Historias recuperadas de ATE

Daniel Parcero

Fascículo 10Haroldo Logiurato y Hugo MaldonadoLa ATE platense y los “madrugadores de la historia”

ISSN ES 2469-0546

Septiembre de 2018. Asociación Trabajadores del Estado. CDNBelgrano 2527. CABA. Tel.: 4122-5700

secgeneral@ateargentina.org.arparcerodaniel@gmail.com

Agradecimientos

A la memoria de Hilda ‘Luli’ Díaz,esposa de Haroldo Logiurato

A la nieta de ambos, Yamila Cruz Valla

A ‘Babi’ Práxedes Molina, Gonzalo Chávez ‘Pancho’ Gaitán, Gabriel Rott y Juan Luzardi

A Hugo Maldonado y a su sobrino, Daniel Maldonado

5

Prólogo

Dos que dieron todo

La décima entrega de las Historias Recuperadas deATE nos permite conocer la historia de dos compañerosque se destacaron no solo por su militancia gremialentre los estatales de La Plata, sino también por su par-ticipación en la resistencia peronista a la revolución“fusiladora” y en la lucha permanente por el retorno delgeneral Perón de su exilio obligado.

El primero de ellos, Haroldo Logiurato, fue uno deesos hijos del peronismo criado durante el Estado deBienestar y Participación instalado en Argentina des-pués del golpe de 1943. Ingresa a trabajar en el Policlí-nico San Martín donde rápidamente se afilió a ATE; fueelegido delegado del sector y desde allí, en 1958 llegó aconducir la Federación de la ATE platense –como se lla-maba entonces–, además de haber formado parte de laconducción de la CGT.

Su militancia política en una organización armada lecostó la vida; murió en 1977 en un operativo durante ladictadura militar, en el que también murieron su hijomenor, su hermano y varios compañeros. Su cuerpoestá desaparecido desde entonces.

Por su parte, Hugo Maldonado también se anota enla resistencia tras la caída de Perón, y se afilia a ATE enlas épocas del gobierno de Frondizi. Sufrió cárcel du-

6

rante la dictadura de Onganía; fue perseguido por laTriple A en los 70´, y a horas del golpe del 76 fue dete-nido nuevamente. Con él tuve el honor de compartir elencierro en la Unidad 9 de La Plata.

La recuperación de la democracia lo encuentra vi-viendo en el norte del país, y se aboca a la recuperaciónde ATE Jujuy, militando en ANUSATE en contra de aque-llos dirigentes que habían colaborado con la dictadura.

Dos hombres comprometidos, militantes en tiemposde represión y dictadura, castigados con cárcel, amena-zas y atentados que nunca dejaron de luchar por unaATE representativa y por una Argentina liberada de gol-pistas y conservadores.

Dos ejemplos de lucha y coherencia, de militancia yentrega.

Dos “madrugadores de la historia”, como los bautizóGonzalo Chávez, compañero de militancia de Haroldo yde Hugo, actualmente Coordinador General del IDEPBuenos Aires.

Hugo “Cachorro” GodoySecretario General

CDN Asociación Trabajadores del Estado

7

1. Haroldo Logiurato y la ResistenciaPeronista en la ATE platense

Durante los turbulentos acontecimientos destituyen-tes de septiembre de 1955, los dirigentes gremiales ypolíticos peronistas de primera línea –salvo honrosasexcepciones– habían tenido una actitud pasiva y capi-tuladora, más allá de la determinación del propio Perón.

Pero a partir del golpe, militantes y cuadros juvenilesdeciden profundizar la resistencia. Se trataba de la pri-mera generación de peronistas ‘puros’, esos nuevoshijos de la Patria resurgente, en cuyos hogares el Esta-do de Bienestar y Participación instalado en Argentinainmediatamente después del golpe juniano de 1943,poniendo fin a la desprotección social reinante durantela Década Infame, había generado una conciencia declase militante. Defendían el bienestar de sus hogaresrecién constituidos y los de sus padres, recuperados porentonces y nuevamente amenazados. Eran hijos de vie-jos militantes anarquistas, socialistas, comunistasinmigrantes y radicales yrigoyenistas y conservadorespopulares que se habían incorporado al peronismo. Peroellos no supieron de otras ‘ideologías’ y fueron peronis-tas: en sus hogares ya se hablaba ‘el idioma peronista’.

Por entonces, en la Ciudad de las Diagonales exis-tían cinco células semimovilizadas a la espera de algomás que un gesto de insatisfacción de parte del líderausente. Sus miembros no se conocían entre sí, peroexistía un nexo, y no operaban solo en el área platense.Algunos grupos se encargaban de aprovisionarse de

8

materiales y otros de trasladarlos a la capital provincial,para que otros, a su vez, prepararan la artillería que seentregaba a las células que ejecutarían los operativosplanificados.

Uno de esos grupos funcionaba en la ATE conducidapor Haroldo Logiurato desde 1958, un año después desu designación como delegado y luego de su tarea comosecretario de organización de la Comisión Directiva delAteneo Cultural “Palabra Argentina”.

Haroldo Santos Logiurato, nacido en Azul el 18 deenero de 1933, estudió Ciencias Económicas y alcanzóel título de tenedor de libros, tras lo que hará su ingre-so como empleado del Policlínico San Martín, depen-diente del Ministerio de Salud Pública, donde sedesempeñó como inspector y llegó a ser administrador,además de afiliarse a la Federación de la ATE platense.1

Allí comenzará una activa militancia que se potencia apartir de su elección como delegado, a comienzos de laapertura sindical llegada con el gobierno del presidenteArturo Frondizi.

A sus 25 años, Haroldo venía de frecuentar tambiénla CGT. Hacía un año formaba parte de las huestesperonistas juveniles, activando la resistencia, dentrode la que poco a poco se irían conformando distintosgrupos.

1 A fines de la década del 50, de acuerdo a los estatutos vigentes en la ATE,la organización estaba constituida por Federaciones que se conformaban deacuerdo a una determinada cantidad de afiliados por ciudades, por lo que lasede platense de los estatales correspondía a la Federación de ATE La Plata.

9

Hilda Díaz, tres años menor que él, también asistía alos salones de la central obrera con su padre, un mili-tante sindical del gremio de los obreros y empleados delCorreo (FOECYT), que la alentaba en su vocación teatraly la acompañaba a los ensayos que se efectuaban en ellugar, a poco de debutar con el estreno de “Muertos sinsepultura” de Jean Paul Sastre.

Será en una de esas citas cuando Haroldo e Hilda seencuentren para enlazar sus vidas a lo largo de unadécada y media. ¡Qué iban a pensar aquella hermosajoven mujer de ojos claros y ese joven peronista y rebel-de frente al atropello a la justicia y el destierro impues-to a su líder de masas, que las descriptivas palabras deldramaturgo francés guionadas para aquella obra, llega-rían a convertirse en el drama de sus vidas como partede la tragedia argentina!:

“Bienaventurado aquel quien cayó de repente en com-bate y no logró pensar sobre su muerte; bienaventurado,ya que estaba luchando por una causa sagrada que jus-tificó su fin. Porque quien muere sin entregar todas susfuerzas en aras de la causa para la cual valía la penavivir, se convierte en un muerto injustificado”.

Sin presumirlo, se enamoraron y noviaron siete me-ses, tras lo que contrajeron matrimonio en marzo del59’.

Por imposición dictatorial la seccional de la ATE pla-tense había sufrido el desembarco de tres dirigentesamarillistas, tres predispuestos socialistas llegadospara hacerse cargo de las cuestiones administrativas dela sede. Al poco tiempo comienza a acercarse un grupode afiliados peronistas a prestar su colaboración, en

10

apariencia desinteresada y solidaria. Se trataba de Prá-xedes ‘Babi’ Molina, su padre Esteban, su hermanoAmancio y otros pocos jóvenes empleados del Ministeriode Asuntos Agrarios de la Provincia, que se habían afi-liado a la Federación local por 1952.

El primero de los mencionados acababa de cumplircon el servicio militar, “y como tantos militantes peronis-tas, casi de inmediato a la caída del gobierno andába-mos con ganas de hacer algo, y teníamos una clarareferencia al valor de la organización sindical. Así fueque armamos una agrupación nacional a la que llama-mos TEA –Trabajadores del Estado Asociados– de la queparticipaban los dirigentes rosarinos Héctor Quagliaro,el Negro Aguirre, el Flaco Alberto Belloni y Salvador Trip-pe; y también Tamone, que era delegado del Borda en laFederación Buenos Aires”.

Aquella agrupación sufrirá dos oportunistas deser-ciones con la llegada del ‘frondicismo’ al gobierno, unavez pergeñado el Pacto Perón-Frondizi: las de Trippe yTamone, que pasarán a revistar en las filas de la deno-minada ‘corriente integracionista’. Creada a partir de lacarencia de dirigentes sindicales de primera línea en elseno del radicalismo intransigente, los mencionados,junto a un grupo considerable de sindicalistas de diver-sos gremios peronistas serán funcionales al gobierno.

En ATE Nacional se había logrado ubicar a HéctorQuagliaro al frente de la conducción provisional, en elpreciso momento en que el General Miguel Ángel Iñí-guez protagonizaba el intento fallido del levantamientocívico militar del 30 de noviembre de 1960. Las accio-nes se sucedieron en Tartagal, Mendoza, Provincia deBuenos Aires y Rosario, donde se alcanzó a ocupar el

11

Regimiento 11 de Infantería “General Las Heras”. Elcopamiento de este predio militar había contado con elapoyo de la ATE rosarina y un grupo armado de másde cuarenta civiles, entre los que se alistaban los sin-dicalistas peronistas Miguel Gazzera, del gremio fidee-ro, y los metalúrgicos Armando Cabo y José Notaro.Hubo muertos y heridos de ambos lados, y el generalIñíguez se replegó del teatro de operaciones de un mo-do poco castrense: escondido en la caja de un camiónde verduras.

Trippe y Tamone se alinearán con el Ministerio deTrabajo frondifigerista, el ‘Colorado’ será destituido y lasede clausurada con un candado hasta que el primerode ellos se instale como titular.

Mientras tanto, en la ciudad de La Plata la militanciaresistente no mermaba. “Ese tipo de movimientos denuestra ciudad se daban también hacia el interior deotros gremios, por ejemplo de los petroleros y de lacarne”, sostiene Molina, quien también recuerda entreaquella juvenil dirigencia a Antonio Balcedo, de uno delos gremios docentes “de alto nivel intelectual y no muydecidido a la hora de la acción, cuando había que tomardeterminaciones serias, y poner caños; y a BienvenidoPalma, de la construcción. ATE era hasta ese momentoun gremio chico, y recuerdo que Balcedo y otros nosdenominaban ‘los cómicos’. Hasta que un día, cuando yaestábamos en el gremio y de aquellos primeros 125 afi-liados habíamos pasado a ser 8.000, le dije: ‘cómicos,pero no para dar tanta risa’.”

A los 80 años de edad, ‘Babi’ Molina recuerda queantes de la normalización de la Federación, “En ATE, nopasaba nada, ahí estaban tres dirigentes socialistas

12

para atender cuestiones administrativas en relación aun padrón de afiliados que no superaba los 125 socios y30 cotizantes que pagaban la estampilla, porque en esetiempo no había descuentos por planillas. También en laCGT regional había una comisión provisoria, y allí concu-rrían en representación de la ATE Eugenio Oraziuk,cesanteado del Hospital Español y Haroldo Logiurato,empleado del Policlínico San Martín perteneciente aSalud Pública. Para esto ya todos militábamos en laJuventud Peronista. Poco a poco nos fuimos metiendodentro de ATE, arrimamos unas 300 afiliaciones y nospropusimos hacer una Memoria y Balance –por si aca-so se normalizara en algún momento la situación orgáni-ca–, además de plantear la necesidad de realizar unaasamblea para aprobarla. La intención verdadera era irocupando espacios, disimuladamente, hasta correrlosdefinitivamente.

Llegado el momento de la asamblea había dos puntosque tratar: aprobar la Memoria y Balance, –cosa que hici-mos en trámite rápido– y ‘ampliar’ la comisión directiva;pero logramos imponer la elección de una nueva conduc-ción, de carácter provisorio. Así fue como nuestro compa-ñero Jorge Gicollini llegó a ser secretario general, mihermano también entró en esa comisión. Gicollini, Harol-do y yo nos encargábamos de elaborar los documentos.No había plenario de la JP o de las 62 Organizaciones enque cayéramos con las manos vacías. También en laCGT, donde veníamos militando como JP, logramosarmar una comisión provisoria. Fue antes de las eleccio-nes, poco después del Pacto Perón-Frondizi. Recuerdo aOscar Alende, que era el candidato a gobernador, cuan-do nos vino a ver y a pedir el respaldo diciendo ‘Ustedessaben del acuerdo entre el General Perón y el DoctorFrondizi’, y ahí nomás Mileski, que era del gremio de la

13

carne, lo paró en seco y le dijo: ‘¡Ah!, ahora es el Gene-ral Perón..., ¿ya no es más el monstruo asesino?’”2

Continúa Molina: “Después de eso vinieron las elec-ciones y las normalizaciones a partir del mes de mayo.Nosotros fuimos a elecciones en diciembre”. La listatriunfante fue Haroldo Logiurato de Salud Pública,secretario general; Eduardo Grimaux, de Gobierno,secretario adjunto; ‘Babi’ Molina, secretario administra-tivo; Mor Roig, de Vialidad, tesorero; Antonio Lombardi,de Asuntos Agrarios, pro tesorero; Pedro Grifo, secreta-rio de actas; Lorenzo Ferriol, de Salud Pública y Chávezcomo vocales.

En poco tiempo se normalizará la Regional de la CGTy Haroldo ocupará la secretaria adjunta de actas.

En enero de 1960, desde “Ciudad Trujillo”, –nombrede Santo Domingo durante la dictadura de Rafael Tru-jillo–, Perón escribía una carta a máquina, firmada depuño y letra, en la que sentenciaba: “La traición deFrondizi al Justicialismo ha sido la traición al Pueblo”. Ydescribía los motivos de su calificación: “Nos cierran elcamino de la lucha electoral proscribiendo a la mayoríapopular”, alertaba Perón que ya llevaba cinco años exi-liado. “Las oscuras fuerzas que desgobiernan al paísconsideran que serán arrasadas en cualquier contiendaelectoral”. En tanto mandaba a organizar el PartidoJusticialista, el líder proscripto preguntaba: “¿Quécamino le queda al Pueblo para imponer la razón y la

2 Babi Práxedes Molina. Testimonio al autor en 2014, en la Secretaría deDerechos Humanos de la Nación, adonde fue convocado a poco de su crea-ción en 2003 por su titular, el Dr. Luis Eduardo Duhalde. En 2017 fue cesan-teado por el presidente Macri.

14

justicia que le asisten?”. Perón condenaba “la traición alos compromisos asumidos por el presidente Arturo Fron-dizi”. Lo acusó de “entregar el país a manos extranjeras,de mantener la persecución dictatorial hacia la militan-cia y la dirigencia peronista, de mantener el estado deilegalidad al movimiento y de ser el responsable de ladesnacionalización del Banco Central”. Fue contunden-te en su afirmación de que “su gobierno seguía los line-amientos de las fuerzas oligárquico capitalistas”. A lavez, dio un guiño más expresivo y sustantivo a la mili-tancia respecto de la generación de acciones clandesti-nas y de resistencia “para combatir la explotación y lainjusticia”. Sólo restaba poner en marcha la sintoníafina con la organización insurreccional preexistente.

La militancia de los jóvenes dirigentes sindicalesplatenses, además de la elaboración de los documen-tos surgidos de la pluma de Logiurato, Gicollini y Mo-lina, –“Cualquiera de nosotros que los redactara,comenta ‘Babi’, se destacaban por la coherencia”–, secomplementaba con actividades vinculadas a unaresistencia activa: colocación de ‘caños’ (explosivos),descarrilamientos provocados en las vías férreas ysabotajes a los trolebuses que atravesaban por enton-ces la ciudad.

A poco de estar al frente del sindicato, el 24 desetiembre de 1959, Logiurato estuvo detenido un cortotiempo, procesado por el delito de “intimidación públi-ca” por haber colocado una bomba en la puerta de lapanadería El Volcán de la Calle 45 y 18. ‘Babi’ Molinaseñala que las principales reivindicaciones tenían quever con las condiciones de trabajo y las cuestiones sala-riales, “… pero fundamentalmente, la lucha política por laproscripción del peronismo y los incumplimientos de

15

Frondizi. Así es que nos aplican el CONINTES.3 El 27 demarzo del 60’ caímos Haroldo, Lombardi, un hermanomío, Ricardo Alberto Casano de la UOCRA y Gaite degráficos. La condena de nueve años de prisión reciénsale el 18 de abril, cuando ya estábamos suspendidoslaboralmente y nos cesantean al día de la detención.

Éramos diez, y salvo a mi hermano al que trasladarona otra parte, todos fuimos al Regimiento 7 y de allí a lacárcel militar Magdalena, hasta que el 10 de junio nosllevan a Ushuaia. Mientras permanecíamos ahí congela-dos e incomunicados, pudimos acceder a la visita delcompañero Fernando Torres, abogado de la UOM y laCGT, que vino con el Dr. Brashi, de la Liga Argentina porlos Derechos del Hombre, a los que entregamos unacarta denunciado las inhumanas condiciones en queestábamos detenidos y que éramos interrogados bajotorturas”. Ya existía en el Congreso Nacional una Comi-sión Investigadora de Supuestos Apremios Ilegales apresos políticos.

El 22 de setiembre los trasladan a Viedma, donde losencuentra el aniversario del 17 de Octubre. Una vez enel patio, “luego de izarse la bandera, cantamos la mar-cha peronista y nuevamente fuimos castigados. Al añosiguiente hicimos siete días de huelga de hambre y fueentonces cuando recibimos la visita de los diputadosCalabrese, Perette y Ernesto Sanmartino, que integrabanla Comisión del Congreso. Luego de esto nos llevaron a

3 El 14 de marzo de 1960 el gobierno de Arturo Frondizi puso en marcha elPlan de Conmoción Interna del Estado (CONINTES). Se trató de un instru-mento legal que posibilitaba la ejecución de allanamientos y la privación dela libertad a aquellas personas a las que se les comprobasen acciones desti-nadas a desestabilizar su gobierno.

16

la penitenciaria de Las Heras y de ahí a la vieja cárcelde Caseros. Cuando fue el enfrentamiento de ‘azules’ y‘colorados’ entre bandos del Ejército, nos separaron ycinco volvimos a Usuahia. Fue cuando me separé deHaroldo”. El CDC determina contribuir solidariamentecon 5.000 pesos para ayudar a las esposas de los dosdirigentes detenidos que tenían hijos, una de ellas eraHilda. Acuerdan además confeccionar bonos contribu-ción para recaudar fondos con el mismo fin.

Nuevamente en el sur declaran otra huelga de ham-bre y los vuelven a trasladar a Caseros, desde donde losllevan a una cárcel en la calle Viamonte y Tucumán.Haroldo, por su parte, había sido trasladado a una cár-cel de Chaco. Desde Buenos Aires un grupo de compa-ñeros planearán su fuga. Logiurato fugó en medio deuna revisación médica durante la que se logró distraera la guardia, el mismo día del levantamiento de los sec-tores enfrentados del Ejército referenciados como ‘azu-les y colorados’. Será recapturado y recién obtendrá suliberación con la amnistía de Illia, aunque no se aceptósu reincorporación en el Ministerio. Encuentra trabajocomo administrador en una fundición platense ubicadaen la intersección de las calles 57 y 20, donde retoma sumilitancia política y sindical.

Durante su cautiverio, Grimaux, su adjunto, se hacecargo de la Federación La Plata junto a un reducidogrupo de miembros de la comitiva electa que no habíansido apresados.

Se ha podido rescatar el alegato de Haroldo durantesu detención en la cárcel de Viedma, fechada en juniode 1961, en ocasión de la presentación de varios presosante la Comisión Investigadora de Supuestos Apremios

17

Ilegales. Haroldo, de 28 años, se dirige a los legisladoresnacionales exponiendo una dramática radiografía de lostormentos padecidos en función de la aplicación delPlan CONINTES. “Cuando atacamos las torturas noscuesta ubicarnos en el tiempo, pues nos parece que envez de estar viviendo en la segunda mitad del siglo vein-te, estuviéramos acompañando al Marqués de Beccaria,en su prédica contra los castigos corporales en plenosiglo diecisiete…”. No sólo enuncia cada uno de los tiposde persecución y torturas recibidas, sino que ademásdenunciará a los responsables de la aplicación de lostormentos brindando nombres, rangos y reparticionesinvolucradas.4

Por entonces ya había caído Frondizi, luego de des-conocer las elecciones parciales de 1962 en las que, conel justicialismo proscripto, el dirigente textil y referentedel peronismo resistente Andrés Framini, candidato agobernador, se impone en la Provincia de Buenos Aires.Se produce una crisis al interior de las Fuerzas Ar-madas: José María Guido –radical intransigente y fer-viente anticomnunista– asumirá como presidenteprovisional, con apoyo de los militares denominados‘azules’, sector que avanzaba en su estrategia de inte-grar al peronismo en la vida política, pero sin Perón.Los ‘colorados’ –calificados así por la oposición unifor-mada del Ejército–, esperaban una oportunidad paratomar el poder. A lo largo de más de tres años habráenfrentamientos que alcanzarán al posterior gobiernode Arturo Illia, llegado al sillón de Rivadavia con laproscripción de Perón y el peronismo mediante.

4 Rot, Gabriel. Itinerarios Revolucionarios. Eduardo Duhalde-Haroldo Logiura-to. De la Resistencia Peronista al Partido Revolucionario de los Obreros Argen-tinos. Ed. De la Campana. Buenos Aires, 2016. Págs. 59-60

18

Y en el momento más crítico de su mandato, con los‘azules’ al acecho y en plena alza del movimiento obre-ro, llegarán desde Madrid las indicaciones de Perón asus activos militantes en la Patria: “Desensillar hastaque aclare”, dando un guiño al posicionamiento delGral. Juan Carlos Onganía para su asalto al poder.

Durante todo su periplo carcelario, Logiurato mantie-ne una fluida correspondencia con sus compañeros ycon su esposa Hilda ‘Luli’ Díaz; manuscritos en los queademás de profesarle su amor más sincero, dejabaasentado el compromiso que seguía asumiendo paracon sus compañeros, aun desde su encierro. YamilaCruz Valla, nieta de Hilda y Haroldo, es poseedora dedecenas de cartas –previamente censuradas por suscarceleros–, a través de las cuales pudo conocer a suabuelo, los emotivos relatos de su abuela y los singula-res aportes de ‘Yiya’, su mamá, quien con “apenas doceaños de edad, en más de una ocasión era traslada porcompañeros de mi padre con los debidos recaudos deseguridad, a veces con los ojos vendados, a lugares dis-tantes donde él permanecía clandestino”.

Convocada por el autor, Yamila escucha con atenciónla pregunta del ex militante de la resistencia peronistaGonzalo Chávez, presente en ese encuentro: “¿Qué pre-gunta se hace un nieto de desaparecido? Porque sabe-mos lo que se preguntan los hijos”. Y la joven mujer,embarazada de pocos meses, responde: “Crecí con todoesto. Cada 12 de junio con un acto de homenaje a miabuelo hecho por sus compañeros, en los que se habla-ba de él y contaban lo que había hecho y siempre meparecía poco, hasta aburrido. Yo me preguntaba qué sepodía hacer con la historia de amor entre ellos y por unacausa, algo que hicieron indivisible, y poder recrear esa

19

utopía en un mensaje que pudiera trasmitirse en un sen-timiento transferible. ¡¿Qué poder hacer con todo esto?!Y decidí transformarlo en una contrapropuesta, guionan-do las cartas, construyendo una obra teatral que titulé‘Haroldo Logiurato… hombro de árbol, hojas como pája-ros’. Viendo la reacción de los espectadores al finalizarcada función, creo haberlo logrado”.

Con su hija y el embarazo de su segundo hijo a cues-tas, ‘Luli’ Díaz, esposa de Haroldo, irá al encuentro dequien fuera el hombre de su vida por todos aquellosdestinos en los que estuvo tras los barrotes, a excepciónde Ushuaia, donde el penal disponía condiciones carce-larias sumamente restrictivas. Pudo hacerlo gracias alas colectas mensuales, fruto de la solidaridad de clase,que realizaban los compañeros de la ATE; y al respaldode su suegro, que contribuía al sostén familiar y a man-tener la comunicación permanente. “Fue en Viedmadonde lo vi severamente desmejorado, torturado, hastahabía perdido prácticamente el sentido auditivo”,recuerda ‘Luli’ a los 85 años. “Lo acompañé a todas par-tes y hasta me radiqué en Viedma, en casa de unaprima, para poder estar más cerca suyo. Durante todoaquel trajín nos intercambiamos decenas de cartas queaún conservo, en las que nos profesábamos nuestroamor, siempre censuradas por los penitenciarios quetachaban los renglones donde advertían mensajes entrelíneas”.5

5 Yamila Cruz Valla y Gonzalo Chávez. Testimonios al autor en La Plata en elaño 2014. 'Luli' Díaz, testimonio al autor en su domicilio de Florencio Vare-la en el mismo año.

20

Una de esas cartas, enviada a ‘Luli ‘desde el penal deResistencia, fechada el 14 de diciembre de 1962, essumamente significativa por sus convicciones y por laemotividad de su trazo.

“Amor mío.

Para estrenar una nueva cinta en mi vieja máquina deescribir, nada mejor que hacerte esta carta. Pareceráextraño comenzar una carta de amor hablando de lacinta de la máquina de escribir, extraño a lo que común-mente se conoce por carta de amor, pero no tanto paraquienes como nosotros nunca estamos dispuestos, por logeneral, a respetar las normas clásicas como consecuen-cia de nuestra propia actitud ante la vida, actitud esen-cialmente revolucionaria propicia la ruptura con todo lopreestablecido. Por otra parte la máquina de escribir, esde mis pertenencias, lo que más estimo, ya que es miherramienta de trabajo, el medio por el cual expresotodas esas ideas que bullen en mi cabeza, todas lasexpectativas que cobijan mi espíritu, todas las ansieda-des que me impulsan a la lucha por la justicia, por lalibertad de mis hermanos.

¿Qué tiene de extraño entonces que comience una cartaa mi amada hablando de mi máquina de escribir? Y¿qué tiene de extraño también que le hable a mi amadade mi lucha?, yo sé bien que mi amada comprende mejorque nadie esa lucha, que es también su lucha. EvaPerón, cuenta que cuando Perón estaba preso le escribióuna carta desde la cárcel en la cual ella buscó en vanouna frase de amor, hasta que comprendió que la mejorfrase de amor era la que le decía: cuídame al pueblo. YEva Perón, entonces, con esa espiritualidad exquisitaque le conocemos, nos habla del enorme significado que

21

encontró en esa frase donde el conductor del pueblo lepedía a ella que le cuidara a ese pueblo... y Eva Perón,condujo a los trabajadores a un 17 de octubre.

[…] La solidaridad es manifiesta y efectiva en cuantoparte espontáneamente de la base y de los activistas debase. Siempre está presto el calificativo de turno parahacernos aparecer como desviados de nuestros princi-pios ideológicos, esos principios que ellos no conocen opor lo menos no comprenden. Pero nosotros debemosestar por encima de todo eso, no nos podemos deteneren estas cosas los que hemos llegado a la lucha por unacuestión de conciencia, porque hemos comprendidotodas las verdades del proceso histórico y nuestra con-ciencia no nos ha permitido quedar impasibles frente ala explotación y al sometimiento. Pero en los procesosrevolucionarios siempre se arrastra el lastre inevitablede los come vacas y depende del grado de comprensiónque los revolucionarios tengamos, del desarrollo de lalucha, el que nos asombremos demasiado por ello.

Muchos como yo, no hemos llegado al movimiento alen-tados por ninguna ambición personal, todo lo contrarioporque teniendo la clara visión de lo larga que sería estalucha, podría haberme dedicado a mi interés personal yesperado el momento oportuno para aparecer en el pano-rama político. Podría así haber terminado mi carrera yser hoy un brillante profesional y ostentar mi título dedoctor tan respetado por la mentalidad burguesa. Meresulta gracioso porque pienso que yo también podríahaber elegido la cómoda posición de dirigente, es decirhaber seguido el mismo camino de muchos que estabanal lado mío y se golpeaban el pecho pero que siguen usu-fructuando de su cómoda posición sin arriesgar nada, yotambién podría haber hecho lo mismo y mantener mi

posición de dirigente, dejando que otros pongan el pelle-jo. Pero yo tengo demasiada moral para ello y elegí elcamino que mi deber me marcara aunque fuera el másdifícil [...]

En otra, le confesará a su amada: “Yo tengo dos gran-des amores: tú y la revolución. Y me niego a renunciar aninguno de los dos”. Y en otra de aquellas tantas, pro-nunciando su extrañamiento entre líneas, sin desesti-mar su compromiso, dice: “Cuando ya no existanquienes sufran. Cuando no existan oprimidos en nues-tras tierras. Cuando las madres jamás vean morir a sushijos de hambre y miseria. Ese día será nuestro día. Undía largo, muy largo. Será el día en que comencemos abesarnos con un beso que quizá se interrumpa... solocuando la vida deje de alentar nuestro cuerpo… nuncaantes”.6

En 1964, en la antigua casona ubicada en Calle 5 Nº372, adquirida diez años antes por el sindicato platen-se de trabajadores de la Sanidad que lideraba el dirigen-te y concejal Eugenio Oriazuk, comienzan a reunirsedirigentes sindicales de distintos gremios que militabanen la Juventud Peronista, entre ellos Haroldo Logiurato,de los trabajadores del Estado.

Al año siguiente la confluencia de sectores prove-nientes del cookismo y del comunismo dan vida al Ate-

6 El primer texto, fue facilitado por Yamila; los restantes corresponden apárrafos de cartas que se reproducen la obra teatral-musical "Haroldo Logiu-rato… Hombro de árbol, hojas como pájaro", creada y dirigida por Camila CruzValla, nieta de Haroldo, en la que trata recuperar las ideas y pensamientosplasmados en las cartas que su abuelo le enviaba a su abuela cuando esta-ba preso por el Plan CONINTES.

23

neo Felipe Vallese, punto de encuentro de un grupo demilitantes sociales en franca resistencia al gobierno deIllia. A la actividad de esos juveniles militantes combati-vos de ATE y Sanidad, se suman rápidamente el dirigen-te textil José Manuel Dos Santos, –quien por entonceslideraba la CGT– y Antonio Balcedo, del sindicato docen-te SOEME, quien en 1962 encabezara la nómina dediputados provinciales en la lista de la fórmula Framini-Anglada. Las actividades del Ateneo despertarán laatención del Departamento de Investigaciones de la Poli-cía de la Provincia de Buenos Aires, que resuelve infil-trar entre los concurrentes a uno de sus efectivos.Recuerda Juan Luzardi, veterano dirigente de la Sani-dad de aquella ciudad, que “el informante tenía traza decroto y lo teníamos bien individualizado; se sentabasiempre por atrás y trataba de pasar desapercibido”.7

El Ateneo llegó a realizar un homenaje a Evita Revo-lucionaria en la sede local de ATSA y diversos actos con-juntos con el Comité Pro-Relaciones con Cuba, en elque participaban dirigentes gremiales del Movimientode Unidad y Coordinación Sindical –MUCS–, agrupa-miento de sindicalistas orgánicos del Partido Comunis-ta y el mismo líder de la resistencia peronista JohnWilliam Cooke. También participaron de varias activida-des, el dirigente nacional de los trabajadores de la Sani-dad, Amado Olmos; el senador nacional peronistaRicardo Ovando; el diputado nacional por el socialismoJuan Carlos Coral; el dirigente comunista del gremiomaderero, Vicente Marischi y el presidente de la Fede-ración Universitaria de la Revolución Nacional platense,

7 Juan Luzardi, 2014. Testimonio al autor en la sede platense de la ATSA.

24

Aldo Bossi, vinculado estrechamente a la JP de lasRegionales, a su vez íntimamente ligados a Luis Duhal-de y Ortega Peña. “Oriazuk, cardiólogo del HospitalEspañol, había llegado a estar al frente de la filial con elapoyo de Olmos, tras desplazar al Vasco Lazarraga quehabía colaborado con los milicos”, rememora Luzardi.“Pero no era zurdo”, insiste, convencido de esto, porquelos últimos pasos militantes de aquel médico en las filasdel movimiento justicialista fueron junto a Balcedo, trasla caída del gobernador Oscar Bidegain en enero de1974, como consecuencia de un proceso de derechiza-ción acelerada del peronismo a partir del fallecimien-to del General Perón el 1° de julio de ese año. El viejocaudillo había dejado avanzar dicho proceso, sin poderfrenar las desmedidas y foquistas exigencias del ala‘socialista’ del Movimiento, a la que él mismo habíaalentado antes de su definitivo regreso.

Los integrantes del secretariado ejecutivo del Ateneo,también suscribieron la “Declaración contra la interven-ción de Estados Unidos de Norteamérica a Santo Domin-go”. En el grupo aparecerán divergencias entre quienesse mantienen más aferrados al peronismo y otros, quecomo Haroldo, comienzan a inclinarse hacia posicionestrotskistas.

En agosto del año 65’, Haroldo se traslada a Para-guay desde donde partirá rumbo a Cuba. De regreso alpaís en 1966 se vincula al sector gremial del PartidoRevolucionario de los Trabajadores. A partir de esemomento, ‘el núcleo’ de Logiurato se instala en la sedede la ATE de Calle 57 al 300, sin desvincularse del Feli-pe Vallese. Su traslado a la sede gremial se debió a suresponsabilidad como secretario ejecutivo de la seccio-nal platense de ATE, cargo al que accedió integrando la

25

Lista Verde, luego del Congreso Normalizador denoviembre del año anterior que decidió el desplaza-miento de Cesáreo Presas de la conducción nacional yel llamado a elecciones en las resultara ganador Hera-clio Sosa.

Dice Gonzalo Chávez, ex dirigente platense de Monto-neros, por entonces participante de las actividades delAteneo: “Para nosotros que éramos pibes, Haroldo, Diego(Miranda) y el resto, eran dirigentes valiosísimos a losque teníamos mucho respeto. Eran hombres probados porla cárcel, las torturas; estudiaron y se formaron en esacondición. En el encierro no perdieron el tiempo: leían aLenin, a Scalabrini, a Jauretche... Con el tiempo compren-dí que habían sido madrugadores de la historia que vinoluego. En los 60’ ya hablaban el lenguaje de los 70”.8

Para esa época, Haroldo y Diego Miranda –otro ca-lificado joven militante de la Resistencia Peronistaplatense–, serán dos de los principales referentes orga-nizacionales de la Agrupación Dele Dele, denominaciónextraída de una anécdota que tuviera a Perón como pro-tagonista, en oportunidad de estar en un hangar ayu-dando a un piloto a estacionar con movimientos de susmanos y a la voz de “¡Dele, dele!”. Desde la agrupacióntendrán un acercamiento –que no derivó en la unifica-ción de las agrupaciones– con Eduardo Luis Duhalde yOrtega Peña, quienes a su vez se habían vinculado conel obrero ilustrado de la ATE, el prosecretario nacionalde finanzas, Alberto Belloni, dando nacimiento a laAgrupación CONDOR –Centros Organizados Nacionales

8 Gonzalo Chávez, 2014. Testimonio al autor en la sede la ATE Provincia deBuenos Aires.

26

de Orientación Revolucionaria–. En la agrupación semezclaron intelectuales peronistas revolucionarios y dela izquierda nacional, entre los que revistaban RicardoCarpani y Hernández Arregui.

Dele Dele irá profundizando su posicionamiento crí-tico a las tácticas diseñadas por Perón desde el exilio.No consideraban “conveniente exponerse a ser utiliza-dos por él, en una práctica combativa que después podíaconvertirse en conciliadora”.9 Harán suya la táctica delfoco y se acercarán a un grupo similar, liderado porRamón Torres Molina y Carlos Caride, más inclinado ala izquierda, que llegó a confluir en la conformación dela Guerrilla del Ejército Libertador –GEL–. Se sumaránotros grupos que alentaban la lucha armada y pocotiempo más tarde nacía el PROA, Partido Revoluciona-rio de los Obreros Argentinos. En la década del 70’Haroldo ya militaba en la clandestinidad y llegó a te-ner nombre de guerra: “Los compañeros lo llamaban‘Ale’, apodo ideado con las iniciales de ‘apoyo logísticoelemental’”.

Varios integrantes del GEL resultaron detenidos porsu participación en distintas acciones. Haroldo fue unode ellos, en el año 1971, y permaneció preso hasta 1973cuando fue liberado gracias a la amnistía declarada porel presidente José Cámpora.

Rememora Chávez el momento en que se produjeronlas liberaciones de los presos políticos y comunes. “Lo

9 Rot, Gabriel. Itinerarios Revolucionarios. Eduardo Duhalde-Haroldo Logiura-to. De la Resistencia Peronista al Partido Revolucionario de los Obreros Argen-tinos. Ed. De la Campana. Buenos Aires, 2016. Pág. 79, testimonio de CarlosFlaskamp, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria Argentina–MIRA–.

27

vimos a Haroldo de lejos, y nos manejamos con el lengua-je de señas. Algunos compañeros al salir hacían la V dela Victoria, y sabíamos que eran compañeros nuestros.Otros levantaban el puño cerrado con lo que tambiénidentificaban su origen. ¿Qué hizo Haroldo?. levantó losdos brazos e hizo las dos señas: era toda una posicióntomada, una idea integradora, una imagen muy fuerte”.

Una vez en libertad, Logiurato trató sin suerte de serreincorporado en el Policlínico platense. Tampoco pudoingresar a una metalúrgica con la idea de militar en laUOM. Chávez afirma que Haroldo “no se manifestaba afavor del camporismo; si bien no expresaba abiertamen-te su disconformidad, mantenía sus reservas”, delmismo modo que sus amigos del desaparecido CON-DOR, Eduardo Luis Duhalde y Rodolfo Ortega Peña.

Este último es electo diputado nacional por las listasdel FREJULI y nombra a Eduardo Luis Duhalde comosu Secretario Legislativo y a Haroldo Logiurato comoAsesor. Pero el 14 de marzo, a la hora de jurar “Por lasangre derramada que no será negociada”, ya habíadecidido conformar un bloque unipersonal con el com-promiso de trabajar por un peronismo de liberación.

Ortega Peña será asesinado de varios balazos en lacabeza el 31 de julio de 1974, a un mes de la muerte dePerón. Descendía de un taxi en un barrio céntrico de laCapital Federal, cuando es interceptado por un vehícu-lo del que baja un reconocido genocida, el oficial de laPolicía Federal Rodolfo Almirón y le dispara a mansalva,dando inicio una espiral de atentados que jalonarán elcamino a la dictadura instaurada en marzo de 1976.

28

El 12 de junio de 1977, Haroldo y otros compañerosprovenientes del peronismo, el marxismo y otros sec-tores de izquierda organizados en el Partido Revolucio-nario de los Obreros Argentinos (PROA), –del queLogiurato era uno de sus secretarios–, fueron cercadosy asesinados por el Ejército a medida que llegaban auna quinta de Marcos Paz, provincia de Buenos Aires,donde tenían previsto reunirse para preparar ordenada-mente su repliegue hacia el exterior. Hasta la fecha nose ha recuperado su cuerpo, permaneciendo en condi-ción de detenido-desaparecido.

En el operativo acargo del comisarioLeopoldo Baume, quese extendió por dife-rentes localidades, en-tre el 11 y el 16 de esemes, murieron tambiénsu hijo menor, FabiánLogiurato y su herma-no Luis.

Por entonces, en laATE platense se ha-bían producido recam-bios institucionales.

29

2. Hugo Maldonado. Recambioresistente en la ATE platense

Hugo Maldonado nació en Avellaneda en el año 1937,hijo de Ángel Maldonado y María Delia Rebufello. Supadre se desempeñó a la vez como supervisor de man-tenimiento mecánico en La Sulfúrica “Bunge y Born”,fábrica de ácido sulfúrico ubicada en Avellaneda, ycomo mecánico ajustador y cerrajero en la Municipali-dad de La Plata, entre 1946 y 1966 cuando se jubiló. Sumadre fue trabajadora del frigorífico Armour de Berisso,al que ingresó en 1915 y en el que permaneció hasta suretiro en 1956. Creció en un hogar conservador queadscribió al peronismo desde sus orígenes.

Hugo comienza a militar en el año 1952, a los 15años de edad, en la Unidad Básica platense de La Lomaconducida por Fernando Recasens, ubicada en la Dia-gonal 73 entre 39 y 40. “Ahí me mandó a militar mi viejoque era conservador, de los que se alinearon al peronis-mo. Hacía de maestro de dactilografía para los chicos delbarrio, era bueno para las teclas. Mi primera acción mili-tante de carácter solidario fue después de hacer la colim-ba en Campo de Mayo, en la Escuela de SuboficialesSargento Cabral”.10

En 1956 entró a trabajar como administrativo en laseccional platense de la UOCRA y se desvincula en

10 Hugo Maldonado, enero-marzo de 2018. Testimonios al autor en su domi-cilio de San Salvador de Jujuy.

30

1958, “porque durante la Revolución Libertadora cayóabruptamente la demanda laboral y hubo restricción depersonal en todos los gremios”. En marzo de ese añoingresa como empleado administrativo en la delegaciónlocal del IOMA luego de aprobar un examen. Un amigose entera de que estaba por producirse una vacante enla repartición y se lo hace saber. Hugo contaba con lahabilidad de escribir perfectamente a máquina, e irádecidido en busca de aquel empleo. “De traje y corbatame fui a las 10 de la mañana. Me recibe una secretariade esas que se creen dueñas de todo, a la que le solicitover al señor Márquez, que según me habían dicho era eldirector. Tras unos minutos de espera, el tipo se aparecey le comenté que tenía conocimiento de que se estaba porretirar un empleado y que yo estaba necesitando esepuesto. El hombre manifestó su molestia por haber teni-do que dejar la reunión de Directorio, pensando que se lorequería por algo importante. Yo le respondí que se trata-ba de algo importante, porque yo tenía familia y necesi-taba trabajar. Me preguntó qué había hecho antes y leconté. Me preguntó también si conocía a Marcelito Sando-val, interventor de la UOCRA en Buenos Aires –un gorilóncon el que no tenía trato–. ‘Claro –le dije– cómo no lo voya conocer si fui administrativo del sindicato platense’. Ysin más ahí me dice: ‘A ver, ¿sabe escribir a máquina?’.Por supuesto –le digo– y me sienta ahí nomás para que lemuestre; después me pide que redacte algo y lo hice. Detítulo le puse ‘La mosca’ y de corrido la descripción deque era un insecto que pulula en tal o cual ocasión... y blabla bla y trasmite tal y tal enfermedad... Y después deeso me pregunta si sabía copiar y me pone a copiar unahoja que estaba sobre el escritorio y ¡ta ta ta ta ta…! se locopié en unos segundos. A continuación llama a un talGómez, un jefe, y le dice: ‘Desde este mismo momentoeste hombre ocupa el puesto de Fulano’. Y comencé a

31

laburar al toque”. En dos meses de trabajo dejó de serun empleado raso y ascendió a una jefatura.

Con la llegada de Frondizi al gobierno tras el pactocon Perón, se produce una cierta apertura sindical y serealiza una primera elección de directivos en el IOMA.La responsabilidad de presidir la Comisión Electoralrecaerá en Maldonado, acompañado por Juan MartínBilbao. “Entonces los muchachos de ATE me vienen ainteresar para prestarles apoyo en el proceso electoral.Querían colocar al menos un vocal y traté de darles unamano. Yo ya era afiliado a la seccional de la ATE, dereconocida militancia peronista, y a partir de aquelmomento nació un relación que pronto derivará en acciónmilitante”.

Del IOMA a la conducción de la ATE platense

Luego del período de normalización sindical, ATEconvoca a una reunión de Consejo Consultivo paradesignar un Consejo Directivo Provisional. Participasólo un puñado de seccionales habilitadas de acuerdo alas reglas vigentes, que luego de deliberar designan alfrente de la conducción nacional al dirigente rosarinoenrolado en la Resistencia Peronista, Héctor Quagliaro,que no permanecerá en el cargo mucho tiempo. Casi demanera inmediata y con la complicidad de autoridadesde la cartera laboral, dos dirigentes, Salvador Trippe yLuis Tamone, alineados en la corriente sindical denomi-nada ‘integracionista’ –peronistas ‘entristas’ al seno deuna UCRI huérfana de ‘popes’ sindicales–, quedarán acargo de la organización, desconociendo a Quagliaroquien retorna a su ciudad, manteniéndose firme en laconducción de la seccional rosarina.

32

En las elecciones del 18 de marzo de 1962 el peronis-mo gana las gobernaciones en diez de las catorce pro-vincias en disputa, incluido el estratégico distrito deBuenos Aires donde triunfa el combativo dirigente sin-dical textil, Andrés Framini. Fue el tope de la toleranciade las jefaturas militares, que desconociendo el resulta-do electoral proceden a derrocar a Frondizi, quedando elgobierno en manos del presidente provisional del Sena-do, José María Guido. El primer mandatario depuestofue detenido y trasladado a la Isla Martín García.

Guido hará cumplir todas las órdenes militares. Eldía siguiente al derrocamiento, ordenó al Congreso anu-lar las elecciones, intervenir las provincias con goberna-dores peronistas electos y, cumplidas estas medidas,procedió a disolverlo. Asumió entonces los poderes eje-cutivo y legislativo del país, bajo control y supervisiónde las Fuerzas Armadas que se reservaban el derechode removerlo. Designa un equipo económico liberal configuras de la laya de Federico Pinedo y José AlfredoMartínez de Hoz y poco después, el 24 de julio, dictó elEstatuto de los Partidos Políticos que sirvió de instru-mento para no legalizar al peronismo.

El 18 de marzo del año entrante, 1963, el peronismoconvoca a una asamblea en la Plaza Rocha para conme-morar el primer aniversario del triunfo electoral deAndrés Framini como gobernador de la provincia deBuenos Aires, cargo que no pudo asumir. “Ahí estabanRicardo Cano, presidente del PJ platense y Augusto Van-dor, de la UOM; Omar Sgleis; el delegado hospitalarioTito Pagura; Osvaldo Segovia, de agrarios y Berta Cen-tenari Heredia que había sido concejala. Al bajar delpalco unos compañeros me presentan al secretario gene-ral de la ATE platense, Omar Sgleis, que me invita a

33

pasar por ATE. Al día siguiente fui a la sede de 57 N°371 entre 2 y 3, y no me fui más”, cuenta Maldonadosobre los momentos iniciales de su militancia sindical.

En 1963 habrá elecciones nacionales y el 12 de octu-bre Arturo Illia, con un reducido porcentaje de respaldoelectoral que apenas superaba el 25%, asume la presi-dencia de la Nación.

Poco más de un mes más tarde, en medio de los cal-deados ánimos en que se debatía el movimiento obrero,en la Colonia de Vacaciones de la Asociación ObreraTextil ubicada en la localidad cordobesa de Casa Gran-de; el 27, 28 y 29 de noviembre se lleva a cabo el Con-greso Nacional Extraordinario “Felipe Vallese” de la ATEen Huerta Grande.

Luego de la lectura del orden del día, ante la presen-cia de 53 Federaciones –entre ellas La Plata– que repre-sentaban el 73% del total y el 91% de la masa deafiliados, se deja constancia de que muchas de lasFederaciones presentes han asistido con una menorcantidad de congresales de los que le corresponderíanpor Estatuto, debido a las difíciles condiciones financie-ras de las mismas, “pero que igualmente el gremio deci-dió ajustarse a la letra del mismo, a sabiendas de lasdificultades, por temor a que de modificar la cantidad delas designaciones, pudiera existir alguna impugnaciónpor personas o círculos interesados que impidieran larealización del encuentro”.

Como cuestión previa, la Federación Rosario condu-cida por Héctor Quagliaro, elegido para para presidir elCongreso, propone adherir al plan de lucha dispuestopor la central obrera en reclamo de un inmediato

34

aumento de salarios sobre la base de 12.500 pesos; enapoyo a la campaña por el abaratamiento del costo devida y por la derogación definitiva de la legislaciónrepresiva.

Por su parte, la Federación Tucumán mociona parareclamar la derogación del decreto 4161 de 1956 queprohibía pronunciar los nombres de Juan DomingoPerón y Eva Duarte de Perón, así como cualquier men-ción referida a la ideología peronista o que propagan-dizara al peronismo, con penas de hasta seis años deprisión para los infractores. La Federación La Plata sesuma a la moción, e incluye el pedido de una ampliaamnistía para los presos CONINTES, varios de ellosdirigentes de la ATE, entre otros el ex secretario generalplatense Haroldo Logiurato.

Nuevamente en uso de la palabra, el delegado porTucumán solicita “la condenación (sic) de los responsa-bles del derrumbe de la ATE”. Respondiendo a los con-gresales cordobeses que pedían detalles sobre laimpropia conducta en la que habrían incurrido lasanteriores autoridades, el delegado Giobellina hace unaextensa exposición referida “a la dilapidación, malversa-ción y delitos culposos que deben pasar a la justicia, lle-vados a cabo por la conducción de Salvador Trippe”,enumerando además “las cuantiosas deudas dejadas,la quiebra de la proveeduría y farmacia, la anarquía eco-nómica que llevara a que algunas Federaciones cobrencuotas sin poder cotizar al Congreso, el hipotecamientodel edificio de la calle Colombres en 500 mil pesos, sinhaberse amortizado nunca –porque dejaron deuda de450 mil pesos, más intereses–, todo lo que significó a laATE un déficit de 11.000.000 de pesos, y que impide sunormal desenvolvimiento actual”.

35

Por su parte, el secretario general de la FederaciónBuenos Aires, Cesáreo Presas, da cuenta de más deta-lles que involucran a Trippe como responsable de ladebacle financiera de la ATE. Entre otros, “las irregula-ridades en el Plan de Viviendas del Barrio proyectado enEzeiza, que se encuentra paralizado. Delegados deValentín Alsina, Torres, Monteros, Avellaneda y Jujuyhacen mociones proponiendo la expulsión de Trippe ydemás responsables de aquella directiva”, apoyadas yaprobadas por unanimidad.

A pedido de las federaciones Río Turbio, La Plata,Rosario, Ensenada, Córdoba y San Juan, se apruebaque a partir de ese momento la ATE lleve como banderade lucha el Programa de Huerta Grande, enumerándolopunto por punto. Se adhiere además a lo expresado enla oportunidad de la realización del Plenario de las 62Organizaciones por el titular de la AOT, Andrés Frami-ni, y al plan de lucha de la CGT, “asumiendo la respon-sabilidad protagónica que el desarrollo histórico tieneasignada a la clase trabajadora”.

Presas quedará al frente de la conducción nacio-nal de un gremio, en el que convivían dos sectores dife-renciados, a la vez que severamente enfrentados. Uno,alineado en la ortodoxia peronista, vinculado al ‘vando-rismo’; otro, también peronista, pero más inclinado aposiciones de resistencia y combatividad, con una mira-da contemplativa –y hasta de solidaridad activa– hacialos sectores militantes más radicalizados que integra-ban la Juventud Peronista.

En tanto en la Federación La Plata, Hugo resultaráelecto secretario administrativo por la Lista Azul queencabezaba Omar Carlos Sgleis. A decir de Maldonado:

36

“Un compañero de media tinta, que de ahí no pasaba. Élno termina su mandato, lo delega en mí, hasta que en el66 yo encabezo la lista y continúo al frente de la seccio-nal. Por aquellos momentos me toca vivir de cerca el frus-trado Operativo Retorno, algo que sin duda marcó mimilitancia a partir de las expectativas que el hecho des-pertara en el mundo peronista”.

Perón Vuelve pero no llega

El 17 de octubre de 1964, día peronista por antono-masia, se anuncia públicamente la creación de laComisión Nacional Pro-Retorno, integrada por Vandor,Framini, Alberto Iturbe, Carlos Lascano, la dirigente dela rama femenina Delia Parodi y el financista JorgeAntonio.

El 2 de diciembre Perón vuela con pasaporte para-guayo con destino a nuestro país, acompañado por losintegrantes de la Comisión liderados por Vandor. Pero elintento no saldría según lo planeado. El avión es dete-nido por las autoridades militares de Brasil en el Aero-puerto de Río de Janeiro obligándolo a regresar aMadrid. Según una versión, se había pedido permiso alpropio dictador Francisco Franco para que dejara salirel avión de Iberia rumbo a Buenos Aires. Las versionesen nuestro país fueron que el embajador argentinocomunicó la novedad al canciller Miguel Zavala Ortiz yhubo presión militar para evitar el arribo. La huelgageneral promovida por los sectores más combativos delperonismo no tendría mayor acogida entre los dirigen-tes y finalmente, tras el fracaso del operativo, Peróngozará de las mismas condiciones de residencia quetenía desde 1960 en la España de Franco, que le impo-

37

nía al líder exiliado “renunciar a su actividad política”,cosa que, claro, nunca respetó. El fracaso del OperativoRetorno ahondaría las diferencias entre Perón y Vandor,a quien el líder responsabilizará por el mal paso, llegan-do incluso a acusarlo de traición.

Maldonado recuerda que por entonces se reencuen-tra con Logiurato, ya en libertad: “Un día fuimos juntosa un acto en Córdoba; nos metimos en un laberinto y nopodíamos salir, hasta que por ahí encontramos un hueco,forzamos y salimos. Y me dice: ‘¿Viste Hugo?, en el sis-tema, cuando no tenés escapatoria para salir hay queromperlo’. Él era muy antisistema, como yo, pero él teníaotra visión de la actividad política. Para mí, enfrentar alEjército con armas era ir a la muerte porque el Ejército esuna organización creada y formada para la lucha arma-da y el trabajador no. Yo fui de los que pensamos que laresistencia peronista era ayudar al compañero, soportarla malaria y organizarnos para volver. Perón nunca nosmandó a enfrentar al Ejército, él interpretaba que erauna locura”. A partir de entonces el camino elegido porLogiurato lo irá alejando de la militancia orgánica, luegode un paso breve en que ocupa un cargo menor en elgremio.

Maldonado es contundente cuando afirma que “… elRetorno fue un fiasco producto de una traición muy gran-de. Aquí apenas se movilizaron unas 40 mil personas. Élno llegó porque en Brasil se interrumpió el viaje, peroaquí tampoco se había organizado nada importante, loque dejó al descubierto la maniobra desmovilizante. Van-dor era una tipo capaz, pero lo jodió su ambición. Ya elmismo Perón se lo había advertido personalmente cuan-do el Lobo viaja a entrevistarse con él, años más tarde,buscando respaldo para ser el jefe de las 62 Organiza-

38

ciones. Por entonces daba vueltas una información delEjército alemán de Adenawer, sobre que a Vandor loliquidaba la CIA, porque había abandonado sus servi-cios y estaba trabajando para él, y Perón se lo hacesaber. Frente a frente, le dice que o lo iba a matar la CIA,o alguna fracción del Movimiento. Hasta le aconseja novolver al país y le dice: ‘Si plata tiene, busque su familiay váyase’.

Perón de acá se había ido en pelotas, el empresarioJorge Antonio fue quien compró el terreno para construirla residencia en Puerta de Hierro. El Estado alemán loayudó en su exilio, él les daba cursos de formación sobreconducción a los militares del Estado Mayor, por lo quepercibía haberes, ya que no tenía mayores recursos desupervivencia, y éstos le pasaban buena información.Pero Vandor no le hizo caso y a los veintinueve días deaquel encuentro lo hicieron mierda y nunca quedó enclaro la autoría de aquel asesinato”.

Al año siguiente del ‘retorno que no fue’, en 1965,Isabel viaja a la Argentina como delegada personal dePerón para hacer frente al ‘neoperonismo’ articulado entorno a la figura del ‘Lobo’ Vandor. Venía con la misiónexpresa de desbancar al líder metalúrgico quien desdeel gremialismo había adquirido un peso sustancial en laescena política y propiciaba “un peronismo sin Perón”.Precisamente en las elecciones de Mendoza de 1966,Vandor apoyará al candidato por el peronismo SerúGarcía, mientras que Isabel traía el mandato de Perónde respaldar a Corvalán Nanclares. Esta división permi-tió que ganara el candidato del Partido Demócrata, porescaso margen. El MPM, –alianza de los partidos neope-ronistas Tres banderas, de Serú García y el PartidoBlanco–, terminó en cuarto lugar. La propia Isabel le

39

escribe a Perón: “Hubiera querido brindarte el gobiernode Mendoza pero pienso que es mejor así; lo importanteen realidad no era el contubernio, sino defenestrar parasiempre el cáncer del peronismo”.

Derrotado el sueño de un “peronismo sin Perón” ytras el regreso de Isabel a Puerta de Hierro, el líder exi-liado tomará la determinación de dar vida a una nuevaComisión Pro Retorno, que Hugo llegará a integrarcomo delegado general por el peronismo de La Plata.Cuenta Maldonado: “Seré parte de aquella Comisión delos que realmente queríamos el retorno de Perón; porqueVandor y el vandorismo habían dejado de representarlo”.

En junio de 1966 cae el gobierno de Illia a manusmilitari; meses antes, Heraclio Sosa había llegado a laconducción nacional de la ATE acompañado por elensenadense Juan Horvath, reconocido por su desem-peño en la JP de la región. Mientras tanto, en la Fede-ración platense Maldonado había sido electo secretariogeneral.

Continuando su relato, refiere que siendo ya unafianzado dirigente de la ATE platense: “...con mis espe-ranzas y expectativas había ido a ver a Segundo Bienve-nido Palma, el secretario general de la UOCRA. Él yAlonso pensaban que Perón estaba viejo y que había quedejarlo conducir tranquilo desde España: pero nosotrosqueríamos mostrarle al imperio que acá hacíamos lo quequeríamos nosotros, no lo que disponían ellos, y parademostrar eso debíamos lograr retornar a Perón: se tra-taba de una cuestión de soberanía política y eso estabapor encima de cualquier ambición personal. Pero Vandor,mirando para atrás sus gruesas columnas de metalúrgi-cos y engreído por un grupo de adláteres que lo entusias-

40

maban, quería ser él. Hay que escuchar el discurso dePerón grabado en Madrid, en noviembre de 1967, cuan-do habla de su retorno. Ahí se expresa sobre la falta decompromiso de aquellos dirigentes y critica a quienesfueron parte del intento fallido de aquel Retorno que nofue, cuando llega hasta el aeropuerto de El Callao y elMariscal de Brasil Humberto Castelo Branco le impidepasar”.

Maldonado sin pelos en la lengua

Los días 14 y 15 de diciembre de 1966 fueron de par-ticipación activa de la ATE, cuando el General Francis-co Imaz,11 Ministro de Interior a la par que Interventorde la Provincia de Buenos Aires designado por el dicta-dor Juan Carlos Onganía, “firma unos decretos muy vio-lentos. Uno, reducir la licencia anual, otro reducir lalicencia por enfermedad, otro tomarle exámenes a todoslos empleados públicos y con ello seleccionar la estabili-dad. Ahí nomás nos reunimos con el sindicato de SaludPública y con otros, y convocamos a una movilizaciónpara el 16 de diciembre a las 13.15, poco antes del retor-no a los hogares.

Pensábamos reunir unos 3 o 4 mil compañeros, perollegaron a concentrarse unas 25 mil personas, de acuer-do a los cálculos oficiales. Fue algo determinante; ‘Imaz,

11 El General Juan Francisco Imaz fue Ministro de Interior entre el 24 de abrilde 1963 y el 12 de octubre de 1963 durante el gobierno provisional de Guido.Será convocado nuevamente por Onganía para ocupar el mismo ministerio ala par que será Interventor de la Provincia de Buenos Aires, entre el 5 de juliode 1966 y 16 de junio de 1969.

41

Imaz, por qué no te vas’, era la demanda popular. Eneso, en medio de ese clamor, nos recibe el interventorgubernamental y nos dice: ‘¿Por qué me hacen esto? Yono caí aquí en un paracaídas’. Y a mí se me ocurre con-testarle: ‘Sabemos bien, General, que Ud. no es de laAeronáutica y que vino en tanque’. Demás está aclararque la reunión no prosperó y la protesta continuó porvarias horas. Hubo represión y las corridas se prolonga-ron hasta muy tarde. Pero al final, esa misma noche elGeneral renunció, no sin antes levantar los decretos. Élsiguió sus funciones como Ministro de Interior y yo no lasaqué barata.”

A partir de entonces Maldonado no dejará de ser per-seguido. Tiempo después, confiado sufrirá las conse-cuencias de no tomar las precauciones del caso que leaconsejaban sus compañeros de militancia: que porunas semanas no se desplazara solo por la ciudad yque, de ser posible, se ausentara por un tiempo. Cuandose dirigía a pie hacia la sede sindical es interceptado pordos sujetos de civil que lo paran a mitad de cuadra y lepreguntan, "¿Es usted Hugo Maldonado?" Tras su res-puesta afirmativa proceden a detenerlo sin más, lo espo-san y lo meten en un vehículo que estaciona en el lugarpara trasladarlo a la Comisaría 9 donde permaneceráun par de días hasta ser trasladado tres meses a un pre-sidio en la provincia Neuquén.

12 El Mayor Pablo Vicente llegará a ser Procurador del Tesoro durante elgobierno de Isabel Perón. En 1982, cuando se crea el SASID, Servicio deAcción Solidaria Integral del Detenido, será su primer presidente. El SASIDfue creado a instancias de Mariano Castex, Edgard Sá y Alba Castillo, unade las referenciadas "tías peronistas", de las que se comentaba que llevabanlas pistolas en la pollera durante la Resistencia Peronista.

42

Hugo estaba empeñado en el retorno de Perón ybuscó por sus propios medios vincularse con el MayorPablo Vicente,12 un militar peronista exiliado en Monte-video y designado por el General desde su exilio delega-do personal en el hermano país, lugar desde el que se‘cocinaron’ distintos aspectos reorganizativos del pero-nismo bajo las directivas del máximo conductor delMovimiento.

Lo visitó en su domicilio de Canelones 776 y estable-ció un vínculo con el militar con el único objetivo yla firme convicción de trabajar para el retorno del gene-ral Perón. “Yo lo iba a ver con frecuencia, viajaba en alís-cafo y le llevaba algo de carne, un peceto, algunosmedicamentos; él sufría de várices y andaba mal econó-micamente”. Después de aquella primera entrevista,Vicente lo designa delegado por la provincia de BuenosAires para integrar la segunda versión de la ComisiónPro Retorno. En poco tiempo será elegido secretarionacional de organización de dicha comisión, que funcio-naba en Talcahuano y Corrientes, pleno centro porteño.Era el despacho del doctor Edgard Sá, miembro de laComisión, integrada también por ‘Monona’ Pérez Pardo,entre otros. Maldonado actuó allí hasta el retorno delGeneral en 1972, sin descuidar nunca sus responsabi-lidades en la ATE.

En 1967 Perón da un giro respecto de aquella reco-mendación al Movimiento de “desensillar hasta queaclare”, en junio del año anterior, al momento del golpemilitar encabezado por el cursillista Juan Carlos Onga-nía. En una de las cartas que intercambió con EdgarSá, en febrero de ese año, se despide diciendo: “Le ruegoque salude a los compañeros con la exhortación para quese pongan a trabajar. Si hasta ahora no les he instado a

43

que lo hicieran ha sido porque se vivía una etapa propi-cia a la inacción pero, ahora, pienso que se acercanhoras de decisión en las que no podremos estar ausen-tes aunque lo quisiéramos”.13

Este abogado que acaudillaba a algunos sectores dela Capital y del Gran Buenos Aires, diputado peronistahasta junio de 1966 y de probadas aptitudes diplomáti-cas, resultó ser el hombre de confianza para llevar ade-lante las negociaciones reorganizativas del peronismo,manteniendo para ello una comunicación directa con elMayor Vicente durante su permanencia en Uruguay.Había alumbrado así la segunda Comisión Pro Retorno,que no tendrá fecha de vencimiento, pero será supera-da por los acontecimientos. En el período anterior a lossucesos del Mayo Rebelde del 69’, las movilizaciones enrechazo a la dictadura generados en el interior del país–que escapaban incluso a las proyecciones del propioPerón–, llevan al líder a optar por la designación delpampeano Daniel Paladino, recientemente asumidosecretario general del Movimiento Justicialista, peronis-ta ortodoxo y ferviente anticomunista, con el propósitode establecer una nueva estrategia: vincular al peronis-mo con la dirigencia política de la época, principalmen-te con Unión Cívica Radical del Pueblo, liderada por elDr. Ricardo Balbín.

Por su parte, Edgard Sá le hace llegar una inquietuda Puerta de Hierro a través de un documento titulado“Reflexiones para servir al reencuentro de los argenti-nos”, en el que propone un posible acercamiento de lastendencias afines que actuaban en el panorama nacio-

13 En: http://www.peronvencealtiempo.com.ar

44

nal. El 27 de marzo de 1967 el General responde a susconsideraciones:

“Mi querido amigo:

“(…) Es indudable que en el estado evolutivo del mundoactual, no quedan sino dos filosofías políticas: la cristia-na y la marxista, que conducen también a dos ideolo-gías diferentes: un socialismo nacional cristiano y unsocialismo internacional dogmático (comunismo). Nues-tro país se encuentra abocado a tomar uno de esos cami-nos. Por eso hace veinte años el Peronismo intentórealizar lo primero y por un método incruento, utilizandola evolución acelerada. La Revolución gorila, apoyadapor la coalición de la sinarquía internacional y los cipa-yos vernáculos, nos pararon los pies. Desde entonces elpaís se ha ido acercando peligrosamente a la guerra civily al comunismo.

Frente a esta disyuntiva no queda mucho que elegir;pero son las formas de ejecución las que deben intere-sarnos porque de ellas dependerá mucho el éxito o el fra-caso de cuanto se intente. La actual dictadura militarcon sus tremendas incongruencias no hace sino impul-sarnos hacia el abismo. Yo personalmente no dudo desus buenas intenciones, pero no olvido al contemplar suacción que ‘el camino que conduce al infierno, estáempedrado de buenas intenciones’. Cuando intentemostomar un camino en procura de soluciones, deberemostener cuidado de no caer en lo mismo.

Personalmente, con la colaboración de miles de per-sonas calificadas, me tocó preparar la Revolución Jus-ticialista, durante los años 1944, 1945 y 1946. Enconsecuencia sé lo que eso implica y el esfuerzo que este

45

trabajo impone. De manera que, cuando imagino lo quehabría que hacer hoy con la misma finalidad, se me pre-senta en la imaginación una procesión de obstáculoscasi insuperables que, si se desea llegar al éxito, habráque luchar decididamente. Por eso, yo que pienso másque nada en los resultados, no veo inconvenientes en losacuerdos de cualquier tipo que conduzcan a la posibili-dad de ‘realizar el milagro’, pero pienso que eso es sóloun medio y que, en consecuencia, conseguido ese medio,nos quedaría aún ‘el rabo por desollar’.

Afortunadamente, en mi situación personal, estoy ya porsobre del bien y del mal, de manera que únicamente meatrae la posibilidad de ser útil al país y al Pueblo Argen-tino. Dentro de esos objetivos, estoy pronto a auspiciarcualquier idea constructiva siempre que ella se inspireen la mayor grandeza y en el mayor de los renuncia-mientos, sin los cuales nada se podrá intentar en formaque los argentinos tengan algo que agradecernos. Laactual dictadura militar está demostrando que seráfunesta para el porvenir porque ni sus orientaciones, nisus hombres, ni sus improvisaciones, pueden conformara nadie que tenga un mínimo de sensibilidad e imagina-ción. Pero, desde hace once años, nos hemos tropezadoinvariablemente con lo mismo a través de cuatro engen-dros gubernativos diferentes en los hombres, pero igua-les en su incapacidad y en su sordidez.

Si tuviera veinte años menos, yo no cedería el lugar anadie, pero a la altura de mi vida, no deseo otra cosaque aparezca el hombre que sea capaz de realizar lo quemi gran experiencia me ha enseñado, lo que mi sensibi-lidad me aconseja y lo que mi imaginación me inspira,frente al cuadro lamentable que la Patria presenta, yaque en el último acto del drama que le ha tocado vivir a

46

su Pueblo en estos once años de verdadera vergüenzanacional. Nuestros compatriotas que viajan por Europaevitan decir que son argentinos y después de la últimareunión de la O.E.A. en Buenos Aires, son muchos máslos que intentan ocultar su vergüenza.

He conversado largamente con el Compañero Alberteque, en mi nombre, podrá informarle detalladamentesobre este asunto. Él como yo es un soldado que, aun-que como yo haya perdido los atributos formales deloficio, no por eso ha dejado de serlo en el verdaderosentido de la palabra. Por eso comprenderá y penetra-rá profundamente en el pensamiento de los oficialesque promueven esta iniciativa y estará en condiciones,aún mejor que yo, de apreciar y resolver lo que mejorconvenga.

Muy agradecido de su amabilidad por cuánto estáhaciendo por nuestro Movimiento y la causa que servi-mos, le pido que siga de cerca este diligenciamiento quebien pudiera ser constructivo y eficaz en un futuro que seacerca velozmente.

Saludos a todos los compañeros.

Un gran abrazo

Juan D. Perón”.14

La Comisión cumplía con los lineamientos fijados,hasta que llega desde Puerta de Hierro un mensaje dePerón, grabado en la cinta de un “Geloso”, ratificandosus deseos de regresar a la Argentina, a la vez que rea-

14 En: http://www.peronvencealtiempo.com.ar.

47

lizaba severas críticas a determinados comportamientosefectuados en el interior del Movimiento, descalificandola actuación, sin nombrarlo, de Vandor. La difusión dedicho mensaje se convertirá en la acción central de laflamante Comisión.

Rememora Maldonado: “Llegado el verano del 67, yatenía en mis manos la cinta del Geloso con el Mensaje dePerón que nos había hecho llegar a la nueva ComisiónPro Retorno. Era un mensaje para ser difundido entrenuestra militancia. Nos decía Perón al comienzo de aque-lla grabación:

‘He recibido las informaciones que el Mayor Pablo Vicen-te me hace llegar sobre las actividades de la ComisiónPro Retorno y de la próxima reunión de la DelegaciónNacional de Montevideo para unificar y planear la acciónque se deciden realizar en el futuro.

Me place poderles decir, con toda realidad y franqueza,que ello representa para mí una gran satisfacción y quesi antes he sido parco en manifestaciones al respecto hasido por una elemental razón de ética personal. Nopuedo ser yo quien propugne tales actividades que solocorresponden al pueblo argentino y a los peronistas, sies que realmente piensan y sienten que yo debo regre-sar a la Patria.

Como podrán imaginar, nada deseo tanto como podervolver a la Argentina lo antes posible y si algo me haretenido en decirlo, ha sido porque no he visto muchadecisión ni entusiasmo en los intentos que hasta ahorase han realizado con ese fin. A ello se ha sumado unatriste realidad: Que existen peronistas o que pasan porser peronistas que si no se han opuesto, han puesto

48

inconvenientes para que esta Comisión Pro Retorno fun-cione con el beneplácito que sería de presuponer, si todoslos peronistas anhelaran que Perón regresara a laArgentina como he venido demostrando desde el mismomomento de salir para mi exilio.

La desgraciada circunstancia de Diciembre de 1964 essólo una evidencia más, solamente. Ello demostró tam-bién falta de entusiasmo, de preparación y de decisión, no sólo en los encargados de la preparación del operati-vo, sino también por parte del Pueblo Argentino.

Compárense las actitudes de mil novecientos sesenta ycuatro con las que pasaron en mil novecientos cuarentay cinco cuando yo estaba en la cárcel de Martín García.Todo parece ser demasiado elocuente, como para que yopueda tener la seguridad que necesito, porque seríatorpe regresar cuando a los peronistas no les interesa miretorno, por el que ellos no hacen lo absolutamente indis-pensable para preparar las condiciones para que talretorno pueda realizarse, por lo menos, en un marcoaceptable.

Cuando los pueblos quieren y se deciden a obtener unacosa no hay poder que pueda impedirlo. Los dirigentesde ese pueblo están animados de una profunda fe y per-suadidos de la necesidad de que el hecho se produzca yno habrá pueblo que pueda permanecer indiferente a laacción de sus dirigentes.

Como antes digo, en mil novecientos cuarenta y cinco nofue preciso nada más que conducir la lucha el 17 deOctubre. El pueblo estaba decidido y sus dirigentesobraron como las circunstancias les exigían. Tanto losdirigentes como la masa, cuando existe una decisión

49

común, y se anhela alcanzar un objetivo, no se necesitaforzar la voluntad de nadie.

Es frente a todas estas reflexiones y consideraciones,que pese a mis deseos incontenidos de retornar a laPatria, como le ocurre a todo proscripto, he debido man-tener una actitud retenida al respecto; porque bienpudiera ser que además de los pequeños sectores gori-las que se oponen existieran también dirigentes que sehacen llamar peronistas para sacar ventaja, que se opo-nen de la misma manera.

Para mí es una cuestión de delicadeza personal, porquenunca me ha agradado meterme adonde no me llaman,y cuando observo que el pueblo argentino y sus dirigen-tes que se llaman peronistas andan con reticencias paramover un dedo porque Perón retorne a la Argentina,necesariamente debo pensar que, por lo menos, ni soyindispensable ni a muchos les entusiasma la idea de miregreso.

¿Cómo podría yo pensar, que existiendo millones de pero-nistas y miles de dirigentes de la misma tendencia, hastaahora que por iniciativa del compañero Mayor Vicente seha movido este asunto, no se les haya ocurrido a nadiepensar que Perón anhela regresar a su Patria?

Los compañeros comprenderán mi estado de ánimo y micomprensión de estas cosas, porque es preciso juzgar loshechos como se presentan y como son. Por lo menoshasta ahora, nada me ha hecho pensar que los peronis-tas tengan el mismo anhelo que yo aliento por regresar;y cuando una cosa así sucede, la elemental previsiónnos aconseja prudencia, que es lo que he mantenidohasta ahora’ ”.

50

Maldonado continúa el relato sobre su militanciapolítico-sindical: “En La Plata, Ricardo Cano, el ‘Tano’Pierini, el doctor Valenzuela y yo decidimos ir a la casadel Dr. Ricardo Balbín, en 49 entre 10 y 11. Nos recibióamablemente. ‘¡¿A qué debo su visita amigos!?’, nos pre-guntó. Y Ricardo Cano le dice, ‘Estamos empeñados en elretorno de Perón’. El viejo Balbín se levantó y nos dijoapoyando el puño sobre su escritorio: ‘’¡Sí señores, tienenrazón, el General tiene que volver!, porque sin él acá nohay solución y además se tiene que terminar esta luchade radicales y peronistas, porque el país no da más paraesto. ¿Y qué necesitan?’. Cano le expresó que necesitába-mos que a través de una televisora se pudiera dar aconocer parte del mensaje de Perón, poniendo su imagende fondo. Y lo consiguió: plena dictadura de Onganía ypudimos ‘visibilizarnos’, como se dice ahora, después deaños de persecuciones y prohibiciones. Era importantedifundir ese mensaje para que, por un lado se supiera laverdadera necesidad del Retorno, y por otro que la trai-ción estaba adentro del Movimiento. Perón había sidocontundente en su mensaje al expresar su ánimo deregresar a servir a su pueblo a pesar de su edad y de laspresuntas ‘comodidades’ de conducir desde el exiliomadrileño que habían planteado algunos dirigentes”:

“Si en mil novecientos sesenta y cuatro pretendí regresaral país, costara lo que costara, fue porque percibía laposibilidad de la llegada de una Dictadura Militar quesería funesta para el país. Pero la incomprensión delgobierno de entonces lo hizo incapaz de comprender,aunque cuando se dio cuenta de la realidad quiso volversobre sus pasos pero ya estaba perdido, y como dice Fie-rro, ‘después que uno está perdido no lo salvan ni losSantos’. Cuando llegó su S.O.S. en mil novecientossesenta y seis, ya era tarde; y la dictadura militar que

51

se perfilaba desde mil novecientos sesenta y cuatro,cuando yo quise retornar para tratar de impedirla, esta-ba encima y ya no se podía dar marcha atrás.

Desde entonces, el compañero Vicente se ha empeñadoen desarrollar una acción decidida y perseverante por loque le estoy muy agradecido; que por medio de la Comi-sión Pro Retorno pueda preparar las condiciones quehasta ahora han estado ausentes de la situación, ycuando veo con las dificultades que ha debido luchar, nopuedo menos que pensar con verdadera pena que nosolo no existe ambiente, sino que ni siquiera se han disi-mulado las formas más elementales para oponerse concierto grado de ‘disimulación’.

Agréguese a ello la actitud del pueblo argentino que tam-poco ha brillado por un deseo semejante y todo pareceoponerse a mi deseo de regresar. Ahora resulta que misposibilidades de regresar están en manos de mis enemi-gos, que forman la actual Dictadura Militar. En tales con-diciones no creo que nadie pueda sentirse muy optimistay llama más aún la atención que haya peronistas quesostienen que Perón ‘no quiere volver porque está muycómodo en España’. Ni estoy nada cómodo en Españaen ninguno de los sentidos que esta palabra pueda con-tener, ni puede considerarse, sino de mala fe, que unproscripto no quiera regresar a su Patria. Sería el primercaso de la Historia, y los que me conocen a mí, como nosean unos tontos, no pueden pensar que yo pueda repre-sentar una excepción tan decepcionante como esa.

Todas estas reflexiones podrán llevar al ánimo de loscompañeros de la Comisión Pro Retorno cuánto es mireconocimiento por la decisión que ustedes han tomadode luchar por mi regreso.

52

Estoy seguro que han de encontrar más enemigos entremuchos que se intitulan ‘Peronistas’ y tendrán más opo-sición entre ellos que entre los antiguos gorilas, muchosde los cuales ya están ‘de vuelta’.

Pero, desgraciadamente los hombres son así, y difícil-mente puede desilusionarse el que, como yo, nunca seha forjado ilusiones. Piensen ustedes, que todo el que seoponga a que ustedes trabajen, cualesquiera sean lospretextos que tengan para explicar su inexplicable con-ducta, es uno de ellos.

Estoy seguro que en el Pueblo llano no encontrarán opo-sición de ninguna clase, porque la masa siente más quenadie, pero entre los dirigentes los tendrán siempre pre-sentes, desde el opositor vergonzante hasta el abierta-mente desembozado.

Es que ellos están en otra cosa y seguirán estándolohasta que los hechos los borre como sucede siempre conla escoria inutilizada.

No nos vamos a morir de espanto porque esto suceda. Eslo natural, que ‘pasa hasta en las mejores familias’,como suelen decir los oligarcas. Pero si existe una verda-dera decisión y se trabaja con fe y perseverancia no tar-darán en verse los frutos; frutos de la verdad queagostarán a los de la falsía y el interés mezquino que noconducen a nada, como no sea a la ignominia siempreinsatisfecha.

Hechas estas consideraciones y aclaraciones, quizáimprudentes pero verdaderas, según dicen los hechos,no quiero ser en la ocasión un aguafiestas de esta reu-nión de compañeros que animados de las más buenas

53

intenciones se congregan para tratar el retorno dePerón.

Estoy totalmente persuadido que si se hace lo necesarioy con inteligencia y perseverancia, como para persuadiral pueblo de la necesidad de agitarse con el objetivo per-seguido, en poco tiempo han de verse los resultados.

Yo sé que el pueblo Argentino, después de doce años dedepredación, sólo piensa en que se le arregle su situa-ción, por la cual está pasando. Pero es preciso esclare-cerle, para que sea capaz de pensar que pedirles talescosas a los hombres que la usurpación ha puesto ensituación de decidir, es como pedirle peras al olmo.

Como no vuelvan al peronismo a los tiempos de unidady solidaridad, a nada podrán aspirar como no sea mise-ria y dolor. Como no se deshagan de los dirigentes quelos engañan y volvamos a los tiempos de dirigentes lea-les y sinceros servidores del pueblo, nada tendrán queesperar como no sean desengaños y penurias.

Es preciso que la Comisión Pro Retorno, en todos susorganismos se dedique a esclarecer la conciencia extra-viada que se pretende engañar con argucias. Por eso,para que el pueblo Argentino alcance a comprender unarealidad demasiado evidente, pero engañosamente disi-mulada con fines que tampoco nadie podría justificar yni siquiera explicar.

Todo es el producto de una sórdida conspiración de inte-reses y una falta total de valores esenciales en los hom-bres que tienen la responsabilidad de dirigir. Sitriunfamos sobre ello, tal vez no sea ni siquiera necesario

54

mi retorno. Pero si eso no se corrige, el único que puedelograr que desaparezcan, pienso que puedo ser yo.

Estoy absolutamente persuadido que de haber estadoyo en el país, nada de cuanto aflige gravemente a laexistencia del peronismo podía haber ocurrido.

En el deseo de mi regreso, como comprenderán, no estála idea de pasarla mejor, sino la de servir a los idealespor los cuales vengo luchando hacen veinticinco años sindescansar y que constituyen la verdadera razón de mipropia existencia. Esa puede ser la única causa que pro-mueva la decisión de la Comisión Pro Retorno de Perón,para trabajar sin descanso con el objetivo mencionado.

Los hombres no somos sino el reflejo de lo que debemosser. Yo sería el más feliz de los argentinos si la Providen-cia me diera la oportunidad de subsanar tantos malesque azotan al pueblo argentino, comenzando por los queciernen sobre el Movimiento Peronista de nuestros acia-gos días.

Por eso, yo les agradezco desde lo más profundo de missentimientos a los compañeros a quienes agita la ideade mi retorno, no porque ello sea una simple satisfacciónpersonal que anhelo disfrutar, sino porque pienso en loque aún me queda de vida puedo ser útil al pueblo y alperonismo, que es en la actualidad los que sufren lasdesgracias y derrotas. No por mi ausencia, que no valetanto; sino porque todos, unidos y solidarios, organiza-dos, preparados y conducidos, una vez que nos hubiéra-mos liberado del lastre de los indeseables, podríamosreeditar la epopeya del 17 de Octubre que estamos año-rando, por lo menos los que aún no hemos perdido lasvirtudes que entonces nos movilizaron.

55

Estoy seguro, que si la Comisión Pro Retorno trabaja conla firme voluntad de vencer, no omite esfuerzos paralograrlo y se mantiene perseverantemente en la porfíasin desfallecimientos ni debilidades, logrará cuanto sepropone; porque no hay obstáculo que el hombre no logrevencer cuando está decidido y hace lo necesario paralograrlo.

Lo que ha pasado y ha estado faltando en la Patria hasido la Fe en la Victoria; y a pesar de tenerla al alcancede la mano no hemos atinado a asirla. Solo se han hechoesfuerzos esporádicos y parciales. Hagamos uno de con-junto y todo será superado.

Para lograr este esfuerzo de conjunto es preciso movili-zar al pueblo mediante el esfuerzo de todos los dirigen-tes que aún sigan pensando que merece la pena seguirluchando por los ideales que sostenemos. Por eso laComisión Pro Retorno no ha de ser una Comisión más,sino la que promueva una actividad nueva en el peronis-mo, que sacándolo de la incertidumbre y la apatía conque lo tiende su actual inoperancia, lo proyecte hacia laacción por una causa, cualquiera que sea, pero que lolevante de su actual letargo suicida.

Si el Retorno de Perón sirve para eso, nada será másimportante para realizar en los actuales momentos.

Finalmente compañeros, deseo que la reunión del Con-sejo Directivo de Montevideo tenga el mayor de los éxitosy que la Delegación Nacional regrese a la Patria con elentusiasmo necesario como para conmover a la masaperonista y lanzarla a la acción con el objetivo que uste-des determinen, seguro que es sólo el entusiasmo y ladecisión lo que se necesita para vencer.

56

Les ruego que hagan llegar a los Compañeros de la Comi-sión Pro Retorno, junto con mi saludo más afectuoso, miagradecimiento más sincero y los deseos más fervientesporque todo les salga como quieren y de la mejor manera”.

En 1967 allanan el domicilio de Maldonado: “Busca-ban armas –que no encontraron– y la cinta. Pero yo, pre-cavido, puse en aquella cajita en la que la había recibidootra cinta con música de época, que fue la que se lleva-ron”. Hugo fue detenido y alojado en la Comisaría 9,desde donde lo trasladaron a la cárcel de Neuquén. “Eldirector de la cárcel de apellido Santagello era peronista.Nos trataban bien, comíamos bien. Horvath ya era secre-tario general nacional y gestionó mi libertad ante el pro-pio Imaz, el Ministro de Interior”.

Una vez en libertad, ya divorciado de su primeraesposa y en pareja con Ada Isabel Candelaria Barros,una joven antropóloga marxista que había conocido enATE, recuerda una grata satisfacción: “Salgo de la cár-cel por primera vez en el 68 ¡y ella se hace peronista! (...)Viajábamos con el mensaje por el interior de la provincia.El discurso era una queja por elevación en el que aniqui-laba verbalmente al vandorismo, para mostrarle a lagente, a su pueblo, sus verdaderas intenciones y dejar aldescubierto la traición.”

Las bases abrieron el camino haciafin del régimen y el ansiado retorno

El hartazgo reinante entre las capas intermedias dela clase trabajadora y el estudiantado, es recibido, con-tenido y orientado por un sector del sindicalismo pero-nista de profundas convicciones de clase que repudia la

57

actitud especulativa con el ‘onganiato’ exhibida por losburócratas vandoristas y por el mismo Vandor, supe-rando los planes del propio Perón.

El General sigue los hechos con atención y decideapoyar, inicialmente, al ala sindical combativa que lide-raba el dirigente gráfico Raimundo Ongaro, impulsadodesde aquel sector en el Congreso Normalizador AmadoOlmos, celebrado entre el 28 y 30 de marzo del 68, delque surge la CGT de los Argentinos.

Sobrevendrían el Programa del 1° de Mayo del 68’, losalzamientos del interior rebelde del 69’ y la multitudina-ria marcha de junio de ese año en repudio a la visita deRockefeller, durante cuya desconcentración es asesina-do el secretario general del gremio de prensa, EmilioJáuregui, a manos de efectivos de Coordinación Federal.

Otro era el marco geopolítico cuando desde el Movi-miento Obrero surgieron los revolucionarios programasde La Falda y Huerta Grande. En estos nuevos tiemposla Revolución Cubana marcaba una presencia inevita-ble; ‘socialismo’ era una palabra cotidiana en el lengua-je latinoamericano; el Mayo Francés del 68’ habíatrascendido aquellas fronteras, y ‘soñar lo imposible’,con el puño en alto, era una imagen más frecuente quela de los ‘dos dedos en V’ del peronismo argentino.

Perón ya hablaba de la importancia del socialismo yhabía colocado una foto del Che sobre un estante de susalón de visitas en la casona de Madrid; en aquellamisma sala donde no mucho tiempo después explicaríaa sus compañeros: “...los necesito a todos. Debemos unirla bosta con el barro para que pueda regresar al país”.Algo que Ongaro y la mayoría de los dirigentes que lo

acompañaban, no aceptaban, ya proyectado José Igna-cio Rucci al frente de un nuevo proceso normalizador.

Uno de los invitados que por entonces se entrevista-ron con Perón en Madrid fue el secretario general de laATE, Juan Horvath. En la oportunidad le pide que reti-re a su organización de la CGT A “para fortalecer la uni-dad del movimiento obrero”, solicitud a la que accede;no así su representante en la central combativa y pro-secretario de finanzas del gremio, Pedro Avellenada.15

Durante estos acontecimientos habrá un ausente:Vandor había sido asesinado a fines de junio, al pocotiempo de un encuentro secreto que mantuvo conPerón, en el mes de abril, en el pueblo Vasco de Irun.Años más tarde, en enero de 1973, Perón relata en unanota publicada en el diario peronista Mayoría: “Yo ledije: a usted lo matan; se ha metido en un lío que a ustedlo van a matar. Lo mataban unos o lo matan otros, por-que él había aceptado dinero de la embajada americanay creía que se los iba a fumar a los de la CIA. ¡Hágameel favor! Le dije: ahora usted está entre la espada y lapared: si usted le falla al Movimiento, el Movimiento lomata; y si usted le falla a la CIA, la CIA lo mata. Meacuerdo que lloró. Le dije usted no es tan habilidosocomo se cree, no sea idiota, en esto no hay habilidad,hay honorabilidad, que no es lo mismo”.

En octubre de 1969 la CGT A da a conocer el Docu-mento presentado al Plenario Nacional de Córdoba conmotivo del levantamiento del paro nacional de 36 horas

15 Parcero, Daniel. Historias Recuperadas de la ATE; N° 8. "Pedro Avellaneda:de enfermero del Borda a la CGT de los Argentinos". ATE, Buenos Aires,2015.

59

que debía realizarse los días 1 y 2 de octubre, en el quemanifiesta “que la mayoría de los trabajadores argenti-nos han sido nuevamente defraudados”.

En su exposición, el sindicalismo combativo endure-ce su postura frente a la burocracia tradicional y obse-cuente:

“Para contestar este fraude es que estamos aquí convo-cados. A los hombres de la C.G.T. DE LOS ARGENTINOSno nos llama la atención este hecho porque hace añosque venimos denunciando y señalando al equipo de trai-dores que, desde 1956 están atados al carro del régimenoligárquico, y que son siempre oficialistas de los gobier-nos de turno. Hoy se llaman “LOS 20”, ayer Azopardo yNueva Corriente, pero con distintos nombres son loscolaboracionistas y participacionistas de siempre, queestuvieron desde el primer momento con el señor Onga-nía y a quien algunos públicamente le llaman “el Jefe dela Revolución (“Clarín” 11-2-69).

Hoy están tratando de conformar una central obrera ofi-cialista, domesticada y dócil a los designios del régimeny en esa pendiente seguirán traicionando hasta el fin,porque esa es la única forma en que pueden seguir usu-fructuando los millones. Por eso ofrecen a la dictadura larendición incondicional del Movimiento Obrero. Este es elpapel que representan los traidores en posiciones surgi-das de acuerdos entre sindicalistas oligarquizados ymilitares gastronómicos, que intentan poner la lápida aeste proceso de lucha por la liberación nacional.

Lo que está en crisis entonces no es la conducción delMovimiento Obrero Nacional, sino esa forma pactista deconducir a los trabajadores. La auténtica y legítima

60

representación de los trabajadores está en quienes sonleales a las bases, leales al destino de la Patria; no estáni ha estado nunca en quienes han hecho de la concilia-ción con los enemigos históricos de la Nación su modo deoperar y encaramarse circunstancialmente al frente deorganizaciones sindicales.

Por eso es que los representantes de los trabajadoresque aquí nos reunimos, tenemos que eliminar para siem-pre de nuestras filas a todos los que permanentementehan pactado con el régimen despreciando la voluntadsoberana de los trabajadores. La traición consumadajustifica nuestra dureza; los compañeros que han dadosu vida o su libertad obligan a nuestra decisión.(...)”

Unos párrafos más adelante hacen una precisa rei-vindicación de las víctimas del régimen, esos clarosexponentes de la lucha emprendida sin concesiones,entre los que se encontraba el dirigente platense de laATE.

“El pueblo combatiendo en las calles nos reitera que nue-vamente ha llegado la hora de los pueblos en nuestraPatria y que el dilema que se dilucida es de colonialismoo liberación. La lucha y los ideales que defendieron Feli-pe Vallese, Santiago Pampillón, Hilda Guerrero, JuanJosé Cabral, Adolfo Bello, Máximo Mena, Emilio Jáure-gui –para nombrar sólo a los más recientes mártirespopulares– y cuantos como ellos fueron asesinados porel régimen, no será interrumpida. La sangre derramadano será negociada, como no podrán ser negociadosnuestros compañeros Raimundo Ongaro, Jorge Di Pas-cuale, Agustín Tosco, Hugo Maldonado, José Gutiérrez,Elpidio Torres, Jorge Canelles y todos los presos socia-les que padecen la cárcel y la persecución y todos los

61

compatriotas que afrontan el exilio por no ser cómplices,por no entregarse, por seguir siendo leales a su pueblo yseguir conduciéndolo a la victoria.

A todos ellos sólo los podemos liberar y sólo los podre-mos recuperar para su Patria combatiendo de frente y enlas calles y no con acuerdos y pactos con la dictadura”.

Resumen su posición en los siguientes puntos:

1) El Consejo Directivo de la C.G.T. de los Argentinos rati-fica el programa del 1° de Mayo de 1968 como banderade lucha de los trabajadores argentinos y ratifica los 10puntos del Mensaje del compañero Raimundo Ongarodel 27 de agosto de 1969.

2) El Consejo Directivo de la C.G.T de los Argentinos ylas organizaciones que la componen ratifican la declara-ción del paro de 36 horas con movilizaciones en fecha acoordinar con las Regionales del Interior.

3) Para garantizar por su parte, el cumplimiento de estecompromiso, el Consejo Directivo de la C.G.T. de losArgentinos ratifica la existencia de sus estructurasdonde las hubiera bajo su nombre, y al mismo tiempoapoya decididamente las formas de coordinación parala lucha que establezcan los compañeros de las regiona-les combativas del interior, con los que coordinaremos através de nuestra Comisión de Enlace.

4) La unidad debe ser en la lucha, desde las bases y sintraidores.

5) La lucha no termina con el paro de 36 horas, a partirde este plenario debe convenirse un Plan de Acción, de

62

movilización contra la dictadura militar y hasta alcanzarla liberación nacional.

6) Movilización y lucha contra la violencia del régimen.–Por el levantamiento del estado de sitio. –Por la libertadde todos los presos sociales. –Contra la racionalizacióny la entrega. –Contra las paritarias fraudulentas. –Por el 40% de aumento. –Contra la dictadura militar, por laliberación nacional.

Luego del Cordobazo, Onganía es depuesto por ungolpe interno de las Fuerzas Armadas y lo sucede Mar-celo Levingston, un hombre sin capacidad de liderazgoni maniobra en las filas militares. Se sucede el segundoCordobazo y es desplazado por el General Lanusse, artí-fice –con aspiraciones personales– de la transición haciala democracia planificada con el Radicalismo del Pueblo,liderado por Ricardo Balbín, quien coloca en el Ministe-rio de Interior a Mor Roig. Será entonces cuando tomavida el Gran Acuerdo Nacional, estrategia que finalmen-te será desbaratada por Perón, a pesar de los intentos delos interlocutores residentes en el país que él mismodesignara, desde su delegado personal, hasta aquellasegunda Comisión Pro Retorno.

Lanusse, viendo que no tenía posibilidad de dar mar-cha atrás, encuentra una salida institucional en la con-vocatoria a elecciones, sin dejar de lado sus expectativasde ser una alternativa electoral. Pero al sentirse “mano-seado” por la visión táctico estratégica del líder exiliado,le impone una cláusula restrictiva por la que se lo inti-maba a presentarse en el país en una fecha inmediata,el 22 de agosto, en caso de querer candidatearse.

63

Perón vuelve el 17 de noviembre y el día 25 reúne enel Restaurante Nino de la Capital porteña a represen-tantes de veintiocho partidos políticos, algunos de ellosprovinciales, entre los que se destacaban el jefe de laUCR, Ricardo Balbín; Horacio Sueldo, del Partido Revo-lucionario Cristiano; Claudio Sagol, del PI, en nombrede Oscar Alende y Héctor Sandler, por Udelpa. Todosellos formaban parte del agrupamiento político conoci-do como Hora de los Pueblos, que el 11 de noviembre de1970 emite un documento denominado “La hora delpueblo”, exigiendo elecciones inmediatas, sin exclusio-nes y respetando a las minorías.

Al momento de los discursos nadie moverá la lenguapara reclamar que aquel decreto de facto sea derogado,ni para pronunciarse en contra, salvo el historiador Abe-lardo Ramos, referente del Frente de Izquierda Popular,quien sostuvo la necesidad de movilizarse inmediata-mente, propuesta que ni siquiera pasó a considerarse.Perón retornará a España con una nueva estrategia ensu tablero, pensada para su regreso definitivo.

Antes de la proclamación de José Cámpora comocandidato del Justicialismo, Maldonado visitará al Dr.Oscar Bidegain, radicado en Azul, con intención deincorporarlo a la Comisión Pro Retorno. “Perón ya lotenía en la mira para ocupar una función importante y selo había adelantado antes de que el peronismo volvieraal poder”. Desde entonces mantuvieron una relaciónpolítica de compañeros, sostenida en la incondicionalmilitancia que desplegaron.

“Es así que cuando se hace cargo de la Gobernaciónel 25 de mayo del 73, un grupo de compañeros habíatomado un sector de Minoridad por distintas cuestiones

64

que no conformaban. En ese momento me llama y mecomenta la situación. Me transmite su decisión de notomar medidas de desalojar y menos que pudieran poneren riesgo a menores. Y que consideraba una buena res-puesta comunicar mi nombramiento al frente del áreacomo interventor. Le dije que sí y fui a hacerme cargo conun grupo de compañeros de ATE en medio del quilombo,y cuando entramos al salón donde estaba la ocupacióny varios cumpas armados, uno de ellos dio la bienveni-da, dijo ‘Bueno, llegó Maldonado’, cantaron la Marcha yse fueron. Y ahí permanecí hasta que Oscar tuvo quedejar el cargo a pedido de Perón. Por su decisión fuiDirector General de Minoridad, con 10 mil internados,100 institutos, 5 mil empleados, algo más que un Minis-terio, con presupuesto enorme y acorde”.

Maldonado sería uno de los cuadros dirigentes apun-tado por Bidegaín a la estructura que pasará a liderar elDr Floreal Ferrara, una vez puesto en funciones al fren-te del Ministerio de Salud Pública y Acción Social y encuyo ámbito desplegará un accionar programático ymetodológico diseñado junto a jóvenes mayoritariamen-te referenciados en la izquierda peronista, y cuyas ini-ciativas despertaron la rápida reacción del ala opuestadel peronismo provincial que se encolumnaba tras elvice gobernador Victorio Calabró.

Maldonado recuerda que “Luego, el 19 de enero del74, el Ejército Revolucionario del Pueblo toma el Regi-miento de Azul con un grupo de 80 guerrilleros en unintento frustrado por hacerse de armamento. Y Perónque sale a decir que ‘parece que hay una indolencia cul-posa en la Provincia de Buenos Aires’, cargando la res-ponsabilidad sobre Bidegain; y deja la Gobernación enmanos del vice, Vitorio Calabró, a partir del 24 de enero

65

de 1974”. Calabró era el tesorero de la UOM nacional,un hombre de marcada inclinación al ala derecha delperonismo.

Continúa Maldonado: “Perón en el 55 había decididodar un paso al costado; pudo haber resistido pero hubie-ra sido una masacre. Sabía que el problema era él y queuna revolución no puede ser permanente, creo que esta-ba vencido. Y cuando vuelve comete un grave error alinstalar como figura clave a su secretario personal LópezRega, comenzando por restituirle el grado policial queuna vez había tenido, ascenderlo a comisario general ycolocarlo de ministro en un área clave. Un tipo de unagran habilidad para incidir en su círculo más cercano yen cuestiones de Estado”.

“Cuando se decide la candidatura de Isabel en aque-lla reunión, Atilio Borceguini, un tipo del riñón de Perón,lo interpela sobre el porqué de esa designación. Le con-testa que era mejor tenerlo al lado y que él tenía una listade quienes asumían determinadas responsabilidadespor un tiempo, a lo que agregó sonriendo ‘Todo a sumedida y armoniosamente, porque yo necesito seismeses para ordenar cuestiones centrales del país en elmarco internacional. Mientras, no voy a distraerme enotras situaciones’. Y apenas cumplido ese lapso murió,pero alcanza a dejar su mensaje liminar, para que nadiese equivoque: ‘Mi único heredero es el pueblo’”.

Maldonado señala que “Lopecito había llegado aMadrid entre un grupo de colaboradores a pedido deFranco, que debía garantizar que no le fuese a pasarnada a Perón, porque sabía que era un paquete pesado.Junto al coronel retirado Jorge Oscar Montiel, un peronis-

66

ta de la primera hora,16 debían ir once oficiales más. Perocomo Montiel recién se había casado con una mujer quetrabajaba en la Embajada Argentina en Paraguay, en sureemplazo y por sugerencia del juez Julio César Urien,irá Lopez Rega. A partir de ahí hace toda la tramoya con-venciéndolo que era el más leal de su entorno”.

En realidad ‘Lopecito’ e Isabel se habían conocidocuando ella vino al país en 1965 y se alojó en el AlvearPalace. Urien se lo presenta como el ‘Hermano Daniel’,hombre de su confianza en la Logia ANAEL para atenderlas necesidades del General, ya que se había anoticiadoque acababa de despedir a su secretario, de origen chi-leno, al descubrir que el hombre servía a la CIA. Urienpresidía aquella logia –Asociaciones Nacionales Argenti-nas en Liberación–, que también integraban López Regay otra figura militar de íntima confianza de Perón, elTeniente Bernardo Alberte. Funcionaba en el mismolugar que una pequeña imprenta llamada SuministrosGráficos ubicada en la calle Salguero, donde trabajabaLópez Rega. El taller gráfico comenzó a imprimir todo elmaterial de los sindicatos del movimiento peronista.

A mediados de los años 40, Urien había pergeñadouna teoría que hacía referencia a América Latina, Asia yÁfrica, a la que “inocentemente” en su origen denominóTriple A. El tema había concentrado la atención dePerón, y una vez en marcha la revolución que lo tuvieracomo figura central, mantuvo reuniones con él en su

16 El Coronel Montiel era jefe de la Superintendencia de Seguridad Metropo-litana (Coordinación Federal) en 1973. Al momento de su desaparición, en1975, investigaba a la Triple A desde la Secretaría de Inteligencia del Estado(SIDE) en pleno accionar de aquella banda parapolicial comandada por LópezRega.

67

departamento de la calle Posadas al 1500 donde vivierajunto a Evita.

En 1964 el esotérico juez había publicado La razóndel Tercer Mundo; y un año después aparece El TercerMundo en acción, donde describe al “vértice del triángu-lo de la triple A, como la piedra fundamental que ha sidocolocada a orillas del Río de la Plata, y en el que desem-bocarán a través de sus aguas las fuerzas telúricas delalma americana”.

Para Urien la ANAEL representaba “una fuerza espiri-tual que ha comenzado a estructurar el Nuevo Mundo através de las Asociaciones Nacionales aquí, en nuestropaís, y que se traducirán en Asociaciones Nacionales deLiberación africanas, árabes y asiáticas, entablando unalucha emancipadora de los pueblos –el hijo– contra el pa-triarcalismo devenido en el imperialismo económico sinár-quico –el padre–”. De ello se trataba ‘la filosofía aneleana’.

Para diciembre de 1973, en su nueva obra El caminodel hombre, editado por la Logia en la colección Triple A,Urien sostiene que “Perón desde Argentina es el estan-darte del Tercer Mundo y vanguardia, junto a los movi-mientos de liberación africana y del Asia en liberacióncomo una nueva fuerza espiritual que ha comenzado aestructurarse”. En aquellos días, el ‘Hermano Daniel’ yaestaba por acceder al primer plano del Ministerio deBienestar Social y aquella Triple A, se transformaría enla Alianza Anticomunista Argentina, un instrumento delterror del Estado planificado desde la misma sedeministerial que regenteaba.17

17 Parcero, Daniel. "Ideales Sueños y Esperanzas"; reportaje a Julio Yessi,2005. Urien, Julio C. El camino del hombre. La liberación del tercer mundo.

68

Al año siguiente, 1974, Maldonado vivía en Calle 8 Nº1790, en la que junto a su familia será protagonista deun preaviso intimidatorio: “Cuando estábamos compar-tiendo la cena, desde la calle nos tirotearon la casa. Cin-cuenta y dos balas dieron en las paredes dejandotestimonio del atentado”.

A mediados de octubre de 1975, Horvath había regre-sado de su viaje sindical por Europa y retoma las rien-das del CDC durante la reunión de Consejo del 13 dediciembre. Las relaciones con el gobierno de Isabel, másprecisamente con el Ministerio de Trabajo conducidopor Carlos Ruckauf, no eran nada alentadoras. Justa-mente el Consejo acaba de notificarse de la Resolución94/75, que marginaba a ATE y a UPCN de toda repre-sentatividad en el ámbito de los organismos asisten-ciales del Estado al servicio Salud Pública. “El hechoconstituye un agravio gratuito a nuestra organización. Laactitud es propicia a los intentos de desarticular a lastradicionales organizaciones que representan a los tra-bajadores estatales” reconoce el ultraverticalista titularde la ATE.18

El Consejo trata además la situación por la que atra-vesaba la seccional San Luis, desde donde habían llega-do comentarios sobre su adhesión al Partido Auténtico.Para Horvath, con los ánimos exasperados por esta“alarmante” noticia, el hecho “demostraba un comporta-miento contrario a lo oportunamente acordado”19 por lo

Ed. A.N.A.E.L. Colección la Triple A. Buenos Aires, 1973. Vicens, Luis. Lopez-rreguismo y Justicialismo. Cid Editor, 1984.18 Juan Horvath. Testimonios al autor. En: Parcero, Daniel. Historia de ATE.Vol. 3, "Unidad y participación. Los trabajadores del Estado en los tiemposde Perón. (1943-1955)". CTA Ediciones, Buenos Aires, 201419 Idem.

69

que dispone viajar inmediatamente a la provincia pun-tana para su intervención, tarea que recae en el secre-tario general de La Plata y gremial del Consejo Nacional,Hugo Maldonado. La designación implicaba también unmodo de alejar al dirigente platense de la posibilidad deuna tragedia que pudiera cobrarse su vida. Maldonadocumplirá la gestión normalizadora en poco tiempo, paraluego regresar a su hogar y al gremio.

La cárcel y el después

El 23 de marzo del 76, horas antes del golpe militar,Hugo Maldonado es detenido sin causa ni proceso, per-maneciendo preso durante tres años. Su primer destinoserá la Comisaría 8° de la Ciudad de las Diagonales.

“Antes de ir a la Unidad 9 nos levantan a tres. Dechico trabajé en un taller eléctrico y mi olfato sobre elozono es perfecto. Entro vendado a un lugar y siento lamáquina de la tortura. Acá nos hacen goma, pensé, aun-que si me hubieran querido matar ya lo habrían hecho.Bueno, vino la tortura y después de gritar hasta no darmás, pararon con el tormento. Después nos llevaron aPunta Lara donde hubo un simulacro de fusilamiento yde allí a la Unidad 9”. Allí conocerá al joven militante dela Juventud Peronista. Hugo ‘Cachorro’ Godoy’, otro delos 1700 presos que habitaban el penal.

“Me conceden la libertad el 23 de diciembre del 78,pero mi salida se demoró por una confusión, porque noera el único Hugo Maldonado en la prisión. Recién me laotorgan el 20 de enero del año siguiente a pedido de unjuez federal, que agregaba que me liberaran de día demodo de evitar algún hecho confuso que pusiera en ries-

70

go mi vida. Me largaron con la condición de que no mequedara a menos de ochocientos quilómetros de La Plata,con la obligación de alejarme en cuarenta y ocho horas”.

Antes del obligado exilio interno, Maldonado tuvotiempo de hacer una visita. “Una de las primeras cosasfue ir a visitar a Balbín a su casa de la Calle 49, parasaludarlo y agradecerle. Porque yo en mi detención com-partí la cárcel con varios compañeros peronistas, perotambién con radicales; y Balbín, con el que ya había teni-do trato anteriormente, cuando reclamaba lo hacía portodos, no solo por sus correligionarios. Él me aconsejoque partiera pronto, que las cosas en La Plata no esta-ban para quedarse tranquilo y me vine para Jujuy”.

El sobrino de Hugo, Daniel Maldonado, recuerda:“Doy fe de ello porque mi padre estaba a su lado, ayu-dándolo a empilcharse y a hacer las valijas para el viaje.Mi tía, su segunda esposa, era de Jujuy, y ella ya habíaviajado con mis dos primos a estos pagos donde consi-guió empleo como directora de un hogar de ancianos enTilcara, a tiempo completo. Y hacia aquí también viajóHugo.

Una de sus primeras entrevistas políticas fue con el exgobernador jujeño Carlos Snopek, depuesto con el golpemilitar de 1976. Era uno de aquellos referentes peronis-tas a los que el tío le hiciera llegar el mensaje de Perónque difundió la nueva Comisión Pro Retorno, cuando erauno de los organizadores del Partido Justicialista duran-te el período en que estuvo prohibido”.

Hugo Maldonado continúa su relato: “Snopek merecomienda como decía Perón, ‘desensillar hasta queaclare’ y le hago caso. Comencé haciendo trabajos de

71

mantenimiento y reparación de equipos de odontología.Hasta que un amigo, el ingeniero Pantaleón, hermanodel ‘Pato’Javier, cantante y bombista de Los Cantores delAlba, me pone al tanto de que se abría un concurso paraocupar una vacante como jefe de personal de la DirecciónHidráulica. Pero debía presentar una declaración pron-tuarial que había que tramitar en sede policial. Titubeéen hacerlo por mi detención como preso político durantetres años, pero fui. Para mi sorpresa no había saltadonada, el certificado que me dan decía: ‘No registra ante-cedentes penales ni policiales’. Claro, un sinfin dedetenciones, casi cuatro años consecutivos preso, perocon una salvedad: nunca había sido procesado. Siempreestuve a ‘disposición del PEN’, calificación que no cons-taba en el certificado, de modo que pude ser jefe de per-sonal de la Dirección Hidráulica. Llegada la democracia,siendo Snopek el gobernador de Jujuy, entré de Tesore-ro del gobierno provincial. Él me convoca para ofrecermeel puesto, yo le digo que no era contador y me responde:‘Yo no busco un contador, busco a alguien que tenga pro-funda vocación social y sentido social de la funciónpública. No alguien que venga a hacer números, sino quesepa dónde priorizar el gasto; y fundamentalmente quesea honesto. Usted es la persona que yo necesito paraocupar este lugar’. Permanecí como Tesorero Generalaquellos cuatro años luego de recuperarse la democraciay los cuatro años siguientes, durante la gobernación deDaparisi, el sucesor de Snopek.

En aquella función, para mí lo primero fue pagar lossueldos; segundo, distribuir a los municipios del interiorla coparticipación; tercero, atender las necesidades hos-pitalarias; cuarto, las partidas presupuestarias para elcombustible de ambulancias y policías; quinto, lo corres-pondiente para atender la alimentación de los presos.

72

Nunca hubo un solo reclamo. Afronté la hiperinflación del88/89 con doble moneda. Los empleados de la Provinciano dejaron nunca de percibir sus haberes, no faltaroninsumos básicos en ninguna repartición oficial y me jubi-lé en el cargo”.

Antes de asumir sus funciones, con la llegada delproceso de democratización sindical inmediato a larecuperación de la democracia, Maldonado no dejó devisitar su segundo hogar en la provincia norteña paracontribuir militantemente en aquel proceso. “ATE fun-cionaba en el Barrio Parque Mariano Moreno. Llegado elmomento, las elecciones en el sindicato jujeño fueronreñidas. Los resultados no fueron muy claros y la con-ducción nacional, recuperado el gremio por la agrupaciónANUSATE que lideraba Víctor De Gennaro que le habíaganado a la burocracia de Juan Horvath, determina laintervención. Es cuando me nombran para que proceda ala normalización. Se presentan dos listas y gana por 100votos un compañero municipal de pocas luces. El buendesarrollo de la seccional no estaba asegurado. Me costóun poquito, pero logré convencer al compañero de ir anuevas elecciones en las que se impuso la otra lista por32 votos”.

73

74

1967. A la derecha Maldonado durante su gestión como secretario general deATE La Plata

1973. Segundo desde la derecha: Maldonado cuando era Directos General deMinoridad

75

Primer Congreso de Trabajadores Agrarios afiliados a ATE

1973. A la derecha. Apadrinando a una menor internada en el día de sucasamiento

76

Sin Fecha. En el centro Maldonado durante el Congreso de ATE en el Hotelde los Trabajadores de Sanidad en Córdoba, representando a la Seccionalplatense.

77

S/F. Apadrinando un casamiento de chicos fronterizos cuando era Directorde Minoridad.

S/F. A la izquierda en un acto en el Instituto de Menores platense junto algobernador Oscar Bidegain

78

S/F. En una charla en el IOMA junto al secretario de Acción Social, cuandoera Secretario General de la ATE platense.

S/F. En otra actividad en el IOMA junto al secretario de Acción Social, sien-do Secretario General de la ATE platense.

79

Colección Historias Recuperadas de ATE

Títulos publicados

Fascículo N° 1 Carlos Xamena. Enfermero salteño de la ATE y primer gober-nador obrero. Parcero, Daniel. CTA Ediciones, Buenos Aires,junio 2016

Fascículo N° 2 Héctor “la perra” Castro. ATE, el Cordobazo y después…Parcero, Daniel. CTA Ediciones, Buenos Aires, abril 2016

Fascículo N° 3 Sebastián Lúgaro y la “Sección de Hierro”. Historia fundacio-nal de ATE Concepción del Uruguay (4-12-1926). Parcero,Daniel. CTA Ediciones, Buenos Aires, noviembre 2016

Fascículo N° 4Rosalía Figueredo de Méndez. Delegada Hospitalaria de ATE.De perseguida por la ‘fusiladora’ en Gualeguaychú a militantesocial en Victoria. Parcero, Daniel. CTA Ediciones, BuenosAires, marzo 2017

Fascículo N° 5 Antonio Ferrari. Un pintor de brocha gorda de la ATE, desdeLa Pampa al Senado Nacional. Parcero, Daniel. CTAEdiciones, Buenos Aires, abril 2017

Fascículo N° 6 Libertario Ferrari. Peón del gas y llama del 17. Parcero,Daniel. CTA Ediciones, Buenos Aires, junio 2017

Fascículo N° 7 René Hechem. Estatal rionegrino, legislador “a medias” y

patriota total. Parcero, Daniel. CTA Ediciones, Buenos Aires,septiembre 2017

Fascículo N° 8 Pedro Avellaneda. De delegado del Borda a la CGT de losArgentinos. Parcero, Daniel. CTA Ediciones, Buenos Aires,febrero 2018

Fascículo N° 9Luis Vidal Osorio y Rogelio Guanuco. Pioneros de ATE RíoTurbio en los socavones de Perón. Parcero, Daniel. CTAEdiciones, Buenos Aires, Agosto 2018

80