Arquitectos Materia

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 Serrano 26, 1.ª planta 28001 Madrid www.fundacioniberdrola.org Serran o26,1.ªplanta.28001Madrid www.fundacioniberdrola.org Arquitectos de la Materia JAUME NAVARRO COLECCIÓN GIGANTES La Colección Gigantes presenta a sus lectores, de forma sencilla, concisa, rigurosa y fácil de leer y entender , cúales han sido los per- sonajes clave que, a lo largo de la historia de la humanidad, más han contribuido a desarrollar la ciencia, la tecnología, el pensa- miento, etc. —el conocimiento científico, tecnológico y humanis- ta, en general— y cómo de sus contribuciones y esfuerzo perso- nal nos beneficiamos hoy en día las personas que poblamos el planeta Tierra.     A    r    q    u     i    t    e    c    t    o    s     d    e     l    a     M    a    t    e    r     i    a     J     A     U     M     E     N     A     V     A     R     R     O Últimas publicaciones de la Fundación Iberdrola Colección Clásicos de la ciencia y tecnología El canon científi co. JoséManuel Sánchez Ron. Introducción al estudio de la medicina experimental. ClaudeBernard. Exposición del si stema del mundo. Pierre-SimonLaplace. Fundamentos para una teoría general de conjuntos. Georg Cantor. Recuer dos de mi vida. Santiago Ramóny Cajal. ColecciónConferenciasy seminarios Agua y desarrollo sosteni ble: vida, medioambiente y sociedad. Ciencia, tecnología y educación. Colección Ensayo Europa: ¿Comunidad de valores u ordenamiento jurí- dico?/El carácter relacional de los valores cívicos. R. SpaemannyA. Llano. Empresa y sociedad civil. Varios autores. Modelos de Sociedad Civil/Models of Civil Society. F. Russell Hittinger. Colección Estudios Desarrollo tecnológico e i nvestigación científica en España. Balanceprovisional deun esfuerzo insuficientede catching up. V.Pérez-Díaz y J. C. Rodríguez. Colección Cuadernos del Foro de Pensamiento Actual Principios físicos del desarrollo energético sostenib le. Principios del desarroll o económico sostenible. Colección Gigantes Guten berg. Las luces de la Ener gía. Genios de la Ingeniería Eléctrica. Arquitectos de la Materia ColecciónClásicosdelPensamientoEuropeo Sobre la lib ertad. JohnStuart Mill Meditación de Europa y otros escritos afines.  JoséOrtega yGasset La democracia en Amé rica I y II.  Alexis deTocqueville OtrasPublicaciones La Energí a en sus claves JAUME NAVARRO (Barcelona, 1970) es licenciado en Ciencias Físicas y en Filosofía, y doctor en Historia de la Ciencia. Ha sido profesor de Historia y Filosofía de la Ciencia en la Universitat Internacional de Catalunya, Barcelona, y en el Imperial College, Londres. Actualmente es investigador asociado en el Department for the History and Philosophy of Science (HPS) de la Universidad de Cambridge, y miembro del Centre d’Estudis d’História de la Ciencia (CEHIC) de la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha trabajado extensamente en la Historia de la Física, especialmente en los siglos XIX y XX, publicando artículos en revistas internacionales, y es autor del libro “En Contacto con la Realidad. El realismo crítico en la filosofía de Karl Popper” .

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    Serrano 26, 1. planta

    28001 Madrid

    www.fundacioniberdrola.org Serrano26,1.planta.28001Madridwww.fundacioniberdrola.org

    Arquitectosde la Materia

    JAUME NAVARRO

    COLECCINGIGANTESLa Coleccin Gigantes presenta a sus lectores, de forma sencilla,concisa, rigurosa y fcil de leer y entender, cales han sido los per-sonajes clave que, a lo largo de la historia de la humanidad, mshan contribuido a desarrollar la ciencia, la tecnologa, el pensa-miento, etc. el conocimiento cientfico, tecnolgico y humanis-ta, en general y cmo de sus contribuciones y esfuerzo perso-nal nos beneficiamos hoy en da las personas que poblamos elplaneta Tierra.

    Arquitect

    osdelaMateria

    JAUMENAVARRO

    ltimas publicaciones de la Fundacin Iberdrola

    Coleccin Clsicos de la ciencia y tecnologa

    El canon cientfico.JosManuel Snchez Ron.

    Introduccin al estudio de la medicina experimental.ClaudeBernard.

    Exposicin del sistema del mundo.Pierre-SimonLaplace.

    Fundamentos para una teora general de conjuntos.Georg Cantor.

    Recuerdos de mi vida. Santiago Ramny Cajal.

    Coleccin Conferencias y seminarios

    Agua y desarrollo sostenible: vida, medioambiente ysociedad.

    Ciencia, tecnologa y educacin.

    Coleccin Ensayo

    Europa: Comunidad de valores u ordenamiento jur-dico?/El carcter relacional de los valores cvicos.R. SpaemannyA. Llano.

    Empresa y sociedad civil.Varios autores.

    Modelos de Sociedad Civil/Models of Civil Society.F. Russell Hittinger.

    Coleccin Estudios

    Desarrollo tecnolgico e investigacin cientfica enEspaa. Balanceprovisional deun esfuerzo insuficientedecatching up. V.Prez-Daz y J. C. Rodrguez.

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    Principios del desarrollo econmico sostenible.

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    Gutenberg. Las luces de la Energa.

    Genios de la Ingeniera Elctrica.

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    Coleccin Clsicos del Pensamiento Europeo

    Sobre la libertad.JohnStuart Mill

    Meditacin de Europa y otros escritos afines.JosOrtega yGasset

    La democracia en Amrica I y II.Alexis deTocqueville

    OtrasPublicaciones

    La Energa en sus claves

    JAUME NAVARRO(Barcelona, 1970) es licenciado en Ciencias

    Fsicas y en Filosofa, y doctor en Historia de

    la Ciencia. Ha sido profesor de Historia y

    Filosofa de la Ciencia en la Universitat

    Internacional de Catalunya, Barcelona, y en

    el Imperial College, Londres. Actualmente es

    investigador asociado en el Department for

    the History and Philosophy of Science (HPS)

    de la Universidad de Cambridge, y miembro

    del Centre dEstudis dHistria de la Ciencia

    (CEHIC) de la Universidad Autnoma deBarcelona. Ha trabajado extensamente en la

    Historia de la Fsica, especialmente en los

    siglos XIX y XX, publicando artculos en

    revistas internacionales, y es autor del libro

    En Contacto con la Realidad. El realismo

    crtico en la filosofa de Karl Popper.

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    Personajes que construyeronel mundo de los tomos

    COLECCIN GI GANTES

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    Arquitectosde la Materia

    Personajes que construyeronel mundo de los tomos

    Jaume Navarro

    FUNDACIN IBERDROLA

    2006

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    Coleccin GigantesArquitectos de la Materia

    Jaume Navarro

    Fundacin IberdrolaC/ Serrano, 26 - 1. 28001 Madrid

    Director de la Coleccin:Jos Luis de la Fuente OConnorEditora: Marina Conde Morala

    ISBN: 84-611-1024-2Depsito legal: M. 24.163-2006

    Diseo, preimpresin e impresin:Grficas Arias Montano, S. A.

    28935 Mstoles (Madrid)

    Impreso en Espaa - Printed in Spain

    Reservados todos los derechos. Est prohibido reproducir, registrar o transmitir esta publicacin, ntegra o parcialmente, salvopara fines de crtica o comentario, por cualquier medio digital o analgico, sin permiso por escrito de los depositarios de losderechos.Los anlisis, opiniones, conclusiones y recomendaciones que se puedan verter en esta publicacin son del autor y no tienen porqu coincidir necesariamente con los de la Fundacin Iberdrola.

    Patronato de la Fundacin Iberdrola

    Presidente: D. IGO DE ORIOLYBARRA

    Vicepresidente: D. JAVIERHERRERO SORRIQUETA

    Patronos: D. RICARDOLVAREZ ISASID. JOS IGNACIO BERROETA ECHEVARRAD. JOS ORBEGOZOARROYOD. IGNACIO DE PINEDO CABEZUDOD. ANTONIO SENZ DE MIERA

    D. IGNACIO SNCHEZ GALND. VCTOR URRUTIA VALLEJO

    Secretario: D. FEDERICO SAN SEBASTIN FLECHOSO

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    A mi padre. Le habra gustado poder leer este libro.

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    NDICE

    INTRODUCCIN. UNABIOGRAFA DE LAMATERIA........................................

    EMPDOCLES DEACRAGAS. LOS ELEMENTOS DEL MUNDO CLSICO...............

    EPICURO. EL PLACER DE LOS TOMOS ........................................................

    PARACELSO. EN BUSCA DE LA QUINTAESENCIA. ............................................

    GIORDANOBRUNO. LA MAGIA, LOS TOMOS Y EL INFINITO .........................

    RENDESCARTES. EN BUSCA DE LA CERTEZA.............................................

    ISAACNEWTON. LA AUTORIDAD DE LOS TOMOS........................................

    ROGERBOSCOVICH. JESUITA Y CORTESANO ................................................

    JOHNDALTON. LA IMPORTANCIA DE LA BALANZA.......................................

    MENDELEIEV. PONIENDO ORDEN EN EL CAOS .............................................

    LUDWIGBOLTZMANN. LOS TOMOS, DE VERDAD EXISTEN?.........................

    JOSPEHJOHNTHOMSON. EL PRIMER CORPSCULO .....................................

    NIELSBOHR. TOMOS COMO PLANETAS.....................................................

    ROBERTA. MILLIKAN. PARTCULAS EXTRATERRESTRES .................................

    LOUIS DEBROGLIE. UNPRNCIPE REVOLUCIONARIO ...................................

    LISEMEITNER. EL TOMO SE ROMPE .........................................................

    ERNESTO. LAWRENCE. GRANDES MQUINAS PARA PEQUEAS PARTCULAS ....

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    ARQUITECTOS DE LAMATERIA

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    RICHARDFEYNMANN. LA MODA DE LA FSICA.............................................

    EPLOGO. EL FINAL DE UNA BIOGRAFA .......................................................

    CRONOLOGA GENERAL .............................................................................

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    UIN DESCUBRI los tomos? La pregunta parece inofensiva, perono lo es. La palabra descubrir podra llevarnos a pensar que la actividadcientfica consiste principalmente en quitar el velo de lo que est cubier-to, escondido. Tomando una imagen de laboratorio, podramos imaginarque los cientficos han ido mejorando sus microscopios hasta llegar a ver laestructura ltima de la Materia. Sin embargo, la historia de la ciencia nosmuestra otra cosa: pensar en los cientficos como personas que observan y

    explican lo que ven es una ingenuidad que no se corresponde con la reali-dad. La actividad cientfica es mucho ms compleja.

    El mundo material siempre ha sido un misterio para el ser humano.Desde los orgenes de la humanidad ha habido constantes intentos porentender y por dominar la Materia. El movimiento de los astros, los ciclosde la vida y la estabilidad del cosmos parecen indicar que el mundo sigueunos patrones fijados de antemano. Pero este carcter permanente delmundo a veces colapsa: un terremoto, una enfermedad o la aparicin deun cometa son fenmenos que sorprenden y que asustan porque no sonpredecibles, porque no los podemos dominar. Y porque nos hacen pre-guntar: el mundo es siempre igual o est cambiando?

    ste es un libro de biografas. En l se presenta la actividad de filso-fos y cientficos de todas las pocas que se han interesado por entendermejor qu es la Materia y cmo est organizada. Por eso me gusta presen-tarlo como una biografa de la Materia. En toda biografa hay un elemen-

    to estable la persona de la que se trate y muchos elementos variableslos diversos episodios de esa vida. As sucede con la Materia.

    INTRODUCCIN

    UNA BIOGRAFA DE LA MATERIA

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    La historia de nuestra comprensin de la Materia es biogrfica en dossentidos. Primero porque la tarea de filsofos y cientficos ha consistido en

    intentar entender qu hay de estable en un mundo cambiante. Como vere-mos en los primeros captulos, la tensin entre cambio y estabilidad fueuno de los problemas centrales que inauguraron lafilosofa natural. El mun-do cambiaba, pero algunos de estos cambios seguan patrones fijos mientrasotros parecan totalmente aleatorios. Si conseguamos entender estos lti-mos como resultado de una estructura ms profunda, desapareca el azar y,con l, el miedo a lo desconocido. Los tomos o los elementos primitivoseran teoras que proporcionaban esa estructura profunda estable.

    Tambin es biogrfica en un segundo sentido. La historia de nuestracomprensin de la Materia es una historia de cambios constantes lasteoras han ido cambiando bajo una pregunta permanente qu hayde estable en el mundo. Veremos algunas de estas teoras y las situare-mos en su contexto histrico y social para entender de dnde surgen ycmo se forman. Evitaremos, as, utilizar en ningn momento la palabradescubrimiento, ya que las teoras que se presentan son casi siempre frutode la imaginacin, de la intuicin y del diseo.

    Como en el caso de los arquitectos, los filsofos y cientficos de los quehablaremos han propuesto modelos, diseado estructuras, imaginado to-mos. A veces, esos sueos se han hundido enseguida, como si de chabolas so-bre arenas movedizas se tratara; otras veces, los edificios que se han construi-do han durado siglos. Pero ninguna teora de la Materia es eterna. Como enarquitectura, el hundimiento parcial de una teora puede servir como puntode partida de la siguiente. Incluso cuando se restaura una teora antigua seintroducen modificaciones, como en la recuperacin de edificios.

    Y siguiendo el smil arquitectnico, los modelos que se proponen nun-ca son del todo independientes de su entorno. El arquitecto necesita teneren cuenta el lugar sobre el que proyecta su edificio, las modas culturales,los gustos locales y la crtica de los otros arquitectos. De modo parecido su-cede en la filosofa natural y en la ciencia. Las diversas teoras de la Mate-ria nacen en un determinado entorno cultural y social y son, muchas veces,reflejo de ese entorno. La ciencia no es una actividad aislada, sino que seencuentra sumergida y forma parte de esa gran red que llamamos cultura.

    Hablando de culturas, cabe sealar que la evolucin de nuestra com-prensin de la Materia se ha desarrollado principalmente en dos culturas:

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    la filosofa y la alquimia. Los filsofos pretendan entender el mundo par-tiendo de la contemplacin, de la observacin, de la especulacin intelec-

    tual y de la discusin racional. Los alquimistas queran dominar los secre-tos de la Materia y sacarle el mximo partido partiendo de conocimientosempricos, prcticos; conocimientos que se transmiten en pequeos talle-res, como cualquier saber artesanal.

    Filsofos y alquimistas. Y en esta historia, dnde estn los cientficos?En sentido estricto los cientficos aparecen despus de 1830. Antes de estafecha la palabra cientfico no exista. La tradicin filosfica haba ido evo-lucionando sin que apareciera una distincin entre ciencia y filosofa. La

    dramtica separacin actual entre ciencias y humanidades todava no sehaba consumado. El hombre antiguo, medieval, renacentista e ilustradoera un hombre culto, no un especialista. Todo le interesaba porque todoestaba relacionado. Slo despus, con la especializacin y la explosin delnmero de cientficos, desaparecieron las grandes preguntas sobre Dios,sobre el mundo y sobre el hombre.

    Hoy creemos dominar bastante bien la Materia. En los laboratorios msavanzados se ven los tomos, se los manipula, se los altera, se los destruye.

    Y, a la vez, parece que cuanto ms los utilizamos menos los comprendemos.Se necesitan largos aos de formacin universitaria, ordenadores y simula-dores de tecnologa punta para empezar a pensar en los tomos. Slo sepuede trabajar con las partculas ms elementales en unos pocos laborato-rios de dimensiones colosales, fruto de la colaboracin internacional. Cadaexperimento involucra a cientos e incluso miles de personas.

    Quin descubri los tomos? Seguramente la respuesta ms acertada esque nadie los descubri. Se han ido construyendo poco a poco con la ayu-

    da de grandes arquitectos, algunos de los cuales son los protagonistas delos siguientes captulos.

    BIBLIOGRAFA

    BARNES, B. Y EDGE, D. (eds.): Science in Context, The Open University Press,

    Milton Keynes, 1982.GILLISPIE, C. C.: Dictionary of Scientific Biography, Scribner, 18 vols., New York,1970-1982.

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    INTRODUCCIN. UNA BIOGRAFA DE LAMATERIA

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    GOLINSKI, J.:Making Natural Knowledge: Constructivism and the History of Scien-ce, Cambridge University Press, Cambridge, 1998.

    TOULMIN, S.: The Architecture of Matter, Hutchinson, London, 1962.

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    UESTRA HISTORIAcomienza hace unos dos mil quinientos aos, enla isla de Sicilia. En la costa sur de la isla, en el pueblo que hoy se llama

    Agrigento, entonces Acragas, naci Empdocles. Escribir una biografasuya, como de cualquier personaje de la antigedad, no es tarea fcil. Seconservan algunos fragmentos de sus obras y ancdotas dispersas de suvida, muchas de ellas probablemente falsas. Con ello, casi sera mejor em-

    pezar el libro hablando de alguien ms conocido. De todas formas es im-posible entender la biografa de la Materia sin hacer referencia a la influen-cia de Empdocles en el pensamiento occidental durante casi dos milaos.

    El sur de Italia y la isla de Sicilia se haban convertido, a finales del si-glo VI a. C., en un gran foco de cultura helnica. En Elea, ciudad costeraal sur de la actual Npoles, Parmnides (540-470 a.C.) y su discpulo Ze-nn (489?-430 a.C.) eran los impulsores de un nuevo modo de entender

    el mundo. Antes que ellos, la escuela pitagrica tambin se haba estable-cido en la zona, despus de que su fundador, Pitgoras (582-496 a.C.), tu-viera que abandonar, por motivos polticos, su ciudad natal en la isla grie-ga de Samos.

    No. No nos remontaremos al primero de los filsofos, Tales de Mile-to (635-545? a.C.), en esta historia. Bastar con encadenar el pensamien-to de la escuela de Pitgoras y la escuela de Elea para entender el pensa-miento de Empdocles. Cul era el problema que estos filsofos afron-taban? Se trata de una pregunta que est en la base de la investigacincientfica y de la especulacin filosfica: cmo es realmente el mundo?,

    EMPDOCLES DEACRAGASLOS ELEMENTOS DEL MUNDO CLSICO

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    cun estable es el mundo?, qu hay tras ese constante cambio y diver-sidad que observo en la naturaleza?

    En una excursin al monte vemos rboles, hierbas, pjaros, insectosEstn ah. Los puedo observar, escuchar, tocar. Cada rbol es distinto a losdems. Cada uno de ellos es nico. Es ms, si repito mi excursin maa-na, seguramente observar cambios en cada una de las plantas y animales.Un rbol habr perdido una de sus ramas; aquella planta habr dado lu-gar a una nueva flor. El nmero de insectos habr variado, muchos deellos devorados por los pjaros, quienes, a su vez, habrn perdido algunade sus plumas. En mi nueva excursin observar, pues, un mundo total-

    mente distinto. Y, sin embargo, si alguien me pregunta dnde he ido yqu he visto, dir: he ido al mismo lugar y he visto las mismas cosas. Ques lo que me hace afirmar unidad y estabilidad si lo que veo, siento y oigoes ahora distinto?

    La gran pregunta acerca de la unidad bajo la apariencia de diversidadha marcado el pensamiento occidental desde los tiempos de la cultura he-lnica. Incluso las ciencias actuales mantienen esa misma pregunta: se bus-can los ltimos componentes de la Materia, es decir, aquellas piezas o

    aquellos elementos que son comunes a todos los cuerpos; se formulan le-yes que nos expliquen por qu hay una cierta estabilidad en la naturaleza.A pesar de las apariencias ms inmediatas, el mundo se nos antoja estable,racional, y los filsofos y cientficos apuestan por teoras para intentarcaptar esa racionalidad.

    Pitgoras y los pitagricos intuyeron que bajo la apariencia de cambioconstante se esconda una eterna armona matemtica. Los animales, lasplantas y, sobre todo, los astros del firmamento parecan obedecer unos

    ritmos de proporciones matemticas. Esto era importante, ya que los n-meros no son cambiantes: 2 + 2 siempre es 4, hoy o maana, aqu o en lasantpodas. De este modo, las matemticas se convierten en el arquetipo delo que existe en el mundo. La realidad cambia, pero el cambio sigue unaspautas numricas y los nmeros no cambian. De ah que se pueda afirmar,siguiendo el razonamiento pitagrico, que, en el fondo, la realidad no escambiante.

    Pitgoras y sus discpulos vieron en el nmero, en las matemticas, elorigen, fundamento y fin de todas las cosas. Todas las cosas haban sidopuestas en marcha siguiendo patrones matemticos, y seguan existiendo

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    guiadas por el mismo patrn. El hombre, sujeto al cambio como el restode las cosas, poda purificar su imperfeccin. Las matemticas eran tam-

    bin el camino del alma humana en su bsqueda de la perfeccin. Aquencontramos una mezcla de espiritualismo y ciencia, de asctica y conoci-miento, propia del mundo clsico. La comprensin de la naturaleza y laperfeccin del alma constituan un mismo proyecto; ser sabio y ser buenose identificaban entre s. Religin y ciencia se confundan.

    Siguiendo en la estela de la tradicin pitagrica, Parmnides fund supropia escuela en Elea. En este proceso de purificacin a travs del cono-cimiento, los eleatas llegaron al total desprecio del conocimiento sensible.

    La vista, el gusto, el tacto, el odo y el olfato eran, para ellos, fuente deconstantes errores acerca del mundo. Por eso decidieron hacer caso omisode las apariencias sensibles y hacer uso slo del pensamiento para enten-der la razn de ser ms ltima de la naturaleza.

    Hay un ejemplo, usado por Parmnides, que ayuda a entender su pos-tura. Cada noche la luna aparece distinta. La vista nos dice, noche tras no-che, que la luna va creciendo hasta tomar la forma de un gran disco, traslo cual, y en un proceso similar, la luna va menguando hasta desaparecertotalmente. A pesar de ello, y tras estudios nada evidentes, sabemos que laluna no cambia. Los ojos nos dicen que s, pero la razn nos informa delporqu de tal aparente cambio. El sol, proyectando su luz sobre la luna, esel responsable de las distintas fases por las que sta pasa. Tras el aparentey constante cambio de la luna se esconde una total y absoluta estabilidad:la luna es siempre la misma aunque la veamos distinta.

    As, Parmnides intuye que todas las cosas, en el fondo, son lo mismo.

    Bajo la apariencia de cambio y diversidad, lo nico que tenemos es el Ser,estable, inmutable, eterno y permanente. Sin partes y sin lmites, el Ser olo Uno es todo lo que hay. Parmnides, como tantos de sus contempor-neos, escribi en verso sus teoras, un estilo alejado de lo que hoy conside-raramos el buen hacer cientfico. Sin embargo, esta forma de escribirpone de manifiesto el carcter relativamente mstico del conocimientocientfico. De hecho, si la filosofa la ciencia trataba de entender loprofundo, lo escondido, lo oculto bajo las apariencias, no es extrao quetales teoras se transmitan rodeadas de un cierto hermetismo.

    Acerca del Ser, Parmnides escribi que:

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    lo ente ingnito e imperecedero es,porque es nico, imperturbable y sin fin.No era alguna vez, ni ser, pues ahora es, todo a la vez.uno solo, compacto. Pues qu nacimiento le buscars,cmo, de dnde ha crecido?

    En cuanto al tema que nos ocupar en este libro, el de la estructurade la Materia, Parmnides afirma que el Ser no tiene partes, no es divi-sible:

    Ni tampoco es divisible, porque es entero igual.Ni es algo ms por aqu, que le impedira ser compacto,

    ni menos, pues est enteramente pleno de lo ente.

    Los contemporneos de Parmnides no aceptaron este monismo tan ra-dical. No era de sentido comn afirmar que el mundo era una especie deunidad indefinida, sin partes, sin lmites. La historia de la ciencia est lle-na de episodios en los que el sentido comn ha sido el arma arrojadiza con-tra propuestas cientficas novedosas. En ciencia, el sentido comn es para-lizante, ya que ste est demasiado cerca de los fenmenos, de la eviden-

    cia sensible y de la tradicin. Para hacer ciencia, hace falta poder dar unpaso atrs, criticar la coherencia de la visin aceptada, ver el mundo consuspicacia e interrogarlo con irona. Esto es lo que hizo Parmnides y,aunque hoy algunos se sonren de su negacin del vaco y de la divisibili-dad del mundo, su monismo fue un paso adelante en la bsqueda de la es-tabilidad del mundo material.

    El discpulo de Parmnides ms conocido es Zenn de Elea, a quienpodemos imaginar como el publicista de Parmnides, decidido a mostrar

    al mundo la veracidad de las enseanzas de su maestro. Famosas son algu-nas de las aporas de Zenn, especialmente la de Aquiles y la tortuga, o ladel aquero y la flecha, con las que pretende demostrar que el movimientono existe, a pesar de lo que nos diga la experiencia inmediata. Aqu noscentraremos en el argumento que Zenn utiliz para mostrar que la natu-raleza no es divisible.

    Frente al monismo de Parmnides, algunas voces planteaban que elmundo estaba compuesto de partes. Zenn ridiculiz esta versin de la si-

    guiente manera: si el mundo est compuesto de distintos elementos, cadauno de stos tendr unas dimensiones determinadas. Tomemos uno de es-

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    tos elementos y dividmoslo. Esto es posible, en principio, debido a queel elemento en cuestin tiene dimensiones finitas. Esta sub-parte puede, a

    su vez, ser dividida, y el resultado es una parte todava ms pequea perocon dimensiones finitas. Llevando el proceso al extremo, podramos seguirdividiendo infinitas veces y llegaramos a tener infinitas partes, cada unade las cuales tendra dimensiones finitas. Pero si ahora juntamos todas es-tas infinitas partes, necesariamente obtendremos un cuerpo infinitamentegrande, lo cual es una contradiccin con el punto de partida. Por lo tan-to, dira Zenn, el mundo no es divisible.

    La paradoja de Zenn nos muestra que la idea de la divisibilidad de la

    Materia en tomos no es necesariamente evidente. De hecho, y como ve-remos en este libro, a pesar de que algunos filsofos pretendieron introdu-cir el atomismo, ste no fue aceptado en las ciencias hasta el renacimien-to. El atomismo la idea de que los cuerpos pueden ser divididos en to-mos no es, por tanto, necesariamente de sentido comn.

    Pero volvamos al protagonista de este captulo. Empdocles naci en elseno de una familia noble de Sicilia, probablemente en el ao 492 a.C.Segn la biografa escrita por Digenes Laercio, su padre posea una caba-

    llera, signo de riqueza en la poca, y su abuelo, un poeta reconocido, ha-ba tomado parte en la 71 olimpiada de Grecia. Ms tarde, el propio Em-pdocles tambin sera el centro de atencin de las olimpiadas, el granacontecimiento social del mundo helnico.

    En la acrpolis de la ciudad de Acragas haba seis templos dricos, unode los cuales era el segundo mayor de todo el mundo helnico. La ciudadestaba en pleno esplendor, especialmente bajo el gobierno del tirano Tern

    (488-472 a.C.). Cuando Empdocles era todava un nio, Tern venci alos cartagineses, imponiendo as el dominio helnico en la isla de Sicilia. Asu muerte, dada la ineptitud de su hijo, la ciudad decidi convertirse enuna democracia. Mientras, en Atenas reinaba Pericles (495-429 a.C.),quien, con una gran dosis de pragmatismo, consigui una unidad del mun-do helnico sin precedentes. En Acragas, Empdocles y su familia estuvie-ron fuertemente implicados en el paso de la tirana a la democracia. Ade-ms, Empdocles consigui convencer a sus conciudadanos de la necesidadde abandonar las luchas partidistas, que minaban el desarrollo de la ciudady, en cambio, cultivar el desarrollo cultural. Tal era su poder de conviccin,que Aristteles (384-322 a.C.) le consider el padre de la retrica.

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    Su defensa de la igualdad parece estar en contradiccin con su estilopersonal. Se le recuerda pasendose por la ciudad con expresin seria, dis-

    tante, con aire de superioridad y vistiendo con extravagancia: una tnicade prpura ceida con cngulo dorado, una larga y exuberante cabellera,y sandalias vistosas. Paseaba por la ciudad rodeado de nios y jvenes quele servan en todo lo que necesitara. Su lenguaje era, segn decan, excesi-vamente florido. Pero estas palabras tenan tambin, segn la leyenda, po-der curativo. Empdocles es considerado, por algunos, uno de los funda-dores de la escuela mdica de Sicilia. Hay que resaltar que, en esta poca,la medicina era uno de tantos saberes y, por lo tanto, estaba ntimamenteligado con la sabidura, con la filosofa y con la religin.

    Mientras unos lo consideran un mdico de considerable vala, otros venen l slo a un charlatn. Entre los relatos de sus curaciones aparecen laresurreccin de alguno de sus pacientes, la curacin del envejecimiento yel control de lluvias y vientos con su palabra. Ms creble es, sin embargo,la eliminacin de una plaga en la ciudad debida a la contaminacin delro. Empdocles mand desviar unos afluentes para que purificaran elagua del ro y, con ello, eliminar la plaga. Esto muestra a un personaje

    para el cual la contemplacin y el saber ms especulativo no iban reidoscon las aplicaciones ms tcnicas y prcticas.

    Pero, con el tiempo, su dedicacin a la poltica le vali muchos enemi-gos, y tuvo que abandonar la ciudad. En su exilio por el sur de Italia, Em-pdocles entr en contacto ms directamente con las escuelas pitagrica yeletica, y fue probablemente en este tiempo cuando desarroll su visindel mundo. Han llegado hasta nuestros das dos poemas de Empdocles,uno de los cuales se refiere a la Naturaleza y el otro a la purificacin del

    alma. El primero es interesante porque introduce una visin del mundoque intenta aunar el monismo de Parmnides con la pluralidad que nosmuestran los sentidos.

    Si el Ser es slo uno, no hay manera de explicar el movimiento que seobserva en la naturaleza. De ah que Empdocles propuso cuatro elemen-tos bsicos de la naturaleza: agua, aire, tierra y fuego, la mezcla de los cua-les dara lugar a la diversidad de cosas que encontramos. El cambio y lapluralidad se explicaran a partir de la combinacin y recombinacin deestos cuatro elementos. Adems, para explicar cmo estos cuatro elemen-tos se organizan, Empdocles tambin introdujo dos fuerzas, el amor y el

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    odio, que explicaran por qu los cuatro elementos aparecen en proporcio-nes distintas en los diversos cuerpos.

    La cosmologa de Empdocles mantiene el carcter estable de la natu-raleza, a la vez que explica el cambio y la pluralidad. No hay corrupcinni generacin: lo nico que encontramos es organizacin de los cuatroprincipios en proporciones distintas (dando lugar a la pluralidad) y varia-cin en la proporcin de los elementos (explicando as el cambio). Porefecto del amor se renen los cuatro elementos, y por efecto del odio seseparan las partculas provocando la extincin de los objetos. El mundo talcomo nosotros lo conocemos est a mitad de camino entre la realidad pri-

    mitiva, fase en la que predomina el amor, y la fase de total separacin delos elementos, en la que predomina el odio.

    Imaginar los cuatro elementos de Empdocles no es fcil desde nuestraperspectiva. No se trata tanto de partculas de tierra, aire, agua o fuego,sino que hay que pensarlos como principios activos, como propiedadesdistintas. De ah que Empdocles atribuya nombres de dioses a los cuatroelementos. Dioses, porque ejemplifican mejor la idea de que se trata deprincipios y no de componentes; no porque se les deba atribuir carcter

    religioso o sobrenatural. Zeus aparece como el fuego; Edoneo, la tierra;Hera, el aire; y Nestis, el agua. Los cuatro elementos tambin reciben elnombre de races, para subrayar el carcter de fundamento invisible de lanaturaleza. Nuestros sentidos nos muestran cosas concretas, nunca ningu-no de los cuatro elementos que las componen. Los elementos, al mezclar-se, permanecen como ocultos a los sentidos.

    Los cuatro elementos llenan, por as decir, todo el mundo. No existe elvaco entre ellos. Se suele atribuir a Empdocles el descubrimiento de que

    el aire es una sustancia Material y de que, como consecuencia, no existe elvaco. El experimento que llev a cabo para demostrarlo es muy simple.Una vasija llena de aire y sumergida en agua no permite la entrada delagua si no es expulsando el aire fuera. Si el aire no fuera material, no ha-bra inconveniente en que la vasija se llenara de agua.

    Al introducir los cuatro elementos y las dos fuerzas, Empdocles cam-bi el universo de Parmnides, fijo, esttico, glido, por un cosmos condinamismo interior. Este dinamismo queda representado con su ciclo cs-mico que pretende ser una explicacin de la evolucin constante de la na-turaleza. Este ciclo constaba de cuatro estadios: uno dominado por el

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    amor, otro por el odio, y dos estadios de transicin, de un dominio a otroy viceversa. En el estadio del dominio del Amor, se dara una mezcla uni-

    forme de los cuatro elementos, dando lugar a algo parecido al Ser de Par-mnides, que es eterno, finito, inmvil, y no existe, en l, el vaco. Porello, Empdocles dice que bajo el dominio del amor todo es, en el fondo,una nica realidad, una nica cosa, ya que el Universo, en esos momen-tos, no es ni fuego, ni agua, ni tierra, ni aire.

    Con la aparicin del odio el todo se empezara a separar y se pon-dran en movimiento los cuatro elementos, tendiendo, cada uno de ellos,a replegarse sobre s. En este estadio el fuego, el aire, el agua y la tierra

    aparecen totalmente separados entre s, a la espera de volver a ser reunidospor la fuerza del amor. De hecho, el mundo actual aparece muy domina-do por el odio, ya que los cuatro elementos aparecen con frecuencia clara-mente diferenciados: el agua de los mares y los ros est muy separado dela tierra firme. El aire y la tierra parecen pertenecer a esferas distintas,mientras que el fuego se concentra fundamentalmente en el sol.

    Cmo demostr Empdocles que los elementos eran cuatro y queeran precisamente los cuatro que l dijo? No lo demostr: slo fue una su-

    gerencia. Pero esta sugerencia se fue imponiendo hasta que Aristteles,cien aos ms tarde, acept esa cosmologa como vlida. Con l, toda lafilosofa y ciencia posterior acept la existencia de los cuatro principiosbsicos, tierra, aire, agua y fuego, como de sentido comn, como conoci-miento tradicional y establecido.

    La muerte de Empdocles est llena de misterio. La ltima noticia fide-digna que se guarda es que se traslad al Peloponeso, donde, posiblemen-te, morira. Sin embargo, el mito ms conocido acerca de su muerte es

    que, tras la solucin al problema de las aguas contaminadas en Acragas,los habitantes de la ciudad lo empezaron a adorar como dios. Empdocles,queriendo mostrar su origen divino, se arroj al fuego. Lejos de ser undios, en vez de confirmar la teora popular de su origen divino, Empdo-cles puso fin a las habladuras del pueblo y a su vida. En otra narracin si-milar, Empdocles convoca una fiesta para celebrar que haba conseguidoresucitar a una mujer. Tras la fiesta, y para mostrar su origen divino, Em-pdocles se dirigi al Etna y se arroj al fuego del volcn para, as, conver-

    tirse en un dios.

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    TENAS, AO 323 A.C. Llega a la ciudad la terrible noticia de lamuerte del gran rey Alejandro de Macedonia (356-323 a.C.), emperadordel mundo. Bajo su reinado, el poder helnico se ha extendido desde elNilo hasta el Indo. El que era venerado como hijo de los dioses morira s-bitamente en Babilonia, quizs de malaria, quizs envenenado por suspropios oficiales. Con su muerte, la gloria de Macedonia se puso en jaque.

    La gran ciudad, Atenas, intent recuperar la hegemona poltica en elmundo helnico, pero los macedonios, ms fuertes, aplastaron la revuelta,abolieron el rgimen democrtico e instalaron una guardia macedonia per-manente en la ciudad. El ambiente en Atenas se volvi tenso, hasta el ex-tremo de que Aristteles, uno de los grandes prohombres de su tiempo, yantao tutor de Alejandro, decidira abandonar la ciudad y trasladarse aClcide, donde morira al ao siguiente.

    La muerte de Alejandro trajo consigo cambios significativos en lamentalidad helnica. Las campaas militares del rey haban propiciado laapertura de nuevas rutas comerciales y, con ello, el auge econmico de lasciudades griegas y macedonias. Esto gener un mayor individualismo,agravado por la abolicin de la democracia, lo cual mitig el sentimientode ciudadana propio de la vida poltica helnica. Estar en manos de tira-nos propici que los griegos ya no se vieran formando parte de un granproyecto ciudadano, sino como individuos indefensos sometidos a losvaivenes del azar. As, slo vala la pena ocuparse de los asuntos propios,

    sin importar las relaciones con los dems ni un supuesto proyecto co-mn.

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    sta es la ciudad que conoci Epicuro cuando, a los 18 aos, hizo su pri-mer viaje a Atenas. All se dirigi para prestar el servicio militar de dos aos

    que los jvenes deban cumplir para obtener la ciudadana plena. Los padresde Epicuro, atenienses de origen, se haban trasladado a la isla de Samoscuando sta fue sometida al poder de Atenas. Sin embargo, un decreto deAlejandro, del ao 324, desposea a los colonos atenienses de todos los dere-chos sobre los territorios conquistados, y la familia de Epicuro decidi tras-ladarse a la ciudad de Colofn, en la costa del mar Egeo. All pas Epicurodiez aos, al terminar su servicio ciudadano, entre el 321 y el 311 a.C.

    Epicuro fue, como tantos filsofos clsicos, autodidacta. No era el es-

    tudio de un currculo acadmico lo que formaba al filsofo, sino el segui-miento de maestros ms o menos establecidos y el intercambio de opinio-nes con gente de la misma edad. El primer grupo de interlocutores de Epi-curo fueron sus propios hermanos, Neocles, Queredemo y Aristbulo,quienes le siguieron a Mitilene primero, Lmpsaco despus y, finalmente,en el ao 306 a.C., Atenas. En la gran ciudad, Epicuro estableci su pro-pia escuela, el Jardn, en competicin con la platnica Academia y el aris-totlico Liceo.

    La vida en el Jardn es ms parecida a la de una secta religiosa que anuestro concepto de escuela filosfica. Muchos de los discpulos viven enla casa, formando una comunidad de vida que trasciende lo meramenteintelectual: se celebran comidas en comn y, el da veinte de cada mes, secelebra solemnemente el aniversario del nacimiento de Epicuro. Una delas singularidades del Jardn es que est abierto a todo el mundo. No esnecesario conocimiento previo de matemticas, como suceda en la Acade-mia de Platn, y, para escndalo de muchos atenienses, las mujeres y los

    esclavos tambin eran bienvenidos. El lema a la entrada de la escuela pro-clamaba que all reinaba constantemente el placer.

    Qu placer buscaba Epicuro? Para l la tarea del filsofo no es simple-mente especulativa sino que tiene la felicidad propia como finalidad. El fi-lsofo no quiere, principalmente, teorizar sobre el mundo, sino compren-derlo y comprenderse a s mismo, y as alcanzar la felicidad ms plena. Enel pensamiento de Platn y su escuela la felicidad tambin era un objeti-vo a conseguir. Pero, siguiendo la distincin entre apariencias y realidadpropia de la filosofa clsica, y de la cual se ha hablado en el captulo an-terior, en la Academia la felicidad slo se alcanzaba al abandonar el mun-

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    do de lo contingente y acceder al mundo de lo nico real, al mundo de lasIdeas. Para Epicuro la nica realidad es la sensible, la inmediata, la obser-

    vable directamente. Y, por tanto, la nica felicidad posible, el nico placeral que se puede acceder, es el placer sensible.

    La filosofa de Epicuro es, por as decir, una manera de escapar del do-lor, de convivir con la incertidumbre, de convertirse en seor del propiodestino. Ante la situacin de desazn que reinaba en el mundo helnicotras la cada de Alejandro, Epicuro propone la bsqueda individual delplacer como nico modo de sobrevivir a la hostilidad del mundo. Peropara poder obtener el mximo placer, es necesario saber cmo funciona la

    naturaleza. Un exceso, que aparentemente puede dar mximo placer, seconvierte en fuente de dolor si va contra la salud fsica o la paz de nimo.De ah que el conocimiento del mundo, la ciencia, sea una necesidad parala bsqueda del placer. No como en Platn o en Aristteles, para quienesel conocimiento era en s mismo la fuente de mximo placer, sino porqueconociendo el funcionamiento de las cosas, podremos hacer uso de ellaspara nuestro placer sensible.

    As, el hedonismo se convierte en la causa ltima de la ciencia. No hay

    un inters por conocer; slo se busca dominar. sta es la disyuntiva con laque historiadores y filsofos de la ciencia se topan cuando quieren expli-car por qu los hombres y mujeres de todos los tiempos han hecho, de unmodo u otro, ciencia. Desde una perspectiva idealista, de races platni-cas, la ciencia es una actividad especulativa. La contemplacin de la natu-raleza sera la principal motivacin para la actividad cientfica, una activi-dad que colmara las ansias de saber. Desde una perspectiva ms instru-mental y prctica, el nico motivo para hacer ciencia es el deseo de

    dominar la naturaleza, de sacar el mximo rendimiento a las posibilidadesque el mundo ofrece, de vencer nuestra batalla por sobrevivir a las fuerzasdel cosmos. Epicuro perteneca a este segundo grupo.

    La fsica de Epicuro es totalmente distinta a la de Empdocles o Arist-teles. Conforme a su escepticismo respecto a lo no observable, Epicuro nopoda aceptar la teora de los cuatro elementos. El mundo real deba coin-cidir con el mundo observable, y Epicuro consideraba los cuatro elementoscomo ficciones ocultas, esotricas, como frutos de la imaginacin. Las ide-as de Parmnides y las paradojas de Zenn no impresionaban a Epicuro,quien aceptaba con gusto la existencia del vaco y la divisibilidad de la Ma-

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    teria, siguiendo las teoras atomistas de Demcrito (460-370? a C.) y Leu-cipo (460-370? a.C.).

    Contemporneo de Empdocles, Demcrito fue el principal divulga-dor de la teora atmica de Leucipo, personaje del cual no se conoce nin-gn detalle. El primer atomismo sostena que la naturaleza era eterna, sinprincipio ni fin, que el espacio era vaco, y que los cuerpos eran divisiblesslo hasta un cierto lmite. Las tesis atomistas entran en clara contradic-cin con el paradigma de Parmnides y de Zenn. Para Demcrito, loscuerpos materiales estn formados por la agregacin de tomos, pequeaspartculas indivisibles y eternas. La diferencia con los cuatro elementos de

    Empdocles es fundamental: el fuego, el aire, la tierra y el agua son algoas como propiedades que componen el mundo Material. Los tomos deDemcrito son cosas fsicas, con extensin, masa y volumen, aunque de-masiado pequeos para ser observados. Los tomos son propiamente par-tes de las cosas.

    En el atomismo democrteo, el cambio y el movimiento se entiendencomo ordenaciones distintas de los tomos. stos seran del todo indepen-dientes entre s de no ser por sus atracciones y repulsiones mutuas. Las pro-

    piedades de los cuerpos que observamos son tambin expresin de la orga-nizacin de los tomos, ya que stos no se distinguen entre s ms que, qui-zs, por su forma geomtrica. Adems, los movimientos de los tomosindividuales siguen las leyes de la mecnica de la poca, con lo que todo eluniverso es determinista: todo lo que sucede se debe al seguimiento de le-yes eternas de la naturaleza. Por lo tanto, para Demcrito, el universo escomo un fro juego mecnico, sin direccin, sin propsito, sin vida, en elque todo est perfectamente predeterminado. Aunque todo est en movi-

    miento, no hay ni punto de partida ni punto de llegada; slo movimiento.La hiptesis atomista de Leucipo y Demcrito fue rechazada por mu-

    chos filsofos de la poca. La crtica de Aristteles fue, entre todas, la msinfluyente para la posteridad. ste tach de inconcebible la idea de un es-pacio sin Materia. Adems, siguiendo razonamientos parecidos a los deZenn, Aristteles rechaz la idea de tomos finitos pero indivisibles: sitenan tamao, por qu no se podan, al menos en principio, dividir?Pero lo ms importante para Aristteles era que el atomismo, determinis-ta y necesario, no poda explicar la vida y, mucho menos, la libertad hu-mana. Una explicacin mecnica de la naturaleza no poda dar razn del

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    carcter aleatorio del comportamiento animal. La imposibilidad de prede-cir el comportamiento animal chocaba frontalmente con el determinismo

    ciego que reinaba en el mundo de Demcrito.A pesar de la crtica aristotlica, Epicuro resucit las tesis atomistas ylas convirti en la piedra angular de su visin del mundo. Introdujo algu-nas modificaciones para intentar responder a las crticas aristotlicas. Con-trariamente a lo que Demcrito haba sostenido, Epicuro propuso queslo haba un nmero finito de tipos de tomos. Adems, stos tenan unatendencia natural a caer hacia abajo que, junto con las fuerzas de atrac-cin y repulsin entre ellos, explicaba sus movimientos. Pero adems, para

    huir del determinismo ms absoluto, Epicuro introdujo la nocin de pa-rnklisis o espontaneidad interna para explicar la diversidad de fenmenosy la existencia de una cierta indeterminacin en el mundo.

    Todo es material, porque todo se reduce a tomos. Y si es as, para Epi-curo el alma tambin es un cuerpo material, un agregado de tomos. Elalma habita en el cuerpo en plena armona con ste, haciendo de motorde la carne (tal como Epicuro sola llamar al cuerpo). Los tomos que for-man el alma son ms sutiles que los del cuerpo, de gran suavidad, lisos, re-

    dondeados, se mueven a gran velocidad, y estn distribuidos por todo elcuerpo. Pero hay una parte del alma, la ms profunda y cuyos tomos sonms sutiles que el resto, situada en el pecho: es el alma del alma. sta es laparte del alma que siente, que piensa, que quiere.

    Al ser el alma un agregado de tomos, sta muere cuando los tomos sedisgregan. Y esto sucede a la par que se disgregan los tomos del cuerpo,con la muerte fsica. As, Epicuro sostena que la muerte del alma y la muer-te del cuerpo son dos fenmenos que tienen lugar a la vez. No hay vida del

    alma ms all de la muerte y, con ello, Epicuro fundamenta toda su tica enque el nico motor de la vida es la bsqueda del placer de la carne.

    El atomismo y la bsqueda del placer humano son responsables de lafalta de inters que Epicuro tena hacia la explicacin de los fenmenosastronmicos. Entender los eclipses, el origen de la luz solar, los movi-mientos de los planetas o la formacin de rayos y truenos se le antojabauna prdida de tiempo. La ciencia era importante slo si serva paraaumentar el placer. Con respecto a los fenmenos astronmicos, frente alos cuales no se poda hacer nada, lo nico necesario era desposeerlos detoda significacin mitolgica o divina. Los astros no eran dioses, sus mo-

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    vimientos no eran signos de nada y, por lo tanto, no haba que temerlos.El placer epicreo pasaba por considerar los astros como meros agregados

    de tomos siguiendo sus movimientos ms o menos deterministas. As seevitaba convertirlos en una fuente de angustia, de respeto o de veneracin.

    La vida en el Jardn era lo ms placentera posible, lo cual significaba, si-guiendo las enseanzas de Epicuro, una existencia relativamente austera.Para obtener el mximo de placer, la moderacin era esencial. No hay quepensar en El Jardn como un lugar de constantes fiestas y orgas, sino todolo contrario: un lugar donde se poda apreciar el ms pequeo placer mate-rial o intelectual, debido a la austeridad de vida que reinaba. Tampoco te-

    nan los bienes en comn, sino que cada uno ayudaba a los dems con loque posea personalmente, creando un ambiente de amistad y camaradera.

    Epicuro muri alrededor del ao 270 a.C. debido a piedras en el rin.A su muerte, su legado se difundi desde el Jardn por todo el mundo he-lnico, siendo el epicuresmo una de las teoras en competicin con laobra de Aristteles. La gran objecin al atomismo era, sin embargo, laacusacin de atesmo. En una Grecia donde los dioses eran expresin delorden social establecido, una teora atea supona un ataque frontal al fun-

    damento de la sociedad, con lo que el epicuresmo nunca lleg a tener su-ficiente predicamento entre la intelectualidad helnica.

    De todos modos, el individualismo del periodo post-alejandrino ayudal desarrollo del atomismo epicreo. Cuando la naturaleza orgnica de lasociedad helnica se desmoronaba, no era extrao el surgimiento de unateora fsica que disgregaba la organicidad del mundo en componentes dis-cretos e independientes. Pero el momento lgido de las tesis de Epicurolleg en el siglo I a.C., en otro contexto poltico igualmente difcil: laRoma del final de la Repblica.

    El siglo I a.C. fue un tiempo difcil en el Imperio de Roma. Las gue-rras civiles, las revueltas internas como la encabezada por Espartaco (113-71 a.C.), las invasiones a territorios extranjeros, los asesinatos de gober-nantes, etc., eran la tnica habitual de la sociedad romana. En este con-texto, la bsqueda por la paz y la armona que Epicuro haba predicadoreson en el carcter de un poeta sensible: Lucrecio.

    Lucrecio es un personaje confuso del que disponemos poca informa-cin fidedigna. Nacido probablemente en el ao 94 a.C., Lucrecio fue un

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    filsofo, poeta, comentador y crtico social, cuya gran obra, el poema DeRerum Natura, ha llegado intacto hasta nuestros das. El poema refleja la

    sensibilidad de alguien que quiere escapar del desasosiego de la vida pol-tica de la ciudad y refugiarse en la contemplacin de rboles, plantas,arroyos y montes. Se puede inferir tambin que Lucrecio perteneca a unafamilia noble.

    El poema De Rerum Natura es importante porque es la mejor exposi-cin sistemtica que tenemos de las tesis atomistas. Siguiendo la tica epi-crea, Lucrecio buscaba la paz de espritu y la armona que haba existidoen el Jardn ateniense. Para ello desarrolla la amistad y la contemplacin

    de la naturaleza; huye de las insidias de la polis, del ruido y la traicin queimpera en los centros de poder. Y todo ello, igual que en Epicuro, cons-truido sobre el fundamento del atomismo y de la negacin de los dioses yde la vida despus de la muerte.

    Unos versos del libro II de De Rerum Naturanos pueden ayudar a vercmo Lucrecio expona las tesis atomistas. Aqu, la palabra tomo y la pa-labra principio tienen el mismo significado:

    Sgueme siempre t, y escucha ahoracul es el movimiento con que engendrany a los cuerpos destruyen los principiosde la Materia, y cul es el impulsoy cul la rapidez que hace que vuelenpor el espacio inmenso sin descanso.

    Porque seguramente la Materiano es una masa inmvil, pues que vemosdisminuirse un cuerpo, y de continuomanando, se consumen a la largay el tiempo nos los roba de la vista;se conserva sin prdidas la suma:empobreciendo un cuerpo, los principiosvan a enriquecer otro, y envejecenlos unos para que otros reflorezcan;ni en un sitio se paran; de este modo

    el universo se renueva siempre,y se prestan la vida los mortales;

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    crecen unas especies y se acaban:y en poco tiempo las generacionesse mudan y la antorcha de la vidacual giles cursores se transmiten.

    Si piensas t que los principios puedencesar, y que cesando engendran nuevosimpulsos, la verdad de ti se aleja:pues movidos en medio del vacolos principios, es fuerza que obedezcano a su gravedad misma, o al impulso

    quiz de causa externa; desde arribaprecipitados, pues, encuentran otros,que a un lado los apartan de repente;no es maravilla, porque son pesados,dursimos y slidos, y nadales pone estorbo alguno por su espalda.

    Y para que del todo te convenzasde que generalmente los principios

    estn en movimiento, ten presenteno darse lugar nfimo en el todo,donde se paren los primeros cuerpos,porque inmenso, infinito es el espacio.

    No reposan jams en el vacolos principios: por su naturalezaen movimiento siempre variadounos a gran distancia son lanzados,

    otros se apartan menos, y se enlazanen el choque. Si es breve su distancia,y se repelen poco, y su tejidose liga ntimamente, constituyenlas rocas solidsimas, y el hierro,y una corta porcin de otras substanciasde esta naturaleza: si, al contrario,el choque los rechaza y los dispersa,

    y los hace vagar por el espacio,en largos intervalos, nos ofrecendel Sol la luz brillante y aire raso.

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    Y vagan adems por el vacomuchos que estn privados de juntarse,o que jams pudieron agregadosentrar en el concorde movimiento;de lo cual una imagen y figuracontinuamente hiere nuestros ojos,cuando del Sol los rayos se insinande travs por las piezas tenebrosas.Si reparas, veras cmo se agitantomos infinitos de mil modospor el vaco en el luciente rayo:

    y en escuadrones, en combate eternose dan crudas batallas y peleas,y no paran jams: ya se dividen,y ya continuamente se repliegan.De aqu puedes sacar que en el vacoeternamente los principios giran:un efecto vulgar puede servirnosde modelo y de gua en cosas grandes.

    El poema de los tomos jug un papel crucial en las discusiones sobreel atomismo que tuvieron lugar en el siglo XIX, sobre todo en Inglaterra.Pero en los primeros siglos de nuestra era Lucrecio pas al olvido. Las te-sis continuistas y la fsica de los cuatro elementos fue mejor aceptada. Lu-crecio muri alrededor del ao 50 a.C. y, segn escribi San Jernimo, lalocura le llev al suicidio.

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    UROPA CENTRAL, final del siglo XV. Tras el colapso del Imperio Ro-mano, Europa vivi tiempos difciles. La desaparicin de la organizacinimperial supuso la proliferacin de pequeos seoros, independientes en-tre s. Esta disgregacin foment las guerras entre los distintos pueblos deEuropa y la desaparicin de las condiciones para el desarrollo intelectual.Poco a poco, el papel unificador que antao haba ejercido la burocracia

    del imperio fue recuperado por el poder social, intelectual y econmico delos monasterios. A su alrededor se celebraban ferias y mercados, en sus in-mediaciones se asentaba la gente en busca de seguridad. En su interior, losmonjes estudiaban el depsito de la cultura, y, poco a poco, fueron redes-cubrindose manuscritos clsicos que la Edad Media haba relegado al ol-vido. Era el inicio del Renacimiento.

    Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus von Hohenheim, al quese conocera con el nombre de Paracelso, naci en la ciudad suiza de Ein-

    siedeln. En este paradisaco enclave rodeado de montaas, ros y lagos, laabada benedictina, fundada alrededor del ao 947, era el centro de lavida econmica, cultural y social de la zona. Su iglesia, dedicada a la Vir-gen Mara, se haba convertido en lugar de peregrinacin desde su fun-dacin.

    En tiempos del abad Conrad de Hohenrechberg, el monasterio conta-ba con los servicios de un mdico, el doctor Wilhelm von Hohenheim,formado en Tbingen en el arte de la medicina, la astrologa y la alquimia.Su mujer tambin prestaba servicios en la abada. Al hijo de ambos, naci-do en noviembre de 1493, le pusieron el nombre de Teofrasto en honor

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    del discpulo de Aristteles, conocido por su dedicacin a la medicina, a labotnica y a la mineraloga.

    Acompaando a su padre por los montes cercanos, Teofrasto aprendiel poder curativo de las distintas plantas medicinales. La medicina medie-val, siguiendo los pasos de Galeno, mdico griego del siglo II de nuestraera, estaba basada en la suposicin de que la salud humana consista en elequilibrio de los diversos humores que circulan por el cuerpo. As, la acti-vidad mdica se centraba en administrar hierbas medicinales, o en inten-tar sacar la enfermedad fuera del cuerpo, con la idea de que ste recupera-ra la armona inicial y, por tanto, la salud.

    En 1502, cuando Teofrasto tena ocho aos, la familia se traslad a laciudad de Villach, en la actual Austria, donde el doctor von Hohenheimhaba sido destinado. Este nuevo emplazamiento fue determinante para laformacin del joven Teofrasto. La escuela de la ciudad estaba ntimamen-te ligada a la explotacin de las cercanas minas de plomo, de modo que losestudiantes aprendan a tratar los distintos metales que se extraan de lamina. De este modo, Teofrasto fue aprendiendo la diferencia entre los dis-tintos metales y las tcnicas del momento para purificar el material bruto

    que se extraa de la mina.Ms adelante, la formacin acadmica de las universidades no le con-

    venci. Siguiendo el mtodo escolstico, los alumnos y maestros se reu-nan para leer y discutir textos clsicos. Estos textos, traducciones al latnde obras escritas en griego o en rabe, distaban mucho de su contenidooriginal. Se pretenda transmitir el conocimiento establecido por la tradi-cin a base de repetir textos clsicos deformados. En medicina, las tesis deGaleno se estudiaban a partir de la interpretacin de Avicena, filsofo ra-

    be de principios del siglo XI. Con ello era imposible discernir qu pertene-ca a Galeno, qu a Avicena, y qu a la deformacin de las ideas de stoscon el paso del tiempo.

    Estando en la universidad, seguramente en la de Basilea, Teofrasto si-gui la tradicin de latinizar su nombre y escogi el nombre de Paracelso.Cuenta la leyenda que, ya en su infancia, su padre lo haba apodado coneste nombre para subrayar que, tan joven, el conocimiento mdico de suhijo sobrepasaba el del mdico Celso, quien haba vivido en tiempos delemperador Augusto. Tambin en la universidad Paracelso fue introducidoen el ocultismo. La ineficacia del sistema escolstico, junto con el resurgi-

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    miento del platonismo en el Renacimiento, favoreci la idea de que el ver-dadero conocimiento estaba oculto en los textos. Por tanto, la verdadera

    sabidura se transmita fuera de los textos cannicos, a base de tradicionesy de poderes ocultos a la mayora de los mortales.

    Aburrido de la universidad, Paracelso se traslad a Wrzburg, al surde Alemania, para estudiar bajo la gua del abad Trithemius. ste eraconocido por su profundo conocimiento de las cosas ocultas de la na-turaleza y su relacin con el espritu. Paracelso aprendi magnetismo ytelepata, y fue forjando una idea que impregnara su pensamiento: elmundo del microcosmos es un reflejo del macrocosmos. Por tanto, el

    cuerpo humano tiene un paralelismo con los cielos y los astros. Tam-bin en esta poca Paracelso se interes por la interpretacin oculta ycabalstica de la Biblia, tendencia en auge en el Renacimiento, y queconsideraba que el texto de la Escritura esconda informacin cifradaacerca del mundo.

    Pero qu tiene que ver Paracelso con nuestra biografa de la Materia? Alos 22 aos empez a trabajar como qumico en las minas de Villach. Elmaterial extrado en una mina es siempre una mezcla de distintos metales

    que deben ser sometidos a distintos procesos para su separacin. Normal-mente, como en los altos hornos, se necesitan tcnicas e instalaciones quepermitan la obtencin de temperaturas muy altas. Un laboratorio de refi-namiento es siempre un lugar caluroso en extremo, lleno de todo tipo degases y vapores, muchas veces txicos, y donde la precisin es una caracte-rstica imprescindible. Cada metal tiene su momento, su tcnica, su secre-to. El crisol, la retorta, el mortero, el horno refractario, la cubeta de de-cantacin y el tubo de destilacin, todo ello formaba parte del instrumen-

    tal de los alquimistas en las minas.Mientras muchos alquimistas soaban con conseguir el secreto para

    transformar los metales en oro, o para encontrar la piedra filosofal, Para-celso se centr en las propiedades reales de los metales con que trabajaba.Siguiendo en el marco aristotlico, todo estaba formado de agua, fuego ytierra en distintas proporciones (el aire lo consideraba una mezcla de aguay fuego). A la vez, cada metal pareca tener una propiedad propia, un po-der curativo especfico, que haba que poder extraer en estado puro: suquintaesencia. El poder de cada metal no se basaba, pues, en la proporcinque encontramos entre los cuatro elementos, sino precisamente en un

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    quinto elemento, propio para cada metal, en el que residan todas sus pro-piedades especficas.

    Tal teora se volvi crucial en la prctica mdica que emprendera conel paso del tiempo. Frente a la concepcin galnica de la salud, donde elcuerpo humano manejaba un frgil equilibrio entre sus humores, Paracel-so intuy que las enfermedades podan atribuirse al exceso o defecto de al-guna sustancia concreta en algn determinado rgano. Debido a su ideade armona entre el macrocosmos y el microcosmos, deba existir en elmundo natural la sustancia adecuada para cada enfermedad que restaura-ra la salud del cuerpo. La tarea del mdico-alquimista consista, pues, en

    hallar la sustancia curativa propia de cada enfermedad. As empez unamedicina basada en la qumica, y no tanto en los remedios con hierbas va-rias o, peor an, en las tradicionales sangras cuya lgica era la de intentarexpulsar la enfermedad fuera del cuerpo.

    A los 24 aos, y con deseos de convertirse en un mdico experimenta-do, Paracelso emprendi el gran viaje de su vida, que le llevara por losgrandes centros de la cultura de Europa y Asia Menor. Dejando a su pa-dre en Villach (su madre ya haba muerto), Paracelso se dirigi primero a

    Viena y a Colonia, en cuyas universidades, fundadas dos siglos antes, in-tent en vano seguir las enseanzas de los escolsticos. De ah march aPars, donde estudi algunas enfermedades locales y, posiblemente, entra-ra en contacto con la que era, sin duda, una de las universidades ms im-portantes del Medioevo y el Renacimiento.

    De Pars fue a Montpelier, y de all a Italia, donde sera testigo de laefervescencia del Renacimiento en las ciudades de Bolonia, Padua y Fe-

    rrara. Sus siguientes escalas las hace en Espaa, en Granada y Sevilla, re-cientemente liberadas del poder rabe, pero donde la influencia de la es-cuela mdica de Averroes es todava muy fuerte. Despus, Salamanca yLisboa, desde donde embarcar hacia Inglaterra. No es fcil saber quhizo Paracelso en estos viajes, pero pronto se convence de que el conoci-miento que busca no lo encontrar en las universidades tradicionales dela poca, sino en el mundo, en los talleres y tabernas, en conversacincon la gente. De ah que, en su escala en Inglaterra, no se molestase enacudir a Cambridge y Oxford, las dos universidades del pas, sino que sevali de sus conocimientos de metalurgia para trabajar en el comercio demetales.

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    A su vuelta en el continente, Paracelso tom parte en una revuelta con-tra el futuro rey de Espaa, Carlos I (1500-1558), como mdico del ejr-

    cito rebelde. Al ser derrotados, sigui su itinerario por Europa, lo que lellev a Dinamarca. Ah se le confi la salud de la reina madre, quien, en-ferma de melancola, fue curada por Paracelso. Con este xito, el rey le pi-di que reorganizara todo el sistema farmacutico del reino. En 1520,cuando Dinamarca invadi Suecia, el rey lo nombr cirujano jefe del ejr-cito. Con la victoria de los daneses, Paracelso pudo pasar a examinar lasminas del norte de Suecia y valorar sus posibilidades comerciales.

    El dominio de los daneses sobre Suecia durara poco y, con ello, Para-

    celso se vio obligado a huir de la pennsula escandinava en direccin a Ru-sia. En busca siempre de aventuras, se dirigi a Mosc, donde el duqueBasilio (1479-1536) haba invitado a intelectuales, artistas, humanistas yastrlogos de Europa para occidentalizar la capital de Rusia. Con ello,Mosc se llen ms de charlatanes, visionarios y oportunistas que de inte-lectuales. Sin embargo, los trtaros invadieron la ciudad y apresaron a to-dos los extranjeros. Gracias a sus conocimientos de medicina, el cautiveriode Paracelso fue ligero y hasta se le permiti estudiar las tradiciones mdi-

    cas de las tribus trtaras, bastante desconocidas en la tradicin occidental.En 1521 acompa a un prncipe trtaro en una misin diplomtica a

    Constantinopla. Ese viaje supondra su liberacin definitiva y el inicio deuna expedicin por el mundo oriental, donde descubrira el poder curati-vo de muchas sustancias opiceas. Tierra Santa y, sobre todo, Alejandra ylas riberas del Nilo, fueron sus destinos, siempre siguiendo las rutas co-merciales de los venecianos. De ah que su siguiente etapa estuviera enGrecia y Chipre. En esta isla sufri el sitio de Rodas por los turcos, en el

    cual la mayora de la poblacin muri por el hambre y el clera. Paracelsopudo abandonar la isla el da antes de su rendicin definitiva. Tras unacorta estancia en Venecia, decidi poner fin a sus viajes y regres a la casadonde haba vivido con su padre, en Villach, en 1524.

    El clima poltico en Alemania, Suiza y Austria haba cambiado muchodurante su ausencia. En 1517 Lutero (1483-1546) colg sus tesis en lapuerta de la iglesia de Wittenberg, y en 1520 quem pblicamente el do-cumento papal que condenaba sus ideas. ste fue el desencadenante de unambiente de protesta y ruptura con la autoridad que trascenda el mbitode lo religioso. Por un lado, muchos de los pequeos estados que confor-

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    maban Alemania vieron en la eleccin de las tesis de Lutero una manerade afirmar su independencia del poder de Roma y del poder imperial. Por

    otro lado, la poblacin rural vio en la revuelta luterana un modo de expre-sar su malestar por la situacin de extrema pobreza en la que se encontra-ba. Europa se sumi en la revuelta constante.

    Paracelso se vio involucrado en el alzamiento de la poblacin de Salz-burgo. Como tantas otras revueltas, sta tambin fue sofocada por la au-toridad y los instigadores, ejecutados. Paracelso escap de la horca porquel mismo no haba empuado armas. Una particular interpretacin de laBiblia es lo que mova a Paracelso a fomentar el alzamiento de los campe-

    sinos: la tierra y el agua eran un don de Dios para todos los hombres, yno deban ser posedos por nadie en particular. Paracelso quera construirun mundo anglico a base de abolir toda pretensin de poder temporal yde propiedad privada.

    Expulsado de Salzburgo, Paracelso acab refugiado bajo la proteccindel duque de Bavaria, en el castillo de Neuburg, cerca de Ingolstadt. Alltrabaj con el alquimista Hans Filian, a quien el duque haba contratadocon la esperanza de que algn da consiguiera la transmutacin del oro. La

    bsqueda de los secretos de la Materia era una constante en Paracelso y entodos los alquimistas de la poca. Parte del arte de la alquimia implicabautilizar un lenguaje secreto, misterioso, cuyo significado slo poda sercaptado por los iniciados por un mismo maestro. De todos modos, el len-guaje aparentemente secreto de Paracelso se distingue del utilizado por suscontemporneos por cuanto que no atribuye poderes espirituales a la Ma-teria. En Paracelso no hay invocacin a espritus o a fuerzas ocultas. Suarte se reduce a buscar los entresijos de la Materia, por lo que muchos lo

    consideran el primer qumico de la historia.Qu aportaciones hizo Paracelso a la naciente qumica? Por un lado,

    su sistema clasificatorio, en el que las sustancias eran ordenadas segn suspropiedades en las reacciones con otros elementos, y no segn sus colores,tamaos o sabores. As, las sustancias podan clasificarse segn las tria pri-ma, o tres principios, de mercurio, azufre y sal. Bajo la primera categora,la de azufre, se designaba a aquellas sustancias que eran activas por su altacombustibilidad o su poder de ataque sobre los metales. El grupo del mer-curio inclua las sustancias altamente maleables, voltiles o que se fundanfcilmente. Finalmente, las sales eran aquellos productos que no eran ni

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    combustibles ni voltiles, y que solan aparecer como resultado de la reac-cin de azufres y mercurios.

    La siguiente etapa del largo periplo que supone la vida de Paracelso noslo presenta en Estrasburgo, donde intenta establecerse como mdico y ci-rujano. Sin embargo, su falta de acreditacin acadmica y sus mtodospoco ortodoxos para la prctica mdica de la poca le incapacitan para re-alizar su deseo profesional. Su suerte dar un cambio radical cuando, trasconseguir curar la pierna infectada del influyente humanista JohannesFroben (1460-1527), sin necesidad de amputacin, ste se convierta en sumecenas y le facilite que se establezca como mdico y cirujano en Basilea.

    En medio de las luchas religiosas del siglo XVI, la ciudad de Basilea de-cidi expulsar a los catlicos de su universidad. Con la influencia de Fro-ben y, sobre todo, de Erasmo de Rotterdam (1469-1536), Paracelso con-sigui que se le nombrara profesor de medicina en la universidad, lo cualle habilitaba para la prctica mdica en la ciudad. Pero su entrada en launiversidad no pudo darse con peor pie. Fiel hasta el extremo a sus pro-pios principios, Paracelso escribi un manifiesto para los que quisieran sersus alumnos en el que negaba la autoridad de los clsicos. Slo la observa-

    cin y la experiencia acumulada por l en sus aos de prctica podan serel fundamento de la medicina. Paracelso se enfrent a la tradicin de Avi-cena, Galeno e Hipcrates, lo cual escenific en su primera clase cuando,al entrar en el aula, se rasg las vestiduras de acadmico, las lanz al sueloy empez a ensear con las vestiduras propias del alquimista.

    Esta entrada en Basilea le dio popularidad entre la poblacin. Pero era,sobre todo, su medicina lo que le vali la aceptacin popular. Paracelso esel padre de la llamada iatroqumica, la idea segn la cual las enfermedades

    pueden ser curadas por la administracin de productos qumicos. Mien-tras los alquimistas ms recalcitrantes se empeaban en la bsqueda de oroy otras transmutaciones de metales, Paracelso enfatiz las propiedades cu-rativas de los productos qumicos. De este modo, quera destronar la me-dicina tradicional.

    El 24 de junio de 1527, en la noche de San Juan, Paracelso representde forma definitiva su rechazo explcito de la medicina tradicional de Avi-cena y Galeno. Rodeado de sus estudiantes, Paracelso lanz a la hoguera deSan Juan el Canon de Avicena. Este episodio, con el que Paracelso queraestablecer su autoridad mdica en la ciudad de forma definitiva, tuvo el

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    efecto contrario. Los estudiantes lo empezaron a poner en ridculo, los far-macuticos, molestos con los cambios que introduca en la organizacin de

    las medicinas, empezaron a rebelarse contra l. Finalmente, la ciudad deci-di destituirlo de su puesto, y, en 1528, acab por abandonar la ciudad.

    La lucha de Paracelso no era tanto una batalla entre la nueva ciencia (lasuya) y la antigua ciencia. De hecho, Avicena y, sobre todo, Galeno eran,de algn modo, la nueva ciencia. El Humanismo y el Renacimiento eran,en los siglos XV yXVI, seales de modernidad. Y haba sido precisamenteese nfasis por recuperar el conocimiento de los clsicos lo que haba lle-vado a la resurreccin de las tesis de Galeno. Eso, unido al neoplatonismo

    que impregn la cultura de la poca y que atribua poder oculto a la pala-bra y a la luz, fue lo que propici el rechazo a las teoras paracelsianas. Lamodernidad renacentista se vea atacada por los planteamientos de un m-dico de dudosa formacin y de oscuros orgenes.

    A partir de ah la vida de Paracelso fue una carrera de obstculos en laque nunca consigui el reconocimiento que l esperaba a su trabajo. Siguicomponiendo su magna obra en medicina, pero la mayora de sus obras noseran publicadas hasta mucho despus de su muerte. Una idea central en

    su pensamiento era la nocin de fuerza, con la que explicaba los cambiosen la Materia a partir de principios (la quintaesencia) propios de la Mate-ria misma. Paracelso quera, con esto, poner fin a toda una tradicin me-dieval y renacentista en la que se atribua poder a fuerzas ocultas, a espri-tus o a principios sobrenaturales. En definitiva, lo material tena causas ma-teriales. En concreto, las enfermedades tenan causas materiales y podanser, por lo tanto, tratadas con productos Materiales, productos qumicos.

    El materialismo de Paracelso se ver mitigado en su ltima dcada.

    Cada vez ms interesado por la teologa y el papel que juega Dios en la cu-racin de las enfermedades, acabar admitiendo que, en ltima instancia,es Dios quien sana los cuerpos. Y de ah arranca una conversin al catoli-cismo que marcar los ltimos aos de su vida. En 1532, Enrique VIII seseparar de Roma; en 1534 Ignacio de Loyola fundar la Compaa de Je-ss; en 1536 Calvino establecer su propia iglesia en Ginebra. Y sta es ladcada en la que Paracelso vuelve a la Iglesia Catlica hasta considerarse as mismo profesor de teologa y mstico.

    Cansado de vagar por Europa, en 1540 acept la oferta de asilo delobispo de Salzburgo. All morira al ao siguiente, sin saber que su con-

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    cepcin de la Materia y su idea de la medicina iban a influir sobre qumi-cos, mdicos y filsofos naturales en las dcadas siguientes. Sus obras se

    publicaran y seran conocidas en toda Europa en las dcadas de 1560 y1570.

    BIBLIOGRAFA

    GRELL, O. P.: Paracelsus. The Man, his Reputation, his Ideas and their Transforma-tion, Brill, Leiden, 1998.

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    N EL RENACIMIENTO lo moderno era lo antiguo. Lejos de creer en elprogreso lineal del conocimiento, los humanistas del siglo XVyXVI pensa-ban que la fuente de todo conocimiento estaba en la recuperacin de tra-diciones antiguas, en cuyos textos se esconda una original sabidura des-virtuada con el paso de los siglos. Volver atrs significaba volver a los or-genes y, por tanto, al verdadero conocimiento. La Escolstica medieval no

    haba hecho ms que introducir disquisiciones y distinciones intiles queslo conseguan apartarnos de la verdad. Renacer significaba recuperar lasfuentes originarias del saber.

    Los textos de Hermes Trimegisto se cuentan entre los ms influyentes delRenacimiento. De supuestos orgenes egipcios, y probablemente contempo-rneo de Moiss, se crea que Hermes haba influido a Pitgoras, a Platn,y a tantos otros sabios de la Grecia clsica. Por tanto, el estudio de sus obrasnos acercaba a los ms remotos principios de la humanidad y, por tanto, alas fuentes puras del saber acerca del cosmos y de sus orgenes. Por ironasde la historia, Hermes nunca existi, y los textos hermticos datan del sigloII y III de nuestra era. Pero en el siglo XVI nadie lo saba, y los escritos deHermes Trimegisto eran tratados con la misma veneracin y respeto que laBiblia.

    Hablar de Renacimiento es casi lo mismo que hablar de Italia. Y a allnos desplazamos para hablar de nuestro siguiente personaje. Filippo Bru-

    no naci en la ciudad de Nola, a los pies del Vesubio, en 1548. Nola estrelativamente cerca de Npoles, y Bruno fue enviado a estudiar all, en elStudium Generale de un tal Vincenzo Colle da Sarno y en el monasterio

    GIORDANO BRUNOLA MAGIA, LOS TOMOS Y EL INFINITO

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    de los agustinianos. A los 17 aos, Filippo Bruno decidi ingresar en laorden de los dominicos, y tom el nombre de Giordano.

    Como novicio, Giordano Bruno residi en distintos monasterios de laorden y recibi una formacin acadmica muy amplia antes de su ordena-cin como sacerdote. Como era de esperar en un dominico de su tiempo,Giordano estudi las obras de otro dominico insigne, Santo Toms de

    Aquino (1225-1274) y, a travs de l, todo el corpus aristotlico, inclui-dos sus comentaristas rabes y hebreos. Pero tambin entr en contactocon los filsofos presocrticos, con Cicern y Virgilio, con Sneca y Ovi-dio. Y, probablemente tambin en este periodo, Bruno conocera por pri-

    mera vez la obra de Raymon Llull (1232-1316).Pero el carcter de Bruno no era fcil. Su mpetu le llevaba a discutir la

    autoridad, a imponer con arrogancia sus ideas, a leer compulsivamentecualquier obra que cayera en sus manos, y a despreciar las ideas ajenas, es-pecialmente si le parecan demasiado ligadas a la tradicin escolstica. Sucomportamiento dentro de la Orden se hizo cada vez ms insostenible, es-pecialmente cuando empez a defender la hereja arriana, que niega la di-vinidad de Jesucristo. Tal fue la tensin que se gener alrededor de la fi-

    gura de Bruno que, antes de que fuese formalmente expulsado de la Or-den, ste decidi escapar.

    La defensa del arrianismo por parte de Bruno no es casual. Entre loselementos filosficos del neoplatonismo de la poca encontramos algunosmitos acerca de la creacin del mundo. La figura del demiurgo como cria-tura que ordena el cosmos, catico en su origen, estaba presente en lasobras de Hermes Trimegisto, en Platn y en muchos filsofos neoplatni-cos. El cosmos contena una jerarqua de ngeles, arcngeles, tronos y po-

    testades, por encima de los cuales estaba la Palabra, la Mente Ordenadoradel universo. En la concepcin cristiana de la Creacin, la Palabra no esuna criatura, sino el mismo Dios, Jesucristo. En las tradiciones platnicas,la Palabra o sabidura divina era una criatura, y por tanto, inferior a Dios.El arrianismo, hereja surgida en el siglo III, beba de las fuentes neoplat-nicas, y no es por eso extrao que reapareciera en el Renacimiento con elresurgimiento del neoplatonismo.

    En 1576, con su huida del monasterio, Bruno empez un periplo quele llevara a recorrer Europa: Gnova, Turn, Venecia, Ginebra Por don-de pasara, Bruno empezaba enseando astronoma y teologa, pero siem-

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    pre acababa huyendo debido a sus enfrentamientos con las autoridades ci-viles, eclesisticas y acadmicas del lugar. Finalmente, su suerte cambiara

    al llegar a Pars, en 1581. All, Bruno fue inmediatamente conocido porsu extraordinaria memoria, un tema muy popular en la poca. Siguiendola obra de Llull, se crea que el dominio y aumento de la memoria estabanligados con la magia y los poderes ocultos. Bruno, por tanto, fue vistocomo conocedor de una cierta sabidura oculta que poda ser de gran uti-lidad para los intereses de Francia. As fue como entr en contacto conEnrique III (1551-1589), rey de Francia.

    Bajo la proteccin del rey, Giordano Bruno obtuvo un puesto docente

    en el Collge de France (no en la Sorbona, donde el choque con las auto-ridades eclesisticas habra sido inevitable), y obtuvo licencias para publi-car sus obras. De ellas, se conserva el libro De Umbris Idearum, en el queBruno se presenta como heredero de Hermes Trimegisto. En esta obra seperfilan algunos de los elementos centrales del pensamiento de GiordanoBruno, entre los cuales se cuenta un cierto culto al sol como fuente detodo conocimiento, vida y poder, y la denuncia del cristianismo como re-ligin imperfecta que suplanta la religin originaria de races egipcias. Sin

    embargo, el tema central del libro es la memoria. Para Bruno sta tiene uncierto carcter sobrenatural: en la memoria se graban los arquetipos celes-tes de las cosas terrestres, que son, a la vez, sombras de las ideas que hayen la mente de Dios. Contemplar los arquetipos tiene un aire de experien-cia mstica, de fusin con la unidad absoluta que sustenta la aparente plu-ralidad de cosas. Tal experiencia, lgicamente, es slo asequible para losiniciados en el arte oculto de la mnemotecnia.

    Las ideas religiosas de Bruno eran claramente heterodoxas, tanto para ca-

    tlicos como para protestantes. En el tumulto de la guerra civil francesa en-tre catlicos y hugonotes, Bruno crey que tendra libertad para propagar suvisin del cosmos. Pero no fue as. El rey, a pesar de su inters por la magiay lo oculto, empez a distanciarse de Bruno, y ste, antes de que la situacinempeorara, decidi cruzar el Canal de la Mancha, rumbo a Inglaterra.

    Inglaterra, y Londres en especial, era un lugar de destino comn entrepersonas sospechosas de hereja en Europa. Tras la separacin de Romaprotagonizada por Enrique VIII, Inglaterra viva un periodo de calma re-

    lativa bajo el reinado de Isabel I, la Reina Virgen (1533-1603). Las herej-as eran perseguidas slo cuando suponan una amenaza poltica para la co-

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    rona, y Giordano Bruno no tena ningn inters poltico, por lo que loconsider su destino ideal.

    Sus aos en Inglaterra, de 1583 a 1585 fueron los ms fructferos de suvida, en cuanto a produccin cientfico-filosfica se refiere. Interpretar lasobras de Bruno no es fcil. Sus libros estn escritos en forma de dilogosentre personajes mitolgicos (Hrcules, Perseo, Isis, Jpiter) y su conte-nido es oscuro, precisamente por la constante mezcla de mito y realidad.Pero en todas sus obras se hace explcito el deseo de Bruno de reformar elmundo de acuerdo con sus ms remotos orgenes, orgenes que l sita enla tradicin egipcia. Las guerras de religin que se extienden por Europa

    no son ms que un signo de la decadencia del cristianismo, el cual, si-guiendo la tradicin helnica y hebrea, intent borrar el significado lti-mo de los elementos naturales.

    Bruno tambin defiende el copernicanismo, aunque por motivos astro-lgicos y religiosos. En 1543, Nicols Coprnico (1473-1543) public suobra De Revolutionibus Orbium Coelestium, en la que el astrnomo polacopropona un modelo del universo heliocntrico, es decir, basado en la ideade que el sol se encuentra en el centro del universo y los planetas orbitan

    alrededor del sol en rbitas circulares perfectas. La obra de Coprnicotuvo una recepcin desigual: mientras que para algunos se trataba de unaidea descabellada, otros vean en las tesis copernicanas un modelo til parala descripcin de los movimientos relativos de los astros, aunque no nece-sariamente verdadero. Para Bruno, sin embargo, la centralidad del sol eraun elemento fundamental en su concepcin religiosa del mundo e inter-preta la imagen copernicana como un jeroglfico que esconde secretos so-bre el cosmos y sobre el hombre que nadie ha descifrado todava.

    Aqu es donde Bruno introduce uno de los elementos ms significativosde su pensamiento: la existencia del infinito. Siguiendo las tesis de Nicolsde Cusa (1401-1464), filsofo de la primera mitad del siglo XV, Bruno de-fiende que el mundo necesariamente es infinito, pues es el producto crea-dor de un dios infinito. Si la causa (Dios) es infinita, el efecto (el mundo)tambin debe serlo. Por tanto, Bruno imagina que existen infinitos mun-dos, todos ellos siguiendo el patrn copernicano. El firmamento de las es-trellas fijas no puede ser un lmite, una frontera, del universo, sino la puer-

    ta de entrada a nuevos mundos. Esta idea sera central para el desarrollo dela astronoma posterior, especialmente cuando Galileo Galilei (1564-1642)

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    observ con su telescopio que el universo estaba mucho ms poblado quelo imaginado por los antiguos.

    El Renacimiento es un renacer restaurando lo ms antiguo. El poema DeRerum Natura de Lucrecio haba sido recientemente recuperado y, con l,las tesis epicreas sobre la felicidad, sobre el atomismo y sobre la fuerza vi-tal que mueve los tomos. Giordano Bruno fue heredero de las tesis de Lu-crecio y Epicuro, pero introdujo un vitalismo ajeno al pensamiento de losdos filsofos clsicos. Para Bruno, el cosmos estaba compuesto de tomos,era infinito y, por tanto, podan darse infinitos mundos. Pero estos mundosestaban dotados de una energa interior, de una vida propia, mgica, de la

    que Lucrecio y Epicuro no haban hablado. Cada mundo es, para Bruno, elcentro de la divinidad ilimitada que da unidad a la pluralidad de mundos.Los infinitos mundos son, de algn modo, reflejo del Dios infinito.

    Siguiendo los pasos de Lucrecio, Giordano Bruno concibe los cuerposcomo agregados de tomos. Los cuerpos se distinguen entre s slo en lacantidad y distribucin de los corpsculos que los forman. No existe lamuerte, slo existe movimiento; un movimiento eterno que hace que lasapariencias vayan cambiando. Los tomos se distribuyen y re-distribuyen

    dando lugar a distintos cuerpos que existen por un tiempo y dejan de exis-tir. Un trozo de pan, un rbol, un len, una piedra son, en el fondo, lomismo: agregados de tomos.

    Tras algunos intentos de ser aceptado en la universidad de Oxford,Bruno pas dos aos en Londres, bajo la proteccin del embajador deFrancia, Mauvissire. Pero ste tuvo que volver a Pars, ciudad a la quetambin volvi Giordano Bruno. Tras un viaje accidentado, en el que elbarco fue atacado por piratas, la llegada a Pars record a Bruno el clima

    de tremenda tensin religiosa que se viva en el continente europeo. Fran-cia estaba dividida entre la postura catlica del rey y los nobles y la fuertepresencia social de los hugonotes, espoleados por el rey de Navarra. Unanueva guerra civil en Francia, como la que llev a la matanza de San Bar-tolom en 1572, era inminente. De hecho, el clima de guerra civil enFrancia era una constante desde 1559 y durara hasta el edicto de Nantes,en 1598, en el que se garantizaba la libertad religiosa a la vez que imponael catolicismo como la religin del Estado.

    En este clima, Giordano Bruno intent primero reconciliarse con laIglesia Catlica a travs del Nuncio Papal en Pars y tambin del jesuita

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    GIORDANO BRUNO. LA MAGIA, LOS TOMOS Y EL INFINITO

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    Alonso Spangolo. Pero su readmisin en la Iglesia estaba condicionada asu vuelta a la orden de los Dominicos, lo que Bruno no estaba dispues-

    to a aceptar. Tras este intento fallido de reconciliacin, Bruno mantuvosu mordaz irona hacia la autoridad de la tradicin y de la jerarqua.

    Con ello Bruno se gan la enemistad de diversos crculos intelectualesde Pars, con lo que, en 1586, decidi abandonar la ciudad y seguir su pe-regrinacin por el centro de Europa. En los dos aos siguientes nos lo en-contramos en las ciudades alemanas de Mainz, Wiesbaden, Marburg y

    Wittenberg. En esta ltima ciudad, Bruno consigui el derecho para en-sear filosofa pblicamente, cosa que se le haba denegado en los otros

    lugares. Esto le dara una cierta estabilidad para seguir escribiendo sus li-bros. En esta poca se limita a escribir comentarios crticos a la cosmolo-ga y la retrica de Aristteles. Pero el equilibrio de poderes en la ciudadde Wittenberg cambi. El luteranismo que imperaba hasta ese momentose vio desplazado por el calvinismo, ms radical y beligerante con la dife-rencia, con lo que Bruno perdi sus licencias para ensear, y emigr unavez ms: a Praga y, despus, a Frankfurt.

    Durante su trashumancia por Europa, Giordano Bruno va explicitando

    su atomismo cada vez con mayor fuerza. tomos e infinito eran dos piezasclave de su cosmologa. Los tomos eran entidades fsicas, cuerpos con di-mensiones, no puras abstracciones matemticas. Por tanto, eran impene-trables e indestructibles; dos tomos no pueden fundirse entre s, sino quesiempre permanecen distintos, separados. Esto implica que, propiamente,dos tomos nunca se tocan. Tocarse implicara que hay una zona en la queambos se funden, se disuelven en una unidad. La frontera entre ambos se-ra una zona perteneciente a los dos tomos. Por tanto, no hay, estricta-

    mente hablando, contacto entre tomos. Siempre hay un espacio infinite-simal que los separa, que mantiene la total individualidad de cada uno delos tomos.

    Qu tipo de entidad tiene el espacio entre los tomos? En GiordanoBruno la naturaleza del espacio intera