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Geografía del Dolor

¿Adiós al Premio Cultural Fernando Benítez?

La vida bajo la tierra: Los mineros del carbón en México

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Santiago Salmerón Alvarado/ Director General

Carlos Cervantes Godoy/ Director de Revista FID Magazine

Griselda Galicia Gutiérrez/ Diseño

FOTÓGRAFOS/ Carlos CervantesGriselda Galicia/ Esaú Ponce Arriaga

Faustino López/ Cuidado editorial

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Colaboradores en este número:Mónica González IslasHebert Camacho Vega

Patricia AridjisGermán Canseco Zarate

Jorge Serratos ReyesRosario Novoa Peniche

José Luis SalmerónIgnacio Arellano Mora

Nelson MoralesFaustino López Moreno

Fernando CamachoOswaldo Ramírez

FID Magazine, es una publicación virtual de distribución gratuita publicada por FID Prensa S. A de C. V. con domicilio en Av. Revolución 74, Col. Escandón,México, DF. Tel. (55) 52716365, RFC FPR-120109-MB4 www.fidprensa.com.mx, fidmagazine@gmail.com, fid.prensa@gmail.com

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Foto Oswaldo Ramírez Foto Jorge Serratos

Nuestros propósitospara 2013

Geografía del Dolor

¿Adiós al Premio Cultural Fernando Benítez?

La vida bajo la tierra: Los mineros del carbón en México

Destructiva y regresiva la Reforma Laboral

Viviendo en altamar

A propósito del Día de la Bandera

Expofotoperiodismo 2005

México: imágenes de la transición

Templo del Buen Vecino

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En FID Prensa Magazine agradecemos a nuestros lectores su pre-ferencia durante el año que ha concluido y nos proponemos para este 2013 elevar la calidad de los reportajes fotográficos, ampliar los temas de interés para los fotógrafos y novedades relacionadas con ellos.

A siete años del desastre en la mina Pasta de Conchos, en Coahui-la, retomamos el trabajo de Jorge Serratos Reyes, destacado fotógrafo del diario El Universal que sobre la Minera México y el accidente ha documentado, de igual manera, el trabajo fotográfico realizado por José Luis Salmerón en distintas empresas mineras del país.

En el afán de reconocer el esfuerzo de los fotoperiodistas, publica-

Nuestros propósitos para 2013

FID Magazine está pensada como un espacio para promover y difundir la obra de colegas fotógraf@s, manda tu propuesta o portafolio a:

fidmagazine@gmail.com

mos en este número, bajo el título “Geografía del dolor”, el trabajo ganador del Premio Nacional de Periodismo 2012, realizado por Mónica González Islas, el cual resume en pocos casos la violencia que dejó millares de muertos en el país durante el último sexenio panista.

Por último, a partir de este número mostraremos a nuestros lectores una memoria de la Expofotoperiodísmo que se realiza en la ciudad de México desde el año 2005, cada edición contendrá una selección fotográfica de la muestra anual, lo que nos permitirá contar con una memoria de las muestras realizadas en la ciudad de México desde su creación.

FID Prensa Magazine, agradece a sus lectores su preferencia.

Foto Jorge Serratos

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GEOGRAFÍA DEL DOLOR

En el remitente de estas postales de viaje los familiares de personas desaparecidas o asesinadas a lo largo y ancho del territorio mexicano narran las historias trágicas de quienes hoy están ausentes.

Presento aquí una recopilación de testimonios que se entrelazan por el dolor, que desencadenan en una serie de acontecimientos de corrupción y sensación de injusticia. La impunidad se expande como efecto dominó, se ven inmersos en más violencia, las ame-nazas los orillan a migrar e incluso puede costarles la vida.

Aun así se niegan al olvido, deambulan por las calles exigiendo justicia y sosteniendo lo que les queda: una fotografía de su ser amado. Familias enteras han sido obligadas al silencio. La indiferencia a la que han tenido que acostumbra-se miles nos convierte en cómplices. La muerte, la violencia y la destrucción de cientos de poblados sumergidos en el abandono en una atmósfera de nostalgia, miedo e injusticia.

Durante la caminata de Cuernavaca al Distrito Federal encabezada por el poeta Javier Sicilia se veía

Una postal es algo que enviamos a alguien que está lejos para describir la belleza de un lugar o el recuerdo de un viaje. En esta ocasión, en el remitente está escrito lo que pasó con alguien que fue asesinado o desaparecido, que tenía un nombre y seres queridos que luchan en una guerra contra el narcotráfico

Texto y fotos Mónica González Islas

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la desesperación de los familiares de las víctimas: necesitaban ser escuchados y desahogarse en las plazas públicas, encontrar un foro para exponer lo que sucedía en sus comunidades.

Cuando la Caravana por la Paz con Justicia y Dig-nidad inició su recorrido por el norte y sur del país, encabezada por el Movimiento por la Paz, un grupo de padres y madres se detenía en cada estado a narrar lo que sucedía.

Durante la cobertura de estos recorridos, en 2011, inicié este proyecto: al llegar a una ciudad elegía una postal y un caso que representara a ese estado.Una postal es algo que enviamos a alguien que está lejos para describir la belleza de un lugar o el recuer-do de un viaje. En esta ocasión, en el remitente está escrito lo que pasó con alguien que fue asesinado o desaparecido, que tenía un nombre y seres queridos

que luchan en una guerra contra el narcotráfico en ciudades como Juárez, Zacatecas, Durango, San Luis Potosí, Morelia, Oaxaca, Estado de México, Xalapa, Monterrey, Cuernavaca o Acapulco.

He iniciado la recopilación de otros estados regre-sando a ciudades como Veracruz, donde pensaba coincidir con los familiares de los fotógrafos que fueron asesinados, pero encontré que la mayoría de sus familiares están amenazados y acosados para que no denuncien. Me fue imposible, por seguridad de ellos, que me escribieran las postales.

La ausencia es algo a lo que nadie se puede acostumbrar, mucho menos cuando es la ausencia de alguien que amamos; su recuerdo es lo que les queda durante el trayecto de esta ruta, en busca de respuesta a la palabra violencia sólo encontramos desesperación, dolor y desamparo.

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Lo encontraron muerto envuelto en una cobijano se sabe quien lo mato”

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caminó herido y nadie lo auxilió muriendo minutos después”

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¿Qué es el Premio Nacional Periodismo 2012?

Es el reconocimiento del Consejo Ciudadano del Premio Nacional de Periodismo a los periodistas que sobresalen por su desempeño y ejercicio cotidiano del derecho ciudadano a estar informado, por la calidad de su trabajo y por la oportunidad periodística ejercida en beneficio de la opinión pública.

Este reconocimiento se otorga bajo las premisas de autonomía, independencia, imparcialidad, pluralidad y respon-sabilidad. Las pautas democráticas internacionales coinciden en señalar que un “Premio Nacional de Periodismo” legítimo y reconocible sólo puede ser otorgado por la sociedad, por las propias organizaciones de los periodistas y por las empresas informativas. La sociedad es la razón de ser del periodismo, su medida y su justificación, mientras que las organizaciones periodísticas y las empresas informativas son quienes pueden reconocer el trabajo de sus pares alentándolos a seguir adelante y creando un círculo virtuoso en donde todos ganen y nadie pierda. El “Premio Nacional de Periodismo” es el reconocimiento de la sociedad y de los demás periodistas a un trabajo de excelencia digno de ser emulado. El Premio consiste en un diploma, una escultura diseñada especialmente por el maestro Juan Soriano, denominada “El Águila”, y una remuneración de 50 mil pesos.

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¿Adiós al Premio Cultural Fernando Benítez?

La cancelación del Premio Cultural Fernando Benítez, obedece a varios aspectos, algunos de los organizadores argumentan que no se canceló, sino que se le da un descanso; otros comentan la baja calidad de los proyec-tos que se recibían o hablan del poco compromiso y la falta de buenos proyectos. Lo cierto es que este año una

puerta, una ventana, se ha cerrado y no existe una sola voz que lo cuestione.

Desde el punto de vista de los fotógrafos, qué pasa cuando se cierra un espacio, cuando un espacio que se consolida ya no está, si el espectro de la cancelación

Los fotoperiodistas voltean a ver el trabajo de violencia, para World Press Photo el último evento destacado fue el movimiento zapatista, en específico la marcha del Zapatour, ahora el fotoperiodista ve sólo violencia: si no hay muertos no hay foto.

Texto Hebert Camacho/ Fotos Patricia Aridjis y Germán Canseco

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Págs. 14-16Patricia Aridjis“La Enfermedad detrás de cada Flor”

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de eventos culturales es algo que se presenta en todo momento y al parecer a nadie le importa.

Ya se había hablado del efecto de los becarios del FON-CA, materiales que no llegan a nada, que no se exhiben, que sólo benefician a un puñado. Es sabido que el go-bierno usa la cultura como una especie de beneplácito a una población cuasidemandante.

Este año no solo se declaró desierta la premiación, como ocurrió hace algunos años, ahora se canceló la convocatoria sin que nadie hablara, nadie dijera nada; es penoso, vergonzoso, la cancelación de una convoca-toria lleva al cierre de muchas convocatorias más.

En México existe una población ávida de cultura, no fue vana la convocatoria de Spencer Tunnick para juntar a más cerca de 20 mil desnudos: ¡cuánta población entre-

gada por la cultura! La foto es un elemento gráfico y de lenguaje por excelencia, solo basta ver las largas filas para ver el World Press Photo o las fotos de Gregory Colbert y la venta de ellas.

Lo penoso es la falta de interés, la falta de la comunidad que no menciona nada, solo algunos fotoperiodistas que este año no pudieron mandar algo, o no quisieron exhibir su trabajo.

En años recientes el periodismo cultural solo ha con-sistido en recomendaciones, descripción y narración de eventos de agenda que hay que cubrir. Falta trabajo creativo, trabajo que no sea dado por encargo.

Los fotoperiodistas voltean a ver el trabajo de violencia, para World Press Photo el último evento destacado fue el movimiento zapatista, en específico la marcha

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Págs. 17-19Germán Cansseco Zárate“El Inframundo”.

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del Zapatour, ahora el fotoperiodista ve sólo violencia: si no hay muertos no hay foto. El fotoperiodista está comprometido a los disturbios a la acción, no investiga, no busca, no indaga ese trabajo inicial de ofrecer una resolución hacia desarrollar un trabajo. Volteemos para que las ventanas sigan abiertas, de esta manera consoli-damos un trabajo, una profesión y un oficio.

En este número de FID Prensa Magazine mostramos a nuestros lectores el trabajo de dos destacados foto-periodistas quienes fueron merecedores en 2008 del Premio Cultural Fernando Benítez,

Patricia Aridjis, con el trabajo “La Enfermedad detrás de cada Flor” y de Germán Cansseco Zárate, merecedor de Mención de Honor con el trabajo “El Inframundo”.

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La vida bajo la tierra:Los mineros del carbón en MéxicoPor Jorge Serratos Reyes, fotógrafo del periódico El Universal Texto Rosario Novoa

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Hombres negros, que viven en la oscuridad rodeados de un calor húmedo infernal. La paga es a destajo, y para que salga el día al menos deben sacar una tonelada de carbón; desangrando los túneles que cada vez más profundos los alejan de la luz del sol. Al bajar al pozo,

se mira cómo la luz se aleja cada vez más hasta ser me-ramente un punto de referencia. Bajan de a dos y hasta de a tres, parados encima de un tambo de aceite indus-trial, rogando por su buena suerte para que el motor del montacargas no se quede sin gasolina o sin batería, dejándolos atrapados a la mitad de la nada durante horas preciosas de trabajo… quizá ese día no saquen nada, será un día perdido. Si todo sale bien, entonces se adentrarán en los túneles que apenas les permiten estar en cuclillas, claro que conforme van perforando los túneles éstos se van haciendo más anchos así que con cada carretilla que sacan, habrá un poco más de espa-cio para moverse con más comodidad, pero siempre con la esperanza de juntar al menos 10 carretillas. si no, no saldrá para la comida de la familia.

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Al salir de sus casas, en la madrugada rumbo al pocito, que no la mina, se despiden de la familia: no es seguro que regresen. Llevan su mate-rial de trabajo: a veces un pedazo de tela para cubrir nariz y boca del finísimo polvo negro, otras, ni eso; casco, pico y pala. Nunca guantes, sólo las manos rasposas y fuertes de tanto trabajar, renegridas desde siempre y que por más que se laven, jamás volverán a tener su tono de piel mestiza.

Ellos prefieren los pocitos porque ahí se gana más, aunque no tengan ninguna prestación y si se mueren quemados por explosión o, si por mala suerte, pican la piedra y encuentran una vena de río, morirán ahogados sin remedio; veinte, treinta o sesenta metros bajo tierra, nadie protegerá a las mujeres y a los hijos que se quedan huérfanos condenados a repetir la vida de sus padres.

Pero abajo todo es camaradería: son amigos, compadres, parientes desde varias generaciones atrás, compartirán los lonches que sus muje-res o madres les han hecho y por más que ellas les digan que se laven las manos, ellos sólo sonríen y contrastan sus dientes blanquísimos y la fortaleza de su mirada con ese color oscuro que han ido madurando con los años y con cada bajada al pocito; si ellas supieran que comen abajo, en medio del calor, la humedad y el aire enrarecido, sin oportu-nidad ni siquiera de mojarse un poco la cara, aluzando la comida con la lámpara del casco, no volverían a hacerles esa recomendación que ellas hacen con una preocupación sincera, pero sin tener idea de cómo es el trabajo de sus hombres.

Pocito de la población de Cluete en el municipio de San Juan Sabinas, mina en la que se trabaja todavía manualmente. En la foto el minero Marcos Garcia sale del pocito.

Tras la explosión en la mina Pasta de Conchos, los propietarios cubrie-ron con telas de yute para que no se vieran las instalaciones.

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Otro aspecto del pocito de Cluete, municipio de San Juan Sabinas. Un minero toma un descanso mientras espera la carretilla para llenarla.

Pocito en la población de Cluete. El joven Higinio González sale del pocito después de trabajar el turno de la mañana.

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En los pocitos hay trabajo para todos los hombres, niños, adultos y, si llegan a viejos, también para ellos hay. A los más pequeños toca palear el carbón cuando los mayores ya lo han sacado. A los menos experi-mentados les toca quitar y poner ademes porque a los dueños de los pocitos no les gusta andar desperdiciando la madera que sostiene los túneles; así, cuando los hombres han terminado de abrir un camino, las maderas son retiradas para ponerlas más adelante, dejando los túneles frágiles. Total, si la mina colapsa, serán apenas unos pocos hombres los que se pierdan, porque en los pocitos no caben muchos mineros, pero justo de ahí son los muertos diarios.

De estos muertos nadie se ocupa, no serán una gran noticia en el periódico, no habrá sindicato que los avale ni gobernador que haga declaraciones, de tan seguido que sucede, se ha vuelto cotidiano que en los pueblos mineros haya velorios.

Pero no todo es oscuridad, en el amanecer o cuando se está ocultando el sol, se miran las estructuras de los pocitos que se alzan por sobre los montículos renegridos, siluetas hermosas, contrastadas con la atmósfe-ra limpia, la luz dorada y el cielo azulísimo que a veces se mancha con nubes rosadas y el frío del desierto que cala.

En México, la región carbonífera se encuentra únicamente en el cora-zón de Coahuila, estado que en el norte colinda con Piedras Negras, ciudad que alguna vez quisieron convertir en polo de maquiladoras

para amainar la pobreza de los mineros, pensando que sería una op-ción para sus mujeres y para ellos mismos; pero aunque en las fábricas el trabajo se hace a plena luz del día, respirando aire limpio, los sala-rios todavía eran más bajos y había que moverse muchos kilómetros de la familia… los que se fueron a intentarlo regresaron y las mujeres tampoco pudieron dejar a los maridos y a los hijos y tantas cosas qué lavar para quitar lo más posible el renegrido carbón.

Para las viudas tampoco fue una buena idea, el salario bajo y lejos de casa, pero sobre todo a ellas no les gusta moverse de sus pueblos o ejidos, ellas nacieron ahí y son pocas las que se aventuran mas allá de la cabecera municipal para hacer algún trámite, además deben procu-rar que sus hijos varones vayan a la mina grande o tal vez a los pocitos. ¿Quién les hará los lonches y lavará su ropa si no están ellas?

Y así la vida pasa, dueños anónimos siguen abriendo pocitos alquilan-do la tierra a los ejidatarios; no pagan prestaciones a sus mineros, ni hay aguinaldo ni pensiones para las viudas si ellos mueren; pero pagan más que en las minas de las grandes empresas en donde, además, hay que arreglarse con el sindicato y empezar de peón o menos. Aunque también hay la posibilidad de que el propio sindicato los subcontrate y les pague menos que a los sindicalizados y tampoco les den presta-ciones, pero ese trabajo es más fácil de conseguir… pero aun así, los hombres siguen bajando a las venas de la tierra para sacar carbón, al menos, mientras la termoeléctrica de la Comisión Federal de Electrici-dad (CFE) siga consumiéndolo.

Trabajadores terminan su turno en el pocito ubicado en Cluete.

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Mineros dentro de las instalaciones de la mina de Pasta de Conchos, en espera de que les comuni-quen si seguirán trabajando como lo hacían normalmente o los reinstalarán en otra mina mientras las autoridades realizan peritajes sobre el accidente. En la foto, José Guadalupe Cortés espera el informe.

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Aspecto del pocito que se ubica en la población de Cluete, municipio de San Juan Sabinas, mina donde se trabaja todavía de forma manual. En la imagen, un minero quita las piedras que trae el carbón.

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Familiares de los mineros atrapados en Pasta de Conchos pren-den veladoras fuera esperando noticias.

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Misa en las instalaciones de la mina Grupo México donde murieron los 65 mineros.

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05 de marzo de 2006.La esposa de un minero llora junto con sus hijos arrodillados fuera de las insta-laciones de Industrial Minera México, después de que marcharan exigiendo les fueran entregados los cuerpos de sus familiares atrapados en la mina Pasta de Conchos.

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Marcha del 5 de marzo de 2006. Oficinas de Grupo México, empresa propietaria de la mina de Pasta de Conchos donde 65 mineros murieron sepultados en febrero de 2006.

Fotografías de las personas atrapadas en la explosión de la mina de Pasta de Conchos, colocadas en un pequeño altar improvisado por los familiares fuera de las instalaciones.

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Destructiva y regresivala Reforma LaboralTexto Ignacio Arellano Mora/ Fotos José Luis Salmerón.

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Destructiva y regresivala Reforma LaboralTexto Ignacio Arellano Mora/ Fotos José Luis Salmerón.

Mina de Cananea.

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Fundición del cobre, en la mina La Caridad.

El secretario de la Sección 142, del Sindicato de Traba-jadores Mineros de la República Mexicana, Benjamín Jaramillo, precisó que la Reforma Laboral debe derogar-se porque es destructiva, regresiva y violatoria de los derechos de toda la clase trabajadora.

El líder minero resaltó que “se profundizará aún más el trabajo precario en todas sus dimensiones dando manga ancha al abaratamiento de la mano de obra;

en particular se afectará a los jóvenes que nunca han tenido la oportunidad de tener un empleo”.

Por ello, apuntó que el gremio presentará un amparo en contra de la Reforma Laboral aprobada recientemente por el Congreso de la Unión, antes del 10 de enero, fecha en que culmina el plazo para inconformarse.“Si en la actualidad sólo uno de cada tres muchachos que han buscado trabajo lo consigue en el sector

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formal, y de los que tienen empleo 50% laboran en condiciones precarias, sin prestaciones laborales, con los contratos de capacitación y a prueba, el pago por hora y la multifuncionalidad, se condena a este sector a una vida sin certeza en el empleo, a saltar de chamba en chamba, con sueldos de miseria, sin acceso a la salud y sin prestaciones que les den certeza en el trabajo”, agregó.

Benjamín Jaramillo señaló que otras organizaciones sindicales también están buscando el amparo federal contra la reforma, entre ellas las agremiadas a la Unión Nacional de Trabajadores, los sindicatos universitarios, el Congreso del Trabajo, la CROM y el Frente Auténtico del Trabajo.

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Proporción entre un trabajador y un camión de volteo minero de 70 toneladas en las instalaciones de la mina La Caridad.

Proporción entre una camioneta pick up y un camión de volteo minero de 70 toneladas en las instalaciones de la mina La Caridad.

Refugio minero, el cual sirve para hacer simulacros de de-sastres en las instalaciones de la mina Milpillas, en Sonora.

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Aspecto de una implosión controlada en la mina de Cananea, Sonora.

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Viviendo en altamar

Por más de tres años laboré para una empresa que da mantenimiento a las platafor-mas petroleras en la sonda marina de Campeche. La experiencia de vivir en el mar fue una mezcla de adrenalina, miedo y soledad, entre otras sensaciones. Ahí, las fotogra-fías están prohibidas y la seguridad es extrema.

Fue hasta que me trasladaron a un barco cuando pude hacer las tomas que ahora presento, en varios viajes de trabajo.

La salida es de la isla de Ciudad del Carmen para adentrarse “costa fuera” por más de tres horas, en las que se encuentran muchas estructuras de acero con antorchas poderosas de fuego, además de embarcaciones enormes donde trabajan y viven miles de trabajadores mexicanos en la extracción de ese elemento vital para nuestro país llamado petróleo.

Al llegar a estos gigantes marinos deja uno atrás su vida rutinaria para desempeñar la tarea asignada mediante intensas jornadas y bajo estrictas normas de seguridad.

Durante catorce días o más los compañeros de trabajo se convierten en tu familia, el inmenso mar es tu hogar y la soledad tu mejor acompañante; siempre hubo momen-tos de reflexión que en libertad difícilmente pudiera haber asimilado.

Texto y fotos Nelson Morales

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Fechas especiales, cumpleaños y aniversarios son parte del sacrificio que había que hacer, los momentos más felices del periodo de trabajo eran cuando se acercaba la hora de volver a tierra firme.

“Peligro”, “Ruta de evacuación”, “Prohibido el paso”, “Hombre al agua!”, son señalamientos que se observan en todas las embarcaciones y perturban la mente todo el tiempo. El peligro está por doquier, una chispa o descuido humano puede hacer la diferencia ente la vida y la muerte.

Resulta complejo para quienes trabajan catorce días o más en las plataformas y em-barcaciones dejar a sus familias, ya que el riesgo de algún accidente es continuo.

Haber experimentado este trabajo fue para mí una gran experiencia de vida: pude ob-servar los mejores paisajes, permanecer en escenarios complejos que en mi vida pude haber imaginado, además de reconocer la fortaleza y valor de hombres, mujeres que arriesgan sus vidas para ganar su salario y regresar llenas de alegría con sus familias.

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A propósito del Día de la Bandera

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Cada 24 de febrero, desde 1949, los mexicanos cele-bramos el Día de la Bandera, en el cual nuestro símbolo patrio es honrado en todos los espacios públicos.

Al igual que el Escudo y el Himno Nacional, la Bande-ra exige estrictas medidas de respeto y por tanto de elaboración, entre ellos sus dimensiones y sus colores. El último decreto que determina las características de la bandera se promulgó en 1983.

Cabe señalar que si bien mucha gente puede fabricar banderas, aquellas que son de carácter oficial y que observan los más rigurosos parámetros en su elabo-ración, son fabricadas por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), en especial las llamadas banderas monumentales en las que, por cierto, México tiene un récord mundial por la bandera más grande, ubicada en Piedras Negras, Coahuila.

Las proporciones oficiales de la bandera son rectangula-res, mide 4.7 metros divididos en tres franjas verticales de colores verde, blanco y rojo, a partir del asta. En la franja central se ubica el Escudo Nacional, su ancho equivale a tres cuartos del grueso de la franja.

Como dato curioso, se dice que el 24 de febrero de 1935 un empleado del Banco de México llamado Benito Ramírez, organizó en su casa una guardia de honor a nuestra bandera, actividad que se repitió en años poste-riores hasta que el presidente Lázaro Cárdenas decretó oficialmente el 24 de febrero como Día de la Bandera, en 1949.

El diseño oficial de la bandera de México se encuen-tra estipulado en el Artículo 25º de la “Ley Sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacional” que dicta las

El 22 de diciembre de 2010 fue inaugurada la bandera más alta de América, en el com-plejo la Gran Plaza de Piedras Negras, Coahuila: tiene un tamaño de 60 por 34 metros, y el asta tiene 120 metros de longitud, tubo de acero y un peso de 155 toneladas.

Texto Faustino López/ Fotos Santiago Salmerón

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proporciones y medidas de cómo debe ser la bandera. Los días en los que la bandera debe ser izada por fiesta nacional o izada a media asta por causa de luto están listados en el Artículo 18 de la Ley de uso de la Bandera Nacional, Escudo e Himno.

En 1989, la Secretaría de la Defensa Nacional inició la construcción y fabricación de astas y banderas monu-mentales en varias ciudades y lugares de alto significa-do histórico para la nación. Las primeras se realizaron en las ciudades de México, Tijuana, Juárez y Veracruz.

Las medidas de las banderas deberían ser de 14.3 metros por 25 metros, sobre astas de 50 metros de alto. Luego de la creación de estas banderas, otras ciuda-des como Ensenada, Nuevo Laredo, Tonalá y Cancún erigieron las suyas.

El 22 de diciembre de 2010 fue inaugurada la bandera más alta de América, en el complejo la Gran Plaza de Piedras Negras, Coahuila: tiene un tamaño de 60 por 34 metros, y el asta tiene 120 metros de longitud, tubo de acero y un peso de 155 toneladas, que un año después fue registrada como la bandera más grande del mundo.

Junto a este texto, se presentan las imágenes tomadas por Santiago Salmerón en instalaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional, sobre el proceso de fabricación de las banderas monumentales.

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“Altermundistas“ se enfrentan a la policía estatal de Jalisco, durante las protestas en contra de la tercera cumbre de Europa, América Latina y El Caribe. 28 de mayo de 2004. Foto: Fernando Castillo/ Agencia Mic Photopress

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Durante el aniversario del 2 de octubre, globalifóbicos marcharon y realizaron actos de protesta rompiendo vidrios de autos nuevos en una agencia ubicada en Fray Servando. 2 de octubre de 2003. Foto: Luis Castillo/ Diario Reforma

La Expofotoperiodìsmo 2005, Fue inaugurada el 12 de enero del 2005 en el Museo del Centro Cultural San Ángel, inauguración a cargo del entonces Secretario de Gobierno del DF, Lic. Alejandro Encinas Rodríguez, quien fue acompañado por los reconocidos fotógrafos Elsa Medina y Rodrigo Moya, además del colectivo

organizador de la Expofotoperiodìsmo que estuvo conformado por Alfonso Manzano, Carlos Ramírez, José Carlo González, Juan Pablo Zamora y Santiago Salmerón.

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Un mozalbete lanza mentadas al grupo rock Coda,durante el festival Factor Cinco Evolucion, organi-zado por el Instituto de la Juventud, en el Palacio de los Deportes, el 20 de noviembre del 2002. Foto: Francisco Olvera

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Un integrante del movimiento campesino “400 pueblos” se manifiesta cerca del Angel de la Independencia, 15 de octubre de 2003. Foto: Eunice Adorno

Integrantes de los 400 pueblos, marchan por las calles de la Ciudad de México. Foto: Francisco Gómez/ Freelance

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“Arrestan a un…¿Angel?”“ Soy un ángel que cayó del cielo ”, grita una mujer que es detenida por desnudarse en un autobús en Calzada del Hueso y Tenorios, “ soy un ángel que por su culpa cayó del cielo”, continuaba gritando. Para que los agentes la dejaran en libertad dijo tener SIDA. 30 de marzo de 2001. Foto: Karloz González/ Diario Reforma

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Varias mujeres se disputan la invasión de un predio, en el que preten-den establecer sus viviendas, ubicado en Canal de Garay frente al Re-clusorio Oriente. Marzo de 2000. Foto: Salvador Chávez/Diario Reforma

En la Expofotoperiodísmo 2005, participaron 102 fotógrafos tanto de medios nacionales, agencias de prensa y fotógrafos

independientes.

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“Incendio Fabrica de Tintas”Un bombero corre para protegerse de las llamas durante un incendio en el parque industrial Alce Blanco, Naucalpan, Estado de México. 30 de noviembre de 2001. Foto: Agustín Márquez/Diario Reforma

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Ejidatarios de San Salvador Atenco, ondean la bandera nacional frente al monumento a Emiliano Zapata, en San Mateo Atenco, durante la megamarcha realizada contra la construcción de un aeropuerto, que el gobierno federal intentó construir en terrenos de su comunidad. 23 de enero de 2002. Foto: Marco Peláez Huerta/ La Jornada

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“Fox” … Contigo. 30 de abril de 2002 Foto: Lilia Hernández/ El Sol de México

La entonces vocera presidencial Marta Sahagún, muestra un marioneta del presidente Vicente Fox en las oficinas de comunicación social de Los Pinos. 27 de diciembre de 2000. Foto: José Carlo González/ La Jornada

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“Rayo de Esperanza” El jefe de gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel Ló-pez Obrador, durante una gira de trabajo por las obras en la Delegación Tláhuac. 8 de julio de 2004. Foto: Eloy Valtierra/ Agencia Eikon

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“Malabares Políticos”, Durante la campaña electoral de la coalición Alianza por el Cambio en el Estado de México. Enero 2000. Foto: Agustín Martínez/ Freelance

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Marta Sahagún aplaude a su esposo, Vicente Fox, durante un evento en Los Pinos. 31 de mayo de 2004. Foto: Juan Pablo Zamora/ Agencia Cuartoscuro

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“Miércoles de Ceniza” El Senador Diego Fernández de Cevallos, asistió a la misa de Miércoles de Ceniza, en la catedral metropolitana de la Ciudad de México, donde por treinta minutos rezó entre los fieles católicos que allí se encontraban. Año 2003. Foto: Yessica Sánchez Rangel/Diario Reforma

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La ballena de la especie Jorobada gris, proveniente de los mares de Oregon, California, llega a las costas de Bahía de Banderas, Nayarit, a reproducirse pasando cuatro meses en aguas territoriales. Foto: Carlos Contreras Durán/ Freelance

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“Contraataque”El taekwandoin mexicano Oscar Salazar intenta golpear al chino Chu Mu Yen prácticamente cayendo al suelo, quien al final le arrebató el oro en las olimpiadas de Atenas, Grecia. 26 de agosto de 2004. Foto: Tenpei Kitani/ Agencia Notimex

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El rejoneador Rodrigo Santos, realiza una variación del par de violín a caballo, durante la corrida 19 de la temporada grande en la Plaza México. Foto: Luis Ivan Stephens Silvestre/ Agencia Cuartoscuro

El novillero morelense Atanasio Velásquez, es embestido por las corvas del primer toro de la tarde de nombre “Bandido”, durante la cuarta novillada de la Plaza de Toros México. 26 de septiembre de 2004. Foto: Alejandro Meléndez/ Récord

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Petit Goave, Haití: Un haitiano víctima de la última rebelión civil que destituyó al ahora expresidente haitiano Jean Bertrand Aristi-de. 3 de marzo de 2004. Foto: Daniel Aguilar/ Agencia Reuters

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“Ni Una Más”, La mujer salió de la costilla del hombre, no de los pies para ser pisoteada, ni de la cabeza para ser superior. Sino del lado para ser igual, debajo del brazo para ser protegida, y al lado del corazón para ser amada...* Anónimo. Foto: José Pazos Fabián/ Agencia Notimex

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Acto de fe que se realiza para venerar al niño Fidencio en su santuario en Espinazo, Nuevo León. Octubre de 2003. Foto: Walter Shintani/ Diario Reforma

La Expofotoperiodìsmo 2005: permaneció en el Centro Cultural San Ángel durante dos meses y posteriormente fue llevada al Sistema de Transporte Colectivo Metro,

colocándose en las vitrinas de exposiciones de la estación Pino Suárez.

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Mujeres indígenas en la sierra chiapaneca. Foto: Guillermo Sologuren / La Jornada

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Más de 500 chivos fueron sacrificados para hacer el mole de cadera en Tehuacán, Puebla; la tradi-ción se lleva a cabo durante un mes. 21 de octubre de 2004. Fotos: Alfredo Domínguez/ La Jornada

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Vicente Fox Quesada recibe con un beso en el anillo al Papa Juan Pablo II. 30 de julio de 2002. Foto: Pedro Mera/ Agencia Cuartoscuro

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México: imágenes de la transición

Foto Oswaldo Ramírez

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Una vez más las redes sociales jugaron un papel importante en la defensa de los caídos al promover fotografías y videos que demuestran su inocencia

y dan cuenta de las detenciones arbitrarias.

Una mirada rápida a las imágenes de la transición de poderes en México nos remite al caos, a la violencia y a la represión como respuesta de una autoridad empeci-nada en encapsular un evento caduco y despojado de aquel viejo velo del culto a la figura presidencial tan solemne en otros tiempos.

No obstante, un repaso a detalle del cúmulo de imáge-nes que arrojó el regreso del PRI al poder nos muestra una serie de detalles dignos de un grotesco montaje malogrado gracias a la irrupción de las redes sociales.Varias escenas llaman la atención, una de ellas muestra a un grupo de personajes encapuchados que en solita-rio se dedicaron a destruir negocios del centro histórico sin que la autoridad interviniera. Como es sabido, el Gobierno del Distrito Federal tiene cámaras de vigilancia por toda la ciudad y no se diga en el primer cuadro, es inconcebible que no los detectaran desde el primer ataque.

Otra de las imágenes que no se vieron en las escenas oficiales fue la de los granaderos que arremeten con piedras y toletes contra el camión de servicios urbanos utilizado por los manifestantes para intentar romper el cerco de San Lázaro. Incluso en un video que circuló por las redes sociales se observa claramente a un granadero que bajo una barrera de escudos rompe los cristales y espejos de dicha unidad. Más tarde las televisoras atribuirían estos hechos a los grupos de inconformes. Ahí mismo en las trincheras de la inconformidad se apreciaron imágenes de granaderos disparando a diestra y siniestra sus balas de goma y granadas de gas lacrimógeno, fuera de todo protocolo y con muchas ga-nas de dejar huella entre las filas rebeldes. Nadie puede afirmar que fue una medida de defensa o contención, era a todas luces una arremetida como si de un enfren-tamiento bélico se tratara.

Texto Carlos Cervantes/ Fotos santiago Salmerón, Oswaldo Ramírez y Esaú Ponce

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Del otro lado de las vallas proliferaban las imágenes de tensión, nerviosismo y enojo. Pero también fue captu-rada por la lente de varios fotógrafos y camarógrafos una serie de imágenes que fueron muy comentadas en las redes sociales, se trataba de un grupo de civiles que llamaban mucho la atención por su vestimenta más parecida a la de los manifestantes que a los propios cuerpos de seguridad, era como si algunos de los incon-formes hubiesen logrado burlar las barreras de acero y se pasearan plácidamente sin provocar la mínima expre-sión de desagrado entre los granaderos. Estos persona-jes que de inmediato se ganaron el mote de grupos de choque, vigilaban afanosamente a los manifestantes, los asechaban y al momento de la ofensiva de los cuerpos de seguridad fueron vistos participando en las diversas detenciones que se dieron. Del origen y del papel que jugaron en la confrontación nadie ha dicho nada.

Finalmente llegamos hasta el escenario principal, el recinto legislativo donde las imágenes de júbilo y triunfalismo se mezclaban con las tibias protestas de los diputados de oposición. La tribuna tomada por las diputadas priístas y las mantas con reclamos a los dos personajes que intercambiaban el poder fueron extirpadas de las imágenes de las televisoras oficialistas al igual que los gritos e insultos, todo como en los viejos tiempos que ahora son nuevos tiempos.

Foto Santiago Salmerón

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Sin embargo, tantos cuidados y tanta censura no lograron el propósito de pulcritud, las redes sociales se convirtieron en una gran válvula de escape hacia el escenario nacional e internacional, los titulares y las imágenes de los principales diarios del mundo daban cuenta de los enfrentamientos, de las detenciones, en fin, de la violenta transición de poderes que vivió México.

A un mes de los acontecimientos se siguen viendo las secuelas, la incesante búsqueda de culpables, los pro-cesos de liberación de quienes tuvieron la mala suerte de estar en el lugar preciso en el momento equivocado. Una vez más las redes sociales jugaron un papel impor-tante en la defensa de los caídos al promover fotogra-fías y videos que demuestran su inocencia y dan cuenta de las detenciones arbitrarias.

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Págs. 82-85Fotos Oswaldo Ramírez

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Págs. 86-87Fotos Esaú Ponce

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Texto y Foto: Fernando Camacho

La capilla de Nuestro Señor del Buen Vecino fue construida en la seguna mitad del siglo XVII al sureste del exconvento de San Francisco y catedral de Nuestra Señora de la Asunción, en una meseta más elevada que éstos. Tiene una fachada muy sencilla, de una sola torre orientada al Oeste, y su edificación es atribuida a Fray José Nava y Mora, quien a pocos pasos de esta capilla fundó el cementerio de sus consanguíneos. Al final de este último se construyó una empinada escalinata que conectada a otra de reciente construcción y suave pendiente comunica con la entrada Sur del gran atrio franciscano.

El nombre de esta capilla se atribuye a un vecino del lugar que en 1750 tenía una imagen de Cristo crucificado, la cual le solicitó un enfermo para curarse ante la epide-mia de tifo que asoló a Tlaxcala.

Templo del Buen Vecino

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Capilla de Nuestro Señor del Vecino en Tlaxcala

La capilla del Señor del Vecino, como se señala en el Catálogo Nacional de Monumen-tos Históricos, se localiza en la calle Hidalgo, y su construcción data del siglo XIX. El cuerpo de la capilla está constituido por una bóveda de cañón corrido, en la fachada principal se distingue el aplanado color azul, un arco de medio punto como entrada y una ventana lobulada al centro; arriba, un frontón de arco, rematando una cruz grande del mismo material.

La capilla está flanqueda en ambos lados por una torre de dos cuerpos, con arcos de medio punto en los cuatro lados del primer cuerpo y el siguiente consta de ocho arcos del mismo tipo, rematando en un cupulín estilo mudéjar. La capilla está rodeada por un muro que finaliza en una puerta atrial de herrería, flanqueada por dos gruesas pilastras con capitel piramidal y un adorno orbicular.En el interior, la bóveda presenta pintura trompe l’oeil en forma de bóvedas clearista, el altar mayor es de granito, el piso de mosaico y la puerta es la original; presenta una pintura en caballete y posee un coro.

Una inscripción en el sotocoro informa: “...En el año de 1876, se comenzó la obra y se terminó... en el año de 1883”.

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Expofotoperiodismo 2012/ MéxicoEsfotoperiodismo 2012/ CentroaméricaCuando llega el desastre

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