EVOLUCIÓN DEL CRISTIANISMO

Divaldo Franco/ Vianna de Carvalho.

La historia de la evolución del Cristianismo es la saga del proceso redentor de

la criatura humana.

A Constantino, emperador de Oriente, se debe el acto gentil de la liberación de

la práctica de la doctrina e Jesús en todo el imperio, eliminando cualquier tipo

de persecución o limite.

No habiendo el mismo conseguido lograr la convicción profunda de los

contenidos del Evangelio, se tornó responsable por los desmanes que surgieron,

por las interpelaciones e interpretaciones erróneas, tambien como por la

adopción de algunos cultos paganos introducidos en el mensaje sencillo y

pulcro del Hombre de Nazaret.

Adorador de Mitra, o Deus-Sol do Zoroastrismo, mas tambien con otras

interpretaciones, contribuyo grandemente para la idolatría, permitió que los

adeptos del Cristianismo en formulación, acautelados por la fortuna y otros

bienes materiales, persiguiesen a los antiguos politeístas, y transformasen sus

templos en catedrales fastuosas.

Demoliendo las antiguas construcciones, mandaban erguir sobre ellas, con

nueva indumentaria arquitectónica, los santuarios, en los cuales los adeptos

de Jesús deberían reunirse, con el olvido de las predicaciones ante del altar

sublime de la naturaleza: en las playas, en los caminos, en las montañas de

Israel…

Luego contribuyeron para que el emperador se transformase en el responsable

por el voto de Minerva, en los concilios, reuniones y discusiones que se

multiplicaban en abundancia, en atendimiento a las pasiones de los lideres

denominados obispos, presunciosos unos, ignorantes, otros, que se acusaban

recíprocamente de herejías, en adulteración irrespetuosa a las enseñanzas de

Jesús.

Constantino también se torno responsable por la substitución de los mártires,

tornados santos en los altares de oro y de mármol de los antiguos templos, en

lugar de los ídolos paganos.

Su genitora, Elena, en viaje a la tierra santa, se tornó responsable por la

identificación de la cruz en la que murió el Maestro, de los lugares en que Él y

Sus apóstoles vivieron, mandando erguir catedrales majestuosas, iniciando el

culto a las reliquias, a las cuales atribuía poderes milagrosos y curativos,

creando, por la rica imaginación, identificaciones, algunas de ellas muy lejos

de la legitimidad…

Aun en el siglo IV, el papa Dámaso invitó a San Jerónimo para seleccionar los

textos considerados verdaderos, canónicos, a cuyo ministerio el patrístico

aplico veinticinco años en la gruta de Belén, comparándolos cuidadosamente

con otros conceptos bíblicos, lo que resultó en la elaboración de la Vulgata

Latina.

A esa coletanea se dio nombre de estudios canónicos legítimos, reconocidos

como verdaderos por la Iglesia de entonces.

Las demás anotaciones, más tarde introducidas por otros estudiosos en el

Nuevo testamento, los deuterocanónicos viene siendo valorada a través de los

siglos, en los sucesivos concilios que trajeron más daños que esclarecimientos

en torno a la palabra del Señor.

En ese mismo siglo IV, disputaban entre si las autoridades imperiales y

eclesiásticas, mientras el obispo de Roma, Dámaso, se permitía el lujo y la

extravagancia que el cargo le concedía, asemejándose a los grandes generales

y gobernantes de las inmensas metrópolis muy distante del Rabi galileo…

Roma exigía ser la capital cristiana del mundo, bajo la justificativa de que los

apóstoles del maestro, Pedro y, a continuación, Pablo, eligieron la para el

holocausto de las propias vidas, y las misas, que entonces eran celebradas,

sufrieron la introducción de los cultos de Oriente, transformando el habito

sencillo de orar en complicadas formulas, ahora en griego, después en latín,

que las masas no podían entender.

Posteriormente, surgieron las grandes desidias, tales como los ortodoxos

griegos, rusos, que realizaban sus cultos dentro de las tradiciones de los

respectivos países, los coptas y otros más complicados…

Milao, que se tornara tan importante como Roma, tenia en Ambrosio su líder

máximo, que, apasionado, desviara-se completamente, luego después del culto

al Señor para el de las imágenes e para a venta de todo cuanto representase la

herencia de los bendecidos mártires, dando proseguimiento a las alucinaciones

de la genitora de Constantino… que se atribuía el privilegio de haber

encontrado, con ya referimos, la cruz en la que Jesús muriera, con las palabras

que le fueron colocadas irónicamente por los romanos, en refinada combaría al

Sinedrio.

Luego después, la misma Helena se atrevió a transformar algunos de sus

esclavos en objeto de extravagancia en la corona del hijo, atribuyéndole

protección divina, lo que daba lugar a supersticiones y desmanes

acompañados de falsificaciones e injurias.

Los cristianos, en esa época, pasaron a matar paganos, y cuando Teodosio,

más tarde emperador de Roma, se presentó como cristiano y deseo aplicar

puniciones a aquellos que cometieron hediondos crímenes, Ambrosio le exigió

retratación pública y humillante para concederle el perdón.

¡La doctrina del amor y de la compasión, de la misericordia y de la bondad

estaba crucificada!

Ese mismo Ambrosio, que consiguiera convertir a Agustino de Hipona, en Milao,

se preocupaba más con detalles e insignificancias, considerando la virginidad

femenina y masculina, como fundamental , como la conducta pulcra y sublime

para la entrega a Dios, no habiendo cualquier preocupación con el tormento

mental y emocional de los clérigos y sacerdotes, así como de las viudas, de las

jóvenes y de los rapaces que se dedicaban al Señor, y, para bien consagrar el

nuevo impositivo que se tornaría dogma de la religión naciente, que

significaban pureza, aun mismo que el mundo interior fuese el sepulcro donde

el cadáver de las ansiedades personales se descomponía.

Jerónimo, por su vez, se dejó tambien arrebatar por la locura del mismo siglo y

se tornó terrible adversario de la palabra de Jesús, al adulterarla, haciéndolo

con intercalaciones nefastas, intromisiones que no se justifican, y la mezcla de

los conceptos paganos con los cristianos para el logro de la dominación

imperial.

El avance del poder temporal desagua en las Cruzadas de rudos y perversos

memorias, con los desastres y muertes de centenares de millares de vidas de

ambos lados, cristianos y musulmanes durante algunos siglos de horror, para

la defensa de la sepultura vacía que Él dejara en Jerusalén…

Hasta el siglo XVI el tormento medieval, establecido por los denominados

Padres de la Iglesia (Patrística) , corrompió, estabilizo y transformo la

revolución sublime del Evangelio en cruz y hoguera, en muerte y degradación,

en poder temporal y mentira.

Surgieron nuevos tiempos, sin embargo, con Martín Lutero y otros que no se

sometieron a las injunciones poderosas del culto pagano.

La reforma abrió espacios en el estrecho cubículo mental en el cual fue

encarcelada la doctrina del Maestro y vientos nuevos soplaron para retirar el

mofo acumulado y derrumbar algunas murallas segregacionistas…

Luego después, no en tanto, surgieron las divisiones y las controversias entre

los discípulos de Lutero, ante su propia defección, y aparecieron las más

variadas denominaciones cada una de ellas, como la verdadera.

En ese ínterin, cuando la esperanza no brillaba más en las almas afligidas,

llegó a la Humanidad el Consolador, y los inmortales clamaron los nuevos

discípulos del Evangelio a volver a las playas hermosas de Genesaré, a la

naturaleza encantadora, a los bendecidos fenómenos de la compasión y de la

misericordia en que Jesús permanece como la figura máxima de humildad y

sacrificio personal.

Investidas terribles de las hordas del mal nuevamente se dan a menudo para

perjudicar la rehabilitación de la criatura humana y la renovación de la

sociedad como un todo.

Comienzan a surgir los primeros disparates, los irrespetos e impositivos

egoístas de algunos profesionales, que elaboran y presentan necesidades

falsas para adaptación del pensamiento espirita a las pasiones en predominio.

Y surgen corrientes de desidia, las acusaciones reciprocas de liderazgos, de

médiums, de Instituciones, iguales al mismo fenómeno del pasado que se

repite…

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¡Espiritas cristianos tened cuidado!

El mundo, el siglo son seductores, fascinantes. Sus falacias sutiles y declaradas

son perversas, engañosas.

¡Estad atentos! No sois diferentes de aquellos hombres y mujeres que, en un

momento, se dedicaban a Jesús y, luego después, corrompían Su palabra.

Asumisteis el compromiso, antes de la cuna, de restaurar la paz intima perdida,

las lecciones sublimes que vosotros mismos destruisteis en el pasado, cuando

contribuisteis a favor de naufragio de la fe pura y racional…

El Centro espirita merece respeto, fidelidad al compromiso en el establecido:

iluminar conciencias y consolar sentimientos.

Obreros invisibles elaboran incesantemente en vuestro beneficio. Como veis

solamente el exterior, no veis la dimensión de lo que pasa en el más allá de las

vibraciones materiales.

Considerarlo, ofreced a ese núcleo de oración, a esa oficina que es un

educacional, un templo, un hospital transcendental, el respeto y la dedicación

indispensable que son exigidos para el fiel cumplimiento de las

responsabilidades abrazadas.

El establo modesto donde nació Jesús, la vergonzosa cruz en la que fue llevado

al holocausto, o la radiante mañana de la resurrección, deben, permanecer

vivas en nuestra memoria, a fin de ser preservadas Su vida y su amor por la

humanidad.

Sois las manos, la voz, el sentimiento de Él en el mundo moderno.

Vivid en definitiva conforme Él lo hizo y enseñó hacer, mantened cuidado con

las ilusiones tan rápidas como luminosas pompas de jabón que explotan al

contacto con el aire o al encuentro de cualquier objeto perforantes.

El Consolador triunfará, porque el propio Jesús de vuelta al mundo para

iluminarlo y conducirlo rumbo a su próxima regeneración.

Vianna de Carvalho. Psicofonía de Divaldo Pereira Franco, en la reunión mediúmnica el 20 de enero de 2014 en Salvador de Bahía. Traducido por: M. C. R