Andersen - Los Cisnes Salvajes

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los Cisnes Salvajes

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  • TEXTO DE

    Hans Christian AndersenILUSTRADO POR

    Joanna Concejo

    LOS CISNES SALVAJES

  • Primera edicin en italiano, 2011Primera edicin en espaol, 2012

    Andersen, Hans ChristianLos cisnes salvajes / Hans Christian Andersen ; trad. de

    Clara Stern Rodrguez ; ilus. de Joanna Concejo. Mxico : FCE, 2012

    53 p. : ilus. ; 27 x 20 cm (Colec. Clsicos)Ttulo original: De vilde svanerISBN 978-607-16-0980-9

    1. Literatura infantil I. Stern Rodrguez, Clara, tr. II. Concejo, Joanna, il. III. Ser. IV. t.

    LC PZ7 Dewey 808.068 A727c

    Distribucin mundial

    2011, Topipittori, MilnTopipittori, viale Isonzo 16, 20135 Miln, Italiawww.topipittori.itTtulo original: I cigni selvatici

    D. R. 2012, Fondo de Cultura EconmicaCarretera Picacho Ajusco 227, Bosques del PedregalC. P. 14738, Mxico, D. F.www.fondodeculturaeconomica.comEmpresa certificada ISO 9001: 2008

    Coleccin dirigida por Eliana PasarnEdicin y traduccin: Clara Stern RodrguezDiseo: Miguel Venegas Geffroy Diseo de la coleccin: Len Muoz Santini

    Comentarios:[email protected].: (55)5449-1871. Fax: (55)5449-1873

    Se prohbe la reproduccin parcial o total de esta obra,por cualquier medio, sin el consentimiento por escritodel titular de los derechos correspondientes.

    ISBN 978-607-16-0980-9

    Impreso en Mxico Printed in Mexico

    Se termin de imprimir en mayo de 2012en Impresora y Encuadernadora Progreso, S. A. de C. V. (IEPSA),calzada San Lorenzo 244, Paraje San Juan,C. P. 09830, Mxico, D. F.

    El tiraje fue de 5000 ejemplares.

  • LOS CISNES SALVAJES

    TEXTO DE

    Hans Christian AndersenILUSTRADO POR

    Joanna Concejo

  • All en la lejana tierra a la que vuelan las golondrinas todos los inviernos viva un rey que tena once hijos y una hija llamada Elisa. Como prncipes que eran, los once hermanos iban a la escuela con una estrella en el pecho y una espada en el costado; escriban en pizarro-

    nes de oro con lpices de diamante y aprendan tan rpido y lean tan bien, que no haba quien dudara que pertenecan a la realeza. Su her-mana Elisa sola sentarse en un banquito de vidrio y tena un libro lle-no de imgenes que haba costado casi la mitad del reino.

    Eran nios muy felices!, pero no sera as por siempre

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  • Su padre, el rey, se cas con una reina muy malvada que no quera a los pobres nios. Ellos lo supieron desde el primer da despus de la boda, pues cada vez que haba grandes fiestas en el palacio los nios jugaban a recibir a los invitados; pero ese da, en lugar de darles, como siempre, el pastel y las manzanas que quedaron de la fiesta, la reina les puso arena en una taza y les pidi que hicieran como si fue-ra pastel.

    A la semana siguiente la reina mand a Elisa a vivir con un cam-pesino, y comenz a decirle al rey tantas mentiras sobre los prncipes que en muy poco tiempo l dej de ocuparse de ellos.

    Vayan al mundo y gnense la vida los maldijo la reina. Vuelen como pjaros sin voz!

    Sin embargo, su hechizo no fue tan poderoso como hubiera que-rido, pues los prncipes se convirtieron en once hermosos cisnes salva-jes que, emitiendo un graznido extrao, atravesaron las ventanas del palacio y volaron hacia el bosque.

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  • Muy temprano por la maana llegaron a la cabaa donde Elisa dorma en su cuarto. Revolotearon sobre el techo, giraron sus largos cuellos y agitaron las alas, pero nadie los vio ni los escuch, as que los once cisnes tuvieron que volar hacia las nubes y cruzar el ancho mun-do hasta llegar a un tupido y oscuro bosque que se extenda hasta la costa.

    La pobre Elisa estaba sola en el cuarto donde, a falta de otros ju-guetes, se entretena con una hoja verde a la que le haba hecho un agujero; vea el sol a travs de ella y se imaginaba que as poda mirar los ojos claros de sus hermanos. Cuando el sol tibio resplandeca sobre sus mejillas, pensaba en todos los besos que ellos le haban dado algu-na vez.

    Elisa regres al palacio cuando cumpli quin-ce aos; el odio y el resentimiento de la reina crecieron apenas vio lo hermosa que era su hijastra. En ese momen-to la hubiera transformado en cisne como a sus hermanos, pero no se atrevi a hacerlo porque el rey quera ver a su hija.

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