actrices para Ch jov Tres destacadas

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Tres destacadas actrices para Ch jov TEATRO / La incomparable Julieta SelTano; Mariana Cordero, andaluza, maestrade actores; y una polffac tica Mamen Gacia, que es tambin cantante y pianista, se elevan sobre la escena hasta igualarse con las grandes en un gran duelo interpretativo Augusto F. Prieto Cu imea, 1899, convaleciente de na afecci6n puhnonar, An- on Ch6jov se instala en la pe- ninsula. Privilegiada pot su clima mediterrdneo, la costa del mar Ne- gro acoge tradicionalmente a la aris- tocracia rusa, que culfiva orquldeas en los invernaderosimperiales de Livadia y bebelos vinos de Massan- dra. Una burbuja en el tiempoque apenas si durarfi quinceafios mds. Hasta que ese mundo sutil y retina- do saite en pedazos a causa de la re- voluci6n. Aislado en la campifia, el dramaturgo concibe una obra maestra, es la historia de Las tres hermanas que, retiradas en una po- sesi6n rural, suefian con el brillo de la gran ciudad. Para Masha, Olga e Irina, la capital se presentacon la embajadade un destacamento mi- litar que les harfi sofiar que son amadas. La amargura ocasionada pot la partida de ese ej6rcito las hundir~i para siempreen la medio- cridad y arruinarfi sus esperanzas. Hoy se van unos militates de Cri- mea-mientras vuelvenotros- y co- mienzanquizds muchos hombres y mujeres a recordar otros tiempos,a sofiar con algo que estd lejos. Ocon algo que no existe. Porqueen esta historiade desaliento -la de la reali- dad, la de la ficci6n- como en la no- vela de Lampedusa, todo cambia para que todosiga igual. Pot eso lo- s~ Sanchfs Sinisterra toma el texto de Ch~jov, 1o desmenuza, 1o analiza, 1o concentra, lo retuerce~ Desapare- ce todo personaje secundario, se condensan los didlogos, se mantie- ne el espfritu que amarra a esas h’es mujeres al pasado, aguardando un futuro malogrado. Lo fmico que no existe es el presente.Caries Alfaro, di~ctor, hace desapa~ecer todo ob- ~o s~er~uo de la escena salvo ese piano de cola, laca~o de negro¢o- mo un f~o que simboliza la p~tli- na enga~osa de la cu_ttura. Moscfi.Y las tres hermanas flotan sobre una superficie charolada, fuera del es- pacio y del ~iempo. Encerradas en una jaula que son sus recuerdos. El texto desconcert6 inicialmen- tea las actrices. Mariana Cordero pens6 que podflan apedrearlas so- bre el escenario. Julieta Serrano que Las tres actrices est~n impecables en sus movimientos esc~nicos, porhando un vestuario que colabora a realzar la fuerza expresiva. le iban a ofrecer la criada, Mamen Garcfa decidi6 ponerse a improvi- sax en el teclado. El proceso de en- sayosha sido dificultoso, hasta que ban conseguido interiorizar el texto para dar vida a esas t~es mujeres sin edad. Porqueuna de las complica- ciones de los textos chejovianos es la compleja madurez a la que se tie- hen que enfrentar muchas veces muchachas sin experiencia vital. Y las experimentadas Julieta, Maria- na, Mamen, estdn sin embargo j6- venes, radiantes. Btillantes. Marianaconteni6ndose, pasean- do pot el escenazio la dignidad de su amargura, en la que se almacenan el desenga~o y el suffimiento. Mamen, manteniendo una ilusi6n vaga, con- servalas chispas de la nifia que rue; mientras lulieta intenta su~etar a sus tir~ a una fund6nnuev~Dna tala- rata de suefos rotos. Las pabaritas de papel sobre el piano simbolizan muy bien eses vidas leves, fr~iles, y el eje~icio de papiroflexia que hace el autor con un texto sagrado, al que las artistas van dando forma con su traba~o, devanande un ovillo que se convierteen un bucledonde estfi 1o que vivieron y que les permite se- guir adelante. Lorecordado a ~av6s entreellastoda unamalZade emociones alqueei eswctaaor de ese libro en el que se escribieron sus anhelos y esperanzas. Lo modi- ficado por el tiempo que para elias no ha pasado. Lo que hiciemncuan- tos participaron en los hechosde sus vidas. YahI es donde se crecen, en la satffica interpretaci6n de lo que dijeron los otros, ahora ausen- ~.~ de su escenario, asumiendo t~n- bi&n esos p~e~es entm ejercicio de y de la acumci6n es que es~ u~s mu- jeres dejande ser actrices sobre las tablas y se convierten en hermanas, establecen entre elias toda una malla de emociones subterrdneas pot las que se comunican sin hablarse y el espectador asiste at6nitoa esa esgri- maemotional que es donde se en- cuentra el verdadero tema de la fun- ci6n. La soledad de tmasvidas mal- versadas. Es especialmente emocionante el momento en el que esa gran Masha de Mariana Cordero,desgarrada pot la renuncia, pide que le repitanuna y otra vez su vieja-ahorasf- historia de amor, 1o tlnico que ha tenidoen el mundo y que ve deswanecerse borra- do por el polvo de los recuerdos. Lue- go suenala fanfarria, los militates abandonan la ciudad, la burbu~a es- ~ a punto de estallat. Solo la afioran- za y ia espera se mantendrdn para l~’amos t~s hermanas es un tex- to complejo, con ecos de Beckett, en tea~o alejada de los pantmetros ha- bituales de momento y de luga~, donde todo parece simult~lneo y la alm~sfera se toma in, esph-able, pe- rose airea con unos oportunosmi- meros musicales y gracias a los mo- mentos de ternura. Las acU’ices es- ~ impecabtes en sus movimientos esc~nicos,en una singu~ circulari- dad que las mantiene impercepti- blemente sujetas a un espaciode luz en la oscuddad. Una lu~ que emana de su propia interpretacidn. El vesmario colabora a realzar ia fuerza expresiva y a consolidar la ur- dimbre mdgica en la que se mueven los secretos y los anhelos de esastres mujeres entra~ables. Sus colaboraciones con PedroAI- mod6var no debenhacer olvidar que. lulieta Serranoes una sobema en el teatro a la que hemos podido ver re- cientemente en El malentendido de Camus, una producci6ndel Centro Drarndtico Nacional dirigida por Eduardo Vasco. Mariana Cordero es una de las mds grandesint~rpretes de su generaci6n, como ha demos- U’ado en el Teatro Espafiol tie Madrid con Las ~, didgida por Nata,a Men~ndez o con la galeria de perso- najes que compuso para el vallein- clanesco Auaticia, lujuria y muerte llevado por SalvaVolta al escenario del Mafia G~errero; en cine, es inol- ridable su intervencktn en Ptincesm, de Fernando Le6n de Aranoa. Ma- men Garcfa es tuna feliz revelaci6n pma el drama despu~s de su gl~mu- rosa panicipaci6n en go/Jies, el mu- Sevillaen mayo y ser~l sin ~h~da uno de los acon~e.ientos cultures de la temporada.Viene de la mano de un Centro de Creaci6nrefe~nte en calidad a nivel europeo,La Abadfa, teatro@aladares

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Tres destacadasactrices para Ch jovTEATRO / La incomparable Julieta SelTano; Mariana Cordero,

andaluza, maestra de actores; y una polffac tica Mamen Ga cia,

que es tambi n cantante y pianista, se elevan sobre la escena hasta

igualarse con las grandes en un gran duelo interpretativo

Augusto F. Prieto

Cuimea, 1899, convaleciente dena afecci6n puhnonar, An-

on Ch6jov se instala en la pe-ninsula. Privilegiada pot su climamediterrdneo, la costa del mar Ne-gro acoge tradicionalmente a la aris-tocracia rusa, que culfiva orquldeasen los invernaderos imperiales deLivadia y bebe los vinos de Massan-dra. Una burbuja en el tiempo queapenas si durarfi quince afios mds.Hasta que ese mundo sutil y retina-do saite en pedazos a causa de la re-voluci6n. Aislado en la campifia, eldramaturgo concibe una obramaestra, es la historia de Las treshermanas que, retiradas en una po-sesi6n rural, suefian con el brillo dela gran ciudad. Para Masha, Olga eIrina, la capital se presenta con laembajada de un destacamento mi-litar que les harfi sofiar que sonamadas. La amargura ocasionadapot la partida de ese ej6rcito lashundir~i para siempre en la medio-cridad y arruinarfi sus esperanzas.

Hoy se van unos militates de Cri-mea-mientras vuelven otros- y co-mienzan quizds muchos hombres ymujeres a recordar otros tiempos, asofiar con algo que estd lejos. O conalgo que no existe. Porque en estahistoria de desaliento -la de la reali-dad, la de la ficci6n- como en la no-vela de Lampedusa, todo cambiapara que todo siga igual. Pot eso lo-s~ Sanchfs Sinisterra toma el textode Ch~jov, 1o desmenuza, 1o analiza,1o concentra, lo retuerce~ Desapare-ce todo personaje secundario, secondensan los didlogos, se mantie-ne el espfritu que amarra a esas h’esmujeres al pasado, aguardando unfuturo malogrado. Lo fmico que noexiste es el presente. Caries Alfaro,di~ctor, hace desapa~ecer todo ob-~o s~er~uo de la escena salvo esepiano de cola, laca~o de negro ¢o-mo un f~o que simboliza la p~tli-na enga~osa de la cu_ttura. Moscfi.Ylas tres hermanas flotan sobre unasuperficie charolada, fuera del es-pacio y del ~iempo. Encerradas enuna jaula que son sus recuerdos.

El texto desconcert6 inicialmen-tea las actrices. Mariana Corderopens6 que podflan apedrearlas so-bre el escenario. Julieta Serrano que

Las tres actrices est~n impecables en sus movimientos esc~nicos, porhando un vestuario que colabora a realzar la fuerza expresiva.

le iban a ofrecer la criada, MamenGarcfa decidi6 ponerse a improvi-sax en el teclado. El proceso de en-sayos ha sido dificultoso, hasta queban conseguido interiorizar el textopara dar vida a esas t~es mujeres sinedad. Porque una de las complica-ciones de los textos chejovianos esla compleja madurez a la que se tie-hen que enfrentar muchas vecesmuchachas sin experiencia vital. Ylas experimentadas Julieta, Maria-na, Mamen, estdn sin embargo j6-venes, radiantes. Btillantes.

Mariana conteni6ndose, pasean-do pot el escenazio la dignidad de suamargura, en la que se almacenan eldesenga~o y el suffimiento. Mamen,manteniendo una ilusi6n vaga, con-serva las chispas de la nifia que rue;mientras lulieta intenta su~etar a sus

tir~ a una fund6n nuev~ Dna tala-rata de suefos rotos. Las pabaritasde papel sobre el piano simbolizanmuy bien eses vidas leves, fr~iles, yel eje~icio de papiroflexia que haceel autor con un texto sagrado, al quelas artistas van dando forma con sutraba~o, devanande un ovillo que seconvierte en un bucle donde estfi 1oque vivieron y que les permite se-guir adelante. Lo recordado a ~av6s

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de ese libro en el que se escribieronsus anhelos y esperanzas. Lo modi-ficado por el tiempo que para eliasno ha pasado. Lo que hiciemn cuan-tos participaron en los hechos desus vidas. Y ahI es donde se crecen,en la satffica interpretaci6n de loque dijeron los otros, ahora ausen-~.~ de su escenario, asumiendo t~n-bi&n esos p~e~es entm ejercicio de

y de la acumci6n es que es~ u~s mu-jeres dejan de ser actrices sobre lastablas y se convierten en hermanas,establecen entre elias toda una mallade emociones subterrdneas pot lasque se comunican sin hablarse y elespectador asiste at6nito a esa esgri-

ma emotional que es donde se en-cuentra el verdadero tema de la fun-ci6n. La soledad de tmas vidas mal-versadas.

Es especialmente emocionante elmomento en el que esa gran Mashade Mariana Cordero, desgarrada potla renuncia, pide que le repitan una yotra vez su vieja-ahora sf- historiade amor, 1o tlnico que ha tenido en elmundo y que ve deswanecerse borra-do por el polvo de los recuerdos. Lue-go suena la fanfarria, los militatesabandonan la ciudad, la burbu~a es-~ a punto de estallat. Solo la afioran-za y ia espera se mantendrdn para

l~’amos t~s hermanas es un tex-to complejo, con ecos de Beckett, en

tea~o alejada de los pantmetros ha-bituales de momento y de luga~,donde todo parece simult~lneo y laalm~sfera se toma in, esph-able, pe-rose airea con unos oportunos mi-meros musicales y gracias a los mo-mentos de ternura. Las acU’ices es-~ impecabtes en sus movimientosesc~nicos, en una singu~ circulari-dad que las mantiene impercepti-blemente sujetas a un espacio de luzen la oscuddad. Una lu~ que emanade su propia interpretacidn.

El vesmario colabora a realzar iafuerza expresiva y a consolidar la ur-

dimbre mdgica en la que se muevenlos secretos y los anhelos de esas tresmujeres entra~ables.

Sus colaboraciones con Pedro AI-mod6var no deben hacer olvidar que.lulieta Serrano es una sobema en elteatro a la que hemos podido ver re-cientemente en El malentendido deCamus, una producci6n del CentroDrarndtico Nacional dirigida porEduardo Vasco. Mariana Cordero esuna de las mds grandes int~rpretesde su generaci6n, como ha demos-U’ado en el Teatro Espafiol tie Madridcon Las ~, didgida por Nata,aMen~ndez o con la galeria de perso-najes que compuso para el vallein-clanesco Auaticia, lujuria y muertellevado por SalvaVolta al escenariodel Mafia G~errero; en cine, es inol-ridable su intervencktn en Ptincesm,de Fernando Le6n de Aranoa. Ma-men Garcfa es tuna feliz revelaci6npma el drama despu~s de su gl~mu-rosa panicipaci6n en go/Jies, el mu-

Sevilla en mayo y ser~l sin ~h~da unode los acon~e.ientos cultures dela temporada.Viene de la mano deun Centro de Creaci6n refe~nte encalidad a nivel europeo, La Abadfa,

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