La Orden de Calatrava, sus orígenes y su inserción en el territorio...
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UNIVERSIDAD DE JAÉN Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Trabajo Fin de Grado
La Orden de Calatrava, sus orígenes y su inserción en el
territorio del Campo de Calatrava
(1158-1212)
Alumno/a: José Ramón Lerma Moreno Tutor/a: Prof. Dña. Irene Montilla Torres Dpto.: Patrimonio Histórico
Junio, 2018
pág. 2
Índice
I. Resumen y palabras clave…………………………………………….5.
I.1. Abstrat and key words…………………………………………………...5.
1. Introducción……………………………………..…………………………..6.
1.1. El surgimiento de la espiritualidad militar…………………………………..6.
2. Enclave geográfico del Campo de Calatrava…………………………8.
2.1.Geomorfología del Campo de Calatrava…………………………………….9.
2.2.Vegetación del Campo de Calatrava………………………………..…….....9.
2.3.Fauna del Campo de Calatrava………………………………………..……10.
2.4.Climatología del Campo de Calatrava……………………………………...11.
3. Los comienzos de la Orden de Calatrava…………………………….12.
3.1.Origen y circunstancias de la creación de la Orden de Calatrava…………..12.
3.2.La elección del modelo cisterciense………………………………………..14.
3.3.Irregularidades en la fundación del convento de Calatrava………………...15.
3.4.El proceso de normalización cisterciense…………………………………..17.
4. Simbología de la Orden de Calatrava…………………………………20.
4.1.La imagen del freire calatravo…………………………………………...…22.
4.1.1. El aspecto externo del freire calatravo……………………………..24.
4.1.2. El concepto del cuerpo en la Orden de Calatrava………………….27.
5. Normas y usos de los freires calatravos………………………………28.
5.1.Fuentes para el estudio de la vida en la Orden de Calatrava………………..28.
5.2.Fratres y militia…………………………………………………………….29.
5.3.Propósito para la creación de la Orden de Calatrava……………………….30.
5.4.La vida en la Orden de Calatrava…………………………………………...30.
pág. 3
6. Jerarquía dentro de la Orden de Calatrava (1158-1212)…………34.
6.1.Dignidades y cargos en la Orden de Calatrava………………………….…..35.
7. Encomiendas de la Orden de Calatrava (1158-1212)……………..37.
7.1.Principales vías de adquisición de patrimonio de la Orden de Calatrava
durante el período 1158-1212…………………...………………………….37.
7.2.Procedencia y tipología de los bienes adquiridos por la Orden de Calatrava
entre 1158-1212………………………………………..…………………..38.
7.3.Encomiendas de la Orden de Calatrava durante el período 1158-1212……..39.
7.3.1. Encomiendas del Campo de Calatrava……………………………..39.
7.3.2. Encomiendas de las tierras toledanas………………………………42.
7.3.3. Encomiendas de la provincia de Guadalajara……………………...47.
7.3.4. Otras encomiendas de la Orden de Calatrava……………………...48.
8. Estructura económica de la Orden de Calatrava………………….50.
8.1.El modelo económico cisterciense entre los siglos XII-XIII……………….50.
8.2.El modelo cisterciense en la Orden de Calatrava……………….…………..51.
8.3.Actividades de explotación del medio físico……………………………….52.
8.3.1. La ganadería………….………………………………………….…52.
8.3.2. La agricultura………………….…………………………………...53.
8.3.3. La explotación del monte y del bosque……………..………………54.
8.4.La explotación de los recursos fluviales……………………………………55.
8.5.La explotación de los recursos minerales…………………………………..56.
8.6.Actividades de transformación……………………………………………..57.
8.6.1. Molinos hidráulicos………………………………………………..57.
8.6.2. Hornos de pan……………………………………………………...58.
8.6.3. Otros medios de transformación de las materias primas……..……..59.
8.6.4. Actividades artesanales……….………………….………………...59.
8.7.Comercio…………………………………………………………………..60.
8.7.1. La red viaria en el Campo de Calatrava……………………………60.
8.7.2. Lugares destinados al intercambio comercial……………….……..62.
8.7.3. El comercio como mecanismo para la generación de rentas…….…63.
pág. 4
9. Actuación de la Orden de Calatrava en la defensa de la frontera
castellana durante los siglos XII-XIII…………………..……………..65.
9.1.La protección militar en la frontera……………….………………………..65.
9.2.Colonización del espacio fronterizo……………..……..…………………..67.
9.2.1. La colonización del Campo de Calatrava……………….………….68.
10. La Orden de Calatrava en la batalla de las Navas de Tolosa……70.
10.1. Guerra y batalla en la Edad Media.……….…………………………….71.
10.2. La vinculación entre Alarcos y la Navas de Tolosa…………………….73.
10.3. La batalladle las Navas como “solución final” y “remedio de paz”…….73.
10.4. Las mesnadas de las Ordenes militares en las Navas de Tolosa………..74.
11. Conclusiones……………………………………………………………….76.
12. Bibliografía………………………………………………………………...78.
12.1. Páginas web consultadas.………………………………………………80.
12.2. Videografía……………………………………………………………..80.
II. Figuras………………………………………………………………...…81.
pág. 5
Resumen y palabras clave (Abstrat and
key words).
En este trabajo se abordará la creación y constitución durante los siglos XII-XIII
de la primera Orden de carácter monástico-militar en el territorio de la Península Ibérica:
la Orden de Calatrava.
No se trata de un estudio que profundice de una forma exhaustiva en el proceso
de su creación, pero sí se pretende que sirva como guía a un primer acercamiento a la
idiosincrasia de la Orden de Calatrava.
Abordaremos el motivo de su fundación, así como los diversos avatares hasta
que entran bajo el paraguas de la Orden Cisterciense: sus principales cargos jerárquicos,
su simbología, sus posesiones, etc.
Estos procesos se encuadran en un marco cronológico concreto, que comprende
desde su creación en 1158, hasta la batalla de las Navas de Tolosa en 1212.
Palabras clave: Ordenes Militares, Encomienda, Maestre, Fratres, Freire,
Cluny.
I.1. Abstrat and key words.
In this work the creation and constitution during the XII-XIII centuries of the
first monastic-military Order in the territory of the Iberian Peninsula will be addressed:
The Order of Calatrava.
It is not a study that deepens in a comprehensive way in the process of its
creation, but it is intended to serve as a guide to a first approach to the idiosyncrasy of the
Order of Calatrava.
We will approach the reason for its foundation, as well as the various avatars
until they come under the umbrella of the Cistercian Order: its main hierarchical
positions, its symbols, its possessions, etc.
These processes are framed within a specific chronological framework, from its
creation in 1158, to the Battle of Las Navas de Tolosa in 1212.
Keywords: Military Orders, Encomienda, Maestre, Fratres, Freire, Cluny.
pág. 6
1. Introducción.
En esta introducción trataremos de hacer un primer acercamiento al surgimiento
de la espiritualidad militar, paso que hay que considerar previo al análisis de la
constitución de la Orden de Calatrava (fig. 1).
Las Ordenes Militares conforman un tema de gran interés histórico e
historiográfico, tanto para expertos, investigadores y estudiosos de la materia, como para
estudiantes y público en general, que, sin situarse en el ámbito académico, se interesan
cada vez más en la materia. Es probable que esto se deba a que se trata de instituciones
con unas particularidades muy marcadas y totalmente alejadas del horizonte cultural y la
sensibilidad colectiva que tenemos en la actualidad. A esto podemos añadir el éxito
político y económico que las Ordenes Militares tuvieron bajo el auspicio de reyes y
papas1.
Las Ordenes Militares en la Península Ibérica aparecen a lo largo del siglo XII,
y lo hacen como instituciones de carácter religioso y con una más que evidente proyección
militar. Sus miembros -conocidos como freires- se encuentran sujetos a la disciplina y los
votos monásticos, pero sin renunciar al servicio a las armas, fundamental para la defensa
de la Iglesia contra sus enemigos, en el caso de la Península Ibérica, los andalusíes.
1.1. El surgimiento de la espiritualidad militar.
Como factores concretos que explican el nacimiento de las Ordenes Militares
podemos hablar de varios de ellos:
-Un nuevo monacato, que nace en Occidente entre los siglos X y XI, que le da
un nuevo giro a la religiosidad monástica. Comunidades como Cluny podían elegir a su
propio abad, y con la excusa de su dependencia directa de Roma, se deshacían del poder
de las jurisdicciones episcopales. Puesto que -salvo excepciones- los monjes de estas
Ordenes procedían de la aristocracia militar, se acabaron imponiendo sus modos en los
claustros de las abadías, incluso adoptando el lenguaje militar en los textos y sermones
salidos de éstos. Así, la Orden cluniacense, que es tomada como paradigma del monacato
1 Martínez de Ayala, C. (2007). Las órdenes militares hispánicas en la Edad Media (Siglos XII-XV).
Madrid. España. Marcial Pons Ediciones de Historia, S.A. Pág. 9.
pág. 7
renovador, contribuye de manera decisiva a promocionar la imagen del noble monje-
guerrero2.
-A finales del siglo XI -y posiblemente en gran medida influido por el
reformismo espiritual cluniacense (fig. 2)-, el Papa Urbano II hace un llamamiento a la
cruzada en Clermont, en 1095, en la que se daría perdón apostólico a todos aquellos que
acudieran a Tierra Santa en peregrinación con el fin de defender a la Iglesia Universal.
Fue sobre este discurso sobre el que se forja el movimiento cruzado, además de la
construcción de un nuevo modelo de sociedad, un feudalismo cristianizado. Se trataba de
hacer ver que la violencia encauzada para los intereses de la Iglesia estaba justificada y
además traía beneficios, tanto espirituales -pues convertían al guerrero en un campeón al
servicio de la causa justa de la Iglesia, acercándolo en virtud al monje- como materiales,
puesto que se podían obtener ventajas de este tipo de la expansión y consolidación de las
fronteras cristianas en Tierra Santa. A esto hay que añadir la proliferación de nuevos
cultos de los freires guerreros, como el que se realiza a san Jorge, o la reactivación de
cultos más antiguos, pero también en el marco del ámbito militar, como el del apóstol
Santiago3.
Así hacia 1100, y prácticamente durante toda la primera mitad del siglo XII, toda
Europa occidental se encuentra sumida en una guerra “justa” contra los enemigos de la
Iglesia, principalmente el islam.
2 Ibid. Pág. 16.
3 Ibid. Pág. 19.
pág. 8
2. Enclave geográfico del Campo de
Calatrava.
Calatrava se sitúa en el Campo de Calatrava, que es una comarca natural e
histórica de Castilla-La Mancha y que ocupa el centro de la actual provincia de Ciudad
Real (fig. 3).
El campo de Calatrava era el núcleo central del dominio de la Orden de
Calatrava. Su extensión comprende, desde el Puerto del Muradal, el actual paso
de Despeñaperros en Sierra Morena, hasta el Puerto de Orgaz o de Los Yébenes, en los
Montes de Toledo. Por el oeste, los dominios calatravos comprendían hasta las tierras de
Chillón, Valdemanco y Navas de Estena, compartiendo términos municipales con el
Arzobispado de Toledo, y más tarde con el ayuntamiento de esta misma ciudad. Por el
este, llegaban hasta los confines con los dominios de las otras Órdenes de San
Juan y Santiago, tal y como fueron determinados por diversas concordias aprobadas ya
en el siglo XIII, cuando la frontera se trasladó a tierras andaluzas después de la batalla de
las Navas de Tolosa4.
La actual Mancomunidad de Municipios del Campo de Calatrava incluye los
municipios de: Aldea del Rey, Almagro, Ballesteros de Calatrava, Bolaños de Calatrava,
Carrión de Calatrava, Calzada de Calatrava, Granátula de Calatrava, Miguelturra, Pozuelo
de Calatrava, Torralba de Calatrava, Valenzuela de Calatrava, Villanueva de San
Carlos y Villar del Pozo5.
La capital histórica del Campo de Calatrava fue Almagro, en competencia con
Ciudad Real, el único lugar de la comarca que no pertenecía a la Orden de Calatrava, sino
a la Corona.
4 Izquierdo Benito, R. (2003). Castilla-La Mancha medieval. Ciudad Real. España. Biblioteca Añil. Pp. 99-
100. 5 www.campocalatrava.es.
pág. 9
2.1. Geomorfología del Campo de Calatrava.
Geomorfológicamente es una región caracterizada por sus cerros de origen
volcánico, y sus lagunas. El Campo de Calatrava se compone de materiales de diferentes
edades geológicas que pertenecen a dos dominios: El Paleozoico de la Meseta, que actúa
de zócalo sobre el que se depositan las distintas series sedimentaras, y la cobertera
mesozoica y terciaria, que recubre con extensiones diferentes la plataforma de La
Mancha.
Deben señalarse la presencia de un interesante complejo volcánico - cuyas
erupciones más importantes tuvieron lugar en el terciario superior - y la serie de
sedimentos cuaternarios relacionados con la actividad fluvial de los principales ríos de la
región: éstos se asocian a terrazas, siendo numerosos los niveles que de los mismos
existen en algunos parajes6.
2.2. Vegetación del Campo de Calatrava.
La fisionomía de la zona se caracteriza por la presencia de terrenos llanos o
suavemente ondulados, con un uso del suelo predominantemente agrícola. Se intercalan
pequeñas «sierras» (Cabeza de Buey, Sierra del Moral de Calatrava, Sierra de San Carlos)
cubiertas por matorral de encina, coscoja y jara en diferente estado de degradación.
En el límite sur del área se sitúan las estribaciones septentrionales de Sierra
Morena Oriental; su cubierta vegetal está caracterizada por la presencia de matorral
esclerófilo típicamente mediterráneo. De este tipo de formación existen muestras
representativas en algunas fincas de caza mayor, en las que la vegetación se conserva en
un estado cercano al primitivo bosque autóctono. La vegetación clímax se correspondería,
de modo general, con las series de los encinares7.
Esta tipología de vegetación podría corresponderse con la vegetación natural
existente en la comarca durante el medievo (fig.4).
6www.mapama.gob.es/es/desarrollo-rural/temas/politicaforestal/16_campos_calatrava_montiel_04_tcm7-
45877.pdf
7http://www.mapama.gob.es/es/desarrollorural/temas/politicaforestal/16_campos_calatrava_montiel_08_t
cm7-45992.pdf
pág. 10
2.3. Fauna del Campo de Calatrava.
Las características climáticas del área favorecen la presencia de numerosos
reptiles. Entre los más abundantes encontramos al lagarto ocelado y a la lagartija ibérica.
Las serpientes que habitan en el Campo de Calatrava se alimentan preferentemente de
micromamíferos y de otros reptiles, y a su vez, son presas potenciales de algunas rapaces,
como el águila culebrera.
Tanto en los siglos XII-XIII, como en la actualidad, las aves rapaces están bien
representadas en el área, con una importante población de águila imperial y águila real.
Otras rapaces como el azor y el búho real son abundantes, en buena medida debido a los
importantes cazaderos de la zona con gran disponibilidad de presas, conejos
principalmente. También nidifican las águilas calzada y culebrera. Las rapaces carroñeras
se observan frecuentemente en la zona sur del Campo de Calatrava. Los córvidos están
representados en la zona, especialmente por grajillas, cornejas, rabilargos y arrendajos.
Entre los paseriformes (aves cantoras) podemos encontrar a los carboneros común,
garrapinos, herrerillo común, capuchino, mitos, currucas cabecinegra y capirotada. Todas
estas pequeñas aves insectívoras, desempeñan un importante papel en el control de las
poblaciones de insectos, que en ocasiones pueden llegar a constituir plagas que afectan a
la vegetación.
La comarca cuenta en la actualidad y contaba en la Edad Media con abundantes
poblaciones de especies de caza mayor, entre las que destacan el ciervo y el jabalí. En
esta zona se mantienen algunos núcleos de lince amenazados por el frecuente empleo de
cepos, lazos y venenos destinados a eliminar alimañas. La presencia de lobos es residual
en Sierra Morena, pues solamente algunos ejemplares se han detectado en las
proximidades de Despeñaperros en años recientes. También están presentes otros
predadores de menor tamaño, como la nutria, el gato montés, el turón o el zorro8.
8http://www.mapama.gob.es/es/desarrollorural/temas/politicaforestal/16_campos_calatrava_montiel_08_t
cm7-45992.pdf
pág. 11
2.4. Climatología del Campo de Calatrava.
En líneas generales, el clima del Campo de Calatrava se corresponde claramente
con su situación geográfica, seco y de temperaturas extremas. Es frío en invierno y
caluroso en verano, aunque debido a la gran variación térmica que se registra en verano,
las temperaturas descienden considerablemente durante la noche y suavizan los rigores
estivales.
Dada su posición meridional en la submeseta sur y su aislamiento interno, la
zona registra escasas precipitaciones (alrededor de 400-500 mm) y una fuerte variación
térmica anual (superior a los 20ºC), debida a los efectos de la continentalidad. Las exiguas
precipitaciones se concentran en invierno, primavera y otoño y presentan un mínimo
acusado en los meses de estío, esto caracteriza un régimen pluviométrico típicamente
mediterráneo, por lo que, podemos clasificar el clima del Campo de Calatrava como seco
o mediterráneo con matiz continental.
La duración del período frío se estableció según el criterio de Emberger, que
considera como tal el formado por los meses con riesgo de heladas o meses fríos, siendo
el mes más frío aquél en el que la temperatura media de mínimas es menor a 7ºC. Según
este criterio, la duración media del período frío está entre 6 y 8 meses (noviembre-abril,
octubre-mayo) en el Campo de Calatrava.
Como período cálido se considera aquél en que las altas temperaturas provocan
una descomposición en la fisiología de la planta o la destrucción de alguno de sus tejidos.
La duración de este período cálido se establece determinando los meses en que la
temperatura media de máximas supera los 30ºC. En el Campo de Calatrava la duración
media del período cálido oscila entre los 2 y 4 meses (julio y agosto; junio-septiembre).
La precipitación media anual oscila entre 419 y 563,7 mm, presentando valores
mínimos en julio y máximos en febrero. Los períodos de máxima precipitación
corresponden al invierno y la primavera, seguidos del otoño, siendo muy escasa la
pluviosidad en verano.
Por lo que podemos decir que, en base a la climatología, el Campo de Calatrava
pertenecería al piso meso-mediterráneo9.
9http://www.mapama.gob.es/es/desarrollorural/temas/politicaforestal/16_campos_calatrava_montiel_03_t
cm7-45819.pdf
pág. 12
3. Los comienzos de la Orden de
Calatrava.
La Península Ibérica es uno de los ámbitos geográficos donde más Ordenes
Militares de carácter peninsular se crean, siendo la Orden de Calatrava la primera en hacer
acto de presencia con su aparición en 1158, ocupando su espacio geográfico la frontera
del reino de Toledo con el imperio almohade de al-Ándalus.
3.1. Origen y circunstancias de la creación de la Orden de Calatrava.
Las circunstancias de la creación de la Orden de Calatrava son -en apariencia-
conocidas por todos gracias al relato que de ellas hace el arzobispo de Toledo D. Rodrigo
Jiménez de Rada.
Según el relato del mismo, se esperaba una acometida musulmana sobre
Calatrava (el arzobispo de Toledo no sitúa cronológicamente el hecho, pero se piensa que
fue abril de 1157, cuando Sancho III estaba en Toledo)10 cuando ésta se encontraba
defendida por la Orden del Temple, que, sintiéndose incapaz de mantener la posesión de
dicha plaza del ataque de los andalusíes, y al no encontrar a ningún señor laico que
quisiera asumir la defensa de la misma, decide abandonarla en manos del rey Sancho III
de Castilla.
La plaza de Calatrava se encontraba en el lugar de tránsito que unía Castilla con
el imperio almohade de al-Ándalus, por lo que tenía una situación estratégica clave para
la defensa del reino de Toledo, además de ser el territorio por donde los musulmanes
lanzaban sus razias.
El problema del abandono de Calatrava por parte de los templarios se resuelve
de forma inesperada por la presencia en Toledo de D. Raimundo, abad de Fitero, y de un
monje de su comunidad llamado Diego Velázquez, que se había criado con el rey Sancho
III. Es este monje quien convence a D. Raimundo para que se haga cargo de la defensa
de Calatrava. Junto a esto, el arzobispo de Toledo, concede indulgencias a cuantos
participen en dicho evento, además de apoyo material. Así pues, mientras la ciudad se
10 Nota a pie de página en Ayala, (2007), pág. 67.
pág. 13
volcaba con los religiosos para su salvaguarda, el rey Sancho III concedía en enero de
1158 la villa y el castillo de Calatrava al abad y al monasterio de Fitero11.
De Rada nos cuenta en su crónica que, finalmente, el ejército almohade no se
presentó en Calatrava, pero esto no impidió que ingresaran nuevos devotos en la Orden.
A esto hay que sumar que D. Raimundo llevó a Calatrava todo lo que le fue útil del
monasterio de Fitero: guerreros, rebaños, bienes, …. Como podemos ver, Jiménez de
Rada idealiza totalmente la fundación de la primera Orden Militar castellana.
En esta historia encontramos varios puntos que nos pueden resultar extraños:
-La retirada de los templarios de Calatrava ante un ataque almohade, así como
la reacción del rey Sancho III entregando la plaza a quien se atreva a defenderla no
parecen demasiado convincentes.
-También resulta extraño que los nobles no se interesaran en un territorio que, si
bien les podía traer quebraderos de cabeza con las razias musulmanas, también les podría
acarrear importantes riquezas y beneficios con la corona.
-Otra cosa que resulta sorprendente es que, ante el abandono de Calatrava por
parte de los templarios, la corona de Castilla no hiciese nada para evitarlo. Más extraño
aún es que este abandono no tuviera ninguna repercusión negativa contra la Orden del
Temple.
-Podemos pensar también que la amenaza almohade no fuera tan grave como
nos quiere hacer ver el arzobispo Jiménez de Rada.
-Tampoco parece que los templarios en los años en que fueron poseedores de
Calatrava -alrededor de diez- llevaran a cabo ninguna colonización en el territorio. Esto,
unido a la muerte de Alfonso VII de León en agosto de 1157, pudo llevarlo a replantearse
su situación en Calatrava12.
Lo que sí parece probable es que tanto con Sancho III, como con Alfonso VII,
hubiera una voluntad de construir el reino sobre bases e instituciones como las órdenes
militares propias, con lo que el papel de órdenes como la del Temple, quedaba claramente
limitado al tener un carácter más universalista. Así pues, había llegado el momento de
crear instituciones propias, en la Península Ibérica, que no se vieran limitadas al tener
otras responsabilidades fuera del territorio peninsular.
11 Ayala, (2007), pág. 68.
Fernández Llamazares, J. (2013). Historia de las cuatro órdenes militares. Santiago, Calatrava, Alcántara
y Montesa. Madrid. España. Ediciones Espuela de Plata. Pp. 60-63.
12 Ayala, (2007), pág. 69.
pág. 14
Ello nos lleva a pensar que lo que se produce entre 1157 y enero de 1158 es una
sustitución de una Orden por la otra -Calatrava desplaza al Temple-, en la que la relación
del rey Sancho III con el monje Diego Velázquez debió de ser un elemento decisivo para
elegir a los nuevos responsables de la plaza de Calatrava.
3.2. La elección del modelo cisterciense.
D. Rodrigo Jiménez de Rada nos cuenta la aparición de la Orden de Calatrava
como fruto de una decisión política y esto comportaba que una comunidad de monjes se
encargase de articular una nueva milicia. No se trata -como en el caso del Temple- de
unos caballeros que asumen la vida y la disciplina religiosas, sino que son unos monjes
que militarizan su vocación monástica, al igual que estaba ocurriendo con los
hospitalarios en Tierra Santa.
La elección de un abad cisterciense para materializar este proceso viene dada por
la relación de Diego Velázquez con los círculos cortesanos, así como por la situación del
Císter dentro de la Península Ibérica.
A mediados del siglo XII este movimiento se encontraba entre seguir sus ideales
(aislamiento contemplativo del monacato) y un compromiso activo con el mundo y sus
problemas (más cercano al pensamiento del abad Bernardo que se convierte en una
especie de gran mediador en la política eclesiástica a lo largo de la primera mitad del siglo
XII).
Para todos -sociedad e Iglesia-, el Císter se estaba convirtiendo en un recurso
capaz de dar respuesta a desafíos inevitables, los derivados de la propia expansión de la
Cristiandad13. En esta época, la Orden cisterciense proporcionaba recursos humanos a los
cuadros organizativos de una Iglesia que se encuentra en una continua expansión; además,
los monjes contribuían a mantener el espíritu cruzado necesario para vertebrar la sociedad
que se estaba desarrollando.
El Císter crea una ruptura dentro de la división de los órdenes que componen la
sociedad del momento ya que los monjes, además de oratores, proclamaban la necesidad
de ser laboratores, así como animaban y acompañaban a los bellatores en sus cruzadas.
Durante los años centrales del siglo XII, y coincidiendo con la creación de la Orden de
Calatrava y otras milicias pertenecientes al Císter, se pudo pensar que, debido a su
13 Ibid. Pág. 71.
pág. 15
polifacética apariencia, su espíritu militante y ascético y la propia indefinición funcional
del Císter, sus monjes eran el caldo de cultivo ideológico perfecto como milicias armadas.
Dentro de este contexto no es de extrañar que Sancho III, amenazado por los
almohades y pretendiendo construir un reino sobre la base de un territorio conquistado al
islam, se apoyase en la orden cisterciense para conseguir sus propios fines.
La elección de Fitero como monasterio del que depende Calatrava tiene que ver
una vez más -y en parte- con Diego Velázquez, así como en la creencia de que dicho
monasterio fue la primera fundación del Císter en la Península Ibérica. Aunque en la
Castilla de Sancho III tampoco es que hubiera muchos más donde elegir, pues existían
poco más de media docena de monasterios pertenecientes a la Orden cisterciense y todos
ellos en un estado incipiente y una situación precaria. Fitero, que se encontraba bajo el
gobierno del abad D. Raimundo, era un monasterio especialmente activo, lo que podría
ser otra de las causas de su elección, junto con la anteriormente mencionada de la relación
de Diego Velázquez con el rey Sancho III.
Para Sancho III, la clave de la cesión de Calatrava a Fitero se encuentra en tener
un monasterio fronterizo, que sea propietario de una fortaleza y que se encuentre
comprometido con la colonización del territorio de Castilla al sur de Toledo, vinculando
así el territorio de Calatrava a tareas de integración territorial castellanas.
Se convierte de este modo Calatrava no solo en un espacio para colonizar, sino
que para el abad D. Raimundo y para Sancho III era la oportunidad para crear un nuevo
monasterio cisterciense en una zona de frontera, comprometido con la defensa del
territorio frente al infiel. De hecho, la propia concesión de Calatrava especifica que la
entrega al monasterio cisterciense de Fitero tiene por objeto la defensa de la villa a
paganis enemicis crucis Christi14.
3.3. Irregularidades de la fundación del convento de Calatrava.
De entrada, lo que D. Raimundo hizo en Calatrava, probablemente influido por
Diego Velázquez y con el beneplácito del rey Sancho III, fue una nueva fundación
cisterciense pese a la prohibición capitular que desde 1152 impedía la fundación de
nuevas casas de la Orden del Císter. Como sabemos, para realizar una nueva fundación
cisterciense, el nuevo monasterio debía contar con, al menos, doce monjes además de un
14 Ibid. Pág. 74.
pág. 16
abad. También tenía que tener la aprobación del capítulo general15 y que la abadía de
procedencia debería poseer monjes suficientes para que no sufriera perdidas en ella
misma, puesto que a estos monjes correspondía verificar y ejercer el control de la nueva
fundación.
Como nos cuenta el arzobispo Jiménez de Rada, D. Raimundo abandonó el
monasterio de Fitero trasladándose con hombres, utensilios y animales de este monasterio
hasta la nueva sede monacal de Calatrava, quedando en Fitero solo impedidos y enfermos.
Aunque algunos autores como O ‘Callaghan16 afirmen que D. Raimundo fue abad de los
monasterios de Fitero y Calatrava al mismo tiempo, ningún tipo de documentación parece
confirmarlo.
La documentación existente sí nos dice que lo que constituye D. Raimundo en
Calatrava es una comunidad de monjes y freires. Ya en febrero de 1158 Sancho III
favorecía a los monjes calatravos con donaciones, por la protección que estos ofrecían en
dicho enclave estratégico de Calatrava contra inimicos crucis Christi.
En 1163, Sancho IV de Navarra concede la villa de Burguillo a los fratribus de
Calatrava, sin hacer ninguna mención ni referencia a la comunidad monástica de Fitero.
Otra curiosidad sobre la fundación de Calatrava -y por la que se puede opinar
que son comunidades monásticas distintas Calatrava y Fitero- la encontramos en la
confirmación de bienes que el Papa Alejandro III hace en 1162, siendo abad D. Guillermo,
de los bienes de Fitero, en la que no aparece Calatrava.
Por lo que conocemos, podemos decir que, la instalación de los monjes en
Calatrava no parece ajustarse a ninguna norma, puesto que no hay testimonio alguno de
autorización capitular, ni del abad de Scala Dei -monasterio del que depende Fiero-. Lo
que sí tenemos es un abandono de la comunidad de Fitero sin que D. Raimundo -según
parece-, hubiera renunciado a la silla abacial.
Entre 1158 y 1164, el monasterio calatravo vivió una experiencia totalmente
ajena a la tradición cisterciense: se admitieron nuevos miembros a la comunidad y se
acortaron los hábitos para adecuarlos a las acciones militares.
15 El capítulo general era una asamblea de todos los abades de la orden, aun los que residían más alejados
de Cluny. Esta asamblea, tenía lugar anualmente, conforme a las disposiciones de la Constitución de la
Caridad. (Enciclopedia católica). http://ec.aciprensa.com/wiki/Cistercienses.
16 Ayala, (2007), pág. 75.
O ‘Callaghan, J. F. (1957). The affiliation of the Order of Calatrava with the Order of Citeaux. New
York. Estados Unidos de América. ETD Collection for Fordham University. Pág. 186.
pág. 17
El convento quedó dividido en dos ámbitos: el de los monjes, y el de los
hermanos o freires. Esta dualidad que sí se refleja en algunos documentos primitivos de
la Orden de Calatrava, no hacen referencia a la figura del abad, lo que nos hace reforzar
la idea de la forma tan irregular de gestión de esta comunidad hasta 1164, cuando
comienza el proceso de normalización de la vida religiosa en Calatrava17.
3.4. El proceso de normalización cisterciense.
La muerte de D. Raimundo y el sesgo militar de la comunidad fueron las bases
para que, aunque de una forma lenta, pero progresivamente, se comenzara una
normalización disciplinar de sus miembros.
Se deja a un lado la figura del abad y sus monjes y se opta por una congregación
de hermanos laicos más dedicados a la batalla y dirigidos por uno de los suyos, que hacía
las veces de caudillo militar, el Maestre.
En 1164 el capítulo general del Císter, dirigiéndose al Maestre de la Orden de
Calatrava, le comunicaba que aprobaban la iniciativa de sus freires calatravos, quedando
transformados en a militia mundi ad Dei militiam (de una milicia mundana a una milicia
de Dios), y se acoge a sus miembros como in communionen beneficiorum ordinis nostri
(en una comunidad beneficiosa para nuestra orden), pero no se acogen como simples
familiares, sino como auténticos fratres. Este capítulo general de 1164 remarca la función
militar de la comunidad calatrava, constituidos como ad inimicos fidei expugnare
(enemigos de la tormenta en la fe).
Dicho capítulo general concede la primera Regla a la Orden de Calatrava y marca
distancia entre los fratres y los monjes propiamente dichos, y aunque el Maestre tuviera
un rango superior a estos y un poder parecido al de los abades dentro de su comunidad,
los fratres solo podrían permanecer en la hospedería cuando acudieran a cualquier abadía
del Císter. Tampoco podían recibir órdenes mayores, como era el caso de los monjes,
aunque sí contaban con la figura de los capellanes, que los oirían en confesión y les
celebrarían la misa. Estos capellanes eran elegidos por la comunidad calatrava, pero el
Maestre no tenía control sobre ellos.
Este primer texto de Reglas fue confirmado por el Papa Alejandro III, aunque
con algunas diferencias:
17 Ayala, (2007), pág. 77.
pág. 18
-Ya en el preámbulo Alejandro III señala que los freires deben guardar fielmente
la disciplina cisterciense, así como la defensa de Calatrava ante los ataques musulmanes.
-Se hace una equiparación de los freires calatravos con los conversos
cistercienses18 -al menos en materia de ayunos-.
-También se les concede la plena exención episcopal en lo que al pago de
diezmos y otros derechos se refiere19.
Tras un periodo de más de veinte años cumpliendo esta primera Regla -en una
especie de periodo de prueba-, en 1186 el capítulo general cisterciense le proporciona a
la Orden de Calatrava un segundo texto de reglas, en la que indica su pertenencia en
cuanto a aspectos disciplinarios -tanto de su convento, como de su milicia- a la abadía de
Morimond (fig. 5), en Francia, a cuyo abad correspondía una visita anual a Calatrava y a
las casas que de ella dependieran, que también pasaban a ser dependientes del abad de la
mencionada abadía, pudiendo vivir algunos monjes de dicha congregación en
dependencias calatravas el tiempo que les fuera preciso para comprobar que acataban la
Regla que les había sido dada.
Es a partir de ahora cuando se puede hablar de una autentica normalización
institucional para los freires calatravos y, aun así, no es hasta 1249 cuando el capítulo
general del Císter define a los freires calatravos como membrum nobile et speciale de la
Orden, aceptando de esta manera la idiosincrasia de una comunidad cisterciense más
encaminada al servicio de las armas que a su carácter religioso.
No hay que olvidar que las más altas autoridades del Císter, aunque estaban de
acuerdo e incluso alentaban la vocación guerrera de los freires calatravos, eran recelosos
en materia de normalización disciplinaria de sus hermanos calatravos, de ahí las continuas
alusiones a la acogida de los miembros de la Orden como auténticos fratres, y no como
familiares. Los monjes de Cluny pretendían con esto que los freires calatravos tuvieran
un rango inferior a los fratres.
Esto demuestra la buena voluntad de acogida por parte del Císter hacia la Orden
de Calatrava, pese al recelo existente en el primero hacia la vocación militar de los
calatravos, puesto que el derramamiento de sangre convertía al religioso en alguien
impuro.
18 La institución de los hermanos conversos es la encargada de las cuestiones económicas de los
establecimientos cistercienses.
19 Ayala, (2007), pág. 79.
pág. 19
Pese a los votos monásticos que los freires profesaban al ingresar en la Orden,
no les redimía y además les inhabilitaba -por la impureza del derramamiento de sangre-
a la hora de acceder al ordo clericalis propio de los monjes.
El Maestre se ubica dentro del coro justo después de los sacerdotes, mientras que
el resto de freires laicos son situados entre los monjes y los novicios, lo que indicaba que
su posición en la Orden era la de superiores a un religioso en formación, pero inferiores
a un monje que ya ha tomado los votos definitivamente.
El paso definitivo para la normalización de la Orden de Calatrava dentro de la
comunidad cisterciense se produce a mediados del siglo XIII, pues en 1247, el capítulo
general del Císter recuerda a los freires calatravos la obligación de asistencia de sus
maestres a las sesiones anuales de la Orden, como si se trataran de abades, pues dichos
maestres eran considerados delegados del abad de Morimond en su seguimiento de las
visitas a otros monasterios filiales del de Calatrava20.
20 Ibid. Pág. 79.
pág. 20
4. Simbología de la Orden de Calatrava.
Una de las cosas más vistosas y que más nos llaman la atención a día de hoy
sobre las Ordenes de caballería medievales es su uniformidad, sobre todo en tiempos
donde esta no era lo común. Gracias a ella eran reconocibles en el campo de batalla, y
ésta siempre se encontraba ligada a los hábitos monacales de la Orden matriz a la que
pertenecían. Procederemos a desgranar la evolución de la uniformidad calatrava, pues no
siempre ha sido como hoy día la conocemos.
El arzobispo D. Rodrigo Jiménez de Rada nos dice que, en un principio, los
guerreros que entraron en la Orden de Calatrava vestían un hábito moderado, esto es, un
hábito un poco más corto que el que usaban los monjes, adaptado para ser utilizado en
batalla, aunque Jiménez de Rada no nos ofrece más información.
Alejandro III en su bula de confirmación de la Orden de Calatrava solo dice que
podían utilizar las ropas que considerasen adecuadas para montar a caballo y un
escapulario, al ser una Orden religiosa.
En la bula de Inocencio III lo que se expresa es que deben utilizar vestiduras
moderadas, honestas y cómodas, según le pareciera al abad de Morimond y al Maestre de
la Orden de Calatrava.
En el prólogo de la Reglas se dice que, en virtud de lo dispuesto en las citadas
bulas, se ordenó que la tela de que se hiciesen los vestidos de los caballeros fuese del
mismo color y clase de las que usaban los monjes del Císter21, por tanto, tanto el Maestre
como los freires comienzan a vestir túnicas de estameña blanca, y sobre ellas un
escapulario con una capilleta; encima de esto unos sayos largos de paño negro. Usaban
también gorras y en el convento, mantos blancos, mientras que fuera de él utilizaban capas
negras.
Los monjes tomaron el mismo hábito solo que sustituyeron los sayos por sotanas
cerradas y las gorras, por bonetes.
Es en 1347 cuando Benedicto XIII dispensó el que se usara la capilleta,
cambiando ésta por una cruz de paño color gules en el lado izquierdo sobre sus vestiduras
superiores. La cruz debía ser una cruz griega rematada con cuatro flores de lis, una en
21 Fernández, (2013), pág. 71.
pág. 21
cada una de sus puntas. Esta simbología se comenzó a utilizar el día de Todos los Santos
del año 1347.
En la bula que uniformiza la nueva simbología de la cruz, también se indica que
la misma sea portada por los caballeros en todas las capas, mantos y sayos, así como en
los conventos, las cortes de los reyes y en las guerras.
Siguiendo una evolución de la cruz Calatrava lo primero que tenemos que
advertir es que no siempre tuvo la forma y el color con la que actualmente la conocemos.
En sus orígenes, los extremos de la cruz no estaban tan desarrollados. Las flores de lis
eran sencillas, no se extendían, y eran más parecidas a las de la monarquía francesa. Y,
sobre todo, la cruz era de color negro. Como el Papa Benedicto XIII les concedió llevar
cosido al hábito una cruz roja, queda claro que la cruz no era roja en un principio.
Como ya hemos dicho anteriormente, no hay mención explícita ni en las reglas
concedidas por el capítulo general, ni en las bulas de confirmación -tanto de Alejandro
III en 1164 como la de Gregorio VIII en 1187- de que los caballeros llevasen cruz en el
hábito, aunque lo lógico es que los freires de la Orden tomaran algún tipo de cruz como
símbolo de identidad propio, que les fuera de utilidad por armas, sello y estandarte de su
Orden. Francisco de Rada y Andrade en su Crónica de las tres órdenes de Santiago,
Calatrava y Alcántara (1572) nos dice que, desde su creación, el escudo de armas de la
Orden de Calatrava que aparecía en sellos y estandartes, era la cruz con unas trabas al
pie. Y especifica que la cruz en un principio fue negra. Miguel Ramón Zapater también
lo manifiesta poco después: El estandarte, del que usaban en la campaña los maestres,
tenía por armas trabas, y Cruz negra al principio, aunque colorada en breve22.
Del siglo XIII sí que tenemos algunas fuentes iconográficas que confirman lo
anterior. Por un lado, está el códice florentino de las Cantigas de Santa María, de
Alfonso X, el Sabio. En la cantiga 205 encontramos dos cuadros de la miniatura que la
iluminan y en donde se refleja a los maestres de las Órdenes de Santiago y Calatrava,
junto a otros caballeros y peones. Y todos llevan cruces representadas en los escudos,
los estandartes o en los yelmos. Los pabellones del fondo también están decorados con
cruces. Y las correspondientes a los caballeros calatravos son cruces negras trilobuladas
22 Zapater, M. R. (1662). Cister militante en la campaña de la Iglesia contra la sarracena furia: Historia
general de las... Cauallerias del Templo de Salomón, Calatrava, Alcántara, Avis, Montesa y Christo.
Zaragoza. España. Editor Agustín Verges. Pág. 154.
pág. 22
(figuras 6 y 7). Sin embargo, ni encontramos representada la cruz en las túnicas, ni estas
son el hábito blanco característico cisterciense. Los expertos creen que esta copia fue
realizada en el último cuarto del siglo XIII, seguramente al final del reinado del Rey
Sabio, y la consideran un documento descriptivo de primer orden para estudiar la vida
cotidiana de la época (forma de vestir, instrumentos musicales, armamento,
utensilios…).
La otra representación gráfica de caballeros de Calatrava con cruces negras en
armas y estandartes la tenemos en unos murales al temple de la encomienda Calatrava
de Alcañiz, concedida a la orden por el rey Alfonso II de Aragón en 1179. Las últimas
dataciones sitúan la elaboración de las pinturas del castillo de Alcañiz entre finales del
XIII y la primera mitad del XIV. Y aquí los caballeros ya aparecen pintados de blanco
con cruces negras en el pecho. Y no solo aparecen estas cruces en las escenas figurativas:
el escudo de armas está representado con profusión (fig. 8).
Como ya se ha mencionado, fue Benedicto XIII, el que concedió el cambio de
atuendo tanto a monjes como a freires de la Orden mediante una bula datada en Aviñón
el 26 de junio de 1397. El papa los dispensaba de llevar la capilleta sobre el escapulario
y les permitía tomar por insignia y parte del hábito de religión una cruz de gules con
cuatro flores de lis, apareciendo la cruz dibujada en la misma bula por el papa23.
El capítulo general de la Orden de Calatrava adoptó el cambio de color, del negro
al rojo, según dicen, en honor a la sangre derramada y a los hermanos caídos en combate
contra el islam. Con el tiempo, los extremos de la cruz de Calatrava se fueron haciendo
más complejos hasta llegar a la forma que conocemos en la actualidad (fig. 9).
4.1. Imagen del freire calatravo.
En primer lugar, procederemos a analizar y describir el aspecto externo del freire
calatravo durante los siglos XII y XIII, lo que nos permitirá introducirnos en el mundo de
las imágenes y la mentalidad de este período histórico. Así podremos comprender cómo
los freires calatravos conectan con la mentalidad de la sociedad y la época en la que surge
la Orden, así como su afiliación al Císter y el influjo que ejerce la idea de caballería.
23 http://tierradedonquijote.naturaletra.es/la-cruz-de-calatrava
pág. 23
Lo primero a tener en cuenta es que el hombre del medievo vive dentro de un
universo de imágenes y símbolos que van desde el arte, pasando por la política y, cómo
no, por la vida cotidiana, donde se imponen sus códigos, e incluso, la forma de aseo
personal.
Nos encontramos frente a una sociedad rodeada por la religión y por la teología.
Dios se encuentra presente en la vida del hombre, de ahí que la Iglesia ocupe un lugar
predominante. La Liturgia se transforma en un instrumento en el que tienen un papel muy
importante monjes y laicos. Para los laicos, la única forma de entrar en contacto con lo
sobrenatural era a través de una serie de signos o gestos, aunque apenas alcanzaban a
entender su significado, razón por la que pensaban que tenían una gran eficacia.
Otro aspecto a tener en cuenta es que entablar una lucha sin descanso contra el
maligno y el infiel será uno de los principales objetivos de la Iglesia, en la que tomará
parte activa una nueva caballería, la de los freires, cuyos primeros pasos se dan a
comienzos del siglo XII y bajo el beneplácito de San Bernardo, apareciendo así el, miles
Christi, en donde se suman el compromiso mundano y el religioso. Este es el comienzo
de las ordenes monástico-militares. San Bernardo en su, Elogio de la caballería, sienta
las reglas por las que se regirá el comportamiento de las mismas, basándose en un código
ético y unos deberes morales que están encaminados hacia un mayor misticismo.
El analfabetismo, que ocupa un lugar importante entre los laicos en la edad
Media, se convierte en un excelente caldo de cultivo para toda esta carga simbólica y la
Iglesia, que es consciente de ello, tiene que encontrar la manera de llegar hasta estas
gentes, consiguiendo inventar un sistema didáctico para formar e informar, y que a su vez
tenga una enorme carga ideológica. Para ello se crean unos códigos que afectarán a
vestidos y colores, en los que se establecen signos distintivos, sobre la base de los cuales
se reconocerán los distintos oficios o clases sociales.
La caballería no va a quedar fuera de estas normas. Las insignias para su
reconocimiento en la batalla, originan el nacimiento de la heráldica, y estos emblemas
ocuparán un lugar preferente tanto en la indumentaria como en otros objetos del
caballero24.
24 Yágez Boza, M. del C. (1996). Imagen y signos del caballero calatravo. Actas del Congreso Internacional
Conmemorativo del VIII Centenario de la Batalla de Alarcos. (pp. 597-612). Cuenca. España. Servicio de
publicaciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. Pp. 599-600.
pág. 24
4.1.1. Aspecto externo del freire calatravo.
La filiación de la Orden de Calatrava con el Císter va a influir de forma decisiva
en los usos indumentarios de sus freires, de acuerdo a las maneras cistercienses. Esto
comprende desde el arreglo del cabello a los tejidos y colores de sus ropas y sus
características. Por esta misma razón, los freires estaban sujetos a una serie de normas en
su arreglo personal y en el vestir.
El freire calatravo es un monje, y como tal ha de mostrar su conversión interior
y compromiso con la fe cristiana. San Bernardo rechaza el cuidado que la milicia seglar
presta a sus cabellos y ropa, criticando el arreglo del pelo y la barba, así como las
vestimentas que emplean. En esto también va a influir la sociedad de la época, ya que se
comienza a exaltar de nuevo la pobreza evangélica (siglos XI-XIII).
La Orden cisterciense aparece recuperando la sencillez benedictina de los
primeros momentos. Con estos ingredientes, se empieza a gestar una vestimenta que
responda tanto a dar una identidad de grupo a estos freires, como a lanzar un mensaje
diferenciador e ideológico de los mismos.
1. El cabello.
La forma de arreglarlo (su largo, o rasurado), no se deben al gusto de la persona,
sino que también entra en el mundo de lo simbólico, puesto que el pelo representa el status
social de la misma.
En la Edad Media, el cabello largo es sinónimo de fuerza, virilidad y libertad:
corto solo lo llevan los esclavos, expresando así su condición y su estado de privación de
libertad, y los clérigos, como signo de su pertenencia a Cristo y a una vida de penitencias
y renuncia. Con la barba ocurre lo mismo, llevarla es signo de nobleza, y mesarle las
barbas a alguien se convierte en una gran ofensa.
La Orden de Calatrava muestra un gran interés en cuidar hasta los más mínimos
aspectos de la apariencia de sus miembros. La manera de llevar el cabello es un reflejo de
la austeridad. Los caballeros que entraban a formar parte de la Orden debían llevar el pelo
hasta media oreja, estableciéndose aquí una distinción, según el status que ocupaba cada
miembro dentro de la Orden. Hay que tener en cuenta que tampoco se les permitía caer
en el abandono, por lo que se lo tenían que cortar todos los meses.
Igual ocurría con la barba, ya que debían arreglársela con tijeras sobreponiendo
un peine, procurando no mostrar un aspecto descuidado, que no estaba en contraposición
con la austeridad. De esta manera tan simple comienzan la renuncia a la vida seglar y se
pág. 25
comienza a asimilar la nueva condición social a la que han optado desde el momento de
su ingreso en la Orden.
2. El vestido.
Los freires calatravos han de llevar ropa honesta, sencilla y lo más austera
posible, de acuerdo con su status religioso y el código moral que impregnaba todos los
detalles de la vida de la Orden.
En cuanto a la ropa interior, se trata de una especie de calzones, que tenían que
cubrir los muslos.
El vestido propiamente dicho de los freires Calatravos consta de una serie de
prendas con la característica común de la tosquedad en los tejidos; en la mayoría de los
casos se emplea lana para su confección.
2.1. Túnica. - Larga y entallada, pegada al cuerpo, aunque se admiten cambios
según las necesidades (corta para montar a caballo), su largo puede variar, entre cubrir
las rodillas o los muslos, también puede tener las mangas cortas. Va recogida con un
cinturón de piel. Desde el punto de vista del simbolismo religioso la túnica podría
representar la pasión de Cristo.
2.2. Escapulario. - Prenda de origen monástico. Se trata de una pieza larga, que
caía desde la cabeza a lo largo del cuerpo, abierta a ambos lados y sin mangas que podía
tener una capucha puntiaguda. El uso del escapulario era un detalle más que aumentaba
la apariencia monacal de los freires. Estaban obligados a vestir el escapulario en todo
momento, tanto para dormir como para acudir a la batalla; era de color blanco.
2.3. La pelliza. - Elaborada con piel de cordero, podía tener mangas y capucha,
con un largo que cubriera hasta las rodillas. Hay que tener en cuenta que los monjes
cistercienses tuvieron prohibido su uso, así que el hecho de que los caballeros pudieran
llevarla puede considerarse como una “concesión” por sus actividades militares.
2.4. El manto. - Su función era práctica, como protección contra las inclemencias
meteorológicas. Debian llevarlo siempre que salieran fuera, tanto si se desplazaban a pie
o a caballo. Tenía forma de capa sin mangas y alargado hasta el suelo, podía estar forrado
de piel de cordero.
2.5. La capa. - En el capítulo general de 1209 son obligados a llevarla en todos
los monasterios cistercienses. En su origen se empleaba para protegerse de la lluvia.
Cubría el cuerpo entero y no tenía mangas, podía tener una capucha.
En cuanto a otros complementos en el vestir, tenían prohibido calzar botas
puntiagudas o llevar cintas, limosneras de seda, u ornamentos de oro y plata, tales como
pág. 26
bridas, estribos o pectorales. Tampoco podían portar vainas de cuero teñido, mantillas
surtidas, ni sombreros seglares (excepto si algún freire está enfermo de la cabeza, en este
caso se le permite llevar un sombrero de paño, elaborado con los tejidos habituales del
resto de la ropa).
Podríamos decir que la austeridad es la nota dominante en los siglos XII y XIII
para los freires calatravos.
3. Tejidos y colores.
De acuerdo con las reglas del Císter el hábito es bastante simple y ha de estar de
acuerdo con las formas monásticas. Se prohíbe el uso del lino, solo admitido para algunas
prendas interiores. El resto de ropa ha de estar confeccionado con lana burda, siguiendo
las normas de austeridad y como signo distintivo, que de un lado les daba un aspecto de
sencillez y simplicidad y a la vez los alejaba de los usos de la sociedad laica y de ciertos
eclesiásticos.
No hay que olvidarse del fuerte simbolismo otorgado a los colores en la Edad
Media, tanto desde el punto de vista religioso como del laico.
El color escogido por la Orden de Calatrava es el blanco o, mejor dicho, la
ausencia de color, frente al negro de los monjes de Cluny.
Resulta de especial importancia entender la adopción del blanco por parte de los
cistercienses y, por consiguiente, de la Orden de Calatrava, como filial suya. Por una
parte, es una ruptura con el monacato anterior, por otra era una medida que diferenciaba
y un claro exponente del abandono de los hábitos mundanos de los caballeros que
ingresaban en la Orden. No hay que olvidar que el empleo de colores vivos era uno de los
signos distintivos de pertenencia a un nivel social elevado y, por tanto, un privilegio
concedido a unos pocos.
Tres factores marcan la codificación del color en las vestimentas de los freires,
económico, social y moral:
- Dentro del factor económico hay que tener en cuenta el coste de los tintes, que
va aumentando su precio poco a poco.
-Dentro del factor social encontramos una respuesta reaccionaria, de
revalorización de la pobreza ante a la riqueza.
-Dentro del factor moral, se trata de mantener una larga tradición eclesiástica
basada en la virtud y la modestia.
La adopción del blanco viene dada porque en los primeros tiempos del
cristianismo las vestimentas que predominan eran blancas o las que están sin teñir. Este
pág. 27
color se asocia con la pureza y será el signo de la fiesta, de la resurrección y de la gloria
de Dios.
Existen prohibiciones dirigidas al uso de colores como bermellón, blanco, azul,
rojo, verde, amarillo y otros, algunos de los cuales durante el medievo eran considerados
como inmorales.
Existen también menciones expresas contra el uso de oro y plata, tanto en
complementos como en sus vestidos o adornos en sus armas25.
4.1.2. El concepto del cuerpo.
Ante todo, el cuerpo en la Edad Media era visto bajo una concepción dualista,
dividida entre la carne y el espíritu, lo mortal y lo inmortal. Una parte busca lo carnal
mientras que la otra se dirige hacia la perfección espiritual. El freire, se afirma y lucha
contra las tentaciones a través del ascetismo. Es a partir del siglo XII cuando la actitud
del hombre frente a su destino en el plano espiritual comienza a cambiar, y quiere triunfar
sobre el Mal. Se busca la pureza y la salvación mediante el rechazo de la carne y la
materia.
Podemos así apreciar el cuidado puesto en salvaguardar la imagen púdica y
honesta del caballero calatravo. Esta idea trasciende hasta la intimidad del caballero, pues
se reglamentan hasta los tejidos de las ropas que han de usar para dormir, de hecho, en la
primera regla y forma de vida de la Orden se establece que se duerma vestido y ceñido,
puesto que en la mentalidad medieval la noche era considerada como un tiempo de
tinieblas, propicio a tentaciones26.
25 Ibid. Pp. 601-608.
26 Ibid. Pp. 609-610.
pág. 28
5. Normas y usos de los freires
calatravos.
La Orden de Calatrava tuvo una especial asociación con la batalla de Alarcos
(puesto que sus freires participaron activamente en las hostilidades a lo largo de la
frontera con los almohades desde su creación), cuya derrota en 1195 por parte de las
fuerzas cristianas supuso un duro golpe, tanto para Alfonso VIII, como para la propia
Orden de Calatrava, puesto que casi resultó destruida.
Al mismo tiempo que las Ordenes militares, entre las que se encuentra la de
Calatrava, estaban luchando contra los almohades, trataban de desarrollar un nuevo modo
de vida, combinando el de caballeros y monjes.
Algo a tener en cuenta es que la fundación de las órdenes militares es de los
tiempos de la primera cruzada. Las primeras fueron las del Temple y del Hospital de San
Juan de Jerusalén, establecidas en la Tierra Santa en los años siguientes a la conquista de
Jerusalén por los cruzados en 1099. Estas órdenes recibieron propiedades en la Península
Ibérica entre los años 1130-1140.
En los años siguientes se creaban las primeras órdenes militares peninsulares,
siendo la primera de ellas la Orden de Calatrava en 115827.
5.1. Fuentes para el estudio de la vida de la Orden de Calatrava.
Las fuentes de estudio de la vida de los freires calatravos durante sus primeros
años de su existencia (segunda mitad del siglo XII y principios del siglo XIII), son
variadas, entre ellas podemos incluir: textos concedidos a la Orden de Calatrava por el
Capítulo General de la Orden del Císter, algunas bulas pontificias confirmando las
posesiones de la Orden. Estos textos nos descubren la razón de ser de la Orden de
Calatrava y el modo de vida que han de seguir sus miembros.
Los primitivos estatutos de la Orden de Calatrava consisten en una Forma
vivendi dictada por el Capítulo General de la Orden del Cister en septiembre de 1164;
27 O ‘Callaghan, J. F. (1996). La vida de las Ordenes Militares de España. Actas del congreso Internacional
Conmemorativo del VIII Centenario de la Batalla de Alarcos. (pp. 7-32). Cuenca. España. Servicio de
publicaciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. Pp. 9-11.
pág. 29
otra carta del mismo Capítulo dada en 1187, repitiendo la Forma vivendi anterior con
algunas modificaciones, y afiliando Calatrava al monasterio francés de Morimond cuyo
abad recibió el derecho de hacer una visitación anual; y una tercera carta del Capítulo
fechada en 1199 otra vez confirmando la Forma vivendi de 1164. Podemos identificar
estos textos como la Forma vivendi primera, segunda, y tercera. Ninguna de las tres
Formas ocupa más de dos páginas impresas. Los papas Alejandro III, Gregorio VIII, e
Inocencio III confirmaron los documentos anteriormente citados en 1164, 1187, 1199 y
1214 respectivamente.
También se conservan algunos estatutos dados a la Orden de Calatrava cuando
su sede principal se encontraba en el castillo de Salvatierra (a la que se llama Orden de
Salvatierra entre los años 1198-1213)28.
5.2. Fratres y militia.
Para entender la naturaleza de esta hermandad y cómo la percibían sus miembros
y sus contemporáneos se debe comenzar comprendiendo las palabras empleadas en los
documentos temporalmente más próximos a su creación. La documentación nos habla de
fratres (en referencia a hermanos de hermandad). Esto sugiere una comunidad o pequeña
aún, sin una organización compleja y sin grandes propiedades, por lo que este término se
puede usar al hablar de cualquier comunidad monástica y no da ningún motivo para una
interpretación militar del mismo. Es a partir de los años setenta del siglo XII, cuando en
la documentación nos aparece la militia.
Alejandro III, en 1174 se dirige al magister militie de Calatrava y hablaba de los
milites o caballeros de Calatrava. En este caso, el término militia nos indica un propósito
militar, diciéndonos que los fratres o hermanos se juntaban como una fuerza militar.
El término militia se utilizó en la literatura monástica para describir la vida de
los monjes como una batalla espiritual contra el Demonio. En otros escritos, San Bernardo
se refiere con el término militia, tanto a la lucha diaria de la vida monástica, como a las
actividades militares de los Templarios. San Bernardo argumentó que la Orden del
Temple era una nueva militia, diferente de la militia secularis y también del monacato
tradicional, pues los templarios se encontraban en una batalla doble; contra el enemigo
físico y contra el enemigo espiritual 29.
28 Ibid. Pp. 11-13.
29 Ibid. Pp. 13-14.
pág. 30
5.3. Propósito para la creación de la Orden de Calatrava.
¿Cuáles eran las intenciones para la fundación la Orden de Calatrava? Sancho
III, en su carta de donación de Calatrava a D. Raimundo, abad de Fitero, ordeno que el
abad y sus freires tuvieran que defender la villa contra los paganos, los enemigos de la
cruz de Cristo. Además de expresar su deseo de que se propagase la religión cristiana y
se aumentase y se protegiese su reino. El Capítulo General Cisterciense en una carta de
septiembre de 1164 dirigida al Maestre García y a todos los freires de Calatrava, se
congratuló por su propósito de pasar de ser militia mundi a militia Dei, para luchar contra
los enemigos de la fe. Alejandro III, en septiembre de 1164 aprueba el deseo de los freires
calatravos de pelear con armas militares contra los almohades en defensa de Calatrava.
En 1187, el Capítulo General del Císter agradeció el propósito del paso de militia mundi
a militia Christi y luchar contra los enemigos de la fe. Alfonso VIII elogió a los que
dedicaban sus vidas al combate contra los adversarios de la cruz de Cristo, hablando de
los freires como un escudo y una muralla en defensa de la fe cristiana contra la multitud
pagana30.
5.4. La vida en la Orden de Calatrava.
La vida diaria en la Orden de Calatrava es una adaptación de la práctica
monástica a las exigencias militares. En el convento principal de la Orden, la fortaleza de
Calatrava hasta 1195, los freires, bajo el mando del Maestre o de su lugarteniente, el
Comendador Mayor, trataban de seguir la Regla y las costumbres de la Orden. La
dispersión de los freires en las encomiendas y su participación en las campañas militares,
necesitó de alguna modificación de la vida ordinaria del convento. Sin embargo, los
freires tenían que observar la regla lo mejor posible según las circunstancias en las que se
encontraban.
Los freires calatravos, siguieron la Regla de San Benito y las costumbres del
Císter. El conjunto de freires caballeros solía ser más numeroso que el de clérigos,
capellanes o freires conventuales, quienes pasaban su vida dentro del convento.
Es muy probable que, debido a las necesidades de reclutar nuevos individuos, a
los primeros miembros de la Orden no se prestara una atención especial a su rango social.
Eran hombres de edad adulta, caballeros o peones, capaces de hacer los trabajos religiosos
y militares de la Orden.
30 Ibid. Pp. 15-18.
pág. 31
Según el capítulo 58 de la Regla de San Benito, si alguien pide el ingreso en un
monasterio debe pasar un año de noviciado siguiendo la vida diaria de la comunidad. Al
cabo del mismo puede decidir si hacer su profesión de por vida al abad o marcharse.
La primera Forma vivendi de la Orden de Calatrava de 1164 ordena que todos
hagan su profesión al Maestre como a un abad. El freire, del mismo modo que un monje
benedictino, tenía que seguir la vida de un novicio durante el año antes de profesarse.
Un colectivo importante dentro de la Orden de Calatrava fue el de los freires
conventuales que vivían en el convento principal siguiendo la vida monástica tradicional.
La primera Forma vivendi de la Orden de Calatrava declaró que los freires
pudieran elegir a los sacerdotes que quisieran como capellanes para oír de las confesiones
y cantar las misas. Tras la filiación de los calatravos con el monasterio de Morimond en
1187, el Capitulo General cisterciense ordenó que dos monjes de dicha comunidad se
trasladaran a Calatrava tanto tiempo como fuera necesario, con los freires para instruirlos
en la Regla cisterciense31.
El Maestre es el administrador general de la Orden comparable en posición a un
Abad, aunque en los temas más importantes el Maestre debe tener el consentimiento de
su convento o capítulo. Según el artículo 20 de los estatutos de Salvatierra, el Maestre
rendía cuentas en presencia del visitador y de los señores de la Orden del Cister.
Para la elección del Maestre se seguía la Regla de San Benito, puesto que su
oficio era de por vida, al igual que un abad benedictino. Los Maestres de Alcántara y de
Avis tenían el derecho a asistir a la elección del Maestre de Calatrava.
El Maestre podía dimitir libremente, pero si su gobierno resultaba intolerable,
podría ser depuesto. Don Nuño, Maestre de Calatrava (1183-1197), renunció a su cargo
dos años después de la batalla de Alarcos, siendo reemplazado por Martín Pérez de
Siones, que también dimitiría en el plazo de un año. En 1199, Inocencio III ordenó que
los dos Maestres que habían renunciado, tenían que restituir a la Orden cualquier
propiedad que tuvieran en sus manos, además, el Capítulo General del Císter de 1199
ordenó que el Maestre depuesto o que hubiera dimitido, no podría retener ninguna
propiedad de la Orden para su uso personal. Según el artículo primero de los estatutos de
Salvatierra, solo el abad de Morimond o su delegado, podían destituir al Maestre y
nombrar otro en su lugar.
31 Ibid. Pp. 18-21.
pág. 32
Todos los freires de la Orden debían juntarse en el capítulo32 para tratar de los
asuntos de interés común y corregir los defectos y las ofensas. La primera Forma vivendi
de la Orden de Calatrava pidió al Maestre que tuviera un capítulo diario33.
Al igual que en las comunidades monásticas tradicionales, la vida entre los
freires calatravos estaba establecida sobre la práctica de la pobreza, la castidad, y la
obediencia.
En la Orden de Calatrava los nuevos freires tenían que dejar sus posesiones al
entrar, para vivir de lo que les proporcionara el Maestre para sus necesidades básicas.
Tenían una vida de celibato, incurriendo en penas severas si violaban los estatutos sobre
castidad de la Orden. La primera Forma vivendi de la Orden de Calatrava mandó que,
quien practicara la fornicación tendría que comer sobre el suelo durante un año, durante
el mismo, tres días a la semana solo pan y agua, además de recibir la disciplina (un castigo
físico) todos los viernes durante el citado periodo de tiempo. A estos castigos el artículo
30 de los estatutos de Salvatierra añade que el freire culpable de fornicación debía perder
su caballo y sus armas durante un año.
En la primera Forma vivendi de la Orden de Calatrava también encontramos
castigos tales como. si alguien fuera desobediente, sería obligado a comer sobre el suelo
durante tres días, o: si alguien golpeara a su hermano, perdería sus armas y su caballo
durante seis meses.
La vida espiritual de los freires calatravos se organiza en torno a la celebración
de la misa y de las horas canónicas. En la primera Forma vivendi de la Orden de Calatrava,
los capellanes tenían que escuchar las confesiones de los freires y cantar las misas.
Probablemente, los freires asistieran con los capellanes a las horas canónicas en el
convento de Calatrava, esta práctica difícilmente podrían llevarla a cabo cuando
estuvieran en campaña, por lo que, en esta situación, solo rezarían un cierto número de
Padrenuestros y de Ave María.
Los freires comían todos juntos, en silencio, escuchando la lectura de algunos
libros espirituales. La primera Forma vivendi de la Orden de Calatrava permitió la ingesta
de carne tres días a la semana, domingos, martes y jueves, y en las principales fiestas del
año. Esta concesión fue hecha debido a sus actividades, puesto que la costumbre
cisterciense permitía la ingesta de carne solamente a los débiles y los enfermos. Los
32 Capítulo: En las órdenes militares, junta de los caballeros y demás vocales de alguna de ellas para tratar
sus asuntos comunes. http://dle.rae.es.
33 O’Callahan (1996), pp. 21-24.
pág. 33
freires que estaban en el convento principal de la Orden debían ayunar durante tres días
a la semana, desde la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz (14 de septiembre), hasta la
Pascua, los que estaban en campañas militares ayunaban según el criterio del Maestre.
El principio de pobreza quedaba subrayado en las regulaciones que concernían
a la vida de los freiles. La primera Forma vivendi de la Orden de Calatrava señala que los
freiles llevarán ropas similares en color y grosería a los de la Orden del Císter, evitando
cualquier detalle superfluo o banal. No hace referencia la documentación a la cruz, como
símbolo llevado sobre sus ropas.
Otros aspectos de la vida diaria en la Orden de Calatrava es la observancia de la
regla del silencio en el oratorio, el refectorio, el dormitorio y en la cocina, el cuidado de
los enfermos, los heridos y los ancianos, el enterramiento de los freires muertos, y la
conmemoración del aniversario de su muerte34.
34 Ibid. Pp. 24-28.
pág. 34
6. Jerarquía dentro de la Orden de
Calatrava (1158-1212).
En un principio, la jerarquía dentro de la Orden de Calatrava debería ser parecida
a la de cualquier otra asociación monástica, y con unas características socio-jurídicas
similares, aunque sin acabar de identificarse plenamente con esta tipología de
comunidades.
En un principio, su fundador D. Raimundo de Fitero, parece que no pretende
seguir la disciplina y las orientaciones de la Orden del Císter, puesto que la Orden de
Calatrava no entra bajo el paraguas cisterciense hasta la muerte de su fundador. Además,
sería cuanto menos sorprendente que no se hubiera respetado a Fitero como casa-madre,
según la costumbre de la Orden cisterciense. De hecho, no solo no se respetó esta opción
de casa-madre en Fitero, sino que la Orden de Calatrava se vincula al monasterio de Scala
Dei (Escale-Dieu), y posteriormente, a partir de 1187, termina dependiendo del
monasterio de Morimond.
Este hecho resulta un tanto extraño, puesto que la Orden del Císter ya tenía
experiencia apadrinando a una Orden Militar, ya que proporcionó su Regla de San
Bernardo a la Orden del Temple, lo que nos lleva a plantearnos cuál fue el motivo por el
que se crea una orden nueva y no se incluye a sus miembros dentro de otra ya existente
como lo es la del Temple.
Lo que ocurre tras la muerte de D. Raimundo de Fitero en 1161 se desconoce
con precisión, pero lo más probable es que clérigos y caballeros entrasen en cierta tensión
y confrontación. Tras esta confrontación se dirimiría la pretensión de clarificar el estatuto
jurídico de la Orden, en la que los mojes que D. Raimundo había trasladado desde Fitero,
intentarían mantener ciertas estructuras de carácter monacal, puesto que les eran más
propias, y, además, les permitían una situación de preminencia dentro de la institución,
además de ser las que había diseñado su fundador. Los caballeros, que pertenecían a la
esfera laica, no estaban por la labor de convertirse en simples monjes, además, intentaban
hacer valer la función militar de la Orden. También es posible que se trataran otros temas
de organización, aspectos, o normas por las que regirse.
pág. 35
En este contexto se decide que el máximo representante de la Orden sea un
Maestre, que, a sus funciones de jefe militar, se les unen las funciones de ámbito religioso
que pudiera asumir alguien no perteneciente al estamento eclesiástico.
La forma más frecuente de denominar a la Orden en la documentación, tanto en
la real, como en la particular se refieren a ella como fratribus de Calatrava, o a lo sumo
como Magistro Calatravae, aunque a partir de 1176, la Cancillería Real en su
correspondencia se refiere a la Orden como militiae Calatravae Magistro et fratribus ibi
degentibus.
La forma de elección del Maestre sería parecida a la forma de elección de un
Abad, por lo que se amoldaría al modelo monástico cisterciense, y participarían en ella
todos los miembros de la hermandad, celebrando así una elección libre y, en teoría, sin
coacciones. A partir de 1187, desde el momento en que la Orden se vincula a Morimond,
es este Abad el que tiene que confirmar y ratificar la designación del Maestre.
En este aspecto el Maestre, al menos durante la primera etapa de la Orden, viviría
en comunidad con los caballeros, observando la misma Regla, comiendo y durmiendo
junto a ellos. Por ello, en el Capítulo General de 1199 se establece que, en caso de
renuncia o cese del Maestre, este no contaría con ninguna propiedad de la Orden para su
uso personal, sino que viviría con los caballeros, al igual que un Abad en su misma
situación hacía con los monjes35.
6.1. Dignidades y cargos de la Orden de Calatrava.
Además del Maestre existen otras dignidades dentro de la Orden de Calatrava,
las cuales enumeraremos por orden jerárquico:
-El primero era el Comendador Mayor, su cargo era el de lugarteniente del
Maestre, tanto en tiempos de paz, como de guerra. Gobernaba la Orden cuando el puesto
de Maestre se encontraba vacante, convocaba el Capítulo General para la elección de un
nuevo Maestre y era Capitán General de las Lanzas. Además, era portador de un sello
propio con insignias de una cruz de la Orden de Calatrava.
-El segundo era el Comendador Mayor de Aragón. Era el gobernante de la Orden
de Calatrava en los monasterios del reino de Aragón, aunque se encontraba subordinado
al Maestre.
35 Villegas Díaz, L R. (1991). Las estructuras de poder de la Orden de Calatrava. Una propuesta de análisis.
Historia, Instituciones, Documentos, (18), 467-504. Pp. 470-475.
pág. 36
-El tercero era el Clavero, esto es, el guardián del castillo y del convento mayor
de la Orden cuando residían en él los maestres y comendadores. También poseía un sello
propio con la cruz de la Orden, dos llaves y una traba36.
-Al Clavero seguía en rango jerárquico el Prior del Sacro Convento de Calatrava.
Su responsabilidad era la cura espiritual del personal de la Orden, por lo que éste tenía
que ser un sacerdote.
-El Sacristán Mayor era la siguiente dignidad dentro de la Orden de Calatrava.
Era un cargo bastante similar al de Tesorero de las Catedrales37, puesto que a él se le
encomendaba llevar las cuentas de las reliquias de la Orden, así como de la alhajas y
monumentos para el culto divino. También había de ser clérigo.
-La última dignidad era el Obrero, era el encargado de llevar las cuentas de las
obras que se hacían en el convento.
Tras estas dignidades encontramos a los comendadores, tras ellos a los freires
caballeros y finalmente, a los monjes.
A continuación, aportamos la relación de Maestres de la Orden de Calatrava,
desde su fundación, hasta la batalla de las Navas de Tolosa:
-D. Raimundo, abad de Fitero (158-1161).
-D, García (1164-1169).
-D. Fernando Escaza (1169-1170).
-D. Martín Pérez de Siones (1170-1182).
-D. Nuño Pérez de Quiñones (1182-1199).
-D. Martín Martínez (1199-1207).
-D. Ruy Díaz de Yanguas (1207-1212).
-D. Rodrigo Garcés (1212-1216)38.
36 Traba: Acción y efecto de trabar. Juntar o unir una cosa con otra, para darles mayor fuerza o resistencia.
http://dle.rae.es.
37 Es un sacerdote nombrado por el obispo para formar parte del cabildo de una catedral o colegiata, que
es un colegio de sacerdotes que se encarga de las funciones litúrgicas más solemnes en una iglesia, y de
otras tareas que determine el derecho o el obispo. El canónigo debe ser persona que destaque por su
doctrina e integridad de vida, y que haya desempeñado meritoriamente su ministerio. Decr. Christus
Dominus n. 27; Decr. Presbyterorum Ordinis n. 7; CIC cc. 503-510.
38 Vara Thorbeck, C. (1999). El lunes de Las Navas. Jaén. España. Servicio de publicaciones de la
Universidad de Jaén. Pp. 179-180.
Fernández, (2013), pp. 72-73.
pág. 37
7. Encomiendas de la Orden de
Calatrava (1158-1212).
Llegados a este punto, trataremos de enumerar y situar las distintas encomiendas
y posesiones de los freires calatravos en su territorio de asentamiento, la meseta
meridional castellana. Este asentamiento va ligado a las concesiones que la corona
castellana hace a la Orden de Calatrava, de ahí que sea el vehículo que articula la
expansión feudal en este territorio, que se correspondería con las actuales Comunidades
Autónomas de Castilla -La Mancha y Madrid39.
7.1. Principales vías de adquisición de patrimonio de la Orden de Calatrava
durante el período 1158-1212.
La principal vía de adquisición de patrimonio por parte de la Orden de Calatrava
durante el período que nos ocupa (1158-1212), fueron las donaciones40, durante este
período, los préstamos41 y las permutas42 tienen escasa relevancia.
Si analizamos las adquisiciones de la Orden de Calatrava por períodos de diez
años, podremos ver que durante la década 1158-1169 la única adquisición de patrimonio
fue a través de las donaciones, en un número no inferior a la docena y que la mayor parte
de ellas proviene de la Corona. Es en la década siguiente (1170-1179) en la que un mayor
número de donaciones obtiene la Orden de Calatrava. Durante las dos décadas siguientes
(1180-1189 y 1190-1199), las donaciones en favor de los calatravos comienzan a
descender, aunque entre 1200-1212, y coincidiendo con un periodo de crisis fronteriza
con los almohades de al-Ándalus, se incrementa el ritmo de las mismas.
39 Rodríguez-Picavea, E. (1994). La formación del feudalismo en la Meseta Meridional Castellana. Los señoríos de la Orden de Calatrava en los siglos XII-XIII. Madrid. España. Editorial siglo XXI. Pág. 35.
40 Donación: Liberalidad de alguien que transmite gratuitamente algo que le pertenece en favor de otra
persona o institución que lo acepta. http://dle.rae.es.
41 Préstamo: Entrega de algo a alguien para que lo utilice durante algún tiempo y que después lo restituya
o devuelva. http://dle.rae.es.
42 Permuta: Contrato por el que se entrega una cosa a cambio de recibir otra. http://dle.rae.es.
pág. 38
En cuanto a las compras que la orden efectúa durante el período que nos ocupa,
no tienen una especial relevancia hasta la década de 1190.
Los préstamos, medio de adquisición característico en las sociedades feudales,
tuvieron un significado muy marginal durante nuestro período de estudio.
En cuanto a las permutas, solo se tienen documentadas cuatro durante este
periodo, que fueron efectuadas durante las décadas de 1170 (1) y 1180 (3).
Así pues, podemos afirmar que durante el primer medio siglo de existencia de la
Orden de Calatrava, las donaciones constituyen su principal fuente de adquisición de
patrimonio, con un total de 90, a las que le siguen en importancia las compras (12), los
préstamos (7) y, por último, las permutas (4) (fig. 10). Con estos datos en la mano
podemos asegurar que la segunda mitad del siglo XII, fue transcendental en la
conformación del patrimonio calatravo43.
7.2. Procedencia y tipología de los bienes adquiridos por la Orden de Calatrava
entre 1158-1212.
La mayor parte de patrimonio de la Orden en este período, como ya hemos visto,
se canaliza a través de las donaciones, que proceden en su mayoría de los principales
poderes feudales (monarquía y nobleza), pero como sabemos, a medida que crece el
patrimonio calatravo, la Orden se convierte en un poder feudal más, y uno de los más
importantes dentro del territorio castellano, por lo que las donaciones de bienes de los
restantes poderes feudales fueron disminuyendo, de ahí que las compras y permutas
adquirieran una especial relevancia como medio de incremento del patrimonio a partir de
1212.
El donante principal durante este período es, como ya hemos dicho, la Corona,
que hace prácticamente la mitad de las donaciones a la Orden de Calatrava,
fundamentalmente entre 1158-1189. Estas donaciones eran las que más interesaban a la
Orden, puesto que normalmente comportaban una cesión de jurisdicción real. Los grandes
propietarios, grupo compuesto por nobles y los caballeros más importantes de las villas,
protagonizan las donaciones durante la década de 1170. Los pequeños propietarios, entre
los que encontramos campesinos más o menos enriquecidos, junto con algunos caballeros
menos importantes de las villas, que lo hacen entre 1200-1212, estas donaciones eran las
de menor relevancia.
43 Rodríguez-Picavea, E. (1994) Pp. 36-38.
pág. 39
Más de la mitad de los bienes adquiridos por los freires calatravos en nuestro
período de estudio se corresponden con heredades44, casa, huertos, viñas u olivares, que
procedían en su mayoría de patrimonio particular. Las villas, los castillos y las aldeas,
que componen alrededor de un 30% del patrimonio calatravo entre 1158-1212, resultan
los bienes más importantes debido a su calidad, pues es sobre este tipo de patrimonio
sobre el que se produce el trasvase de jurisdicción, así como los elementos en los que la
Orden sustenta su estructura señorial. La mayor parte de estas adquisiciones procedían de
la Corona. Las rentas y los monopolios componen el resto de bienes adquiridos por la
Orden durante este período45(fig. 11).
7.3. Encomiendas de la Orden de Calatrava durante el Período 1158-1212.
Una encomienda es un conjunto de rentas y propiedades que se ceden a un freire
de la Orden, que a partir de este momento recibe el nombre de Comendador. Este debe
encargarse del buen funcionamiento y la adecuada explotación de la encomienda, cuyos
beneficios irán destinados, en una parte, a la manutención de la propia encomienda y en
otra, irá a beneficio del Maestre de la Orden.
7.3.1. Encomiendas del Campo de Calatrava.
1. Encomienda de Guadalerza (1180).
Su núcleo principal está constituido por una fortaleza ya existente en época
islámica que se hallaba rodeada de una dehesa que aún conserva su nombre.
Siendo Maestre de la Orden D. Nuño Pérez de Quiñones, la encomienda se
renombra como «Hospital de Guadalerza», en donde destaca su faceta de atención
hospitalaria al situarse en el camino Toledo-Calatrava-Córdoba, siendo su Comendador
D. Suero Pérez Barroso.
Tanto la fortaleza, como el hospital se perdieron para la orden calatrava en 1195,
durante la ofensiva almohade. En 1211, Alfonso Téllez -rico hombre de Castilla que
participa en la repoblación de las tierras del Guadiana y en la batalla de las Navas de
Tolosa- y Rodrigo Rodríguez -al igual que Alfonso Téllez noble de Castilla y participante
en la batalla de las Navas de Tolosa-, que al mando de algunos toledanos y con la ayuda
de máquinas de guerra, tomaron la fortaleza de Guadalerza y posteriormente fue devuelta
a la Orden de Calatrava en la campaña de las Navas de Tolosa, en el verano de 1212.
44 Heredades: Herencias. http://dle.rae.es.
45 Rodríguez-Picavea, E. (1994) Pp. 43-56.
pág. 40
Desde este momento, la encomienda de Guadalerza comienza a desarrollar su
labor hospitalaria, pasando su fortaleza a utilizarse como hospital, y asentándose para su
mantenimiento en la explotación agropecuaria de la dehesa que la rodeaba46 (fig. 12).
2. Encomienda de Malagón (1182).
Ya en época islámica, la fortaleza de Malagón constituye uno de los principales
puntos del camino que une Toledo con Córdoba.
Es en 1180 cuando Alfonso VIII dona a la Orden de Calatrava y a su Maestre D.
Martín Pérez de Siones la fortaleza de Malagón, con la condición de recibir la mitad de
los beneficios en forma de préstamo vitalicio, aunque unos años después, es el propio rey
quien vende sus derechos sobre el castillo de Malagón a la Orden por 400 maravedís.
Es durante estos primeros años de la década de 1180 cuando se constituye la
encomienda de Malagón, siendo su Comendador D. Diego Gutiérrez.
El castillo de Malagón aparece entre las posesiones calatravas en la bula
pontificia de Gregorio VIII (1187), también en la de Inocencio III (1199), a pesar de que
se perdió en 1195 tras la batalla de Alarcos, aunque en el verano de 1212 fue recuperada
con ayuda de los cruzados ultramontanos47 (fig. 13).
3. Encomienda de Calatrava (1169).
Se trata de la primera de las encomiendas de la Orden de Calatrava durante el
siglo XII. También fue la sede y el convento principal de la Orden hasta su ocupación por
parte de los almohades en 1195. Se conoce la existencia de esta encomienda al menos
desde que era Maestre de la Orden D. Fernando Escaza, siendo Comendador de la misma
D. Martín Pérez de Siones. El Comendador de Calatrava la Vieja era el segundo en
importancia dentro del estatus de la Orden tras el Maestre.
La villa de Calatrava fue donada al Císter por Sancho III en 1158, y una vez
consolidada en ella la Orden de Calatrava, Alfonso VIII en 1169 fortalece su posición
económica concediéndole a la Orden el portazgo de todas las recuas entre Córdoba y
Úbeda, además del quinto sobre el botín que los caballeros conseguían durante las razias,
si se llegaba a tres talegas, amparando también los ganados, casas y cabañas de la Orden.
La merced del cobro del portazgo se amplía en 1173 a todas las recuas procedentes de
46 Fernández-Layos de Mier, J. C. (1997). El castillo de Guadalerzas: Un hospital medieval. Toledo:
tierras y pueblo, (3), 8-12.
47 Ultramontano: Que está más allá o de la otra parte de los montes. En referencia a los caballeros que
vinieron a participar en la batalla de las Navas de Tolosa procedentes de más allá de los Pirineos.
http://dle.rae.es.
pág. 41
tierras musulmanas. Estos privilegios se confirman en 1189 y 1193 por el propio Alfonso
VIII, quien, a su vez, delimita el término de la villa, que comprende un amplio señorío
entre los Montes de Toledo y Sierra Morena (fig. 14).
Al igual que ocurre en todo el Campo de Calatrava, la fortaleza de Calatrava cae
en 1195 en manos de los almohades y no se recupera hasta el verano de 1212, pasando a
convertirse de nuevo en la sede de la Orden y en su convento principal.
El declive de la encomienda comienza con el traslado de la sede y convento
principal de la Orden a Calatrava la Nueva en 1217.
4. Encomienda de Benavente (1180).
En época del maestrazgo de D. Martín Pérez de Siones ya se tiene constancia de
esta encomienda cuyo Comendador era D. Pedro Peláez, que aparece como uno de los
firmantes del fuero de Zorita, aunque su pertenencia a los freires calatravos pudiera ser
anterior, puesto que su fortaleza se encontraba dentro del término de la villa de Calatrava.
La confirmación de pertenencia a la Orden de Calatrava la tenemos en la bula pontificia
de Gregorio VIII de 1187.
Tras la derrota en Alarcos, la fortaleza pasa a manos almohades, de la que es
recuperada por los freires calatravos en el verano de 1212 (fig. 15).
5. Encomienda de Caracuel (1180).
Documentada desde la etapa de maestrazgo de la Orden de D. Martín Pérez de
Siones, su Comendador D. Gonzalo Fernández aparece como uno de los firmantes del
fuero de Zorita.
Su núcleo central se encuentra en la fortaleza de Caracuel, cuyo origen era
andalusí. En la bula pontificia de Gregorio VIII (1187), es confirmada como perteneciente
a la Orden de Calatrava.
Su valor económico se encuentra directamente relacionado con el control que
ejerce esta encomienda sobre importantes vías de comunicación, como lo era la antigua
calzada romana que procedía de Chinchilla con dirección Mérida, que también podemos
encontrar asociada al ganado trashumante (fig. 16).
Perdida por la Orden de Calatrava tras la derrota de Alarcos en 1195, vuelve a
tomar posesión de ella en 1212.
6. Encomienda de Salvatierra (1198).
Tomada de manos de los almohades en 1198, su castillo se convierte en la sede
y convento principal de la Orden, pasando su Comendador a desempeñar las funciones
que hasta entonces ejercía el Comendador de Calatrava.
pág. 42
Su primer Comendador, D. Rodrigo Díaz aparece en la documentación existente
en 1198. Ya en 1199, en la bula pontificia de Inocencio III, la fortaleza de Salvatierra
aparece confirmada como posesión calatrava. Cabe relacionar con la encomienda de
Salvatierra la fortaleza de Dueñas, adquirida por la Orden en 1191 con la mitad de sus
rentas y heredades.
A partir de 1211, con la ruptura de la tregua entre cristianos y musulmanes, la
fortaleza de Salvatierra se coloca en el punto de mira de los musulmanes, debido, sobre
todo, al papel de la fortaleza como base principal para el hostigamiento de los territorios
almohades. Finalmente, tras tomar la fortaleza de Dueñas y después de un largo asedio,
la fortaleza de Salvatierra cae en manos almohades, siendo recuperada al año siguiente,
durante la campaña de las Navas de Tolosa. Cercana a la fortaleza de Salvatierra, la Orden
construirá su nueva sede y convento principal con el nombre de Calatrava la Nueva48
(fig.17).
7.3.2. Encomiendas de las tierras toledanas.
1. Encomienda de Aceca.
Por orden de Alfonso VIII, el conde Nuño y su mujer Dña. Teresa, entregan en
1172 la mitad del castillo y la villa de Aceca a la Orden de Calatrava. Cuatro años después,
es el mismo Alfonso VIII quien cede la otra mitad de la villa y castillo de Aceca a la
Orden, con esta cesión se incluyen las heredades y los derechos correspondientes a la
misma, incluyendo la aldea de Velilla, que pertenecía a Aceca desde el fuero de 1102.
En 1176 aparece como encomienda, siendo su comendador D. Martín Pérez, al
que suceden D. García Ordoñez, D. Gómez Barroso y D. Íñigo Vela, estos son algunos
de sus comendadores hasta la primera década del siglo XIII.
Aunque la Orden tenía el señorío jurisdiccional, no poseía la propiedad de todos
los bienes de la villa, aunque los freires se encargaron de continuar con la adquisición de
nuevas heredades para que continuara el crecimiento económico de la encomienda. Hay
que tener en cuenta que no todas las heredades de la Orden de Calatrava en Aceca
pertenecían a esta encomienda, pues había algunas propiedades que pertenecían a la
encomienda de Guadalerza.
Cuando la frontera se traslada a Sierra Morena en 1212, el valor estratégico de
la fortaleza descendió de forma considerable, por lo que la Orden de Calatrava se inclina
por la explotación económica de esta encomienda.
48 Rodríguez-Picavea, E. (1994) Pp. 61-100.
pág. 43
2. Encomienda de Ciruelos (1176).
En 1158 Sancho III dona la mitad de la aldea de Ciruelos a la Orden de Calatrava,
pero no fue hasta 1176 cuando Alfonso VIII otorga a la Orden la totalidad de la villa,
incluido todo lo que los freires quisieran construir allí. El núcleo principal de la
encomienda está constituido por la fortaleza, confirmada por las bulas, tanto de Gregorio
VIII, como de Inocencio III. También fue el convento principal de la Orden entre 1195-
1198, entre la pérdida de Calatrava y su establecimiento en Salvatierra.
La función principal de esta encomienda era el aprovechamiento de las aguas de
los ríos Tajo y Salado, aunque sin descuidar las actividades agrícolas.
Hasta finales del siglo XII, la Orden sigue una política de acumulación
patrimonial basada en la compra de las tierras de pequeños propietarios, muchos de estos
descendientes de mozárabes.
El último Comendador que se conoce de la encomienda de Ciruelos es D. Alonso
Pérez Pantoja, puesto que la Orden cede la encomienda con carácter vitalicio a Fernando
Pérez y a su mujer Dña. Inés. En 1255, la Orden recupera la encomienda cediendo de
forma vitalicia la heredad que poseía en Pantoja a Dña. India y a su hija Dña. Inés, aunque
no se conoce ningún nuevo Comendador en Ciruelos (fig.18).
3. Encomienda de Huerta de Valdecarábanos (1204).
Cedida por Gonzalo Pérez de Torquemada y su mujer Dña. María Armíldez en
1194. En 1204, D. Martín Martínez, maestre de la Orden concedió fuero, otorgándole el
de Toledo en materia de homicidios y caloñas.
La encomienda tiene su base en la fortaleza, y probablemente ya fuera
encomienda antes de 1204, puesto que en el documento en donde se le concede fuero se
habla del Comendador del castillo (comendator castelli).
En 1210, La Orden cede la encomienda a Rodrigo Rodríguez -ya mencionado
con anterioridad-, junto con unas heredades en Aceca. A cambio, la Orden recibió 1300
maravedíes, 40 lorigas49, 25 pares de brazoneras50, el quinto de la heredad de Rodrigo y
la condición de que, a la muerte de Rodrigo, todo lo cedido volvería a la posesión de los
freires (fig.19).
49 Loriga: Armadura de láminas pequeñas e imbricadas, que como norma general eran de acero.
También puede ser una armadura para el caballo en tiempos de guerra. http://dle.rae.es.
50 Brazonera: Pieza de armadura que cubre los brazos o piernas. http://dle.rae.es.
pág. 44
4. Encomienda de Nambroca (1182).
Su primer Comendador, D. Nuño Pérez de Quiñones, aparece como uno de los
firmantes del fuero de Zorita.
El primer documento que relaciona a los freires calatravos con la aldea de
Nambroca se trata de una donación que hacen París Pérez, Pencio Pérez y Pedro Cruzat
de un majuelo51 en dicha aldea en 1167. Antes de 1187, la Orden de Calatrava poseía en
Nambroca varias casas con sus pertenencias, que fueron confirmadas en la bula papal de
Gregorio VIII, las cuales constituían el núcleo principal de la encomienda, siendo su
Comendador en esta época D. Rodrigo Díaz (fig.20).
5. Encomienda de Ocaña (1176).
Constituida en 1176, fue una de las primeras encomiendas de la Orden, aunque
también fue una de las más cortas en duración.
Su origen está en la donación de una cuarta parte del castillo y de la villa de
Ocaña, verificada por orden de Alfonso VIII por Pedro Gutiérrez y Tello Pérez en favor
de los freires calatravos en 1174. En esta donación se incluyen collazos52, tierras, viñas,
prados, pastos, ríos, molinos, pesquerías, portazgos y rentas. La más importante de estas
donaciones es el cobro del portazgo ya que a través de Ocaña se canalizaba una gran parte
del tráfico comercial de la zona.
En 1177 Tello Pérez dona la mitad de la villa de Ocaña a la Orden. En enero de
1181, y tras recibir el mismo la otra mitad de la dicha villa a través de una permuta por
parte de Alfonso VIII, Tello Pérez pacta la cesión completa de la villa de Ocaña con los
freires calatravos, que, a su vez, se la cedieron al citado Tello Pérez con carácter vitalicio,
y bajo la condición de poblarla. En dicho documento se refleja que Tello Pérez recibiría
la parte del portazgo correspondiente a los machos del ganado y de los productos
derivados como queso, manteca y lana.
Este pacto no llegó a cumplirse puesto que, en 1182, la Orden de Calatrava cede
a la Orden de Santiago la villa de Ocaña, obteniendo a cambio una renta anual de 100
maravedís en las salinas de Espartinas (fig.21).
Desde entonces, Ocaña pasa a ser una posesión de la Orden de Santiago.
51 Majuelo: Terreno dedicado al cultivo de vid, que suele estar dividido en bancales para facilitar la
recogida de la uva durante la vendimia. http://dle.rae.es.
52 Collazos: Siervos, otra acepción del término es la de labriego o también podemos encontrarlo como
arador. http://dle.rae.es.
pág. 45
6. Encomienda de Otos (1212).
Su origen se encuentra en una compra realizada en 1206 por parte del Maestre
D. Rodrigo Díaz a Ordoño Pérez de una cuarta parte de la aldea de Otos, además de otras
heredades en Madrid, Valnegral y Moratalaz por un valor de 230 maravedís.
El primero de sus Comendadores se documenta ya en la década de 1210, éste era
D. Rodrigo Pérez Freyle.
La situación geográfica del núcleo principal de la encomienda de Otos estaba
constituido por la dehesa del mismo nombre, situada al sur del Tajo y limitando con el
rio Yepes, Ciruelos, Ocaña y Aranjuez. Poseía pues, una buena posición geoeconómica,
pues a los recursos que aporta el Tajo se le une que se encontraba rodeada por los
principales poderes feudales de la zona, como son las Ordenes de Santiago y Calatrava,
sin olvidar el arzobispado de Toledo. El aprovechamiento económico de la dehesa de
Otos, está dedicado principalmente al pasto para el ganado, así como para la recolección
de leña, la caza y la pesca.
7. Encomienda del Hospital de Santa Olalla.
También conocida como «Bailía de Carmena», su origen lo encontramos en una
donación que se produce en 1205 de Pedro Fernández de Castro y su esposa hacia la
Orden de Calatrava. La donación de este señor consiste en el hospital de Santa Olalla, el
lugar de Rinconada, además, diversas heredades en Aldovea, Cortes y Santa Olalla, con
la condición de que las rentas que produjera esta donación fueran destinadas a la
edificación y el sostenimiento del hospital, que ya se encontraba en fase de construcción.
Otra de las donaciones que recibe esta encomienda fue la que el Maestre D. Martín
Martínez hace de todas las heredades que la Orden posee en la zona de la encomienda del
hospital de Santa Olalla (Ronda, Carmena, La Mata y Salmanquilla), una donación de
gran relevancia, no solo por la importancia de los bienes, sino también por la
concentración geográfica de los mismos (fig.22).
8. Encomienda de Maqueda (1192).
Denominada como “Las casas de Maqueda” en la bula confirmatoria de Gregorio
VIII (1187), posee casas, viñas, huertos y tierras además de otros bienes.
El primer Comendador documentado es D. Bermudo, el cual aparece en un
documento de compra-venta de un molino por ocho maravedís en 1192. La Orden había
comprado una viña en el Sotillo seis años antes a Domingo García y a su mujer Dña.
Dominga Fernández por 15 maravedís. En 1192 Alfonso VIII confirma a los freires
calatravos la compra de la villa de San Silvestre por 1000 maravedís, dicha villa se situaba
pág. 46
en el término de Maqueda. En 1198 son confirmados a esta villa los fueros que sus
habitantes tenían con su anterior señor Alfonso VIII -puesto que se trataba de una villa de
realengo-, por el Maestre de la Orden D. Martín Pérez de Siones. En 1183 los freires
calatravos adquieren la aldea de Mendeño, situada también en el término de Maqueda.
Esta transacción se produce mediante un cambio que se hizo con Rodrigo Gutiérrez por
una heredad en Trigueros, en el municipio castellano-leonés de Palencia.
La consolidación de esta encomienda llega en 1201, cuando Alfonso VIII dona
a la Orden y a su Maestre, Martín Martínez, la villa de Maqueda. En dicha donación se
encuentran incluidos todos sus términos, derechos y pertenecías, entre los que aparecen:
hornos, casas, baños, tiendas, caloñas53, portazgos, quintas, viñas, molinos, ríos, aguas,
…. La importancia de esta donación es grande, ya que los freires calatravos integran a su
señorío un gran territorio. Tras esta incorporación de la villa de Maqueda, la Orden de
Calatrava comienza un proceso paulatino de consolidación y crecimiento fijando los
límites del término de forma más precisa y llegando a acuerdos para el aprovechamiento
conjunto de determinadas tierras con los concejos vecinos. Por ello, en noviembre de
1208, Alfonso VIII confirma la avenencia entre los concejos de Montalbán y Maqueda.
En 1211 se confirman definitivamente los términos entre los concejos de Maqueda y
Escalona. Estos acuerdos fueron ratificados en 1229 por Fernando III (fig.23).
9.Encomienda de las casas de Talavera (1182).
Su origen lo encontramos en tres donaciones realizadas a los freires calatravos
durante el maestrazgo de D. Martín Pérez de Siones. La primera de dichas adquisiciones
procedía de Alfonso VIII, que entrega a la Orden todos los olivos que tenía en Talavera
(con la excepción de los que ya había donado al monasterio de Perales) en 1172. La
segunda, viene de parte de Dña. María de Almenara, hija del conde de Urgel, que concede
a los calatravos toda la heredad que poseía en Talavera este mismo año. La tercera
procede de Gómez Bermúdez y los hermanos Ordoño, Gonzalo y Pedro García, que
donaron toda su heredad en Talavera en 1182.
Su primer Comendador, D. Sancho Lanzol, aparece por primera vez mencionado
durante la etapa de maestrazgo de D. Nuño Pérez de Quiñones (1182-1198) (fig.24).
53 Caloña: Sanción de forma monetaria para quien cometía un delito. http://dle.rae.es.
pág. 47
10. Encomienda de las casas de Toledo (1176).
Fue una de las primeras encomiendas de la Orden de Calatrava. Su Comendador,
D. García Martínez, aparece como testigo en un documento de 117654.
Gregorio VIII confirma a los calatravos las casas de Toledo en 1187, con tiendas,
molinos, viñas, tierras y huertos. Entre los bienes de esta encomienda están incluidas las
tiendas del conde de Almería (Almería permanece bajo poder cristiano entre 1147 y
1157). En 1191, el Mayordomo Real Rodrigo Gutiérrez dona a la Orden la fortaleza de
Dueñas, la mitad de un molino y un horno en Toledo. En 1194, Alfonso López y su mujer
hacen lo mismo con unas casas y heredades en Toledo. Entre las posesiones de esta
encomienda hay que incluir los molinos que los calatravos tenían en Deizán, que fueron
donados por Alfonso VIII en 1164 y 1166 a los que hay que añadir el que donó el conde
Pedro Manrique en 1169 y que estaba situado en la “casa de la gran noria” de Toledo.
También hay que incluir en esta encomienda la viña que la Orden poseía en Azanad, así
como el baño del hospital que poseía la Orden cerca de Santa Cruz, y un mesón en la
collación de la catedral de Santa María (en este mismo barrio la Orden de Calatrava poseía
varias casas); incluyendo la posesión de un horno junto a las tiendas del distrito de
Zocodover (fig.25).
11. Priorato de Santa Fe de Toledo.
Su origen lo situamos en 1210, tras la donación de las casas de Galiana, uno de
los alcázares reales y el puente de Alcántara en la ciudad de Toledo por parte de Alfonso
VIII. En esta donación se incluía la capilla de Santa Fe55.
7.3.3. Encomiendas de la provincia de Guadalajara.
1. Encomienda de Auñón (1206).
Desde el siglo XII la villa de Auñón se encontraba dentro del término de, el alfoz
de Zorita, aunque desde principios del siglo XIII, Auñón constituye en núcleo principal
de una nueva encomienda, separándose así de Zorita.
La villa de Auñón pertenecía a la Orden de Calatrava desde que, en 1174, el
Maestre D. Martín Pérez de Siones entrega al abad de Santo Domingo el lugar de Anguix
a cambio de Auñón, aunque probablemente esta permuta no se llevara a efecto, puesto
que, en 1178, el citado Maestre calatravo compra la villa de Auñón a Pedro Martínez y
sus hermanos por 1000 libras de oro (fig.26).
54 Archivo Histórico Nacional, Ordenes Militares, carpeta 455, número 16. 55 Rodríguez-Picavea, E. (1994) Pp. 101-134.
pág. 48
2. Encomienda de Zorita (1176).
Es una de las primeras y más importantes de las encomiendas que la Orden de
Calatrava posee en la zona fronteriza.
Su origen lo encontramos en la donación que Alfonso VIII hace del castillo de
Zorita en 1174. El mismo año, Sancha Martínez dona a la Orden las aldeas de Hueva,
Almonacil y Vállaga. Dos años después, el rey de Castilla realiza otra a la Orden, la de la
villa de Moratilla de los Meleros.
En 1180, el Maestre D. Martín Pérez de Siones y el monarca Alfonso VIII,
otorgan fuero a Zorita de los Canes, fuero que fue concedido una década después por el
Maestre calatravo D. Nuño Pérez de Siones a los pobladores de Bujeda, aldea situada en
el término de Zorita. En 1212 la Orden recibe de manos de García Aguilar una casa con
su corral en Albalate de Zorita.
Esta encomienda también fue la sede de la Orden de Calatrava hasta la
recuperación de la fortaleza de Calatrava (fig.27).
A partir de 1212, esta encomienda de Zorita, al quedar alejada de la frontera
con los almohades, comenzó un gran desarrollo apoyado por un gran crecimiento
demográfico, un aumento de las actividades comerciales y artesanales y la consolidación
del ordenamiento jurídico y la organización concejil.56
7.3.4. Otras encomiendas de la Orden de Calatrava.
1. Encomienda de Madrid.
Comienza a gestarse a finales del siglo XII y principios del siglo XIII. En 1189,
el conde Pedro Manrique de Lara y su mujer, donan a la Orden de Calatrava las casas,
viñas y heredad que poseían en Madrid. En 1206, el Maestre D. Rodrigo Díaz compra a
Ordoño Pérez y a su mujer la cuarta parte de las heredades que poseían en la collación de
Santa María, de la villa de Madrid y en las aldeas de Valnegral y Moratalaz57.
2. Encomienda Mayor.
La encomienda más importante de la Orden de Calatrava, documentada como tal
desde principios del siglo XIII.
56 Ibid. Pp. 139-145.
57 Ibid. Pp. 156-157.
pág. 49
La titulación de su Comendador es la de Comendador Mayor, titulación que fue
creada a principios de 1212, en el tiempo transcurrido entre la pérdida de la fortaleza de
Salvatierra y la recuperación de Calatrava58.
Su primer Comendador documentado es D. Rodrigo García, en 1212.
3.Encomienda de la Clavería.
Es la tercera dignidad de la Orden de Calatrava y su misión consistía en guardar
el castillo y el convento de Calatrava, además de asumir las funciones de Comendador en
caso de ausencia del mismo.
El origen de esta dignidad es de la época de la creación del sistema de
encomiendas, durante la década de 1170.
El Clavero D. Domingo es el primero que aparece con tal dignidad en 117459.
El sistema de encomiendas es fundamental para la obtención de recursos y para
el control del territorio que ejerce la Orden de Calatrava. Este sistema económico y de
control se haya su inspiración en el sistema de “granjas” del Císter (fig.28).
58 Ibid. Pp. 164-165.
59 Ibid. Pp. 165.
pág. 50
8. Estructura económica de la Orden de
Calatrava.
8.1. El modelo económico cisterciense entre los siglos XII-XIII.
Se compone de tres ejes articuladores que se insertan en una estructura que llegó
a resultar bastante exitosa desde el punto de vista económico.
El primero estaría conformado por el sistema de unidades de explotación, la
forma de ser concebidas y cómo se organizan. Sabemos que la economía cisterciense se
fundamentaba en la organización de la granja (casas, en el caso de la Orden de Calatrava).
La granja es un tipo de organización cisterciense, de personas y de bienes
económicos que corresponde a las características de una explotación agraria
considerable, en la que todas las figuras económicas de la producción, es decir, el
propietario, el empresario60 y el trabajador, aparecen aglutinados en la persona jurídica
de la abadía, una abadía que podía tener, y de hecho tenía en la mayoría de los casos,
distintas granjas administrativamente independientes la una de la otra, pero todas en
conjunto formaban, por un lado, una unidad social de carácter religioso dependiente del
abad, y por otro, una unidad económica dependiente del cillerero, figura que cumpliría
las funciones de director administrativo de todos los bienes de la abadía.61 Estas granjas
no debían sobrepasar la distancia de una jornada de camino desde la abadía.
El segundo eje sería, la mano de obra utilizada, compuesta en principio, por
miembros de la comunidad, así como por algunos asalariados, fijos o eventuales, como
trabajadores libres.
El tercer eje de la economía cisterciense se articuló, en torno a la
comercialización de los productos, orientándose hacia los mecanismos mercantiles,
instalando y desarrollando determinadas redes y puntos comerciales en los distintos
centros urbanos.
60 Hace referencia a la Orden del Císter como figura de “empresario”.
61 Navarro de la Torre L. (1996). El modelo económico cisterciense y la Orden de Calatrava. Actas del
congreso Internacional Conmemorativo del VIII Centenario de la Batalla de Alarcos. (pp. 459-470).
Cuenca. España. Servicio de publicaciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. Pp. 462-463.
pág. 51
Las características principales de este modelo económico cisterciense no
permanecieron inmutables, ya que se encontraron sujetas a distintas modificaciones, que
alejarían al modelo de su forma inicial, aunque se puede considerar que el modelo citado
es válido hasta mediados del siglo XIII, aunque anteriormente ya se hubieran producido
algunos cambios.
8.2.El modelo cisterciense en la Orden de Calatrava.
La asociación con carácter religioso-militar calatravo hay que definirla teniendo
en cuenta su vinculación con la Orden del Císter.
Como hemos visto en epígrafes anteriores, la Orden de Calatrava no se afilia
desde un primer momento al Císter, lo que nos lleva a pensar que, tras el proceso de
acomodo a la Regla cisterciense, parece probable que su sistema organizativo económico
sería bastante aproximado al de la Orden cisterciense
No hay que olvidar la función militar de la Orden de Calatrava, y lo que esta
realidad conllevaba, puesto que condiciona sus primeros establecimientos y el carácter de
los mismos, articulando en torno suyo los derechos y bienes recibidos por parte de la
Corona de Castilla durante los primeros años de existencia, sobre todo durante el siglo
XII. Estas concesiones de la Corona castellana resultaban factores externos al modelo que
debía presidir la organización económica de la Orden de Calatrava, ya que debían
contemplar los principios del modelo económico cisterciense.
Las unidades de explotación y su organización siguen el modelo casas62, que
tienen carácter de explotaciones gestionadas de forma directa por la Orden. El cultivo de
dichas casas correría a cargo de conversos y de asalariados, realizando además de tareas
agrícolas, otras artesanales e incluso domésticas.
En el caso de los castillos, cumplirían la función de centros organizadores y
jerarquizadores de su entorno geoeconómico, así como de centros articuladores del
espacio político
La especificidad de la Orden, debido a su aspecto militar, y su establecimiento
en una zona de frontera o próxima a ella, hace que los freires calatravos utilicen otro tipo
de mano de obra, peculiar y propia de esas coyunturas, “cautivos de guerra”, que se
vincularían a las distintas casas.
62 El equivalente a las granjas cistercienses.
pág. 52
En cuanto al tema de la articulación del territorio, se pretende sustentar el tráfico
mercantil, pues muchos de los centros de la Orden tenían un carácter comercial, no solo
en lo relativo a la distribución de los productos en los centros urbanos, sino también en
relación con su producción, además de su vinculación a rutas comerciales63.
8.3.Actividades de explotación del medio físico.
8.3.1. La ganadería.
Debido a la concentración de la propiedad y a la existencia de grandes
extensiones de terreno, en el Campo de Calatrava se producen las condiciones idóneas
para que, tanto los señoríos eclesiásticos, como las Ordenes militares existentes en la
zona, se conviertan en grandes propietarios de ganado.
En el caso de la Orden de Calatrava, canaliza los beneficios de esta actividad
económica a través de dos acciones, la explotación de su propia cabaña ganadera y el
cobro de rentas por el uso de sus terrenos por parte de otros ganados. Uno de los
principales impuestos que maneja la Orden y que se encuentra directamente relacionado
con el tránsito de la cabaña ganadera es el del montazgo, del que podía disponer a su
antojo, incluso podía eximir de su pago a los pobladores de su señorío, como se refleja en
el fuero de Zorita en 118064.
La monarquía castellana apoya desde el primer momento el desarrollo ganadero
de la Orden de Calatrava como motor principal de su economía. De hecho, Alfonso VIII
toma bajo su protección los ganados, casas y cabañas de los freires calatravos en 1169,
quedando de esta manera con los mismos fueros y costumbres que los reales. Estas
mismas condiciones fueron ratificadas de nuevo por Alfonso VIII en 1193.
Antes de la batalla de Alarcos (1195), la cabaña ganadera de los freires
calatravos disponía de una enorme extensión de superficie de terrenos para los pastos.
Esta se extendía desde los Montes de Toledo, al Campo de Montiel y desde el Valle de
Alcudia, hasta el Campo de San Juan, sin necesidad de pagar impuestos por ello. Hay que
tener en cuenta que el Campo de Calatrava no era el único señorío de la Orden, aunque sí
que era el más importante.
63 Navarro, (1996), pp. 464-468.
64 Rodríguez-Picavea, (1994), Pp. 183.
pág. 53
La importancia de la cabaña ganadera de la Orden de Calatrava, así como la
utilización de la ganadería como mecanismo para la generación de rentas, dio como
resultado una organización del espacio con un fuerte acento pecuario. Al encontrarnos en
una zona de frontera, con un fuerte despoblamiento, además de contar con un medio físico
adecuado, hacen que, la Orden tome la decisión de supeditar su economía hacia una
orientación de tipo ganadero. Como consecuencia de esto, lo que encontramos en las
tierras del Campo de Calatrava es un espacio cubierto de dehesas, cercados, cordeles y
sendas, a los que hay que añadir los bosques, montes y pastos naturales.
El aprovechamiento de las dehesas no era exclusivamente ganadero, pues se
complementaba con pequeños cultivos, caza, pesca, y extracción de leña para los hogares
y madera para la construcción.
8.3.2. La agricultura.
La agricultura es, tras la ganadería, la segunda actividad económica más
productiva de la Orden de Calatrava, pero era dependiente de la ganadería, puesto que el
terreno agrario dependía, salvo en zonas muy localizadas, del espacio destinado a las
actividades pecuarias.
Los principales tipos de cultivos con los que trabaja la Orden de Calatrava son
los siguientes:
-Cereal.- extendido por toda el área del señorío calatravo, pero predominando en
la vega del Tajo y sus afluentes septentrionales, en donde ya existe el binomio cereal-
viña. Al sur del Tajo, la extensión del cultivo de cereal parece que es menor.
Los más abundantes son el trigo y la cebada, en proporciones parecidas. Esto
parece ser que era debido a la satisfacción de dos necesidades; harina para la elaboración
del pan, y forraje para la alimentación de la ya mencionada importante cabaña ganadera.
La explotación de las tierras de cereal se hacía fundamentalmente con arado, del
que tiraban unos bueyes unidos por un yugo. Tras el arado de las tierras se procede a la
siembra del cereal, que cuando madura es segado, tarea esta como la más valorada por
los señores. Una vez segado el cereal en el mes de agosto, se separa el grano de la paja en
las eras con el trillo.
-Viña.- seguían en importancia al cereal, se encuentran documentadas
prácticamente en la totalidad de los señoríos calatravos del valle del Tajo y sus afluentes,
e incluso, en algunos puntos del Campo de Calatrava. Las principales zonas de producción
vinícola se encontraban en el castillo Aceca y sus alrededores, en Maqueda y Santa Olalla,
y dentro del Campo de Calatrava, y a partir de su nueva conquista en 1212, se fomenta el
pág. 54
cultivo vitivinícola en Almodóvar del Campo, que junto con Calatrava la Vieja se
convierten en los mayores productores vinícolas de la zona.
Los viñedos también poseen sus trabajos específicos a lo largo del año, entre los
que podríamos destacar junto con la vendimia, el cavado de las viñas para evitar las malas
hierbas, así como la poda de éstas tras la recogida de la uva. Para la realización de estos
trabajos se utiliza principalmente la azada, la hoz podadora y el cuchillo a la hora de
vendimiar.
-Olivar.- escasas son las menciones al olivar en el señorío de la Orden de
Calatrava, su mayor número se encuentra en torno a Talavera.
-Huertas.- sí que abundan en la documentación las referencias a las huertas. Las
mejores y de mayor extensión se encuentran en el valle del Tajo y sus afluentes, puesto
que aquí hay una mayor abundancia de agua y de sistemas de irrigación, en su mayoría
implantados por los andalusíes durante su ocupación del territorio.
En las huertas se podían cultivar: árboles frutales, lino, cáñamo, rosas, moredas,
limoneros, higueras, melocotoneros, …, hasta, incluso, se documenta el cultivo del ajo en
las encomiendas de Membrilla, Villarrubia y Maqueda.
Los principales trabajos en las huertas, además de los propios del producto
sembrado, son la construcción y mantenimiento de los sistemas de irrigación.
En cuanto a los sistemas de rotación en los cultivos de secano, no existen muchos
datos, pero sí aparece documentado el sistema de cultivo de rotación bienal, cultivando
las tierras un año y dejando otro de barbecho65.
8.3.3. La explotación del monte y del bosque.
Debido a las grandes extensiones de vegetación natural del señorío calatravo, la
explotación de los recursos forestales constituye un importante complemento para la
economía de la Orden de Calatrava puesto que, además de su aprovechamiento ganadero
para pastos, también proporciona materias primas fundamentales para la vida de los
individuos.
De los bosques se extrae madera para la construcción de todo tipo de edificios,
desde iglesias hasta lagares para la elaboración de vino. También se fabricaban aperos de
labranza, muebles para las viviendas, herramientas, medios de transporte, …. La leña
obtenida se emplea para el hogar en las viviendas, así como para el funcionamiento de
hornos y herrerías. La importancia que para la vida tiene el bosque hace que se tome
65 Ibid. Pp.188-198.
pág. 55
conciencia de ello, implementando el castigo a la tala indiscriminada, así como al
incendio provocado de montes bajo multa de 300 sueldos, medida ésta que ya aparece en
el fuero de Zorita.
Además de la extracción maderera, las grandes superficies de monte y bosque se
podían utilizaban para la caza y la apicultura
Como ya hemos visto el cultivo del olivar no es muy significativo, lo que deriva
en una escasez de aceite. Sin embargo, la apicultura proporcionaba además de miel, cera
para el alumbrado cotidiano.
La práctica de la caza entre los freires calatravos les sirve como entrenamiento
para la batalla, pero para los campesinos constituye un complemento, tanto para su
economía como para su alimentación, pues la carne les aporta las proteínas que les son
necesarias.
La caza mayor estaba destinada a los señores, mientras que el campesinado tenía
que conformarse con la caza de especies más abundantes, como liebres, conejos, lobos,
zorros o palomas. Un punto de especial concentración de aves era la dehesa Zacatena,
paraje donde en la actualidad se encuentra el Parque Natural de las Tablas de Daimiel. La
caza mayor se encontraba principalmente en Sierra Morena y los Montes de Toledo.
Los señores practicaban la caza de aves mediante la cetrería, mientras que los
vasallos de la Orden cazaban con perros ayudándose de saetas o venablos. Otras técnicas
de caza que los campesinos podían utilizar eran los lazos, las redes, las losas o los cepos.
La piel de los animales procedente tanto de la caza mayor, como de la menor,
también se utilizaban con fines comerciales.
Además, el bosque también proporcionaba frutos silvestres tales como avellanas,
moras, castañas, nueces, cerezas, …66
8.4.La explotación de los recursos fluviales.
Como ya hemos dicho con anterioridad, los cursos fluviales son esenciales en
los sistemas de regadío de los cultivos de huerta, así como para el funcionamiento de los
diferentes molinos que la Orden de Calatrava posee.
Además, proporcionan una vegetación de ribera donde se pueden encontrar
distintas aves acuáticas como los patos. De esta vegetación de ribera también se extraían
las cañas o los carrizos.
66 Ibid. Pp. 211-219.
pág. 56
Otro elemento económico importante que proporcionan es la pesca, que se
realiza principalmente a través del sistema de pesquerías, donde se hace una captura
selectiva de especies a través de un sistema de presas que aprovechan el agua que se
utiliza para hacer funcionar el molino, este era un sistema de explotación más intensivo.
También se pescaba en barca o a pie, utilizando el anzuelo, la red o la nasa.67
Las especies más comunes que se capturan son anguilas, barbos, truchas, e
incluso tortugas y galápagos68.
8.5.La explotación de los recursos minerales.
La explotación de estos recursos era monopolio de la Corona, pero
paulatinamente se produce un proceso de cesión y apropiación por parte de la Orden de
Calatrava debido a la importancia que adquieren los recursos minerales. Entre este tipo
de recursos destacan:
-Las salinas.- en época medieval la sal es un alimento de una importancia
transcendental, además, al ser un mineral se puede explotar de forma intensiva y es más
fácil y rápida su comercialización.
-Las minas del Campo de Calatrava.- las más importantes de estas eran las de
Almadén (las mayores minas de mercurio del mundo), que estaban protegidas por el
castillo de Chillón y una red de pequeñas atalayas y castillos que controlaban las vías de
comunicación que llegaba hasta ellas. Su explotación intensiva comienza una vez que se
aleja la frontera con los musulmanes.
Además de las de Almadén, la Orden poseía minas de plata y plomo en el valle
de Alcudia; de hierro en Bolaños; de plata, hierro y cobre, en Malagón; de plomo, en
Puertollano y de oro y cobre, en Calzada de Calatrava.
-Otras explotaciones de minerales.- la Orden poseía otras minas, como la de
greda, en Magán. La greda era utilizada para desengrasar los paños y limpiarlos. En la
zona de la Alcarria parece abundantemente la caliza, la piedra, la arena y el yeso. También
poseía buenas tierras para hacer ladrillos en Polán o para fabricar cal en Atienza69.
67 Nasa: Cesto de forma cilíndrica hecho de red o juncos entretejidos con una especie de embudo dirigido
hacia dentro en su base. http://dle.rae.es.
68 Rodríguez-Picavea, (1994), Pp. 219-222.
69 Ibid. Pp. 222-228.
pág. 57
8.6.Actividades de transformación.
Las que se realizaban en el señorío calatravo eran totalmente necesarias, tanto
para la elaboración de determinados productos, como para su comercialización. Las
infraestructuras necesarias para este tipo de actividades están estrechamente relacionadas
con la explotación del medio físico.
8.6.1. Molinos hidráulicos.
Sin duda es la máquina tecnológica más avanzada de la economía feudal. Se
encuentra estrechamente ligada a la propiedad del agua, pues depende de ella para su
funcionamiento; es el eje central del sistema de riego. Estos molinos podían ser tanto de
rueda vertical, que eran los más comunes desde mediados del siglo XII, como de rueda
horizontal, cuya sustitución por los anteriores había comenzado a mediados del siglo XI.
Los molinos, tanto de un tipo como de otro, eran utilizados para moler el cereal,
que, como ya hemos dicho, era el cultivo más extendido en las posesiones de los freires
calatravos. Algunos de estos molinos también servían para la extracción de aceite puesto
que debido al escaso número de olivar que poseía la Orden, no se tiene constancia de la
existencia de molinos aceiteros especializados.
Los molinos de rueda vertical o aceñas, también podían utilizarse para ser
convertidos en batanes, aprovechando la energía hidráulica para golpear, desengrasar y
enfurtir los paños.
Los molinos estaban construidos con madera, ladrillos y cal, aunque también
podían contar con algunas piezas de hierro. Debido a lo costoso de su construcción y su
reparación, se legisla para protegerlos, junto con sus infraestructuras de casas, presas y
canales, y, sobre todo, contra el establecimiento de otros molinos en el mismo curso
fluvial. Se protege siempre a los ya existentes, para que así no se queden sin agua para su
funcionamiento.
El molino también es un símbolo de poder feudal, por lo que prácticamente todas
las encomiendas calatravas poseían alguno, ya fuera directamente o participando en sus
rentas, pues generaban cuantiosos ingresos (fig.29).
Cabe hablar de la relación existente entre la Orden de Calatrava y los molineros,
pues estos eran los representantes del poder de la Orden, y su eficacia dependía del cobro
de las rentas a los campesinos. A la hora de repartir los beneficios del molino con la
Orden, el molinero se hacía acreedor de una cuarta parte de la ganancia por moler,
quedándose los freires con las tres cuartas partes restantes.
pág. 58
Tal era la importancia de generación de ingresos de los molinos que a menudo
su propiedad se encontraba dividida entre varios propietarios, normalmente en dos o tres
partes, pero incluso pudiendo llegar a ocho o más, por lo que la Orden de Calatrava en
algunas ocasiones, solo poseía un porcentaje del mismo.
8.6.2. Hornos de pan.
Junto con los molinos, constituyen los medios de transformación de la materia
prima más importantes de este tipo en la economía feudal. Además, se configura como el
complemento ideal del molino harinero, puesto que, con la cocción del pan, culmina el
trabajo comenzado con la transformación del grano en harina.
Su construcción era más asequible que la de un molino, tanto es así que los
campesinos con recursos podían permitirse construir un horno pequeño en su casa.
La Orden de Calatrava poseyó el monopolio de los hornos de pan que se
encontraban en su señorío, pues de los veintiún hornos documentados, los freires
calatravos tenían una participación total o parcial en dieciocho de ellos. Estos
monopolios, establecidos a través de ordenamientos forales, lo que realmente hacen es
sancionar estos mecanismos para conseguir renta a favor de los poderes feudales.
No en todos los lugares el monopolio era absoluto por parte de la Orden, en el
caso de la Huerta de Valdecarábanos, el Maestre calatravo Martín Martínez, en 1204,
concede autorización a los vecinos para hacer un horno, siempre y cuando su uso fuera
privado, y por tanto no se cobrara rentas por la cocción de pan, puesto que este derecho
solo estaba reservado a la Orden, que recibía un pan de cada veinte cocidos.
Como vemos, el horno al igual que el molino era un instrumento del poder
feudal, además de un importante cauce de adquisición de renta, a través del cobro de
forraje o, como en la mayoría de los casos, una determinada cantidad de panes cocidos.
También, como en el caso de los molinos, se encontraban a menudo asociados a las
distintas encomiendas de los freires calatravos. Puesto que tanto su precio de construcción
y sus gastos de reparación y mantenimiento eran menores a los de un molino, tenían una
mayor rentabilidad potencial que éstos.
El personal encargado del funcionamiento de los hornos eran los llamados
horneros, individuos estos que eran personal asalariado, y que en la mayoría de los casos
era un cargo ocupado por mujeres. Entre sus obligaciones encontramos las de calentar
pág. 59
convenientemente el horno por las mañanas o cocer el pan de forma adecuada. Su sueldo
era una cuarta parte de la renta del horno70 (fig.30).
8.6.3. Otros medios de transformación de las materias primas.
Además de los molinos y los hornos de pan existían otro tipo de hornos, entre
los que encontramos los de cal, de fragua, de orfebre y de vidriero.
Es evidente la existencia de hornos de cal, aunque no se haya encontrado
documentación a este respecto, puesto que la cal era muy utilizada en diversas
construcciones. En el caso de los hornos de fragua ocurre algo semejante, no existe
documentación de tales hornos, pero son imprescindibles para el desarrollo del trabajo de
los herreros. Estos hornos se utilizaban para dar a la fragua la potencia calorífica necesaria
para poder manipular el hierro con el que se fabricaban aperos de labranza, herraduras
para las caballerías y el ganado, herramientas para la construcción o material bélico. Otro
caso similar a los anteriores es el horno del orfebre, del que no se posee documentación,
pero sí que existe una presencia de orfebres en Zorita. Este horno es de menor tamaño
que el de fragua.
Otro de los elementos de transformación de materias primas de los más
importantes en el señorío calatravo es el lagar, puesto que los freires calatravos controlan
de principio a fin todo el proceso de transformación de la uva, desde el cuidado de las
viñas, hasta la comercialización del vino71.
8.6.4. Actividades artesanales.
Entre los maestros artesanos destacan los constructores, encargados de la
construcción de torres, puentes, iglesias, molinos, casas, … Estos artesanos tenían que
terminar la obra de cuya construcción estuvieran encargados en el plazo previsto, so pena
del pago de un maravedí por cada día de retraso como sanción.
Otros artesanos relacionados con la construcción eran los fabricantes de ladrillos
y los tejeros, este último oficio prosperó de forma más rápida debido a una disposición
de obligaba a que todas las casas cuya cubierta fuera de paja, tenía que ser sustituida por
una de tejas.
Por otra parte, los carpinteros se encargaban de construir los cimientos y la
estructura de los edificios, así como la de los muebles y puertas de dichos edificios.
70 Ibid. Pp. 228-241.
71 Ibid. Pp. 241.
pág. 60
Los artesanos dedicados a actividades relacionadas con el vestido tienen un lugar
destacado dentro del ámbito del señorío calatravo. El pellijero o curtidor de pieles era el
encargado de que las pieles estuvieran en buenas condiciones, si no era así y se
encontraban desperfectos, tenía que pagar una multa de cinco maravedís. Su trabajo se
realizaba en las tenerías.
Los tejedores se encargaban de transformar el hilo en paños tejidos, abatanados
y tundidos, y para ello se utilizan los batanes, instalados en los cauces fluviales; éste fue
un elemento fundamental para la industria textil. El tejedor tenía que entregar al cliente
un paño seco y limpio cuyo peso tenía que ser igual al del hilo entregado para su
realización.
Los sastres o alfayates eran los encargados de confeccionar los trajes y ropas con
los tejidos que les entregaban los clientes, a los que se les devolvía los trozos de tejido
sobrante tras la confección de las ropas.
Los zapateros eran los encargados de la manufactura del calzado; en su caso
también debían pagar multas por la fabricación de calzado defectuoso o por intentar que
aparentaran más calidad que la que realmente tenían. Las pieles más apreciadas para el
calzado eran las de cordobán y las de carnero.
Dentro de la sección de artesanos que se dedicaban a la transformación de
minerales destacan los herreros, que como hemos mencionado con anterioridad, eran los
encargados de la fabricación de herramientas, aperos de labranza, herramientas para la
construcción. Otra tarea del herrero de las más demandadas era la del herraje del ganado
doméstico.
Los orfebres trabajaban con el oro, la plata y las piedras preciosas, además de
otros metales de menor valor. Esta actividad artesana estaba enfocada hacia los estratos
más adinerados de la sociedad72.
8.7.Comercio.
8.7.1. La red viaria en el Campo de Calatrava.
La estructura viaria principal en la meseta meridional procede de época romana.
Los andalusíes y cristianos, que posteriormente ocuparon el territorio, solo
reconstruyeron las calzadas y caminos existentes y en el caso del trazado de alguna vía
de comunicación nueva utilizaron como referencia el entramado romano.
72 Ibid. Pp. 242-243.
pág. 61
El principal eje que atravesaba la meseta de norte a sur era el camino de Toledo
a Córdoba, una calzada romana adaptada por los musulmanes y posteriormente utilizada
por los cristianos tras la conquista del territorio. La otra gran vía que atravesaba la meseta
de oeste a este era la calzada romana que unía Chinchilla con Mérida y que atravesaba
los campos de Calatrava y Montiel.
Este entramado de caminos afectaba de una forma u otra a todos los señoríos
calatravos, especialmente a los que se encontraban en el Campo de Calatrava, puesto que
allí se cruzaban las dos principales vías anteriormente mencionadas. También fue en la
calzada entre Toledo y Córdoba donde se establecen las fortalezas más importantes de la
Orden en el Campo de Calatrava y las encomiendas asociadas a ellas, Guadalerza,
Malagón, Calatrava, Alarcos, Caracuel, donde enlaza con la calzada oeste-este, que
conducían a la fortaleza de Chillón y las minas de Almadén.
Debido al despoblamiento, en el Campo de Calatrava no abundaban los caminos,
puesto que la mayoría de núcleos de población se articulaban en torno a estos dos ejes
principales.
La red viaria en el Campo de Calatrava se completaba al oeste por una vía que
unía Toledo con Córdoba a través del puerto del Milagro, y al este, con la ruta que unía
Caracuel y Calatrava con la fortaleza de Uclés, situada ya en territorio de la Orden de
Santiago.
Por otro lado, el Campo de Calatrava sí que se encontraba atravesado por una
extensa red de cañadas ganaderas, en especial, en los Montes de Toledo y en el Valle de
la Alcudia. Estas cañadas a menudo utilizaban antiguas calzadas romanas, aunque
también se abrieron nuevos caminos que posteriormente se utilizaron para el comercio
entre los distintos núcleos de población.
Podemos decir que, en la extensa y poco poblada zona del Campo de Calatrava,
la red viaria se encontraba supeditada a la proximidad de los núcleos de población más
significativos, a los principales caminos y a las cañadas ganaderas.
Los équidos y las carretas constituyen el medio de trasporte por excelencia tanto
para individuos, como para mercancías: las recuas, las caravanas de mulas y los burros
de carga pasan a ser el sistema más amplio para las travesías de larga distancia. En 1169,
Alfonso VIII canaliza este tránsito de recuas procedentes de Córdoba y Úbeda a través de
la fortaleza de Calatrava, y en 1173, amplía esta concesión a todas las recuas procedentes
de territorio andalusí, excepto las que procedían de Segura que tenían que pasar por la
fortaleza de Consuegra.
pág. 62
Además de los caminos, los cursos fluviales se constituyen como vías de
transporte para el comercio, el Tajo, por ejemplo, se utilizaba para el transporte de
madera. En cuanto al Guadiana, no existe documentación relativa a la utilización del
cauce del río para el transporte de mercancías, aunque sí se sabe que se pescaba con
barca73.
8.7.2. Lugares destinados al intercambio comercial.
La comercialización y la venta del día a día se realizaba en tiendas y mesones,
en los mercados con una periodicidad semanal y en las ferias cada seis meses o
anualmente. La realización de los intercambios comerciales en estos lugares tan
concretos, permite a la Orden de Calatrava ejercer un estrecho control sobre esta actividad
económica, intentando así sacar el mayor beneficio económico posible de los lugares
donde se practicaban las distintas actividades comerciales.
Los mesones cumplían una función doble, pues eran grandes establecimientos
donde se vendían mercancías y que a la vez funcionaban como posada para los
mercaderes. Los mesones solían disponer de varias tiendas que poco a poco se fueron
especializando en la venta de un solo producto. También se constituyen en los lugares
más adecuados para comercializar el vino, en las tabernas o bodegas (que podían ser tanto
locales dentro de un mesón, como edificios independientes), los taberneros tenían que
preocuparse de que el vino no estuviera aguado y que las medidas fueran las adecuadas,
bajo multas que oscilaban entre un maravedí y que podían llegar al cierre del local durante
un año. Como ejemplo de la importancia que la Orden de Calatrava daba a este tipo de
rentas, basta decir que poseían una taberna en la collación de la catedral de Santa María,
en Toledo.
Unos puntos de venta de las mercancías algo más reducidos que los mesones,
aunque también especializados, eran las tiendas. En los dominios calatravos
predominaban más las tiendas que los mesones, puesto que la mayoría de poblaciones
eran de un tamaño reducido y de carácter rural. En ellas, la Orden intentó controlar y
encaminar la actividad comercial en su beneficio. Este control sobre el comercio por parte
de los freires calatravos se puede observar en el monopolio que tenían sobre las tiendas
de su señorío, principalmente sobre las carnicerías y otras tiendas de productos
alimenticios. Los beneficios conseguidos mediante este control procedían principalmente
del alquiler del local. Para hacernos una idea de lo que la Orden recibía tenemos el fuero
73 Ibid. Pp. 244-247.
pág. 63
de Miguelturra, en el que nos dicen que: por una vaca, el carnicero tenía que pagar a la
Orden ocho libras de carne o su equivalente en dinero, seis libras por cada ciervo, una por
cada carnero y media por cada cordero.
Semanalmente y en el ámbito de la aldea, villa o ciudad, se celebraba el mercado,
al que acudían los habitantes del núcleo de población para realizar sus intercambios
comerciales.
Las ferias, con una periodicidad semestral o anual, superaban el ámbito
comercial a nivel local y regional. En el Campo de Calatrava, en donde la actividad
comercial era más escasa que en otros lugares de la meseta meridional, las ferias no
comenzaron a producirse hasta mediados del siglo XIII74.
8.7.3. El comercio como mecanismo para la generación de rentas.
Puesto que el comercio es una inagotable fuente de generación de rentas, era
muy apreciado por la Orden de Calatrava. Como norma general, las rentas sobre el
tránsito comercial se cobraban en puentes, barcos y puertos de montaña, por lo que
estaban muy unidos a la organización territorial y al control que sobre ésta ejercen los
freires calatravos.
De todos los impuestos que se cobraban relacionados con el tránsito de
mercancías, el más importante era el portazgo. Como ya hemos dicho, Alfonso VIII
concede a los freires calatravos en 1169 el portazgo de todas las recuas que procedían de
Córdoba y Úbeda, impuesto que posteriormente se amplía a todas las que provenían de
territorio andalusí, excepto las que transitaban a la tierra de Segura. La importancia de
este impuesto para la Orden, que se canaliza a través de Calatrava, se demuestra con las
tres confirmaciones que otorga Alfonso VIII a finales del siglo XII.
Entre los productos que pagan portazgo se encuentran: el trigo, garbanzos,
guisantes, queso, carne, miel, pescado de agua dulce y salada, ajos, cebolla, sal,
pimienta, puerros, fruta, vino, además de las diversas telas, pieles, arcilla, hierro y cera.
Además del portazgo también se cobraban pontazgos y barcajes, que a menudo
aparecían camuflados como portazgos. A estas rentas se les unían las procedentes de las
74 Ibid. Pp. 247-252.
pág. 64
recibidas por las tiendas, mesones y alcabalas75 que grababan todo tipo de ventas,
especialmente durante la celebración de las ferias76.
75 Alcabalas: Tributo del tanto por ciento del precio que pagaba al fisco el vendedor en el contrato de
compraventa y ambos contratantes en el de permuta. http://dle.rae.es/.
76 Rodríguez-Picavea, (1994), pp. 253-256.
pág. 65
9. Actuación de la Orden de Calatrava en la
defensa de la frontera castellana durante los
siglos XII-XIII.
Cuando hablamos de frontera refiriéndonos a los reinos cristianos de la Península
Ibérica no es fácil separarla de la presencia del islam, sobre todo, cuando dicha palabra
se utiliza como referencia a un espacio político.
El término “frontera” aparece en la documentación castellana de finales del siglo
XII y principios del XIII, casi siempre en el contexto de la actividad de la conquista
cristiana. Por lo que dicho concepto, parte de la necesidad de señalar el antagonismo
ideológico y cultural entre cristiandad e islam. Por tanto, podemos decir que, la frontera
por excelencia es hasta bien entrado el siglo XIII, la desplegada frente al islam y su
amenaza.
A los reyes correspondía su defensa y fortificación. Las órdenes militares se
vinculan a esta franja de tierras como delegadas de ese deber regio de protección de dicho
territorio del reino. Además, su protección es fruto de la fortificación, a la que va unida
una acción colonizadora previa para sustentarla77.
9.1. Protección militar de la frontera.
En el contexto de esas políticas de colonización y protección se encuentra la
creación de las órdenes militares hispánicas, puesto que hasta este momento encontramos
en tierras castellanas las milicias nacidas en Tierra Santa, templarios y hospitalarios.
Los documentos constitutivos de las distintas milicias hispánicas recogen
claramente esta vinculación. Cuando en enero de 1158 Sancho III de Castilla entregaba a
los cistercienses dirigidos por el abad D. Raimundo de Fitero la villa fronteriza de
Calatrava, lo hacía con el encargo “defendatis eam a paganis inimicis crucis Christi”
(defenderlo de los paganos y enemigos de Cristo).
Este papel de la Orden de Calatrava en la defensa fronteriza se aprecia de forma
clara durante el reinado de Alfonso VIII de Castilla, en la época que antecede a la batalla
77 Ayala Martínez, C. (2006). Frontera y Ordenes Militares en la Edad Media castellano-leonesa (siglos
XII-XIII). Revista Estudios de Historia, Historia Medieval, (24), 87-112. Pp. 87-91.
pág. 66
de Alarcos. El rey comienza a elaborar una política de sustracción a la nobleza laica de la
defensa de las fronteras, concediéndola a las órdenes militares de reciente creación, junto
al arzobispado de Toledo.
La defensa de los sistemas de comunicación con al-Ándalus, que hacía de
Calatrava un importante nodo de comunicaciones, fue entregada a los calatravos.
La derrota de Alarcos tuvo tal trascendencia que fue un duro golpe para las
órdenes militares, y de modo especial para la más expuesta de todas ellas, la de Calatrava,
que en aquella jornada había perdido a casi todos sus freires.
Entre las razones que explican este contundente fracaso militar podemos hablar
desde, la efectiva agresividad del califa almohade o del apoyo que recibió del rey de León,
hasta una concepción de frontera entendida como una estructura militar capaz de
garantizar la defensa y posibilitar la agresión, puesto que Alfonso VIII con anterioridad a
1195 solo se preocupa de diseñar una barrera de contención militar que confía a los freires
sin atender, a la labor de colonización que permitiera asentarla sobre base firme.
Las órdenes militares, recién creadas e institucionalmente débiles, no hubieran
sido capaces en estos momentos de ofrecer otro servicio a la corona que el de ser simples
guardianes de un amplio territorio despoblado y con una economía desarticulada.
Después de la batalla de Alarcos se inicia un proceso consolidación de la frontera
por la propia madurez de las órdenes militares, lo que conformará un articulado espacio
político, consistente y totalmente unido al reino de Castilla. Si la debilidad estructural de
la frontera fue la causa que explica del retroceso cristiano de Alarcos, también se puede
decir que, tras subsanar los errores del pasado, es la razón que permite explicar el éxito
de Las Navas de Tolosa, al que tanto contribuyeron los contingentes de las órdenes
militares.
Los freires calatravos son unos de los grandes protagonistas de la conquista
peninsular, a partir de la batalla de Las Navas de Tolosa se dedicaron a recuperar sus
posiciones en el Campo de Calatrava, y esto lo hicieron con cierta rapidez. En 1217, o
poco después, habían conseguido recomponer su señorío original, trasladando su sede
principal y convento desde Calatrava a unos 58 Km al sur, el enclave de Calatrava la
Nueva, junto al castillo de Salvatierra.
Desde esta nueva sede de Calatrava la Nueva, los freires calatravos se dedicaron
a hacer incursiones en tierras jiennenses donde prolongarían su compacto señorío
manchego sobre la sólida base de la futura encomienda de Martos.
pág. 67
Este protagonismo militar de los freires calatravos se convierte en eficaz en la
misma medida que responde a un proceso previo de colonización del área fronteriza. La
falta de colonización antes de 1195 explica el desastre que, para las órdenes militares
supuso la batalla de Alarcos, a la vez que la lenta, pero firme consolidación de este sistema
de colonización del territorio a partir de 1212 está en la raíz del éxito posterior en la
conquista de territorios en el alto y medio Guadalquivir78.
9.2. Colonización del espacio fronterizo.
La colonización es un proceso complejo en el que intervienen muchos factores,
pero con un resultado final de dinamización económica, poblacional e institucional de un
territorio, que en el caso de la frontera tiene una serie de indicadores de cuya vitalidad
depende su eficacia.
En primer lugar, la existencia de modelos de explotación agraria, en un
documento real, referido a la Orden de Calatrava anterior a 1195, Alfonso VIII disponía
que todos los castillos de la milicia habrían de contar con cuarenta yugadas de tierra ad
anni vicem (al cabo del año) destinadas a repoblar.
En segundo lugar, indicios de vertebración territorial capaces de relacionar
espacios dispersos. Antes de finalizar el siglo XII, los freires calatravos controlan una
buena parte de los portazgos del Campo de Calatrava, y poco después, comenzaron a
hacer un gran esfuerzo para adecuar el trazado de cañadas y veredas a su propia estructura
de encomiendas, para así poder conectarlas y mejorar la articulación del territorio.
En tercer lugar, la existencia de mecanismos institucionales con capacidad para
integrar y coordinar actividades productivas y garantizar la conservación de excedentes.
La creciente actividad pecuaria, avanza la existencia de mecanismos institucionales
capaces de consolidar iniciativas y garantizar la preservación de excedentes. Este
indicador nos permite corroborar la eficacia de la colonización decididamente desplegada
por las órdenes militares desde la década de los años veinte del siglo XIII.
Sirva como ejemplo de ello, aunque escape una década al marco temporal
propuesto para nuestro trabajo, el acuerdo suscrito por calatravos, templarios,
hospitalarios y santiaguistas en su hermanamiento de 1224. En esta ocasión los freires
crearon una comisión encargada de velar por la preservación de la paz y buen
entendimiento de todas las ordenes anteriormente mencionadas y que se encargaba a su
78 Ibid. Pp. 91-102.
pág. 68
vez de corregir al maestre o prior errado o dilapidador, creando así un cauce institucional
capaz de enmendar las actuaciones de sus máximos representantes jerárquicos.
9.2.1. La colonización en el Campo de Calatrava.
El Campo de Calatrava se constituye como el núcleo principal del dominio
calatravo en la meseta meridional. En esta comarca, que se encuentra socialmente
desarticulada, se organiza el espacio a través de las fortalezas. Los límites de la comarca
del Campo de Calatrava los define Alfonso VIII en 1189, aunque no terminan de
perfilarse y completarse hasta finales del siglo XIII, llegando a acuerdos con las órdenes
de Santiago, del Hospital, y los concejos de Toledo y Córdoba.
Este extenso territorio estaba regido desde su conquista mediante un fuero que
Alfonso VIII concede a la villa de Calatrava en 1147. El contenido de este foro ha llegado
hasta nuestros días a través de una copia de mediados del siglo XVII. En este documento
aparece el término fratres, que se encuentra asociado a alguien con la capacidad de
imponer el fuero y las costumbres que deberían regir en la villa de Calatrava, lo que nos
lleva a pensar en la presencia de una Orden militar que ejercía su señorío en la comarca.
Esta Orden no podía ser más que la Orden del Temple, que tuvo la posesión de la villa a
mediados del siglo XII.
El freire calatravo Francisco de Rades y Andrada, primer freire que se dedica a
historiar los hechos acontecidos en torno a la Orden de Calatrava, nos dice que la Orden
del Temple permaneció en la villa de Calatrava durante ocho años. Si tenemos en cuenta
que Alfonso VIII cede dicha villa a la Orden de Calatrava en 1158, deberíamos situar a
la Orden del Temple alrededor de 1150, por lo que resulta extraño la aparición del término
fratres en el fuero de la villa de Calatrava de 1147.
Para explicar este pequeño baile de fechas, Rodríguez-Picavea nos ofrece tres
posibles respuestas.
Uno, que el documento, al tratarse de una copia de un documento anterior que
se encuentra en mal estado, esté mal fechado, cosa que a Rodríguez-Picavea le parece
poco probable.
Dos, que la Orden del Temple tomara posesión de la villa de Calatrava en 1147,
algo bastante improbable, puesto que esto contradiría toda la documentación existente
hasta ahora, por lo que solo se podría pensar que ocurrió algo así si apareciera un
documento en el que Alfonso VIII dona a la Orden del Temple la villa en este año, algo
que también parece poco probable.
pág. 69
Tres, la opción que parece más lógica, es que los freires calatravos hicieran una
interpolación del término fratres del fuero de 1147 para su posible propio beneficio.
La aplicación de este fuero de la villa de Calatrava de 1147 se mantuvo vigente
a lo largo de los siglos XII y XIII, lo cierto es que no hubo necesidad de volver a legislar,
puesto que, en el fuero, ya se establece que los pobladores de la villa de Calatrava y de
todos sus términos (es decir, todo el Campo de Calatrava), debían de someterse a los
fueros y costumbres que los freires les impusieran.
En estos primeros tiempos la Orden de Calatrava no necesitaba una elevada
población en la comarca, puesto que, para su economía basada en la ganadería y el
aprovechamiento del tráfico comercial, ya contaba con el control de los principales
enclaves del territorio situados entre los Montes de Toledo y Sierra Morena.
Además, las rentas que le habían sido donadas por la Corona, le producían unos
beneficios más altos y seguros que los que les proporcionaría la ocupación y explotación
del territorio.
La organización del espacio en torno al territorio del Campo de Calatrava gira
alrededor de las fortalezas calatravas, que funcionan como baluartes defensivos a la vez
que como centros de repoblación. En 1181, Alfonso VIII marca las directrices con las que
se debía regir la repoblación de estas fortalezas.
Ese mismo año, la Orden concede a Tello Pérez un total de 30 yugadas (una
superficie de más de 1000 hectáreas) en distintas poblaciones en régimen de heredad y
con la condición de que vuelvan a la Orden a su muerte. Esta concesión es para el
establecimiento de población en los diferentes núcleos urbanos.
El protagonismo de estas fortalezas se acentuaba cuanto menos desarrollada se
encontraba la repoblación, es por ello por lo que la ubicación de estas fortalezas se
encontraba ligada al control de las principales vías de comunicación, entre las que
destacan las que se encontraban en el camino entre Toledo y Córdoba. A partir del siglo
XIII, las fortalezas más cercanas a Calatrava se aprovechan de la decadencia de ésta.
Las restantes fortalezas del Campo de Calatrava controlaban los pasos naturales
y las vías de comunicación. En el caso de la fortaleza de Chillón, además se encargaba de
la defensa de las minas de Almadén y del control del acceso a la comarca de los Pedroches
en Córdoba. Las fortalezas de Dueñas y Salvatierra controlaban el valle del Jabalón y el
paso del Muradal79.
79 Ayala, (2006), pp. 102-107.
pág. 70
10. Actuación de la Orden de Calatrava
en la defensa de la frontera castellana
durante los siglos XII-XIII.
En la Edad Media, las batallas campales fueron acontecimientos bélicos muy
poco frecuentes, por ello el reinado de Alfonso VIII fue excepcional, ya que presenció
dos de las más importantes batallas de la Historia Medieval de la Península Ibérica:
Alarcos (19 de julio de 1195) y las Navas de Tolosa (16 de julio de 1212), por lo que
ambos acontecimientos se encuentran estrechamente relacionados, y por tanto cabría
plantearse si la batalla de las Navas de Tolosa fue una causa directa de la derrota de
Alarcos.
Los cronistas castellanos de la época ven como causa directa y como una
venganza personal de Alfonso VIII el desarrollo de los acontecimientos que van desde la
derrota de Alarcos a la victoria de Las Navas.
Todos los errores estratégicos y tácticos cometidos por los cristianos en Alarcos
son subsanados en Las Navas. Intentando evitar lo sucedido en Alarcos, en 1212 Alfonso
VIII se preocupó por reunir un gran ejército que pudiera hacer frente con garantías al
ejército almohade. La batalla de Alarcos fue consecuencia de una estrategia defensiva,
puesto que Alfonso VIII quería detener el avance almohade hacia Castilla, mientras que
la campaña de 1212 fue concebida como una ofensiva cuyos objetivos eran: primero,
reconquistar las fortalezas fronterizas manchegas y los pasos de Sierra Morena en litigio
desde mediados del siglo XII, y segundo, librar batalla campal contra el ejército almohade
no en las fronteras castellanas, sino en territorio musulmán.
En Alarcos fueron los andalusíes quienes marcharon hacia el campo de batalla,
mientras que en Las Navas lo hicieron los cristianos; en ambos casos, el ejército que tenía
una posición más estática inició la batalla precipitadamente, y cansado después de haber
formado en el campo de batalla durante los días anteriores a la contienda. De igual forma,
la prudencia que en Alarcos demostraron los almohades y en Las Navas los cruzados, dio
a sus enemigos una falsa sensación de seguridad que finalmente se revelaría fatal para
ellos. El recuerdo del envolvimiento que la caballería de Alfonso VIII sufrió en 1195
pág. 71
explica que en 1212 los caudillos cristianos ordenaran sus tropas en cuerpos mixtos de
caballeros y peones con el fin de evitar un nuevo desastre80.
10.1. Guerra y batalla en la Edad Media.
En la sociedad hispano-cristiana, la guerra se desarrollaba a través de una
sucesión de ataques rápidos y devastadores (algaras, algaradas, cabalgadas), de golpes de
mano y asedios de castillos y fortalezas a lo largo del periodo que transcurría entre mayo
y noviembre, el llamado “tiempo de la guerra”. Actividad continua, poco mortífera, pero
muy destructiva, y esencialmente depredadora. Los males que produce exigen la
protección de las zonas fronterizas, la construcción y reparación de fortalezas, la defensa
de las poblaciones, la vigilancia ante incursiones enemigas, la defensa de ganados y
campos y la protección de villas y ciudades.
La batalla formaba parte de la actividad bélica, pero era un acontecimiento muy
poco frecuente, solo una posibilidad, inusual y poco probable de solventar los conflictos
entre enemigos. Debía ser dirigida y conducida por el rey, porque solo el rey es el
responsable de la paz del reino. La batalla inaugura un tiempo nuevo diferente del tiempo
de la guerra que podemos llamar el “tiempo de la batalla” que, al poner fin, de un modo
rápido y definitivo, a los “males de la guerra”, se convierte en una alternativa, a la hora
de poner fin a dichos males81.
Los estudiosos del “arte de la guerra”, han transmitido la idea de que el
comportamiento de los líderes militares medievales era de todo punto incompatible con
la existencia de nociones que pudieran acercarse siquiera al concepto de estrategia, en el
mejor de los casos, podían ser considerados como tácticos, pero nunca como estrategas.
El planteamiento de un cerco sobre una posesión enemiga implicaba una
confrontación directa con el adversario que no siempre podía ser asumida sin un grave
riesgo de fracaso, no solo por motivos técnicos. Al margen de la probada superioridad de
los medios defensivos sobre los ofensivos, cualquier lugar cuya comunidad estuviera
políticamente cohesionada, fuera económicamente próspera, demográficamente
importante y militarmente fuerte, podía mostrar una capacidad de resistencia que
sobrepasaba el impulso agresivo de una hueste asediante.
80 Alvira Cabrer, M. (1996). De Alarcos a las Navas de Tolosa: Idea y realidad de los orígenes de la batalla
de 1212. Actas del Congreso Internacional Conmemorativo del VIII Centenario de la Batalla de Alarcos
(pp. 249-264). Cuenca. España. Servicio de publicaciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. Pp.
251-255.
81 Ibid. Pp. 255-257.
pág. 72
Por ello, los dirigentes cristianos tenían que realizar previamente una labor de
desgaste de los recursos sobre los que se sustentaba el adversario que condujese a su
desequilibrio político y social, a su ruina económica, a la división entre gobernantes y
gobernados, al debilitamiento de sus bases defensivas.
En este aspecto, sería un error considerar el reinado de Alfonso VIII como una
excepción dentro del modelo de comportamiento bélico en el medievo occidental. Alarcos
y Las Navas, dentro de la perspectiva de la biografía militar completa de Alfonso VIII, se
presentan como dos acontecimientos extraordinarios dentro de una rutinaria guerra de
desgaste, de cabalgadas y de cercos.
Las batallas constituían raros episodios en la vida militar, y en la mayoría de los
casos, se enmarcaban en el contexto de un cerco o de una cabalgada. A veces, una
guarnición cercada podía arriesgarse a abandonar la protección de sus murallas y dirimir
el conflicto en campo abierto con los asediantes, aunque era más frecuente que la
confrontación campal se desarrollara entre un ejército cercador y una hueste que llegaba
en auxilio de los asediados. Aunque, en cualquiera de los dos casos, el enfrentamiento
campal no reflejaba la materialización de un claro deseo de medirse con el enemigo, sino
la estrategia utilizada por el atacante para concluir con éxito una campana de conquista y
la empleada por el agredido para evitar una pérdida territorial.
En algunos casos, la batalla parece una elección estratégica adoptada por parte
de alguno de los contendientes, que suele ser aquel que, previendo las intenciones de un
enemigo dispuesto a irrumpir violentamente en su territorio, se prepara para atajar aquella
situación antes de que comiencen las devastaciones. En estas ocasiones se requería
siempre una información más o menos precisa sobre los movimientos y objetivos de los
adversarios, con suficiente antelación como para convocar las fuerzas propias y
trasladarlas a la frontera, hasta el lugar por donde se adivinaba que los enemigos iniciarían
sus ataques.
Ya que las cabalgadas destacaban por la rapidez de los movimientos y por la
debilidad numérica de los asaltantes, los asaltados solo se percataban de su llegada cuando
estos comenzaban sus correrías. Para que las víctimas pudieran estar alertadas era
necesario, que los preparativos de sus enemigos fueran lentos y a gran escala, es decir,
que las fuerzas que iban a ser empleadas fueran de un tamaño considerable.
No es de extrañar que Alarcos se convirtiera en un enfrentamiento que
involucrara a grandes efectivos dirigido por los líderes políticos de las dos comunidades
en conflicto. Alfonso VIII se precipitó en julio de 1195, frente a los almohades en la
pág. 73
llanura de Alarcos. Fue el califa almohade, Abu Yusuf Yacqub al-Mansur el que,
respondiendo a las provocaciones del monarca cristiano, se dispuso a emprender una gran
campaña contra el reino de Castilla. Según todos los indicios, los dos líderes militares
estuvieron dispuestos, desde los inicios de la campaña, a dirimir el conflicto en el marco
de una batalla campal82.
10.2. La vinculación entre Alarcos y las Navas de Tolosa.
Alarcos, dejó un rastro perdurable en la mente de los contemporáneos y en la
memoria de los cronistas. Y es que la batalla campal era un acontecimiento mayor, el tipo
de hecho que cualquier historiador medieval consideraría digno de ser mantenido en el
recuerdo de las generaciones, o que una cancillería real podía utilizar como sistema
cronológico para fechar la documentación83.
En el año 1210 castellanos y almohades coincidían en su nulo interés por renovar
las treguas que mantenían desde 1197-98. Esta ruptura de la tregua supuso el lanzamiento
de una ofensiva castellana por tierras de Baeza, Andújar y Jaén. Lo ocurrido en 1210 son
acciones que se pueden enmarcar en el contexto de la tradicional “guerra” medieval. Pero
que no parece tener la “batalla” como objetivo final.
La respuesta almohade a los ataques de las tropas castellanas se materializó en
la preparación de una gran ofensiva militar contra Castilla por parte del Miramamolín al-
Nasir, acción a gran escala que estaba en la mente del califa almohade tiempo atrás, y que
tampoco debió ser, por tanto, consecuencia directa de estas rápidas acciones cristianas84.
10.3. La batalla de las Navas como «solución final» y «remedio de paz».
Ante la imposibilidad de detener una ofensiva almohade de las dimensiones de
la que había acabado con una de las posiciones más sólidas de Castilla -la fortaleza de
Salvatierra- a Alfonso VIII se le presentaban dos opciones de cara al “tiempo de guerra”
del año 1212: la primera, mantenerse a la defensiva como había hecho en 1211, y esperar
que los ataques musulmanes chocaran contra las murallas del Reino de Toledo; la
segunda, plantear al ejército almohade una gran batalla que dirimiría la hegemonía militar
García Fizt, F. (1996). La batalla en su contexto estratégico. A propósito de Alarcos. Actas del Congreso
Internacional Conmemorativo del VIII Centenario de la Batalla de Alarcos (pp. 265-282). Cuenca. España.
Servicio de publicaciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. Pp. 268-278.
83 Ibid. Pp. 267.
84 Alvira, (1996), pp. 257-259.
pág. 74
sobre la frontera cristiano-musulmana. Si Alfonso VIII era derrotado, Castilla quedaría a
merced de los ataques y más que posibles conquistas almohades en las zonas fronterizas,
pero si salía victorioso, la amenaza del poderoso ejército musulmán quedaría
neutralizada, de modo que la iniciativa pasaría a manos cristianas.
La caída de Salvatierra hizo ver a Alfonso VIII la ineficacia de la estrategia
defensiva: si las murallas de Castilla no podían resistir los embates enemigos, solo
quedaba la opción del enfrentamiento directo con los almohades, batalla llevada a cabo
al año siguiente en las Navas de Tolosa.
Al deseo de venganza motivado por la derrota de Alarcos, en la interpretación
de los cronistas de la época, se une ahora la obligación de origen feudal de proteger al
débil, a las personas y al territorio, condición clave de la guerra justa y santa que debe
librarse por Dios. La “batalla” como única salida es en este preciso instante, cuando
alcanza su verdadero sentido, pues en las fuentes cronísticas castellano-leonesas del siglo
XIII puede constatarse que la batalla de Las Navas de Tolosa posee las connotaciones
simbólicas, ideológico-mentales y, en gran parte, litúrgicas para su legitimación85.
Según Martín Alvira Cabrer, aunque el poderoso recuerdo de la derrota de
Alarcos estuviera de una forma u otra en la mente de todos, la batalla de las Navas de
Tolosa no se concibió como tal desde el comienzo de la guerra contra los almohades,
sino que surgió, circunstancialmente, como “remedio radical” a una situación político-
militar insostenible por parte de Castilla.86
10.4. Las mesnadas de las Ordenes Militares en las Navas de Tolosa.
Se diferencian de las demás en dos aspectos fundamentales: todos los caballos y
freires estaban armados y estaban perfectamente entrenados para la guerra y, además,
actuaban con una gran disciplina de grupo.
Sus mesnadas no solo las conformaban los freires, sino que incluían sargentos,
que hacían las veces de escuderos, y también vasallos de sus encomiendas, que podían
unirse a las filas de caballería, o bien, actuar como peones.
Entre las Ordenes existía una auténtica hermandad una vez superadas las
tensiones entre calatravos y santiaguistas de los primeros años. Esto era así hasta el punto
85 Ibid. Pp. 259-262.
86 Ibid. Pp. 263.
pág. 75
de que, si faltaba el Maestre de una Orden, los freires debían obediencia al Maestre de la
otra.
La eficacia de las Ordenes Militares en la batalla de las Navas de Tolosa es
fundamental e indiscutible, pues al número de combatientes que aportan hay que sumar
las escasas bajas que sufrieron. Pese a que a principios del siglo XIII no existieran las
unidades de carácter táctico, los freires reforzaban a la perfección la vanguardia del
ejército cuando el resto de mesnadas retrocedían ante el empuje de las huestes
almohades.87
87 Vara, (1999), pp. 205-207.
pág. 76
11. Conclusiones.
Como hemos visto a lo largo de nuestro estudio, el relato que el arzobispo de
Toledo D. Rodrigo Jiménez de Rada hace sobre la constitución de la Orden de Calatrava
se encuentra idealizado. Al igual que ocurría con los cronistas de la época, Jiménez de
Rada se deja llevar por sus sentimientos, ensalzando la figura de los reyes castellanos
Sancho III y Alfonso VIII, así como las obras realizadas durante sus reinados.
Sí que podemos establecer una relación causa-efecto, entre el abandono de la
villa de Calatrava por parte de la Orden del Temple en 1157 (hecho este extraño y al que
no se le da una explicación coherente y adecuada) y la constitución de la Orden de
Calatrava cuyo convento y sede principal la encontramos en dicha villa a partir de enero
de 1158.
La elección del paraguas cisterciense para la constitución de la Orden de
Calatrava tampoco parece casual, puesto que ya la Orden del Temple (anterior poseedora
de la villa de Calatrava), pertenecía a la Orden del Císter, así como el abad D. Raimundo
de Fitero, fundador junto con el monje D. Diego Velázquez de “nuestra” Orden de
Calatrava.
La Orden de Calatrava adapta la vida de una comunidad de monjes, en la que el
núcleo principal de dicha comunidad la componen guerreros y la Regla cisterciense. No
solo toma la Regla del Císter, sino que también copia su modelo económico basado en
granjas, que en el caso de la Península Ibérica se denominan casas. Este modelo
económico se asienta en las famosas encomiendas calatravas, estas comarcas compuestas
por distintos núcleos de población, y conectados por una tupida red viaria, constituyen la
base económica de los freires calatravos.
Las tierras que componen estas encomiendas, como hemos visto en los puntos
siete y ocho del presente estudio, son adquiridas por la Orden de Calatrava durante el
periodo comprendido entre 1158-1212 en su mayor parte por medio de donaciones,
principalmente de la Corona de Castilla y de los grandes señores feudales de la época,
aunque también a través de compras, cesiones o préstamos.
Estas encomiendas son también el territorio donde se realizan las distintas
actividades económicas, entre la que destaca la ganadería, seguida de la agricultura, pero
entre la que tiene un papel importante la “industria” (molinos de agua, batanes, forjas,
fraguas, ...), y el comercio, cuyos puntos más importantes dentro de las distintas villas
pág. 77
eran los mesones, las tiendas y las bodegas. A un nivel superior encontramos los mercados
locales, y las ferias, que se corresponderían con un intercambio comercial a un nivel
multicomarcal.
Como también hemos visto a lo largo del estudio, la simbología tiene un papel
importantísimo dentro de la Orden de Calatrava. Ésta queda claramente ordenada según
la Regla cisterciense, en la que lo único que se admite es una túnica un poco más corta en
los freires que se dedican al combate para una mayor comodidad al montar a caballo. El
resto de aspectos de la vida monacal se encontraban perfectamente reglados, desde el
corte del cabello y barba, hasta los diferentes castigos que sufrían los freires en el caso de
incumplir alguna de las normas monacales de la Orden del Císter.
Otro de los aspectos a resaltar en el presente estudio es el de la evolución de la
“Cruz”, elemento identificativo por el cual son reconocidas todas y cada una de las
distintas Ordenes Militares occidentales que encontramos en la Edad Media. En el caso
que nos ocupa, la Orden de Calatrava, su cruz sufre una serie de cambios y
modificaciones, pasando de ser una cruz griega negra, con pequeñas flores de lis en cada
uno de sus cuatro extremos, a la cruz que conocemos en la actualidad, que data de
mediados del siglo XV.
Como Orden Militar, la Orden de Calatrava era, junto con la Orden de Santiago,
la encargada de mantener la seguridad en la frontera con el reino almohade de al-Ándalus,
así como de la repoblación de las despobladas tierras del Campo de Calatrava.
Como ya hemos visto, la pérdida de Alarcos y Calatrava en 1195 supuso para la
Orden un importante retroceso en todos los sentidos. Los pocos freires que quedaron se
instalaron en la fortaleza de Salvatierra (en algunos escritos pasan a denominar a la Orden
calatrava como Orden de Salvatierra), donde consiguen aguantar los envites de los
almohades hasta el verano de 1211. Es en este momento, cuando Alfonso VIII comienza
a planear una gran batalla campal (algo que como hemos visto también a lo largo de estas
páginas, no era algo habitual en el medievo occidental), que desembocará en la victoria
de las Navas de Tolosa, en julio de 1212.
Esta batalla supuso un hito histórico en la historia medieval de la Península
Ibérica, puesto que, a mediados del siglo XIII, y tras las conquistas de Fernando III el
Santo rey de Castilla, queda establecida la frontera con el reino musulmán de Granada
prácticamente hasta que los reyes Católicos Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón
culminen la conquista de la Península Ibérica por parte de los reinos cristianos comenzada
en Asturias ocho siglos atrás.
pág. 78
12. Bibliografía.
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http://tierradedonquijote.naturaletra.es/la-cruz-de-calatrava/
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http://sabersabor.es/ruta-por-los-castillos-de-la-orden-de-calatrava-en-ciudad-real/
http://ec.aciprensa.com/wiki/Cistercienses
http://www.lexicon-canonicum.org/materias/organizacion-eclesiastica/organizacion-
en-circunscripciones-eclesiasticas-y-organizacion-local/canonigo/
12.2. Videografía.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/un-pais-en-la-mochila/pais-mochila-campo-
calatrava/459439/
https://www.youtube.com/watch?v=rt9ZeBEHlpc
Figuras.
Figura 1.
Fortaleza de Calatrava, esta imagen podría ser similar a la que hubo en la Edad Media,
con los márgenes del rio Guadiana llegando junto a las murallas de la fortaleza.
Fuente: http://agendacultural.castillalamancha.es/yacimiento-visitable-de-calatrava-la-
vieja
Figura 2.
Indumentarias de las distintas Ordenes Monásticas durante la Edad Media.
Fuente: http://gabipazportafolio.blogspot.com.es/p/iglesia.html
Figura 3.
Plano de la comarca del Campo de Calatrava.
Fuente: http://www.ciudad-almagro.com/visitar%20castillos.htm
Figura 4.
Paisaje del Campo de Calatrava.
Fuente: http://age.ieg.csic.es/v2/recursos_didacticos/cala/lagu.jpg
Figura 5.
Abadía de Morimond.
Fuente: http://www.fotoseimagenes.net/abadia-de-morimond
Figura 6.
Miniatura correspondiente a la cantiga 205 de “Las Cantigas de Santa María” de
Alfonso X “el Sabio”.
Fuente: http://tierradedonquijote.naturaletra.es/la-cruz-de-calatrava/
Figura 7.
Miniatura correspondiente a la cantiga 205 de “Las Cantigas de Santa María”
de Alfonso X “el Sabio”.
Fuente: http://tierradedonquijote.naturaletra.es/la-cruz-de-calatrava/
Figura 8.
Pinturas del castillo de Alcañiz, fechadas entre finales del XIII y la primera
mitad del XIV.
Fuente: http://www.celandigital.com/25/index.php/publicaciones/libros-
recomendados/781-las-pinturas-del-castillo-de-alcaniz-una-leccion-de-historia
Figura 9.
Cruz de la Orden de Calatrava tal y como la conocemos en la actualidad.
Fuente: https://espadasdecalatrava.blogspot.com.es/p/historia-de-la-orden-de-
calatrava.html
Figura 10.
Fuente: Elaboración propia.
Donaciones: 79'6%, 90
Compras: 10'6%, 12
Préstamos: 6'2%, 7
Permutas:3'5%, 4
CAUCES PARA LA ADQUISICIÓN DEL PATRIMONIO DE LA ORDEN DE CALATRAVA
(1158-1212)
Figura 11.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 12.
Guadalerza
Fuente: Elaboración propia.
Aldeas: 8'3%, 10Castillos: 10'7%,
13
Villas: 11'6%, 14
Rentas: 9'9%, 12
Monopolios: 14%, 17
Heredades, casas,
huertas,…: 45'5%, 55
TIPOLOGÍA DE LOS BIENES ADQUIRIDOS DURANTE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XII
Figura 13.
Malagón.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 14.
Calatrava.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 15.
Benavente.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 16.
Caracuel.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 17.
Salvatierra.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 18.
Ciruelos.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 19.
Huerta de Valdecarábanos.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 20.
Nambroca.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 21.
Ocaña.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 22.
Santa Olalla.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 23.
Maqueda.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 24.
Las Casas de Talavera.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 25.
Las Casas de Toledo.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 26.
Auñón.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 27.
Zorita.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 28
Vista general de las principales encomiendas de la Orden de Calatrava en la Meseta
Meridional Castellana entre 1158-1212.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 29.
Molino de agua.
Fuente: https://sites.google.com/site/molinodeaguaysusfunciones/
Figura 30.
Fuente: Elaboración propia.
Hornos en los señoríos calatravos de la meseta meridional 1180-1212
Año Lugar Zona Posesión Procedencia
1180 Zorita Guadalajara Monopolio Fuero, Real y Orden de Calatrava
1180 Almonacil de Zorita Guadalajara Monopolio Fuero, Real y Orden de Calatrava
1180 Albalate de Zorita Guadalajara Monopolio Fuero, Real y Orden de Calatrava
1180 Anguix Guadalajara Monopolio Fuero, Real y Orden de Calatrava
1180 Vállaga Guadalajara Monopolio Fuero, Real y Orden de Calatrava
1180 Hueva Guadalajara Monopolio Fuero, Real y Orden de Calatrava
1180 Moratilla Guadalajara Monopolio Fuero, Real y Orden de Calatrava
1180 Fuentelaencina Guadalajara Monopolio Fuero, Real y Orden de Calatrava
1180 Auñón Guadalajara Monopolio Fuero, Real y Orden de Calatrava
1180 Berniches Guadalajara Monopolio Fuero, Real y Orden de Calatrava
1190 Bujeda Guadalajara Monopolio Fuero y Orden de Calatrava
1191 Toledo Toledo Propiedad total Donación y Grandes Propietarios
1201 Maqueda Toledo ¿Monopolio? Donación y Real
1201 San Silvestre Toledo ¿Monopolio? Donación y Real
1201 Mendeño Toledo ¿Monopolio? Donación y Real
1201 Sotillo Toledo ¿Monopolio? Donación y Real
1201 Carmena Toledo ¿Monopolio? Donación y Real
1204
Huerta de
VValdecarábanos Toledo Monopolio Donación y Real
Figura 31.
Mapa geográfico del Campo de Calatrava.
Fuente: http://bvpb.mcu.es/es/consulta/registro.cmd?id=423107