Psicologia e Espiritualidade

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Psicologia e Espiritualidade À primeira vista, a psicologia e a espiritualidade parecem ser aliadas improváveis. Durante os primeiros cinquenta anos deste século, desde a época em que os escritos de Freud se publicaram pela primeira vez, a psicologia e a religião não tem sido muito amigáveis. A religião e com razão, suspeitava da forte tendência de a psicologia em reduzir toda a conduta e experiência humana a forças sexuais inconscientes (psicanálise), ou a descartar qualquer experiência como fundamentalmente irrelevante se esta não obedecesse a certas leis empiricamente válidas e se não se podia observar e medir (behaviorismo). Os fanáticos religiosos estavam prestes a descartar uma psicologia que refletia os valores de uma cultura materialista e secular e a viam como a obra do demônio desenhada para desacreditar sua fé e até destruí-la. Esta relación recelosa y hostil comenzó a cambiar dramáticamente durante los años 1960, de parte de ambos lados. En la psicología, las semillas del cambio que se sembraron en muchos escritores de la post- guerra comenzaron a dar fruto en el surgimiento de lo que Maslow llamó la “Tercera Fuerza” (para distinguirla del psicoanálisis y del behaviorismo). Esta agrupación incluía teóricos como Jung, Rogers y los psicólogos existenciales y humanísticos. El centro de interés cambió hacia una visión más respetuosa de nuestros esfuerzos creativos y espirituales y se puso mayor énfasis en el momento presente y en el futuro cambiante en contraste con el ver a la gente aprisionada por las cadenas de su pasado. De hecho, una “cuarta fuerza” se ha descrito recientemente -la psicología transpersonal- la cual procura explorar el Ser que está más allá de nuestro yo personal a través de la meditación, adiestramiento en biorealimentación, experimentación con drogas, etc. Como resultado, los psicólogos humanísticos y transpersonales han buscado cada vez más la espiritualidad como una fuerza orientadora para sus investigaciones. Interesante por demás, es que en buena medida estos esfuerzos se han concentrado más en el oriente que en occidente, y han utilizado técnicas y maestros (gurús) con orientaciones predominantemente hindúes o budistas, sin mencionar las seculares, en oposición a las de nuestra propia herencia judeo-cristiana. Acompañando este notable cambio de la actitud psicológica hacia la experiencia religiosa ha habido un cambio similar de parte de las instituciones religiosas, como se ha visto particularmente en la Iglesia Católica desde el Vaticano II. En el increíble corto período de tiempo que siguió a este gran Concilio, las puertas que habían estado cerradas al cambio se abrieron de par en par. A medida que las nuevas formas de la psicología ganaban popularidad, el deseo de la iglesia de hacerse más accesible al mundo secular y más receptiva a las necesidades de sus miembros la encaminaron hacia su anterior adversario. Esto se vio más especialmente en el área de las relaciones

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Psicologia e Espiritualidade

Psicologia e Espiritualidade primeira vista, a psicologia e a espiritualidade parecem ser aliadas improvveis. Durante os primeiros cinquenta anos deste sculo, desde a poca em que os escritos de Freud se publicaram pela primeira vez, a psicologia e a religio no tem sido muito amigveis. A religio e com razo, suspeitava da forte tendncia de a psicologia em reduzir toda a conduta e experincia humana a foras sexuais inconscientes (psicanlise), ou a descartar qualquer experincia como fundamentalmente irrelevante se esta no obedecesse a certas leis empiricamente vlidas e se no se podia observar e medir (behaviorismo). Os fanticos religiosos estavam prestes a descartar uma psicologia que refletia os valores de uma cultura materialista e secular e a viam como a obra do demnio desenhada para desacreditar sua f e at destru-la.

Esta relacin recelosa y hostil comenz a cambiar dramticamente durante los aos 1960, de parte de ambos lados. En la psicologa, las semillas del cambio que se sembraron en muchos escritores de la post-guerra comenzaron a dar fruto en el surgimiento de lo que Maslow llam la Tercera Fuerza (para distinguirla del psicoanlisis y del behaviorismo). Esta agrupacin inclua tericos como Jung, Rogers y los psiclogos existenciales y humansticos. El centro de inters cambi hacia una visin ms respetuosa de nuestros esfuerzos creativos y espirituales y se puso mayor nfasis en el momento presente y en el futuro cambiante en contraste con el ver a la gente aprisionada por las cadenas de su pasado. De hecho, una cuarta fuerza se ha descrito recientemente -la psicologa transpersonal- la cual procura explorar el Ser que est ms all de nuestro yo personal a travs de la meditacin, adiestramiento en biorealimentacin, experimentacin con drogas, etc. Como resultado, los psiclogos humansticos y transpersonales han buscado cada vez ms la espiritualidad como una fuerza orientadora para sus investigaciones. Interesante por dems, es que en buena medida estos esfuerzos se han concentrado ms en el oriente que en occidente, y han utilizado tcnicas y maestros (gurs) con orientaciones predominantemente hindes o budistas, sin mencionar las seculares, en oposicin a las de nuestra propia herencia judeo-cristiana.

Acompaando este notable cambio de la actitud psicolgica hacia la experiencia religiosa ha habido un cambio similar de parte de las instituciones religiosas, como se ha visto particularmente en la Iglesia Catlica desde el Vaticano II. En el increble corto perodo de tiempo que sigui a este gran Concilio, las puertas que haban estado cerradas al cambio se abrieron de par en par. A medida que las nuevas formas de la psicologa ganaban popularidad, el deseo de la iglesia de hacerse ms accesible al mundo secular y ms receptiva a las necesidades de sus miembros la encaminaron hacia su anterior adversario. Esto se vio ms especialmente en el rea de las relaciones interpersonales, donde los discernimientos y las tcnicas psicolgicas fueron de gran valor.

A pesar de este acercamiento, sin embargo, permanece el hecho de que la psicologa y la espiritualidad son diferentes. Enfatizan diferentes niveles de experiencia porque sus cimientos descansan sobre premisas que se excluyen mutuamente. Sin embargo, es en esa diferencia donde radica el valor de la psicologa para la espiritualidad. La psicologa no puede ensearnos nada sobre la vida espiritual, pero s puede ensearnos mucho sobre nuestro yo personal, lo que llamamos el ego (**), el cual interfiere con nuestra relacin con Dios.

Es irnico que el brillante anlisis de Freud sobre el funcionamiento de la psiquis pueda utilizarse para intensificar el crecimiento espiritual de uno. A travs de su vida, Freud sigui implacablemente la idea de que todas las experiencias y creencias religiosas en el mejor de los casos eran neurticas y en el peor de los casos eran psicticas, por ser nada ms que proyecciones de conflictos infantiles reprimidos. Su propia teora, no obstante, nos enseara que uno jams lucha tanto en contra de algo a menos que se sienta correspondientemente atrado por ello, aun cuando esa atraccin est fuera de la conciencia. Uno podra concluir que todo el sistema terico de Freud fue diseado, en un nivel, para defenderse en contra de la amenaza que l senta de su poderosa espiritualidad. As pues, se esforz por creer que el undo material era la nica realidad, por lo que su sistema de pensamiento se convirti en el velo detrs del cual permaneca escondida la vida del espritu. Al darle un propsito diferente, sin embargo, la descripcin sistematizada de la dinmica del ego puede servir como un poderoso instrumento que nos libere del aprisionamiento de la culpa y del miedo, las ms poderosas armas del ego en su guerra contra Dios.

Adems, es justo decir que sin Freud no habra habido Un curso en milagros. Por lo tanto, aunque incapaz de ayudarnos a entender al Dios que buscamos, la psicologa puede ser extremadamente importante en la remocin de las barreras que interfieren con nuestro movimiento hacia El. Puede convertirse en un medio importante que Dios utilice para acercarnos a la verdad ltima sobre quines somos verdaderamente y quin es El, nuestro Creador. Extracto del libro El perdn y Jess: El punto de encuentro entre Un Curso en Milagros y el Cristianismo, de Kenneth Wapnick, Ph.D., Parte I, Principios de Un Curso en Milagros, Introduccin, Pgs. 17/19, Copyright 1998, Foundation for A Course in Miracles, FACIM, USA. Reproducido con autorizacin. (*) Este extracto ha sido titulado aqu Psicologa y Espiritualidad a los fines prcticos pero el mismo no es el ttulo original de la parte pertinente de la obra arriba citada. (**) El trmino "ego" se usa como sinnimo de nuestro falso yo, algo similar al concepto de "persona" y de "sombra" de Jung. As, ste difiere del uso psicoanaltico convencional, donde el ego es slo una parte de la psiquis tripartita. En la terminologa que adoptamos aqu, el ego sera el equivalente aproximado de esta psiquis, diferente a nuestro Ser espiritual que radica ms all de ste.