ISBN: 978-84-16848-16-4

Carmen Salas, docente de profesión presenta este íntimo poemario que nace como expresión de anhelos y experiencias comunes, cotidianas para todos nosotros. Articulado

con un lenguaje sencillo y natural, nos llega una poesía sentimental, y no por común, vulgar o recargada, pues podréis encontrar en este libro una expresión límpida de una narrativa poética de sus sentimientos y viaje vital.

A partir de un recorrido amor-desamor-amor no es difícil apreciar en cada uno de sus versos en qué fase ha sido escrito, si bien, su denominador común sea la contumaz decisión de salir, seguir, prosperar. Con este libro muestra su granadina gaditanía, pues aunque procede de la «salada claridad» se afincó en Granada, donde se gestaron y concibieron la mayoría de estos poemas y que no podrían haber sido escritos iguales en otro lugar. Ni de otra forma. Ni en otro tiempo.

Un verdadero canto para la esperanza.

MANTO DEL ALMA

MANTO DEL ALMA

EXLIBRIC

ANTEQUERA 2016

CARMEN SALAS DEL RÍO

MANTO DEL ALMA© Carmen Salas del RíoDiseño de portada: Dpto. de Diseño Gráfico Exlibric

Iª edición

© ExLibric, 2016.

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ISBN: 978-84-16848-16-4Depósito Legal: MA-1254-2016

Impresión: PODiPrintImpreso en Andalucía – España

Nota de la editorial: ExLibric pertenece a Innovación y Cualificación S. L.

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CARMEN SALAS DEL RÍO

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Prólogo

Si hay algo que define lo que sentí la primera vez que me acerqué a este poemario fue sorpresa. Y ello a pesar de conocer su existencia, pues Carmen ya me había hablado de él. Una sorpresa mayúscula, precisamente por ser lo que era, un poemario. Tenía escasas noticias de la afición literaria de Carmen, asociadas a la literatura infantil, que más comprendía yo conociendo el amor que la autora siente por el magisterio, su profesión y su vida durante más de 38 años. Así, mitad asombrada, mitad admirada me enfrenté a estas páginas.

Y salieron valedoras de esas emociones. A medida que la lectura avanzaba se fueron acrecentando hasta desalojar mis ocupaciones y preocupaciones para convertirse en el centro de lo que había en mi mente. Cada poema me iba envolviendo como los eslabones de una cadena a los que me ataba gozosa y voluntariamente.

No sé si sabré en estas líneas explicar los motivos por los que me subyugaron estos versos y por los que a buen seguro, no dejarán a nadie indiferente.

Hace tiempo tuve la suerte de colaborar con Carmen en un texto sobre su labor comprometida y entusiasta, como ella es, al frente de una biblioteca escolar. Entre estos poemas no podía yo encontrar la mano creadora de mi amiga, tal que se hubiera revelado tras ellos otra mujer que se había mantenido agazapada durante su afán docente, entregada con todos los sentidos a la educación, expectante a que llegaran tiempos mejores en los

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que las obligaciones no fuesen tantas que impidieran ordenar y disponer ideas y palabras ya creadas –algunas de las que contie-ne este poemario son del año dos mil dos- junto a nuevas que habían de venir.

José Luis Sampedro, al inicio de su obra Escribir es vivir, afirma que no es posible establecer barreras entre la vida y la obra de un escritor sincero. Y en la obra que nos ocupa ciertamente esas barreras no están, se diluyen hasta el extremo que por las mismas, Carmen aparece como una niña traviesa, de pícara son-risa, amante de su trabajo, que le da cobijo en los pesares (“serena en mi trabajo, ignoro los pesares”), que entre los niños crea y siembra sueños. Lo que más fascina en el recorrido de la lectura es que esa mujer va creciendo a golpe de voluntad por vencer los desamores crueles, ante quienes niega con vehemencia caer en la locura, pues la única que admite es la de amar, cuyo reto es la felicidad, por la que se esfuerza en hacerle un nido en su vida para que no se vaya.

Y la trama de su existencia está urdida con frases cortas, que beben de la sabiduría y los dichos populares, pero que torna con maestría en algo propio: “Entre pared y espada, en dos estoy partida”. Es su personalidad sencilla la que escribe con un len-guaje asequible, sincero, directo –sin figuras retóricas excesivas ni recargadas-. Escribe fácil sobre temas difíciles como el maltrato, el sufrimiento, la esencia de la vida o la muerte. Los poemas se-leccionados y su secuencia, parecen conocer el estado anímico de quien los recorre y la necesidad de pequeños descansos en el des-asosiego que produce el sufrimiento descarnado, sin enmascarar, por lo que encontramos pequeños oasis en poemas tiernos que nos devuelven a la pueril inocencia de un aula de colegio justo

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después del zarpazo emocional que suponen la infinita tristeza y la añoranza de amor en una situación injusta de daño y vejación.

Siendo una obra poética, estos versos cuentan una historia, por eso nos atrapan. La historia de alguien que planta cara ¿a la fatalidad, la enfermedad o a la misma muerte?, y le ordena: “Alé-jate, malvada, tengo mucho que hacer. Me queda la conquista de la felicidad”. Es la narración de quien ha recorrido los páramos de falsos amores, el vacío que provoca el desengaño, la añoranza de la orfandad y que se sobrepone para volver a comenzar, fuerte y madura, conocedora la esencia de la vida.

Ojalá todo eso que le queda por hacer, ese desplegar las alas al viento de poniente y de levante, nos traiga nuevos poemas en los que sigamos descubriéndola y reconociéndonos.

Loli Olmos

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AMANTES

Siempre me amasentre cuatro paredesy a la luz de la luna.

Entre pared y espada,en dos, estoy partida.

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AÑORANZA

Desoye firme el canto dulce de Eros.

El batir del poniente.

El rumor de su mar.

Todo para evitarla trampa del amor.

Pero de vez en cuandoy a escondidasagudiza el oído.

Por si el eco –rumboso-le devuelve su risa.

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CANCIÓN TRISTE

Hablastede un tesoro escondidodel que nos hablan las leyendas de amor.

Dijisteque la encontrastedetrás de una pantalla.Oculta.

Que aprendiste a quererlaa través de un tortuoso laberintolleno de cablesy de besos.

Que era tu cómplicetu ángeltu fiel enamorada.Que la llevabas dentro de tu sangre.

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