· 2019-12-16 · firmar un tratado con estos altivos y enérgicos rebeldes afropanameños,...

4
3/24/2016 Sandra Eleta en Portobelo - Guggenheim Blogs http://blogs.guggenheim.org/es/map_es/sandra-eleta-en-portobelo/ 1/4 Todo arte es una danza de sentido que se mueve de forma en forma. Guy Davenport Portobelo es un pueblo de pescadores en la costa caribeña de Panamá. Ubicado en un magnífico puerto natural, fue declarado Patrimonio de la Humanidad debido a su compleja historia colonial y a su legado arquitectónico. Cristóbal Colón se topó con la bahía en 1502 y, según cuenta la leyenda, quedó tan cautivado que la llamó ‘Puerto September 8, 2014 Yaneca Esquina, Secretos Sagrados, 2000. Acrílico, esmalte y espejos sobre lienzo y madera, 119 x 94 cm. Foto: Guillermo Guevara, reproducción de Monica Kupfer ed., V Bienal de Arte de Panamá 2000 (Panama: Cervecería Nacional, 2000), p. 35

Transcript of  · 2019-12-16 · firmar un tratado con estos altivos y enérgicos rebeldes afropanameños,...

Page 1:  · 2019-12-16 · firmar un tratado con estos altivos y enérgicos rebeldes afropanameños, sentando así el primer precedente para la liberación de los esclavos en América. La

3/24/2016 Sandra Eleta en Portobelo - Guggenheim Blogs

http://blogs.guggenheim.org/es/map_es/sandra-eleta-en-portobelo/ 1/4

BLOGS

GUGGENHEIMGUGGENHEIM UBS MAP @ES

Todo arte es una danza de sentido que se mueve de formaen forma. Guy Davenport

Portobelo es un pueblo de pescadores en la costa caribeñade Panamá. Ubicado en un magnífico puerto natural, fuedeclarado Patrimonio de la Humanidad debido a sucompleja historia colonial y a su legado arquitectónico.Cristóbal Colón se topó con la bahía en 1502 y, segúncuenta la leyenda, quedó tan cautivado que la llamó ‘Puerto

September 8, 2014

Sandra Eleta en PortobeloINGLÉS | ESPAÑOL

BY ADRIENNE SAMOS

Yaneca Esquina, Secretos Sagrados, 2000. Acrílico, esmalte y espejos sobre lienzo y madera, 119 x 94 cm. Foto: GuillermoGuevara, reproducción de Monica Kupfer ed., V Bienal de Arte de Panamá 2000 (Panama: Cervecería Nacional, 2000), p. 35

Page 2:  · 2019-12-16 · firmar un tratado con estos altivos y enérgicos rebeldes afropanameños, sentando así el primer precedente para la liberación de los esclavos en América. La

3/24/2016 Sandra Eleta en Portobelo - Guggenheim Blogs

http://blogs.guggenheim.org/es/map_es/sandra-eleta-en-portobelo/ 2/4

Sandra Eleta, Pajita, c. 1970.Impresión en gelatina de plata enblanco y negro, 51 x 51 cm. Foto:Cortesía del artista

Sandra Eleta, Catalina, la Reina delCongo, c. 1970. Impresión en gelatinade plata en blanco y negro, 51 x 51cm. Foto: Cortesía del artista

Sandra Eleta, Gato Azul Congo, c.1970. Impresión en gelatina de plataen blanco y negro, 51 x 51 cm. Foto:Cortesía del artista

Bello’. En los siglos XVII y XVIII, Portobelo fue el ejeportuario de la exportación de plata, la sede de feriascomerciales de fama mundial y, en consecuencia, la víctimade incesantes saqueos por parte de almirantes y piratasingleses. (Se supone que Drake está enterrado en el fondode la bahía.) También fue un centro importante de trata deesclavos. Abundaban los cimarrones o “congos” (esclavosfugitivos cuyos descendientes se asentaron a lo largo de lacosta atlántica de Panamá), quienes a menudo se aliabancon los piratas para combatir a sus opresores españoles. En1579 las autoridades de Portobelo se vieron obligadas afirmar un tratado con estos altivos y enérgicos rebeldesafropanameños, sentando así el primer precedente para laliberación de los esclavos en América.

La artista y fotógrafa Sandra Eleta tenía cinco años cuandola llevaron por primera vez a Portobelo, ubicado a hora ymedia de la ciudad de Panamá. “Mi mamá me vestía conlazos y encajes para ir con mi papá a visitar al embajadorde España. Nunca pisamos la embajada sino que íbamos aPortobelo a visitar a un hombre que se llamaba D’Orcy. Eraun negro altísimo con una barba blanca. Le había salvado lavida a mi abuelo”. Oriundo de las Antillas francesas,D’Orcy sentaba a la pequeña Sandra en su regazo y lecantaba canciones francesas, balanceándose en sumecedora frente al mar. Al principio, le tenía miedo yfascinación. Luego se encariñó con él y con todo eseambiente. Mucho después, a principios de los años 70 —después de que concluyó sus estudios en Nueva York yresidió con parientes en Madrid— sintió un fuerte deseo deregresar a Portobelo y a aquellos mágicos recuerdos deinfancia. Cuando llegó a la casa de D’Orcy, estabatrancada. Los vecinos le informaron que había muerto lasemana anterior y que le había legado la casa a su padre.Sandra decidió instalarse allí. Cuarenta años después, lavieja casa de madera sigue siendo su hogar, y tanto su vidacomo su arte están íntimamente ligados a la gente dePortobelo.

Este giro radical quizá se debió en parte a su amistad conErnesto Cardenal, el famoso poeta y sacerdoterevolucionario que fundó una comuna evangélica, artísticay sandinista entre los humildes isleños del archipiélago deSolentiname, en el lago Nicaragua. Sandra fue varias vecesy produjo un testimonio visual que se exhibió en NuevaYork junto a pinturas de artistas de Solentiname. En 1977,la Guardia Nacional de Anastasio Somoza masacró ydestruyó la comuna. Cardenal logró escapar y más tarde fue nombrado ministro de

1

Page 3:  · 2019-12-16 · firmar un tratado con estos altivos y enérgicos rebeldes afropanameños, sentando así el primer precedente para la liberación de los esclavos en América. La

3/24/2016 Sandra Eleta en Portobelo - Guggenheim Blogs

http://blogs.guggenheim.org/es/map_es/sandra-eleta-en-portobelo/ 3/4

cultura bajo el primer gobierno sandinista. Él y Sandra comparten una fe en la riquezaespiritual de las comunidades rurales, pero ella nunca ha creído en las utopías ni en laviolencia de ninguna especie.

La fotografía de Sandra es siempre acerca de la gente. No cualquier gente, sinoexclusivamente aquellos en los márgenes de la sociedad. Nunca usa su cámara pormotivos antropológicos, estéticos (aunque sea una magnífica estilista) o voyeristas.Oprime el obturador sólo después de haber establecido un vínculo profundo, de mutuaconfianza, con el retratado. “Al fin y al cabo, la técnica es un instrumento. Para mí suverdadera importancia no radica en su perfección, sino como instrumento de amor,vínculo y recuerdo”.

Sandra prefiere trabajar en proyectos a largo plazo con determinadas comunidades,familias o grupos inmersos en su propio entorno. Casi siempre los niños y las mujeresson el núcleo de sus series de retratos. Precisamente fueron los niños de Portobeloquienes se convirtieron en sus primeros retratados y en los catalizadores de laintegración a la comunidad de esta tímida y enigmática extranjera que vivía recluida enla casa del antillano muerto. Los portobeleños le decían “la Bruja” (después se volvió unapodo cariñoso). Detrás de los niños, fueron acercándose las mujeres. Comenzaron aentablar amistad y a revelarle poco a poco las ricas complejidades de su cultura.

Los portobeleños veneran a su “Cristo Negro” tanto como a sus antepasados congos,quienes lucharon por recuperar su libertad y dignidad: un hecho histórico que losenorgullece e informa toda su cosmovisión. Esta se traduce en poderosos ritos, danzasde un erotismo delirante, expresiones y formas lingüísticas inescrutables, visceralesperformances parateatrales, vibrantes disfraces cargados de simbología, conjuntos deobjetos codificados pero flexibles, patrones visuales, percusivos, rítmicos y melódicos, ypersonajes arquetípicos provenientes de la religión, el mito, las fuerzas naturales, lamagia y la historia. Sandra admite que no puede saciarse de todo esto: “No sé si es unamaldición o una bendición; me sigue, me renueva, cada vez le encuentro niveles distintosde expresión, de riqueza; es como una fuente inagotable para mí”.

En su propia casa fundó el Taller Portobelo, una cooperativa de mujeres que bordaban yvendían colchas y ropa a tiendas en Panamá y Europa. La cooperativa prosperó durantecasi una década, hasta que cerró por serios desacuerdos entre sus 30 integrantes. En losaños anteriores y posteriores a la invasión de Estados Unidos en 1989, la situaciónfinanciera del pueblo se agravó debido a la crisis política del país. El abuso de drogas seconvirtió en un grave problema. En 1993, el Taller Portobelo reabrió, esta vez como untaller de artistas, gracias a la ayuda de Arturo Lindsay, artista colonense y profesor delSpelman College en Atlanta, a quien una beca le permitió quedarse seis meses enPortobelo. Lindsay motivó a sus primeros miembros —Yaneca Esquina (ganador del IIPremio en la Bienal de Arte de Panamá 2000), Jerónimo Chiari y Pajarito Jiménez, entreotros— y les enseñó cómo estirar y preparar un lienzo en bastidor. (Con poco o ningúnconocimiento técnico del arte occidental, los cuadros de estos artistas aluden a leyendas,ceremonias y retratos imaginarios de sus antepasados.) Además, se tendió un puenteinternacional: Spelman estableció un programa de residencias en Portobelo paraestudiantes de arte; a su vez, Yaneca y otros visitaron Atlanta y otras ciudades deEstados Unidos para ofrecer conferencias, impartir talleres y exhibir sus obras.

2

3

Page 4:  · 2019-12-16 · firmar un tratado con estos altivos y enérgicos rebeldes afropanameños, sentando así el primer precedente para la liberación de los esclavos en América. La

3/24/2016 Sandra Eleta en Portobelo - Guggenheim Blogs

http://blogs.guggenheim.org/es/map_es/sandra-eleta-en-portobelo/ 4/4

PREVIOUSHan sido las plataformas independientes lasque han construido la escena

NEXTColectividad y revolución

«Al fin y al cabo», dice Eleta, «la técnica es uninstrumento». ¿Qué otros artistas han utilizadola técnica con éxito como puente hacia algo demayor envergadura?

Hoy, muchos proyectos atraen a numerosos turistas e investigadores culturales aPortobelo. Estas iniciativas —en buena parte impulsadas por la Fundación Bahía dePortobelo, presidida por Sandra— incluyen la Escuelita del Ritmo, el Taller Portobelo, lacomparsa Barrio Fino, una galería de arte, un futuro museo congo, el Festival de laPollera y el Festival de Diablos y Congos. Sospecho que, a pesar de su significativaconexión con el mundo exterior, algunos portobeleños —tanto muertos como vivos—prefieren seguir soñando y bailando entre ellos, en un espacio aislado y sin tiempo.

1. Alberto Gualde y Giulia De Sanctis, “Entrevista con Sandra Eleta” en Talingo (1993), 7. 2. Sandra Eleta, “Sandra Eleta” en Desires and Disguises: Five Latin American Photographers, Ed. AmandaHopkinson (London: Serpent’s Tail, 1992), 21.

3. Gualde y De Sanctis, “Entrevista con Sandra Eleta”, 7.

DISCOVER A WORLD OF ART. Get the Guggenheim Blogs weekly digest.