Perro Prole et alia

8/8/2019 Perro Prole et alia

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Perro prole (PG.3)

Hijos como estrellas(PG. 20)La no-vela del da depois

de mi (a)mort(PG. 26)

Cristino Bogado

Bar c o Bo r r a c ho ed ic ion es

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Cristino Bogado 2008E-mail de la editorial: [email protected] de tapa: Natalia Villamil, [email protected] y edicin a cargo de Ever RomnBuenos Aires 2008

Cristi no Bogado(Asuncin, 1967). Es editor de las editoriales: JAKEMB (http://jakembo.blogspot.com) y YIYI JAMBO(http://yiyijambo.blogspot.com). Autor del blog: http://kurupi.blogspot.com.Obras: La copa de satana, 2002; Dandy ante el vrtigo, 2004; Punk

desperezamiento, 2007; Jugo Loco, ltima poesa paraguaya 1996-2007,2007; "Dandy Mak", 2008. Inditos: Tat ro'o metafsico (xapoesa enporo'unhol); Ysyp Paraguay Remb (cantos macarrnicos en tren balaparaguayensis); Los bichos han pido (nu-bella de aprendizajepolisexual); Ni Schumann ni Schopenhauer (pastiche-musical sobre LasMusaraas); La risa es un pene en ereccin (dialectizacin 3 f sobreguerra da cudruple alianza futurista); Memorias de un jointcero(Amntema narrativo retrovisoreado en tiempos de resaka); Historia de laliteratura homo paraguaya (buuelizacion en un fl de Bolao), La no-vela del da depois de mi (a)mort ( (ficcin folisfika desde o delirio daperspectiva gua sub especie eternitates)); La filosofa del pop (divague

chamburreado de ensaystika, aforismos, notas sueltas, etc. sobre lofenmenos olvidados por el pensamiento). E-mai:jakembo@gmail .com


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Perro prole

"El trabajo humaniza"Karl Marx

De carcter manso, movimientos suaves, casi como los deun gato, y, eso s, vehemente en la expresin, con susladridos emergiendo viriles del gaznate y el atvicorespingo de la cabeza para aproximarla al mximo hastala luna invisible, as es mi perro.

Tengo que decir que, adems de su amo (uno de susamos), tambin soy su chofer. Los tiempos que correnexigen hroes a su altura. En ellos, necesariamente, a gen-te como yo le queda un papel muy secundario, el delamigo sin carcter que pregunta al Papel principal cmole fue con la Dama, por ejemplo.

La faena rutinaria es ms o menos como sigue: alguienllama a Empresas Huesos Hbiles S. R. L., y marca unacita a determinada hora del da. Generalmente, se trata de

gente retirada, ex militares o policas, o ex bancarios, puesestos renen los dos elementos bsicos que forman lamateria prima con la que trabaja mi perro: soledad, aban-dono por parte de los suyos, y dinero ahorrado en algunacaja de jubilacin para tratar de paliarlo.

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Mi hermanita atiende las llamadas mientras tarareaalgn hit de Kylie Minogue, anota las direcciones delpotencial cliente, mira la agenda y confirma la hora exac-ta de la visita. Nosotros, mientras tanto, pasamos el ratodespiojndonos el tedio en el tico infantil hasta que

somos avisados por una alarma de bombero accionadapor una cuerda, como las que se usan en los colectivospblicos. Puestos en pie, nos deslizamos como Batman yRobin por un tubo previamente engrasado, tomamos losdatos y salimos a la calle. My sister aumenta entonces elvolumen del toca-cintas, y eso es todo.

La calle tiene el aire detenido de los sueos pintados,pero sin sus mujeres desnudas, o la torpeza insomne de laresaca de la madrugada del domingo pateando la calle

del Mercado 4, pero sin sus aromas a campo reducidosahora en hatillos comerciables. El arns de mi perro es laprolongacin de su cautiverio, pero en versin noma-dizada, ambulante. El microclima del encierro perrunocontina, aunque sostenido por mis manos. La multiplici-dad de especies que confluyen en una especie de parchezoolgico en mi perro proletario se me revela como enuna intuicin imbcil. Las pezuas domesticadas en su ti-ti anodino e inofensivo tienen algo de chivo, el caucho de

su hocico tiene el brillo del de los simios, el corte de peloduro y enmaraado le cae sobre los ijares como ropaje decaballo durante un torneo medieval o de los de la caballe-ra acorazada feudal, sus enormes ojazos de pasmointerminable son de inequvoco becerro... Una plyadeimpresionante de especies se cruzan en su fsico bestial,


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pequeos destellos engaosos o alucinados ondulan so-bre la materia petisa y oscura de mi perro.

Aunque la gente diga lo contrario, las cosas siguencomo antes. Tenemos que hacer el trayecto a pie, porquetodava hay censura canina en los colectivos. Y eso se

repite en casi todas las esferas: supermercados, libreras,taxis, bibliotecas, cines, etc. Si uno va al cyber con superro, tiene que dejarlo indefectiblemente atado a algunatranquera improvisada, como a los caballos en las viejaspelculas del far west. Y la situacin empeora si se trata deperros callejeros, como el paradigmtico perro-clochardretratado por las cuerdas de Kamba- en su clsico Jaguajeto1.

Mientras hacemos el camino que va de la oficina a la

casa del cliente de turno, para evitar el soso laburo dedescribir la calle, puedo ahondar en la personalidad demi perro. Para impedir ideas equivocadas, de entradaempiezo aclarando que carece de la inteligencia, sutilezay madurez de, por ejemplo, el caballo de Lucky Luke, sinhablar de su total falta de dependencia de bebedizosespirituosos propios de la cultura humana. Ms bien esde gustos simples y aun obvios. Para veranear, Cannes;para turismo cultural, Pekn. Hroe histrico: el khanato

mongol en pleno hasta el ltimo monarca chino de ladinasta manch: Khan Hi. Pelculas: Tarde de perros,Perros de alquiler, Perros de paja... Noir barato y violento.Nada de los sentimentalismos en boga entre sus

1 Guaran:Jagua: perro.Jeto: accin de sacarse niguas del cuerpo.Ergo: Accin de desniguarse el perro.

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congneres de hoy: 101 dlmatas. Cientficos: Perrin antesque Pavlov. Filsofos: Lacan, Digenes, Kant y Jenfanes(Si los bueyes, loscaballos y los perros tuvieran manos y pro-dujeran obras de arte como sucede con los humanos, los caballosdibujaran a sus dioses con forma equina, y los bueyes bovina y

los perros perruna y les otorgaran cuerpos como los que poseecada especie). Baile favorito: el can-can francs. Literatura:Jack London, cae de maduro (Colmillo blanco, Jerry de lasislas y La llamada de la selva). Yaguai de Quiroga, Flush dela Woolf. Aunque nunca ha bebido, siempre pone cara detolerancia ante mis pequeos caprichos cuando me ve conun vaso de scotch. Santos: san Roque, san Francisco, santaCatalina y santa Quiteria; a estas dos ltimas dirige susensalmos apotropaicos cuando la pesadilla de la rabia se

cierne sobre sus duermevelas y pira-kuts2

. El toque demisticismo que impregna como un hedor caliente y sa-broso su pelambre hirsuta viene acaso de la lectura de lavida de esos ermitaos arrojados al desierto que, comonica fuente de comunicacin (y de alimentacin) con elexterior, tuvieron un perro all habra que agregar que Elperro que vio a Dios sera el eptome de toda esa conmocininterior. En alguna Navidad me ha conminado a regalar-le un bestiario medieval ilustrado, y lo he visto lamiendo

con su saliva-panacea a un kinocfalo. Piensa, muy pro-fundamente, que el mundo fue hecho y es protegido porun perro gigante, paternal y bonachn, irascible ante todolo que se mueva como gato, animal que no con razn noes mencionado en la Biblia, ladrando a las constelaciones

2 Guaran: Clavar el pez, ergo Cabeceos de sueo.


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con su respingo lobuno, para que los hombres se sientanseguros en sus propiedades y sus bienes.

Llegamos. Calle Cabeza de Vaca 1553. Como es cos-tumbre, toco el timbre o, en su defecto, doy unas palma-das sobre la verja. Dejo al perro, una, dos horas. A veces,

cuando el cliente da muestras de una liberalidad excep-cional, o de una soledad infinita, toda una tarde. Le dejohacer al perro su trabajo y, al final del mismo, vengo porl de vuelta. Nada ms.

Comnmente, el jubilado, 65-74 aos, permanece en susilln de orejas o en su silla reposera con un dispositivopara hamacarse, escuchando en su radio AM malas nue-vas sobre la violencia montona e inaplastable, la miseriazarrapastrosa, el desempleo masivo, catastrofilia medi-

tica, plagueos hertzianos que rebotan refractarios en sucuerpo, achacoso o no, mientras el perro, acostado a suspies, ahto de bolejas o de los olores de esa casa vaca ysin ventilacin, echa una siestecilla o, como perro solar,como perro a energa solar, se entrega al dios: los rayosinfrarrojos le dan a sus msculos la suficiente flexibilidadpara sus rondas nocturnas de vigilante insomne. Algn jubilado X siente el impulso de frotarlo suavemente,cuando ya han intervenido visitas precedentes, contactos

anteriores. O el cliente Y le cuenta la historia de la pobla-cin familiar que antao anim esa casa, cmo el barulloy el movimiento se fueron evaporando sin que l apenaspudiera percibirlo. Cmo a las grandes conmocionesfueron sucediendo ms lagunas silenciosas, agujeros deabandono raleando la antao espesa vida hogarea. So-

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breviviente de ese trabajo de zapa, testigo oral de eseproceso del tiempo y sus asechanzas, canta, rapsoda des-lenguado y loco, la vivacidad de un mundo aparentemen-te eterno. El cliente Z a veces desempolva un disco devinilo para su perro de compaa, y ste, sbito y merce-

nario cortesano de cuatro patas, asiente con algn bufidoprofesional. Trabajo humanitario, fcil y de buena paga,aunque, es cierto, un poco triste, denso incluso, confucilazos incontenibles de psicosis rondando los mueblesfantasmales. Por ejemplo, cuando X le llama Chipi, o YKazn, o Z Energmeno, nombres que, ms que aplicarseal perro-proletario, ms que designar al puro animalinstalado temporalmente en su casa para curtir el ritmoque fluye en esas concavidades que desesperadamente

quieren mostrarse desgajadas del deteriorado xtasis,quieren convocar vidas ya definitivamente hundidas enlas brumas del afecto, pujando con las neuronas desporti-lladas por el Alzheimer o el Parkinson, formas anquilosa-das de la vida minada a lo largo de su despliegue aparen-temente multicolor y efervescente, ocultas a la concienciapero no al cuerpo, fragmentos de vida eclipsados en unamudez esclava adiestrada desde la infancia para obedecery sufrir sin chistar. En ese punto de rotura del dominio de

lo humano y los brtulos de su cultura, lo animal sirve ala perfeccin para conceder su piedad y comprensin aese yanaconazgo del cuerpo olvidado o silenciado. Y elcomienzo de este negocio. Perro de compaa se alquilapor horas. Sin los inconvenientes de lo humano, la estafa,el robo, la gula, la borrachera, el barullo, la locuacidad.


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All donde lo humano fue desplazado por la mquina, lafbrica y su cadena de produccin sin fin, se hace posibleel resquicio de un retorno a lo originario. Pero lo origina-rio fue ocupado por lo animal, especie siempre fiel alllamado primitivo. Entre lo maqunico y lo humano, lo

animal empez a jugar un protagonismo indito. Puntode inflexin, vaso comunicante, rbitro, intercesor al fin.Ms cercano a lo segundo (lo humano), por una tierracomn, el cuerpo, el animal aceptaba su nueva funcin.Suerte de triaca prescrita por la sabidura mdicamusulmana, frmakon que prepara la cama de la eutana-sia, su tarea es consolar al Gran Derrotado, acompaarloen su agona, entretener su vida purgada en guetossolitarios y confortables (los menos, el target con el que

mercaba), su indefensin ante el Nuevo Mundo bajo elyugo de la mquina, hijo bastardo que ocupaba ahorael tablero principal.

Con la plata que sacaba mi (nuestro) perro se mantenami familia. Absolutamente desempleados, crnicamentedesempleados, aceptamos lanzarnos al terreno de laaccin perruna... Primero las changuitas, los trabajos go-londrina, y, al fin, el parasitismo perruno. En medio huboun perodo al borde de la mendicidad, denominador

comn de otras familias ayer noms orgullosas y prspe-ras...Mi padre cocina para todos, mi madre organiza el

negocio, mi hermanita y yo somos los brazos materialesdel nico trabajador real, de la fuente de capital para lacasa, nuestro perro. Ironas de la civilizacin. El antao

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parsito del hogar burgus termina sustentndolo. Y esoque nosotros tuvimos suerte: fuimos casi los iniciadoresde este rubro, con una clientela en franco crecimiento yexponencial demanda. Todos los otros trabajos tradicio-nales, modernos, que haban sacado a la humanidad de

sus penurias, ahora los monopolizan las mquinas. Paralos hombres quedan la mendicidad o el parasitismo acosta de los animales, como es nuestro caso. Incluso laprostitucin, oficio que ha sabido siempre capear cual-quier revolucin que socavara los cimientos de la norma-lidad y la eunomia, que ha sido casi inamovible desde loscomienzos del mundo, se derrumb por falta de capital y,peor, de deseos. El sida, en su astronmico aumento, ensu espiral dispersiva, liquid el contacto, aunque se trata-

ra de aquel nfimo y breve establecido durante la cpula,entre los cuerpos. La masturbacin resbala indefensa sincuerpo sobre las imgenes autistas. La dignidad de nues-tra familia jams permiti que nuestra niez bajara a tur-nar o transar con esa salida suprema.

Paso a buscar al perro de casa de Y. Regresamos, aveces dando una vuelta por el supermercado. A comprarosobucos, pucheros, costillas, paletillas, palomitas, carnepicada o molida. Le dejo elegir al cuadrpedo hasta que

un guardia nos pilla in fraganti y tengo que sacarlo al esta-cionamiento mientras pago y salgo.De nuestra casa, la antigua mansin seorial llena de

pretensiones, con piscina y quincho para el asado domini-cal, poco queda. La nueva configuracin laboral alcanz aafectar tambin a las arquitecturas y a sus habitantes. La


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oficina, instalada en el viejo jardn, ha removido hoy todosu esplendor de antao de verdes farmacopeas y fragan-cias, kurats3 , burritos, helechos, santa ritas, aloes, lainfaltable ruda protectora, los crotos y los mbokaj-mata4,y hace actualmente de fachada. En su planta alta est el

altillo de espera de los pedidos laborales. Atrs, muyatrs, quedan los cuartuchos, la sala con su sof y lacucheta. Y la cocina, altar sagrado desde los ltimos cam-bios. Cocina para los hombres y el hombre de la casa,nuestro soporte econmico, el perro.

X2 slo deja de fumar cuando duerme, cuando come ocuando est en el cyber. (Aunque lo de no fumar cuandose come ya fue desvirtuado por Barbara Loden, compae-ra de Elia Kazan, en la famosa secuencia final de Wanda

road movie primigenio de mediados de los 60, donde laprotagonista se atiborra de pastas, cigarrillos y cerveza,todo simultneamente. Bueno, en algn cyber te proveende ceniceros y hasta se puede chupar birra sin corte. Sinolvidar catalogar a los cyber con rincones aburdeladoscomo anexos alternativos. As que slo queda, inclume alos ataques del cigarrillo, el tiempo del sueo. Esto noslleva a la asociacin de la muerte con el sueo, que losromnticos alemanes ya haban proclamado. Claro, nada

ms alejado de la vida que la inmovilidad del durmiente,y quin vio alguna vez fumar a un muerto. Y lo digo sinningn sesgo de irona, ni alemana ni paraguaya). Des-precia a todo aquel que se precie de intelectual pero que

3 dem: Cilantro.4 dem: Cocotero.

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no haya hecho experimentos sobre su cuerpo y susneuronas. Que no haya agitado esa cosa de por s inercialy conservadora (el cuerpo) con todo tipo de agresionesfecundantes, ya sea con hongos o con hachs, con cocanao con anfetaminas, con LSD o con tabaco, etc. Todo vita-

lismo de la letra se le antoja falso, fatuo, mentiroso; el deNietzsche o el de Deleuze, famosos ambos por sucondicin enfermiza crnica, no merece ms que su burla.Pues para l el cuerpo no es ms que un campo donde lasfuerzas planetarias se sumen en una lucha sin cuartel.Piensa que lo que subyace a la persecucin actual deltabaco, a la bsqueda contempornea de su extirpacincompleta a travs de la movilizacin total, es un complotentre la ciencia de la salud y el confort burgus.

Recordemos que el tabaco es un aporte de lo precolom-bino, de lo no occidental en trminos puros, a la civiliza-cin de la cultura material mundial. Hoy no encaja deltodo dentro de la lgica de ese confort. sta, originada enla poca ms srdida y humosa de la Inglaterradecimonnica, la era de la revolucin industrial, ya nosoporta actualmente ese cuerpo extrao y advenedizo,ese agregado forneo a su ideologa tout court europeo-occidental. A X2 ya le es prcticamente imposible visitar a

sus contados amigos. ltimamente, las incompatibilida-des provocadas por el humo de su cigarrillo barato loshan separado (casi) definitivamente. Un objeto, un gesto,el rito del humo y del tatatin, han quebrado esos aosigualmente rutinarios e inerciales a los que en el fondo sereduce la amiti, en vista de las prohibiciones que


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rigen. (Prohibiciones que no sabemos bien si empezarondesde una abstraccin la salud, la ciencia, etc. o conflu-yeron desde puntos nfimos y relativos las mujeres, losasuncenos, los paraguayos, mis vecinos, etc.. O si se dioel consenso entre lo universal y lo relativo: la ciencia y el

prjimo concreto que me fastidia all en mi barrio). X2,antes de caer en este estado de postracin que lo haobligado a recurrir a los buenos oficios de Huesos hbiles,fue un pintor, un artista. Un artista del huevo, uno, dos,diez, cincuenta, cien, quinientos huevos. Exposiciones dehuevos en la Chacarita (el primer artista top en ocupar laChacarita con sus huevos), en el Cheraa Tom, en LomaPlata, en los museos ms fashioned de la capital. Sumtodo, genial desde donde se le mire, y que lleg a

hacer escuela y dej un reguero desledo de imitadoressin talento, era como sigue: tomaba un pack de huevos, demedia o una docena, del Mercado 4, del Mercado deAbasto o de la cadena de supermercados ms frecuen-tado y lo depositaba en una galera de arte. El huevo,atrapado ah como una bestia acosada bajo la luz cenitalde la galera, con esa mnima alteracin, tipo efecto mari-posa, trastocaba todo un mundo de prejuicios, supersti-ciones e ilusiones cotidianas sobre la realidad. Pues el

huevo que haba pasado, a cambio de unas calderillas, elsistema de control del sper era ofrecido en su gratuidadcsica elemental a la contemplacin de los amantes delarte. Es cierto, ya no era el mismo y vulgar huevo, que-bradizo o a punto siempre de caducar hacia la fetidez delhuevo huero: era contemplado bajo la reja del arte. Ad-

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quira el status mutante de un conejillo de indias enloque-cido por el laboratorio cientfico, o la desnaturalizacin ala que son sometidos los murcilagos en medio de lascorroboraciones de la naturaleza de sus aptitudes percep-tivas, o el apresamiento asptico de la mariposa bajo el

yugo de la taxidermia. Slo algn crtico huevn lleg aquebrar la atmsfera de pasmo admirado que rodeaba algenio del huevo. Fue la excepcin que confirmaba que lagente cultivada no haba sido objeto de una alucinacincolectiva. Cuando se cans, encumbrado ya en el olimpode nuestras artes, se retir y procedi a subastar todas suscreaciones. De las ventas obtuvo lo suficiente para irtirando en su vida retirada y solitaria. Con ese dinero sepagaba las visitas de nuestro perro. De hecho, yo mismo,

cuando llev al perro para su primer trabajo en su casa,record que haba adquirido uno de sus clebres huevos.Lo reconoc y lo felicit inmediatamente. X2, fastidiado,hizo entrar al perro y me despidi dndome con la puertaen las narices. Como los perros le dejan fumar, slo aellos les permite entrar y hacerle compaa. No rompenlas bolas con ninguna perorata acerca de la situacintrgica de los indefensos fumadores pasivos.

Otro cliente, Y2, antigua madame , hoy retirada en la

calle Paraso de Mahoma, tambin ha recurrido a Huesoshbiles para amortiguar su soledad opresiva y culposa.En realidad, una serie de historias luctuosas la oblig aello. Desde que se hart de los gatos, seres egostas einfieles, ha preferido la compaa de los perros. Su ltimofelino domstico fue una gata que haba desaparecido de


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la casa dejndole a ella, abandonada, una camada degatitos. Entonces adquiri una perra, que, por unaperturbacin extraa, se crey la madre gata de losfelinitos y les fue dando su leche. Pero el duro inviernode aquel ao fue matando cada da que pasaba a uno de

los pequeos gatos. Ni el calor de las lmparas, ni lamilagrosa leche perruna, ni las mantas pudieron con elfro y la humedad que iba calando los cuerpecillos recinlanzados al mundo. Murieron, uno, dos, tres, cuatro,cinco gatos en cada uno de los das sucesivos que pasa-ban, y cuando ya era cuestin de orgullo, ni siquiera deamor a los animales, cuestin de demostrar que se podaser menos cruel que las terribles leyes de la naturalezaque devoraba a sus criaturas sin el menor parpadeo,

qued al fin un ltimo y solo gato. Esa noche la pas envela en la cucha de la perra psicotizada como gata madretratando de proveer de calor y leche a su ltimo vstago,bebiendo coac, tiritando de fro ante la inutilidad huma-na, alrededor de esa cosilla, que, si llegaba tambin amorir, significara para ella que el absurdo segua cum-pliendo su papel con un rigor que hasta la perversidad deuna alcahueta no llegaba a comprender y disculpar. Nohaba pragmatismo en destruir lo que recin haba afinca-

do su existencia frgil pero perfecta en el horizonte de losseres. La maana hmeda, hundida su casa en la cerrazndel roco, le trajo la mala nueva. La muerte del gatito y latristeza e impotencia infinitas de Brooklin, nombre de laperra agatada. Creo que Brooklin enferm tambin enaquella semana aciaga y nunca ms se recuper del todo,

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viviendo sin embargo bastantes aos, pero con un portesonmbulo y como de lisiada. De ese modo, Y2 queddefinitivamente sola. Nuestro perro le hace compaa, yescucha la historia de Brooklin y los gatitos muertos porel fro y acaso porque las pobres tetillas raquticas de la

perra, pues ellos eran mamferos al fin, no bastaron parasu nutricin y posterior supervivencia. Mi propia conclu-sin ella me ha dejado a veces escuchar el comienzo o laparte final de su historia al ir a dejar o recoger al perroes que nada hay ms cobarde, ms conservador, menoscreativo o con ms miedo a la imaginacin que la natura-leza. De regreso al cuartel general de Huesos hbiles, conmi perro con su cara sabia parapetada contra los absur-dos del mundo, siempre me he preguntado qu hubiera

pasado si el desenlace de esa experiencia llegara a serfeliz. Imaginar a la perra que para salvar al gato hizo laepoj de esa aversin ab ovo contra los felinos que nos di-cen que los perros profesan. Ver crecer al gato como a sucachorro, ensearle los primeros (ladridos o maullidos?),verle rechazar la leche y robar el hueso, acaso; ver-lecoquetear con perros y despreciar a sus congneres feli-nos... Creo que la naturaleza temi enfrentar esa posibili-dad.

La rutina de Huesos hbiles sigue su curso gris, tristn,inapelable. Pues s, la ciudad esconde antros de soledadhormigueante, desde los cuales llaman, con sus timbrazosde proto-suicidas, seres desesperados de siempre. Porejemplo, Z2, que cocina arroz blanco con hortalizas paraun sapo viejo y pesado ya retirado de las aventuras sapu-


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nas, de sus mocedades de gil cazador de mosquitos,dedicado al noble oficio de mantener el equilibrio ecol-gico y atiborrarse de bichitos insignificantes (a no ser enverano, con sus pequeas bombas virsicas o epidmicas:dengue, retro virus, etc.). A nuestro perro no le gusta el

sapo, y menos compartir el almuerzo con semejante fraca-so de la animalidad. Como ya su lengua ha perdido laagilidad necesaria a los de su especie para la superviven-cia autnoma, vive en el hueco de una bajada de canaletay slo asoma su bulto hinchado y verdoso cuando la latade su plato rebota sobre el piso de baldosas gestlticas.No entra en mi cabeza cmo esto pueda tener la menorgracia para Z2. Me pregunto si no ocultar rasgos indge-nas, de Kayngu o Av, que expliquen comportamiento

tan disparatado. Lo estudio mientras me deja estar ah,mirando la tele. En la tele, Rumsfeld II juega pelota tat 5con Lucho. El periodista dice que el ministro de defensatrajo una pelota atmica, pero que el paraguayito desistide innovar un deporte tan tradicional. Despus, veo aRumsfeld II cantando gospel con Nicanor Jr. bajo la carpade circo de la secta evanglica o mennonita Races. Otrasecuencia muestra a Rumsfeld II ya totalmente desnudoen medio de la calle Palma. Parece que, segn las crnicas bromistas y exageradas de la prensa amarilla, la nocheanterior estuvo zarpando, levantando chicas por Ante-quera. Vamos, chupando pijas, jalando merca, birreando

5 dem. Pelota de fuego, deporte tpico en las Fiestas de San Juan. Esthecha de trapos, envuelta en alambre y se la moja con querosn antes deencenderla para el juego.

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como hijo de pap recin ascendido a las altas esferas dela poltica. Pero la primera aventura, en este caso, le resul-t un tiro por la culata. Top con la folclrica somnilera,que lo durmi para desvalijarlo y dejarlo en cueros enplena va pblica. Z2 se re y alimenta al sapo y al perro

burlndose del animal humano. Parece an joven y ani-mado. Pero, no s por qu, vislumbro amargura en su risatonta y populachera. Cuando ya ha dejado de afanarsecon sus mascotas, se sienta a mi lado y me pregunta sitengo novia. No espera la respuesta y sigue hablando,hipnotizado por su propia oratoria, solipsista, autocom-placiente.

Cuando ya est oscureciendo y volvemos, perro ycaballero, la idea que me est rondando se aclara. Existe

la leyenda de que el sapo puede sostener bajo la lengua eltatapi, el carbn an encendido entre el rescoldo, la brasa de las fogatas campesinas que, al ser atizada,vuelve a dar una llama. La cuestin es saber si esa leyen-da es la constatacin emprica del mito mby que habladel sapo-Prometeo ladrn del fuego, o si, al contrario, esuna mera sobrevivencia del mito en un mbito seculari-zado, popular, el de la leyenda.

Mi perro agita la cabeza negando rotundamente el hilode mis devaneos; no le entra en la cabeza perruna que unser abotargado y purulento pero con la panakeia im-pregnando rotundamente su saliva tanto como la salivacanina haya sido objeto de tal encumbramiento por

parte de una cultura como la de los Mby. Imposible,afirma, haciendo, ms que lanzando, ladridos sobre la


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tarde que se evapora sin piedad en sus ascuas... Esa inde-terminacin del da, cuando aun no ha empezado lanoche y no ha terminado del todo su faena el sol, esmomento propicio para dar por acabados estos apuntes ybautizar a su hroe y a su acompaante, su fiel lazarillo.

El perro ser Kuarahy6

, y yo, apenas, Jacy7

.

6 dem. Sol7 dem. Luna

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Hijos como estrellas

Para esa turca,

la madre de Sherezade

El origen de mi paternidad viene de la poca de loscarteos promiscuos con personas a quienes conoca ape-nas efmeramente como estrellas fugaces bombardeandomi horizonte y recin, cuando se refugiaba de vuelta a suterruo, comenzaba una larga relacin epistolar. General-mente se trataba de chicas que habiendo ahorrado guitaen un laburo, como bancarios de rango inferior en Suiza,garzones veraniegos en Malm, becarios en Bezanon,recalaban por Britania Pub donde caan en el lazo de estezorro.

La idea me la dio, indirectamente, la suiza de buen jeme con quien tuve un encontronazo en el bao dehombres, donde la hall boquiabierta por la confusinante el milagro erecto de mi pija de un jeme y medio agi-tndose furioso sobre el lavabo, goteando su agnicaorina suprema, antes de embarcar de nuevo para la mesacomo de hostal donde la cerveza gargajeaba su espumaLa tom de la cabeza y mi jeme y medio de pene erectofue atrapado entre los arrecifes coralinos de sus dientesalimentados hasta alcanzar los blancos de esa leche decabra a lo Heidi, y, claro, la eyaculacin y la brevedad del


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compartimiento incluido su impertinencia social, corta-ron el profundizar o continuar la relacin.

Meses despus recib en mi casa de Lambar, cercanaal canal 13, una carta atiborrada de estampillas tirolesasque contena dos hojas gruesas de carta manuscrita, en un

ingls macarrnico salpicado de retrorromano rijoso einterrumpido de risas de nia aficionada a masturbarsemientras la madre lee su Biblia calvinista. Su posdatadaba el santo y sea del chisme intercontinental: tena pe-gado como stickers 4 estrellitas multicolores de LSD, derelumbres juvenilmente sdicos. Tres de las estrellas, porla clebre lentitud suiza de su correo, se marchitaron en eltrance de cruzar el charco, la cuarta, estrella de laliberacin y del nacimiento de mi hijo primognito, este

cuento hardcore, de un azul Prusia, responda al nombrede Pink Floyd; la lengua lo fue masticando en principiocomo un chicle sin azcar pero Lambar se fue llenandode pberes transparentes jaspeadas en sus tornos ebr-neos de colores de piedras preciosas, puro Dante psicod-lico, cuatro hojas de puro chorro espermtico de Lam- bar invertida por un nfimo brilla brilla estrellitalanzado a cruzar la lnea de la civilizacin, su autor odemiurgo, en este caso esta suiza doida, montaesa conolor a chico, funga de Mozart hembra, suiza, borroug-siana

Desde entonces, despachar cartas es todo un arte param. Mi ltima obra, el motivo de estas lneas, es no soloun relato sobre la paternidad inaudita de la hasta enton-ces tierra balda de este paraguayo.

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Empec una historia de amor a distancia, por webcam,chat y comunicacin virtual como se estila en estos sieteaos recientes, como si jugar al amor fuera hacer literatu-ra oral. Ella era una turca fantstica de voz tibia, como elcaf que se tomaba tres veces al da en la metodologa

que hizo famoso el pas de la media luna desde que Vienafue defendida por sus sitiadores de aljabes de 5 jemes deamor mahometano por el barn Munchaussen. Como eratan bella y distante como una dama medieval, mi cortejovirtual debi ser vencido no con el pauelo que origin elfetichismo sino con el genio que guarece la lmpara deAladino, suponiendo la existencia de un Aladino herm-tico y sexual.

Despus de dejar el sobre de Manila matasellado con la

cara de Sigmund orbitada de pjaros gua'a, maracan,campana, chovy, parakau, pykasumi y otra aves nativasde jetas enormes como falos de jeme y medio, compr lanovela de un lacaniano argentino de la librera que quedaen un shopin de nombre heroico en su significacin.

Ella relat su parte. A los 7 das exactos en que segntodas las versiones bblicas dios complet el mundo reci-bi mi correo certificado y erizado de pjaros lujuriantes.Una de las hojas tena un escner del remitente, en bolas,mojado de semen de pura paja rememorante. Ella se lafrotaba religiosamente con la cara absorta y boquiabiertaproyectada hacia su altar donde un dios pagano sonreacachii8 y churro, contra su botn suave y metdicamente

8 Guaran: Vagina dentada, es decir algo de poca gracia o de graciacompleja.


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hasta que un mnimo de vida fecundante se incrust ensu tero semita. Los augurios de las pitonisas aborgeneshablaron de, si naca nia, que tendra una belleza desulamita como la de la madre, pero de sangre pervertida,neurtica, mrbida, es decir su interior saldra por el

padre tardo y degenerado.A los siete meses de embarazo, de redondeada tibiezaesteatopgica, calitopgica, de tetas pletricas de prolac-tina cay en mi Asuncin madre de ciudades y cuna depijas dulces para tantos extranjeros, y tom hospedaje enun hotel 5 estrellas sin efectos ostensibles sobre las neuro-nas, por all en el centro, cerca de otro shopin... Comacarne paraguaya no slo por prescripcin mdica, sinocon delectacin antropofgica en su restorn de la planta

baja de tanto en tanto, tarareando en los cafs desledoslas composiciones de los Mozart mestizos... Durante lasnoches la visitaba y tenamos sexo, aprovechando al m-ximo el tiempo que quedaba antes de la veda del amor,en nombre de los fetos ansiosos de luz y vida, hasta los 8meses exactos, en que me limitaba ya apenas a llevarleperidicos y leerle algunos de mis relatos disparatados ypoblados de esquizoides asuncenos.

Llegado el momento del parto, la llev a Cruz Roja,donde el padre primerizo haba dado sus rabietas budis-tas hace cuarenta aos. El plan, de una precisin yemeni-ta, era que cuando naciera la Sherazade, la nia de misojos estrellados como los ojos de los nios manga, lamadre por cuarta vez, la dejara y volvera junto a susotros hijos, ya grandes para ser metaleros de carta cabal y

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ocupar colegios chetos protegidos por el muro erizado deporras, del largor de 3 jemes a lo sumo, del gobiernosocialista de turno. Volver junto a sus adolescentes pro-gres, ayudarlos con su patada espontnea de madrecontra los carabineros gubernamentales, salvarlos de los

gases lacrimgenos, luchar all junto a ellos en las barrica-da, alcanzarles sus remedios contra enfermedades crni-cas que no interferan de todos modos en la varicosidadde sus luchas de esplendor juvenil, de la belleza de lavida mordiendo fascistas que apenas propinaran en ellosalguna insignificante herida jemal.

El plan era perfecto, pero Sherazade lo olvidamoscomo lectores distrados de la vida que somos nuncaviene sola Su gemela, 30 gramos ms ligera, cinco

minutos ms vieja, apenas un jeme de vida latiente, Leila,tuvo que volver con la madre bifurcando nuestro destinocon dos ahoras autnomos independientes paralelos ve-rtiginosos en su plenitud que arrancaba. Ahora de segurola madre, Ima Sumac, multpara, estar esperando estacarta, que ac en mi tierra de incrdulos piensan que esmero cuento sucio elucubrado por un mal parido queodia a todo gobierno de izquierda latinoamericano.

Sherazade gusta de Mozart, le digo a la turca, y ella asu vez me comenta que Leila es ms fantica de su vecinode siglo, el irnico y amado por los plagiarios, Vivaldi,autor de la opera Moctezuma, legitimador de una Amri-ca de indias en toples montadas en pumas y yaguaretsde mirada masculina, nuestra fantasa que no termina decantar su brillo en el cielo que cae con su convexidad


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maravillosa, como si fuera otra estrellita enviada por uncartero amable y culto como los carteros de Tarkovski. Yama ms el atardecer que la noche, acaso hipnotizada porlas estrellas vertiginosas en su alineacin numrica, en sugiro lcteo, derviche por algn abuelo que surca su

sangre mitad rabe mitad manceba de la tierra, de laAsuncin que la vio nacer.

Asuncin, invierno del 2007

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La no-vela del da depois de mi (a)mort(ficcin folisfika desde o delirio da perspectiva gua subespecie eternitas)

Nunca estuvimos ah en el sitio de Leningrado en Ausch-witz en Vineland en Cerro Cor junto al Mariscal unaparasanga de infinitud apenas temblamos un instante denada nunca fuimos qu tembl ah qu padeci aqu estoslibros fueron rabiosamente marcados escoriados por unasmanos ansiosas en su curiosidad universal amaba laeternidad desde ab ovo alguien oy esos casetes que aho-ra ofrecen los domingos en Palma el mercado de pulgas

de una panda de chicos agitanados levemente escoradoshacia el hipismo zurdo nunca estuvimos en The Cavernni en 1977 en Manchester para or a los Pistols y depoisfundar a melhor banda do Paraguay pospunkie EdgarPou faziendo reseas a lo Pepe Escobar gran chan-ta daNME subtropical de entonces nunca seremos menos kepolvo ms ke partculas en ductos temporales entr-pikosese bajo profundo bate el chocolate de mia melan koliegolpea all fuerte asyko9 hina10 pe11 asunto yes duele loligero de la existencia sin lugar a dudas suena en tu odoThe Smiths esos putos brama alguien s pero que bellosuena la sexualidad de la msika es tan ambigua como la

9 Guaran. Duele10 dem. Por lo visto11 dem. Ese


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perspectiva de CNN sobre el ex cura Lugo s some girlsare bigger others una parasanga de no pasarn la barreradel tiempo mortal los enfermos no de trisomie 21 de(a)mort que incuba en kubas aisladas de others mundoshabitados por no parasangas de nada no nunca estuvi-

mos fuimos ms ke p de guaran de la concienciadormilona keran12 nunca bailamos pogo con tu chika13porit14 never more hubo jeroky15 paguasu16 con tu yiyiembotada enfundada con pantalones de algodn ajusta-dos a su silueta de pber eterna de kien morir muito joven garzoneta reit pechitos de nia mir cabeza de barbie ultrajada escupida salpicada penetrada por losciento un falos de la vitalit de la naturaleza akarangue 17pintados de color zanahoria la cara pikada de viruelas de

esos piercing inicitikos ke no kiere jamais despertar niacordar solo buskamos un acomodo en el colchn deltiempo para coucher yiyis soar un kaos elegante a loJulian Cope Nunca nadie nos vi all donde pas la histo-ria nadie puede fazer de conteste confirmar que como Ze-lig le pellizcamos el culo diostesalvemara a Kim Novacko a Tippi Hedren o Heidi Lamarr figuretti de hiedra llenade mierda tiey18 tecleamos el teklado da computer comosi fueramos Jimmy Smith o Bobby Hutcherson clusteri-

12 dem. Perezosa13 dem. Noviecita14 dem. Muy linda15 dem. Baile16 dem. Grueso, grande17 dem: Cabellos18 dem: Grosera

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zamos nosotros Cage da escritura juju jazz es nuestraimprovisacin on the road nunca estuvimos ni fuimosgiramos en la boca del infierno en las volutas del tiempoeinsteniano enrulado como sus cabellos peinados a lofreakie a la despeinada ese cuerpo puj por alcanzar el

score del orgasmo del macho dominante la embriaguezrecetada por el Dr. Rimbaudelaire a su progenie bastarday damned buscamos la lechery la leche lujosa lujuriosa delas yiyis nuestro pekado fue la lechery morar colgados delas ubres de la belleza enyiyizada en mi casa el lema delportal deca No escape morirs como todos tu privilegioser devorado por gusanos o el fuego Gran aristocraciaFuego kiero Fuego kemar este camino de mierda orgasmode mono apenas es esta parasanga en el ojo de Brama

topep19

rek20

prpados legaosos nunca fuimos nuncaestuvimos temblamos la luz de un filmaker ociosus odio-so en su silencio infinito el creador creado por el hombreel gran solitaRIO Ro de la trompeta que re de leemorgana es tu anhelo en las noches de luna llena cheraa21roikuaa22 che23 hina24 te conozco te aburre la rutina genteke va a laburar como corderos al matadero del trabajopoor people mbae25 tavypartida26 vengan violines y

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dem. Prpado20 dem. Vida. Conjugado con topepi, sera legaa.21 dem. Mi cuate22 dem. Te conozco23 dem. Yo24 dem. por lo visto25 dem. Qu26 dem. Tavy: Tarado, tonto. En jopar (mezcla de guaran y castellano),conjugado con partida (juego en conjunto), sera grupo de tarados.


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cobres a cubrir esta vergenza de morir heideggeriana-mente somos para amar los recovecos de esta parasangake pasa pasarela da morte che27 duki28 an29 rekyhyjti30 noafraid, man, come here come the rain sobre tus sentidosazotados por la ilusin de mayo menino nde 31 vyro32

Nunca fuimos nunca estuvimos nunca le besamos a esayiyi con kien viajbamos semper en cole al colegio teacords eran los 80 ainda sstronistas morena delgada sucara de esa morenez de Melanie melanesia con un algotrasunto viso rojizo prpura maybe al fondo nunca labes nunca le dije ke la amaba con apenas verla moverseen la pasarela esta parasanga ilusoria de maya Mayakovs-ki no hubiera temido vivir a pleno sol y gritar con suhumor morte te amo nia formosa porke nunca dije mu

esta boka es ma eres una diosa eres la eternidad en latierra eres las mercenarias envidindote por ser la carnede la cual se alimentan williamblakemente los antropfa-gos divinos en esa era no falaba nunca apenas mirabaimaginaba soaba deseaba consideraba en fro estpida-mente o mondo cane morena Melanie mi Asja morenamelosa te llamar a veinte aos de tu apogeo dnde nave-gars hoy no no te buskar s ke habitas esa parasanga denada en el prpado de Buda o Siva s ke fuiste beautyplurabelle sobre todo nunca fui nunca estuve en la boca

27 dem. Pronombre Mi28 dem. Cuate29 dem. No.30 dem. No tengas miedo31 dem. Vos32 dem. Ingenuo

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de ningn beso tuyo Melanie yiyi qu me mirabas k medecas k me aguantabas k considerabas bellamentesobre tu interlocutor granujiento ke nunca fue ni estuvonacido muerto el da de su natalicio si contratara aSherlock Holmes para ke te encuentre fuimos figuras

sombras chinescas en esta representacin pero t tenasvida belleza divinidad nunca fui nunca estuve nunca te bese cog am con mi cuerpo Melanie yiyi nunca fuistecarroa para m nunca te vi ver muerta siempre hermosapara m como Greta Garbo Vivien Light las divas delnitrato de plata inmarcesibles eternas en su beldad nuncafuiste carroa baudeleriana nunca te arranqu la bomba-chita con los dientes zarandeando la realidad sobre miboca sedienta de vida nderekambui33 che bola guyrre34

never more Nunca

33 dem. No mamaste34 dem. De mi pjaro

Perro Prole et alia

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