2011 Masculinidades Adultos Jovenes_Huberman_Telleria

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    Si tus labiosFuesen jueces

    Y tu boca la prisiónMoriría delincuente

    preso de tu amor

    (Pizarra de la escuela Unidad 9)

    Masculinidades en adultos jóvenes en sistema penitenciario bonoarense.

    Este Programa de talleres, toma de información y entrevistas narrativas es parte denuestros recorridos como personas y profesionales en busca de optimizar nuestrasprácticas y generar cierta standardización de intervenciones donde la diversidad demasculinidades esté presente.Voces, cuerpos, crianzas, historias de vida distintivas en estos jóvenes quedecidimos recorrer juntos sin supuestos ni exclusiones.Juventudes en plural en América Latina, sabiendo que con el solo hecho de

    nombrarlas en singular caeríamos en estigmatización y la discriminación con quese las nombra.Partimos del concepto de adulto centrismo que constituye una condición socio-cultural que configura un conjunto de normatividades que orientan y definen losmodos de relacionarse entre sujetos sociales 1 Esta construcción se funda y sostiene en la construcción de lo adulto como aquelloque domina y es comunicado –impuesto como referente y modelo a seguir para lasgeneraciones más jóvenesLo considerado mayor, es construido como aquello que naturalmente  puedeimponerse sobre lo menor, en analogía de cómo lo masculino se convierte ensuperior a lo femenino.Queda claro que el modelo de adulto/a que es demandado tanto para jóvenes

    masculinos como femeninos es el que llamamos modelo hegemónico, único y sinpoder salirse del mismo como corsé.Desde este modelo hegemónico de masculinidad, se mide e interpreta a loshombres, y por ende a los jóvenes.Si tal modelo es un patrón de medida, no todos los hombres tienen éxito enadecuarse a esas medidas, inclusive físicas, con las que se mide su masculinidad.Esta masculinidad hegemónica que nos moldea, afecta nuestra manera de ver elmundo y la realidad, nuestros sentimientos, nuestros cuerpos, nuestras prácticaspersonales y políticas y hasta nuestros sueños y utopías.Sin embargo, la realidad cotidiana nos va indicando que esa hegemonía no esperfecta. Son muchos los hombres jóvenes o de otras edades que no pasan elexamen de la masculinidad hegemónica.Razones físicas, políticas, económicas, étnicas, sexuales, nos van abriendo elcampo de visión para darnos cuenta de muchos hombres que no caben en elmodelo.Al no caber, muchos exageran ciertas cualidades exitosas para disfrazarse dehombres hegemónicos, ocultando sus emociones y sentimientos o generandosituaciones caóticas como medidas extremas de autoafirmación y control sobre losdemás (violencia, irresponsabilidad sexual, etc.).La relación entre masculinidades y contextos de actuación es dinámica y continua,los intercambios “entre” espacios, tiempos y procesos institucionales van generandoinsumos que construyen diversidad de culturas, y por ende masculinidades pluralesy diversas, infinitas en sus diferencias bajo patrones de socialización similares.

    1 Duarte Klaudio Discursos de Resistencias Juveniles en sociedades adultocéntricas, DEI San Jose deCosta Rica 2006

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    No existen esencias a nuestro entender ni masculinas ni femeninas, soloconstrucciones culturales cambiantes en tiempo y espacio, que incluyen unacategorización política de las mismas, con sus jerarquías y reputaciones incrustadasen las estructuras de genero en que convivimos.Como señala Tuirán la edad cronológica sin un contexto social carece de sentido,son las sociedades y grupos sociales quienes transforman la edad cronológica en

    edad social. Pero la juventud, como construcción social, es simultáneamente unproducto histórico, ya lo enfatizamos, lo cual se refiere no sólo a su dependenciacon respecto al contexto histórico en el cual nos situemos, sino también al efectogeneracional al que están sujetas las experiencias biográficas 2 El 90 % de la población en cárceles en el mundo es masculina, y por otro lado ennuestra America Latina el grupo etáreo de mayores índices diferenciados demorbilidad por sexo es el que abarca entre los 15 años y los 29 años, la relaciónentre muertes masculinas y femeninas es de 4 de los primeros contra 1 de lassegundas, en el caso de la mortalidad por armas de fuego, el producto per capita yla escolarización combinada presentan una asociación de baja a moderada, sinembargo, el mayor poder de determinación recae, en los indicadores deconcentración de la riqueza, que llegan a explicar (como en el caso de la relación

    10% más pobre y 10% más rico) más de la mitad de la variación de las tasas demortalidad por armas de fuego, tanto la juvenil como la total. Pero también explicamás del 40% de la variabilidad de los índices de victimización juvenil.3 Las juventudes, desde esta consideración, están vinculadas a distintos factores quecondicionan fuertemente las trayectorias de vida en ese período caracterizado porla transición y la moratoria en cuanto al proceso de inclusión social.Así, será distinto pensar a los jóvenes de zonas rurales o urbanas, pobres o ricos,varones o mujeres, indígenas o no indígenas, afro-descendientes o euro-descendientes, entre otras variables fundantes de una estructura social queinterpela y define la condición juvenil en América Latina de distintas y desigualesmaneras.De este modo, las juventudes pueden ser interpeladas desde estos factores

    constitutivos que, junto con los dispositivos institucionales mencionadosanteriormente, configuran la condición social juvenil, o mejor, las condicionessociales juveniles; mientras que también pueden considerarse desde la perspectivade la construcción de colectivos juveniles y de sentidos de pertenencia que generanidentidades.Ser hombre joven implica no solo una categoria etárea sino también unaconstrucción de genero, y por ende politica, enhebrada en las experiencias de cadauno de los jóvenes con quienes hemos trabajado, sumado a su condición actual deprivados de libertad en penales de la Província de Buenos Aires .Gonzalo Saraví que sitúa la problemática de los jóvenes en los procesos deexclusión social, proponiendo para ello una lectura de cómo estos fenómenos seinscriben en las biografías personales en tanto “eslabones de una cadena dedesventajas”. La violencia emerge así, como una manifestación más en un procesode deterioro de la persona, de desvinculación de los espacios institucionales, deaislamiento en algunos casos y de inserción en actividades al margen de la ley.Este autor hace énfasis en los factores de riesgo que potencian la vulnerabilidad delos jóvenes en situación de exclusión institucional: “Las experiencias, y enparticular las percepciones y sentimientos, de los jóvenes que atraviesan porperíodos de exclusión institucional corporizan la era del vacío en su expresiónlatinoamericana... Las narrativas (y las experiencias) de estos jóvenes ponen de

    2 Citado en Ramírez, Juan Carlos (2008). “Ejes estructurales y temáticos de análisis del género de loshombres. Una aproximación”. En: Juan Carlos Ramírez Rodríguez y Griselda Uribe Vázquez

    (coords), Masculinidades. El juego de género de los hombres en el que participan las mujeres  (: 85-112). México: Plaza y Valdés 3 Waiselfiz, J. J Mapa de la violencia , los Jóvenes en America Latina

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    manifiesto una experiencia de agobio ante una realidad que resulta fuera decontrol”.4 

    La juventud hoy en día es muy difícil, difícil vivirDamian Unidad 9 La Plata

    En este marco preciso de indicios hemos realizado tres intervenciones en unidadesdel Sistema Penitenciario de la Provincia de Buenos Aires, tomando dos unidadesdentro del servicio de Adultos Jóvenes (una; con pabellón propio, otra; conpabellón compartido con adultos) y otra con adultos jóvenes fuera de ese Servicio.Las mismas las organizamos con los siguientes instrumentos:

    1.  Recogida de datos diferenciados2.  Tres talleres de dos horas vivenciales centrados en los procesos vitales de

    los participantes , sus reflexiones y percepciones sobre ser hombre joven3.  Entrevistas sobre narrativas de vida de algunos de ellos que desearon

    participar en las mismas.Los datos que entregamos leídos desde una perspectiva de género nos permitendesarrollar algunas ideas, percepciones, sentidos que estos indicadores contienen.El género es un esquema cognitivo de organización de la información, una especie

    de "red de asociaciones" que "funciona como una estructura anticipatoria"dispuesta a "buscar y asimilar la información" en términos de las categoríasesquematizada5 Como lente de la percepción, un esquema de género nos predispone a ver elmundo en términos de definir claramente dos "opuestos" masculino y femenino.En consecuencia, los niños/as al desarrollar el esquema de género, incluso sindarse cuenta cuando la cultura en la que viven es estereotipada configuran redesde asociaciones que orientan sus percepciones, los niños vienen a ver el mundopolarizado y las formas de vivir el género que han aprendido a hacer en sus propiasfamilias.Este enfoque desde lo social, permite registrar el impacto que las fuerzaseconómicas e institucionales tienen en la vida de las personas, y la construcción de

    sus subjetividades.Sólo mirando a las limitaciones estructurales que enfrentan las personas - como elacceso a la educación o el empleo - podemos entender cómo y cuales definicionesculturales y prácticas condicionan los itinerarios vitales de los hombres dentro yfuera de las familias.Primer dato de la realidad concreta que atraviesa este grupo de adultos jóvenesprivados de libertad, es decir la concentración de la riqueza es una variable de altoimpacto en su tomas de decisiones, percepciones y expectativas de vida que lostrajo hasta el servicio.Son parte de esa marca inequívoca con que han transitado sus vidas.Sumada a la variable presente de inhibición de derechos educativos, el registro devulnerabilidad familiar y el alto impacto en sus procesos de socialización de

    familiares privados de libertad , que consideramos como determinantes.La socialización es el proceso mediante el cual "la forma de aprender de unadeterminada sociedad o grupo social para que puedan funcionar dentro de ella"6,mientras que los mayores nociones de socialización presuponen que el procesocomenzó y terminó en la infancia, de acuerdo con las teorías más recientes, setrata de un proceso de toda la vida que nos permite entrar y salir de los distintosgrupos sociales que toda nuestra vida.Parte de este proceso implica la socialización de género, es decir, el aprendizaje dela sociedad de género normas y reglamentos (por lo general, bien como

    4 Saraví G 2 0 0 9 Juventud y sentidos de pertenencia en América Latina: causas y riesgos de lafragmentación social R E V I S T A C E P A L 9 8 • A G O S T O 2 0 0 9

    5 Bem, Sandra Lipsitz. 1983. "Gender Schema Theory and Its Implications for Child Development:Raising Gender Aschematic Children in a Gender Schematic Society.

    6 Elkin, Frederick, and Gerald Handel. 1989. The Child and Society: The Process of Socialization. NewYork: McGraw-Hill, Inc

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    dicotomizada masculino o femenino) y convertirse en expertos en comportarse deacuerdo con los patrones socialmente aceptados género asociados con nuestro sexo(masculino o femenino).Género, por otra parte, es una construcción social, emergente, dinámica, variabledentro y entre culturas, e históricamente situado, sino que también refleja ciertospatrones dentro de una sociedad determinada7 

    Según los sociólogos West y Zimmerman8 sostienen que "hacer género" actuandofuera de nuestra cultura de la percepción de los patrones que reflejan lo que es serun hombre o una mujer.La familia es generalmente considerada como la principal institución para laproducción y reproducción de valores polarizada entre los géneros.Aunque los individuos se socializan en diferentes contextos a lo largo de su vida(escuela, barrio, comunidad, grupo de pares, el lugar de trabajo, iglesia, política,instituto de menores, cárceles), la familia tiende a ser el principal agente desocialización inicial, actuando como un microcosmos de la sociedad, y la prestaciónde un niño es la primera exposición a la interacción con otros.

    El hombre debe ser rústico; ser culto, inteligente y tener capacidad de

    reflexión no es valorado como propio de un hombre.Damián Unidad 9 La Plata 

    Para el grupo de adultos jóvenes 1 y 2, los indicadores nos muestran bajaconvivencia con padres, media con madres, hermanas y abuelos/as, y la presenciafuerte de hermanos (4.9 un lado y 6 por el otro) y amigos como agentessocializadores.La idea de familia es de alto impacto en estos jóvenes, en los talleres y laentrevistas, queda muy claro que es un dato relevante de sus realidades, tambiénvalorada en función de las visitas o no visitas que reciben.Cuando quieren nombrar la violencia vivida en sus familias, no se registra bajo esaconnotación, hablan de problemas de familia.

    Los mejores momentos los pase con mi familia y por supuesto con mimamá

    Alejandro Unidad 9 La Plata 

    En los últimos años hemos avanzado en el estudio de las masculinidades, algunasde las afirmaciones que han surgido son:

    •  No se nace varón, sino que las identidades masculinas son producto de unaconstrucción fruto de la socialización patriarcal que en cada sociedad ycultura se reproduce 9 

    •  Dicha construcción ha variado en la historia de acuerdo con los procesosestructurales de cambio de cada sociedad en sus ámbitos político,

    económico y social•  Esos procesos de cambio han implicado diversas manifestaciones de crisis,

    por lo que se requiere en cada coyuntura dar cuenta de los elementos deépoca que la caracterizan y estructuran, tensionando la idea circulante deque la actual es original y excepcional,

    •  Los procesos de construcción de identidades juveniles, en tanto identidadesgeneracionales, se dan imbricados con los procesos de construcción deidentidades de género y otros factores constitutivos de lo social –clase,etnicidad, entre otras.10 

    7 Coltrane, Scott. 1998. Gender and Families. Thousand Oaks, CA: Pine Forge Press.8 West, Candace and Donald Zimmerman. 1987. “Doing Gender.” Gender and Society 1:125-151.9 Gilmore, David D.1994. Hacerse hombre. Concepciones culturales de la masculinidad. Barcelona,

    Buenos Aires, México, Paidós.10 Connell, R. W. (1997) La organización social de la masculinidad. En T. Valdés y J.Olavarría (Editores)

    Masculinidad/es: poder y crisis. Chile: Isis internacional.

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    •  La violencia ha sido parte del significado de la masculinidad, parte de laforma en que los varones han medido, demostrado y probado su identidad.Sin otro mecanismo cultural por el que los jóvenes puedan llegar a versecomo hombres, han asumido la violencia como el camino para hacersehombres 11 

    •  Los varones jóvenes de sectores empobrecidos se hacen parte de estos

    procesos, con modos que se mueven  entre la reproducción sin más de lotradicional patriarcal y los intentos incipientes y balbuceante de vivir dedistinta manera sus relaciones de género 12 

    Para la observación crítica de estos procesos hemos tomado en cuenta en lasentrevistas las relaciones consigo mismo, las relaciones con las mujeres y lasrelaciones con otros hombres; agregando la necesaria consideración de lasrelaciones con el medio social, comprendido éste en la vinculación entre losterritorios en que ellas se producen-concretizan13, el ambiente que les da cuerpo14,y el sentido de pertenencia  como parte de las subjetividades que en ella seproducen15.Ámbitos diversos en que se despliegan las vidas juveniles familia, escuela, calle,

    organizaciones sociales, religiosas y/o deportivas, ejércitos, institutos de menores,cárceles, medios de comunicación, entre otras; nos permiten profundizar en losprocesos de producción de conocimiento sobre sus modos de hacer/se sociedad ycultura.Durante los talleres realizados con ellos, hemos visto como las relaciones con ellos,son distantes de muchos de sus sentimientos, en cuanto a las cosas que lessuceden, son pocos los que logran verbalizarlas y otros decididamente prefieren nohablar de ellos (ejemplo que nos sucedió, sexualidad, violencias vividas), esprobable que esta situación quede manifestada en el porcentual de encuestasvoluntarias respondidas voluntariamente, 53 % de las mismas (en el grupo 1), 77% (en el grupo 2).Sus visiones de su propio cuerpo, algunos muy atléticos y trabajados, no son

    insumo menor; subyace en ellos, la idea de que las posturas, tensiones un cuerpomusculoso constituyen una de las formas principales de representación del podermasculino como parte del orden cultural, la omnipresencia de esos cuerpos estaligado a la promesa de poder que representan.En cuanto a las relaciones con las mujeres, hemos percibido claramente y enalgunas encuestas esta registrado la necesidad de que las mujeres respondan almodelo femenino demandado culturalmente Si tuve parejas, todas mis relacionesfueron buenas y con la persona que estoy es una muy buena piba, es la mejor pareja que tuve y que tendré, siempre fue sincera, honesta y muy educada.Mis parejas fueron un besito para mi vida.Para mí las mujeres son importantes, delicadas.

    Con las mujeres me fue más o menos. Las relaciones fueron a la primerasemana bien, la segunda mal .Mi primera mujer tenía 27 años, yo 16 añosWalter Unidad 9 La Plata

    11 Kimmel, M. (2001): «Masculinidades globales: restauración y resistencia», en SÁNCHEZPALENCIA;J. C. HIDALGO (eds.): Masculino plural: Construcciones de la masculinidad. Lleida, Universitad

    de Lleida.12 Duarte K. (2006). Cuerpo, poder y placer. Disputas en hombres jóvenes de sectores empobrecidos. En

    Revista PASOS Nº 125. San José de Costa Rica: Departamento Ecuménico de Investigaciones DEI.13 Chaves, M. (2010). Jóvenes, territorios y complicidades. Una antropología de la juventud urbana.

    Buenos Aires: Espacio Editorial.14 Caride, J. (2006). La educación social en la acción comunitaria. En X. Úcar y A. Llena(coordinadores).

    Miradas y diálogos en torno a la acción comunitaria. Barcelona: GRAÓ.15 Duarte, K. (2011d). Desafíos a los procesos investigativos en juventudes que plantean las condiciones

     juveniles de América Latina y el Caribe. En M. Gutiérrez (editora) ¿Qué sabemos sobre jóvenes y juventudes? Bogotá: Agencia española de cooperación internacional para el desarrollo AECID,Pontificia Universidad Javeriana

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    Algunas muy buenas otras me rompieron el corazónLuis Unidad 9 La Plata

    Un detalle no menor, que profundizaremos con respecto a sus cuerpos, es que másdel 90% de los participantes tiene tatuajes en sus cuerpos con el nombre de sumadre o novia. (Grupos 1y 2).Con respecto a la relación con otros hombres hemos percibido ambivalencias, en los juegos que instrumentamos al principio tintes homofóbicos que se fueron yendo conel correr de las intervenciones, entre ellos no hemos percibido que haya bandas, enlos participantes de Olmos (Grupo 1) sin embargo en los de la Unidad 9 si hemosregistrado cierta presencia de jerarquías internas. (grupo 2).La mayoría de las peleas que cuentan son por ropa o por elementos que trae lavisita, especialmente ropa deportiva , sin embargo al contar ciertos hechos,ejemplo homicidio hacia otro hombre, no hemos registrado ni dolor niarrepentimiento.En cuanto a los territorios en que concretizan las relaciones con el medio social,tienen una alta consideración lo barrial como forma de definición de los mismos,Soy de San Martín y solo me junto con los de Ballester , en este ítem el futbol y losdiferentes equipos se configuran también como territorios de procedencia ypertenencia, las camisetas y los tatuajes son distintivos y marcan, definen, ajenos ypropios.En las unidades el atuendo deportivo es el tipo de indumentaria de mayorpresencia.En cuanto al ambiente que les da cuerpo, los hermanos y amigos son lossocializadores referenciales, con poca presencia en la escuela, pelota y futbol soncomponentes de alto impacto en sus recorridos vitales.Deborah Tajer escribe: la cultura futbolística subyace como cosmovisión a partir de

    la cual los varones —no sólo los nativos de esta región— interpretan el mundo yutilizan como código para referirse a diversos aspectos de la vida social.16 El futbol abre un espacio de hombres en esa batalla contra uno mismo y los demásque es de ir de “macho por la vida”, el mismo obliga a la temprana definiciónidentitaria en el grupo de varones.17 Hacerse macho es una tarea constante, continua, inacabada. En el rito de iniciacióny mantenimiento de la misma que es públicamente el deporte como fiestasublimada es donde se publican y juegan las pruebas de la masculinidad.El futbol es un espacio de hombres que se juega con los códigos aparentementesecretos pero tan públicos de la hombría.18 El deporte, especialmente el fútbol, se muestra como modelo de éxito rápido, comolugar de celebración de los cuerpos masculinos atléticos y poderosos, donde el

    engaño (dejarse caer simulando para provocar falta) es entrenado, donde larivalidad trasciende a lo deportivo –al juego– para convertirse en disputa entreaficiones o naciones. De esta manera, el factor físico, muscular y la posturacorporal, forman parte de regímenes socioculturales más amplios de unamasculinidad heterosexual normativa, con lo que se convierte en importantesmarcadores de las posiciones de los chicos en el contexto de las jerarquíasmasculinas en el espacio social.En el juego, los hombres pueden patear pelota, las mujeres jugar con muñecasporque ellas son delicadas, los hombres son fuertes.

    16 Tajer D El futbol como organizador de la masculinidad 1998 Revista La Ventana N`8  

    17 Leal Gonzalez D El futbol como campo de batalla (y encuentro) de los hombres en Voces de hombrespor la igualdad Compiladores Lozoya y Bedoya www.ahige.org 

    18 Leal Gonzalez D obra citada

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    Como parte del deporte, los hombres pueden correr autos de carrera porque esriesgoso y la mujer no está preparada ni debe correr ese tipo de riesgos, porqueella es delicada.El poder masculino se manifiesta en todas las etapas y facetas de la vida. Elhombre pude aguantar, no debe llorar, la mujer sí porque ella es delicada.Entonces, en el campo emocional, el hombre es más fuerte, resistente y poderoso

    frente a las mujeres que son débiles y no están preparadas para los riesgos.Otra forma en que se manifiesta ese poder está referida a la relación sexual. Elhombre es el que debe propone la relación, porque si la mujer la propone, es unamujer “cualquiera” Por tanto, ella debe estar sometida a la iniciativa de él.Más aún, si el hombre quiere mostrar que es más hombre, entonces no solo debeestar con una sola mujer, sino que debe mostrar al máximo de mujeres sumasculinidad estando con ellas.La autopercepción de “mujeriego” es un común denominador de los jóvenes queparticiparon de esta experiencia.En el campo del afecto, el poder masculino tiene que mostrarse en forma fría.No debe mostrarse cariñoso, afectivo, efusivo, porque eso podría ser interpretadocomo rasgos de feminidad y por tanto, podría dudarse de su masculinidad.

    Entonces el poder se muestra con la frialdad y poca afectividad.El hombre que no tiene estas características, puede ser considerado como débil yhasta homosexual.Si hablamos de hombría, a la par debemos hablar de homofobia, este mundopropone códigos sexistas a los hombres, sigue siendo el ámbito donde seestablecen relaciones sociales entre hombres, donde pervive de manera masacentuada la homofobia, y la misma marca las fronteras del género19, hasta aquíhas llegado muchacho.Esta dupla hombría/homofobia, genera miedo y reacciones violentas hacia simismos y los otros/as, pues la percepción de verse como afeminado generanecesariamente violencias inhibitorias, en nuestras culturas que viven lasmasculinidades como una cualidad exclusiva de ser fuerte y agresivo, esta

    caracterización lleva a los masculinos a entrar en zona de monitoreo continuo, a versi se escapa lo que se niega u oculta.La subjetividad masculina se construye en términos negativos, esto es, sobre lo queno se es (homosexual, femenino, débil…) que por lo que se es.Cuando se vive que los privilegios son cuestionados en las relaciones, cuando ya noqueda tiempo para el camuflaje de la propia debilidad, cuando ésta no se acepta –al igual que los miedos– alguien tiene que pagarlo.No encontramos en los talleres en ninguna instancia la percepción del miedo, noaparece el registro del mismo.Esta reafirmación del ser desde la biología explica la inalterabilidad identitaria en laque se inscribe la violencia. Cuando este camino se comienza a recorrer desde elpensar y para ponerlo en duda, aparece un nuevo atajo que lo reafirma. Una nuevaexpresión de la biología vinculada a la selección natural.Se busca una masculinidad reconocida públicamente, una tensión que desafía,angustia y otorga logros, la cancha, la calle implican el ambiente necesario parapertenecer a la cofradía masculina.La masculinidad es el premio al fin del combate, los formatos de genero se asignany se asumen o no, no hay términos medios, es el triunfo sobre las pruebas, soloque se trata de un esfuerzo permanente.

    Ser un hombre joven es lo que Dios me mando al mundo, el que se quedocon mi vieja

    Rubén 20 años Olmos

    19 Leal Gonzalez D obra citada

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    ¿Quien nombra los costos de ese esfuerzo? ¿Donde están tasados y puestos en juego?La necesidad de ser incluido, lo antes posible, dentro de la sexualidad hegemónica.Con ella, se piensa, se disipan los temores. Hasta que en medio de la camaraderíamasculina aparezca de nuevo el pánico. Lo que sucede cuando lo que no puede serpensado se siente en algún lugar bajo la coraza.

    Así, la masculinidad dominante reviste de recursos de poder a los hombres por elhecho de serlo, y les posibilita estructurar relaciones con las demás personas,subordinándolas, desvalorizándolas y convirtiéndolas en dependientes de ellos.Lo hegemónico y lo subordinado emerge en una interacción mutua, pero desigual(...).Toda forma de ser hombre que no corresponda a la dominante seríaequivalente a una situación precaria de ser hombre, que puede ser sometida adominio por aquellos que ostentan la calidad plena de «hombres».20 Por eso, como señala Michael Kimmel la definición misma de masculinidad debe sercapaz de admitir un mayor espectro de emociones, incluido el miedo, sin que ellosuponga que la identidad del hombre quede amenazada. Debemos tambiéndesarrollar mecanismos para separar el sentido de identidad masculina de ese falsosentimiento de legitimidad21 

    Venimos escuchando el cliché que los hombres no tiene registro de sus emociones ,sin embargo compartimos las ideas de Daniel Cazés"Los hombres expresamos nuestros sentimientos tanto como las mujeres, perosiguiendo pautas masculinas. Cuando algunos hombres se sienten vulnerables oatacados, lo expresan en las formas más violentas imaginables, que incluyen desdelas diversas formas de abuso y maltrato de los que hacen víctimas a las mujeres, alos menores y a otros hombres más débiles que ellos, hasta las guerras. Y si algunoexpresa cierta sensibilidad aunque sea ligeramente parecida a la de las mujeres,otros hombres darán a entender que se sienten agredidos por ello, rebajando alatrevido con epítetos infamantes que lo feminicen, y atacándolo con furia. Lasexpresiones masculinas de cariño y ternura también siguen patrones precisos, cuyaclaridad es evidente, por ejemplo, en la poesía y el canto. Algunas de estas pautas

    se relacionan con la protección, el sustento y el sexo, y también se manifiestan alsaludar, modular la voz, hacer regalos y caricias, etcétera. No me parece acertadoafirmar que los hombres tenemos prohibido sentir y expresar emociones, ya quetambién aprendemos cómo hacerlo como hombres".22 Las diferencias de clase que implicarían los distintos contextos, llevan a laconstitución de diversas masculinidades.Las múltiples posiciones que los varones tienen en la sociedad, implican diferentescapacidades de acceso al ejercicio de poder, la propiedad y el prestigio social. Paralos varones de sectores empobrecidos, la calle no tiene un carácter natural, sinoque constituye un espacio al que acceden principalmente por expulsión social.23 

     A mi me arrancaron del corazón de mi vieja

    Rubén 20 años OlmosHemos registrado dentro de los talleres algunos jóvenes que desde los 6 años, hanvivido en al calle, escapando de las violencias en sus familias, otros se han hechocargo de sus madres a los 15 años.

    20 Olavarria, J. (2004): «Modelos de masculinidad y desigualdad de género», en C. LOMAS(comp.): Los chicos también lloran, Identidad masculinas, igualdad entre los sexos y coeducación.Barcelona, Paidós.21 Kimmel M obra citada22 http://danielcazesmenache.wordpress.com/genero-y-demas-estudios-propuestas-y-reflexiones/hombres-del-siglo-21-visiones-y-practicas-de-la-paternidad-capitulo-11-del-libro-el-feminismo-y-los-hombres/ 23 Duarte, K. (2011c). Notas generacionales para la acción comunitaria con jóvenes de sectores

    empobrecidos. En Revista Observatorio de Juventud . Santiago de Chile.: INJUV. En Prensa.

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    Nos referimos a la fuerza centrífuga que el contexto impone a éstos jóvenes, entanto se les dificulta, por el deterioro de la calidad de vida en familia(empobrecimiento, ruptura generacional, falta de estructuras mínimas de intimidad,violencia, inestabilidad emocional, escolaridad excluida) permanecer más tiempo enconvivencia con ella, pero al mismo tiempo es imposible dejarla en forma definitivapor las condicionantes socioeconómicas y los lazos afectivos.

    Esta tensión produce una ‘salida permanente de la casa’ para buscar un espacioentre semejantes, para compartir aquello que en la familia y en la escuela no seobtiene.Los datos tan bajos de desarrollo dentro del sistema educativo formal son graves.Así por ejemplo, las violencias en los mundos juveniles tienen, entre otros factorescomprensivos, esta necesidad de demostrar fuerza y control por parte de varones,que bajo la lógica de “no dejarse pasar” y de manejar la situación, recurren a ellacomo forma de resolución de conflictos24.La autoridad y el respeto son sentidos como precisos, y contundentes Hay quetener respeto a la autoridad, para eso esta la policía.En contextos de empobrecimiento y exclusión de las condiciones para cumplir el rolproveedor impuesto dese las lógicas patriarcales, estas violencias permiten

    acentuar la condición de dominador, en una suerte de radicalización-caricaturización del macho.Las situaciones de agudas violencias, que se viven en sectores empobrecidos de lasciudades latinoamericanas, implican para la población, que la calle sea vivida comoun espacio de inseguridad.Ello radicaliza la importancia y vitalidad para los jóvenes de estar en ella, como unsigno más de su fuerza, demostración de su aguante, de su capacidad para estar enambientes de peligro y hacerse hombre en la adversidad.De igual forma en la calle se viven las amistades, la sociabilidad fundamental eneste momento de la vida, aquella que da sentido a la existencia fuera de y muchasveces en dirección contraria a los señalamientos familiares.Estas amistades son constitutivas del ser joven urbano, refuerzan los apegos y las

    lealtades, se constituyen en la segunda familia, aquella que permite la homosocialización sostenida en el compadrazgoEn la calle hay afectos. El grupo juega en este ámbito un rol definidor de estilos yrefuerza su característica de red social.El cariño es un pilar de las amistades, complicidades y apegos que ahí vansurgiendo. La fuerza de esos vínculos les lleva a plantear al grupo de amigos comovirtual reemplazo de las carencias afectivas que la familia no logra nutrir.Al grupo se puede llegar a contar lo que está pasando en la vida y se encuentra unarespuesta, un estímulo y por último el silencio que es señal de escucha y acogida.El vínculo es de hermanos, de compañeros.

    La amistad es muy importante para mí, hacerle la segunda al amigo; soy

    capaz de matar por una amistad. Angel 20 años Olmos 

    Al mismo tiempo, poder se manifiesta respecto de sí mismo, con la imagen deposeer un cuerpo rudo, que tiene aguante, algunas de las frases registradas dancuenta de esta realidad poco visible.Por ello es posible el reviente, el desenfado en las cantidades de consumo (volumene inmensidad). Quien más aguante de-muestre, mayor reconocimiento yadmiración ganará en su grupo o espacio social.El cuerpo al servicio de ese objetivo, ganar prestigio en el medio. Sin embargo todotiene su limite “el barrio no te va a aguantar tanto”.

    24  Kaufman M: Hombres: placer, poder y cambio, Santo Domingo, CIPAF, 1989

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    Los cuerpos masculinos, experimentados como hemos relatado, permiten laconstrucción de relaciones de poder que generan violencia, posesión y muerte envida para las mujeres o para muchos hombres con opción homosexual.De esta forma, la construcción de identidades masculinas termina siendo unsimulacro para los jóvenes, una sobre-actuación en que prima una falsa identidadfundada no en lo que es sino en lo que socialmente se espera que sea. Sujeto que

    no es, sujeto que simula ser lo que le han impuesto.Es una forma de falsa identidad que se funda no en lo que es sino siempre en loque se espera que  sea, desafío que no se logra cumplir por las diversascondicionantes que tienen los hombres jóvenes de sectores empobrecidos y quehemos mencionadoLo público es entonces lo más cercano que se pueda a lo esperado, dejando para unsegundo orden lo que se desea. De la misma manera la internalización de losparámetros tradicionales de lo masculino implican muchas veces que se asimiledicha propuesta con la identidad por construir. De esta manera la felicidad en elhombre joven está condicionada a cumplir, dar cuenta de lo esperado socialmente.

    Con las mujeres soy más feliz, depende del corazón, hay pibas que se

     juegan a varios puntos.Rubén 20 años Olmos

    Así la calle permite la reafirmación de las lógicas tradicionales de lasmasculinidades bajo las imágenes de ser bien hombre –fuerte, rudo, conquistador,mujeriego- y bueno como hombre –que tiene prestigio y reconocimiento- porquecumple con los roles de protector y proveedor. Datos que vemos en las respuestasdadas frente a la consulta sobre ¿Que frases recordás que te hayan dicho conrespecto a ser un hombre?Sin embargo, aparece una lógica tensionante hacia masculinidades sostenidas enimágenes de ser buen hombre, que refiere al varón que desarrolla prácticasequitativas, respetuosas y de colaboración

    El trabajo define la primera marca en los varones en la medida que socialmenteposibilita la salida de la familia de origen, genera independencia económica y éstala traslada a otros ámbitos, sobre todo cuando forman una familia y tienen hijos ehijas, dirigiendo sus proyectos y esfuerzos para obtener recursos que les permitanasumirse como hombres responsables25 

    El tema de no tener trabajo es jodido no te queda otra que salir a robarRubén 20 años Olmos

    El trabajo se asume como responsabilidad, ser proveedor es un significado queforma parte de ser hombre y ser padre responsable, está presente en la trayectoriade vida y forma parte de la identidad masculina26.

    El trabajo como práctica social se vuelve tan importante en la vida de los hombresque se ha considerado como uno de los ejes estructurantes de la identidadmasculina, se es hombre cuando se asume la responsabilidad como trabajadorresponsable.Valdés y Olavarría plantean que el trabajo es el medio a través del cual los varonesconsiguen la aceptación, el reconocimiento social a su capacidad de producir, degenerar recursos materiales que garanticen la existencia de su familia, lo que lesotorga seguridad y autonomía27. El mundo laboral pasa a ser un espacio en el cual

    25 Nolasco, S. (1989). O Mito da Masculinidade. Río de Janeiro, Brasil: Roco26  Salguero, Alejandra (2006a). “Significado y vivencia de la paternidad en algunos varones de lossectores socioeconómicos medios de la Ciudad de México”. En: J. G. Figueroa, L. Jiménez y O. Tena(coords.) Ser padres, esposos e hijos: prácticas y valoraciones de varones mexicanos  (: 57-94). México: El Colegio de México27  Teresa Valdés y José Olavarría (eds.) 1998 , Masculinidad/es. Poder y crisis  Santiago, Chile: IsisInternacional-Flacso

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    ellos deben tener un lugar. No cumplir esta meta significa no estar a la altura deser hombre, por lo tanto es sinónimo de indignidad , decepción, fracaso.A medida que los jóvenes ingresan al mundo del trabajo, sus representaciones sealejan gradualmente de los ideales viriles para enfatizar la responsabilidad y ellogro. Fuller señala que “dejan de ser machos para convertirse en hombresingresando así al período de la hombría, obtienen el reconocimiento social y respeto

    de los otros varones al insertarse en el mundo del trabajo”.28 Investigando sobre los significados que los varones de nivel medio del Estado deMéxico atribuyen al trabajo, la paternidad y la responsabilidad familiar, Salgueroseñala que, para la mayoría de entrevistados, existe una estrecha relación entrelos significados atribuidos a ser hombre, a la responsabilidad familiar y a lapaternidad. “Es hombre –aun cuando la pareja también sea proveedora–, el queasume la responsabilidad ” 29 el que toma la iniciativa, el que se forja metas, el queprovee económicamente cuidado de la familia, la esposa y los hijos e hijas , el quedebe resolver todo.La responsabilidad familiar incorpora el ser padres y se convierte en algosumamente importante en sus vidas, incorporando la idea de superación ybienestar a partir de la aportación económica y la educación de los hijos o hijas.

    Ser un hombre joven es una responsabilidad muy grande, ocuparte de lafamilia, llevar para la comida, tener respeto y ser bueno

     Ángel 20 años Olmos

    La familia y la paternidad le dan sentido y significado a la actividad laboral querealizan los hombres, requiriendo mayor compromiso y responsabilidad de ellosmismos, de la pareja y de los hijos e hijas, pues implica reestructurar los tiempos yactividades de convivencia familiar, organización del hogar, planificación ypreparación de alimentos, cuidado, salud y educación de los hijos e hijas comoactividades compartidas.

    ¿Una mujer? Alguien que tendría que ocuparse de sus hijos y familia, siquiere trabajar es para tener para sus cosas

     Ángel 20 años Olmos

    En esta tensión entre lógicas contradictorias, aparece una semi/tensión que seexpresa en el plano de la incoherencia entre los sentidos manifiestos y latentes deldiscurso que en la actualidad encontramos en estos varones jóvenes: se configurauna clara tensión que los tiene a medio camino en sus procesos de construcción deidentidades.Por una parte, un imaginario que critica algunas concepciones patriarcalestradicionales: la noción de superioridad masculina; que existan roles diferenciados

     jerárquicamente según sexo; la imposibilidad de que las mujeres accedan a laborestípicamente consideradas para hombres; la subordinación femenina en diversosámbitos; entre otras.

    Hombres y mujeres jóvenes somos iguales.Jhonathan Unidad 9 La Plata

    Dichos cuestionamientos alientan a suponer que hay vientos de cambio, con sentidoalternativo a los modos patriarcales de relación. Vale decir, los varones jóvenes –en

    28Fuller, N. (1997). “Fronteras y retos: varones de clase media del Perú”. En: Fuller, N.(2000). Paternidades en América Latina. Perú: Pontificia Universidad Católica de Perú, Fondo Editorial29  Salguero, Alejandra (2002). Significado y Vivencia de la Paternidad en el Proyecto de vida de losvarones. Tesis de Doctorado en Sociología, México, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNAM

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    contexto de incerteza y exclusión social- configuran discursivamente perspectivasde posible criticidad a los modos patriarcales de relación. Quizás una manifestaciónde sensibilidad y sociabilidad en torno a lo que no les agrada y que no les pasainadvertido. Es relevante considerar que esta discursividad se mueve en el plano delas ideas y de lo moral, del deber ser.Por otra parte, al ser  puestos en situación –cuando se les exige tomar opciones en

    las cuales requieren validar su condición masculina-, tienden a retroceder, serefugian en lo aprehendido en contexto patriarcal, y evidencian el apego a estaracionalidad como refugio para argumentar las prácticas concretas que desarrollan.Su visión, sobre madres, hermanas y compañeras es parte de estas contradiccionesidentitarias.No hemos registrado en nuestros talleres lógicas carcelarias o códigos manifiestossobre su condición de encierro, si: una suerte de fatalismo político que niegaposibilidades de cambio, sobre la no modificación de las asimetrías de poder, casidiciendo:“es lo que hay”, “siempre ha sido así”, “así nos enseñaron”…El imaginario de la disculpa por lo vivido y por lo que existe, se refuerza en estaracionalidad contemporánea de las masculinidades en jóvenes de sectoresempobrecidos.

    Las masculinidades, sus procesos y contextos no tan son solo plurales, sinotambién producto de complejidades internas, contradicciones y oportunidades.En el itinerario que hemos hecho con estos jóvenes nos queda la sensación q uepara ellos no resulta sencillo ni diáfano el proceso de convertirse en varón, másbien podríamos caracterizarlo como contradictorio, lleno de incertidumbre, pero enel mismo tiempo lleno de posibilidades.Las mismas, estamos convencidos parten de un trabajo minucioso junto e ellos delregistro de derechos humanos y ciudadanos para todos y todas incorporados en susvidas, sabiendo de su vulnerabilidad actual y de su fragilidad identitaria, perotambién fortaleciendo estrategias propias hacia el cuidado y la reflexividad , elriesgo ya está marcando sus vidas claramente, lo que no sabemos si estasposibilidades podrán crecer lo suficientemente fuertes como para superar la larga

    lista de condicionamientos económicos, políticos, psicológicos puestos en lacreación de los hombres que se ajustan a la masculinidad patriarcal y lareproducen.Sólo estamos delineando un camino que transforme sus trayectos vitales desde laimpotencia a la agencia, la respuesta; no las sabemos sin embargo, estamosseguros que podría cambiar sus expectativas vitales futuras y por ende el mundoextrapenitenciario que los espera.

    Hugo Huberman