblanqueo de personal asalariado no registrado yel esquema de reduccin de aportes antes men-cionado. El blanqueo estableci la exencin depago de aportes y contribuciones a la seguridadsocial, al sistema de riesgos del trabajo y la deu-da por contribuciones sindicales por los prime-ros 10 trabajadores registrados, y de multas ysanciones por todo el personal registrado, fijn-dose condiciones de pago ventajosas para elpago de la deuda por los trabajadores por sobreel dcimo trabajador que se registrare. Los tra-bajadores regularizados por la ltima normati-va podan computar hasta 60 meses de servi-cios a los fines del sistema jubilatorio y deseguro de desempleo.

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    1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008

    Grfico 7. Aportantes al Regimen delServicio Domstico (nmero deaportantes)

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    capa

    sumrio

    crditos

    sair

    deberan presentar diferenciales de productivi-dad o de precios muy elevados para poder de-sempearse en el mercado formal (el cmputono considera los diferenciales que surgen de laevasin de otros tributos por parte de empre-sas informales).

    Dado que las empresas igualan el costo de lamano de obra con el ingreso,

    CL=W*(1+ T)= P*me,

    donde CL es el Costo Laboral, W el salarioneto, T la brecha entre el costo laboral y el sala-rio neto considerado, P el precio del producto, yPme la productividad media.

    Si en ambos sectores el salario neto es igual,el ingreso medio requerido para la contratacinde un trabajador es mayor en el sector formalque en el informal (P f Pme f > P I Pme I), o seaque para desenvolverse en el sector formal obien el precio de los productos debe ser msalto, o bien la productividad media debe ser ma-yor, o ambos.

    La evolucin de largo plazo en trminos deincentivos a la formalidad parece haber estadodominada por cambios en la tributacin, y por elnivel de enforcement8 de la misma. Sin embargo,en el corto plazo, cambios en precios relativos(una devaluacin, por ejemplo) puede no sloafectar la demanda agregada de trabajo sinotambin la demanda relativa de formales e infor-males. La baja del salario por hora y de los costoslaborales (dados los impuestos), puede dar lugara un aumento quizs transitorio de la deman-da de trabajo. Obsrvese que ello es lo que ocu-rri a partir de 2002: el costo laboral horario

    de siembra6) con servicios tercerizados o acargo de grandes empresas, y a la produccinganadera (feed lots7). En todos los casos setrata de cambios que introducen mayor for-malidad empresarial, y por dicha va mayorformalidad laboral.

    An teniendo en cuenta todos estos aspec-tos, resulta una cada sustancial de la informa-lidad dentro de cada sector y tamao. Es aquque entran en juego los costos laborales. La mi-tad del crecimiento del empleo asalariado for-mal se concentr en empresas pequeas (demenos de 25 ocupados), que concentran 47%del total formal asalariado. Las Pymes fueronbeneficiadas desde el 2004 con una fuerte re-duccin de aportes patronales para las nuevascontrataciones. Desde ese ao las empresas demenos de 80 ocupados gozaron de una reduc-cin de un tercio del costo para toda nueva con-tratacin laboral, es decir los nuevos trabajado-

    res abonaban una tasa de 17.3% por un ao ver-sus 23% para el resto (es decir 570 puntos bsi-cos de menor tasa contributiva). Ms all de ladiferencia en el margen, esta reduccin deaportes implic dados los incrementos netosde empleo en empresas de menor tamao unacada en la tasa media pagada por las empresaspequeas de entre 0.4 y 0.9 puntos porcentua-les segn el ao y de ms de 2 puntos en secto-res como la construccin.

    La tributacin general al trabajo fue relativa-mente alta y muy voltil en la Argentina en lasltimas dcadas (grfico 8), al menos en la com-paracin internacional. La cua salarial o dife-rencia entre pagos brutos y netos de contribu-ciones se mantuvo en los ltimos 35 aos en unrango de 40 a 60%, con un aumento reciente apoco ms de 48% (53% para las empresas de ma-yor tamao).

    El cuadro 4 muestra los niveles de aportes ycontribuciones laborales; el costo laboral totalresume cunto le cuesta al empleador cada uni-dad de trabajo contratada. De esta forma, porcada 100 pesos netos que recibe el trabajadorformal, el empleador erog $172,2 en general($177 en el caso de empresas grandes). En elsector informal, para un mismo salario neto de100 pesos el costo para el empleador es de 108pesos. La brecha salarial (tax wedge) es de 72%en el sector formal (caso general) y de slo 8%en el informal, es decir que el costo laboral es almenos 59% mayor (hasta 72%, si no se conside-ran las contingencias de accidentes e indemni-zacin). Esto implica que si las empresas abo-naran salarios horarios netos idnticos,

    8 Es decir por la capacidad de la autoridad de hacer cumplir las normas. En este sentido, resulta relevantela percepcin que los agentes econmicos tengan de la capacidad del poder regulatorio en caso de incum-plimiento de las regulaciones laborales tanto como las restricciones meramente formales impuestas porla ley.

    6 Un pool de siembra es un fondo de inversin que tiene como finalidad la explotacin agraria. En unpool de siembra participan inversores de diferente tamao de capital, englobando de este modoagentes financieros ajenos al sector agropecuario tradicional.

    7 El feedlot es un sistema intensivo de produccin de carne: el engorde de la hacienda vacuna se rea-liza en corrales, donde el total del alimento le es suministrado por el hombre.

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    Tax Wedge T Wedge Grandes Cargas Patronales (general)

    0%10%20%30%40%50%60%70%

    Tax W

    edge

    0%10%20%30%40%50%60%70%

    Carga

    Patro

    nal

    Grfico 8. Argentina: tax wedge(Costo laboral/Salario neto) y tasa patronal general

    Cuadro 4. Argentina. Aportes y Contribuciones laborales (% de la remuneracin bruta)

    Sector Formal Sector Informal

    General Empresas Generalde Comercio y Servicios

    Grandes

    Remuneracin Neta 100 100 100

    Aportes y Contribuciones Individuales 17 17

    Jubilacin 11 11

    INSSYP 3 3

    Obra Social 3 3

    Remuneracin Bruta 120,5 120,5 100 .0

    Aportes y Contribuciones Patronales 25,7 29,7 2,7

    Jubilacin 9,5 12,4

    INSSYP 2,2 1,6

    Obra Social 6 6

    Asignaciones Familiares 4,4 5,8

    Fondo de Desempleo 0,9 1,2

    Accidentes del Trabajo 2,7 2,7 2,7

    Costo Laboral 151,4 156,3 102,7

    Otros Costos 17,2 17,6 5,4

    Aguinaldo 10,5 10,8

    Vacaciones 1,3 1,4

    Indemnizacin 5,4 5,4 5,4

    Costo por Unidad de Tiempo 172,2 177,4 108,1

    Fuente: FIEL.

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