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EL PAPEL DEL APEGO EN EL TDAH Coto, R; Valencia, F; De la Viuda, ME; Costa R; Casas A; Saavedra, I Psicólogas Internas Residentes del Principado de Asturias (SESPA) - HUCA IMPLICACIONES ¿QUÉ PUEDE APORTARNOS TENER EN CUENTA EL APEGO EN LAS INTERVENCIONES? REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS - del Arco, E. S., & del Campo, J. A. D. B. TDAH: Intervenir en el Fomento del Apego. International Journal of Developmental and Educational Psychology, 1(1), 265-270. -Eddy, L. S., Toro, J., Salamero, M., Castro, J., & Cruz, M. (1999). Trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Estudio para valorar los factores de riesgo, los factores asociados y el estilo educativo de los progenitores. Anales españoles de pediatría, 50(2), 145-150. -García Quiroga, M., & Ibáñez Fanes, M. (2007). Apego e hiperactividad: un estudio exploratorio del vínculo madre-hijo. Terapia psicológica, 25(2), 123-134. -Trenas, A. F. R., Cabrera, J. H., & Osuna, M. J. P. (2008). El estilo de crianza parental y su relación con la hiperactividad. Psicothema, 20(4). INTRODUCCIÓN: El Trastorno por Déficit de Atención e hiperactividad (TDAH) se inicia antes de los 7 años de edad y se caracteriza por dificultades crónicas de atención; impulsividad e hiperactividad que interfieren notablemente en el desarrollo académico, social y emocional del niño. Es uno de los más frecuentes motivos de consulta en salud mental infantil y el incremento de los diagnósticos en las últimas décadas (entre 3-8% de los niños en edad escolar, con más frecuencia en varones 10 a 1) ha aumentando el interés por conocer sus causas y mejorar su evaluación y tratamiento. FACTORES IMPLICADOS: Es un problema bio-psico-social con una etiología multicausal en la que encontramos - Factores de riesgo biológicos : disposición genética, historia familiar de trastornos psiquiátricos, problemas perinatales y temperamento difícil en la 1ªinfancia -Factores adversos familiares y sociales (papel modulador fundamental): bajo nv socioeconómico, discordia marital, familia numerosa; criminalidad paterna; trastorno mental materno; crianza en una familia adoptiva; consumo de sustancias; condiciones escolares adversas… Estudios recientes han incidido mucho en cómo el estrés psicosocial familiar afecta al estilo educativo de los padres que resulta disfuncional en afecto y disciplina: siendo estos menos afectuosos y más críticos, controladores y punitivos o bien negligentes (con más permisividad y sobrerreacción emocional). Adoptan por tanto un estilo o autoritario o permisivo y no un estilo democrático que es el que más se ha visto relacionado con una buena crianza. Hay evidencias de que los estilos parentales y las características del niño dificultan el logro de un vínculo seguro. Los padres de niños con TDAH suelen tener baja percepción de autoeficacia, percepción más negativa de sus hijos, mayor frustración y menor comunicación y sincronía con ellos. Esto dificulta que se establezca un vínculo adecuado, lo que influye en que sus estrategias de disciplina sean más inconsistentes y agresivas. Aun así, apenas se ha estudiado cómo pueden estar implicados en el TDAH los modelos vinculares internos de apego lo que podría aportar indicadores de vulnerabilidad y de posibles relaciones con la respuesta al tratamiento Las investigaciones encuentran que tanto las madres como sus hijos presentan mayores niveles de un estilo de apego inseguro (Clarke et al 2002; García Ibáñez 2007). De tal forma que se va generando una interacción que puede agravar y dificultar el tratamiento. PAPEL DEL APEGO: ¿cómo puede estar influyendo? APEGO EN LOS HIJOS Predomina un vínculo inseguro caracterizado por una alta expresividad emocional y fuertes afectos fuera de control, consistente con un estilo vincular ansioso-ambivalente o desorganizado (este último menos frecuente y tradicionalmente asociado con psicopatología). La percepción que los niños tienen de sus padres se caracteriza por el conflicto, el control inadecuado y la falta de apoyo y sostén (poco sensibles y poco protectores). Tener un vinculo seguro favorecería el desarrollo de múltiples competencias en las que los niños con TDAH presentan dificultades: atención sostenida, persistencia en la resolución de tareas, hab. autorregulación de los afectos y conductas, control de impulsos y postergación de la gratificación; afecto positivo y capacidad para regular el estrés y función reflexiva o mentalizadora. El Déficit en las habilidades de auto-regulación en estos niños podría explicarse porque en su desarrollo tiene un papel fundamental la interacción temprana con los padres (capacidad de éstos para contener y regular los estados psicofisiológicos del hijo). Si el vínculo es inseguro hay más problemas en la regulación y expresión de los afectos y la conducta y dificultades en la solución de conflictos de tal forma que se desbordan y pasan impulsivamente a la acción. Se han encontrado importantes diferencias en los niños con TDAH en función del tipo de representación vincular, un vínculo seguro puede ser un importante factor protector y regular conductas conflictivas características del TDAH. Ayuda al desarrollo de competencias y evita el agravamiento de la sintomatología. Estos niños tienen mejor desarrollo a nivel cognitivo y afectivo, con mejores resultados en la regulación y expresión de afectos, mayor capacidad de simbolización y de elaboración cognitiva de las situaciones (García Ibañez 2007). Por otra parte, un vínculo inseguro puede potenciar y agravar la sintomatología siendo un factor de riesgo en el curso y tratamiento del TDAH. APEGO EN LAS MADRES Predominan patrones ansioso-preocupados: se muestran inseguras y estresadas en su rol maternal, desbordadas emocionalmente, tienden a sobreinvolucrarse y perder el control. Esto dificulta ser una base segura e interfiere en su capacidad para aplicar las sugerencias terapéuticas, tendiendo a ejercer presión sobre sus hijos y a ser inconsistentes en la disciplina. También hay un grupo con una vinculación más insegura-evitativa: tendencia a aislarse y encerrarse en sí mismas, dificultando la empatía y cercanía emocional con el niño, impide que ofrezcan un sostén parental adecuado y tienen dificultades para percibir lo que ocurre a sus hijos. No hay relación directa entre el tipo de vínculo materno y el del niño (madres con apego inseguro pueden tener hijos con apego seguro) ,pueden mediar factores como el vínculo con el padre o el grado de satisfacción matrimonial de la madre. -Sí se ha encontrado que las madres de niños con TDAH con apego seguro tienen mejor capacidad de acceder y verbalizar sus experiencias lo que contribuye a una mejor comunicación con el hijo. Son más reflexivas, lo que permite un contacto afectivo real e implicado con las necesidades y sentimientos de los niños. -Las madres de niños con apegos inseguros tienen un estilo más distante, empobrecido y defensivo y menos recursos para ayudar al niño a verbalizar y elaborar sus experiencias o sentimientos. No contactan realmente con ellos y sus muestras de cariño o preocupación no están en sintonía emocional, lo que puede ocasionar que el niño se distancie afectivamente (patrón evitativo) o aumente su ansiedad y preocupación (ansioso-ambivalente) Se considera que el tratamiento en TDAH debe ser multimodal y multicontextual, dando gran importancia al papel desempeñado por los padres a quienes se les suele pedir que cumplan una serie de pautas educativas: clarificación de las normas, ambiente familiar ordenado y organizado, comunicación y exigencias adaptadas a las capacidades del niño. Sin embargo esto puede resultarles muy difícil debido al deterioro de su relación con su hijo. Sería importante considerar en el diagnóstico las características de las representaciones vinculares del niño para poder elaborar un plan de tratamiento más personalizado y adecuado. Si hay un vínculo seguro podremos dar directamente los aspectos relativos al manejo de las conductas del niño sabiendo que contamos con este elemento facilitador, pero si hay alteraciones del vínculo deberemos considerar la necesidad de una intervención específica a nivel de relación padres-hijo que refuerce los puntos debilitados y fortalezca el vínculo antes de entregar pautas educativas. Las intervenciones en TDAH deberían abordar también las dimensiones afectivas de la paternidad (desarrollo de la sensibilidad y reflexividad) y ayudarles a reducir la tensión psicológica y emocional, con el objetivo de conseguir un clima familiar adecuado para fomentar el apego y posteriormente aprender las habilidades parentales que mejoren la disciplina y comunicación con los hijos.

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EL PAPEL DEL APEGO EN EL TDAH Coto, R; Valencia, F; De la Viuda, ME; Costa R; Casas A; Saavedra, I

Psicólogas Internas Residentes del Principado de Asturias (SESPA) - HUCA

IMPLICACIONES ¿QUÉ PUEDE APORTARNOS TENER EN CUENTA EL APEGO EN LAS INTERVENCIONES?

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

- del Arco, E. S., & del Campo, J. A. D. B. TDAH: Intervenir en el Fomento del Apego. International Journal of Developmental and Educational Psychology, 1(1), 265-270. -Eddy, L. S., Toro, J., Salamero, M., Castro, J., & Cruz, M. (1999). Trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Estudio para valorar los factores de riesgo, los factores asociados y el estilo educativo de los progenitores. Anales españoles de pediatría, 50(2), 145-150. -García Quiroga, M., & Ibáñez Fanes, M. (2007). Apego e hiperactividad: un estudio exploratorio del vínculo madre-hijo. Terapia psicológica, 25(2), 123-134. -Trenas, A. F. R., Cabrera, J. H., & Osuna, M. J. P. (2008). El estilo de crianza parental y su relación con la hiperactividad. Psicothema, 20(4).

INTRODUCCIÓN: El Trastorno por Déficit de Atención e hiperactividad (TDAH) se inicia antes de los 7 años de edad y se caracteriza por dificultades crónicas de atención; impulsividad e hiperactividad que interfieren notablemente en el desarrollo académico, social y emocional del niño. Es uno de los más frecuentes motivos de consulta en salud mental infantil y el incremento de los diagnósticos en las últimas décadas (entre 3-8% de los niños en edad escolar, con más frecuencia en varones 10 a 1) ha aumentando el interés por conocer sus causas y mejorar su evaluación y tratamiento.

FACTORES IMPLICADOS: Es un problema bio-psico-social con una etiología multicausal en la que encontramos - Factores de riesgo biológicos: disposición genética, historia familiar de trastornos psiquiátricos, problemas perinatales y temperamento difícil en la 1ªinfancia -Factores adversos familiares y sociales(papel modulador fundamental): bajo nv socioeconómico, discordia marital, familia numerosa; criminalidad paterna; trastorno mental materno; crianza en una familia adoptiva; consumo de sustancias; condiciones escolares adversas… Estudios recientes han incidido mucho en cómo el estrés psicosocial familiar afecta al estilo educativo de los padres que resulta disfuncional en afecto y disciplina: siendo estos menos afectuosos y más críticos, controladores y punitivos o bien negligentes (con más permisividad y sobrerreacción emocional). Adoptan por tanto un estilo o autoritario o permisivo y no un estilo democrático que es el que más se ha visto relacionado con una buena crianza.

Hay evidencias de que los estilos parentales y las características del niño dificultan el logro de un vínculo seguro. Los padres de niños con TDAH suelen tener baja percepción de autoeficacia, percepción más negativa de sus hijos, mayor frustración y menor comunicación y sincronía con ellos. Esto dificulta que se establezca un vínculo adecuado, lo que influye en que sus estrategias de disciplina sean más inconsistentes y agresivas. Aun así, apenas se ha estudiado cómo pueden estar implicados en el TDAH los modelos vinculares internos de apego lo que podría aportar indicadores de vulnerabilidad y de posibles relaciones con la respuesta al tratamiento Las investigaciones encuentran que tanto las madres como sus hijos presentan mayores niveles de un estilo de apego inseguro (Clarke et al 2002; García Ibáñez 2007). De tal forma que se va generando una interacción que puede agravar y dificultar el tratamiento.

PAPEL DEL APEGO: ¿cómo puede estar influyendo?

APEGO EN LOS HIJOS Predomina un vínculo inseguro caracterizado por una alta expresividad emocional y fuertes afectos fuera de control, consistente con un estilo vincular ansioso-ambivalente o desorganizado (este último menos frecuente y tradicionalmente asociado con psicopatología). La percepción que los niños tienen de sus padres se caracteriza por el conflicto, el control inadecuado y la falta de apoyo y sostén (poco sensibles y poco protectores). Tener un vinculo seguro favorecería el desarrollo de múltiples competencias en las que los niños con TDAH presentan dificultades: atención sostenida, persistencia en la resolución de tareas, hab. autorregulación de los afectos y conductas, control de impulsos y postergación de la gratificación; afecto positivo y capacidad para regular el estrés y función reflexiva o mentalizadora. El Déficit en las habilidades de auto-regulación en estos niños podría explicarse porque en su desarrollo tiene un papel fundamental la interacción temprana con los padres (capacidad de éstos para contener y regular los estados psicofisiológicos del hijo). Si el vínculo es inseguro hay más problemas en la regulación y expresión de los afectos y la conducta y dificultades en la solución de conflictos de tal forma que se desbordan y pasan impulsivamente a la acción. Se han encontrado importantes diferencias en los niños con TDAH en función del tipo de representación vincular, un vínculo seguro puede ser un importante factor protector y regular conductas conflictivas características del TDAH. Ayuda al desarrollo de competencias y evita el agravamiento de la sintomatología. Estos niños tienen mejor desarrollo a nivel cognitivo y afectivo, con mejores resultados en la regulación y expresión de afectos, mayor capacidad de simbolización y de elaboración cognitiva de las situaciones (García Ibañez 2007). Por otra parte, un vínculo inseguro puede potenciar y agravar la sintomatología siendo un factor de riesgo en el curso y tratamiento del TDAH.

APEGO EN LAS MADRES Predominan patrones ansioso-preocupados: se muestran inseguras y estresadas en su rol maternal, desbordadas emocionalmente, tienden a sobreinvolucrarse y perder el control. Esto dificulta ser una base segura e interfiere en su capacidad para aplicar las sugerencias terapéuticas, tendiendo a ejercer presión sobre sus hijos y a ser inconsistentes en la disciplina. También hay un grupo con una vinculación más insegura-evitativa: tendencia a aislarse y encerrarse en sí mismas, dificultando la empatía y cercanía emocional con el niño, impide que ofrezcan un sostén parental adecuado y tienen dificultades para percibir lo que ocurre a sus hijos. No hay relación directa entre el tipo de vínculo materno y el del niño (madres con apego inseguro pueden tener hijos con apego seguro) ,pueden mediar factores como el vínculo con el padre o el grado de satisfacción matrimonial de la madre. -Sí se ha encontrado que las madres de niños con TDAH con apego seguro tienen mejor capacidad de acceder y verbalizar sus experiencias lo que contribuye a una mejor comunicación con el hijo. Son más reflexivas, lo que permite un contacto afectivo real e implicado con las necesidades y sentimientos de los niños. -Las madres de niños con apegos inseguros tienen un estilo más distante, empobrecido y defensivo y menos recursos para ayudar al niño a verbalizar y elaborar sus experiencias o sentimientos. No contactan realmente con ellos y sus muestras de cariño o preocupación no están en sintonía emocional, lo que puede ocasionar que el niño se distancie afectivamente (patrón evitativo) o aumente su ansiedad y preocupación (ansioso-ambivalente)

Se considera que el tratamiento en TDAH debe ser multimodal y multicontextual, dando gran importancia al papel desempeñado por los padres a quienes se les suele pedir que cumplan una serie de pautas educativas: clarificación de las normas, ambiente familiar ordenado y organizado, comunicación y exigencias adaptadas a las capacidades del niño. Sin embargo esto puede resultarles muy difícil debido al deterioro de su relación con su hijo. Sería importante considerar en el diagnóstico las características de las representaciones vinculares del niño para poder elaborar un plan de tratamiento más personalizado y adecuado. Si hay un vínculo seguro podremos dar directamente los aspectos relativos al manejo de las conductas del niño sabiendo que contamos con este elemento facilitador, pero si hay alteraciones del vínculo deberemos considerar la necesidad de una intervención específica a nivel de relación padres-hijo que refuerce los puntos debilitados y fortalezca el vínculo antes de entregar pautas educativas. Las intervenciones en TDAH deberían abordar también las dimensiones afectivas de la paternidad (desarrollo de la sensibilidad y reflexividad) y ayudarles a reducir la tensión psicológica y emocional, con el objetivo de conseguir un clima familiar adecuado para fomentar el apego y posteriormente aprender las habilidades parentales que mejoren la disciplina y comunicación con los hijos.