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Semana del 7 al 13 de Abril 2014
[E. Libro] [E.M.T] [R. Servicio] [Atalaya]
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[Cantico Nº 15 ][E. Libro] [Inicio]
[ 9 ][ 10 ][ 11 ][ 12 ][ 13 ][ 14 ][ 15 ][ 16 ][ 17 ]
clcap. 5 párrs. 9-17
“El Hacedor de la tierra por su poder”
9, 10. ¿Cómo evidencia el poder de Jehová la
ubicación de la Tierra, Júpiter, la Luna y el sistema
solar?
[ 9 ] [Textos] El poder creador de Jehová resulta
manifiesto en nuestro hogar, la Tierra, que fue colocada
con sumo cuidado en el vasto universo. Algunos
científicos creen que muchas galaxias serían inhóspitas
para un planeta con vida como el nuestro. Es patente
que buena parte de la Vía Láctea no está preparada
para albergar seres vivos. El centro registra altos niveles
de radiación y se halla abarrotado de estrellas, que
muchas veces casi chocan al entrecruzarse. Por otro
lado, los bordes carecen de muchos elementos
esenciales para la vida. El sistema solar ocupa una
ubicación ideal, a salvo de estas circunstancias
extremas.
[ 10 ] [Textos] La Tierra cuenta con un protector
lejano, pero descomunal: Júpiter. Este planeta es más
de mil veces mayor que el nuestro y ejerce una
potentísima fuerza gravitatoria. ¿Con qué resultado?
Absorbe o desvía los objetos que surcan el espacio a
alta velocidad. Los científicos creen que, de no ser por
él, recibiríamos una lluvia de gigantescos proyectiles
cuya intensidad sería diez mil veces mayor que la
actual. Más cerca de nuestro hogar contamos con un
satélite fuera de lo común: la Luna. Además de ser un
hermoso “punto de luz”, mantiene constante la
inclinación de nuestro planeta, la cual explica la
existencia de estaciones estables y predecibles, así
como muy propicias para la vida.
11. ¿Cómo está preparada la atmósfera como
escudo protector?
[ 11 ] [Textos] Todos los detalles del diseño de la
Tierra dan testimonio del poder creador de Jehová. Así,
cuenta con un escudo protector: la atmósfera. El Sol
emite tanto rayos beneficiosos como de carácter letal.
Pues bien, cuando estos últimos inciden en las regiones
superiores de la atmósfera, el oxígeno se convierte en
ozono y se forma una capa que absorbe la mayoría de
esta radiación. En efecto, el planeta está resguardado
por una cubierta.
12. ¿Cómo ilustra el ciclo del agua el poder creador
de Jehová?
[ 12 ] [Textos] Este no es más que un aspecto de la
atmósfera, compleja mezcla de gases que resulta
idónea para las criaturas que viven en la corteza
terrestre o cerca de ella. Otra maravilla atmosférica es el
ciclo del agua. Cada año, el sol evapora de nuestros
mares y océanos más de 400.000 kilómetros cúbicos de
agua, que se eleva formando nubes, las cuales circulan
por todo el planeta gracias a los vientos. El agua, que ya
se encuentra filtrada y depurada, cae como lluvia, nieve
y hielo, y de este modo reabastece los depósitos del
preciado líquido. Es tal como dice Eclesiastés 1:7:
“Todos los torrentes invernales salen al mar;
no obstante, el mar mismo no está lleno. Al lugar para
donde salen los torrentes invernales, allí regresan para
poder salir”. Solo Jehová pudo haber puesto en marcha
semejante ciclo.
13. ¿Qué muestras del poder del Creador vemos en
la vegetación y el terreno?
[ 13 ] [Textos] Dondequiera que hay vida vemos
muestras innegables del poder creador de Jehová:
desde las enormes secuoyas de más de treinta pisos de
alto hasta las plantas microscópicas que llenan el mar y
nos brindan gran parte del oxígeno que respiramos.
Incluso el terreno rebosa de vida: lombrices, hongos y
microbios, cuya compleja cooperación facilita el
crecimiento de las plantas. Con todo acierto dice la
Biblia que el suelo tiene poder (Génesis 4:12).
14. ¿Qué energía se halla latente aun en el minúsculo átomo?
[ 14 ] [Textos] Sin duda, Jehová es “El Hacedor de la tierra por su poder” (Jeremías 10:12). Este atributo resulta evidente aun en sus creaciones más diminutas. Para hacernos una idea: si pusiéramos lado a lado un millón de átomos, no alcanzarían el grosor de un cabello. Y aunque ampliáramos un átomo al tamaño de un edificio de catorce pisos, el núcleo sería tan pequeño como un grano de sal situado en el séptimo piso. Sin embargo, en este ínfimo núcleo radica la imponente energía que desatan las explosiones atómicas.
“Toda cosa que respira”
15. ¿Qué lección enseñó Jehová a Job al hablar de
varios animales salvajes?
[ 15 ] [Textos] La abundancia de vida animal
constituye otra prueba elocuente del poder creador de
Jehová. El Salmo 148 enumera muchas cosas que lo
alaban, entre las que el versículo 10 incluye “animales
salvajes y animales domésticos todos”. A fin de mostrar
la razón por la que el ser humano debe temerle, en
cierta ocasión Dios le habló a Job de criaturas tales
como el león, la cebra, el toro salvaje, Behemot (el
hipopótamo) y Leviatán (al parecer, el cocodrilo). ¿Cuál
era la lección? Si el hombre siente temor ante estas
criaturas fuertes, temibles e indomables, ¿cómo debería
sentirse ante el Hacedor de tales obras? (Job, capítulos
38-41.)
16. ¿Qué le impresiona más de algunas creaciones
aladas de Jehová?
[ 16 ] [Textos] Salmo 148:10 también habla de
“pájaros alados”. Pensemos tan solo en cuántas
variedades existen. Jehová le mencionó a Job el
avestruz, que “se ríe del caballo y de su jinete”.
En efecto, aunque no vuela, esta ave de dos metros y
medio de altura corre a una velocidad de hasta
65 kilómetros por hora y llega a abarcar cuatro metros y
medio en una sola zancada (Job 39:13, 18). El albatros,
por su parte, pasa la mayor parte del tiempo
sobrevolando el océano, gracias a sus alas de tres
metros de envergadura. Este extraordinario planeador
se desplaza durante horas por el aire sin dar un solo
aleteo. Muy diferente es el colibrí abeja, el pájaro más
pequeño del planeta, que con tan solo cinco centímetros
de longitud llega a batir las alas ochenta veces por
segundo. Además, los colibríes en general no solo
relucen como pequeñas gemas aladas, sino que son
capaces de quedarse suspendidos en el aire, como un
helicóptero, e incluso volar hacia atrás.
17. ¿Qué tamaño alcanza la ballena azul, y a qué
conclusión lógica deberíamos llegar al examinar la
creación animal de Jehová?
[ 17 ] [Textos] Salmo 148:7 dice que hasta los
“monstruos marinos” alaban a Jehová. Pensemos en el
que mucha gente considera el animal más grande que
haya vivido en el planeta: la ballena azul. Este
“monstruo” de las profundidades llega a superar los
30 metros de longitud y alcanza a pesar tanto como
treinta elefantes adultos juntos. De hecho, la lengua
tiene el peso de uno de estos paquidermos. El corazón,
del tamaño de un automóvil pequeño, mantiene un ritmo
de solo nueve latidos por minuto, frente a los 1.200 del
corazón del colibrí. Uno de los vasos sanguíneos de
este cetáceo es tan grande que un niño podría gatear
por su interior. En nuestro caso, el corazón seguramente
nos impulsa a hacernos eco de la exhortación que cierra
el libro de los Salmos: “Toda cosa que respira... alabe a
Jah” (Salmo 150:6).
[E.M.T] [Inicio]
[P.S] [Nº1] [Nº2] [Nº3]
[P.S] Lectura de la Biblia: Éxodo 7, 8, 9, 10 |
Puntos sobresalientes
Respuestas a preguntas bíblicas:
7:1. ¿Cómo se convirtió Moisés en “Dios para Faraón”? Moisés recibió poder divino y autoridad sobre Faraón. De modo que no había razón para temer a aquel rey.
7:22. ¿De dónde consiguieron los sacerdotes egipcios agua que no se había convertido en sangre? Puede que hayan usado agua que se había sacado del río Nilo antes de esta plaga. Parece que también se podía conseguir agua potable al cavar pozos en el terreno húmedo cerca del río Nilo (Éxodo 7:24).
8:26, 27. ¿Por qué dijo Moisés que los sacrificios de Israel serían “cosa detestable a los egipcios”? Se veneraban muchos animales en Egipto. Así que la mención de sacrificios justificaba y hacía más persuasiva la insistencia de Moisés de que se permitiera a Israel salir al desierto para ofrecer sacrificios a Jehová.
Lecciones para nosotros:
7:14–12:30. Las diez plagas no fueron meras coincidencias. Se predijeron, y sucedieron precisamente
como se había indicado. Demuestran vívidamente el dominio del Creador sobre el agua, la luz solar, la vida animal y los seres humanos. También demuestran que Dios puede, de manera selectiva, traer calamidad sobre sus enemigos mientras que protege a sus adoradores.
[Nº1] Núm. 1: Éxodo 9:20-35
20 Cualquiera que temió la palabra de Jehová entre
los siervos de Faraón hizo que sus propios siervos y su ganado huyeran a las casas,
21 pero todo el que no fijó
su corazón en hacer caso a la palabra de Jehová dejó a sus siervos y su ganado en el campo.
22 Ahora Jehová dijo a Moisés: “Extiende tu mano
hacia los cielos, para que venga granizo sobre toda la tierra de Egipto, sobre hombre y sobre bestia y sobre toda la vegetación del campo en la tierra de Egipto”. 23
De modo que Moisés extendió su vara hacia los cielos; y Jehová dio truenos y granizo, y fuego bajaba corriendo a la tierra, y Jehová siguió haciendo llover granizo sobre la tierra de Egipto.
24 Así que vino granizo,
y fuego trémulo en medio del granizo. Fue muy fuerte, de modo que no había ocurrido uno semejante en toda la tierra de Egipto desde el tiempo en que este llegó a ser nación.
25 Y el granizo fue hiriendo toda la tierra de
Egipto. El granizo hirió todo lo que estaba en el campo, desde hombre hasta bestia, y toda clase de vegetación del campo; y destrozó toda clase de árboles del campo. 26
Solo en la tierra de Gosén, donde estaban los hijos de Israel, no hubo granizo.
27 Con el tiempo Faraón envió y llamó a Moisés y
Aarón y les dijo: “He pecado esta vez. Jehová es justo, y yo y mi pueblo tenemos la culpa.
28 Rueguen a Jehová
que baste con esto en cuanto a ocurrir truenos y granizo de Dios. Entonces estoy dispuesto a enviarlos, y ya no se quedarán más”.
29 De modo que le dijo Moisés:
“Luego que salga de la ciudad extenderé las manos hacia Jehová. Cesarán los truenos y no continuará más el granizo, para que sepas que a Jehová pertenece la tierra.
30 En cuanto a ti y tus siervos, yo ya sé que ni
siquiera entonces mostrarán temor a causa de Jehová Dios”.
31 Ahora bien, el lino y la cebada habían sido heridos,
porque la cebada estaba en la espiga y el lino tenía botones de flor.
32 Pero el trigo y la espelta no habían
sido heridos, porque eran tardíos. 33
Moisés ahora salió de la ciudad de donde Faraón y extendió las manos hacia Jehová, y empezaron a cesar los truenos y el granizo, y la lluvia no descendió sobre la tierra. 34
Cuando Faraón llegó a ver que la lluvia y el granizo y los truenos habían cesado, se puso a pecar de nuevo y a hacer insensible su corazón, tanto él como sus siervos.
35 Y continuó obstinado el corazón de Faraón, y
él no envió a los hijos de Israel, tal como había declarado Jehová por medio de Moisés.
[Nº2] Núm. 2: ¿De qué manera volverá Jesús, y
cómo lo verá todo ojo? (rs pág. 436 párr. 3–pág.
437 párr. 4)
¿Qué significa el que Jesús venga “de la misma manera” como ascendió al cielo?
Hech. 1:9-11: “Estando ellos [los apóstoles de Jesús] mirando, fue elevado y una nube se lo llevó de la vista de ellos. Y estando ellos mirando con fijeza en el cielo mientras él se iba, también, ¡mira! dos varones con prendas de vestir blancas estaban de pie al lado de ellos, y dijeron: „Varones de Galilea, ¿por qué están de pie mirando al cielo? Este Jesús que fue recibido de entre ustedes arriba en el cielo vendrá así de la misma manera que lo han contemplado irse al cielo.‟” (Nótese que este texto dice “la misma manera”, no el mismo cuerpo. ¿De qué “manera” ascendió él? Como lo muestra el versículo 9, desapareció de la vista, y solo sus discípulos observaron su partida. El mundo en general no se dio cuenta de lo que pasó. Lo mismo sería cierto de la vuelta de Cristo.)
¿Qué significa el que él „venga en las nubes‟ y „todo ojo lo vea‟?
Rev. 1:7: “¡Miren! Viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que lo traspasaron; y todas las tribus de la tierra se golpearán en desconsuelo a causa de él.” (También Mat. 24:30; Mar. 13:26; Luc. 21:27.)
¿Qué indican las “nubes”? Invisibilidad. Si un avión está en medio de una nube espesa o encima de las nubes, la gente en la tierra usualmente no puede verlo, aunque tal vez sí oiga el sonido de los motores. Jehová dijo a Moisés: “Vengo a ti en una nube oscura”. Moisés no vio a Dios, pero aquella nube señaló la presencia invisible de Jehová. (Éxo. 19:9; véanse también Levítico 16:2 y Números 11:25.) Si Cristo hubiera de aparecer visiblemente en los cielos, es obvio que no “todo ojo” le vería. Por ejemplo, si se apareciera sobre Australia, no sería visible en Europa, África y las Américas, ¿no es cierto?
¿En qué sentido „le verá todo ojo‟? Por los sucesos en la Tierra percibirán que está presente invisiblemente. También con referencia a vista que no es física, Juan 9:41 informa: “Les dijo Jesús [a los fariseos]: „Si fueran ciegos, no tendrían pecado. Pero ahora ustedes dicen: “Vemos.” Su pecado permanece‟”. (Compárese con Romanos 1:20.) Después de la vuelta de Cristo, algunas personas muestran fe; reconocen la señal de su
presencia. Otras rechazan la evidencia, pero cuando Cristo actúe como el ejecutor nombrado por Dios contra los inicuos, hasta ellas percibirán por la manifestación de Su poder que la destrucción no procede de los hombres, sino del cielo. Sabrán qué está pasando porque se les ha advertido de antemano. Por lo que estará alcanzándolas, “se golpearán en desconsuelo”.
¿Quiénes son “los que lo traspasaron”? Literalmente, los soldados romanos hicieron esto al tiempo de la ejecución de Jesús. Pero ha pasado muchísimo tiempo desde que ellos murieron. Por eso, esto debe referirse a gente que de igual manera maltrata, o „traspasa‟, a los verdaderos seguidores de Cristo durante “los últimos días”. (Mat. 25:40, 45.)
¿Puede realmente decirse que alguien haya „venido‟ o que esté „presente‟ si no es visible?
El apóstol Pablo habló de estar “ausente en cuerpo mas presente en espíritu” con la congregación de Corinto. (1 Cor. 5:3.)
Jehová dijo que él „bajaría‟ para confundir el lenguaje de los edificadores de la torre de Babel (Gén. 11:7). También dijo que procedería “a bajar” para librar a Israel de su esclavitud en Egipto. Y Dios aseguró a Moisés: “Mi propia persona te acompañará” para conducir a Israel a la Tierra de Promisión o Tierra Prometida (Éxo. 3:8; 33:14). Pero ningún humano ha visto alguna vez a Dios. (Éxo. 33:20; Juan 1:18.)
[Nº3] Núm. 3: Abisai. Sea leal y esté alerta para
ayudar a sus hermanos (it-1 pág. 27)
ABISAI
(posiblemente: Padre Es [Existe]).
Hijo de una de las hermanas o medio hermanas de David, Zeruyá, y hermano de Joab y Asahel. (2Sa 2:18; 1Cr 2:15, 16.)
Su valentía le distinguió de los treinta poderosos guerreros que tenía a sus órdenes. Su reputación hasta rivalizó con la de los tres hombres más poderosos de David, pues en cierta ocasión, él solo derribó a trescientos enemigos, pero “no llegó al nivel de los tres primeros”. (2Sa 23:18, 19.)
Abisai apoyó con lealtad a su tío David en todas las campañas militares de este, pero fue impulsivo y, en ocasiones, despiadado, por lo que hubo que refrenarle. Por ejemplo, cuando cierta noche entró sigilosamente con David en el campamento militar de Saúl, habría matado al “ungido de Jehová” mientras dormía,
utilizando la propia lanza de este, si David no lo hubiera impedido. (1Sa 26:6-9.) Durante la rebelión de Absalón, hubo que retenerle dos veces para que no ejecutara a Simeí por haber maldecido al rey. Sin embargo, David no pudo evitar que colaborara en dar muerte a Abner. (2Sa 3:30; 16:9-11; 19:21-23.)
Abisai cobró fama por derribar con sus hombres a 18.000 edomitas y por la derrota de los ammonitas. También participó en sofocar la rebelión de Seba, un benjamita “que no servía para nada”. Durante la última batalla de David de la que hay registro, este habría perdido la vida a manos de un gigante filisteo de no haber sido por Abisai. (1Cr 18:12; 19:11-15; 2Sa 20:1, 6; 21:15-17.)
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Cántico 124
10 min. Ideas para ofrecer las revistas en abril.
Análisis con el auditorio. Comience con dos
demostraciones de cómo ofrecer las revistas,
basadas en las sugerencias de esta página.
Analice las presentaciones modelo de principio a
fin. Concluya animando brevemente a los
publicadores a familiarizarse con las revistas y a
ofrecerlas con entusiasmo en el ministerio.
10 min. No olviden la hospitalidad (Heb. 13:1, 2).
Discurso a cargo de un anciano. Mencione los
preparativos para la Conmemoración. Comente
cómo pueden todos mostrar hospitalidad a los
visitantes y publicadores inactivos que asistan.
Presente una breve demostración en dos partes:
en la primera, un publicador le da la bienvenida
antes de que comience la Conmemoración a una
persona que recibió una invitación; en la
segunda, el publicador se pone de acuerdo con
ella al terminar el programa para visitarla y
cultivar su interés.
(Hebreos 13:1, 2) Que su amor fraternal continúe. 2 No
olviden la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron a ángeles.
10 min. ¿Cómo nos fue? Análisis con el auditorio.
Pida a los publicadores que cuenten cómo les ha
beneficiado poner en práctica las sugerencias del
artículo “Mejore sus habilidades en el ministerio:
sepa cómo contestar a posibles objeciones” y que
relaten experiencias interesantes que hayan
tenido.
Mejore sus habilidades en el ministerio: sepa cómo contestar a posibles objeciones
Imagínese que usted sabe que Por qué es importante. está a punto de suceder una catástrofe natural y que morirán muchas personas si no se ponen a salvo. Va a casa de un vecino para avisarle, pero este lo interrumpe y le dice que está ocupado. ¿Se iría sin intentar nada más? ¡Por supuesto que no! Pues bien, muchas personas nos rechazan porque ignoran que el mensaje que llevamos es uno de salvación. Tal vez tengan una preocupación al momento de nuestra visita (Mat. 24:37-39). O quizás estén prejuiciadas por rumores falsos (Mat. 11:18, 19). A lo mejor piensan que somos una religión más de las que han dado malos frutos (2 Ped. 2:1, 2). Si la persona no muestra interés al principio, no nos demos enseguida por vencidos. (Mateo 24:37-39) Porque así como eran los días de Noé, así será la presencia del Hijo del hombre.
38 Porque como en
aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, los hombres casándose y las mujeres siendo dadas en matrimonio, hasta el día en que Noé entró en el arca;
39 y no
hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos, así será la presencia del Hijo del hombre.
(Mateo 11:18, 19) Correspondientemente, Juan vino sin comer ni beber, pero dicen: „Tiene demonio‟;
19 el Hijo del hombre sí
vino comiendo y bebiendo, y no obstante dicen: „¡Miren! Un hombre glotón y dado a beber vino, amigo de recaudadores de impuestos y pecadores‟. De todos modos, la sabiduría queda probada justa por sus obras”.
(2 Pedro 2:1, 2) Sin embargo, llegó a haber también falsos
profetas entre el pueblo, como también habrá falsos maestros entre ustedes. Estos mismísimos introducirán calladamente sectas destructivas y repudiarán hasta al dueño que los compró, trayendo sobre sí mismos destrucción acelerada. 2 Además, muchos seguirán los actos de conducta relajada de
ellos y por causa de estos se hablará injuriosamente del camino de la verdad.
Cómo hacerlo: * Antes de ir a predicar de casa en casa, deténgase unos momentos a pensar en las posibles objeciones que pudiera encontrar y en cómo respondería.
* Si la persona presenta una objeción, trate amablemente de seguir conversando. Quizás pueda hacerlo elogiándola por algo. Por ejemplo, si afirma que ya tiene su religión, podría responderle: “Me alegra encontrar a alguien como usted, que se interesa por las cosas espirituales”. En ocasiones, tomar en consideración los sentimientos o las circunstancias de la persona también le permitirá proseguir la conversación. Si dice que está ocupada, podría contestar: “Entiendo. Pero antes de irme, me gustaría dejarle esto”. O si dice que no está interesada, podría preguntarle: “¿Es la Biblia lo que no le interesa, o es la religión en general?”. * Actúe con buen juicio. Recuerde que Jehová no obliga a nadie a escuchar (Deut. 30:19). Cada cual cargará con su propia responsabilidad en sentido espiritual (Gál. 6:5). Si la persona responde de forma tajante, lo mejor es marcharse. Al respetar sus sentimientos, dejaremos la puerta abierta para que otro publicador le predique más adelante (1 Ped. 3:15).
Intente esto durante el mes: Luego de despedirse de una persona que haya planteado una objeción, analice con su compañero si podría haber contestado de una mejor manera. Cántico 20 y oración
Cántico 99 [Atalaya] [Inicio]
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¡Honremos a Cristo, el glorioso Rey!
“En tu esplendor sigue adelante al éxito.” (SAL.
45:4)
Cántico 107
PUNTOS CLAVE PARA RECORDAR * ¿De qué maneras ungió Jehová a Jesús más que a sus “socios”? * ¿Cuándo se ciñó Cristo su espada, para qué la empleó la primera vez y cuándo la usará de nuevo? * ¿Cuál es la principal verdad que defiende Jesucristo como Rey Guerrero?
1, 2. ¿Por qué es importante para nosotros el
Salmo 45?
[ 1 ] [Textos] UN GLORIOSO rey cabalga para
defender la verdad y la justicia. Tras obtener una
victoria definitiva sobre sus enemigos, se casa con
una hermosa novia, y es recordado y alabado por
toda la eternidad. Así podría resumirse el contenido
del Salmo 45.
[ 2 ] [Textos] Sin embargo, el Salmo 45 es mucho
más que una emocionante historia con un final feliz.
Los sucesos que narra son importantes para
nosotros, pues tienen que ver con nuestra vida actual
y con nuestro futuro. Así pues, examinemos con
atención este salmo.
“MI CORAZÓN SE HALLA AGITADO DEBIDO A UN
ASUNTO AGRADABLE”
3, 4. a) ¿Qué “asunto agradable” es importante
para nosotros, y hasta qué grado puede influir en
nuestro corazón? b) ¿Qué mensaje predicamos
“acerca de un rey”? c) ¿Cuándo se vuelve nuestra
lengua como un “estilo [o punzón] de copista
hábil”?
[ 3 ] [Textos] (Lea Salmo 45:1.) Hay “un asunto
agradable” que hace que el salmista se emocione, de
modo que su corazón “se halla agitado”. Tiene que ver
con un rey. La expresión “se halla agitado” traduce un
verbo hebreo que originalmente significa “borbotear”
o “hervir”. En efecto, este asunto hace que el corazón
del salmista hierva de entusiasmo y que su lengua se
vuelva como un “estilo [o punzón] de copista hábil”.
[ 4 ] [Textos] ¿Y qué puede decirse de nosotros? Las
buenas nuevas del Reino mesiánico son “un asunto
agradable” que nos llega al corazón. El mensaje del
Reino se volvió especialmente agradable en 1914,
pues desde entonces se refiere, no a un gobierno
futuro, sino a un verdadero gobierno ya establecido
en el cielo. Este mensaje constituye las “buenas
nuevas del reino” que predicamos “en toda la tierra
habitada para testimonio a todas las naciones” (Mat.
24:14). ¿Está “agitado” nuestro corazón con ese
mensaje? ¿Predicamos las buenas nuevas del Reino
con entusiasmo? Como en el caso del salmista,
nosotros hablamos “acerca de un rey”. Proclamamos
que Jesucristo ha sido coronado Rey del Reino
mesiánico. Además, invitamos a todos —tanto a los
gobernantes como a los gobernados— a someterse a
su reinado (Sal. 2:1, 2, 4-12). Y nuestra lengua se
vuelve como un “estilo de copista hábil” cuando
utilizamos la Palabra escrita, la Biblia, en nuestra
obra de predicar.
Proclamamos con gozo las buenas nuevas sobre
nuestro Rey, Jesucristo
LOS LABIOS DEL REY DERRAMAN GRACIA
5. a) ¿De qué maneras era “hermoso” Jesús? b)
¿De qué forma derramaban gracia los labios del
Rey, y cómo podemos seguir su ejemplo?
[ 5 ] [Textos] (Lea Salmo 45:2.) Las Escrituras dicen
muy poco sobre la apariencia física de Jesús. Como
era perfecto, sin duda era un hombre “hermoso”,
apuesto. Sin embargo, su excepcional belleza
consistía en su inquebrantable lealtad a Jehová.
Además, utilizaba “palabras llenas de gracia” al
predicar el mensaje del Reino (Luc. 4:22; Juan 7:46).
¿Nos esforzamos por seguir su ejemplo en la
predicación y por emplear palabras que lleguen al
corazón de nuestros oyentes? (Col. 4:6.)
6. ¿Cómo bendijo Dios a Jesús “hasta tiempo
indefinido”?
[ 6 ] [Textos] Debido a la devoción incondicional de
Jesús, Jehová lo bendijo en su ministerio y lo
recompensó después de que entregó su vida en
sacrificio. El apóstol Pablo escribió: “Al hallarse a
manera de hombre, [Jesús] se humilló y se hizo
obediente hasta la muerte, sí, muerte en un madero
de tormento. Por esta misma razón, también, Dios lo
ensalzó a un puesto superior y bondadosamente le
dio el nombre que está por encima de todo otro
nombre, para que en el nombre de Jesús se doble
toda rodilla de los que están en el cielo y de los que
están sobre la tierra y de los que están debajo del
suelo, y reconozca abiertamente toda lengua que
Jesucristo es Señor para la gloria de Dios el Padre”
(Filip. 2:8-11). Jehová bendijo a Jesús “hasta tiempo
indefinido”, o para siempre, al resucitarlo y
concederle la inmortalidad (Rom. 6:9).
EL REY LLEGA A SER MAYOR QUE SUS “SOCIOS”
7. ¿De qué maneras ungió Dios a Jesús más que a
sus “socios”?
[ 7 ] [Textos] (Lea Salmo 45:6, 7.) Por el profundo
amor que Jesús le tiene a la justicia y su intenso odio
a todo lo que pueda deshonrar a su Padre, Jehová lo
ungió como Rey del Reino mesiánico. Lo ungió con “el
aceite de alborozo” más que a sus “socios”, es decir,
los reyes de Judá de la línea de David. ¿De qué
maneras? Para empezar, fue Jehová mismo quien lo
ungió, y no solo lo ungió como Rey, sino también
como Sumo Sacerdote (Sal. 2:2; Heb. 5:5, 6). Por otra
parte, Jesús no fue ungido con aceite literal, sino con
espíritu santo. Además, su reinado no es terrestre,
sino celestial.
8. a) ¿Por qué estamos seguros de que el reinado
de Jesús es justo? b) ¿Por qué puede decirse que
“Dios es [el] trono” de Jesús?
[ 8 ] [Textos] En 1914, Jehová convirtió a su Hijo en
Rey Mesiánico. “El cetro de [su] gobernación real es
un cetro de rectitud”, así que la justicia y la
imparcialidad de su reinado están garantizadas. Su
autoridad es legítima, pues “Dios es [su] trono”, es
decir, Jehová es el fundamento de su gobierno.
Además, el trono de Jesús durará “para siempre”. ¿No
se siente usted orgulloso de servir a Jehová a las
órdenes del poderoso Rey que él ha nombrado?
EL REY SE CIÑE LA ESPADA
9, 10. a) ¿Cuándo se ciñó Cristo la espada, y para
qué la empleó? b) ¿Cómo usará Cristo su espada
en el futuro?
[ 9 ] [Textos] (Lea Salmo 45:3.) Jehová ordena a su
Rey que se ciña la espada sobre su muslo. De ese
modo lo autoriza a guerrear contra todos los que
rechazan su soberanía y aplicarles la sentencia divina
(Sal. 110:2). Como Cristo es un Rey Guerrero
invencible, se le llama “poderoso”. Se ciñó la espada
en 1914 para derrotar a Satanás y sus demonios y
arrojarlos del cielo a la Tierra (Rev. 12:7-9).
[ 10 ] [Textos] Ese fue solo el comienzo del
victorioso cabalgar del Rey, ya que todavía debe
“completar su victoria” (Rev. 6:2). Aún tiene que
ejecutar la sentencia de Jehová contra todos los
elementos del sistema de Satanás en la Tierra, así
como eliminar la influencia del Diablo y sus
demonios. Primero le tocará el turno a Babilonia la
Grande, el imperio mundial de la religión falsa. Jehová
usará a los gobernantes de este mundo para aniquilar
a esa malvada “ramera” (Rev. 17:16, 17). A
continuación, el Rey Guerrero avanzará contra el
sistema político de Satanás y lo borrará de la
existencia. Cristo, al que también se le llama “el ángel
del abismo”, completará entonces su victoria
arrojando al abismo a Satanás y sus demonios (Rev.
9:1, 11; 20:1-3). Veamos cómo profetiza el Salmo 45
estos emocionantes sucesos.
EL REY CABALGA “EN LA CAUSA DE LA VERDAD”
11. ¿En qué sentido cabalga Cristo “en la causa de
la verdad”?
[ 11 ] [Textos] (Lea Salmo 45:4.) El Rey Guerrero no
lleva a cabo una campaña de conquista con el objetivo
de ocupar territorios o dominar pueblos. Pelea una
guerra justa con fines mucho más nobles. “Cabalga en
la causa de la verdad y la humildad y la justicia.” ¿En
qué sentido cabalga “en la causa de la verdad”? En el
sentido de que defiende la principal verdad que debe
defenderse: que Jehová tiene el derecho a ser el
Soberano Universal. Satanás puso en duda ese
derecho a gobernar cuando se rebeló contra Dios.
Desde entonces, esta verdad principal ha sido
cuestionada tanto por los demonios como por los
seres humanos. Ha llegado la hora de que el Rey
ungido por Dios cabalgue para dejar sentada, de una
vez por todas, la verdad en cuanto a la soberanía de
Jehová.
12. ¿En qué sentido cabalga el Rey “en la causa de
[...] la humildad”?
[ 12 ] [Textos] El Rey también cabalga “en la causa
de [...] la humildad”. Siendo el Hijo unigénito de Dios,
ha dado un magnífico ejemplo de humildad y de
sumisión leal a la soberanía de su Padre (Is. 50:4, 5;
Juan 5:19). Todos los súbditos fieles del Rey deben
seguir su ejemplo y someterse humildemente y por
completo a la soberanía de Jehová. Solo quienes
hagan eso podrán vivir en el prometido nuevo mundo
de Dios (Zac. 14:16, 17).
13. ¿En qué sentido avanza Cristo “en la causa de
[...] la justicia”?
[ 13 ] [Textos] Además, Cristo avanza “en la causa de
[...] la justicia”. La justicia que el Rey defiende es “la
justicia de Dios”, la norma divina de lo que está bien o
mal (Rom. 3:21; Deut. 32:4). Isaías profetizó sobre el
Rey Jesucristo: “Un rey reinará para justicia” (Is.
32:1). El reinado de Jesús traerá los “nuevos cielos” y
la “nueva tierra” prometidos, donde “la justicia habrá
de morar” (2 Ped. 3:13). Esto significa que todos los
habitantes de ese nuevo mundo tendrán que
obedecer las normas de Jehová (Is. 11:1-5).
EL REY EFECTÚA “COSAS INSPIRADORAS DE
TEMOR”
14. ¿Qué “cosas inspiradoras de temor” efectuará
Cristo con su mano derecha? (Vea la ilustración
del principio.)
[ 14 ] [Textos] Mientras cabalga, el Rey lleva una
espada a su costado (Sal. 45:3). Pero llega el
momento en que debe sacarla y empuñarla con la
mano derecha. El salmista profetiza que Jesús
efectuará “cosas inspiradoras de temor” con su
diestra (Sal. 45:4). Cuando Jesucristo cabalgue para
ejecutar la sentencia divina en el Armagedón, hará
“cosas inspiradoras de temor” contra sus enemigos.
No sabemos exactamente qué medios empleará para
destruir el sistema de Satanás, pero sus actos
aterrorizarán el corazón de quienes no hayan hecho
caso de la advertencia divina y no se hayan sometido
a la autoridad del Rey (lea Salmo 2:11, 12). En su
profecía sobre el tiempo del fin, Jesús dijo: “Los
hombres desmaya[rán] por el temor y la expectación
de las cosas que vienen sobre la tierra habitada;
porque los poderes de los cielos serán sacudidos”. Y
añadió: “Entonces verán al Hijo del hombre viniendo
en una nube con poder y gran gloria” (Luc. 21:26, 27).
15, 16. ¿Quiénes compondrán “los ejércitos” que
irán con Cristo a la batalla?
[ 15 ] [Textos] La venida del Rey “con poder y gran
gloria” para ejecutar sentencia se anuncia en el libro
de Revelación. El apóstol Juan declaró: “Vi el cielo
abierto, y, ¡miren!, un caballo blanco. Y el que iba
sentado sobre él se llama Fiel y Verdadero, y juzga y
se ocupa en guerrear con justicia. También, los
ejércitos que estaban en el cielo le seguían en
caballos blancos, y estaban vestidos de lino fino,
blanco y limpio. Y de su boca sale una aguda espada
larga, para que hiera con ella a las naciones, y las
pastoreará con vara de hierro. Pisa también el lagar
de vino de la cólera de la ira de Dios el
Todopoderoso” (Rev. 19:11, 14, 15).
[ 16 ] [Textos] ¿Quiénes compondrán “los ejércitos”
celestiales que irán con Cristo a la batalla? Cuando él
se ciñó la espada para arrojar a Satanás y los
demonios del cielo, lo acompañaron “sus ángeles”
(Rev. 12:7-9). Es lógico, por tanto, concluir que los
santos ángeles formarán parte de los ejércitos de
Cristo en la guerra del Armagedón. ¿Habrá alguien
más en esos ejércitos? Pues bien, Jesús hizo esta
promesa a sus hermanos ungidos: “Al que venza y
observe mis hechos hasta el fin, le daré autoridad
sobre las naciones, y pastoreará a la gente con vara
de hierro, de modo que serán hechos pedazos como
vasos de barro, como [yo la] he recibido de mi Padre”
(Rev. 2:26, 27). Por consiguiente, los hermanos
ungidos de Cristo, quienes para entonces ya habrán
obtenido su recompensa celestial, también formarán
parte de sus ejércitos celestiales. Estarán a su lado
cuando efectúe “cosas inspiradoras de temor” al
pastorear a las naciones con una vara de hierro.
EL REY COMPLETA SU VICTORIA
17. a) ¿Qué representa el hecho de que Cristo
vaya montado en un caballo blanco? b) ¿Qué
representan la espada y el arco?
[ 17 ] [Textos] (Lea Salmo 45:5.) El Rey va montado
en un caballo blanco, lo cual representa que pelea una
guerra que es limpia y justa a los ojos de Jehová (Rev.
6:2; 19:11). Además de la espada, lleva un arco.
Leemos: “Vi, y, ¡miren!, un caballo blanco; y el que iba
sentado sobre él tenía un arco; y le fue dada una
corona, y salió venciendo y para completar su
victoria”. Tanto la espada como el arco representan
los medios que Cristo empleará para eliminar a sus
enemigos.
Se llamará a las aves para que limpien la Tierra
(Vea el párrafo 18)
18. ¿En qué sentido resultarán “agudas” las
“flechas” del Rey?
[ 18 ] [Textos] En un tono poético, el salmista
profetiza que las flechas del Rey serán agudas, que
atravesarán el corazón de sus enemigos y harán que
los pueblos caigan ante él. Será una matanza a escala
mundial, pues la profecía de Jeremías declara: “Los
muertos por Jehová ciertamente llegarán a estar en
aquel día desde un extremo de la tierra hasta el
mismísimo otro extremo de la tierra” (Jer. 25:33). Y
en una profecía paralela, Juan dice así: “Vi también a
un ángel que estaba de pie en el sol, y clamó con voz
fuerte y dijo a todas las aves que vuelan en medio del
cielo: ‘Vengan acá, sean reunidas a la gran cena de
Dios, para que coman las carnes de reyes y las carnes
de comandantes militares y las carnes de hombres
fuertes y las carnes de caballos y de los que van
sentados sobre ellos, y las carnes de todos, de libres
así como de esclavos y de pequeños y grandes’” (Rev.
19:17, 18).
19. ¿Cómo seguirá Cristo “adelante al éxito” para
completar su victoria?
[ 19 ] [Textos] Después de destruir al malvado
sistema de cosas de Satanás en la Tierra, el glorioso
Rey Jesucristo “[seguirá] adelante al éxito” (Sal. 45:4).
Completará su victoria arrojando a Satanás y sus
demonios al abismo, donde tendrán que permanecer
durante todo el Reinado de Mil Años (Rev. 20:2, 3).
Como si estuvieran muertos, el Diablo y sus ángeles
no podrán hacer nada. Así pues, los habitantes de la
Tierra estarán libres de su influencia y podrán
obedecer completamente a su victorioso Rey. Sin
embargo, antes de que vean cómo la Tierra se
transforma gradualmente en un paraíso global,
tendrán otra ocasión para regocijarse con el Rey y sus
hermanos ungidos. En el siguiente artículo veremos
cuál será ese gozoso acontecimiento.
Textos del Libro
Párrafo 9
Párrafo 10
Párrafo 11
Párrafo 12
(Eclesiastés 1:7) Todos los torrentes invernales salen
al mar; no obstante, el mar mismo no está lleno. Al lugar
para donde salen los torrentes invernales, allí regresan
para poder salir.
Párrafo 13
(Génesis 4:12) Cuando cultives el suelo, no te
devolverá su poder. Errante y fugitivo llegarás a ser en
la tierra”.
Párrafo 14
(Jeremías 10:12) Él es el Hacedor de la tierra por su
poder, Aquel que firmemente estableció la tierra
productiva por su sabiduría, y Aquel que por su
entendimiento extendió los cielos.
Párrafo 15
(Salmo 148:1-14) ¡Alaben a Jah! Alaben a Jehová desde los cielos, alábenlo en las alturas.
2 Alábenlo,
todos ustedes sus ángeles. Alábenlo, todos ustedes su ejército.
3 Alábenlo, sol y luna. Alábenlo, estrellas de luz
todas. 4 Alábenlo, cielos de los cielos, y aguas que
están sobre los cielos. 5 Alaben ellos el nombre de
Jehová; porque él mismo mandó y fueron creados. 6 Y
los tiene subsistiendo para siempre, hasta tiempo indefinido. Ha dado una disposición reglamentaria, y esta no pasará.
7 Alaben a Jehová desde la tierra,
monstruos marinos y profundidades acuosas todas,
8 fuego y granizo, nieve y humo espeso, viento
borrascoso que realizas su palabra, 9 montañas y
colinas todas, árboles frutales y cedros todos, 10
animales salvajes y animales domésticos todos, cosas que se arrastran y pájaros alados,
11 reyes de la tierra y
grupos nacionales todos, príncipes y jueces todos de la tierra,
12 ustedes los jóvenes y también ustedes las
vírgenes, viejos junto con muchachos. 13
Alaben ellos el nombre de Jehová, porque solo su nombre es inalcanzablemente alto. Su dignidad está por encima de tierra y cielo.
14 Y él ensalzará el cuerno de su pueblo, la
alabanza de todos los que le son leales, de los hijos de Israel, el pueblo a él cercano. ¡Alaben a Jah!
(Salmo 148:10) animales salvajes y animales domésticos todos, cosas que se arrastran y pájaros alados,
(Job 38:1-41:34) Y Jehová procedió a responder a Job desde la tempestad de viento y decir:
2 “¿Quién es este
que está oscureciendo el consejo con palabras sin conocimiento?
3 Cíñete los lomos, por favor, como
hombre físicamente capacitado, y déjame interrogarte, y tú dame informe.
4 ¿Dónde te hallabas tú cuando yo
fundé la tierra? Infórma[me], si de veras conoces el entendimiento.
5 ¿Quién fijó sus medidas, si acaso lo
sabes, o quién extendió sobre ella el cordel de medir?
6 ¿En qué han sido hundidos sus pedestales
con encajaduras, o quién colocó su piedra angular,
7 cuando las estrellas de la mañana
gozosamente clamaron a una, y todos los hijos de Dios empezaron a gritar en aplauso?
8 ¿Y [quién] con
puertas puso barricada al mar, el cual empezó a salir como cuando irrumpió de la matriz;
9 cuando puse la
nube por su vestido y densas tinieblas por su pañal, 10
y procedí a dividir mi disposición reglamentaria sobre él y a colocar una barra y puertas,
11 y pasé a decir: „Hasta
aquí puedes venir, y no más allá; y aquí quedan limitadas tus orgullosas olas‟?
12 ¿Fue desde tus días en
adelante cuando diste órdenes a la mañana? ¿Hiciste tú que el alba conociera su lugar,
13 que se asiera de las
extremidades de la tierra, para que los inicuos fueran sacudidos de ella?
14 Se transforma como barro bajo un
sello, y las cosas toman su puesto como en la ropa. 15
Y de los inicuos se retiene su luz, y el mismísimo brazo elevado llega a ser quebrado.
16 ¿Has llegado tú hasta
las fuentes del mar, o en exploración de la profundidad acuosa has andado de una parte a otra?
17 ¿Te han sido
descubiertas las puertas de la muerte, o puedes ver las puertas de la sombra profunda?
18 ¿Has considerado
inteligentemente los anchos espacios de la tierra? Infórmalo, si has llegado a saberlo todo.
19 ¿Dónde,
pues, está el camino hacia donde reside la luz? En cuanto a la oscuridad, ¿dónde, pues, está su lugar, 20
para que la lleves hasta su límite, y para que entiendas las veredas que van a su casa?
21 ¿Has
llegado a saber, porque en aquel tiempo nacías, y [porque] en cuanto a número tus días son muchos? 22
¿Has entrado en los almacenes de la nieve, o ves siquiera los almacenes del granizo,
23 que yo he retenido
para el tiempo de angustia, para el día de pelea y guerra?
24 ¿Dónde, pues, está el camino por el cual se
distribuye la luz, [y] el viento del este se esparce sobre la tierra?
25 ¿Quién ha dividido un canal para la
inundación y un camino para el tronador nubarrón de tempestad,
26 para hacer llover sobre la tierra donde no
hay hombre, [sobre] el desierto en el cual no hay hombre terrestre,
27 para satisfacer lugares azotados por
tempestades y desolados, y hacer brotar el crecimiento de hierba?
28 ¿Existe padre para la lluvia?, ¿o quién dio
a luz las gotas del rocío? 29
¿Del vientre de quién realmente sale el hielo? Y en cuanto a la escarcha del cielo, ¿quién en realidad la hace nacer?
30 Las aguas
mismas se mantienen escondidas como por piedra, y la superficie de la profundidad acuosa se hace compacta. 31
¿Puedes tú atar firmemente las ligaduras de la constelación Kimá, o puedes desatar las cuerdas mismas de la constelación Kesil?
32 ¿Puedes hacer salir
la constelación Mazarot a su tiempo señalado? Y en cuanto a la constelación Ash al lado de sus hijos, ¿puedes conducirlos?
33 ¿Has llegado a conocer los
estatutos de los cielos, o podrías tú poner su autoridad en la tierra?
34 ¿Puedes alzar tu voz siquiera a la nube,
para que una masa agitada de agua misma te cubra? 35
¿Puedes enviar relámpagos para que vayan y te digan: „¡Aquí estamos!‟?
36 ¿Quién puso sabiduría en las
capas de las nubes, o quién dio entendimiento al fenómeno celeste?
37 ¿Quién puede, con exactitud,
numerar las nubes con sabiduría?, o los jarros de agua del cielo... ¿quién [los] puede volcar,
38 cuando el polvo
se derrama como en una masa fundida, y los mismísimos terrones se pegan unos a otros? 39
¿Puedes tú cazar presa para un león mismo, y puedes satisfacer el vivo apetito de leones jóvenes, 40
cuando se agazapan en los escondites, [o] se quedan echados en la guarida para estar al acecho?
41 ¿Quién
le prepara al cuervo su alimento cuando sus propios polluelos claman a Dios por ayuda, [cuando] siguen errantes porque no hay nada de comer?
39 ”¿Has llegado a saber el tiempo señalado para que paran las cabras monteses del peñasco? ¿Observas precisamente cuándo paren las ciervas con dolores de parto?
2 ¿Cuentas los meses lunares que cumplen, o
has llegado a saber el tiempo señalado en que paren?
3 Se encorvan cuando echan sus crías, [cuando]
se deshacen de sus dolores. 4 Sus hijos se hacen
robustos, llegan a ser grandes al campo raso; realmente salen y no vuelven a ellas.
5 ¿Quién envió libre a la
cebra, y quién desató las ataduras mismas del asno silvestre,
6 como casa del cual he designado la llanura
desértica, y por lugares de morada suya la región salada?
7 Él se ríe de la bulla de un pueblo; no oye los
ruidos del que caza al acecho. 8 Explora montañas por
su pasto y tras toda clase de planta verde anda en busca.
9 ¿Quiere un toro salvaje servirte, o pasará la
noche junto a tu pesebre? 10
¿Atarás a un toro salvaje firmemente con sus sogas en el surco, o rastrillará él las llanuras bajas detrás de ti?
11 ¿Confiarás en él porque
su poder es abundante, y dejarás a él tu trabajo afanoso?
12 ¿Te fiarás de él de que haya de traer de
vuelta tu semilla y que haya de recoger para tu era? 13
¿Acaso el ala de la hembra del avestruz ha batido gozosamente, o [tiene ella] las plumas remeras de la cigüeña, y el plumaje?
14 Porque deja sus huevos a la
tierra misma, y en el polvo los mantiene calientes, 15
y olvida que algún pie puede aplastarlos, o hasta alguna bestia salvaje del campo puede pisarlos.
16 Ella sí trata a
sus hijos bruscamente, como si no fueran suyos... en vano es su afán, [porque no tiene] ningún pavor. 17
Porque Dios ha hecho que ella olvide la sabiduría, y no le ha dado parte en el entendimiento.
18 Al tiempo
que bate [las alas] en alto, se ríe del caballo y de su jinete.
19 ¿Puedes tú dar al caballo poderío? ¿Puedes
vestirle el cuello de crin crujiente? 20
¿Puedes hacer que salte como una langosta? La dignidad de su resoplido es aterradora.
21 Piafa en la llanura baja y se alboroza
en poder; sale al encuentro de armadura. 22
Se ríe del pavor, y no se aterroriza; ni se vuelve atrás a causa de una espada.
23 Contra él resuena una aljaba, la hoja de
una lanza y una jabalina. 24
Con golpeo y excitación se traga la tierra, y no cree que es el sonido de un cuerno. 25
En cuanto suena el cuerno, dice: ¡Ajá!, y desde lejos huele la batalla, el alboroto de jefes y el grito de guerra. 26
¿Se debe al entendimiento tuyo que el halcón se remonte, que extienda las alas al viento del sur?
27 ¿O
es por orden tuya que un águila vuela hacia arriba, y que construye su nido en lo alto,
28 que en un peñasco
reside, y se queda durante la noche sobre el diente de un peñasco y en un lugar inaccesible?
29 Desde allí tiene
que buscar alimento; lejos en la distancia sus ojos siguen mirando.
30 Y sus polluelos mismos siguen
sorbiendo sangre; y donde están los que han sido muertos, allí está ella”.
40 Y Jehová procedió a responder a Job y decir:
2 “¿Debiera contender de manera alguna un
señalador de faltas con el Todopoderoso? Contéstelo el que censura a Dios mismo”.
3 Y Job pasó a responder a
Jehová y decir: 4 “¡Mira! He llegado a ser de poca
importancia. ¿Qué te responderé? Mi mano he puesto sobre mi boca.
5 Una vez he hablado, y ciertamente no
contestaré; y dos veces, y ciertamente no añadiré nada”. 6 Y Jehová pasó a responder a Job desde la tempestad
de viento y decir: 7 “Cíñete los lomos, por favor, como
hombre físicamente capacitado; yo te interrogaré, y tú dame informe.
8 Realmente, ¿invalidarás tú mi justicia?
¿Me pronunciarás inicuo para que tú tengas razón?
9 ¿O tienes tú un brazo como el del Dios
[verdadero], y con una voz como la de él puedes hacer que truene?
10 Engalánate, por favor, con superioridad y
alteza; y vístete, sí, de dignidad y esplendor. 11
Deja fluir los furiosos estallidos de tu cólera, y mira a todo altivo y rebájalo.
12 Mira a todo altivo, humíllalo, y pisotea a los
inicuos allí mismo donde están. 13
Escóndelos juntos en el polvo, véndales los rostros mismos en el lugar escondido,
14 y yo, aun yo, te encomiaré, porque tu
mano derecha puede salvarte. 15
Aquí, pues, está Behemot, al que he hecho lo mismo que a ti. Hierba verde come tal como un toro.
16 Mira, pues: su poder
está en sus caderas, y su energía dinámica en las cuerdas musculares de su vientre.
17 Dobla su cola
como un cedro; los tendones de sus muslos están entretejidos.
18 Sus huesos son tubos de cobre; sus
huesos fuertes son como varas de hierro forjado. 19
Él es el principio de los caminos de Dios; su Hacedor puede acercar su espada.
20 Pues las montañas mismas
rinden su producto para él, y todas las bestias salvajes del campo mismas juegan allí.
21 Debajo de los lotos
espinosos se echa, en el lugar de cañas oculto y el lugar pantanoso.
22 Los lotos espinosos le levantan cerco con
su sombra; los álamos del valle torrencial lo rodean. 23
Si el río actúa violentamente, él no corre en pánico. Está confiado, aunque el Jordán irrumpa contra su boca. 24
Delante de sus ojos, ¿puede alguien tomarlo? Con lazos, ¿puede alguien taladrar [su] nariz?
41 ”¿Puedes tú sacar a Leviatán con un anzuelo, o puedes con una soga sujetar su lengua?
2 ¿Puedes
ponerle un junco en las narices, o puedes con una espina taladrar sus quijadas?
3 ¿Te hará él muchas
súplicas, o te dirá palabras blandas? 4 ¿Celebrará un
pacto contigo, para que lo tomes por esclavo hasta tiempo indefinido?
5 ¿Jugarás con él como con un
pájaro, o lo atarás para tus muchachas de poca edad?
6 ¿Trocarán por él los socios? ¿Lo dividirán entre
comerciantes? 7 ¿Llenarás tú de arpones su piel, o de
dardos de pesca su cabeza? 8 Pon la mano sobre él.
Acuérdate de la batalla. No vuelvas a hacerlo. 9 ¡Mira!
La expectativa de uno respecto a él ciertamente quedará defraudada. Uno también será arrojado abajo a la mera vista de él.
10 Ninguno es tan audaz como para
excitarlo. ¿Y quién es el que puede mantenerse firme delante de mí?
11 ¿Quién me ha dado algo primero, para
que yo deba recompensarle? [Todo] bajo los cielos
enteros es mío. 12
No guardaré silencio acerca de sus partes, ni del asunto de [su] poderío y la gracia de sus proporciones.
13 ¿Quién ha descubierto la haz de su
vestido? Dentro de su quijada doble, ¿quién entrará? 14
Las puertas de su cara, ¿quién las ha abierto? Sus dientes en derredor son aterradores.
15 Repliegues de
escamas son su altivez, cerradas como con un sello apretado.
16 Una a otra están ajustadas estrechamente,
y ni siquiera el aire puede entrar entre ellas. 17
Están pegadas cada una a la otra; se agarran una a otra y no pueden ser separadas.
18 Sus mismos estornudos
destellan luz, y sus ojos son como los rayos del alba. 19
De la boca le salen relámpagos, hasta chispas de fuego logran escapar.
20 De las narices le sale humo,
como un horno encendido hasta con juncos. 21
Su alma misma hace arder los carbones, y hasta una llama le sale de la boca.
22 En su cuello se aloja la fuerza, y
delante de él salta la desesperación. 23
Los pliegues de su carne de veras se adhieren; son como una fundición sobre él, inmovibles.
24 Su corazón está fundido como
piedra, sí, fundido como una piedra inferior de molino. 25
Debido a que se levanta, los fuertes se atemorizan; debido a consternación, se aturden.
26 Al alcanzarlo, la
espada misma no resulta capaz, ni lanza, dardo ni punta de flecha.
27 Considera el hierro como mera paja, el
cobre como simple madera podrida. 28
Una flecha no lo hace huir; las piedras de honda han sido cambiadas para él en mero rastrojo.
29 Un garrote ha sido
considerado [por él] como mero rastrojo, y se ríe del ruidoso sacudimiento de la jabalina.
30 Como fragmentos
puntiagudos de vasijas de barro son sus partes inferiores; extiende un instrumento de trillar sobre el fango.
31 Hace hervir tal como olla las profundidades;
pone al mar mismo como olla de ungüento. 32
Tras de sí hace brillar un sendero; se tomaría por canicie la profundidad acuosa.
33 Sobre el polvo no hay semejanza
de él, el que fue hecho para estar sin terror. 34
Todo lo alto lo ve. Es rey sobre todas las bestias salvajes majestuosas”.
Párrafo 16
(Salmo 148:10) animales salvajes y animales domésticos todos, cosas que se arrastran y pájaros alados,
(Job 39:13) ¿Acaso el ala de la hembra del avestruz ha batido gozosamente, o [tiene ella] las plumas remeras de la cigüeña, y el plumaje?
(Job 39:18) Al tiempo que bate [las alas] en alto, se ríe del caballo y de su jinete.
Párrafo 17
(Salmo 148:7) Alaben a Jehová desde la tierra, monstruos marinos y profundidades acuosas todas,
(Salmo 150:6) Toda cosa que respira... alabe a Jah. ¡Alaben a Jah!
Textos Atalaya
Párrafo 1
Párrafo 2
Párrafo 3
(Salmos 45:1) Mi corazón se halla agitado debido a un
asunto agradable. Estoy diciendo: “Mis obras son acerca
de un rey”. Sea mi lengua el estilo de copista hábil.
Párrafo 4
(Mateo 24:14) Y estas buenas nuevas del reino se
predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a
todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
(Salmos 2:1-2,4-12) ¿Por qué han estado en tumulto las
naciones, y los grupos nacionales mismos han seguido
hablando entre dientes una cosa vacía? 2Los reyes de la
tierra toman su posición, y los altos funcionarios
mismos se han reunido en masa como uno solo contra
Jehová y contra su ungido, 4El Mismísimo que se sienta
en los cielos se reirá; Jehová mismo hará escarnio de
ellos. 5En aquel tiempo les hablará en su cólera, y en su
ardiente desagrado los perturbará, 6[diciendo:] “Yo, sí,
yo, he instalado a mi rey sobre Sión, mi santa montaña”. 7Déjeseme hacer referencia al decreto de Jehová; Él me
ha dicho: “Tú eres mi hijo; yo, hoy, yo he llegado a ser
tu padre. 8Pídeme, para que dé naciones por herencia
tuya, y los cabos de la tierra por posesión tuya propia. 9Las quebrarás con cetro de hierro, como si fueran vaso
de alfarero las harás añicos”. 10Y ahora, oh reyes, ejerzan
perspicacia; déjense corregir, oh jueces de la tierra. 11Sirvan a Jehová con temor y estén gozosos con
temblor. 12Besen al hijo, para que Él no se enoje y
ustedes no perezcan [del] camino, porque su cólera se
enciende fácilmente. Felices son todos los que se
refugian en él.
Párrafo 5
(Salmos 45:2) Eres realmente más hermoso que los
hijos de los hombres. Gracia encantadora se ha
derramado sobre tus labios. Por eso Dios te ha
bendecido hasta tiempo indefinido.
(Lucas 4:22) Y todos daban testimonio favorable acerca
de él y se maravillaban de las palabras llenas de gracia
que procedían de su boca, y decían: “Este es hijo de
José, ¿verdad?”.
(Juan 7:46) Los oficiales respondieron: “Jamás ha
hablado [otro] hombre así”.
(Juan 4:6) De hecho, allí estaba la fuente de Jacob.
Ahora Jesús, cansado del viaje, estaba sentado junto a
la fuente tal como estaba. La hora era a eso de la sexta.
Párrafo 6
(Filipenses 2:8-11) Más que eso, al hallarse a manera de
hombre, se humilló y se hizo obediente hasta la muerte,
sí, muerte en un madero de tormento. 9Por esta misma
razón, también, Dios lo ensalzó a un puesto superior y
bondadosamente le dio el nombre que está por encima
de todo [otro] nombre, 10para que en el nombre de
Jesús se doble toda rodilla de los [que están] en el cielo
y de los [que están] sobre la tierra y de los [que están]
debajo del suelo, 11y reconozca abiertamente toda
lengua que Jesucristo es Señor para la gloria de Dios el
Padre.
(Romanos 6:9) Porque sabemos que Cristo, ahora que
ha sido levantado de entre los muertos, ya no muere; la
muerte ya no es amo sobre él.
Párrafo 7
(Salmos 45:6-7) Dios es tu trono hasta tiempo
indefinido, aun para siempre; el cetro de tu gobernación
real es un cetro de rectitud. 7Has amado la justicia y
odias la iniquidad. Por eso Dios, tu Dios, te ha ungido
con el aceite de alborozo más que a tus socios.
(Salmos 2:2) Los reyes de la tierra toman su posición, y
los altos funcionarios mismos se han reunido en masa
como uno solo contra Jehová y contra su ungido,
(Hebreos 5:5-6) Del mismo modo también, el Cristo no
se glorificó a sí mismo mediante llegar a ser sumo
sacerdote, sino [que fue glorificado por aquel] que
habló respecto a él: “Tú eres mi hijo; yo, hoy, yo he
llegado a ser tu padre”. 6Así como dice también en otro
lugar: “Tú eres sacerdote para siempre a la manera de
Melquisedec”.
Párrafo 8
Párrafo 9
(Salmos 45:3) Cíñete la espada sobre [tu] muslo, oh
poderoso, [con] tu dignidad y tu esplendor.
(Salmos 110:2) La vara de tu fuerza Jehová enviará
desde Sión, [diciendo:] “Ve sojuzgando en medio de tus
enemigos”.
(Revelación 12:7-9) Y estalló guerra en el cielo: Miguel y
sus ángeles combatieron con el dragón, y el dragón y
sus ángeles combatieron, 8pero este no prevaleció, ni se
halló ya lugar para ellos en el cielo. 9De modo que hacia
abajo fue arrojado el gran dragón, la serpiente original,
el que es llamado Diablo y Satanás, que está
extraviando a toda la tierra habitada; fue arrojado abajo
a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados abajo con él.
Párrafo 10
(Revelación 6:2) Y vi, y, ¡miren!, un caballo blanco; y el
que iba sentado sobre él tenía un arco; y le fue dada
una corona, y salió venciendo y para completar su
victoria.
(Revelación 17:16-17) Y los diez cuernos que viste, y la
bestia salvaje, estos odiarán a la ramera y harán que
quede devastada y desnuda, y se comerán sus carnes y
la quemarán por completo con fuego. 17Porque Dios
puso en sus corazones llevar a cabo Su pensamiento,
aun llevar a cabo el solo pensamiento [de ellos] al dar
ellos su reino a la bestia salvaje, hasta que se hayan
realizado las palabras de Dios.
(Revelación 9:1,11) Y el quinto ángel tocó su trompeta.
Y vi una estrella que había caído del cielo a la tierra, y a
él le fue dada la llave del hoyo del abismo. 11Tienen
sobre ellas un rey, el ángel del abismo. En hebreo su
nombre es Abadón, pero en griego tiene el nombre
Apolión.
(Revelación 20:1-3) Y vi a un ángel que descendía del
cielo con la llave del abismo y una gran cadena en la
mano. 2Y prendió al dragón, la serpiente original, que es
el Diablo y Satanás, y lo ató por mil años. 3Y lo arrojó al
abismo, y [lo] cerró y [lo] selló sobre él, para que no
extraviara más a las naciones hasta que se terminaran
los mil años. Después de estas cosas tiene que ser
desatado por un poco de tiempo.
Párrafo 11
(Salmos 45:4) Y en tu esplendor sigue adelante al éxito;
cabalga en la causa de la verdad y la humildad [y] la
justicia, y tu diestra te instruirá en cosas inspiradoras de
temor.
Párrafo 12
(Isaías 50:4-5) El Señor Soberano Jehová mismo me ha
dado la lengua de los enseñados, para que sepa
responder al cansado con una palabra. Él despierta
mañana a mañana; me despierta el oído para que oiga
como los enseñados. 5El Señor Soberano Jehová mismo
me ha abierto el oído, y yo, por mi parte, no fui rebelde.
No me volví en la dirección opuesta.
(Juan 5:19) Por eso, en respuesta, Jesús pasó a decirles:
“Muy verdaderamente les digo: El Hijo no puede hacer
ni una sola cosa por su propia iniciativa, sino
únicamente lo que ve hacer al Padre. Porque
cualesquiera cosas que Aquel hace, estas cosas también
las hace el Hijo de igual manera.
(Zacarías 14:16-17) ”Y tiene que ocurrir [que], en lo que
respecta a todos los que queden de todas las naciones
que vienen contra Jerusalén, ellos también tendrán que
subir de año en año a inclinarse ante el Rey, Jehová de
los ejércitos, y a celebrar la fiesta de las cabañas. 17Y
tiene que ocurrir que, en lo que respecta a cualquiera
que no suba de las familias de la tierra a Jerusalén a
inclinarse ante el Rey, Jehová de los ejércitos, aun sobre
ellos no ocurrirá lluvia fuerte.
Párrafo 13
(Romanos 3:21) Mas ahora, aparte de ley, la justicia de
Dios ha sido puesta de manifiesto, según dan testimonio
de ella la Ley y los Profetas;
(Deuteronomio 32:4) La Roca, perfecta es su actividad,
porque todos sus caminos son justicia. Dios de fidelidad,
con quien no hay injusticia; justo y recto es él.
(Isaías 32:1) ¡Mira! Un rey reinará para justicia misma; y
en cuanto a príncipes, gobernarán como príncipes para
derecho mismo.
(2 Pedro 3:13) Pero hay nuevos cielos y una nueva tierra
que esperamos según su promesa, y en estos la justicia
habrá de morar.
(Isaías 11:1-5) Y tiene que salir una ramita del tocón de
Jesé; y procedente de sus raíces un brote será
fructífero. 2Y sobre él tiene que asentarse el espíritu de
Jehová, el espíritu de sabiduría y de entendimiento, el
espíritu de consejo y de poderío, el espíritu de
conocimiento y del temor de Jehová; 3y habrá disfrute
por él en el temor de Jehová. Y él no juzgará por la mera
apariencia de las cosas a sus ojos, ni censurará
simplemente según lo que oigan sus oídos. 4Y con
justicia tiene que juzgar a los de condición humilde, y
con rectitud tiene que administrar censura a favor de
los mansos de la tierra. Y tiene que golpear la tierra con
la vara de su boca; y con el espíritu de sus labios dará
muerte al inicuo. 5Y la justicia tiene que resultar ser el
cinto de sus caderas, y la fidelidad el cinto de sus lomos.
Párrafo 14
(Salmos 45:3) Cíñete la espada sobre [tu] muslo, oh
poderoso, [con] tu dignidad y tu esplendor.
(Salmos 45:4) Y en tu esplendor sigue adelante al éxito;
cabalga en la causa de la verdad y la humildad [y] la
justicia, y tu diestra te instruirá en cosas inspiradoras de
temor.
(Salmos 2:11-12) Sirvan a Jehová con temor y estén
gozosos con temblor. 12Besen al hijo, para que Él no se
enoje y ustedes no perezcan [del] camino, porque su
cólera se enciende fácilmente. Felices son todos los que
se refugian en él.
(Lucas 21:26-27) mientras que los hombres desmayan
por el temor y la expectación de las cosas que vienen
sobre la tierra habitada; porque los poderes de los
cielos serán sacudidos. 27Y entonces verán al Hijo del
hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria.
Párrafo 15
(Revelación 19:11,14-15) Y vi el cielo abierto, y, ¡miren!,
un caballo blanco. Y el que iba sentado sobre él se llama
Fiel y Verdadero, y juzga y se ocupa en guerrear con
justicia. 14También, los ejércitos que estaban en el cielo
le seguían en caballos blancos, y estaban vestidos de
lino fino, blanco y limpio. 15Y de su boca sale una aguda
espada larga, para que hiera con ella a las naciones, y
las pastoreará con vara de hierro. Pisa también el lagar
de vino de la cólera de la ira de Dios el Todopoderoso.
Párrafo 16
(Revelación 12:7-9) Y estalló guerra en el cielo: Miguel y
sus ángeles combatieron con el dragón, y el dragón y
sus ángeles combatieron, 8pero este no prevaleció, ni se
halló ya lugar para ellos en el cielo. 9De modo que hacia
abajo fue arrojado el gran dragón, la serpiente original,
el que es llamado Diablo y Satanás, que está
extraviando a toda la tierra habitada; fue arrojado abajo
a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados abajo con él.
(Revelación 2:26-27) Y al que venza y observe mis
hechos hasta el fin, le daré autoridad sobre las
naciones, 27y pastoreará a la gente con vara de hierro,
de modo que serán hechos pedazos como vasos de
barro, como lo que he recibido de mi Padre,
Párrafo 17
(Salmos 45:5) Tus flechas son agudas —debajo de ti
siguen cayendo pueblos— en el corazón de los
enemigos del rey.
(Revelación 6:2) Y vi, y, ¡miren!, un caballo blanco; y el
que iba sentado sobre él tenía un arco; y le fue dada
una corona, y salió venciendo y para completar su
victoria.
(Revelación 19:11) Y vi el cielo abierto, y, ¡miren!, un
caballo blanco. Y el que iba sentado sobre él se llama
Fiel y Verdadero, y juzga y se ocupa en guerrear con
justicia.
Párrafo 18
(Jeremías 25:33) Y los muertos por Jehová ciertamente
llegarán a estar en aquel día desde un extremo de la
tierra hasta el mismísimo otro extremo de la tierra. No
serán plañidos, ni serán recogidos ni enterrados.
Quedarán como estiércol sobre la superficie del suelo’.
(Revelación 19:17-18) Vi también a un ángel que estaba
de pie en el sol, y clamó con voz fuerte y dijo a todas las
aves que vuelan en medio del cielo: “Vengan acá, sean
reunidas a la gran cena de Dios, 18para que coman las
carnes de reyes y las carnes de comandantes militares y
las carnes de hombres fuertes y las carnes de caballos y
de los que van sentados sobre ellos, y las carnes de
todos, de libres así como de esclavos y de pequeños y
grandes”.
Párrafo 19
(Salmos 45:4) Y en tu esplendor sigue adelante al éxito;
cabalga en la causa de la verdad y la humildad [y] la
justicia, y tu diestra te instruirá en cosas inspiradoras de
temor.
(Revelación 20:2-3) Y prendió al dragón, la serpiente
original, que es el Diablo y Satanás, y lo ató por mil
años. 3Y lo arrojó al abismo, y [lo] cerró y [lo] selló sobre
él, para que no extraviara más a las naciones hasta que
se terminaran los mil años. Después de estas cosas tiene
que ser desatado por un poco de tiempo.
Cántico 15
La creación revela la gloria de Jehová (Salmo 19)
1. Oh Dios, los cielos cuentan tu poder,
tu omnipotencia dan a conocer.
De día en día, con silente voz,
a coro elevan un himno en tu honor.
De día en día, con silente voz,
a coro elevan un himno en tu honor.
2. Al ver el firmamento, oh Señor,
la hermosa Luna y el radiante Sol,
nos maravilla que atención le des
al ser humano en su pequeñez.
Nos maravilla que atención le des
al ser humano en su pequeñez.
3. Tu ley es santa, pura y veraz;
al que la cumple recompensa das.
Su brillo el oro no podrá igualar,
ni su dulzura, la miel del panal.
Su brillo el oro no podrá igualar,
ni su dulzura, la miel del panal.
(Véanse también Sal. 12:6; 89:7; 144:3; Rom. 1:20.)
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Cántico 124
Sigue la senda de la hospitalidad (Hechos 17:7)
1. Hospitalario es nuestro Dios, Jehová,
a todos muestra amor sin parcialidad.
Él brinda lluvia y sol a justo y pecador,
de gozo llena su corazón.
Servir al débil en su necesidad
es imitar a Dios en su gran bondad.
Tu Padre celestial, que en lo secreto está,
te premiará con su bendición.
2. Jamás podrás saber cuánto logrará
un simple acto de generosidad.
Procura hacer el bien sin importar a quién,
sin esperar a cambio un favor.
Tal como Lidia, di: “A mi casa ven;
albergue te daré y te atenderé”.
Tu Padre celestial tus obras mirará
y no se olvidará de tu amor.
(Véanse también Hech. 16:14, 15; Rom. 12:13; 1 Tim.
3:2; Heb. 13:2; 1 Ped. 4:9.) Volver
Cántico 20
Bendice nuestras reuniones (Hebreos 10:24, 25)
1. Al reunirnos como hermanos,
te imploramos, oh Señor,
que tu espíritu nos guíe
y nos des tu bendición.
2. Haz que tu Palabra santa
llene todo nuestro ser,
danos una lengua sabia
que a tu nombre gloria dé.
3. Anhelamos alabarte
juntos en amor y paz,
demostrar con nuestras obras
que te amamos, gran Jehová.
(Véanse también Sal. 22:22; 34:3; Isa. 50:4.) Volver
Cántico 99
Alabemos al nuevo Rey de la Tierra (Revelación 7:9)
1. Jesús y su congregación
reúnen un gran pueblo
de toda tribu y nación
que habita bajo el cielo.
Nació el Reino del Señor,
maravilloso don de Dios.
Ya no existirá más el dolor.
¡Hasta volverán los muertos!
(ESTRIBILLO)
Alabemos a Jehová
y a Jesucristo, el Rey,
quien su vida por todos dio.
Gracias a la sangre que él derramó,
tenemos la salvación.
2. “¡Que viva Cristo, el nuevo Rey!”,
gritamos jubilosos.
El Príncipe de Paz traerá
un mundo esplendoroso.
Al porvenir hay que mirar
de frente, con tranquilidad:
la Tierra un bello Edén será.
¡No más llanto ni sollozos!
(ESTRIBILLO)
Alabemos a Jehová
y a Jesucristo, el Rey,
quien su vida por todos dio.
Gracias a la sangre que él derramó,
tenemos la salvación.
(Véanse también Sal. 2:6; 45:1; Isa. 9:6; Juan 6:40.)
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Cántico 107
Subamos a la montaña de Jehová (Isaías 2:2-4)
1. ¡Miren qué alta es
la montaña de Jehová!
¡Vean! Se eleva
sobre todas las cumbres hoy.
Pueblos van hacia allá
animando a los demás:
“¡Vengan, subamos
a la casa de nuestro Dios!”.
El Señor prometió
que el pequeño sería un millar.
Grande es la nación
que a su tiempo ha formado Jehová.
Miles y miles van
por las sendas de la paz.
Fieles, prometen
acatar su dominación.
2. Cristo nos ordenó
la palabra predicar.
¡Vamos! Hay que llegar
al más remoto confín.
Reina nuestro Señor
en su trono celestial.
¡Oigan!, él nos ofrece
bendiciones sin fin.
¡Qué emoción contemplar
el aumento del pueblo de Dios!
Tu labor fruto da,
sigue fiel con tu noble misión.
A los mansos harás
esta alegre invitación:
“¡Vamos, a la montaña
de Jehová hay que subir!”.
(Véanse también Sal. 43:3; 99:9; Isa. 60:22; Hech.
16:5.) Volver
Éxodo 7 - 10
7 Por consiguiente, Jehová dijo a Moisés: “Mira, te
he hecho Dios para Faraón, y Aarón tu propio hermano llegará a ser tu profeta.
2 Tú... tú hablarás todo lo que te
mande; y Aarón tu hermano se encargará de hablar a Faraón, y él tiene que enviar de su tierra a los hijos de Israel.
3 En cuanto a mí, yo dejaré que se haga
obstinado el corazón de Faraón, y ciertamente multiplicaré mis señales y mis milagros en la tierra de Egipto.
4 Y no les escuchará Faraón; y tendré que poner
mi mano sobre Egipto y sacar a mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto con grandes juicios.
5 Y ciertamente sabrán los egipcios que yo soy
Jehová cuando extienda mi mano contra Egipto, y verdaderamente sacaré a los hijos de Israel de en medio de ellos”.
6 Y Moisés y Aarón se pusieron a hacer como
Jehová les había mandado. Hicieron precisamente así. 7 Y Moisés tenía ochenta años de edad y Aarón tenía
ochenta y tres años de edad cuando hablaron a Faraón.
8 Jehová ahora dijo a Moisés y a Aarón:
9 “En caso
de que les hable Faraón, diciendo: „Prodúzcanse un milagro‟, entonces tienes que decir a Aarón: „Toma tu vara y arrójala delante de Faraón‟. Se convertirá en una culebra grande”.
10 De modo que Moisés y Aarón
entraron a donde Faraón e hicieron exactamente como había mandado Jehová. Por consiguiente, Aarón arrojó su vara delante de Faraón y de sus siervos, y esta se convirtió en una culebra grande.
11 Sin embargo, Faraón
también llamó a los sabios y a los hechiceros; y los mismos sacerdotes practicantes de magia de Egipto también procedieron a hacer la misma cosa con sus artes mágicas.
12 De modo que ellos arrojaron cada uno
su vara, y estas se convirtieron en culebras grandes; pero la vara de Aarón se tragó las varas de ellos.
13 Sin
embargo, el corazón de Faraón se hizo obstinado, y no les escuchó, tal como había hablado Jehová.
14 Entonces Jehová dijo a Moisés: “El corazón de
Faraón es insensible. Ha rehusado enviar al pueblo. 15
Ve a Faraón por la mañana. ¡Mira! ¡Va a salir al agua! Y tienes que ponerte en tal posición que te encuentres con él a la orilla del río Nilo, y has de llevar en tu mano la vara que se convirtió en serpiente.
16 Y tienes que
decirle: „Jehová el Dios de los hebreos me ha enviado a ti, diciendo: “Envía a mi pueblo para que me sirva en el desierto”, pero ¡mira!, no has obedecido hasta ahora. 17
Esto es lo que ha dicho Jehová: “Por esto sabrás que yo soy Jehová. Aquí voy a golpear con la vara que está en mi mano sobre el agua que está en el río Nilo, y ciertamente se convertirá en sangre.
18 Y los peces que
están en el río Nilo morirán, y el río Nilo realmente hederá, y a los egipcios simplemente no les quedarán ganas de beber agua del río Nilo”‟”.
19 Más tarde Jehová dijo a Moisés: “Di a Aarón:
„Toma tu vara y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus canales del Nilo y sobre sus estanques llenos de cañas y sobre todas sus aguas represadas, para que se conviertan en sangre‟. Y ciertamente habrá sangre en toda la tierra de Egipto y en las vasijas de madera y en las vasijas de piedra”. 20
Al instante hicieron esto Moisés y Aarón, tal como había mandado Jehová, y él alzó la vara y golpeó el
agua que estaba en el río Nilo a los ojos de Faraón y de sus siervos, y toda el agua que estaba en el río Nilo fue convertida en sangre.
21 Y los peces que estaban en el
río Nilo murieron, y el río Nilo empezó a heder; y los egipcios no podían beber agua del río Nilo; y la sangre vino a estar por toda la tierra de Egipto.
22 No obstante, los sacerdotes practicantes de magia
de Egipto procedieron a hacer la misma cosa con sus artes ocultas; de modo que el corazón de Faraón continuó obstinado, y no les escuchó, tal como había hablado Jehová.
23 Por tanto, Faraón se volvió y entró
en su casa, y no fijó su corazón en hacer caso a esto tampoco.
24 Y todos los egipcios anduvieron cavando
alrededor del río Nilo por agua para beber, porque no podían beber del agua del río Nilo.
25 Y llegaron a
cumplirse siete días después que Jehová hirió el río Nilo.
8 Entonces Jehová dijo a Moisés: “Entra a donde
Faraón, y tienes que decirle: „Esto es lo que ha dicho Jehová: “Envía a mi pueblo para que me sirva.
2 Y si
sigues rehusando enviarlo, aquí voy a plagar de ranas todo tu territorio.
3 Y el río Nilo realmente rebosará de
ranas, y ciertamente subirán y entrarán en tu casa y en tu alcoba interior y sobre tu lecho y en las casas de tus siervos y sobre tu pueblo y en tus hornos y en tus artesas.
4 Y sobre ti y sobre tu pueblo y sobre todos tus
siervos subirán las ranas”‟”.
5 Más tarde Jehová dijo a Moisés: “Di a Aarón:
„Extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, los canales del Nilo y los estanques llenos de cañas y haz subir las ranas sobre la tierra de Egipto‟”.
6 Por lo cual Aarón
extendió la mano sobre las aguas de Egipto, y las ranas empezaron a subir y a cubrir la tierra de Egipto.
7 Sin
embargo, los sacerdotes practicantes de magia hicieron la misma cosa por sus artes ocultas e hicieron subir las ranas sobre la tierra de Egipto.
8 Con el tiempo Faraón
llamó a Moisés y a Aarón y dijo: “Rueguen a Jehová para que quite las ranas de mí y de mi pueblo, puesto que quiero enviar al pueblo para que haga sacrificios a Jehová”.
9 Entonces Moisés dijo a Faraón: “Toma de
sobre mí la gloria de decir cuándo he de rogar por ti y tus siervos y tu pueblo a fin de cortar las ranas de ti y de tus casas. Solo en el río Nilo quedarán”.
10 A lo cual él
dijo: “Mañana”. De modo que [Moisés] dijo: “Será conforme a tu palabra, a fin de que sepas que no hay otro como Jehová nuestro Dios,
11 por cuanto las ranas
ciertamente se apartarán de ti y tus casas y tus siervos y tu pueblo. Solo en el río Nilo quedarán”.
12 Por consiguiente, Moisés y Aarón salieron de
donde Faraón, y Moisés clamó a Jehová a causa de las ranas que Él había puesto sobre Faraón.
13 Entonces
Jehová hizo conforme a la palabra de Moisés, y las ranas empezaron a morir de las casas, los patios y los campos.
14 Y fueron juntándolas en montón sobre
montón, y la tierra empezó a heder. 15
Cuando Faraón llegó a ver que se había efectuado el alivio, hizo insensible su corazón; y no les escuchó, tal como había hablado Jehová.
16 Jehová ahora dijo a Moisés: “Di a Aarón: „Extiende
tu vara y golpea el polvo de la tierra, y tiene que convertirse en jejenes por toda la tierra de Egipto‟”.
17 Y
procedieron a hacer esto. De modo que Aarón extendió su mano con su vara y golpeó el polvo de la tierra, y los jejenes llegaron a estar sobre hombre y bestia. Todo el polvo de la tierra se convirtió en jejenes en toda la tierra de Egipto.
18 Y trataron de hacer lo mismo los
sacerdotes practicantes de magia por sus artes ocultas, a fin de producir jejenes, pero no pudieron. Y los jejenes llegaron a estar sobre hombre y bestia.
19 Por lo tanto,
los sacerdotes practicantes de magia dijeron a Faraón: “¡Es el dedo de Dios!”. Pero el corazón de Faraón continuó obstinado, y no les escuchó, tal como había hablado Jehová.
20 Entonces Jehová dijo a Moisés: “Levántate muy de
mañana y toma una posición enfrente de Faraón. ¡Mira! ¡Va a salir al agua! Y tienes que decirle: „Esto es lo que ha dicho Jehová: “Envía a mi pueblo para que me sirva. 21
Pero si no envías a mi pueblo, aquí voy a enviar sobre ti y tus siervos y tu pueblo y en tus casas el tábano; y simplemente estarán llenas del tábano las casas de Egipto, y también el suelo sobre el cual están.
22 Y
ciertamente haré distinta en aquel día la tierra de Gosén sobre la cual está situado mi pueblo, para que no exista allí tábano alguno; a fin de que sepas que yo soy Jehová en medio de la tierra.
23 Y verdaderamente fijaré
una demarcación entre mi pueblo y tu pueblo. Mañana se efectuará esta señal”‟”.
24 Y Jehová procedió a hacerlo así; y densos
enjambres de tábanos empezaron a invadir la casa de Faraón y las casas de los siervos de este y toda la tierra de Egipto. Quedó arruinada la tierra como resultado de los tábanos.
25 Por fin Faraón llamó a Moisés y Aarón y
dijo: “Vayan, hagan sacrificios a su Dios en el país”. 26
Pero Moisés dijo: “No es admisible hacerlo así, porque sacrificaríamos a Jehová nuestro Dios algo que es cosa detestable a los egipcios. Suponiendo que sacrificáramos una cosa detestable a los egipcios delante de sus ojos; ¿no nos apedrearían?
27 Iremos
camino de tres días al desierto y definitivamente haremos sacrificios a Jehová nuestro Dios tal como él nos lo ha dicho”.
28 Ahora Faraón dijo: “Yo... yo los enviaré, y
verdaderamente harán sacrificios a Jehová su Dios en el desierto. Solo no hagan que sea tan lejos el lugar adonde van. Rueguen a favor de mí”.
29 Entonces
Moisés dijo: “Mira que voy a salir de delante de ti, y verdaderamente rogaré a Jehová, y mañana los tábanos ciertamente se apartarán de Faraón, de sus siervos y de su pueblo. Solo que no vaya a burlarse de nuevo Faraón dejando de enviar al pueblo para hacer sacrificios a Jehová”.
30 Después de eso Moisés salió de donde
Faraón y le rogó a Jehová. 31
De modo que Jehová hizo conforme a la palabra de Moisés, y los tábanos se apartaron de Faraón, de sus siervos y de su pueblo. No quedó ni uno.
32 Sin embargo, Faraón hizo insensible su
corazón esta vez también y no envió al pueblo.
9 En consecuencia, Jehová dijo a Moisés: “Entra a
donde Faraón, y tienes que declararle: „Esto es lo que
ha dicho Jehová el Dios de los hebreos: “Envía a mi pueblo para que me sirva.
2 Pero si continúas rehusando
enviarlos y todavía los tienes asidos, 3 ¡mira!, la mano
de Jehová va a venir sobre tu ganado que está en el campo. Sobre los caballos, los asnos, los camellos, la vacada y el rebaño habrá una peste gravísima.
4 Y
Jehová ciertamente hará distinción entre el ganado de Israel y el ganado de Egipto, y no morirá ni una sola cosa de todo lo que pertenece a los hijos de Israel”‟”. 5 Además, Jehová fijó un tiempo señalado, diciendo:
“Mañana hará Jehová esta cosa en el país”.
6 Por consiguiente, Jehová hizo esta cosa al día
siguiente, y empezó a morir toda suerte de ganado de Egipto; pero no murió ni uno solo del ganado de los hijos de Israel.
7 Entonces envió Faraón, y, ¡mire!, no había
muerto ni siquiera uno del ganado de Israel. No obstante, el corazón de Faraón continuó insensible, y él no envió al pueblo.
8 Después de eso Jehová dijo a Moisés y a Aarón:
“Llévense ambas manos llenas de hollín de un horno, y Moisés tiene que aventarlo hacia los cielos a la vista de Faraón.
9 Y tiene que convertirse en polvo menudo
sobre toda la tierra de Egipto, y tiene que convertirse en diviesos que hagan erupción en ampollas sobre hombre y bestia en toda la tierra de Egipto”.
10 De modo que ellos tomaron el hollín de un horno y
estuvieron de pie delante de Faraón, y Moisés aventó [el hollín] hacia los cielos, y este se convirtió en diviesos con ampollas, que les salieron a hombre y bestia.
11 Y
los sacerdotes practicantes de magia no pudieron estar de pie ante Moisés como resultado de los diviesos, porque los diviesos se habían desarrollado en los sacerdotes practicantes de magia y en todos los egipcios.
12 Pero Jehová dejó que el corazón de Faraón
se hiciera obstinado, y este no les escuchó, tal como Jehová se lo había declarado a Moisés.
13 Entonces Jehová dijo a Moisés: “Levántate muy de
mañana y toma una posición enfrente de Faraón, y tienes que decirle: „Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de los hebreos: “Envía a mi pueblo para que me sirva.
14 Porque en esta ocasión voy a enviar todos mis
golpes contra tu corazón y sobre tus siervos y sobre tu pueblo, a fin de que sepas que no hay ninguno como yo en toda la tierra.
15 Porque ya podría haber alargado mi
mano para herirte a ti y a tu pueblo con peste y para que fueras raído de la tierra.
16 Pero, en realidad, por esta
causa te he mantenido en existencia, a fin de mostrarte mi poder y para que mi nombre sea declarado en toda la tierra.
17 ¿Todavía estás portándote altivamente contra
mi pueblo al no enviarlo? 18
¡Mira!, voy a hacer que llueva mañana como a esta hora una granizada muy fuerte, tal como nunca ha sucedido una en Egipto desde el día en que se fundó hasta ahora.
19 Y ahora envía,
haz que se ponga al abrigo todo tu ganado y todo lo que es tuyo en el campo. En cuanto a todo hombre y bestia que se halle en el campo y no recogido en la casa, tendrá que venir sobre ellos el granizo, y tendrán que morir”‟”.
20 Cualquiera que temió la palabra de Jehová entre
los siervos de Faraón hizo que sus propios siervos y su
ganado huyeran a las casas, 21
pero todo el que no fijó su corazón en hacer caso a la palabra de Jehová dejó a sus siervos y su ganado en el campo.
22 Ahora Jehová dijo a Moisés: “Extiende tu mano
hacia los cielos, para que venga granizo sobre toda la tierra de Egipto, sobre hombre y sobre bestia y sobre toda la vegetación del campo en la tierra de Egipto”. 23
De modo que Moisés extendió su vara hacia los cielos; y Jehová dio truenos y granizo, y fuego bajaba corriendo a la tierra, y Jehová siguió haciendo llover granizo sobre la tierra de Egipto.
24 Así que vino granizo,
y fuego trémulo en medio del granizo. Fue muy fuerte, de modo que no había ocurrido uno semejante en toda la tierra de Egipto desde el tiempo en que este llegó a ser nación.
25 Y el granizo fue hiriendo toda la tierra de
Egipto. El granizo hirió todo lo que estaba en el campo, desde hombre hasta bestia, y toda clase de vegetación del campo; y destrozó toda clase de árboles del campo. 26
Solo en la tierra de Gosén, donde estaban los hijos de Israel, no hubo granizo.
27 Con el tiempo Faraón envió y llamó a Moisés y
Aarón y les dijo: “He pecado esta vez. Jehová es justo, y yo y mi pueblo tenemos la culpa.
28 Rueguen a Jehová
que baste con esto en cuanto a ocurrir truenos y granizo de Dios. Entonces estoy dispuesto a enviarlos, y ya no se quedarán más”.
29 De modo que le dijo Moisés:
“Luego que salga de la ciudad extenderé las manos hacia Jehová. Cesarán los truenos y no continuará más el granizo, para que sepas que a Jehová pertenece la tierra.
30 En cuanto a ti y tus siervos, yo ya sé que ni
siquiera entonces mostrarán temor a causa de Jehová Dios”.
31 Ahora bien, el lino y la cebada habían sido heridos,
porque la cebada estaba en la espiga y el lino tenía botones de flor.
32 Pero el trigo y la espelta no habían
sido heridos, porque eran tardíos. 33
Moisés ahora salió de la ciudad de donde Faraón y extendió las manos hacia Jehová, y empezaron a cesar los truenos y el granizo, y la lluvia no descendió sobre la tierra. 34
Cuando Faraón llegó a ver que la lluvia y el granizo y los truenos habían cesado, se puso a pecar de nuevo y a hacer insensible su corazón, tanto él como sus siervos.
35 Y continuó obstinado el corazón de Faraón, y
él no envió a los hijos de Israel, tal como había declarado Jehová por medio de Moisés.
10 Entonces Jehová dijo a Moisés: “Entra a donde
Faraón, porque yo... yo he dejado que se hagan insensibles su corazón y el corazón de sus siervos, a fin de poner estas señales mías justamente delante de él, 2 y a fin de que declares a oídos de tu hijo y del hijo de
tu hijo cuán severamente he tratado con Egipto, y mis señales que he establecido entre ellos; y ciertamente sabrán ustedes que yo soy Jehová”.
3 De modo que Moisés y Aarón entraron a donde
Faraón y le dijeron: “Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de los hebreos: „¿Hasta cuándo tienes que rehusar someterte a mí? Envía a mi pueblo para que me sirva. 4 Pues si continúas rehusando enviar a mi pueblo,
¡mira!, voy a traer dentro de tus límites, mañana,
langostas. 5 Y estas realmente cubrirán la superficie
visible de la tierra y no será posible ver la tierra; y simplemente se comerán lo restante de lo que ha escapado, lo que les fue dejado a ustedes por el granizo, y ciertamente comerán del campo todo árbol de ustedes que esté brotando.
6 Y tus casas y las casas de
todos tus siervos y las casas de todo Egipto se llenarán a tal grado como no lo han visto tus padres ni los padres de tus padres desde el día en que existieron sobre el suelo hasta el día de hoy‟”. Con eso, se volvió y salió de donde Faraón.
7 Después de eso los siervos de Faraón le dijeron:
“¿Hasta cuándo resultará este hombre como un lazo para nosotros? Envía a los hombres para que sirvan a Jehová su Dios. ¿No sabes todavía que Egipto ha perecido?”.
8 De modo que se hizo que Moisés y Aarón
volvieran a Faraón, y él les dijo: “Vayan, sirvan a Jehová su Dios. ¿Quiénes en particular son los que van a ir?”. 9 Entonces dijo Moisés: “Con nuestros jóvenes y con
nuestros viejos iremos. Con nuestros hijos y con nuestras hijas, con nuestras ovejas y con nuestro ganado vacuno iremos, porque tenemos una fiesta para Jehová”.
10 A su vez él les dijo: “¡Resulte así, que
Jehová esté con ustedes cuando yo los envíe a ustedes y a sus pequeñuelos! Miren, al contrario, algo malo es la intención de ustedes.
11 ¡No sea así! Vayan, por favor,
ustedes los que son hombres físicamente capacitados, y sirvan a Jehová, porque eso es lo que están tratando de conseguir”. Con eso fueron expulsados de delante de Faraón.
12 Jehová ahora dijo a Moisés: “Extiende tu mano
sobre la tierra de Egipto para las langostas, para que suban sobre la tierra de Egipto y se coman toda la vegetación de la tierra, todo lo que el granizo ha dejado que quede”.
13 En seguida extendió Moisés su vara
sobre la tierra de Egipto, y Jehová hizo que un viento del este soplara sobre el país todo aquel día y toda la noche. Llegó la mañana y el viento del este trajo las langostas.
14 Y empezaron las langostas a subir sobre
toda la tierra de Egipto y a posarse sobre todo el territorio de Egipto. Fueron sumamente gravosas. Antes de ellas nunca se habían presentado de esta manera langostas semejantes, y nunca se presentarán otras de esta manera después de ellas.
15 Y fueron cubriendo la
superficie visible de todo el país, y el país se oscureció; y siguieron comiéndose toda la vegetación del país y todo el fruto de los árboles que el granizo había dejado; y no quedó nada verde en los árboles ni en la vegetación del campo en toda la tierra de Egipto.
16 De modo que Faraón, apresuradamente, llamó a
Moisés y Aarón y dijo: “He pecado contra Jehová su Dios y contra ustedes.
17 Y ahora perdonen, por favor,
mi pecado sólo esta vez y rueguen a Jehová su Dios para que aparte de sobre mí tan solo esta plaga mortífera”.
18 De modo que él salió de donde Faraón y
rogó a Jehová. 19
Entonces Jehová hizo un cambio a un viento muy fuerte del oeste, y este se llevó las langostas y las precipitó en el mar Rojo. No se dejó que quedara ni una sola langosta en todo el territorio de Egipto.
20 No
obstante, Jehová dejó que el corazón de Faraón se hiciera obstinado, y él no envió a los hijos de Israel.
21 Entonces Jehová dijo a Moisés: “Extiende tu mano
hacia los cielos, para que ocurra oscuridad sobre la tierra de Egipto, y la oscuridad pueda palparse”. 22
Inmediatamente extendió Moisés su mano hacia los cielos, y empezó a acaecer una oscuridad tenebrosa en toda la tierra de Egipto por tres días.
23 No se vieron
unos a otros, y ninguno de ellos se levantó de su propio lugar por tres días; pero para todos los hijos de Israel resultó que hubo luz en sus moradas.
24 Después de eso
llamó Faraón a Moisés y dijo: “Vayan, sirvan a Jehová. Solo sus ovejas y su ganado vacuno serán detenidos. Sus pequeñuelos también pueden ir con ustedes”. 25
Pero dijo Moisés: “Tú mismo también darás en nuestras manos sacrificios y ofrendas quemadas, puesto que tenemos que ofrecerlos a Jehová nuestro Dios.
26 Y nuestro ganado también irá con nosotros. No
se dejará que quede ni una sola pezuña, porque de ellos tomaremos algunos para adorar a Jehová nuestro Dios, y nosotros mismos no sabemos qué ofreceremos en adoración a Jehová hasta que lleguemos allá”.
27 Con
eso, Jehová dejó que el corazón de Faraón se hiciera obstinado, y él no consintió en enviarlos.
28 De modo
que Faraón le dijo: “¡Vete de mí! ¡Cuídate! No trates de volver a ver mi rostro, porque en el día que veas mi rostro morirás”.
29 A lo cual dijo Moisés: “De esa manera
has hablado. Ya no trataré de ver tu rostro”.
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